One-shot de Pokémon - Mi obscuro pasado

Mi obscuro pasado

Este último, pequeño y no buen one-shot.
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La obscura y tormentosa noche parecía sacada de una novela de Stephen King*, los desesperados gritos de angustia hacían eco en cada rincón de la lúgubre mansión mientras la imponente lluvia exterior parecía aplaudir irónicamente el terror que se desataba en aquel lugar.
El espacioso salón parecía desocupado por más de dos siglos, un antiguo piano de cola, una pequeño asiento y una enorme lámpara del siglo XIIX adornada con derretidas y polvorientas velas daban una sensación de soledad increíble, el joven de apenas 14 años corría desesperado por el pasillo tenuemente iluminado por la luz de la luna y algunos relámpagos antes de toparse las enormes puertas de roble y vidrio que conducían al lujoso salón de la mansión. Trató de abrirlas con un fuerte empujó pero las puertas no hicieron más que crujir como dos placas de metal chocando entre sí.

<<Tengo que salir, tengo que salir de aquí>>, Era lo único que pasaba por la mente del joven en ese momento, su cabeza viraba constantemente hacia atrás como anticipando la llegada de alguien o algo que lo perseguía, desvió nuevamente su mirada al imponente par de puertas que tenía en frente, había intentado empujarlas, jalarlas e incluso patearlas sin obtener ningún resultado más que aquel espantoso crujido. Un ruido de vidrio quebrado proveniente del fondo del pasillo alertó aún más los sentidos del chico, volvió su mirada hacia atrás y agudizó la vista hacia el obscuro fondo del lugar, podía escuchar claros pasos acercándose cada vez más, afinó un poco más su oído y vista, por unos instantes lo único que consiguió fue la misma obscuridad y el mismo sonido aterrador hasta que a lo lejos logró vislumbrar algo de color blanco opaco.

Aquella cosa se asemejaba mucho a un vestido de niña antigua que se ondulaba con cada paso que escuchaba, un increíble frió se apoderó de la nuca del chico bajando lentamente por su columna vertebral, de repente sintió como si una silueta hubiese pasado corriendo detrás de las puertas que tenía a su espalda, volteó con el alma en la mano para asegurarse con un suspiro que solo había sido su imaginación <<lamentablemente lo que se me está acercando no lo es>> pensaba el chico a la vez que volvía lentamente la mirada hacia el fondo del pasillo esperando ver que aquel pequeño vestido hubiese desaparecido ya, el joven respiró aliviado al ver que así había sucedido, aliviado decidió volver a intentar abrir aquellas grandes puertas, volteó nuevamente para darse cuenta que aquellas puertas se encontraban ya abiertas por completo y en el medio del umbral se encontraba una pequeña niña de cabello negro con la cabeza baja impidiéndole ver el rostro y modelando el mismo vestido blanco que había visto hace pocos segundos.

-¿Me podrías ayudar? –preguntó la triste voz de la pequeña niña color gris.

***​

-¡Ash! Demonios este lugar es horrible, ¡Ash! –Gritaba impaciente un pequeño niño de cabello turquesa obscuro.

-Maldita sea, ¿no pudo elegir un lugar más bonito para jugar de sonámbulo? –Viendo con horror las lúgubres paredes tapizadas con un rojo desteñido por el tiempo.

-Tranquila May, es solo una vieja mansión… obscura… lúgubre… ¡Dios Ash me tendrás que pagar muy caro esto! –Gritaba el joven criador al tiempo que un desesperante escalofrío le recorría la espalda.

La helada brisa nocturna se había convertido en una potente ventisca gracias a la tormenta de afuera que constantemente entraba en la mansión por las numerosas ventanas rotas; los tres chicos miraban como el obscuro y desértico pasillo se extendía ante ellos como si nunca fuese a terminar, un fuerte y ahogado grito provocó que el trió diera un pequeño brinco a acepción de May quien por poco se desmaya en el lugar.

-¡Ash! –Exclamó Max una vez recuperado del gran susto.

