Mi lado Femenino

CAPITULO VII: CHICA PELIGROSA




Aarón detuvo la posible riña entre las chicas, ¿pero que plan tendrá en mente el fervoroso amigo de James?


—Habla de una vez Thompson, ¿de qué idea hablas?, viniendo de ti seguramente sea una tontería. — Decía irónicamente Yvette.


—Claro que no es ninguna tontería.


— ¿Y qué es lo que has pensado Aarón? — Preguntó inocentemente Catherine.


—Se me ha ocurrido que podrían solucionar sus diferencias con un pequeño desafío.


— ¿Un desafío?, ¿y cómo de qué?


—Pues que les parece…lucha en el barro. — Tal tontería sugerida por Aarón solo fue violentamente recibida por el coscorrón que impacto Josephine en su descabellada cabeza.


— ¡¿Esa era la gran idea que tenias?, pedazo de idiota! — Apretaba su puño deseando darle otro golpe a su tarado amigo.


—Ouch, perdona Josephine, creía que era una buena idea.


—Espera pechuguín. — Dijo de repente Yvette. — Más allá de la tontería que dijo este descerebrado, creo que es una buena idea que nos midamos en alguna competencia.



— ¡Y tú deja de decirme pechuguín!, ¡bruja consentida!


—C-Cálmate Josephine. — Intentaba Catherine bajarle los decibeles. — Tal vez Yvette y Aarón tengan razón, podría ser una buena manera de resolver nuestras diferencias con ella mediante una competencia.


—P-Pero Catherine…


—Dime una cosa Yvette, ¿qué clase de competencia seria?


—Les dejare que ustedes decidan eso, después de todo yo me las ingenio en cualquier actividad que se me asigne.


—Presumida.


—Dime lo que quieras pechuguín, pero una vez que te humille delante de todos los alumnos, ya dejaras de ser la celebridad de aquí, y eso va para ti también Catherine.


—No tengo miedo de perder Yvette, ¿y tú? — Le pregunto Catherine con un tono desafiante.


—Ja, con qué quieres hacerte la ruda Catherine, está bien…cuando decidan de que es la competencia contáctenme inmediatamente, ¡vámonos chicas! — Tras decir eso Yvtette y sus amigas se marcharon, dejándole el resto a Catherine y Josephine.


—V-Vaya Catherine, estuviste grandiosa.


—Jajaja, ¿tú lo crees Josephine?, creo que solo me quise hacer la ruda como dijo Yvette, pero ahora que lo pienso, me parece que se me fue la mano.


—No te preocupes, estoy segura que venceremos en lo que sea a esa tonta de Yvette.


—Eso espero.


—Disculpen chicas, pero… ¿ya quedo descartado lo de la lucha en el barro? —Volvía a insistir Aarón.


— ¡Claro que sí! — Respondieron ambas cansadas con la insistencia de Aarón.


Ya con el asunto del desafío totalmente decidido, Josephine y Catherine debían pensar en que actividad hacer para competir contra Yvette y sus amigas. Las dos se reunieron después de clases en un Café, intentando ponerse de acuerdo en cuanto a la decisión que iban a tomar.


— ¿Qué te parece Tenis? — Sugería Josephine.


—Mmm, no soy muy buena en eso Josephine, lo siento.


—No te preocupes, veamos… ¿Natación?


—Tampoco…soy buena en eso.


— Ah, no hay problema Catherine, a ver… ¿Básquet?


—No.


— ¿Hándbol?


—No


— ¿Fútbol?


—No.


Después de un ida y vueltas de opciones sugeridas por Josephine y siendo rechazadas por su compañera, finalmente la chica tímidamente se confesó con ella.


—Josephine, es que…veras…yo en realidad no soy muy buena en los deportes.


— ¿En serio?


—Sí, el último año reprobé educación física y tuve que rendirla yo sola.


— ¿Reprobaste…educación física?


—Seguramente piensas que soy una holgazana, ¿no es así Josephine?


—No, no, no, que va, si eso no tiene nada de malo, todas las personas no somos buenas en algo. ¨ Con que Catherine tiene algún que otro defecto, bueno, siendo tan bonita no necesita de nada mas.¨


—Ahora lo malo es que haremos en la competencia.


