Mirando Atrás [SessxKag]

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Capítulo I: El comienzo​

Como cada mañana, le costaba la vida despertarse. La vida es injusta, con lo bien que se está en la cama… ¿Por qué diantres debía ir al instituto? ¿Y más si sólo era día de presentación? Aún así… Algo muy dentro de ella le ponía nerviosa, tal era el hecho de empezar en un nuevo instituto, conocer gente nueva, o el hecho de que por fin, dejaba su colegio concertado de uniformes y reglas y profesores religiosos todos ellos.

-¡Se te hace tarde perezosa! Debería ser un poco más responsable a tus 16 años… Duermes más que hiberna un oso, ¿no crees que si no te das un poco de prisa vas a llegar tarde para el autobús? A no ser… ¡¡¡Que quieras pegarte la caminata de media hora hasta el instituto!!!- El grito de su prima la despejó por completo. Por Kami… Qué voz tan estridente tenía, ahora seguro que le iban a zumbar los oídos hasta la tarde. La presentación era a las 10:30, tenía tiempo de sobra para arreglarse, desayunar, coger el autobús… Miró su reloj y se quedó estática. Acto seguido Kykiô veía con gracia y resignación cómo esa niña que llevaba criando desde hacía 6 años corría como loca de un lado para otro, a medio vestir, peinar, lavar y desayunar, todo eso a la vez. Suspiró y miró el reloj de pared de la cocina, marcaba las 9:50. Esa niña nunca cambiaría…

-¡Me voy Kik! Nos vemos más tarde que no llego a tiempo. ¡Ciao te quiero mucho!- Con las chaqueta colgando de un brazo y el bolso en el otro, sin olvidar la media tostada en la boca, Kagome Higurashi bajaba corriendo las escaleras de su casa hacia la parada al autobús. Ya en la calle una cosa metálica le golpeó la cabeza. -¡El cinturón boba! A no ser que quieras que te recuerden desde el primer día, jajaja.- Maldiciendo pero también dando las gracias a su prima, quien la cuidaba como una madre, llegó justo a tiempo para que el conductor del autobús tuviera que abrirle las puertas a ella. -Siempre es lo mismo Kagome… ¿¡Ni siquiera el primer día puedes ser puntual!?- Desde el fondo del autobús se escuchaba el regaño amistoso de su mejor amiga y vecina Sango. -Si es que tengo que buscarte cada mañana… Por un día que creía que esto no pasaría…- Kagome sólo intentaba recuperar el aliento y tragar lo que hacía unos minutos había engullido prácticamente. -Si me hubieras buscado no estarías yendo con él, jiji.- Miró con picardía a su amiga y notó cómo se ruborizaba; como para no hacerlo, a su lado iba Miroku, su recién estrenado novio uno de los chicos más cotizados y codiciados en el vecindario y que sólo tenía ojos para ella, logrando que ésta dejara el tema y tuvieran el viaje sin más contratiempos.

La mirada de Kagome se perdía en la lejanía mientras dejaba a sus dos amigos charlar de camino al instituto. Al llegar las dos amigas se quedaron simplemente sin habla de la enormidad del recinto. Para él, era un sitio bastante conocido, sobre todo maneras de escaparse de clases. El instituto constaba de 5 pabellones con 20 clases cada uno como mínimo, aparte de diversos talleres, la cafetería y amplios jardines. También tenía una pista de atletismo reglamentario, una piscina como las de competición, y varias canchas de baloncesto y fútbol, con sus respectivos vestuarios. Pero eso no era todo, una residencia de estudiantes formaba parte del instituto también, por lo que éste también contaba con un comedor. Tras la breve explicación Miroku se dirigió en busca de sus amigos, dejando a las dos chicas contemplando el panorama.

Y fue entonces cuando lo vio, a lo lejos, su porte, su figura, sus gestos… Y sintió cómo el mundo se paraba para que pudiera contemplarlo. Su galantería hacía contraste con su chulería, que demostraba las duras lecciones aprendidas en la calle. El pelo negro engominado y de punta, con mechas rubias, las cadenas de oro colgando de su cuello, el cigarrillo en la mano y su chándal, realmente desentonaba en un ambiente en el que todos iban lo más arreglados posibles para llamar la atención.

