Explícito Mi Único Deseo (ShakaXMu) Yaoi

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 26 Abril 2025.

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  1. Threadmarks: Capitulo 21 (Motivación)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
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    Escritora
    Título:
    Mi Único Deseo (ShakaXMu) Yaoi
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    2080
    ---Un tiempo después---

    -Shaka, ¿Has pensado lo que te dije?- Uno de os ancianos de cabellos blancos y algo largo, entablaba una conversación con el joven rubio.

    -Mi postura no ha cambiado- Levanto levemente la cabeza, observándolo de una forma retadora.

    -¿Qué harás?- Camino delante del escritorio, con las manos en la espalda, mirando alrededor aquellos pergaminos y cientos de libros regados por todos lados.

    -Usted es el único que sabe lo que hare- Regreso a la lectura.

    -Trabajas demasiado- Levanto un libro que estaba tirado, boca abajo y abierto, lo comenzó a hojear –No has dormido, se nota en tu cara- Suspiro -¿Tanto significa ese Omega para ti?- Lo miro de manera inquisidora.

    No contestó, aparto la mano donde sostenía la pluma, sus ojos ligeramente abiertos, pues las noches en vela le estaban cobrando factura.

    -Tu silencio me lo confirma- Puso aquel libro en el escritorio –Solo quieres encontrar la forma, acabar con los Shadow’s y renunciar a tu puesto ¿Cierto?- Lo miro detalladamente.

    -Se lo he dicho antes y se lo repito- Dejo su lectura, para encararlo –Dejare este cargo, aunque jurara estar en el siempre, solo para que nadie toque a Mu- Frunció el ceño –Ese castigo, si debo recibirlo por abandonar mi puesto, lo aceptó, pero a él no lo lastimaran- Aquella mirada se denotaba amenazante.

    Cerro sus ojos, y dedico una sonrisa –Mientras no menciones tu verdadero motivo por el cual deseas irte, nadie tendrá que recibir un castigo- Aquel anciano, que se supone deberá hacer valer las leyes antiguas, como los otros dos.

    Sin embargo este hombre, parece tener un lado más humano, dándole la oportunidad a uno de esos líderes actuales de ser felices, pero no podían desafiar por completo las leyes sin consecuencias, le daba una estrategia, pero debía ser cuidadoso.

    No diría nada, se haría de la vista gorda.

    Existía un motivo por el que Rasgado hacia esto. Nunca conoció a su destinado, el amor no llego a su vida, así que aquello provoco que su ser fuera más serio y duro.

    Pero años atrás, cuando tuvieron que hacer valer la ley y aplicar aquellos castigos.

    Al final, se dio cuenta del dolor que causaba en los afectados, que el amor no debía ser así, si no disfrutarse, ser cuidado y protegerse.

    Comenzó a dudar mucho, sobre qué era lo correcto y si esto es lo que Atena hubiera querido para ellos.

    Por lo tanto, ahora después de cometer un posible error, deseaba ayudar a este joven líder enamorado, con la única condición de acabar con los Shadow’s.

    La razón por la que trabajaba día y noche.

    Pero… Pensar en que Aioros tuviera que… Dar su vida, es algo que no podía permitir.

    Además de que ese rubio no sería el apto, para tal sacrificio.

    Solo debía pensar en otra opción o ver algo que no estuviera observando con atención.

    ---Días después---

    -Señor Shaka- Esa dulce voz que solo añoraba escuchar cada día.

    -Hola Mu- Le dedico la mejor sonrisa, aun teniendo ojeras, pero ver a ese pelilila le regresaba la vida.

    Se sorprendió, dejando aquellas armas del rubio a un lado, sin pensarlo se le acerco, mirándolo preocupado.

    Si lo había logrado ver, pero tenía algunos días que se había encerrado en su estudio.

    El castaño, primer líder, también había hecho esto, buscar otra forma, pero a la vez pensaba que si era su destino, lo tomaría, creía que debía pasar un tiempo con quien amaba, sin decirle nada.

    Shaka, no quiere la muerte de Aioros, pero su motivo es solo poder estar con Mu.

    -Señor Shaka, ¿No ha dormido en días?- Se atrevió a tocar su rostro, sus suaves manos, que aún permanecían de esa forma, sin importar el trabajo de herrería que está practicando.

    Tenerlo así de cerca, la calidez en sus mejillas y ese dulce aroma que el pequeño fauno está despidiendo de manera natural, aun con la inocencia en sus ojos.

    -No, no he dormido muy bien- Aprisiono aquellas blancas manos con las suyas –Pero no es nada de que tengas que preocuparte- Le sonrió, notando esas mejillas sonrojarse y esos ojos verdes con la mayor preocupación.

    -¿Por qué no duerme?- Bajo sus manos, y desvió algo la mirada, su corazón latía tanto que sentía que se le saldría.

    -Tengo que trabajar, es necesario…- Se perdía en el rostro del Fauno, pensar en el beso que robo, le traía ideas diferentes.

    -Pero… Debe descansar…- Junto sus manitas delante de su pecho, frunciendo el ceño.

    Sonrió, le parecía adorable, como ese pequeño lo lograba calmar, hacerlo sentir motivado para seguir, pensar en un futuro con él.

    Añoraba que ese corderito sintiera lo mismo.

    Su sueño se cumplirá, de eso no tiene duda, pues ya es una realidad.

    Suspiro, cerrando sus ojos, mirando al escritorio -¿En que trabaja?- No se atrevería a tocar aquellos documentos, pero sentía curiosidad.

    -En una manera de que las criaturas de oscuridad y sombra sean detenidas- Mirarlo es lo único que logra olvidar un momento todo su deber.

    Si no tuviera que mantenerse tan correcto, hasta después de ganar, en ese momento le confesaría su amor, y le pediría un beso.

    -Shura me conto sobre ellos…- Miraba los pergaminos –Son en verdad muy malos para nosotros, se reúnen en puntos donde el miedo y la angustia predominan, nacen de un abismo de oscuridad-

    Asintió, admiraba la capacidad de como el corderito aprendía con rapidez.

    -¿Puedo?- Pedía permiso, le daba curiosidad lo que había escrito.

    -Claro- Con su mano apoyada en la mejilla, sonreía tratando de disimular aquella acción.

    -Gracias- Sonrió mostrando sus dientes, dejando ver esos pequeños colmillitos, que lo hacían ver algo feroz y adorable.

    Ese corazón latía con mayor fuerza.

    Mientras Mu seguía leyendo aquellos datos, Shaka no dejo pasar aquella oportunidad y llevo su mano a aquellos sedosos cabellos lila, acariciarlos fue un pequeño delito que podía pagar.

    Creció, no tanto como se esperaba, pero… Ya se notaba que su edad aumento, en vez de pasar por doce, ahora mínimo quince, aunque ya cumplió dieciséis.

    Los cuernos del corderito, se notaban más, pero no lucían amenazantes.

    La cuestión fue, que Mu no reacciono de ninguna forma a ese contacto, parecía atrapado por la lectura.

    El rubio suspirando, con su semblante serio que siempre mostraba y con este pequeño, solo sonreía de manera directa.

    De pronto eso se volvió lejano, al ver como el fauno se giró a verlo, con miedo en su rostro, apretado sus labios, y unas lágrimas amenazando con salir.

    Esto alarmo al rubio, tomando los hombros de este –Mu… ¿Qué…-

    -No es verdad… Que… Usted… No puede morir… ¿Cierto?- No hablaba de manera correcta, su terror de pensar en esa idea que se vino o entendió por los pergaminos.

    -¿Qué?- Lo miraba atento, trataba de clamarlo.

    -¡¡¡AQUÍ DICE, QUE LA ÚNICA FORMA DE DETENER A ESAS COSAS… ES… CON UN SACRIFICIO DE LOS MÁS PODEROSOS DE LOS GREMIOS!!!- Alzo su voz, pensar en perder a ese rubio, le estaba partiendo el alma, una simpe vista a aquello y parecía romper su mundo.

    -Espera, cálmate por favor- Le susurraba suavemente, tomando ahora él las mejillas del pelilila, para que se vieran directamente a los ojos.

    -Señor Shaka… Por favor… Dígame… ¿Usted… No morirá? ¿Verdad?- Lloraba desconsolado, temblando su labio, se imaginaba que volviera a pasar, quedar solo, sin la persona que ama… No podría resistirlo de nuevo.

    Se giró a los documentos, que su amado corderito leyó y entendió lo que ocurría.

    -Mu, escuchar… Lo que leíste… Si es parte de nuestra historia, para lograr sellar esos monstruos… Pero… Lo que aquí refiere…- Suspiro, no sabía si debía contarle, pero quería calmarlo, escucharlo llorar, le dolía… Sus lágrimas son lo peor que podría ver. –Él que tenga mayor poder en el gremio es quien debería sacrificarse y el, segundo, sellar… Junto a los demás-

    Aun así esa explicación, no lograba calmar al pequeño, quien seguía llorando y aspirando su nariz.

    Le dio un fuerte abrazo, rodeo su cuerpo para atraerlo por completo al propio, debía calmarlo, entendía que su miedo venia de la pedida de su padre, aunque lo podría que Mu, se preocupara por el hecho de perderlo.

    Se estremecía por el contacto con Shaka, ese olor que le traía paz, se sentía seguro cada vez, de a poco asimilo las palabras que le acaba de decir.

    -El señor Aioros…- Abrió sus ojos de golpe, apartándose un poco del abrazo, por la sorpresa -¿Él debe morir?- Su boca quedando algo abierta.

    -Según esto… Si- Bajo su mirada, la idea no le agradaba en lo más mínimo.

    -No puede ser… Si eso pasa… Shura… Y él no…- Bajo su mirada, dejando escapar algunas lágrimas.

    -Por eso busco otra manera- Limpia sus lágrimas, para calmarlo, la voz suave de un alfa, solo se usa para tranquilizar a su destinado.

    -¿Enserio?- Levanto su mirada ilusionado.

    -No sé cómo lo hare, pero… Si existe otra posibilidad, la encontrare- Esta vez su mirada decidida no se podía ocultar con nada, aunque su mayor motivación esta delante, si el pequeño también quiere que estén bien los demás, cumpliría ese deseo, sin importar lo difícil.

    -Se supone… Que…- Pensó detenidamente, apoyando su manita sobre el mentón –Si ella, Atena dio su vida por este mundo, al igual que Hades y Poseidón… Ese es un gran sacrificio…- Dedico aquellas palabras, pensando un poco más allá, tal vez una forma de pensamiento fantástico, se dice que la verdad puede estar más clara o cerca de lo que se cree.

    Al escuchar aquello, se quedó pensando de igual forma, podría ese pequeño tener la razón en esto.

    El silencio se presentó de golpe, cada uno teniendo diferentes ideas, con el mismo objetivo.

    Mas el corderito rompió el hielo, girándose a ver al de ojos color zafiro, estaba dudoso en decirle esto.

    -Señor Shaka- No podía dejar de llamarlo de esta forma, siempre con respeto, pero aun así… Poder estar tan cerca del rubio, le traía una paz que pensaba nunca conocer.

    -¿Si?- Estando algo distraído pensando en ese detalle que descubría de a poco.

    Sonrió aunque el dolor se volvía presente –Quisiera… Saber… Si, algún día ¿Pueda acompañarme?- No sabía cómo seguir, se detuvo para tomar valor.

    Esto extraño el rubio, quien volvió a prestar toda la atención del mundo a Mu. -¿A dónde quieres que te acompañé?-

    -Quiero ir a ver… La tumba de mi padre… Pero… Sé que no podría hacerlo solo… Y me da mucho miedo, pero…- Levanto su vista, sonrojado, cero sus ojos, aunque tembló un poco –Con usted me siento tan seguro, que se… Que nadie podría lastimarme- Sonrió -¿Verdad que usted nunca se ira de mi lado?- Tomo las manos de Shaka, sujetándolas con fuerza.

    Esta acción, la petición… Que el fauno le daba, algo que solo él pudiera hacer.

    La seguridad, la necesidad que Mu presenta solo por él.

    Como deseaba en ese momento, abrazarlo, darle un beso y decirle que si quisiera justo en este instante, se irían a donde el papá de Shaka creció, del cual sabia y tenía derecho, aun quería hacer las cosas bien, para que en el futuro nadie pagara, sabía todo al pie de la letra.

    Apretó las delicadas manos y las beso, una muestra atrevida de amor, pero ambos no podían hacer o decir nada, solo dejar que sus miradas chocarán y los corazones se oirán.

    -Claro que si- Esa mirada azul se intensificó –Mu, yo te prometí que te cuidaría, te protegeré de ese…- Apretó su mandíbula, frunciendo el ceño levemente, pero la ira le estaba aumentando –Maldito que te quiera lastimar o cualquiera… Yo… Te defenderé- Suspiro, para relajar sus rasgos, que denotaban el odio que tenía hacia ese desgraciado.

    -No quiero que le haga daño-

    -Nada me pasara- Le devolvió la sonrisa –Iremos en cuanto terminemos de destruir los Shadow’s, incluso… Si se puede… Podríamos tratar de que este lejos de ese lugar que solo les causo dolor-

    Se sorprendió, asintiendo, sintiendo ganas de nuevo de llorar, pero se aguantó, solo sonrió, sonrojándose, pensando que debía tener suerte, que ese fue el único deseo de su padre y lo está logrando.

    -Gracias…- Sonrió, sin pensar lo abrazo, y le dio un beso en la mejilla.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 22 (Celo)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Una nueva mañana soleada, pareciera que la respuesta a los Shadow’s se estuviera revelando de a poco, teniendo una nueva idea, habiéndolo expuesto ante los demás, solo consistía en los otros gremios comprender y podrían planear un ataque, aunque fuera un intento es su única probabilidad.

    Mas hoy no se tiene que pensar en algo así.

    El tiempo de su celo Alfa, había pasado sin muchas dificultades, se tuvo el mismo que auto aíslo para no hacerle daño al pequeño corderito, que sin duda lo extraño durante esos cinco días en que no pudo verlo.

    Pero cuando paso aquello, verse nuevamente fue lo más maravilloso y el rubio entendía que debía ser paciente, Mu no está listo aun.

    Al fin de cuentas su cuerpo aún no ha experimentado su primer celo y eso sin duda es una dificultad muy grande, podría asustarlo, es lo que menos deseaba.

    Sin poder salir libremente, se sentía aun así feliz… Entendía que todo era por su bien.

    Shaka no lo dejaba solo, tratando de estar a su lado.

    Con mucho cufiado, tratando de pasar el tiempo, las sonrisas del segundo líder antes eran tan escasas, que creían que no tenía ese don.

    Ahora Mu había logrado tenerlas a diario, pero dedicadas a él.

    No podían existir acercamientos, mantener esa apariencia intacta, solo para que Mu estuviera a salvo.

    Este Omega había dicho que con solo estar al lado del rubio es feliz, se siente seguro y en paz, que ninguna maldad podría alcanzarlo.

    Más la guardia del gremio se había reforzado.

    Para evitar antiguos ataques, y ahora nuevos. Teniendo a quien proteger.

    No existían motivos para que un día tan hermosos se perdiera.

    Admirando unas hermosas flores, de un aroma suave y delicado, con el color de su destinado, todo podría ser calma hoy.

    No paso mucho, cuando pudo escuchar la angelical voz de aquel inocente corderito, que ha robado su corazón.

    -Buenos días, señor Shaka- Llego con él, para poder pasar un momento juntos, enseñándole algunos libros que el menor se había enamorado de la lectura.

    -Buenos días, Mu- La sonrisa que le dedica es tan expresiva, como deseaba en ese momento tomar su mano y besarla, para sostenerla por siempre y jamás dejarlo.

    -¿Cómo está? ¿Durmió bien?- Sus dudas de todos los días, interesado en saber el bienestar del rubio, además que cuando el otro no descansaba de manera correcta, el corderito se molestaba, haciendo un puchero y hasta atreviéndose a regañarlo.

    -Estoy bien y dormí perfectamente- Suspiro, desviando la mirada, se avergonzaba en lo que pensaba en las noches, pero es inevitable al poder contemplarlo durante el día. -¿Cómo estás tú?-

    Observaba las flores, y sin pensarlo comenzó a arreglarlas, quitándole las hojas que se habían marchitado, tenía una idea…

    Más aun le daba pena atreverse a más, aprendió tantas cosas en el gremio que quería hacer todo.

    -Dormí bien, anoche hable con Shura- Sonrió enternecido, sujetando algunas flores que corto –Me enseño a hacer coronas de flores, quiero hacer una para él- Las colocaba entre sus manos, para poder tener suficientes.

    -¿Enserio? Está bien…- Aunque fuera una simpleza, imaginar cualquier cosa hecha por las manos de Mu, seria hermoso… Pero no negaría que sintió celos de que tuviera esa atención con el cabrío, pero debían desaparecer aquellos pensamientos, después de todo… Ambos omegas se habían ayudado.

    -Se cómo hacerlas ahora, y practicare antes de ir con Yuzuriha- Le dedico una sonrisa, mas ser acerco al mayor, esas mejillas sonrojadas.

    Demasiada tentación, una cercanía que podría ponerlos en evidencia.

    Debía tratar de calmar la situación, no es como doble intención esa cercanía de parte del pelilila, pero este rubio si pudiera, en ese momento besaría de nuevo esos delicados labios.

    -Hare una para usted… Aunque bueno… No se… Si…- Su sonrisa de borró, algo apenado, apretando los tallos de aquellas flores, pues que le hacía pensar que ese joven gustaba de algo así.

    -Mu, si quieres hacer una para mí, la atesorare por siempre- Levanto el mentón del pelilila, conectar con las esmeradas, es lo que siempre desea hacer.

    El corderito, estar así con el rubio, provoco que su corazón latiera fuerte, sintiendo aquella necesidad de abrazarlo fuerte, y querer un contacto mayor.

    Sus mejillas ruborizadas, su mirada quería alejarla, por el miedo que esos sentimientos que están en él, pero el mayor no se lo permita, le pedía que lo observará.

    Tembló levemente, pero estaba tomando valor, había visto ese contacto entre parejas, se dan un beso… escucho de eso antes, que es una dulce muestra de amor.

    Esa palabra, ese sentimiento que solo crecía más en él, en Shaka en ambos.

    Sus manos rodearon la frágil figura del Omega, sintiendo la espalda del menor, se atrevería a besarlo, no podía esperar más.

    Además que Mu, acepta tal contacto, cerro sus ojos y continuó acercándose al rostro del rubio.

    Por fin su amor se podía fundir con un beso, estando solos, sabían que tendrían privacidad.

    Pero pronto un aroma demasiado fuerte, y hasta tentador se sintió en las fosas nasales del rubio.

    Sus zafiros se abrieron a mas no poder, sintió el aroma venir de quien estaba entre sus brazos.

    Eso era, sin duda entendía y sabía lo que significa ese hecho.

    Su mete comenzó a nublarse, pensando con sus instintos y no su mente, pero debía usar su autocontrol.

    Reacciono, cuando sintió al pelilila, respirar muy agitado, y pego su cuerpo al propio, teniendo la necesidad de apoyarse.

    Sus fuerzas comenzaron a flaquear.

    -Se…Se…ñor… Shaka…- Lo llamo, sujetando la ropa del pecho, levanto su rostro completamente rojo y algunas lágrimas saliendo de sus ojos –Me… Duele…- Su cuerpo estando calentándose gradualmente, sabía lo que ocurriera, pero… Nunca creyó que fuera así de aterrador.

    -¡¡¡MU!!!- Lo sostuvo con mayor fuerza, el peso del pelilila caía sobre él, y su débil voz le indicaba lo que sentía…

    ¿Cómo un aroma así podía desprenderse de un ser tan inocente y puro ante sus ojos?

    Solo él podía sentirlo, debía disfrutarlo… No podía dejarse guiar por esos instintos…

    Control, es lo que necesitaba.

    -Tranquiló… Estarás bien… No…- No podía articular palabras de manera coherente, sus instintos están revelándose a él mismo.

    Pero debía pensar con la cabeza fría.

    -Por favor… Ayúdeme… No… Ten… Go… Miedo…- Sus lágrimas cálidas salieron de aquellas esmeraldas, hubo un momento en que no pudo sostenerse, si no fuera por el rubio habría caído al suelo.

    El corazón del segundo líder, latía mucho… Sentía como su cuerpo se calentaba por esa cercanía, comprendía que estaría en problemas.

    No podría tomarlo así, no es correcto, aprovecharse de esa manera de esta situación.

    -¡¡¡¿MU?!!! ¡¡¡¿QUÉ ES LO QUE TE PASA?!!!- La voz alarmada de Shura logro llegar a los oídos del rubio, haciéndolo entrar en razón.

    Fue directo a ambos, notando el estado en que el menor esta, esto no era bueno.

    -Shura…- Lo llamo, aquella voz de todo un alfa, que en esta situación pedía solo una cosa –Llevarlo a su habitación… Es… Necesario, que se… Quede allí- Como le desgarra decir estas palabras, cuando quiere hacer otras cosas, mantener al corderito a su lado, solo para él.

    Asintió al mayor, su ceño fruncido no lo oculto, podía notar que como estaba el rubio y sin duda le molesto, que tuviera el pensamiento de querer profanar a un inocente.

    -Mu, tranquilo… Todo estará bien- Lo sujeto de los abrazos, para tratar de llevárselo.

    Pero aun con la petición de Shaka, este no lo quería dejar ir, tuvo que luchar contra sí mismo, para dejar de abrazarlo, ese agarre dominante.

    -No… Por favor…- Mu tampoco deseaba apartarse del mayor, se aferró a sus ropas con fuerza. Temblando por la excitación que sentía, su cuerpo siendo tan ajeno ahora, respirando con dificultad y sus mejillas ruborizadas –No me… Alejes…-

    -Mu, debes ir… Con Shura, es necesario…-

    -Quiero quedarme con ustedes…- Las palabras de ruego salieron de aquella boca temblorosa, había perdido fuerzas en las manos y tuvo que soltarlo, pero su llanto no se dejó oculto jamás –Tengo miedo… Por favor…- Ese rostro angelical aún permanecía, pero tenía un toque sensual, sin darse cuenta o ser apropósito, por el estado de su primer celo.

    Su mayor fuerza y punto débil, en solo un ser, una parte de él quería dejarlo ir, en su habitación estaría a salvo de cualquier Alfa, y hasta de él.

    Siempre lo debía mantener a salvo, si se atrevía a hacer más… Sería el peor error de su vida.

    Pero otro lado de su ser, como deseaba arrebatarlo de los brazos del peliverde y llevarlo a otro lugar, estar a solas, ayudarlo a calmar ese calor, besarlo, tocarlo, tomarlo.

    No podía dejarse llevar por eso, no ese día… Si lo ama de verdad, tiene que controlarse, todo esto solo causaría daño a Mu y no se lo perdonaría.

    Agradecía que el Cabrío tenia fuerza necesaria, para llevárselo a donde estaría a salvo, aunque Mu trataba de alejarse, no podía luchar su cuerpo se debilitaba gradualmente.

    Observando la escena, agradeciendo que es temprano, que muy pocos se enteraran.

    Ver su rostro alejarse, con aquellas lágrimas manchando su rostro, el rojizo de sus mejillas, pidiendo que no lo dejara, que solo a su lado podría estar a salvo, aquello le causaba estragos en su cuerpo también.

    Ese aroma que para él es el más fuerte y agradable de todos, le provocó una excitación muy grande, su miembro había despertado… Debía calmarse.

    Si no hubiera llegado Shura, si el tiempo transcurría más, tal vez habría ido a otro lugar, o no se sabía capaz de que tantas tonterías podía hacer.

    Después de todo había soñado ese momento, deseaba tomar al pequeño, pero no… Debía calmar su cuerpo como fuera.

    Mas el rostro de dolor del corderito lo perseguía, el amor y el deseo combinados en un cuerpo, solo provocaría que hiciera alguna tontería.

    Observó como aquellas flores que Mu, deseaba convertir en coronas, habían sido pisadas por ambos, destruidas en el suelo.

    Tomo una, la que estaba menos lastimada, justo el color lila, ese que lo volvía loco, a quien pertenecía su corazón, sufría pero si quería hacer algo, no aseguraría el bienestar de Mu.

    -Debo alejarme…- Es la decisión más dura, porque no importa si el sufre, lo soportaría, pero verlo como le rogaba que se quedara a su lado, que no lo dejara solo y lo que está haciendo.

    ---Habitación de Mu---

    -Señor Shaka…- Aun lo llama, con la poca energía que le queda y su conciencia, solo ruega que el rubio valla con él.

    -Mu, ahora no es posible- Sabia que en ese estado no lo escucharía, el celo de un omega, es de por sí muy agotador y su cuerpo e vuelve tan ajeno para los usuarios.

    Pero el primero será el más aterrador de todos, experimentar todo por primera vez.

    -Por favor… Shura… Quiero… Ver… Lo- Se aferró al peliverde, le rogaba que le trajera al rubio, su rostro demuestra el sufrimiento tan grande que sentía.

    Sentía tanta pena, pues lo ha experimentado antes, y aun hoy… No han sido capaces de pasar a otro nivel, pero todo es parte del plan que se tenía, pero sin importar duele, y mucho.

    -Ahora no… Debes esperar… Todo estará bien, solo tres días… En que…- Quiera consolarlo, dándole una abrazo, pero se no calmaría al otro.

    -Se cómo funciona… Por eso… Yo… Lo quiero… Lo quiero conmigo…- Su poca cordura está desapareciendo, temblando por las sensaciones tan extrañas en su débil cuerpo.

    -Pero… Si eso pasa, ambos estarían…- Es inútil hacerlo razonar, pero trataba, le preocupaba que el pequeño estuviera así.

    -Solo quiero… Abrazarlo… Si está conmigo así… Está bien…- Aun después de todo, lo que significa que un Alfa este con un Omega en celo, entendía las consecuencias, pero su conciencia le dictaba que solo un abrazo podía ser suficiente –O ¿Acaso…- Sus lágrimas volvieron a brotar, desesperado.

    -¿Mu?- No sabía qué hacer, al fin de cuentas ese pequeño lo quería tanto, como un hijo, no sabía cómo animarlo en estos momentos.

    -Ya… No soy nada… ¿Por qué?... No soy suficiente… No valgo… Nada… Yo…- Su respiración agitada, las fuerzas perdía y la conciencia igual, de a poco se fue quedando dormido, había estado sufriendo durante ese momento, creyendo que el rubio no está a su lado porque no lo quiere.

    ---Al atardecer---

    -Mu, está experimentando su primer celo- Se acercó al castaño, que se había estado preguntando el extraño comportamiento del cabrío.

    -¿Qué? ¿Ya lo sabe Shaka?- Se angustio pensando en que el segundo líder, hubiera hecho algo tonto, sabia los sentimientos y una tontería así.

    Suspiro resignado, cruzado de brazos, desviando la mirada hacia el suelo –Sucedió… Justo cuando estaban juntos esta mañana…- Toco su frente, negando con la cabeza –Esto será muy difícil para Mu-

    -Shaka se mantendrá alejado, nada malo pasara- Quería consolarlo.

    Mas este se apartó, frunciendo el ceño –No es justo… Aioros… Esto no es justo- Lo enfrentó directamente, ya estaba cansado de tener que ocultar aun lo que siente delante de otros.

    -Shura… Sabes…- No tenía armas con que defenderse, al final el peliverde va teniendo razón.

    -Sé que… Ambos son jóvenes, pero se sabe que son destinados, ambos se quieren y tener que sufrir por separados en su momento de celo, cuando… Podrían…- El enojo en su cara se veía, pero también cierta frustración.

    No le importaba mucho el dolor del rubio, pero si el de corderito, es horrible pensar que la persona que amas, no te quiere ni siquiera para solo tener sexo, lo ha experimentado cada tres meses, es lo que quería evitar.

    -Las reglas… Sé que son anticuadas, pero…-

    -¡¡¡PERO NADA!!! ¡¡¡SI YO PUDIERA AYUDARLOS PARA QUE ESTÉN JUNTOS, LO HARE!!!- Sentencio sin más… Alejándose del de cinta roja, cuando el cabrío siente algo tan injusto y afecta a alguien que quiere, sin duda hará lo que sea para apoyarlos.

    Pero… ¿Seria lo correcto?

    ---Habitación de Shaka---

    -Mu… Aaaaaah…- Se debía calmar a sí mismo, pero no es suficiente.

    Estando en completa soledad, se trata de calmar, no logro avanzar en nada, no cumplir sus responsabilidades, solo pensar en Mu, en ese rostro que le rogaba que no hizo nada por detenerlo a su lado, ese aroma aun lo seguía enloqueciendo.

    Pensar en su cuerpo, en la suave piel, el tocarlo, en hacerlo gemir, pronunciar su nombre, el abrazarlo y hacerlo suyo.

    Hecho la cabeza para atrás, dejando liberar su semen entre sus manos.

    Si no fuera porque su periodo se celo fue hace poco más de un mes, pensaría que estaba de vuelta, pero es lo que provoca el de un omega, y sobre todo tan fuerte como que Mu dejo sentir.

    Hacia extraños en el rubio, después de todo el corderito es su destinado.

    Ese lindo fauno es quien le corresponde ser su pareja toda la vida.

    -Aaaghh- Agitado, no dejaba de pensar en Mu, en tener esos pensamientos sucios, en solo querer estar a su lado y tenerlo para sí mismo.

    -No puedo… No debo hacerte esto…- Se regaña a así mismo, está siendo un desastre, pero ¿Cómo puede calmarse?

    -Pero… No quiero… Dejarlo solo, pero… Debo hacerlo- Se ruborizo demasiado, el sudor de su cuerpo, pensar de nuevo en la inocencia del pequeño, en que tendría que la oportunidad perfecta, pero no...

    Se calmó un momento, había pasado toda la tarde, haciéndose calmar a sí mismo, para que sus bajos instintos no lo dominaran.

    No tenía que ir por nada del mundo a la habitación de Mu.

    Pero… Haberlo visto… sentirlo, oler… No aguantaría más, debía ir…

    Como lucho por querer abrir esa puerta y caminar hasta donde está el pelilila…

    -Solo… Quiero estar a su lado, me controlare… Sé que puedo…- Tomando ese valor que se supone tendría, el autocontrol de años.

    Siempre se detenía al tratar de girar la manija… No sería capaz, o si… No se sentía confianza alguna.

    -Si le hago daño… Jamás me lo perdonaría…- Dio un golpe a la pared, es una gran frustración la que sentía… -Si hago algo así… Entonces nos iremos, no me importara nada, no me necesitan tienen el plan ya preparado, yo puedo irme, ser feliz con Mu lejos de todo el gremio…-

    Frunció el ceño, si su corderito lo necesita, estaría a su lado… Se controlaría todo lo que pudiera y si no logra resistir, encontraría la forma de controlarse, pero no lo podía dejarlo solo.

    Esta vez, su corazón se lo dictaba, solo debe mantenerse calmado y si no puede… Existían métodos, para que su excitación se calmara… Pero el miedo en esos ojos verdes, el terror de estar solo de nuevo, no podía hacer que Mu lo volviera a vivir, no si él podía estar a su lado en todo momento.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 23 (Entrega Mutua)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---Habitación de Mu---

    El pequeño cuerpo pálido del corderito, sufría el estrago del primer celo, una otra vez, sentía esas oleadas de calor intensificándose.

    Había pasado unas horas desde que volvió a despertar y se encontraba sin fuerza, sobre su cama, no probo bocado, ni agua, no sentía ganas de nada.

    Se abrazaba a sí mismo, llorando angustiado, portaba un camisón blanco pero se había ensuciado con su esencia, que goteaba de la puna de su pene y de su entrada.

    No era capaz de tocarse a sí mismo, se sentía tan avergonzado por sentir aquello.

    Su mente dando vueltas, se aferraba a sí mismo, pidiendo en su interior… Que el segundo líder fura con él.

    Rogando que llegara y lo abrazará, que le digiera que todo estaría bien, que no lo abandonaría.

    Sin embargo y como antes se ha visto, el celo hace estragos en la mente de cada Omega, y no es la excepción.

    Se lamentaba, pensando y creyendo que Shaka no iba, pro que al final realmente no lo quería, no lo ama, sino solo lo soportaba por ser un huérfano, porque sentía pena por ese corderito.

    La peor manera de atormentar a alguien.

    -Señor… Shaka… Lo necesito… Quiero estar a… Su lado…- Llorando, aferrándose a la almohada que tenía a su lado, abrazándola con fuerza.

    Tuvo antes la opción de tomar un supresor, Shura se lo ofreció, pero se negó a tomarlo.

    Existía una razón, que no la dijo con claridad.

    No importaba mucho al final.

    Sentía que la noche seria eterna, sufriendo en silencio, en soledad, sus lágrimas y gemidos se ahogaban en esas cuatro paredes.

    Sentía tanta vergüenza, miedo… Sabía la teoría, pero en el momento en que todo llego, su desesperación fue más aterradora de lo que creía.

    No podría sentirlo, su aroma que desprendía, esa esencia peligrosa para cualquier Alfa que solo se guiara por sus instintos.

    Trataba de dormir, pero no lo lograría, el calor lo inundaba, pero no se atrevía a quitarse aquella prenda, asustado cierra sus ojos.

    Pero de un instante se escuchó como la puerta se abrió, pensó de inmediato que se trata del peliverde oscuro…

    Sin embargó, al escuchar esa voz, al momento de cerrarla detrás.

    -¿Mu? ¿Estas… Bien?- No podría soportar ese dulce aroma, todo el lugar lleno… Sin duda tendría que controlarse.

    Se giró levemente, levantando su mirada, con las mejillas rojas, su boca abierta y jadeando, encontrándose con el rubio, aun alejado de la cama.

    -Se… Ñor… Sha… Ka…- Tembló al notarlo, pero su corazón acelerado no se tranquilizó, como deseaba en ese momento levantarse y abrazarlo, pero su cuerpo se había vuelto tan débil.

    Quiso intentarlo, pero no logro ni siquiera incorporarse.

    El rubio, se sentía tan temeroso, de lo que pasara… Su cuerpo reacciono de inmediato al aroma de ese Omega, no podría ocultarlo, pero… Ya no quería dejarlo solo.

    -Cálmate… Sé que… Estas asustado, pero…- Camino hacia quedar cerca de la cama, pero no se atrevía a seguir…

    Cada paso hacia delante, lo envolvía en cintos de imágenes, con ambos como protagonistas, en una unión que había estado deseando, pero que se reprimía en hacerlo.

    -¿Puede… Acercarse… Mas…?- La mirada verde, se fijaba en la azul… Quería sonreír, pero todo su cuerpo tan ajeno, le atemorizaba más.

    Antes ni por la mente se la había ocurrido hacer algo así con Shaka, solo pensaba en besos, abrazos y algunas palabras, pero… La acción, no…

    Y ahora… Quería que ese ubio lo tocara, lo besara, no solo sus labios, y que calmara este calor, solo ese rubio podría…

    Otros temores desaparecieron, pero aún quedaba que si seguían, dañarían al otro.

    -No… Mu…- Bajo su mirada, apretó sus labios y mandíbula con tal fuerza, que casi se hacía sangrar a sí mismo –Soy un Alfa… Estar aquí contigo… Ya es demasiado peligroso para ti… Pero…- Se quedó mudo al ver como el pelilila se incorporó un poco.

    Delgado, con su piel pálida, apoyándose con sus rodillas y una mano, aunque temblara, la que quedaba libre, la llevo su pecho, la prenda que porta, estando mojada de sudor, pero si viera debajo, esta de igual forma manchada de la propia naturaliza Omega.

    Ese rubio se pregunta, como alguien tan lindo e inocente, podría verse sensual y erótico en ese momento…

    Agitado, su corazón latió con mayor fuerza, no lo pensó más y fue directo al corderito, lo que hizo fue darle un abrazo.

    Aferrando el frágil cuerpo al propio.

    Sería algo malo, estando tan cerca de su destinado, con ese aroma que lo invitaba a hacer realidad sus deseos.

    Ambos cuerpos aun con ropa, estando calientes, sudando, los corazón latiendo, sus mejillas sonrojadas…

    Apretó con fuerza los brazos, casi marcándolos, pues se estaba conteniendo tanto.

    En sus momentos de celo… Imagino todo con lujo de detalle y ahora que se encontraba en el del Omega, no se atrevía.

    Y estando temiendo que el propio vuelva…

    Se sabe que cuando el celo omega llega, puede activar el de los Alfas.

    -Se… Lo que significa… Pero, no se valla… Por favor…- Recargo su cuerpo el del rubio, sintiendo ese calor que siempre lo reconfortaba y le hacía entender que todo estaría bien a su lado.

    -Mu… Arrrgg… Yo… No… Puedo resistirme a ti…- Sabia que su poca cordura y resistencia se desvanecería muy pronto, si seguía así… No podría garantizar la pureza de ese joven de cuernos.

    -Señor Shaka… Yo… Lo quiero mucho…- Dejo escapara la inocente declaración, no quería perderlo, queriendo trasmitirle sus sentimientos puros, que se convertían en pecado con cada instante juntos.

    Sus ojos zafiro se abrieron como platos, al escuchar aquellas palabras, es un “Te quiero”, no un Te amo, pero no era por falta de ese sentimiento, si no… Por qué temía tanto en seguir.

    -Si es con usted… Está bien… Pero… No se aparte de mi lado…- Alzo sus delgados brazos, rodeando su cuello y dejo escapara lágrimas, apoyado con sus rodillas –Se… Que… no debe… Estar con nadie… No quiero que le pase… Nada… Aaaaaaah…- Dejo escapara ese gemido, pues su cuerpo volvió a experimentar ese calor intenso.

    -No me iré nunca de tu lado…- Acaricio la suave piel de la espalda, provocando que ese aroma se desprendiera un poco –Te amo…- Perdió… Por completo estaba perdiendo, los años de entrenamiento había sido suficiente para los últimos meses, pero en este momento… Con su amado corderito, en ese estado, en esa habitación que se encontraba alejada, podrían…

    Un espalmo se sintió en su cuerpo, pero aun así logro levantar la mirada, contemplando que de aquellos zafiros la lujuria se veía proyectada, Mu le dedico una sonrisa, aun con todas esas sensaciones extrañas.

    Se acercó a los labios del mayor, y le doy un beso.

    No se acordaba es obvio, no es el primero que se daban, pero si consciente…

    Quiso darle esa prueba de amor sincero al rubio, pero no había tenido oportunidad, a como estaba en celo se encontraba desinhibido, mas… Aun se contenían poco, temía tanto hacerlo, sin embargó lo quería.

    Si seguía, el castigo por que alguien se enterara seria todas malas, pero… No dejaría que nada le pasara al pelilila, sin importar que, lo defendería… Si es que… Es el momento en que deban entregarse, en que su amor se desbordará, lo harían.

    Mas nadie, ni nada se atrevería a tocarlo, Mu seria suyo, es egoísta pensar que se volverá de su propiedad, pero un Alfa es así… Cuando el celo de su destinado empieza, el propio se dispara de repente y sin siquiera haberlo pensando así fue con él.

    No permitió que el corderito se apartará al momento basarlo, tomo su cabeza de detrás, y lo sujeto con fuerza, para que no apartara ese beso.

    Temía aun asustarlo, pero no permitiría dejar de saborear esos dulces labios, que le sabían cómo miel, introdujo su lengua, explorando al menor, al cual se quedó estático, mas disfrutaba ese contactó, y unas lágrimas salieron de sus ojos, dejándolas caer por sus suaves y rojizas mejillas.

    No hubo resistencia por ninguna de las partes.

    Por ese instante olvidaron todo a su alrededor, el gremio, los demonios de pasado, las dudas, todo quedo fuera de su momento especial.

    Con cuidado, este Alfa no se dejaría cegar por sus instintos primitivos, aún seguía cuidándolo, por el gran amor que le profesa.

    Lo recostó en la cama, aun conectados por su bocas, el beso se profundizo, las mejillas rojas, el sudor de ambos se presentó, la habitación se sentía tan caliente o era ambos.

    Se apartaron por falta de aire, un hilo de saliva los conecto un instante.

    Los ojos azules abiertos a medias, jadeando, ese beso fue el mejor que pudo sentir, el deseo impregnado en su mirada, ver a ese inocente corderito, acostado debajo de él, sus ojos cristalizados por el placer que comenzó a sentir por ese beso.

    Lo contempló por un instante, notando su piel desnuda de las piernas, ya lo había visto en su completa anatomía, pero no quiera pensar en ese momento.

    Si no quiera guardar mejor estos recuerdos en su mente, ver las marcas de su ascendencia Carnívora, las rayas de un tigre en los muslos, contrastaba muy bien con la piel pálida, los cuernos de corderito, es simplemente la imagen de la inocencia, que dejaría que lo profanará.

    -Aun… Estamos… A… Tiempo…- Aunque sus manos estuvieron a cada lado de la cabeza del pelilla, pensaba en calmarse, verlo tan a su merced…

    Que podría hacerle daño, al momento de unirse, le aterraba, pero… Quería tanto a Mu.

    -Yo lo amo… Si me ama… Por favor… Quédese esta noche…- Sonrió de lado, luciendo tan hermosos –Quédese conmigo… Toda la vida… ¿Si?-

    El rubio quedo embobado por el fauno, sonrió, acaricio la mejilla, deposito un beso en la frente.

    Y bajo a sus labios de nuevo, mientras sus manos recorrían el cuerpo del otro, primero los suaves hombros, bajando las mangas de aquella prenda.

    Sintiendo como el omega temblaba, no de miedo si no de emoción, de todo lo que está por pasar.

    Cuando se separó del beso, bajo al cuello del corderito, dándole suaves besos, más al llegar a los delicados hombros dio una mordida, que trato de no ser con demasiada fuerza.

    Esta acción provocó que Mu, gimiera con algo de fuerza, pero sin pensarlo, callo aquello con una de sus manos al llevarlas a su boca.

    Más esto no le agrado al rubio, que paro su labro de darle besos en el cuello, hombros y parte de su pecho, para elevar la mirada y retirar aquella mano.

    -Quiero escucharte…- Esa voz tan seductora que domino en el cuerpo ajeno, solo asintió el pelilila.

    De a poco las prendas del segundo líder fueron quitadas de su cuerpo, dejando ver su anatomía al desnudo, aunque la interior aún quedaba puesta, más el mimbro de este se notaba como un bulto de buen tamaño.

    Deseando la entrada del Omega.

    De igual forma la prenda blanca y manchada del primer celo, fue retirada con delicadeza, tomo el demonio de inmediato.

    Cada gemido que recibía del menor, lo estimulaba tanto, que su erección pedía que retiraran la última prenda.

    Aún seguía dándole suaves besos en el pecho del menor.

    Lamio la piel de un sabor único para el rubio, los pezones del Omega se pusieron duros con el suave rosa de aquellas manos, cuando la boca de Shaka capturo uno.

    Fue demasiado para Mu, que sintió su cuerpo tan extraño, el cansancio lo invadió repentinamente, se había venido con esos simples toques y caricias.

    No supo cómo, pero mancho el pecho del mayor, la mirada desconcertada, sus labios abiertos, jadeando, las mejillas sonrojadas, denotaban que se había liberado un poco.

