Miller's

Vuelve a soltar una risa ronca cuando coloca el último vaso en su lugar, que tintinea al chocar con los demás.

—¿Vas a decirme que no lo has sacado por rebote, Baxter? ¿No te lo dijo nadie directamente?

Se voltea para mirarte, saca un nuevo cigarrillo y lo enciende, para luego dar una profunda calada.

Cuando exhala libera una cortina de humo entre ustedes, el sol sigue filtrándose por una de las ventanas y le da un aspecto perlado, además de que hace respaldecer los ojos verde esmeralda de Hartley casi como dos faros.

—La enana de mierda que vapuleó a Andy Cullen con un bate, la loca que terminó con el doctor Hank. —Sonríe, una sonrisa muy digna de sí. Mezcla de condescendencia y altanería—. La chiflada que creyó en fantasmas, la que dejó la universidad, la que como tú no era más que una cría intentando resolver un trauma de mierda porque no encontró un buen doctor, queriendo traer justicia a este pueblo maldito y a mi hermano, su amigo. Margaret, Mae Borowski, es tu detective principal. Fue la que arrastró a todos a la boca del lobo. Si lo que te sorprende es escuchar el nombre de Borowski en la misma oración que Gregg y la Sociedad Histórica... Bueno, ya tienes de qué hablar con Culo Inquieto.

Hace un movimiento con la cabeza.

—Todo listo, enano. Es hora de que salgamos de aquí, pásame las llaves. —Alza la pata derecha, en espera de que le regreses lo que pide.

 

William Baxter

¿Rebote? No, nadie me había contado, aunque. Cierto es que la escena en sí es bastante... Curiosa, como si tocar el tema de la tal Borowski fuese vital. Y al parecer, lo era.

Mae Borowski... Si, creo que ya había escuchado de ella. Creo que inclusive tuvo que ver con todo esto, pero en aquellos momentos yo ni estaba en este pueblo.

—Mi detective principal... ¿Eh? Un momento—luego recordé la nota del periódico.
>>¿No pertenecía a ese grupo de los que un elevador estuvo por caer con un grupo de personas ahí? ¿Pero se salvaron? Porque leyendo noticias viejas de hace siete años, es lo que pude ver—. Dije ligeramente sorprendido, nada me garantizaba que era el mismo grupo, pero calzaba bastante bien, en especial lo que me contó Germ.

—Pero bueno... Supongo que ella también ya no está aquí. Y supongo que me comprendería. Bah, da igual—. Dije sin más, mientras escuché lo último y saqué las llaves, para aventarselos de vuelta, colocándome detrás para ya retirarnos.

 

Niega con la cabeza.

—Sigues más perdido que la mierda que va a dar al canal en el Inframundo —dice mientras abre la puerta trasera, le echa un ojo a los alrededores y sale por fin, vuelve a cerrar cuando lo has seguido—. Si sacaste esa información del microfiche de la biblioteca, te recuerdo que esa cosa guarda un registro de hace un siglo y en un siglo en este pueblo de porquería, muchas cosas salen mal en una mina. En lo único que acertaste es que tampoco está en el pueblo, aunque asumo que eso ya te lo debió decir alguien antes, ninguno de tus detectives está en el pueblo de por sí, al menos hasta que regresen Gregg y Angus.

Baja las escaleras que dan prácticamente al Snack Falcon, le echa un ojo a disimulado a Crangler y finalmente comienza su camino por el Towne, hacia Chestnut.

Contenido oculto

Si quieres seguir el rollo (?) puedes postear en la calle principal de Chestnut, porque Billy vive allí igual, y me etiquetas.
Si no, pues me dices en el perfil y damos por terminada esta parte del delirio.

 

Brooklyn Lester

Por suerte, no había perdido mucho tiempo en la biblioteca, aun cuando había tenido que buscar bastante en el microfiche. Genial, así podría seguir paseando por el pueblo y ver qué había nuevo por la zona... ¡quizás podría preguntar por el Harfest, también!

Mis pasos me acabaron por llevar al Miller's. Estaba segura que desentonaba demasiado con el ambiente del lugar pero, tampoco había muchos sitios para comer algo y quizás descubrir información en el pueblo.

Me senté en la barra mientras miraba con una sonrisa Billy.

—Buenos días —saludé, con tono amable—. ¿Qué tal todo? ¿Qué tienes hoy?

