Mi lado Femenino

CAPITULO XVII: JOSEPHINE PRESIDENTA




Luego de la resonante victoria contra Yvette Bowery, la ya de por si famosa Josephine Flowers era la persona más nombrada en toda la escuela, tal así que obviamente ella era la principal candidata a convertirse en la nueva delegada de su clase. Ya la época de las elecciones escolares estaba muy cerca.


— ¿Convertirme en la delegada de la clase?, no sé, no me parece Catherine.


—Oh vamos Josephine, anímate, con toda la fama que has conseguido en este corto tiempo será pan comido para ti la elección, no habrá nadie quien te pueda ganar.


—Pero es que no tengo interés en convertirme en delegada de la clase, además yo que ganaría con eso.


—Tiene muchas ventajas Josh, en serio.


— ¿Si?, ¿Cómo cuales?


—Como por ejemplo mejorar esta horrible comida que nos dan en el almuerzo. — Decía casi llorando, mostrándole el impresentable pan rancio que estaba comiendo.


—Déjame ver ese pan Catherine. — Cuando tomo con sus manos el desayuno de Catherine, la peli purpura pudo darse cuente de que hablaba su amiga. — Oye, esto parece una piedra, mira. — Con el pan golpeo la mesa en donde estaba ellas partiendo en dos a la misma.


El dueño de la cafetería con mucha bronca le advirtió a Josephine que ella tendría que pagar por la mesa rota. (La próxima vez no uses elementos que son ajenos para dar tus ejemplos linda)


—No pensé que el pan estuviera tan duro. — Dijo Catherine tocándose sus dientes para cerciorarse que ninguno estuviera flojo, pero…


—Vaya Catherine, tienes muy buena dentadura para haber estado masticando esto.


—Es cierto. — Respondía Catherine mostrando su sonrisa, dejando ver alguna que otra muela a medio salir.


—¨ Mi dios, esa horrible comida arruinara la hermosa sonrisa de Catherine.¨ — Pensaba para sí misma Josephine. — Esta bien Catherine, creo que no tiene nada de malo que me postule como delegada de clases, total no es nada del otro mundo.


—Me alegra mucho que cambies de opinión amiga, yo voy a estar apoyándote.


Y los días pasaron y la campaña había comenzado.


Josephine llegaba como siempre a la escuela, pero notaba un raro ambiente en sus alrededores. Precisamente, una joven de su misma clase se acerco a ella para entregarle un papel con algún tipo de publicidad.


—Hola Josephine, mira, ¿te gusta? — Le preguntaba la joven.


— ¿Y esto qué es? — Preguntó distraída Josephine.


—Son los afiches de tu campaña como delegada de la clase.


—Pero esta imagen me parece un tanto exagerada. — Le decía la peli purpura viendo una imagen suya (Obviamente trucada), en la cual vestía un traje de etiqueta y levantaba los brazos, como toda una política.


—Tenemos que impactar a través de la imagen a los futuros votantes, por lo menos tu jefe de prensa pensó eso.


— ¿Mi jefe de prensa?


Y su jefe de prensa se hizo presente.


— ¡Josephine mi amor!


— ¿No me digas que es…? — Preguntaba intuyendo la identidad de su flamante jefe de prensa.


— ¿Como estas mi vida?


— ¡No me llames mi vida! — Respondió dándole el ya acostumbrado coscorrón en la cabeza del muchacho.


— ¡Auch!, ¿por qué me pegas?, y yo que estoy haciéndote una campaña similar a la de todo un presidente de la nación. — Se tocaba la cabeza aun sintiendo la pequeña agresión de su enamorada (según él claro).


—Con respecto a eso, ¿desde cuándo tú te convertiste en mi jefe de prensa?


—Ah eso…desde hoy a la mañana, lo estoy haciendo bien, ¿verdad?


—Pues déjame decirte que… ¡No necesito jefe de prensa!


—L-Linda, ¿cómo que no lo necesitas?, toda celebridad de cualquier rubro necesita de alguien que le maneje su imagen ante el público, y créeme que tengo conocimientos sobre el tema.


—Conocimientos, ja, ¿y me quieres decir a que celebridad has representado?, conocedor del tema.


—Contigo van…una. — Dijo terminando su complicada cuenta.


—Escúchame Aarón, voy a decírtelo solo una vez, deja de hacer tonterías, me estas cansando.


—P-Pero…


— ¡Ya dije!


Josephine se fue muy enfada con su amigo y dejándolo cabizbajo.


Catherine quien venía junto a Lina se encontró con el deprimido Aarón


— ¡Hola Aarón! — Saludo la amable muchacha.


—Josephine… — Murmuraba el tan apagado joven quien no estaba con su típico entusiasmo.


— ¿Te pasa algo?, no estás muy animado que digamos. — Le preguntaba Lina.


—Es que…Es que… ¡Josephine me odia! — Respondió largando el llanto.


—Oye, cálmate un poco Aarón. — Trataba de animarlo Catherine dándole pequeñas palmadas en la espalda. — Estoy segura que Josephine debe estar algo tensa con tanta fama que ha adquirido últimamente, no creo que tenga nada en contra de ti.


—Pero ella me dijo que solo hago tonterías, y todas mis acciones son de amor, porque no se da cuenta. — Seguía con su llanto como una colegiala.


—Ya, ya, creo que estas exagerando.


—Sí, no lo tomes tan mal Aarón, eres un poco molesto pero aún se te puede soportar. — Lina también lo calmaba (Bueno a su manera).


—Quizás si la dejaras un tiempo de sofocar tanto ella seguramente se sentiría mejor. — Le aconsejaba Catherine.


— ¿Sofocar?, pero si yo no la sofoco.


— ¡Si lo haces! — Repitieron las dos.


—Yo no me había dado cuenta.


—Bueno, ahora que lo sabes tomate tu tiempo para reflexionar y deja respirar un poco a esa pechugona.


—Creo que tienes razón.


Dejándose llevar por la teoría de Lina y Catherine, Aarón se fue hacia su casa reflexionando (Bueno un poco solamente).


—Jajaja, ese Aarón, si que se pone un poco denso en ocasiones. — Comentaba Lina al verlo irse.


—Es que le gusta mucho Josephine, no lo culpo.


—A propósito de Josephine, ¿no crees que deberíamos participar en la campaña electoral de ella?


—Nosotras, ¿y de qué manera?, yo por lo menos no tengo ni idea de que hacer.


—No te preocupes Catherine, déjame a mi encargarme de eso, solo tienes que seguirme.


—¨ Creo que eso me preocupa¨, a propósito, ¿Por qué tanto interés de repente por Josephine?


—Elemental mi querida Catherine, si logramos que esa pechugona sea la delegada de clases, tendrá muy poco tiempo disponible para nosotras. Será una buena forma de sacármela de encima, por lo menos por un tiempo.


— ¡Que mala eres Lina!, ya te he dicho que Josephine es una buena chica. Pero por otro lado, me gustaría mucho que Josephine ganara, ella se lo merece.


— ¿Entonces estás conmigo?


—Está bien Lina, te apoyare en la campaña.


Las amigas de la peli púrpura se dieron la mano y pusieron todo en marcha para la campaña electoral.