Se acercó a él casi por hipnosis que por otra cosa, mientras las llamadas de Sango le sonaban totalmente lejanas y ajenas a la realidad. Vio cómo varias chicas intentaban acercarse a él sin conseguir absolutamente nada, y sonrió maliciosamente por dentro. Le enseñaría a ese “típico” chico duro que ella no era como las demás, pues quería ver cómo reaccionaría éste cuando se encontrara a una que pudiera jugar con él de la misma manera que él hacía con las que se le acercaban…

-¡EEOOO! ¡Baja de la Lugfgfhfujfiw!- El grito de Sango se ahogó en la palma de la mano de Kagome, y se calló cuando vio “ese” brillo en sus ojos, algo tramaba esa niña, y dudaba que fuese algo bueno. Miró en la misma dirección que su amiga y lo comprendió todo de golpe. De golpe, como una punzada aparece en el pecho, recordó por lo que había pasado su amiga a la que consideraba una hermana, y temía desde lo más profundo de su alma que ella se viera atrapada dentro de su propio juego…

-Vamos al Salón de Actos, que nos van a asignar la clase Sango.- Aparentemente tranquila y ajena a los miedos de Snago, Kagome llevó a su amiga arrastras casi hasta dicho salón. El resto de la ceremonia ocurrió sin demasiados percances, pero cada una terminó en una clase diferente, pues sus asignaturas no coincidían. Sin embargo, ambas se dieron cuenta de que el muchacho anterior se encontraba en la misma clase que Kagome, provocando reacciones violentas aunque por motivos diferentes en ambas adolescentes. Tras las charlas del director y del secretario, cada tutor guió a su grupo hacia su aula para dar una pequeña presentación, pues a nadie le apetecía ya quedarse allí.

Ignorando por completo a hombre con gafas que hablaba, Kagome centró su atención en estudiar a todos y cada uno de los que ahí estaban. Ella no iba a ser nadie que estuviera de problema en problema, pero su carácter era bastante propenso a que una discusión verbal terminara en una discusión de puños, en las que extrañamente, salía victoriosa la mayoría de las veces. Suspiró. Su clase no podía haber sido más “típica”: el típico tonto de la clase, las típicas falsas e hipócritas kogals que ella tanto odiaba, el típico grupo del raperos-surferos, las chicas góticas, aquellos típicos del montón, y el típico cabecilla de grupo que arrancaba suspiros en ellas y admiración en ellos. Se paró ahí, y pudo comprobar con satisfacción quién era ese “típico” cabecilla. Era demasiado típico hasta para ser típico. Y sin darse cuenta fue empujada por la marea de gente hacia la salida. Había perdido por completo la noción del tiempo, algo natural en ella como lo son las nubes en el cielo.

No encontró a Sango por ningún lado, así que supuso que se habría ido con su novio y no quiso entrometerse. De vuelta a casa su mente era un hervidero de ideas. No paraba de pensar en aquel chico de mirada ámbar que había fijado sus ojos en los suyos propios durante una fracción de segundo en el que para ambos no existía absolutamente nada más excepto ellos. Se sentía rara e incómoda, algo poco típico en ella, ese chico había logrado intimidarla, y eso no lo iba a permitir, y así fue como una lucha invisible se forjó entre los dos, sin aparente motivo, ni siquiera un objetivo, pero que daría pie a muchas sorpresas en un futuro.

-¡Ya estoy en casa! ¿Qué hay para cenar Kik? ¿Llegó Rin? - Preguntaba Kagome mientras acomodaba sus cosas en su cuarto. -¡Kagome onee-chan! ¡Kykiô onee-san he preparado un rico guiso! ¡Y yo le he ayudado con el postre! ¡Tenemos flan con nata y nueces!- Gritaba una pequeña de no más de 11 años mientras se abalanzaba a los brazos de su hermana mayor, y única familia directa. -¿Cómo que qué hay para cenar? ¡No son horas de llegar a casa Kag! Te vas por la mañana y me vuelves a la hora de la cena, ¡más te vale tener una buena explicación!-

Pero la pregunta de la cabeza de familia se quedó en el aire, pues sus dos primas pequeñas y protegidas ya cenaban delante del televisor. Además, sabía perfectamente dónde había estado esa niña, y al pensar eso no pudo evitar fruncir el ceño. Tras la cena, y jugar un rato con Rin, Kagome subió a su cuarto pues las clases empezarían al día siguiente a las 8:15, y si no quería llegar tarde, tendría que dormir pronto.

Mientras, en otra parte de la casa, Kikyô acostaba a Rin. -Kagome onee-chan ha cambiado mucho, ¿verdad onee-san?- La pregunta pilló desprevenida por completo a la susodicha, y por unos segundo no supo qué responder, pero al ver pequeñas lágrimas sobresaliendo de los ojos verdes de la niña, decidió consolarla un poco, sin embargo la mirada de ésta se desvió hacia la ventana.

-Sé que pensáis que no sé nada por mi edad… Pero yo lo veo onee-san.- La pequeña inútilmente contenía sus lágrimas. -Onee-chan ya no sonríe como antes, ahora es más distante, no es fría, pero sí distante y muy cortante cuando evita temas que no quiere. Su corazón ya no siente como lo hacía antes. Papá y mamá eran todo para nosotras, y ahora que ellos no están…-, la pequeña tomó aire para proseguir con aquello que guardaba en su corazón desde ese fatídico día, algo que simplemente la mataba cuando lo recordaba. Kikyô quiso impedirlo, pero sabía que era inútil. -Y después de lo que pasó con el idiota de Hôyo… Ya no es la misma. Sólo ríe con nosotras y tal vez con Sango, de verdad. Pero con los demás es otra historia, y a los hombres parece que los odia a muerte. ¡Está viviendo una vida fingida! No es feliz… ¡Ella no es feliz así! Pero a todos nos hace ver que es fuerte y dura… cuando por dentro está perdida y destrozada…- La niña no aguantó más y rompió en llanto en el regazo de la que consideraba su segunda madre hasta quedarse dormida.