—Tendremos que pensar en alguna actividad que no tenga nada que ver con el deporte. — Josephine trataba de encontrar algo que fuera mínimamente sencillo para hacer con tal de ganar en ese desafío contra la soberbia de Yvette.


Mientras ellas seguían pensando que hacer, una jovencita ingresaba al mismo café en el que estaban, tal chica llamo la atención de Josephine y Catherine, que parecían conocerla.


—Oye Catherine, ¿ella no es Lina?


—Sí, es Lina Trice, va a nuestra misma clase.


—Ella siempre fue una chica muy inteligente, ¿no crees que podría ayudarnos a pensar en una buena actividad?


—Podría ser…pero generalmente es muy reservada, además yo tengo poco trato con ella, quizás sea algo atrevido de mi parte pedirle ayuda.


—Tú déjamelo a mí Catherine, vas a ver como la convenzo.


La chica de cabello purpura se levanto de su asiento y se acerco con cuidado a donde estaba Lina, que estaba esperando una bebida que había pedido. Para tratar de llamarle la atención comenzó toser, cuando pudo lograr su objetivo de que Lina la notara, Josephine inicio su estrategia.


—Hola, ¿como estas?


—Hola, disculpa… ¿te conozco?


—Oh, claro que si, soy Josephine Flowers, la nueva chica de tu clase.


—Josephine…Flowers, ah, creo que ahora te recuerdo bien, eres la estudiante de intercambio.


—Sí, ya me recordaste. — Contestó alegre, pero algo raro estaba pasando con Lina, ella parecía que estaba algo molesta y miraba con cara de pocos amigos a Josephine.


Enseguida Lina se puso frente a frete con Josephine y comenzó a hablar.


—Ahora que lo recuerdo, tú eres la alumna que reemplaza momentáneamente a James.


—Exactamente.


Ya la cara de Lina estaba más trasformada que nunca, y sus ojos parecían echar fuego. Josephine comenzaba a sospechar que esta chica tenía algún problema con ella.


—S-Sucede algo.


—Tú… ¡quiero que te marches cuanto antes de la escuela!


— ¿C-Como…dices? — Preguntaba bastante asustada por la extraña aptitud de Lina. — ¨ Oye, oye, la Lina que yo recuerdo era sumamente pacifica y amable, ¿qué pasa ahora con ella? ¨


La chica a quien le pedirían una mano al parecer desea sólo la cabeza de Josephine como sacrificio, ¿Qué clase de relación tendrán estas dos?




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CAPITULO VIII: EL EXPLOSIVO CARACTER DE LINA




Lina prácticamente estaba a punto de abalanzarse sobre el físico de Josephine, viendo esto la compañera de la peli purpura tuvo que tomar cartas en el asunto.


—H-Hola Lina, creo que estas malinterpretando las cosas. — Decía Catherine metiéndose en medio de las dos. — Josephine solo quiere hacer amistad contigo, eso es todo, no lo tomes a mal.


— ¿Amistad conmigo?


—Sí, es que me pregunto sobre las chicas de la clase y yo le dije que tú eras una buena compañera.


— ¿Tú…le dijiste eso sobre mi?


—Sí. — Contesto Catherine con una enorme alegría, tratando claro de apaciguar las aguas entre ella y Josephine. Por un momento las cosas parecían estar calmándose entre las chicas.


Mientras tanto en la escuela General Martins, la directora Brenda Evans estaba en su oficina haciendo alguno que otros papeleríos correspondientes a diferentes asuntos de la institución, pero por unos momentos que tomo para descansar y relajarse, comenzó a pensar en la situación de James.


—¨ Mmm, me pregunto si podrá aguantar esta vida como chica. Pobre James, seguramente le está costando demasiado, sin embargo…ella merece disfrutar este corto tiempo también, verdad…Anna.¨— Mientras pensaba, Brenda miraba una vieja fotografía donde estaba ella junto a una pequeña niña de cabello púrpura.


Interrumpiendo esos pensamientos, el sonido de alguien golpeando la puerta avisaba en la oficina de la directora.


— ¡Adelante! — Dijo ella no sin antes esconder esa fotografía entre algunos de sus libros.