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CAPITULO XVIII: EL ORGULLO DE LA FAMILIA BOWERY




Una fuerte discusión originada por el resultado de la carrera, hacia que Yvette tuviera que justificarse ante su padre Ronald.


Mansión Bowery…


—Sabes por qué viene de mi viaje, ¿verdad Yvette? — Le preguntaba Ronald Bowery a su hija, mientras fumaba unos de sus cigarrillos sentado en su cómodo sillón.


—Puedo imaginármelo padre. — Respondía con vergüenza la adolescente.


—Entonces… creo que sabrás lo que te espera.


Dicho esto, el serio y enfadado señor de la casa se levanto de su sillón, para luego propinarle un fuerte revés con su mano derecha a su indefensa hija.


—Sera la última vez que deshonres el apellido Bowery ante el público Yvette.


—Si…padre. — Dijo una dolorida Yvette mientras tomaba su mejilla, aún marcada por el fuerte golpe de su padre.


—Escúchame bien, yo no hice todo este esfuerzo por mejorar nuestro estatus social para que vengas tú a avergonzarme de esta manera.


— ¡Lo siento padre, prometo que yo…!


— ¡Silencio!, no quiero seguir escuchando tus escusas. Encima de todo vienes a perder con la hija de ese miserable de Lorenz.


—Padre, yo aun sigo creyendo...que Catherine es diferente, ella…es una buena persona.


— ¿Te atreves a decir semejante tontería después de haber perdido con ella?


—Es verdad…yo perdí la carrera con ella y también…perdí su amistad.


— ¿Huh?


—Porque aunque te cueste admitirlo padre…a Catherine la sigo considerando una buena amiga, pese a la distancia a la que tú y el padre de ella nos sometieron.


Ronald Bowery no era un hombre que fácilmente daba por perdida una discusión, pero viendo el afán con el que su hija Yvette defendía a Catherine, pudo darse cuenta que seguir con este intercambio de palabras con ella sería inútil y no le llevaría a ninguna parte, fue por ello que prefirió terminar con la charla.


—Cara vez te pareces mas a tu madre, está bien, dejare pasar por esta vez tu fracaso Yvette.


— ¿Eh?


—Pero déjame aclararte algo, el hecho que te perdone tu derrota no quiere decir que yo la haya olvidado. Voy a hacer que nuestro nombre no se ensucie de nuevo, no dejare que Jonathan Lorenz y su hija nos vuelvan a humillar.


Dicho esto Ronald abandono la sala para dirigirse a su dormitorio, dejando a una angustiada Yvette, que ya no soportaba al extremista de su padre.


—¨ Papá… ¿cuándo vas a terminar con todo este odio?, lo único que logras de esta forma es que la gente que te ama se aleje de ti, igual que lo hizo mi madre.¨


Por otra parte, Josephine en su nueva atmosfera victoriosa generada por su triunfo en las pistas y sus enormes atributos…ejem, ¿saben a lo que me refiero no?


—Ah…como han cambiado las cosas en tan poco tiempo. — Se decía a si misma Josephine a la vez que largaba un suspiro. — Pero… — Su cabeza comenzaba a pensar en la chica de sus sueños, Catherine. — La situación que tengo con ella también es muy diferente, ahora puedo sentirla tan cercana, como nunca antes lo había estado.


—Querida, ¿puedo pasar? — De repente su madre llamaba a la puerta de su habitación para quitarla de su trance.


—Si ma…digo señora Garden, ¨ Caray, tengo que tener más cuidado cuando hablo con mis padres en esta apariencia nueva.¨


La joven se levanto pesadamente de la cama para abrirle la puerta a su indiscreta madre, quien parecía querer hablar con ella.


—Hola Josephine, vine a ver si precisabas algo, me pareció verte algo cansada cuando llegaste de la escuela.


—Oh no señora Garden, no preciso nada, solo estoy un poco agotada, he tenido un día muy agitado.


—Ya veo…entonces supongo que te dejare descansar, hasta mañana querida. — La señora de la casa se preparaba para irse hasta que Josephine repentinamente la llamo.


—Espere…señora.


—Sí, ¿se te ofrece algo?


—Acaso eso que trae en la mano es… — Josephine había notado que la señora Garden llevaba consigo una fotografía de su hijo cuando apenas iba al jardín de infantes.


—Esto, si…es una fotografía de mi pequeño James cuando iba al jardín, ¿se veía muy dulce no te parece?


—Sí, se ve muy bien, lo extraña mucho, ¿verdad?


—Sinceramente…si, lo extraño mucho. Pero no te confundas, me gusta mucho que tú estés con nosotros, es solo…que a él siempre lo vi como mi pequeño niño, ¡pero no debemos pensar en eso!, después de todo esto es algo temporal, así que Josephine no te preocupes y disfrutemos de esta hermosa convivencia que estamos teniendo.


—S-Si señora Garden, lo vamos a disfrutar, gracias por todo. ¨ Mamá, creo que después de todo…si hay alguien que me extraña en este mundo.¨


Era muy curioso que James pensara en ello, ya que en otros hogares de la misma ciudad, otras personas recordaban con algo de melancolía al ausente estudiante de la escuela Gral. Martins.


Mansión Lorenz…


— ¨ James…ahora que no estás presente me puedo dar cuenta…de lo mucho que te necesito a mi lado.¨


Hogar de la familia Trice, lugar donde vivía Lina con sus padres.


—Parece que hubiera sido ayer…cuando te vi por primera vez… — Decía Lina recostada boca abajo en su cama.


Flashback:


—Miren, es la niña que se viste como chico.


—Vamos anormal, déjate de disfrazarte de mecánica, eso es solo trabajo de hombres.


— ¡Déjenme en paz!, yo voy a ser una gran mecánica al igual que mi abuelito y no me importa lo que ustedes digan de mi.


Lina desde pequeña había ganado ese aprecio por los autos en gran parte a convivir desde cerca dentro del taller de su abuelo que luego quedaría a cargo del padre de la pequeña. Por eso ella solía ponerse ropa varonil.


La jovencita siempre quiso llegar a convertirse en una gran mecánica al igual que ellos, pero el hecho de ser mujer causaba que los niños de su escuela frecuentemente se burlaran de ella.


—Eres una anormal, ¡anormal!


Ese grupo de casi diez niños seguían gritándole anormal a la pequeña Lina, quien se aguantaba su bronca y a la vez trataba de no soltar lágrimas delante de ellos.


—¨ No me importa…no me importa lo que ellos digan de mi.¨ — Impotencia y dolor se mezclaba en los sentimientos de Lina, y nada parecía que fuera a calmarla, hasta que…


— ¡Oigan ustedes!, son muy valientes contra una chica.


De repente otro chiquillo de delgada figura se apareció delante del grupo de malcriados pequeños, para hacerles frente él solo.


—Hey, ¿tu quien eres?, ¿su novio?


El resto de los niños siguieron con sus burlas con carcajadas incluidas, pero esta vez en contra del niño, aunque este no parecía tener el carácter tan endeble como Lina como para que algo así le afectara.


—No me importa lo que digas, después de todo ella es una niña muy bonita y me gustaría tener una novia como ella algún día.