Kikyô la arropó y se marchó a su habitación, que poseía un pequeño balcón. Asomada a éste las palabras de su protegida resonaban en su mente una y otra vez… “Es cierto que desde el accidente de avión Kagome ya no es la misma. Y ahora vive constantemente con la idea de que todos los hombres son iguales, igual de imbéciles y capullos como Hôyo… Ahora simplemente no deja que nadie se acerque a su corazón, simplemente se cerró a vivir… Necesita… Necesita alguien que entienda su dolor, alguien que lo comparta, alguien que lo haya vivido, para sanarse juntos esas heridas y complementarse el uno al otro. Kagome…” Mañana hablaría con ella, su prima no podía seguir haciéndose daño de esa manera, era demasiado joven para marchitarse así.

En su cuarto, Kagome miraba el techo mientras pensaba en ese chico que había despertado en ella sentimientos tan contradictorios. Quería volver a verlo, esa mirada que la había hechizado por completo, esa mirada tan varonil, que demostraba fuerza, fe, y superioridad. Una mirada que escondía heridas profundas en el corazón con una máscara de chico duro y genial, una mirada que lloraba lágrimas silenciosas de angustia y soledad… Una mirada que decía que tenía el mundo en la palma de su mano, una mirada que daba confianza pero que no permitiría jamás a nadie llegar a conocerle para hacerle daño… Una mirada como la suya propia…

Y ambos se habían dado cuenta… Dado cuenta de que eran tan distintos y tan iguales. Él, centro de todas las miradas, con carisma hechizante y mucho estilo; ella, pasota del mundo y generalmente con ropa ancha. Dos mundos… El día y la noche… Las dos caras de una misma moneda, unidas por un dolor similar y la soledad de la incomprensión…

-No me dejaré vencer por ti… No pienso dejar que legues a mi corazón… No si antes llego yo al tuyo… No perderé… Sesshoumaru…- , susurraba Kagome mientras se quedaba poco a poco dormida.


Hola!!! Como veis, una nueva historia que me dio esta tarde por empezar... Es... en pocas palabras... extraña jeje, una idea alocada a la que le intento dar forma ^^ Espero que os guste y no dudéis en comentarme lo que sea :D Creo que traerá muchas sorpresas, así que... Deberéis estar preparada@!!! Un beso muy fuerte a tod@s!!!

Sin más... Cuidaos mucho amigas mías!!! Ciao!!! Os quiere...
SessKag-Chan ;)

 

Re: Mirando Atrás [SessxKag]

Hola!!! Me alegro de que os haya gustado!!! ^^ Aquí os dejo la conti, espero que os siga gustado. Espero críticas eh?¿ ;)

Inuandagome: Entre ellos ods pasarán muchas cosas... Me alegro de que te guste y graicas por leer ^^ Pensé que Kikyô se merecía no ser la "mala", jeje, así que le di un papel de buena, jeje.

Shailon: Le quité el pelo plateado a Sess, gomen. Pero quería algo diferente. La historia será muy muy diferente... Aunque todavía no tengo nada pensado calro, jeje.

Pomy: Nee-Chan!!! Y a mí me enorgullece que me leas xD cofcofquejicacofcof Pero te quiero eh!!! :D Me alegra que le veas el interés, intentaré no perderlo ;) Muackss!!!

Capítulo II: Mariposas… Y Orgullo​

Abrió el armario y sacó su ropa: pantalones anchos de skate, camiseta ajustada de tirantes, un par de zapatillas de deporte con cordones de diferentes colores, y montones de accesorios inútiles pero que definían su carácter rebelde y un tanto irascible, una máscara de dureza y fuerza que escondía por dentro una chica dulce y simpática, cuya sonrisa se vio truncada a la temprana edad de 15 años.

Cerró los ojos delante del espejo y así, se dirigió al balcón de su cuarto. Dejó que la brisa mañanera de otoño la refrescara y se llevara parte del dolor que la seguía y torturaba día a día. Recordaba, aun un año después, con excesiva nitidez el día que sus padres murieron. Recordaba cuando le tuvo que dar la noticia a su hermana pequeña, sus gritos de histeria, su mirada de frustración, cómo lloró hasta caer desmayada. Y recordó por último a su prima Kikyô, que se hizo cargo de ellas sin objeciones desde un principio. Y fue cuando ella decidió cambiar totalmente.

