Long-fic de Pokémon - Mewtwo Desencadenado

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por Woona, 18 Noviembre 2023.

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    Woona

    Woona dragona lunar/hoenn girl

    Tauro
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    19 Enero 2021
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    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Mewtwo Desencadenado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    3833
    MEWTWO DESENCADENADO

    Introducción: Génesis


    Había una vez, en una lejana región, un niño con una madre siempre presente y un padre ausente.

    El muchacho quería irse de casa para hacer su propia vida, tanto por su bien como para que su madre tuviese menos problemas.

    Habiendo cumplido los diez años, y convencido por el profesor amigo de su madre, el muchacho se convirtió en entrenador pokémon. Y escogió a un Charmander como su compañero de viaje.


    El muchacho logró capturar varios pokémon, y para poder ganar las ocho medallas de gimnasio creó un equipo poderoso: su Charmander, convertido en un leal y bravo Charizard; un Pikachu que ansiaba abandonar su bosque y explorar el mundo; un Venusaur que como Bulbasaur había sufrido abuso por parte de su anterior dueño; un Blastoise que buscaba corregir sus errores pasados como un Squirtle ladrón; un Snorlax muy goloso y perezoso; y un Lapras huérfano que había pasado gran parte de su vida en un laboratorio.

    A mitad del camino, el muchacho conoció a una mujer con poderes psíquicos que podía leer la mente y los pensamientos de los pokémon. Y ambos terminaron perdidamente enamorados el uno del otro.

    Reuniendo las medallas, y en el proceso desbaratando los planes de una organización criminal, el muchacho subió hasta la Meseta Añil para luchar contra el Alto Mando, los cuatro entrenadores más poderosos que todo entrenador debía enfrentar. Y tras un fiero duelo contra su mayor rival, él y su equipo se coronaron campeones de la liga.

    Pero el muchacho se sentía vacío. Quería más, aunque sabía que eso no era correcto.

    Siguió combatiendo y combatiendo. Hasta que se dio cuenta de que no podía parar.

    Atemorizado de lo que se estaba convirtiendo, el muchacho se exilió con sus pokémon en una montaña fría e inhóspita, alejándose de sus seres queridos. Y tras ser vencido dos veces por el nuevo campeón, se dio cuenta de que había más en la vida que sólo combatir.

    El muchacho regresó a casa, justo a tiempo para reconectar con su familia y salvar junto a su amada una ciudad-y el mundo entero-de la apocalíptica tormenta provocada por un ave capaz de almacenar y de descargar grandes cantidades de energía.

    Con el mundo volviendo a la normalidad, el muchacho decidió tomarse un descanso para hallarse a sí mismo, con la esperanza de hallar finalmente la manera de ordenar su vida.






    3 de julio.

    El día de la fecha, mis colegas y yo hemos arribado a la enigmática Isla Suprema. Habiendo sido alguna vez la selva de un desaparecido país llamado Guyana, es una de las pocas maravillas sobrevivientes de la tierra antes del tiempo.

    Giovanni, líder del Equipo Rocket, financia nuestra expedición. Cuando se enteró de mis conocimientos y de mi experiencia en el campo de la clonación, decidió suministrarme el dinero y todos los recursos que necesitase para continuar con mi investigación.

    A cambio de su donación, que fue considerablemente generosa, Giovanni me impuso una sola condición: que crease para él una réplica y mejorada del Hijo. Aquel pokémon el cual, según los mitos más antiguos, es el ancestro de todo ser vivo en este planeta.

    Creemos que los misterios que la jungla de esta isla encierra podrán arrojar luz acerca del paradero de este “Hijo”, o por lo menos de su existencia.




    * * *​

    5 de julio.

    Un nuevo tipo de pokémon fue descubierto en el interior de la selva. Su aspecto y su poder no se comparan con nada que se haya visto antes.

    Capturarlo no ha sido tarea fácil. Sus poderes psíquicos, combinados con sus impresionantes reflejos, le han ayudado a responder y a esquivar gran parte de los ataques de nuestros pokémon. De no haber sido por el polvo paralizante del Butterfree de uno de mis afiliados, probablemente hubiese huido.

    Tendremos que levar anclas y llevárnoslo para hacerle unas cuantas pruebas. Es demasiado valioso como para dejarlo ir.




    * * *​

    10 de julio.

    Hemos llamado a este nuevo pokémon Mew por el sonido que emite, que es muy similar al maullido de un Meowth. Blaine, líder de gimnasio de Isla Canela y socio de Giovanni, ha ofrecido su laboratorio para ayudarnos con la investigación.

    Conozco a Blaine desde hace años. Su pasión por los acertijos y los misterios que encierra este mundo es tan ardiente como las técnicas de los pokémon de fuego que entrena. Pero nunca imaginé que se rebajaría a mi nivel trabajando para alguien tan sospechoso y poco confiable como Giovanni.

    No es que pueda culparlo. A veces, por más que el camino de la rectitud sea fácil de seguir, la curiosidad es demasiado tentadora.




    * * *​



    10 de diciembre.

    Llevamos cinco meses de arduo trabajo estudiando a nuestro pequeño amigo. Y mentiría si dijera que no hemos descubierto unas cuantas cosas.

    Mew es una criatura fascinante. Su código genético alberga el ADN de todos los pokémon de la región de Kanto, junto con el de otras que o se consideran extintas o que ni siquiera sabíamos que existían. Es evidente que estamos ante el Hijo del que tanto hablaban las leyendas.

    Giovanni se está impacientando. Exige saber cuándo estará listo el clon que llevo prometiéndole desde que se puso en contacto conmigo. Su deseo es tener y controlar el pokémon más poderoso que el mundo haya visto.

    Yo, por supuesto, busco algo más valioso. Mucho más valioso.




    * * *​


    1 de enero.

    Siempre revivo en mis sueños aquella noche. El frío invernal que sirve como preludio a la navidad, antes de que el reloj dé las doce. La fuerte fricción de las ruedas sobre el pavimento al girar con mis manos el volante para tomar un atajo a casa. Y el seco y escalofriante chirrido de hierros crujiendo al ser llevados por delante por un camionero alcoholizado. Aquel que puso fin a nuestra felicidad. A tu vida.

    Te arrebataron de mí, Amber. Este mundo frío y cruel te arrebató de mí sin ningún sentido. Me negué en su momento a que tu existencia terminase de esta manera. A que no fueses más que una página en blanco.

    Por eso reviví y preservé tu consciencia, manteniéndola viable hasta que fuese posible finalizar el proceso.

    Y por fin, después de tantos años de sufrimiento, lo he conseguido. Te he resucitado, Amber; has vuelto a nacer mediante el milagro de la clonación.

    La sangre de Mew, combinada con sus ondas cerebrales, me ha permitido darte un nuevo cuerpo. No será sencillo hacerte recordar tu vida pasada, pero me tomaré el tiempo que sea necesario con tal de ayudarte a lograrlo. Mi único pesar es que tu madre no se haya quedado para verte otra vez.

    Pero por ahora, y hasta que no estés lista, debo continuar con las pruebas en Mew. Porque si para principios del próximo mes no hemos hecho algún progreso, Giovanni no estará de buen humor.




    * * *​

    20 de enero.

    Un fracaso. Es un completo fracaso.

    Todos nuestros intentos por clonar a Mew han sido infructuosos. Las copias no duran más de unos segundos al aire libre antes de degenerarse, convirtiéndose en una masa informe pero todavía consciente capaz de adoptar la forma de todo ser u objeto que le llame la atención, habilidad que sin duda han heredado de su padre biológico. Y ahora temo que Amber pueda sufrir el mismo destino cuando salga de su tubo.

    Estos seres son demasiado débiles. Imperfectos. Inestables. Giovanni pensará que le estamos tomando el pelo. Hasta que sepamos qué hacer con ellos, lo mejor será encerrarlos en un lugar seguro.

    Se nos acaban los fondos, y el tiempo también. Pero Blaine no planea rendirse hasta que hallamos hecho realidad nuestra visión. Y yo tampoco.




    * * *​



    6 de febrero.

    Hemos obtenido un pokémon perfecto gracias a Mew. Lo hemos llamado Mewtwo.

    Blaine y yo hemos decidido añadir nuestras células a la mezcla para estabilizar el proceso de clonación. Suponemos que el infante será de esta forma sumiso a lo que le ordenemos una vez haya terminado de desarrollarse, viéndonos como sus padres.

    Mewtwo posee un poder increíble. El electroencefalograma ha revelado unas ondas cerebrales que superan con creces a las de Mew. Y parece que Amber y él han empezado a...hablar.

    Mew no parece querer hablar con ellos. Es como si odiara a Mewtwo tanto como odia el no ser libre. Me apena verlo así, pero no hay nada que pueda hacer. Hay ciertos sacrificios que la ciencia debe hacer por el bien de la humanidad.

    Giovanni ha quedado complacido. Y eso es lo único que importa por ahora.




    * * *​

    21 de agosto.

    Mewtwo y Amber parecen haberse vuelto muy cercanos, especialmente desde que les sacamos de sus tubos de ensayo. A donde va uno, va siempre el otro.

    Observan todo. Preguntan por todo. Y todo les parece maravilloso.

    Pero Mewtwo también está sufriendo. Giovanni ha exigido que aumentemos las inyecciones de epinefrina y de adrenalina para incrementar sus poderes. Y Blaine está de acuerdo con ello.

    He intentado convencerlos de que si seguimos con las inyecciones podría morir. Nuestras pruebas con los prototipos fallidos lo han confirmado.

    Pero se han negado a escucharme. Y lo que es peor, me han alejado de él y de mi pequeña. Se han adueñado del trabajo de mi vida.

    Nunca debí aceptar la ayuda de ninguno de ellos. Ahora mi pequeña Amber ha pasado a ser una propiedad, un producto. Y toda la culpa recae en mí.




    * * *​



    1 de septiembre.

    Mewtwo es demasiado poderoso. Su fuerza y sus malos instintos se han escapado de nuestras manos.

    Ha destruido todo el laboratorio. Ha matado a casi todos mis compañeros, y ha huido junto con Amber. Algo me dice que nunca los volveré a ver.

