Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Este es un nuevo fics qe es escrito, el primer captulo lo e hecho como 3 veces, asi que espero que les guste.

Capitulo I

Era un día templado, el bullicio de la gente no se hizo esperar, pero nada de eso importaba, lo único que me importaba era ese joven de cabello plateado entre mis brazos sobre una laguna de agua roja espesa, todo se veía oscuro no entendía el por que de esta escena, era como ver una película en los ojos de otra persona, sentía como las lagrimas caían sobre mis mejillas y mi cabello largo, era corto hasta mis hombros y lacio.

-No me dejes- dije entre sollozos, abrazando fuerte mente al chico, entre mis brazos.
El chico tomo una de mis manos, y con la poca fuerza que tenia, pronuncio unas palabras.

-No llores mi Ángel- trato de consolarme, tal vez sabiendo lo que pronto vendría, no tenia mucho tiempo.

-Te amo- dije sin dejar de llorar, tomando su mano y besándola.

El me dirigió una tierna sonrisa, sus hermosos ojos ámbar, que tanto me gustaban estaban perdiendo su brillo.

-Yo también te amo mi Ángel- fue lo ultimo que dijo antes de cerrar los ojos para nunca abrirse.

Llore a un mas viendo el chico sin vida entre mis brazos, lo abrace mas fuerte, sabiendo que nunca mas volvería a escuchar su voz, ni ver su sonrisa. Sentí como me caía en un hoyo oscuro sin fondo. Quería despertar de aquella pesadilla.

Me levante de un salto de mi cama, estaba empapada de sudor, aun con el sudor en todo mi cuerpo estaba helada, temblaba como una gelatina y mi corazón daba bruscos saltos.

-“Otra vez la misma pesadilla”- pensaba mientras que prendía la lámpara que estaba cerca de mi cama –Las 3:30 am- todavía quedaba 2 horas para levantarme para ir a la escuela. Baje las escaleras para dirigirme a la cocina. Tome un vaso de agua, la cual se me rego un poco en la camiseta de dormir, pero que importaba esta estaba ya demasiado mojada.


-Solo es una pesadilla- me dije a mi misma para calmarme, esto siempre me decía mi madre, no tenia sentido que me atormentara de un mal sueño.

Volví a subir las escaleras con mucho cuidado, no que despertar a mi madre, ni a mi pequeño hermano que todavía dormían. Cerré la puerta tras de mi, volví a sentarme en mi cama –Las 3:45- aunque me fuera difícil trataría de dormir, desde que era pequeña siempre había tenido tal pesadilla, pero ahora era mas frecuente, no podía dejar que otra vez me volviera a atormentar ese sueño, debía de dormir.

No entendía el por que de aquel sueño, no conocía el lugar donde este se desarrollaba y menos al joven que tenia entre mis brazos. Tampoco estaba segura que esa joven era yo, ya que esa era un poco más grande, y yo solo tenia 16 años, y el cabello de aquella joven era corto y lacio, y el mío largo y ondulado en las puntas. Pero siempre que me despertaba sentía un vacio en mi corazón.

Por fin el despertador sonó a las 5:30, para mi apenas acababa de acostarme en la cama, lo apague y me quede acostada un poco mas, me levantaría en unos cuantos segundos, solo quería descansar los ojos un poco mas.

-Las 6:30- dije casi en un grito, me había quedado dormida.

Aun no me despertaba del todo, tome un baño para despertarme, siempre funcionaba, me puse mi falda verde y la camiseta de marinero del mismo color.

-Buenos días- dije mientras bajaba las escaleras apresuradamente.

-Buenos días hija- dijo mi madre en la cocina.

-Buenos días dormilona-

Era mi hermanito que ya estaba sentado en la mesa comiendo su cereal, que afortunado era, su escuela quedaba solo a un par de cuadras, mientras que mi preparatoria quedaba lejos de mi casa. Le hubiera dicho un par de palabras para molestarlo, pero no podía se me hacia tarde.

-Me tengo que ir- dije tomando mi mochila y dirigiéndome a la salida.

-Toma tu obento- dijo mi madre entregándome una cajita de madera color rosado, lo tome y lo guarde en mi mochila.

-Hasta luego- le di un beso en la mejilla, para después salir corriendo.

Tomaría el camino, que según yo era el más rápido, era mi pequeño atajo.

-“Aguanta Kagome falta poco- me dije a mi misma para darme ánimos, solo me faltaba doblar a la derecha y en un par de metros estaba al entrada de la escuela, o eso era técnicamente cuando me tropecé con algo, o mas bien alguien.

-Aughs- dije al mismo tiempo que caía al piso.

-Ten más cuidado- dijo una voz frente a mí.

Voltee hacia arriba para ver al dueño de aquella voz, me quede hipnotizada al ver a aquel joven alto, de cabello plateado, agarrado en una coleta, era demasiado apuesto, era el príncipe azul que toda chica soñaba tener, y sus ojos color ámbar me hechizaron, pero el hechizo se rompió cuando aquel chico me dirigió una mirada fría, como si hubiera visto a un bicho raro.

-Tonta- fue lo último que dijo, para darse a vuelta, y dejarme ahí todavía en el piso.

Tenia que aceptarlo, era demasiado apuesto, pero sus modales no eran los de un príncipe azul, ni siquiera me ofreció su mano para ayudarme a pararme.

