Mi seductor e irresistible chofer [Inu&Kag]

Re: Mi seductor e irresistible chofer [Inu&Kag]

Mi seductor e irresistible chofer​

Capítulo X

-¡Kikyou!-Gritó asombrado InuYasha levantándose de golpe del sofá.

-InuYasha amor, que gusto verte.-Dijo sonriendo coqueta.

-¿Se conocen?-Pregunté desconcertada observando a Kikyou quién sólo sonreía coquetamente. Luego me fijé en InuYasha quién miraba hacia el suelo, antes esta actitud, hice un pequeño golpe con el pie derecho para llamar su atención cosa que funcionó.- ¿Y bien?-Interrogué ya enfadada.

-Bueno… Si-Respondió InuYasha con tono atribulado volviendo a mirar el suelo.-Ella era mí---

-Soy su novia.-Contradijo haciendo énfasis en aquel verbo. Observó detenidamente a InuYasha quién seguía mirando al suelo con un deje de tristeza, esta sólo sonrío.

-¿Novia? Pero InuYasha no ha mencionado a ninguna novia.-Expliqué nerviosa.- ¿InuYasha me ha mentido todo este tiempo?-Pensé herida.

-¿Amor por qué no le dijiste nada a mi primita?-Preguntó fingiendo preocupación en su voz. Al no tener respuesta y sólo asombro por parte del aludido, prosiguió.-InuYasha y yo somos novios desde hace 3 años, pero por su trabajo nos hemos tenido que separar.-Explicó caminando hacia InuYasha y abrazándolo del cuello.

-¿Primas?-Cuestionó InuYasha observándonos a las dos.

-Si, Kikyou es mí prima después de todo.-mencioné cerrando los ojos con fuerza.

Higurashi Kikyou, o mejor dicho, Abazure Kikyou. Era hija del hermano de mi madre, Origumo quién murió misteriosamente en un accidente automovilístico. Antes que pasara aquel accidente, Kikyou era una chica dulce y amable, sin rencor a nada y a nadie. Ambas, éramos las mejores amigas y, aunque me llevaba por dos años mayor, ella siempre me cuidaba y me consentía. Todo era color de rosa hasta que pasó ese trágico accidente en donde su padre murió en su auto camino a su hogar en donde chocó con un camión al que venía a toda velocidad, Origumo trató de frenar pero estos no reaccionaban chocando de frente con el camión. Desde ese día, Kikyou cambió repentinamente volviéndose una mujer fría y sin sentimientos. Insultándome a mí y a mis seres queridos quedándose completamente sola. Pero un día, el amigo de mi tío, Naraku, la adoptó inscribiéndola con el apellido Abazure. Desde ese momento, no la hemos vuelto a ver hasta ahora.

-Pero si es tu prima, ¿Por qué tiene otro apellido?-Preguntó confundido aún no pudiendo creer lo que estaba sucediendo.

-Por la simple razón de que odiaba esta familia. Odiaba que invirtieran su dinero en cosas absurdas y que no se complacían ellos mismos.-Explicó fría observando con asco aquella casa.

-Esa no es una razón válida Kikyou. ¿Por qué no dices la verdad, acaso aún no lo superas? Por que si ese es el caso, te comprendemos.-Dije cruzándome de brazos. Ante mi respuesta, Kikyou sólo me fulminó con la mirada.

-No entiendo-Musitó InuYasha observando a Kikyou pidiendo una respuesta razonable.

-No hay nada que entender Inu-Chan.-Explicó Kikyou acercándose más hacia él.-Ya no soy de esta familia, punto final.

-¿Kikyou que haces aquí?-Pregunté ya harta de su presencia y, aunque no pudiera admitirlo, estaba harta de que esa estuviera muy apegada a InuYasha.

-Sólo vine a visitar a mi antigua familia y de paso a mi novio.-Respondió esto último dándole un beso en la comisura a InuYasha.- ¿Acaso no puedo?