— ¿Lo oyeron?, él está admitiendo que le gusta.


Pese a que el posiblemente líder del grupo de rufianes infantiles siguiera burlándose del niño, este seguía firme haciéndoles frente. Por su parte Lina observaba a su defensor.


— ¨ ¿Q-Quien es este chico?, ¿cómo puede decir semejante cosa sin ni siquiera pensarlo? ¨


—Discúlpame… — Dijo de repente el chiquillo a la confundida Lina. — No quise que te molestes por lo que acabé de decir, pero podrás regañarme una vez que me encargue de estos tontos.


Fue así que el pequeño de llamativo cabello color púrpura hizo frente a esas sabandijas, y por más de encontrase en desventaja, él pudo hacerle frente a todo ellos, inclusive logro que cada unos de los pequeños rufianes se disculparan con Lina por molestarla y prometieron no volver a hacerlo, claro ya con todos sus rostros llenos de moretones causados por los golpes del chiquillo temerario.


—Ahora sí. — Exclamo en chiquillo acercándose a Lina y arrodillándose delante de ella. — Si quieres puedes golpearme por haber dicho que eras bonita delante de esos tontos, yo solo dije lo que pensaba.


Lina seguía confusa, pero claro estaba que nunca golpearía al pequeño, mucho menos después de defenderla de esa forma.


—Y-Yo…jamás te golpearía, pero… ¿Por qué me defendiste?


— ¿Eh?, pues es fácil, porque odio a gente como ellos que se burlan de los demás, y también…porque me molesta que se metan con las personas que siguen sus sueños.


— ¿C-Como te llamas? — Pregunto tímidamente Lina.


—Me llamo James Garden, mucho gusto…


—Lina, yo…me llamo Lina. — Le respondió con una sonrisa.


Desde ese día Lina jamás se olvidaría de aquel chico, el cual se convirtió en su primer gran amor, y que seguiría estando fuertemente en su corazón pasado el tiempo.


Fin del Flashback:


—¨ Desde aquel día me fije en ti, es por eso…que pienso en confesarte lo que siento…una vez que estés aquí James, no pienso perder ante nadie, ni siquiera ante ti Catherine. ¨


La decidida Lina se aferra a sus emociones.




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CAPITULO XIX: LAS DOS CANDIDATAS




Era un día muy especial en la escuela Gral. Martins, ya que en esta fecha se escucharían las primeras promesas y proyectos electorales de las dos fuertes candidatas a ser elegidas delegada de clase.


Una de esas candidatas era obviamente nuestra amiga Josephine Flowers, a quien sumándole sus atributos físicos ya conocidos, se había vuelto sumamente más popular después de la carrera en la que derroto a Yvette.


En contraposición teníamos a una dedicada e intelectual joven llamada Myah Forrester, Presidenta del club de ciencias y posiblemente una de las mentes más brillantes no solo de la institución, sino también de los alrededores.


—Myah Forrester, esa chica sí que es inteligente, no creo que pueda ganarle en un debate cara a cara Catherine. — Mencionaba Josephine preparando su discurso y sus futuras ideas como la próxima delegada. Ella sabia dentro suyo que su rival era una inteligente joven muy preparada para este tipo de situaciones.


—Lo sé Josephine, Myah siempre ha sido sobresaliente en sus calificaciones, es mas se dice que ella ha sido becada para asistir a la universidad Arcana, la más prestigiosa del país, sin duda es un digno oponente.


Justo como si la hubieran estado llamando, Myah venia acercándose por los pasillos del colegio acompañada de dos alumnas más que pertenecían al club de ciencia al igual que la rival de Josephine.


—Así que finalmente nos encontramos Flowers. — Saludaba Myah a su contrincante.


—Sí, creo que eso se volverá más frecuente en estos días ya que somos las únicas postulantes a ser delegadas, es un gusto conocerte Myah.


—Sabes, estuve viendo la carrera que tuviste con Yvette, fue algo sumamente apasiónate.


— ¿En serio?, gracias. — Josephine sospechaba que esta chica era una persona muy agradable a pesar de que pronto serian rivales escolares, pero como toda primera impresión a veces solemos equivocarnos con nuestras deducciones.


—Aunque no logro entender porque te metes en algo como esto.


— ¿De qué hablas?, ¿Qué es lo que no entiendes?


—Bueno, viéndote bien se puede ver que tienes varios atributos. — Diciéndolo claramente por su tan reconocida belleza. — Pero ya querer participar en decisiones que involucran al resto de tus compañeros me parece que es…un poco mucho para alguien como tú.


— ¡¿Qué insinúas con eso Myah?! — Le pregunto con molestia Catherine viendo que ella estaba sobrando a su amiga.


—No quise decir nada en especial, solo que me parece que hay algunas cosas en las que estamos capacitados y otra en las que no. Quizás deberías recapacitar tu decisión y dar un paso atrás.


— ¿Tanto miedo me tienes Myah?


—Ja, para nada Josephine, solo intentaba evitarte problemas, allá tu si no me escuchas, nos vemos.


La muchacha antes de irse dejo masticando bronca a Josephine y Catherine.


—Es una bocona, y yo que pensaba que Yvette era de lo peor, pero creo que hay más personas como ella.


—Catherine, agradezco que me defiendas, pero sabes…he estado pensando en esto que ella dijo también y creo en verdad…que no estoy capacitada para hacerme cargo de algo como esto.


—No digas eso Josephine, lo mismo dijiste cuando ibas a correr con Yvette y mira ahora, tú eres ya toda una celebriti a los que todos quieren acercársele.


—Quizás tengas razón, pero…


—Vamos Josh, no me aflojes ahora.


—Está bien Catherine, tú siempre logras convencerme. ¨ Es la primera vez que veo a Catherine mostrar sus colmillos en defensa de alguien. ¨


Esa frase de Josephine sonó algo familiar en la dulce joven que quedo algo pensativa.


— Catherine, ¿qué pasa?


—Eh, nada, solo recordé algo, jajaja. — Respondió ella dejando ver un leve sonrojo en su mejilla.


—¨Se puso nerviosa, mmm… esto me huele mal y no soy precisamente yo ya que me bañe hoy en la mañana. Debe tratarse de su amor secreto, rayos si tuviera una pista de quién es ese miserable.¨ — Si supieras quien es no dirías eso Josephine.


— ¡Josh!


— ¿Eh?, ¿q-que pasa?


—Oye, ahora tú pareces distraída. — Le dijo con su habitual sonrisa. — Creo que nos están esperando. — Catherine se había fijado que sus compañeros de clases juntos con el profesor de turno aguardaban a que ellas se decidieran a entrar al salón, claro el maestro se notaba algo enfadado.


Las muchachas de inmediato se metieron en la clase, antes por supuesto recibieron un regaño por parte de su profesor.


—Señoritas, espero que a futuro no se vuelva a repetir este tipo de demoras, ¿lo han entendido?


— ¡Si profesor! — Respondieron las dos arrepentidas por su irresponsabilidad.


—Vaya candidata a delegada que tenemos. — Myah aprovechaba esta oportunidad para ganarse algún que otro puntito ante sus compañeros, mostrándole la falta de conducta de Josephine.