    Sólo Blaine y Mew siguen con vida. El primero parece haberse dado cuenta del gran error que cometió al separarme de ellos. Es una pena que ya sea demasiado tarde como para enmendar el daño provocado.

    Pero todavía hay una oportunidad para solucionar esto. Tan sólo debemos huir antes de que el helicóptero de Giovanni llegue para ver lo que ha ocurrido.




    * * *​



    6 de septiembre.

    Hemos devuelto a Mew a la Isla Suprema, donde podrá sanar y mantenerse oculto para no volver a caer en manos del hombre. El pequeño parece haber sentido nuestro arrepentimiento, y nos ha despedido agradeciéndonos telepáticamente, antes de perderse en lo más profundo de la selva.

    Con gran dolor y pena por todo lo acontecido, dejamos esta tierra sagrada en paz. Si un humano vuelve aquí alguna vez, estoy seguro de que tendrá un gran corazón. O al menos más grande que el nuestro.

    Y con esa esperanza, nos marchamos.





    -Maldición, ¡¿por qué, por qué, por qué?!.

    Proton miró impaciente el pequeño reloj digital que llevaba puesto en su muñeca. Las manecillas del mismo indicaban que en menos de cuatro minutos se harían las doce de la noche. Las fuertes corrientes marítimas habían provocado que el tiempo del cual disponían originalmente se redujese notablemente.

    A pesar de que las luces subacuáticas delanteras del minisubmarino dentro del que se encontraban se hallaban encendidas y funcionando a máxima potencia, la oscuridad del océano nocturno les seguía rodeando. En más de una ocasión se habían chocado involuntariamente con bancos de Tentacool, que les habían expulsado muy enojados con potentes Hidropulsos. El hecho de que su transporte hubiese soportado tanto maltrato era sin lugar a dudas sorprendente.

    Una parte de él odiaba tener que realizar aquella operación a esas horas de la noche. La otra comprendía perfectamente que, si querían hacer lo que debían hacer sin llamar la atención de las autoridades locales de Pueblo Oromar, no había una mejor alternativa. La noche sería su aliada a la hora de cubrirles.

    -Firework 04 en posición-anunció por fin el joven soldado Rocket a cargo de los controles del monitor.

    -Apaga los propulsores y enciende las vejigas de flotación-ordenó Proton cruzado de brazos-.Y hazlo despacio. No vaya a ser que terminemos dándole a algún Tentacruel.

    -Crucero Rocketto, aquí Firework 04-dijo por radio el soldado de antes mientras hacía lo que se le había ordenado-. Ya estamos en posición. Estamos comenzando el ascenso.

    Una indómita y torrencial lluvia les recibió al alcanzar la superficie, tal y como se esperaban que ocurriera. Segundos más tarde, un enorme rayo cayó en la distancia para iluminar momentáneamente la totalidad de la solitaria ruta 131, revelándoles la ubicación de sus objetivos.

    -Santo cielo-alcanzó a musitar la recluta Rocket que se hallaba con ellos-. ¡Groudon y Kyogre!

    En efecto así lo eran. Habiendo sido alguna vez las deidades representantes de la tierra y del mar, los cadáveres de los dos titánicos pokémon legendarios Groudon y Kyogre permanecían todavía petrificados, con una eterna expresión de horror mezclada con rabia en sus congelados rostros.

    -Muy bien, Tara y Kenzo conmigo-imperó Proton dirigiéndose a la recluta y al tercer y musculoso hombre que les acompañaban. Luego se giró nuevamente hacia el soldado sentado frente a los controles-. Luke, tú te quedas aquí quieto y calladito hasta que yo lo diga. Si algo nos pasa, te largas pitando de aquí, ¿comprendes?

    -Sí-contestó Luke asintiendo con la cabeza, al mismo tiempo que alejaba sus manos del tablero.

    Montados en sus respectivos Golbat y resistiendo la potente caída de la lluvia, el ejecutivo y los dos soldados volaron hasta alcanzar la gran cresta de Groudon. Tenían que actuar pronto si querían evitar pillarse una neumonía o algo peor.

    -Terminemos con esto ya mismo-pidió Tara sacando de su ball a su Beedrill, quien voló zumbando inmediatamente hacia Kenzo-. Dicen que los Sharpedo de por aquí se vuelven más activos a estas horas.

    -No es de los Sharpedo de quienes debemos preocuparnos, sino de los terrores alados-objetó Kenzo muy asustado mientras ataba al cuello del Beedrill un collar que sostenía un diminuto y destapado frasco-. Si son tan feroces como dicen los rumores, nos despedazarán antes de que nos demos cuenta.

    -¡Ya dejen de hablar sobre cuentos para espantar niños de dos años y cerciórense de que ese condenado insecto tome rápido las muestras!-espetó furioso Proton, avergonzado de que un hombre tan corpulento como Kenzo tuviese una actitud tan infantil-¡Sus estupideces me fastidian mucho más que esta lluvia!

    -Los terrores alados no son un cuento, Proton-negó Kenzo a la vez que vigilaba a Beedrill. El intrépido pokémon abeja había realizado una leve perforación con sus aguijones sobre la rocosa piel de Kyogre, para luego acercarse de modo tal que el pequeño hilo de sangre aún fresca cayese dentro del frasco-. Los medios dijeron que los últimos cazadores de tesoros que pasaron por aquí con sus pokémon desaparecieron. Una semana después hallaron sus restos en la orilla de la playa de Ciudad Algaria. Si no queremos correr el mismo destino, tendremos que largarnos apenas tengamos las muestras. ¡Estamos en aguas sagradas!

    -¡Idiota!-vociferó su jefe colérico-¡Ese tipo de accidentes con pokémon salvajes en el mar ocurren todo el tiempo! Actúas como si no nos hubiésemos metido en sitios sagrados antes. ¡Tontas supersticiones no son obstáculo para el Equipo Rocket!

    Cubriéndose la cabeza y la gorra reglamentaria con ambas manos para aguantar los fuertes golpes que recibía por parte de las gotas de agua, y sin prestar mucha atención a la discusión que había dado lugar entre su superior y su compañero, Tara se atrevió a desviar su atención hacia donde menos quería mirar: a unos cuantos kilómetros de distancia y en dirección norte, el ancestral Pilar Celeste se alzaba imponente desde la isla sobre la que había sido edificado. Los constantes relámpagos, el retumbo de los truenos a la distancia, la insistente caída de la lluvia y la ausencia de la luz de la luna brindaban a la antigua y venerada torre un aspecto lúgubre y siniestro.

    Una sonrisa de alivio se dibujó en sus labios cuando su Beedrill, habiendo terminado de tomar la sangre de Groudon, volvió hacia ella para que pudiese tomar el frasco y taparlo. Finalmente podían irse de allí.

    -Con que al fin el inútil de tu pokémon sirve para algo, Tara-refunfuñó Proton medianamente complacido, recordando las constantes veces que el Beedrill de su recluta les había hecho fracasar un robo. Luego miró hacia abajo y vociferó-¡Luke, ya hemos terminado aquí! Prepárate para…

    Se oyó un estridente y escalofriante gruñido, seguido del rompimiento del viento y un grito desgarrador que les forzó a darse la vuelta: Kenzo había sido raptado por dos gigantescas y espeluznantes siluetas aladas las cuales, a juzgar por sus dimensiones, parecían un quiróptero y un ave de gran tamaño.

    Temeroso y tembloroso, Proton se vio forzado a tomar la linterna en su cinturón para alumbrar y ver qué estaba ocurriendo. Y lo que la luz le reveló le dejó sin palabras: se trataba de una Noivern y una Altaria que coordinaron sus fuerzas para tironear de los brazos y de las piernas del indefenso Kenzo hasta partirlo en dos, produciendo un sonido espantoso. Las entrañas de su víctima, al igual que las poké balls que contenían a sus pokémon, se desparramaron y hundieron en las oscuras aguas, donde pasarían a ser el festín de los Carvanha y Sharpedo que acechaban en los alrededores.

    -¡CARAJO!” exclamó con el rostro empalidecido para luego girarse hacia Tara-¡Toma el frasco y váyanse!

    Tras ver a Tara guardando a su Beedrill para planear hasta el submarino con su Golbat, el ejecutivo Rocket agarró una de sus poké balls y se preparó para plantarle cara a la Noivern y a la Altaria: las dos pokémon dragón, que ya habían soltado el inmóvil aunque todavía caliente cuerpo de Kenzo, le miraban con un genuino y palpable odio.

    -¡Veamos si también se atreven a hacerme lo mismo a mí, reptiles sobrealimentados!-es desafió con soberbia, listo para lanzar su cápsula contenedora al aire a pesar del agua que seguía empapándole-¡VAMOS, WEE…!

    Pero Weezing nunca fue enviado a combatir. Sintió una súbita cuchillada sobre su mano izquierda, seguido de algo que se desprendía de ella. Le tomó unos segundos procesar y reconocer con su cerebro que una resplandeciente ráfaga hecha a partir de energía eólica había rebanado con un corte impecable sus dedos, desde las falanges hasta los huesos metacarpianos. Cinco chorros de sangre emergieron de las zonas amputadas, sin intención alguna de detenerse.

    Instintivamente tapó la zona amputada con su mano derecha, hallándose a sí mismo incapaz de gritar a pesar de sentirse dominado por una agonía indescriptible. Y mientras densas y amargas lágrimas se escurrían por sus mejillas, oyó un fuerte y seco resoplido detrás suyo. Algo le estaba respirando en la nuca.

    Reconociendo que no tenía otra opción y con el corazón dándole un vuelco, se volteó para mirar hacia atrás, encontrándose con una descomunal cabeza de escamas azul oscuro y crestas anaranjadas que, dedicándole una mirada fría y asesina, abrió frente a él sus grandes mandíbulas, emitiendo un terrorífico y ensordecedor rugido.

    Soltando por fin el grito que llevaba unos cuantos segundos reteniendo en su garganta, se agachó y rodó velozmente por el suelo justo cuando el Salamence expulsaba un deslumbrante y enceguecedor Hiperrayo, y sin esperar a que recargase bajó deslizándose por la barriga de la colosal tumba de Groudon, esquivando por escasos centímetros un mortal Pulso Dragón combinado por parte de la Altaria y de la Noivern, que se habían lanzado tras él.