    Para Shaka eso no representaba ningún impedimento, entendía que una estimación en un cuerpo virgen por primera vez, tendrían ese efecto, le pareció adorable, aunque el igual nunca tuvo una experiencia con otra persona.

    Dejo de chupar aquellos pezones que tomo su turno con cada uno, y volvió a su labor de besarlo hasta su vientre…

    Notando como su amado volvía a estar listo para alguna otra venida.

    Se detuvo para mirarlo, no importaba cómo reaccionará su cuerpo, los sonidos que hacía, su hermoso corderito que está debajo de su cuerpo.

    Otro juego que deseo hacer, fue el de dar besos en cada marca que su cuerpo posee, mientras su mano derecha fue hacia la entrada virgen, la cual estaba suficiente lubricada con las esencias naturaleza del Omega.

    El aroma que despedía, una combinación de miel y moras, una esencia bastante peculiar para un Omega.

    Deseo e inocencia en ambas partes.

    Shaka igual tenía la propia por ser un Alfa, se volvía tan fuerte, que debe ser la razón por la cual el Fauno estuviera tan calmado.

    Un aroma entre el incienso y la madera.

    -Aaaaaah… Aaaaah... Duele…- Sus palabras escaparon, tan solo al sentir el dedo invasor del rubio, arqueo su espalda… Sus lágrimas siguieron.

    -Lo… Siento…- La voz entre cortada del mayor, carraspeando un poco, por como deseaba estar ya dentro del pelilila, pero se contenía solo para no dañarlo.

    No se jactaría, pero estaba bien dotado.

    Y Mu, es pequeño, aunque sea un año de diferencia, no lo lastimaría si pudiera evitarle el dolor, lo haría.

    Aun así… siguió… Y lo preparo con un dedo más, lo estimulo con cuidado, solo entrar y sacara, no haría otra cosa…

    Pero su instinto Alfa, lo está cegando, así que… Pensó que era el momento adecuado, la ropa interior desapareció, dejando ver su pene.

    Mu se sintió avergonzado al notarlo, bajando su mirada.

    Otra nota dulce del Omega.

    Es el momento de volverse uno, después de este punto ya no habría vuelta atrás, pero no les importaba, ya no deseaban estar lejos uno del otro.

    Solo querrán estar juntos toda su vida, sabía que las cosas no las estaban haciendo bien, pero… Después de esta noche, le pedidera unir también sus vidas, por las regla de su familia.

    Y no se apartaría de su lado, pase lo que pase y pese a quien le pese.

    Mu es solo suyo, es su destinado y lo protegería con su vida.

    -Aaarggggh… Mu, ¿Estas… listo?- Lo miro con atención, teniendo el pene cerca de la entrada del templo que estaba por profanar.

    -¿Me… Abraza?- Pedía ese cercanía… Estirando sus bracitos, sonriendo.

    Es su mayor debilidad y fortaleza, cedió al abrazo, pero con esa cercanía, entro con suavidad en Mu.

    -Aaaaaah… Aaaaah… Se…Ñor… Sha…- Aun le hablaba con respeto, estando en esa situación tan íntima, sus lágrimas salieron de sus esmeraldas, su espalda se arqueo y tembló, perdiendo de apoco las fuerzas.

    -Aaaaarrrgggg… Aaaaargggggh…- También dejaba escapar gruñidos de su boca, la estrecha entrada, lo invitaba a introducirse más, de a poco lo hizo, sujetando con fuerza el cuerpo delgado, no iba rápido, si no lento, para que Mu se acostumbrará a esa invasión tan placentera.

    Se odio por lastimarlo, pero… No quería salir de su interior, ni apartarse de su ser.

    -¿Estas bien?- Le pregunto, sin dejar de abrazarlo, le susurró al oído.

    -Si…- Le contestó suave, en un apenas audible gemido.

    -Me… Moveré… Resiste- Beso su cuello, para darle seguridad.

    Asintió.

    Y de esa manera, de a poco las embestidas se fueron haciendo presentes, todo suave, lento con un ritmo que ambos pudieran seguir.

    Entre besos, gemidos que se ahogaban en el hueco de entre el cuello y el hombro del otro.

    No se dejaron de abrazar, al contrario Shaka sujeto con fuerza al pelilila, para mantenerlo a su lado seguro y tranquilo.

    Le dedico palabras, diciéndole al oído.

    -Te amo Mu… Te protegeré toda mi vida- Le decía, aun estando haciendo el amor con él.

    -Lo amo…- Mu contesto como podía… No lograba articular palabras coherentes, estando inundado de placer por completo, su celo… Logro hacerlo sentir tan bien, cuando hace uno momento lo torturaba.

    Duraron por un rato de esa manera, no existía necesidad de ir más rápido, se tomaron el tiempo de sentirse, y ser felices.

    De a poco, sintieron que su cuerpo estaba a punto de liberarse.

    Mu de nuevo volvió a terminar antes, siendo un completó inexperto, se aferró al mayor, gimiendo con suavidad, aferrándose a los cabellos dorados.

    Entendía que si terminaba en el interior del pelilila, la posibilidad de dejarlo preñado sería muy alta, con el celo.

    Ya sabía que dejaría salir su semen dentro, así que pensaba sacarlo antes.

    -No…- Escucho la negativa del corderito.

    -Si… Lo hago… Dentro… Tu…- Se preocupaba por embarazarlo.

    -Quiero… Lo quiero… Si… Pasa… Estaré feliz- Apenas se entendía su deseo, pero lo comprendió, Mu aceptaba darle un hijo, ser su pareja toda la vida.

    Por primera vez en toda la noche, dejo escapar su instinto y lo abrazo más fuerte, profundizando las embestidas, fue rápido en esta ocasión.

    Hasta que se vino en Mu, una descarga muy grande de su semilla.

    Mirarlo fue lo mejor de toda la noche.

    Beso esos rosados labios, abrazándolo con cuidado, después de haberse venido, su cordura volvió.

    De a poco salió del corderito, lentamente.

    -Mu… Te amo…- Siguió dándole suaves besos en sus mejillas, limpiando las lágrimas.

    -Lo amo, señor…- Sintió como los labios del mayor lo callo.

    -No me llames así nunca más… Solo di mi nombre, como lo hiciste hace poco- Las mejillas del rubio seguían rojas, pero portaban una decisión suprema.

    -Sha… Ka…- Estando completamente avergonzado, hasta ahora noto que lo llamo por su nombre mientras se entregaban. –Te amo Shaka-

    -¿Cómo te sientes?- Siempre estando preocupado por el pequeño, que ahora es solo suyo, lo seguía abrazando posesivamente.

    Si antes ya lo proclamaba para protegerlo, ahora con mayor razón, es su Omega, y él es su Alfa, no importa las reglas, ya rompió la principal, solo queda cuidar del corderito.

    -Me siento…- Miro a los ojos azules, y sonrió aun con su ternura –Muy feliz a su lado… Shaka… ¿Estarás siempre conmigo?-

    -No tienes que preguntar o preocuparte por eso, jamás te dejare mi amado Mu- Acarició su espalda desnuda, dándole besos por todo el rostro.

    -Gracias… Shaka… Tú me has hecho muy feliz- Lo abrazo con fuerza.

    Ambos destinados, después de haber hecho el amor, sus cuerpos necesitaban descansó, las palabras sobraban en este momento, pero aun así…

    El rubio le hizo una promesa, que le cumpliría hasta el último día de su vida, no importa lo que pasara, se dedicaría por completó a proteger a Mu, amarlo, que sea libra y feliz, por todo el sufrimiento que había padecido en el pasado.

    Ahora sería feliz, sin importar lo que ocurriera, nada debía temer.

    Shaka lo prometió desde que lo salvo, y lo cumplirá siempre, como su mayor deseo.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 24 (Marca Alfa)
     
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    ---A la mañana siguiente---

    Aquella habitación que fue testigo del amor entre ambos jóvenes, que encuentra a oscuras, pues al saber que el celo del menor se disparó, es necesario que las ventanas y puertas se mantengan cerradas.

    Pero esto no evita el hecho de que esta amaneciendo.

    Y en esa cama que ambos cuerpos descansan, alguien ya se encuentra despierto, contemplando la dulzura y belleza del Omega que ha tomado como suyo.

    Su semblante dedicando una sonrisa a ese torso dormido, acariciándolo, quitando lo mechones lilas que se podrían entrometer en su hermosura.

    Pensar en lo que ha hecho, lo atormenta un poco, pero no se arrepiente, de cumplir su mayor anhelo, ser correspondido por ese dulce Corderito, y que su cuerpo sea suyo.

    Para este punto tenía ya su plan cuidadosamente pensado, sabiendo la forma en que detendrían a los Shadow’s, solo necesita ponerlo en marcha y renunciaría a su puesto, Mu se iría con él siempre y cuando sea el deseo de su amado.

    -Te amo Mu- Dedico estas palabras, besando los rosados labios, que al verlos lo invitan a probarlos.

    Ese pequeño detalle, provocó que el Omega, se comenzara a mover con lentitud, estirándose un poco, de a poco sus ojos se fueron abriendo, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la claridad que apenas se nota por la hora del día.

    Sus manos al moverse, sintió el cuerpo del rubio, lo que provocó un leve sobresaltó en el pelila, abriendo sus ojos de golpe.

    Topándose con los azules del segundo líder, que lo miro fijamente en cada delicado movimiento, sonriéndole con cierta ternura.

    -Buenos días- Le susurró con suavidad, sus mejillas algo rojizas por ver a ese inocente ser a su lado -¿Cómo te encuentras? ¿Te duele algo?- Su tono cambio a uno de preocupación, temiendo en su corazón que las consecuencias del amor, lo hubiera dañado.

    Mu no contesto, parecía que estuviera procesando lo que ha pasado la noche anterior y que no pudiera recordar porque ese rubio está en su cama, desnudo.

    -No fue un sueño…- Miro con atención a Shaka, dejando escapar algunas lágrimas, sonriendo de inmediato, y abrazar al mayor, ocultando su rostro en el pecho de este –Es verdad… Estas aquí…-

    -Mu, ¿Estas bien? ¿Qué te ocurre?- Se sorprendió por esta reacción de su pequeño corderito, mas con esas lágrimas en sus hermosos ojos.

    -Estoy bien… Solo que estoy muy feliz- Contesto, sin apartar la cara del pecho desnudo del mayor, abrazándolo con fuerza –De verdad… Me amas…- Su dulce vocecita, demostraba la cantidad de alegría que en su cuerpo se acumuló, por solo ver a quien ama a su lado.

    Shaka sonrió, entendió que fue lo que pasaba con Mu, y en cierta forma le dio ternura, lo envolvió con en sus brazos, para reconfortarlo de cualquier temor, ya no debía existir en su corazón.

    Lo protegería toda la vida si es necesario, ya que su mera existencia no podía ser dedicada al gremio, al conocer a Mu, se volvió solo suya.

    Podrían pasar todo el día de esa forma acostados, reconfortándose el uno al otro, dándose cuenta que el tiempo que estuvieron sufriendo no significa ahora nada.

    Pero debían aun mantener las apariencias, pues que los ancianos se enteren o es una opción, sobre todo es lo que desea Shaka, mantener a salvo del pequeño corderito, si alguien osara tocar uno solo de sus cabellos, sería capaz de matar al maldito.

    Mas debió ignorar esos pensamientos, al tenerlo entre sus brazos, tan frágil, e inocente como siempre ha sido.

    Lo tomo anoche, dejo en claro sus sentimientos, y Mu correspondió por completó.

    Poso su mentón sobre a cabeza de Mu, cuidando de los cuernos de su especie, sus manos acariciando aquella delineada espalda, aspirando el aroma que es intoxicante para el segundo líder.

    -Mu, ¿Cómo te sientes? ¿Tu celo se ha calmado?- Pregunto, sin dejar de tenerlo entre brazos.

    -Creo que si- Sus ojos están cerrados, escuchando el corazón de Shaka, lo cual logra calmarlo y hacerlo sonreír.

    -¿Te duele tu cuerpo?- No deja de lado, que lo hubiera lastimado, porque la noche anterior tuvo que usar todo su autocontrol, pero si fue demasiado brusco no se lo perdonaría.

    -No, no me duele nada- Levanto su rostro un poco, para lograr ver a su rubio en esos ojos que le taren calma –Fuiste… Muy gentil, gracias Shaka- Se está acostumbrando a hablarle más familiarmente, sin tanta faramalla.

    Sonrió aliviado, su alma se calmó con aquello –Adoro la forma en que pronuncias mi nombre- Tomo el mentón del pelilila, levantándolo levemente, para cercarlo a sus labios.

    No perdería tiempo, de tener más beso de su omega, todos los que quisiera tendría, ahora le pertenece.

    Se sonrojo por aquel beso, incluso su pequeño cuerpo tembló ante el contacto, pero rápidamente se volvió a calmar.

    -Te amo Shaka- Dedico más palabras al nombre del rubio, si gusta que diga su nombré lo compensaría siempre.

    Suspiro profundamente, sujetando más cerca al fauno, pensando en que ahora no podía estar lejos de él.

    Mas en esos momentos son preciosos, para retirarse de la habitación y no levantar sospechas, aquello sin duda es una molestia.

    Si las cosas fueran diferente, tendría la libertad de salir de ese lugar, con Mu de la mano, dejando en claro que nadie tendría permitido acercársele con otras intenciones que no fueran de amabilidad.

    -Mu…- Lo llamo, cerrando sus ojos.

    -¿Si?- Su mirada perdida por aquel beso que produjo un ligero calor en su cuerpo.

    -Tengo que irme… Es necesario que vuelva a mi habitación- Declaro su peor deseo, pero es necesario para la seguridad del pelilila.

    El fauno salió de su trance, bajando la mirada, en ese momento comprendió de nueva cuenta las restricciones que posee el mayor y sobre todo que ahora las ha roto solo por él.

    -Lo siento… Yo… Por mi culpa, rompiste tus votos y ahora…- Abrió sus ojos como platos, sus labios temblaron, al recordar el castigo –Te van… A lastimar… No… No quiero que eso pase- Se aferró Shaka, abrazándolo, sus lágrimas estarían por salir.

    -Mu, cálmate por favor… No pienses en eso…- Quiso tranquilizarlo, acariciando u espalda, dándole confort de cualquier manera –Nada me pasara, seré cuidadoso…- Le susurro esto, le conmovió como su hermoso corderito se está preocupando por él.

    -Pero… Las reglas, si te lastiman… Yo… Sera mejor si lo descubren que a mi…- No termino de hablar, pues el rubio lo interrumpió abruptamente.

    -¡¡¡NO DIGAS ESO!!! ¡¡¡NADIE TE HARÁ DAÑO, MIENTRAS YO EXISTA ESTARÁS A SALVO!!!- Hablo con un tono bastante potente, impactando un poco al pelilila, su ceño fruncido, se debió relajar de inmediato, pues podría haberlo asustado –Perdóname… Pero… Si algo pasa, yo tomare el castigo por ambos, a ti nada te apsara lo juro- Sus palabras debían calmarse, pero fue el calor del momento que lo obligó a reaccionar ferozmente.

    -No quiero que nada malo te pase… Yo…- Se impresiono por aquella reacción, pero no se atemorizo en lo más mínimo, si no su miedo venia de que algo malo le ocurriera a su rubio.

    -Nada nos pasara Mu- Alzo la cabeza del menor, debía verlo a los ojos para lo que estaba por decirle –Tengo un plan, en cuanto los Shadow’s sean acabados, yo renunciare al gremio, deseo que vengas conmigo a un lugar- Sonrió al decirle estas palabras.

    Esa cercanía, logro teñir las mejillas de Mu rojizas, pero lo mira con atención -¿A dónde?-

    Sujeto una de sus mejillas, acariciándolas con suavidad y apartando unos mechos –Mi papá tenía un pequeño hogar antes de venir al gremio, se dónde está- Sonrió, antes de continuar –Quiero que me acompañes a ese lugar y si lo deseas… Quedarte a mi lado toda la vida- Sus ojos mirando aquellas esmeraldas, que se notan algo cristalizados, por el leve llanto de hace poco.

    -¿Es… Es… Enserio…?- Sus nervios, no le dejan articular palabras adecuadas.

    -Sí, solo contigo compartiría mi vida, deseo estar a tu lado toda la vida, cuidar de ti, protegerte, demostrarte cuanto te amo cada día, no me interesa estar en este lugar, si aquí no puedo estar contigo- Sus ojos azules demostraron determinación en sus palabras -Mu… Eres mi destinado, lo supe desde… Que sujeto su cuerpo… En cuanto logre verte, mi corazón, mi mente, todo mi ser, me gritaba que te protegiera, y cuidara, que nadie más lo haría- Suspiro, cerro sus ojos unos momentos.

    -Shaka…- Llamo con suavidad, imitando la acción que el mayor hacía en su rostro.

    -Sé que es un sentimiento egoísta, y se suponía que debía renunciar a eso, pero… Solo deseo tenerte conmigo, no quiero que te alejes nunca, si algo malo te pasara, enloquecería, y…- Sujeto ambas delicadas manos entre las suyas –Mu, prométeme que me amaras siempre…- Bajo su mirada, analizando lo que está por decir, pues le podría costar su felicidad –Sabes… Si incluso… Tú desearas… Irte de mi lado, para contemplar todo lo que te perdiste de la vida… Una parte de mí, posiblemente trataría de detenerte, pero haría mi mayor esfuerzo para entenderte y dejaría que lo hicieras, pero… Con la única condición que vuelvas a mi, te recibiría sin importar nada- Sus ojos demuestran que sus palabras le duelen mucho decirlas, pero quería mantener a Mu en primer lugar, ante lo que considera egoísmo, aunque no concuerde con lo que menciono anteriormente.

    Aquel Omega, lo miro atento, primero sorprendido, por sus palabras, aquella propuesta y ahora saber que Shaka está dispuesto a dejarlo en libertad si es su deseo, aun si esto lo destruyera por dentro.

    Sonrió, y acerco su rostro al rubio.

    -Si deseara explorar el mundo, pediría que estuvieras a mi lado…- Unas lágrimas salieron de su ojos, demostrando clara felicidad –Siempre te amare, mi corazón no me engaña, no puedo, ni quiero alejarme de tu lado… Shaka, ámame toda la vida, es lo único que deseo- Ahora tomo la iniciativa para robar un beso de esos labios de su alfa.

    Se unieron a un beso profundo, demostrando el amor que sus corazón están profesando.

    Posiblemente hubieran tenido otra entrega, pero… El tiempo apremia.

    -Mu, debo irme… No quiero, pero…- Solo aparto sus labios del menor, mas sus brazos aun rodean e cuerpo del fauno.

    -Te falta una sola cosa- Sonrió, apenado por ese contacto labial.

    El rubio, con un semblante serio y algo confundido, le cuestiono -¿A qué te refieres?-

    Sin muchas ganas, se apartó del rubio, poniendo sus brazos delante del pecho, sonrojado, pero decidido a continuar, se giró dándole la espalda el rubio, recogiendo su cabello para dejar expuesta su nuca.

    -Se… Supone… Que… Tu… Debes…- Su voz iba bajando de intensidad, por los nervios que volvían a su ser.

    Ver aquella piel expuesta, justo esa zona, provoco un jadeo, apretando sus labios, sus manos se querían dirigir a los hombros de ese fauno y llevarlo cerca de su boca, pero debía estar seguro –Si te dejo mi marca, sabes que… No puedes alejarte de mí… Me necesitaras como yo a ti, y si… Algo me pasara, el dolor que la marca te daría seria…- Se preocupa por los detalles a futuro.

    -Está bien… Estaremos juntos toda la vida y… Puede que no tenga la fuerza de un Alfa, pero… Aun así puedo protegerte como Omega, nada malo te pasara, porque prometiste estar a mi lado y sé que cumplirás- No pudo decirlo a la cara, pero su tono nunca cambio, demostrando la veracidad de sus palabras –No quiero que nadie más me deje su marca, solo tú… Shaka, te amo y quiero pertenecerte siempre, por favor… Solo se gentil.

    Apenas competo sus palabras, sintió uno brazo rodeando su cintura y una mano al nivel de sus hombros, para brindar apoyo, pues con suavidad, sin dejar de ser una muestra de dominio, unos dientes atravesaron su piel y carne.

    Un leve gemido de dolor salió de aquellos labios, cerró sus ojos, sujetando el brazo que domina en su cintura.

    El líquido vital, comenzó a brotar y escurrir por su cuello, bajando por su espalda.

    Fue solo un instante, pero la impresión que dejo el rubio, es perfecta, aquella pálida piel se adornó con el rojo de la sangre, la marca de un alfa en su Omega destinado nadie la puede quitar, salvo que el de mayor rango desea romper el vínculo o muera.

    No dejo de abrazar a Mu, hasta que se calmara un poco, sintió culpa de hacerlo, pero es necesario y el propio Corderito de lo pidió, debía complacerlo.

    Regalo besos en aquella zona, para lograr que el dolor disminuyera.

    -Perdóname si dolió… No sabía cómo hacerlo sin causarte daño- Se disculparía un millón de veces, lo que menos desea es lastimarlo.

    -No te preocupes Shaka… Estoy bien y… Ahora…- Sonrió, con cuidado se giró para quedar de frente, sin importarle las manches que su sangre dejo en aquellas telas –Te pertenezco por completó… Nunca me dejes ¿Si?- Aun temía la posibilidad de que Shaka lo dejara.

    -Jamás te dejaré, eres mío, solo mío- Volvió abrazarlo con cuidado, la unión está completa, nadie los puede separar ahora, solo deben ser cuidadoso, para que su plan continúe correctamente.

    Unos momentos bastaron, pero ya debían de despedirse por ahora.

    -Mu, me iré ahora- Se lo dijo, regalándole un beso en su frente.

    Suspiró, bajando la mirada –Esta bien…-

    -Descansar, cuando te sientas bien, ¿Puedes ir a mi estudió?- Su voz se notó suave de nueva cuenta.

    Asintió son las memillas sonrojadas –Si, iré de inmediato-

    Un nuevo beso se produjo entre ambos.

    Con cuidado se despidieron, Shaka deseaba mandar todo al inframundo, y quedarse con su Omega destinado y recién reclamado, pero debía protegerlo.

    Mu se quedó en aquella habitación, sobre la cama que compartió con el rubio, sonriendo, recordando que ahora su Alfa lo ama, que es verdad, no un sueño, ni una ilusión, es verdad… Que aun poseía miedo de que lastimaran a su rubio, pero si se mantendrían discretos podrían manejarlo, nadie debía enterarse.

    Incluso decidió que ni Shura se enteraría, no deseaba meter a nadie en problemas.

    En su mente se presentó una duda ¿Por qué Shaka quería verlo en su estudio?

    Lo sabría cuando fuera, que su corazón ya deseaba encontrarse con esos ojos azules de nueva cuenta.
     
  5. Threadmarks: Capitulo 25 (Completa Unión)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Teniendo cuidado al levantarse, su cuerpo se sentía diferente, incluso sentía como si no pudiera cerrar sus piernas por completo, aun recordaba los besos y suaves caricias que el segundo líder le proporcionó.

    Dirigió sus pasos al baño, debía limpiarse adecuadamente, aunque el olor que despedía era sin duda la esencia de su Alfa.

    No quería alejarse de ese aroma por completó, pero entendía a su corta edad, que muy posiblemente algún Alfa notaria su cambio incluso los Omegas y eso es algo que no podía permitir.

    Jamás querría meter en problemas a Shaka.

    Al estar limpiando su cuerpo, sintió la marca en su nuca.

    Una sonrisa se dibuja en su rostro, sintiendo tanta paz y tranquilidad, oficialmente tiene alguien que lo cuidará toda la vida.

    Que lo ama con todo su corazón y jamás lo dejaría.

    -Shaka… Te amo- Esas palabras ya no tenía que guardarlas en su corazón, las susurro por lo bajo.

    De un día estar sufriendo por su celo, y al otro sintiendo una hermosa sensación en su corazón.

    Sonriendo en todo momento, amado, a salvo.

    Pensando que con esta revelación de sentimientos, las cosas mejorarían, pero también pueden empeorar.

    Su joven mente, trajo a su ser el temor nuevamente.

    Cubierto por una toalla dirigiendo sus pasos algo torpes de regreso a su cama, no logro llegar cuando sus piernas flaquerón, por el miedo.

    -Si… Si… Los ancianos… Se enteran… Él recibirá ese castigo…- Tembló, abrazándose a sí mismo, solo pensar a Shaka recibiendo esos latigazos en su espalda, le causa que sus lágrimas caigan y la culpa lo inunde.

    -No… Hice algo muy malo… Perdón…- Se cubrió el rostro con sus manos.

    El pequeño fauno, volvía a pensar en esa tortura, esas reglas del gremio son demasiado crueles que causa una horrible afectación.

    Mu esta sin duda olvidando las palabras que el rubio le dedico antes de irse.

    Esa idea que llevara a cabo en cuanto los Shadow’s sean acabados.

    Pero ¿Cuánto deberían esperar?

    ¿Cuánto tardarán en detenerlos?

    Y ¿Si se dan cuenta?

    Estas preguntas sofocan al Omega, sintiendo que se podría hundir en un abismo.

    Echo su cabeza hacia atrás, recargándose al pie de la cama.

    Con ese leve movimiento, pudo sentir que el aroma de Shaka que dejo impregnando en aquel lecho, le volvía a traer la calma que su corazón necesita.

    Abrió sus ojos, las lágrimas aun caían, pero trato de suprimirlas, limpiándose la nariz de igual manera, y tratando de levantarse, apoyándose en su cama, con la mirada baja.

    -No, no… No debo pensar en eso- Sonrió, tocando su pecho, el latir tan rápido de su corazón se fue calmando –Debo confiar en Shaka- Sus lágrimas fueron olvidadas en ese momento, los hermosos recuerdos y la ilusión de un nuevo mañana a lado de quien ama, le da esperanza y fuerza –Seremos cuidadosos… Solo debo esperar hasta que lo logremos…-

    Al decir esas palabras, logro tener una energía renovada, el amor puede ser el mejor catalizador para que obtengas una fuerza mayor de la que se logre pensar antes.

    De esta manera se alisto, poniéndose su ropa cotidiana.

    Pensó en comer algo antes, pero noto que por su desesperación de ayer, los alimentos que Shura le dejo los tiro al suelo, obviamente ahora no podía degustarlos.

    Sin embargo no le importo mucho, después podría buscar algo con lo cual alimentarse.

    Ya no podía aguardar ni un minuto más, solo quería de nuevo abrazarlo, darle algún beso o solo contemplarlo.

    El joven pelilila tiene a su rubio amado tan cerca, teniendo todo el cuidado del mundo, podrían vivir su amor en secreto, solo por una temporada.

    Aunque en un instante, antes de salir, su mente trajo una pregunta muy importante.

    -¿Dónde estará Shura?- Le preocupa no saber nada de quien lo ha cuidado muy bien.

    Pero trataría de encontrarlo después.

    No sabía si sería conveniente hablarle sobre lo que ha pasado entre Shaka y él.

    Mas sabe con toda la certeza del mundo que Shura guardaría el secreto, pero lo consultara con el rubio.

    Su corazón late con tan solo pensarlo, sonriendo emocionado, dirigió sus pasos para salir de su habitación e ir al encuentro con el rubio.

    En ese momento no había otro ser en la tierra que luciera tan hermoso y feliz, como si hubiera salido de un cuento de fantasía, Mu irradiando alegría inmensa.

    ---Estudio del segundo líder---

    Debió asearse lo antes posible, aunque odió tener que ocultar el dulce aroma de Mu.

    Pero eso no impediría que su mente reviviera la noche anterior y su cuerpo se agobiará con sensaciones que debía controlar.

    Aunque sea su Omega oficialmente, no podía tomarlo como le plazca, ni donde sea.

    Lo respetará, lo amará y protegerá toda la vida, es un juramento que le hizo y piensa cumplirlo.

    Más aun desea hacer algo muy importante, su mente tiene una idea maravillosa.

    Una que solo corresponde a su persona hacer realidad y algo que su familia ha hecho por generaciones.

    Dirigió su mirada a los pergaminos que había resulto en las últimas semanas.

    En ese punto todo cubierto, presento la mayor estrategia, una bastante arriesgada, pero que podría resultar.

    Debía pensar en otra cosa hasta la llegada de su fauno.

    -Si todo sale bien…Para el final de la doncella del Verano, dejare de ser líder- Poso ambas palmas en el escritorio, dejando escapar un suspiro –Mu y yo podremos vivir tranquilos y lejos del gremio-

    Nunca creyó que su mayor deseo pudiera cambiar.

    Antes de conocer a ese inocente pelilila, solo deseaba encontrar a quien acabo con su familia, resolver la muerte de su hermano mayor.

    Sin embargo, con el trato de Mu, como su sonrisa le logra calmar su corazón, provocando que olvide una venganza que sus padres hubieran deseado que dejara por su propio bien.

    Se supone que su familia no debería desear actos tan negativos y crueles.

    Es normal querer acabar con los desgraciados que te despojaron de todos tus seres queridos.

    Pero ahora, tiene a alguien importante que desea proteger con todas sus fuerzas, que no dejaría que nadie lo dañe, esa es la razón por la que sus pensamientos se enfocaron en cuidarlo.

    Mu es quien ama, tiene su corazón en sus manos, podría hacer lo que desee con él.

    Puede que el tiempo que paso ha logrado que el gremio se volviera más cuidadoso pero… No piensa correr ningún riesgo.

    -Confía en mí, te protegeré con mi vida si fuera necesario- Llevo su mano al bolsillo en sus prendas, sin duda apretó el contenido que lleva.

    Sus pensamientos se tornaron en diferentes ideas de como vivirían cuando esta guerra con esos seres malditos acabe.

    No es un hombre de muchas palabras, usualmente deja que sus acciones hablen por él, pero… Con ese Fauno logra decir más, y todas son para los oídos de Mu.

    Pensó en aquella vieja casa que los esperaría al salir del gremio, la arreglaría como fuera el deseo de Mu, lo llenaría de atenciones.

    Sabiendo la condición de todos los faunos corderos, su capacidad de procrear un bebe, cuidaría de su hermosa familia al momento de que se presente el caso.

    Podría ya estar divagando demasiado, pero es su instinto Alfa hablando.

    El deseo de tener una familia con Mu, es algo que no puede dejar de lado.

    Sonrió apenas visible, cada pensamiento solo colma su corazón de felicidad inmensa.

    Que casi no se percataba de los pequeños golpecitos que daban en su puerta.

    Su boca se abrió, para pronunciar el nombre de su Omega, pero se calmó casi de inmediato, todo debe ser como siempre.

    -¿Quién?-

    -Sha…- Detuvo su hablar, para corregir sus palabras –Soy Mu, señor Shaka- Hablo con cuidado.

    Sin duda están logrando su cometido de disimular.

    De nuevo la sonrisa se dibujó en el rubio.

    -Pasa- Le dijo con ese tono que solo es para Mu de ahora en más.

    -Si- Contesto con esa dulce voz.

    Abrió la puerta con cuidado, pero no espero tener al segundo líder de frente, con su mano en la perilla.

    -Hola- El pelilila saludo con timidez, sus mejillas se sonrojarlo a tenerlo tan cerca.

    Apenas dejo que entrara, cerró la puerta, no podía seguir fingiendo, necesita esos delicados labios de nuevo.

    -Mu- Susurro su nombre, y robo un beso de aquella sonrisa preciosa.

    Primero fue una sorpresa muy grata, pero rápidamente se dejó llevar por la hermosa sensación que recorrer su cuerpo.

    Esa unión se profundizo un poco más, al grado que la mano del rubio rodeo su cintura, acercándolo más a su cuerpo.

    No utilizaría para nada su fuerza, con suavidad lo toma entre sus brazos.

    Shaka en solo unas horas, se volvió dependiente de los adorados labios de Mu, ya no los puede dejar, agradeció que en ese momento están a solas, su estudio es el único lugar tranquilo, para su amor.

    Se separaron con cuidado, ambos con sus rostro sonrojados, aun así no rompió el abrazo ni en un solo instante.

    Sonrió, mirando con ternura ese bello rostro, que es de su Omega y solo él puede contemplar.

    -Mu, gracias por venir-

    Devolvió la sonrisa, la inocencia que el fauno proyecta lo hace lucir mucho más adorable que ya es.

    -Usted…- Negó con su cabeza, fijando esas esmeraldas en los zafiros del mayor –Tu, me pediste que viniera, pero… Ya quería verte- Sonrió con una gran emoción, y rápidamente lo abrazo, posando su cabeza en el fuerte pecho donde un corazón late con suavidad.

    -Sé que debemos guardar las apariencias, sin embargó, necesitaba tenerte entre mis brazos- Confeso la verdad inminente, estrechó más fuerte al pelilila, besando su cabeza con cuidado.

    Podrían quedarse así todo el día, abrazándose, sintiendo el latir del corazón del ser amado, protegiéndose mutuamente.

    Más Shaka, tenía una idea que ha estado pensando desde que despertó.

    No podía darle más vueltas al asunto en su mente o se volvería loco, y puede que no exista el momento adecuado para hacer lo que desea, pero necesita, en lo que respecta en las tradiciones de su familia completar la unión que ha iniciado con Mu.

    Puede que para el Omega ha terminado, solo necesitan estar juntos toda la vida, pero no tiene ni la más mínima idea de lo que va a ocurrir en unos segundos.

    Aun sujetando su frágil cuerpo contra su pecho, llevo una de sus manos al bolsillo que antes había estado explorando con un contenido.

    Jamás fue un hombre de muchas palabras, así que solo se dejó guiar por lo que creía correcto.

    En un lapso de segundos, algo fue depositado en Mu, justamente bajo por su cabeza hasta el cuello.

    Sin duda cuando el Omega sintió ese objetó en su cuerpo, se sorprendió, y rápidamente dirigió su vista a lo que lleva.

    -¿Qué es esto?- Preguntó, sujetando una de las cuentas de color café con unos adornos morados que cuelgan de ese objeto.

    Su mirada se digirió rápidamente a Shaka, el cual se nota con las mejillas rojas, pero sin apartar la vista de Mu.

    -Es un rosario, ha estado en mi familia por mucho tiempo- Explicó, tomando la misma mano con la que Mu sujeta lo mencionado –Cuando un Alfa Devica, encuentra a su Omega destinado, se lo debe colocar en el cuello, simbolizando de esta manera que…- Ahora beso aquella delicada mano –Que deseo volverte mi compañero por toda la vida, incluso en la que sigue- Sonrió con un semblante de ternura -¿Aceptas este propuesta de matrimonio?-

    -¿Matri… Monio?- La boca de Mu se abrió suavemente, sus ojos de igual forma, temblando por aquella pregunta.

    -Sé que puedo estar yendo muy rápido, pero… Debo honrarte al momento de que te he vuelto mío- Tomo ahora las mejillas del menor –Piénsalo si así lo quieres- No lo obligaría a nada, lo esperaría el tiempo que sea necesario.

    -Shaka…- Murmuro el nombre del rubio, sintiendo las manos del mayor como algo tan cálido –No necesito nada que pensar- La alegría se puede demostrar de diferentes formas y en esta ocasión las lágrimas fueron una de ellas –Acepto- Sonrió adornado con las gotas saladas de sus ojos.

    -Gracias Mu- Lo volvió a abrazar con cuidado –Te amo, con todo mi corazón-

    -Shaka, yo te amo mucho, quédate a mi lado siempre- Limpiando sus lágrimas en el pecho del mayor.

    Le agradeció por aceptar aquella propuesta, técnicamente al poner ese rosario en el cuello del Omega, significa que se han casado, pero el rubio deseaba hacer la pregunta aun con ese símbolo sobre Mu.

    Fue una propuesta que no podía falta en su actual relación.

    Mu debería ocultar ese hermoso objeto símbolo del amor de un Devica Alfa.

    Lo haría sin falta, entre sus ropas.

    Ya no podía guárdalo el rubio, si ha encontrado a quien ama con toda su alma, le pertenece a ese hermoso ser.

    Puede que sus instintos deseen volverse a entregarse, pero resistirían, solo besos y una abrazo que los acerca más, es lo que necesitan por ese momento.

    Sería tan hermoso, podrían pasar el día en ese estudio, con el pretexto de estar preparando algo o que Mu pidiera un favor al mayor.

    Lamentablemente sus planes para el resto del día, se verían arruinados por una noticia que nadie esperaría.

    Unos fuertes golpes en aquella puerta de madera, fueron sonoros en todo el recinto.

    Ambos tuvieron que separarse por la sorpresa.

    Mientras Mu oculta el rosario entre sus ropas, poniéndolas debajo de estas.

    Shaka frunció su ceño, y dirigió su vista a la puerta.

    -¿Quién es?- Su tono no se disimuló para nada.

    -¡¡¡SHAKA!!! ¡¡¡SOY MILO DEBO HABLAR CONTIGO DE INMEDIATO!!!- Los fuertes gritos del peli cerúleo, pusieron en sobre alerta al segundo líder de inmediato.

    -Entra- Le respondió con precaución.

    Milo abrió de inmediato, sin cuidado alguno azoto la puerta, causando sobresalto en el pelilila.

    -¡¡¿QUÉ TE OCURRE?!!!- El rubio molesto, por la actitud del fauno Alfa que se comporta tan mal educado.

    -¡¡¡AIOROS Y SHURA ESTÁN ANTE LOS ANCIANOS!!!- Agitado, trato de recuperar su aliento -¡¡¡ESTÁN SIENDO JUZGADOS EN ESTE MOMENTO, PORQUE… LOS DESCUBRIERON!!!-
     
  6. Threadmarks: Capitulo 26 (Negociación)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    En ese momento, con aquella declaración los rostros de Shaka y Mu quedaron sorprendidos, eso solo podía significar mala señal.

    -¿Cómo es eso posible? ¿Qué paso?- De inmediato el rubio interrogo al peli cerúleo.

    Mientras Mu, cubrió su boca, sus ojos bien abiertos, preocupado por la suerte de ambos.

    -No tengo toda la información- Bajo sus ojos, mirando hacia el suelo –Llegue alrededor de las nueve de la noche, de la ciudadela, pase por el recinto de los ancianos y escuche el escándalo, obviamente entre y pregunte, pero no me quisieron informar solo por no ser un “Líder” y… Me obligaron a salir, pero…- Su rostro se ensombreció -¡¡¡LO MÁS SEGURO ES QUE LES DEN ESE MALDITO CASTIGO POR AMAR!!!- Apretó sus dientes.

    Después de todo el fauno escorpión aprecia a todos los del gremio y saber que estén en un peligro de esa magnitud no lo puede permitir, así que recurre al único que podría hacer frente a esa maldad.

    El rubio cerró sus ojos, masajeando sus cienes, entendía que el conflicto es demasiado grande, incluso algo que no podría evitar por las estúpidas reglas, pero debía hacer algo, está pensando lo más rápido posible.

    Estaba preparado para sacar su mejor carta en la posibilidad que fuera atrapado, ahora Aioros lo necesita más.

    -¡¡¡POR FAVOR SHAKA, AYÚDALOS!!!- Mu, sin prestarle la más mínima importancia el protocoló del habla, ni la cercanía, se aferró a las ropas del rubio, rogándole con lágrimas en sus ojos, no podía permitir que ese castigo tan terrible recayera en quienes le han brindado tanto cariño.

    Ese rostro inocente, que ruega por la vida de los demás antes que la propia, entiende bien que cualquier cosa que Mu le pida es como una orden para él.

    Lo abrazo a su cuerpo, no le interesó mucho que Milo los observara.

    El cual se sorprendió por esa cercanía, pero ato los cabos de inmediato, no haría un escándalo por eso, al contrario se alegró por un segundo de la fortuna que ambos corrieron, pero que si no logran evitar en este momento, también sufrirán el mismo camino.

    Abrazo al pequeño corderito, tratando de calmarlo, acarició sus largos cabellos con tanto amor, no quería verlo derramar ni una lágrima más.

    -No te preocupes, iré de inmediato- Dejo escapar un ligero suspiro y dirigió una mirada decisiva al escorpión.

    -Si…- Solo contestó esto con una voz apenas audible.

    No queriendo apartarse del pelilila, mas sabe que es lo mejor ahora, ir a enfrentarse a esos ancianos con ideas muy arraigadas y arcaicas, necesita ir solo, manteniendo a Mu seguro en su despacho es lo principal.

    Rompió el abrazo, dedicándole una sonrisa a Mu, no se podía atrever a besarlo, aunque se muriera por hacerlo.

    Desvió su mirada hacia el otro Alfa –Vamos Milo- Dijo esto, aunque casi fue detenido inmediatamente.

    -¿Puedo ir? Quiero saber… Si Shura está bien- Su preocupación evidenciada hacia el cabrío, con ese rostro consternado, lo decía todo.

    Tomo sus hombros con suma delicadeza, para transmitirle confianza, mirando sus ojos verdes.

    -Mu, debes quedarte aquí- Su voz se tornó nuevamente suave, tratando de hacerle entender que es la mejor opción.

    -Pero… Quiero… Ayudar… Si algo puedo hacer… Yo…- No apartaba la mirada de esos azules zafiros, respirando algo agitado, conteniendo sus lágrimas.

    -Hare lo que sea para evitar que algo malo les ocurra- Acaricio su mejilla con suavidad -¿Confías en mí?- Dedico una tenue sonrisa.

    Esa pregunta podía desarmar a cualquiera para hacer algo imprudente.

    Cerro sus ojos, bajando la mirada, llevando sus manos al pecho, justamente al símbolo de su recién unión, pensando lo más rápido posible en su respuesta.

    -Confió en ti…- Levanto su mirada, angustiado -¿Nada malo te pasara?- Unas lágrimas cayeron de sus ojos.

    Su mayor dolor podría ser perder a dos personas que en poco tiempo se volvieron importante, podría ser su punto de quiebre, se aferró a Shura cuando lo necesitó y su amor por Shaka solo podría crecer más por cómo están evolucionando ahora.

    Así que algo malo sucediera, es impensable.

    -Te prometo que nada ocurrirá, estaré bien- Le dedico una sonrisa y fijándose que no hubiera nadie cerca, le dio un tierno beso en los labios, algo fugaz pero suficiente para transmitir seguridad y amor.

    -No quiero interrumpir… Pero, debemos ir de inmediato, si aún estamos a tiempo de evitar ese castigo- Milo tuvo que interrumpir, no es de quienes hacen eso, pero el tiempo apremia.

    -Entiendo- Hablo de nuevo grave, contra el peli cerúleo, dirigió una mirada suave el pelilila –Quédate aquí… No salgas por nada, hasta que yo vuelva ¿Si?-

    Mu asintió, dedicándole una sonrisa –Te amo- Fue lo que le dijo por lo bajo.

    -Te amo- La contestación rápida de Shaka a su pareja, con quien sus destinos se han unido.

    Solo miro una vez más a Mu y cerro aquella puerta.

    Sus manos apretaron la llave que porta, antes de cerrar por completó la puerta.

    Aun ante los ojos expectantes del fauno Alfa, hizo lo que debía y se apresuró a dirigirse a aquella sala, en donde tendría que apoyar a un amigo, casi un hermano y de paso lograr que las cosas cambien.