-“Tonto”-pensé mientras me paraba el piso –“Aunque es muy guapo”- estaba sumida en mis pasamientos, cuando escuche la campana de la escuela, la cual anunciaba que las puertas se cerrarían. Al darme cuenta de esto, salí corriendo todo lo que mis piernas me daban. Logre llegar antes de que esto sucediera.

Me dirigí rápidamente a mi salón, con suerte llegue al mismo tiempo que mi profesor. Fui a mi banco, el cual estaba a la derecha el salón, cerca a las ventanas. Llegue sofocada, volteé a ver a mis amigas, las cuales tenían una sonrisa burlona como diciendo “Otra vez tarde”.

-Buenos días jóvenes- dijo el profesor abriendo su portafolio –Abran sus libros en la pagina 95-
Todos lo hicimos, matemáticas, no era mi clase favorita, pero tenia que poner la mayor atención que pudiera. La clase comenzó lo mas normal, hasta que una señora toco a la puerta, el maestro rápidamente pauso la clase, y abrió la puerta, vi como el profesor hablar con la señora, la cual le entrego un papel, el profesor lo vio y asintió.

-Jóvenes se va a integrar con ustedes un nuevo compañero- dijo el maestro, yo no le di mucha importancia. Hasta ver el joven que entro, era el mismo que hace unos momentos atrás tuve la desgracia de toparme. Todas las chicas de mi salón empezaron a chiflarle y a decir un par de palabras como “que guapo”, el no hacia nasa solo se quedo ahí parado, como no importarle lo que las chicas decían.

-Joven preséntese a la clase- dijo el profesor, siempre pedía lo mismo cuando un alumno nuevo llegaba.

-Si- dijo con la misma voz fría –Mi nombre es Sesshoumaru Taisho, mucho gusto- dijo mientas daba una pequeña reverencia.

Quien lo viera, que hace no mas de 10 minutos fue un grosero y ahora se comportaba como un joven demasiado formal. Era una desgracia que este fuera mi compañero, pero mi desgracia creció cuando el maestro dijo que se sentara tras mío.

Se dirigió hacia mí, esperaba que no me viera, o que se hubiera olvidado de mi cara, pero al estar lo suficientemente cerca, me dirigió una mirada un tanto fría, lo que hizo que me estremeciera.
-Sigamos con la clase- dijo el profesor retomando donde nos habíamos quedado.

Trate de seguir atenta a la clase, pero la mirada del chico tras de mi, sentía que se me clavaba como una estaca, toda la clase me sentí de lo mas incomoda, para mi mala suerte esta demoro 3 horas, al fin terminaba.

Tomo me obento y me pare de mi asiento sin mirar hacia atrás, mis amigas Ayumi, Eri y Yuca se encontraban el la puerta esperándome.

Salimos del salón y nos dirigimos hacia el patio, era nuestro lugar favorito, donde en todos los receso tomábamos nuestro obento.

-Que chico mas apuesto acaba de entras- comento Eri mientras tomaba un poco de arroz y se lo metía a la boca.

-Es tan lindo- dijo Ayumi

Yo solo escuchaba no quería hablar de ese chico, era de lo mas grosero, estaba bien que fuera guapo, pero no tenia el derecho de tratarme como lo hizo.

-¿Tu que opinas Kagome?- me pregunto Yuca

Yo hice como si no le diera importancia y seguí comiendo.

-Vi como se te quedaba viendo en la clase, Kagome-dijo en un tono burlesco Ayumi.

Claro que me di cuenta que se me quedo viendo toda la clase, pero para mi no era placentero.

-Chicas déjenme comer- dije para que me dejaran en paz, pero no lo logre.

-Yo creo que le gustas- dijo Eri, siguiendo el juego a Ayumi.

-Chicas dejen de decir tonterías- dije en un tono molesto, claro que me molestaba que insinuaran eso, ni siquiera lo quería volver a ver, y ellas nos imaginaban juntos.

-No son tonterías- dijo Yuca

-Claro que no, todos los chicos de la institución quieren contigo Kagome- dijo una pensativa Eri.
No era del todo mentira, ya que sabía que tenía un par de admiradores en la escuela, pero decir que a todos le gustaba era una exageración.

-Chicas- dije con un tono como diciéndoles “déjenme en paz”.

-Esta bien- dijo Yuca, al fin se callarían –pero si un día son novios, no digas que no te lo dijimos-complemento, si que era demasiado obstinada.

La campana sonó, anunciando que era hora de entrar al salón. Tome mi caja de obento y nos dirigimos al salón, cuando entre me di cuenta que aquel chico no se había movido del lugar, estaba ahí sentado mirando afuera de la ventana, se veía tan apuesto, la luz del sol reflejaba en su cara, no puede evitar observarlo, si que era apuesto.

Pero para mi desgracia el volteo a verme con su cara sin expresión alguna, volteé a ver hacia otro lado dirigiéndome a mi lugar, delante de el. El profesor de Español entro y comenzamos nuestra clase, intente ponerle atención, pero con la mirada de aquel chico en mi espalda se me hacia un poco difícil. Al fin termine mis clases, me despedí de mis amigas, ninguna de ella vivía por mi dirección, así que tenia que irme sola.

Empecé a caminar a dirección de mi casa, estaba demasiado cansada, este no había sido mi día. Sentí una extraña sensación tras mío, me detuve por unos instantes, y de reojo voltee hacia atrás, no podía creer, era el chico de cabellos plateados, mi nuevo compañero de clases.