    Con los tímpanos todavía zumbándole, llegó hasta las rodillas de las patas traseras de la gran estatua, donde para su incredulidad, y pese a que apenas podía ver algo, notó que tanto Luke como Tara parecían estar esperándole sentados dentro el minisubmarino, paralizados por el terror.

    -¡NO SE QUEDEN AHÍ!-espetó tanto enfurecido como muerto de miedo-¡SAQUEN ESO DE AQUÍ Y LLÉVENSELO A GIOVA…!

    Un pavoroso rayo cayó a lo lejos alumbrando la zona, y fue en ese preciso instante en el que Proton presenció cómo un gigantesco pokémon terópodo de escamas color rojo pardo, plumas blancas y púas anaranjadas emergía velozmente de entre las aguas, soltando un reverberante rugido que sonaba tan fuerte como el trueno que acompañó su terrorífico acto de aparición.

    Un angustiante alarido escapó de sus cuerdas vocales mientras las enormes mandíbulas del tiranosaurio se abrían y cerraban sobre su cabeza y cuello, y cuando sus duros y afilados dientes aplastaron sus vértebras cervicales como si fuesen papel desechable, en su último segundo de estadía en el mundo terrenal vio pasar toda su vida frente a sus ojos. Una vida vacía y sin sentido, con nada más que vicios banales y fracasos que nunca condujeron a un triunfo significativo.

    -¡SUMÉRGENOS LUKE, SUMÉRGENOS!-imploró entre sollozos Tara, apartando la vista en el preciso instante en el cual el Tyrantrum masticaba la cabeza de Proton para después escupirla con asco y repulsión, como si hubiese probado algo en mal estado.

    Luke obedeció ipso facto replegando las vejigas de flotación y logrando que el Firework 04 se zambullese nuevamente, salvándoles a duras penas de la ira de los cuatro temibles reptiles. Lo último que alcanzó a ver mientras dejaban atrás la superficie para retornar escondidos al punto de origen fue la repentina aparición de un quinto ser en medio de la tormenta: un alado y largo pokémon serpentiforme de ojos dorados, escamas verdes y dibujos de anillos con un fulgor amarillento que, en lugar de perseguirles, se aprestó a rescatar a los pokémon atrapados en las balls de Proton y de Kenzo de una muerte segura.

    Apartando de sus ojos los prismáticos con los que llevaba un largo rato presenciando la mórbida escena, y con Goodra a su lado, Zinnia reflexionó acerca de lo que acababa de acontecer mientras el resto de su equipo regresaba con ella a la cima del Pilar Celeste: ¿Quiénes eran esas personas? ¿Qué querían con Groudon y con Kyogre y qué habían extraído de ellos? De una u otra forma, ya no podría perseguirles ni con Rayquaza ni con ninguno de sus compañeros a través de semejante clima, y mucho menos bajo el agua.

    A dondequiera que se dirigiesen debía de ser afuera de su territorio, lejos del archipiélago de Hoenn. Y como cronista del Clan Meteoro y guardiana del Pilar Celeste, no podía abandonar su tierra natal. Por ahora había cumplido con su deber comandando desde lejos el ataque, y con eso, le habría dicho Rayquaza, era con lo que debía de conformarse.

    En cierta forma no podía sentirse un poco culpable por las muertes de aquellos hombres. Pero nadie podía internarse en aquella ruta o tocar aquellas estatuas durante la noche. No en su guardia.

    La última vez que unos desconocidos se habían atrevido a merodear o a profanar la torre y sus alrededores, el precio terminó siendo la vida de la persona a la que más amaba en el mundo. Y nunca permitiría que algo similar volviese a suceder.

    Nunca jamás.
     
  2. Threadmarks: Capítulo 1: Los Vientos del Cambio
     
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    Drama
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    MEWTWO DESENCADENADO

    Capítulo 1: Los Vientos del Cambio



    Evolución. El elemento clave para el desarrollo y la supervivencia de todo ser vivo, presente desde el origen del universo.

    ¿Pero a qué llamamos evolución exactamente en el campo de la biología? Pues al proceso de cambio, o a la serie de cambios, dentro de un espécimen o especie con el pasar del tiempo.

    Desde que el ser humano es...bueno, humano, nuestro proceso de evolución es bastante simple: nacemos, crecemos, nos reproducimos y eventualmente nos morimos.

    Pero existe otro tipo de evolución. Uno que ha sido el objeto de estudio de toda mi carrera, así como también es la razón por la que todos han acudido hoy a este templo del saber: La evolución pokémon.

    A diferencia de nosotros los humanos, los pokémon evolucionan de forma instantánea, mediante factores diversos, externos e independientes del pasar del tiempo: la obtención de experiencia al combatir. La exposición a alguna piedra u objeto, o a un hábitat y clima determinados. La creación o el refuerzo del lazo de amistad y de confianza que comparte con su dueño, o con su entrenador. El ser intercambiado de un dueño al otro.

    Existe un gran número de pokémon cuya familia evolutiva consiste de dos o tres fases. En algunas circunstancias, la segunda o tercera fase puede conducir a más de una posible evolución. Pero, ¿cómo explicamos entonces los casos de pokémon que, hasta donde sabemos, no evolucionan y permanecen igual por el resto de sus vidas? ¿Cómo podemos hallar la lógica en los casos de los que, gracias a nuestros estudios científicos e históricos, hemos catalogado como pokémon legendarios?

    ¿Debemos suponer que los pokémon que evolucionan lo hacen no sólo porque les sirve para fortalecerse, sino también para madurar? ¿Que los pokémon fosilizados se extinguieron hace millones de años porque su evolución no fue suficiente para madurar y adaptarse? ¿Que los ya mencionados pokémon legendarios no evolucionan porque ya son seres maduros y completos?

    Y todavía más importante: teniendo todas las interrogantes anteriores en cuenta, ¿cómo podemos explicar a su vez el fenómeno que en las regiones de Kalos y de Hoenn se conoce como la mega-evolución? ¿Qué motivo puede haber para que un pokémon ya evolucionado, un ser que puede considerarse completo por haber alcanzado su última etapa de desarrollo evolutivo, dé un paso más allá para alcanzar aunque sea por un instante un estado incluso mayor, más poderoso y más apto para el combate?

    Gracias a los estudios realizados por mi antiguo discípulo, el profesor Augustus Sycamore, pensamos por unos cuantos años que existían única y en total cuarenta y dos mega-evoluciones entre los pokémon. Pero desde la aparición de Mega Latios, Mega Latias y Mega Rayquaza tenemos registradas cuarenta y cinco, lo que nos lleva inevitablemente a deducir que todavía existen más allá afuera que aún no se han descubierto.

    Lo cual nos lleva a preguntarnos exactamente cuántas mega-evoluciones existen en total. ¿Por qué son temporales a diferencia de las otras etapas evolutivas? ¿Cuándo y dónde se originaron? ¿Y qué relación guardan con el lazo afectivo que se forma entre un humano y su pokémon?

    Éstas y más preguntas son las que intentaremos contestar a lo largo de este curso, y espero que se mantengan al día con la teoría obligatoria que leeremos juntos a lo largo del año si su deseo es aprobar.

    Sin mucho más que decir, mis queridos aspirantes a profesores, enfermeros y entrenadores, sólo me queda concluir con las siguientes palabras: soy el profesor Rowan. Y sean bienvenidos al fascinante mundo de la biología pokémon.






    -Bueno, los medios podrán llamarlo apático todas las veces que quieran, pero sí sabe hacer un buen discurso de apertura-comentó la mujer pelirroja finalmente apartando su vista del televisor, dándole un sorbo a su café-. De seguro da miedo el verle en persona, ¿no lo ves así?

    Red no supo qué responder. Terminó de beber el café que la señora le había servido y apoyó suavemente la taza sobre la mesa mientras tragaba.

    -Puede ser-reconoció al cabo de unos segundos. Luego miró el reloj en la pared y se levantó de su asiento-. Creo que ya debería irme, o llegaré tarde.

    -Supongo que sí-admitió ella finalmente notando perpleja la posición de las manecillas. Luego se puso de pie-. El barco zarpará en cualquier momento, a juzgar por la hora.

    El joven entrenador de cabello y ojos castaño oscuro respiró profundamente mientras salían al exterior, contemplando con un cierto dejo de nostalgia la pequeña playa que se extendía más adelante. Pese a que llevaba más de una década sin visitarla, la Isla Quarta del archipiélago Sete se había mantenido bella e inalterada por el avance del desarrollo urbano de las grandes ciudades, volviéndose prácticamente indistinguible de cómo la recordaba.

    -¿Estás segura de que Lapras estará a gusto aquí?-preguntó finalmente a su anfitriona al mismo tiempo que veía cómo el pokémon plesiosaurio le miraba a los ojos muy contento, desde el lago en el que se encontraba nadando-Nació y creció en cautiverio. No sé si la pasará muy bien con los de su raza.

    -Los Lapras de la Cueva Glaciada son muy pacíficos y sociables, Red-retrucó la mujer empujando sus lentes para atrás con completa seguridad, guardando la poké ball que Red le había entregado en un bolsillo-Debería saberlo, después de todo fue allí donde conocí al mío. Además, si pasó tanto tiempo allí arriba en esa montaña contigo, se adaptará fácilmente a las aguas frías de la caverna.

    Red caminó hasta Lapras para acariciar con afecto su hocico. Todavía le costaba trabajo creer que aquel pokémon bebé, que un científico de Silph S.A. le había entregado tantos años atrás, ahora era un enorme reptil marino cuyo gigantesco caparazón se había vuelto tan duro como el diamante, exhibiendo con orgullo leves abolladuras y otros recuerdos similares que muchos fieros oponentes le habían dejado tras varios encarnizados duelos. Al igual que su dueño, ya era un adulto joven hecho y derecho.

    -Pásala bien allí dentro con tus amigos-le susurró al oído-, y relájate. Volveré por ti en un mes y entonces reanudaremos el entrenamiento para el PWT, te lo prometo.

