Miller's

En el rostro de Billy aparece una expresión de confusión cuando te ve entrar, termina de atender al único miserable que parece clavado a la barra y se dirige a tu mesa, cargando consigo un servilletero, en medio de ambos hay un pequeño panfleto, sostenido en su lugar por dos láminas de plástico acrílico. El panfleto tiene escrito con trazos igualmente torpes, la oferta del día: Dedos de pescado con patatas y una cerveza por $4,75.

—No voy a interrumpir tu momento depresivo. Si quieres pedir algo, llámame —dice sin más, para luego volver a su lugar tras la barra.

 

No parece que haya noticias relevantes el día de hoy, solo te saltan dos notificaciones bastante normales.

A los interesados:
Se solicita apoyo en labores de inventario y atención al cliente tanto en el Snack Falcon como en el Miller's.​

No se detalla nada más, casi pareciera un anuncio falso.

Otra notificación aparece.

¡Actualización Demontower!
Gracias a las labores del mismo fan que consiguió los logros de Demontower, en su versión de PC, puedan ser compartidos en línea, se ha logrado una versión móvil del juego, con las mismas características...
​

No parece que haya nada más.

Demontower desbloqueado.

Se trata de un juego 2D roguelike de avance por mazmorras, en el que controlas un gato blanco arquero que debe derrotar monstruos hasta lograr llegar al jefe y hacerse con la llave que le permitirá avanzar. Cuenta con nueve niveles.
Una actualización reciente hecha por un fan permite registrar el avance en internet y compartirlo con otros jugadores.

Puedes arrojar un dado de nueve caras si gustas jugar y ver a qué nivel llegas.
Los niveles ocho y nueve reciben una recompensa especial.

 

Pasas un buen rato jugando, pero no puedes avanzar más allá del primer nivel. Vaya, ¿quizás mañana se te dé mejor?

Te rebota un mensaje.

¿Qué? ¿Acaso creías que íbamos a darte un premio por esto?
Vaya, bueno... ten este cromo corriente por apoyar nuestro proyecto.
​

El cromo tiene simplemente el dibujo de una de las llamas magenta que representan las vidas dentro del juego y parece hasta un poco mal dibujado, pero bueno, es lo que hay.
Se añade a tus logros en el registro en línea.

 

El atardecer ha iniciado, el sol empieza descender con rapidez sobre Possum Springs y sus últimos rayos moribundos se cuelan por las ventanas, las puertas y cada rendija posible.
Hartley entrecierra los ojos cuando un rayo de sol se filtra al local, a través de las nubes de otoño, y le da directo en los ojos mientras sirve una de las últimas cervezas del día. Suelta una maldición por lo bajo, toma el dinero que le entregan y se dirige a la caja, regresa con el cambio y se saca el móvil del bolsillo mientras regresa tras la barra.

"Enano, el sol está cayendo. Va siendo hora de que regreses, puedes ayudarme a ordenar un poco este chiquero en lo que yo hago las cuentas de la caja y luego cerraremos".

Le da enviar sin mayor complicación, mientras otra persona llama su atención para pedirle una cerveza más. Pregunta si hay algo de comer, a lo que tiene que negar la cabeza. Marie ya se ha ido a casa, donde está segura.
El resto de los miserables sigue fuera, a ojos de quien sea que haya tomado a Kira Hackett.

 

William Baxter

Pasaron los minutos hasta que una nueva alerta llegó a mi móvil. Por lo que me dispuse a revisarlo mientras seguía reflexivo durante todo lo acontecido en el día. Por lo que al ver que era de Hartley asentí, leí el mensaje y al final, me levanté, me estiré y me dirigí al Miller's.

Poco después vi a Hartley ya contando el dinero, por lo que el que me viera ahí presente era obvio el porqué, por lo que solo esperé a que me señalase lo que necesitaba hacer.

 

Cuando entras, la última persona presente en el Miller's sale, despidiéndose con un movimiento de mano que Hartley apenas responde. Está contado el dinero de la caja, el de la semana pasada y parte de esta, porque ciertamente no hay caso en dejar el dinero contado todos los días con la cantidad de gente que llega.

Tiene un nuevo cigarrillo en el hocico y alza la vista cuando nota su presencia, colocando un fajo de billetes sobre la barra.

—¿Puedes echarle llave a la puerta, Baxter? —Se saca las llaves del bolsillo y te las arroja, con la fuerza suficiente para que lleguen hasta a ti pero no para que se te vayan a caer—. Limpia las mesas y coloca las sillas encima, ya sabes, con las patas hacia arriba, como en primaria.

Hace el gesto con una silla imaginaria.