-¿Vive en mi misma dirección?- me pregunte, y seguí caminando, no pude evitar ponerme un poco nerviosa, al escuchar las pisadas del chico no muy atrás de mi, empecé a avanzar a un mas rápido, al fin llegue a mi casa, y al ver hacia atrás, aquel chico ya no se encontraba, dio un fuerte suspiro de alivio.

Este día había sido un día demasiado difícil, lo único que esperaba era que mi racha de mala suerte se acabara, pero lejos estaba al pasar esto.


Bueno ahi lo dejo. Saludos

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Ola, Bueno antes de comenzar comenzare a agradecerle a los que leen mi fics.

IlEin LoVe: Gracias por tu comentario, le hago la lucha al redactar, aunque aveces siento que me excedo de muchos detalles ¬¬!

shailon: Todas queremos a Sesshy!!!

mariiChelo: Me alegra encontrarme a una fans de las Hello! Project, es raro hacerlo.

sienita: Pues no entendi cual es tupareja favorita.

Bueno gracias por tomerse el tiempo de leer mi fics.

Capitulo II


Esta noche esperaba no tener la misma pesadilla, me acosté en mi cama, ya era demasiado tarde, ver tanta televisión en la noche, según mi mamá era el causante de mis pesadillas. Esta noche empezó a caer una fuerte lluvia con varios truenos y relámpagos, me gustaba dormir con mi ventada abierta, pero ahora tenia que cerrarla.


Esta noche soñé, pero no soñé con la misma escena de siempre, esta vez yo estaba buscando a alguien, estaba en un lugar que parecía una fiesta.


La ventana de mi cuarto se abrió bruscamente, lo cual hizo que me despertara por unos segundos, pero no lo suficiente para volver a cerrarla, así que seguí durmiendo.


El mismo sueño continuo, con otra escena, estaba corriendo y en mis mejillas se derramaban varias lagrimas, no sabia a donde ir, sentía que alguien corría tras de mi, no quería que aquella persona se me acercara.


-Espérame mi Ángel- me dijo aquella voz.


-No te me acerques- dije parándome, y mirando hacia atrás.


La silueta de aquella persona empezó a acercarme.


Me levante de mi cama bruscamente, mi corazón estaba latiendo fuertemente, como si huera estado toda la noche corriendo. Tenia mucho frio, frote mis brazos el uno con el otro, voltee hacia mi ventana, esta estaba abierta, la cerré con un poco de dificultad, ya la lluvia se había calmado un poco, pero el cielo amenazaba con seguir lloviendo, no me gustaban los días así, me hacían entristecer sin ninguna razón.


Lleve mi mano a mi frente, me sorprendí al sentirla caliente, de seguro por no haber cerrado la ventana el aire húmedo y aquella lluvia, me habían hecho enfermar. Maldije eso, no tenia tiempo para faltar a la escuela, se acercaban los exámenes, y no era la alumna mas destacada del salón, no podía darme el lujo de faltar.

Me di un baño, sabía que no era el todo bueno bañarse con agua caliente cuando se estaba enferma de temperatura, pero no iba a dejar que por tal me quedara en la casa, me puse el uniforme, y baje las escaleras.

Mi mamá se encontraba en la cocina como todas las mañanas preparando mi obento.

-Buenos días- dije con una sonrisa, no quería que mi madre se diera cuenta de mi estado, me obligaría a quedarme en casa.

-Buenos días- dijo sin voltear a verme.

-¿Y Sota?- pregunte algo extrañada al no ver a mi hermanito en la mesa, preparándose para ir a la escuela primaria.

-Sigue durmiendo- dijo mi madre con su típica sonrisa.

-¿Pero no se supone que hoy tiene clases?-pregunte algo confundida

-Se quedara en casa debido a la lluvia- dijo un poco preocupada.

Ese enano siempre daba un excusa para no ir a la escuela, aunque no tuviera alguna enfermedad se la inventaba para quedarse en casa, y mi madre se lo creía todo, pero iba en la primaria, por perderse una clase no le pasaría nada.

- Tú tampoco deberías de ir a la escuela- me sugirió.

Tal vez a mi hermano por un día que faltara no le perjudicaría, pero para mi, nunca faltando a ninguna clase se me hacia muy complicado entenderle a las materias, en especial a las matemáticas, no comenzaría a faltar ahora.

-No estoy bien, una lluvia no me detendrá- dije demostrando ánimos.

Claro que la lluvia no me iba a hacer que faltara y tampoco la temperatura, ¿Pero por que era tan obstinada?

Voltea a ver el reloj, tenia que irme rápido antes que me agarrara la prisa.

-Ya me voy- dije tomando mi mochila y corriendo a la calle.

No quería que mi madre se diera cuenta de mi enfermedad, siempre me despedía de ella con un beso en la mejilla, pero ahora si lo hacia se daría cuenta y me obligaría a quedarme en casa.

-Espera- dijo mi madre, pero yo estaba lo suficientemente lejos para escucharla.

Me detuve, para mi desgracia comenzó a llover de nuevo, voltee a ver el cielo, estaba todo oscuro, para mi mala suerte, por salir tan rápido se me olvido tomar mi obento y paraguas.

Corrí hacia la escuela lo más rápido que pude, mi mochila me sirvió de poco como paraguas.
Al fin había llegado, me sorprendí al ver la reja de la escuela cerrada, no podía créelo, voltea ver mi reloj de pulso.

-Las 6:50- dije casi en un suspiro.