—Permiso directora Evans, necesito hablar un momento con usted.


—Oh, eres tú Yvette, ¿dime que se te ofrece?


—Tengo algo que hablarle, es con respecto a esa nueva chica que ha ingresado.


— ¿Te refieres a Josephine?


—Así es, se trata de ella.


—Bien, te escucho Yvette.


Al ponerse hablar, Brenda sentía un poco de nervios, creyendo que podría tratarse de algún problema grave que tenía relación con Josephine, chica a la cual parece tenerle mucho cariño. En cambio pudo darse cuenta que el tema de conversación de Yvette era con respecto a la competencia que tendría ella y sus amigas contra Josephine y Catherine, como era de esperarse, ni siquiera esta arrogante chica podía pasar por arriba de las autoridades del colegio, así que debía tenerlos al tanto de la situación.


—Y eso fue lo que paso. — Yvette terminaba de contarle lo sucedido.


—Mmm, ya veo…— Respondía Brenda pensativa. — Por lo que veo no te cae bien Josephine, creí que solo tenias esa bronca en contra de Catherine.


—Es en contra de cualquiera que quiera superarme en esta escuela. Usted directora sabe muy bien la importancia que lleva el apellido de mi familia en esta institución.


—Sí, lo sé, tu abuelo fue el fundador de esta prestigiosa escuela, eso lo sé perfectamente Yvette, de todas formas…eso no te da derecho a reclamarle nada a nadie. Creo que cada quien se gana su prestigio mediante sus acciones, ¿no te parece?


—Y eso es lo que planeo hacer. Les demostrare a esa dos quien soy yo, todo legalmente y ante los ojos de todos.


—Siempre tan confiada, está bien, permitiré que se haga esa competencia, pero ten en cuenta algo, no te pases de lista con Josephine y su amiga, porque si me llego a enterar que les hiciste alguna sucia jugarreta, te puedo asegurar que ni siquiera tu familia podrá ayudarte, ¿lo entiendes? — Le preguntó en tono de advertencia.


—Si…lo entiendo. — Le contesto mirándola a los ojos.


—Muy bien, entonces estaré esperando que me confirmen el día y la competencia, por cierto, ¿de qué será?


—Eso aún no lo sé, les deje a ellas la opción de elegir, espero que ya se hayan decidido.


Precisamente Josephine y Catherine estaba en eso, aunque ahora Lina las estaba ayudando a decidir.


—Con que las actividades deportivas no son tú fuerte, ¿verdad Lorenz? – Preguntaba Lina con seriedad.


— ¿Eh?, s-si. — Decía Catherine apenada.


—Bueno, a decir verdad… ¡¿Cómo es que tienes este cuerpo tan fenomenal sin hacer ejercicios?!


—N-No es tan así Lina, yo salgo a correr todas las mañanas, pero sólo eso.


Calmada un poco la endemoniada Lina (Si que parece el diablo esta chica), ambas siguieron buscando la actividad perfecta para…un momento ¿dije ambas?, creo que me olvido de alguien…


— ¡Oigan ustedes dos!, ¡¿acaso estoy pintada?! — Ahora recuerdo, faltaba Josephine.


— ¿Y tú qué quieres tetona?


— ¡No me hables así Lina, apenas me conoces!


—Sí, como digas, pero ten cuidado, me sacaras un ojos con esa enorme delantera.


— ¡¿Qué dijiste?!


— ¿No me digas que los pechos te tapan los oídos también?


—Me tienes harta cuatro ojos. — En referencia a los lentes que usaba Lina. — Voy a darte tu merecido. — y comenzó a arremangarse para darle una buena golpiza.


—Espera Josephine, cálmate, de esta forma no lograremos ningún avance. — La pobre de Catherine trataba de detenerla agarrando a la peli púrpura con todas sus fuerzas, aunque claro, Josephine fácilmente podría librarse de ella (¿que más esperaban si es un hombre?)


—Suéltame Catherine, solo le voy a desfigurar un poco el rostro y nada más.


—No lo hagas. — Decía mientras hacía fuerza para sostenerla. — Necesitamos de ella para pensar en una buena actividad para competir.