—Yo terminaré esto y limpiaré la barra, luego enjuagaré lo poco que queda sucio. —Da una profunda calada y deja salir el humo por la nariz, luego vuelve a su tarea del contar el dinero—. ¿Quieres algo de tomar mientras lo haces? ¿Agua, un refresco, una cerveza, cualquier otra mierda que pueda haber en un bar?

 

William Baxter

Atrapo las llaves en el aire y asiento ante su comentario, por lo que me dirijo a la puerta y la cierro sin mayor problema con la llave, luego sigo escuchándolo para ahora buscar un trapo y humedecerlo con el grifo para ir limpiándolos, al terminar con uno, coloco las sillas patas arriba y voy con la siguiente mesa.

—Un refresco esta bien. No me apetece nadamas, gracias—. Le respondí con calma mientras seguía con la limpieza.

 

Vuelve a dejar el dinero sobre la barra, abre el enfriador y saca un refresco de cola, le quita la chapa y te lo deja en la barra. Continua contando.

Seiscientos.

Setecientos.

Ochocientos.

Noventa y dos.

Y los centavos que su puta madre va a molestarse en contar. Esos se van a quedar en la caja, el resto, a la caja de seguridad.
Es un pueblucho de mierda, pero no por eso va arriesgarse a dejar lo poco que logró ganar en una semana, para que un maldito fuese a romper una ventana para ver qué cojones puede robarse.
Mismo motivo por el que los enfriadores quedaban bajo candado, porque hay que ser jodidamente imbécil para arriesgarse a ser robado cuando todo Possum Springs está por irse a la total y absoluta mierda.

Se abre una cerveza para él mismo, luego de lavarse las manos, y toma un trapo que humedece con algo de detergente. Comienza a limpiar la barra, maldiciendo por lo bajo cuando ve las huellas de varias botellas marcada sobre la madera.

Jodidos borrachos hijos de puta, la próxima les metería los posavasos por el culo, a ver si no se acordaban de usarlos.

—¿Encontraste algo nuevo en tu investigación, enano? —pregunta, evidentemente resignado.

 

William Baxter

Cuando veo el refresco no tardó en ir a tomarlo para darle un trago y dejarle en un sitio donde no estorbase, siguiendo con la limpieza.

Vaya, cuando me giro brevemente a verlo mientras levanto otras sillas, lo veo maldecir por lo bajo... Ay, pobre hombre. Seguro se volvió así desde que perdió a Casey. Queriendo salir adelante, pero verme metido en esto solo le reaviva esos problemas y... Bueno, quisiera consolarlo pero es tan terco como para hacerlo.

Después escucho su pregunta, por lo que doy otro sorbo al refresco y sigo limpiando.
—No tiene porque ser el único tema aquí, si no quieres seguir escuchando mis delirios. Tal vez no sea el mejor con el que puedas hablar. Pero sé que te irrita esto y tampoco quiero andarte agobiando... Si, hallé algo pero sigo en cosas ambiguas—. Expresé como si fuese cualquier cosa.

 

Suelta una risa ronca, bastante apagada y suspira con pesadez mientras continua limpiando.

—Uno sabe ver un caso perdido cuando lo tiene al frente. No por nada te di esos números de teléfono, ¿o sí? —Le da un trago a la cerveza luego de apagar la colilla del cigarro en un cenicero—. Si vas a seguir metido en esta mierda, lo mínimo que puedo hacer, supongo, es que alguien, además de la niña bonita de Lester, te acompañe en esta puta locura.

No logra contener un gran bostezo, que deja ver cada uno de sus colmillos. Joder, tener casi tres jodidas décadas hacía que uno le diera sueño a las horas más raras.

—La gente corre menos peligro cuando está acompañada. ¿No es el mismo motivo por el que te tengo aquí, limpiando unas viejas mesas por cuatro jodidos dólares?

 

William Baxter

Lo miré con calma, se le notaba... Deprimido por verme metido en este agujero. Pero bueno, alguien debe hacer este trabajo.
—No puedo discutir con esa lógica. Tienes razón, tocayo—. Dije mientras subía otras sillas y procedí a otra mesa.
Luego con su segundo comentario, no evité reír un poco, encogiendome un poco de hombros.
—Lo curioso es que yo no les he pedido ayuda explícita, ellos son los que deciden meterse más en esta, seguramente muerte conmigo. Que ellos quieran involucrarse o no es decisión suya. Yo no obligo ni pido de favor que me acompañen. Soy un jodido loco que quiere lidiar con sus cosas—. Dije con calma, dando un sorbo al refresco.