 

Billy enarca una ceja en cuanto te ve entrar al bar, pero se encoje de hombros de inmediato. Clientes eran clientes, ¿o no?
Al escuchar tu pregunta señala la pizarra en la pared tras él. Sus trazos pesados rezan: Hamburguesas a $3,75.

—Bienvenida al Miller's de nuevo, Lester. Bueno todo... igual de malo que siempre, nada nuevo al menos.

Enciende un cigarrillo y se lo lleva al hocico, para dar una profunda calada.

 

William Baxter

Poco después de abandonar el Snack Falcon, me dirigí al bar... Iba a esperar ahí a Gregg. Tal vez inclusive Billy daría sus opiniones al respecto, la verdad no lo se. También seguro vería a Angus, además que seguiría el consejo de Gregg sobre relajarme un poco, la verdad es que tiene razón y es lo justo. He pensado mucho en este caso desde que dio inicio, y debería ir a calmarme un poco, tal vez y hasta pediría una cerveza para calmar un poco las cosas.
Como era de esperarse, no me llevó ni un minuto y subí las escaleras para posteriormente entrar, vi a Billy por lo que le hice un gesto para saludarlo.
Poco después fui a sentarme en una de las mesas, sin pensar en nada en concreto, fue hasta ese momento que me di cuenta que Lester estaba ahí, por lo que musite sorprendido. No esperaba encontrarla por aquí.

 

Brooklyn Lester

Miré hacia la pizarra que estaba señalando, viendo que el menú del día eran hamburguesas. Huh, no eran muy caras aunque no me apetecía comer eso tan temprano...

—¿Servís té? Café también me vale... es que no puedo comer algo tan pesado tan temprano... —expliqué, rascándome el cuello con la pata con algo de vergüenza.

No mucho después, volví a colocarla sobre la barra.

>>Vaya, lo siento por eso. Ojalá diesen con el culpable de todo esto... Con lo tranquilo que es siempre Possum Springs...

 

Hartley suelta una risa nasal al escuchar tu pregunta. Té en ese bar de mierda, ¿pero qué pregunta era esa?

—Te ofrezco un café por $2,50, Lester. Si quiere té tendrás que hacértelo en casa —dice mientras prepara la máquina que usa para hacer su propio café—. Es un bar de pueblo, con costos servimos agua.

Una vez termina de preparar la cafetera, la enciende y su mirada se desliza a William, quien acaba de entrar y le regresa el saludo con un movimiento de cabeza.

La campanilla de la puerta al abrirse una vez más, un rato después de la entrada de Will, atrae la atención de Billy y por primera vez quizás desde que comenzó el desastre, su rostro muestra genuina alegría.

—Bienvenido —dice con un tono de voz completamente diferente—, grandulón.

—Pero si es Billy Hartley —responde una voz masculina, con tono algo plano.

—¿Se supone que fuese alguien más? ¿Qué te sirvo?

—Acabas de poner el café, ¿cierto? Eso estará bien.

Hartley asiente con la cabeza y prepara tres tazas. La de Brooklyn, la propia y la del recién llegado.

El chico toma asiento en la barra, a un par de espacios de distancia de Brook, y se quita la fedora de la cabeza. Es un oso corpulento, de pelaje castaño. Nadie más que Angus Delaney.

 

William Baxter

No sucedió gran cosa, hasta que la puerta sonó, y decidí no girarme hasta que la persona entrase y pudiese verlo, fue como poco después vi que era un oso, uno corpulento, por lo que al ver el gesto de Hartley lo intuí de inmediato, era Angus. Por los comentarios que me dió al platicarme sobre Gregg, no costaba darse cuenta, aunque parecía serio y callado, fuese como fuese. Nuevamente, solo tenía la ballesta en mi espalda como para poder captar su atención, sumando a Billy. Pero mas bien decidí no abrir conversación a menos que fuese necesario. De momento había tenido suficiente, y en cierta medida desconocía si Lester se había dado cuenta de mi presencia, ya que desde hace cinco días que parecía querer hablar conmigo.
Al final decidí recargarme en la silla, esperar a Gregg aquí era mi prioridad de momento, e iba a aprovechar este breve espacio hasta que lo viese para pensar mejor las cosas...
El tiempo se acaba, y tenía que encontrar las frases y palabras adecuadas para enterarme todo lo que se pudiese en el menor tiempo posible.