—Ha, no me extraña que necesites de mi ayuda Lorenz, esta bruta parece que solo sabe pelear. — Dijo Lina molesta con la situación. — Compórtate tetona, cualquiera diría que te comportas como un hombre.


—¨ ¿Como un hombre?, maldición, esta chica me saca de mis casillas.¨


—Por favor Josephine cálmate, sólo le pediremos su consejo y nada más, hazlo por mi amiga.


Ante tal pedido de su amada, Josephine no podía darle mas rabietas a su querida Catherine, así que tragándose el orgullo, ella tuvo que hacer algo que no estaba en su diccionario.


—P-Perdón Lina, lamento…mi comportamiento.


— ¿Cómo?


—Y-Ya escuchaste, te pido perdón por comportarme así.


—Por favor Lina acepta sus disculpas y ayúdanos. — Agregaba Catherine.


—Está bien, te perdono, de todas formas, creo que yo también me pase un poco contigo tetona, lo siento también.


—No pasa nada Lina, dejémoslo así. — Contestó Josephine aceptando sus disculpas.


—Bueno ahora que todas somos amigas, ¿Qué les parece si vamos a mi casa y discutimos sobre el asunto de la competencia?, ¿Qué dicen? — Sugirió Catherine a las dos chicas y ambas aceptaron.


Ya yéndose las tres de aquel café, iban prendiendo su marcha hacia la casa de Catherine, mientas ella quería averiguar algo con Lina acerca del porque del exabrupto contra Josephine.


—Oye…Lina, ¿puedo preguntarte algo?


— ¿Y ahora qué pasa Lorenz?


—Es que me estaba preguntando…tu siempre has sido una chica muy amable, sin embargo hoy te comportaste muy dura con Josephine, y en verdad no creo que ella te haya hecho nada malo.


—Sí, se a lo que te refieres.


— ¿Entonces?


Ante la pregunta, Lina se detuvo y le contesto.


—Es que mientras Josephine siga en la escuela…James no estará aquí. — Dijo con algo de tristeza.


— ¿James?


—Oigan, que están esperando, se están quedando demasiado. — Decía delante de ellas Jospehine, quien venía caminando mucho más aprisa que las dos y tanto Catherine como Lina siguieron su rumbo, aunque esa confesión de la última había quedado vagante en el pensamiento de Catherine.


—¨ ¿Por qué Lina habrá mencionado a James?, ¿Será que ella…?




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CAPITULO IX: DECISION TOMADA Y UN BUEN CHAPUZÓN




En la enorme mansión de la familia Lorenz, una de las más adineradas de la región, un grupo de tres chicas estaban pensando en la futura competencia que tendrían contra Yvette, obviamente debían pensar en algo que les diera posibilidades de ganar.


— ¿Precisan algo más chicas?


—No te preocupes Catherine este té es magnífico y las galletas son deliciosas. — Respondió Josephine mientras se deleitaba con las galletitas.


—Si sigues comiendo así vas a engordar más tetona.


— ¡Cállate Lina, nadie te pregunto!


—Por favor chicas no empiecen, creo que lo mejor será resolver nuestro problema cuanto antes, seguramente Yvette está impaciente esperando por nuestra decisión.


—Tienes razón Catherine. — Bajo la tensión la tetona…digo Josephine. — Bien, quedamos que una competencia deportiva no dará resultado, entonces… ¿de qué podría ser la competencia? — Poniéndose a pensar.


— ¿Hay algo que sepan hacer en lo que destaquen? — Preguntaba Lina.


— ¡Nada! — Respondieron de inmediato las dos.


— De verdad si no fueran bonitas serian un total desastre, ¿Es que acaso se están rascando todo el día?


—Yo sé hacer pasteles. — Decía Catherine.


—Qué gran cosa, ¿y tú tetona?


— ¡Llámame por mi nombre!


—Lo siento, ¿dime hay algo que sueles hacer con frecuencia?


—Juego con la PlayStation, no sabes lo buena que soy jugando al Fifa 2013.


La cara de Lina lo decía todo, no era decepción más bien…


—Ambas son patéticas.


— ¡Oye, ¿a quién le dices patética cuatro ojos?!


— ¿Hay alguien más que ustedes dos aquí?