Aunque Catherine y Josephine no eran las únicas en llegar tarde.


— ¡Perdón por la demora! — Dijo agitada Lina por la carrera que parecía que había hecho para llegar a horario.


Aunque no era la última en llegar.


— ¡Perdón por la demoooora! — Bueno, Aarón también ingresaría tarde al aula y digo ingresaría porque se paso de largo al patinarse con el piso recién encerado de los pasillos del colegio.


—Y yo que creí que hoy no tendríamos que verle la cara. — Se lamentaba Josephine.


—Supongo que él no puede separarse de ti. — Contestaba Catherine causándole algo de gracia la situación.


Myah veía al para que también ingresaba tarde y se daba cuenta el porqué eran amigos de Josephine.


— ¿Acaso todos los amigos de esa chica son lelos?


— ¡¿A quien llamas lela tu cuatro ojos?! — Enojada le decía Lina quien la había escuchado y aludiendo a las gafas de Myah, aunque ella parecía olvidarse que también era una cuatro ojos.


— ¡Silencio por favor! — Los calló de un grito el profesor. — ¿Se da el lujo de iniciar una discusión luego de llegar tarde a clases?


—Lo siento profesor. — Se disculpaba Lina y se sentaba en su lugar, mordiéndose los labios de la bronca por esa joven intelectual tan sarcástica.


Ya calmado el asunto, el profesor Adams daba inicio a su clase, pero como ya todos se imaginaban, el tema central antes del inicio de la misma seria la presentación oficial de las dos candidatas a delegada de clase.


—Como ya todos ustedes saben, dentro de unas semanas se elegida a la nueva delegada de la clase, y como se acostumbra en estas fechas, se les dará a los postulantes al cargo la oportunidad de mostrarnos cuáles son sus propuestas y proyectos a futuros. — Comentaba el maestro mientras echaba un vistazo a su clase, dirigiendo su mirada específicamente a Josephine y Myah. — Señorita Forrester, señorita Flowers, sus compañeros las escuchan, por favor comiencen con el debate.


Por unos breves segundos, algunos de los compañeros de las chicas, en especial de los fanáticos de Josephine, se exaltaron cuando las muchachas se levantaron de sus pupitres, pero de inmediato el profesor se encargo de calmarlos con un fuerte grito.


Se podían notar algunas diferencias entre ellas, mejor dicho, claras diferencias. Por un lado Josephine se veía nerviosa y algo dubitativa. A diferencia de ella, Myah estaba mucho más tranquila y con un semblante de seguridad muy grande dibujado en su rostro.


Lina y Catherine observaban con algo de preocupación, como su compañera se desempeñaba delate de los alumnos y los claros nervios que la peli purpura estaba teniendo.


—¨ Josephine está muy tensa, pobrecita debe ser difícil para ella, pese a las apariencias de seguridad que suele mostrar estoy convencida que se siente incómoda. ¨ — Catherine podía darse cuenta de cómo le costaba a su amiga hablarles de forma natural al resto de sus compañeros.


—¨ Esa tetona, está haciendo que esa cuatro ojos la humille delante de todos.¨ — A Lina también le enfadaba la situación, más allá que Josephine no era totalmente de su agrado.


El contrincante de Josephine, Myah, comenzaba a sentirse ampliamente la ganadora del primer debate y dándose cuenta que en el dialecto de una y otra no había comparación.


—¨ Ella no puede debatir adecuadamente conmigo, ja…esto es pan comido, en el fondo creí que sería más difícil.¨


Josephine se sentía prácticamente acorralada e incapaz de seguirle el debate a Myah que entre preguntas que le hacía y propuestas muy atrayente que la intelectual muchacha había prometido a sus compañeros, Josephine lentamente comenzaba a sentirse derrotada.


Se dice que siempre se necesita de una inyección de confianza para salir adelante y generalmente nos llevamos la sorpresa que ese envión anímico proviene de la persona que uno menos espera.


— ¡Vamos Josephine, no te rindas! — Le gritaba Aarón con un gesto de seriedad como nunca antes lo había tenido. — Quizás sea un inútil, un idiota de primera pero…pese a todas esas cosas, yo me puedo dar cuenta cuando conozco a alguien si tiene la fuerza para no darse por vencido, y tú Josephine…eres uno de ellos.


Ni que digan que varios en el aula (vamos… ¿a quién engaño?), todos en el aula estaba boquiabierta con esta nueva reacción de loco de Aarón.


—¨ Aarón…tu…¨ — Era curioso, pero por primera vez Josephine sentía una extraña sensación después de escuchar estas palabras por parte de su amigo. — ¨ Es cierto…yo no soy así, no puedo dejarme vencer como si nada. Gracias Aarón, creo…que necesitaba escuchar esto.¨


— ¡Y te queremos ver con tu uniforme de delegada que te hemos diseñado! — Bueno, el idiota debía meter la pata como de costumbre y mostrarle un curioso uniforme escolar que tenia impregnada un cinta larga color amarilla que decía delegada de clases, aunque tanto la falda como la parte superior de esa ropa era demasiado corta como para cubrir todo el voluptuoso cuerpo de Josephine.


Obviamente el resto de los chicos de la clase también querían ver con ese sexy atuendo a la muchacha.


— ¡Adelante Josephine, estamos contigo! — Gritaron un par de chicos, luego todos estuvieron eufóricamente gritando el nombre de Josephine, al igual que cuando se grita por tu equipo de futbol en la cancha.


Myah no podía creer la vuelta de página que se había hecho y como su contrincante con el apoyo del resto de los alumnos (Hombres especialmente) había recobrado la confianza en sí misma, pero Josephine….


—Aarón… ¡por qué no te quedaste callado!, ¡tenías que embarrar todo tu otro discurso con esta estupidez! — La joven le grito con furia (como siempre) a su compañero y dando de nuevo señales de vida que le dejaban las palabras de su atolondrado amigo.




PROXIMO CAPITULO: LA VERDADERA CARA DE MYAH

 

CAPITULO XX: LA VERDADERA CARA DE MYAH




Eran días de elecciones escolares en la Gral. Martins, y dentro de unos pocos días se iba a saber quien era la nueva delegada de la clase 3 C, en la que sus dos únicas postulantes eran la renombrada Josephine Flowers, la ídol actual de la escuela y la intelectual y perseverante Myah Forrester, presidenta de la clase de ciencias y una verdadera genio a nivel de estudios.


En este tipo de instancias, muchos podían notar que Myah llevaba claras ventajas por sobre Josephine quien jamás había participado en algo como esto antes y tenía poco dialecto en comparación a su rival. Fue allí donde el mejor amigo de James (Josephine), Aarón Thompson, logro elevar la autoestima bastante baja que tenia la peli púrpura en el primer debate con su contrincante.


Ahora con el apoyo de gran parte de los alumnos (hombres claro está), Josephine intentará llegar al resto de sus compañeros y lograr ganar la elección.


En la oficina de la directora Evans…


—Vaya, cuantos papeles por sellar y tengo tan poco tiempo para leerlos. — Brenda Evans estaba atareada de trabajo que se le había atrasado debido a algunas otras responsabilidades que ella tenía dentro de su vida intima. — No debí dejar tanto trabajo sin hacer, ahora todo se me ha juntado de golpe, ahh…es tan difícil estar a cargo de este lugar, encima algunos alumnos son tan problemáticos.


