de Dragon Ball - Mi Primer Amor

Tema en 'Dragon Ball' iniciado por Akane Mitsui, 16 Julio 2013.

  1.  
    Akane Mitsui

    Akane Mitsui Iniciado

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    16 Julio 2013
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    Título:
    Mi Primer Amor
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2235
    Disclaimer: Los personajes de Dragon Ball no me pertenecen, sino a su creador, Akira Toriyama.

    Mi Primer Amor
    Capítulo # 1: Un misterioso héroe

    Era la alborada de una resplandeciente jornada dominical de iniciaciones de la estación primaveral, Son Gohan, de 13 años, comenzaba con pereza aquel día, alertado de que debía despertar en voz de su madre.
    — Gohan, ya es hora de que te levantes— decía mientras entraba en la habitación del semisaiyajin.
    — Un poco más— susurraba mientras ocultaba sus ojos de los rayos solares que ingresaban por las ventanas que desnudaba Milk para iluminar el cuarto.
    — Gohan, hijo ya levántate, recuerda que debes hacer tus lecciones— indicó la madre mientras lo sacudía con sutileza.
    — Pero si hoy es domingo y es muy temprano— protestó cubriéndose de pies a cabeza bajo las sábanas.
    — Debes estudiar a diario, no sólo cuando venga la maestra, y apresúrate para que desayunes— ordenó la mujer descubriéndolo de las ropas que lo abrigaban en sus descansos nocturnos.
    — Esta bien- musitó el preadolescente sentándose sobre el colchón y frotando sus ojos para distinguir con más precisión su entorno.
    Gohan, a sus trece años, había cambiado en apariencia, su cabello negro comenzaba a tener aquella fuerza que lo impulsaba hacia el cielo, con unos tímidos cabellos que caía flojamente sobre su frente, había crecido varios centímetros pasando por unos cuantos a su madre, pero aquella mirada de pureza sincera permanecía iluminando su rostro.
    Aquella mañana, la familia constituida por los hermanos Son y la madre, desayunaron como de costumbre. Tan pronto como Gohan sació su apetito, comenzó a cumplir con sus tareas escolares pendientes. Luego cambió sus ropas, por aquel traje azul, que dejaba al descubierto sus musculaturas tan rigurosamente trabajadas, tanto en sus extremidades superiores, como en su torso que quedaba en gran porción al descubierto. Se alistaba para partir a los alrededores de las Montañas Paos, bajó las escaleras acomodando aquel cinturón rojo que oprimía su cintura, pero su madre le detuvo.
    — ¿Gohan a dónde vas?— preguntó aquella mujer posando sus manos en la cintura.
    — Mamá, ya acabé mis tareas, ahora seguiré con mi entrenamiento diario- informó el hijo mayor de Gokú.
    — ¿Estás seguro?, ¿has acabado con todo?— interrogó con un dejo de sospecha.
    — Si mamá, si quieres puedo mostrarte los cuadernos— dijo el muchacho señalando su habitación donde descansaban sobre un escritorio sus libros y cuadernos.
    — No, no es necesario- contestó Milk comprobando con aquello que el muchacho no mentía— Pero lamento decirte que no podrás ir aún a entrenar— añadió.
    — Pero por qué— susurró con decepción el primer semisaiyajin.
    — Necesito que hagas algo por mí— respondió— es que se han acabado los pañales y leche de Goten, necesito que vayas hasta la ciudad a comprar unos pocos con urgencia— expresó la viuda de Gokú.
    — Esta bien— musitó el chico de ojos negros mientras su madre le entregaba dinero para cumplir con el encargo.

    Gohan salió resignado de la vivienda acompañado de su madre, una vez afuera llamó a la nube voladora.
    — ¡Nube voladora ven aquí!— exclamó mirando el cielo azul. El objeto anteriormente obsequiado por el maestro Rochi a Gokú, no tardó en aparecer, entonces Gohan con un gran brinco, se montó sobre ella.
    — ¡Gohan date prisa y ten cuidado con los aviones!—indicó la mujer de cabello negro agitando su mano izquierda, mientras que con la otra sostenía al pequeño Goten.
    — ¡Si, no te preocupes, enseguida regreso!— exclamó el muchacho también agitando su mano, entonces partió rumbo a Ciudad Satán, su madre lo vio desaparecer entre las escasas nubes que decoraban armónicamente el cielo.
    — "Te cuidado hijo"— pensó Milk, entonces se volteó para reingresar en su hogar.

    Una vez arribado en aquella ciudad, Son Gohan caminó hasta el centro comercial, y con completa normalidad, compró todo lo encargado por su madre. Cargando las bolsas del supermercado, el chico caminó hacia las afueras de la ciudad donde ya nadie le pudiera sorprender, entonces volvió a llamar a la nube voladora, que apareció rápidamente, el preadolescente, subió a ella y le ordenó dirigirse de vuelta a su hogar. Entonces volaron a velocidad, prontamente salieron de la ciudad rumbo al mar para cruzar la masa líquida que los separaba de las Montañas Paos. Gohan iba contemplando el entorno con una gran sonrisa y tranquilidad, de pronto oye unos gritos de socorro.
    — ¡Auxilio, que alguien me ayude!— suplicaba una niña, de cabello lacio, castaño claro, que caía hasta sus codos, de tez blanca como la nieve, y unos ojos grises que adornaban hermosamente su rostro, desde las orillas del mar— Auxilio— replicó.
    "Que es eso, creo que alguien necesita ayuda"— pensó el semisaiyajin, entonces miró en dirección a la voz, y logró ver a una jovencita que retrocedía temerosa y sigilosamente ante la mirada amenazadora de un enorme dinosaurio.
    — ¡Nube voladora, vamos hasta la orilla de la playa, esa niña necesita ayuda!— exclamó el muchacho mientras se transformaba en supersaiyajin.
    — ¡Ayuda!— pidió entre lágrimas que asomaban en sus ojos al chocar de espalda contra una roca, obstaculizando la huida.
    — Perdóname dinosaurio pero no puedo permitir que le hagas daño a esta niña— dijo el muchacho mientras saltaba con energía para alcanzar la cabeza de dinosaurio por las espaldas, acto seguido, le propinó un golpe dejando inconsciente al animal. La muchacha observaba boquiabierta el acto.
    — ¿Te encuentras bien?— preguntó el muchacho mientras se acercaba a la chica.
    — S… si, muchas gracias— respondió la muchacha haciendo una reverencia.
    — Este lugar es muy solitario, ¿usted es de por aquí?— preguntó el joven de ahora cabello rubio, mirando en todas direcciones comprobando la soledad del lugar.
    — N… no, yo vivo en Ciudad Satán— dijo la muchacha levemente ruborizada al comprobar la belleza irradiada por el joven, además de la gran fuerza demostrada, que además se manifestaba en sus curvados brazos.
    — Señorita, es muy peligroso que ande por aquí sola, será mejor que la lleve hasta la ciudad— manifestó el joven queriendo ayudar a la chica.
    — Si, muchas gracias— pronunció mientras hacía nuevamente una reverencia. Entonces Gohan miró el cielo, y exclamó.
    — ¡Nube voladora, ven aquí!— la muchacha no entendía nada. Tras aparecer dicha nube, Gohan brincó a ella, y le dijo a la muchacha:
    — Ven sube aquí.
    — ¿Cómo?— murmuró tímidamente la muchacha.
    — Ven aquí, la nube voladora nos llevará hasta Ciudad Satán— explicó el chico, entonces pensó— "Es cierto, la nube sólo puede cargar a gente que sea pura de corazón"— entonces le dijo a la muchacha— Yo te llevaré en mi espalda— entonces bajó de la nube, tomó a la chica poniéndola en su espalda, saltó de vuelta a la nube.
    — N… no es necesario, puedo ir sentada— pronunció completamente ruborizada por el contacto tan cercano mientras se alejaba del muchacho.
    — ¡Espera!— exclamó el semisaiyajin con espanto por la posible caída de la joven.
    — ¿Qué sucede?— preguntó la chica mientras se acomodaba en la nube.
    — No, no es nada— pronunció Gohan— "Se nota que esta niña es buena, la nube voladora la lleva sin problema"— pensó el joven— Sujétate fuertemente, que ya nos vamos— indicó a la chica— ¡Nube voladora, vamos a Ciudad Satán!— ordenó el hijo mayor de Gokú, a lo que la nube obedeció de inmediato, la chica que se afirmaba con sutileza, desprevenida perdió el equilibrio al comenzar a moverse el objeto, entonces para evitar caer, se abrazó a la espalda de Gohan cerrando los ojos con temor.
    — ¿Estás bien?— preguntó Gohan volteándose a verla.
    — Si— pronunció tímidamente la chica, entonces Gohan volvió a mirar al frente, la muchacha permaneció abrazada al joven cerrando sus ojos por el encanto que sentía ante aquel contacto que le hacía sentirse completamente protegida y un revoloteo travieso en sus entrañas.
    Pronto llegaron a Ciudad Satán, entonces la nube voladora descendió sin ser vista por ningún ciudadano.
    — Bueno, hemos llegado— dijo Gohan mientras bajaba de la nube a la muchacha.
    — Quiero agradecerle por todo, de no haber sido por su ayuda no sé que habría sido de mi— expresó la muchacha haciendo una reverencia.
    — No agradezcas, fue un placer— manifestó Gohan.
    — Es cierto, me gustaría mucho saber su nombre— susurró ruborizada y mirando el suelo, la chica.
    — No puedo decírselo, lo lamento, pero confórmese con saber que soy un buen amigo— respondió sonriendo amablemente.
    — Está bien, pero yo me presentaré, mi nombre es Meiko, un placer conocerlo— se presentó repitiendo la reverencia.
    — Un gusto señorita Meiko, bueno ahora debo irme, cuídese mucho— se despidió el entonces rubio mientras se volteaba para retirarse.
    — ¡Espere!— exclamó la chica acercándose rápidamente al héroe.
    — ¿Qué sucede?— preguntó dirigiéndose a la chica.
    — Hasta pronto— pronunció la muchacha tomándolo de un brazo, provocando que el chico se inclinara involuntariamente, tras lo cual la muchacha en un impulso le besó una mejilla.
    — S…si, hasta pronto— respondió vacilante, con un leve sonrojo en las mejillas y tomándose la nuca.
    Entonces subió a la nube voladora y se retiró, la chica le vio partir y alejarse a gran velocidad hasta que desapareció y con un gran suspiro dijo:
    — ¿Quién serás, joven de cabello dorado?

