Lucas Diamond Deposité la cesta frente al dependiente, a quien se le hizo la boca agua. ¡Tanta cantidad de ese manjar estaría muy bien recompensada, sí señor! +7J Cogí la última cesta de las que me iban a proporcionar (por razones de sobreexplotación de los recursos, no dejaban a nadie repetir este trabajo más de cinco veces). ¡Había que aprovechar hasta la última oportunidad!
Mimi Honda Tras mi repentino encuentro con Lucas regresé a Mkuu y busqué un lugar donde dormir. Eso era lo que necesitaba, descansar. Tiempo para asumir todo lo ocurrido. Por la mañana me encontraba nuevamente en el mercado, dispuesta a tomar de nuevo el trabajo de los condenados Pyukumuku. Hasta que el mercader me sugirió otra opción. —¿Qué tal si pruebas con esto, chica?—inquirió y alegremente me mostró lo que parecía ser un pico rudimentario confeccionado con una piedra tallada, un trozo de madera y cuerdas resecas—. Buscar gemas en la Colina Kilima. Es un trabajo menos sacrificado que buscar Pyukumuku, te lo aseguro. ¿Ah? ¿Había oído bien? Enarqué una ceja, escéptica. —¿Perdón? ¿Tengo cara de que me guste la minería?—casi reí, sarcástica—. No voy a picar una montaña buscando joyas. ¡A mi me regalan las joyas, no tengo que trabajar por ellas! El hombre se frotó el mentón, interesado. —Pues para ser así... te veo bastante necesitada de ellas—comentó. Aquello fue un golpe bajo. Un golpe bajo muy rastrero y ruin. Rio—. Bueno, bueno... está bien. Ese trabajo es para el chico de ojos dorados que vino ayer no para lindas damas melindrosas... ¡Qué energía la de ese chaval! ¡Quien tuviera su edad de nuevo! Aquello llamó repentinamente mi atención. ¿El chico de ojos dorados? ¿Alpha? Si Alpha había tomado ese estúpido trabajo yo no iba a quedarme atrás. Lo haría mucho mejor que él. Después de todo por mucho que me molestase... necesitaba la paga. Mi equipo necesitaba esos zumos. Y esos zumos no eran gratuitos. Maldita economía isleña. Para ser un entorno tan anticuado estaban bien metidos en el capitalismo. —La linda dama melindrosa es mejor que cualquier chaval de ojos dorados—espeté con determinación—. ¡Vas a ver isleño bocazas, te traeré todas las gemas de esa dichosa colina! Situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas. Aunque esa fuese la más desesperada de todas.
Mimi Honda —¿Todas las gemas?—se carcajeó el mercader sosteniendo la piedra en su enorme mano—. ¡Claro, claro chica! Apreté los puños, tensa. La ira empezaba a bullirme en el estómago. Bueno, ¡al menos había conseguido una! ¡Ya conseguiría más, estaba segura! Toboe gruñó ligeramente molesto por las burlas del mercader. En esta ocasión llevaba a Totodile en mis brazos. —Bueno...—se limpió una lágrima cuando acabó de reír—. Aquí tienes muchacha, tu recompensa por tu grandioso descubrimiento. ¡Dos joyas udienses! —Ya, como sea— bufé tensa—. Llevaré un zumo amarillo y otro azul para mi Lycanroc. Date prisa. -2 J
Lucas Diamond Entregué la cesta y me dieron una buena recompensa. Al señor le había encantado mi trabajo. +10J Posteriormente, pasé por el gurú de la educación. Allí dejé a Stufful, y le pedí al gurú que cuidara de él. Cuando una muchacha llamada Emily llegase, debía darle al Pokémon y decirle que le dejaba a su cuidado. Era un Pokémon muy cariñoso y ella podía darle mucho amor. Tras eso, me marché. -1J Contenido oculto Lo dejaré aquí para que quede constancia. Solo se puede hacer el trabajo de recogida de miel cinco veces. Zona centro: 10 casillas con miel. -0 ocurrencias, 0J -1 ocurrencia, 3J -2 ocurrencias, 5J -3 ocurrencias, 7J -+4 ocurrencias, 10J