-¡Kagome! Baja, el desayuno está listo. Llevas todo un mes faltando la primera hora de clase, así que espero que en este cambies tu actitud.- La voz de su prima la sacó de sus recuerdos. Enterró los sentimientos que estaban a punto de salir de su corazón y salió de su cuarto con la mochila al hombro. Sabía que Kikyô iba a hacerle preguntas, y quería evitarlo a toda costa, así que se marchó cuando apenas ésta había abierto la boca. -Mierda, maldita sea Kagome…-, fue lo único que murmuró mientras veía cómo se marchaba, con su gorra y sus muñequeras. -Deja de huir de tu pasado…

Las clases siempre le habían parecido algo completamente aburrido, y lo más entretenido que se le ocurría hacer era perder el tiempo con lo primero que se le ocurría, que solía ser hacerle la vida imposible al profesor de turno, ganándose con ello unas cuantas visitas al despacho del director; no por nada había terminado repitiendo curso… Y aquél día no era excepción. Para empezar había llegado a 2º hora a clase, y después se dedicó a mandar mensajes con el móvil, ignorando por completo a la pobre profesora que intentaba llamarle la atención. Pero algo interrumpió todo.

-¿Se puede?- Una voz seria, extraña para ser de chica, sonó por toda la clase. -Se puede si tiene una buena explicación por su demora, alumna Higurashi.- La susodicha alzó una ceja en respuesta a la pregunta, y tras un momento de silencio, pronunció unas palabras que dejaron a todos boquiabiertos: -No tenía ganas de llegar antes. ¿O prefiere que le invente algo que le cause buena impresión?- Consiguió hacerle perder los estribos a la profesora quien la mandó de cabeza a dirección.

Kagome se dio la vuelta arrastrando los pies y cerró de un portazo. Una sonrisa irónica rondaba sus labios, mientras se dirigía a paso lento a la cafetería, pues ni en broma iba a ir a ningún despacho. A la hora del recreo alguien se acercó a ella, y a medida que su figura se distinguía mejor, su mente le jugaba malas pasadas. Para cuando esa persona había llegado a su altura, ella fantaseaba inexplicablemente con sus labios y su cuerpo.

-Eh, te estoy hablando, ¡eh!- No se caracterizaba por su gran paciencia y no pensaba tenerla con esa niñata que se las daba de chula y chica dura. Él, que iba decidido a hablar con ella y hacerle ver quién era el que mandaba, se encontraba con que ésta estaba en las nubes, ignorándolo, ¡a él!

-¿Nani? Oh… ¿Qué diablos quieres Sesshoumaru?- Su mirada denotaba frustración. ¿Desde cuándo le estaba hablando? ¿Por qué no se había dado cuenta antes? Y lo peor… ¿Qué demonios hacía fantaseando con él?

Pero ambos eran seres demasiado orgullosos como para reconocer nada. Y a partir de ahí iniciaron ambos un duelo de miradas a muerte sin motivo ni objeto. -Sesshoumaru, ¿por qué pierdes tu tiempo con una como esa?- Kagome sintió su sangre hervir cuando vio a la arpía de Kagura, conocida en todo el instituto por su físico y artimañas para conseguir todo chico que quisiera, se colgó del brazo de él, quedando sus bocas a escasos milímetros. Una sonrisa maliciosa adornó los labios del moreno, quien rodeó con sus brazos la cintura de la “colgada”: -Creo que tienes razón… Mi tiempo vale demasiado como para gastarlo en… ti.

Definitivamente, Kagome estaba a punto de explotar, si no fuera porque Sango y Miroku aparecieron justo a tiempo para evitar una tragedia, llevándose cada uno a su amigo.

En casa de Sango, Kagome intentaba explicarle a su amiga ese cosquilleo en el estómago cuando lo vio a lo lejos. -Sango, te lo repito, esto no es normal, ¿de acuerdo? Así que te pediría por favor que ¡dejes ya de reírte! No me gusta ese estúpido engreído, chulo de calle, ¡no puede gustarme!

-Pues lo que me acabas de contar no lo amerita así… Jaja… Parece ser que tú también vas a caer bajo el hechizo de Cupido, amiga mía…

-¡Ni en sueños! Malditos hombres… ¡¡¡Y malditas hormonas!!! Es simplemente imposible que me pueda enamorar de “algo” como él. Somos polos opuestos y…

-Sí sí… Tú despotrica todo lo que quieras, pero sabes mejor que nadie que Sesshoumaru está echando a perder tus esquemas sobre los hombres… Además, no todos son iguales, no seas injusta. Reconoce al menos que lo has estado espiando durante este mes y que no le quitas ojo de encima. ¡Kagome que te he visto!

El rostro de la chica palideció. Maldición. Sango tenía razón. Cada día que pasaba ese chico entraba más y más en su vida sin que ella pudiera impedirlo o siquiera reaccionar, y se sentía tan idiota… No quería sufrir de nuevo, no por un hombre que sólo veía su cuerpo y se olvidaba de su corazón. Por eso vestía como se vestía y se comportaba tan ruda con todos… Por esas para evitar de nuevo esa lágrimas que destrozaban su alma.