    Durante ese breve caminar.

    -No creo que sea necesario que lo encierres, no creó que huya- Quiso bromear un poco, para calmar el ambiente.

    No contestó para nada, el rubio iba de seguro formulando un plan rápido, para lograr ayudar.

    -¿Cuándo paso?- Estando preocupado aun por Aioros y Shura, pero curioso por la relación de ellos dos.

    Que mala idea, al segundo líder no le gusta que se entrometan en su vida privada y más si eso incluye a Mu.

    Le dedico una mirada casi como si fuera a matarlo.

    -Muy bien… No preguntaré más- Levanto sus manos en señal de paz y su mirada dirigiéndose para otro punto, rasco su cabeza y suspiro de nueva cuenta -¿Crees que puedas evitar que les pase algo?-

    -No estoy seguro, pero es la única posibilidad que tengo, si funciona… Habremos acabado con esa tradición de los votos- Hablo decidido, nunca pensó usarla, solo en emergencias, pero ahora llego el momento de ver si es suficiente.

    -Sea lo que necesiten, yo los cubro- Sonrió el peli cerúleo, aunque apretó sus labios casi de inmediato, temiendo por el porvenir.

    -Quédate afuera del recinto, si escuchas que las cosas se ponen mal, trata de ayudar a Shura, y saca a Mu de aquí- Sus ojos azules parecían tornarse un poco más oscuros, estando delante de aquel lugar donde se debatiría una discusión.

    Para el escorpión, esas palabras indican una muy mala señal, pero entendía completamente a lo que se refiere.

    -No te preocupes- Le dedico una sonrisa, se detuvo de inmediato al estar delante de esa puerta, y solo vio como el rubio, pidió permiso y aunque tardo su respuesta, pudo entrar.

    La puerta cerrarse fue lo que vio, antes de quedarse en ese sitio, con la brisa cálida de esa estación.

    -Hagan lo posible para cambiar esa estupidez- Recargo su espalda en un pilar, para cruzarse de brazos y esperar cualquier indicio de una discusión y actuar por la misión encomendada.

    ---Dentro del recinto de los Ancianos---

    De inmediato pudo divisar a los tres mayores delante de una mesa, sus rostros lo decían todo, de enfado o de casi todos así.

    Mientras tanto Aioros se encuentra amarrado con los brazos detrás de la espalda, noto esa respiración agitada, un gran signo de que ha estado luchando por liberarse, con una desesperación muy evidente, posiblemente significa el hecho que el Omega que ama no se encuentra en ese lugar.

    Provocando que solo intentara ir a buscarlo.

    Ver de esa manera al castaño, impacto al rubio, pero no lo demostró dejando su rostro relajado, y dirigido la mirada a los tres ancianos.

    -¿Qué es lo que quieres Shaka?- El anciano de ojos verdes fue quien cuestiono el atrevimiento del rubio.

    -Vengo a ayudar a Aioros y Shura, y evitar que se cometa una locura- Hablo tajante, no es propio de él hablar más de la cuenta, pero aquí no puede darse el lujo de guardarse nada.

    -¡¡¡¿QUÉ HAS DICHO?!!! ¡¡¡ROMPER LOS VOTOS NO ES CUALQUIER COSA!!!- La anciana se exaltó tanto, que se levantó de su asiento, golpeando las palmas de sus manos contra la mesa.

    -¡¡¡SHURA Y YO NO HICIMOS NADA!!!- Apretó su mandíbula y olvido cualquier decoro en ese momento.

    -Estaban de noche, solos, juntos y se notaba la cercanía- El mayor de cabellos plateados, comenzó a hablar con un tono más tranquilo y pausado.

    -¡¡¡FUE SOLO UN BESO!!! ¡¡¡NO HICIMOS NADA!!! ¡¡¡Y SI ESO ES CUESTIÓN DE UN CASTIGO, YO LO RECIBO, PERO A SHURA NO LO TOQUEN!!!- Aun presentando algunas heridas, que no se explica la razón por que las tiene, se levantó de su lugar aun estando atado, no dejaría que nadie dañara al cabrío.

    -Eso no lo decides tú- Contesto el de ojos verdes y cansados.

    -Debemos calmarnos- Hablo de nueva cuenta quien porta una cicatriz, levantando las manos en señal de tranquilidad.

    -Aun así, por lo declarado, Aioros y Shura no rompieron para nada los votos, eso no es motivo para dañar a ninguno- El rubio hablo de una manera calmada, tratando de abogar por el castaño.

    -¡¡¡PERO ES SOLO EL INICIO, Y CUANDO MENOS SE ESPERE, ESE OMEGA ESTARÁ ENCINTA, SIENDO UNA BURLA PARA NUESTRAS REGLAS!!!-

    -¡¡¡EN ESE CASO, RENUNCIO A SER LÍDER EN ESTE MOMENTO!!!- El de cinta roja declaró su propuesta repentina, pero siendo la única para tener a salvo a quien ama.

    -¡¡¡NO PUEDES HACER ESO!!!- La mujer de ese concejo está determinada en no escuchar razones de un amor prohibido.

    -Aioros, se supone que tú y Shaka junto a los demás líderes de los otros gremios, irán a detener a los Shadow’s al final de la doncella de verano- Hablo, mirando al joven.

    -Lo siento anciano Krest, pero no puedo permitir que le hagan daño a Shura, si estoy a tiempo de cuidarlo, prefiero dejar todo en este momento- Se calmó un instante, bufando por lo bajo, tratando de recuperarse.

    -En ese caso… Si no cumples tu papel como primer líder, correrán la misma suerte, aun renunciando- De nuevo la voz de la anciana notaba su enfado.

    -No puede hacer eso, no existe el motivo conciso por el cual deban pagar- Shaka intervino de inmediato.

    -Sé que quieres defender a Aioros, pero él solo está cavando su propia tumba, por el simple hecho de amar a alguien-

    -¡¡¡¿QUÉ TIENE DE MALO AMAR A ALGUIEN?!!! ¡¡¡NUESTRA DIOSA PROFESABA CON EL AMOR A LO DEMÁS, ELLA NOS DICTÓ QUE EL AMOR ES LO ÚNICO CAPAZ DE HACERNOS VER LA VERDAD!!!- Se está impacientando, está a punto de romper cualquier protocolo y salir de allí, sin importar tener sus manos atadas a su espalda.

    -Sabemos eso, pero para mantener su legado, los líderes deben hacer votos de castidad para mantener la pureza como ella, es la única manera de lograr detener a los Shadow’s- Su intención es calmar las aguas.

    -Y en el caso, que detengamos a los Shadow’s eliminándolos por siempre, como es nuestro objetivó ¿Dejarían de obligarnos a mantener los votos?- Justo en ese instante tuvo una idea que podría ser diferente a la original pero funciona si la maneja bien.

    -Explica lo que has dicho- El de cabellos plateados le intereso aquello.

    Pero no solo a él, sino a Krest también, mientras la otra se mantenía con los ojos furiosos contra Aioros el cual le devolvía la misma mirada.

    -Lo que quiero decir… ¿Si nosotros detenemos como está planeado a los Shadow’s permanentemente, dejaran que rompamos los votos, SIN consecuencias para ninguno de los dos y quienes amamos?- Sus ojos cielo, se quedaron fijos en los tres ancianos, que lo miraron expectantes.

    No contestaron, pero es porque el rubio no les doy oportunidad.

    -Aunque lo puedo dirigir de otra forma- Guardo silencio otro momento más –Podemos seguir siendo los lideres, guardando los votos, pero cuando detengamos a los Shadow’s, dejaran que los votos sean olvidados, para nosotros y futuras generaciones-

    -Pero, lo que dices es completamente imposible- Hablo Krest, fijándose más atentamente al rubio.

    -Entonces, permítame decirlo de otra manera- Su mirada seria, se clavó al frente –Si no tenemos esa promesa que se cumplirá de dejarnos libres, los antiguos escritos y todo lo que he descubierto y que nos pueda salvar de esos monstruos, lo destruiré y no se podrá recuperar- Hablo de una forma tan fría y serena, que podía dar miedo.

    Obviamente anticipando que lo obligarán por otro medio, tenía la manera de mantener a salvo a Mu si algo ocurriera… Como se lo pidió a Milo, este haría lo imposible para cuidarlo, lo sabía perfectamente.

    Es su última jugada, si esto no funciona o no se llega a algún acuerdo, es evidente que tendrá que arriesgar su mundo entero por proteger al corderito que ama tanto, prefiere que todo se vuelva un infierno si con ello puede proteger a Mu.
     
  7. Threadmarks: Capitulo 27 (Una Oportunidad)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    -¡¡¡¿ENSERIO NOS ESTAS AMENAZANDO?!!!- La anciana, levanto su mirada enfurecida, por la insolencia del rubio.

    -Shaka, amenazar al gremio es un gran delito- Rasgado, el anciano que conoce más de la vida del segundo líder, le dejó en claro el asuntó.

    -Lo sé, pero no permitiré que se cometa un crimen contra Aioros y Shura, solo por enamorarse- Señalo a su amigo, sin apartar la vista al frente.

    -Eso debió pensarlo antes, por eso se le advierte y lee sus restricciones antes de hacer los votos- Krest hablo sereno, mirando al castaño.

    -Con trece años, no creo que tengamos una gran capacidad de decisión y pensar en las consecuencias, pero… Es cierto escogimos ese caminó, porque creímos que sería lo mejor- Suspiro, recordando igual ese momento y que acepto hacerlo por razones de venganza, ahora se arrepiente tanto.

    -Pensé que sería lo correcto, pero… No quiero que lastimen a Shura…- Apretó sus dientes, mientras seguía hablando con dolor –No conocía nada antes, solo el gremio y me quede aquí, aun después de conocer lo que ustedes, le hicieron al omega que me doy vida, a mi papá…- Se levantó con cuidado, estando sujeto con esa cuerdas alrededor de su cuerpo –Pero el gremio ni siquiera pudo ayudar en esa noche que ambos perdimos a nuestras familias-

    -Eso es algo que todos lamentamos, muchos de nuestros miembros fueron asesinados- Aquel que la cicatriz es una marca antigua, dedico esas palabras con tristeza.

    -Nos quedamos, creyendo que era lo mejor o lo que debíamos hacer… Pero ahora, encontramos a alguien importante y… Si realizamos los votos y si deberíamos seguirlos, pero… El corazón es más fuerte que la mente en estas circunstancias- Sus ojos verdes, se clavaron en la anciana, que es la más firme en el castigo.

    -Eso debieron pensarlo antes- Hablo tan indiferente ahora –Milo no los realizo y tenía la misma edad cuando se le ofreció, lo pensó bien, así que tu teoría de la edad no puede ser aceptada y tu amenaza tampoco- Se levantó –Si crees que dejaremos que hagas algo con los pergaminos, estas muy equivocado Shaka- Desafío al segundo con la mirada, sonriendo creyendo que podría ganarle.

    Shaka no se imaginó que esa mujer podría tener un plan para este momento, por lo tanto estaba a punto de improvisar alguna cosa, para dar tiempo a que Miilo haga lo que se le pidió.

    -Shaina, detente… No puedes tomar una decisión sin que estemos por lo menos dos de acuerdo- El anciano de en medio hablo, llevando los ojos cerrados y suspirando.

    -¡¡¡¿PERO QUÉ DICES?!!! ¡¡¡KREST!!! ¡¡¡NOS ESTÁN AMENAZANDO Y FALTANDO AL RESPETO!!! ¡¡¡¿CREES QUE NO DEBEN RECIBIR UN PEOR CASTIGO?!!!- Cruzo sus brazos –Obviamente sus amenazas y su pedido para cuidar de ese Omega, serán rechazadas, no romperemos las reglas-

    -¿Acaso nunca te enamoraste?- Rasgado algo fastidiado de escuchar a esa mujer, decidió enfrentarla un poco.

    -Tsk- Frunció el ceño, mirándolo directamente –No, y aunque hubiera sido el caso, no falte a mi deber- Dijo esto orgullosa.

    -Creo que los tiempos cambian…- Krest hablo dejando escapar un ligero suspiro –Y puede que si por fin encontramos la forma de acabar con nuestro peor tormento, tal vez exista la posibilidad de que los votos se anulen- Hablo con suavidad.

    Sin duda los momentos que se tomó para reflexionar y que dejo que todos dieran sus puntos de vista, le dieron una perspectiva diferente.

    -¡¡¡¿CÓMO ESTAS PENSANDO SI QUIERA EN ESO?!!!- Golpeo la mesa con furia.

    -¡¡¡SHAINA CÁLMATE!!!- Rasgado elevo la voz, pues estaba actuando como una niña la anciana.

    -¡¡¡¿ENTONES LOS SACRIFICIOS QUE HICIMOS, A ELLOS SE LES PERDONARA Y PODRÍAN SER FELICES CON QUIEN GUSTE, SIN TEMER POR LOS VOTOS?!!!- Los señalo enfurecida por la pequeña propuesta del de en medio.

    -Lograron cosas que nosotros no pudimos en nuestro tiempo- Krest hablo, mirándola con severidad –Si esta guerra con los Shadow’s se acaba, vale la pena concederles la remoción de los votos permanentemente-

    -Pero… Eso lo hacemos para estar más cercanos a los ideales de nuestra Diosa-

    -Ella permaneció casta y pura, porque fue su decisión, sacrifico su vida para salvarnos a todos, se perfectamente que gremio sigue sus ideales, porque creíamos que es lo necesario para detenerlos, pero… Si solo falta completar el antiguo ritual con la segunda persona más fuerte que quienes murieron primero, lo podemos hacer y después… Liberarlos de esa carga- El de cabellos cortos, dejo su punto de vista en claro –Yo no tengo objeción con la propuesta de Shaka, siempre y cuando sellen a los Shadow’s, y regresen victoriosos, sus votos serán desechos- Miro a ambos jóvenes que parecían no creer que la idea del rubio surtiera un efecto tan positivó –Incluso no permitiré que pierdan su posición de líderes-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Ella no podía creerlo –Pero… ¡¡¡¿AUN PREMIARLOS?!!!-

    -Shaina… No eres la única que tuvo que dejar a un lado el amor, ¿Por qué castigarlos si el mal se puede detener?-

    Ella apretó su mandíbula y puño, recordando a alguien que nunca le logro corresponder, sufriendo en silencio, pero se refugió en su posición para dejar ese dolor de lado, aunque su corazón se volviera de piedra.

    -Yo no tengo objeción si ellos cumplen- Aunque su rostro este enmarcado por la edad, se notaba algo relajado, tratando de calmar el ambiente, para dar su consentimiento.

    -Yo estoy también de acuerdo- Hablo el segundo anciano a la derecha, después de todo, fue quien siempre trato de hacer desistir o aconsejar al rubio de alguna manera, esta es la oportunidad que esperaban.

    -Gracias- Pudo respirar por fin tranquilo, si tiene a ellos dos de apoyo podría funcionar.

    -Es una dedición de dos contra uno, deseo saber tu opinión- Krest dirigió su vista a la anciana.

    Suspiro, miro nuevamente a esos dos jóvenes, que de alguna forma vio crecer, su corazón nunca volvería a ser tan cálido y bondadoso como antes, pero eso no significa que esté prohibido por completó.

    -Mi decisión es que, no desearía que los votos se acaben, o no por lo menos con ellos, tomaron su decisión- Hablo fríamente, ella podría ser un problema a futuro, porque sin duda es alguien de armas a tomar –Pero, si los otros dos están de acuerdo, aceptare que se sean abolidas a su regreso triunfal-

    Aunque el rubio este tranquilo al saber esto, el castaño aún sigue desesperado por conocer el paradero del peliverde, no lo había visto en toda la noche y su preocupación con cada minuto crece más.

    -Con una condición- No dejaría que las cosas fueran así de fáciles, su mirada dedicada a ambos líderes, que la notan como una posible enemiga ahora –Ambos deben abstenerse de tener sexo, Aioros por el momento no podrás estar a solas con Shura, pero no se le hará daño alguno- Su mirada siempre afilada, nunca se suavizo aun dando esa agridulce noticia –Si todo sale bien, al quitar tus votos, podrás hacer lo que te plazca, solo si los Shadow’s son erradicados, ¿Lo has entendido?-

    Apretó su mandíbula, ya está cansado de solo el parloteo cuando su mente esta en Shura, pensar en que este bien y nada malo le esté pasando.

    -Solo júreme que Shura estará siempre a salvo, y cumpliré lo que desees- Su voz sonó más ronca y pesada que de costumbre, su semblante amígale se esfumo.

    -Lo estará, mientras no se atrevan a tener relaciones sexuales antes del último enfrentamiento- Aun sigue sus condiciones, ahora fijo su vista en Shaka –Lo mismo va para ti-

    El rubio, la miro con la serenidad plasmada en su rostro, no podía traer sospechas a sus presentes, cuando la noche anterior, su cuerpo ha tomado al de su Omega destinado, debe mantenerse aun en actuación.

    -Entiendo- Su tono se mantuvo neutro.

    Miro a los otros dos –Eso sería todo lo que pondría de condición, si funciona el plan, ellos podrán estar con quien gusten, pero no aceptaré que tengan más de una pareja- Sabiendo aunque eso va contra las creencias de su gremio.

    Ya que aquellos que no están en votos, pueden formar una familia, pero si alguno comete adulterio, se le castiga y expulsa, mientras que a la pareja dañada, se le protege por la posibilidad de muerte por perdida de la marca.

    Dándose cuenta que este momento los ancianos están dando la luz verde para acabar con una tradición muy antigua, solo si ellos logran sellar al mal en la tierra, junto a la ayuda de los otros líderes de los gremios, están más que decididos en hacerlo.

    -Shura se encuentra encerrado en los calabozos del sector sur, puedes ir a verlo de inmediato, pero no estar a solas- La voz fría del anciano dio aquellas indicaciones, para ordenar la liberación del castaño.

    Obviamente este no esperaría ninguna ceremonia para que lo acompañen, solo necesita ver el rostro de Shura y saber que se encuentra bien.

    Aun no se había detenido a pensar en la revolucionaria idea que surgió y aceptaron.

    Acto seguido, los ancianos se comenzaron a retirar, igual el rubio lo haría…

    Nunca es capaz de expresar sus emociones de forma física, plasmarlos en su rostro no es lo suyo, pero… Con esto, logro sonreír.

    Esto significa que Mu estaría a salvo, el detener la amenaza, ya es lo de menos…

    -Shaka- Aquel con la cicatriz en su rostro lo llamo.

    -¿Si?- Contesto algo tajante.

    -Debes estar más tranquiló ahora- Cruzo sus brazos, mirando al joven.

    -Sí, lo estoy… Pero no cambia mis planes, cuando esto termine, Mu y yo nos iremos- Suspiro tranquilo.

    -Entonces, mantén tus hormonas calmadas, y que ese pequeño Omega este alejado de ti en sus periodos de celo- Sonrió, y dio media vuelta.

    Es el único que sabe que Mu y él son destinados, pero no revelaría a nadie que su amor se ha consumado antes de tiempo, esto podría traer una consecuencia solo para ellos y es lo que menos permitirá.

    Suspiro y salió de aquel recinto, se dio cuenta de inmediato que Milo no está a fuera.

    Lo más seguro es que el peli cúrelo fuera directamente con Aioros, al verlo salir tan de prisa.

    No le dio vueltas al asunto, siendo ya medio día… Dirigió los pasos a su despacho, solo quería abrazar a Mu y decirle esta nueva notica.

    Pero en sus adentros, aun en contra de su mayor anhelo con ese pequeño fauno.

    Espera que esa noche, no traiga una hermosa consecuencia, que ponga en jaque lo establecido como una prueba antes, de que todo funcione.

    Ahora podrían estar juntos, pero siempre acompañados… Sin embargo nadie más que Rasgado sabe que ellos dos se aman.

    Sería necesario seguir fingiendo, si es la situación, pero quiere poder abrazar, besar y tener a Mu con él todo el tiempo.

    Solo es un pequeño sacrificio por una vida mejor a un futuro de corto plazo.

    Sus pasos dirigiéndose a su destino, al estar enfrente de esa puerta, su mano tomo aquellas llaves y abrió.

    De inmediato noto al pelilila sentado en aquel sofá que en la noche vieja compartieron para ver los fuegos artificiales.

    -Señor Shaka- Hablo de inmediato, limpiando sus lágrimas y yendo a encontrarlo -¿Está todo bien? Shura y Aioros… ¿Están a salvo? ¿Usted lo está?- Bombardeo con sus preguntas al mayor, no podía aguantar más sin saber la verdad.

    No contestó de forma inmediata, si no que… Abrazo el frágil cuerpo, sintiendo el confort que Mu le puede regalar.

    Esta acción asusto al Omega, provocando que un temblor recorriera su cuerpo, pero necesita saber más.

    -¿Paso algo malo?- Su voz delicada, denoto angustia.

    -Nada malo- El tono de ese Alfa siempre será suave para el fauno entre sus brazos –Las reglas se pueden cambiar-

    -¿Qué quiere decir?- Levanto la vista, necesita ver las orbes azules de su rubio.

    -Mientras acabemos con los Shadow’s, los votos serán revocados y seremos libres- Tomo las manos del corderito y les deposito varios besos –Nada malo te ocurrirá, y sin tener que preocuparnos por ello nunca más, lograremos vivir nuestra vida juntos y en paz-

    -¿Cómo fue que paso eso?- Sonrió, sonrojado.

    -Primero los amenacé con quemar los pergaminos- Hablo como si fuera la cosa más natural del mundo.

    -¿Qué?- Esto si no se lo espero el pelilila.

    -Después... Krest, indico que podremos abolir los votos con nuestra victoria- Beso los labios del fauno, ya no podía esperar más, los necesitaba con urgencia –Sin embargo tenemos una condición-

    -¿Cuál… Es…?- Los nervios invadieron su ser, al besar al rubio.

    -No podemos estar a solas con quienes amamos, y tampoco… Hacer el amor- Hablo, cerrando sus ojos, algo molesto por esto.

    -¿Saben de nosotros?- Abrió sus ojos algo angustiado -¿No le ocasionará problemas?-

    -Mu, tranquiló… Solo una persona lo sabe… Y guardara nuestro secreto, pero… Me temo que si queremos desaparecer aquella tontería que hice a los trece, debemos de contenernos- Sonrió, alzando la barbilla del menor –Me será muy difícil no querer estar conmigo, pero… Tu próximo ciclo de celo aun tardará tres meses y… Aquella batalla está programada en un mes, resistiré… Pero… Necesitare todos los besos que puedas darme-

    No podía negar que necesita hacer este coqueteo con Mu, aunque no es para anda su estilo, pero es su mayor debilidad el Omega.

    Las mejillas del corderito se volvieron muy cálidas, por esas palabras del mayor, pero la preocupación volvió de inmediato.

    -Pero… Nosotros ayer…- Bajo su mirada con pena por volver a recordar esa hermosa noche.

    -Se lo que paso… Y no me arrepiento, fue lo más maravilloso de mi vida- Sujeto las mejillas del pelilila –Pase lo que pase, al final de esto estaremos juntos, un mes no será nada, a comparación con una vida completa a tu lado-

    No pudo resistir más y abrazo al segundo líder, acomodándose en su pecho, para escuchar ese delicado latir que solo le pertenece a él.

    -Si es necesario para que nada malo le ocurra, resistiré… Y solo esperare a que se cumpla el plazo y podre besarlo, sin miedo- Las palabras de Mu, siendo tan sinceras.

    Una pequeña condición que se debe cumplir, un solo mes es lo que separa a esos corazones enamorados, mantener la calma, no arriesgarse, puede ser que se pase rápido, pero… Existen tantas sorpresas tanto buenas como malas que se pueden dar.
     
  8. Threadmarks: Capitulo 28 (Un Poco De Calma)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---En los calabozos---

    El peliverde se encuentra sentando en la soledad de esa pequeña prisión, cabizbajo, abrazando sus piernas, dejando escapar sus lágrimas, se sentía tan culpable por haber besado a Aioros, ser descubiertos.

    Se sentía de lo peor, si por su causa el segundo guardián sufre ese maldito castigo, no se lo podía perdonar.

    Deseaba morir… Por unos instante hubiera preferido seguir con esa vida que llevaba, después de todo con ese ritmo, moriría tarde que temprano, pero ahora no puede concebir la simple idea de ver al castaño sufriendo.

    Podría hacer algo, si decidieran que solo él sufriera ambos castigos, lo haría.

    Shura para este momento, se está hundiendo en esos pensamientos peligrosos, que su vida no es nada a comparación con la de los demás.

    -Aioros, todo es mi culpa. Nunca debí recriminarte nada, jamás hubiera aceptado este amor en secreto- Cubriendo su tristeza con las manos que tiemblan ante la idea de perderlo –Todo sería igual, si nunca me hubieras encontrado, estarías a salvo, pero… Es mi culpa… Perdóname…-

    No tardó mucho en escuchar como la puerta principal de ese lugar se abrió y escuchó unos pasos apresurados, no prestaría mucha atención, si no fuera por la voz que gritaba desesperado.

    -¡¡¡SHURA!!! ¡¡¡SHURA!!! ¡¡¡¿DÓNDE ESTÁS?!!!- Gritaba por todos lados, mirando a cada celda vacía.

    -¡¡¡¿AIOROS?!!!- Por haberse mantenido en esa posición por tantas horas, le dificultad el pararse, pero lo hizo solo para llegar a los barrotes y mirar a quien lo llama, sus lágrimas no se podían detener, su corazón latiendo creyendo que podrían ser malas noticias.

    -¡¡¡Shura!!!- Al escuchar su dulce voz, se apresuró para llegar a verlo, no le interesa en lo más mínimo las ligeras heridas de su cuerpo, no le importan con tal de ver a su Omega.

    Al llegar a su celda, verlo detrás de esos barrotes, solo quería asegurarse de que este bien, estiro su mano para tocar aquella pálida mejilla, que se encuentra algo fría por la zona -¡¡¡¿ESTAS BIEN?!!! ¡¡¡¿NO TE PASO NADA?!!!- Sus precauciones de inmediato se reflejaron.

    -Estoy bien… Pero… ¿Y tú?- Sonrió, de las pocas veces que se daba permiso de hacerlo, el cabrío supo que es oportuno hacerlo, las lágrimas no se detenían en lo más mismo pues su corazón está contento de que Aioros esté bien.

    -¡¡¡¿A QUIÉN LE IMPORTA ESO?!!!- Sonrió, su Omega está a salvo, pero no puede negar que odia ver esas lágrimas en sus jades.

    -A mí me importa, idiota- Aun impidiéndole abrazarlo por los barrotes, estiro sus manos entre ellos, para acercarse lo más que pueda al castaño -¿Dime que vamos hacer?, ¿Qué decidieron? ¿Te van a castigar? Por favor déjame hablar con ellos...-

    -Shura…- Lo llamo suave para calmarlo –Nada malo pasara, ya todo estará bien, lo prometo- Se estaba hartando de ese hierro que los separa –No puedo soportar más, derribare estas cosas-

    -No lo hagas y primero explícame que está pasando- Sin dejar de abrazarlo, aun con el impedimento, necesitaba saber que terreno estarán pisando.

    -Gracias a Shaka, tenemos una posibilidad de romper los votos- Sonrió, acariciando sus mejillas, atreviéndose a depositar rápidos besos en la piel del fauno.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿CÓMO FUE ESO POSIBLE?!!!- Se sorprendió tanto, su ceño fruncido ha desaparecido por estos momentos.

    Sonrió enternecido, cada expresión que Shura lo deja ver, es algo que agradece, como desea acabar con todo este desastre antiguo y poder unirse de por vida con ese omega, su destinado.

    -Amenazo abiertamente al concejo de ancianos, si ellos no nos permitían levantar los votos al terminar con los Shadow’s, el quemaría los antiguos pergaminos, perdiendo cualquier posibilidad de detener a esas bestias- Dijo esto atento al peliverde.

    -¡¡¡¿CÓMO SE ATREVIÓ A HACER ESO?!!!- El mismo cabrío no podía creerlo –Imagino que… ¿Ellos aceptaron?-

    -El anciano Krest acepto, también Rasgado y la anciana Shaina… Nos dio la condición de mantenernos aún bajo los votos hasta que los sellemos, después todo acabara y podremos casarnos- Sostuvo ambas manos del cabrío, besándolas con delicadezas y dejar escapar algunas lágrimas –Yo sé que no fui de ninguna ayuda, estaba demasiado cegado por el enojo, pensando que algo malo te estuvieran haciendo- Suspiro –Si algo malo te ocurriría no lo soportaría, se lo que puede pasar por esa marca, mi papá Regulus… Padeció ese dolor y no quería eso para ti-

    -Ya, ya, tranquilo- El fauno lo trata de consolar, conoce el dolor que ha guardado el castaño en su pecho por la pérdida de su familia, y como el gremio ha hecho estupideces –Entonces… Tienes que derrotarlos, dependerá de ti y todos los otros líderes actuales hacerlo- Quería sin duda cambiar el ambiente, solo con ese castaño es capaz de aceptar el amor, pero… No está muy acostumbrado aun.

    Un segundo par de pasos se escucharon, alertando al peliverde, pero el primer líder se encuentra tranquilo, pues solo significa buenas noticias.

    -Traigo las llaves- El escorpión, sonriendo mostrando aquellos objetos.

    -¿Lo sabe ahora Milo?- Suspiro resignado, asegurando que este fauno lo estaría molestando de por vida.

    -Perdón amor, pero… Otra cosa es que no podemos estar solos hasta que logremos detener a los Shadow’s- Sonrió apenado, quitándole las llaves al peli cerúleo, abriendo de inmediato la celda.

    Necesita tener a Shura entre sus brazos en este mismo momento o crearía que moriría.

    -Dime, ¿Cómo estás? ¿Enserio estas bien?- Ya no dudo ni un instante, incluso entro a la celda de lo emocionado que se encuentra, abrazando con fuerza al cabrío.

    -Ya te dije estoy bien- Aun con su actitud de siempre, algo seria y reservada, sentía tanta tranquilidad de que el primer líder lo abrazará de esa forma, un Alfa es demasiado sobreprotector con su destinado, de eso no existe duda.

    Lamentablemente para el escorpión le toca ser mal tercio en este momento, todo para que sus amigos puedan demostrarse un poco de amor, sin hacer nada atrevido, si no Milo… Moriría de vergüenza y no sería prudente.

    ---Días después---

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿ESO ES LO QUE PASO?!!!- El fauno pez, solo grito aquellas preguntas, pues no podía comprender todo lo que se ha perdido.

    -En pocas palabras si, ahora nuestros queridos líderes, deben terminar esa última tarea y podrán estar con quien les plazca y los complazca- Rio un poco el escorpión, estando en el invernadero sentando en una silla, divirtiéndose por las expresiones del peli celeste.

    -Uno se va por una semana y se pierde de tantas cosas- Bufo molesto, porque es de quienes les gusta enterarse de los chimes de manera inmediata.

    -Ja, ja, ja, en pocas palabras, los votos ya no existirán, por el atrevimiento de Shaka- Sonrió tan emocionado, pues él conoce el secreto de esos dos.

    -Pero dime una cosa ¿Quién vigila a Aioros y Shura?- Suspira fastidiado –Es molesto qué no puedan tener privacidad, pero solo será por unas semanas más-

    -Manigoldo le toco esa hermosa tarea- Sonrió confiado –Sabemos que él sin duda les dará algunos momentos tranquilos-

    -Cierto… Él siempre fue bastante partidario de romper esos votos- sonrió con algo de tristeza, recordando al hijo del mencionado.

    -Y yo debo cuidar de que nuestro segundo líder no ande de “Enamorado”- Giro sus ojos con fastidio –Con la actitud de Shaka, me quiere correr con la mirada, pero sabe que se debe aguantar-

    -Mu aun esta chiquito, pero… Si su celo llego, significa que pronto tendremos bebes de su parte cuando logre triunfar por sobre los votos- Pensar en esa posibilidad, le hacía sonrojarse por la dulce idea.

    Milo, sonrió de lado, mirando disimulado y susurrando –Si es que no viene uno ya en camino-

    -¿Qué dijiste?- El peli celeste lo miro atento, pues su oído es bastante fino, después de todo un fauno, tiene ciertas habilidades.

    -Nada- Sonrió bastante nerviosos.

    -Sabes algo más… ¿Cierto?- El peli celeste se le acerco de manera acusatoria, además de que para él el pelilila corderito es un bebe aun.

    -Bueno…- Trago saliva nervioso –No sé si tú te has dado cuenta, pero… Mu despide un cierto aroma diferente a lo acostumbrado-

    -¿Cómo que un aroma diferente?- Ladeo su cabeza confundido.

    -Cuando un Omega tiene su primera relación sexual, sucede algo llamado “Florecimiento” y su aroma cambia a uno mucho más suave por un tiempo, para luego regresar a la normalidad- Explico con pocos detalles el escorpión.

    Afrodita pensó un rato, como si tratara de recordar esa información –Es porque su cuerpo da a entender que ha iniciado una vida sexual activa y más si es marcado indica que tiene Alfa, si es que ese aroma es más dulce- Cruzado de brazos, bastante pensativo y algo molesto –Pero eso solo ustedes pueden notarlo, los Omega no tenemos ese olfato para notar el detalle-

    -Es que es para advertir o invitar a los Alfas- Haciendo una mueca de desagrado –Sin duda el aroma que despide Mu, es de advertencia y con las aterradoras miradas que me dedica Shaka- Tembló exageradamente -¿Cómo piensa que me pueda interesar ese corderito?-

    -Esto será un problema…- Recargo su espalda, mirando hacia el techo del invernadero que deja ver el cielo –Maldito Shaka, no pudo esperar para andar apareándose con mi lindo bebe- Su rostro de tristeza y decepción –Se aprovechó de su celo sin duda-

    -Bueno, no es como que violara a Mu, tampoco es una bestia- Milo defendiendo al rubio, de las insinuaciones del peli celeste.

    -Ya sé que Mu lo quiere, pero… Pensé que, primero la declaración acá bonita, algunas citas y después… Pues ya lo otro- En su mente este es el procedimiento correcto de llevar las etapas del cortejo.

    -Para el momento del celo de Mu, esta posibilidad ni siquiera existía y ahora… Solo esperemos que no haya anudado, si no… Tendrán pronto noticias de un bebe- Giro sus ojos, preocupado por sus amigos.

    -Si se enteran después del mes, estarán a salvo- Frunciendo el ceño, está pensando hablar seriamente con cierto rubio, porque después de todo, como Shura y Camus que aprecian mucho a Mu, Afrodita igual lo considera como un dulce bebe.

    Existió un breve silencio incomodo, principalmente por que el fauno venenoso se quedó pensativo, logrando asustar al contrario.

    -Oye Afrodita- Llamo como si estuviera ausente.

    -¿Qué?- Lo miro detenidamente, pues la cara de tonto que proyecta lo desconcierta.

    -¿Les duele a los Omega cuando los Alfas anudan?- La duda existencia la soltó de golpe.

    -Pues no se…- Se encogió de hombros, aunque se sonrojo por la pregunta sin duda.

    -Cierto, se me olvidaba que tu aun eres señorito- El peli cerúleo comenzó a reír de manera burlesca, casi a carcajadas.

    -Ah, hola- Afrodita no se quedaría atrás –Habla el Alfa que ha dicho que guarda su “Florecita”, para el Omega destinado- Lo miro de arriba abajo, para devolverle la burla.

    -Y ahora que lo encontré, es solo cuestión de esperar que mi hermoso Camus me diga que acepta mi cortejo, y lo honraré pidiéndole que se una conmigo, en una ceremonia improvisada pero que simbolizara todo mi amor y después…- Sonrió de manera pervertida, imaginando tantas cosas, que hasta el aguijón unido a él, por donde su ponzoña puede salir, se levantó emocionado.

    -Te voy a tirar un balde de agua helada, con esos pensamientos tuyos, las feromonas Alfas van a despedirse y será peligroso- Se cubrió su nariz algo asqueado, por lo que su sensible nariz Omega siente.

    -Lo siento- Sonrió de manera burlesca, pero de inmediato volvió a pensar en su pregunta –Pero ya enserio, ¿Duele el anudar?-

    -¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS VOY A SABER YO?!!!- Afrodita le grito por segunda vez en el día.

    -¿Qué pasa aquí?- Albafica quien escuchó los gritos de su alumno, entro al invernadero para verificar que ocurre.

    -Nada maestro… Es solo Milo siendo Milo- Contestó lo más respetuosamente, tratando de ocultar su sonrojo por la vergüenza pasada.

    -¿Usted sabe si duele a los Omegas al anudar?- El peli cerúleo cuando se le mete una duda en su mente, no existe poder sobre la tierra para sacarlo de esa idea.

    Al hermoso hombre Beta, miro bastante consternado al fauno, parpadeó algunas veces y suspiro –No tengo tiempo para estos temas, consulta un libro y deja de andar haciendo preguntas indecorosas- Con la misma se retiró porque ese joven solo tiene ocurrencias en su mente.

    -Bien hecho Milo, incomodaste a mi maestro- Cruzado de brazos.

    -Es que tengo duda, no quiero lastimar a Camus al momento de hacerlo- Cerro sus ojos angustiado, es de los pocos Alfas que piensa en el bienestar de su Destinado antes de solo el placer.

    -Pues espera y le peguntas cuando suceda y ya después sabrás si seguir o calmar tus impulsos carnales- Ya desesperado el joven.

    -Bien…- Haciendo un ligero puchero y pensativo nuevamente –Sabes… Me gustaría ayudar a Shaka y Mu para que tenga algo de privacidad, pero… Aquí en el gremio es muy difícil.

    Afrodita se quedó pensando ahora.

    -Creo que tengo una manera de darles un poco de privacidad y sin romper las reglas, pero tampoco para que ese rubio haga algo con mi pequeño corderito- Sonrió y con la misma hizo un puchero de molestia, pues se volvió sobreprotector con el fauno pelilila, aunque con menos intensidad que el peliverde.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 29 (Encuentro Fortuito)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---Al día siguiente---

    En cuanto vio al pequeño Fauno, Afrodita no perdió tiempo y lo abrazó, como si no lo hubiera visto en un largo tiempo.

    Aunque no paso mucho de su viaje y de regreso pudo verlo, pero es demasiado efusivo y más sabiendo ese detalle.

    -Mi pequeño Mu, ¿Cómo estás?- Inmediatamente después de abrazarlo, comenzó a inspeccionarlo más detalladamente.

    -Es… Estoy bien…- Se sentía nervioso por la atención excesiva del peli celeste.

    -¿Estás seguro? ¿No te duele nada?- Incluso mirándolo de cerca invadiendo su espacio personal –Si tienes algo que decir, puedes decirle a mami Afrodita… Y más si es algo privado, te sabré escuchar- Sujeto las mejillas del cordero, para enfatizar su punto.

    Sonrió apenado, con las mejillas siendo apretadas –En verdad…Estoy bien, nada malo me pasa-

    -¿No serás papi Afrodita en todo caso?- El fauno escorpión hablo, con una sonrisa burlesca.

    -Es solo un decir- Quito las manos del pelilila, para mirar molestó al peli cerúleo, que le quito su oportunidad de saber sobre ese tema.

    Sonrió, pues le agrada escuchar las pequeñas discusiones de Afrodita y Milo, se siente tan feliz, pues en este gremio aun con las restricciones ha encontrado una nueva familia, aunque no sea de sangre, todos son muy buenos con él.

    -Afrodita… Milo me dijo que necesitabas mi ayuda… ¿Qué puedo hacer?- Esa sonrisa sigue siendo tan inocente y pura, que es difícil pensar que ese pequeño omega ha sido marcado, que bueno su cabello largo lo oculta.

    Además que le encanta ser de utilidad cada que pueda.

    -Cierto- Sonrió emocionado el de cabellos celestes –Sabes… Aunque fui a traer algunas flores medicinales y otras para experimento de mi maestro, me hizo falta una especie de ellas, que crece a en el centro del bosque que está detrás del gremio- Sonrió de manera cómplice con Milo –Yo estoy muy atareado con algunas cosas, mi maestro igual debe hacer revisiones de salud para todos los que irán con los líderes a destruir los Shadow’s- Ponía su mejor cara de dramatización, para que el menor le creyera –Y Milo no es capaz de diferenciar el perejil y del cilantro, así que necesito que me ayudes a buscar esa flor en específico-

    -¡¡¡OYE!!! ¡¡¡¿CÓMO QUE NO SE DIFERENCIARLOS?!!!- Tardo unos segundos en reaccionar por el comentario, pero no le doy mucha gracia.

    -Sabes que no lo haces, la última vez que tuviste que hacer las comprar del gremio, los cocineros tuvieron que mandarte de nuevo por el cilantro y te volviste a equivocar- Lo miro decepcionado, pero con una linda sonrisa en su rostro, pues está diciendo la verdad.

    Una risita ante las protesta del escorpión –Claro que si te ayudaré Afrodita- Dispuesto a hacer cualquier cosa por sus nuevos amigos.

    -¡¡¡EXCELENTE!!!- Casi brinca de emoción, sin embargo se controló.

    -Pero como obviamente no puedes salir solo el gremio sin un Alfa, ¿Qué opinas que el segundo líder Shaka te acompañe?- Milo decía esto como si fuera todo una coincidencia.

    Bajo su mirada un poco, algo sonrojado, por pensar que podría pasar ese tiempo con el rubio, incluso olvidando por completo que es peligroso para él estar fuera del gremio.

    Pero estar junto a su bueno… Esposo por la ceremonia privada que ese rosario que lleva puesto representa, lo llena de seguridad.

    -Podría… Pedírselo…- Dijo esto con algo de nervios.

    -Además para que no me esté molestando Milo ira con ustedes- Agrego Afrodita, aunque los estuviera ayudando para pasar más tiempo a solas, no se puede romper las reglas del gremio, y que el escorpión accedió al plan, pero les daría tiempo a solas, haciéndose el tonto en el bosque.

    -Iré solo para cuidarlos, después de todo en el bosque cercano existen faunos salvajes, que pueden atacarlos- Haciendo un rugido de un tigre, pero no le salió nada bien.

    -Ay, pareces un gatito- La burla del fauno pez no se hizo esperar, pero se volvió a fijar en Mu –Solo necesito un poco de la flor “Labios rojos”, la encontraras en el centro del bosque, pero es bastante pequeña, se deben fijar muy bien en la base de los troncos, es donde crece- Daba esas instrucciones al menor –Es un pequeño viaje de casi todo el día, pero… pueden llevar comida y relajarse en ese lugar, sin preocuparse por nada-

    -Sirve que buscare hermosas flores para mi precioso Camus- Y allí vemos como Milo no deja de pensar en su destinado, que solo suspira de manera sonora, por el amor.

    -Puedes llevarle algunas del invernadero- Afrodita señalo, pues da permiso si se trata de cosas de esa índole.

    -No, son muy comunes- Mal uso de palabras.

    -¡¡¡¿QUÉ DIJISTE BICHO RASTRERO?!!!- El peli celeste está a punto de darle un puñetazo al peli cerúleo, incrementando un poco su energía vital para hacer esto.