***​

-¿Te asustaste? –levantando la vista hacia el chico dejándole ver su rostro.
Unos amarillos dientes adornaban la sonrisa más perversa que Ash habría imaginado nunca, el lacio cabello negro que ahora reposaba sobre sus hombros comenzó a elevarse en aire al tiempo que sus sucios y lláguenos pies se desprendían del piso acompañados de un potente rayo que desembocó en el difunto patio trasero detrás de un enorme vitral en el extremo del salón.

-¿No me recuerdas Ash? –Manteniendo la perversa sonrisa.

-¡Ya te dije que no recuerdo nada de mis 11 años hacia atrás! –Poniendo sus manos en su cabeza con desesperación- ¡NADA!

-Bueno sato, pensé que nuestra madre te habría dicho.

-Nuestra madre… ¿nuestra? –confundido.

- Si sato, pero creo ahora tendré que castigarla por negarme… de nuevo.

La endemonia niña se dirigió flotando hacia el centro del salón, levando su mano derecha hacia el demacrado techo, un azul y potente rayo cayó directo en la pequeña, la segadora luz hiso que Ash cubriera sus ojos por unos instantes, al esparcirse toda la luz el corazón de Ash se agitó aún más, en el sitio donde se encontraba hace solo unos instantes la pequeña niña se encontraba ahora colgando por una soga desde el techo una mujer de aproximados 36 años, pelirroja casi castaña y de tés pálida.

-Mamá –aproximándose lentamente -, mami.

-Dios… mi cabeza –despertándose –ese Mr. Mime debió jugarme otra broma mientras preparaba la cena para el profesor.

-Mami, que alegría volver a verte –se escuchó al lado de Ash.

-¡Annie! –Exaltada- ¿De nuevo?

-Si… de nuevo mami, solo que por motivos diferentes y tenemos a un querido invitado –sonriendo como niña inocente.

-¡Ash! -Más asustada aún.

-Mami –apareciendo repentinamente en frente de la señora Ketchum -¿por qué nunca le contaste a mi hermanito de mí?

-Es que yo… -molesta por la soga que tenia al cuello sin explicarse como aún no la había asfixiado -, fue un pasado horrible es mejor que lo olvide.

-Tiene derecho mami –enojándose un poco- y yo tengo derecho a que él conozca de mi aunque ya me hayan matado –pasando una de sus largas y amarillas uñas por el brazo de la señora abriéndole una sangrante herida.

-Te… ¿te mataron? –Pálido y sumamente asustado.

-Si hermanito –volviéndose hacia Ash con una hermosa sonrisa- mira –tomando con una mano su cabeza y levantándola hacia arriba causando que esta se desprenda del cuello cubierto por la sangre ya vieja y semi coagulada.

-TE, ¡¿TE CORTARON LA CABEZA?!

-Así es hermanito.

-¡No escuches Ash! –Gritó desesperada la señora que colgaba del techo.

-Silencio madre, ya es hora –volteando hacia la mujer y pasando otra uña por el mismo brazo provocando una herida aún más profunda.

-¡Ah! –Gritando del dolor- Déjame Annie, soy tu madre.

-¡Déjala ya!

La niña comenzó a arañar a su madre causándole severas heridas en todo su cuerpo y desgarrándole la ropa al tiempo que reía cruelmente.

-Vamos Ash, ayúdame a castigarla; soy tu hermanita tienes que ayudarme.

***​

-Ash… Ash –moviendo el dormido cuerpo de un joven sobre el pasto.

-¡Ah! –Despertando exaltado.

-Vaya, al fin despertaste amor –dándole un tierno beso al entrenador –parecías tener una pesadilla.

-Oh… -suspirando- May, pensé que nunca despertaría –abrazando a la joven coordinadora de 16 años.

-¿Qué soñaste mi vida?

-No te preocupes por eso fue solo un sueño.

*Ciudad paleta mismo tiempo*

El alarmado profesor Oak corría en dirección al pequeño centro hospitalario de la ciudad con su gabacha llena de sangre, el recorrido fue solo de dos minutos pero para el profesor pareció una eternidad.

-¿Qué sucede profesor? –Preguntó el exaltado doctor del lugar.

-Es… es la madre de Annie, no está nada bien.
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Aclaración: En la penúltima escena (May y Ash) ya habia pasado vario tiempo de sus aventuras en hoen y viajaban solos.