Justo para hacer atrasar un poco más a la directora, alguien llamaba a la puerta de su oficina para consumirle gran parte de su valioso tiempo.


—Disculpe directora Evans, ¿puedo pasar? — Se trataba del profesor Adams que acababa de terminar con su clase.


—Ya asomo la cabeza profesor, adelante, puede pasar.


—Lo siento, ¿le interrumpí algo? — Le dijo mientras tomaba asiento.


—Nada en especial, solo estaba leyendo y firmando algunos que otros papelillos. — Justo cuando decía eso, la enorme montaña de papeles que había juntado Brenda en su escritorio se cayó al suelo cubriendo el piso en su totalidad.


—Perdóneme, permítame recogérselos por usted.


—No se preocupe por eso ahora profesor, de todas formas ya no podré terminar a tiempo. Mejor dígame, ¿que lo trae por aquí?, ¿hay algún inconveniente en su clase?


—Oh no, nada de eso directora, sólo venia a hablarle sobre el primer debate que hubo en mi clase.


—Es cierto, era hoy, así que… ¿cómo ha sido ente primer día?, ¿ve que alguna de ellas tenga ventaja sobre la otra?


—A decir verdad, en todo momento me pareció que la señorita Forrester estaba mucho mas suelta a la hora de dirigirse a sus compañeros, y como me esperaba, ella avasalló en lo dialectico a su contrincante.


—Ya veo…


—Creo que era de esperarse, Myah Forrester es una alumna con un alto coeficiente intelectual, es sin duda una gran promesa. Desde hace tiempo que no se ven calificaciones perfectas como las que tiene ella, desde que…


—Profesor Adams, desearía que no se remonte al pasado cuando hable conmigo. — Brenda parecía estar molesta al escucharlo hablar a Robert Adams, como sabiendo hacia donde quería dirigir él su charla.


—Brenda, parece que aún no superas lo que sucedió, es entendible, Anna era…


— ¡Le dije que no hable del pasado!


—D-Disculpe, directora.


—Olvídelo, y también, desearía que no me llames por mi nombre, así como yo no me dirijo a ti por el tuyo Robert.


—Perdóname, pero a veces olvido que ya no somos estudiantes, es que parece que hubiera sido ayer cuando nosotros dos asistíamos a esta misma escuela. — Recordaba con melancolía. — Aún sigo creyendo que somos compañeros de clase.


—Que sentimental eres, también recuerdo que eras un niño revoltoso, no parabas de molestarme cada vez que podías.


—Je… supongo que de jóvenes hacíamos muchas tonterías, ¿no lo crees?


—No me compares contigo Robert, yo siempre me dedicaba a mis estudios.


—Y es por eso que tú llegaste a ser la nueva directora de esta escuela, en verdad…me has superado Brenda.


Brenda se sonrojo un poco con el elogio de su ex compañero de escuela, hoy profesor.


—Que tonto eres, y ya te dije que no me llames por mi nombre.


—Pero si tú acabas de llamarme por el mío hace un momento, estamos a mano.


—Idiota. — Le contestó aún sonrojada. — Pero volviendo al tema, entonces… ¿Myah será la nueva delegada según tus conclusiones?


—Mmm… — Se puso a meditar. — Podría ser…pero nunca se sabe en este tipo de cosas, los chicos en verdad son impredecibles, además…


— ¿Además?


—Josephine Flowers, ella quizás no tenga el gran dialecto o la inteligencia de Myah, pero… — Pensaba mientras ponía una cara de degenerado (¿en qué pensaría?).


—Oye, ¿qué es lo que piensas? — Brenda ya algo sospechaba por la cara de sátiro de su ex compañero.


—No nada, solo recordé algo. — Que mentiroso, ¿no? — Pero si lo pienso mejor, los compañeros de Josephine parecen tener mucha fe en ella, así que supongo que habrá que esperar.


Josephine estaba algo más tranquila después del apoyo recibió por sus amigos, pero de todas maneras tenía que prepararse mejor para la próxima vez que tuviera que cruzarse con Myah, con todo eso en mente, la peli púrpura venia caminando solitariamente por los pasillos del colegio, ya que las clase habían finalizado. Ese momento de tranquilidad tal vez le serviría para relajarse y pensar mejor.


—De no haber sido por los chicos Myah me hubiera hundido en el primer día de debate, ahhh, jamás pensé que fuera tan difícil esto.


Pasando por unos de esos salones que supuestamente estaban vacios, precisamente en el que ella asistía. Josephine observó a su rival Myah, en soledad y mirando rincón a rincón cada parte del aula.


—¨ Es Myah, ¿pero que está haciendo a estas horas en el salón?, ¿acaso también estará nerviosa por el segundo debate? ¨


—Estos asientos son muy pequeños, es necesario conseguir otros un poco más amplios. — Myah estaba buscando por su salón cada cosa que sus compañeros podrían llegar a necesitar para la comodidad en las clases.


—¨ Esa Myah, sí que se preocupa por buscar lo mejor para sus compañeros. Creo que estaba equivocada con respecto a ella.¨


—Pero, pensándolo bien, son pocos los alumnos que no entrarían en estos asientos, quizás alguno rellenito o tal vez esa voluptuosa Josephine, sí que tiene un gran trasero.


Bueno, esa buena impresión que Josephine empezaba a tener por Myah se fue en un instante.


—¨ Grr, retiro lo dicho, Myah es una bruja.¨


—No, mejor voy a comprar asientos nuevos con los fondos de reservas, pero debo seguir buscando más cosas para los chicos. — Algo era muy claro, Myah tenía mucha perseverancia, la cual era digna de admirar. — Tengo que ganarle, la admiración de los chicos es lo único que puede hacer que ellos se acerquen a mí, de esa forma quizás…pueda tener amigos y dejar de estar sola.


Myah había mostrado otra cara, la chica que parecía tan arrogante, la chica que aparentaba que era tan fuerte e independiente, no era más que una adolescente que carecía de afecto y sufría una triste soledad a la que ella quería abandonar de una vez por todas.


La única presente en ese lugar que podía ser testigo del veredero ser humano que era Myah, comenzaba a entender un poco más a aquella joven.


—¨ Ahora todo parece tener mas sentido, Myah…Myah necesita ganar más que yo. ¨


El segundo día de debate había llegado para las dos jóvenes postulantes.


Josephine estaba animada, pero por más de saber que su contrincante había tomado de una forma muy distinta a ella esta elección, la peli púrpura se decidió por hacerlo lo mejor posible para ganar, ya que si no lo hacía de esa manera Myah tampoco se sentiría tan tranquila consigo misma.


Los debates previos a la inminente elección fueron muy aguerridos, cada una de ellas con sus nobles armas dialécticas trataban de convencer a sus compañeros que eran la mejor opción para ellos. Fue así que finalmente llego el día de elegir, era muy temprano en la mañana y se notaba gran expectativa en todos los alumnos de la clase y gran nerviosismo tanto en Josephine como en la hasta entonces tranquila Myah.


