Long-fic Mi Querida Inu [InuYasha/SaintSeiyaTLC]

Tema en 'Crossover' iniciado por Paola-san, 17 Octubre 2017.

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    Paola-san

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    Uh...¡Hola! Esta es mi primera historia. La tengo escondida dentro de mi cabeza desde ya más de un año. Nunca me animé a publicarla...hasta ahora, claro. Espero que puedan darle una oportunidad a pesar de lo extraño que parece el crossover. Bueno, mejor no los continuo retrasando, jeje.

    Resumen: Un encuentro con un extraño animal pone al Santuario de cabeza...aunque no todo es lo que parece. Los Santos Dorados se verán envueltos en situaciones raras y divertidas. Pero el mal no descansa, el peligro acecha y hay que prepararse para la batalla. Tal vez entre toda esta locura...surja el amor.

    Disclaimer: ¡Inuyasha pertenece a Rumiko Takahashi-sensei y Saint Seiya a Masami Kurumada-sama!

    ¡¿Por qué?! TnT *llora desconsoladamente*

    Aclaraciones:
    • Las apariencias de Shion y Dohko son como en la saga de Hades.
    • Los ojos de Kagome son azules como en el manga.
    • Los pensamientos están en cursiva y entre comillas.
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    Capítulo 01: "Kagome"


    La historia comienza en una noche estrellada y de luna llena. En un bosque, la figura de un animal corría a gran velocidad entre los árboles mientras iba dejando una estela de sangre. Unas personas con armaduras brillantes como gemas oscuras perseguían a la criatura gracias al líquido rojo.

    —Señor, está escapando ¿qué hacemos? —preguntó una de ellas a otra que iba más al frente.

    —No te preocupes, con esas heridas no llegará lejos —respondió quien tal parecía era el líder con una sonrisa maligna.

    Metros adelante, el animal, que ahora se distingue que es un perro, sigue corriendo pero a medida que los segundos transcurren su velocidad disminuye.

    —"No pu-puedo detenerme, si m-me atrapan me matarán" —pensó una melodiosa pero agitada voz femenina proveniente del can (Sí, es hembra). Ella comenzó correr más rápido, pero estaba tan agotada que en un descuido se tropezó. Con esfuerzo y temblando intentó levantarse, sin embargo volvió a caer a causa de que en el golpe se lesionó una pata—¡Maldición, ya están aquí! —en ese momento una risa oscura se escuchó, generando un eco aterrador.

    —¡Nada ni nadie puede escapar de mí! —exclamó el que la perseguía apareciendo de entre las sombras seguido de cinco más—Je, admito que duraste más de lo que creí...mmm... —escrudiñó a la can—.Hagamos un trato, te perdonaré la vida si te unes a nosotros...¿Qué decides?

    —"¿Pero qué se cree? ¡Nunca me rebajaría a estar con ellos, primero muerta!" —dio varios ladridos y gruñidos para expresar su descontento.

    —Creo que eso es un no —las risas de los demás acompañaron a las de su líder—Qué lástima, perdiste tu oportunidad —en su mano derecha fue acumulando energía oscura que materializó una espada. Estaba por atacarla pero…

    —¡STARDUST REVOLUTION! (¡revolución de polvo estelar!)

    Un ataque fue dirigido al líder, que logró esquivar por poco—¡¿Quién está ahí?! —miró hacia todos lados con algo de nerviosismo—.¡Sal y pelea!

    Como respuesta a su demanda, de entre los árboles emergió un apuesto joven de larga cabellera verde claro, dos puntos lilas en vez de cejas y con unos enigmáticos ojos rosáceos. Vestía una armadura dorada brillante como el sol que desprendía una gran fuerza y energía.

    —¡¿Cómo te atreves a atacarme?! —reclamó colérico—.¿Quién rayos eres?

    El joven peliverde no se inmutó ante el tono de voz—Soy Shion de Aries, un caballero de Athena —contestó serio dando una mirada de reojo al can.

    "¡¿Ca-caballero de Athena?!" fue el pensamiento de todos.

    Está más que decir que esa declaración los había impresionado, aunque por distintas causas. Para los perseguidores de la canina, los inundó un gran temor e inconscientemente retrocedieron unos pasos. A diferencia de la animal, ellos sabían muy bien quién era la persona que tenían frente suyo.

    La can observó a Shion confundida, ignorante de los rostros de terror en sus contrincantes.

    El líder del grupo tragó saliva y adoptó la actitud más confiada que su temor le permitía—¡Já! Un caballero de Athena, aun así no podrás derrotarme. ¡Muchachos, denle una lección! —ordenó a sus secuaces quienes al instante se lanzaron a atacar a Shion.

    Sin embargo, el recién presentado con un simple movimiento de mano los apartó varios metros haciéndolos chocar en el proceso contra los árboles dejándolos inconscientes.

    —¡Ya me cansaste! —con la furia a más no poder, el líder-y el único que quedaba-empezó a preparar su ataque mientras era rodeado por la misma energía oscura de antes.

    Shion intentó moverse pero no podía.

    —Ni lo intentes, mis poderes telequinéticos son muy fuertes, solo un dios podría escapar —dijo maléficamente—.¡Prepárate a morir! ¡Rollingtack!

    Él arrojó su espada al aire que comenzó a girar rápidamente para luego dirigirse a todo velocidad hacia un Shion inmóvil, destruyendo todo a su paso. La espada estaba a poca distancia de impactar con el caballero, pero una barrera semi-transparente de color rosa lo protegió haciendo que el ataque se desvíe.

    —¡Tú! —dirigió furioso su vista a la canina.