De hecho, es curioso. Pensaba que Angus ya estaba aquí desde hace mucho. Igual iba a dejarlos conversar, tampoco estoy tan desesperado como para dejar de pasar un par de horas inclusive. Así de paso podría saber como es Angus de forma indirecta...

 

Brooklyn Lester

Levanté las patas a modo de defensa en cuanto dijo aquello, riendo ligeramente mientras me encogía de hombros. No era un sitio que visitase a menudo, no tenía manera de saber que ahí no servían té... por mucho que pudiese o no aparentarlo.

Bajé las patas y giré la cabeza al ver que Billy saludaba a alguien, encontrándome con Will sentado en una de las mesas. Le sonreí a modo de saludo, pero antes de darme cuenta, otro cliente entró y... creo que nunca había visto a Billy con una alegría tan genuina.

El oso se sentó no muy lejos de mí y no pude evitar mirarlo con cierta curiosidad. ¿Me sonaba esa figura...? Al menos parecía que eran amigos, ¿no? Le di un sorbo al café antes de intercalar miradas entre ambos, sonriente.

—Perdonad la intromisión pero... sois amigos, ¿verdad? Soy Brooklyn Lester, encantada~

 

​

Angus Delaney

Dejé la fedora sobre la barra y luego me permití reposar los brazos a su lado, mientras veía al viejo Billy servir el café humeante en las tazas. Olía muy bien, a decir verdad, de hecho creo que podría reconocer el aroma del café de Billy en cualquier parte, aunque todos los café parecieran oler igual.
Me había atrasado porque al final había pensado en echarle un ojo a la vieja tienda de alquiler de películas de Possum, donde solía trabajar, solo por las dudas y me había entretenido más de la cuenta.

Al entrar y no ver a Gregg, imaginé que debería seguir en el Snack Falcon, distraído con Luna Crangler o regateando el casco ese raro por el que lo había llamado.

Una voz femenina atrajo mi atención minutos después que me senté y le di el primer trago a la bebida caliente, antes de que le dijera nada más a Billy. Giré el rostro, para verla a través de las gafas, era una chica joven, con pelo teñido en algunas partes, de rostro amable. Lo cierto es que no se parecía pero ni por asomo a las dos chicas que eran mis amigas.

Brooklyn Lester.

Lo cierto es que no me sonaba de nada, debía ser alguna chica de otro vecindario.

—Sí —respondió Billy entonces, seco como siempre, pero después continuó con algo más de ánimo en la voz y logró sacarme la sombra de una sonrisa—. Este grandulón que ves aquí es un buen amigo mío, Lester. Está de visita en el pueblo.

—Angus Delaney. —Me presenté entonces—. Mucho gusto, Brooklyn.

Estar de nuevo en Possum Springs era, por demás, bastante malo, nadie iba a negarlo. Pero al menos poder ver Billy le quitaba algo del mal sabor. Sobre todo sabiendo que estábamos allí luego de lidiar con la madre de Gregg y no solo por eso del casco, sino por aquella extraña llamada de Mae.

Siempre Mae.

Gregg terminaba arrastrado por ella, porque era esa clase de amigo, y yo terminaba arrastrado por ambos porque al final del día... eran lo más parecido que tenía a una familia de verdad. Y habían que ver las cosas tan descabelladas que hacía uno por la familia.

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yo: a mimir
también yo: la verdad, mejor contesto esta wea

 

William Baxter

Maldita sea, tal vez debí pedir algo de comer antes de que Angus llegase.
Fue lo que pensé antes de ver que Brooklyn me sonreía, por lo que correspondí y después vi la interacción entre los tres, parecía seco, tranquilo pero. Seco después de todo... ¿Sería una persona seria? Bueno, al menos al fin veo a una persona que no es tan hablantín de entrada.

Cuando acontece un cierto silencio, me decido...
—Billy. ¿A cuanto me dejas la hamburguesa y un refresco de cola? No he comido en toda la mañana—. Expresé con calma, ¿que iría ahora con Angus? No, no de momento.
Lo segundo sería el café, pero honestamente no me apetece un café ahora.

 

Las orejas de Billy se agitan en dirección a tu voz en cuanto hablas, se saca el cigarrillo del hocico y deja salir el humo lentamente antes de responderte.