—Perdón Lina, es que no tengo ningún talento en verdad. — Decía apenada Catherine.


—No te disculpes Catherine, dime una cosa cuatro ojos, ¿acaso tú si tienes algún talento oculto?


—Es que yo no voy a competir en nada, son ustedes las que se metieron en esto. Pero ya que lo mencionas miss pechuguín, te enseñare algo que sé hacer muy bien, ¡síganme! — Lina salió de la casa y se dirigió a uno de los autos que tenia Catherine en su casa. — Catherine, ¿tienes las llaves de este auto a mano?


—S-Si, ¿acaso quieres dar una vuelta?


—Sí, ¿me dejas?


—Claro Lina, toma. — Ella le entrego las llaves del auto y la chica subió, claro ni Catherine y mucho menos Josephine sabía que pasaba por la mente de esa chica.


— ¿Será que le salió ganas de pasear de repente?


—No me lo preguntes Catherine, para mí que se volvió loca.


Cuando Lina puso en marcha el motor de la Ferrari que Catherine le prestó (Hay que tener dinero para prestar semejante auto), con una velocidad que ni Sebastián Vettel podría igualar con su fórmula 1, comenzó a dar vueltas alrededor de la casa, como si fuera toda una corredora de autos, cuando ya pensó que era suficiente exhibición para sus amigas, se detuvo en frente de la casa de Catherine, dejándole la marcas de las ruedas en el suelo.


—E-Eso fue genial. — Comentaba con gran impresión Catherine.


—Tal vez sea hija de Schumacher. — Contestó con la misma impresión Josephine.


—Y bien… ¿Qué les pareció? — Les preguntó Lina ni bien bajo del auto.


— ¡Eres increíble Lina!, ¿Dónde aprendiste a manejar así?


—Es algo natural, mi padre tiene un taller mecánico, mi abuelo también, en fin, he vivido rodeada de autos toda mi vida, se muchas cosas sobre estos bebes.


—Con razón pareces un hombre.

​

— ¡¿Qué dijiste pechuguín?!


Justo antes de comenzar a pelear nuevamente con Lina (ya se había hecho una costumbre), a Josephine se le ocurrió una idea en ese momento.


—Un momento…eso es…


— ¿Qué pasa Josephine?


—Es que creo que ya tengo una idea sobre de que será la competencia Catherine.


— ¿En serio?

​

—Sí. — Dijo con una cara de disfrute. — Ahora si verá lo que le espera a esa ricachona consentida de Yvette.


Como si la hubiera estado llamando justamente, Yvette había llegado a la casa de Catherine, estaba ya cansada de esperar la decisión de las chicas y quería definir el asunto de una buena vez.


—Espero que esas tontas ya se hayan decidido.


Al abrirse la puerta, el mayordomo de la mansión Lorenz recibió a la impaciente ricachona.


—Hola señorita Bowery, ¿se le ofrece algo?


—Hola, vengo a ver a Catherine, ¿se encuentra en casa?


—Sí, la señorita Catherine esta ahora mismo reunida con dos amigas.


— ¿Dos amigas?, ¨ Imagino que una es la tetona, pero… ¿quién será la otra? ¨— Podría anunciarme, necesito habar con ella.


—Oh, no hace falta hacerlo señorita Bowery, pase usted.


— ¿Esta…seguro?


—Por supuesto, la señorita Catherine parecía estar de muy buen humor, si recibe otra amiga seguramente será aún más feliz.


—Ah, claro, ¨ Si, como no, como si yo quisiera ser amiga de esa tonta.¨


Al ingresar a la casa, Yvette se dirigió a la pileta que Catherine tenía en su patio trasero, ya que el sirviente de la mansión le dijo que ella se encontraba allí después de haber estado un rato largo encerrada en su cuarto con sus dos amigas.


Obviamente las tres chicas estaba preparadas para meterse a la pileta, y la primera de ellas en meterse era Josephine, quien ya estaba arriba del trampolín para hacer una espectacular caída.


— ¡Ten cuidado Josephine, no te vayas a resbalar! — Le gritaba desde abajo la dueña de casa.


—No hay cuidado Catherine, con los enormes flotadores que lleva con ella seguramente va a rebotar contra el suelo.