-¿Cómo sabías que estaba aquí?-Preguntó ahora el ojidorado soltándose al fin de aquel agarre cosa que agradecí en mis adentros.

-Llamé a tu casa en España y mi suegra me dijo que estabas trabajando de chofer aquí en Japón pero no me quiso decir para que familia trabajabas así que empecé a averiguar y bueno… Aquí estoy.-Explicó sonriéndole.-Kagome ¿Me puedes traer un vaso de agua?

-No soy unas de tus empleadas y conoces perfectamente esta casa así que ve tú.-Mencioné enojada caminado hacia el pasillo.-Me iré a dormir, buenas noches.-Dije no sin antes mandar una mirada fulminante al ojidorado quién sólo me sonrío nervioso. Subí lentamente las escaleras sintiendo la ira recorrer mi cuerpo. En ese caso hubiese preferido que Naraku me matara Pensé mientras cerraba la puerta de mi habitación detrás de mi. Quedé apoyada en la puerta recordando el momento vivido con InuYasha en aquel sofá antes de que llegara la detestable. Me sonrojé al recordar sus labios besando suavemente mi cuello y sus suaves caricias en mi cuerpo. ¡Tranquilízate Kagome él ya tiene dueña y es Kikyou! Me dije caminando hacia la cama y recostándome en ella. Al sentir las risas provenientes de abajo, oculté mi rostro en la almohada con la esperanza de que la bulla no llegara hasta mis oídos. Pero fue inútil. ¿Por qué InuYasha no me dijo que tenía novia? Me pregunté a la vez que enterraba mis uñas en mis palmas conteniendo la rabia. ¡Ah que InuYasha haga lo que quiera a mí no me importa! Me grité en mis adentros golpeando el colchón con mis piernas.

-Diablos que se vayan a un Motel-Mascullé apartando mi rostro de la almohada por la falta de aire.-No puedo hablar con Sango ya que está en una cita con Miroku.-Susurré. Sonreí ante esta pareja. Al parecer se están llevando muy bien, demasiado diría yo si no fuera por las mañas de aquel monje en acariciar el trasero de Sango. Pero lo demás era perfecto. Miroku era un caballero, sociable, trabajador, maduro, responsable, simpático y todo lo que podría tener el hombre perfecto para una mujer. Sin mencionar que Miroku es un mujeriego de primera pero eso se le podría pasar al estar al lado de su amiga. Sinceramente estaba feliz por Sango pero, ¿Por qué ella no podía serlo? Fácil, el chico que me gusta sólo quiere ser mi amigo y… Bueno el otro sólo me quiere tener para el momento. Suspiré ante estas respuestas. ¡¿Diablos por que esto es tan complicado para mí?! Me levanté de la cama dirigiéndome al baño, minutos después salí ya con el pijama puesto y me acosté en la cama tapándome hasta la cabeza aún sintiendo las risas de aquellos tórtolos en el living. Fruncí el seño colocándome de lado y cerré los ojos tratando de que el sueño me venciera. Minutos después me dormí.

Desperté acalorada. Observé el reloj dando las cuatro de la mañana. Suspiré levantándome de la cama y me encaminé hacia la ventana; una brisa acarició mi rostro al tiempo que cerraba mis ojos y el rubor no se hizo esperar en mis mejillas. ¡Maldición hasta en mis sueños InuYasha está! Me dije al recordar aquel caluroso sueño. Al instante, me puse la bata de seda y las pantuflas y abrí lentamente la puerta de mi habitación. Al parecer todos dormían plácidamente. Cerré la puerta con cuidado y bajé las escaleras sin emitir ruido alguno llegando así hasta la cocina. Tomé un vaso llenándolo de agua y me lo tomé de una pasada sintiendo el agua fría bajar por mi garganta. Ya fresca, me disponía a subir cuando siento un brazo en mi cintura estrechando mi espalda en un fuerte pecho. Asustada, ladeé mi cabeza al tiempo de que mi corazón se aceleraba. No otra vez… Pensé.