    — ¿Donde se habrá metido este niño?, le dije que se diera prisa, Gohan vuelve pronto— decía Milk caminando de un lado a otro mientras cargaba a Goten.
    — ¡Ya llegué!— se anunció el chico.
    — ¡Gohan!, ¿por qué tardaste tanto?, ¿te pasó algo?, y ¿por qué traes el cabello como rebelde?— interrogó muy preocupada la mujer.
    — Oh es cierto, es que ayudé a una niña que era atacada por un dinosaurio, y me transformé en supersaiyajin para evitar que descubriera mi identidad— explicó el muchacho mientras volvía a su apariencia habitual.
    — ¡Qué!, ¿pero estás bien, no te pasó nada?— preguntó acercándose al muchacho tocándole la frente para asegurarse de que no tenía fiebre ni nada.
    Estoy bien, no ocurrió nada— calmó el chico a su madre.
     
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    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Bienvenida al foro!!!!, me dio curiosidad tu historia y vine a echarle un vistazo. Es un gusto leer algo bien redactado, aunque, para serte sincera, creo que tienes una que otra falta no muy relevante, además de el tamaño de la letra, la cual es demasiado pequeña y dificulta un poco la lectura, pero nada mal. Fue lindo ver a Gohan defender y ayudar a una niña, él siempre se ha caracterizado por ser un alma noble y desinteresada, sólo que pensé que esa niña podría ser Videl, pero será interesante ver lo que pasa después. Un saludo y felicidades nuevamente por tu aportación.
     
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    Akane Mitsui

    Akane Mitsui Iniciado

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    Hola Inuno Taisho ^_^
    Muchas gracias por el recibimiento! Con respecto a la historia tiene razón, hay detalles ortográficos que en su momento no detecté. En adelante ocuparé una letra de mayor tamaño porque ahora que lo noto gracias a tu comentario, es bastante pequeña. Sobre la Gohan, sí! es un personaje muy lindo y que sin duda ayudaría a alguien en problemas. Videl por ahora no será parte del fic, en un futuro quizás sí. Agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo de leer y comentar este humilde capítulo. Muchos saludos y hasta pronto :D!
     
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    Mayra Son

    Mayra Son Iniciado

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    holaaa primero q todo bienvenida al foro :) :)
    la verdad el fic esta bastante bueno y me gusto mucho .. solo falta arreglar algunos detalles entre ellos la letra ya que esta demasiado pequeñita jajaja
    uno de mis personajes favoritos de dragon ball es gohan ..no se siempre me gusto .. es que es tann lindo .. sobre todo cuando era pequeñito y cuando es garnde tambien <3 <3 . su forma de ser tambien me gusta . es tan noble y un poco timido .. y eso lo hace mas lindo aun :) :)

    bueno espero noticias sobre la continuacion ,, mucho animo y suerte :)

    byee :)
     
