Miedo

Tema en 'Relatos' iniciado por Red, 4 Febrero 2013.

  1.  
    Red

    Red Entusiasta

    Aries
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    Título:
    Miedo
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    Para todas las edades
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    Tragedia
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    1
     
    Palabras:
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    Miedo

    "El miedo es una sensación curiosa. De entre todas las cosas que escribo, con el miedo es con lo que mejor me lo paso. Puedo escribir sobre comedia, amor, fantasía, ficción, historia... pero cuando escribo sobre el miedo, recuerdo cada palabra que pongo y cada pensamiento que me viene a la cabeza cuando la pongo.

    El miedo, es la única emoción que puede compararse al amor. Ambas sensaciones pueden llevarte a hacer locuras que jamás harías en tu sano juicio, ambas emociones son capaces de llevarte hasta el límite, de hacerte reír, llorar... de hacer que el corazón se te ponga a latir tan rápido que temes que te de un ataque. Ambas sensaciones te hacen recordar ese momento en el que las sientes para toda tu vida, son sensaciones inolvidables. Pero, a diferencia del miedo, el amor se pierde, y cuando el se va, sientes que no te queda nada mas que el recuerdo de tiempos mejores, te hace conocer el vacío y el dolor. Muy pocos son capaces de catar el amor en su máxima expresión, y por ello, muy pocos realmente comprenden el amor, por eso cuando se lee sobre el amor, muy pocos comprenden lo que realmente quieren decir esas líneas. El amor, es muy jodido.

    Por el contrario, todos conocen el miedo, no hace falta explicarlo puesto que todos sienten miedo de una cosa u otra. El miedo te hace sentir vivo, te hace apreciar la vida, el miedo te lleva a proteger lo que mas quieres, el miedo te hace vivir. Cuando alguien lee sobre el miedo, entiende a la perfección lo que se dice, puede que no comprenda a lo que está destinado, pero comprende lo que es sentir miedo. A diferencia del amor, todos sienten miedo. E incluso el amor está ligado al miedo, el temer perder lo que mas quieres, o temer volverlo a encontrar. Es el sentimiento mas natural y quizás el mas puro.

    Es el miedo el que te hace quedarte en un lugar cuando sabes que el exterior es aterrador, es el miedo el que te hace ponerte en medio de una bala y un ser querido, es el miedo el que crea la guerra, y es el miedo el que acaba con ellas. Es el miedo lo que me tiene aquí encerrado en este cubículo de 3 metros cuadrados junto a mi buena amiga, la rata muerta en descomposición, que me sirve de compañía y alimento.

    Es el miedo el que hace que los que están ahí afuera quieran matarme, tienen miedo de mi, por que pienso diferente, por que no soy como ellos. Temen lo que sea capaz de hacer, o lo que ya he hecho, temen que ellos no puedan ser libres, cuando realmente el miedo les encadena en la oscuridad. Yo no estoy encarcelado aquí dentro, ellos están encerrados ahí fuera. Yo soy libre porque acepto lo que pienso, ellos están encerrados porque temen pensar libremente.

    Mi amiga la rata y yo os deseamos felicidad, os deseamos un mundo libre y con miedo de perder lo que mas quieres, porque eso significa que lo tienes."

    Después de tanto tiempo encerrado aquí, empiezo a apreciar este pequeño cuarto. Pero lo que mas he aprendido a apreciar es el silencio y la calma, de personas que pedían piedad y gritaban por ayuda, los que llamaban a Dios, los que gritaban de ira, los que amenazaban mientras pedían que la parca les vengara. Han pasado algunos días desde que se oyó el último de esos gritos, y hoy, por fin me tocará a mí guardar silencio.

    He terminado mi carta, y puede que nunca la lea nadie, pero me ha llevado 3 semanas escribirla, he elegido cada palabra con sumo cuidado, y con suma calma. Me hace feliz saber que la he escrito, no hay nada como una obra póstuma, la gente siempre se quedará con críticas que decir, o con quejas que a nadie realmente importen.

    Miro a mi pequeña amiga la rata, ya destripada en su día para conseguir carne, tumbada ahí. Ella sabe mucho de mi, y yo nada de ella, que injusto. La echaré de menos.

    El ruido de una puerta metálica abriéndose me saca de mis pensamientos. Sonrío y coloco mi carta sobre mi pequeña rata. Me pongo de pie y me arreglo el traje, ya destrozado y desgarrado, para mostrar mi dignidad, la que me queda, a los que serán testigos de mi muerte.

    -Parece, que usted es el siguiente -dice el buen carcelero que me ha cuidado todo este tiempo, un buen tipo la verdad, siempre se quedaba a escuchar mis historias.