Las tres amigas, Josephine, Catherine y Lina venían comentando sobre el tema llegadas a la escuela.


—Vaya, todos los alumnos parecen muy tensos.


—Ni que lo digas Catherine, esta elección va a ser muy reñida, pero si me dejo guiar por la influencia que tiene el sensual cuerpo de la tetona, estoy casi segura que ella va a ganarle.


Normalmente Josephine habría reaccionado ante el comentario de Lina, pero no fue así, la chica estaba demasiado dispersa como para enterarse de lo que pasaba a su alrededor.


—Josh, ¿estás bien?, te ves distraída.


—Yo… — En ese momento necesitó hacer algo. — Discúlpame Catherine, tengo algo que hacer.


Josephine se fue con prisa hacia la cabina, donde se suelen informar sobre las reuniones o demás a cosas a los alumnos u profesores. Ya allí tomó el micrófono y desde los parlantes que estaban ubicados en diferentes puntos de la escuela, ella se comunico hacia todos sus compañeros.


— ¡Escúchenme, estudiantes de la clase 3 C, soy Josephine Flowers, hay algo muy importante que debo decirles a todos ustedes!


Todos sus compañeros la escuchaban atentamente, especialmente sus amigas Catherine y Lina y su contrincante, Myah.


—Sé que esto es muy repentino, pero necesito decirles algo. Hoy es un día muy especial para nosotros, ya que en una hora se sabrá quien va a ser la nueva delegada en reemplazo de Yvette Bowery. Es por esa razón que necesito que a la hora de elegir a su representante, lo hagan con algo mucho más importante que el fanatismo o el compañerismo por ser una conocida. Deseo de todo corazón que cuando decidan lo que voten, piensen en la mejor opción para nuestros compañeros, ustedes, y por supuesto, yo misma. Es la oportunidad de crecer como grupo y especialmente…como amigos, gracias por escucharme.


Los compañeros de Josephine recibieron de buena manera estos dichos de la joven, que más que una estrategia para ganarse unos votos a último momento, para mucho era casi una señal de quien era la mejor alternativa para todos ellos, y esa persona era…


—La nueva delgada de la clase es… ¡Myah Forrester! — Pronunció el profesor Adams al resto de la clase, quienes al principio parecían sorprendidos, porque curiosamente muchos de ellos pensaban que sería Josephine la ganadora, pero luego de breves minutos, varios de ellos fueron a felicitar a su nueva representante incluida la vencida peli púrpura.


—Te felicito Myah, eres una justa ganadora. — Josephine le daba la mano a la cual Myah le respondió educadamente de la misma manera.


—Gracias Josephine, en verdad fuiste una buena adversaria.


—Quizás, pero no tengo dudas que gano la mejor opción para todos. — Respondía con alegría. — Y espero que pueda ayudarte en lo que pueda Myah, ojala…seamos buenas amigas.


— ¿Lo dices en serio?


—Claro, será un gusto conocerte.


Myah estaba muy emocionada, una por la reciente victoria, pero en especial por ganar algo aún mucho más valioso, una amiga.


—J-Josephine… ¡Te quiero mucho! — Myah termino tirándosele encima a Josephine, y era así como aparecía una nueva integrante al grupo de nuestra amiga de enormes pechos. — ¡Eres tan genial Josh! — Y quizás nació la versión femenina de Aarón, buena suerte Josephine.


—¨ Creo…que voy a lamentar esta nueva amiga.¨ —Pensaba preocupada Josephine, aunque la verdad…tú te lo buscaste.




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CAPITULO XXI: ARREPENTIMIENTO




El mundo empresarial es un lugar común que esconde muchos movimientos de importantes cantidades de dinero y en el cual se utiliza diversas estrategias para obtener un cometido u cumplir con los objetivos determinados antes de comenzar con cualquier proyecto.


Quizás ese tipo de mentalidad hacia que personas como Ronald Bowery utilizada ese mismo esquema en su vida cotidiana y también en su relación con su círculo familiar, más que nada con su única hija, Yvette.


—¨ Creo que la he malcriado demasiado, de no haber sido así nada de esto hubiera ocurrido. Margaret….como necesitaría que estés conmigo ahora, aún sigo sin entender el porqué me abandonaste. ¨ — Ronald desde más o menos tres años que estaba separado de su esposa, circunstancia de la cual era culpado con frecuencia por su hija, quien decía que por su ambición tan obsesiva con el poder hizo alejar a la madre de la orgullosa estudiante del Gral .Martins.


—Disculpe señor Bowery, la reunión está a punto de comenzar, lo están esperando. — La que se dirigía con el empresario era Victoria Rims, secretaria personal del señor Bowery.


—Gracias Victoria, enseguida voy.


—Les diré que ya baja a la sala de juntas señor, con permiso.


— Victoria…


—Sí señor, ¿se le ofrece algo?


—Dime algo, para ti… ¿Cuál es tú valor más grande en esta vida?


— ¿Mi valor más grande?


—Sí, quiero decir….debes tener algo que sea la prioridad máxima en tu vida.


—Ah, es eso, pues la respuesta es fácil señor, mi prioridad máxima es…servirle a usted.


—Pero eso es parte de un trabajo Victoria, debe haber algo que te gusta hacer más que cualquier otra cosa.


—Mi respuesta sigue siendo la misma señor Bowery, mi meta principal en esta vida es servirle a usted, y espero seguir haciéndolo por mucho tiempo más, ¿hay algo más que quiera preguntarme?


—No Victoria, puedes irte y…gracias por todo.


—Es un placer servirle señor, con su permiso. — La tan abocada secretaria volvió a sus tareas, mientras el confuso señor Ronald pensaba que tenía que hacer con su problema más grave, su relación con su hija.


—Incluso mi secretaria se aferra tanto a alguien tal miserable como yo, quizás Yvette…aún me siga queriendo pese a lo que le he hecho durante su niñez. A lo mejor estoy a tiempo de corregir errores del pasado, ¿tú no lo crees…Sonia? — Pese a la separación, Ronald seguía amando a su esposa y ella aún era muy necesaria para él.


Josephine se sentía algo más aliviada después de haber terminado con la elección de delegada, ya se temía que haberse metido en algo de lo que no estaba plenamente convencida de hacer, podría causarle varias complicaciones, pero eso era ahora cosa ya juzgada y debería seguir con su rutinaria vida, (Claro aún siendo mujer).


—Menos mal que Myah me ganó, sino ahora mismo tendría que empezar con mis tareas como delegada y con la flojera que tengo, aún no he podido terminar con m tarea. Pero imagino que todo esto lo hice porque Catherine me lo pidió.


—Josephine querida, ¿vas a ducharte? Si quieres te preparo el baño, es que mi marido lo dejo poco presentable, no me limpio ni el piso. — Le pregunto la dueña de casa al ingresar a la habitación de la estudiante.


—Descuide señora Garden, voy a bañarme y me haré cargo de dejar todo limpio.


—Eres un encanto Josephine, te la arreglas para hacer todo.


—No hay problema, es lo menos que puedo hacer con las personas que me están hospedando tan amablemente.


—Bueno querida, de todas formas si necesitas algo estaré en la sala, pégame un grito.


