Minutos de dolor

Hola! Bueno, aquí traigo este pequeño escrito. Ando mal con la inspiración y las ideas, así que perdonen si metí la pata :v Umm, también quiero hacer escritos de este genero, aprender a hacer escritos de este estilo pero mejores, claro está. En lo personal, creo que está falto de sentimientos y simplón :c Los comentarios constructivos me vendrían muy bien $:

Igual, espero que les guste y gracias por leer.

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Minutos de dolor​

Su cuerpo tembló con insistencia ante lo que estaba sintiendo, llevó su mano derecha a la herida mortal que residía en su pecho y un gemido de dolor escapó de sus labios; lo sentía, bajo su palma podía sentir el palpitar de su herida, el dolor físico que esta le provocaba sin intención de extinguirse, dolía como puñales en el corazón...

Su mano izquierda se abrió con pesadez y un pequeño estruendo hizo eco en su habitación, el cuchillo rebotó un par de veces alejándose de su cuerpo. Sentía que perdía la estabilidad y sus piernas empiezan a flaquear cediendo ante el dolor, es que… Dios ¡Dolía tanto! De golpe se sentó en el suelo, con la respiración agitada.

Varias lágrimas retenidas amenazaban con bañar sus mejillas, pero no, no tenía caso llorar en una situación como esa, él no se arrepentía de la decisión que había tomado. Al fin, después de años de depresión y sufrimiento, sería libre de tal agonía. El suicidarse fue la mejor opción.

Recostado en la pared, dejó caer sus brazos a ambos costado de su cuerpo y un fuerte temblor lo sacudió sin previo aviso, gimió como respuesta.

El dolor era insoportable, debía admitirlo, pero sólo tendría que soportarlo unos cuantos minutos, ser fuerte y aguantar tal agonía sólo unos minutos, luego no sentiría nada. Y eso quería.

Cansado estaba de soportar el dolor emocional que le provocó la pérdida de su esposa hace dos años, sí, ya había pasado tiempo “suficiente” para reponerse y seguir adelante, pero aquello era sencillamente imposible. Un deseo utópico. Él la extrañaba y la amaba tanto que iría con ella a dónde fuera que estuviera, no le importaba, sólo quería estar con ella nuevamente. Y lo haría sin importar el cómo.

Su rostro se contrajo en una mueca de dolor ante las constantes palpitaciones de su herida… ¿Cuántos más tendría que soportar?

—Sólo unos cuantos minutos de dolor… y luego me iré —susurró para sí mismo con voz quebrada y débil. Ya no poseía fuerza para hablar con aquella voz tan grave y ronca que siempre lo caracterizó. Ya no era el mismo.

Un fuerte mareo lo invadió y su vista empezó a nublarse, sus parpados le pesaban y la respiración se le cortaba. Se sentía lejos, fuera de este mundo, donde siempre quiso estar…

Una ola de frialdad lo sacudió y cada fibra de su ser temblaba con frenesí. Era el momento de partir, él lo sabía y lo agradecía. Sólo debía soportar unos cuantos minutos más de dolor y partiría sin boleto de regreso.

Tragó duro y cerró sus ojos con tranquilidad. Ahí estaba, recostado en aquella pared, a merced de la muerte. ¡Pues qué venga ya! Pensó.

—Sólo unos cuantos minutos…

Pero no logró terminar su esperanzadora frase, no esta vez. De sus labios escapó un suspiro agónico y con eso se le fue su desesperada vida. Cuanto lo agradecía…

Ya no tendría que soportar más minutos de dolor.