    -Bien... ¿Cree que si les cuento un chiste me dejarán ir?

    El comentario hace sonreír al joven carcelero, que me mira con tristeza. Se aparta a un lado y me cede el paso, a lo que yo sonrío con cariño. Agradezco el no usar grilletes, ellos saben que no podría ir a ningún lado, y también que ni siquiera lo intentaría, estoy demasiado viejo, y demasiado gordo.

    Camino en silencio entre celdas vacías, y por fin, desde hace mucho, veo el sol sonriendo por el marco de la desportillada puerta que me separa de mi no tan trágico final.

    Al salir, soy conducido en completo silencio hasta una plaza, donde muchos miran pero pocos hablan. Frente a mi veo a un pelotón de fusilamiento. Me sorprendo al verles, les reconozco a todos. Jóvenes que corrían por mi barrio cuando yo no era tan redondo, niños que jugaban sin preocupación por las calles con trapos inflados, niñas que se reunían para hablar de un futuro mas esperanzador. Todos me conocen, y yo les conozco. Me miran con pena, pero no la suficiente como para intervenir. El pelotón apunta hacia mi.

    -Un poco tarde para incluirles en mi círculo de amistades, ¿cierto?

    Algunos bajan los rifles, otros lloran, algunos sonríen ligeramente. Puedo ver, que ninguno quiere hacerlo, el matarme, pero todos lo necesitan, porque me temen, a mi y a mis ideas.

    -¿Unas últimas palabras?-me pregunta un señor con una bolsa de tela en las manos, él me mira a la cara, es un poco mayor que el resto, puedo notar tanto su aprecio como su desprecio por mi.

    Guardo silencio, miro a todos y tomo aire.

    -Podréis quitarme mi casa, mis tierras, podréis quitarme mis riquezas, mi familia, mi futuro y mi pasado, podréis quitarme, como vais a hacer en breve, la vida. Pero hay algo que nunca podréis quitarme.

    Se hace un silencio, nadie dice nada. El pelotón me apunta. Entonces, un pequeño, acompañado de su madre y abrazado a ella, grita en alto hacia mi.

    -¿Que es, señor?

    Yo, sorprendido, le miro y le sonrío.

    -El miedo que siento ahora mismo.

    El guardia me pone la bolsa en la cabeza, yo miro al frente, y cierro los ojos con una gran sonrisa en la cara, sintiéndome mas vivo que nunca. Aunque la verdad, es que tengo mucho miedo.

    Dedicado a Pedro Muñoz Seca
     
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  2.  
    Mellorine

    Mellorine Usuario popular

    Capricornio
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    No se por qué, pero me ha encantado. Quizás por la forma en que describes esos sentimientos de forma tan acertada, quizás por esa penúltima línea que ante tanta tragedia y pena, me ha sacado una sonrisa, o simplemente porque la historia es buena y punto. Sea por lo que sea, sentí la necesidad de comentarte y hacértelo saber.

    Saludos!
     
  3.  
    Red

    Red Entusiasta

    Aries
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    Escritor
    Se agradece el comentario, siempre son buenas unas palabras de ánimo. A fin de cuentas escribo para pasar el rato y para entretener a la gente, me alegra haber cumplido ambos requisitos con esta historia.
     
  4.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Me ha gustado. Primeramente porque no hacía mucho estaba pensado y reflexionando acerca de los sentimientos y analizando bien me di cuenta de que, es verdad, el miedo es grande, enorme, bien podría ser mejor rival para el amor que el odio, por su influencia, por su poder, por la manera que domina a cada ser humano. Creo que muchos damos por sentado esta emoción y no deberíamos, porque como bien dice tu escrito, es la que no lleva al límite de nuestra razón, la que no vuelve locos, con tal de simplemente evitar que se nos acerque. Insisto, me gustó. Gracias por compartirlo.

    Hasta otra.
     
  5.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

    Sagitario
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    Escritora
    Vaya Red, fue una sorpresa encontrarte aquí en FFL. Debo decir que la historia me gustó mucho, sobre todo por quien es el protagonista. Uno se queda con una sensación de tristeza al recordar cmo terminó este escritor. Al final de la historia utilizaste muy bien sus palabras finales.
    Tu narración es bastante fluida y la ortografía excelente, aunque repetiste bastante las palabras "miedo" y "amor" en el primer y segundo párrafo y eso hace que la lectura se vuelva un poco agotadora.
    Cuando se trata deliteratura narrativa debes escribir las cifras en su connotación léxica y no con números. Otra cosa, en los diálogos utiliza guión largo.
    Sería interesante leer algúna otra historia tuya donde hables de otras emociones. Un pacer haberte leído. Saludos.
     

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