-Te voy a demostrar cuán equivocada estás Sango. Apuesta lo que quieras que no es más que una fachado de chico galán y duro. Lo pienso enamorar y verás que sólo busca jugar con las chicas que se topa.

Sango suspiró frente a la terquedad de su amiga y aceptó, pero algo muy en el fondo le decía que era ella quien corría el riesgo de convertirse en presa. Ajena a ambas, en casa de cierto moreno, Miroku miraba divertido a su amigo perder los papeles por cierta “niñatilla creída”, mientras éste hacía la misma promesa que la azabache.


Habían pasado dos semanas desde la última vez que cruzaron palabra, y si se veían en la necesidad de hacerlo era para insultarse mutuamente o dedicarse miradas de un odio mal fingido.

Estaban esperando que llegara la profesora de Gimnasia, Kagura y su amiga Kanna merodeaban cerca de Sesshoumaru, mientras éste y Kagome sostenían un duelo de miradas que parecía no tener fin. Cansada de tanta tontería, la azabache decidió entrar en acción.

Sesshoumaru veía cómo se acercaba a paso lento a él, moviendo toda su figura, marcado por una camiseta corta ajustado a su busto y unos pantalones cortos que dejaban ver sus bien torneadas piernas. Se preguntaba por qué nunca había reparado en ella y el majestuoso cuerpo que tenía. Pero claro, antes muerto que reconocer algo así, aunque en ese momento se estuviera conteniendo con toda su alma de no abalanzarse encima de ella y comérsela a besos. Para antes de que pudiera reaccionar ella ya estaba frente a él, sentado en el respaldo de un banco. La chica apoyó ambos brazos a su lado y éste aprovechó para colocar sus manos alrededor de su cintura.

Ninguno de los era consiente de lo que hacían, aquello estaba fuera de sus planes, pero simplemente se dejaban llevar por sus impulsos, olvidando por completo razonar e incluso su orgullo. Cuando la sensual voz de ella se aproximó a su oído, no pudo evitar que un escalofrío lo recorriera de cabeza a pies. Por Kami, ¡esa niña sí que sabía sacar a un hombre de sus casillas!

-Sesshoumaru…
-¿Qué pretendes niña?
-¿Yo? Nada… - La sonrisa pícara y llena de malicia estaba terminando con la poca paciencia que el chico intentaba contener. -¿Acaso… Quieres que pretenda algo?
-No me tientes lindura… No tienes la más mínima idea de lo que puedo ser capaz de hacer…
-¿Es eso una amenaza… Señor “Chico Duro”?

La clase observaba atónita a esta pareja, y cómo se aproximaban cada vez más, rozando apenas sus labios, cuyo único impedimento para unirse era ese obstinado orgullo. Mientras para Sango y Miroku era una escena que se podían casi imaginar, para otras no era de mucho agrado, sobre todo Kagura, quien apretaba sus puños y rechinaba sus dientes, sin poder dar crédito aquello que veían.

Por su parte, Sesshoumaru sabía que estaba a punto de perder el control, y antes de que la azabache pudiera pestañear, sintió cómo los cálidos labios de él tocaban los suyos y creyó volar. Era un roce suave pero posesivo a la vez, que mostraba sentimientos reprimidos por parte de ambos. Se separaron de golpe, y sus miradas reflejaban la incredulidad y la confusión de lo ocurrido minutos antes. Estaban estáticos, ese beso les había demostrado lo bien que estaban juntos, pero tenían una imagen, y una reputación que mantener… Por esa imagen, por esa reputación, y por su orgullo, Kagome empujó bruscamente a Sesshoumaru haciéndole perder casi el equilibrio y se marchó con paso enérgico. Lágrimas de impotencia surcaban sus mejillas, coloradas todavía por ese tímido beso. Pero él no las pudo ver, y malinterpretó su actitud, creyendo que ella había pisoteado su orgullo y jugado con él. Él, que se había jurado no volver a caer en los encantos de ninguna mujer…

Y mientras el mundo seguía con su curso, inexorable, imparable, dos corazones sentían que eran traicionados y usados como meras atracciones superficiales, cuando en el fondo tenían los mismos miedos e inquietudes.


Aquí os dejo la conti gente!!! Espero que sea de vuestro agrado!!! Sí, lo sé, la historia deja un poco de lado a los personajes secundarios, pero ya tendrán su tiempo, quién sabe.
Sin más... Gracias pro leer!!! Cuidaos mucho!!! Ciao Kisses!!! Os quiere
SessKag-Chan ;)

 

Re: Mirando Atrás [SessxKag]

Hola de nuevo!!! Gomen ne gomen ne por no poner conti antes, *verguenza* acepto todo tipo de crítica, incluido tomatazos, patatazos, pepinazos, y tosos los -nazos que queráis; pero sin inspiración y con demasaidas responsabilidades... SUpongo que me ganó mi vagueza *verguenza* No me demoraré tanto la próxima!!!