—Te sale en $5,75, Baxter —dice para luego dar un trago a la taza de café.

 

William Baxter

—Con agua me basta entonces—. Le respondí, asintiendole, dando a entender que solo quería la Hamburguesa.
Vaya, eso se llevaría casi todo mi dinero, las cosas ya no alcanzan en estos días, se nota que la economía sigue muy deprimida en este pueblo.

Al final simplemente me vuelvo a acomodar y espero paciente a cualquier cosa.

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Como Gigi, pongo esto de relleno porque no sé qué decir y el post es jodidamente corto como para solamente dejar eso ahí bc yes (???)

 

Asiente con la cabeza, hace el pedido y un rato después suena la campanilla que anuncia que la comida está lista.

Billy llena un vaso con agua fría, toma el plato y finalmente deja ambas cosas frente a ti.

—Provecho, enano —dice para luego regresar sobre sus pasos a su lugar tras la barra.

 

William Baxter

—Gracias—. Respondí sonriendole agradecido mientras me disponía a darle el primer mordisco a mi hamburguesa, viendo afuera y percatándome que ya estaba atardeciendo. ¿Tan rápido ha pasado el tiempo? Demonios. Casi no he hecho nada, y eso que faltaba darme mi vuelta por la Biblioteca, inclusive por el Cementerio, pero honestamente siento que si voy algo podría pasar. O es simple delirio mío, como siempre.
Seguí comiendo con calma, hasta que había terminado, no hubo más actividad y decidí suspirar, acabándome el agua, ¿debería acercarme a Billy y a Angus? Bueno, al menos que sea para presentarme.

—Me alegro que el día se animase un poco, tocayo. Al menos aunque sea por un rato—le dije a Billy mientras me acercaba un poco, luego vi a Angus para reverenciar un poco.
—Hola, soy William Baxter. Es un gusto—me presenté, sonriendo mientras le extendía mi mano por si quería corresponder.

 

Angus Delaney

Había vuelto la atención al café luego de presentarme con la chica, dando un sorbo. Me había quemado la lengua, pero poco importaba realmente.

Billy atendió al recién llegado y al ebrio de turno con su cara de pocos amigos usual, aunque le había dicho provecho al chico. ¿Cómo lo había llamado? Enano... Así llamaba a Casey.

Una de dos.

Le tenía afecto.

O le preocupaba.

Era débil con los más jóvenes, lo sabía muy bien, lo era incluso desde que el mismo no era más que un chiquillo y perder a Casey solo había acentuado esa debilidad de su carácter.
Haría cualquier cosa por un mantener a un crío seguro.

Perder a un chico era su terror más profundo. Era tal que lo perseguía incluso en sueños.
Alguna que otra vez, cuando aparecía en Bright Harbor y se quedaba, lo escuchaba hablar dormido. Murmuraba el nombre de su hermano seguido.

Llevaba cerca de media taza de café cuando el chico de la hamburguesa se acercó y le habló a Billy.

—Bueno, dos bebiendo café y uno con una hamburguesa es mejor que el ebrio que a veces se duerme en su silla —respondió Hartley mientras encendía un nuevo cigarrillo.

Sus maneras de agradecer, concordar con otros o simplemente interactuar eran raras, aunque yo no era quien para estar hablando.
Giré apenas la cabeza cuando el chico se dirigió a mí, se presentó y extendió su pata.

Era un alaska joven, aún tenía rasgos de chiquillo, o bueno, nosotros estábamos viejos y me lo parecía. No me sonaba su cara de nada, pero bueno, ciertamente poco más hice en mi juventud que estar con Gregg y los demás.
Tomé su pata, correspondiendo el gesto.

—Seguramente ya me escuchaste presentarme, ¿o no? —dije con el mismo tono en que me había hablado a Brooklyn antes.

—Ah, Angus. Este chico me ha estado acompañando con el cierre de esta pocilga.

—Es bueno ver que el viejo Billy pidiese ayuda.

Lo escuché chasquear la lengua como respuesta. Era un tipo duro o se hacía pasar por uno, pedir ayuda no era precisamente su frase favorita.

—También fue el que encontró la ballesta de tu querido Culo Inquieto.

—Eso veo, sí —añadí mientras posaba la vista en el arma que cargaba el alaska. Era evidente que la había restaurado—. En fin, el gusto es mío, Will.