Era la primera vez después de tanto tiempo que había llegado temprano, ¿Pero para que había servido?
Escuche unos pasos tras de mi, seguramente era otro compañero que estaba igual que yo. Voltee haber hacia atrás, me sorprendí a ver a aquella persona, era mi nuevo compañero, traía un paraguas y en una mano unas bolsas de súper mercado, en cambio a llevar el uniforme de la escuela, tenia unos jeans y una camiseta blanca.

Se quedo parado frente a mí, mirándome fijamente, hasta que de sus labios salió una sola palabra.

-Tonta-

Fue lo único que dijo para después darse la vuelta y caminar.

Camine tras de el, no es que lo quisiera seguirlo, desgraciadamente la dirección de mi casa quedaba por la de su casa. Otra vez tome mí mochila como paraguas, realmente era una acción algo tonta, ya estaba completamente empapada.

-¿No viste las noticias?- me preguntó.

Me sorprendí un poco, era la primera vez que me decía algo sin un “tonta” antes.

-No- dije algo cohibida, y con las mejillas rojas, ¿Estaba sonrojada?

-Tonta-

Bueno no todo podía ser miel sobre hojuelas. Mientras que el caminaba delante de mi, yo caminaba casi por inercia, mis mejillas estaban rojas al igual que mi nariz. Sentía que en un momento a otro me caería, cada vez miraba todo a mi alrededor borroso, hasta que se me oscureció todo mi mundo, cayendo en el piso.

Ya no supe más que ocurrió. Abrí mis ojos lentamente, mire a mi alrededor, era una hermosa recamara, estaba todo limpio y acomodado, mi cuarto no se parecía en nada a este.

Toque mi frente, en ella se encontraba una toalla húmeda, me levante, no sabia en donde estaba, me era muy confuso, en un momento estaba caminando y en el otro me encontraba en una habitación de quien sabe quien.

Me acerque a un gran espejo, me sorprendí al verme en el, mis mejillas estaban un poco roja, eso era lo de menos, ¿Pero mi ropa?, en vez de mi uniforme de marinero traía puesta una camiseta azul celeste, me quedaba un poco arriba de la rodilla.

Tenía que saber donde estaba, abrí la puerta que se encontraba medio cerrada, camine en una sala, todo ahí era hermoso, no era extravagante, las paredes blancas, los asientos y todo en ese lugar daba un toque moderno. No camine mucho hasta toparme con el dueño de ese lugar.

En un asiento se encontraba sentado aquel chico de cabello plateado, con los ojos cerrados, se veía tan lindo así, con su cabello algo mojado, me acerque lentamente a el, estando frente a el, este abrió los ojos, y me dirijo su típica mirada fría.

-Hola- dije con una sonrisa.

El se levanto de su asiento y se dirigió a la cocina, ¿Me había ignorado? Si.

-¿Estas bien?- me pregunto estando ya en la cocina.

Yo fui tras de el, la cocina era algo pequeña, y como en todo en esa casa estaba limpia.

-Si- le respondí.

Bueno mi temperatura todavía seguía, pero ya me sentía mejor.

-¿Té?- me pregunto mostrando, el té recién hecho.

-Si- le respondí con una sonrisa.

El me sirvió en una taza, lo tome entre mis manos, y sorbe un poco, estaba algo caliente. El regreso a la sala y volvió a su puesto anterior, ya se me estaba haciendo costumbre seguirlo. Me senté al lado de el.

-Si quieres llamar a tu casa ahí esta el teléfono- me señalo el teléfono que estaba cerca de ahí.

-Gracias- me levante del asiento y me asome a la gran ventana que estaba ahí, seguía lloviendo a cantaros. No tome el teléfono, no sabría que decirle a mi mama “Hola mamá todo esta bien, me caí por la temperatura que te escondí, ahora estoy en la casa de un compañero que apenes conozco, nos vemos”.

Me volví a sentar al lado del chico, sin decir nada, empecé a tomar el té hasta acabármelo. La taza la deje en una pequeña mesa que estaba a mi lado. Si que me era incomodo ese silencio.

-Achu- estornude, llevando mis manos a mi cara.

El amablemente me dio un pañuelo de tela, que tenia en su bolso.

-gracias- dije, después de todo no era tan malo como creía.

-No quiero que me llenes de gérmenes- dijo seriamente.

Bueno creo que lo había juzgado antes de tiempo. Ahora que lo recordaba no nos habíamos presentado formalmente, solo en la presentación que hizo en la escuela.

-Me llamo Kagome Higurashi- dije sonrientemente.

El se me quedo viendo, como diciendo “a quien le importa”, hice caso omiso de tal acción.

-¿Y tú?- le pregunte como no sabiendo su nombre, claro que lo sabia, seme había quedado grabado desde que se presento.

-Ya me presente- dijo seriamente

Si que era demasiado obstinado, di una gran suspiro, como tratando de calmarme ante esta situación.

-Si pero no nos hemos presentado formalmente- dije calmada

El solo me dirigió una mirada seria.

En ese momento me quede en shock, ya había notado que sus ojos eran color ámbar, pero solo en ese momento sentí una sensación rara recorrer todo mi cuerpo, sentí que esos ojos ya los había visto antes, ¿Pero donde? Solo podría se en mi……..

-Sesshoumaru Taisho- dijo parándose de su lugar y sacándome de mi pequeño shock.

Yo camine hacia la ventana, aun seguía lloviendo, si seguía así no podría salir de ahí, mire mi reloj de pulso.

-Las 12:30- dije casi en un suspiro.

