Microrrelato Mi regalo de navidad

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Este drabble es para el concurso "Escribiendo Drabbles"

Mi regalo de navidad
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Ha pasado ya mucho tiempo desde que Adrian y yo hemos hecho algo solos. Después que quedé embarazada él cambió mucho; a veces siento que no me quiere o que ya no siente deseo por mi.

Y lo peor de todo es que ya casi es navidad y los niños se irán con la abuela. No quiero quedarme en casa con un hombre que a duras penas me mira y menos aún en una época tan bonita como esta. Estar con él ya representa una tortura que no quiero vivir.

Los días siguen pasando, nos vemos sin vernos, hablamos sin hablar y la rutina se hace cada vez más pesada. Estoy considerando separarme pero tengo hijos pequeños y eso dificulta un poco todo. Es decir, ¿cómo se explica a un niño que sus padres ya no se quieren?, no quiero causarles ese trauma así que, aunque me muera por dentro, no lo abandonaré.

Ya es víspera de navidad, estoy pensando en hacer una sencilla cena porque Adrian y yo no tendremos visitas y no quiero durar todo el día en la cocina cuando sé que él, posiblemente, sólo pruebe algunas cosas. Quizás haga ese pastel de carne que hace tiempo que no hago, junto a una ensalada verde sencilla y destape mi botella de vino favorita y cene delante del televisor. Esta será una tranquila Noche Buena y realmente la prefiero así.

Mientras estoy en la cocina escucho el auto de mi esposo que entra al garage. Eso es extraño porque a esta hora él debería estar trabajando.

—Caro, ven que quiero mostrarte algo—dice él con un tono que hace tiempo que no usa conmigo. Un tono amable y tierno.

Yo salgo apresurada y lo veo todavía en su auto. Un Corolla rojo un poco viejo que ha tenido desde que nos conocimos.

—Ven, sube. Lo que quiero mostrarte queda un poco lejos de aquí.—dice en aquel tono que desde hace tiempo no escucho.

Me siento a su lado y lo veo conducir. De repente recuerdo todas las veces que me pasaba horas sólo observándolo pero ha pasado mucho tiempo de eso ya.

Cuando veo a done nos dirigimos, me quedo un poco atónita. Es el mismo parque en el que él me pidió matrimonio, el mismo lugar lleno de luces en el que fui tan feliz.

Él baja y me abre la puerta, lo sigo sin comprender que planea. Veo como el se sienta bajo el árbol más hermoso y frondoso de todos. Lleno de colores y luces, me hace sentar junto a él, me sujeta las manos y simplemente me besa con esa pasión y dulzura que creí que se había perdido.

Fin