    Shion lo miró desconcertado— "¿Por qué le grita al perro?" —con ese pensamiento se percató de que una extraña energía provenía del animal—"E-esa energía se parece al cosmos y se siente tan...pura"la barrera se desvaneció y al intentar nuevamente moverse abrió los ojos atónito al lograrlo.

    —¡NOOOOO! —cegado por la furia, el líder se abalanzó hacia la canina que con mucho esfuerzo logró levantarse. Cuando él estaba a un centímetro de distancia, ella abrió su hocico y lo mordió en la yugular mientras la misma energía rosa la rodeaba.

    El hombre comenzó a desintegrarse en el aire mientras gritaba dolorosamente y al instante en que él desapareció por completo ella cayó jadeante al suelo—"Creo q-que ya agoté to-toda mi energía".

    Shion se acercó cautelosamente a ella, que dirigió su vista a él provocándole un leve shock al observarla detenidamente. Tenía el pelaje negro como la noche con reflejos azulados brillante a la luz de la luna. Pero lo que más lo impresionó fueron sus ojos azules, unos hermosos zafiros profundos como el mar inundados de resiliencia extrema—Tranquilo, no te haré daño —dijo calmado. Al estar seguro de que no lo atacaría se arrodilló a su lado inspeccionando sus heridas—"Estas heridas son muy graves ¡con tanta pérdida de sangre debería estar muerto!" —un destello captó su atención y vio que un collar colgaba de su cuello, al agarrarlo no pudo evitar soltar un silbido ante el fino accesorio. La cadena era de plata y el colgante una delicada medialuna de igual material con dibujos circulares. Pero lo más llamativo era una perla sostenida desde la punta superior de la medialuna. La joya era de un azul idéntico a los ojos de su dueña y en el centro tallado a mano se leía "Kagome" en griego—¿Así que te llamas Kagome? Y yo creyendo que eras un "él" —comentó divertido, a lo que ella débilmente lamió su rostro y agitó la cola feliz. Él rio un poco ya que le había causado cosquillas y luego la observó fijamente—Yo te cuidaré —expresó decidido—,vamos a casa…Kagome —por un breve instante creyó ver una muesca de sonrisa en ella.

    Fin del capítulo 01

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    ¡Bien, bien! ¿Qué les pareció el primer capítulo? ¿Estupendofabuloso ó cancerígeno? Sea como sea, comenten sus opiniones.
    ¡Las críticas constructivas siempre son bienvenidas!

    ¡Bye bye!

     
    Última edición: 17 Octubre 2017
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    Capítulo 02: Explicaciones...a medias

    El día anterior Shion había llevado a Kagome al Santuario, claro que necesitó pedir autorización a Athena para que se quedase, quien además fue muy amable y curó las heridas de la canina.

    FLASH BACK

    Shion caminaba a paso presuroso, con Kagome en brazos, hacia el salón del Patriarca. Cuando lo vieron llegar, dos guardias que custodiaban la entrada se inclinaron con respeto, aunque no pudieron disimular su curiosidad al ver lo que sostenía.

    —Díganle al Patriarca que necesito hablar con él urgentemente, ¡ya! —no le importaron los modales, en ese momento sólo pensaba en la malherida criatura que tenía en brazos.

    —Sí —uno de los guardias asintió rápidamente y antes de irse le dio una mirada a Kagome. Luego de unos segundos regresó— El Patriarca dice que puede pasar —él y su compañero se movieron a un costado.

    El peli-verde respondió con un pequeño asentimiento.

    —Gracias.

    Shion se acercó al Patriarca y dio una reverencia descuidada ya que con Kagome en brazos no podía arrodillarse.

    —Me informaron que necesitas hablar conmigo urgentemente, Shion —resonó la imponente voz en la sala—Supongo que el perro en tus brazos es la razón —enarcó una ceja hacia Kagome.

    —Así es Patriarca. Le diré qué sucede, pero necesito que Athena la cure, se lo ruego.

    Sage se sorprendió un poco ante la desesperación notable en el santo de Aries.

    —Está bien Shion, tranquilizate —le indicó a un guardia de confianza que llámase a Athena.

    Luego de unos minutos la susodicha llegó.

    Ambos dieron unas reverencias respetuosas.

    —Patriarca, Shion -asintió con la cabeza— ¿Qué sucede? —intercaló la vista preocupada entre ambos sin percatarse de Kagome.

    Shion dio un paso al frente.

    —Señorita Athena, por favor ¿puede curarla? —pidió angustiado elevando un poco los brazos, a lo que la diosa ahí vio a la can.

    — ¡Oh no! -exclamó sorprendida y preocupada—¡Acércala rápido! —Shion obedeció y ella colocó suavemente sus manos sobre Kagome y dejó fluir su cosmos. Las heridas de Kagome desaparecían lentamente— Mmm... —frunció el ceño— qué raro....

    Sage observó con preocupación el ligero malestar en el rostro de la joven.

    —¿Hay algún problema, Athena?

    —No, no, nada —abrió los ojos y miró a Kagome confundida—Sólo rechazó mi cosmos un poco, pero ahora está bien.

    El suspiro de Shion fue audible.

    —¡Muchas gracias! —dijo éste relajado su postura anteriormente tensa.

    —Entonces... ¿qué ocurrió, Shion? —preguntó Sage.

    Shion procedió a contarles lo sucedido, desde su encuentro hasta la energía que sintió...bueno...tal vez no todo...tal vez se le pasó por alto el hecho de que los perseguidores en realidad eran espectros y no simples humanos. Pero eso no era un detalle muy importante, ¿verdad?

    —Mmm...ya veo —murmuró Sage dando una mirada contemplativa a Kagome.