-Hola princesa-Escuché susurrar en mi oído. Mi semblante cambió repentinamente de miedo a ira al reconocer esa varonil voz.

-¿InuYasha que haces aquí?-Pregunté bajo a la vez que me daba vuelta completamente quedando frente a este.

-Oh nada, sólo escuché unos pasos y vine a ver quién era.-Explicó.

-Bueno ahora sabes quién es así que ahora suéltame.-Ordené al sentir que el ojidorado me aplastaba más a su pecho.

-Oblígame.-Susurró a la vez que me acorralaba en la pared y se acercaba peligrosamente a mis labios.

-InuYasha ya déjame o le diré a tu novia.-Amenacé moviendo la cabeza hacia un lado. Sé que sonó algo inmaduro pero fue lo único que se me ocurrió.

-Kagome Kikyou no es nada mío-Aclaró sosteniendo mi mentón para que lo mirara. Sus ojos mostraban sinceridad.

-Si claro y yo soy Madonna.-Dije moviendo la cabeza para que me soltara. Aunque en sus ojos mostraban que era vedad, no le puedo creer. Aún no.
-¿Por qué no me crees?-Preguntó buscando mi mirada.

-¿Por qué tendría que creerte?-Contraataqué observándolo.-O sea, es Kikyou, la mujer que todos los hombres anhelan y desean. La meretriz de la ciudad.-Expliqué irónica.

-¿Por qué estás celosa?-Preguntó burlón.

-¿Yo celosa de ella? Por favor InuYasha no digas tonterías.-Respondí nerviosa ante la mirada del aludido.

-¿Entonces pro qué hablas así de tu prima?

-Por que me da la gana. Vamos InuYasha ya suéltame que quiero irme a dormir.-Dije ya perdiendo la paciencia.

-¿Para ir nuevamente a soñar conmigo?-Me preguntó con burla en su voz. Lo miré asustada.

-Pe… Pero que cosas dices.-Contesté nerviosa.- ¡¿Cómo lo supo?!

-Lo sé por que te oía desde mi habitación gemir y pronunciar mi nombre.-Dijo acercándose más a mí al punto de rozar sus labios en los míos.- ¿Y sabes? … Podría hacer tu sueño realidad-Susurró en mi oído haciéndome estremecer.

-Yo….-Mencioné antes de ser callada por un apasionado beso. Me atrajo más hacia él sintiendo su fornido cuerpo junto al mío. Ya no tenía uso de razón. Sin querer exclamé un gemido al sentir sus besos recorrer mi cuello sintiendo que mi cuerpo en cualquier momento podía desfallecer. Guié mis manos hacía su cuello acariciándolo lentamente teniendo un gruñido por parte de él. Sonreí ante este sonido, parecía un cachorro. Suspiré al momento en que InuYasha empezó a acariciar mi cintura por debajo de mi pijama; se sentía tan delicioso. Sin quedarme atrás, empecé a subir de apoco su polera acariciando todo a mi paso a la vez que levantaba mi pierna para situarla en la cintura del ojidorado. Este sólo sonrió.

-Te deseo-Susurró ronco al tiempo que me mordía lentamente el lóbulo de la oreja.-Kagome.

-Te a--- -Callé al instante que recobraba la compostura. Esto se estaba saliendo de control. Enseguida bajé la pierna y me separé de InuYasha liberándome de aquel encierro. Sin mirar atrás, subí las escaleras rápidamente llegando al fin a mi cuarto. Mi corazón palpitaba sin parar y mi respiración aún no se calmaba ¡¿Pero que es lo que estaba a punto de hacer?! Me pregunté exaltada.-Maldito sueño y maldito InuYasha.-Maldecía por lo bajo, ya más tranquila, me recosté en mi cama tratando de olvidar aquel acontecimiento. Cerré mis ojos dando un suspiró y traté de dormir.