Pomy: Arigatou mi hermana!!! Yo también te quero mucho y muchas gracias por tu apoyo!!! ^_^ Sí, me salté eso porque no lo consideraba importante :D Espero que estés bien mi niña!!! Un besito!!!
Shailon: "El que juega con fuego se quema", sí señor. Y nuestra pareja... Va a arder!!! (En el buen sentido xD) Gracias por tu apoyo!!! Un beso!!!
Inuandagome: Más sorpresas te esperan si continúas!!! Kagura... Kagura tiene un papel que desempeñar todavía, jeje *perverso* Gracias por seguir ahí!!! Besos!!!

Sin más, os dejo con la conti!!! Disfrutadla!!! Dedicado con cariño a mi hermana Pomy ^_^

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Capítulo III: Los celos de un corazón enamorado​

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[FONT=&quot]Sango y Miroku se encontraban en una tranquila tetería pasando una agradable tarde de sábado, mientras deliberaban sobre la “relación” y actitud de sus mejores amigos durante las dos últimas semanas, sin pasar por alto por supuesto el fugaz beso que se dieron en contra de todo pronóstico, pero que ellos sí se imaginaban. Durante ese tiempo ese par no habían hecho otra cosa más que hacerse la vida imposible el uno al otro cada vez que podían, las chispas de sus miradas hubieran hecho pensar a cualquiera que se guardaban un profundo rencor, cuando en el fondo sus corazones anhelaban por encima de cualquier cosa permanecer juntos. Pero a la pareja no podían engañar, pues ellos distinguían la llama del deseo en el fondo de sus pupilas, negros los de ella y dorados los de él. Así que decidieron darles una “ayudita”. Tal vez, el miedo a perder aquello que amaran les pudiera conducir a ser sinceros con su propio corazón.[/FONT]
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[FONT=&quot]En clase, el bullicio se hacía notar desde bien temprano, pues la llegada de un alumno nuevo que dejaba sin respiración a todas recorría cada esquina del instituto. Varias veces tuvo el profesor Naraku que llamar la atención de sus alumnos para que le prestaran atención un lunes.[/FONT]
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[FONT=&quot]-“Es simplemente deprimente intentar educar a la juventud de hoy en día. Cómo me gustaría pillar ya la jubilación…”[FONT=&quot] ¡¡¡Basta!!! ¿Me vais a escuchar ahora?-[/FONT][FONT=&quot] Miró con exasperación a sus alumnos.-Un nuevo alumno llega hoy a clase, así que me gustaría por una vez en toda vuestra endemoniada vida que os comportarais a la altura. ¡Adelante!- Hizo un ademán hacia la entreabierta puerta, -Os presento a vuestro nuevo compañero, su nombre es Itake Kouga. Más os vale ser amables con él…- Intentó en vano el profesor amedrentar a sus alumnos.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]De complexión musculosa, Kouga era apenas unos centímetros más bajo que Sesshoumaru. Sus ojos celestes arrancaron más de un suspiro entre las chicas y a más de una se les quedó cara de boba cuando vieron la atractiva y sensual sonrisa del “nuevo”. Parecía un chico sencillo y amable, y un perfecto rival para Sesshoumaru, quien no pudo evitar apretar los dientes y echar chispas por los ojos cuando el profesor le asignó al lado de su niñatilla, quien para variar, seguí tirada encima de la mesa pasando de todo lo que le rodeaba.[/FONT]
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[FONT=&quot]-“Kuso, ¿qué demonios estoy diciendo? ¿Desde cuándo es [FONT=&quot]mía? Maldita bruja… Cómo quisiera sacármela de la cabeza…- Se reprochaba mentalmente Sesshoumaru mientras las clases matutinas seguían su curso.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]En otro lugar bastante alejado de ahí, una muchacha de ojos negros limpiaba el suelo de un bar mientras se oía el trajineo de fondo de la cocina. Su mente entre tantas cosas cuando de repente fue interrumpida por un inesperado abrazo a la espalda.[/FONT]
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[FONT=&quot]-¡¡¡Ahh!!! ¡InuYasha! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me asustes así? Cualquier día de éstos me va a dar un paro cardíaco por tu culpa…-[FONT=&quot] Pero mientras su prometida le regañaba, el chico de profundos ojos castaños se retorcía de risa sentado en una de las sillas, viendo a la chica de sus sueños de pie delante de él, y los brazos en jarras.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-Oh vamos Kik… No es para tanto, vamos a casarnos.- [FONT=&quot]Intentaba cambiar de tema y aguantarse de risa, lo cual era algo extremadamente complicada para él, pues no podía evitar pensar en el salto que pegó la pobre que por poco tira una de las lámparas del techo al soltar la escoba.