Mientes. [SessxKag]

Mientes. [SessxKag]

Mientes​

Song-Fic​

Kagome​

Lugar: Londres.
Año: 1885/ XIX
Sitio: Palacio de Westminster​

La música inundaba el salón de baile, en el que, varios duques y nobles se movían al compás de la música celebrando el nuevo año que daba comienzo a nuevas oportunidades, nuevos deseos y nuevos sentimientos. Era un total remolino de los finos vestidos de las jóvenes invitadas por duques, dando vueltas junto a sus acompañantes, regalando sonrisas que expresaban un tierno Te quiero.


La orquesta termino su segunda canción, haciendo realizar a los duques y a las jóvenes una reverencia para cambiar de pareja y empezar así la tercera canción con una fina melodía proporcionada por los múltiples violines presentes.


Una joven de finos trazos, bajo como una exhalación apenas visible por entre las escaleras del ala sur, llevando al mismo tiempo que llegaba al final de estas, las dos manos para pasarlas rápidamente entre los pómulos y así quitar de antemano las gruesas lágrimas que hace un momento corrían por su cara. No dejaría que nadie la viera en ese estado. Soltó una gran bocanada de aire al darse cuenta que lo estaba reteniendo, y se encaminó por entre los remolinos de diversos vestidos obstruyendo su huída.

Tú llegaste a mí vida para enseñarme,​

Tú supiste encenderme y luego apagarme ​

Tú te hiciste indispensable para mí y…​

Se movía de un lado a otro, buscando cualquier lugar para dejar atrás aquellos malos recuerdos, para dejar atrás a aquel con el que pensaba pasar su vida, a aquel al que le entregó cuerpo y alma, a aquel con el que pasó buenos momentos, a aquel que le entregó su corazón y lo destrozo en pocos segundos…


- Señorita muévase, este no es el lugar más apropiado para quedarse parada. – Dijo un señor de fino traje, posando su mano sobre el hombro de ella.


Se sobresaltó al escuchar aquella voz ronca, para luego recorrer rápidamente la pista de baile con la mirada, y darse cuenta que en un tiempo determinado sus piernas le habían fallado quedándose estáticas mientras sus pensamientos viajaban lejos de ella.


- Lo siento. – susurró con una voz muy queda, para ponerse de nuevo en camino a su única salida.


Los ojos le escocían, ya no podría retener por más tiempo aquellas lágrimas que se avecinaban para llenar de nuevo todo su ser de rabia y tristeza. Pasó por entre las parejas danzantes, sintiendo envidia, viéndolos disfrutar de la música que los rodeaba y de la persona a la que acompañaban. ¿Porqué InuYasha le hiso eso? ¿Qué había hecho mal?


- ¡Kagome!


Cerró con fuerza los ojos y cerró las manos encajándose así las uñas en la piel. Respiraba entrecortadamente, no quería voltear, no debía voltear, pero sin permiso alguno sus piernas estaban dando ya la vuelta, para abrir de golpe los ojos y encarar a unos ojos dorados bajando ya las escaleras, por las que ella hace unos momentos había bajado, por las que ella había buscado su salida de ese utópico momento.


Giró sobre los talones y corrió, corrió alejándose de él.

Y con los ojos cerrados te seguí​

Si yo busqué dolor lo conseguí​

No eres la persona que pensé, que creí, que pedí.​

Empujó a toda persona que se le cruzaba en el camino, ya no le importaba que la vieran, ya no tenía importancia, ya nada tenía importancia. Su corazón estaba roto y con ello su alma.

Abrió con desesperación las grandes puertas del palacio, para así dar el primer paso fuera y sentir la fresca y tranquila ventisca que le acariciaba la piel, cerró por un momento los ojos disfrutando esa tranquilidad que deseaba sentir en su interior, suspiró al saber que eso era imposible. Desabrochó sus zapatos para luego dejarlos ahí tirados uno sobre él otro, arrancó de su cabello las pequeñas horquillas que tanto tiempo le había tomado ponérselas todo para estar bella para Inuyasha, soltó una risa histérica, que ironía.