&.&.&​

​

InuYasha estuvo unos minutos más en aquella habitación después de que Kagome saliera corriendo de su lado. Lo que sucedió allí quedaría en su memoria por mucho tiempo. Satisfecho de si mismo, salió de la cocina subiendo las escaleras y, al pasar por la habitación de Kagome, situó su oído en la fría madera de la puerta. Al no escuchar nada, se encaminó hasta llegar a su habitación encerrándose en ella.

-Que sabroso momento-Susurró InuYasha al tiempo que se recostaba en su cama. Aún podía sentir las suaves manos de la morocha en su piel sin contar las cercanías de sus intimidades.-Kagome… Caerás a mis pies mi pequeña princesa.-Afirmó sonriente.- ¡Buenas noches cariño!-Gritó al aire esperando alguna respuesta de la habitación de junto cosa que no sucedió. Suspiró dándose la vuelta en la cama, sabía que Kagome aún no se dormía ya que se podía escuchar la respiración agitada de ella. Aún sonriente, cerró sus ojos esperando que el sueño lo venciera.

&.&.&​

El amanecer llegó penetrando la luz de sol sobre mis ojos. Me di la vuelta quedando así boca abajo tratando de que el sueño llegara nuevamente en mí. Pero desperté rápidamente al sentir algo que rodeaba mi cintura. Asustada, levanté mi cabeza encontrándome con unos ojos ámbares observándome graciosamente.

-Buenos días amorcito.-Dijo este al tiempo que me daba un fugaz beso en los labios.

-¡¿Pero que haces aquí?!-Grité enojada incorporándome en la cama. Enseguida levanté un poco las sábanas percibiendo que aún tenía la ropa puesta. Enseguida moví la cabeza hacia los lados ante aquel pensamiento ¡Kagome deja de pensar en esas cosas!

-Tu mamá me pidió que viniera a despertarte y como no lo hacías tuve la brillante idea de acostarme junto contigo abrazándome ya que sabía perfectamente que despertarías enseguida.-Explicó tranquilamente levantándose de la cama y caminando hacia la puerta.-Nos vemos.

-¡Uy ese estúpido!-Grité enfadada conteniendo las ganas de pegarle. Al pasó de los minutos me levanté dirigiéndome hacia el baño para darme una relajante ducha. Tiempo después salí envuelta en una toalla y me coloqué la ropa ya lista en mi cama. Me cepillé el cabello y bajé rápidamente por las escaleras encontrándome con una no muy grata sorpresa.

-Buenos días prima.-Saludó Kikyou quién estaba sentada en la mesa junto a InuYasha abrazándolo de un brazo.

Continuará.

Terminado el Domingo 01 de Junio a las 21:26PM​

---

¡Hola!
Lamento la tardanza; he estado muy ocupada en mis estudios y no he tenido mucho tiempo para continuarla u,u.
Y bueno ojala que les guste esta continuación :).
¡Cuídence y nos vemos!
​

 

Re: Mi seductor e irresistible chofer [Inu&Kag]

Mi seductor e irresistible chofer​

​

Capítulo XI

-Buenos días prima.-Saludó Kikyou quién estaba sentada en la mesa junto a InuYasha abrazándolo de un brazo.

-Que tiene de bueno.-Me pregunté observándola sensata pensando las mil y un formas de asesinar a una persona. OK exageré pero sería una exquisita idea. Caminé hacia una de las sillas vacías sentándome finalmente frente a InuYasha y Kikyou. Kaede me saludó cordialmente entregándome mi desayuno mientras que se dirigía nuevamente hacia la cocina. La tensión no demoró mucho en llegar en aquel desayuno. InuYasha me observaba cada dos minutos examinando cada movimiento que realizaba colocándome más nerviosa. En cambio Kikyou sólo hablaba de su figura, cabello y ropa jurando que InuYasha la escuchaba cosa que no era cierto ya que este sólo comía y decía cada dos segundos: “Ajam, claro Kikyou” y ante ese acto no podía evitar dar una leve risita.