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-No me cambies de conversación Inu. Además, tengo que decírselo a mis niñas, y aunque no haya problema con Rin, ya sabes cómo es Kagome. Calla y escucha,-[FONT=&quot] dijo al ver que el otro abría la boca para replicar sabe Dios qué, -que la lleve criando desde los 10 años porque sus padres no se podían permitir el lujo de dejar su trabajo ni medio segundo no significa que sea la misma niña que tú recuerdes. Ha cambiado, sabes que mis tíos murieron en un accidente el año pasado justo después de una fuerte discusión con ella, por eso en parte se siente culpable, aunque sus padres nunca hicieran su papel de padres. Desde ese momento me convertí en la tutora legal de ella y Rin; pero para desgracia, conoció a Hôuyo, quien parecía que podría hacerla sonreír, pero no hizo más que empeorar las cosas… forzándola.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]El asombro no se dejó esperar en el rostro de InuYasha, quien pasó de un estado de shock a uno de furia contenida. Ahora comprendía por qué casi siempre lo evitaba cuando él intentaba simplemente hablar con ella, o el recelo en su mirada cuando él estaba cerca, como si en algún momento fuera a hacerle algo malo a Kikyô.[/FONT]
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[FONT=&quot]-Pero ella debe comprender…[/FONT]
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[FONT=&quot]-A la gente le gusta juzgar por las apariencias sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Por eso son tan egoístas. Se creen superiores cuando humillan a otra persona sin darse cuenta de todo el daño que provocan.-[FONT=&quot] Interrumpió ella. Su mirada se tornó triste y su prometido se acercó rápidamente para abrazarla y que se sintiera protegida entre sus brazos.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-Si quieres no voy.-[FONT=&quot] Dijo de repente él.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-No. Quiero que vayas. No quiero que ella juzgue por a todos bajo el mismo criterio, no quiero que sea tan hipócrita como todos. No quiero que pierda de esa forma su autenticidad.-[FONT=&quot] Repuso la morena mientras revolvía el pelo rubio casi platino de InuYasha.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]Tras esta charla ambos decidieron seguir con su negocio y pensar en la manera en la que menos le afectaría a Kagome la noticia.[/FONT]
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[FONT=&quot]En la tarde, tras acabar las clases y de vuelta a casa, la azabache se encontró con un muchacho un tanto conocido al lado de Sango y Miroku, que la esperaban para regresar a casa. A medida que se acercaba más incómoda se sentía, pues la sonrisa tan galante del chico la ponía nerviosa y encima se sentía vigilada, observada, y sabía que nunca le fallaba ese sentimiento.[/FONT]
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[FONT=&quot]-Hola, ¿te importa si te acompaño de vuelta a casa?-[FONT=&quot] La suave vez del chico la sacó de sus pensamientos y se vio a sí misma reflejada en esos ojos cielo mientras su mente se bloqueaba. Aún así, observó de reojo cómo “disimuladamente” sus amigos se iban de lo más felices de la mano.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-Mira… No sé qué pretendes, pe-[/FONT]
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[FONT=&quot]-No pretendo nada. Sango es mi prima por parte de madre, por eso nuestros apellidos no coinciden. Y sólo te lo he preguntado porque vivimos cerca y porque no te fueras sola. No era mi intención molestarte.-[FONT=&quot] Aquella dulzura a la hora de hablar no la había escuchado en nadie, y como autómata accedió. Durante el camino fue descubriendo que Kouga no era un mal chico. Inteligente y maduro, la conversación que mantuvieron de vuelta le subió tanto los ánimos que ni siquiera protestó como siempre cuando vio a InuYasha en casa, pero no pudo evitar fruncir el ceño cuando su prima le comunicó entre tartamudeos y nervios, de manera oficial, que se casaban. Sin embargo, no quiso que nada le empañara ese día y subió a dormir tras dedicarle una clara mirada de advertencia a InuYasha que éste entendió a la perfección.[/FONT][/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT]
[FONT=&quot]Los días pasaban y dieron lugar a las semanas, y Kagome y su nuevo amigo se fueron conociendo más, y hasta salieron un par de veces al cine, pero todo indicaba que algo grande iba a ocurrir. Hay veces que las cosas son tan bonitas que no pueden ser ciertas. Y eso mismo le pasó a la chica. Además, ese sentimiento de ser observada no se iba ni a la de tres, y eso la inquietaba.[/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT]
[FONT=&quot]Aquella tarde habían quedado los cuatro, Kagome, Sango, Miroku y Kouga a ver la última película de estreno de amor-romance. Pero ella iba de mala gana, esas películas cursis no eran de su estilo, aunque no podía negar que también le gustaban. Al terminar ésta decidieron ir a tomar unas granizadas, y para cualquiera que estuviera ahí los vería como un par de parejas que pasaban una tarde cualquiera.[/FONT]