Lucas Diamond Rápidamente, compré un pack de supercebos. Además, pedí dos comidas tradicionales, que en algún momento daría a Empoleon y a Torterra. Seguro que así aprendían ataques muy chulos. -8J
Drake Orestes Al llegar de vuelta al mercado luego de tanto tiempo, visité las tiendas de siempre y me enteré de que aún se podían hacer los mismos trabajos de siempre. ¡Era como si no me hubiera ido nunca! —Quiero hacer el trabajo de los Pyukumuku—anuncié—siempre me ha gustado ayudarlos, y si pagan por eso, mejor aún. Y volví sobre mis pasos. Contenido oculto añado por aca antes de que se me olvide, ¡nunca me dieron el Waternium Z ni el Electrium Z! (ni idea de los nombres en español, nunca jugué el juego) :c Recuerdo que los obtuve pero nunca lo pusieron en mi ficha D:
Emily Hodges —¡Muy buenas! Me gustaría comprar unos cuantos zumos para mi Blastoise: tres amarillos, dos azules, dos rojos y dos verdes. Serían un total de 9 joyas, ¿verdad? Aquí tiene, ¡muchas gracias! -9J
Mimi Honda Me acerqué al puesto de zumos. Tenía seis joyas udienses que había reportado mi victoria en la prueba de Rahisi. Era más de lo que había tenido nunca. Casi me costaba desprenderme de ellas. Todo fuera por el bien del equipo. —Compraré tres zumos rojos y dos azules para mi Lycanroc—pedí—. El otro azul será para mi Litten. -6 J
Emily Hodges Entré al mercado de Zamani con curiosidad en mis ojos. Lucas me había dicho que hablase con uno de los gurús así que eso fue lo que hice. Me acerqué al que parecía que se encargaba de cuidar pokémon. Efectivamente, al decirle que me llamaba Emily, el hombre me dijo que un chico había dejado un Stufful shiny a su cuidad a mi nombre. ¡Qué adorable! Tendría que agradecerle a Lucas después. Sin embargo, ahora mismo no podía llevarlo en mi equipo. ¡Ya éramos bastantes! Lo que decidí fue dejar a Lycanroc y a Jynx junto al gurú, así el pequeño Stufful estaría acompañado hasta que pudiese añadirlo a mi equipo y entrenarlo. Tras agradecerle al hombre, me dirigí hacia el otro gurú. Me explicó que el podía hacer aun más fuertes a los pokémon que estaban entrenados al máximo. —Oh, ¿de verdad? Entonces me gustaría subirle 10 puntos de resistencia a Incineroar y Arcanine, por favor. 16 joyas, ¿no? Aquí tiene, ¡muchas gracias! Antes de irme, con las dos joyas que me quedaban, compré un pack de 5 cebos que estaban de oferta. Contenido oculto Ya me quité las joyas de Lycan y Jynx en su momento, por eso puedo hacer las demás compras y quedarme pobre uwu
Volviendo a la ciudad, me pasé por el mercado a recibir el pago por el trabajo. Tres Pyukumuku, los últimos dos casi por accidente: reportaban la cantidad de seis joyas. Luego de pensarlo mucho, decidí comprar seis Zumos Rojos: Dos para Kabutops y el resto para Growlithe. Una vez hecho el pago, pregunté por el trabajo en la colina y no tardé en recibir un pico. -6 J Contenido oculto Yo mismo me editto uwu (?
Alpha Xenodis. —Planeaba seguir guardando joyas, pero da igual. Me llevo tres zumos rojos para Charmeleon y uno amarillo para la bellotita. ¡Gracias! Y tras hacer que los bebieran, salí corriendo.