    Lapras le respondió emitiendo un cántico que sonaba igual a una alegre y a la vez melancólica melodía, esbozando una sonrisa. El saurio estaba tanto entusiasmado por conocer a su nueva manada como también triste por el tiempo que pasaría lejos de su entrenador.

    -Gracias por la oferta, Lorelei-dijo girándose para reunirse nuevamente con la pelirroja-. Nunca fuimos muy cercanos, pero este gesto de tu parte significa mucho.

    -Ey, no olvides que fuiste tú quien me ayudó a proteger a mis helados amigos de esos granujas de los Rocket años atrás-le recordó la experta en pokémon de hielo levemente disgustada-. Tal vez ya no forme parte del Alto Mando, pero nunca olvido ni rostros ni nombres. Y mucho menos favores.

    Red esbozó una sonrisa tímida repleta de gratitud que desapareció tan pronto como dio acto de aparición, pero que le dijo a Lorelei todo lo que necesitaba saber. Todavía tenía problemas para abrirse con palabras ante todo aquel que no fuese su propia madre.

    -Asumo que de aquí volverás directamente a Kanto, ¿verdad?-preguntó Lorelei confundida, cambiando el tema de conversación.

    -Algo así, aunque primero tendré que hacer una pequeña parada en Isla Prima-reconoció él-. Celio quiere que pase a visitarlo. Dice que tiene algo para darme.

    -En ese caso mándale saludos de mi parte-pidió ella-, y dile a él y a Bill que vengan aquí más seguido. Nos vendría bien alguien que revisase por qué la señal de Wi-Fi en la isla es tan débil últimamente.

    Red asintió con la cabeza, y tras un firme apretón de manos se despidió de Lorelei y de Lapras, corriendo rápidamente hacia el barco. Y mientras uno de los marineros le acompañaba hasta su respectivo camarote, sintió la poké ball de Charizard estremeciéndose dentro de su bolsillo. Sabía mejor que nadie lo mucho que el lagarto alado extrañaría al plesiosaurio dado el hecho de que le veía como a su hermano menor.

    -¡Todos a bordo!-gritó el capitán mientras los pasajeros abordaban junto a sus pokémon sin prisa pero sin pausa-¡El Surcamar Veloce partirá en breve!




    -¡Golem, Roca Afilada!-imperó Roark con determinación.

    -¡Shuriken de Agua!-ordenó Serena señalando al objetivo con ímpetu.

    Greninja obedeció y dio un gran salto, esquivando justo a tiempo la lluvia de filosas rocas que Golem disparó desde su cuerpo. Acto seguido, y todavía en el aire, generó a partir de la saliva en sus manos dos brillantes y puntiagudos shurikens que lanzó velozmente contra su oponente. Un milisegundo después creó un segundo par y lo arrojó en la misma dirección.

    Golem intentó evitar el ataque poniéndose a rodar, pero para su desgracia, y antes de que pudiese siquiera moverse, todas y cada una de las estrellas ninja impactaron contra su rocoso caparazón, produciendo una serie de pequeñas pero estruendosas explosiones que pararon en seco su huida. Con sus fuerzas agotadas, y sintiendo cómo su piel ardía a causa del agua que había penetrado su piel, cayó debilitado al suelo.

    -¡Golem ya no puede continuar!-anunció el réferi alzando su bandera justo cuando Greninja aterrizaba-¡Greninja es el ganador!

    -¡Muy bien hecho, amigo!-le aplaudió Serena desde afuera del campo de batalla, muy contenta con el desempeño de su pokémon inicial-¡Has estado sensacional!

    Greninja se limitó a asentir con la cabeza y a cerrar los ojos halagado. Estaba feliz de que su entrenadora siempre reconociese y se regocijase con sus sorprendentes reflejos.

    -¡Greninja, Greninja, al mal no acobija!-gritó Shauna efusivamente, celebrando la victoria de la rana ninja y agitando dos grandes pompones naranjas. La chica de ojos verdes, cabello marrón oscuro y piel morena se hallaba en compañía de su Delcatty, quien al igual que ella agitaba un pompón naranja, pero con su cola-¡Greninja, Greninja, mandíbulas desenclavija!



    Ese Greninja es demasiado veloz”, pensó Blue apoyando involuntariamente su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Serena. El joven líder de gimnasio estaba atónito con el desempeño de la rana ninja, “Casi ni me di cuenta de que había abandonado el suelo. Tal vez Blastoise podría aprender uno o dos trucos con él.”

    -Muy bien-dijo Rowan a sus estudiantes. El sesentón y barbudo profesor pokémon se encontraba presenciando el combate desde las gradas como parte de una excursión escolar-, ¿quién puede decirme por qué Golem perdió la batalla?

    -¿Porque la salinidad del agua en los shurikens de Greninja es perjudicial para su piel?-se atrevió a preguntar un niño.

    -Exactamente, Hugo-retrucó el profesor muy conforme con la respuesta. Luego preguntó-. ¿Y eso es porque…?

    -Porque es letal, profesor-elaboró Hugo-. Un pokémon de roca o de tierra puede beber y nadar en agua dulce o salada sin ningún problema. Pero el aliento hídrico, la saliva y demás técnicas acuáticas de un pokémon de agua poseen una estructura molecular muy distinta. Una que al hacer en contacto con la piel de un pokémon de roca o de tierra…

    -Termina causando una reacción y un daño iguales al agua caliente o corrosiva-completó su maestro-. ¡Correcto!

    -Debo reconocértelo, Serena-jadeó Roark mientras hacía retornar a Golem a su poké ball. El líder de Ciudad Pirita estaba tanto agotado como entusiasmado por la intensidad del duelo que estaba teniendo con la muchacha de Kalos-. ¡Eres excelente entrenando pokémon! Hacía tiempo que no tenía un combate así.

    -Muchas gracias-replicó Serena con una sonrisa-¡Tú tampoco eres fácil, Roark!

    -Ahora no tengo dudas de por qué ganaste la liga de Kalos. Pero es tiempo de que te muestre mi as bajo la manga-anunció él tomando de uno de los bolsillos de su pantalón una ultra ball que, tras terminar de hablar, la lanzó al aire-¡Cuento contigo, Tyranitar!

    Tyranitar emergió de su poké ball pisando fuertemente la arena con sus fornidas patas traseras. El pokémon dinosaurio bípedo y de armadura verde identificó inmediatamente a Greninja como su adversario, dedicándole una mirada cargada de furia en un intento por intimidarle.

    Greninja no se dejó amedrentar. En su lugar, relajó los músculos de su cuerpo y se concentró, aguardando tanto las instrucciones de Serena como el primer movimiento de su rival.

    -¡Tyranitar, activa tu habilidad Chorro Arena y libera tu verdadero poder!-dirigió Roark tocando la pequeña piedra activadora incrustada en su casco de construcción-¡MEGA-EVOLUCIONA!

    Tyranitar rugió expulsando arena por los agujeros en su pecho, en su espalda y en los bíceps de sus piernas, generando una densa nube de arena que cubrió el campo por completo mientras su cuerpo era bañado en el resplandor magenta emitido por la tyranitita que llevaba a modo de colgante.

    Las púas en su cabeza formaron una gran cresta con un cuerno, mientras que la placa en su torso se expandió para curvarse sobre sus hombros y generar tres largas espinas que se extendieron hasta su espalda. Y de la misma manera que las escamas azules en su estómago, sus ojos adquirieron una coloración rojo sangre, producto de la energía que ahora hervía y corría por sus venas.

    Serena se percató de que la tormenta había aumentado su densidad exponencialmente. La mega-evolución había otorgado al Tyranitar de Roark una mayor cantidad de huecos, por los cuales podía liberar todavía más arena a presión.

    Mega Tyranitar, la forma mega-evolucionada y blindada de Tyranitar”, oyó Shauna decir a su pokédex, “La tremenda fuerza de la mega-evolución desgarra la espalda de Tyranitar y le vuelve más violento que de costumbre. Se mueve guiado tan solo por sus instintos destructivos, y es difícil saber si oye las órdenes de su entrenador.”

    -Y yo que pensaba que esos pokémon daban suficiente miedo en su forma base-reflexionó Blue en voz alta y de brazos cruzados, procesando la información escuchada y con sus ojos clavados en Tyranitar.

    -¡No pierdas ni un segundo, Greninja!-ordenó Serena a su pokémon, preocupada por su bienestar-¡Utiliza Hidrobomba!

    Greninja guardó la lengua dentro de su boca, y de la misma echó raudamente un gran chorro de agua a presión que se dirigió a Tyranitar con la velocidad de una bala.

    -¡Danza Dragón!-imperó Roark sin asustarse ni un poco.

    Tyranitar inclinó el cuello hacia la izquierda, evadiendo sorprendentemente la Hidrobomba de Greninja, que siguió de largo hasta disolverse en el fuerte viento levantado por la tormenta; después de eso, empezó una danza improvisada pero rítmica, y como resultado su cuerpo se vio envuelto en un aura escarlata que fortaleció y alargó sus garras y colmillos, afinando al mismo tiempo su velocidad.

    -¡Rápido Greninja, Doble Equipo!-exigió Serena viendo el peligro inminente que suponía la danza de Tyranitar.



    Greninja resistió e intentó hacer caso omiso a cómo la tormenta de arena había empezado a zarandearle, lastimando su húmeda y sensible piel anfibia. Concentrándose, se echó a correr generando con su energía marina y siniestra un grupo de clones espejismo para que lo cubriesen, de modo tal que Tyranitar no pudiese saber de dónde le vendría su próximo ataque.



    Tyranitar se mantuvo impertérrito ante dicho suceso. Esperó a que los clones de Greninja estuviesen más cerca de él, y cuando sintió que éstos estaban a la distancia ideal se preparó para acatar la orden que sabía pronto recibiría.

    -¡Greninja, Shuriken de Agua!-ordenó Serena.

    -¡TYRANITAR, FUERZA BRUTA!

    Tyranitar actuó ipso facto, e interceptando con sus garras al que estaba convencido era el Greninja verdadero procedió a propinar un demoledor golpe en el vientre de su adversario, rompiendo su concentración y causando que sus clones se desvaneciesen, poniendo fin a la ilusión.