    -¡¡¡MU!!! Protégeme- Seria una manera algo “Cobarde” Pero se ocultó detrás del pequeño fauno, mas como algo de risa, en vez de seriedad.

    -¿Eh?- Miro al escorpión, para luego darse cuenta que Afrodita lo quiere alcanzar, pero estando él en medio es casi imposible.

    Una situación bastante cómica, esas que solo puede provocar Milo, para devolverla una de tantos insultos que el pececito le ha dicho.

    Incluso vemos que el pequeño corderito ha superado su miedo por los Alfas de una forma formidable, ya puede sentirse seguro junto a los demás, siempre y cuando sean los del gremio, aún tiene temor de relacionarse con Alfas de otros lugares, prefiriendo mantenerse al margen.

    Pero si ha hecho tantos avances en poco tiempo, sin duda lograra hacer muchos más.

    Ahora con la oportunidad que Afrodita le ha dado, para pasar un día entero a lado de Shaka y si bien, el escorpión ira para hacer mal tercio, no se interpondrá si quieren pasar algo de tiempo a solas.

    Él está decidido a buscar alguna preciosa flor para su Camus, aunque trabaje en una florería, él quiere colmarlo de detalles de por vida.

    Además que teniendo a Mu cerca le podría dar concejos.

    ---Al día siguiente---

    Se pusieron en marcha, aunque no es tan lejos, decidieron ir en caballo, así los animales también logran relajarse un poco, estar todo el tiempo en el establo no es bueno y más si dentro de poco irán a una zona tan peligrosa como es el territorio de los Shadow’s.

    Obviamente en cuanto Mu le pidió a Shaka ir con él a esa “Búsqueda” no se puede negar a ninguna petición del pequeño Omega.

    Sin contar que el simple hecho de que el corderito tenga que salir del gremio, es algo que al segundo líder no puede permitir si no está a su lado.

    Él no olvida que debe estar alerta por el peligro de ese maldito de Saga.

    Incluso no ha dicho nada a Mu, pero ha dejado órdenes a varios guardias de resguardar al cordero en todo momento en el tiempo que no este.

    No puede dejar sin protección a su destinado.

    Durante ese camino, Milo cabalgando su propio caballo, uno azabache, que pareciera más que el animal guiara al fauno, pues usualmente va tan despreocupado que puede dormirse.

    Por su parte Shaka con su típico caballo blanco, y Mu con él. Tampoco confía en otro para llevar a su Omega.

    Algo sobreprotector pero bueno al pequeño le gusta este trato.

    Aunque saben que Milo conoce su situación, prefieren ser discretos, pues no desea que el otro esté haciendo bromas o sonidos de ternura por sus acciones.

    Pero eso no significa que no haga preguntas imprudentes.

    -Oye Mu- Llamo, mirando al fauno que va abrazado a la espalda del rubio.

    Shaka hubiera preferido que fuera al frente de él, para cuidarlo mejor, pero todo sea para que no existan sospechas de más.

    -¿Qué pasa, Milo?- El menor sonriendo al ver a su amigo.

    -¿Les duele a los Omega cuando los Alfas anuden en ellos?- Su mirada fija en el pelilila, pues sabe que el pequeño ya lo experimento y se le ocurre preguntar.

    -¿Eh?- La dulce voz de Mu, apenas salió... Pues la vergüenza lo comenzó a invadir, bajando la mirada, tan rojo que no puede ver al otro.

    Sin embargo esa pregunta no la tomo nada bien el rubio que va con el corderito.

    Incluso detuvo el caballo, esa energía que caracteriza al segundo líder, se comenzó hacer tan violenta de repente.

    -Milo- Llamo con un tono bastante alto, exactamente como un Alfa cuando está muy molesto.

    El escorpión lo noto, y sabe que está muerto por esta imprudencia.

    -Oye… No… Solo pregunte, tengo esa duda para…- No pudo terminar de hablar.

    Pues de un solo movimiento el de ojos azules, lanzo sus aros para tirarlo del caballo y dejarlo atorado en un árbol, como castigo por andar preguntando de la vía privada de su destinado, que eso a nadie le incumbe.

    Es demasiado discreto en sus intimidades, si le hubiera hecho la pregunta a él, solo lo habría ignorado o dado un golpe.

    Pero por andar abrumando a Mu con preguntas estúpidas, se merece quedar allí todo el día, dándole igual la regla de que no estén a solas.

    Sin embargó conocemos el buen corazón del corderito, y después de que se le pasara la vergüenza, volverían por Milo.

    Pero se llevó un fuerte regaño y amenaza por parte del segundo líder.

    Incluso sus ojos azules que siempre parecen pacíficos se volvieron tan amenazantes, dignos de un Alfa defendiendo a su destinado.

    Y Milo aprendió que no se debe hacer preguntas tan indiscretas a la ligera, si no quiere acabar en una situación crítica y casi de muerte.

    Al llegar al punto, bajaron de los caballos y decidieron separarse para buscar dicha flor, obviamente Milo por su lado y los dos enamorados por el suyo.

    Aunque el escorpión les advirtió que no hicieran nada raro, y allí se ganó el golpe de parte de Shaka.

    En fin, pasaron la mañana buscando y recolectando las flores.

    Ha sido un desafío buscarlas, por lo diminutas que son, pero el corderito descubrió que ese tiempo siendo enseñado por Afrodita en reconocimiento de plantas y su aroma suave, le ayudo mucho.

    Sus instintos faunos los mantiene bajo mucho control, y que en sus primeros años no tuviera suficiente nutrientes, es la causa que no tenga algunos sentidos tan desarrollados, pero los compensa con los que sí.

    Una sonrisa acompaña su rostro, que lleva entre sus manos las pequeñas flores, dejándolas en una canasta.

    -Son muy hermosas- Comenta esto, mientras sigue buscando.

    Estar en la naturaleza es algo tan agradable para él, sonriendo con tranquilidad, pero solo por tener a Shaka a su lado.

    -Tu eres mucho más hermoso- El rubio coloco una delicada flor en el cabello de Mu.

    Sonrojado por esa atención, bajo su mirada –Gracias…-

    Ese alfa, no quiere aceptar que su Omega no le sostenga la mirada aunque sea de pena, las esmeradas que posee el menor, son solo para que él las aprecie y quiere hacerlo.

    Levanto su mentón –Te amo- Y beso esos labios dulces.

    Estar fuera del gremio con un gran bosque a su alrededor, protegiéndolos de cualquier mirada indiscreta.

    Sabe que no puede tomar a Mu cuando lo desee o donde quiera, así que está dispuesto a cumplir no hacerlo, hasta después de su misión, pero no niega que necesita los besos del pelilila de manera urgente.

    Mientras lo besa, sus manos rodean la frágil silueta del corderito, atrayéndolo más a su persona.

    Intensificando ese beso, atreviéndose a introducir su lengua dentro del menor.

    Pero Mu no rechaza esa cercanía, también quiere estar de esa forma con el rubio.

    Rodeo el cuello del segundo líder, para acercarse más.

    Podrían hacerlo nadie los vería, o dirían a los ancianos, un pequeño disfruté, antes de que el airé les comenzara faltar.

    Al momento en que eso paso, apenas si se separaron lo suficiente para tomar algo de aire, sus alientos chocan, las mejillas del cordero rojizas, mientras que en el segundo líder apenas si se noten, pero lo compensa con sus ojos azules fijos en quien le pertenece.

    -Yo… También te amo…- El tono de Mu siendo uno bastante suave, atrayente para su Alfa.

    Cerró sus ojos, y trato de alzarse para ahora ser él quien tome los labios del rubio.

    Sus acciones aun caen en lo adorable e inocente, sin importar lo atrevido que llegue a ser.

    Sonrió al notar que su destinado también lo necesita como él lo siente.

    Obviamente tener algo en el bosque no es opción por la primera razón del gremio, pero por otra que el propio rubio tiene en mente.

    Mu es su pareja ahora, el destinado que siempre debió esperar, no sería capaz de insultarlo al tomarlo en un lugar así, siempre lo honraría y preferiría tener intimidad en un recinto apropiado.

    Y no tiene que ver con ser Fauno o humano, si no de respeto hacia Mu, que merece lo mejor y ser cuidado a toda costa.

    Volvieron a unirse en un dulce beso, este siendo más calmado, sus labios apenas si se toquen y aunque abran un poco sus bocas, no se atreve a volver a introducir su lengua.

    Debe ser más paciente, aunque eso ya quedo atrás en el primer celo del Omega.

    Sin embargó aun estando sumergidos en un placer muy inocente, sus instintos comenzaron estar alertas, al momento que escucharon unos ruidos provenientes a su cercanía.

    -¿Qué fue eso?- El pelilila, pregunto tratando de afinar su oído, pero le causa dificultad aun.

    Sabiendo que cualquier cosa puede pasar, pues conocen que Milo ya hubiera hablado o hecho alguna burla, además que el sonido no se escucha de pasos como tales.

    No lo pensó más, abrazo a Mu, atrayéndolo a su pecho, protegiéndolo con unos brazos, con la mano libre, sosteniendo esos aros que lo ayudan en cualquier batalla.

    Su vista esta directa por donde provienen esos ruidos.

    Pero la alarma fue más, al también escuchar unos detrás.

    -Mu… Cuando te diga que corras, huye en el caballo y ve de inmediato al gremio- Le dio aquella indicación, previniendo cualquier situación posible.

    Mu aun estando asustado, escuchar eso del rubio, no le pareció algo aceptable –No, Shaka… Cualquier cosa que pase, quiero estar a tu lado…- Frunció su ceño, aun con algo de miedo, también quiere demostrar que es capaz de proteger a su Alfa.

    -Si algo te pasa no me lo perdonaría, solo hazme caso…- Giro su vista, al sentir como alguien se dirigía directamente a ellos por la espalda.

    Esquivo a quien fuera, aun teniendo a Mu entre sus brazos, protegiéndolo y poniendo sus aros delante, una posición de combate donde proteger a su Omega es la única opción.

    Ese corderito, cerró sus ojos sin querer al sentir el movimiento, pero los volvió a abrir de inmediato, por inercia…

    Sujetándose de la ropa del rubio.

    -Es… Un fauno…- Murmuro, al notar a quién los ataco.

    -Si esta es tu territorio, nos iremos de inmediato, pero no te atrevas a seguir atacándonos- Hablo potente, demostrando que es un Alfa.

    Sin embargó ese fauno no le hizo caso, si no que comenzó a olfatear de nuevo, intentando como captar un aroma que se le perdió.

    Pero lo recupero al oler en el sentido del Omega.

    -Eres tú el que despide ese olor- Fijo su vista en el Pelilila, pero lejos de ser unos ojos de enojo o amenaza, parecían algo confundidos, como si intentaran reconocer a alguien en ese fauno.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 30 (Amnesia)
     
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    -¿Eh?- Los ojos verdes de Mu se fijaron a detalle en el contrario, más cuando menciono aquello del olor.

    Lo mira con tanta atención, lo máximo que puede apreciar, pues el rubio no está para nada contento que alguien se fije de esa manera en el pelilla, abrazándolo más a su cuerpo.

    -¡¡¡NO TE ATREVAS ACÉRCATE MÁS!!!- En estos momentos sin importar en que gremio estés, los instintos de cualquier Alfa es proteger de quien sea a su Omega, si cree que alguien es una amenaza.

    -¡¡¡¿POR QUÉ HUELES ASÍ?!!!- Entrecerró sus ojos el otro Alfa, tocando su cabeza del lado derecho, como si le comenzará a doler por la mueca que hace.

    Por alguna extraña razón, Mu no está completamente asustado, normalmente otro Alfa fuera del gremio traería pánico a su ser, pero este en especial no parecía provocar eso en él.

    Al contrario, ver que aquel fauno está sufriendo, ese rostro confundido le da tanta pena, como si pudiera sentir ese dolor, pero no podía entender por qué.

    No se aventuraría a acercarse normalmente, pero algo en su interior le dicta que debe hacer, aun así no suelta su agarre en la ropa de Shaka, mas dio unos pasos adelante, saliendo del rango de seguridad.

    Esto extraño al rubio, con la insistencia del otro en su olor, no le da buena espina.

    Sería capaz de hacer retroceder a Mu, pero…

    -¿Cómo te llamas?- Hablo tan fluido, firme, pero con un tono de compasión en sus palabras.

    El segundo líder, se extrañó tanto que ese pequeño se volviera capaz de enfrentar así a otro fauno, hablar sin temor, sintiéndose algo ajeno a esa extraña relación que podría existir entre ambos.

    -¿Mu?- Obviamente contesto de inmediato, sus ojos azules miran con cierta confusión a su destinado.

    -No es alguien malo- Dijo estas palabras, sin dejar de mirar al castaño, ni tampoco soltar el brazo del Alfa.

    La voz del corderito llego a los oídos del otro, incluso algo en ese tono le trae recuerdos que no puede descifrar, su mente es un caos, como si tratara de recuperar algo que perdió por alguna forma.

    Mirándolo con tanta curiosidad, como si pudiera lograr ver a alguien a trasvés de ese rostro y la especie, pero sus mismos recuerdos están bloqueados.

    -Do…- Inclusive parece dudar del nombre que cree tener.

    -¿Do?- Ladeo su cabeza, abriendo sus verdes esmeraldas con cierta sorpresa y consternación.

    Lo quiso examinar más a detalle, notando por completó su apariencia, es un fauno tigre, con marcas de esta índole en su cuerpo, puede verlo pues no lleva nada en la parte superior, su cabello castaño desordenado, pero manteniéndose hasta los hombros.

    Se puede notar que es mucho mayor que ellos.

    Pero lo que más llamo la atención del pequeño fue en la zona que anteriormente se había tocado el contrario en la cabeza, una cicatriz, algo debió herirlo anteriormente.

    No tardó mucho en relacionar tantas cosas, lo último que quiso ver, a más detalle algo que siempre su papá le dijo que compartía con ese alfa que ayudo a engendrarlo, simplemente no podía creerlo, si es verdad… Sería tan extraño, hermoso, pero… Algo que no sabría cómo reaccionar.

    Soltó el agarre del rubio, acercándose sin miedo, mas parece ganarle la curiosidad en querer confirmar sus sospechas, que cualquier otra cosa.

    -¡¡¡MU!!! ¡¡¡TEN CUIDADO!!!- Apenas si sintió que su Omega se alejó, lo llama angustiado, pero también el comprendía que esto es demasiado extraño.

    Conoce la historia del fauno, le relato todo sobre sus padres, nunca se confirmó el deceso del otro, si esto puede ser una gran coincidencia, un regalo de la Diosa compadeciéndose de alguna forma de esa familia que nunca pudo estar junta.

    No se sabe.

    Llego delante del otro, no tiembla, no teme, lo mira a los ojos directamente, su rostro con cierta tristeza.

    -Tus ojos… Son verdes…- Aun rodeados por ojeras, y plasmados de una tristeza que ni el mismo castaño sabe por qué, siente que existe esa similitud con los suyos.

    Tal vez la necesidad de creer que es así.

    ¿Su mente le está jugando una maldita broma?

    Ese tigre al verlo tan cerca, le pareció impactante e incómodo, retrocedió.

    Aunque ese impulso del menor lo hizo denotar más el olor, es diferente a lo que creía, pero existe aún un muy leve aroma, que quiere recordar, pero no puede no tiene esas memorias activas.

    -¿Eres Dohko?- Pregunto, como si no recordara que le acaba de decir su nombre, o por lo menos lo que creía.

    -Me llamo Do, niño…- Le contestó, cerro sus ojos, le volvían esas punzadas de dolor en su cabeza, haciéndose peor a cada instante.

    Negó con la cabeza, puede que su pequeña ilusión le estuviera aganando, para ser más atrevido en sus acciones, acercarse sin miedo, querer saber la verdad, conocer si es cierto.

    -Eres un fauno tigre… Tienes marcas… Como las mías…- Hablo entre cortado, como queriendo enfatizar cada detalle que encuentra similitud con el tigre.

    Do solo retrocedió, con el dolor, el aroma causándole eso, la insistencia del menor con esa voz que también parece taladrar algo en su inconsciente que no puede traer a flote.

    Parece en este momento como un animal enjaulado y esto puede ser peligroso para los faunos que han vivió de manera salvaje en la naturaleza.

    Esto de inmediato lo noto el rubio, hasta el momento se dio cuenta que el otro alfa no tiene intención de atacar por el momento, pero Mu se está arriesgando por la idea que lo motiva, debe tratar de alejarlo, si no el otro reaccionara mal.

    Rápidamente lo detuvo, en seguir avanzando.

    -Mu, cálmate…- No hablaría fuerte, pero debía hacer que se tranquilice, está dañando al otro sin intención.

    -Shaka… Él… Tiene que ser… No puedo decir… No lo conocí, pero… Reconoce el aroma de mi papá en mi…- Balbuceaba estas palabras, con tanta impresión, sin cerrar sus ojos, respirando rápidamente, tocando su pecho, sintiendo como el corazón le late demasiado rápido.

    -Él no recuerda nada- Le hablo calmado el rubio, deteniendo al pelilila abrazándolo por detrás, está sintiendo como el otro Alfa se está volviendo un peligro por su lucha interna.

    -¡¡¡¿CÓMO PUEDE NO RECORDAR?!!!- Grito enojado, sus lágrimas brotaron con cierta molestia -¡¡¡MI PAPÁ NUNCA LO OLVIDO!!!- Está dando por hecho que es uno de sus progenitores.

    Para el tigre, esto se está volviendo demasiado, desea huir, alejarse del pequeño que le está causando estragos en su mente, pero a la vez desea recordar, quiere saber qué paso con las memorias que no puede traer de vuelta.

    Trata de revivir lo último que recuerda, pero… Solo un grito, uno muy doloroso, muchas sombras borrosas en su mente, alguien llamándolo… Con un “Do”.

    Los gritos del pequeño fauno, son muy similares a ese grito, pero no puede hacer nada, más que sentir dolor intenso en su cabeza, más punzante, y desesperado por alejarse.

    Apretando su mandíbula, mostrando sus colmillos impares, esta vez son de amenaza contra ambos.

    Lo noto de inmediato Shaka, frunció el ceño, esto es una muy mala señal, cuando un Alfa esta en ese estado, significa que si ataca será hasta que muera el contrario.

    -¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡CÁLLATE!!!- Pareció como si el tigre quisiera detenerse, no quiere atacar, así que le grito que parara de hablar, que no digiera nada, necesita tranquilizarse, su sangre hierve por alguna razón, que no puede comprender.

    -¡¡¡NO LO HARE HASTA QUE RECUERDE A SHION!!!- Las lágrimas de Mu, salieron desbordadas, pero su gesto cambio de uno tímido y preocupado a uno de enojo total.

    Poniendo a ambos faunos con unos ojos con el mismo gesto y tan brillantes como unas esmeraldas.

    Pero al momento de escuchar ese nombre, aquel no puede recordar que se le escapo alguna vez, su gesto se relajó, abriendo más su mirada, jadeando levemente, sintiendo que el aire le falta, por la pequeña descarga de información repentina en su mente.

    Seguía sin recordar la apariencia de ese ser, que solo es una sombra aun, pero el nombre… Sabía que es de él.

    ¿Cómo un fauno de esa edad, podría saber más de su vida que él?

    No podía más, su mente está hecha trizas, cayo de rodillas sujetando su cabeza con ambas manos, el dolor que está padeciendo es demasiado grande para poder soportarlo.

    -¿Qué le pasa?- Mu ahora angustiado, por como ese fauno esta.

    -Debió perder sus recuerdos- Hablo serio el rubio, sin dejar de tener al pelilila en sus brazos.

    No importa si la amenaza es grande o pequeña, cualquier contra Mu es suficiente para cuidarlo con su vida.

    -¿Sus recuerdos?-

    -Tu papá te conto que… La noche que los separaron, el recibió una disparo en la cabeza- Callo un momento, mirando al otro alfa sufriendo, aunque quieran ayudarlo es impredecible como reaccionara –Puede que no lo matara, pero si fue suficiente para dañar alguna parte de cerebro, provocándole esta amnesia- Espera que con estas palabras tranquilizar a su corderito.

    Obviamente por su ilusión, molestia, y desespero no se detuvo a pensar en esto ni un solo segundo, aun viendo la cicatriz que porta el otro.

    -Lo siento…- Hablo con la voz temblorosa, sintiéndose mal por lastimarlo sin querer –Tengo que ayudarlo… Está sufriendo, es mi culpa- Sus lágrimas volvieron a brotar.

    -Ahora no Mu, es peligroso si te acercas- Miro al castaño, todo le indica que esto no podrá acabar bien.

    Trata de diseñar rápidamente un plan, pensando que la única forma de que este Fauno se tranquilicé es neutralizándolo, pero darle un golpe en la cabeza sería contraproducente si la tiene así de dañada, lo único es lograr acercarse lo suficiente, para dar un golpe directamente en el estómago, así debilitarlo…

    Soltó un suspiro, sin duda se pregunta ¿Dónde está Milo cuando se necesita?

    -Debo ayudarlo Shaka- Hablo girándose para ver al rubio –Debe ser mi padre… Si es cierto… Quiero conocerlo, ayudarlo a recordar a mi papá- Sus lágrimas no se detienen.

    -¡¡¡NO!!!- Jamás ha querido gritarle, pero ver esa mirada en Mu lo hace temer tanto, está demasiado decidido, porque debe sujetarlo con fuerza, si no iría sin miedo a tratar de aliviar el dolor del otro.

    -¡¡¡SUÉLTAME!!!- Grito desesperado, por primera vez quería alejarse de esos brazos protectores, para cuidar a alguien que puede ser o no el fauno que jamás creyó tratar de buscar.

    -Entiende Mu, en este momento ese fauno no está emocionalmente estable, te podría atacar y si eso hace, no dudare en acabarlo- Le confeso el temor que tiene, se conoce perfectamente, si alguien osa lastimar a su corderito, no dudara en matar a quien lo toque.

    Pero eso significaría lastimar peor a Mu si es cierta esa posibilidad.

    -No le hagas daño por favor- Suplico, porque no desistirá en tratar de ayudar al otro.

    Pero, ambos absortos en esa discusión, les causó sorpresa al escuchar ese grito que viene del otro Alfa, y como de repente cayo hacia adelante, inocente al parecer.

    Shaka se sintió más aliviado, pero no bajo la guardia.

    En cambio Mu, ver aquello, abrió su boca de sorpresa y sus ojos igual, sin comprender que pasa, se zafo del otro, para ir directo a auxiliar a Do.

    -Shaka, ¿Qué pasa?- Una voz juguetona se dejó escuchar –Se supone que debes proteger a Mu, no solo quedarse allí parado y…-

    Callo en el momento que vio como el pequeño cordero se acercó al tigre inconsciente, tocando su cara, con el rostro lleno de lágrimas, apretando sus labios de meido y temor.

    -¡¡¡LO MATASTE!!! ¡¡¡MILO!!! ¡¡¡¿POR QUÉ HICISTE ESTO?!!!- Podría ser un Omega, pero la mirada que dedico al escorpión, logro asustarlo demasiado.

    -¿Eh?- Reacciono con sorpresa, alzando una de sus manos, pues en la otra lleva a alguien inconsciente también –No, no lo mate, solo lo deje noqueado- Trato de explicarse, ya temiendo que el rubio lo golpeo por hacer llorar al pelilila.

    -Milo puede hacer que su veneno sea solo paralizante o letal- Lo miro con algo de seriedad -¿Solo lo paralizaste?-

    -Si- Conteste pues el semblante del segundo líder también le preocupo –No parecía una amenaza tan latente, pero…- Suspiro rascando su cabeza -¿Alquilen me quiere explicar, por qué Mu está llorando por ese fauno? Y ¿Por qué no lo atacaste?- Le hablo para tratar de comprender lo que pasa.

    Mu, dejando derramar lágrimas, bastante angustiado, sosteniendo el rostro del otro, queriendo encontrar más similitudes con él.

    Pensando en tanto, no sabe cómo sentirse, que hacer, como reaccionar, lo quiere ayudar pero no sabe cómo.

    -Te explicare luego, pero… Ahora debemos llevarlo al gremio, para ayudarlo- Hablo serio, si fuera en otras circunstancia, si, el gremio ayuda desde luego, pero sería más indiferente, esta vez le causa más curiosidad y preocupación por el sufrimiento de Mu.

    -Entiendo- Ladeo su cabeza, más bien aún seguía sin comprender nada, pero no es el lugar para hablar.

    -Pero primero dime- Se agacho al nivel de Mu, para estar cerca, aun así sus palabras se dirigen al peli cerúleo.

    -¿Qué?-

    -¿Quién es ese niño que cargas?- Señalo a su costado izquierdo, en donde en efecto lleva a un fauno como dos o tres años menor que Mu, inconsciente desde luego.

    -Ah- Señalo al otro –Este pequeñín, estaba escondido cerca de ustedes, creo que los atacaría- Lo levanto un poco –Es aun un cachorro de León, pero creo que es peligroso- Sonrió bastante tranquilo.

    -¿Un cachorro?- Esto tendría que ser una gran coincidencia, hasta absurda se podría decir.
     
  11. Threadmarks: Capitulo 31 (Cachorro)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Teniendo ahora que cargar a dos faunos hasta el gremio.

    Decidieron regresar de inmediato, pues esta situación es bastante complicada, si alguno de los dos despierta, tendrían que volverlos a inmovilizar dependiendo de su reacción y usar dos veces el paralizante de un escorpión no es buena idea en ninguna circunstancia.

    Además Mu esta tan consternado por esta situación, que se niega a dejar solo al fauno tigre, pues para él, es sin duda el amor perdido de su papá, y por ende su padre.

    Milo subió a su caballo, cargando al cachorro que en un movimiento le clavo las garras con miedo, como si algo en sus sueños le hiciera hacer eso.

    Duele sin duda pero el peli cerúleo soporta muy bien cualquier cosa, aunque la sangre le escurra del brazo por el camino, ya después se curara.

    Para ese tigre de supuestamente nombre Do, sobre el caballo blanco del rubio, cuidado por el pelilila, mientras el segundo líder dirige al cuadrúpedo sujetando sus riendas desde el suelo caminando.

    No desea que ese animal cargue más peso, con que Mu este a salvo y feliz le basta.

    Aunque verlo tan angustiado no es nada agradable.

    No le pudo cumplir la promesa de salvar a su papá de ese maldito hombre, pero si existe una forma de sanar al que creen que es padre del corderito, hará lo que sea, se lo debe a su destinado.

    Los ojos verdes se centran en el fauno de cabellos castaños, inconsciente, las lágrimas brotan, pensar en todo lo que debió pasar y sufrir, le duele que no recuerde a su papá pero… Si el daño que recibió fue tan grande para robarle sus memorias, debía dar gracias que no hubiera sido peor.

    En el corazón de Mu no existían dudas, ese fauno es su padre, aunque nunca lo conoció en persona, si por las dulces historias que su papá le contaba cada que las circunstancias se lo permitió.

    Existe un dato que Shion le confió, algo que puede el rubio no recordar, pero Mu lo mantiene a todo momento.

    Todos los Alfas cuando encuentran a ese omega destinado, de verdad amen y quieran proteger, siempre dan un regalo especial, para que cuide y proteja al dueño de su corazón.

    Que contenga su olor y encontrarlo sin importar la distancia, puede ser un objeto importante, una reliquia de la familia del Alfa, los faunos salvajes al no tener como tal posesiones valiosas, dan una parte de ellos, puede ser una garra, un pedazo de cornamenta, algo que no perezca o incluso un colmillo.

    Una parte que no vuelva a crecer, para que simbolice que ese Omega tiene algo que le pertenece al Alfa que es irremplazable y encaje a la perfección.

    Así son algunas costumbres.

    Mu sabe lo que es… Por eso se acercó al tigre, pudo verlo en un instante, no teme por que confía ciegamente en las palabras de Shion.

    -Papá siempre me dijo… Que tu posees un gran corazón, eres incapaz de herir a otros al menos que te sientas amenazado o quieran lastimar a los que amas…- Habla bajo, solo palabras para el inconsciente fauno –Perdóname… Por enojarme… Es que… No puedo creer que… Lo olvidaras, ahora entiendo mejor…- Limpia sus lágrimas, trata de sonreí… La vida no puede ser tan mala.

    Pues le ha dado más de lo que creyó alguna vez, perdió a su papá y eso jamás lo podrá olvidar, pero encontró a su Alfa, quien lo cuida y protege de cualquier cosa, una familia en ese gremio y ahora aparece su padre, y siente que de nuevo no merece esta posibilidad de ser más feliz.

    El camino de regreso fue más rápido que la ida.

    Al llegar Shaka ordeno a Milo que lleve a ambos faunos a donde Albafica, siendo el medico del gremio, tendrá una idea de que hacer al respecto.

    Primero debía hacer algo, solo una persona le puede ayudar a confirmar otra sospecha que siente en su ser, no piensa decirle nada Aioros por el momento, pues sería como ilusionarlo, pero… Si es verdad… Lo hará de forma inmediata

    -Mu, iré a ver a Manigoldo, tu…-

    -¿Puedo quedarme con mi padre?- Pregunto como si necesitara el permiso, aunque lo haría aunque se lo negara el rubio.

    -No estamos seguro que lo sea… Y…- Le acaricia los cabellos lilas con cuidado y besa su frente con tanta ternura, entendiendo su sentir.

    -Sé que lo es… No puedo dejarlo solo- Su mirada de súplica no se puede ocultar, ni las ganas de llorar.

    Un suspiro sale de los labios del segundo líder, sabe que no le puede negar nada –Esta bien, sé que… Aunque te diga que no, lo harás- Le dedica una sonrisa, prefiere ver en los ojos de Mu la ilusión siempre, si ese Alfa es su padre de verdad, ayudara para que este a salvo.

    Sonrió enternecido, pues su Alfa es el más dulce de todos, para él lo es, no lo pensó y le dio un fuerte abrazo, desea besarlo, pero están al descubierto –Muchas gracias-

    Respondió al abrazo, estrechándolo con fuerza, sin querer apartarse, pero se deben mantener las apariencias aun.

    -Quédate con Albafica en el invernadero y no te separes de… Tu padre- Le doy las instrucciones –Iré de inmediato, solo hare algo primero-

    -Está bien… Señor Shaka- Sonrió y se soltó de los brazos del rubio, para ir de inmediato con los demás.

    Miro como su Omega desaparece para dirigirse hacia el invernadero donde los dos recién llegados inconscientes descansarán.

    De inmediato el rubio dirigió sus pasos hacia el lado contrario, buscando a una sola persona, que le puede confirmar o negar lo que también le preocupa.

    No tuvo que caminar mucho, rápidamente encontró a quien busca, lo único malo es que esta justamente con el Alfa que no desea que sepa esta información.

    -Manigoldo- Hablo bastante serio.

    -¿Qué pasa segundo líder?- Habla con cierto respeto, por el rango, más básicamente ese hombre ayudo a cuidarlos al quedar en la orfandad ambos líderes actuales.

    -Necesito habla contigo a solas- Miro de reojo al castaño, que le sorprendió su llegada sorpresa y que ni lo saludara.

    Pudo denotar en la mirada azul del rubio que algo le está preocupándolo.

    -Está bien- Contesto, caminando junto al otro, algo serio.

    -Oye Shaka… ¿Todo bien?- Ladeo su cabeza, también conoce al otro y su rostro lo evidencia por completo.

    -Sí, todo bien- Lo miro serio –Solo necesito consultar algo importante con Manigoldo-

    -Bien- Frunció su ceño, entiende que algo le está ocultando, pero dará su privacidad por el momento.

    Ambos Alfas se alejaron del castaño, lo suficiente para estar seguros de que no los escucharan, de eso se asegura Shaka.

    -¿Qué sucede?- De inmediato el peli azul necesita respuestas.

    -¿Aun recuerdas como era el hermano de Aioros?- Pregunta sin rodeos.

    Esto sorprende un poco al otro, pero su semblante serio vuelve de inmediato, antes no era así, pero desde la muerte de su único hijo, cambio bastante, sin embargo sigue siendo fiel al gremio.

    -Si- Asintió –El pequeño Aioria, claro que lo recuerdo pero era un bebe, sin embargo recuerdo sus orejas de león, como las de su papá y colmillos- Lo miro confuso -¿Por qué la pregunta?-

    -Sé que en ese ataque a nuestro gremio, el papá de ambos desaprecio con el pequeño en brazos- Respondió de manera nuestra.

    -Aunque los declararan muertos a ambos, Aioros no perdió la esperanza de encontrarlos- Agregó, mirando con detalle el rostro del otro.

    -Creo que Aioros no estaba tan confundido o dejando que sus emociones no dominen como creíamos- Declaro esto, suspirando, mirando hacia el frente del gremio en esa sección rodeada de arbustos.

    -¿A qué te refieres?- Frunció el ceño sin entender lo que ocurre.

    -Este día, en el bosque atrás del gremio… Por extraño que pueda sonar, dos faunos que encontramos, uno puede ser el padre de Mu y el otro, es un cachorro de león, con la posibilidad de la misma edad que el hermano menor de Aioros-

    Asintió –Por eso no querías decirlo delante de él- Lo miro a detalle, entendiendo el corazón que se ha gentilizado desde que ese corderito llego.

    -Si estoy equivocado, no me gustaría darle falsas esperanzas-

    -Comprendo- Miro hacia donde el rubio lo hace -¿Dónde están?-

    -Con Albafica en su invernadero y sala medica-

    -Entonces vamos- Se encamino con un paso apresurado –Es mejor confirmar esto de inmediato, así Aioros podrá verlo de nuevo-

    -Bien- Lo imito en el andar, ya que desea de nuevo estar junto a Mu, para brindarle su apoyo incondicional.

    ---Sala Medica (Gremio Ateniense)---

    Sin moverse un solo centímetro, el pequeño corderito, acompaña al fauno depredador que descansa sobre esa cama, esperando a despertar en cualquier momento.

    Es lo que Mu más desea, tratar de seguir conversando con él, saber cualquier cosa y ayudarlo a recordar a Shion.

    De vez en cuando se limpia alguna lágrima traicionera que sale sin permiso.

    -Así que… ¿Él puede ser tu padre?- Afrodita sonríe, revisando el suero que su maestro le indico, para una hidratación inmediata, ya que la parálisis del escorpión causa la necesidad de líquidos.

    -Si- Respondió bajo, asintiendo sin apartar sus ojos del otro.

    -Debe ser algo confuso para ti- Le acaricio el hombro con cuidado.

    -No… No mucho...- Suspiro bajando la mirada –Es solo que… No recuerda nada… No sé cómo ayudarlo- Aprieta su mandíbula con bastante tristeza -¿Y si nunca logra recordar a mi papá? ¿Qué hare? No es justo- Cubre su boca para no producir ningún sonido que perturbe el sueño del tigre.

    -Mu, tranquilo… No pienses en eso- Afrodita abraza al corderito con bastante cariño –Haremos lo posible para que recuerde, y veras que todo estará bien- Le acomoda algunos mechones de su rostro, para sonreírle.

    -¿Cuánto debió sufrir después?- Su precaución va solo al inconsciente –Teniendo una herida tan profunda en su cabeza…-

    -Pudo haber muerto desangrado, pero… El cuerpo de algunos faunos es muy fuerte, sin duda no se dio por vencido fácilmente- Tratando de hacerle ver a Mu que pase lo que pase, ese Alfa no es alguien que se dejara vencer con facilidad.

    -¿Crees que… Aunque sea de manera inconsciente… Algo de mi papá le debió dar fuerzas?- Piensa en eso manteniéndolo como una hermosa ilusión de vida.

    -Puede ser- Asintió, y no solo para calmar si no que de verdad siente que el papá de Mu tuvo algo que ver, el hecho que siguiera este Alfa, aun sin tener la menor idea de lo que paso antes, se mantenía en una búsqueda de algo que no comprendía.

    -Fue al aroma de mi papá que aún tengo- Murmuro esto con una sonrisa triste.

    -Estuviste a lado de tu papá hace menos de un año, el aroma de él debe queda en ti, pero además eres un cordero, puede que eso ayudara a encontrarte- Levanto sus hombros, indicando que aún existen muchos misterios que descubrir de como el aroma puede quedar en la cría aun después de tanto tiempo.

    Sin mencionar que ese tigre puede recordar de alguna forma inconsciente el aroma del Omega que marco, buscar sin saber a qué o quién.

    Son misterios que no se logran descubrir en este tiempo.

    -Le dolió mucho la cabeza cuando mencione el nombre de mi papá, puede que lo recuerde… O… No se…Tengo tantas dudas y miedos- Se recargo en el pecho del otro Omega, sintiéndose reconfortado.

    -Tranquilo, mi maestro encontrará la forma para ayudarlo- Su confianza siempre esta con ese hombre peli celeste que lo ha cuidado desde pequeño.

    En la otra sala, Albafica cuidando de ese cachorro y de las heridas del escorpión.

    -Ese niño tiene un buen agarre- Sonrió mostrando su brazo con esos profundos rasguños.

    Limpiando al otro con un poco de algodón, alcohol y una pinza para que sus manos no toquen la herida.

    -Debió estar asustado, para actuar así- Miro con más detalle la profundidad de esas garras clavadas.

    Aunque sufre un poco por el ardor de ese líquido para desinfectar, su rostro se enmarco con cierta duda –Estos dos faunos parecían estar emboscando a Shaka y Mu- Hablo bastante serio.

    -Escuche que Mu menciono que el tigre, es posiblemente su padre- A terminar de limpiar, comienza a vendar el brazo.

    -Y si este cachorro es hijo de ese fauno?- Hablo frunciendo el ceño, hasta algo molesto, por pensar que olvidara al padre del pequeño corderito y todo ese sufrimiento que vivió.

    -No lo creo- Respondió, revisando al pequeño, sin darle más importancia al asunto.

    -¿Cómo puedes estar tan seguro?- Se cruzó de brazos bastante confundido –Sin duda pasa-

    -Por la forma en que Mu conto la historia de sus padres, ese amor no era algo que se pudiera olvidar tan fácilmente, incluso… Por la pérdida de memoria- Parece que el tema le duele más de lo que puede fingir.

    -Eso no lo puedo creer-

    -No interesa lo que opines- Hablo tajante –Si reconoció de alguna forma el aroma del Omega que marco en Mu, eso hace que las posibilidades de haberlo olvidado bajen, además…Puede que pasara su vida buscando al dueño de ese olor que lo atrae-

    -Estoy confundido ahora- Parpadeo varias veces, pues la palabras de Albafica suenan tan rebuscadas para él, más al mismo tiempo son muy bellas.

    -¿Tú llegarías a olvidar a Camus?-

    .No, jamás lo haría- Hablo bastante convencido.

    -¿Estás seguro?- Le comenzó a retar.

    -Bien, entiendo ahora, el poder del amor es más fuerte e inquebrantable si es genuino y con tu destinado- Asintió sintiéndose ahora un tonto por dudar –Jama sería capaz de olvidar a Camus, puede que no sepa que pase después, pero mi amor por mi hermoso Omega jamás se acabara-

    No pudieron seguir hablando sobre el tema, pues alguien los interrumpió no de forma grosera, si no por pedido de otro.

    -Permiso Albafica- Hablo bastante calmado, mirando a los dos delante.

    -Pasa Manigoldo- Indico tranquilo –Debe ser algo importante si has venido- Cruzo sus brazos sonriéndole.

    -Sí, Shaka cree que este pequeño puede ser Aioria- Habla firme, fijándose en el fauno inconsciente.

    -Cierto, tú los conociste de niños- Asintió, dándole paso a que se acerque.

    -¿Podría ser?- El escorpión se acercó al otro alfa algo curioso.

    -Deja que lo vea bien y diré- Poso la mano en el hombre del fauno.

    Con cuidado se acercó al cachorro mirándolo con sumo detalle, frunció el ceño, dejando ver su sorpresa.

    -Es muy similar a Regulus- Hablo bastante tranquilo –La posibilidad es demasiado alta- Miro a ambos, que desde luego muestran su sorpresa por esta declaración –Sera mejor en este caso que Aioros venga, el reconocerá el aroma de su familia, será solo un Alfa, pero su olfato es bueno-

    -Pero… ¿Y si se equivoca?- Pregunto Milo con cierto miedo.

    -Bueno… Le dolerá haberle creado falsas esperanzas- Sonrió algo desganado.

    ---En la sala uno---

    -¿Cómo estás?- Shaka fue de inmediato a ver a Mu, no puede dejarlo más tiempo a solas en esta circunstancia.

    -Sigue dormido…- Habla bajo, con sus manitas en el regazo, mirando al otro con tristeza.

    -No tardara en despertar- Hablo abrazando al pelilila –Encontraremos la forma que recuerde-

    -Gracias- Alzo la vista, dedicándole la sonrisa más dulce que pudo dar.

    -Perdón por tardar, debía ir a buscar a Manigoldo- De inmediato le informo el motivo de su ausencia.

    Miro a su Alfa, denotando algo en él –Debe ser algo importante y de seguro no tiene que ver con mi padre- Asintió tranquilo.

    -El otro fauno, es muy similar al hermano menor de Aioros- Sin dejar de abrazar al pelilila, comenzó a contarle lo que cree.

    -Su hermanito perdido… ¿Podría ser?- Habla sorprendido.

    -No estoy seguro, por eso le pedí a Manigoldo que lo confirme, yo no tengo muchos recuerdos de ese bebe- Beso las rozadas mejillas de su Omega.

    -Mi padre... Lo debió cuidar- Sonrió sintiendo más tranquilidad, y confirmando las palabras que siempre Shion le decía del Alfa que ayudo a engrandarlo.

    -Posiblemente, pero debemos confirmarlo y decirle a Aioros no es una buena opción por el momento- Le indico mirándolo con cariño, para mantenerse a su lado en todo momento.

    -Comprendo- Miro de nuevo al tigre –Cuando despierte nos podrá contar más a detalle y… Afrodita me dijo que Albafica podría ayudar a que recupere sus recuerdos- Esa esperanza lo mantiene con una sonrisa tan amplia.

    -Sé que lo hará Mu, tú no te preocupes por nada- Le dedico una sonrisa, y mirando que nadie estuviera cerca le dio un tierno beso en los labios, rápido para demostrarle su amor.

    -Te amo Shaka- Su Alfa estará siempre a su lado, sin importar nada, sabe que puede contar con él en todo momento, está seguro.

    Habría sido un memento hermoso, en silencio en donde sus corazones laten, salvo que el corderito sintió un poco de mareos, pero trata de calmase, para no preocupar más a Shaka.

    Pensando que es por las emociones tan fuertes que está teniendo en este día.

    ---Fuera de ambas salas---

    -Aioros, ¿Por qué te interesa tanto que el señor Shaka le hablara a Manigoldo y no a ti?- Shura pregunto, bastante intranquilo por el comportamiento de su pareja.

    -Algo me ocultan y sabes que eso no me gusta- Frunció el ceño, acercándose a la segunda sala, cuando sintió algo extraño –Shura… Ese aroma…- Hablo casi como si estuviera congelado en su lugar.

    -¿Qué pasa?- lo miro confundido, hasta preocupado.

    La respiración del primer líder se comenzó a agitar, su corazón latiendo a tan rápido galopé, sus ojos se abrieron tanto, incluso sintió que se humedecían por la sorpresa, por los recuerdos de ese débil aroma que siente.