    Sasha frunció un poco el ceño—¿Una energía similar al cosmos? —recorrió con su vista el cuerpo inconsciente de la animal.

    —Athena —llamó dubitativo, la joven cambió su vista a él— ¿Puedo hacerle una petición?

    —Por supuesto, Shion —esbozó una dulce sonrisa.

    —Yo...yo quería pedirle si Kagome puede quedarse aquí, me haré cargo de ella. ¡Lo juro!

    Sasha rió un poco ante su actitud.

    —No te preocupes, claro que se puede quedar -aceptó alegre, el peli-verde suspiró aliviado.

    Sage se levantó tranquilamente de su asiento y caminó hacia ellos—¿A propósito, tiene nombre? —inquirió al llegar y comenzó a acariciar el pelaje de Kagome.

    —¡Ah, sí! Se llama Kagome —les dijo Shion mostrándoles el collar.

    Sasha sonrió—Kagome...lindo nombre —cubrió su boca delicadamente cuando se le escapó un bostezo(A ella, no a Kag xD)—Pobre, debe estar agotada. Será mejor que descanse, luego continuaremos con el tema de su energía. Yo me retiro, buenas noches —se despidió de ambos con un asentimiento y se fue.

    —Cierto, es mejor que descanses, que ambos descansen —secundó Sage alejándose de Shion de regreso al trono—Yo también iré a dormir dentro de poco. Buenas noches, Shion —con una seña le indicó al santo que ya podía retirarse.

    Shion dio una pequeña reverencia.

    —Buenas noches, Patriarca —salió del salón y comenzó el largo recorrido a su templo.

    FIN FLASHBACK

    El santo de Aries suspiró aliviado, tuvo bastante suerte de que le permitieran "adoptar" al hermoso animal sin complicaciones. Complicaciones que seguramente hubiera tenido si les decía a los dos líderes los hechos que...modificó un poco. Pero...¿qué sucedería con Kagome en su vida? ¿Generaría grandes cambios?. Esas eran algunas de las preguntas que Shion pensaba mientras iba a ver a la susodicha. Con lo que él no contaba, era que desde ese día la llegada del "inocente animal" traería muchos, pero muchos más cambios de lo que podría imaginar. No sólo en su vida...sino en la de cada ser que se cruzara con ella.

    Fin del capítulo 02
     
    Última edición: 18 Octubre 2017
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    Capítulo 03: Scooby Doo-by-doo! Where are you?

    Shion se dirigía a la habitación donde había dejado a Kagome luego de llegar a su templo. Sin embargo, al ir hacia allí vio que la puerta se encontraba abierta.

    —"Qué extraño, recuerdo perfectamente que la cerré" —cuando entró a la habitación no pudo reprimir un jadeo; Kagome no estaba.
    Desesperado comenzó a buscar por todos lados pero no la encontraba. El santo empezaba a tener un ataque de pánico—¡Kagome! —gritó aterrorizado—.¡KAGOME!

    —¡Oye! ¿Por qué gritas tanto? — preguntó una voz profunda con tono irritado, la voz de cierto cangrejo.

    Shion dio la vuelta y, por supuesto, en la entrada de su templo se encontraban Manigoldo de Cáncer, Regulus de Leo, Dohko de Libra, Kardia de Escorpio y Dégel de Acuario.

    —¿Por qué tanto escándalo? —repitió Manigoldo.

    Dohko caminó hacia Shion.

    —Te oímos gritar, y como estabamos de paso vinimos a ver qué sucedía — dijo preocupado, después de todo él y Shion eran mejores amigos.

    —Lo siento, chicos —se disculpó apenado por preocupar a sus amigos.

    Regulus le sonrió amigable.

    —¡No te preocupes! —le tranquilizó con su alegría infantil.

    Luego fue el turno de Kardia para hablar.

    —Sí, no te preocupes. Lo más importante ¿Quién es Kagome? ¿acaso es tu novia? —preguntó con una sonrisa pícara.

    Dégel resopló con fastidio y le dio un lindo zape.

    —No le hagas caso Shion, pero eso sí ¿quién es Kagome?

    —Ah, pues...ehhh... —dudó un poco pues no sabía cómo explicarles—Anoche me encontré con un perro y Athena me permitió conservarlo.

    —¡¿Un perro?! —abrieron los ojos como platos de la impresión.

    El joven santo de Leo tragó saliva—¿U-un perro dices? —tartamudeó algo nervioso, a lo qué el Escorpión aprovechó.

    —¿Qué pasa micifuz? ¿tienes miedo de un cachorrito? —se burló descaradamente a lo que Dégel lo golpeó otra vez—¡Auch! —se quejó sobándose la cabeza y mirándolo de mala manera.

    —No, no es por eso —respondió Regulus enojado por el apodo—Es sólo que nunca me he llevado bien con los perros —se encogió de hombros.

    Manigoldo observó alrededor—¿Y bien? ¿Dónde está Kagome? —preguntó ansioso por ver a la que él creía iba a ser su nueva mascota y fuente de entretenimiento (¡Já!)

    Shion suspiró.

    —Por eso estaba gritando —comenzó a caminar intranquilo de un lado a otro—. Hoy fui a verla a su habitación pero no la encontré.

    Dohko entornó los ojos al carnerito que caminaba en círculos—De acuerdo Shion, detente que vas a marearte -intentó calmar al peli-verde—.Mejor primero dinos cómo es Kagome antes de que te desmayes y así al menos podremos buscarla.