Descalza, bajo corriendo los últimos escalones para quedar entre las calles pobladas de carruajes de los diversos invitados de esta noche. Por lo menos, se dijo, alguien sí disfrutaba de la fiesta.

Atravesó las calles para quedar frente a la vista del Támesis, aquel rio tan pacífico, reflejando en su seno la silenciosa luna, era el lugar al que siempre acudía, el lugar que siempre la escuchaba, el lugar que nunca le mentía.

Mientes, me haces daño y luego te arrepientes​

Ya no tiene caso que lo intentes​

No me quedan ganas de sentir.​

Caminaba tranquila por detrás de la cerca que separaba a las personas de la influencia de las aguas del rio. ¿Cómo fue que pudo creer en sus palabras?

- Te amo Kagome. – dijo una vez InuYasha susurrando en su oído, dejando estremecer a Kagome por el leve contacto de sus labios.

- ¿Enserio?

- Siempre te he amado, y lo haré hasta el fin de mis días.

¿Cómo nunca se dio cuenta de su farsa? Nunca la amó como ella lo hacía con él, nunca correspondió a sus sentimientos, sus palabras eran una total mentira.

El aire jugaba con su cabello azabache, meciéndolo frenéticamente de un lado a otro, reflejando en su cara el típico y tranquilizante tono azulado de la luna, siendo testigo una vez más del daño causado por el amor. La leve melodía del palacio de Westminster junto al susurro de las hojas inundaba toda la zona. De nuevo la rabia llegó a todo su ser, cerró con fuerza los ojos al recordarlo. Suspiró. No valía la pena gastar su tiempo pensando en él, al fin y al cabo ya era pasado.

- No deberías estar sola.

Por segunda vez se sobresaltó al escuchar una voz detrás de ella. Soltó una serie de palabrotas para luego borrar con el dorso de la mano las gruesas lágrimas que aún corrían por su cara. Giró sobre los talones.

- ¿Sesshomaru?

Llegas cuando estoy a punto de olvidarte​

Busca tu camino en otra parte ​

Mientras busco el tiempo que perdí​

Y hoy estoy mejor sin ti.​

Él se encogió de hombros.

- Tengo entendido que ese es mi nombre. Vaya dilema.

Kagome sonrió levemente.

- ¿Qué haces aquí? – le lanzó una mirada desconfiada. – Si has venido a llevarme de nuevo a ese infierno. – dirigió rápido la mirada al palacio y de nuevo lo encaró a los ojos. – Estás perdiendo tu tiempo.

Un pequeño músculo dio un tirón en la comisura de Sesshomaru, muchas veces era difícil interpretar los sentimientos de este. La observo detenidamente, escrutando su cara con sus llameantes ojos dorados, mostrando como siempre su típico semblante frio.

- No voy a perder mí valioso tiempo en convencerte a que entres ahí de nuevo. – hiso una pausa para meter las manos a los bolsillos de su saco. – solo salí a tomar un poco de aire y me encontré con… - la observo de abajo hacia arriba, desde sus pies descalzos hasta su indomable cabello azabache. – esto.

Kagome se cruzó de brazos.

- Bueno ya has visto y apreciado todo en primera fila. – realizó un ademán con la mano. – ya te puedes ir.

Sesshomaru dio un paso más hacia adelante para posar su mano bajo la barbilla de la azabache, levantando así más su cara y dejarla al descubierto bajo la tenue luz de la luna.

- Has estado llorando. – afirmó.

- No me toques. – masculló Kagome, mientras giraba bruscamente la cabeza para quitar de encima la mano, que ahora yacía alejada de ella. – No cabe duda que eres igual a tu hermano. – sin poder evitarlo, las lágrimas que hace unos momentos retuvo con esfuerzos, salieron precipitándose bajo gruesas lágrimas en sus pómulos.

Voy de nuevo recordando lo que soy​

Sabiendo lo que das y lo que doy​

El nido que buscaste para ti y…​

Sin quiera dejar reaccionar a Seshomaru, Kagome corrió de nuevo siguiendo el camino del rio que seguía sus pasos bajo pequeñas hondas azules persiguiendo su rastro.