-¿De que te ríes Kagome?-Preguntó Kikyou frunciendo el ceño.

-Oh de nada Kikyou, sólo recordé algo. Bueno me iré a arreglar. Con su permiso.-Mencioné levantándome de la silla y encaminándome hacia las escaleras.-InuYasha estaré lista en dos minutos así que estés preparado.-Exigí teniendo como respuesta un leve: “De acuerdo”.

Subí las escaleras llegando hasta mi cuarto y encerrándome en ella. Busqué con la mirada mi mochila encontrándola colgada en la silla de mi escritorio junto a la puerta del baño. Me acerqué a ella tomando la mochila entre mis manos y, al pasar nuevamente por la puerta del baño, pude notar una figura masculina reflejada en el espejo. Me detuve en seco observando fijamente el espejo sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda haciéndome tiritar levemente. Al paso de los segundos pude convencerme que sólo era producto de mi imaginación y ante este pensamiento, me adentré en el baño abriendo la llave del lavamanos introduciendo mis manos en la fría agua para así guiarlos a mi rostro con el propósito de despejar mis ideas. Minutos después, levanté el rostro hacia el espejo y pude notar de nuevo esa misteriosa figura masculina que se acercaba lentamente a mí. Quedé quieta al temor de que ese alguien me pudiese hacer daño y mi temor aumentó al darme cuenta de que la silueta estaba tras de mi observándome por el espejo. Sólo un nombre me pasó por la mente al ver esos malévolos ojos… “Naraku”.

-¡Kagome!-Gritó InuYasha ya por quinta vez al fin despertándome de mis pensamientos encontrándome ahora tras de mi a InuYasha.-Oye déjate de mirarte al espejo que se puede romper por tu fealdad.-Recomendó con toque burlón mientras que me observaba por el espejo.

-¿Ah que?-Pregunté confundida aún en estado de shock por lo sucedido minutos antes. Naraku está aquí…

-¿Kag estás bien?-Cuestionó el ojidorado con semblante preocupado. Mi semblante cambió instantáneamente al escuchar su voz musitando un “Si no te preocupes”.- ¿Segura? Ya que te he estado llamando más de diez minutos y no contestabas.

-InuYasha… ¿En que momento entraste a mi habitación?

-Bueno… te llamé desde el pasillo y como no contestabas, entré a tu habitación encontrándote mirando fijamente el espejo con un semblante de temor, ¿Por qué?

-No por nada. Ya vámonos que se nos hace tarde.-Ordené pasando por su lado, tomé mi mochila y me encaminé hacia la puerta.-Ya vámonos ¿Qué esperas?

-Que rara es.-Musitó este antes de salir de la habitación.

&.&.&​

​

-¿Kagome? ¡¿Kagome?! ¡Kagome!-Gritó Sango cerca de mi oído teniendo como respuesta un grito.- ¿Kag que lo que te pasa?-Preguntó sentándose frente a mí.

-Nada Sango sólo pensaba.-Respondí apoyando mi mentón en mis manos.- ¿Y como te fue con Miroku he?-Pregunté desviando la conversación cosa que resultó.

-¡Oh estuvo genial!-Clamó saltando un poco de su asiento.-Primero me llevó a un restaurante muy…

No la escuchaba. No es que no me interesara si no, me tenía muy aturdida de lo sucedido esta mañana en el baño. ¿Sería Naraku en verdad, o sólo era el reflejo de InuYasha quién lo confundí con el de Naraku? No lo sé. Aún así, si el reflejo era el de Naraku, igualmente no podría ser él ya que está en la cárcel y no podría salir fácilmente de allí ¿O si? ¡Diablos que confuso es todo esto! Esperen… Ahora que analizo… ¿Por qué Kikyou llega un día después de que Naraku fue encarcelado? ¿Habrá tenido algo que ver con todo esto? Aunque a decir verdad Kikyou no ha hecho nada sospechoso en las últimas horas, sólo ah estado coqueteando con InuYasha y nada más. Tendré de ahora en adelante espiarla sin pedirle ayuda a nadie o todos estarán contra mí y ella se hará la victima como siempre lo ha hecho y---

-¿Kagome, me estás escuchando? ¡Hey!-Decía Sango a la vez que movía su mano frente de mis ojos.-Kagome en verdad estás rara ¿Qué sucede?