No era demasiado tarde, mi madre no se preocuparía por mi, si no después de las 2:00 que era la hora de salida de la preparatoria. Pero no debía de estar mucho tiempo ahí, no quería molestar a Sesshoumaru, estaba más que claro que no le caía bien. Solo tomaría mi mochila y me iría de ahí.
Voltee para abajo para ver mi cuerpo, aun tenia la larga camiseta ¿Y mi uniforme? Me pregunte, Espera un momento Kagome. Me puse de lo mas sonrojada, al darme cuenta al fin que aquel chico me había quitado mi uniforme y me había puesto una de sus camisas, lo cual me tuvo que ver solo con mi ropa interior.

No sabia que hacer, sus intenciones no eran malas después de todo, me quito la ropa mojada para no enfermarme más, o eso es lo que quería pensar, si un chico me viera con solo ropa interior le daría una fuerte cachetada. Pero trataba de pensar que este caso era para mi propio bien.
Lo busque en la cocina, ahí estaba sentado tomando té, me senté en la mesa frente al el, este solo me ignoro.

-Sesshoumaru- dije algo sonrojada y con la cabeza inclinada - ¿mi ropa?- finalice.

El separo de su lugar, yo lo seguí un poco atrás, entramos a un cuarto pequeño, el cuarto de lavado. Abrió la secadora y ahí adentro estaba mi uniforme ya seco. Lo tome, no sabia por que pero me alegro ver mi uniforme.

-Puedes cambiarte en mi cuarto- fue lo único que dijo para después regresa a la cocina.

Me fui a su cuarto a cambiarme, me quite su camisa, la doble y la deje sobre su cama, me volví a sonrojar, que mal día había escogido para ponerme mi ropa interior de conejito. Termine de cambiarme, salí del cuarto, y ahí estaba sentado en uno de los sofás, tome mi mochila que se encontraba en el piso.

-Gracias por todo- dije dándole una pequeña reverencia.

Me dirigí a la puerta de salida la abrí lentamente, hasta que esta fue cerrada de golpe. Era Sesshoumaru que se encontraba parado frente a mí.

-¿Piensas irte con esta lluvia?- dijo algo enfadado.

Yo solo me limite a asentir, estaba sorprendida por tal acción. El tomo un paraguas y me dio otro a mí.

-Te acompaño- dijo para luego cerrar la puerta y salir los dos caminando de su casa.

Aun seguía lloviendo, pero para mi buena suerte, ya se había calmado un poco, el caminaba al lado mío, voltee a verlo, se veía tan lindo cuando no me dirigía esa mirada intimidadora, no sabia por que pero sentía que ya lo conocía desde hace mucho tiempo, pero que tontería pensaba, apenas lo acababa de conocer ayer.

El volteo a verme, yo rápido dirigí mi mirada a otra lado, no quería que creyera algo malo de mi. Debía establecer conversación, no me gustaba estar tan callada. Así que dije lo primero que se me vino a la mente.

-¿Vives solo?-

Que pregunta más tonta, El tal vez tendría unos 17 años y yo preguntando tal tontería, era lógico que viviera con sus padres.

-Si – dijo secamente.

Me sorprendió al escuchar su repuesta, un menor de edad era raro que viviera solo.

-¿Qué edad tienes?-

El hizo una mueca de disgusto, me di cuenta que no le gustaba que lo interrogara, bueno tal vez esta era la ultima vez que entablaremos conversación formalmente. Después de este día era mas que seguro que no me quisiera hablar.

-18- al fin contesto.

Ya no lo interrogaría mas, ni siquiera le hablaría. Llegamos a mi casa, me pare enfrente de esta señalando que ahí viva.

-Muchas gracias por todo- dije dándole una reverencia.

-Recuerda que mañana tampoco hay clases- dijo algo fastidiado, tal vez no quería pasar lo mismo que hoy.

-Otra vez gracias- volví a decir

Este se dio la vuelta sin decirme nada, yo me quede parada viéndolo como se desaparecía en la lejanía. Entre a mi casa, me quite los zapatos antes de entrar.

-Ya llegue- dije sin muchos ánimos.

Salió corriendo mi hermano con una sonrisita burlona.

-¿Que cosa?- pregunte algo confundida.

-No te dije que hoy no había clases- dijo entre risas, y salió corriendo.

-Te matare Sota- dije gritando tras de mi hermano.

-Ya niños cálmense- dijo mi madre sentada en la mesa.

Si claro, me calmaría pero después de tener a mí hermano agarrado del cuello.

Toda la tarde transcurrió normal, mi mamá se había dado cuenta que tenia temperatura y antes de que anocheciera ya me tenía en la cama acostada con una toallita húmeda en la frente.

No tenia sueño solo me daba vueltas en mi cama, no tenia nada que hacer, además que mi mamá no me dejaría hacer nada, era jueves, y el viernes no habría clases y después vendría el fin de semana, se escuchaba muy aburrido.

Al fin me quede dormida, esta noche soñé otra vez con aquel chico de cabello plateado.
Estaba sentada frente a el, el me abrazaba por la cintura, me sentía tan cómoda entre sus brazos, tan protegida. No quería que el abrazo se acabara.

-Te amo, Ángel- dijo mientras se acercaba a mí y me daba un tierno beso.

-Yo también te amo Inuyasha-


Este capitulo me dolio escribirlo ya que algo parecido me paso a mi, bueno solo de llegar a la escuela con 39º de temperatura y que este cerrada, que mas quisiera tambien aver vivido la parte donde me encuentro a Sesshy.

Saludos.