  5.  
    Akane Mitsui

    Akane Mitsui Iniciado

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    Mi Primer Amor
    Capítulo #2: ¿Eres tú?
    Ya era día lunes por la mañana, y la familia Son ejecutaba con completa normalidad sus actividades rutinarias, Milk, se encargaba del quehacer doméstico, Gohan por su parte se alistaba con su ropa de entrenamiento para salir. Entonces caminó con sigilo en casa.
    — "Si mamá me sorprende, no me dejará entrenar, ayer no pude por tardar tanto en regresar"pensaba Gohan, caminando de puntillas.
    — ¿A dónde crees que vas?— preguntó con disgusto la madre.
    — ¡Mamá!— exclamó el muchacho espantado por la repentina aparición de la mujer.
    — Gohan, responde a lo que te pregunté— ordenó Milk, el chico rió sutilmente con nerviosismo mientras tomaba su cabeza.
    — No es nada, sólo iba a entrenar para no perder mi condición— contestó fingiendo simplicidad.
    — ¡¿Qué estás diciendo?!— exclamó molesta la madre— Sabes que tu maestra no tarda en llegar, debes estar en casa para retomar tus lecciones— fundamentó tomándose la cintura.
    — Mamá no te preocupes, aún falta una hora para que llegue la maestra, con ese tiempo será suficiente para entrenar, puedo regresar antes que ella— intentó solucionar el problema Gohan.
    — Te preocupas mucho por esos entrenamientos, en eso te pareces mucho a tu padre— manifestó la mujer, provocando un tenue sonrojamiento en el semisaiyajin.
    — Mamá ¿entonces me dejas?— preguntó suplicante.
    — ¿Prometes llegar a la hora?— rebatió la mujer.
    — Si— contestó esperanzado el preadolescente. Milk lo miró mientras reflexionaba con suspicacia.
    — Mmm… esta bien, pero recuerda tan sólo una hora, si no regresas entonces tendrás tu escarmiento— advirtió amenazadora.
    — Si, si, prometo regresar pronto— respondió feliz el chico de ojos negros.
    Entonces Gohan partió volando hasta una pradera rodeada de árboles, arbustos, y flores que decoraban el entorno con aquella intensidad propia de la estación primaveral, además de montañas que imponentes se levantaban formando pequeños valles.
    — Ya he llegado, ahora a entrenar— monologó mirando el entorno— Comenzaré con un pequeño calentamiento— agregó.
    Entonces extendió horizontalmente su brazo derecho, cogiéndolo con el izquierdo, comenzando a alongarlos. Pronto se sentó sobro el césped, con las piernas extendidas de forma homogénea, y alcanzó con gran habilidad la punta de sus pies.
    — Bueno, ahora se viene lo divertido— dijo poniéndose de pie, mientras secaba escasas gotas de sudor que se desprendían de su frente— ¡Ah!— exclamó con potencia, empuñando sus manos, entonces se transformó en supersaiyajin.
    Se elevó un par de metros sobre el suelo, y comenzó a dar patadas al aire a gran velocidad, lo mismo con sus puños. Después de unos cuantos minutos, reemplazó la nada, por enormes rocas las cuales destruyó con gran facilidad. Intercambió varias veces entre el aire y las rocas. También practico velocidad, desplazándose casi sin ser visible entre las montañas y cerros. Lanzó energía a otras tantas rocas de gran volumen, las cuales se fragmentaron el pequeñas rocas que impulsadas por el impacto, se dirigían a gran velocidad al muchacho, el cual con una rapidez impresionante, esquivaba unas tantas, mientras golpeaba con sus puños aquellas que amenazaban golpear su pecho.
    — Lamento la tardanza, pero se me presentó un problema— se excusó una mujer mientras hacía una reverencia.
    — No se preocupe maestra, al contrario, tendrá que perdonarme usted, Gohan salió hace más de una hora y no a regresado— expresó Milk.
    — Bueno, puedo esperarlo, seguramente viene en camino— comentó la mujer, entonces una niña asomó curiosa tras la mujer.
    — Vaya, veo que viene acompañada— observó la madre de Gohan.
    — Es cierto— dijo la mujer mientras daba un paso al costado para dejar a la vista a la muchacha— Le presento a mi hija Meiko
    — Mucho gusto— saludó la chica educada haciendo una reverencia.
    — El gusto es mío— correspondió Milk sonriendo.
    — No quiso quedarse sola en casa, me contó que ayer la atacó un dinosaurio, quedó muy asustada— explicó la mujer, lo que ruborizó a Meiko— Espero no le moleste— añadió haciendo una reverencia.
    — No, por supuesto que no— respondió apresuradamente la madre de Gohan— Vaya que distraída soy, por favor pasen— invitó la mujer señalando la vivienda.
    — Muchas gracias— dijeron al unisón.
    Pasaron veinte minutos, y Milk estaba completamente irritada.
    "Gohan me prometiste estar a tiempo y ya llevas media hora de retraso"pensó impaciente.
    — ¿Le habrá ocurrido algo a Gohan?— preguntó la maestra que se encontraba sentada sobre un sofá junto a su hija.
    — No lo creo, debe estar en el bosque— respondió la madre— Iría por él, pero no quiero dejarlas solas— expresó como excusándose.
    — No se preocupe, Meiko irá por él— la chica la miró extrañada— ¿Verdad que puedes?— preguntó casi confirmándolo.
    — S..si— contestó vacilante la muchacha de ojos grises.
    — ¿Enserio?... ¿harías eso por mí?— preguntó esperanzada Milk.
    — Claro— respondió amable la muchacha.
    — Muchas gracias— agradeció la mujer.
    — Entonces su nombre es Gohan ¿verdad?— preguntó insegura la muchacha.
    — Si, es Gohan, viste un traje azul, bueno es posible que no lo confundas con nadie más, porque somos los únicos habitantes de este lugar— indicó sonriendo la madre de Gohan.
    — Esta bien— dijo la muchacha, entonces cruzó rauda el umbral de aquella casa, y salió en búsqueda del muchacho.
    Mientras tanto, Gohan se encontraba completamente sumergido en su entrenamiento, le parecía que los minutos avanzaban a pasos de anciano, o al menos eso quería pensar. Lanzaba golpes y energía por doquier, destruyendo muchas de las estructuras montañosas reinantes en el lugar.
    — "Que fue ese ruido tan estruendoso"— pensó la chica mientras se detenía ante el estrepitoso ruido provocado por el joven— Quizás esté en esa dirección ese niño— se dijo ahora Meiko, y vacilante emprendió marcha guiada por el sonido. Luego de unos minutos, divisó al muchacho que se encontraba de espaldas, y convertido en supersaiyajin.
    — Entonces la muchacha recordó: "Si, es Gohan, viste un traje azul, bueno es posible que no lo confundas con nadie más, porque somos los únicos habitantes en este lugar indicó sonriendo la madre de Gohan".
    — G… ¿Gohan?— preguntó sonrojada la muchacha al reconocer en la figura del chico, aquel héroe que hace menos de 24 horas le había salvado la vida.
    — ¿Eh?— murmuró el chico mientras se volteaba— ¡Qué!, ¿qué hace usted aquí señorita?— preguntó espantado al sentirse descubierto.
    — ¿Usted es Gohan?, la señora Milk me pidió buscar a Gohan, me dijo que era el único muchacho en este lugar, por eso deduzco que es usted— explicó la muchacha.
    — N… no, se equivoca, suelo venir aquí, pero yo no soy quien busca— contestó vacilante el hijo mayor de Gokú— "Creo que se me pasó la hora"pensó mientras tomaba su cabeza Pero cómo mi madre envía a una niña desconocida a buscarme, arriesga que se descubra mi identidadse preguntó con una sonrisa nerviosa el semisaiyajin.
    — ¿Y sabe dónde lo puedo encontrar?—interrogó la muchacha.
    — Bueno debe ser aquel niño que vi hace unos minutos en esa dirección— mintió el chico indicando hacia el norte.
    — Muchas, gracias, le agradezco la información, nuevamente me ha ayudado— manifestó la muchacha sonriendo tímidamente.
    — No es nada— sonrió también— Ahora date prisa, o sino no encontrarás a Gohan— aconsejó el chico.
    — Si, y muchas gracias, hasta pronto— se despidió la muchacha mientras se alejaba.
    — Adiós— correspondió agitando su mano— Eso estuvo cerca— espetó con un suspiro de alivio— Me pregunto cómo esa niña conoce a mi madre, bueno no es momento para pensar en eso, ahora debo darme prisa— monologó Gohan mientras volvía a su apariencia normal y salía volando para fingir ser alguien completamente diferente a la persona que conversaba hace unos instantes con la chica.
    Descendió junto a una colina, dirección en que caminaba Meiko. Entonces salió a su encuentro, fingiendo desconocer su presencia.
    — Buenas tardes, ¿usted es Gohan?—preguntó la chica de cabello castaño.
    — Buenas tardes— saludó Gohan— Si, yo soy Gohan, que se le ofrece— añadió.
    Entonces la chica explicó que Milk la había enviado a buscarlo para que regresara lo antes posible porque la maestra ya estaba en casa.
    — Ya veo, debe estar muy molesta por no haber regresado a tiempo, pero se me pasó el tiempo sin darme cuenta— comentó sonriendo el chico.
    — Entonces regresemos pronto, porque preparaba su escarmiento— dijo la chica sonriendo.
    — Ya veo— musitó.
    Caminaron en silencio rumbo a casa, a solo minutos de ella, la muchacha no contuvo la curiosidad y preguntó— ¿Le puedo hacer una pregunta?
    — Claro, lo que quieras— contestó amable el chico.
    — Usted…— interrumpió Gohan.
    — Por favor, trátame de tu, creo que tenemos casi la misma edad, no es necesario que me trates de usted— expresó riendo el chico.
    — Esta bien, entonces tu- pronunció tímidamente, Gohan asintió— ¿Tú conoces a aquel chico de cabello dorado que en ocasiones visita este lugar?— preguntó avergonzada.
    — No… no sé de quién hablas— respondió haciéndose el desentendido.
    — Que lástima, creí que quizás lo conocías, como traen la misma ropa creí que pertenecían a algún club de artes marciales o algo por el estilo— musitó decepcionada. El muchacho miró sus ropas con espanto— Pero veo que sólo es una coincidencia— agregó.
    "Creo que tendré que tener más cuidado, esta niña podría descubrirme, y eso no sería bueno"— pensó Gohan mientras ingresaba a la vivienda.
    — Buenas tardes maestra, lamento la tardanza— saludó Gohan tomando su cabeza.
    — Cómo es posible Gohan que no cumplas las promesas que le haces a tu madre, te dije sólo una hora, pero me desobedeciste— reclamó exasperada Milk.
    — Lo siento madre, pero se me pasó la hora— se excusó temeroso el muchacho.
    — No hay problema señora Son, ahora podemos comenzar sin ningún inconveniente— intentó calmar la maestra.
    — Si, es cierto— susurró Milk avergonzada por el escándalo.
    — Yo te esperaré aquí— dijo Meiko sentándose en un sofá.
    — Esta bien— contestó la madre.
    — Es cierto, había olvidado preguntar, ¿Madre cómo conoces a Meiko?— interrogó Gohan.
    — Hijo, Meiko es hija de tu maestra, hoy vino junto a su madre porque ayer fue atacada por un dinosaurio y no quería quedar sola en casa— explicó Milk.
    — Vaya, así que tu eres la hija de mi maestra— comentó Gohan, la chica asintió sonriendo— "Que pequeño es el mundo"pensó con un leve sudor el su frente.
    — Bueno, ahora ve a cambiarte pronto, estas sudando, date prisa para que comiences con tus clases— ordenó la madre.
    — Si— respondió Gohan y corrió a su habitación.
    Al cabo de unos minutos, Gohan bajó a la primera planta, cargando libros y cuadernos.
    — Bueno, comencemos— dijo la maestra. Entonces aquella tarde de estudio desde ese instante, se desarrolló con normalidad.
    Mientras tanto, Meiko, esperaba a su madre observando con detención las fotografías que decoraban la sala, en ellas distinguía a Gohan y Milk, que aparecía en retratos junto a Gokú, quien ella no tendría la oportunidad de conocer. Luego pensó:- "Que haría aquí el chico que me salvó? me gustaría tanto volver a verlo-suspiró- Me gustaría saber siquiera su nombre, espero poder llegar a conocerlo, pero al menos ya sé dónde encontrarlo-sonrió emocionada. Se encontraba sumergida en sus pensamientos cuando de pronto, siente que se aproximan lentamente pasos inestables, que eran más perceptibles a medida que se acercaban. La muchacha miró curiosa para ver de quien se trataba, observó maravillada al descubrir quién era.
    — Hola, cómo te llamas— saludó sonriendo tiernamente.
    — Hola, mi nombre es Goten— pronunció con gran dificultad el pequeño niño de entonces 4 años.
    — Así que tu nombre es Goten, pues yo soy Meiko, un gusto conocerte pequeño— expresó encantada.
    — ¿Quieres jugar conmigo?—propuso el hijo menor de Gokú.
    — Claro que si— respondió sonriente.
    — Ven— invitó Goten tomando de la mano a la chica de ojos grises, la que inclinándose siguió al pequeño.
    Estuvieron largo tiempo jugando, la muchacha cayó rendida a la ternura irradiada por el menor de los Son, si bien era muy tímida, el pequeño desde el primer instante despertó una gran fraternidad en la muchacha. Gohan se acercó a la habitación donde se encontraban Goten y Meiko, y a la distancia escuchaba las risas fusionadas de ambos que disfrutaban juntos mientras jugaban.
    "Vaya, esta niña se ha lleva muy bien con Goten"— pensó Gohan mientras observaba desde el umbral de la habitación como se divertían.
    — Gohan, ¿vienes a jugar con nosotros?— preguntó su hermano menor al sorprenderlo.
    — Lo siento Goten, pero vengo a buscar a Meiko, su madre ya se va debe irse ella también— comunicó Gohan.
    — ¡No!— exclamó con capricho el pequeño mientras afirmaba con fuerza una pierna de la muchacha quien se ponía de pié para retirarse.
    — Lo lamento, debo irme, pero si quieres vendré a visitarte cuando tú me invites— consoló Meiko.
    — ¿Me prometes que vendrás?— preguntó susurrando, mientras choca sus dedos índices, lo que le daba un aspecto tierno.
    — Claro que si— afirmó Gohan, entonces se dirigió a la chica— Meiko ven cuando quieras, con gusto te recibiéremos— invitó sonriendo.
    — Muchas gracias— respondió haciendo una reverencia.
    Entonces bajaron a la primera planta, donde los esperaban Milk y la maestra.
    — Bueno hija, despídete para irnos— ordenó la mujer amablemente.
    — Adiós, un gusto conocerlos— pronunció la muchacha haciendo una reverencia.
    — El gusto fue nuestro, hasta pronto— dijeron al unisón Gohan y Milk sonriendo gentilmente. Salieron hacia el exterior, donde descansaba una nave que las transportaba, se subieron a ella y se despidieron nuevamente.
    — ¡Adiós, vuelve pronto!— exclamó Goten sacudiendo su mano. Entonces la maestra y Meiko desaparecieron por el horizonte rumbo a Ciudad Satán.
    Claro que volverépronunció ya lejos, luego mirando el cielo pensóTambién por ti héroe doradocon una luminosidad de ilusión en sus ojos grisáceos.
    GRACIAS POR LEER :)
     
