One-shot Mirror

Tema en 'Vocaloid' iniciado por Poemy, 21 Abril 2015.

  1.  
    Poemy

    Poemy Guest

    Título:
    Mirror
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    901
    Mirror
    Pura como el agua y tranquila como el cielo.

    Sus ojos denotaban la tristeza misma, pero no era ese color azul el que los caracterizaba, era aquella forma de mirar con tanta imparcialidad... parecía que miraban más allá. A través del alma.

    Su voz, aunque calmada, transmitía inseguridad, miedo, quizás.

    Su rostro, angelical, no tenía expresión alguna. Jamás había una sonrisa en él.

    Ya no recordaba, no recordaba nada. Todo estaba borroso en su mente, pero sentía un punzante dolor en su pecho. Algo no marchaba bien, definitivamente había algo que ella no sabía.

    Miró la noche, la única luz que alumbraba su cuarto era la de la luna llena. A ella no le gustaba la luz del día, sólo podía observar la tenue luz de la luna.

    Por alguna razón, no le gustaba observar su reflejo mediante un espejo. Podía hacerlo en las aguas cristalinas, en algo tan simple como una cuchara, o incluso a través de un cristal iluminado por los rayos del sol, pero jamás lo haría en aquella superficie pulida que era capaz de revelar la verdad.

    Nuevamente, cada vez que intentaba divagar en su pasado, algo se lo impedía. ¿Qué fue lo que hizo que ella le tuviese tanto pavor a los espejos?


    ~~~~~~~~~~~~~~~

    Respiró con dificultad y abrió los ojos. Vislumbró a través de la ventana un día soleado, apreció los bellos colores que le regalaba el cielo, que sólo tenía unas pocas nubes en él, sin embargo, vaciló antes de poner un pie en aquel piso de mármol pulido. Era frío, resbaloso, poco atractivo.

    Caminó hasta el cuarto de baño, se espantó con lo que vio.

    ¿Quién había puesto ese espejo allí?

    —Rin... —una frágil voz la llamó—. Oh... ¿Te gusta? Lo trajo tu padre, decidimos que deberíamos tenerlo en el baño en lugar de el ático. Es decir... ¿Para qué tenerlo allí? —su madre rió con simpatía—. En unos minutos el desayuno estará listo, así que baja cuanto antes. ¿Bien?

    Sin decir más nada, se fue, y aquella voz parecía haberse quedado atrapada en esa habitación.

    "Decidimos que deberíamos tenerlo en el baño en lugar de el ático. Es decir... ¿Para qué tenerlo allí?"

    —Uhm —dijo solamente.

    Un espejo hecho justamente del tamaño de su cuerpo. Con una base hecha de madera oscura, antiguo, un poco arañado en la parte inferior.

    "Son sólo tonterías mías"—se dijo a sí misma.

    Se lavó las manos y la cara, cepilló sus dientes, y no se atrevió a darle frente a aquel espejo. Salió del baño y apagó las luces.


    Más tarde ese día, todo parecía haber cambiado a su alrededor. Ahora hacía frío, las nubes ocultaban el sol, y en poco tiempo empezaría a llover.

    Aceleró el paso, no había traído el paraguas, así que lo mejor sería apurarse. Se detuvo en la parada de buses, y allí esperó.

    ¿Quién era ella y qué hacía? Su idea no era muy clara, realmente. Una joven de 23 años, con el cabello rubio y de baja estatura. Con dos padres que, a pesar de su edad, seguían enfocándose en sus empleos, sin muchos conocidos, sin una personalidad definida, que no se hacía ilusiones, y... que había perdido algo hace mucho tiempo, pero quería descubrir que era.

    Las lágrimas de los ángeles caían del cielo, lo notó cuando estas hicieron contacto con su rostro.

    —Len —mencionó.

    Pero... ¿Qué había sido eso? ¿De dónde había escuchado ese nombre? Ella no lo había dicho, algo muy dentro de su ser lo había hecho.

    Por un momento, sintió un impulso, debía volver a su casa rápido, debía ver ese espejo.

    Así que se montó en el autobús y esperó.


    ~~~~~~~~~~~~~~~~~~


    Ahora su mente era todo un desastre. Escuchaba voces que intentaba ignorar, y a medida que daba un paso, se intensificaban.

    Subió hasta la habitación y encendió la luz, allí observó el espejo con expectativas.

    Esperó varios minutos, y nada, nada funcionaba. ¿Qué estaba pensando? Había sido una completa ilusa.

    Suspiró.

    —Realmente quería verte.

    De nuevo, las palabras salían por sí solas, sin que ella las dijese.

    Se acercó al espejo, lo tomó y lo arrojó al suelo. Tras el impacto, este se rompió en miles de pedazos.

    —¡Maldición! —masculló—. ¿Qué he hecho?

    No pudo evitarlo, comenzó a llorar, como no lo había hecho en años. Por fin lo sacó todo, mostró como era. Sus lágrimas caían encima de los cristales y allí quedaban marcadas.

    Observó su reflejo en lo que quedaba del espejo. Miró más de cerca, como si tratase de buscar a alguien.

    —Perdóname...

    Y juntó todos los pedazos, tratando de conformarlo nuevamente.

    —Rin.

    Una voz no conocida la estaba llamando, ¿qué era? ¿de dónde venía?

    Quedó boquiabierta con lo que vio.

    El reflejo de una persona que no era el de ella, pero a la vez, era ella misma.

    —Confía más en lo que hay a tu alrededor, Rin. Y... no tengas miedo de llorar.


    Ojos azules, pelo rubio, pero además... Un espíritu pacífico como el cielo, bondadoso, con sólo verlo, se llenó de paz.

    —Gracias...

    Aquella persona que estaba dentro del espejo se desvaneció. Pero el recuerdo viviría por siempre.

    El alma de él ahora estaría libre, como debía ser.

    Pero ahora Rin se preguntaba... ¿Quién era él?


    ************
     
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