    Greninja cayó al suelo de rodillas, llevándose ambas manos al vientre a causa del dolor. Si bien no era la primera vez que recibía una paliza por parte de un oponente mucho más fuerte que él, la fuerza y la astucia de aquel Tyranitar lo habían pillado con la guardia baja.

    -¡Ahora usa Roca Afilada!-agregó Roark.

    -¡Greninja, sal de ahí!-suplicó Serena viendo el estado de su inicial.

    Pero la rana ninja no pudo ponerse de pie. Tyranitar, aprovechando el predicamento de su adversario, respiró profundo y disparó desde sus agujeros una lluvia de piedras como proyectiles que mandaron a volar e hirieron severamente a Greninja, con varias de ellas clavándose en todo su cuerpo y causándole un dolor atroz.

    -¡Parece que Greninja está en problemas!-exclamó Shauna angustiada. Su Delcatty soltó un maullido que denotaba una preocupación idéntica.

    -¡Greninja, si puedes oírme usa Hierba Lazo!-pidió Serena cada vez más temerosa.

    -Es inútil, Serena-dijo Blue-. La batalla se decidió en el momento que ese Tyranitar usó su Danza Dragón. Greninja no aguantará un golpe más.

    -¡Tyranitar, finaliza con Terremoto!-guió Roark a su pokémon.

    Greninja hizo un último intento por levantarse, tratando de demostrar que podía seguir luchando. Pero cuando las ondas sísmicas controladas de Tyranitar le alcanzaron, sintió una presión aplastante a lo largo de su cuerpo, que combinada con la de la tormenta extinguió la poca energía que le quedaba. Finalmente, y sin poder aguantar más, se derrumbó sobre el ahora árido suelo, donde dejó de moverse.

    -¡Greninja ya no puede continuar!-volvió a hablar el réferi bajando su banderín-¡Mega-Tyranitar es el ganador!

    -Atención estudiantes, guerra estratégica básica-dijo Rowan-. ¿Quién puede decirme por qué Greninja perdió pese a tener la ventaja de tipo?

    -Porque Greninja posee muy bajas defensas que le dejan a merced de la tormenta de arena, profesor-respondió una niña que había levantado la mano-. Y con Danza Dragón, Mega Tyranitar se vuelve mucho más fuerte y rápido.

    -Correcto Isabella, correcto-le concedió el profesor para luego dirigirse al resto del grupo-. Y los demás, espero que estén tomando notas de todo esto.

    -¡Regresa!-exclamó Serena devolviendo a Greninja a su poké ball. Acto seguido besó la cápsula contenedora y le susurró gentilmente a su inicial-No te aflijas amigo, estuviste magnífico como siempre. Es solo que no podemos ganarlas todas.

    La joven campeona de Kalos guardó la ball de Greninja en su bolso, y dedicándole su total atención al Tyranitar de Roark mandó a combatir a su siguiente pokémon.

    -¡Tú puedes, Lucario!-dijo arrojando una nueva ball al campo.

    Lucario salió de su receptáculo aullando y aterrizando en el suelo tanto con sus patas como con su puño izquierdo. El pokémon chacal estaba más que encantado de lucirse frente a los ojos que le observaban.

    -¡Vamos a darle con todo, Lucario!-dijo su entrenadora encendiendo la piedra activadora del mega-aro que llevaba en su muñeca izquierda-¡MEGA-EVOLUCIONA!

    Lucario soltó un aullido todavía mayor mientras la energía de la lucarita empezaba a transformar su morfología y su estructura ósea. Grandes picos brotaron de sus manos y pies mientras el pelaje color crema en su pecho aumentaba hasta cubrir tanto su cuello como su espalda y su cola. Y los dos pares de sensores en su nuca se separaron, alargándose y adquiriendo una coloración rojiza en las puntas.

    La pokédex de Shauna volvió a activarse, procediendo a hacer su trabajo tal cual lo dictaba su programación.

    Mega Lucario, la forma mega-evolucionada y guerrera de Lucario. La mega-evolución expande su aura fundiéndose con ella y recorriendo su cuerpo para dejar unas profundas marcas negras en su piel, despertando su instinto guerrero. Obedece a este último en este estado y no tiene piedad con sus enemigos.”

    -No te confíes sólo por la ventaja de tipo-le recomendó Blue a Serena-. Recuerda que tras esa Danza Dragón Tyranitar será igual o todavía más rápido que Lucario.

    -No temas, lo sé-le respondió ella con confianza y dándole un pequeño beso en la mejilla, causando que su novio se ruborizase.

    -Vaya, tu amigo es muy inteligente-comentó Roark con cierta socarronería antes de abrir fuego. Luego se puso serio-. ¡Tyranitar, vamos con otro Terremoto!

    Serena cerró los ojos y respiró profundamente, sin prestarle atención a lo mucho que había arreciado la tormenta de arena. Podía sentir la caótica e indómita aura de Lucario en cuerpo y alma, así como él sentía la suya. La energía de la mega-evolución había amplificado tanto la conexión que ya tenía con su pokémon que se creía capaz de lograr lo que fuera.

    -¡LUCARIO, PUÑO INCREMENTO!-ordenó un milisegundo más tarde.

    Lucario, que ya había brincado para evadir las letales ondas sísmicas, acató la orden impulsándose hacia adelante con su puño derecho. Exhibiendo su gran fuerza, el pokémon chacal descargó sobre el acorazado rostro de Tyranitar un golpe que borró instantáneamente la sonrisa porfiada del dinosaurio, haciéndole retroceder unos cuantos metros. Luego dio una impresionante vuelta carnero en el aire y aterrizó en el mismo sitio desde donde había saltado, dejando que el aura anaranjada en su puño rodease su cuerpo para elevar su fuerza a niveles desorbitantes.

    -¡Lucario, Lucario, de todos el más temerario!-animó Shauna detrás de Serena y de Blue. Delcatty se le unió nuevamente maullando con alegría-¡Lucario, Lucario, venciendo enemigos a diario!

    Roark se sintió contra las cuerdas. A pesar de la gran velocidad que Tyranitar había ganado tras su danza, aquel Lucario se las había apañado para ser más rápido que ellos. Sólo les quedaba una chance para ganar, y era aumentando todavía más las capacidades ofensivas de su pokémon que el uso del movimiento Fuerza Bruta había hecho disminuir.

    -¡TYRANITAR, DANZA DRAGÓN!-ordenó muy nervioso.

    Y fue al segundo siguiente cuando se dio cuenta del terrible error que había cometido.

    -¡CONTRARRÉSTALO CON PUÑO BALA!-vociferó Serena sabiendo lo cerca que se encontraba la victoria.

    Lucario no se lo pensó dos veces: agazapándose para salir disparado rompió la velocidad del sonido, y con sus puños irradiando una energía azul brillante terminó lo que había empezado, propinando dos potentes golpes en el vientre de Tyranitar que interrumpieron su danza y dañaron considerablemente su coraza.

    Tyranitar abrió sus fauces para gruñir presa del dolor, pero no pudo emitir sonido alguno. Viéndose a sí mismo incapaz de soportar el indescriptible dolor que sintió tras que los puños y los pinchos de Lucario atravesasen su armadura, cayó al suelo rendido y regresó a su estado original. Y con ello, la tormenta de arena amainó, hasta desaparecer por completo.

    -¡Tyranitar ya no puede continuar!-anunció el réferi agitando su banderín-¡Lucario es el ganador! ¡Y la victoria es para Serena, de Pueblo Aromaflor!

    -¡Estuviste sensacional, Lucario!-gritó Serena eufórica, corriendo a abrazar a Lucario por detrás mientras éste se destransformaba-¡No pudo ni ver venir tu ataque!

    Greninja se retorció dentro de su ball como producto de la rabia. El haber sido derrotado tan fácilmente para luego ver a Lucario siendo el que le había dado la victoria definitiva a su dueña había herido profundamente su orgullo. A fin de cuentas, el pokémon chacal y él llevaban años compitiendo entre ellos por su atención y por su favoritismo.

    Ningún otro pokémon le había golpeado tan fuerte como ese Tyranitar. Ni siquiera Mewtwo.

    -Muy bien alumnos, pregunta final-dijo de pronto Rowan, girándose una vez más hacia su curso-. ¿Qué fue lo que le dio la victoria definitiva a Lucario?

    -El Lucario de Serena conoce Puño Bala, un movimiento de acero con prioridad que permite atacar antes aunque el oponente sea más veloz-dijo un tercer niño-, y potenciado por Puño Incremento y por la habilidad de Mega Lucario, Adaptable, se convierte en un golpe fulminante para cualquier pokémon de roca, hielo o hada.

    -Precisamente, Manfred-retrucó el profesor pokémon satisfecho con la respuesta.

    -Fue un muy buen combate, Serena-dijo Roark estrechando manos con su rival en señal de respeto-. Sólo desearía haber podido vencer a más de uno de tus pokémon.

    -Oye, no cualquiera vence a mi Greninja-rio ella-. Ya con sólo eso fuiste un oponente digno, Roark. Así que no te castigues.

    -Me alegra saber eso-dijo él levemente sonrojado mientras sacaba algo de su chaqueta gris-Espero que sigas entrenando para completar el desafío de los gimnasios de Sinnoh, o me pondré muy triste si me entero que tú y tu equipo se han puesto a flojear. Pero por ahora ten la Medalla Lignito. Te la has ganado justamente.

    Serena aceptó y sostuvo para contemplar por unos instantes la medalla lignito, que relucía con un peculiar brillo plateado en sus extremos. Segundos más tarde, la guardó entusiasmada en el estuche que había reservado para ella.

    -¿Y qué hay de ustedes dos?-preguntó Roark a los acompañantes de la muchacha-¿También quieren que nuestros pokémon intercambien golpes?

    -Yo paso, ya tengo suficientes medallas-negó Blue altaneramente y con una sonrisa orgullosa-. No hay forma en que un líder de gimnasio de Sinnoh sea rival para uno de Kanto. Mi Mega-Blastoise derrotaría a todo tu equipo de un simple Hidropulso tras otro.

    -Qué encantador eres-comentó el minero sarcásticamente mientras veía cómo Serena golpeaba enfadada y avergonzada a su novio con el codo-.¿Qué tal tú, Shauna?