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Ola, gracias por pasarse a leer mi FF, aqui les traigo el siguiente capitulo y como lo prometi esta un poco mas largo :D, asi que disculpen la demora








Capitulo III

Esa mañana me levante con pereza, abrí la cortina de mi ventana, aun seguía lloviendo, no era de extrañarse estábamos en Verano y este seria el primer huracán de este año, me gustaba quedarme en casa sin tener escuela, pero odiaba el sentimiento depresivo que la lluvia emanaba en mi.

Toque mi frente, sonreí para mi, al fin mi temperatura había cesado, me metía a la bañera, este día pondría la tina, me encantaba quedarme dentro de ella por mucho tiempo, aunque después se me arrugaban los dedos. El agua estaba tibia, lo cual me era relajante.

Cerré los ojos disfrutando de aquel momento, como muchas de las veces cuando despiertas el sueño que tuviste la noche anterior es olvidado, pero otras veces son recordados como imágenes borrosas de una película, los sueños que recordaba, eran aquella horrible escena con el chico de cabellos plateados, dando su ultimo suspiro entre mis brazos, pero ahora lo había soñado vivo, y además besándome, me era aun mas extraño, ya que aunque tuviera ya 16 años nunca había dado mi primer beso.

Desde aquel momento me di cuenta de la semejanza de aquel chico de mi sueño y de Sesshoumaru, su cabello era del mismo color plateado, era raro tener aquel color de ojos, pero me era todavía más extraño que el y el chico de mis sueños los tuviera del mismo color.

Abrí mis ojos, lo más grande que pude, al darme cuenta que tal vez Sesshoumaru y el chico de aquel sueño era la misma persona, cerré lo ojos otra vez y me hundí en la tina aguantando la respiración unos segundos, me trate de controlar pensando que era imposible aquel pensamiento.

Salí de la bañera un tiempo después, me era demasiado aburrido todo el día estar en casa sin la posibilidad de salir con mis amigas. Después de alístame baje las escaleras, ya estaban mi madre en la cocina y mi hermanito en la mesa.

-Buenos días- dije sentándome en la mesas y tomando una plato para servirme algo de cereal.

-Buenos días dormilona- dijo mi hermano sacándome la lengua, solo para molestarme.

Yo solo me limite a ignorarlo, no tenia ganar de comenzar una pelea tan temprano, solo comencé a comer mi cereal.

Lleve mi plato a la cocina para lavarlo, mi madre estaba recargada escribiendo en un pequeño pedazo de papel, me acerque a ella, era la lista de compras.

-¿Vas a ir al súper mercado?- le pregunte un poco dudosa.

-Si- dijo terminando de anotar todos los víveres en el papel.

Era mi oportunidad de hacer algo para no estar todo el día en casa, aunque no fuera del todo divertido ir al súper mercado, pero algo debía de hacer.

-Yo iré- le dije con una sonrisa

-Acabas de curarte, no quiero que vuelvas a enfermar- me dijo tiernamente.

Era normal que mi madre se preocupara por mi, pero después de unos minuto ya estaba en las calle con un paraguas, ya no estaba lloviendo tan fuerte, tal vez al otro día ya no llovería mas, llegue al súper mercado, compre las cosas que mi mamá me pidió, a los 5 minutos ya estaba de regreso con las bolsas de un lado y con mi otro brazo sosteniendo el paraguas. Me gustaba dar pequeños saltos en los charcos de agua, aunque esa acción era para una niña pequeña, pero me divertía hacerlo.

Voltee a ver el camino a la derecha del mío, me era conocida aquella calle, sonreí tontamente era el mismo camino en donde quedaba la casa de Sesshoumaru. Me quede parada, no se cuanto tiempo, sumergida en mis pensamientos, era verdad que el y yo la primera vez que nos vimos fue de lo peor conmigo, pero el día anterior había sido de lo mas amable, tal vez no le había quedado de otra al verme tirada en el piso lloviendo, pero la acción de llevarme a su casa fue, tierna. Me di un pequeño coscorrón con mi puño cerrado, regañándome por que tonterías estaba pesando.

Seguí caminando, si llegaba un poco tarde de seguro mi madre se preocuparía por mi, seguí jugando con el agua acumulada en la calle. Hasta que sentí que alguien atrás mío me miraba, me detuve de seguir mi pequeño juego, me daba vergüenza que me vieran brincando en los charcos. Camine normalmente, seguramente esa persona seguiría su camino y me dejaría otra vez sola, pero no sucedió, seguía caminando tras de mi, llevaba mas de un minuto así, me detuve un segundo, escuchando con atención los pasos de aquella persona que golpeaba los pequeños charcos.

Se detuvieron casi al mismo tiempo que lo hice, mire de reojo tras de mi, no pude visualizar bien, era un hombre no muy alto, con una gabardina café, mi ansiedad empezó a crecer. Era una de las colonias mas tranquilas, nunca se había escuchado de algún robo, pero era demasiada conciencia que siguiera mi mismo camino.

Seguí con mi camino, y de nuevo volví a escuchar lo pasos de esa persona, esto si que me hizo ponerme mas nerviosa, trate de aparentar ser fuerte, pero un impulso me hizo que diera los pasos mas rápidos, mi sorpresa creció al escuchar que aquella persona también acelero su andar. Ahora si lo único que me quedaba era correr y fue lo que hice, y no se hizo esperar escuchar los pasos de aquel hombre tras de mi, el corazón se acelero, pareciera que me iba a caer debido a la lluvia, sentí como el paraguas resbalaba de mi mano cayendo en la acera, no me detuve a recogerlo, lo que menos quería es que aquella persona me alcanzara, así que seguí corriendo.