    Shion al fin se detuvo y pensó un momento—Pues su pelaje es negro, tiene ojos azules, contextura similar a la de un lobo y es de más o menos esta altura —señaló hasta la cintura—¡Ah! También tiene un collar con una medialuna plateada con una perla en el centro donde está su nombre tallado —agregó recordando dicho accesorio.

    Dégel frunció el ceño ante la mención del collar—¿Un collar? —enarcó una ceja escéptico, Shion asintió—Entonces, si tiene un collar ¿no pensaste que puede tener dueño? —dijo acomodando su lentes.

    El santo de Aries iba a contestar pero lo interrumpieron.

    —¡Jajajaja! —rió Kardia—¡Por la descripción tal parece que pertenece a alguien muy adinerado! ¿Acaso la robaste para quedarte con el collar?—miró a Shion burlón y al instante alguien lo golpeó en la cabeza—¡AY! —dirigió su vista a Dégel que sonreía arrogante—¡Deja de pegarme! —se cruzó de brazos infantilmente.

    —Pues no digas idioteces —respondió indiferente el acuariano.

    —No Kardia, no la robé por esa ni otra causa —Shion se sintió indignado por tal acusación (Ay, disculpe Don Sensible)—.Yo nunca haría algo así, en cambio tú posiblemente serías capaz.

    Kardia abrió la boca listo para contestar.

    —No importa chicos —Regulus se interpuso entre ambos para que ninguno comenzara una discusión—.Es mejor buscarla.

    Manigoldo dio un pequeño salto.

    —¡SÍ! Jeje, siempre quise tener un perro —dijo feliz—.Cuenta con nosotros, Shion.

    El susodicho sonrió aliviado y dejó a un lado su enojo con Kardia—¡Ay! Olvidé mencionarles un detalle importante —comenzó recordando el tema de su energía—Kagome no es un perro nor... —un grito proveniente de Piscis calló a todos, la voz parecía del santo que resguardaba esa casa...Albafica (¡Kyaaa!)

    Los santos intercambiaron miradas entre ellos y con un asentimiento serio emprendieron rumbo hacia el doceavo templo.

    — "Genial, tienes una mascota y la extravías al primer día. Muy bien hecho, Shion" —se auto regañó—"Ay Kagome ¿dónde estás?".

    Fin del capítulo 03
     
    Última edición: 22 Octubre 2017
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    Capítulo 04: ¡Sorpresa, sorpresa!

    Cuando los santos dorados llegaron a Piscis se encontraron con una escena inusual, un perro negro revolcándose en las rosas con un Albafica histérico gritándole que se detenga.

    El pobre de Shion regresó a la vida.

    —¡Kagome! —exclamó alegre y aliviado. La canina se detuvo al escucharlo, lo miró y empezó a mover la cola feliz—Me preocupaste —se acercó a acariciarla y ella le lamió la cara causándole cosquillas con su nariz húmeda.

    El santo de Piscis se acercó a ellos deteniéndose a unos metros y señaló a Kagome.

    —Ummm…¿y ese perro? —preguntó confundido y algo curioso.

    —Es un ella —aclaró Dohko—Shion la encontró y Athena le permitió conservarla —explicó mirando al peliverde y dicha animal.

    Kardia bufó—Según él la encontró, aunque para mí la robó porque tiene un collar —Dégel iba a pegarle pero logró esquivarlo—¡Jajá! —sonrió triunfante, mas la alegría no le duró mucho pues Manigoldo se acercó sin que lo viera y le encestó un zape—¡Auch! —lo miró furioso—.¡¿Y tú por qué me pegas?!

    —Por idiota y porque se me da la gana —respondió Manigoldo con tono casual. (Aquí, kzual, golpeando gente)

    El santo de Aries dejó de acariciar a Kagome un momento y caminó hacia Albafica

    —Lo siento por tus risa, Albafica—se disculpó apenado.

    —No importa, Shion —suspiró—Por suerte no eran las venenosas —dijo un poco aliviado.

    Manigoldo se acercó a Kagome.

    —Hola, Kagome —saludó apacible intentando acariciarla, pero ella retrocedió desconfiada—Tranquila, no te lastimaré —en poco tiempo ella se acercó lentamente y dejó que la acariciara—Buena chica —comenzó a rascarle la barriga—Jejeje ¿quién es una buena chica? —Kagome ladró contenta y ya confiada—Sí, tú —murmuró cariñoso—Jaja...¿qué? —preguntó desconcertado ya que todos lo miraban como si tuviera dos cabezas.

    —Es que no imaginamos que tendrías un lado tierno y humano —dijo Kardia entre una mezcla de sorpresa y burla. Luego de unos segundos miró a Dégel extrañado—.¿Por qué no me golpeaste?.

    —Estoy tan sorprendido como tú, KardiA—dió un vistazo a los demás—.Bueno, creo que todos lo estamos.

    El Santo de Cáncer se sonrojó un poco.

    —No es para tanto —se cruzó de brazos enojado.

    Dohko caminó hacia la canina, que no se alejó de él, y pasó sus manos por el pelaje azabache—Nunca ví un perro así —comentó maravillado—.¡Ah! ¡Qué pelo tan suave!

    Albafica enarcó una ceja ante ésto—¿En serio? —él también se acercó intrigado y se unió a los mimos, aunque algo alejado del otro santo—Wow, cierto, es el pelo más suave que he visto —apoyó acariciándola como en trance.

    Luego de unos segundos, Dohko sintió algo que envolvía el cuello de la canina. Curioso, sostuvo lo que creía era una cadena. Y al observar de cerca abrió lo ojos sorprendido ante el collar.

    —Vaya —silbó impresionado—¡Oye Kardia! —el santo de Escorpio lo miró confundido y alzó un poco el collar—.Tal vez acertaste cuando dijiste que tiene un dueño ricachón.