    -Bueno, me encantaría, pero la verdad es que no soy muy fuerte que digamos-se ruborizó Shauna riendo nerviosamente mientras acariciaba a su gata-. Delki y yo todavía debemos entrenar un poco más.

    -Muchas gracias por habernos permitido presenciar el combate, Roark-dijo Rowan mientras él y sus estudiantes se retiraban-. Nos marchamos por ahora. Y Serena, cuando veas de nuevo a Augustus, dile que estoy orgulloso de él. No podría haberle confiado la tarea de completar la pokédex a una mejor entrenadora.

    Serena sonrió y asintió emocionada. Recibir semejante cumplido por parte del hombre que alguna vez había instruido a su mentor era para ella un premio mucho mayor al de la medalla.

    -Oigan, en serio que hacía rato que no peleaba en semejantes condiciones” reiteró de pronto Roark “¿Qué les parece si como agradecimiento les enseño el Subsuelo?

    -¿El Subsuelo de Sinnoh?-preguntó Shauna emocionada, con sus ojos iluminándose y abriéndose como platos-¡¿Donde desentierran fósiles de pokémon prehistóricos?!

    -El mismo-respondió el pelirrojo para luego voltearse a ver a Serena-. Después de todo tu amiga quería verlo esta mañana. Era para tu meta de ser maestra pokémon, ¿cierto?

    -¿Qué?-contestó Serena, saliendo del trance-¡Oh sí, por supuesto! Debo acumular conocimientos sobre todas las especies prehistóricas si quiero coronarme como maestra pokémon algún día.

    -Entonces no se hable más, acompáñenme-replicó Roark poniéndose a caminar-. Aunque primero deberemos hacer una parada en el Centro Pokémon. Nuestros compañeros merecen comida y un descanso.

    -¡FÓSILES, FÓSILES!-gritó Shauna brincando con júbilo. Delki se le unió maullando con la misma actitud.

    -Tu amiga sí que se emociona por todo-le comentó Blue de forma disimulada a Serena-. Me pregunto qué estará haciendo aquí en Sinnoh. Creí que estaba en Kalos, como me habías contado.

    -Bueno, una vez me dijo que deseaba viajar a otra región para hacer muchos recuerdos en ella-le respondió ella soltando una risita-. Ella es así de curiosa y enérgica. Ya te acostumbrarás.

    -No estoy tan seguro-admitió él mientras veía cómo Shauna saltaba y giraba sobre sí misma, encantada con todo lo que veía a su alrededor.

    Mientras el animado cuarteto abandonaba el gimnasio, Rowan se halló a sí mismo topándose con una cara conocida: era una mujer joven de piel caucásica y de cabello y ojos azules que vestía una bata blanca y una larga falda negra que combinaba con sus zapatos de tacón. Un pequeño y adorable Piplup se encontraba aferrado a su hombro derecho.

    -¡Profesor!-exclamó la mujer al ver de quién se trataba.

    -Rebecca-sonrió Rowan al reconocer a su aprendiz. La mención de aquel nombre produjo que algunas de sus alumnas comenzasen a murmurar alborozadas entre ellas-. Qué agradable y a la vez increíble sorpresa encontrarme contigo aquí.

    -Llegué esta mañana en el primer vuelo para visitarlo, y me enteré gracias a Lucas de que se había llevado a su clase de excursión al gimnasio de Pirita-explicó Rebecca asombrada-. Vine a ver el combate.

    -Me temo que llegaste un poco tarde, querida-respondió su mentor muy apenado-. El combate de Roark ya concluyó, junto con la excursión. Ahora debo regresar con los niños a Pueblo Arena.

    Rebecca giró la cabeza en busca de Roark. Le detectó inmediatamente, junto con los jóvenes que le seguían.

    -¿Quién es ella?-preguntó extrañada al reparar en Serena. Había algo en ella que le resultaba familiar-La chica alta y rubia.

    -Oh, es Serena-retrucó Rowan al instante-. La aprendiz de Augustus, y la actual campeona de Kalos. Ayudó a salvar la región de Kanto de la tormenta del pokémon legendario Zapdos, y se dice que lo hizo con la ayuda de Mewtwo.

    -Mewtwo, ¿eh?-repitió Rebecca llevándose la mano a la barbilla, observando a Serena cada vez más intrigada.





    Blaine dejó salir un fuerte y retumbante estornudo. Sorprendido, tomó una pequeña servilleta del bolsillo izquierdo en sus vaqueros y procedió a limpiarse.

    El viejo líder de gimnasio llevaba muchos años viviendo allí dentro, habiendo desarrollado una notable resistencia a las bajas temperaturas de las Islas Espuma con la compañía y la ayuda de sus pokémon del tipo fuego. Tras el hundimiento de la Isla Canela, aquellos dos antiguos e inhóspitos islotes se habían convertido tanto en su nuevo gimnasio como en su nuevo hogar.

    Pero en ese instante ya no se sentía en su hogar. Algo había alterado notablemente el clima dentro de la caverna, tanto que hasta su Ninetales se había percatado. El pokémon zorro de ojos rojos, nueve colas y pelaje dorado olfateaba y gruñía al aire, evidentemente habiendo percibido aquella presión invisible.

    Oyó los graznidos de miedo de los Psyduck y Golduck provenientes del sótano de abajo, seguidos por los chillidos de pavor de los Chingling. Aquella desconocida fuerza invasora había atemorizado fácilmente a todos los pokémon de la cueva, provocando una emoción que sólo alguien que conocía podía causar a tal nivel.

    ¿Dónde están tus estudiantes?”

    La familiar voz que oyó en su mente confirmó sus sospechas, haciéndole fruncir el ceño.

    -Tú eres el que lee mentes” dijo molesto-, podrás averiguar la respuesta sin que te la diga. Ahora lárgate de aquí.

    La voz le contestó al instante; Ninetales, por otra parte, gruñó todavía más enojado.

    He venido a despedirme. Y a hacerte unas cuantas preguntas.”

    Blaine usó su bastón como punto de apoyo y se levantó de su silla irritado. La vacía promesa de la voz le había enfadado más de lo que admitía.

    -¡Oh, sí!-espetó enfadado-¡Igual que cuando dijiste que venías a despedirte la última vez! ¡Y la anterior a la última! Pero al final siempre vuelves aquí una vez al año, ¡y esta vez no pienso decirte nada! Ahora sal de mi santuario.

    Ajustó sus gafas de sol mientras veía a la gran figura humanoide de piel grisácea y cola púrpura conectada a la zona pélvica descendía frente a él, abandonando su escondite. Los felinos ojos de Mewtwo estaban clavados en él con una mirada tan fría que parecían dos duras piedras de amatista.

    Éste no es tu santuario. No es de ninguno de los dos. Le pertenece a los pokémon, así como en su momento le perteneció a Articuno.”

    -Me pertenece desde que me asenté aquí, cuando el volcán arrasó con Canela-retrucó el líder de gimnasio acariciando a Ninetales para que no atacase-. Y a diferencia tuya, a los pokémon sí les caigo bien. De no ser por que mi equipo y yo no somos rivales para tu fuerza, te echaría ya mismo a patadas de aquí. No te debo nada salvo el haberte creado, y ya he aprendido a vivir con eso. Así que te lo repetiré una última vez: vete y nunca más regreses.

    Mewtwo negó con la cabeza, manteniendo impertérrito la misma expresión de disgusto y de desprecio.

    Te equivocas. Me debes absolutamente todo: una infancia. Un propósito. Amber.”

    Blaine no dijo nada. Se limitó a caminar lentamente hacia él, hasta que la distancia que los separaba no superó un centímetro y medio. Luego de eso, alzó el dedo índice de su mano derecha y señaló a Mewtwo de manera acusatoria.

    -Sí, sí, sí, mira qué malo soy-dijo finalmente con palpable sarcasmo, para luego suspirar-. Ya te lo dije una infinidad de veces: yo no tuve nada que ver con lo que le pasó a la chica. Ella se puso en el medio para protegerte, y eso le costó la vida. Se ha ido, y no hay nada que pueda hacer al respecto. Yo no era el experto en clonación, sino Fuji.

    El gato antropomórfico entrecerró los ojos, dedicándole nuevamente una mirada aviesa. Le conocía lo suficientemente bien como para saber que a pesar de toda su verba estaba ocultándole algo.

    Siempre que intento invadir tus recuerdos encuentro memorias falsas o inventadas, indicios que sólo conducen a callejones sin salida. Tu mente es un acertijo completo. Pero no me iré hasta que me digas lo que quiero saber.”

    -Entonces deja de hacernos perder el tiempo a ambos y pregunta de forma directa-retrucó Blaine estando cerca de perder la paciencia-, porque si es lo que creo que vas a decir, no cambiaré la respuesta que ya te di una y mil veces: sí, fuiste creado para obedecer. Para ser el arma perfecta. Y cuando vi el daño que causamos, cambié de parecer. Reconocí mi error y me alejé de ti. Toda Kanto sabe que no pasa un día sin que reciba cartas o insultos por parte de las familias que arruiné. Por las vidas que tú quitaste.

    Pero para su sorpresa, el pokémon felino meneó la cabeza por segunda vez.

    Eso ya lo sé. Pero hay algo más. El día que hui parte de las máquinas que nos crearon a Amber y a mí sobrevivió a la explosión. Tengo derecho a saber qué fue de ellas.”

    El viejo experto en pokémon del tipo fuego soltó una fuerte y seca carcajada al oír la exigencia; Ninetales, por otro lado, rodeó a su amo y miró a Mewtwo fijamente a los ojos, agazapándose y preparándose para quemarlo o dormirlo de ser necesario.

    -¿Cómo voy a saber eso?-dijo finalmente, mirando para otro lado-Esa tecnología ha sido ilegal por años. Giovanni mismo la desechó una vez el laboratorio quedó destruido, y los materiales para fabricarla no son precisamente abundantes. El único que podría estar al tanto de eso es Fuji, y no he hablado con él en mucho tiempo. No es que haya algo malo con ello, después de todo fue el más listo de los dos. Se alejó del ojo público y se dedicó a cuidar pokémon huérfanos en Lavanda. Yo por otra parte no podía dejar de ejercer como líder. Las batallas pokémon siempre reavivan la llama en mí.