    -¿Aioria?- Murmuro entre dientes –Mi hermanito…- Fijo su vista de donde siente que el aroma viene.

    No lo pensó dos veces y fue directo a ese lugar, dejando al peliverde bastante confundido, pero que no lo dejaría ir solo, después de todo no están yendo contra las reglas si están cerca de Manigoldo.

    Abrió aquella puerta casi derribándola, sudando frio, sin importarle los ojos de sorpresa que lo recibieron.

    -¡¡¡¿AIORIA?!!!- Exclamo aquello, mirando para todos lados, pero sobre todo donde el olor que puede recordar y percibir apenas, indicándole al cachorro durmiendo.
     
  12. Threadmarks: Capitulo 32 (De A Poco)
     
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    No le importó el protocolo, el saludar, nada… Solo llegar a donde ese olor tan familiar lo inunda.

    -Primer… Líder…- Quiso llamarlo el medico del gremio, pero fue inútil.

    El castaño se acercó de inmediato al inconsciente cachorro, para acercarse a él… Mirarlo con sumo detalle, sus manos temblorosas, sus ojos inundándose de lágrimas, pero portando una hermosa sonrisa, y su corazón latiendo con gran fuerza.

    No necesita nada más, su corazón le confirma que ese es su hermanito, ese pequeño que perdió junto a su papá esa noche… Quedo solo… Y aunque todos le digieran que lo más seguro es que muriera, nunca perdió la esperanza.

    Y aquí está su recompensa.

    -¿Aioria?- Lo llamo, acariciando sus mejillas –Eres tu… Hermanito…- Sonrió, para tomar su mano y darle varios besos de alegría, de por fin tenerlo de vuelta.

    -Aun no estamos seguros- Manigoldo tuvo que agregar, para que pudiera escuchar razones –Se parece mucho, pero era solo un pequeño infante aquella noche-

    El castaño, no contesto nada, no presta atención a nada que no sea al fauno león que yace en esa cama.

    El cabrío se quedó mirando como su amado Alfa… demuestra su sentir, la alegría que proyecta por fin encontrar a ese niño.

    Sabe cuánto sufrió, de los dos años que ha estado en ese gremio, ya casi tres… Aioros le conto todo, esa maldita noche en que perdió a su familia, pero nunca encontraron los cuerpos de su papá y hermano menor.

    No perdió nunca la fe de encontrarlo.

    Sonrió, verlo así de feliz es lo que siempre ha deseado.

    No sabía si sería prudente acercarse o no, no se siente merecedor de estar a su lado en estos momentos… Pero quisiera hacerlo.

    Mas en esos momentos, unos débiles quejidos se comenzaron a escuchar.

    -Mmhh... ¿He?- De a poco va abriendo sus ojos verdes oscuros, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la luz.

    Obviamente no reconoció el lugar, lo que probo que se alarmara de inmediato, más al sentir su mano capturada por alguien.

    -¡¡¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTOY?!!!-Se incorporó de golpe, mirando a todos los presentes de forma amenazadora, como un gatito mostrando sus dientes, creyendo que le puedan hacer daño.

    -¡¡¡Aioria!!!- El castaño de cinta roja se alegró tanto al verlo dispuesto, ver esos ojos verdes que comparten, que no le importo ser rasguñado por esas garras que se encajaron en sus manos.

    -¡¡¡¿QUIÉN ERES TÚ?!!!- El fauno león, se inmediato lo cuestiono, mientras trata de zafarse, para huir -¡¡¡¿DÓNDE ESTÁ EL SEÑOR DO?!!!- Frunció el ceño, mostrando sus dientes bastante enojado -¡¡¡¿QUÉ LE HICIERON?!!!-

    Los tres allí presentes aparte del primer líder, se quedaron impresionados, pero atentos a un ataque sorpresa, después de todo lo faunos salvajes son tan impredecibles y más al creerse capturados.

    -Aioria… Cálmate… Tranquilo… Nadie te va hacer daño- Le susurro, sonriéndole, pero jamás le soltó la mano, sin darle crédito a la sangre que brota de esas heridas –Estas seguro ahora- Quiere acercarse para abrazarlo y tranquilizarlo un poco.

    -¡¡¡ALÉJATE DE MÍ!!- Mostro sus dientes, y dio un zarpazo con su mano libre, para herirlo en la frente y rasgando la cinta roja.

    Esto si fue un dolor fuerte en el castaño, cerro el ojo que se encuentra debajo de las heridas, pues sintió como el cálido liquido comenzó a salir.

    Manigoldo y Albafica, dándose cuenta que ese pequeño no va hacer caso a los ruegos del otro, pensaron que podría ser mejor sedarlo un poco o sujetarlo a la cama, pues esta brusquedad solo estará aumentando.

    -¡¡¡AIOROS!!! ¡¡¡¿ESTAS BIEN?!!!- No lo pensó más, y decidió acercarse, sin importar su seguridad, pues podría ser herido por el león enfurecido, pero en este momento su destinado Alfa está siendo lastimado y no lo permitirá.

    -Estoy bien…- Sonrió para no preocupar a Shura, pero igual atento al otro –Aioria… Por favor, cálmate-

    -¡¡¡¿CÓMO SABES MI NOMBRE?!!!- Pregunto asustado, sin duda está bastante alterado y más al estar solo.

    -Somos hermanos- Le soltó de golpe, ya que desea recuperarlo.

    -¿Hermanos?- El menor preguntó confundido –¡¡¡NO TE CONOZCO HUMANO!!! ¡¡¡YO NO TENDRÍA UN HERMANO HUMANO!!!-

    -¡¡¡AIORIA!!! Es normal… Que no recuerdes… Eras un bebe… Pero sé que eres tu- Lo intenta abrazar de nuevo, pero este se pega a la pared, listo para saltar si es necesario con la agilidad y flexibilidad que pose, pero sigue atrapada su mano en la del otro.

    -¡¡¡SUÉLTAME!!! ¡¡¡QUIERO IR CON EL SEÑOR DO!!!- Sigue intentado zafarse, desesperado está dispuesto a volver a herir al primer líder.

    Pero aunque el castaño no sea capaz de detenerlo, no porque no pueda, si no por su sonrisa y alegría es mayor a las heridas que le lastiman.

    Aunque otro está dispuesto a detenerlo.

    Shura sabe cómo detener a algunos faunos, sujeto con fuerza la mano del león.

    -Niño, ya cálmate- Lo llamo serio, no permitirá que sigua comportándose como un tonto.

    Aioria lo miro atento, pues que un fauno deteniéndolo de atacar, cuando saben que los humanos son seres que están en contra de ellos.

    -¡¡¡¿POR QUÉ DEBIERA CALMARME?!!!- Le respondió, tratando de zafarse ahora del peliverde -¡¡¡SOLO QUIERO IRME!!!-

    -Escucha, si en verdad eres Aioria… El hermano perdido de Aioros, perteneces a este mundo, a su lado- Le hablo serio, mirándolo fijamente, aunque le gana un poco el corazón al ver a un cachorro indefenso, mas debe mantenerse firme.

    -¡¡¡A MÍ NO ME IMPORTA NADA DE ESO!!! ¡¡¡YO QUIERO IR CON EL SEÑOR DO!!!- Grito, para dejar escapar lágrimas de desesperación, pues ya no sabe que más hacer, puede ser un fauno Alfa, pero lo tienen atrapado y es lo que siempre le advirtieron.

    -El fauno tigre, está del otro lado, está bien- Albafica respondió, mirando serio el espectáculo y decidiendo salir, ya que la situación parece más calmada.

    -¡¡¡QUIERO VERLO!!!- Deja escapar sus lágrimas, es un chiquillo de trece años, que se siente atrapado por quienes siempre debió de cuidarse.

    -Lo veras después… Pero clámate por favor Aioria- De nuevo el castaño quiso llamar su atención, brindándole una sonrisa y tratando de limpiar sus lágrimas.

    El fauno felino, no le pareció bien eso, pero… Sentir esa mano cálida, reconfortándolo, no le molesto como lo esperaba, más no está dispuesto en confiar.

    No tiene de otra más que hacer caso por el momento, con un loco a su parecer que cree que son hermanos, estará alerta.

    ---En la primera sala---

    -¿Mmh?- Hizo eso ruidos, moviendo su cabeza, abriendo con cuidado sus ojos.

    Obviamente los allí presentes están atentos, aunque el corderito, está demasiado cerca, para verlo, saber que está bien.

    Sus ojos verdes se tratan de acostumbrar a la luz, pero la silueta borrosa del corderito, por unos instantes le hizo recordar a alguien… De cabellos verdes, esponjosos, pero… Cuando por fin se dio cuenta, vio de nuevo a ese pequeño del bosque.

    -¡¡¡DESPERTASTE!!!- La sonrisa del menor, se puede ver a kilómetros, ilusionado por hablar con él -¿Cómo te sientes?-

    -¿Dónde estoy?- La primera pregunta que hizo el tigre, levantándose un poco, notando también al alfa que no le quita los ojos de encima.

    -Estamos en el gremio de Atena- Sonrió, derramando lágrimas de emoción –Aquí estarás a salvo-

    Ver a este pequeño corderito que se le hace tan familiar, llorando con una sonrisa, lo hace confundirse más.

    -¿Qué te pasa?- Hablo con suavidad, denotado que le preocupa verlo así.

    -Estoy feliz- Le contesto –Sé que no recuerdas nada, pero… Sé que eres mi padre- Tomo las manos toscas del otro fauno –Lo se…-

    El rubio, mirada esto con sumo detalle, no se pondrá celoso, pero está atento por si el tigre se le ocurre herir a Mu, lo pondrá en su lugar, nadie toca a su destinado.

    -¿Cómo puedes estar tan seguro?- Lo mira bastante serio, sin poder ignorar las imágenes borrosas que vienen a su mente, y le causan dolores en la misma, pero con el dulce aroma que puede reconocer en el menor.

    Quiere saber cómo es que el corderito lila puede creer en que estén relacionados.

    Sonrió, negando con su cabeza, dejando que las lágrimas salgan –Tu le diste algo especial a mi papá, un objeto… Que solo un Alfa puede darle a su Omega destinado- Dijo posando sus manos sobre el propio pecho.

    -¿Qué cosa le di?- Sin duda todo le parce nuevo, algo que no puede recordar, le causa mucha frustración, pero sobre todo quiere saber de ese pasado.

    No ha podido vivir tranquilo desde entonces, ya que cada que duerme, tiene los mismos sueños, la misma voz que lo llama, el aroma que recuerda.

    -Le diste uno de tus colmillos- Hablo tranquilo con una sonrisa, y sus manos en el regazo.

    El castaño abrió sus ojos, impresionado por esa revelación, pues… En efecto… Uno de sus colmillos le hace falta, creyó que lo perdió en alguna pelea, pero… Que haya entregado una parte de él… A alguien…

    Explicará porque… No deseo nunca aparearse con nadie, ni siquiera en su época de celo… Solo… Pensaba en alguien que ni siquiera recuerda bien.

    -¿Cómo?- Los ojos verdes se abrieron bastante preocupados, mirando atento al corderito. -¡¡¡¿POR QUÉ SABES TANTO?!!!- Le levanto la voz al pelilila, pues se siente un inútil por no recordar, por perder lo que necesita.

    Para el segundo líder esto no le pareció nada bien, parándose delante de Mu, para protegerlo si al otro se le ocurre atacar.

    Las miradas de ambos alfas chocaron, los azules mostrándose amenazante, como los verdes.

    -Por favor… Shaka…- Intento llamar a su amado rubio, sujetándolo con fuerza del brazo.

    -Si se atreve a hacerte daño… No dudare en atacarlo- Hablo serio, amenazando sin duda al otro.

    -No me interesa tu amenaza, pero no pienso dañarlo- Ese fauno alfa le hablo serio, pero sigue mostrando sus dientes como una forma de mantener su postura, lanzo un suspiro, tocando su cabeza.

    -Sé que…- Tomo la mano del tigre, sonriéndole para calmarlo –Puede ser muy difícil no recordar nada de tu pasado, pero… Si quieres te puedo contar de mi papá… De ustedes… Como se conocieron- Trata de mantener la calma, pues su ansiedad y preocupación de que su padre no recuerde nada del pasado, pero quiere darle ánimos -¿Te gustaría?- Le pregunto, con algo de miedo por saber la respuesta.

    Se pregunta más de una vez, el… ¿Por qué ver esa sonrisa, lo hace pensar en alguien que no logra distinguir?

    Pero que desea saber, su mente debe traer esos recuerdos a cualquier costo.

    Mas al saber que dio su colmillo a un omega… A uno que debió amar… O que puede ser aun lo haga y no lo sepa.

    No supo porque… Pero sus ojos verdes que ya no portan el mismo brillo, comenzaron a sollozar, sintiendo como la carga de ese dolor que no puede recordar, lo invade…

    -Si…- Asintió, esta calmado, mucho más que el otro pequeño fauno, que en ese momento comenzó a recordar, por todo lo que invadió su mente -¿Dónde está Aioria?- Pregunta angustiado.

    -Al cachorro que viene contigo, está en la otra sala- Cruzado de brazos -¿Dónde lo encontraste?-

    Mira con algo de molestia al rubio, porque su tono le parece demasiado arrogante y siendo un humano, no les tiene confianza.

    -Su papá murió… Y me pidió que lo cuidara- Solo le dijo esto bastante serio.

    -Comprendo- Suspiro, dedicándole una mirada al pelilila -¿Quieres hablar con él a solas?-

    -¿Puedo?- Sonrió de lado, sintiéndose feliz de que ese alfa lo comprenda tanto.

    -Estaré afuera… Si algo pasa… No dudare en entrar- Dedico una mirada bastante seria, sin duda bastante amenazante.

    Cuidara a su Omega toda la vida.

    -Gracias- Sonrió, dándole un fuerte abrazo al rubio, casi lo hubiera besado pero no sería buena idea.

    Entiende que deben hablar de tantas cosas, además que desea saber si existe alguna posibilidad de traer los recuerdos del fauno tigre, para compensar a su corderito de no haberlo ayudado en salvar a su papá.

    Al ver cómo el otro salió y la mirada que comparte con el omega, que dio cuenta de algo bastante obvio.

    -¿Es tu destinado?- Pregunto bastante serio.

    Abrió sus ojos, sonrojándose un poco, sin duda será un tema difícil, del cual hablar al recuperar sus recuerdos… Pero debe saberlo.

    -Sí, lo es…-

    Este solo asiento, no le parecen adecuadas esas relaciones entre humanos y faunos, pero… No está en una posición de negarle algo al otro, aun así está bastante desconfiado del rubio.

    -Háblame más de… ¿Shion?- Recuerda el nombre, porque ese grito que lanzo el menor en el bosque lo tiene presente.

    Sonrió tranquilo, para sentarse en la silla delante y ofrecerle un vaso de agua –Si, lo hare… Me conto mucho de ti… Y de cuanto se amaban- Comenzó hablar, denotando tanta emoción en sus palabras.

    Logrando inundar al otro con la misma sensación, pero un poco de tristeza también lo domina…

    ---Afuera de las dos salas---

    Shaka se encontró justo con quien quiere hablar.

    -Ese cachorro será un dolor de cabeza- Hablo mientras prepara algunos medicamentos por si se necesita, en cualquiera de los dos –Ataco a Aioros-

    Miro hacia la sala donde su corderito esta, eso es lo que más le angustia.

    -El fauno… Dijo que el papá de ese niño, murió y le pidió que lo cuidara- Agrego esto serio.

    -Entonces… Puede que sea verdad… Que Aioria esté vivo y sea ese fauno- El peli celeste, quedo pensativo ante esta realidad.

    Un silencio entre ambos se manifestó.

    Pensando en todo lo que ese día trajo.

    Al padre sin memoria de Mu.

    Al hermano perdido de Aioros.

    Esto parece una coincidencia… Que no puede tener precedentes.

    Pero se ocuparía de eso después, ahora lo que quiere preguntar.

    -Albafica- Su voz se tornó seria, como la de cualquier alfa hablando a una persona común.

    -¿Si?- El otro lo miro atento.

    -¿Tienes algún método para recuperar la memoria de ese tigre?- Habla algo despectivo del padre de Mu, porque lo nota como una amenaza por estar inestable.

    El médico del gremio, alzo la mirada, cruzado de brazos, suspirando –Existe uno- Mas de inmediato miró al rubio –Pero… No es algo seguro para su mente- El tono del beta suena tan serio, pues sin duda si tiene una oportunidad de hacerlo recuperar sus memorias, puede tener un gran costo por cualquier pequeño error que se llegue a cometer.
     
  13. Threadmarks: Capitulo 33 (No Quiero Perderte)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---Pasados unos días---

    Donde obviamente el primer líder se la paso cuidando de su hermanito, y siendo ayudado por Shura, en todo lo que ambos hermanos necesiten.

    Además que se les informo a los ancianos sobre este acontecimiento que el hermano menor de Aioros ha regresado, incluso ellos no lo pudieron creer.

    Por su parte el fauno león no está en lo más mínimo alegre con esta situación, tantos humanos es una mala señal, y al principio que pudo estar con Dohko o como él lo conoce Do, se aferra a estar a su lado en todo momento.

    Cosa que a cierto corderito no le gusta tanto, pues siente algo de celos de ese otro fauno que su padre cuido.

    Pero no puede culparlo, Aioria también fue separado de su verdadera familia por un acontecimiento muy cruel, se alegra que pudiera encontrar ayuda en el tigre.

    El pequeño fauno sabe quién fue su papá ya que el castaño le conto su origen, para que supiera que tuvo alguna vez una familia.

    La descripción que recuerda de Regulus que en si no sabía cómo se llamaba aquel Omega que le entrego ese bebe para protegerlo.

    Ante su inminente muerte.

    Relato aquello, más que nada para que Aioros conociera la verdad, a su vez el primer líder confirmo la descripción con sus recuerdos y una vieja foto en donde fueron una familia feliz, aun con la marca que poseía su papá por haber “Seducido” a una líder del gremio.

    Ese momento fue bastante revelador para el primer líder, pero sentía que por fin podía estar en paz.

    -Ese es el papá de Aioria- Tomo esa foto entre sus manos, mirando al cachorro que se aferra más a él, que al propio hermano.

    -¿De que murió?- Hablo con un nudo en su garganta, pero necesita cerrar ese ciclo.

    Suspira, cerrando sus ojos –Olía demasiado a sangre… Se notaba que no sobreviviría por las heridas que tenía- Acaricio los cabellos de Aioria –Me pidió que cuidara de este pequeño, quise ayudar en algo, pero… Fue tarde…-

    Aioros sollozo al escuchar aquello, sus lágrimas no pueden dejar de correr por sus mejillas, temblando sus piernas, cayendo de rodillas, demasiado información para su corazón.

    Shura no se apartó de su lado ni un momento y este no será la excepción, le palmeo la espalda para reconfortarlo, demostrarle que la soledad ya no volverá a existir en su vida.

    -Gracias…- Murmullo apenas audible, pero para los oídos de un Alfa es perceptible.

    -No tienes que agradecer- El Tigre no es para nada partidario de los humanos, pero en estos días que ha estado en este gremio, puede notar que algunos son algo dóciles, pero no piensa confiar en lo absoluto. –Entre faunos debemos ayudarnos-

    -Pero… ¿Es posible que…Seamos de verdad hermanos?- Sus dudas y angustia por que no puede creer que esté relacionado con un humano… Solo pensó que venía de un Omega León y de un Alfa León también, pero ahora tiene más información que no sabe si creer o no.

    -Usualmente las crías de Omegas faunos heredan las características de quien los llevo en el vientre- Shura menciono esto con algo de inquietud –En el caso de Aioros, parece que los genes humanos fueron más fuertes que los de su papá-

    -Aioria, tú y yo somos hermanos, recuerdo tu nombre, es el que te dio nuestro papá con todo su amor, y nuestra madre le gustaba tanto- Sonrió, queriendo abrazar al fauno.

    -Pero… No puedo creerlo…- Miro al Tigre buscando que le digiera que no es cierto, pero fue inútil.

    -Pequeño… Al perecer es verdad… Ambos son parecidos, puede que no lo detectes eres muy joven, pero comparten un olor muy ligero que sin duda los debe hacer familia- Para un Fauno Alfa con bastante experiencia y su sentido del olfato demasiado desarrollado, puede notar la sangre que corre por sus venas.

    Bajo su mirada, sin poder creérselo aun, mas… Se puede dar cuenta que desde que llego ese humano, no se ha querido separar de su lado en lo más mínimo.

    -No importa cuánto te tome Aioria… Yo te voy a cuidar, eres mi hermanito- Extendió sus brazos para que se acerque y le darle un abrazo, solo si lo quería claro.

    No esperaría que se lo devolviera, sintiendo el apoyo del cabrío es suficiente, pero aun así… Le da tanta pena que su propio hermanito le tema.

    Mas el joven león, al ver las buenas intenciones del humano, y que el propio Fauno que lo cuido desde que tiene memoria le da su aprobación, podría intentarlo.

    Se separó del castaño fauno, para cercarse al otro.

    -No quiero un abrazo, no me gustan- Dijo esto bastante serio, mirando a detalle al de cinta roja-Pero… Lo intentaré… Si somos de verdad hermanos, aunque seas un humano, es difícil pensar que mi madre sea humana y mi papá un fauno-

    -Aioria- Sonrió enternecido por las palabras del pequeño Leoncito.

    Toma la iniciativa dándole una demostración de afecto como él lo conoce, acariciando los cafés cabellos del primer líder –Ya, ya, humano… No llores-

    Puede que sea para estar alejado, pero para Aioros, es algo tan agradable, es impulsivo, pero debe ir despacio con su hermanito, ya que podría asustarlo.

    Ver a estos dos hermanos que pasaron años separados, por fin reunirse y tratar de volver a entablar una relación, es algo verdaderamente tierno.

    Shura comparte la felicidad con el castaño de cinta roja, le parece tan hermoso, una dulce señal de que si mantienes la fe y haces hasta lo imposible para luchar por lo que deseas lo vas a lograr encontrar.

    Por parte del fauno tigre, verlos a esos dos, se da cuenta que también desea más estar al lado del corderito lila, que en estos momentos le dio la oportunidad de estar a solas con ellos y tener esa conversación, que en su momento le revelo esa información.

    Bajo su mirada, pensando en que sin duda… Él también ha sentido esa cercanía con Mu, ahora no solo por ese aroma que le recuerda a la sombra que siempre sueña al dormir y que dé a poco parece aclararse, pero cuando está a punto de ver quien es… El dolor de cabeza comienza y lo hace desesperarse tanto.

    Temiendo que de esta forma dañe a quien este a su lado.

    Además… Al convivir los dos juntos por estos días que han transcurrido, ha pedido apreciar el aroma en la sangre del menor que es similar con la suya.

    Como si su nariz fuera una perfecta prueba de ADN.

    La sonrisa de Mu le hace recordar a la suya y sus ojos también, además que su instinto protector ha salido cada que el rubio esta con él.

    Como si supiera más su corazón que es su hijo, sin la necesidad de completar los recuerdos.

    Es extraño pero lo ha logrado, sentirse así de unido con Mu, mas con cada historia que le cuenta.

    Espera cada tarde para tener esos momentos de tranquilidad en la habitación del menor, para conversar de Shion, cada hermoso momento que su papá le conto de ambos antes del encierro.

    Obviamente Mu ha tratado de evitar contarle lo ocurrido en su vida, en esos quince años de encierro, porque teme como reaccionara al enterarse el Alfa.

    Pero sabe que no se lo puede ocultar por mucho tiempo.

    ---Estudio del segundo líder---

    -Shaka- Abraza con suma ternura al rubio, quiere estar todo el tiempo posible con él, pues pronto deberá partir a esa última misión como líder.

    -Mu- Aprovechando esa privacidad que Milo les da cuando sale a la ciudadela para ir a visitar o mejor dicho acosar al Omega que trabaja en esa hermosa florería -¿Eres feliz?- Le pregunta acercándolo a su pecho.

    -¡¡¡SI!!!- Respondió con entusiasmo –Lo soy, porque estoy a tu lado y mi padre está conmigo- Escuchar el latir del corazón de su amado es algo que lo relaja tanto, brindándole una enorme sonrisa –Todo es gracias a ti- Levanta su vista, para tratar de tomar un beso de los labios de su Alfa.

    No negaría esa demostración de amor, sujetándolo por la cintura, solo un beso para demostrarle de esta forma más inocente su amor, ya que aún deben mantener la última parte del trato aun que lo rompieron con anterioridad, falta poco para llegar al mes.

    -Yo no hice nada- Beso la cabeza de Mu.

    -Tú me salvaste esa noche- Aun puede denotar la tristeza de aquella horrible experiencia, pero es sustituido con rapidez con la alegría de estar al lado de su destinado –Sin ti… Puede que… No tendría nada de esto… Seguiría…-

    No quería escuchar eso, ni pensar, ni imaginar que ese maldito hombre hubiera poder tener sus manos sobre Mu, que lo hubiera condenado como hizo con el papá del pelilila.

    No le robarían la vida a Mu, no mientras el rubio estuviera con vida, y aun así… Sabe que ahora hay más personas y Faunos dispuestos a proteger a su destinado, pero Shaka se juró a si mismo cuidarlo hasta su muerte.

    -No digas eso Mu, ni lo piensas ya- Abrazándolo de forma proyectora para que de esa manera olvidé todo aquello, por lo menos los momentos crueles que vivió, y preste mayor atención a los recuerdos de su papá, las historias que le contaba –Ahora lo que importa es que estas a salvo conmigo, y…- Suspira, pues tenía una información que darle -¿Cómo se ha sentido Dohko?-

    Después de todo, no deja de ser el padre de Mu y más con todas las coincidencias no existía más duda de que lo fuera.

    Hasta el propio rubio tuvo que admitir que cuando ambos sonríen, y muestran sus colmillos, aunque los de Mu sean más pequeños se nota similitudes y los ojos igualmente, además que las marcas de tigre se notan bastante, casi iguales.

    -Mejor- Sonrió enternecido –Le gusta que le cuente de mi papá- Brinco levemente en su lugar, pues de repente sintió como si le diera vueltas por ese movimiento bruco, pero lo oculto para abrazar al rubio y disimular –Creo que si sigo así… Tal vez recupere su memoria- Bajo su mirada pues… Siente que los avances son nulos, ya que sigue sin recordar a Shion.

    -Sigo sin agradarle mucho ¿Verdad?- Sonrió a medias, pues se nota la molestia que presenta el tigre contra el segundo líder.

    -No es eso… Es solo que… Él con o sin memorias tiene malas experiencias con los humanos- Se sonrojo porque también ha visto cómo reacciona el tigre al tener cerca a Shaka.

    Y el gran esfuerzo que hace su destinado para dejarlos a solas, aun con el pendiente de que Dohko lo lastime si se llega a descontrolar por forzar sus memorias.

    Pero Mu no teme, siendo el primer Alfa al que no le tuvo miedo desde un inicio de conocerlo, algo que más denota el hecho de que son padre e hijo.

    -Pronto será la hora de que se reúnan- Se desanima mucho no tener a su Omega para él más tempo, pero no puede ser aprensivo con el corderito, sabe que debe darle espacio y es muy difícil, pues los Alfas son muy protectores, pero entiende.

    -Lo sé- Sonrió emocionado –Te amo Shaka- Beso de nuevo los labios del rubio para demostrarle su amor –Soy muy feliz a tu lado, no sabes cuánto- Suspira, ya que ha tenido más valor de ser atrevido y demostrar más lo que siente, pero con cuidado.

    Su corderito es demasiado adorable para su propio bien, quisiera besarlo todo el tiempo, tenerlo consigo y posiblemente volver a hacerlo suyo, más sabe que solo unas semanas más, renunciara a su puesto de líder y podrán vivir felices, aunque ahora todo parece más complicado.

    Sabe que Mu no se quiere alejar de su padre, y entiende que podría esperar a dejar el gremio, pero eso lo vera conforme el tiempo transcurra.

    -Te amo Mu- Captura sus labios con suma ternura, evitando intensificarlo, pues podría sentir el calor recorrer su cuerpo y no sería buena idea.

    Sus miradas conectan, se nota el amor entre ambos jóvenes, las sonrisas, las dulces caricias que se dedican solo eso pueden demostrarse hasta el momento.

    Pero antes de irse debía darle una información a Mu, algo que es muy importante que podría darle una luz a final del camino con respecto a la memoria del fauno.

    Sin soltar su cintura –Mu, debo decirte algo que Albafica me informó-

    -Dime- Mirándolo con suma atención, reconoce el tono de su Alfa cuando algo es complicado.

    -Tiene una manera de traerle la memoria a tu padre- Dejo escapar un suspiro melancólico, pues la notica no es tan buena como cree.

    -¡¡¡¿ENSERIO?!!!- Apoyo sus manos sobre el pecho del rubio, sonriendo con gran ilusión.

    -Si- Respondió bastante serio –Pero tiene mucho riesgo-

    -¿Qué clase de riesgo?- Fijo su vista con precaución en su semblante.

    -Este tipo de técnica, Albafica la utilizaba con anterioridad para arrebatar las memorias de aquellos que se negaban a cooperar- Relata con cierto cuidado el pasado del peli celeste antes de que se uniera el gremio –Al no querer hablar, quitaba sus memorias para saber sus planes, obviamente arrebatando todo rastro de recuerdos, para así conocerlos, pero el precio es que esa persona queda en un estado vegeta por así decirlo- Concluyo el relato, con un rostro serio, en la espera de lo que el pequeño corderito digiera.

    -Pero… Mi padre no puede recordar, no se niega hablar- Respondió el menor, pues esa técnica le dio bastante miedo.

    -Lo sé, pero Albafica puede hacer una variante, suficiente para traer los recuerdos a su consciente, hacerlo recordar y seria de golpe- Mira con detalle al menor.

    -Si es de golpe sus recuerdos, podría asustarlo, no creo que sea…- Suspira, pues ofrecen algo que tiene muchos riesgos -¿No podía ser de a poco?- Miro de nuevo a los zafiros con inquietud.

    Negó rápidamente con la cabeza –Ya se lo pregunte antes, es preferible hacerlo de una vez, porque las conciencias se elevan al estar tratando con la mente, incluso con esa primera vez- Toma el rostro del menor, para calmarlo –Si no lo hace con cuidado podría tener un resultado en quedarse en un estado catatónico, en donde no existiría vuelta atrás-

    Sus manos tiemblan con tan solo esa idea, no podía pensar en perderlo de esa forma, quería seguir hablando con él, escuchar su voz, verlo, es su padre por todos los cielos con recuerdos o no, lo es.

    -Por eso ha estado trabajando y practicando esa técnica para solo lograr traer sus recuerdos sin extraerlos- Tomo con suavidad los hombros el pelilila, ya que nota su temblor y miedo –Es algo muy complicado lo sé, pero la decisión es de él-

    Mu alzo su vista angustiado de tan solo pensar que algo salga mal, no lo podría soportar.

    -Pero… Si algo sale mal, ni siquiera podrá recordar nada de estos días, no hablaría, se quedaría inmóvil de por vida…- Niega con su cabeza, dejando escapar sus lágrimas –Prefiero que no recuerde nada, a perderlo- Rompe en llanto, ya que se encuentra en medio de dos deseos que siente que si se ambiciona a conseguir más, pude perder lo que ya posee –Shaka, no lo quiero perder, no merece quedarse así-

    -Mu, por eso te lo comunico a ti primero- Alzo su cabeza con cuidado, para que lo mire y de paso limpiar sus lágrimas, con sus manos –Aunque hacerlo es decisión de tu padre, tú debes saber si decirle o no-

    Shaka cumple con darle la posibilidad, apoyar a Albafica con todo lo que necesite para practicar esa técnica, decirle a su destinado, pero hasta allí es su misión, dejara que Mu decida si decirle o no y si lo hace, Dohko tomara la decisión final, sabiendo todas las consecuencias.

    Obviamente apoyaría a su corderito en todas la que quiera, no se alejara ni un momento de su lado cuando todo lo relacionado con el gremio acabe.

    -Piénsalo mi Mu- Beso con devoción su cabeza, dándole su apoyo de esta forma –Lo que decidan tú y tu padre, tendrán mi apoyo para siempre- Le dedico una sonrisa, acariciando sus hermosos cabellos lilas.

    -Tengo miedo- Bajo su mirada abrazándolo con mayor fuerza –Si algo malo le pasa, por decirle… Yo… Nunca me lo podría perdonar- Se aferra a las ropas del rubio, dejando escapar su dolor –Shaka… No quiero perderlo, de verdad quiero tener a mi padre conmigo-

    -Mi amor, no temas…- Lo rodea con sus brazos para reconfortarlo –Hemos logrado superar cualquier dificultad, un imposible era que el gremio no aceptara romper los votos, lo logramos- Suspiro, mirando al corderito temblar contra su pecho –Nunca creí que me enamoraría, y llegaste tú, cambiaste mi vida de odio y deseo de venganza, por el amor que solo siento por ti- Se da cuenta que estas palabras reconfortan de a poco a Mu.

    -Nunca creí que… Saldría de ese encierro, y aunque lo logre… Nunca me perdonaré dejar a mi papá solo, pero sé que lo hizo por mí- Asintió –Tú me ayudaste a vencer mis temores y superar el pasado- Apretó sus labios, cerrando sus ojos -¿Crees que superemos cualquier cosa que pase en el futuro?-

    -Si estamos juntos, te aseguro que nada será lo suficientemente fuerte como para hacer que me aleje de ti- Su deseo es proteger a Mu contra todo, incluso sus propios miedos –Confía en que todo saldrá bien- En este momento se da uno cuenta cuando es el indicado, que te da el aliento necesario en cualquier circunstancia, apoyándote incluso en algo que puede afectarlos.

    No importa el resultado permanecerá a lado de Mu toda su vida, lo decidió al momento de entregarle su corazón, al marcarlo y darle ese rosario.

    Ya no es dueño de su vida, pertenece solo a su Omega.

    Cerró sus ojos nuevamente, el corderito quería unos momentos más en donde puede escuchar ese latir tan cálido de quien ama, para pensar que debería hacer.

    Esto podría ser un cambio para bien o para mal, solo la decisión de Mu puede darle la información, pero al final Dohko tendrá la última palabra.
     
  14. Threadmarks: Capitulo 34 (Amor En La Tierra)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    No paso mucho, cuando el pelilila tomo aquella decisión, lo tuvo que meditar con cuidado, obviamente se mostró más pensativo y alejado del resto.

    Pero era importante, aun así… Comprendiendo que no podría decidir por su padre, pero… Le haría ver su opinión después de todo.

    Si Mu pudiera decidir… Con la pena más grande en su corazón que Dohko jamás recuerde a Shion, aceptaría mejor vivir así.

    Perder a alguien que apenas conoce, de a lo mucho una semana y media en persona, pues por todo lo que su papá le conto, entendía tanto.

    Así que no está dispuesto a que desaparezca de este mundo su mente.

    ---Habitación de Mu---

    -¿Por qué estás tan pensativo?- El Fauno tigre lo mira atento.

    Los ojos verdes se abren de golpe, casi dando un pequeño salto de donde se encuentra sentado.

    -¿Yo? ¿Pensativo?- Sonríe para su padre, transmitiéndole que nada malo ocurre –Nada, es solo que… En Dos semanas Shaka y el señor Aioros irán a una misión importante- Rio nervioso, demostrado que en efecto si le preocupa, pero existe más que eso.

    La experiencia, el conocer perfectamente que cuando alguien miente su aroma puede cambiar, además que ha conocido a ese pequeño fauno bastante en este tiempo, incluso despertando su instinto paternal de manera abrupta.

    Así que no lo puede engañar, sintiendo incluso una sensación de haber vivido algo así en el pasado, pero el bloqueo de sus recuerdos aun no deja hacer mucho.

    -Ese humano rubio- Hablo con tanta seriedad –Es tu destinado ¿Cierto?- Ya sabía esto por el trato, pero no había preguntado y sirve que logra hacer que hable del otro asunto que le oculta.

    Las mejillas de Mu rápidamente se tornan rojas, poniéndose bastante nervioso, comenzando a jugar con sus manos –Yo… Bueno…- Cerro sus ojos, por lo apenado que se encuentra, pues se supone que habían sido tan discretos, pero parece que no tanto –Si…Lo es…-

    El fauno tigre se fijó con sumo detalle en esa expresión que proyecta el pelilila, todo en ese pequeño le resulta familiar, pero... Le molesta tanto no poder saber de dónde o de quien…Pero sobre todo… De no reconocer ese fauno a quien le pertenece su corazón.

    -Se ocupa de ti- Dijo esto serio -¿Lo amas?- Sus ojos verdes se fijan en los contrarios que comparten su tono.

    -Si- Habla con una gentil voz y una sonrisa.

    Frunce el ceño –Sé que te ama- Asiente algo molesto.

    -Sé que me ama mucho- Baja la cabeza –Pero por el momento no podemos hacerlo público-

    -Note que son demasiado discretos- Cruzado de brazos –No creo que él tenga un pareja ¿Cierto?-

    -Para nada- Rápidamente contesta, sobresaltándose un poco.

    -¿Entonces?- La mirada acusadora del mayor, refleja que desea explicaciones, su hijo no será el juego de alguien más.

    Aquel corderito, suspiro profundo, mirando al frente con cierto temor –El gremio Ateniense… Les prohíbe a los líderes unir sus vidas con cualquiera que haga que quiebren los votos de castidad- revelo aquello con tristeza.

    Dohko no responde, dejando que el pequeño sigua, quería conocer más de ese tema.

    -Pero… Por eso la misión a final de este mes es muy importante- Sus ojos volvieron a brillar, sonriendo sinceramente, y demostrando un sonrojo en sus mejillas –Si todos los líderes de los gremios, acaban y sellan a los Shadow’s, Shaka y el señor Aioros, lograran que esos votos se rompan, permitiendo que las próximas generaciones no sufran de esta regla-

    Su rostro se ilumina tan solo al recordar, posando las manos sobre su pecho.

    Asintió, su rostro se nota algo indiferente, pero a la vez sintiendo alivio porque su hijo sea feliz.

    -Por eso… Sé que Shaka está entrenando todo este tiempo, pero tratamos de vernos aunque sea un poco- Baja la mirada de nuevo con ese gesto hereditario de jugar con sus manos -Él me apoya en todo lo que decida, incluso… Si…- Aprieta sus labios, pues está a punto de decir lo que tanto teme.

    -¿Incluso si?- Encontró lo que quería saber, el por qué su pequeño hijo esta atormentado.

    Levanta la vista, mirando de frente al castaño, fijándose en aquella cicatriz, en ese rostro marcado por la edad, la preocupación y el dolor de no saber a quién perdió.

    Su corazón siente que se parte en dos, provocando que lleve la mano al pecho, sujetando sus ropas, pues de verdad no puede hacer aquello.

    Las lágrimas surcan sus pálidas mejillas, demostrando que el dolor se vuelve tristeza de solo pensar en perderlo.

    -¿Qué ocurre?- Ver las lágrimas del pelilila, lo destrozan, preocupándolo bastante, otra vez una sensación que cree haber vivido antes.

    -Na…Da…- Trata de ocultar sus lágrimas, limpiándolas, pero es inútil.

    Lo sujeta con cuidado de los hombros, para darle a entender que esta con él.

    -No me engañes, Mu… ¿Lo que te duele… Tiene que ver conmigo?- Sus ojos verdes, penetran en las pequeñas mentiras.

    Este fauno herbívoro sí que se sorprende por como el otro logro descifrarlo con tanta facilidad en unos instantes.

    Pero aun desea callar, intenta mentir de nuevo para no hablar, hacer todo lo posible para guardar silencio, no quiere revelar aquello, no aun...

    -Solo dímelo- Su voz áspera, trata de sonar tranquila, para que el pelilila se sienta seguro, para que le diga lo que desea.

    No pudo resistir más y rápidamente abraza al tigre con tanta fuerza, dejando escapar un sinfín de lágrimas, no le teme a ese Alfa, fuera de Shaka, Dohko se volvió el segundo en que confió de una forma rápida.

    Puede sentir que está seguro, de alguna forma que solo él puede entender.

    -No quiero… No… Quiero… Perderte…- Se aferra al cuello del tigre, llorando, temblando un poco por aquellos miedos –Sin que recuerdes nada, te… Has… Dado cuenta que soy tu hijo…- Entre lágrimas comienza a narrar lo que pasa –Así que… No es necesario que recuerdes… Por favor…-

    Su corazón latiendo con mayor fuerza, el instinto paternal le dicta que debe devolverle el abrazo, tratar de consolarlo, para que no llore.

    Y así lo hace, le devuelve el abrazo, de hecho estrechándolo con mayor fuerza, acariciando con cuidado sus cabellos lilas, atento de no lastimarse con los afilados cuernos que el carnero ahora posee.

    -¿Qué pasa?- Haba con suavidad, similar a cuando el cachorro de León que tuvo a su cuidado necesitaba ser consolado.

    Sabe que no puede negarle esa opción, así que… Lo dirá, no existe de otra, pues no podría volverlo a ver a la cara si no le dice la verdad.

    Se siente tan mal de no ser capaz de guardar un secreto, pero… Es la vida de su padre, si él decide hacer aquello, tendrá que aceptarlo, no puede hacer más, solo estar a su lado si lo necesita.

    Aspiro un poco, limpiando su nariz con el antebrazo, sin logar verlo a la cara –Albafica encontró una forma de traer… Tus recuerdos… Pero… Tiene un gran precio si algo falla- Sus lágrimas siguen, trata de calmarse, limpiándola con las yemas de sus dedos cada que lo traicionan.

    Entre la alegría por una oportunidad, de verdad desea recuperar lo que perdió, esas memorias que desea hacerla de nuevo suyas, saber de ese Omega que se volvió dueño de su corazón y ser, aun sin tener una figura clara de su rostro.

    Pero el dolor de ver a Mu de esa forma, le causa tanto malestar… lo reconoce como su hijo, sabe que lo es, la sangre llama o en este caso el buen olfato que posee.

    -¿Cuál es esa forma?- Sonrió, para restar importancia a ese dolor, así animarlo a que se calme.

    No comprende por qué sonríe el tigre, pero no pude imitarlo, solo sentir que su encuentro podría terminar mal.

    -Como médico… Sabe recuperar recuerdos… Trayéndolos de su subconsciente a un estado de conciencia, pero…- Apretando de nuevo sus labios, bajando la vista y esta vez tomando las manos del otro, temblando por tan sola la idea de perderlo –Si algo sale mal, cualquier cosa… Perderías todos tus recuerdos actuales, toda la conciencia… Todo lo que eres… Y…- Estallo de nuevo en llanto, le aterra la idea de nuevo estar sin ninguno de sus padres.

    Nunca logro tener la posibilidad de que ambos lo cuiden, todo fue por separado, no por decisión de ellos, si no por capricho y crueldad de algunos humanos que su corazón es podrido, deseos aún peores.

    Así que si existe esa posibilidad de que lo pierda, prefiere que todo permanezca tal cual, ya no quiere perder a nadie más.