Lucas Diamond Al llegar al mercado vi de soslayo aquel abandonado puesto donde vendían anzuelos. Por algún motivo, me entraron ganas de ir de pesca, ¡y además era un trabajo remunerado! No dudé en comprar dos anzuelos y solicitar ese trabajo.
Lucas Diamond Dejé la cesta sobre el puesto, y por todo su contenido me dieron 5 joyas. No eran muchas, pero para mí eran suficientes. Y ahora, a trabajar a la colina picando.
Lucas Diamond Entregué todo lo obtenido al dependiente, y como esperaba, me dio la recompensa correspondiente. Luego, tomé otro pico y me dirigí de nuevo a trabajar. +6J
Alpha Xenodis. Tras regresar del desierto solo pude vaciar rápidamente mis dos zapatillas de los múltiples granos de arena que las habían invadido. Suspiré mientras dejaba a mis dedos respirar un poco mientras limpiaba el interior de los calcetines de los restos del lugar. Al acabar fue que decidí hacer una rápida comprar por el mercado: Un par de anzuelos. Fijo podría pescar en algún lugar, aunque dudaba que fuese tan fácil como usando mi típica caña. -2J
Dante Miles Al ingresar al mercado, no tardó mucho en saludar al vendedor antes de comenzar a observar las cosas que creía conveniente hasta que finalmente pareció decidirse por el pack de 3 cebos y una comida artesana por el momento. Luego de recibir lo que había pedido, agradeció al vendedor y se retiró finalmente de vuelta a la ciudad. -3J
Lucas Diamond Al contrario de lo que pensaba, con un gesto paternal, el dependiente solo me animó a seguir trabajando, sin reprimendas de ningún tipo. Ese mensaje suyo de tranquilidad me impulsó a querer traerle muchas joyas esta vez. ¡Seguro que ahora sí que conseguía un montón!
Lucas Diamond Deposité las gemas en una cesta que había en el puestecito, y me dieron las cuatro joyas correspondientes. Luego, tomé otra vez el pico y volví a la colina Kilima. Aún quedaba tanto por hacer... +4J
Alpha Xenodis. Y pese a decir que íbamos a descansar, solo opté por buscar entre el pequeño mercado que había. Si íbamos a seguir aquí por bastante tiempo, supongo que podría hacer valer mi tiempo lo suficiente como para que no me arrepintiese de nada. —Hey, vengo a trabajar. Es algo tarde, ¿pero qué tenéis para mí?... Frutas o pescado, ¿eh? ¡Iré a pescar entonces! Tras eso, solo me di la vuelta y salí... No corriendo porque me da flojera. Caminando, sí. Eso funciona.
Mimi Honda El mercado estaba tan concurrido como siempre. Seguía oliendo a comidas artesanas... pero por suerte para mí, mi estómago ya estaba lleno. Con azúcar y teína, pero lleno. —Tomaré de nuevo el— —¡Hey chica!—saludó el mercader—. Buenos días. Los chavales de hoy en día ya no siguen las costumbres como antes. Le pasa igual a mi hijo Uka. Vienen corriendo y ni lo dejan a uno hablar...—se sobó la nuca, pesaroso. ¿Por qué me contaba a mi sus problemas? ¡Yo también tenía los míos y no iba contándoselos al resto del mundo! Suspiré profundamente. Y empecé de nuevo. —Cofcof... Buenos días—saludé con cierta reticencia y una sonrisa que no fue sincera en lo absoluto. Solo me estaba haciendo perder el tiempo—. Tomaré el trabajo de buscar Pyukumuku. Y no, ni lo digas. —advertí frunciendo ligeramente el ceño—. No volveré hasta tener al menos siete de ellos. Si el chico de los ojos dorados pasa por aquí con una cifra mayor a esa, no quiero saberlo. Ni siquiera me despedí. Giré sobre mis talones y regresé tras mis pasos.¿Siete? ¿Por qué rayos era tan bocazas?