-Espera- dijo aquel hombre al fin deteniéndose.

¿Detenerme? Claro que no lo hice, seguí corriendo hasta llegar a mi casa, mire hacia atrás, di un gran suspiro al no ver a nadie tras de mi, lo había perdido, baje mi mirada, aun tenia las bolsas del súper en mi mano, pero mi paraguas lo había perdido, di un gran suspiro, que mas daba.

El fin de semana fue de los mas aburrido, mis amigas fueron el domingo a mi casa, se disculparon por no hablarme para saber que no había clases, eso ya no me importaba realmente, vimos unas películas y comimos, no nos desvelamos ya que al otro día había clases.

Me levante mas temprano de lo común, me arregle rápidamente, recogí mi cabello a la mitad y lo demás lo deje suelto, me pinte ligeramente ¿Pero por que me arreglaba tanto? Comí un pan tostado antes de salir corriendo hacia la escuela.

Camine lentamente al pasar por una calle, mire atentamente tal vez de casualidad lo encontraba, me deprimí al no verlo, que tonta era, apenas y lo conocía ¿Y estaba desesperada por verlo?, eso parecía. Seguí caminando hasta llegar a la escuela, que bien se sentía llegar al mismo tiempo que todos sin la adrenalina de llegar tarde.

Entre al salón, todos estaban parados platicando entre si, era obvio ya que aun no había llegado el profesor, ahí estaban mis amigas platicando juntas. Me acerque a ellas, las cuales me vieron con una cara de confusión.

-Buenos días- dije con una gran sonrisa.

Todas me miraron como si hubieran visto a un fantasma, si sabía que siempre llegaba tarde, pero ellas si que exageraban, me senté en mi lugar.

-Buenos días Kagome- dijeron las tres al unisonó.

Voltee a ver tras de mi, con la esperanza de verlo, pero su lugar seguía vacio.

-Aun no llega- dijo una Ayumi con la cara algo graciosa.

¿Tan obvia me había visto? Creo que si.

-¿De que hablas?-Pregunte con la voz demostrando confusión, pero si que era una mala actriz.

Las tres se miraron entre si y después rieron. Que amigas. Seguimos platicando, por mi suerte no del chico nuevo de la clase.

El profesor se empezó a acercar al salón, todos se fueron a sus lugares, pero se detuvo a platicar con otro profesor, odiaba que los maestro hicieran eso, ¿Qué no les pagaban por enseñar?, que tonterías pensaba, yo era la que siempre llegaba tarde, hice un puchero de fastidio, mi semblante cambio al visualizar la imagen del joven de cabellos plateados atravesar la puerta, acomode mi cabello y me enderece en mi lugar. El se acerco hacia mi, claro que lo debía de hacer, su lugar quedaba tras de mi. Me dirigió su ya típica mirada seria y se sentó tras de mi, me sentía tan tonta. ¿Qué cosa estaba pensando? Que me dijera “que linda te vez”. Di un gran suspiro, tal vez lo hice dándome por vencida.

El profesor no demoro en entrar, y rápido nos dijo que sacáramos nuestros libros. Odiaba las matemáticas y mas las odiaba a las primeras horas del día, empezó a explicar un ejercicio en el pizarrón, a mi solo me parecían un montón de letras y números sin sentido, casi me estaba durmiendo hasta que el maestro dijo.

-Bueno jóvenes, den la vuelta a los asiento y trabajen con su compañero”-

Todos empezaron a mover sus asientos, yo me quede sin hacer nada, solo mirando a los demás, esperaba que mi compañero fuera aquella chica frente a mí.

-Señorita Higurashi, de la vuelta a su asiento- dijo el profesor llamándome la atención.

Hice lo que me dijo, quedando frente a Sesshoumaru, a el no le importo tal hecho, me quede ahí sin hacer nada estaba algo cohibida. El maestro nos entrego una hoja, era un examen para los dos, lo tome entre mis manos, venia todo lo que habíamos visto hasta ahora, calculo, geometría y trigonometría. ¿Eso lo habíamos visto?, si era así no recordaba nada de nada.

Bueno comenzaríamos con el primer ejercicio, tal vez Sesshoumaru al ser nuevo no le entendería a nada, necesitaba ayudarlo. Trate de hacer el primer ejercicio, no le entendí, iría con el segundo.

-“x”-“y” igual a……- Trate de responder el ejercicio pero no tenia ninguna idea de como se hacia.

-Ya termine- dijo Sesshoumaru dejando la hoja a un lado.

La tomé, no se podría decir que la revise ya que no le entendí. A los pocos minutos el maestro paso por loa asientos tomando las hojas, mucho pusieron cara de que no lo había hecho bien, y le di la hoja que había hecho Sesshoumaru, me sentí un poco apenada ya que no le había ayudado en nada.

El profesor se fue a su escritorio a revisar lo exámenes, nos dijo que podíamos platicar por mientras, pero en silencio, que tonto se escuchaba eso. No podía platicar con nadie ya que mis amigas quedaban a dos asientos de mí, solo me quede ahí sentada por más de media hora. Hasta que al fin el profesor termino de calificar lo exámenes, solo era una prueba para ver como íbamos en su clase, la cual iba de lo mas mal.

Empezó a entregar los exámenes, por las caras de mis compañeros se podía decir que a no muchos les había ido bien del todo, esto hizo que me pusiera un poco nerviosa, hasta que dijo mi nombre.