    Siempre ha sido quién se preocupa por los demás, no tiene recuerdos ni siquiera de su infancia, todo está borroso, así que tomo el papel de proteger desde que puede recordar.

    Ahora se siente sorprendido y bastante enternecido que ese pequeño corderito, de no más de dieciséis años, desee cuidar de él, para protegerlo de cualquier cosa que ocurra.

    Entre la familia se deben cuidar, le dedico una pequeña sonrisa, y esta vez lo abrazo recargándolo en su pecho, para consolarlo, que no pensara en eso.

    -Ya, ya, ya Mu, no llores- Le dijo esto con una voz tan sueva y tranquila, sabe cómo aliviar el dolor de un pequeño.

    Mas esto en el corderito activa sus recuerdos, aquellos que solo él puede tener de su infancia en confinamiento, cada que sufría por ver a Shion lastimado, y aun así este sonreía para calmarlo, diciéndole que todo estará bien, que no llore para que le regale una sonrisa.

    En su inocencia creía que si sonreía para su papá el dolor en él se iría, ahora sabe que no era del todo cierto, pero fue su motivo para seguir.

    Otra cosa que ha estado ocultando, cuando Dohko le pregunta sobre su papá, solo dijo que murió…

    Y no quiso decir más, aún sigue tratando de no hablar del tema, presiente que esto sería un caos.

    Pero sabe que no podrá callar siempre, mas espera el momento necesario para hacerlo.

    Ahora existe otro punto a tratar.

    -No quiero que lo haga, por favor… Quédese así… Padre… Por favor- Se aferra a los hombros del Alfa, para llorar su dolor.

    -Mu… Es necesario- Le dijo su sentir, acariciando sus cabellos para darle algo de confort, pero que también comprenda su decisión.

    -Pero… Si ¿Algo sale mal? Si… ¿Ya no puede recordar nada?- No puede levantar su rostro, quiere aferrarse al castaño todo lo que pueda.

    -Entonces… Deja que muera… Y así podré reunirme con Shion- Si que era el peor dialogo para decirle a ese pequeño.

    -¡¡¡NO QUIERO QUE NADA MALO LE OCURRA!!!- Le grito con todas sus fuerzas, frunciendo el ceño, mirando al otro.

    -Quiero intentarlo- No se enoja por que le alcen la voz, comprende perfectamente su sentir –Si existe solo una posibilidad la tomare-

    Sabía que esto ocurriría, es igual de testarudo que él.

    -Pero…- Quiere protestar, pero los argumentos se acaban por su dolor, de que no podrá convencerlo.

    -Deseo recordar mi pasado, cada cosa que no logro ver en mi mente, deseo hacerlo- Acaricia la mejilla del pelilila con total ternura –Recordar a Shion… Es lo único que quiero… Sé que dentro de mi corazón él siempre fue importante para mí… Me odio… Por no recordar su aspecto- Aunque sonríe y quiere aliviar el dolor del menor, sus lágrimas caen.

    -Padre…- Susurra esas palabras, ambos lloran por solo un ser, que ambos aman y que los amo.

    -Soy fuerte… No temas…- Besa la frente del corderito, volviéndolo abrazar con cariño, todo ese que no pudo darle, pues ni siquiera sabía de su existencia –Además… No estarás solo nunca más…- Aunque odie decirlo, es verdad –Ese humano rubio… Estará a tu lado-

    Siente como su corazón se acelera, de alguna forma… Su padre, acepta a Shaka… Sin importar lo que han hecho antes, es muy significativo para Mu esa aprobación.

    -Lo se…- Sonríe de forma amarga por aquella decisión que el tigre ha tomado, no puede hacer nada para evitarlo, aunque lo desee con su corazón, todo fue tomado de inmediato.

    Aquella solución que puede tener mayores consecuencias se hará…

    Y puede que se lleve a cabo de forma rápida, pero… Existen tantas consecuencias y con poco tiempo.

    Shaka, ha proporcionado todo lo necesario para que Albafica se ocupe de perfeccionar esa técnica, ya que… El segundo líder… Desea que si eso funciona, y si el padre de Mu está a salvo recordando todo…

    Se sentirá un poco más confiado, de si algo le ocurriera en esa última batalla para sellar a los Shadow’s y el no pudiera volver…

    Su Omega estaría a salvo, mínimo no perdería a alguien más.

    Ambos Alfas que aman a Mu de forma diferente obviamente, pero con gran intensidad, desean lo mejor para ese corderito, aceptando que si uno falta el otro tendrá que protegerlo.

    ---Días después (Ciudadela)---

    -Que lindas quedaron estas flores- Una joven Beta, hace un pedido para un cliente.

    -Si…- Lanzando un suspiro, un Omega ayudándola.

    -Camus, estas muy inquieto hoy- Mientras comienza a hacer el próximo -¿Qué ocurre?-

    -No es nada- Desviando su vista, para seguir con el trabajo.

    La joven, le dedico una sonrisa, también ocupándose en su labor, pero no dejará que la conversación muera allí -¿Tiene algo que ver con cierto Fauno Alfa… De cabellos cerúleos y mirada divertida?- Riendo levemente, para provocar que el otro se sonroje.

    -¿He?- Abrió sus ojos asustado, casi temblándole las manos por la sorpresa –Se…Señorita Helena… No eso no…-

    -Ja, ja, ja no tienes que avergonzarte- Le sonrió de forma cómplice –Es muy lindo como viene a verte casi a diario-

    -Es muy molesto- Puede estar diciendo esas severas palabras, pero… Su sonrojo no se puede ocultar, como la timidez en sus acciones.

    -Pero aun así… Con todo y lo “Molesto” que Milo es…- Le toma las manos con cuidado, para que deje de hacer aquel arreglo y la mire –Te logra sacar algunas sonrisas, tus ojos brillan con una gran ilusión- La mirada de la joven es triste, recordando lo que ella vivió, pero no se pudo hacer realidad –Camus, no pierdas eso… Sé que tienes miedo, pero… Milo nunca te dañaría-

    Comprende a lo que se refiere la castaña, pues él mismo se lo ha estado cuestionando a diario desde el momento en que lo conoció gracias a que fue a darle un regalo a su amiga, y de en cierta forma pudo encontrar a Mu.

    Sin embargo… Con lo que ha visto, que solo ha sido espectador, que la maldad no lo ha tocado de esa manera, teme solo ser usado para engendrar, marcado y desechado como vio que muchos Alfas hacían con Omegas Faunos.

    Esta consiente que aun siendo Omega, tiene una mejor posición ante la sociedad que un Fauno.

    Pero teme tanto, entregar su corazón cuando se juró a si mismo que el amor es algo que no existe, es el oro de los tontos, persiguiéndolo y creyendo tenerlo, aunque jamás lograrían ser felices del todo.

    Un pensar que aprendió a tener para protegerse.

    Sin embargó… No puede luchar contra el hecho de que encontró a su destinado, sin importar las antiguas circunstancias.

    -Yo…- Soltó las manos de la joven –Prefiero no hablar de eso- Dirigió su vita al trabajo, para olvidar el tema.

    -Camus…- Ella lo llamo, pero lo ha logrado conocer en este corto lapso, suspira pensando que es mejor hablar del tema, sin embargo sabe que no necesita seguir, pues llego alguien para el peliaguamarino.

    Sonrió cómplice, mirando a la puerta esperando al recién llegado.

    La campana sonó de aquella puertecita, dejando ver a cierto Fauno con una sonrisa enorme y unos chocolates caseros.

    -¡¡¡HOLA!!!- Sonríe ampliamente, dirigiendo sus pasos hacia la parte donde está su objetivó –Camus… ¿Cómo estás?- Se sonroja cada que lo ve, pero su sonrisa coqueta no se apaga.

    -Hola- No le sostiene la mirada, sigue mejor trabajando para no ser presa de su sentir –Bien-

    Helena sí que está admirando la escena, donde un escorpión está tratando de conquistar a ese Omega que es más frio, pero solo es la fachada para protegerse.

    -Hola Milo- Obviamente entiende que a veces el otro este tan distraído con el peliaguamarino, que no preste atención a su alrededor.

    -Oh, disculpa Helena…- Sonrió apenado por su torpeza, pero no puede dejar de ver esos hermosos ojos violetas.

    -Milo… Estamos algo ocupados… Así que… No creo…- Esta por rechazar la visita y la invitación que siempre le hace, pero…

    -¿Qué dices Camus?- La joven de inmediato haciendo de cupido –Pero si solo faltan dos y ya casi terminamos, así que vallan a divertirse un rato-

    -¡¡¡¿HE?!!!- Las manos del Omega comenzaron a temblar, pues lo están acorralando.

    -¡¡¡ESO ES GENIAL!!!- Tomo la mano del contrario, dedicándole una sonrisa enorme –Te invitaré a comer y…- Sus mejillas se sonrojan por este acto –Hice estos chocolates para ti-

    Los entrega con cuidado a las manos del otro, que no deja de sostener porque no se le escaparía.

    -¿Pero…?- Bajo su mirada, nervioso por la insistencia de la otra.

    -Vamos Camus- La personalidad imprudente y bastante atrevida del fauno, sosteniendo la mano de ese dulce Omega, para salir de aquella florería.

    -¡¡¡ESPERA!!! Tengo… Cosas que hacer- Intenta protestar, pero… No son suficientes, cuando tienes a un loco Alfa enamorado, que tiene luz verde para hacerte pasar un lindo día.

    Helena sonrió, ver como esa dulce pareja no formada aun, pero que sus corazones se unen.

    Que hermosos recuerdos vienen a su mente, pero… Que lamentablemente solo se quedan en el ayer.

    Algunas lágrimas caen por sus mejillas, pero sonríe… Seria fiel a su corazón y ayudaría a sus amigos a ser feliz.

    Aún que este triste y emocionada por el pasado y presente, debería estar fijándose muy bien en quien está mirando de lejos hacia su florería, de seguro sin buenas intenciones.

    Mientras Milo y Camus van por las hermosas calles de la ciudadela, uno hablando hasta más no poder y el otro siendo solo oyente, bajando su mirada, entre nervios y molestia.

    Pero esto último es porque ese fauno ha logrado desquebrajar su gruesa capa de hielo, pero se quiere mantener aun así lejos de ese Alfa que se le hace más difícil ignorar.

    -Entonces, le dije a Yuzuriha que si reparaba mi arma, le conseguiría una hermosa pareja- Sonrió contando esa historia –Y me golpeó con un martillo- Cruzo sus brazos sobre el pecho como si fuera la historia más normal del mundo.

    Aunque la historia sea muy entretenida y si ha escuchado un poco, la mente del otro va perdida en un temor.

    -Milo…- Llama serio.

    -¿Qué pasa mi hermoso Cubito?- Ladeo su cabeza, dedicándole ese nombre de cariño.

    -No me digas así- Se sonrojo, desviando la mirada, para tomar algo de aire, para volver a hablar -¿Cómo esta Mu?-

    Por el trabajo que ha ido en aumento, no ha podido ir al gremio, además que ha estado sintiendo como si alguien lo estuviera observándolo, pero ya cree que es por paranoia.

    El escorpión suspiro, sus ojos se centraron delante –En estos momentos… Albafica está haciendo su tratamiento- Habla de este tema algo tranquilo.

    Suspira bastante angustiado, aunque no lo quiere admitir –Mu… Debe estar muy preocupado-

    -Ese corderito es más fuerte de lo que creen- De inmediato trata de animar al peliaguamarino –Shaka está con él y Shura igual…- Sonríe, tomando con suavidad la mano del otro –Todo saldrá bien, y Mu tendrá a su padre con él-

    -Quiero pensar en eso- Sintiéndose más tranquilo tanto por las palabras, como el tacto del peli cerúleo –Sin embargó, no todas las historias tienen un final feliz- No puede ser optimista, ha visto tanto que le hace dudar de los milagros a veces.

    -Pues, yo creo que esta si la tendrá - Sonríe, mirando a detalle a Camus, notando que luce con esas majillas sonrojadas tan tierno –Además… En poco tiempo Aioros y Shaka irán a sellar esos malditos seres y terminara esa tontería de los votos-

    Mira al frente, algo nervioso por que sostengan su mano, y de inmediato la quito –Solo esperó que ese Alfa, le cumpla a Mu y no solo lo deje después de haberle hecho…- Hablo bastante serio, apretando el puño.

    -¿Lo… Lo sa… Bes?- Hablo casi tartamudeando, pues pensaba que su Omega amado, no se había dado cuenta.

    Frunce el ceño, casi demostrando que no está para nada conformé con lo que ocurrió.

    -Yo opinó que se aprovechó del celo de Mu, pero ese niño esta tan enamorado que ni siquiera se da cuenta…- Bufo bastante furioso.

    -¿Te importa mucho?- Milo admira cada expresión que Camus proyecta, puede ser frio y aparentar ser insensible, pero demuestra que tiene un gran amor y cariño hacia ese pelilila, algo que le da tanta esperanza de que lo acepté algún día y formen una familia.

    -Sufrió demasiado sus primeros quince años de vida- Baja su vista, posiblemente recordando todo lo que escuchó, de cómo el papá del corderito se sacrificio para que estuviera a salvo –No tiene ni un año en libertad y ese Alfa lo capturó-

    -Pero Shaka no es malo, al contrario lo ama mucho- Desde luego Milo interceptando por su amigo –Hizo todo para que el padre de Mu este a salvo, reto al concejo de ancianos solo por él, créeme… Cuando esto acabe, Shaka vivirá solo para Mu- El fauno Alfa sin duda cree que el amor existe, y en esos dos amigos suyos sabe que está.

    -Más le vale- Cruza sus brazos enfadado, haciendo un ligero puchero –Si no es así… Shura y yo nos vamos a aliar para hacerlo pagar- Demuestra tanta frialdad en sus ojos que puede dar miedo a cualquiera.

    -¿Qué es lo que planean hacer?- Nunca creyó que un Omega pudiera infundirle tanto miedo, incluso si él no es su objetivó.

    -No te diré, puede que le digas para advertirlo- Camino más apresurado, ignorándolo por completó.

    -Pero… Cubito…-

    Aunque aún no sean nada… Más allá de amigos que Milo piensa que mínimo tienen eso, en cambio Camus solo lo ve como un molesto bicho, pero… Que logra hacerlo sentirse tan vulnerable a veces.

    Ahora solo resta esperar que todo salga bien… Dohko recupere sus memorias, y conservé lo que ha conocido y este a lado de Mu.

    Shaka pronto partirá junto a Aioros, la última misión que cumplir.

    Todo terminará y podrán ser felices.

    O eso se desea…

    A distancia los siguen, escuchando su conversación, creyendo que solo son personas que pasan y están comprando en las tiendas aledañas.

    Si Camus se hubiera fijado, se habría dado cuenta que sus miedos, sus sospechas no eran producto de lo anteriormente vivido, que en efecto es su razón, la verdad siéndose mostrada ante él.

    -Por lo que han dicho, su preciado Fauno está en el gremio-

    -Y parece ser… Que tiene un Alfa que lo protege-

    -Tsk- Esa voz masculina tan burlesca –Se irán pronto, podríamos atacarlos directamente- Mira a su jefe sonriéndole –Si gusta, puedo mover a muchos que desean dinero fácil.

    -No quiero que esto sea tan llamativo- Fijo su vista de nuevo hacia la florería que aunque lejos, se puede apreciar a la distancia –Existen mejores métodos para recuperar lo que es mío-
     
  15. Threadmarks: Capitulo 35 (Recuperado)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

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    -Dohko-

    -Dohko…-

    -¿Quién…?- Una voz algo adormilada pronuncia esa pregunta.

    -Dohko… Puedes abrir tus ojos-

    -Esa voz… La… Recuerdo… ¿Por qué?- Aquel castaño abre sus ojos, pero no reconoce donde está, solo se ve un lugar vacío, por completó en blanco -¿Dónde estoy?-

    -Conmigo- De nuevo esa voz que le resulta tan tranquila, pero en esta ocasión siente que su corazón se estruja, pues sabe perfectamente quien es.

    -¿Shion?- Sus ojos se abren con sorpresa, mirando atento al frente, sonríe, sus manos tiemblan igual que sus piernas.

    Al fin sabe quién es el dueño de esos sueños tan raros, la imagen nublada, la voz que no identificaba, que le robo la tranquilidad por los dieciséis años en donde nunca volvió a saber de él.

    Pero eso no importaba ahora, está enfrente de él, sonriendo… Su hermoso Omega, aquel que ha estado amando aun sin tener memoria, teniendo ahora sus recuerdos intactos.

    ¿Había funcionado la técnica que utilizo Albafica?

    Sin duda lo hizo, ha logrado que pueda tener sus preciadas memorias.

    Pero logra sentirse tan mal, por no haberlo recordado, por no haber podido seguir luchando para encontrarlo, por ser tan débil, para que esa herida lo hiciera olvidar todo.

    -¡¡¡SHION!!!- Su voz suena tan potente, su condición de Alfa le hace tener la fuerza necesaria para llegar a donde esta ese peliverde, y abrazarlo, de una manera tan protectora.

    Como cuando eran adolescentes, en el momento en que huyeron juntos.

    -Lo siento, lo siento tanto- Trata de no clavar las uñas en su cordero, siente que ya le ha hecho tanto daño, por no protegerlo –Debí seguir luchando esa noche, así… Nunca hubieras pasado por nada malo- Aun recordando las palabras que su hijo le dijo, sobre cómo fue su vida entera, omitiendo mucho para no causarle peor daño y culpa.

    -No te culpes, no hiciste nada malo- Sonriendo enternecido por su amado tigre.

    -¡¡¡SI LO FUE!!! ¡¡¡YO DEBÍA PROTEGERTE!!! ¡¡¡TE MARQUE, ERES MI OMEGA… MI DEBER SIEMPRE SERÁ PROTEGERTE!!!- Sus piernas temblando, sentía que caería en cualquier momento, pero no podía hacerlo, solo quiere sentir a ese peliverde que haca años no veía.

    Sus lágrimas de alegría, se siente tan feliz, y tan mal a la vez, solo desea que ese tiempo lejos se volviera nada, ahora con una nueva vida y recuerdos recuperados, ambos con un pequeño, que el castaño desea convivir, tener la familia que soñó en el momento en que se enamoró de Shion.

    -Ahora debes proteger a Mu- Sonrió, notándose tan hermoso, en paz.

    -Lo haremos juntos- Contestó a aquellas palabras, sonriendo desesperado, con las marcas del dolor en su rostro.

    La última vez que se vieron teniendo apenas trece y quince años, su amor adolecente fue tan grande que engendró a un hermoso bebe, siendo de la misma especie que el peliverde, pero las marcas del tigre y colmillos.

    -Ahora eres mayor, mucho más fuerte… Tú lo harás- Ladeo su cabeza, con cuidado de no lastimar con sus cuernos, pero ya no puede suceder eso, aun sonriendo una lagrima se escapa de sus cuarzos.

    -Tú también… Tus cuernos… Crecieron y…- Sostiene sus manos, notando esa terrible sensación que no se percató por la alegría inicial, abriendo sus ojos, sus labios temblorosos, igualmente las esmeraldas están rompiendo en llanto, dándose cuenta de la cruda realidad.

    Negó con su cabeza, apoyándose en el hombro del fauno herbívoro, creía que era verdad pero no.

    -No llores más por favor…- Esa dulce voz, que se odiaba por no recordar.

    -No pude protegerte… Aun sin tener memoria me dolió saberlo, pero… Ahora… Siento que ya no quiero recordar-

    -Dohko… Mi dulce tigre- Acaricia sus cabellos con tanta ternura, sabiendo que posiblemente esta vez todo irá bien –Me protegiste todo el tiempo que estuvimos juntos, y eso lo agradezco tanto-

    -Pero… No ahora…- No desea separarse de su Omega, ese cordero que amo desde la adolescencia y lo seguirá haciendo aun después de todo.

    -Eso no importa ahora- Habla tan suave, aun derramando una lagrima del ojo izquierdo, sonriéndole –Quiero que vivas tu vida, con tus recuerdos y cuides a nuestro pequeño-

    -¿Cómo lo hare sin ti?- Lo mira a los ojos, pidiéndole que todo esto sea mentira.

    -Lo harás, porque eres fuerte y… Al ver a Mu… tendrás la fuerza necesaria para continuar-

    -Te amo Shion- No le importa lo que sea que este delante de él, sabe que es su Omega, desea un último beso.

    -Y yo a ti Dohko…- Corresponde el beso, uno suave… Con todo el amor que ambos guardaron, que se mantuvo allí, tanto consciente como inconsciente.

    Lamentablemente ese beso será lo último que tendrán en esta vida.

    Su hermoso Cordero, parece que su imagen se desvanece de a poco, como pequeñas luces despegándose de su cuerpo, aun así mantiene su sonrisa, una que está en paz y en calma.

    -No… ¡¡¡NO TE VAYAS!!!- Se aferra a su persona, tocando esas ropas blancas que no recuerda alguna vez haberlo visto con ellas.

    -Cuida a Mu por favor…- Es lo único que aún le preocupa, el bienestar de su hijo –No se dará por vencido…- Siendo las últimas palabras que el Omega pronuncio antes de irse.

    Sus brazos quedando vacíos, mirando, con las lágrimas corriendo por sus mejillas hacia donde esas pequeñas luces se alejan.

    Solo vino por última vez, para hablar un poco, donde su vida juntos se les fue arrebatada por la maldad de quienes consideran a los faunos como monedas de intercambio o bienes materiales.

    Ver esa hermosa sonrisa, la suave voz, los ojos más bellos que pudo apreciar, y un Fauno tan perfecto… Ese era su Cordero… Su verdadero amor, su destinado…

    Lo olvido… Y puede que jamás se perdone por eso, pero ahora… Aun con todo este dolor de golpe, sabe que debe ser fuerte… Por esas palabras que su amado Shion le dedico.

    Le encomendó una petición que a ambos les preocupa.

    No pudo estar para su Omega…

    En ese tiempo en donde llevo a su pequeña cría en el vientre… Su deber como Alfa siempre debió ser cuidarlo, proporcionarle todo lo que necesitará, protegerlo con su vida.

    Obviamente el fruto de su amor también debía ser cuidado, no logro ver nacer a Mu, ni de pequeño… Crecer solo de sus dieciseises años en adelante, se culparía de por vida, pero ahora…

    Solo debe protegerlo, con su vida si es necesario.

    Lloraría, todo lo que lamenta lo dejaría salir…

    -Shion… Shion… ¡¡¡LO SIENTO!!!... Shion…- Repetiría el nombre de su destinado hasta el cansancio.

    Pero ya no caería, ya no sería débil, es un adulto… Y puede defender a quienes ama.

    Mu es su hijo y lo cuidara de todo, solo permitiría que ese rubio lo proteja…

    Sin embargó comienza a cuestionarse…

    -¿Quién no se dará por vencido?- Eso abarroto sus pensamientos.

    -Padre…-

    Sin embargó una fuerte punzada en su cabeza, y una clase diferente de voz lo está haciendo sentirse cansado… Muy débil… Pero… Sabe que necesita ir hasta él.

    Reconoce quién lo llama, y sabe que es lo que debe hacer.

    -Cumpliré… Lo juro Shion- Cayo de rodillas, sintiendo sus parpados pesados, lloraría aun por el dolor, pero necesita dormir ahora.

    El lugar tan blanco como la nieve se comenzó a volver oscuro, el fauno cerro sus ojos por completó y cayó hacia delante, dejándose llevar por la negrura del ambiente.

    Solo guiado por la dulce voz de su pequeño, iría a donde está, porque en esta ocasión lo defenderá.

    ---Sala medica---

    -¿Padre?- Sus pequeñas manos tocan ese rostro lleno de lágrimas, la expresión es de dolor y lo puede notar, está sumamente preocupado.

    -Mu, tienes que descansar algo- El segundo líder a su lado, no se ha alejado en ningún momento.

    Niega con su cabeza con desesperación –No lo hare… Me quedare con él hasta que despierte-

    -Pero es muy tarde, necesitas dormir- Lo abraza con suavidad por detrás, para reconfortarlo –Ni siquiera quisiste comer algo-

    -No tengo mucha hambre- Aun sintiendo a su Alfa tan cerca, su corazón está en duda comprensible, solo desea verlo despertar y que lo recuerde… Que todo funcionara… Que de verdad no le arrebaten a su padre.

    -Solo cálmate Mu- Le dedica un beso en la frente, símbolo de protección hacia un ser amado.

    -No puedo…- Suspiró desanimado, sintiendo débil su cuerpo, sentándose en la silla detrás –Tengo miedo… Si… Algo le pasa… Seré el único culpable…- Rompió en llanto, pero cubriéndose sus labios… No quiere interrumpir el descanso de su padre, aunque le llamo con anterioridad.

    Para Shaka, algo esta diferente en su Omega, puede que lo relacione con el estado del Alfa que esta aun inconsciente o más bien dormido, pero verlo tan pálido de repente y que pierda tanto las fuerzas, no es cosa normal.

    Además que pronto deba irse, y dejarlo solo por lo menos una semana, no le da nada de seguridad.

    -Mu…- En esta ocasión se ha dado cuenta que la piel de su Omega esta algo pálida, no debe ser buena señal.

    Pero antes de si quiera poder responder el pelilila.

    Un pequeño murmuro se escucha de aquel fauno dormido.

    -Mmh… ¿Shion?- Aun dormido… Parece que ya recuerda a quien perdió.

    -¿Padre?- Se levanta de inmediato, con los ojos bien abiertos, fijos en Dohko, angustiado por lo que llegue a suceder.

    Mueve su cuerpo levemente, su cabeza girándola para un lado, apretando con fuerza sus parpados, como si estuviera a punto de despertar de un largo sueño.

    Para Mu esto puede ser una excelente señal, pero está en la expectativa y miedo de que si realmente resulto o no.

    Sosteniendo con cuidado la mano del Alfa, solo quiere verlo despertar y que mencione su nombre, aunque si eso significa que no pueda tener sus memorias, no le importa.

    Con la expectativa Mu deja caer lágrimas, deseando que todo esté bien de nuevo.

    De a poco es como abre sus ojos, parpadeando varias veces, acostumbrándose a la ligera luz de la vela, para lograr distinguir las siluetas que están presentes.

    Desvió de inmediato a ese corderito pelilila, que desde el primer momento ambos sabían que tienen algo que ver y ahora estaba más claro que nunca.

    -¿Mu?- Lo miro atento, sonriéndole, aunque las lágrimas de las esmeraldas del carnívoro no se han detenido.

    -¡¡¡PADRE!!!- Sin pensarlo, el corderito se abalanzó al castaño, para abrazarlo fuertemente, sintiendo por fin alivio, si lo recuerda es la mejor noticia de todas –Me… Alegra que este bien- Entre lágrimas de alegría y calma, es como trata de hablar –Que me recuerde…-

    Ese tigre le corresponde el abrazo, aferrándose al pequeño, recordando de esta forma que ese corderito es el fruto de ese amor adolescente que él vivió junto con Shion.

    El único recuerdo de su fuerte amor, que aun que fue tan corto, durara con él toda la vida.

    -Nunca volveré a olvidar nada- Esas palabras siendo pronunciadas con tanto dolor y paz a la vez.

    Sería difícil acostumbrarse a las memorias perdidas, todos sus preciados recuerdos, pero no está solo y jamás volverá a alejarse de su familia.

    -Eso significa… ¿Que ahora recuerda a mi papá?- Tiene tantas preguntas que ahora pueden ser respondidas, pero lo que más le angustiaba ya paso.

    Mirar ese inocente rostro, tan similar a su amado Omega, con la herencia que el dio, las esmeraldas que porta Mu.

    Es como una combinación perfecta de sus genes.

    Acariciándolo con tanta ternura, lloraría porque ahora sabe quién fue Shion y que jamás volverá a verlo, que no pudo protegerlo, de eso se lamenta tanto, pero debe continuar.

    -Si… A mi Shion…- Sonreír nunca había sido tan difícil como en ese momento, con las lágrimas escapándose de sus orbes verdes, pero sabe que puede hacerlo ahora.

    Por fin puede llorar la muerte de su Cordero… Quién fue el único que amo y amara siempre.

    -Eso es muy bueno- Sonríe, esta aliviado solo por tenerlo a salvo.

    Al día siguiente Mu pensaría alguna manera de agradecerle a Albafica, por ayudarlo tanto, pero no se olvidara nunca que quién apoyo en todo, su hermoso Alfa, hace lo que sea solo por hacerlo feliz.

    Es afortunado de que Shaka lo ame tanto.

    Hablando de este rubio, el entiende que no debe interrumpir esa reunión, aun estando al margen, se siente aliviado con la hermosa sonrisa de su Omega, es todo lo que necesita para comprender que hizo lo correcto.

    Po fin le pudo dar más alegría a su Mu, y eso todo lo que está bien en su mundo.

    Sin embargó esa hermosa reunión, aun siendo de madrugada, se debe ver interrumpida, por ciertas dudas que ahora surgen de una mente renovada.

    Apartándolo suavemente, sujetándolo por las manos, mirándolo fijamente, algo serio pero no para asustar.

    -Mu… Quiero que me digas algo-

    -¿Qué cosa padre?- Confundido el menor por la manera que el ambiente cambio de forma tan abrupta.

    -¿Quién fue él que los tuvo en cautiverio todo este tiempo?- Apretó con furia su mandíbula, mostrando algo los colmillos, determinando que está realmente enfadado.

    Sorprendido el Omega ante esa cuestión... La había estado evitando por lo mismo… Que Dohko se enfurecería… Solo le hablo tan superficialmente del tema, sin embargó ahora se lo pide, casi exigiéndole.

    -Un hombre… Realmente cruel…- Baja su mirada, puede estar superando muchas cosas, pero… Los recuerdos a veces lo abruman.

    -¿Qué tan cruel?- Necesita saberlo, esta angustiado por la advertencia que su Omega le dijo en sueños.

    El rubio se acerca dispuesto a intervenir en favor de Mu, para que el otro no insistiera, pero el pelilila asintió, de alguna forma es el momento de hablar de ese delicado tema.

    -Abusos constantes… Físicos, psicológicos y sexuales… Fue lo que… Mi papá soporto… Todo para que Saga…- Baja su mirada, abrazándose a sí mismo, conteniendo las lágrimas –Ese es su nombre… No me tocara…-

    Escuchar eso, fue como si su corazón que quebrara, con una gran rabia y odio se instalará en su ser, deseando acabar de todas con ese humano.

    Sus ojos brillando con furia, sus colmillos sobresaliendo por esos sentimientos tan destructivos pero justificados, mostrando que un Alfa no perdonara a quien ha lastimado a su familia, mostrándose realmente aterrador para cualquiera.

    -¡¡¡MATARE A ESE DESGRACIADO!!! ¡¡¡LO ACABARE!!!-

    -Por favor padre… Cálmese- La voz de Mu demuestra algo de miedo, por la reacción del castaño, no quiere que se enfrente a ese sujeto.

    -No lo puedo hacer…- Bufa molesto, pero calmando su tono, sabiendo que eso asusta a su hijo, pero una duda surge en su mente –Ese maldito… ¿Te lastimo?- Toma sus manos con desesperación, si algo así paso, no dudara en ir ahora mismo a buscarlo.

    Negó rápidamente con su cabeza, aunque es horrible recordar esa noche.

    -Papá… Murió protegiéndome… Esa noche que logre escapar, Saga…- No soportando más, rompió en llanto.

    -Mu- Shaka lo abraza con cuidado, entiende perfectamente su sentir, como su Alfa de inmediato reconfortarlo.

    -¿Qué intento hacerte?- Se imagina, pero… No soporta el hecho de nunca haber estado para protegerlo.

    -Quería violarme… Pero mi papá se interpuso… Lo asesino por mi culpa…- Calla un instante –Logro alcanzarme en el bosque cercano a esa mansión… Estuvo a punto de lastimarme… Sin embargo- Suspiró más tranquilo –Shaka me salvo- Sonrió aun con las lágrimas cayendo por sus mejillas –Y desde entonces… Me ha protegido-

    Estas palabras, provoca que Dohko mire al rubio, ya sabía que ha estado cuidando a su pequeño hijo, pero no a que nivel fue esa salvación.

    El odio que ahora posee no se ira de buenas a primera, no hasta encontrase con ese maldito y lo destruya con sus propias manos.

    No le importa en lo más mínimo mancharas sus manos con sangre, vengará a su Shion, cueste lo que le cueste.

    -Gracias- Dijo estas palabras aun con recelo de que ese rubio sea un humano, pero no cree que la maldad de los de su especie esté presente en él.

    -¿Comprende que Mu es mi destinado?- Tranquilo, pues ahora que está mejorando el fauno, padre de su corderito, le quiere dejar ese aspecto en claro.

    -Si- Responde serio –Más te vale siempre protegerlo-

    -Eso no se debe dudar- Siendo su respuesta, sin dejar de abrazar a su corderito.

    -Padre… Debe intentar descansar…-

    -No… Ahora se de quien debo protegerte- Respondió serio.

    -¿Cómo dice?- Esto confunde mucho más al fauno Omega.

    -Sonara raro… Pero en mis sueños… O lo que sea… Pude ver a Shion- Sonríe con cierta tristeza al recodar a su Omega –Me pidió que te protegiera… Por qué “Él”- Mencionar la referencia hacia ese imbécil que lastimo y daño a su familia –No se dará por vencido…- Sus puños apretados, y su mandíbula igual.

    -¿No se dará por vencido?- Mu sintió como las fuerzas se le iban, imaginado que Saga se volviera a presentar en su vida, sintiendo el terror en todo su cuerpo. –No… No por favor…-

    El rubio de inmediato lo abrazo más fuerte, cuidando que no cayera, Mu está asustado, de vedad lo está y eso no lo puede permitir.

    -No dejare que nada malo te pase- Habla con su voz potente, tendrá que hablar a solas con el fauno tigre, pero por este momento es mejor tranquilizar a Mu.

    Dentro de poco tiempo se ira, debe procurar la seguridad de su Omega en todo momento, si es verdad lo que ha dicho el otro Alfa, esto solo ocasionará que las terribles memorias regresen a su destinado y es lo que menos desea.

    La seguridad necesaria dispondrá para su Omega, nunca lo dejara desprotegido.
     
  16. Threadmarks: Capitulo 36 (Previo A La Misión)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Los días pasando, amenazando con el momento en que Shaka, Aioros, varios alfas y betas tengan que ir a la última misión contra los Shadow’s.

    Habiendo organizado todo con antelación, teniendo el mañana como el punto de ida.

    Cada uno ha dejado a sus seres queridos lo más protegidos posibles.

    Aioros, el primer líder no deseaba irse, tener a su hermanito perdido de regreso, era lo que siempre había deseado, con el amor de Shura condicionado por los ancianos del gremio, mas eso no ha evitado poder sentir su nueva vida como esos momentos hermosos familiares de antaño.

    Ha tratado de pasar todo el tiempo posible junto a ellos, sin descuidar sus actividades, entrenando hasta lograr avances significativos, no se permitirá fallar a su palabra, mucho menos morir en ese lugar.

    Tiene que regresar con Shura y Aioria.

    Sumamente difícil ha sido para el cachorro de león confiar en los humanos, aún sigue rechazándolos y sacando sus garras en todo momento, primero aferrándose a lado del Tigre, aunque este le comunica que algunos humanos no son… Del todo malos, que al final de cuentas tuvo malas experiencias y lo protegió como podía.

    Pero aun así Aioria no se permitía confiar en el primer líder, sin embargo eso no significa que no le ha tomado cariño al cabrío.

    Todo ha sido un cambio enorme para los del gremio con estas dos llegadas.

    Más los dos faunos también se sienten tan fuera de lugar, pero sobre todo el pequeño cachorro.

    Primero sintiéndose desplazado por Mu, que al fin de cuentas es el verdadero hijo de Dohko, sin embargo no podía hacer nada, comprende el instinto protector de un padre Alfa…

    Así que decidió encontrar refugio en el otro Fauno que conoció y comenzó a pasar tiempo con él.

    Shura, aunque siempre de mirada fría y distante, le demuestra cierto cariño e interés, después de todo el cabrío al tener cerca cachorros indefensos, su instinto es de protegerlos, entiende ahora que Mu ya no lo necesita del todo, aunque no niega que abrazarlo de repente es una cálida sensación.

    Shura tuvo que enseñarle todo desde cero al leoncito, desde cómo comportarse, estudiar, enseñarle muchas cosas, y si, Aioros deseaba hacerlo todo él solo, pero compendio que en eso tiene desventaja ya que su hermanito no se queda tan quieto a su lado.

    Pero para el de cinta roja ver a los dos más importantes en su vida llevarse tan bien, es realmente hermoso, sintiendo como si fueran una pequeña familia.

    Lo son a fin de cuentas, con el gran amor que Shura le tiene, para soportar a Aioria que es muy rebelde y ha causado muchas arañazos, mordiscos y peleas.

    Siempre haciéndose responsable el primer líder o el propio Shura, con tal de que no lo castiguen tanto, comprenden que los límites no están tan marcados entre los faunos, pero en esta sociedad, debe entender algunos códigos de comportamiento.

    Y después de todo el cachorro no es ningún tonto, ha aprendido mucho, salvo que no se siente confiado entre humanos, por eso es arisco contra quienes no son faunos, deseando a veces volver a la libertad, lejos de ese gremio.

    Sin embargo una noche que estaba dispuesto a irse lejos, sintiéndose herido y solo por el “Abandono” de quien quiere mucho, solo porque tiene ahora a su verdadero hijo con él.

    Se quería ir para perderse de ese gremio y no volver, aun así… No pudo hacerlo…

    Sintió que su lugar está allí por el momento, solo pensaba en ese humano que le sonríe y trata de consentir en todo momento, incomodándole, pero lastimándole más cuando lo hace llorar o incluso hiere sin querer.

    Puede ser que la sangre entre ambos hermanos este llamando, pero es demasiado pronto para lograr grandes avances, si para Mu con ya casi un año en ese gremio, le cuesta a veces confiar del todo en humanos ajenos al gremio, para Aioria, que es más salvaje… Y tiene apenas dos semanas, es comprensible su rebeldía.

    Aioros trata de comprenderlo.

    Por eso sabe que debe volver a salvo, aun así con todos sus deseos, la posibilidad de perder la vida, y más al ser uno de los que tendrán que concentrar su mayor poder, corre riesgos.

    -Shura…-

    -Sé que mañana debes irte…- Afuera en el jardín con un pequeño cachorro dormido en su regazo, levanta la vista perdida en el cielo.

    -Si…- Un suspiro cansado se escapa de esos labios –Ya no quisiera hacerlo-

    -Es tu deber- No puede verlo a la cara, si no teme romperse.

    -Lo se… Y después seremos libres para amarnos- Sosteniendo la mano libre del cabrío, besándola con cuidado, y dejando escapar unas lágrimas –Te vas a casar conmigo ¿Cierto?- Su mirada de ilusión clavada en el peliverde oscuro.

    -Me lo has pedido más de cien veces y en todas te he dicho que si- Sigue manteniéndose firme, sin verlo, pues lloraría, mientas sigue acariciado los suaves cabellos del Leoncito.

    -Volveré en dos semanas y en cuanto ponga un pie en el gremio, te buscare a ti y Aioria, y delante de quien sea te besare y abrazaré y diré que serás mi esposo y…-

    -Por favor… Para ya- La voz del fauno se escucha quebrada, como si le doliera esas dulces palabras, que desea tanto que se vuelvan realidad, que quien fuera proteja a Aioros de cualquier mal, sus lagrima corren por esas mejillas, no puede contenerse, mas sigue firme mirando al firmamento.

    La actitud siempre estoica del cabrío le encanta ver, como si no necesitará ser protegido y de hecho puede valerse por sí mismo, pero… No puede negar que es su deseo cuidarlo, hacerlo olvidar cualquier maldito recuerdo del pasado.

    -Shura, te amo- Limpia esos detalles de dolor, para dedicarle una sonrisa, aunque no puede evitar llorar igual –Voy a regresar muy pronto, por favor ¿Cuidarías de Aioria?-

    -Sabes que lo hare- Cierra sus ojos, para ver al de cinta roja y dedicarle una sonrisa –Es tu hermano… Y lo voy a cuidar mucho, pero…- Frunce el ceño y le toma de la ropa –Si no llegas a volver conmigo y Aioria… Te golpeare en cuanto te vea- Puede estar demostrando enojo, pero le duele, de tan solo pensar que no lo pueda ver nuevamente.

    -Mi vida está contigo- Besa al fauno con rapidez, debe estar atento, y ahora que no tienen que tener a Manigoldo vigilándolos, ya que al estar el pequeño junto a ellos todo el tiempo, saben que no harían una tontería.

    -Y la mía está contigo- Se acurruca en el hombro de Aioros, deseando que este momento no se acabe.

    -Shura… ¿Me puedes prometer que si algo me ocurre… Seguirás siendo feliz?- Sentir la calidez del fauno, su dulce aroma, es lo que logra hacerlo feliz.

    -No lo hare… Por qué volverás, así que no digas tonterías- Aun llorando en silencio, le da un pequeño pellizco en la mano, para evitar seguir con esa conversación.

    -Te amo Shura- Le da un pequeño beso en la frente, intentando calmarlo, aunque en ese momento las palabras entre ambos sobran.

    -Te amo Aioros- Suspira triste, sosteniendo la mano que lastimo, y la otra acariciando los cabellos del menor, una noche previa a la partida, causa gran impacto y temor, pero deben confiar que todo esto es la prueba final de ese amor que se mantuvo en secreto en todo el momento, hasta que ya no soportaron más.

    Pueden seguir así toda la noche, ante de ir a descansar… Deseando en cuanto el castaño se valla, que vuelva de inmediato, será tan difícil verlo partir, pero confiarán ambos en que pronto estarán de nuevo juntos y ahora si proclamar su amor sin miedos.

    Por otro lado…

    La vida del segundo líder, solo ha estado mejorando, siendo completamente hermosa y perfecta, junto a su destinado.

    Por esa razón, ha dejado instrucciones claras, de no dejar sin cuidado ni protección a Mu en ningún momento.

    Esas palabras que menciono Dohko en el momento en que recupero sus memorias.

    Sabe que ese tal Saga no se dará por vencido, por eso se la ha pasado desde entonces pensando en cómo protegerlo, siente que nada es suficiente.

    Tan solo pensar que en su regreso, no lo encuentre... Que se lo arrebaten, que esté en peligro, sufriendo… No lo podría soportarlo.

    Lo único que sabe ahora, es que Mu debe ser feliz, vivir todo lo que se le fue negado en sus primeros años.

    Haría lo que fuera por cuidar esa bella sonrisa.

    Jamás dejara que Saga le ponga un dedo encima.

    Shaka está decidido en volver, no perderá la vida en ese lugar, debe regresar para ver a su pelilila, esa sonrisa, esos bellos ojos, y… Ahora podrían vivir su amor sin tener que ocultarlo.

    Abrazarlo siempre, besarlo sin importa nada, y… Alejarse del gremio, vivir una vida tranquila, feliz, desea tanto formar una familia con Mu.

    Solo los dos, aunque ahora… La felicidad de Mu ya no solo Shaka forma parte de ella.