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[FONT=&quot]Pero alguien no lo veía así. Un chico ojos dorados los observaba detrás de unas plantas y sentía cómo su sangre hervía y le quemaba. Le quemaba ver cómo ese tal Kouga hablaba con semejante confianza con ella, le quemaba que ella le sonriera de esa manera tan niña u mujer… Le quemaba porque sentía que por primera vez le quitaban algo que le era preciado. Y se odiaba por tener ese sentimiento.[/FONT]
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[FONT=&quot]La gota que colmó la paciencia de Sesshoumaru llegó en el momento que Kouga pasó un brazo por los hombros de Kagome aprovechando que ésta miraba para otro lado. La muchacha se estremeció al sentir ese contacto pero se le heló la sangre cuando sintió los labios del castaño sobre los suyos; un roce tímido, pidiendo permiso, tan cálido y tan diferente de los labios de él… Aunque antes de que pudiera decir algo, Kouga fue literalmente lanzado con fuerza al otro extremo de la heladería. Todos giraron en dirección de la cosa o persona que había provocado eso, cual sorpresa para Kagome encontrarse con ese mar dorado.[/FONT]
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[FONT=&quot]-Bastardo… ¿Quién te crees para besarla?-[FONT=&quot] Las palabras que Sesshoumaru más parecía escupir destilaban veneno, y la furia se hacía presente por los temblores de su cuerpo.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-La pregunta es quién te crees tú, argg, maldito.-[FONT=&quot] Se puso de pie mientras se limpiaba la sangre de su boca, resultado del tremendo puñetazo del otro. -No eres nadie para mandar sobre ella, y que yo sepa, tampoco eres nada para ella.- Terminó Kouga arrastrando la última parte de su frase, consiguiendo que realmente Sesshoumaru empezara a perder los estribos.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-¡¡¡BASTAAA!!!-[FONT=&quot]Un grito quebrado por el llanto paralizó a todos en el lugar.- ¿Quién se creen los dos? Tú,-señalando a Kouga,-¿cómo te atreves a besarme? Y tú, idiota…-decía mientras las lágrimas caían libres de sus ojos negros, partiendo el alma y el corazón de los dos chicos,-¿cómo te atreves a seguirme y a espiarme? Lo que haga con mi vi-da es asunto mío, ¡¡¡MÍO!!! Me ig-noras día tras día, ¿con qué derecho vienes a reclamarme nada?[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]Salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían, corrió y corrió con sola la idea de llegar a la playa. Ver el mar era lo único que la relajaba, sabía que sólo ahí podría poner sus ideas en orden. En parte le alegraba que Sesshoumaru la “defendiera” en ese momento, pero… ¿Por qué había tenido que esperar hasta el último momento?[/FONT]
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[FONT=&quot]Tras la huida de la azabache, todo se sumió en un silencio sepulcral, tan solo roto al cabo de unos eternos minutos por la fría voz de Sesshoumaru:[/FONT]
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[FONT=&quot]-No te acerques más a ella, maldito. No juegues con ella… No juegues conmigo.-[FONT=&quot]Se disponía ya a marcharse cuando la voz de Kouga lo detuvo:[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-¿Acaso tú no juegas con ella? Sé qué clase de persona eres… Sesshoumaru, tú y yo no somos tan dife…-[FONT=&quot] Pero no pudo acabar lo que quería decir pues el aludido lo había levantado del suelo cogido del cuello de la camisa.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]-Somos muy diferentes. Jamás podrás ver a través de sus ojos. No creas que con palabras bonitas podrás atar a tu lado a una persona como ella. Parece tonta, se hace la tonta, pero no es tonta.[/FONT]
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[FONT=&quot]-Sesshoumaru, basta. ¡Vas a ahogarlo!-[FONT=&quot]La voz de Miruko le hizo reaccionar, y tirando al castaño al suelo se fue de ahí como si lo que acababa de pasar fuera cosa de todos los días. Su cabeza era también un hervidero, por un momento, sus impulsos y celos superaron a su orgullo y… “Kuso, ¿celos?” Se paró en seco y se pasó una mano por su rostro; realmente esa niña se había metido de lleno en su mente… y, para qué negarlo ya a estas alturas, en su corazón también.[/FONT][/FONT]
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[FONT=&quot]Dos amantes, separados por el orgullo y el tormento de un pasado doloroso, con miedo a amar por no querer revivir aquellos recuerdos que los carcomen desde el fondo de sus almas… ¿Realmente podrán ser felices algún día? ¿Realmente podrá el amor vencer tales obstáculos? ¿O dejarán que ese hermoso sentimiento languidezca por culpa de una posible traición y termine muriendo…?[/FONT]


Espero que os haya gustado!!! Y para cualquier cosa, ya sabéis!!! :P


Sin más... Cuidaos mucho!!! Ciao Kisses!!! Os quiere


Kikuyo