Luego de dar el sorbo, me detuve a verlo y mirar a un lado, haciendo gesto de que también eso era cierto.
—Tampoco niego eso, quisiera tener al menos a alguien más de compañía. Que no flaquee al final. Aún así, agradezco que quisieras detenerme... Habría hecho lo mismo hace años. Solo quieres que se derrame menos sangre, y es de agradecer, es... Una forma liviana de dar apoyo a este pueblo ya tan extraño—le Sonreí levemente, con un gesto cansado también pero no necesariamente de sueño.

Poco después, fui a limpiar la siguiente mesa.

—A propósito... Alegrate... Gregg y Angus vendrán en unos días al pueblo, creo que deberías prepararte para darles una bienvenida o no sé. Tu sabes...

 

Hace el esfuerzo de contener un segundo bostezo, sin mucho éxito. La jodida Crangler seguro le pegó la vagancia, tenía que ser.

—Hombre, si sé que para hacer estupideces no falta el que se suma sin ser llamado. Hay que ser débil de mente, en más de un sentido, para meterse en una mierda de estas porque otro te lo pida y, tan siquiera quiero pensar, que lo mínimo que tienen ustedes es algo de jodida determinación. Los débiles que se dejan arrastrar por otros no llegan a ninguna parte, quiero decir, incluso los que tienen la iniciativa pueden cagarla... ahora imagínate un arrastrado. —Se encoge de hombros—. De todas maneras, con no hacer tu mierda solo me refería a los dos número que te entregué. Si alguien puede ayudarte con tu... lo que sea, son esos dos. Es mejor que tenerme únicamente a mí, con mis sermones de viejo de mierda, ¿no crees? Y el resto de pistas difusas que hayas encontrado.

Una vez termina con la barra, se dirige al lavabo, escurre el trapo y lo deja a un lado, para luego dedicarse a lavar los vasos sucios que quedan.
Coloca la cerveza en la orilla y está por dar un nuevo trago, cuando tus palabras atraen su atención. Sus orejas, con varios cortes en ellas, seguramente resultado de algunas peleas de su niñez o su adolescencia, se ajusta en tu dirección.

—¿Quién te dijo que vendrían, enano?

 

William Baxter

Lo escuché con atención mientras asentía, sonriendo ante su palabra de... "Determinación" y la verdad es que eso daba de lleno a lo que poseía. Estaba determinado a parar con estas cosas.
—Locura, Determinación y algo de idiotez es lo que se necesita aquí—. Reí ligeramente, montando otras sillas.
—Lo sé, lo sé. Creo que no me expliqué, y lo agradezco. Que tus comentarios sean rudos o no da igual, es tu estilo al fin y al cabo... Ese tal Drey halló una libreta extraña y en ella alguien escribió cosas raras, algo sobre un tal Eide, ni puta idea de qué sea—. Dije con calma mientras me hace la última pregunta, sonriendo.

—Crangler le habló a Gregg porque manos largas quiere venderle un casco todo raro de la primera guerra, o algo así. Por lo que de alguna forma lo convenció a que vendría. Cuando Luna me vio con su ballesta, le conté lo que me dijiste y de ahí me dijo que en unos días vendrá. Bobby y los demás se reunirán en el Snack Falcon. Y claro, vendrá con Angus.

 

Eide.

Eide.

Le suena de algo y la vez de nada. Lo deja pasar, centrándose en lo demás que dices.

—Ah sí, fui yo quien envió a Jum con Crangler, pensando en que Gregg quizás querría esa cosa —dice luego de darle el trago que planeaba antes a la cerveza—. Pero no creí que Culo Inquieto fuese a venir como resultado de eso, como sea, supongo que será bueno verlos, tanto para mí como para ti y tus locuras.

 

William Baxter

—Oh, así que fuiste tu—rei otro poco, terminando con la mesa.
>>Supongo que el que venga es muestra de que no cambia—. Comenté con calma, mientras daba un sorbo más a su bebida.

—¿Crees que me ayude en esto? Honestamente no lo creo—volvi a reír.

 

Termina de lavar los vasos y comienza a secarlo, para luego colocarlos en su correspondiente lugar mientras se baja lo que queda de su cerveza.

Se encoge de hombros ante tu pregunta.

—No lo sé, aunque Gregg es impulsivo que te cagas, si logras interesarlo o provocarlo lo suficiente, se irá completamente de cabeza. Así terminó metido en la puta Sociedad Histórica con Borowski a mitad de la noche.

 

William Baxter

Reí otro poco, mientras me terminaba la botella de cola. Ladeando la cabeza confuso.
—¿Borowski?—. Pregunté confuso mientras terminaba de colocar las últimas sillas.

—Y bueno, ya se verá. Aunque algo me dice que me terminará ayudando... Quien sabe.