    Con ese fauno Tigre que al fin logro recordar muchas cosas, el corderito se siente tan seguro a su lado también, le cuenta algunas cosas agradables que puede compartir, de los pocos momentos felices que pudo tener con Shion.

    Cada palabra para recordar al amor de su vida, es de lo mejor, pero también lo hace sentir una gran tristeza en su ser, por no proteger a Shion, y el odio no se pude desvanecer.

    Sin embargo sonríe solo por su cría, por mantenerlo tranquilo.

    A duras penas Dohko acepto que ese humano es el destinado de su pequeño.

    Pero eso no significa que cuando descubrió la marca que el rubio le hizo al pelilila lo tomara del todo bien, ya que se le fue a los golpes, porque le molesto, como todo padre sobreprotector, pero no debían hacer un escándalo, sabiendo que es necesario ocultarlo, por eso el rubio no pudo devolverle el golpe.

    Enojado el tigre porque sabe que los Alfas solo marcan así a sus destinados, cuando es un momento único en sus vidas, al momento del celo de alguno de ellos, y esa es la razón de su cólera.

    Más sabe que el segundo líder es alguien… Que hace feliz a su corderito, no se opondrá a ese amor ahora, sintiendo que no tiene ningún derecho, pero no puede evitar preocuparse, y más… Con esas palabras que Shion en ese momento, en que pudieron estar juntos le comunico.

    Que su pequeño este en ese peligro de nueva cuenta, no lo permitirá por ningún modo.

    Esa fue la razón por la que ambos Alfas, tuvieron una pequeña reunión, en donde ambos hablaron seriamente, por el bienestar de Mu.

    Si Shaka llega a faltar, Dohko deberá proteger con su vida a Mu, mantenerlo lejos de Saga.

    Y si Dohko no sobrevive a lo que planea hacer, dependerá de Shaka hacer feliz al pelilila de por vida.

    Ambos harán lo que sea por cuidarlo, de eso jamás tendrán duda.

    Y Mu, solo desea tener a ambos cerca, los quiere mucho, y ya no desea estar lejos de ninguno, son su familia.

    Los horribles recuerdos de su vida pasada, son tan tormentosos, lastiman con tan solo penarlos de nuevo, pero… no quiere echar a perder todo lo que ha logrado en todo este tiempo, no desea que sus seres queridos estén más preocupados de lo que ya están.

    Además sabe que Shaka ha estado aumentando la vigilancia para él, solo se siente demasiado apenado por aquello, pero le alegra ser tan cuidado.

    Solo no quisiera que ellos estén tan angustiados… Ahora es un poco más fuerte, se sabe defender y no permitirá que Saga lo lastime más.

    Puede tener sus miedos aun, pero la valentía nunca será la ausencia, si no la capacidad de enfrentar lo que te aterra, ahora lo ha aprendido gracias a su amado Alfa.

    Sabiendo que no podrían despedirse como desean, delante de los ancianos para proteger aun al pequeño corderito, en la ausencia del segundo líder, protegerlo de Saga es importante, pero de ese concejo igualmente.

    Por lo tanto muy temprano, antes de que si quiera el sol salga, ambos decidieron verse, para pasar unos instantes juntos.

    -Mu, ¿Dormiste bien?- Abrazando a su corderito, ambos sentados en el suelo, dedicándole una pequeña sonrisa, suspirando por tenerlo tan cerca.

    -Si…- Contesto cabizbajo, tomando las manos del rubio con fuerza, como si tuviera miedo de alejarse del Alfa.

    -¿Qué te preocupa?- Ya sabe reconocer cada acción del Omega.

    Suspira, recargándose en el pecho del mayor –Sé que estarás bien… Pero… No me quiero separar de ti- Responde a su mortificación, cerrando sus ojos solo deseando escuchar ese hermoso latir.

    -Yo tampoco lo quiero hacer, sin embargo lo hago solo para que nos dejen vivir en paz- Con suavidad acariciando esos cabellos lilas, para confortar al bello Fauno que ama.

    -Lo sé, pero… ¿Por qué no puedo ir?- Le hace aquella pregunta nuevamente, mirándolo a los ojos, buscando respuesta nuevamente.

    -No es lugar para un dulce corderito, además… Necesito que estés a salvo aquí- Sus manos tocan con cuidado esas pálidas mejillas, para calmarlo.

    Suspira, pero dedica una traviesa sonrisa -¿Podre salir un poco?-

    -Si- Tranquilo en su habla –Solo si Milo o tu padre te acompañan- Cierra sus ojos, para plantar un beso en los rosados labios que prueba a escondidas.

    -Ja, ja, ja, No teman los dos por mí, ahora se cuidarme mejor y ya no tengo tanto miedo- Se abraza con fuerza al rubio, sonrojado por el casto beso.

    -Por favor Mu, quiero que te mantengas a salvo mientras yo no esté- Sus ojos azules demuestran una gran preocupación por el fauno, de verdad teme tanto perderlo, siente que si a Mu le llegara a pasar algo malo, no sería capaz de detenerse para destruir a quien lo dañe, pero después de hacerlo… Su vida jamás volvería a tener sentido.

    -Lo estaré- Cierra sus ojos, para sonreírle a Shaka, quiere demostrarle que puede irse tranquilo, que nada malo pasara, obedecerá en no salir al menos que sea algo necesario, no quiere preocuparlo más de lo que posiblemente esta, por esa razón ha decidido calmar sus miedos.

    -Te amo Mu, cuando vuelva… Quiero ver tu bella sonrisa, y no voy a detenerme, te abrazaré enfrente de todos, y declarare que ya eres mío- Besa nuevamente esos labios, deseando poder tomar de nuevo a su destinado, pero no puede hacerlo, teniendo tan cerca la última prueba para vivir por fin sin aquellos votos, aunque ya los rompieron.

    Para el omega ese deseo tampoco se queda atrás, desde su primer celo y haberse entregado a Shaka, ha querido tener un encuentro así de nuevo, pero no lo pueden hacer tan fácilmente, lo comprende.

    Además de que Mu también se ha sentido algo extraño, pero no quiere que Shaka se esté preocupando y conociéndolo, desistiría de ir con tal de estar a su lado para cuidarlo.

    Sonrojado baja la mirada, algo apenado, pero muy feliz –Te amo mucho Shaka, por eso… Te pido que regreses a salvo a mi lado… Por favor- Frunce el ceño angustiado, es su único temor visible.

    -Nada me apartara de tu lado, Mu volveré a tu lado, y viviremos juntos, donde podremos ser felices, cuidaré de ti con mi vida- Sus promesas tienen un gran peso, las cumplirá a como dé lugar, nada se lo impedirá, incluso si muere… Tiene todo arreglado para que a su corderito nunca le falte nada.

    -Solo quiero que vuelvas, es lo único que deseo- No puede aguantar más y deja escapar una lágrima.

    Serán dos semanas donde se cumplirá la misión, estarán fuera gran cantidad de Alfas y Betas, aun así el gremio se queda con muy buena seguridad, ambos líderes han dejado indicaciones para proteger a sus Omegas.

    -Lo hare y te prometo que será la última vez que estaremos separados- Trata de transmitirle todo el amor posible, para que este reconfortado.

    Verán el amanecer, estando juntos se sienten invencibles, y así es como siempre debería ser.

    Lamentablemente, el tiempo corre con prisa, como agujas empujando a todos al momento en donde se deban separar, causando un vacío en los corazones que se aman.

    Aquellos que se deben retirar, Aioros, Shaka, Manigoldo, Albafica y demás miembros del gremio, todo para lograr cumplir esa misión, tener detenidos a esos malditos seres, sellarlos, es lo que han deseado desde siglos atrás.

    Sin la posibilidad de abrazarse, besarse, despedirse con dulces palabras, aquellos que se aman deben aguantar, ver a sus Alfas ir a una batalla… En donde existen tantas posibilidades, pero… Confían en que volverán a salvo.

    No se puede perder esa esperanza.

    Al fin de cuentas quien se queda a cargo de la protección es el mismo Milo, ese Fauno que es muy capaz en todo sentido, solo que a veces le gana algo la irresponsabilidad, pero ya fue amenazado por dos, de que debe ser precavido.

    Además un segundo Alfa está en el gremio, aunque su única preocupación es proteger a su hijo, aun así vigilara cualquier amenaza, no permitirá que nada malo ocurra.

    Ya siente que fallo una vez, no lo volverá hacer.

    Y así… Al amanecer… Tuvieron que partir, montados en sus caballos, algunos a pie… Al lugar donde se reunirán todos los gemíos y comenzara la última batalla.

    Sobrevivirán para cumplir sus deseos.

    ---Días después---

    Un cabrío suspira cabizbajo, haciendo sus deberes cotidianos, no puede evitar sentir que le falta una parte de su corazón.

    -Yo también extrañó mucho a Shaka- El corderito acercándose a él, para ayudarlo como al principio.

    -¿Mu?- Sorprendido por la aparición del corderito tan temprano.

    -Sé que ha pasado muy poco, pero… Ya quiero verlo de vuelta- Esa sonrisa que se ha forzado en mantener, para no pensar en cosas tristes, aun así se ilusiona en solo imaginar cuando vuelva el rubio.

    -Yo también, Aioros… Espero que este comiendo- Restándole importancia a sus sentimientos, pues siempre ha sido algo ajeno a expresarlos.

    -De seguro están bien- Contestando de inmediato, más para convencerse a sí mismo que al peliverde oscuro.

    Ambos Omegas preocupados por sus Alfas, uno ya marcado y el otro aun no, pero eso no quita que la intensidad de sus sentimientos aumenta cada vez más.

    Hacia un tiempo que no tenían un momento a solas, como cuando Mu se aferraba a Shura que a cualquier otro.

    Ahora era como si no lo necesitará, no se siente mal, entiende que al fin de cuentas ese corderito no es su cría, pero no niega que lo sintió así.

    -Shura… ¿Puedo ayudarte?- Tomando una escoba, sonriendo ampliamente, algo sonrojado por solo pensar en el rubio y su regresó.

    No tenía más que hacer, después tendría que ir al comedor para verificar que el cachorro carnívoro no se le ocurra hacer una tontería.

    Sorprendido, mostrando una pequeña alegría por eso, sin duda le tomo gran afecto a Mu, uno que no desaparecerá jamás.

    -Claro, me falta el lado izquierdo, ¿Puedes ocuparte?- Le dijo sin mirarlo, continuando su labor.

    -Sí, déjamelo a mí- Camina algo apresurado para ir a su nueva tarea, pero antes de si quiera llegar…

    Comienza a sentir como su vista se nubla, sus oídos zumbando repentinamente, parpadeando varias veces, deteniéndose y sosteniéndose de la escoba, tratando de equilibrarse, de repente comenzó a sentir que su alrededor da múltiples vueltas.

    -¿Qué... Me…?- No pudo terminar de hablar cuando sus piernas no pudieron más, cayendo de rodillas, apenas si tenía sus ojos abiertos, mirando una silueta corriendo hacia él, sabe que lo llama pero no puede reconocer nada.

    Hasta que su vista se volvió oscura por completo.
     
  17. Threadmarks: Capitulo 37 (Noticia Agridulce)
     
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    El tiempo transcurrió algo lento, confundiendo a cualquiera que pierde el conocimiento.

    Es difícil procesar rápidamente que de un momento a otro no puedas sostenerte y te desmayes, pero esto es diferente o tiene más peso cuando es algo que afecta tu salud, pero no siempre tiene que ser algo malo.

    Ya por el atardecer, Mu si qué permaneció mucho tiempo inconsciente, estando en una de las salas medicas del gremio, pues no es para nada buena idea llevarlo a su habitación y más con la noticia que debían comunicarle ahora.

    Moviéndose lentamente en la cama, provocando algunos ruidos guturales, sus expresiones faciales intentando despertar, como si tuviera algún dolor de cabeza que le molestará e impidiera abrir sus ojos.

    Pero gracias a todo lo sagrado del mundo, esos grandes ojos verdes, fueron despertando, parpadeando varias veces acostumbrarse a la luz solar que apenas si entra, pues la posición de la ventana demuestra que el día está por terminar.

    Sintiéndose bastante confundido, pues de un momento a otro estaba con Shura en el patio, barriendo y ahora ha despertado en un lugar tan diferente, donde perdido la noción del tiempo.

    Intento incorporarse, pero su propio cuerpo le parece más pesado de lo normal, además de estar un poco aturdido.

    -¿Qué… Me paso?- Se preguntó para sí mismo, pero pronto se da cuenta que no está para nada solo.

    -¡¡¡HIJO!!!- Dohko a un lado de él, mirándolo atento sonriendo porque está a salvo, sin duda ese fauno se ha preocupado demasiado por su cría.

    -¿Padre?- Pregunto incrédulo a su alrededor, necesita recuperarse de esta confusión.

    -Mu, gracias a la Diosa que estas a salvo- Afrodita sonriéndole, mientras lleva una taza con un líquido caliente dentro.

    Confundido ante todos los presentes, no comprende para nada lo ocurrido, solo que se sintió muy mal repentinamente.

    -Dormiste todo el día…- El cabrío es el otro que se mantuvo a lado del corderito, al igual que el tigre, angustiado por el bienestar del menor.

    -¿Me desmaye?- Vuelve a intentar incorporarse, pero le he bastante difícil -¿Por qué?- Hace preguntas que desea respuesta.

    Los tres allí presentes se miran entre sí, dos con el ceño fruncido por saber esa verdad tan repentina y el peli celeste algo preocupado en decirlo, más que nada por las normas y condiciones que Mu debe seguir para no meterse en problemas.

    Sin embargó se debe enterar, y que de ahora en más, el Omega tendrá cuidar muy bien su alimentación, salud, pues lo hará por dos.

    -Mu… ¿Por qué no comes algo?- Dohko le ofrece esa opción, aunque desea en estos momentos buscar al rubio y darle su merecido, aunque ahora no sabe si sea lo mejor.

    -Si… Me gustaría… Tengo algo de…- Se cubre de inmediato la boca, y con esta sensación si se logró incorporar, aguantando un gran malestar en su estómago.

    -Mu- Shura siendo el más rápido en actuar, dándole un recipiente para que expulse lo que le está causando malestar –Puedes hacerlo aquí-

    El pelilila, solo asiente, antes de dejar salir el vómito, cerrando sus ojos, por el esfuerzo que está haciendo.

    Solo pudo sacar un poco, antes de sentirse mucho más débil de lo que ya está.

    Siendo sujeto por el castaño, para ayudarlo a sostenerse y seguir en esa desagradable labor, que solo logra asustar el corderito.

    Fue así como los síntomas de esa hermosa noticia que pronto le darán se puede dejar ver más que obvio lo que está ocurriéndole.

    Al momento que logro terminar de expectorar, sus fuerzas se desvanecieron, apoyándose en Dohko, mirando a los presentes con un rostro bastante agotado, sudoroso y pálido, más de lo normal.

    Todos entienden a su pesar que esto es muy normal en el estado de Mu, por eso saben el cómo actuar, no se pueden dar medicamentos, y los tés solo ayudaran a asentar su estómago.

    Pero su estado de calma, solo provoca que el pelilila, se haga más cuestionamientos, pensando en lo peor.

    Ni se le ha cruzado por la cabeza que existe esa posibilidad y es muy grande.

    -¿Q…Que… Pa… Sa… Con… Migo…?- Apenas si teniendo fuerzas para hablar, aferrándose a su padre, pidiendo una explicación en súplica.

    -Primero bebe algo de agua para que te enjuagues- Afrodita ofreciéndole un vaso con este líquido vital, dedicándole una sonrisa para reconfortarlo.

    Dudoso lo toma, sosteniendo el vaso como si fuera más pesado de lo normal, llevándolo a su boca para hacer lo que le indicaron, y sentirse mejor al limpiarse.

    -Te traeré un poco más y…-

    -Primero… Por favor…- Habla algo pausado, su cansancio es grande, no ha comido, vomitó y se desmayó, solo quiere saber qué le ocurre… Teme que sea algo malo, incluso sus ojos que por el esfuerzo estaban llorosos, dejando escapar lagrimas por el miedo –Díganme… ¿Qué ocurre conmigo?- Busca el rostro del Alfa para que le conteste y de igual forma mira a los demás.

    Shura, aprieta los labios, incluso los puños, ya sabía que Shaka tomo a Mu en su primer celo, pero no pensaba que fuera tan capaz de lograr dejar su semilla dentro y que esta tuviera una consecuencia tan grande.

    -No te asustes, es algo normal en tu estado- Parece que el tigre intenta mantenerse en calma, pues en este momento debe estarlo, ya que cuidará más de Mu ahora, además que estar alerta que el gremio no se atreva a tocarlo, si no le dará igual atacar a humanos.

    -¿Mi… Estado?- Ladeo su cabeza, apoyándose en el hombro de Alfa -¿Estoy enfermo?-

    -No Mu, no lo estas- Hablando algo nervioso, para que el Corderito este tranquiló.

    -Entonces… ¿Qué me pasa?- Ya está alarmado, aunque su cuerpo no le ayuda mucho, pero hace su mayor esfuerzo.

    -Pues… Veras… Mu… Los Omegas sabes que… Pueden tener bebes muy lindos cuando… Están con su destinado y…- Afrodita tratando de explicar el evento lo más calmado posible para que no sea una noticia de golpe al menor.

    Sin embargo el cabrío no es de quedarse tan callado en algo así, además que considera al pelilila muy preciado, siente deseos de protegerlo, así como sabemos que el Tigre igual esta ya a la defensiva.

    -Mu, estas esperando un bebe- Le dijo esto estando algo alejado, mientras limpia el recipiente en donde el corderito vacío lo que su estomagó devolvió.

    -¿Qué?- Apenas pudo abrir su boca por la sorpresa, cuando sonrió, bajando el rostro, dejando escapar lágrimas pero ahora de felicidad. -¿De… Verdad?- Logrando pronunciar esas palabras.

    Para el corderito, la idea de poder tener un hijo con su amado Shaka, era un sueño hecho realidad, conoce su condición de Omega, lo que hicieron solo podía tener este resultado, pero por todo lo vivido en estos días, ni siquiera lo pensó.

    Parece que esa dulce noticia le trae energía a su vida, suficiente para poder sostenerse a sí mismo, sentándose sobre la cama, para llevar sus manos directamente hacia su vientre, tocándolo con tanto cariño.

    Esa sonrisa de un Omega que espera a un pequeño ser hecho por el amor de dos.

    Sin importarle nada, sonríe por inercia, sintiendo como su corazón está latiendo con rapidez, la emoción de que un bebe está creciendo dentro de él, las lágrimas por esa emoción escapan por sus esmeraldas.

    -Es… Una… Preciosa noticia…- Dirijo su vista a los demás faunos, sin darle mucha importancia a los ojos de furia que dos de ellos están presentando.

    -Por lo visto, él bebe tiene más o menos un mes, así que…- Sonríe nervioso, pues a los otros dos esa información sí que les interesa.

    -Oh…- Sus mejillas se volvieron a sonrojar al solo pensar en esa noche de su primer celo, en donde Shaka, su Alfa se portó tan lindo y dulce… Solo piensa en decirle a su destinado que serán padres.

    -Pero esto complicara las cosas para ustedes dos- Por fin el peliverde oscuro habla bastante serio.

    Y como si de un balde de agua fría cayera como su hermosa ilusión, abre sus ojos bastante preocupado, exhalando una bocanada de aire, pues ahora recuerda perfectamente a que se refiere.

    -Es cierto… Pero… ¿Alguien más sabe de esto?- Rápidamente pregunta, necesita saber hasta donde esta información se ha filtrado, mas por su propio descuido de no revisarse de inmediato al sentirse mal en primer lugar.

    -Tranquilo- El Alfa, le pone las manos sobre el hombro, intentando calmarlo, pues el hecho de que se encuentra en cinta, puede que afecto al bebe sus cambios de humor extremos.

    -Pero… Padre… Si los ancianos se enteran… Castigaran a Shaka… Y…- La respiración del pequeño se sobre agita –No quiero que le hagan daño a mi bebe- Llevando sus manos directamente a su vientre plano.

    De inmediato al enterarse de su estado, priorizaría a su cría ante cualquier cosa que le pase, es algo normal en los Omegas, más en aquellos que tienen el fruto de un verdadero amor, en sus vientres.

    -Nada malo le harán a ese bebe, primero deberían enfrentarme- Dohko no habría podido defender y proteger a su destinado y a Mu cuando ellos lo necesitaron más, pero ahora está decidido en defender a su hijo y si este espera una cría aunque sea de un humano, los cuidara también.

    -Pero… Shaka se meterá en problemas…- Su preocupación va del rubio a su criatura, solo pensando en que poder hacer para ocultar esta hermosa noticia y cuánto tiempo hacerlo.

    -Primero cálmate pequeño- Afrodita rápidamente le da un té de manzanilla, para calmar sus nervios y además es bueno para su estado ahora –Solo debes esperar a que Shaka vuelva, el trato es, mantener los votos hasta el momento que vuelvan y den el reporte de triunfo sobre los Shadow’s, con eso concluido, ustedes podrán estar tranquilos, ya no tendrán ningún poder sobre ustedes- Le intenta calmar con sus palabras, recordándole cual es la condición.

    -No te debes preocupar, eso solo ocasionara problemas para tu cría, debes estar muy tranquilo, alimentarte bien y no sobre esforzarte- Shura le indica, conforme a su experiencia vivida, y preocupación por ese corderito.

    -Tengo miedo… De que se… Enteren…- Por las mismas advertencias que los demás le dan y concejos, se está calmando un poco, pero su rostro aun plasma una preocupación muy evidente.

    -Ninguno de nosotros dirá nada- Rápidamente el padre del pelilila, habla firme y serio, mirando con cierta amenaza a los otros dos, como advertencia de que no hablen.

    Afrodita sintiéndose algo intimidado por ese Alfa, sin embargó sonríe –Mu, sabes que yo no diré nada, quiero que seas muy feliz y conocer a ese pequeño que de seguro será un lindo corderito como tú- Ese peli celeste Fauno, irradia tanta alegría por la hermosa noticia, aunque si está sorprendido de que esos dos no pudieran aguantar en engrandar a un bebe.

    El cabrío mira desafiante al Alfa, demostrando que se puede enfrentar a uno –Tus amenazas en mí no funcionan, pero por Mu yo no diré nada- Se acerca para acariciar con cuidado la cabeza del pelilila –Deberás cuidarte muy bien, y alimentarte el doble ahora-

    Sentir el cariño y amor de todos los allí presentes, demostrándole la vida, que el hecho de que su papá le pidiera que aprovechara esa oportunidad para salir de ese infierno, solo le ha traído alegría y conocer seres tan buenos con él, a su destinado, y a su padre.

    Un remolino de emociones podría ser el resultado en su tierno corazón, una bella noticia que se está formando en su vientre, desde esa noche, es lo más seguro no lo habían vuelto a hacer.

    Ahora con mayor fuerza desea que Shaka vuelva, para decirle esta noticiar, ver su rostro, como reaccionaria.

    Pensar en cómo pasarían esos hermosos meses de espera.

    Tantas lindas ilusiones y pensamientos se van mostrando en su mente, deseando solo que llegue el día en donde el rubio regrese, lo pueda besar delante de todos, y decirle que será padre.

    -Gracias…- Sus lágrimas no se pueden contener para nada, está realmente feliz, aun teme que los ancianos se enteren, pero guardaran todos el secreto hasta que el rubio vuelva y se enfrentará a un gran sermón por parte del tigre y el cabrío.

    Dohko abraza a su pequeño hijo, está feliz por él, ya que sabe que es una gran ilusión que Mu tiene, pero no se puede evitar querer darle un golpe a su yerno, aunque realmente solo lo llama humano, con algo de desprecio.

    Ahora se tendría más cuidado, Afrodita de inmediato en cuanto tuvo los resultados de los exámenes que realizó en el pelilila para averiguar que tenía al momento de desmayarse, al enterarse que esta embarazado, empezó a reunir un sinfín de flores, para hacer infusiones que le ayuden a Mu a controlar los mareos y vómito, además de indicar una lista de alimentos que deberá consumir en mayor medida, necesitara muchos nutrientes.

    Y por último Shura, al saber que el pequeño lleva una cría formándose en su interior, le trae sensaciones ambivalentes, entre alegría, tristeza y cierta molestia, que desquitará con Shaka, le da igual que sea el segundo guardia y que lo ayudará, el corderito se volvió como un hijo para él.

    Además, el hecho de que esa noche en la que Mu lo necesitaba, Shura diera su consentimiento, alejándose para que el rubio estuviera con él… No pensaría que un mes después se enteraran de que un bebe viene, pero no existe vuelta atrás.

    Solo diremos que todos estarán cuidando y protegiendo a Mu, de forma amorosa y cariñosa, y Shaka será el blanco de sus enojos y molestia, además de vigilarlo para que cuide a ambos.

    Aunque sabemos que las amenazas no funcionan en Shaka, ya que al momento de enterarse que tendrá un bebe con su destinado, lo volverá el hombre más feliz del mundo, lo que más ha deseado desde el momento que lo marco, es solo formar una familia con Mu.

    Amarse eternamente y cuidar, a un pequeño que los necesitara a ambos.

    El camino ha sido difícil, pero no importa el pasado, ahora la felicidad está en sus vidas, solo deben esperar para cuando puedan verse de nuevo, seguir protegiéndose el uno al otro.

    Aunque más que nada el rubio, será quien dedique por completo su vida a proteger a su Omega y cría de cualquier mal.

    Por el momento Mu se quedara en esa cama un poco más, descansar es lo principal, y comer algo, aunque parece que su estómago no este aguantando tanto.

    Pero tiene la ayuda de todos los allí presentes, protegerán su secreto hasta que Shaka regrese, para tomar la libertad que el gremio le prometió solo si cumple su deber.

    Todo parece estar tranquiló, fácil de manejar por las semanas que le rubio no estará, solo se necesita evitar hablar del embarazo.

    No sería difícil, los tres guardaran silencio a como dé lugar, no le fallaran a Mu ni a su cría.

    Sin embargó existe otra persona que lo sabe y entiende que debe guardar silencio, solo que… A veces puede ser imprudente.

    -¡¡¡MU!!! ¡¡¡HOLA!!!- Entrando como si nada a la sala médica, saludando tan tranquilo, pues ha traído algo de frutas para el corderito.

    -Milo- El pelilila, se sorprende algo al verlo entrar como si nada, pero al darse cuenta quien es, se calma por completó.

    -Traje mucho alimento, ahora debes comer bastante y engordaras, pero está bien, él bebe será muy saludable- Habla como si nada –Además Shaka me pidió que te cuidará mucho, si se entera que no te ayude para alimentarte, me va a matar-

    Afrodita de inmediato va a darle un golpe en la cabeza, principiante para que se calle de una vez.

    -Deja de estar hablando en voz alta, idiota- Con el ceño fruncido sin comprender como es que tuvo la suerte el fauno escorpión haber escuchado el diagnóstico.

    -¿Por qué me golpeas?- De inmediato el peli cerúleo se defiende del maltrato.

    -¿Aun lo preguntas?- El peli celeste está bastante enojado por la imprudencia del otro –¿Acaso no recuerdas que nadie del gremio salvo por nosotros debe saber lo del embrazo?-

    -Ya se, por eso no le he dicho a nadie- Cruzado de brazos e indignado –No quiero que nada malo le pase- Con un ligero puchero –Ese bebe será como un sobrino para todos- Mira al Tigre –Bueno, para ti será tu nieto-

    -Entonces… ¡¡¡CÁLLATE Y NO HABLES DE ESTE TEMA TAN ABIERTAMENTE!!! ¡¡¡¿ACASO CONOCES EL SIGNIFICADO DE SER DISCRETO?!!!- Ya han empezado otra dispuesta.

    -¡¡¡CLARO QUE LO CONOZCO!!!- Contestado el Escorpión.

    -¡¡¡PUES NO PARECE!!!-

    Esta discusión sí que ya comienza a fastidiar a los otros dos mayores allí presentes, aunque para Mu le da algo de gracia, se siente seguro con ellos, aunque los conoce de poco tiempo, confía en que lo ayudarán en todo lo que puedan.

    Pero eso sí, sabe que debe procurar cuidarse mucho más ahora, ya no solo es su vida si no la de dos en una.

    ---Ciudadela (Noche)---

    Siendo ya la hora de que todos los locales estén cerrando, pues el día productivo ha terminado.

    Cada quien va guardando sus ventas, revisando cuanto se ganó.

    Ya todo se puede hacer en la comodidad de su descanso nocturno.

    Dos jóvenes se encuentran guardando las últimas plantas dentro de la florería, entre una conversación casual y bastante amena.

    -Qué raro… Milo no ha venido en dos días- La joven castaña, mirando curiosa el peliaguamarino.

    -Le dije que no viniera en esta semana- Suspira, mientras deja unas flores en unos estantes.

    -¿Por qué?- Ella comenzando a contar el dinero, sonriente porque les ha ido muy bien esta semana.

    No sabía si era prudente hablar de ese tema con la joven mujer que lo ha estado ayudado tanto, pues ante todo está su discreción de situaciones biológicas de cada Omega.

    -No creo que sea bueno que venga esta semana- Suspira, sonrojándose de solo pensar en las tonterías que podía cometer.

    -¿Estás en tu época de celo?- Helena Sonrió, mirándolo atento.

    Esto provoca que a Camus se le resbalaran unas flores de las manos, dejándolas caer al suelo por la impresión de que ella lo supiera.

    -Yo… Eso…- Sus nervios se apoderan de él, no sabiendo que decirle, pues había acertado.

    -No te preocupes- La castaña de ojos verdes sonríe bastante tranquila, como si fuera cualquier cosa –Comprendo que para los Omegas es una época algo critica, pero…- Pensativa como si tratara de recordar algo –No veo mucho cambio en ti, solo que te agotas más fácilmente, ¿No despides ningún aroma?-

    Se sorprende, pues parece que la joven lo conoce muy bien, aun teniendo pocos meses de estar trabajando y viviendo con ella.

    -Es… Por qué tomo inhibidores apenas se acerque mi ciclo- Declaro su pequeño secreto.

    -¿Eso ayuda mucho?- Ladeo su cabeza, pues al ser una mujer Beta el tema de los inhibidores es muy apenas tocado.

    -Sí, ayudan a bajar las feromonas, reduciendo nuestras alteraciones biológicas…- Mira atento a los flores que dejo caer, para inclinarse y recogerlas de nuevo –También… Sirve para retrasar el primer celo en jóvenes Omegas- Esto le trajo un pequeño recuerdo, de aquella época en donde trabajo para Saga y cierto Omega le pedía ayuda para su cría.

    -Ya veo…- Cruzada de brazos observándolo atenta –Aunque creo que Milo no se llegará a aprovechar de ti en ese estado- Sonreí –Lo más probable es que planee pedirte matrimonio- Le daba gracia, pues conoce las intenciones del fauno escorpión con este joven Omega, y ella está de acuerdo, siempre y cuando no lo lastimara.

    El rostro de Camus paso por todos los colores de la vergüenza y el leve calor del celo, sintiendo que sus piernas flaquean, sin duda significa que debe tomar sus inhibidores muy pronto, y tomando esta excusa para retirarse y no segura con la conversación.

    -Disculpe… Debo ir… Atrás…- Apenas si lo dijo, se dirigió a la bodega para terminar de organizar algunas flores, además esos temas que incluyen a Milo, lo ponen cada vez más nervioso y aunque lo niegue, existen sentimientos de por medio.

    -Ja, ja, ja, Oh vamos Camus... ¿Qué tiene de malo que te guste Milo?- La joven le hace estas preguntas por diversión y para hacerlo entender que el amor no es algo malo.

    Al parecer ya no tuvo respuesta, aunque la escuché, el Omega prefiere ignorarla, no por ser grosero si no que aún no está listo para hablar de su amor secreto por Milo, que ella ha estado notando desde hace tiempo, pero no forzará que su amigo a que lo diga.

    Parecería que será una noche tranquila, como cualquier otra, pero parece que se tienen planes muy diferentes.

    Por estar distraída, contando las ganancias y pensando en que deberían preparar para cenar, apenas se da cuenta cuando la campana de la puerta principal se escucha, indicando que alguien ha entrado.

    -Lo siento… Pero ya hemos cerrado- Sin levantar la vista de su escrutinio –Si gustan, dejen su pedido y mañana a primera hora lo tendremos- Sonríe pues es su naturaleza ser amable en todos los sentidos.

    -Oh… Es una lástima que esté cerrado- La voz de un hombre se dejó escuchar con un lamento fingido.

    -Pero no creo que podamos regresar mañana señorita- Se comienza a acercar a la castaña –No necesitamos comprar flores, si no hablar con su amigo Omega-

    Helena, escuchar esta declaración de esos tipos y notar su tono, levanta su vista, encentrándose a dos pares de ojos que no le dictan nada bueno.

    Mas no se pondrá nerviosa, debe ser valiente para sacarlos de su florería.

    -¿Qué es lo que quieren con él?- Rápidamente ella responde seria ante su petición.

    -Nosotros no queremos nada con él- Le dedica una sonrisa bastante maliciosa a la castaña.

    -Pero… Nuestro jefe el señor Saga, necesita hablar urgentemente con Camus- Se acerca bastante al mostrador que divide el lugar y pone una barrera de seguridad.

    Aunque esto no pudo durar mucho, pues el sujeto rápidamente la tomo de la ropa para impedirle huir si es lo que desea.

    Ella apenas si pudo reaccionar, sorprendiéndose demasiado por el atrevimiento de estos sujetos, jamás se había tenido que enfrentar a algo así, la mayoría de las personas en esa ciudadela son bastante buenas y amables.

    -Le vas a hablar a ese Omega, para que venga y si intentas algo- Le sonríe, acariciando el rostro con un cuchillo que trae por si se resistían –Creo que esto dejara una cicatriz en tu hermosa cara.

    No puede evitar asustarse, cualquiera en su lugar lo estaría, pero no va a entregar a su amigo a nadie, y más con el simple hecho de reconocer ese nombre.

    Sus ojos podrán reflejar miedo, pero su ser esta dispuesto a lo que sea.

    Solo asintió, creyendo que la han derrotado, pero…

    -Camus…- Musito apenas el nombre, para tomar aire -¡¡¡CAMUS!!! ¡¡¡HUYE!!!-
     
  18. Threadmarks: Capitulo 38 (Llega Pronto)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

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    Mi Único Deseo (ShakaXMu) Yaoi
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    Tragedia
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    Lanza aquel grito con todas sus fuerzas, preocupándose por ser escuchada de verdad por quién desea proteger.

    De inmediato esto alerto al peliaguamarino, dejando de lado lo que está haciendo, pensando en ir con la joven Beta, pero al escuchar otras voces se quedó incluso estático, sin saber cómo reaccionar.

    Reconocía esa voz, ya la había escuchado antes, cuando trabajaba para Saga en esa horrible mansión, un tipo siempre se le insinuaba, logro escapar varias veces por la regla que el peli azul mantenía, que ciertos sirvientes no podían ser tocados aun.

    Proporcionando solo daño al peliverde, gozaba siempre hacer sufrir al pobre Fauno.

    Pero ahora esta solo… Sin que nadie lo pueda ayudar… En pleno celo, sin suficientes fuerzas para enfrentarse en una lucha, además sintiendo que debía ir de a ayudar a Helena pero… Sus piernas están temblado.

    -¡¡¡MALDITA!!!- Apretando la hoja del arma contra la mejilla de ella, provocándole una profunda cortada.

    -No dejare que lo lastimen- Como pudo, sin importarle la cortada que lleva en su mejilla, se enfrenta aunque sea con la mirada, sujetando la mano con la que aprisionan sus ropas.

    Aun estando en la parte trasera de la tienda, en donde se considera una pequeña bodega para ingresar a la casa que ambos comparten.

    -He…Le…- Se cubrió de inmediato la boca por estar hablando podrían escucharlo, debía escapar rápido para encontrar ayuda, pero si se iba estaría abandonándola a su suerte y no podía soportar hacerlo… Sería tan cobarde de su parte, pero no es capaz de hacer nada.

    Caminando lentamente, sin apartar la vista de la puerta, que es lo único que separa la tienda de la bodega, con miedo a que ellos logren entrar.

    Más por no fijarse por el miedo, choca contra unos estantes, haciendo que unos costales de tierra para plantas caigan, obviamente ocasionando un potente ruido.

    Asustándolo, por la tontería que acaba de cometer.

    Tan solo al escucha ese ruido, ambos sujetos sonríen, pues han encontrado su objetivo sin siquiera verlo.

    -Así que esta allá atrás- Uno de cabellos rojos cortos, sonríe de forma lasciva, mirando para aquella zona.

    -¡¡¡NO!!! ¡¡¡CAMUS SOLO VETE…!!!- La castaña intentando proteger a su amigo, es de inmediato callada.

    El otro sujeto de unos cabellos castaños claros, con una mirada algo fría sin mucho interés por los demás, solo cumplir con lo que le han ordenado.

    Para que ella no interfiriera, le dedico un fuerte golpe en el rostro, para que caiga desmayada.

    Lo cual logro, desde luego no tiene interés en la joven Beta, no es su objetivó y usualmente son más atractivos los Omegas para los Alfas, así que no sería más herida que eso.

    Aunque no se puede decir lo mismo de Camus.

    Piensa que puede huir, pero no lo logra a tiempo.

    Los costales de tierra cayeron muy cerca de él, y obviamente el humo de este material se intensifico en el lugar, provocando que no pudiera reaccionar rápidamente teniendo los ojos algo irritados.

    Un tiempo que no podrá recuperar nunca.

    Ya que solo unos segundos fueron de diferencia, ambos sujetos entran a esa bodega, observando a un Omega intentando escapar por la puerta trasera pero…

    -Camus, que bueno que te encontramos- El pelirrojo sonriente al ver quien siempre ha deseado.

    La sangre se le helo, su corazón latiendo sumamente rápido por el miedo que esa voz le trae, sus piernas temblorosos, no quería girar su vista, no desea encontrarse con esa cruda realidad.

    -¿Entonces este es el Omega que busca el señor Saga?- El otro solo mira de arriba abajo a el peliaguamarino sin mucho interés.

    -Solo lo busca por que debe tener información del verdadero Omega que nuestro jefe desea- No le interesa ir despacio en esto, va directo a lo que quiere, acercándose más al contrario.

    Camus reaccionó con el recuerdo de ese maldito nombre, respirando muy angustiado y más al saber que de él solo buscan información de Mu.

    No le daría tiempo de huir, lo tiene para su disfruté total, además… Cada paso con el que se acerca puede sentir ese aroma distintivo de los Omegas, que indica esa época especial donde buscan solo una cosa.

    -Camus… Sigues luciendo muy lindo- Sin previo aviso toma la mano del peliaguamarino, obligándolo a mirarlo a la cara –Vaya, parece que estas en celo ¿Verdad?-

    Las mejillas sonrojadas de Camus, pero no porque esté sujeto provoque algún sentimiento cálido, sino todo lo contrario, su propio cuerpo reacciona por el celo, algo que siempre odio por su condición Omega, su fuerza se ha ido, puede sentir como los efectos de los inhibidores están desapareciendo, lo cual solo le amerita un solo destino.

    -¿Qué… Quieres…?- Aunque su cuerpo está en su propia cuenta, su rostro se mantiene frio, desafiándolo como puede, intentando hacer fuerza en ese agarre.

    -Ja- Acerca su rostro al cuello del Omega, para comenzar a molestarlo, aprovechándose del calor como aumenta en ese cuerpo –Solo queremos saber… ¿Dónde está el Omega que está buscando el jefe Saga?- Besos descarados en una piel que siempre deseo.

    -No… Se… De que… Hablas- Sus manos intentan empujarlo, para que deje de tocarlo, pero su fuerza es inútil, no logra hacer nada.

    -¿Acaso piensas aparearte en este lugar con él?- El otro solo observa, sin duda las feromonas del Omega le llegan, pero parecer ser de esos Alfas que no le interesan los de esa condición siendo hombres.

    -¿Por qué no?- Sonriendo –Camus no puedes hacer nada, además nadie vendrá a salvarte- De nuevo mira esos ojos violetas algo aterrados, sujetando el mentón –Solo dinos el paradero de quien busca Saga y puede que sea gentil contigo-

    Nunca será capaz de revelar ese secreto, ni mucho menos faltar a la promesa que le hizo a alguien que ya no se encuentra en este mundo, si tiene que soportar este daño, primero intentará luchar, aunque sabe que tiene las de perder.

    Sin dejar de verlo, sus ojos lamentablemente dejan escapar lágrimas por la desesperación –Te repito… No se… De quien hablas…-

    Le molesta no avanzar en su investigación, pero no le importa mucho, primero gozara de ese cuerpo que ha imaginado y se lo impedían tener, para después llevarlo con Saga y que este lo obligue hablar hasta que su terquedad lo conduzca al mismo destino que Shion.

    -Veremos si sigues con esa actitud después de divertirnos- Con fuerza tomándolo del cabello, para derribarlo, no será amable, esas feromonas lo están invitando a tomar al Omega.

    Para muchos Alfas ese es su pensar, que apenas los Omegas entren en celo, ya es una luz verde en la que pueden hacer lo que desean con ellos, sin importarles las consecuencias que lleguen a cometer.

    Después de todo, las crías solo son responsabilidad de quien las engendra.

    Una idea bastante tonta y absurda, pero aún es muy creída por aquellos que solo se dejan llevar por sus más bajos instintos.

    Lo mira desafiante, recordando las veces que en la misión de ese peli azul, deseo tomarlo, y siempre lograba escapar, ahora parece estar mucho más sumiso que antes, le agrada esta idea, pero le excita también esos ojos violetas aunque lloroso, lo retan.

    -¿No piensa rogar, para que no te viole?- Su burla continua, aun teniendo total dominio de él, tomándole las manos para que no pueda huir.

    -¿Servirá de algo?- Contesta con la voz quebrada, le duele tener que llegar a este punto, tantos años cuidándose a sí mismo, evitando que otros lo toquen por miedo a solo sea utilizado y al final acabar siendo violado por este sujeto tan asqueroso.

    -De hecho no- Esa sonrisa sínica, para acto seguido rasgarle sus ropas.

    Camus desea luchar con todas sus fuerzas, pero no logra ni siquiera liberarse de las manos de ese maldito hombre.

    Para el otro presente esta situación le asquea mucho, pero no hará nada para detener a su compañero.

    -Haz lo que quieras con ese Omega, iré a buscar algún indicio que nos guie a quien buscamos- Pasando de largo ante la terrible escena.

    Si no hay nada que los ayude en la florería o bodega, podrá haber algo en la casa de ambos jóvenes.

    -Gracias por dejarnos solos- Como si lo que está haciendo fuera lo más divertido del mundo, sigue sonriendo, porque el terror en los ojos de Camus eso lo enciende más –Te lograste escapar tantas veces de mi…- Este Alfa solo quiere una cosa y parece que la lograra por fin.

    Aprieta su mandíbula con fuerza, no dejara escapar ningún sonido para satisfacción de ese maldito, ni una petición de ayuda, ni un reclamo, nada… Solo se quedara como si fuera una estatua, desean en ese momento serlo para no sentir nada.