    Manigoldo caminó hacia el santo de Libra y le arrebató el accesorio ignorando su queja.

    —¿Saben cuánto dinero nos darían por ésto? —habló observando la joya con una mirada algo desquiciada.

    —Sdguramente lo suficiente para comprar tantas manzanas que llenarían mi templo —agregó Kardia con expresión soñadora.

    —Hey hey hey, alto ahí —Shion caminó hacia ellos a zancadas y le quitó el collar al santo de Cáncer—Nadie va a vender nada —advirtió serio, Manigoldo y Kardia hicieron un puchero.

    Dohko rió por la payasadas de los dos santos.

    —Además ¿cómo pueden pensar en hacerle algo así a una criatura tan linda? —dijo con voz melosa acariciando las orejas de Kagome quien respondió con un ladrido feliz.

    Regulus, que hasta el momento estaba callado y un poco lejos, habló—Bueno, en eso estoy de acuerdo, es muy bonita —miró a Kagome cariñosamente.

    —¡Oh! ¡Muchas gracias! —exclamó la voz de una mujer.

    Al instante, los caballeros se reunieron en un círculo en torno a Kagome mientras observaban atentamente hacia todos lados.

    —¡¿Quién ha dicho eso?!

    —¡Yo! ¡estoy atrás de ustedes! ¿son ciegos o qué? —repitió la voz con tono confundido.

    —¿Eh? —lentamente se voltearon y dirigieron su vista a la can—. A...acaso ¿Ka...Kagome ha-habló?.

    —¡Por supuesto que sí! ¿también son sordos? —Kagome inclinó la cabeza lindamente. Todos se apartaron de un salto completamente asustados—. Dije muchas gracias por el cumplido.

    ...

    Entonces, ¿qué haría una persona si un perro habla? Exacto, se desmaya. Y justamente eso fue lo que les pasó a los dorados.

    Fin del capítulo 04
     
    Última edición: 22 Octubre 2017
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    Capítulo 05: Una historia triste y fascinante

    El santo de Aries abrió los ojos lentamente.

    —Mmm...me duele —se quejó masajeando su cabeza adolorido—¿Eh? —el pobre cayó en cuenta de que estaba en el suelo.

    —¿Estás bien? —preguntó la preocupada voz de una mujer.

    Shion miró hacia todos lados y vio que sus compañeros también estaban en el suelo, aunque inconscientes—¡¿Q-qué sucedió?! —posó su vista en la can frente a él—¿Kagome? —entrecerró los ojos con un ligero mareo.

    La can ante el comentario rodó los ojos.

    —No querido, el lobo feroz —respondió con sarcasmo—Ugh, te pregunté si estabas bien. Tú y tus amigos se desmayaron —respondió señalando con su cabeza a los susodichos.

    Shion parpadeó aturdido procesando lo que ocurrió.

    —Así que...no fue un sueño —murmuró distante.

    Kagome observó confundida todo el lugar y regresó su vista al peliverde—Umm ¿no?.

    —Por Zeus —si él no hubiera estado sentado probablemente habría caído...de nuevo—. ¡¿Có-cómo es po-posible que pu-puedas hablar?!

    —Ahh —suspiró cansada—Te lo explicaré luego, primero es mejor que despiertes a los demás —indicó.

    —Es-está bien —asintió algo turbado—¡Chicos! —los llamó—¡Hey chicos! —dijo más fuerte-. ¡HEY YA DESPIERTENSE!

    —¡¿QUÉ?! —se levantaron como si tuvieran resortes en el trasero.

    —¡Ay! mi cabecita —Manigoldo masajeó su adolorido cuello—. ¿Qué me sucedió?

    —Mmm, soñé que Shion se robó un perro que hablaba —dijo Kardia con un ligero mareo.

    —Yo soñé lo mismo —continuó Dohko frunciendo el ceño por la confusión.

    —Yo también —secundaron Dégel y Regulus de la misma forma.

    —Yo soñé que un perro destruía mis rosas —Alba hizo una mueca—Por suerte fue sólo eso, un sueño —suspiró aliviado.

    —Sí, como si fuera posible que un perro hable —el santo de Cáncer rió nervioso—Tengo que dejar las drogas —susurró.

    Shion carraspeó para llamar la atención de ellos que al instante dirigieron su vista a él.

    —¿Qué? —-el ariano señaló a Kagome—Oh... —a todos les salió una gotita tipo animé.

    —Jeje, hola —saludó tímida.

    Kardia colocó una mano sobre su frente—No, no tengo fiebre —miró a Kagome—. ¿Cómo?...

    —Les explicaré, pero por favor no se desmayen...otra vez —todos asintieron pasmados—De acuerdo... —pensó un momento—¿Por dónde comienzo? Bueno...creo que por el principio jeje. Uff, okey. Esta es una historia larga así que estén atentos y pónganse cómodos —respiró profundo dispuesta a relatar todo—. Bien, aquí voy...

    Kagome les contó cada una de sus aventuras. Que ella pertenecía a otra época y el momento en que cayó al pozo. Su encuentro con Inuyasha, el descubrir sus facultades de sacerdotisa y la historia de la Shikon no Tama y cómo se fragmentó a causa de ella . Su encuentro con los demás, Kikyo, Shippo, Miroku, Sango, Kirara, el malvado Naraku y sus secuaces, Koga, Sesshomaru y muchos más. Las aventuras y batallas. Ir y volver de la época feudal al futuro. Los momentos alegres, los tristes, las peleas y recalcó que siempre estuvieron unidos a pesar de todo. Cómo la perla cada vez se completaba más y más hasta que llegó el momento de la batalla decisiva. La destrucción de Naraku gracias al poder combinado de Inuyasha, Sesshomaru y ella. Y por último, la purificación de la perla que trajo al fin la paz a Japón.

