Mendigando amor Conformandome con las mijas terminé siendo bien desabrida, pero la vida se me endulzó con quienes me compartían la mitad o no tenían problemas en regalarme su dulzura por completo. Un pastel, una carta. Acompañamiento, entendimiento. Poco importaba el formato cuando la sonrisa te esperaba al final aún con tormenta, incluso si era fiesta. Contigo presente, ya sea al frente o con la suave brisa del viento junto a la dulce y calida sonrisa de quién ilumina aquellos días que me llegan con nostalgia.