-¿Ah? Oh lo lamento mucho Sango es sólo que…-Decía nerviosa tratando de inventar una buena excusa. No es que no confiara en Sango sólo que, aún no es el momento.

-Ah ya lo entiendo.-Dijo chascando los dedos colocándome más nerviosa ¿Lo habrá descubierto?-Estas así por que Kikyou está con InuYasha y además de celosa tienes miedo de que ella te lo quite ¿No?

-Ah si, si es eso.-Respondí nerviosa dando después un largo suspiro.- ¡Hey no estoy celosa y menos tengo miedo de eso!-Grité ruborizada después de analizar bien lo dicho de Sango.

-Esta bien no te enojes Kagome. Era una broma.-Musitaba angustiada al tiempo que movía inquieta las manos.-Entonces sólo estás así por que Kikyou está en casa ¿Verdad?-Preguntó nuevamente aunque con temor a estar equivocada.

-Si es eso, justo ahora que estoy lo más bien en mi casa, llega ella y lo arruina todo.-Asistí apoyando mi rostro en mis manos y cerrando los ojos.-Espero que pronto se vaya.-Susurré después de un suspiro.

-Quieres que se vaya pronto para estar a solas con InuYasha ¿Verdad?-Preguntó con picardía mientras me pegaba codazos en el brazo.

-Sango, mucha junta con Miroku te está haciendo mal, ¿No crees?-Interpelé entreabriendo los ojos.

-Si creo que es cierto.-Asistió bajando la mirada.-Pero no por eso saldré más con él.-Dijo sonriente.

-Hay Sango si que estás cambiada.-Declaré con voz burlona recibiendo como respuesta una risa nerviosa.

&.&.&​

​

-¿Sango nos vamos juntas?-Pregunté saliendo del instituto.

-Hay lo siento Kag pero es que…-Decía la aludida nerviosa frotándose el cuello con la mano.

-Que tal señoritas.-Saludó una voz varonil tras de mi.

-¿Miroku, pero que haces aquí?-Pregunté asombrada ya sabiendo la respuesta.

-Eso es lo que quería decirte Kagome, Miro--- digo el monje Miroku me llamó a la hora del almuerzo a mi celular y me invitó al Hogar a cuidar a los niños.-Explicó nerviosa moviendo inquietamente las manos.

-No te preocupes Sango, ve tranquila.-Recomendé divertida por la escena.

-Lo haremos señorita Kagome.-Respondió sonriente Miroku tomando el brazo de Sango.- ¿Nos vamos?

-Claro. ¡Adiós Kagome!-Gritó moviendo la mano en forma de despedida.

-¡Adiós cuídense mucho!-Grité correspondiendo el movimiento. Suspiré y empecé a caminar por la solitaria cera acompañada solo de las pequeñas estrellas que salían brillantes de los cielos.-Había olvidado que ahora se oscurece más temprano.-Recordé observando las estrellas. ¿Por qué InuYasha no me habrá venido a buscar? A es cierto, está con Kikyou. Ojala que no estén haciendo nada pervertido o sino--- ¡¿Maldición por que estoy pensando eso?! Por que me tiene que importar lo que estén haciendo y lo que no; total, es su vida después de todo.-Suspiro.-No quiero llegar a casa…

PI, PI

Volteé a ver al responsable de aquel bocinazo y era nada más ni nada menos que InuYasha y estaba… ¿Solo?

-Vamos Kagome sube.-Me pidió abriendo la puerta del copiloto por dentro. Lo dudé un rato pero después accedí adentrándome en el vehículo.

