Microrrelato Mi reflejo en el Espejo

Espejo​

Detalladamente, veo mi reflejo en el espejo. Cuidadosamente, busco algún defecto en mi físico. Sonrío como si me fueran a tomar una foto. Perfecto. Pronuncio, al verme, al ver aquella chica rubia de ojos azules, al ver la joven de cuerpo hermoso, al ver un rostro perfecto y sin ningún detalle. Y veo alguien que no soy yo.

Suspiro, miro una foto pegada en la pared. Delicadamente, paso mis finos dedos por la foto sintiendo la textura de éste. Y veo la imagen: era una chica de 15 años, pelo castaño y ojos marrones opacos, tenía una nariz estilo “joroba de llama” y una sonrisa en la que se observaba una dentadura algo “imperfecta”

Suelto un gemido, recordando aquellos momentos.

Actualmente tengo 18 años, una mayor de edad, por decirlo así. Mis padres eran profesionales. Mi madre es una diseñadora reconocida por el mundo y mi padre un cirujano con honores en el país.

Se podría decir que, se sentían “decepcionados” al tener una hija como la de aquella foto. Por eso querían que creciera rápidamente, que tomara una decisión bajo presión: Operarme y cambiar. Cambiar, cambiar drásticamente.

Cambiar aquella joven feliz, que a pesar que vivía en un mundo materialista y criticón, estaba contenta. Feliz al saber que era única y especial. Pero esa felicidad acabó al saber lo que sentían sus padres ¿Cómo era posible que ellos quisieran cambiar esa chica alegre por ésta chica materialista?

Y es que no lo podría negar, me convertí en un materialista. Mi padre, al terminar de operarme mi nariz, me aconsejó tintarme el pelo y ponerme lentes de contactos. No me quedaba de otra, tenía que aceptar.

Dietas y otras cosas innecesarias me hicieron diferente, una chica totalmente diferente a mi viejo yo.

Y es que vivo detrás de un espejo, preocupándome como me queda la pollina o si mis uñas están limpias, olvidando lo que alguna vez fui: Aquella chica “horrible” Pero, nada me irá a cambiar, en el interior seguiré siendo esa misma chica, sin importar cuantas cirugías o dietas haga. Sin importar cuantas veces vea mi reflejo en aquel espejo.

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