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Aquí aventándome partes del background de Billy por los puros loles

 

William Baxter

Reí un poco por la respuesta de Hartley, en un bar que suceda eso sin dudas es ganancia. Por lo que al escucharlo, saqué la billetera y le di el dinero correspondiente.
"Enano" la verdad es que no me molestaba que me llamasen así, de eso a que me traten como un niño sin dudas era mejor.

Luego miré a Angus, asintiendo.
—Angus Delaney, si. Muchas gracias—. Le sonreí respondiendole a lo de su nombre.
Nuevamente estaba por cagarla y decir que las cosas estaban feas, claro. Ya sé que ambos lo saben, pero quería hacerme el paranoico un rato, como con Gregg.
—Solo por ratos, platicamos un poco y listo. La verdad es que nos llevamos muy bien—reí ya que en realidad, dudo que Hartley y yo nos consideremos amigos siquiera.

Luego escuché lo otro de Billy, notando como miraba la ballesta, por lo que incliné un poco la cabeza, restándole importancia.
—Del Inframundo, recién la encontré—. Expliqué con calma.

—Pero bueno, ¿cuanto falta?—le pregunté a Billy para cerrar el local, creo que faltaba poco.—Tu sabes, para cerrar esto, veo que esta empezando a atardecer.

 

Angus Delaney

Gregg había tenido que dejar esa cosa allí hace años. Tuvo que dejarla porque si él disparaba, nos iban a disparar a nosotros y ya bastaba con haberle hecho daño a aquel tipo raro, el supuesto fantasma que acosaba a Mae, aunque de fantasma no tenía nada. Esas mierdas no existían.

De nuevo, la respuesta del chico logró sacarme la sombra de una sonrisa igual que Billy lo había logrado hace apenas un rato. Fuese como fuese, era claro que una parte del viejo Bill se había habituado a la presencia de su tocayo. Quizás veía en el una joven versión de sí mismo, menos tosca en el trato.

¿Del Inframundo? Entonces ese sitio, ese agujero maldito, tenía otra salida o una conexión con el canal que corría en el subterráneo.

Mi expresión no cambió, como era usual, me limité a darle un nuevo trago al café y para entonces ya Will se había dirigido al mayor de nuevo.

—En un rato, podemos esperar a Gregg e irnos todos juntos —dijo luego de echarle un ojo a la hora en el móvil. La puerta de la cocina se abrió entonces y salió una chica, que debía tener un par de años menos que nosotros dos quizás, un ave de plumas grisáceas y ojos azules. Se despidió de Billy y este se limitó a responder, con cierta indiferencia fingida—. Ve con cuidado, Marie.

 

William Baxter

Ahora que caigo en cuenta, cuando escuché por ahí que la mina seguramente tenía ya pasos inundados, no evité pensar en el Subterráneo mismo. Pero, es que sería complicado, osease sonaba bien que tuviese conexión, ya que ambos sitios son el subterráneo mismo. Pero pensar que haya una conexión es arriesgada, y si la hay. ¿Dónde podría estar y cómo se podría llegar? El sitio es titánico como para ponerse a explorar, y la inundación no ayuda.
—Claro, suena a una buena idea—le respondí a Hartley para cuando mencionó lo de Gregg, escuchando la puerta de la cocina, viendo al fin a la aclamada Marie, por lo que Billy se despidió sin más.

—Vamos tocayo, sonríe un poco. Es gratis—. Bromeé mientras me mantenía en mi lugar, no me sentía cómodo sentarme cerca o algo, aunque igual. Estar aquí presente ya de por si es como invadir.
Creo haber notado la breve sonrisa de Angus, aunque bien pudo ser la iluminación del sitio, igual no es como que fuese un detalle trascendental para mí.

—Hace poco hablé con Gregg, y la verdad es que no me parece tan Inquieto como le llamas, Hartley—. Le dije a William de nuevo.
>>Quiero decir, me agrada mucho su actitud. Pero que me parezca una bala la verdad es que no, o será que no lo he visto lo suficiente, cosa que no dudo. Pero por lo menos volvió a disparar esta cosa. Se le veía muy emocionado, en especial por Luna—. Reí de forma nasal, al recordar como ambos me dieron no solo el mismo consejo, si no que al unísono.

Luego me crucé de brazos, mas que nada para sentirme un poco más cómodo estando allí.