    —Y eso fue todo. Una gran aventura, ¿no? —dijo melancólica a causa de recordar sus preciadas memorias.

    Los santos dorados la observaron asombrados. Instantáneamente la historia los había atrapado e, mientras ella les narraba los sucesos, imaginaban cómo fue todo.

    —Fue...increíble —dijo Shion casi sin habla.

    Dohko asintió igual de impresionado—Cierto, pero...¿qué sucedió con los demás? —indagó curioso.

    —Ajá, aparte que eso no explica cómo llegaste a...bueno, ésto —el alacrán señaló a Kagome de arriba abajo descaradamente, por lo que Dégel le dio un bonito zape—.¡AY! ¡¿Por qué hiciste eso?!

    —Por maleducado —respondió con desagrado.

    —Vaya, nunca aprendes ¿verdad, Kardia? —burló el cangrejo.

    Albafica rodó los ojos fastidiado por la misma escena de siempre—Por favor no empiecen con sus discusiones sin sentido —negó con la cabeza.

    —Sí, dejen a Kagome hablar —dijo Regulus con un tono de regaño que distaba mucho de su apariencia.

    —Gracias —les agradeció Kagome con voz dulce.

    —De nada —ambos se sonrojaron. (Awww, ternuritas)

    —De acuerdo, ahora les explico —todos prestaron atención—Soy una inu-youkai o demonio perro, como quieran decir —carraspeó y continuó ignorando los rostros desencajados de los dorados—Luego de la batalla final y con la perla completa debía pedir el deseo correcto para que desaparezca completamente. Pero me di cuenta que no hay un deseo indicado ya que ninguno es totalmente desinteresado, así que decidí convertirme en su guardiana...

    La paz había regresado al Sengoku y como ningún peligro amenazaba, Kagome decidió regresar a su época...lamentablemente el pozo ya no funcionaba.

    La hermosa miko se instaló en la aldea de Kaede junto a sus amigos.
    El monje y la taijiya se casaron, Sango dio a luz a dos preciosas gemelas y un tierno niño.

    El pequeño kitsune comenzó un viaje de entrenamiento especial para su raza, su meta era crecer en fuerza para proteger a sus seres queridos.

    Koga por fin se había emparejado con Ayame, de vez en cuando los visitaban.

    Nuestro amado Hanyou y la sacerdotisa Kikyo...se unieron. Un ritual antiguo le devolvió la vida a su cuerpo de arcilla por lo que también la parte del alma que le fue extraída a Kagome regresó a ella. A pesar de todo, las dos sacerdotisas se volvieron buenas amigas.

    Uno de los días en que el lord del Oeste visitó a su protegida en la aldea, ya que él había dicho que sería mejor que ella conviviera con los de su especie, siguió la presencia de la miko ojiazul. Antes de que Kagome pudiera preguntarle qué hacía allí, el inu daiyoukai le propuso entrenarla. Dijo que era la guardiana de Shikon y, según él, su poder no estaba en su máximo potencial.

    "Piénsalo, miko. Tienes hasta mañana para comunicarme tu respuesta" fueron las últimas palabras del peli-plata que luego desapareció en una esfera brillante.

    Kagome meditó sonbre la propuesta la noche entera. Por un lado, no quería alejarse de sus amigos...aunque por otro, cada uno de ellos ya tenía su vida. La única aún sin seguir un camino era ella, lo que le generaba un sentimiento de exclusión. Así que, con nuevo ahínco, tomó su decisión. Al día siguiente, espero pacientemente que el gran youkai se acercara a ella. "Acepto, lord Sesshomaru" dijo Kagome con firmeza al instante en que apareció el susodicho.
    Minutos más tarde, ella se despedía de sus amigos y junto a Sesshomaru emprendió rumbo hacia el Palacio del Oeste para comenzar un gran entrenamiento.

    Fueron largos meses de práctica exhaustiva. Cada vez que sentía que no era capaz de continuar, la determinación afloraba de golpe y ella de nuevo se levantaba ante la mirada aprobatoria de Sesshomaru, su mentor y nuevo amigo.
    Kagome creció en fuerza, astucia, agilidad y belleza. Su poder era comparable al del mismo Sesshomaru...

    Sin embargo...continuaba siendo humana y algún día moriría. Su vida comparada con la de un youkai era ínfima.
    Sesshomaru, conocedor de los pensamientos que la atormentaban, le ofreció formar un vínculo de sangre. La unión la convertiría en youkai y parte de su clan, aunque de su manda ya lo era hace tiempo.
    Claro que al principio Kagome estaba algo renuente por el temor de perder sus poderes sagrados pues en ese caso no podría purificar la perla.
    El peli-plata le aseguró pero que aún conservaría sus facultades miko, aunque dificultad de concretar el ritual sería mayor a la originalmente planteada...

    —Como mi confianza en él era plena, acepté. Además, eso me ayudaría muchísimo en mi tarea de proteger a la perla. Sin más preámbulos, hicimos el vínculo. Y como Sesshomaru me había advertido...fue complicado —hizo una mueca—Mi poder sagrado de miko tuvo que adaptarse y mezclar con la oscuridad del youkai y viceversa, para que las dos energías no lucharan entre sí ya que hubiera conllevado a mi muerte. Gracias a Kami todo resultó bien, el miko-ki suprimió a la bestia interior, que es como una segunda alma, pero los poderes permanecieron y se convirtieron en parte de mí —miró a los dorados y gruñó irritada posar su vista en dos santos específicos—Aish ¿alguien puede despertarlos? —pidió fastidiada señalando con su cola a Manigoldo y Kardia, quienes estaban dormidos con un hilillo de baba saliendo de sus bocas.

