Mi querido hermano, Shaoran

Mi querido hermano, Shaoran

Mi querido hermano, Shaoran.
Capitulo I.
Yo.

Shaoran…

Se escuchaba un susurro, estaba lejos, pero no demasiado.

Shaoran.

Esta vez sonó más fuerte, más cerca.

Shaoran.

Unos ojos castaños se abrieron de repente, el torso desnudo del muchacho se salió de entre las sábanas blancas, ¿alguien había pronunciado su nombre? ¿O sólo había sido un sueño como tantos otros?

Otra vez mis tonterías.
Pensó el joven de ojos castaños. Se sentó en su cama y miro el despertador, faltaban dos horas para la escuela, pero su metabolismo no lo dejaría volverse a dormir. Al menos no en ese momento.
Se levantó de la cama lentamente, no tenía ganas de moverse, el día anterior había sido bastante duro. Y lo recordó mientras se vestía:

¡Shaoran!

Escuchaba el grito de auxilio, ¡por Dios! ¡¿Cómo pudo haberle hecho eso?! A ella… en especial a ella…
El muchacho de cabellos marrones como el chocolate corrió lo que sus piernas le daban y allí la vio; pero, su rostro, no se mostraba feliz en cambio, se ensombreció al ver a los tres sujetos que rodeaban a las dos muchachas.

-Aléjate de ellas –susurró el chico, con calma.
-¡Já! Miren todos, es Kinomoto Li. –Les dijo a sus “colegas” el que
parecía el líder del bando. Su tez morena y poseía ojos negros.
El joven, sereno, dio un paso hacia delante.
-No creo que me hayas oído, dije: Aléjate –repitió, muy tranquilamente.
-¿Quién va a detenerme?
-Yo. -Le dijo confiado, mientras, en sus labios, se dibujaba una sonrisa
ganadora.
-¿Tú y cuántos más? -Se burló el segundo, de ojos café y piel blanca.
-No necesito a nadie más.

Al pronunciar esas palabras para los tres sujetos todo se hizo demasiado…
fue demasiado rápido. El muchacho había peleado contra tres sin sudar una gota, ¿artes marciales? ¿Con esas técnicas los habían vencido?
Artes marciales estilo chino. Algo raro en Japón.

-¿Están bien? –Les preguntó una vez cerca de la casa de la amiga de ella,
esa persona especial, aquella a la que había ido a proteger.
-Sí, gracias Li. -Le respondió la joven. Una sonrisa característica se apreciaba en su rostro blanco, pálido, como el de él, sus ojos eran de un color violeta profundo y su cabello era azulado. Ella era Tomoyo, la hija de la prima de su madre. Su mejor amiga – Bueno, ya debo irme, no le diré nada a mi madre, descuiden. -Luego les sonrió y se dirigió al enorme jardín de la mansión Daidoji.

Minutos después, fuera del tren que los llevaría hacia su casa, el joven
tomo la mano de la muchacha que caminaba a su lado. Ella no se inmuto, solo apretó un levemente la palma del chico.

-Lo siento. –Se escuchó la voz de él.
-Descuida, Shaoran. Está bien.
-No, no lo está, Sakura.
El cesó el caminar, parando en seco, mirando al suelo.
-Nunca me voy a perdonar si te hicieron algo… solo porque… solo porque…
-Shaoran. –La dulce voz de ella resonó en sus oídos por un momento, hasta
que pudo reaccionar, las manos blancas sobre sus pálidas mejillas, sus
frentes juntas, sus respiraciones chocando – Fue mi culpa –le susurró, le gustaba estar así con él… con Shaoran, con su hermano.

- Debo estar loco –susurró, bajando las escaleras de la casa –. Buenos
días. –Sonrió, su padre preparaba el desayuno y su hermano mayor estaba
sentado en la mesa, mirando el periódico.
- Buenos días enano. –Le saludo, sin sacar su vista del artículo que leía.
- Buenos días Shaoran. –Le saludó su padre.
-¿Y Sakura? –No evitó preguntar.
-El monstruo está durmiendo aún, creo que ayer la vi llorar otra vez.
¿Sabes algo? –Ésta vez bajó el periódico y le miró, desafiante.
-Yo no sé nada, Touya ni-samma.
-Como digas. –Luego volvió su vista hacia el diario.
-Shaoran, ve a despertar a Sakura, por favor.
-Claro padre.

Era extraño, casi nunca le pedían que despertara a la bella durmiente, la
verdad, es que no quería verla, no en ese instante, no quería ver ese… ese… ¡agh!

-No te hicieron nada, ¿cierto? -preguntó, con un paquete en manos.
-Si crees que no me hicieron nada, ¿por qué el botiquín de primeros
auxilios?
-Nunca se sabe, Sakura.

Pocos minutos después se estaban gritando. Dolía, y mucho. El alcohol ardía en la herida de navaja que tenía en las piernas y pecho, esos malditos se las iban a pagar. Nadie tocaba a su hermana sin un buen castigo.

-Ya, Shaoran. Me duele -le susurró, a penas, su voz sonaba lastimera, su
cuerpo reaccionaba con el ardor del agua, sus lamentos se veían en el
temblor de sus labios.
-Si te duele, significa que te hace bien. –Su voz no se escuchó tan segura como quería, pero necesitaba darle ánimos.

Escucharon la puerta y se separaron de inmediato, estaban en la habitación de Shaoran, había tiempo, al menos 3 minutos, ella escondió el botiquín bajo de la cama y él los líquidos desinfectantes y las gasas, terminarían con eso luego.

La puerta sonó, unos tres golpes, era Touya.

-Pasa –dijo Sakura, mientras se acomodaba la blusa
-¿Qué haces en la habitación del enano?
-Nada… ¿no puedo estar en el cuarto de mi hermano? –Los ojos esmeraldas de la chica se volvieron mucho más verdes, más profundos.
-No si van a hacer cosas que no deben.

Sakura miró el lugar donde su hermano mayor señalaba, su camisa, en la parte de su ombligo, estaba desabrochada.

Rió al recordar eso, su gemela era demasiado despistada, pero bueno, por eso tanto la quería.
Entró en la habitación sin tocar la puerta, vio un bulto entre las sábanas de color rosado, miró hacia delante, un espejo, lo había cambiado de lugar.
Se observó, luego susurró: Éste soy yo.



**



Bien este Fic esta dedicado a Pami por detear y a Saga que lo leerá obligadamente :o

 

Re: Mi querido hermano, Shaoran

Si por eso mismo xD

Y tengo más fotos :UY:

xD

Ni te imaginas el lio que habrá xD

Pero ¡Shh Cath! No le digas nada a Saga :o

 

Re: Mi querido hermano, Shaoran

Lo que pasa es que CemZoo nome lo sube como lo tengo en el Worl y me da flojera ponerlo aquí porque me cambía todo el formato D:

Es para confundir al lector o,o

En ningún momento dice que se enamoraron ;)

 

Re: Mi querido hermano, Shaoran

No entendí nada o,o

Pero bueno, se ve que no arreglé bien cuando Pami me beteeo xD

El próximo cap estará, si es posible, en dia y medio.