—Eso haré señora, no se preocupe.


El cuidado de la señora Garden con la joven huésped era casi tan esmerado como si se tratara de su propio hijo.


—¨ Mamá, siempre eres tan amable, ahora que me siento casi una forastera en mi propia casa puedo darme cuenta de eso. ¨


La buena impresión que Josephine (James) tenía hacia su madre, no era la misma que podría tener por cierto padre lujurioso que justamente estaba cerca del baño esperando vaya a saber qué cosa.


—No debería estar haciendo esto, pero Josephine… — La pervertida imaginación del padre de James comenzaba a fantasear con el cuerpo desnudo de la joven huésped que tenía en su casa. — Maldición, tiene la misma edad que mi hijo James, soy un degenerado.


El padre de James se había puesto en alerta al oír unos pasos que le indicaban que alguien se acercaba al baño. De inmediato él se escondió en una habitación conjunta donde solían guardar algunos productos de limpieza.


—Es demasiado tarde para arrepentirme, tengo que verla.


La hermosa Josephine había ingresado al baño, desconociendo obviamente al infiltrado que estaba justo al lado.


—Estoy exhausta, creo que una buena ducha me hará relajar un poco.


Lentamente la muchacha comenzaba a desprenderse de su ropa, y el pervertido señor Garden, quien había abierto con cuidado la puerta del baño, observaba detenidamente el espectáculo.


—¨ Esto es mucho mejor de lo que creía, ella tiene un cuerpo tan sexy. ¨


— ¿Eh? — Josephine parecía que había escuchado algo ya que repentinamente se había puesto en alerta, cosa que asusto a dicho padre desvergonzado.


—¨ Oh no, ella me debe haber visto.¨


—Qué extraño…me pareció haber escuchado un ruido, de seguro es mi imaginación.


Ignorando de la presencia de su espía, Josephine siguió desvistiéndose, haciéndole placentero la espera al señor Graden que estaba en las nubes observando el sensual y juvenil cuerpo de la estudiante.


—¨ Como puede dios crear criaturas tan hermosas, esto es un sueño. ¨


La nube imaginaria donde se había subido el señor Graden lo habían llevado a un éxtasis casi incontrolable para él, tanto que tenía que intentar detener la sangre que comenzaba a salir de su nariz.


Pero para la desgracia del lujurioso caballero, su esposa interrumpía su momento de placentero espectáculo carnal.


—Josephine querida, lamento interrumpirte pero acaba de llamar tu compañera Catherine, me dijo que ni bien te desocuparas si podías ir a verla, parecía que tenía algo importante que decirte. — Le informaba el ama de casa desde la puerta del baño.


— ¡Gracias señora, termino de ducharme y me iré a verla!


Si bien Josephine desconocía el motivo de este llamado tan imprevisto de su amiga, algo le decía que se trataba de algo muy importante, lo cual le hizo apresurarse con tal de verla cuanto antes.


—¨ Que extraño que Catherine me llame tan de improvisto, ¿le habrá pasado algo?, supongo que la única manera de saberlo es yendo con ella. ¨


Josephine acelero su dichoso baño con tal de saber que quería decirle la dulce chica. Ya fresca y aliviada por tan necesaria ducha, la joven poniéndose lo primero que encontró encima se fue a ver a su amiga para quitarse esa interrogante que llevaba. Pero, ¿no nos estamos olvidando de alguien?


—Esto es…su ropa interior, haa…será mi tesoro más preciado. — El señor Garden como si fuera un trofeo, se llevo como recuerdo las prendas intimas que acababa de quitarse la joven estudiante.


—Querido…


—Huh, ¿quién me habla?


— ¿Que estás haciendo con esa ropa interior queridito?


Al parecer la esposa del señor Garden había descubierto las fechorías de su esposo y con su arma personal (la escoba), ella obligaría al hombre a confesarle la verdad de los hechos, aunque ya estaba todo más que claro me parece.


—M-Mi amor, yo puede explicártelo.


— ¿Qué me lo vas a explicar?, claro, pero antes… ¡Voy a enseñarte a no ser tan atrevido!


— ¡Espera querida, no es lo que parece!


— ¡Cállate, por el poder de Grayskull! — Los ataques (a escobazos) de la señora fueron certeros y precisos contra el pobre hombre. La esposa, clara admiradora de He – man, no le tembló el pulso en ningún momento con tal de hacerlo pagar su atrevimiento, bien hecho señora ama del universo.

xXx

​

Josephine había llegado a la mansión Lorenz para encontrase con Catherine, ya encerradas en el cuarto de la segunda, la charla daba inicio con una noticia inesperada para la peli púrpura.


— ¿Qué fue lo que dijiste Catherine?, puedes repetírmelo, creo no haber oído bien.


—Acabo de decir que…dentro de una semana nos dejaremos de ver Josephine, me voy a vivir al extranjero.


Una noticia inesperada que entristece a Josephine.




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CAPITULO XXII: LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD




Catherine le había pedido a Josephine que fuera a verla porque tenía algo muy importante que decirle. Como era de esperarse, la peli púrpura no tardo demasiado en acudir al llamado de la joven y ya con ella en la mansión Lorenz, esa inesperada noticia era escuchada por la chica James.


—He escuchado mal Catherine, ¿dijiste que te vas a ir?


Su compañera parecía no poder repetirle la noticia, pero su silencio era más que suficiente para corroborar lo dicho por ella anteriormente.


—No lo entiendo Catherine, porque esto tan de repente, ¿acaso te ha pasado algo grave?


—No Josephine, en realidad no existe ningún problema grave de mi parte, pero…


— ¿Pero qué?, dime que sucede por favor.


—Es por mi padre.


— ¿Tú padre?, ¿qué pasa con él?


—Déjame explicártelo con algo más de detalle, y así podrás entenderlo mejor Josephine. Esto me lo dijo anoche antes de que me fuera a dormir a mi cuarto, cuando él me pidió hablar un momento conmigo debí imaginarme que algo malo pasaba, su aptitud mostraba algo de intranquilidad.


Flashback:


—Querías hablar conmigo padre, te escucho.


—Sí, hija, bueno…en realidad no sé por dónde empezar.


—Te noto nervioso papá, ¿Qué pasa?


—Si hija, estoy algo nervioso y tenso últimamente, la verdad es…que la empresa está pasando por un momento muy malo actualmente.


— ¿Acaso han tenido pérdidas en este tiempo?


—Justamente es eso lo que está pasando hija, los últimos negocios que hemos hecho resultaron ser un desastre. No es por exagerar pero…la empresa corre riesgo de ir a la quiebra.


— ¿Qué?, ¿a la quiebra?, ¿tan mal les ha ido?


—Sí, nos ha ido muy mal… — La cara denotaba la carga y tristeza que sentía el padre de Catherine por su momento actual, y el pensar en cuál sería su futuro y el de sus empleados.


—Papá, tal vez exista alguna posibilidad de levantarse, no te desanimes. — Catherine trataba de aliviar la angustia de su padre con palabras de aliento.


—Te agradezco tu apoyo hija, y tienes razón…existe una posibilidad de levantar la racha negativa que hemos tenido.


