Microrrelato Mi Ángel de la Guarda

Tengo frío. He perdido todo el poco sentido que tenía sobre mi vida, las escasas respuestas que durante años busqué me hicieron borrar todos los problemas, pero hoy me he dado cuenta de que era una irrealidad, un espejismo que creé con mi mente, difuso. ¿Qué me pasa? No tengo razones por las que llorar, por las que apenas mantener el equilibrio. Mi cabeza me duele un poco, me noto débil, fría y mis huesos están húmedos. No veo muy bien, es como si las lágrimas que me acabo de secar aún siguieran ahí, mi esfuerzo es inútil.

Te necesito a ti. No sé porqué, y tampoco encuentro razones, amigo. Sabes muy bien que no te amo tanto, no es necesario que te lo diga, pero te quiero y aprecio mucho, tanto como a mi otra única amiga. Tras meditarlo durante unos escasos minutos, noté que necesitaba un cálido abrazo, oír tu voz y escuchar tus palabras, esas consoladoras palabras que tanto extraño... No te veo bien, como siempre. Eso me preocupa, y hace tiempo que ya dejamos de hablar como lo hacíamos antes, ahora son secas palabras. Me gustaría pedirte ayuda, sé muy bien que aunque lo niegues, siempre estás ahí para tus amigos, para darles todo tu tiempo y aplicar todo lo que sabes y toda la ayuda que nos puedes dar. Aunque me preocupe por ti, no quiero que tú te tengas que preocupar más por mí.

Siento la necesidad de escribir, de escribir este réquiem de despido hacia mi amada amistad. Siempre dormí con la soledad, era tan angustiante y me causaba las heridas que aún no consigo curar... Tras largos años perdí la esperanza, pero prometí continuar por el ser al que más amo. Más tarde y con el paso de los años, encontré a dos grandes amigos. Mi querida amiga de la que aveces te he hablado y sabes, y tú. Tú, cuando te he necesitado y pedido ayuda siempre has estado ahí, el único que no ha conseguido tapar mi dolor, sino curarlo. Sacarme una sonrisa, no un espejismo. Darme tu calor, sin estar a mi lado...

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N/A: Dedicado a uno de mis amigos ^-^