El suelo bajo sus pies se sentía frio y sucio, pero ya nada importaba, ya no importaba como luciera, ya no importaba más su vida, y mucho menos ya no importaba más su corazón…

Giró un poco la cabeza sobre su hombro, para encontrar a Seshomaru en el mismo lugar en el que lo había dejado sin ninguna expresión en su rostro. Las puertas del palacio se abrieron precipitadamente para dejar a la vista al segundo peli-plateado, bajando así las escaleras para encontrar con la vista a aquellos tristes y desolados ojos chocolate.

- ¡Kagome deja que te explique todo! – gritó mientras cruzaba la calle para quedar un poco más lejos de donde se encontraba Seshomaru. – Todo fue un mal entendido.

- ¡Dejame…!

Lo siguiente pasó muy rápido. Los ojos de Seshomaru se abrieron de par en par, gritando hacia Kagome una serie de palabras, mientras ella lo único que escuchaba era su corazón que palpitaba desbocadamente, todo a su alrededor dio un giro brusco, dio unos cuantos pasos hacia atrás… y resbaló del sendero, cayendo así en las profundidades del Támsesis.

Y el tiempo hizo lo suyo y comprendí​

Las cosas no suceden porque sí,​

No eres la persona que pensé, que creí, que pedí​

La fría corriente del agua la rodeó completamente. El poco oxígeno que tenía como reserva salió sin previo aviso por entre sus labios, ocasionando que el terror se acumulara completamente en su cuerpo. Trato sin éxito alguno poder coordinar bien sus piernas para así poder impulsarse hacia la superficie, el agua se encontraba a bajas temperaturas ocasionando la lenta circulación en sus piernas y la torpe coordinación de ellas.

Poco a poco su cuerpo era empujado cada vez más por el peso de la gran cantidad de agua que yacía sobre ella. Dejó de luchar. Si eso era lo que le deparaba el destino lo aceptaría completamente, puede que eso era lo que le deparaba su vida, una vida sin Inuyasha era igual a la muerte de su vida.

El agua comenzó a subir por sus fosas nasales. Cerró los ojos esperando el momento. Sintió como sus pulmones ardían, ardían en llamas, en busca de una pisca de aire mientras este era penetrado por grandes bocanadas de agua.

No las podía sentir ni ver pero de algo si estaba segura, sus lágrimas caían, caían sabiendo ya lo que se avecinaba.

Mientes, me haces daño y luego te arrepientes​

Ya no tiene caso que lo intentes ​

No me quedan ganas de sentir.​

Sintió como todo el mundo se movía, brazas de agua le golpeaban de un lado a otro el cuerpo, hasta que sintió como el aire golpeaba febrilmente su cara ocasionando que sus ojos se abrieran de golpe viendo a primera vista el manto negro de la miles de estrellas presentes. ¿Es qué acaso estoy en el cielo? , pensó.

- … tonta, no te olvides de respirar.

No le dio tiempo de girar la cabeza, su estómago regresó precipitadamente toda aquella agua que había almacenado “temporalmente” en su cuerpo, dando así paso a los incontrolables ataques de tos, irguiendo el cuerpo para poder desechar toda esa agua.

Parpadeó.

- ¿Sesshomaru? – graznó

Sesshomaru se dejo caer hacia atrás, levantó la cabeza hacia la luna y suspiró.

- ¿Es qué a caso es difícil aprenderse mí nombre? – respondió.

- ¿Es qué a caso no puedo asegurarme de que no te hayas cambiado el nombre? – le regaló una sonrisa mientras el incómodo ambiente entre ellos se disolvía.

Bufó.

- Que graciosa Higurashi.

Kagome se encogió de hombros.

- No me gusta abusar mucho de mi bien perfeccionado sarcasmo pero cuando la situación lo llama debo responder. – sonrió.

- ¿Cómo te sientes?

