Contenido oculto Este microrrelato es fruto del reto que me puso HokageLaura con la premisa "muñecas de porcelana antiguas". Espero que os guste y creo haberme ajustado a la premisa. Si consigo poneros mínimamente un poco los pelos de punta, habré cumplido con mi cometido. Mirada de vidrio Era la primera vez que dormía en casa de su tía abuela, le estaba costando mucho dormir y aquel cuarto de invitados se le antojaba frío, poco familiar, hasta diría tétrico. Exploró la habitación y se topó con aquella espantosa mirada. Aquellos ojos de vidrio le transmitían una impasividad que le aterrorizaba. Le miraban fijamente mientras estaba tumbada en la cama. Un escalofrío recorrió su espina dorsal, sin casi esperarlo, le estaba causando pavor. Ojos fijos, sin pestañear, pero que parecían seguirla a donde fuese. Quiso levantarse, para darle la vuelta a aquella figura horrenda que quería recrear el cuerpo de una niña, pero no podía moverse. Estaba paralizada. Parecía que aquella muñeca le ordenaba que no se levantase. —¡Déjame en paz! —quiso gritar, pero nada salió de su boca, sentía como si esta estuviese sellada. Quiso mover los brazos, para intentar abrir su boca con las manos, pero nada, no podía mover ni un músculo. Escuchó una risita. Se estremeció, aunque el ojo de cualquiera ni siquiera podría notarlo con lo paralizada que estaba. Cerró los ojos, aunque no voluntariamente. Algo le estaba obligando a cerrarlos. Entonces se agudizó su oído. Escuchó correteo por la habitación, seguido de algunas risas. En esos momentos deseó gritar de puro pánico, pedir ayuda, pero no podía, no podía hacer nada. Solamente esperar que todo pasase, para bien o para mal. Notó algo frío en su cara y abrió los ojos, la porcelana de aquella muñeca estaba pegada a su cara y tenía sus ojos muy cercanos a los de ella. Algo le apretó el corazón. —Ahora eres mía —dijo una voz chillona y burlona. Se despertó rápidamente, incorporándose en la cama, respirando agitadamente, con las manos en la cara, sintiendo como estas se empapaban con las lágrimas que salían de sus ojos, de puro terror. Intentó tranquilizarse, haciéndose a la idea de que todo había sido un sueño, una terrible pesadilla. Pronto su respiración se normalizó. Estaba segura, a salvo. Sacó las manos de la cara y abrió los ojos. Y los vio, aquellos ojos de vidrio mirándola fijamente. Pero aquello ya no era una pesadilla, era la vida real y estaba a salvo. Se volvió a tumbar, pero antes echó un último vistazo a la muñeca de porcelana, que pareció esbozar una sonrisa burlona justo antes de que ella cerrase de nuevo los ojos.
Me ha encantado. La ambientación y la situación de la niña. Imaginaros de noche con una muñeca de porcelana y de repente te entran ganas de ir al baño. Dicho lo cual me voy a ver vídeos de gatitos adorables.
Por eso cumplo las necesidades básicas antes de ir a dormir y no tener la necesidad de ir al baño de noche, no es agradable XD. Respecto al relato, me ha gustado. Creo que la parte en que me empezó a dar algo de miedo fue cuando despertó por segunda vez, despertar de una pesadilla siempre es desagradable... Espera... Eso no había sido una pesadilla Por último la muñeca se divierte ¿No? Alguien que salga ganando de todo esto. Por un momento pensé que sería poseída o algo por el estilo ¿Tal vez estar bajo el tormento de la muñeca hasta que se vaya de esa casa sea lo mismo?
Odio las muñecas de porcelana o las de tela, cualquiera que tenga su mirada fija en la nada o aquellas que parecen seguirte con esos horrendos ojos . Mi abuela tenía una, parecía estar en todos lados. De hecho, estabas siempre con la preocupación de que no se te apareciese de repente por el pasillo mientras te dirigías a hacer pipi o que no te estuviera observando entre las sombras mientras andabas curioseando por donde no debías . Por suerte, el gato de mi abuelo la hizo añicos un día y todos los nietos fuimos felices por siempre xDDDD A todo esto, nunca me sentí tan identificada como ahora . El cagaso a esas cosas sigue intacto, . Lo amé .