— ¡Te estoy escuchando Lina, ya verás cuando baje de aquí!


— ¡Ya, deja de hacerte la gran cosa y salta de una buena vez!


— ¡Mírame Catherine!


—Si estoy viéndote Josephine, ¨ Caray, en verdad salta de una buena vez Josephine, eres demasiado vueltera¨


—¨ Catherine me está viendo, es mi oportunidad para lucirme delante de ella. Que lastima que tenga este cuerpo, aunque viéndome bien…hasta yo misma me gusto, sí que son grandes estos pechos.¨


Después de dar varias vueltas para saltar del trampolín, aproximadamente media hora, (si que eres vueltera Josephine), nuestra sensual amiga de cabello púrpura realizo su ultra espectacular y fantásticas clavada, bueno no fue tan fantástica en realidad, pero sí lo hizo bien, aunque para desgracia de la visitante que acababa de llegar, toda el agua que salpico cuando cayó fue dirigido a la ricachona presumida.


— ¡Tú…me lo hiciste a propósito tetona del demonio! — Decía con mucho enfado Yvette toda empapada.


—Hola Yvette, oye, ¿está lloviendo? — Le pregunto Josephine haciéndole enfadar aún más a Yvette, que se tiro a la pileta con ropa y todo y comenzó a agarrase de los pelos con la tetona.


Pero hablando de todo un poco, chicas y la competencia ¿de qué será?




PROXIMO CAPITULO: COMPETICION SOBRE RUEDAS

 

CAPITULO X: COMPETICION SOBRE RUEDAS




Luego de refrescar un poco las ideas en la piscina de Catherine, las chicas finalmente habían comunicado su decisión a Yvette acerca del desafío que llevarían a cabo.


— ¿Una carrera de autos?


—Así es Yvette, no hemos decidido por una carrera de autos.


— ¿Estas bromeando tetona?

​

— ¡Por supuesto que no es una broma, hablo muy en serio ricachona!


—Vaya…creo que en verdad eres una idiota.


— ¡¿Cómo?!


—Ya, ya Josephine, tranquilízate. — Dijo Catherine con su habitual amabilidad. — ¿Y bien…? aun no has respondido Yvette, aceptas la carrera ¿sí o no?


—Está bien, ya les había dicho que sin importar que fuera yo les ganaría, esto no cambia nada.


— ¡Eso está por verse ricachona! — Enfurecida contestó Josephine.


En tanto, Lina era testigo de tan amena charla de sus compañeras con la ricachona, precisamente Yvette noto la presencia de nuestra experta en autos.


—Por cierto… ¿Qué tú no eres Lina de nuestra clase?


— ¿Eh?, si, soy yo, ¿Por qué?


—Es que no entiendo que tienes que ver en todo este asunto.


—No es que me interese mucho este asunto, pero Catherine me pidió ayuda para elegir lo que harían en la competencia.


— ¿Y por qué te pidieron ayuda?


—Ya deberías imaginarte, el microscópico cerebro de esta pechugona es ineficiente para idear algo.


— ¡¿Qué dijiste Lina?!


— ¿Lo ves?, que te dije.


—Oye… ¡Tienes mucha razón! — Mencionaba emocionada Yvette al ver que alguien tenía la misma opinión con respecto a la pechug…Josephine. — No sé porque pero creo que nos llevaremos muy bien.


—Es verdad, oye, me encanta tu cabello, esta tan brillante, ¿Cómo lo mantienes así?


—Oh, veras, todos los días le hago un tratamiento capilar que no sabes lo que cuesta, pero es muy efectivo.


Viendo como hablaban con tanta familiaridad, Catherine pensaba que se trataban de amigas de toda la vida.


—Parece ser…que simpatizan mucho.


— ¡Hey Lina, ¿tú de qué lado estas?!


—Cielos, creo que esta vez esta descerebrada tienes razón, lo siento Yvette, pero por el momento pertenezco al equipo de Catherine y…bueno, de esta cosa que tengo al lado. — Lo decía despectivamente por Josephine.


— ¿Cómo te quedo el ojo ricachona? — Dijo Josephine.


—Ja, como quieras Lina, pero déjame decirte que te uniste al equipo equivocado.