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  6.  
    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

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    Desde tan pequeño y ya traumado con su identidad loool.. pobre Gohan, aún más pobrecita niña tal vez ni siquiera tenga tiempo de convivir con el chico que estudia en casa, después de todo Milk siempre ha sido una madre exigente en cuanto al estudio.

    Aunque me sorprende que vaya desde la capital a enseñar a Gohan, dado que si mal no recuerdo estaban muy lejos y por eso nadie entendía como él se transportaba desde su casa a la preparatoria, bueno supongo que se habrán mudado o algo, y asdaf... no había comentado, pero he leído y leído y quiero saber que sigue :c.

    Me encanta la idea de tomar un periodo de tiempo perdido en la serie para escribir, hasta se me ocurrieron otras cosas xD, pero quiero leer tu fic :c, so.. esperare.
     
  7.  
    Akane Mitsui

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    Capítulo #3: Buscando

    El silencio invadía la sala, sólo era quebrantado por el tic tac de un reloj fijado a la pared, y Gohan se encontraba sumido en sus textos, la maestra, leía unos papeles a la espera de que el muchacho concluyera. Pero de pronto interrumpen sus actividades.

    — Madre— pronunció la chica de ojos grises, Gohan y la maestra, dirigieron sus miradas hacia ella— Quería pedirte permiso para salir a caminar unos minutos, quisiera tomar un poco de aire— explicó.

    — Esta bien, pero procura no alejarte mucho— autorizó la mujer.

    — Si— contestó la muchacha asintiendo, entonces partió. Gohan y la mujer le vieron partir.

    — Vaya, su hija se ha llevado de maravilla con Goten, acaban de conocerse y se agradaron mucho— opinó el muchacho tras desaparecer Meiko por el umbral, la maestra asintió.

    — Si, tienes mucha razón, por eso quiso acompañarme nuevamente— comentó la mujer.

    — Es una lástima que él esté tomando su siesta, la señorita Meiko debió aburrirse, por eso decidió salir— añadió el hijo mayor de Gokú mientras sostenía su mentón con la mano derecha.

    — Sí, bueno continúa con tu lectura— ordenó amable la madre de Meiko.

    — Si— respondió apresuradamente el chico mientras tomaba su libro ocultando su rostro en él para retomar la lección.

    La muchacha caminaba entre árboles que se condensaban en un pequeño bosque.

    Debe estar cerca, lo sé— pensaba mirando en todas direcciones— Es una pena que Gohan no lo conozca, me gustaría mucho que pudiera ayudarme… es muy extraño que jamás se hayan encontrado en esta isla— monologó la muchacha posando con delicadeza un dedo índice sobre su mentón.

    Caminó un par de minutos, y no tardó en llegar a aquel lugar donde el día anterior lo había encontrado, entonces esperanzada movió su cabeza de lado a lado, luego se volteó para buscarlo en aquella dirección, pero enorme desilusión se llevó al comprobar que aquel chico que ansiaba volver a encontrar, sólo se encontraba presente en las esperanzas que motivaban su regreso a aquella isla.

    — ¿Dónde estarás?— musitó asumiendo su fracaso— ¡Ya sé!— exclamó de pronto recuperando los ánimos que en un instantes creyó perdidos— Quizás tuvo algún inconveniente y por eso no ha podido venir aún— especuló sonriendo confortada— Claro, cómo no lo pensé antes, bueno entonces me sentaré aquí a esperarlo— se dijo mientras gustosa se sentaba bajo un árbol a esperar la aparición del chico.

    Corrieron los minutos, y con ellos, se escurría el optimismo que sembraron sus teorías, las que se comprobaban ser equívocas.

    "Creo que ya no vendrá"—pensó cabizbaja, mientras una suave brisa fresca jugueteaba con sus cabellos castaños— Será mejor que regrese— añadió a sus pensamientos mientras comenzaba a ponerse de pié.

    — ¿Qué hacías aquí tan solitaria?—preguntó una voz familiar.

    "Esa voz es de…"—pensó la chica mientras se volteaba rápidamente para comprobar que se trataba del rubio héroe que tanto anhelaba ver— Eres tu Gohan— expresó decepcionada.

    — Claro, quién más— contestó sonriendo.

    — Es que, tu voz se parece mucho a la de aquél muchacho del que te hablé ayer— Gohan abrió sus ojos a más no poder, mientras unas espontáneas gotas de sudor, asomaban desde un costado de su frente— Entonces, creí que eras él— explicó la chica de ojos grises.

    — ¡¿Qué está diciendo?! Yo no tengo nada que ver con ese niño, es más no lo conozco, y jamás lo he visto por aquí— expresó con desesperación el semisaiyajin.

    — Ya veo— musitó dejando ver que algo quería con respecto a él.

    — Ahora que lo pienso… te ves muy interesada en él ¿Por qué?— preguntó Gohan con un leve rubor que se deslizada desde su nariz hacia ambas mejillas.

    — ¿Yo?— preguntó avergonzada— No, solamente quiero darle las gracias por haberme ayudado aquel día en la playa— respondió titubeante.

    — Pero si eso ya lo hiciste— respondió sin pensarlo el muchacho.

    — ¿Y tú como sabes eso?— preguntó sorprendida, entonces Gohan asimiló sus dichos.

    — Eh… y…yo… lo s…supongo, ¡Claro!, lo supongo porque se ve que eres una chica muy educada, y debiste agradecerle en cuanto tuviste oportunidad— explicó vacilante, el hijo mayor de Gokú.

    — Entiendo— susurró la chica creyéndole de inmediato.

    — ¡Es cierto!— exclamó Gohan como recordando algo, y además para evadir cualquier pregunta de la chica— Meiko, ya hemos acabado con la clase de hoy, vine por ti porque tu madre ya se va— informó.

    — Ahora que lo dices, ya es tarde, me pareció un lugar hermoso, por eso me entretuve aquí— comentó sonriendo dulcemente.

    "Que sonrisa tan tierna"—pensó admirado el semisaiyajin— "Además… es muy linda, y simpática"—añadió mientras observaba con curiosidad el bello semblante de la chica.

    — ¿Te pasa algo?— preguntó con ingenuidad, Meiko.

    — No, no, no es nada— respondió sonriendo nervioso, mientras movía de un lado a otro sus manos, en signo de negación— "En que cosas estoy pensado"—se recriminó el chico de ojos negros, mientras sacudía su cabeza.

    Pronto llegaron a casa, dónde se despidieron Meiko y su madre de la familia Son, entonces partieron rumbo a casa.

    A medida que pasaban los días, la presencia de Meiko, por las tardes se volvía habitual, y para ella, costumbre los caminatas por la isla, en búsqueda de su héroe. Mientras tanto, en Gohan se acrecentaba la inquietud del motivo de la insistencia de la muchacha en encontrarlo, además de las virtudes que descubría en la muchacha.