-¿De quién es el auto?-Pregunté una vez puesta el cinturón de seguridad. Era asombroso.

-Es mío. Después de venir a dejarte, esta preciosidad estaba en el jardín esperándome.-Explicó acariciando lentamente el manubrio.

-¿Quién te lo regaló?-Pregunté aún sin creérmelo.

-Mis padres, es un adelanto de mi cumpleaños.

-¿Kikyou al ver este vehículo tan moderno no quiso subir?-No pude evitar preguntar, la curiosidad me mataba.

-Si, la verdad es que si pero yo no la dejé. No quería que el tapiz se manchara.-Respondió con pitorreo. Ante esa respuesta no pude evitar sonreír.- ¿Y cuándo estás de cumpleaños?-Pregunté al saber que no sabía casi nada de él.

-En tres semanas más.-Respondió arrancando el auto.

-¿En Julio? ¿Entonces por que te lo regalaron antes si falta mucho para esa fecha?

-Por que en una semana más saldrán en un viaje de negocios y no tendrán tiempo para enviármelo.-Mencionó doblando en una esquina que no era para llegar a casa pero alo mejor era un atajo.
-¿En que trabajan tus padres?-Quería saber todo sobre él. Todo.

-Mi padre y mi madre son dueños de una gran cadena de abogado en toda España y creo que se unirán con otra agencia en el otro lado del mundo y es por eso que viajarán. DE ahí, no sé más.

-¿Tienes más hermanos?

Silencio.

-Tengo un hermano mayor pero no quiero hablar de él.

-¿No te cae bien?

-¿Que crees tú?-Preguntó irónico.

-¿Por qué?-Volví a preguntar.

-Eso no te importa.-Respondió serio.

-De acuerdo.-Dije ofendida.-Oye… Si tus padres son tan famosos en su carrera, ¿Por qué tú trabajas de chofer?-Pregunté tiempo después. El ambiente se había colocando tenso.

-Quiero ganar suficiente dinero para entrar a la Universidad lo más pronto posible.

-¿Qué quieres estudiar?

-Eres muy curiosa ¿He?-Mencionó burlón.-Bueno quiero estudiar Arquitectura aquí en Japón.

-Vaya, eso es un largo labor.

-Si ya lo creo. Pero sé que lo lograré.-Dijo confiado en si mismo.

-Sé que podrás.-Pensé sonriente.

-¿Y después del instituto, que quieres estudiar?-Preguntó después de un largo silencio.

-Psicología.-Respondí alegre. Me encantaba siempre hablar de ello.

-¿Eres buena?-Preguntó alzando la ceja a causa de mi reacción.

-Si. De hecho, de vez en cuando ayudo a la Psicóloga del instituto en su trabajo. Dice que soy muy buena en esto.-Mencioné orgullosa.

-Eso ya lo veremos después.-Dijo a la vez que fingía toser. Odiaba que las personas hicieran eso.

-No te burles que en cualquier momento te puedo echar de tu puesto y ahí quedas.-Aludí cruzándome de brazos.

-Hazlo. Como si fuera tan difícil buscar un trabajo como este y más con este cuerpazo.-Respondió orgulloso de haber ganado esta discusión.

-Creído.-Susurré ofendida mirado la carrera a través de la ventan.-Oye, ¿Dónde vamos?-Pregunté al darme cuenta que definitivamente este no es el camino a casa.

-Ya lo verás.-Contestó guiñándome el ojo.

Continuará.

Terminado el 15 de Junio, 19:57PM.​

---
¡Hola!
Lamento la demora, tuve un problema de salud y a causa de eso no me dejaban estar mucho rato al computador u,u.

Bueno gracias por sus comentarios y su apoyo y también gracias por hacerme llegar a la página 6 *-*. Creí que nunca llegaría xD.
Jejeje bueno ojala que les guste esta continuación y estaré pronto con la siguiente :).

Cuídense mucho... ¡Chao!

Danithap