    Dohko se acercó a ellos igual de molesto, le pegó un puñetazo en la cabeza a Kardia y una patada en el estómago a Manigoldo.

    —¡Hey, despiértense, idiotas! —les reclamó enojado.

    —¡Auch! ¡¿Por qué me golpeaste?! —le gritaron infantilmente.

    —Porque se quedaron dormidos, tontos —contestó Regulus.

    —Oh...lo sentimos —se disculparon apenados.

    —No importa —suspiró resignada—. Pero no volveré a repetir todo, que alguien les cuente después.

    —Tranquila Kagome, ellos son así, nunca entienden —se rascó la cabeza apenado, los susodichos se cruzaron de brazos enojados.

    —Muy interesante... —murmuró Dégel para sí—Aunque, aún no sabemos cómo te encontró Shion —comentó acomodando sus lentes—"Luego buscaré en la biblioteca algún libro sobre youkais" —hizo una nota mental.

    —Eso estaba por explicarles—esta vez, Manigoldo y Kardia escucharon serios—.Transcurrieron los meses y todo era muy pacífico, como dice el dicho "La calma antes de la tormenta" ... y así fue, comenzaron los problemas...

    Varias aldeas fueron atacadas y destruidas completamente. Cuando Kagome o los youkais que ella y Sesshomaru enviaban para ayudar les preguntaban a los sobrevivientes qué sucedió, todos respondían que unas personas con extrañas armaduras oscuras eran los causantes. Lo más curioso era que según ellos poseían poderes sobrenaturales que nunca habían presenciado y además siempre demandaban la ubicación de la Miko de Shikon en el nombre de "Hades".

    Kagome, junto con su hermano(Sexymaru-sama) empezaron una búsqueda. Cada día, un nuevo grupo de exploración partía en busca de datos o pistas sobre el paradero de los desconocidos, pero en ninguno de los casos regresaban con resultados...

    Meses después, apareció la tormenta.

    Inesperadamente, un ejército llegó a atacar el palacio. Sus características coincidían con quienes por tanto tiempo habían buscado.

    Los guardias del palacio del Oeste estaban muy bien entrenados en combate, inclusive los criados luchaban. Inuyasha y los demás se unieron a la contienda, peleando codo a codo como en los viejos tiempos.

    El verdadero problema...vino en dúo.
    Sólo dos fueron necesarios para empezar a destruir todo a su paso.

    Mientras Kagome ayudaba a los sobrevivientes para que escaparan, sintió dos poderosas energías llenas de tanta maldad y oscuridad que le helaron la sangre. Al principio creyó que eran youkais. Pero....cuando se dirigió hacia ellos, al instante se percató de que no eran simples demonios...en absoluto.

    Los dos intrusos eran hombres, gemelos parecían. Lo único que los diferenciaban era el color de cabello y el de los ojos. Uno era rubio y sus ojos de oro le recordaron a los de Sesshomaru cuando se topó con ellos por primera vez...aunque la maldad que emanaban los de esta persona superaban en creces al inu-youkai. El otro hombre tenía el cabello negro en el que ni la luz se reflejaba y ojos tan oscuros que mantenían fijamente su vista sobre la inu-miko.

    "Entreganos la perla, sacerdotisa. Te lo exigen Hypnos y Thanatos. Con esa joya, nuestro señor Hades ya no necesitará usar un cuerpo humano como vasija para su alma. Entregala y perdonaremos a tus amigos" fueron las palabras sincronizadas de los dos.

    Kagome no vaciló en negarse, la promesa de supuesto perdón no la hizo dudar. Seres con un aura tan maligna no podrían causar nada bueno.

    La desventaja de Kagome era grande, la fuerza que poseían la superaba en creces, sumando el hecho de que su energía se agotaba rápidamente.

    En el peor momento, Sesshomaru llegó y se unió a Kagome. Ambos lucharon fervientemente y gracias al factor sorpresa de Yako (Sesshomaru versión Godzila) lograron herirlos ... pero no fue suficiente.

    A el peli-plata lo hirieron de gravedad y su gran cuerpo cayó inconsciente generando un pequeño temblor.

    Kagome hizo todo lo posible para protegerlo pero su fuerza estaba casi nulas...

    —Lo recuerdo perfectamente —sollozó—.Caí al suelo atónita por lo sucedido y al instante esos dos desgraciados ordenaron que me lleven a un lugar que no logré escuchar el todo, pero creo que dijeron inframundo. ¡Mientras me alehaban del palacio observé el daño que causaron!

    La esclerótica de los ojos de Kagome se tornó roja y de ella comenzó un emanar un aura oscura. Las alarmas sonaron en la mente de los santos e inmediatamente se pusieron en guardia.

    —¡Era un campo de sangre! ¡Tantos cuerpos! ¡Todos los mutilados! ¡Antes de caer en la inconsciencia y logré ver cómo mataban a mis amigos y yo no fuí capaz de hacer nada para detenerlos! —gritó con rabia. El suelo empezó a temblar ligeramente y el aire a su alrededor se volvía asfixiante.

    —¡Kagome, detente! —exigió Shion con seriedad y preocupación.

    La inu miró a todos y les gruñó amenazadoramente, a lo que por un momento sintieron miedo al hacer contacto con esos ojos inyectados de sangre.