    "Me gustaría saber por qué me buscará todos los días, todas las tardes la encuentro en el mismo lugar donde me vio entrenando"—pensó extrañado mientras regresaba a casa junto a la chica una de las tantas tardes en que le anunciaba que la jornada de estudios ya había concluido, por lo que debía emprender marcha— Me inquieta, puede descubrirme—añadió.Entonces rompió el hielo.

    — ¿Te gusta mucho este lugar?— preguntó Gohan casi afirmándolo.

    — Si, es muy bello, además de tranquilo y silencioso— respondió la chica.

    — Pero hay lugares mejores, y quedan muy cerca del que tu frecuentas, podrías visitarlos también— opinó el joven de cabellos negros.

    — No, ese lugar está bien— respondió Meiko.

    — Sabes, cada vez que vengo por ti, parece que esperaras a alguien, es como si ansiaras encontrarte con una persona, pero que jamás llega— comentó con curiosidad. La muchacha se sonrojó ante el comentario de Gohan.

    — No, estás equivocado, yo no espero a nadie, además en este lugar no hay nadie más que tu, Goten y la señora Milk- mintió entre sonrisas—"Que observador es Gohan"—pensó avergonzada.

    — Pero… tú dijiste haber visto… a chico que te ayudó— comentó con cautela— ¿No será… que lo esperas a él?— preguntó tímidamente ahora el semisaiyajin.

    — ¡¿Q…qué estás d…diciendo?!—preguntó más sorprendida ahora por las deducciones de Gohan— "Ni hablar, este chico aparte de ser listo en sus estudios, también es muy intuitivo"- pensó derrotada— Bueno, haz ganado, te contaré— respiró hondo, Gohan prestaba profunda atención- Verás, lo que ocurre es que …— fue interrumpida por Goten que corría hacia su encuentro.

    — ¡Meiko, Gohan! Que bueno que ya volvieron— expresó entre risas el pequeño.

    — Sí, pero recuerda que ahora Meiko debe marcharse— comentó Gohan, disimulando la molestia por la interrupción.

    — Es cierto, lo siento Goten, pero ya debo irme, pero mañana vendré a jugar contigo— consoló Meiko al pequeño que lucía desanimado ante las palabras de Gohan.

    — ¡Sí!— exclamó feliz el pequeño.

    Entonces luego de despedirse, Meiko subió a la nave, donde la esperaba su madre.

    Al día siguiente, la promesa hecha por Meiko al menor de los Son no se cumplió, ya que recibieron la visita de Bulma y el pequeño Trunks, de entonces 5 años, con el cual Goten jugó durante toda la tarde.

    "Si no es ahora nunca"—pensó Gohan, entonces le habló a la madre de Meiko— Maestra, ya regreso— dijo mientras se ponía de pie a toda prisa.

    — ¿A dónde vas, Gohan?— preguntó la mujer.

    — Voy al baño, enseguida regreso— respondió entonces salió a paso rápido. Cruzó toda la casa evitando ser visto por Bulma y Milk, quienes conversaban amenamente mientras bebían un café. Salió de la casa, se elevó un par de metros, se convirtió en supersaiyajin, y voló por los cielos en dirección a la chica.

    Al cabo de escasos instantes, el chico distinguió desde las alturas, a la muchacha que contemplaba el cielo, como esperando ver una nube dorada, con un muchacho de cabello del mismo tono montado sobre ella. Entonces Gohan, a un par de metros de distancia, y a las espaldas Meiko, descendió con una sutileza, que lo hacía casi imperceptible.

    — Hola— saludó el muchacho procurando cambiar su voz, para evitar cometer los mismos errores del pasado. La chica se volteó rápidamente.

    — H… Hola— saludó sonriendo feliz, con un brillo en sus ojos que reflejaban la figura del ahora rubio.
     
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    Akane Mitsui

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    Capítulo #4: Cerca de la verdad


    El cabello de la muchacha bailaba al compas de la brisa fresca que transitaba en el lugar, se puso de pié permaneciendo en el mismo sitio de sus tardes de espera. Un silencio inquebrantable los invadió, Gohan veía con extrañeza y timidez como en los ojos de aquella muchacha las pupilas se inundaban ocultando de manera casi perfecta el tono grisáceo que caracterizaba su mirada al observar con regocijo y expectativa al muchacho después de tanta espera. Gohan dibujaba una leve sonrisa amable en su rostro, al ver que chica no tenía planes de hablar, fue él quien rompió el hielo.

    — Que coincidencia encontrarte aquí— pronunció con una sonrisa tímida— Aunque creo que ya nos hemos visto en este lugar— agregó fingiendo no recordar su último encuentro con la chica.

    — Si, ya nos habíamos visto aquí… fue hace unos días— formuló con dificultad la muchacha.

    — Y cuéntame que hace por aquí, me dijiste que vives en Ciudad Satán— comenzó a preguntar el muchacho mientras se acercaba a paso sereno.

    — Pues yo…acompaño a mi madre que imparte clases particulares a un chico que vive por aquí cerca— explicó Meiko.

    — Ya veo— susurró Gohan— Pero, ¿qué haces por aquí tan sola?, dudo que tu madre le haga clases a Gohan en medio de un bosque— dijo bromeando el semisaiyajin, Meiko lo miró extrañada.

    — ¿Cómo sabe que se llama Gohan?— preguntó la chica— Me dijo que no lo conocía la última vez que nos vimos— añadió.

    — "!Ay! que despistado soy, nunca lograré ocultar mi verdadera identidad si sigo cometiendo los mismos errores"—pensó el hijo mayor de Gokú— Este yo, lo recuerdo… su nombre lo recuerdo porque hace unos días cuando nos vimos me preguntaste si había visto a un niño llamado Gohan, y creo que se trata de él— explicó atolondrado.

    — Ya veo— murmuró la muchacha.

    "Creo que no se dio cuenta, que suertudo soy, pero debo ser más cuidadoso, Bulma y madre me dijeron que nadie se puede enterar de mi verdadera identidad osino se armaría un escándalo"—pensó Gohan mientras una gota de sudor rodó por el costado de su frente hastala altura de sus ojos, entonces recordó:Es cierto, aún no me has dicho que haces aquí— comentó el semisaiyajin mientras se sentaba bajo el árbol, como insinuando que comenzaría una larga plática, la muchacha lo miró con curiosidad mientras permanecía de pié a su lado.

    — Yo… en realidad, siempre vengo aquí, desde, que lo volví a encontrar… aquí— susurró con un leve sonrojo en las mejillas. Gohan se sorprendió por aquello.

    — Pero… ¿por qué?— preguntó con timidez el hijo mayor de Gokú.

    — Es que, quiero saber quién eres, aquella vez que me ayudaste en la playa, no me quisiste decir siquiera tu nombre, es lo mínimo que quiero saber de quién me salvó la vida, y creí que si te volvía a encontrar, quizás me dirías al menos eso— dijo la muchacha cabizbaja. Gohan se puso de pie, frente a ella.

    — Discúlpeme, pero eso no se lo puedo decir…—se disculpó.

    — Pero puede conformarse con saber que soy un buen amigo— dijeron ambos al unisón, el primer semisaiyajin miró sorprendido a la muchacha.

    — Sabía que me diría eso— comentó Meiko con una sonrisa traviesa. Gohan rió desconcertado por aquello.

    "Que niña, creo que fue un error venir a investigar, no se quedará tranquila hasta que le diga mi nombre, ahora que hago"—pensó el hijo mayor de Gokú mientras una gota de sudor asomaba en su frente por el nerviosismo.

    — Ya me lo habías dicho, que me conformara con saber que eres un buen amigo, pero quiero saber tu nombre, o al menos, como puedo llamarte, de dónde eres— suplicó la chica.

    — Como llamarme— susurró mientras tocaba con su dedo índice su mentón- "Y ahora que le digo"—pensó el muchacho de cabello rubio en ese entonces.

    — ¿Y entonces, me dirás como puedo llamarte?— preguntó esperanzada la muchacha de ojos grises.

    — Sí, claro… puedes llamarme…puedes llamarme— decía mientras intentaba formular un pseudónimo, luego de unos momentos habló— ¡Ya lo tengo!— exclamó emocionado, la muchacha sonrió— Puedes llamarme ¡El Gran Saiyaman!— pronunció orgulloso de su invención. Meiko rió divertida por el nombre.

    "Que nombre tan gracioso, me esperaba cualquier cosa menos un nombre así"— pensó— Entonces eres el gran Saiyaman— pronunció la muchacha, Gohan asintió— Entonces mucho gusto, Gran Saiyaman— saludó haciendo una reverencia mientras sonreía tiernamente.

    — Si— respondió haciendo una reverencia por inercia.

    — ¿Y ahora me dirás dónde vives?— preguntó esperando una respuesta positiva.

    — ¡¿Qué dónde vivo?!— preguntó el semisaiyajin ahora sin saber que decir— "Cielos, esta niña hace muchas preguntas difíciles de responder"—pensó tomándose la cabeza.

    — Si, de dónde eres, supongo que eso será más simple de responder— expresó sonriendo la chica.