—Bueno, tendré que correr el riesgo Yvette.


—Está bien, ya que se han decidido por la carrera de autos, yo pondré fecha, día y hora que iniciara la competencia. Mis amigas también van a participara, ¿de acuerdo?


—No hay problema ricachona, mientras más brujas derrotemos será mucho mejor.


—Ya lo veremos.


Yvette se retiró de la mansión Lorenz con todo ya decidido y con la firme intensión de derrotar a Catherine y sus amigas como sea, sin importar que hiciera para conseguirlo.


—¨ Ya verás pechugona y tú también Catherine, les demostrare que tan peligrosa puedo llegar a ser.¨ — Pensaba para si Yvette mientras se iba de la mansión.


Mientras tanto Catherine que se había quedado en casa junto a Josephine y Lina, estaba algo intranquila por el gesto de Yvette de suma confianza.


—Creo que no debiste provocarla tanto Josephine, Yvette parecía estar muy segura de sí misma, tal vez no tengamos oportunidad de ganarle.


—Pamplinas Catherine, veras como le hago tragar el polvo a esa tonta.


— ¿Si?, ¿Segura? — Dijo Lina dudando de sus dichos.


—Tu cierra el pico Lina, por poco y casi te unes al equipo enemigo, ¿Qué es eso de hacer amistad con nuestro ponente?


—Pues para que lo sepas, yo no tengo ningún problema con Yvette, al contrario, no creo que sea una persona tan mala.


— ¡Eso lo dices porque no viste como trato a Catherine, se porto como una verdadera canalla!


Lina obviamente desconocía por completo el altercado que anteriormente tuvo Catherine con Yvette, ya que solo las amigas de la ricachona y Josephine fueron los únicos testigos de la discusión.


— ¿Es cierto lo que dice Josephine? — Le pregunto Lina a Catherine.


Catherine al recordarlo puso una cara de tristeza que claramente le indicaba a Lina que lo dicho por Josephine era verdad.


— ¡Anda Catherine, cuéntale a esta a cabeza hueca lo que esa bruja de Yvette te dijo, cuéntale!


—Yo…prefiero no hablar sobre ese asunto Josephine.


—Pero tienes que contarle a esta tonta que…


— ¡Dije que no quiero hablar del asunto y punto! — Con lagrimas en sus ojos y mucha bronca, Catherine se fue de la piscina para encerrase sola en su cuarto.


Las dos chicas que se quedaron viéndola irse con esa bronca, no entendían el por qué de tanta tristeza.


—Catherine…— Pensaba preocupada Josephine.


— ¿Acaso fue tan grave lo que le dijo Yvette a Catherine para reaccionar así?

​

—Ya que lo mencionas Lina, recuerdo que Yvette le dijo a Catherine algo sobre su padre y acerca de los negocios corruptos que él tenía.


— ¿Negocios corruptos?


—Sí, eso fue lo que le dijo. No me extraña que se enoje tanto, cualquiera reaccionaria así si le hablaran de esa forma de su padre.


Josephine no se daba cuenta que Lina quedo pensativa, como tratando de relacionar el tema en cuestión y al parecer, algo recordó ella al respecto de la familia Lorenz.


— ¿Qué te pasa Lina?, parece que ahora tú estás distraída.


—N-No me pasa nada, sólo…recordé algo sin importancia.


Pasado unos minutos, el mayordomo de la casa le informo a ambas que Catherine quería estar sola y que la dejaran descansar por el momento. Josephine y Lina entendieron perfectamente que era hora de volver a sus casas. Primero para organizar todo para la competición y segundo para intentar aclarar algunos asuntos conflictivos que parecían algo complicados para resolver en lo inmediato.


Camino a su casa, Josephine seguía preocupada por esa reacción de su amada.


—¨ Me pregunto qué será lo que atormenta a Catherine. Si tan solo pudiera ser más confidente de ella, como quisiera ayudarla. ¨


Dejándose llevar por sus pensamientos camino a su hogar, Josephine se ilusiona con llegar al corazón de su querida Catherine, pero estando en el cuerpo de una chica eso sería muy diferente a como él desearía.




PROXIMO CAPITULO: LA ANGUSTIA DE CATHERINE