    Rápidamente apartaron esa sensación, no eran caballeros dorados por nada.

    —Kagome —pronunció suavemente su nombre—Cálmate, por favor —la tranquilizó. Al parecer estaba funcionando ya que ella empezó a reducir su energía—No nos obligues a atacarte —pidió triste.

    Kagome parpadeó unos segundos—Lo...lo siento —sus ojos volvieron a ser azules y la oscuridad a su alrededor desapareció—De verdad lo lamento, perdí el control —bajó la cabeza desganada—Es que...recordarlo me entristece tanto —las lágrimas corrían por su ehhh ¿rostro? ¿hocico?—Pero no se preocupen, ya estoy bien —sacudió la cabeza—Dejemos de pensar en eso... —los dorados se calmaron y volvieron a sentarse, pero nunca bajaron la guardia—Cuando desperté, estaba en una jaula, de la que pude salir y escapar. No sabía en dónde me encontraba, así que guiada por mi instinto me adentré en el bosque y corrí lo más rápido que podía pues supe que pronto me estarían persiguiendo. Por desgracia tropecé y ante la caída mis heridas empeoraron —hizo una mueca—Los malditos me encontraron y, después de una propuesta estúpida que rechacé, se dispusieron un atacarme. Pero entonces... apareció Shion —dirigió su vista al susodicho, quien se sonrojó ante su mirada, y sonrió dulcemente—Él los venció fácilmente, excepto a uno. El desgraciado inmovilizó a Shion y lanzó su ataque. Con esfuerzo logré formar una barrera para protegerlo y desviar el golpe, así que se enfureció y me iba a atacar pero lo purifiqué...aunque agoté todas las energías, sin embargo si Shion no hubiera aparecido seguramente yo habría muerto —dijo agradecida—Me di cuenta que su aura era buena, por lo que me tranquilicé y desmayé sin preocuparme pues sabía que él no me iba a dañar y que estaba segura —se acercó al peliverde y dio una profunda reverencia a lo que el sonrojo de Shion aumentó—.Tienes mi eterna gratitud y la del clan de la luna.

    —N-no te preocupes —contestó éste avergonzado.

    —Sí Shion, tú también tienes mi eterna gratitud —burló Kardia con voz aguda y se inclinó sarcástico. Iba a continuar, pero una mirada amenazante de Kagome bastó para detenerlo—¡Lo siento! —se escondió detrás de Dégel.

    —¿Por qué a mí? —murmuró el susodicho.

    —Tengo una pregunta, Kagome.

    —¿Sí, Albafica?

    —Antes eras humana ¿no? —Kagome asintió—.Entonces, cuando te convertiste en youkai, tú...¿Tú te convertiste en perro permanentemente?

    —No...eso me olvidé explicarles, gracias por mencionarlo —agradeció divertida, Alba sonrió de la misma forma—.Los youkais tenemos apariencia humana pero con rasgos característicos de cada raza, como colas, orejas, garras. Aunque no necesariamente, por ejemplo, Sesshomaru tenía marcas y orejas puntiagudas con una medialuna en la frente, que representaba su clan. Bueno, volviendo al tema ... y tenemos una forma youkai que es nuestra raza en su forma animal. Como yo soy un inuyoukai, mi forma animal es un perro. Es decir, la que están viendo.

    Regulus formuló un "wow"

    —¿Eso significa que hay diferentes clases de youkais? —razonó sorprendido.

    —Ajá. Hay okamis como Koga, kitsunes como Shippo, nekomatas como Kirara, takunis, hebis, inus, fénixs, y muchos más. Como también hay hanyous, quienes han sido resultado de las relaciones entre youkais y humanos. Inuyasha era hijo de un poderoso inu-youkai y una princesa humana, que en paz descansen. En cambio Naraku era un hanyou de un batido de youkais, para explicarlo en simples palabras.

    — (U -_-)

    —¡Ohh! lamento mis modales al no presentarme como es correcto —dijo de pronto el acuariano—Yo soy Dégel de Acuario —se inclinó elegantemente.

    Los demás imitaron lo imitaron.

    —Y soy Regulus de leo —saludó nervioso.

    —Yo soy Manigoldo de Cáncer —le guiñó un ojo.

    —¡Yo soy el increíble Kardia de Escorpio! —sonrió arrogante a lo que los otros rodaron los ojos.

    —Soy Albafica de Piscis -sonrió amable.

    —¡Oh!...ehhh...lamento lo de tus rosas, jeje.

    —No te preocupes, Kagome —le restó importancia.

    —¡Y yo soy Dohko de Libra! —dijo alegre.

    —Un placer conocerlos, yo soy Kagome Higurashi-Taisho —observó a todos con una sonrisa.

    —Ehh ¿Kagome?

    —¿Qué sucede, Manigoldo? —inclinó la cabeza lindamente.

    —N-nos... —carraspeó—¿Nos enseñarías tu forma humana? —pidió sonrojado.

    —Oh...está bien.

    Una luz cegadora la envolvió y los dorados tuvieron que cerrar los ojos. Cuando la luz se fue y pudieron ver...quedaron en shock. Frente a ellos se encontraba la mujer más hermosa que hayan visto. Tenía el cabello negro azabache de largo hasta las caderas, un cuerpo delgado y escultural, piel blanca y cremosa como la leche, un rostro tallado por los mismísimos ángeles con labios rosados y apetecibles, y unas gruesas pestañas que realzaban sus ya de por sí hermosos ojos. Estaban tan embelesados que no se percataron de las tiernas orejas de perro y cola que se movía feliz atrás de ella.

    Fin del capítulo 05
     
    Última edición: 22 Octubre 2017
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