    — Claro— dijo sonriendo falsamente— Aunque no creo que conozcas ese lugar, está muy lejos de aquí y es un pueblo muy pequeño— intentó zafarse de la pregunta.

    — Eso no importa, sólo dime— contestó Meiko sonriendo expectante.

    — Es que estoy muy poco tiempo en casa, casi siempre estoy aquí— siguió evadiendo la respuesta.

    — Entonces ¿Por qué no te vi durante todo este tiempo? Todos los días visito este lugar desde que acompaño a mi madre, y la única vez que te vi…- un pensamiento fugaz pasó por su cabeza— La única vez que te vi, fue cuando vine a buscar a Gohan, durante los días siguientes, él ha estado estudiando y no ha podido salir de casa— comentó mientras alzaba su mirada al cielo como reflexionando— Que curioso— añadió.

    — ¡¿Qué está diciendo?!— exclamó exaltado — No estará pensando que yo y ese niño…— añadió mientras era interrumpido por Meiko.

    — Es que es muy extraño, además de eso, ya van dos ocasiones en que llevan puesta la misma ropa— expresó la muchacha al observar que el semisaiyajin traía las mismas prendas que vio en Gohan aquella mañana antes de salir a caminar.

    — ¡¿Qué?!— exclamó Gohan mientras miraba desesperado la ropa que traía— "Que niña tan observadora, o quizás yo soy el tonto que no se preocupa de los detalles"—pensó sudando por la situación tan complicada en la que se encontraba— Debe, ser sólo una coincidencia señorita Meiko— tartamudeó.

    — Bueno, quizás tienes razón, además eso es imposible, Gohan no tiene el cabello rubio— indicó la chica de ojos grises mientras se sentaba junto al semisaiyajin.

    — ¿Lo ves? Son sólo coincidencias— expresó sonriendo aliviado— "Por suerte la facultad de cambiar nuestra apariencia no es algo conocido por los terrícolas, de lo contrario estaría perdido"—pensó el hijo mayor de Gokú.

    — ¿Y a qué viene a este lugar?— preguntó la muchacha mientras dirigía su mirada al joven de cabello rubio que se encontraba a escasos centímetros de distancia.

    — Yo vengo a entrenar, siempre entreno en este lugar, para mejorar mi condición— respondió con naturalidad.

    — ¿Mejorar tu condición? Pero si tienes una fuerza increíble, dejó inconsciente a aquel dinosaurio de un solo golpe— opinó la chica emocionada.

    — Eso no fue nada— dijo el adolescente mientras tomaba su nuca con timidez. Meiko lo contemplaba con sus ojos cristalizados por el brillo irradiado, Gohan se dio cuenta de aquello— ¿Ocurre algo?—preguntó extrañado.

    — No es nada, sólo que…— susurró mientras cargaba su rostro en el hombro del muchacho— Estoy muy feliz de haber vuelto a verlo— expresó sintiendo una paz infinita mientras cerraba sus ojos para entregarse al momento, Gohan se sonrojo de súbito.

    — Señorita Meiko, yo… debo retirarme, lo siento— informó el muchacho mientras se alejaba delicada, pero rápidamente de la muchacha.

    — ¿Pero por qué?—preguntó decepcionada la chica.

    — Es que, ya se me hace tarde, debo regresar— respondió aún un poco avergonzado por la actitud de la chica.

    — ¿Entonces no entrenará?— preguntó con el mismo tono de desilusión.

    — No, es que, se me fue el tiempo al conversar con usted, ya no puedo entrenar— contestó Son Gohan.

    — Entiendo— musitó cabizbaja.

    — Bueno ahora debo irme, que esté bien señorita Meiko— se despidió el joven de entonces cabello dorado, mostrando la palma de su mano.

    — ¡Espere!— exclamó la chica de ojos grises.

    — ¿Qué sucede?—preguntó Gohan.

    — ¿Lo volveré a ver?— preguntó desalentada.

    — Eh… claro, es lo más probable, siempre vengo a este lugar, probablemente nos encontremos— sonrió nervioso mientras tomaba su cabeza.

    — ¡Lo dice enserio!, entonces vendré para ver como entrena— expresó feliz la muchacha— Claro, si no te molesta— añadió un poco tímida.

    — No, no… claro que no— respondió apresurado mientras agitaba sus manos en signo de negación— Si gustas puedes venir- Meiko sonrió— Bueno, y ahora si me voy, nos vemos pronto— exclamó Gohan mientras comenzó a elevarse casi inconscientemente, Meiko abrió sus ojos en su máxima extensión al ver lo que hacía el muchacho.

    — Qué está haciendo- titubeó incrédula, Gohan sin notarlo, a gran velocidad se alejó.

    — ¡Adiós!— exclamó el muchacho mientras se alejaba.

    — ¡Espera!— prorrumpió mientras intentaba inútilmente alcanzarlo, ya que en tan sólo segundos, Gohan había desaparecido— "Esto parece un sueño"— pensó perturbada.
     
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    Capítulo #5: El secreto de los hermanos Son


    Habían pasado ya algunos días, y la promesa del autodenominado "Gran Saiyaman", de regresar a aquel lugar, se convertía en un palabras que se esfumaban con el tiempo. Meiko, aquella tarde, estaba a escasos segundos de partir a realizar su caminata de rutina, pero fue interceptada por su madre.

    — Meiko, debo regresar a casa a buscar un libro que olvidé, por favor, encárgate de revisar los ejercicios que está haciendo Gohan— solicitó a modo de ayuda la madre de la muchacha.

    — Madre, pero yo…— intentó excusarse la chica mientras era interrumpida por su madre.

    — No te preocupes, en un momento regreso— dijo la mujer mientras salía a toda prisa de casa.

    — Estáa bien— susurró resignada Meiko.

    — Gohan, yo iré con tu maestra a la ciudad, me llevará porque debo comprar unas cosas, por favor cuida a Goten— dijo ahora Milk a su hijo mayor.

    — Eh… si, no te preocupes— contestó con simpleza el chico de ojos negros, al cabo de unos segundos, las mujeres ya habían zarpado en la nave de la maestra.

    — Bueno, ya se han ido, ahora sigue con tus ejercicios— murmuró cabizbaja Meiko, Gohan asintió advirtiendo el poco entusiasmo que le causaba a la muchacha quedarse con él aquella tarde.

    Gohan de inmediato comenzó a resolver los ejercicios dejados por su maestra— "Debo darme prisa para que Meiko pueda salir como de costumbre, ya me di cuenta que no quiere estar aquí, si supiera que yo soy el Gran Saiyaman, seguramente esto no pasaría, pero no se lo puedo decir"—pensó el hijo mayor de Gokú mientras con gran habilidad resolvía sus ejercicios. Meiko miraba al muchacho sosteniendo con una mano su mentón, como presintiendo que los problemas resueltos por Gohan, tras una primera revisión tendrían que ser hechos nuevamente, prolongando su estadía en aquella casa.

    — Ya terminé— anunció el muchacho sonriendo mientras le entregaba el cuaderno a Meiko, esta lo cogió con predisposición a corregirlo. La muchacha comenzó a ver los ejercicios, y para su sorpresa, todo estaba resuelto perfectamente, sin un solo error ni enmendaduras.

    — Gohan, según tengo entendido, mi madre hoy comenzó a enseñarte esta materia, ¿Estoy en lo cierto?— preguntó asombrada la chica de ojos grises, mientras volvía a revisar los ejercicios para convencerse de la eficiencia del muchacho.

    — Si, tan sólo hoy, es probable que tenga errores, lo siento— se excusó el joven.

    — No, te equivocas ¡Esto está perfecto!— exclamó impresionada— ¿Sabías que eres un chico muy inteligente?— añadió ahora mirando a Gohan sonriendo con ternura.

    — Muchas gracias— respondió sonriendo nervioso mientras se tomaba la cabeza.

    — Hablo enserio, no cualquiera aprende ese nivel de álgebra en una hora, para ser sincera, creí que tardarías muchísimo, y que te equivocarías en más de una ocasión— admitió la muchacha.

    — ¿Lo dices enserio?— preguntó el semisaiyajin mientras unas gotas de sudor nacían en el costado diestro de su frente.

    — Y dime ¿Porqué no estudias en la ciudad? Eres muy inteligente, en la preparatoria que estudiaras te destacarías— opinó la chica.

    — Es por la distancia, nuestra casa está muy lejos de la ciudad, ir hasta allá todos los días sería muy cansador, por eso mi madre siempre ha preferido que estudie en casa con profesores particulares— explicó Gohan.

    — Ya veo— murmuró la muchacha, mientras desviaba la mirada hacia una fotografía que decoraba una de las murallas de la sala— Gohan ¿Te puedo hacer una pregunta?— añadió.

    — Si— contestó amablemente el semisaiyajin.

    — ¿Quién es el señor de la fotografía?— preguntó mientras señalaba con la mirada aquella imagen.

    — Él era mi padre— contestó Gohan.