    Solo el asco y miedo es lo que siguen recorriéndolo.

    Cada toque en su cuerpo, le resulta repulsivo, esas repugnantes lamidas, las mordidas que está dejando en su piel, solo teme que sea capaz de marcarlo en esa zona que debería pertenecer a quien ama.

    El llanto no puede evitarse, temblando, deseando que esto ya acabe cuando apenas ha iniciado y el pelirrojo está decidido a disfrutarlo a placer.

    Camus sabe que aunque le hubiera dicho la localización de Mu, nada de esto cambiaria, así que prefiere guardarse esa información, aunque pierda él su libertad, tal vez así logre ganar tiempo para que Helena pueda huir.

    Cerrando sus ojos, imaginándose estar en otro lugar.

    Sus pensamientos rogando que alguien llegue, pero solo un rostro se le viene a la cabeza.

    Esa sonrisa tonta, esos cabellos peli cerúleos, la voz tan gentil que siempre le dedica, las tonterías que hace solo para sacarle una sonrisa.

    Si pudiera desearlo, solo quiere que Milo venga a ayudarlo, que aleje a este maldito hombre de nombre Surf…

    Estar a salvo en sus brazos, sabiendo que ese fauno escorpión lo protegería de todo, bueno eso es lo que le gustaría pensar.

    ---(Pensamientos de Camus)---

    -Por favor… Milo… Ven… Te lo ruego…- Apretando sus puños, que están aprisionados, solo desea tener su fuerza de siempre para quitárselo de encima.

    -Sé que me comporto como un idiota… Pero… No merezco esto… No quiero ser marcado por Surt…- Las lágrimas brotan, un débil intento de resistir, moviendo su cuerpo para que no tenga lugar donde tocar.

    -Si pudiera elegir… Prefiriera ser marcado por Milo…-

    -¿Porque pienso tonterías así… En un momento como este…?- Sin comprender como es que sus pensamientos solo vuelan al peli cerúleo.

    Tal vez si lo sabe y lo ha intentado negar todo el tiempo posible, por temor, sus miedos de que todos los Alfas sean iguales.

    Nunca tuvo anteriormente malas experiencias que no sean solo acoso, pero ha podido ver los sufrimientos de los demás, algo que jamás ha deseado para sí mismo.

    Por eso siempre se ha cuidado tanto, tomando los inhibidores apenas cumpliendo la edad en que posiblemente su celo comenzara, esto provocando que se retrasará considerablemente.

    Desde que conoció a Milo… Ha sentido mayor seguridad, alegría por tenerlo cercar, esperar a verlo atravesar la puerta de la tienda con esa sonrisa, invitándolo a salir.

    Podrían ser consideradas citas las veces que han ido de paseo por la ciudadela.

    Sin embargo con el mismo final, Camus poniendo su barrerá de hielo simbólica, para que Milo no se haga ilusiones.

    Muy tarde, pues ese fauno ya se imagina en un futuro con Camus a su lado, teniendo pequeños escorpioncitos o niños humanos completos.

    No le interesaba que sean, con tal de que sean sanos y llenos de amor.

    -Milo… Solo te quiero a ti…- No lo dirá en voz alta, menos poner en evidencia el nombre de ese Alfa al cual puede ser el único que su corazón le pertenezca.

    Aunque ahora con la atrocidad que cometerán contra él, puede ser que ese Fauno lo desprecie.

    No sabe si podrá sobrellevar este cruel destino…

    ---Vuelta a la realidad---

    Habiendo roto sus prendas, incluso los pantalones del peliaguamarino, es solo cuestión de minutos para cometer ese acto tan atroz.

    Dejando en claro que ese cuerpo lo está reclamando como suyo a la fuerza.

    Molesto por que Camus, no deje escapar ningún sonido que no sea de llanto o absorber su nariz, siendo los únicos que se permite, no le dará el gusto jamás, aunque su cuerpo sea tomado.

    -¿Seguirás de esta forma?- Hablándole con un tono tosco, apretando con fuerza la mandíbula del Omega, intentando que haga algún sonido de dolor.

    Preferiría enmudecer, para no pronunciar jamás palabra alguna.

    Sus ojos violetas se afilan, con la poca fuerza que puede tener en su cuerpo, lo reta aun.

    -Como quieras… Camus, nadie vendrá a salvarte- De nuevo la sonrisa lasciva, demostrando que puede tener razón.

    Continuando en esa terrible acción, tocando descaradamente zonas que nadie más debería de ese modo.

    Mentalmente Camus sigue rogando, pero está perdiendo toda esperanza.

    Aunque… Puede que no todo este perdido aun.

    ---Ciudadela---

    Aquel fauno Escorpión, se encuentra caminando muy alegre por las calles de ese lugar, dirigiendo sus pasos a la florería en efecto, pues no podía esperar para compartirle la nueva buena que tiene.

    Aun sabiendo que debía ser discreto, entiende que esta noticia podría alegrarle un poco a su amado Camus, aunque provocaría que otro esté formado en la fila para golpear al segundo líder, pero da igual.

    -Mi Camus no dirá nada, sé que se quedara callado solo por proteger al pequeño Mu- Canturrea esas palabras, mientras cada paso le acerca más a su destino.

    -Sé que es algo tarde pero… No puedo esperar más- Suspira algo melancólico, hasta triste –Me pediste no venir en una semana, pero…- Lanza un carraspeo algo dolido -¿Me puedes culpar?, solo quiero verte, tu sonrisa, aunque tardo en contemplarla, la necesito para vivir-

    Las declaraciones tan dulces y sinceras de parte de ese miembro del gremio.

    Tal vez es cierto algo.

    Aquellos que pertenecen a un gremio, tienden a ser más cultos, controlados en sus ambiciones y deseos.

    Pero no por eso significa que aquellos que vivan en ciudadelas, pueblos y demás tengan el derecho de violar a un Omega o a cualquiera.

    Mínimo se sabe que la ciudadela cerca al gremio Ateniense tiene las creencias más cercanas y sensatas, pero otras no son así lamentablemente.

    -¿Podría invitarte a cenar?- Sus pensamientos van solo a cumplir cualquier deseo de su anhelado destinado –Bueno si no quieres salir yo puedo preparar algo delicioso- Pensativo se detuvo a unos cuantos metros de la florería -¿Debería ir a comprar los ingredientes de una vez?-

    Esto tomando su atención por completó, pensando que sería mejor hacer eso.

    Y de hecho estaba a punto de alejarse de nueva cuenta para dar esa sorpresa, pero algo capto su atención de inmediato.

    Olfateando un poco el aire, sintiendo en su ser un estremecimiento… Como si le advirtiera con ese débil aroma que apenas puede percibir que algo está mal.

    Una sensación muy fuerte en su aguijón, algo que los faunos de su especie comparten para detectar amenazas.

    -Algo… Está pasando- Su tono cambió de estar alegre a uno serio, hasta ronco.

    Apenas si mira la florería con cierto interés, su corazón se comenzó acelerar, el aroma que percibe es sangre.

    -Ca… ¡¡¡CAMUS!!!- Le dio igual gritarlo en plena calle, solo salió corriendo en dirección a esa tienda.

    Preocupado por su amado destinado según él.

    Si algo malo le ocurre, Milo no sabría qué hacer con quién lo haya lastimado, sin importarle las leyes del gremio, sería capaz de acabarlo en ese momento.
     
  19. Threadmarks: Capitulo 39 (A Salvo Y El Peligro)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Al llegar a la puerta principal, la nota cerrada, como si estuviera trabada por dentro.

    Golpeando fuertemente, sin importar destrozarla, ya después se ocuparía de cualquier daño, pero Camus está en peligro, eso no lo puede permitir.

    Sus instintos de Alfa se intensifican, enfureciendo porque cualquiera llegue a tocar a su Omega.

    Solo unos minutos bastaron para derribar esa puerta, dándose cuenta que había algunas macetas y flores haciendo de bloqueo, no lo pensó más, busca con la mirada a su hermoso peliaguamarino.

    Pero sin mucho éxito, mas sintió ese aroma, uno que es demasiado seductor y… Que de inmediato reconoce, y lo pone de mayor alerta.

    -Camus… Eso… ¿Es su celo?- Parecía palidecer, sus pupilas dilatadas, por la fragancia que siempre deseo sentir, pero no en este momento.

    Siguiendo el aroma, que lo conduce así a la parte trasera, pero antes… Mira con horror que la joven Helena se encuentra en el suelo del otro lado del mostrador.

    Pensaba en ir a ayudarla, pues nota la sangre alrededor de ella.

    Sin embargó, la misma castaña, abre sus ojos, algo cansados, que al verlo dedico una sonrisa de alivio, sin pronunciar palabra alguna le indica de inmediato la parte trasera de la tienda.

    Mostrándose desesperada, y haciendo una seña de silencio, para que no fueran capaces de huir aquellos malditos, y no ser alertados.

    ---En la parte trasera de la florería—

    -Creo… Que estás listo…- Su sonríes lasciva, esa mirada que solo demuestra una locura a punto de ser consumida.

    Para este momento, el indefenso de Camus se ha dado por vencido, creyendo que nadie lograra salvarlo, que al final de todo cayo en las peores garras, no importando nada, sus propios sentimientos o deseos se fueron a la basura.

    Sin fuerzas para moverse, sintió las manos de ese hombre recorrerlo, igual sus labios y la asquerosa lengua, no importa cuántas lagrimas pudo derramar para este punto, las que tendrá que contener a partir de ahora.

    Se odia por reaccionar de una forma que no desea, el maldito celo nubla todo, pero aún está consciente de que esto no es lo que quiere, no con él.

    Cierra sus ojos, deseando no volver a ver nada.

    -No importo cuanto huiste, me pertenecerás a mí- Su miembro expuesto, listo para profanar la virginal entrada del Omega, relamiendo sus labios, creyendo que su deseo insano se va a cumplir.

    Mas no contó con la oportuna llegada de alguien que no se tentara el corazón de asesinarlo allí mismo.

    Sin importarle nada más, que salvar a su destino, entro a esa bodega, destrozando cualquier cosa que le impida avanzar.

    El peli cerúleo, no necesita luz en absoluto para poder ver lo que ocurre, sus ojos son capaces de adaptarse rápidamente a la penumbra.

    Su sangre hirviente, sus puños apretados, sus ojos denominando un gran odio, lista su cola de escorpión para inyectar el veneno más toxico que pudiera producir, en ese maldito hombre que hoza tocar a su Camus.

    -¡¡¡ALÉJATE DE ÉL!!!- No le importa tener que luchar contra quién sea, incluso matar, nadie toca a quién ama y se sale con la suya.

    Tuvo que abrir sus ojos, escuchar esa voz que conoce bien, aunque sea de poco tiempo, le hizo sentir unos sentimientos extraños… Le provoca alivio y miedo.

    Para el pelirrojo, esa interrupción no significa nada, aún tiene bajo su poder al peliaguamarino y es lo único que piensa hacer.

    -Si quieres tu turno con él, puedes tomarlo después de mi- Creyendo que solo era otro Alfa buscando acostarse con un Omega en celo.

    -¡¡¡TE DIJE QUE TE ALEJES DE ÉL!!!- Aprovechando la velocidad que ha logrado adquirir por los años de entrenamiento, en un abrir y cerrar de ojos.

    Ya lo tenía por el cuello, estampándolo contra la primera pared que devisa, alejándolo de un muy asustado, y confundido Omega, que apenas si puede reaccionar ante sentirse libre de esos agarres y el cuerpo asqueroso.

    Esos ojos azulados, parecen llamas ardientes, dispuesto a seguir apretando ese cuello con ambas manos, para destrozarlo en solo un segundo, después de todo, la fuerza de un fauno es superior al de un humano y más cuando se trata de uno defendiendo a quien ama.

    -Mal…Dito…- Se le está acabando el oxígeno, intentando sujetar los brazos de Milo, para apartarlos, pero su fuerza es inútil –Suel… Aaarghhh…-

    -¡¡¡ASÍ HICISTE SENTIR A CAMUS!!! ¡¡¡YO TE VOY A MATAR POR HABERLO TOCADO!!!- No va a pensar nada, solo hará caso a sus instintos más primitivos, acabar con quien dañe lo suyo.

    -Es… Solo un Omega- Sonríe, como si tuviera otra alternativa –Solo sirven para… El placer de los Alfas- Pensando que hacerlo enojar más, lo haría distraerse de lo que está haciendo.

    Esas palabras están logrando su cometido, la furia ya es incontenible, alza la cola de escorpión en alto, acercándola al rostro del sujeto, preparado para perforar cualquier parte para introducir ese veneno letal.

    -¡¡¡EL HECHO QUE CAMUS ESTE EN CELO, NO TE DA EL DERECHO DE TOCARLO!!!- Sin más, deja que su aguijón vaya directamente a Surf, lo acabara por haberle hecho daño a su destinado.

    Mas siente como un delicado cuerpo se abraza a su espalda, tembloroso, y con lágrimas en su rostro, se aferra fuertemente a él.

    -No… No te ensucies las manos… Por mi culpa…- Aun con el miedo en su voz, intenta evitar que quien lo ha salvado cometa una locura.

    -¡¡¡TE HIZO DAÑO!!! ¡¡¡LO PAGARA!!!- Parece no escuchar razones, dándole igual cualquier advertencia o consecuencia que tuviera.

    -No logró hacerme nada… Gracias a ti… Me salvaste…- Alza su vista, desesperado por ser escuchado y llegar a los oídos del Alfa. –Así que no hagas una tontería…- Sus piernas temblorosas, el celo de nuevo atacando de formas que nunca deseo experimentar, provocando que caiga al suelo.

    -¡¡¡CAMUS!!!- Su corazón reacciona por sobre sus instintos.

    -Creo… Que al final… No le desagrado mis caricias- Aun creyendo que el peliaguamarino lo hace por él, cuando es solo para que Milo no se meta en problemas por su causa.

    -¡¡¡CÁLLATE, MALNACIDO!!!- Sin pensarlo más, su aguijón se clava directamente en el ojo derecho del sujeto.

    -¡¡¡AAAAAAH!!!- Es lo único que logro lanzar el pelirrojo, antes de un nuevo golpe que se conecta en su cara, partiendo aquella pared de madera.

    Los puños de Milo están ardiendo por la furia, pero ahora solo es necesario verificar que Camus este a salvo.

    Reaccionando al final de cuentas, ante el cuerpo desnudo del peliaguamarino, con unos ojos cristalizados, sus mejillas sonrojadas, pero las malditas marcas que ese hombre dejo en esa pálida piel, es lo que estorba.

    Pero no es culpa del Omega, eso lo sabe completamente.

    Intentando cubrirse como puede, pues sus ropas han sido rasgadas, sus manos apenas si pueden cubrir su pecho y al estar sentado, sus piernas lo resguardan un poco en zonas privadas.

    -Por… Favor… No lo hagas… No…- Sabiendo que su cuerpo está demasiado alterado, no lo puede controlar, teme que Milo se deje llevar por sus instintos de Alfa, como con lo que acaba de hacer.

    No podía soportar que quien su corazón está amando, le haga esto.

    Pero… Nunca espero lo que acontece.

    Abrazándolo de una forma protectora contra su pecho, respirando algo agitado, los Alfas se pueden perder en el aroma de un Omega, así que está haciendo su mejor esfuerzo para continuar consciente.

    Aunque aprovecha para acariciar la espalda desnuda de Camus, intentando darle confort.

    -No hare nada… Que no desees…- Su tono es diferente a lo usual, mas ronco, intentando contener la erección que se a presenta por el de ojos violetas.

    Aunque pudiera sentir como el corazón de ese Fauno está latiendo con fuerza por la cercanía, algo que lo reconforta por la seguridad que por primera vez en su vida, logra sentir, refugiarse en un lugar que solo le puede pertenecer a él y que nadie se lo arrebate.

    Pero teme que todo esto se vuelva en una pesadilla repentina, por su propia causa.

    -Gracias…- Esta vez devolviendo al abrazo aferrándose con mayor fuerza, tembloroso ante el recuerdo de lo ocurrido hace minutos –Si no fuera por ti… Él… Hubiera…- Aprieta sus labios, no quiere ni decirlo.

    -¿Quién es ese maldito?- Ese tono de nuevo grave, deseando acabar al sujeto de nueva cuenta.

    -Buscan… A Mu… Aaaaah…- El calor va aumentando en su cuerpo, dándole una pequeña punzada en su propio miembro y notando su entrada más humedecida, obviamente provoca la liberación de más feromonas.

    Es una gran fortuna que ese escorpión sea parte del gremio Ateniense, puede controlar esa lívido que su cuerpo experimenta por cada escape de feromonas.

    No niega que desea a Camus con gran desesperó, pero no lo obligara si no lo desea, menos con lo que acaba de ocurrir, nadie en su sano juicio podría tomar a alguien de esta forma.

    Salvarlo para tomarlo, es demasiado cruel.

    -Camus… Necesitas inhibidores…- Carraspea, al ver lo hermoso que es su destinado –Dime ¿Dónde están...?-

    -Arriba… y…- Fue cuando reacciona a la joven amiga suya -¡¡¡HELENA!!! Ella…-

    -Estará bien…- Besando con suma delicadeza la frente del peliaguamarino –No tengas miedo, estarás a salvo siempre…- Sus palabras llevan el sello de un Alfa, pero son sinceras, de verdad todo lo que sea por consolar al Omega.

    -Milo… Buscan a Mu porque… Saga está en la ciudadela… Es…- Su respiración agitada, pero necesita darle el mensaje y advertencia para salvaguardar la vida del pelilila –Importante que no lo encuentre… El gremio es seguro, pero debes… Volver…- Le pide, pues conoce que en estos momentos muy pocos Alfas y Betas se encuentran en ese lugar.

    Respirando rápidamente, es la técnica que le sirve para evitar cometer alguna locura, para que aquellas feromonas apenas si entren, salgan de su nariz y no sea un imbécil, deseando un placer carnal.

    El fauno Alfa se quita su propia ropa superior, para de esta forma cubrir a Camus, reconoce que su Omega es muy pudoroso y no le faltará el respeto admirando más de esa belleza, aunque de verdad desee seguir haciéndolo.

    Para acto seguido cargarlo al estilo princesa, para ponerlo a salvo en la parte de la florería junto a la joven.

    -No pienso irme de aquí, hasta que ambos estén seguros- Serio, pensando en tantas posibilidades de lo que pudiera pasar.

    Después de todo se ha dicho que Milo es un miembro importante del gremio, podrá ser juguetón, tonto a veces y burlesco, pero cuando se necesita, tomara el liderazgo necesario y protegerá a todos con inteligencia y valentía.

    -Ahí… Otro arriba…- Le susurra apenas, pues ahora con una vergüenza por ir de esa forma en esos brazos que por su celo y sentimientos lo están haciendo derretirse de un gran calor que lo invade.

    Frunce el ceño, agudizando sus sentidos –No te apures por nada, iré a revisar-

    De inmediato al llegar junto a la castaña, la cual al ver a Camus solo atino a abrazarlo con fuerza, temiendo que algo malo le ocurriera al Omega.

    Suspira aliviada, al momento de que sus sospechas no se confirman.

    La herida en su cuello, no es profunda, solo que la sangre es algo escandalosa, pero no toco ninguna parte vital.

    Aunque no estén del todo a salvo, Milo tiene que asegurarse que el otro tipo que venía con el pelirrojo no se atreva a hacer algo más, buscándolo y de paso ir por los inhibidores de su Omega.

    Al fin de cuentas estará a salvo a lado de esa Beta.

    Es la única seguridad que tiene, además que aunque no quiera, debe estar algo lejos del peliaguamarino si no, ya no podría resistir mucho más.

    Iría con cuidado, pasando de largo del cuerpo de ese sujeto que atravesó la pared, después repararía todo lo que sea necesario.

    Mas parecer ser que por el fuerte celo del peliaguamarino, Milo no ha logrado percibir el aroma de ese Alfa que ha podido escapar a tiempo, por toda la conmoción anterior, sin importarle su compañero, lo dejo como señuelo.

    Pero lo que ocurre es que… Sin quererlo, logro escuchar la ubicación del Omega que buscan.

    -Lo tengo- Solo asintió con una sonrisa, para dirigirse a donde su jefe los espera.

    ---Al día siguiente (Gremio Ateniense)---

    Justamente en las puertas del gremio, dos Omegas se encuentran, uno discutiendo y el otro pidiendo un favor con el rostro más adorable posible.

    -Mu, entiéndelo… No iras conmigo a la ciudadela- Lo señala con la mano, y el ceño fruncido.

    -Pero… Milo no apareció en toda la noche, puede estar en problemas y…- Sonríe de lado –Quiero decirle a Camus que… Bueno…- Su alegría no se puede ocultar, pero debe hacerlo dentro del gremio.

    Cruzado de brazos sobre su pecho –Te puedo asegurar que Milo está bien, lo más seguro es que se quedó como un perro afuera de la florería, porque fue corrido por impertinente y…- Desvía la mirada algo molesto -¿Por qué le quieres decir algo como eso a Camus?- Parecía sentirse un poco celoso por la importancia que le da Mu al peliaguamarino.

    -Bueno… No tiene nada de malo… Él guardara el secreto y…- Baja la mirada algo triste, pero sonriente pues no puede solo pensar en el horror ahora, el hecho de estar esperando un bebe lo llena de una inmensa felicidad –Shura… ¿Recuerdas… Cuando… Leí sobre el nido que hacen los Omegas?- Sus mejillas se sonrojan, pues es algo que le da mucha pena hablar.

    Se toca la cabeza desesperado, pues ese tema no debería ser tocado tan a la ligera en un lugar así, además que comprende que no hará desistir en sus ediciones al corderito.

    -Bien, ven conmigo- Comienza a caminar apresurado, pues debe hacer algunas compras para el gremio y al ser muy temprano solo los guardias se encuentran despiertos y ya en sus sitios destinados.

    -Gracias- Dedicando una sonrisa para emparejarse al mismo nivel del peliverde –Prometo portarme bien y no separarme de ti-

    -Veo que eres más seguro ahora- Le dedica estas palabras mirándolo de reojo.

    -Ahora debo ser mucho más valiente y fuerte…- Baja su mano al nivel de su vientre, suspirando y mirando con tanta ternura –Sé que Shaka cuando vuelva nos protegerá, pero… Mientras, me toca a mí cuidar de nuestro bebe- La sonrisa de quien guarda un tierno secreto.

    Ese tema solo conlleva a sentimientos ambivalentes para el cabrío, recordar cuantas veces deseo tanto proteger a aquellos que no lograron nacer… Es un recordatorio de la brutalidad que su cuerpo sufrió por largo periodo.

    Más no puede permitirse llorar y demostrar alguna sensación de debilidad, su ceño siempre serio y fruncido se debe mantener, para que todo esté bien.

    -Me estabas diciendo algo del nido- Su tono serio de siempre -¿Qué ahí con eso?-

    Como los nervios lo invaden, sintiéndose bastante apenado por lo que está por decir, pero… No se puede resistir, Shura es el único con el que tiene ese grado de confianza.

    -Es que… El gremio… Tiene mucho su olor y…- Apretando sus labios, mirando hacia el sueño, con las mejillas ruborizadas –No puede contenerme a ir a su habitación y…- Anoche estuve a punto de hacerlo, de hecho uno de los ancianos me vio cerca y tuve que inventar que… Estaba buscando algo-

    -Pero… ¿Qué no entiendes lo peligroso que eso puede ser?- Alzando algo la voz, no por su enojo, si no por el peligro en que casi se mete Mu –El hecho de hacer un nido, con las prendas de tu Alfa, es una clara señal de que estas esperando una cría-

    -Lo se…- Jugando con sus manos, bastante apenado –Por eso… Creo que salir un momento, me ayudara a despejar mi mente- Sonríe acercándose al peliverde, como prometió.

    -Bien, pero cuando volvamos al gremio no te acercaras a la habitación del segundo líder…- Pensativo –Pasaras todo el tiempo posible lejos de ese lugar, tal vez en el invernadero de Afrodita- Buscando opciones factibles para prevenir cualquier inconveniente.

    -Está bien… Pero… Es difícil resistirse…- No puede dejar de lado los instintos Omegas que tienden a ser muy fuertes, y más al tener lejos a su Alfa, pero debe mantenerse calmo si desea que nada malo ocurra con su rubio o su bebe.

    Es un camino algo largo desde el gremio hasta la ciudadela, de hecho por ser tan temprano en donde apenas los primeros rayos del sol bañaran esa zona, es solitario.

    Perfecto para comprar sin tanta gente, y traer de las orejas a Milo sin verse ridículo.

    Pero… Lo que ninguno de ellos dos se ha dado cuenta, es que están siendo vigilados desde el bosque que rodea todo el camino.

    Sus olfatos no han podido identificar nada en absoluto que no sea el roció de la mañana.

    Además de que Shura va más interesado en vigilar a Mu, que tenga sumo cuidado, después de todo se autoproclamo como si guardián, y lo mantendrá así, aunque… La vida le cueste.

    -Al fin… Te encontré-
     
  20. Threadmarks: Capitulo 40 (Sacrificado)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    -¿He?- El cabrío se detuvo repentinamente, girándose hacia donde ha escuchado un pequeño murmullo.

    Fue muy bajo ese sonido, pero sus oídos lo han captado, su sentido se despierta repentinamente, advirtiéndole que algo malo esta por ocurrir.

    De esta forma alertando sus sentidos, con el corazón latiendo por la inmensa adrenalina que se está presentando.

    Sabe que si algo malo fuera a ocurrir su prioridad es mantener seguro al corderito, que parece tan ajeno a su alrededor, sonriendo por la felicidad de la vida nueva, el amor de su Alfa y la oportunidad que nunca creyó poder tener.

    Serio, sus ojos verdes como el jade, se fijan en el bosque, tratando de buscar quien ha hecho ese sonido, pero… Parecía que no logra obtener nada o… Tal vez eso es lo que ha decidido hacer.

    Un suspiro sale de sus labios, con el rostro igual de serio, aparentando nula emoción, pero dirigiendo sus pasos firmes hacia el pelilila, que no se ha alejado de él ni un instante.

    Siente que algo malo esta por pasar, es un terrible presentimiento, actuara lo más disimuladamente posible, pero…

    Al estar cerca de Mu, lo toma del brazo con fuerza, para llevarlo con él de forma rápida.

    -¿Shu… Ra?- Este comportamiento siendo bastante extraño, de forma tan repentina, causando una incertidumbre en el pelilila.

    -Solo caminemos rápido… Sera mejor antes de que se haga tarde- Como la mejor escusa que tomo, pues necesitaba apresurarse, sin alarma al más joven.

    Pero solo aumenta la confusión del otro, puede que ha pasado poco tiempo con el cabrío, sin embargó ha aprendido a reconocer sus pequeños cambios faciales.

    Después de todo la convivencia y que el corderito sea muy observador lo ha hecho percatarse de que algo está yendo de verdad mal.

    -¿Pasa algo?- Sintiendo el agarre del peliverde, como si temiera que alguien se lo arrebatará repentinamente.

    -Solo hazme caso… Caminemos rápido- Le susurro, solo para que llegue a sus oídos, sin apartar los ojos del frente.

    Con esto, entiende perfectamente que no debe hacer pregunta alguna, asintiendo con algo de preocupación, si algo está yendo mal, es mejor ponerse seguros, confía plenamente en los instintos de Shura.

    Mu obedecerá con tal de mantener a la criatura que lleva en su vientre a salvo.

    Sin embargo… Es como si todo esto, ya lo tuvieran contemplado aquellos que están vigilando a estos dos Omegas.

    Pues de repente unas personas les cortan el paso, con unas malditas sonrisas burlescas, algunas armas de fuego, y cuerdas.

    Sin duda están preparados para llevarse a alguien sin importar que, y acabar con quien se interponga.

    Con el ceño fruncido, empujando a Mu detrás de él, para mantenerlo a salvo como fuera, pensando lo más rápido posible.

    Su única opción sería retroceder, pero…

    -Nos tienen acorralados- La voz del cordero se deja escuchar, mirando la ruta por la que venían.

    Tres delante, y tres detrás.

    Una maldita emboscada.

    -¿Qué es lo que quieren?- Rápidamente se enfrenta a ellos, intentando pensar alguna forma de escape para el pelilila, lo mejor será de ambos, pero… Es difícil –Tenemos dinero, llévenselo si quieren, pero lárguense-

    -Ja, ja, ja, ¿Dinero?- Aun con sorna hablan estos tipos, creyéndose en una mejor posición –No nos hagas reír-

    -Entonces piérdanse- Ya fastidiado, mirando atento a ese sujeto que le habla de forma arrogante.

    -Lo que queremos es a ese Omega- Uno de los sujetos que bloquea la ruta ya recorrida, mira triunfante al pelilila.

    -¿Qué?- Mu le sostiene la mirada, con un temblor en su cuerpo, pues estos sujetos todos son Alfas, aún necesita superar su miedo por los de esa especie, pero… Se enfrenta, ahora tiene más motivos para luchar –Yo… No sé quiénes son, y ¡¡¡NO IRÉ CON USTEDES!!!- Aprieta sus puños, mostrando sus pequeños colmillos como si fuera una amenaza.

    -Ha, ha, ha, ha, ¿Aun crees que tienes opciones?- Otro de esos Alfas comienza acercarse en dirección del menor, no perderán tiempo.

    El peliverde se da cuenta de esto, colocándose entre el Omega y ese hombre.

    -¡¡¡NO TE ATREVAS A TOCARLO!!!- Sus ojos verdes brillan por el odio de que logren dañar al pequeño, mostrando sus cuernos, perfectamente afilados, y dispuestos a dañar a quien sea.

    -Vaya, este Omega sí que se cree fuerte- Mostrando una de esas armas, apuntándole directamente –Si eres inteligente, será mejor que te alejes, porque solo nos pidieron venir por él- Sonríe algo lascivamente –No me gustaría lastimar un hermoso rostro como ese-

    De reojo ve a ese Alfa arrogante, sintiendo solo asco de esas palabras, no se diga la sensación de vomito que le recorre por la apariencia del sujeto.

    -No dejare que se lo lleven- El tono frio e inexpresivo, pero cargado de un sentimiento genuino de amor maternal o paternal, como se quiera explicar.

    -¿Shura?- Mira a su protector, como en ese momento lo defiende ante estos sujetos, su mente trae recuerdos horrorosos, exactamente los de esa noche.

    En donde su papá dio su vida, para que él pudiera escapar, ahora… Se vuelve a repetir la historia.

    Sin embargó… Aunque ha pasado casi un año, ya no es él mismo, puede aún temer, pero… El valor nunca ha sido la ausencia del miedo, si no la capacidad de hacer algo aun con ese sentimiento tan pesado en nuestros corazones.

    -¡¡¡NO IRÉ CON USTEDES!!!- Como recuerda el entrenamiento que le dieron en el gremio, para su propia defensa, está dispuesto a luchar, no se volverá a dejar de que nadie lo lastime o lo aparte de su familia.

    -¿Cuándo aprenderán los Omegas, que no tienen ni voz, ni voto en el mundo?- Quién lleva la cuerda, la comienza a tensar, delante de los grandes ojos verdes esmeraldas.

    -De seguro… ¿No extrañas a nuestro señor?- Un sonrisa de lado, con el arma apuntando al cabrío, pero dirigiendo sus palabras al de cabellos lilas.

    -¿Quién?- Su ceño fruncido, sin apartar la vista a los Alfas delante.

    -Saga- Canturrea ese maldito nombre -¿No te habrás olvidado de él verdad?-

    -Él sí que no te ha olvidado- Las malditas sonrisas de esos sujetos, se habían preparado perfectamente con todo el arsenal de fuego, y miedo.

    El terror recorre su cuerpo, ese horrible nombre, nuevamente quiere arrebatarle la vida entera, destruir a todos los que quiere.

    Sus ojos proyectan miedo, el ceño fruncido, aprieta sus dientes, la respiración agitada, pero con una gran diferencia, puede que tiemble, pero se mantiene firme ante los Alfas delante.

    No está dispuesto a ir con ellos, no volverá a estar a la merced de ese maldito Alfa que le arrebato la libertad a su papá, y de igual forma la vida de este, si no fuera por su amado rubio, posiblemente lo hubiera condenado a quedarse toda su existencia a su lado, y obviamente al producto de esa maldita relación forzada.

    Ahora que tiene a una hermosa familia, a su padre que lo conoce por primera vez, su amado Alfa que lo ha marcado, y con esa pequeña vida en su interior, está dispuesto a luchar.

    A ser valiente para evitar que la historia se repita, no permitirá que nada dañe a su hijo, esta vez se enfrentará a quien sea.

    Pues no está solo…

    -Mu…- El cabrío llama al menor, necesita saber si está bien, reconoce el efecto que ese sujeto ha influido en él.

    -Es… Estoy bien…- Respira profundamente, para controlar sus miedos, no va a llorar esta vez, no dejara que el miedo lo domine nunca más.

    -Debes ir rápido a la ciudadela- Le susurra, pues está teniendo un plan, en donde solo involucra al pelilila a salvo.

    -No pienso dejarte solo- Sentencio el menor, con una mirada seria.

    -Piensa por dos en esta ocasión- Es una forma clave para referirse al embarazó del menor, de cualquier manera deben mantenerlo como secreto.

    -Lo hago, por eso… La única forma es… Intentar estar a salvo todos, y… Debemos luchar- Sabe cómo defenderse, puede que no sea tan fuerte para atacar, pero la defensiva la tiene cubierta, sus cuernos lo ayudan en ese aspecto.

    -Tsk- La idea no le parece para nada buena, su único pensar es mantenerlo a salvo a Mu –Me vas a estorbar, será mejor que vayas por ayuda a la ciudadela…-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡NO TE DEJARE SOLO!!!- Se sujeta a las ropas del mayor, no puede volver a repetir el destino de su papá en Shura, no lo puede permitir.

    -¡¡¡VETE AHORA!!! ¡¡¡YO ME QUEDARE A DISTRAERLOS!!!- Esta decidido y firme en sus palabras, mira con tanto desprecio a los demás Alfas.

    No les tiene miedo, él sabe cómo tratar a esos sujetos, aunque muchas cosas ocurrieron en su juventud, y fue tratado como un juguete desechable, siempre se intentó defender, más en los momentos que les arrebataron a sus pequeños, que nunca pudieron crecer en su vientre.

    Luchara en esta ocasión por defender a un pequeño que aunque no lleve su sangre, lo ama como un hijo.

    -¡¡¡YA PAREN DE HABLAR!!!- Un de esos malditos, se va directamente a ellos, para sujetar al pelilila.

    Pero mientras el peliverde este allí, no permitirá que nada malo le ocurra a Mu y lo demuestra con acciones.

    Empujando al menor, para que este sujeto se tuviera que enfrentar a los dos cuernos del Fauno, que con un movimiento de su cabeza, le rasga parte del cuello y pecho, provocando heridas profundas y un ahogamiento por la sangre que comienza a salir del cuerpo e inundando los pulmones del Alfa.

    Si creían que sería fácil este secuestro, no se esperaban que un Omega y fauno fuera así de fuerte, desafiante en su mirada, logro detener a uno de ellos.

    La sangre que escurre por sus cuernos, le provocan un gran asco, un deseo por limpiársela de inmediato, pero debe seguir en la batalla.

    -¡¡¡SI NO ERES CAPAZ DE SOPORTAR LA CARGA DE UN ASESINATO EN TUS HOMBROS, MEJOR LÁRGATE A CONSEGUIR AYUDA!!!- No es lo que en verdad desea decir, pero… Quiere que de algún modo, Mu se aleje de este lugar, reconoce que está en desventaja, si todos atacan a la vez, será imposible hacer algo y lo único que lograra será que el corderito termine en las garras de ese sujeto.

    -No… Por favor…- De nuevo no puede estar pasando… Ser protegido a cambio de la vida Shura, no lo puede permitir, pero… No sabe cómo actuar.

    -¡¡¡SE ACABÓ!!! ¡¡¡ESE MOCOSO VENDRÁ CON NOSOTROS Y TU MALDITO LO VAS A PAGAR!!!- Señala al cabrío de inmediato, furioso por la muerte de uno de ellos de una forma tan patética y rápida.

    Los Alfas rodean a ambos, aun es un número mayor el de ellos, cinco contra dos.

    Lo piensa seriamente, sus cuernos también pueden hacer lo mismo, aun en espiral si ataca de lado, lograra lastimarlos si lo hace de forma profunda, los acabara, pero… No sabe si está listo para llevarse la vida de una persona en sus manos…

    Mas en este momento no tiene tiempo para pensar en hacerlo o no.

    -Mu, solo hazme caso… Tendrás una oportunidad, aprovéchala- Mira a los demás de forma seria, pero para el menor una pequeña sonría, demostrándole confianza.

    -No te dejare solo contra ellos- Su hablar firme, con el miedo de perder a ese fauno también.

    -Si… Lo harás- Tiene sus propios trucos, algunas cosas que Yuzuriha y Afrodita le ayudaron a crear en situaciones así, aunque fue una orden indirecta el primer líder.

    Una pequeña bomba de humo, suficiente para que la visibilidad de los humanos se vuelva cero, pero… No dura tanto, es una pequeña oportunidad para salvar a solo uno.

    Es lanzada al suelo, dejando escapar el humo rápidamente, para que esos sujetos no puedan ver.

    La mejor idea sería que ambos se fueran, pero… Si así pasara serian perseguidos, aunque estén más cercas de la ciudadela, sería difícil llegar a salvo.

    Solo se puede tomar una decisión, uno que busque ayuda, y otro los distraiga.

    La segunda podría significar la perdida de la vida de uno.

    Con este movimiento y la ventaja, Shura toma la mano de Mu, para que salga de ese humo, y vaya a donde le ha pedido.

    Aunque proteste, aunque de verdad no lo desee, entiende la situación ahora.

    Reconoce que si fuera el caso de verse en un futuro a él mismo protegiendo a su cría, haría lo mismo…

    Pero no está dispuesto a perder a nadie más… Con el dolor en su corazón, debe seguir.

    -Estaré bien, solo lárgate- Sus palabras pueden ser toscas, pero habla desde el corazón, por la preocupación.

    -Seré rápido, vendré… Con Milo y… Solo no dejes que te lastimen por favor- Siente que de nuevo esta abandonando a aquellos que lo defienden, pero… No puede poner más en peligro a su bebe, debe mantenerse a salvo.

    -No te aseguro nada- Asiente, con una gentil sonrisa, le da la pequeña confianza de siempre.

    Pero es sincero en esta ocasión.

    Como puede, rápidamente sus pasos los va dirigiendo por el camino que apenas si reconoce, debe ir por Milo es su único objetivó.

    Sus lágrimas por fin está saliendo, tiene la necesidad de volver, pero… Solo necesita que la fuerza a de sus piernas no flaqueé, esta vez sabe a dónde ir, por la ayuda que necesita pedir.

    Lo lograra, Shura estará a salvo, sabe que lo hará.

    Pero escucha un disparo a la distancia, casi detrás de él, se detiene de forma inmediata.

    -¿Shura?- Niega con la cabeza, no puede creer que algo así suceda -¡¡¡NO!!!- Sus pies, se quieren dirigir de nuevo hacia donde dejo solo al cabrío, ignorando las advertencias del peliverde, más algo… O mejor dicho alguien…

    Se lo impide.

    -Mira lo que has provocado- La maldita voz que lo persigue en sus pesadillas, el terror que le ocasiona de tan solo pensarlo, quien le quito la felicidad, quien solo desea seguir haciéndole daño.

    -No… No puede ser…- Se gira rápidamente, encontrándose con esos ojos Viridian, que quería olvidar, que deseaba jamás volver a contemplar, pero… Esta delante de él… Su peor desgracia.

    -Pero ya no temas…- Sonríe, el poder contemplar a ese Fauno que se le escapo, que aun en su retorcida mente cree que es su propiedad, intenta acariciar su rostro –Vendrás conmigo y no…-

    -¡¡¡NO!!!- Aparta esa asquerosa mano de su rostro, retrocediendo, el ceño fruncido de nueva cuenta, lo odia, lo detesta, ese maldito Alfa asesino a su papá -¡¡¡NO IRÉ CONTAGIO A NINGÚN LADO!!!-

    -No me dejas de otra en ese caso- Su tono parece suave, caso para reconfortarlo, sonríe de una manera grotesca.

    -No… No… No te tengo miedo… Yo…- Aprieta sus puños, listo para enfrentarse si es necesario.

    -¿Por qué tiemblas hermoso?- Le dedica palabras malintencionadas –Sabes que perteneces a mi lado, después de todo, ese idiota de tu papá, hizo lo que sea para protegerte, comiste los alimentos de mi mansión, viviste bajo mi techo, me perteneces también- Sonríe de manera amenazante.

    -¡¡¡NO HABLES DE ESA FORMA DE MI PAPÁ!!!- Sin pensarlo, decide irse contra ese sujeto, deseando acabarlo por fin, ese infeliz… Le destruyó la vida a quien más amo por quince años, lo debe hacer pagar.

    Mas Saga esperaba este escenario, pudo desviar el ataque del corderito, esos cuernos… Como si no hubiera conocido de lo que son capaces los carneros desesperados.

    Pero… Esta vez no dañara a ese pequeño… Por qué después detendrá oportunidad de hacerlo.

    Sujetándolo del cabello, alzando la cabeza del pelilila rápidamente, cubre con un pedazo de tela la boca y nariz, impidiéndole gritar, con fuerza tomándolo para que no sea capaz de alejarse.

    Solo unos segundos son suficientes en los Faunos, su sensibilidad olfativa es muy fuerte, así que cualquier sustancia que tenga ese retazo de tela será suficiente para cumplir su propósito.

    -Su… Ta… Me…- Intentando forcejear, sintiendo como el olor lo comienza a marear, desesperado porque eso llegue a herir a su bebe, sus delicadas manos, intenta clavar las uñas, dejar lo que sea de rastro…

    Sin embargo… No es posible…

    Sus ojos, se van cerrando de a poco, sintiendo que la fuerza va desapareciendo… Su cuerpo… Es tan pesado ahora… Quisiera quedarse despierto, huir… Más no puede…

    Las manos intentando zafarse, bajan… Cayendo sin fuerza alguna.

    Estando en el peor peligro de vuelta, en los brazos de ese maldito monstruo.

    Aun en sus palabras que parecen ser productos de su adormilada conciencia, llama a la única persona que puede salvarlo, o más bien salvarlos a ambos…

    -Sha… Ka…- Lo llamara en esta ocasión, aunque está sumamente lejos.

    -No temas- Sonríe, mirando al inconsciente corderito que ha escapado de sus garras, pero esta vez, nada ni nadie se lo impedirá –Estarás conmigo, para toda tu vida- Suelta el cabello lila, para llevar su mano al pecho del menor.

    Su pensar, es intentar disfrutar algo de ese delicado cuerpo, solo para zacearse un poco antes de culminar con el platillo principal.

    Más… Algo que de buenas a primeras parece comenzar a quemar su mano intrusa, reflejando un destello, casi cegador.

    -¡¡¡AAAAAH!!!- Retira rápidamente su mano que ahora está quemada, enfureciendo por lo que ha pasado y no le encuentra explicación alguna.
     
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