Realizó un rápido examen interior, sus brazos y piernas le dolían un poco pero nada por qué preocuparse, su garganta ardía como los mil demonios, y la cabeza parecía querer explotarle tarde o temprano

- Bien, nada roto.

Gruñó en señal de afirmación.

- ¿Dónde está InuYasha? – paseó la mirada desde el Támesis, hasta las puertas del palacio para después volver a posar su atención en Sesshomaru.

Frunció el ceño.

- Ni me lo recuerdes. El muy sin vergüenza regresó por donde había venido como si no hubiera pasado nada. Es un idiota. - masculló

Llegas cuando estoy a punto de olvidarte​

Busca tu camino en otra parte​

Mientras busco el tiempo que perdí​

Y hoy estoy mejor sin ti, y hoy estoy mejor sin ti.​

Kagome cerró los ojos.

Claro, como pudo haber imaginado que él regresaría por ella, explicando que todo fue un cruel sueño que jamás ocurrió, salvándola de aquel rio…

¿Su salvador? Una imagen de aquel peli-plateado de hielo apareció tras sus párpados, él la salvó, no lo pensó ni un segundo en ir por ella, la salvó de una muerte segura… sin esperar nada a cambio.

Abrió los ojos… se encontró con un Sesshomaru completamente distinto al que conocía: la miraba tan cálidamente que juró sentir aquel calor en sus propios ojos, una sonrisa recorría su rostro mostrando unos curiosos hoyuelos, un sentimiento de protección desprendía su ser…

- Ya no te preocupes más por él. – dijo Sesshomaru. – No merece si quiera tu atención.

Kagome sonrió.

- Me has salvado… - afirmó – Sin siquiera pensar en tu fino traje. – observo con detenimiento su traje mojado dejando un charco bajo él. - Debe haber una forma de cómo pagártelo.

Sesshomaru la miró de hito en hito, mientras su sonrisa crecía aún más.

- Creo que hay una forma.

- ¿Cuál es? – preguntó con un tono curioso.

- Que me dejes acompañarte a tu casa.

Kagome lo miró con desconcierto.

- ¿Enserio?.. este… claro.

- En ese caso en marcha.

Se puso en pie para luego brindar una mano hacia Kagome, recibiendo gustosa la ayuda para luego dirigirse hacia el tumulto de carrozas en espera del fin de la fiesta. No sabía cómo interpretar lo que sentía, él la hacía sentir segura, fuerte, y lo más importante: ya no se sentía sola.

Caminaron un poco más hasta que sus figuras se perdieron bajo el inmenso manto de la noche presenciando el renacimiento de un nuevo sentimiento.

Y hoy estoy mejor sin ti…​

 

Re: Mientes. [SessxKag]

October: muchas gracias por comentar mí Song-Fic... ¡wow! todo un alago para mí viniendo de tí esas palabras, que bueno que te haya gustado la idea que llevaba pero si yo también lamento el haberlo hecho corto pero como comprenderás eran momentos de No-Inspiración. xD

Kurayami: ¡Gracias a tí por leer este Son-fic y comentar! Enserio cuando leí tu post me subiste realmente el ánimo n_n, ¡ja ja! ¿Enserio crees que es el mejor? xD wow hoy a todas les dió por alagarme, ¡gracias!

Bettytoon: ¡Gracias por leer! Bueno si he pensado en hacer una segunda parte pero todavía no estoy segura, me pone feliz el saber que alguien si quiere continuación, ¡gracias!

 

Re: Mientes. [SessxKag]

Inariamy: ¡Gracias por leer! Y no, no es mí primer Song-Fic, en realidad no llevo la cuenta, ¡ja ja!, ¿Tengo mí primer Fan? ¡¡Gracias Inariamy-san!

Kathya: ¡Gracias por leer! Bienvenida de nuevo al foro, y me da mucho gusto que hayas leído mí Song-Fic, y si, no le quería quitar su personalidad a Sessho (Me gusta más cuando es frio xD) pero si lo hacia así no se a donde hubiera dado la historia, pero de todas maneras gracias por comentar, me has animado a seguir escribiendo con tu comentario, ¡Gracias!