    — ¿Era?, eso quiere decir que él…— pronunció la muchacha con sutileza, mientras el joven la interrumpía.

    — Si, él está muerto— musitó desalentado al recordar a su padre, ya que a pesar de haber transcurrido cuatro años de su muerte, no superaba del todo su partida.

    — Lo lamento, no fue mi intensión… perdóname— se excusó la chica de ojos grises completamente avergonzada por lo que ella calificaba como intromisión.

    — No, no te preocupes, todo está bien— intentó tranquilizar a la chica sonriendo con sinceridad. Entonces fueron interrumpidos por alguien que entraba al lugar.

    — Gohan ¿Dónde está mi mamá?— preguntó el pequeño niño mientras frotaba con delicadeza, sus soñolientos ojos.

    — Goten, ya despertaste, nuestra madre fue a la ciudad, dijo que enseguida regresaba— respondió su hermano mayor.

    — Meiko, que bueno que estás aquí ¿Hoy jugaremos? ¡Dime que si!- suplicó tiernamente el pequeño.

    — Claro, justamente ya acabamos con las lecciones de Gohan, ahora podré jugar contigo— contestó la muchacha mientras se hincaba para quedar a la misma altura del niño.

    — ¡Viva! Meiko jugará conmigo— expresó feliz el hijo menor de Gokú mientras saltaba. Meiko lo miraba sonriente, entonces el pequeño la tomó de la mano, y comenzaron a subir las escaleras, en dirección a su habitación, Gohan los miraba desde la planta baja— ¡Gohan no te quedes ahí, ven a jugar con nosotros!— exclamó el pequeño al ver que su hermano se quedaba atrás.

    — Eh… este, yo… preferiría quedarme aquí— pronunció tímidamente el hijo mayor de Gokú, tomándose la cabeza, inhibido de pensar en jugar con Goten, en compañía de la muchacha.

    — Gohan, ven con nosotros, así será más divertido— dijo Meiko notando el retraimiento del semisaiyajin.

    — ¡Si hermano! ¡Ven! ¡Ven!— exclamó Goten extendiéndole su brazo izquierdo, el cual permanecía libre, ya que Meiko lo llevaba de la derecha.

    — Está bien— pronunció vacilante el mayor de los Son, mientras tomaba su cabeza. Entonces alcanzó a la muchacha y Goten, tomando de la mano a Goten, el cual comenzó a pedirle a los muchachos, que lo elevaran.

    — ¡Quiero saltar, saltar!— pedía mientras sacudía las manos de ambos jóvenes.

    — Así que quieres saltar, bueno entonces salta— dijeron al unisón Gohan y Meiko, tras lo cual rieron.

    — ¡A la cuenta de tres!— expresó Gohan.

    — ¡1, 2, 3!- contaron al unisón los tres, tras lo cual levantando de los brazos con delicadeza al niño, lo llevaban en el aire hasta el siguiente peldaño, causando la diversión del pequeño, repitieron la misma acción hasta llegar a la segunda planta. Al llegar a la habitación de Goten, la cual compartía con Gohan, el pequeño tomó algunos juguetes que tenía para divertirse con los adolescentes. Los muchachos comenzaron a jugar con el pequeño, Gohan, subía a su espalda a Goten y lo cargaba gateando, Meiko ayudaba a Goten a mantenerse de pie sobre Gohan, después Goten se cubrió con una sábana blanca, arrastrándola en gran proporción, fingiendo ser un fantasma, entonces los dos adolecentes, simulaban espanto y huían del niño, pero éste no lograba avanzar mucho, ya que, por el residuo de tela que arrastraba, se enredaba perdiendo el equilibrio en reiteradas ocasiones. Jugaron largo rato, lo que les provocó un poco de cansancio, quedándose dormidos casi simultáneamente, ocupando la cama de Goten a lo ancho de esta, Gohan, ocupaba el extremo final de ésta, Goten en la parte intermedia se encontraba cruzado, posando sus piernas sobre el abdomen de Gohan, y Meiko, en el extremo inicial de la cama, yacía sentada, afirmada sobre una muralla, cuya dureza era apaciguada por una almohada que recibía a la muchacha. Pasó alrededor de una hora y media, y el día llegaba a su ocaso, entonces una risa traviesa despertó a Gohan.

    — ¡Un río, un río!— murmuraba entre risas el menor de los Son, Gohan lo miró comprobando que el niño seguía durmiendo.

    "Está soñando"—pensó divertido el semisaiyajin, entonces miró al extremo contrario de aquella cama, y se encontró con la joven, Gohan, logró reconocer la serenidad del rostro de aquella chica mientras dormía— "Esta niña se lleva muy bien con Goten, fue muy amable al aceptar quedarse a jugar con él, siendo que lo que realmente quería era salir para encontrarse con el Gran Saiyaman, es muy amable y además…"— pensó ruborizado, pero repentinamente interrumpido por un leve escalofrío que se expandía desde su abdomen hacia el resto de su cuerpo, miró su vientre donde descansaba en gran proporción el cuerpo de Goten— "¿Qué es esto?"— se preguntó el semisaiyajin mientras se quitaba de encima a su hermano— ¡Qué!... ¡Goten, que hiciste! ¡Mojaste la cama y también a mí!- exclamó espantado el hijo mayor de Gokú al percibir el oscurecimiento de su camiseta debido al relajo del pequeño semisaiyajin.

    — Que ocurre Gohan ¿Por qué gritas así?- preguntó somnolienta Meiko al oírlo.

    — Es Goten, mojó la cama— respondió Gohan mientras alejaba de su cuerpo la camiseta empapada, entonces se dirigió a Goten que también había despertado— ¡Goten ya eres lo suficientemente grande para estas cosas! ¡Mira lo que hiciste!- regañó Gohan a su hermano mientras le enseñaba las sábanas y su camiseta, ambas mojadas.

    — Lo siento hermano, perdóname— susurró avergonzado, entonces comenzó a llorar.

    — Gohan, no seas tan duro con él, apenas es un niño, es normal que estas cosas sucedan, no me digas que tu nunca mojaste tu cama— defendió la muchacha a Goten.

    — Lo siento, tienes razón- titubeó el mayor de los Son levemente sonrojado, entonces le habló a su hermano— Goten, ya no llores, perdóname, no quise ser tan rudo, tenderé las sábanas y me cambiaré la camisa, y asunto arreglado— se disculpó el joven mientras se acercaba a su hermano.

    — Gracias hermano— pronunció el pequeño mientras secaba sus lágrimas.

    — "Que chico tan flexible, sabe reconocer con facilidad cuando se equivoca, y dar el primer paso para solucionar los problemas, sin duda es un buen chico"— pensaba Meiko mientras observaba la conversación de los hermanos Son.

    — Bueno ahora debo sacar esto— dijo Gohan mientras arrancaba las sabanas de la cama— Pero primero debo cambiarme, o quizás primero debo cambiarte a ti— decía el muchacho indeciso de no saber por qué comenzar.

    — No te preocupes, yo te ayudo con Goten, tu sólo quítate la ropa sucia y tiende las sábanas— indicó la muchacha mientras tomaba en sus brazos al pequeño.

    — ¿De verdad harías eso?— preguntó el semisaiyajin, la chica de ojos grises asintió— Muchas gracias— dijo el muchacho, ahora sonriendo. Entonces Gohan, bajó a la primera planta, salió con las sábanas y las tendió, tras lo cual se dirigió al baño para ducharse, ya que la camisa no había logrado obstaculizar la llegada de la micción, hasta su cuerpo.

    Mientras tanto, Meiko tendía al pequeño sobre la cama.

    — Espérame aquí un momento Goten, iré por ropa limpia para cambiarte— informó la chica mientras buscaba en un armario ropa del pequeño.

    — Si— respondió el niño al mismo tiempo que la miraba.

    — Vamos a ver… aquí debe ser— susurró la muchacha mientras abría un cajón— ¿Pero qué es esto? Goten ¿Acaso tienen una hermana?- preguntó la muchacha al ver una ropa interior de osito.

    — No, esa ropa es de Gohan— respondió el menor de los Son.

    — Ya veo— pronunció la chica con una pequeña risa— "Que gustos tan femeninos, bueno… se veía muy perfecto para ser verdad"— pensó divertida.

    La muchacha no tardó en encontrar la ropa del pequeño, entonces comenzó a sacarle la ropa que traía, al quitarle el pantalón algo llamó su atención.

    — "¿Qué es eso?"— se preguntó la joven mientras volteaba al pequeño para enterarse de que trataba.

    Gohan terminaba de ducharse, dio unos pasos fuera de la ducha, envolviendo una toalla blanca alrededor de su cintura, la cual caía hasta la altura de sus rodillas.

    — "Que refrescante"— pensó animado mientras que con una toalla más pequeña secaba sus cabellos— "Espero que a Meiko no le cause mayor problema cambiar a Goten, incluso para mamá es aún complicado mudar a Goten por el estorbo que hace su…"— hizo una pausa al recordar algo que había olvidado completamente— ¡Su cola! ¡Ay no puede ser! ¡Meiko no se puede enterar que Goten tiene cola!— exclamó espantado el semisaiyajin al recordar que su hermano aún poseía aquel distintivo que los diferenciaba de un humano ordinario.