—Ves papá, te dije que no debías preocuparte tanto, vas a ver que todo saldrá mejor.


—Hija, esa posibilidad que te conté proviene de una empresa cuya sede está radicada en Frankfurt.


— ¿Frankfurt?


—Sí, es una ciudad ubicada en Alemania.


—Alemania… no me digas que…


—Justamente de eso quería hablarte hija, tendremos que ir a vivir a Alemania para lograr que la empresa no vaya a la ruina.


—Irnos a vivir a Alemania, ¡¿pero cuándo?, ¿por cuánto tiempo?!


—Eso no lo sé hija, probablemente…nunca podremos volver aquí.


—Nunca volveremos, debes estar bromeando padre, yo nací aquí, pertenezco a esta ciudad, tengo a mis amigas, la escuela, todo.


—Lo sé Catherine, y créeme que intente buscar otra forma de solucionar las cosas pero no existe, esta es la única opción. Desde que la sociedad con Bowery se termino muchas cosas comenzaron a salir mal.


—Esto no es justo papá, tú sabes bien que yo no podre soportar la distancia con esta ciudad y a su ambiente.


—Lo único que puedo decirte es que…lo lamento Catherine, créeme que lo lamento mucho. Quisiera que hubiera otra forma, pero no la hay.


Era la realidad y nada de lo que dijera o hiciera Catherine lograrían cambiarlo. Dentro de poco ella abandonaría su hábitat y la hasta hora vida social que tenia al lado de sus inseparables amigas.


Fin del flashback:


—Y eso fue lo que paso. — Terminó de contarle Catherine a la peli púrpura.


—No puede ser, tu padre no puede obligarte a cambiar tu vida sólo por sus negocios.


—Al principio pensé lo mismo Josephine, pero luego de pensarlo bien, me he dado cuenta que mi padre esta vez no tuvo alternativa. La división que tuvo hace unos años con el padre de Yvette afecto mucho a la empresa, mucho más de lo que él pensaba.


—Como puedes decir eso Catherine, si tu padre y el de Yvette no hubieran comenzado con este estúpido conflicto, nada de esto hubiera ocurrido.


—Eso lo sé Josh, de todas formas…ya no tiene sentido lamentarse. Es por eso…que quiero aprovechar todo el tiempo posible de tu compañía Josephine, y también estar junto a esa renegada de Lina.


—Catherine…¨ Porque tuvo que pasar esto ahora, mi relación con ella había mejorado tanto y ahora pasa algo así.¨


—Josephine.


—Sí, ¿qué pasa Catherine?


—Vayamos a divertirnos. — Le dijo con una sonrisa.


—Está bien Catherine, iremos a divertirnos.


Las chicas tomada la decisión de aprovechar el poco tiempo que les quedaba para estar juntas, decidieron ir a recorrer la ciudad y pasar un buen momento, el mejor posible para que nunca se lo olvidaran. Antes de iniciar su paseo, ellas fueron en busca de Lina, quien aún no estaba al tanto de lo que pasaba.


— ¡Tú padre es un verdadero canalla, el no puede hacerte esto! — Dijo Lina con mucha bronca


—Ya basta Lina, no venimos a amargar a Catherine, la idea es pasarla bien, así que deja de atormentarla.


— ¡Pero es que me da indignación este abuso de su parte, además…!


— ¡Lina! — Grito con furia Josephine para hacerle callar.


—Chicas, por favor no discutan por mí, esto…no es lo que quiero. — Decía una adolorida Catherine que se notaba que tenía muchos deseos de llorar.


Josephine quien era la principal persona que velaba por la felicidad de Catherine, se acercó a ella y poniéndole sus manos en los hombros de la muchacha comenzó a hablarle.


—Catherine, te prometí que pasaríamos un día inolvidable y eso será lo que haremos.


Catherine sólo pudo sonreír ante ese gesto de su amiga.


—Gracias Josephine.


Calmadas las aguas, las chicas iniciaron su día especial. Uno de sus destinos fue un cine antiguo, donde suelen pasar frecuentemente películas románticas de los cincuenta, de las cuales Lina era fanática.


—Es tan triste…por que George abandona a Clarice si ella lo ama tanto. — Mencionaba Lina entre llantos y secando las lagrimas con su pañuelo.


—No puedo creer que te guste estas películas Lina, ni sé como distingues sus lagrimas si esta todo en blanco y negro.


— ¡Tú que sabes de arte tetona, seguramente te gustan las películas modernas en que explotan los vehículos tan solo con el viento!


—Shhhh, silencio, no dejan escuchar. — Los gritos de Lina molestaron al resto del público que le pedía que guardada silencio.


—Ves lo que logras, por tú culpa me regañaron.


—Eso te pasa por bocona, cállate y termina de mirar esta antigüedad.


Las ya habituales peleas de Josephine y Lina lograban quitarle una sonrisa a Catherine, que sabía que muy pronto no podría vivir este tipo de situaciones.


El próximo lugar de salida era un enorme edificio en las cuales acudían miles de chicos y chicas para jugar con sus videojuegos.


— ¡Vamos fataliti, la fataliti! — Josephine se encontraba algo efusiva tratando de vencer en unos de sus juegos preferidos, el Mortal Kombat. — ¡Sí!, ¡Sí!, Sub Zero Wins, ¡Gane! — Gritó celebrando su victoria.


—Te gustan estos videojuegos, ¿verdad Josh?


—Claro que si, de niña solía venir frecuentemente a estos lugares.


— ¿Y siempre jugabas juegos de niños? — Preguntaba con curiosidad Lina.


— ¿Y quién te dijo que son juego de niños?, este tipo de entretenimientos no tiene distinción de sexos.


—Si tú lo dices…


El día estaba a punto de terminarse, pero había un último lugar a donde querían ir, ese era un parque de diversiones, el cual había sido elegido por Catherine. Luego de usar algunos de los juegos del lugar, las jóvenes se sentaron en una de las butacas.


—Que día tan agitado, estoy exhausta.


—Yo también Lina y encima estoy sedienta.


—No digas más Catherine, enseguida voy a comprarte una bebida bien fresca para ti.


—Eres muy amable Lina.


—Enseguida vengo. — Lina se fue a buscarle algo para tomar a su compañera, dejando sola a Catherine y Josephine en aquella butaca.


—Lina es tan amale cuando quiere, en verdad tiene un buen corazón. — Catherine hablaba pensando que su acompañante la estaba escuchando, sin embrago Josephine estaba con otra cosa en su mente.


—¨ Tengo que decírselo, ella se irá después de esto, es mi última oportunidad.¨


— ¿Que pasa Josh?, ¿piensas en algo?


—Catherine…


— ¿Eh?


—Yo…yo…


—Dime con confianza lo que tengas que decirme Josh, sabes que puedes… — Lo había hecho, Josephine tomo ese valor que le faltaba y antes de decir nada, hizo lo primero que se le cruzó por la mente, robarle un beso a la persona por la que tanto espero durante todo este tiempo. Después de hacerlo dijo las palabras que quería decir.


—Me gustas…Catherine.


La expresión de Catherine indicaba que ella no encontraba respuesta a lo hecho por su amiga, ¿qué decisión tomará ella ahora?




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