    Se produjo un momentáneo e incómodo silencio que sólo pudo ser llenado por los apenas perceptibles latigazos que la cola de Mewtwo hacía al agitarse de un lado al otro. El pokémon artificial parecía estar esperando una respuesta que seguía sin llegar.

    -Nunca dejó de perseguirte, ¿sabes?-continuó Blaine transcurridos unos segundos-Giovanni, me refiero. La década pasada se obsesionó con el prototipo de la Master Ball y tomó de rehén al presidente de Silph con tal de hacerse con él. Pensaba que con ella podría recapturarte. Pero luego...bueno, ese chico llegó y le estropeó todo el operativo. Supongo que fue en ese punto en el que desistió y prefirió concentrarse en mantener el Equipo Rocket en pie.

    Mewtwo elucubró acerca de lo escuchado por un instante. Acto seguido, y cuando creyó tener la respuesta apropiada, contestó.

    Sea donde sea que esté ya no es un problema. Ya no más.”

    El viejo líder de gimnasio refunfuñó y tocó la punta de su bigote con las yemas de sus dedos. Luego meneó la cabeza y se volteó a verle.

    -No estaría tan seguro-afirmó-. Muchos dicen que murió, o que prefirió dejar que su organización se hundiese sola sin él. Pero le conozco, y al igual que como yo lo fui de joven es un hombre con concentración y ambición. Los hombres así no se rinden tan fácilmente.

    El gato psíquico liberó un pequeño resoplido repleto de escepticismo. Un segundo después, se elevó con ayuda de su poder telepático y abandonó el recinto.

    He terminado aquí.”

    Blaine se tranquilizó al percibir cómo el clima de la cueva se aligeraba, como si la sobrenatural y asfixiante presión que minutos atrás había sentido en el aire se hubiese desvanecido. Incluso Ninetales parecía hallarse de mejor humor. Y mientras oía los graznidos y chillidos de alivio por parte de los pokémon salvajes, procedió a acariciar a su peludo compañero esbozando una sonrisa.

    -No se preocupen, amigos míos-dijo en voz alta-, ya todo está bien. No volverá a molestarnos. Al menos no por ahora.




    En la oscuridad de un siniestro y apenas iluminado cuarto, un hombre miraba con suma atención la pantalla de su plateado ordenador: en ella, dos jóvenes pelirrojos, uno varón y la otra mujer, levantaban del suelo y reunían papeles arrugados y latas aplastadas con una pica y una bolsa blanca que portaba el isotipo de un Bellsprout sonriente.

    ¿Estás seguro de que tu bolsa no está llena?”

    Muy seguro. Aunque no lo sé...el material parece no ser el mejor para resistir peso.”

    Ay, esta clase de servicio comunitario es lo peor. ¿Por qué la gente tira tanta basura en un pueblo tan pequeño y tan bonito como este? Si me permitiese usar a Bronzong acabaríamos en un santiamén.”

    Sí, lo sé. Pero ya escuchaste al capataz: tenemos prohibido llamar a nuestros pokémon. Nos los devolverán en cuanto hayamos terminado.”

    Entonces pásame un poco de agua. Estoy exhausta.”

    Lo siento, ya me he bebido lo que quedaba. Tenía sed.”

    Agh Silver, eres lo que no hay, ¡lo hiciste a propósito!”

    La necesitaba más que tú, y además ya he terminado con mi parte. Menos quejas y más recogida, Mars.”

    En momentos como éste preferiría estar muriéndome de frío en la Columna Lanza.”

    El hombre esbozó inconscientemente una sonrisa. Aquellos jóvenes sin lugar a dudas habían heredado tanto su temperamento como el de su abuela. Parte de él comenzaba a arrepentirse de no haber podido criarlos juntos en su momento. Con su guía, y de haberse dado las cosas de manera diferente, podrían haberse convertido en letales agentes y en unos más que dignos herederos.

    Pero siempre había tenido trabajo que hacer. Siempre el maldito trabajo.

    Su mente divagó mientras palpaba suavemente las fotografías ubicadas a la derecha de su computadora portátil, donde un pokémon bípedo de piel grisácea y aspecto gatuno atravesaba diversos paisajes como una mancha borrosa. Y cuando la puerta de su oficina se abrió repentinamente, salió del trance.

    -Conque aquí estabas-dedujo la mujer de camisa negra y vestido y botas blancas que había irrumpido en su despacho sin pedir permiso-. ¿Qué es lo que estás haciendo?

    El hombre no perdió ni un segundo y procedió a apagar su ordenador. Pero era demasiado tarde: la mujer ya había podido distinguir a las dos personas que se encontraban en la pantalla.

    -M1, regresa a la base-dijo en voz baja, apretando un intercomunicador en su chaqueta. La respuesta a su orden llegó en la forma de un graznido y un aleteo antes de que la trasmisión se cortase.

    -¿Otra vez estabas espiándolos?-suspiró ella llevándose los dedos a la frente. Luego continuó-No entiendo por qué lo has vuelto todo tan complicado. Si tan sólo me dejases ir por ellos para convencerlos de que se nos unan ya no tendrías que seguir diciéndole a ese Murkrow que te muestre cómo están cada veinticuatro horas.

    -El muchacho no quiere verme-respondió él guardando las fotografías para ponerse de pie y caminar hasta ella, hasta que estuvieron a menos de un milímetro de distancia-, y la chica ni siquiera me conoce. Fue muy tonto de tu parte haberla ocultado de mí por tantos años. ¿Por qué lo hiciste?

    -No la oculté, ella huyó de casa-espetó ella cruzándose de brazos, mostrando su indignación ante su acusación-. Quería que tuviese una vida normal, lejos de todo esto. ¿Qué querías que le dijera, que su padre era el líder de la yakuza?

    -¿Y de verdad pensabas que no sabría jamás de ella?-inquirió el hombre frunciendo el ceño y sin ocultar su enojo en el tono de su voz-¿Que alguien con mis contactos jamás descubriría que seguía viva? ¿Que mentiste con lo del embarazo?

    -Era joven e inocente en aquel entonces-se defendió ella negándose a mirarle a los ojos-. Sabía que tarde o temprano tratarías de meterla al negocio, y no podía negar con ello. Un falso aborto espontáneo fue lo mejor que se me ocurrió. Ojalá hubiese podido hacer lo mismo con Silver.

    -Y sin embargo al final ambos terminaron lejos de ti-observó su interlocutor-. Casi podría decirse que eres buena abortando espontáneamente tus deberes como madre.

    Ella le abofeteó velozmente, forzándole a guardar silencio y provocando que de sus labios brotase un pequeño hilo rojo. Sus rojos ojos brillaban con genuina aversión hacia él y hacia todo lo que representaba.

    -Y tú tus deberes como padre-replicó secamente-. Si fueses la mitad de hombre que lo que fue Michael, esos niños habrían tenido el amor de una familia funcional y nunca habrían tenido que rodearse de malas compañías.

    -¿Por qué volviste cuando Archer reunió a todo el mundo?-preguntó él-¿O ahora? Si tanto me odias, puedes abandonar la isla ahora mismo. Pero te aseguro que moveré tierra y mar con tal de que no te quedes con ellos.

    -Volví porque no tenía opción-contestó la mujer con el mismo tono de antes-, y por respeto a la visión de nuestros padres, que en paz descansen. No por ti. Ahora límpiate la sangre y vámonos. Los demás me mandaron a buscarte, y llevan un largo rato esperándote.

    Mujeres”, pensó él cubriendo sus labios con un pequeño pañuelo de bolsillo blanco, “No importa. De todas formas ya tengo otra hija. Una heredera que no me podrás quitar.”

    La pareja caminó un largo trecho a través de una serie de laberínticos pasillos, hasta alcanzar la sala de reuniones. Sentados en sus respectivos asientos y alrededor de una brillante y reluciente mesa, rostros familiares les vieron sentarse expectantes. La entrada a la sala era custodiada por una joven de cabello y ojos azul oscuro acompañada de un Donphan, vestida con el uniforme femenino negro reglamentario para los soldados.

    -Me siento nostálgico con tan sólo verle, jefe-afirmó un hombre de cabello, cejas y barbilla morados con un lunar en la mejilla izquierda-. ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos todos juntos en el mismo salón?

    -Cierra la boca, Petrel-chistó el hombre de cabello y ojos color turquesa sentado a su derecha-. El jefe no debe ser distraído por sentimentalismos innecesarios.

    El aludido alzó su mano para indicarle con un gesto al hablante que debía guardar silencio; éste, aunque sorprendido, obedeció ipso facto.

    -Lo permitiré, Archer-dijo para alegría de Petrel-. Ciertamente yo también me siento un poco nostálgico el día de hoy. Es una pena que haya tenido que pasar tanto tiempo para que esta reunión se diese. Pero al menos nuestros enemigos ya no nos tienen rodeados. Ahora exijo un informe detallado de la operación de la otra noche. ¿Es cierto lo que escuché susurrar a los reclutas esta mañana cerca de mi oficina? ¿Proton ha muerto?

    -Ciertamente-reconoció Archer uniendo ambas manos-. Los reclutas que enviamos con él nos explicaron que se sacrificó para que ellos pudiesen escapar. Un Tyrantrum le aplastó y arrancó el cráneo.

    -Un pokémon dragón prehistórico-concluyó la mujer pelirroja en voz alta, imaginando la grotesca situación en su mente-. ¿Y qué hay de las muestras de sangre? ¿Lograron extraerlas?

    -Afortunadamente sí, y no sufrieron daños-aseguró Petrel-. Nuestros genetistas ya han podido rellenar los huecos en la secuencia con ellas para completar el código. Estiman que para dentro de unas horas ya tendremos el prototipo.

    -Excelente-dijo el hombre colocándose un puro en los labios. Luego hizo un gesto para que la soldado en la puerta corriese a encendérselo con un fósforo-. Todo marcha según lo previsto. Ya ansío ver cómo lucirá nuestro futuro socio.