    Gohan tal cual estaba, se apresuró en subir las escaleras para llegar a la habitación, abrió la puerta estrepitosamente.

    — ¡Meiko espera!— exclamó mientras abría la puerta, pero ya era demasiado tarde, la muchacha permanecía paralizada ante el menor de los Son, el cual con la inocencia que lo caracterizaba, jugueteaba con su cola, sin advertir el desconcierto de la muchacha— ¡Ay! Llegué muy tarde— pronunció desesperado el semisaiyajin mientras tomaba con ambas manos su cabeza— "Y ahora que hago"— pensó mientras su rostro era súbitamente invadido por gotas de sudor.

    — Qué es esto— pronunció con dificultad la muchacha, sin quitar la mirada de Goten.

    — Esto no es nada, sólo es una cola— respondió Gohan sonriendo nervioso, a la vez obstaculizaba la vista escondiendo tras de sí al niño.

    — ¿Cómo que nada? Tu hermano tiene cola, eso no es normal- dijo Meiko dirigiéndose ahora al mayor de los Son.

    — Claro que es normal, Gohan también tenía cola, sólo que se la cortaron- intervino el pequeño semisaiyajin.

    — ¿Qué?— susurró incrédula la chica de ojos grises.

    — ¡Eres un tonto Goten! No debes decir esas cosas ¡Cállate!- regañó el hijo mayor de Gokú. Meiko observaba con curiosidad el correctivo de Gohan a su hermano, entonces tras notar la casual vestimenta del mayor de los Son, se sonrojo de súbito, el muchacho se dio cuenta de aquello.

    — ¡Ay! Lo siento— pronunció aún más sonrojado el semisaiyajin, mientras cubría su torso de improviso con una cortina que cubría la ventana de la habitación.

    — Gohan ¿Por qué ustedes tienen cola? No lo entiendo— preguntó tras recordar los dichos de Goten.

    "Es imposible seguir ocultándolo"—pensó resignado— Está bien, te contaré pero por favor no se lo digas a nadie— pidió.

    — Sí, pero primero vístete— recomendó tímidamente la muchacha, a Gohan quien aún permanecía envuelto en aquella toalla.

    — Si, tienes razón— respondió el muchacho, entonces Meiko salió de la habitación unos instantes mientras él se vestía.

    Tras unos minutos, en los cuales el sol comenzaba a ausentar, Gohan, abrió la puerta, tras lo cual la muchacha reingresó sentándose en una silla, para escuchar con atención el relato del chico.

    — Bueno, ahora por favor cuéntame ¿Por qué ustedes tienen cola?- preguntó aún desconcertada Meiko.

    — Bueno lo que ocurre es que… - comenzó a explicar Gohan, pero unos extraños jadeos llamaron la atención de ambos adolescentes.

    — ¿Qué le ocurre a Goten?— preguntó la muchacha. Los ojos del amigo de Trunks, se volvieron repentinamente blancos, se ceño se frunció ferozmente, empuñaba sus manos a la vez que su menudo cuerpo comenzaba a ensancharse asombrosamente.

    — No puede ser… ¡Hay luna llena, se convertirá en mono!— exclamó desesperado el mayor de los Son.

    — ¡¿Qué estás diciendo?!— exclamó la muchacha ahora boquiabierta por lo que decía el muchacho.

    Goten, se retorcía en el suelo por el cambio brusco que sufría su cuerpo, quiso salir huyendo de la casa, por lo cual bajó a la primera planta, donde tras abrir con dificultad la puerta salió, su cuerpo comenzaba a cubrirse completamente de pelo, Meiko sin terminar de creer lo que veía, y muy preocupada por el niño, salió tras él para averiguar qué sucedía, Gohan salió tras ella.

    — ¡Goten estás bien!— exclamó la muchacha mientras que corría al encuentro del niño, éste no respondía, ya que había perdido del todo la consciencia.

    — ¡Meiko aléjate es peligroso!— advertía Gohan mientras se acercaba a la muchacha, entonces, Goten comenzó a incrementar de súbito su tamaño, mientras su rostro, y todo su cuerpo se volvían idénticos al de un mono, la muchacha quedó paralizada ante aquella escena. El menor de los Son, sin razón de su actuar, al ver a la muchacha, levantó una de sus piernas, para aplastarla con su pié, pero Gohan en tan sólo un segundo, estaba junto a ella, y tomándola de la cintura, la llevó volando a un lugar aislado donde no pudiera salir dañada.

    — ¡¿Tú también puedes volar?!— preguntó sorprendida la chica de ojos grises, al recordar al chico rubio, que también tenía aquella habilidad.

    — Luego te lo explico, ya vengo por ti— dijo apresuradamente el muchacho mientras se acercaba a Goten para calmarlo.

    Meiko desde su posición intentaba observar lo que ocurría, cosa que no le costó mucho trabajo, ya que, debido al gran tamaño del hermano menor de Gohan, era fácil distinguirlos.

    "Ahora debo calmarlo"—Gohan mientras esquivaba rápidamente los ataques de su hermano.

    — ¡Cuidado!— exclamó Meiko al ver que el semisaiyajin era rodeado por las palmas de Goten.

    "No puedo zafarme, creo que tendré que transformarme"—pensó mientras su cuerpo era reprimido con gran fuerza entonces, lanzando un grito, se convirtió en supersaiyajin, liberándose con facilidad de las manos de su hermano.

    "No… No… No puedo, lo creer"— pensó turbada Meiko al reconocer en Gohan, al mismo muchacho que tanto había buscado, sin saber que estaba cerca de ella.

    — Perdóname Goten, pero debo detenerte— se excusó el semisaiyajin mientras golpeaba en la nuca a su hermano, haciendo caer a éste inconsciente, mientras volvía a su estado natural, antes que el pequeño tocara el suelo, Gohan se apresuró a tomarlo con delicadeza, para evitarle un golpe duro. Entonces, llevó al pequeño hasta el interior de la casa, tendiéndolo sobre un sofá, y salió rápidamente en búsqueda de Meiko, no antes si, de volver a su apariencia habitual. Al encontrarla, Gohan se dio cuenta de lo desconcertada que se hallaba la chica, sin duda, los acontecimientos de aquel día la habían dejado muy confundida, y deseaba comprender todo.

    — Gohan… tu, tu... tú eras, el chico rubio— pronunció con dificultad la muchacha de ojos grises, con sus ojos cristalizados.

    — Si, era yo— titubeó sonrojado el chico al recordar las muestras de afecto de aquella muchacha con él en las ocasiones que se encontraron estando como supersaiyajin.

    — Pero por qué no me lo dijiste, yo siempre te esperaba pensando que eras otra persona— expresó la muchacha mientras se acercaba al hijo mayor de Gokú.

    — Lo siento, es que yo…— se intentó excusar Gohan, pero fue interrumpido por el ruido de una nave que se acercaba a su casa— Son nuestras madres, ya regresaron— indicó Gohan— Meiko, te prometo que mañana te contaré todo, pero por favor no le digas de esto a nadie, resultaría difícil de entender— suplicó antes de regresar a casa.

    — Está bien, no te preocupes, no diré nada, pero mañana me lo explicarás— dijo sonriendo la muchacha, tranquilizando al primer híbrido.

    — Muchas gracias— agradeció Gohan, entonces tomándola nuevamente de la cintura, la llevó volando de vuelta a casa.

    — Gohan, ya hemos llegado, espero que hayas hecho todas tus lecciones— pronunció Milk al ver a su hijo.

    — Si mamá, las hice en cuanto saliste— contestó el chico de ojos negros.

    — Si señora, Gohan hizo todos sus ejercicios, es un chico muy inteligente— opinó Meiko sonriendo con dulzura, haciendo sonrojar a Gohan.

    — Mamá por qué tardaste tanto— dijo flojamente Goten mientras despertaba de su estado de inconsciencia.

    — Bueno esa es una larga historia, luego les cuento— respondió casualmente la viuda de Gokú.

    — Ya es hora de marcharnos, hasta mañana señora Milk, Gohan y Goten— se despidió la maestra.

    — Hasta mañana— dijo al unisón la familia Son.

    — Hasta mañana señora Milk, adiós Goten, nos vemos… Gohan— se despidió sonriendo con complicidad al hijo mayor de Gokú.

    — Si— susurró ruborizado.

    Entonces madre e hija, regresaron a su hogar después de un largo día.
     
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  10.  
    InunoTaisho

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    Y Gohan siempre complicándose la vida con las chicas... ☺☺☺. No te digo más pues ha sido todo tan lindo al estilo Gohan y la dificultad de relacionarse con alguien más aparte de sus conocidos, y no se diga con una niña tan observadora como la que tú presentas... una cuasi perfecta copia de Videl sin dudas.

    Espero el desenlace, saludos.
     

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