    Se oyó un fuerte sonido gutural similar a un rugido proveniente de afuera de la habitación, seguido tanto de gritos ahogados como de potentes temblores que sacudieron el piso y las paredes como si de un sismo se tratase. De pronto, y sin previo aviso, un colosal y voluminoso pokémon cuadrúpedo de piel granate y de rasgos tanto de león como de perro redujo a escombros las puertas automáticas y la pared de la entrada con dos fuertes chorros de agua a presión, dando acto de aparición. Su cuerpo entero se encontraba cubierto por la sangre de aquellos que habían intentado detenerle, la cual ya había empezado a teñir de rojo el gran lago de agua y de espuma que se había formado bajo sus patas.

    Sus brillantes ojos cian escudriñaron rápidamente la habitación y a todos los presentes, hasta que identificaron entre ellos a su objetivo, a quien apuntó con los largos y titánicos cañones situados a los costados de su joroba. Aquel al que había venido a destruir.

    Giovanni cerró los ojos suspirando, sin mostrar indicios de temor. No era la primera vez que aquel pokémon intentaba atentar contra su vida, y ciertamente algo en el fondo le decía que no sería la última.

    -Kris, encárgate-dijo chasqueando los dedos de su mano izquierda.

    -¡Donphan, Rodar!-imperó Kris soltando el fósforo y señalando determinada al intruso no deseado.

    Donphan no se lo pensó dos veces y acató la orden. Soltando un resonante berrido, el pokémon paquidermo adoptó la forma de una pelota, y cobrando impulso salió disparado contra su objetivo, a quien golpeó fuertemente en la frente y forzó a retroceder unos cuantos centímetros.

    La mujer pelirroja, que ya había visto suficiente, se levantó de su silla y sacó de su cinturón una poké ball que dejó caer al suelo. De ella brotó un resplandeciente haz de luz que materializó una enorme cobra morada con extrañas marcas en la panza, las cuales parecían formar una cara con ojos y boca espeluznantes.

    -Evitemos más caos sin sentido, Arbok-expresó para nada complacida-. Usa Deslumbrar.

    Arbok siseó y enseñó sus colmillos. Sus ojos adquirieron una tonalidad cian y dispararon dos rayos del mismo color que alcanzaron al pokémon enemigo, produciéndole una intensa parálisis que le forzó a desplomarse en el suelo a causa del dolor, frenando permanentemente su avance y permitiendo que un escuadrón de soldados terminase de entrar para someterlo.

    -Muchas gracias, señora Ariana-agradeció Kris con una sonrisa repleta de complacencia y de agradecimiento, algo que para Archer y Petrel era poco habitual en ella-. Es usted muy talentosa.

    Ariana le devolvió la sonrisa asintiendo con la cabeza. Pese a que la protegida de su ex-esposo le era por completo indiferente, siempre se sentía halagada cada vez que ésta reconocía su maestría. Había algo en aquella muchacha que le resultaba muy familiar a alguien que llevaba años sin ver. A alguien de su pasado.

    -Lo sentimos mucho, jefe-dijo uno de los reclutas mientras colocaba al pokémon renegado un collar especial que anulaba por completo sus ataques especiales-. Estábamos trasladándolo desde su jaula hasta la sala de reacondicionamiento cuando escapó.

    -No quiero excusas, sólo quítenlo de mi vista ya mismo-retrucó Giovanni hallándose al límite de su paciencia-. Y manden a alguien para que limpie todo este desastre.

    Los soldados tragaron saliva. Temiendo un despido o un castigo incluso peor, guiaron al descomunal y pesado ser afuera del salón con ayuda de sus Golbat, quienes se encargaron de mantenerle adormilado y mareado con sus movimientos de Hipnosis y Rayo Confuso.

    -Buen intento, Volcanion-dijo el líder Rocket mientras oprimía un botón situado frente a su asiento. Como resultado, y para asombro de los demás presentes, el centro de la mesa proyectó los hologramas de un gigantesco cañón con aspecto de flor y una extraña silueta humanoide y esférica-, pero no irás a ninguna parte. No mientras tu amiga y tú nos sean útiles.
     
  3. Threadmarks: Kanto: El Primer Interludio
     
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    Kanto: El Primer Interludio



    Bitácora del teniente Nathan Surge. 12 de marzo, 11:00 PM.


    Lo que nadie le cuenta a los niños o a los jóvenes sobre la Gran Guerra de Kanto es…lo monstruosa que realmente fue. En la historia de la humanidad siempre hubieron todo tipo de conflictos armados. Pero ninguno tan cruento o tan aberrante como el que viví. El que mis amigos y yo vivimos.


    Cuando me enlisté a los veinte años para servir a la fuerza aérea de Ciudad Loza, fui puesto bajo el mando del sargento Helmer, encargado del por entonces llamado Escuadrón Dinamita. Mi padre estaba complacido al saber que su viejo colega me había aceptado como uno de los nuevos reclutas.


    Nunca me atreví a decírselo a la cara, pero no compartía su sentimiento. Mi joven yo hubiese preferido cualquier cosa antes que seguir otro segundo más bajo las órdenes de aquel tomate rojo y gritón con patas.


    Al igual que al resto de mis compañeros, me fue asignado un pokémon eléctrico adiestrado para defensa personal. El escogido en mi caso fue un Pikachu; roedor poco común, por no decir casi extinto, en Unova. Decidí apodarle Sparky, como si fuese el Electrike que siempre deseé que mi madre me hubiese regalado. El pequeño travieso parecía tan feliz con que le hubiese puesto ese nombre que saltaba con júbilo por todos lados, deslumbrándome con las descargas de electricidad que soltaba al hacerlo.


    Pocos días antes del primer despegue, logré hacer migas con los dos más rudos de mi equipo, tal y como papá me había recomendado que hiciese: Theodore Martínez, a quien llamábamos a modo de broma Teddy por su gran fuerza, que fácilmente podía llegar a rivalizar con la de un Ursaring; y Marie Thompson, apodada La Metralleta por lo rápida e impasible que era a la hora de entrar a la acción.


    Ninguno de los demás novatos quería sentarse junto a ellos por el temor a terminar recibiendo una buena tunda. Pero yo sabía que sólo podría fortalecerme rodeándome de los más fuertes y aptos.


    Las pruebas de vuelo nunca te preparan de verdad para lo que es subirse a uno de esos viejos aviones potenciados por la energía de incontables y explotados Klinklang. No para las fuertes sacudidas que recibes por parte de las fuertes tormentas eléctricas otoñales, o para la ensordecedora serie de explosiones que llegan pronto a tus tímpanos cuando toda tu unidad es repentinamente avistada y emboscada por las fuerzas del enemigo. Mucho menos para saber cuándo eyectar sin morir al hacerlo en medio del fuego cruzado.


    El ataque aéreo a la base de Ciudad Verde fue un estrepitoso fracaso. De los veinticuatro hombres y mujeres que partimos desde el aeropuerto de Ciudad Loza sólo diez aterrizamos ilesos en tierra firme. Con Helmer habiendo sido el primero en ser derribado y todos nuestros aviones destruidos, nos habíamos quedado sin líder y sin forma de contactar con la base. Estábamos, sin adornarlo ni edulcorarlo, en pelotas.


    En aquellos años, el pequeño laberinto que hoy se conoce como el Bosque Verde era una jungla frondosa e inhóspita que albergaba no sólo Caterpie, Weedle y algunos Pidgey como ahora, sino también a algunas de las bestias más feroces e implacables que jamás vi, o que veré en mi vida. Si tan sólo algo o alguien nos hubiese advertido de los horrores que experimentaríamos allí adentro al refugiarnos para evitar el fuego de los tanques…



    Cayó rápidamente la noche, y justo cuando logramos terminar de hacer un campamento discreta e improvisadamente vimos los árboles más cercanos estremecerse, sacudidos por una fuerza que no podía ser la del viento. A la jungla no le agradábamos, ni aunque fuera un poco. Y estaba lista para atacarnos con todo lo que tenía.


    Como surgidos de una pesadilla, abriéndose paso a través de la maleza que nos rodeaba, varios Nidoking y Nidoqueen arremetieron ferozmente contra nosotros, evidentemente viéndonos como una amenaza para sus nidos y sus crías. Intentamos protegernos en vano, sólo para ver cómo nuestras balas y los rayos de nuestros Flaaffy y Stunfisk rebotaban contra sus duras y robustas pieles.


    La mitad de nuestros hombres y pokémon no sobrevivió la primera acometida. Los Nidos les perforaron fácilmente el torso con sus afilados cuernos, y en el mejor de los casos les dieron una muerte rápida rompiéndoles el cráneo o las piernas con la cola. Aún escucho en mis sueños los rugidos y los gritos.


    Para cuando llegó el alba y los Nidos cedieron, casi todos mis compañeros yacían cercenados sobre el pasto, y los pocos que todavía respiraban no sentían ni sus brazos ni sus piernas. Sólo quedábamos en pie Marie, Teddy, yo y un ileso-o casi ileso-Stanley Urrutia.


    Stanley era sin duda un caso extraño. Con un padre abusivo y una madre que no daba el ejemplo, había sido metido en nuestra fuerza a golpes, siendo nosotros los únicos que le defendían. Débil y asustadizo, el mal funcionamiento hidráulico de su asiento eyectable y la explosión de su avión al estrellarse debieron de haberlo matado. En su lugar, las quemaduras de cuarto grado que sufrió frieron sus cuerdas vocales y dejaron parte de su hemisferio cerebral izquierdo expuesto, convirtiéndole en un perro rabioso que gruñía o mordía a todo aquel que no fuésemos nosotros tres. Era como si el accidente hubiese liberado la ira y el odio hacia su familia que llevaba varios años reprimiendo.


    No podíamos llevarnos a nuestros camaradas sin que fuesen peso muerto, y tampoco dejarles en ese estado para que los Murkrow se diesen un festín con ellos. Viendo que los demás no sabían qué hacer, decidí tomar el único lanzallamas que todavía funcionaba y procedí a incinerar sus cuerpos, rezando por que su muerte fuese lo más rápida e indolora posible.


    Había dejado a varios padres sin hijos, y a unos cuantos sobrinos sin tíos. Pero era lo único que se me ocurrió. Sus muertes no habrían sido en vano.


    Al menos, eso es lo que me he venido diciendo hasta el día de hoy. Ayuda a mantenerme cuerdo.
     
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