-Señorita Higurashi y señor Taisho- dijo el profesor alzando la hoja blanca

Yo me levante para tomar el examen, lo tome entre mis manos, me sorprendí al ver el resultado. Un diez, era el primer diez desde hace mucho tiempo.

-Felicidades Señorita- dijo el maestro con su semblante serio.

Yo solo asentí, estaba sorprendida por la calificación, aunque un poco apenada, era un diez pero no era mi diez, era de Sesshoumaru. Regrese a mi lugar y puse la hoja en el asiento de el.

-Tomare encuentra la calificación del examen- dijo el profesor a la clase.

La clases transcurrieron normales, con unas cuantas llamadas de atención de mis maestro por casi quedarme dormida en la clase. Al fin terminaron, me despedí de mis amigas, como me hubiera gustado que alguna de ellas viviera en mi misma dirección para no irme tan solita, pero que más quedaba.

Empecé a caminar, estaba demasiado cansada, casi arrastraba mi pies, y mi mochila casi tocaba el suelo, di un gran suspiro. Me detuve en seco, otra vez sentí esa misma sensación, alguien me seguía atrás, mira a mí alrededor, no había nadie en la calle, camine lo mas tranquila que podía, pero los pasos tras de mi seguían, no quería parecer muy paranoica, seguro todo era producto de mi imaginación, trate de controlarme. Me estaba preparando para correr hasta que unas palabras me detuvieron.

-No vallas a correr otra vez- me dijo aquella voz.

Yo me puse de lo más nerviosa, ¿Otra vez? Entonces era la misma persona del otro día, no lo podía creer, ¿Qué es lo que quería?, si fuera un ladrón no le robaría a una colegiala, ya que lo único que se podía llevar eran mis libros, los cuales no le servirían de nada, ya que ni si quiera estaban contestados bien. Me quede parada, sin voltear atrás.

-Si que corres rápido, antes no lo hacías tan bien como ahora- dijo aquella voz, escuchándola mas cerca de mi, en señal de que se estaba acercando.

¿Qué antes no lo hacia bien? Que se creía ¿Que ya me conocía? Voltee rápidamente, quedando a unos metros de aquel hombre.

Era un joven de unos escasos 20 años, no muy alto, de cabello oscuro corto, sus ojos me dejaron en un pequeño shock, era dorados, iguales a los de Sesshoumaru, era de complexión delgada aunque con su camisa gris se podía ver perfectamente que tenia marcados sus músculos, era un joven demasiado atractivo. Pero eso no importaba, lo único que me importaba era por que me estaba siguiendo.

-¿Qué quieres?- dije tratando de ocultar de nervios, lo cual no lo logre ya que mi voz se escucho cortada.

El dio un paso hacia mí, yo casi como un reflejo di un paso hacia atrás, no sabía que era lo que quería. ¿Era un ladrón? No lo creía ya que su ropa marca Calvin Klein, delataba que no era ningún ladrón.

-Solo te quería regresar tu paraguas- dijo mostrándome el objeto perdido.

Volvió a dar un paso hacia mi, yo otras ve di un paso hacia atrás, no quería que se me acercara, no sabia por que tanta su insistencia. Estiro el objeto para que yo lo tomara sin moverme de mi lugar, estire mis manos y lo tome.

-Gracia- dije en una voz baja, di una pequeña reverencia para luego salir corriendo.

Pero sentí un mano que tomaba fuertemente mi brazo, mire hacia atrás y estaba aquel chico sosteniéndome con una sonrisa, trate de zafarme del agarre, pero no pude ya que el joven era mucho mas fuerte que yo.

-Suéltame- le ordene, casi gritando.

El solo se me quedo viendo con su sonrisa, yo ya estaba demasiado nerviosa, ¿Qué quería de mi?

-No te dejare ir otra vez- dijo el chico sin dejar de mirarme.

¿Otra vez? A que se refería, tal vez a aquel día que corrí y lo deje atrás. Yo lo mire algo extrañada, pero sin quitar los nerviosa.

-Suéltame, o gritare- amenace con una voz desafiante.

-Nadie te escucharía- dijo aquel chico.

Tal vez tenía razón, esa calle no era muy concurrida, pero algo tenía que hacer no podía quedarme tranquila.

-SUELTAME- grite con todas mi fuerza, y me jale para romper el agarre.

Cerré mis ojos mientras lo hacia, me sorprendí al no sentí la fuerte mano de aquel chico tomar mi brazo. Abrí mis ojos, y frente a mí ya estaba aquel chico tirado en el suelo con un hilo de sangre en el labio, desvié mi mirada para ver quien era el causante de tal herida.

-Sesshoumaru-

Estaba parado frente a mi en señal de protección, no podía ver su cara solo su espalda. Me sentí tan aliviada de que el llegara.

Aquel chico desconocido se paro del suelo, limpiándose con una mano la sangre de su labio, mirando a Sesshoumaru con odio ¿Por qué lo hacia?, ¿No seria mejor echarse a correr? Ya que si me quería asaltar, ya estaba claro que Sesshoumaru me protegería de el. Me dirigió su mirada, yo me estremecí al sentirla sobre mí.

-¿Así que ahora el es tu novio?- me pregunto

¿Ahora? ¿De que estaba hablando? Yo nunca había tenido novio, y menos era el. Tal vez me confundía con otra persona. Si eso era lo mas seguro.

-Nos veremos cuando tu noviecito no esté cerca- dijo para después darse la vuelta e irse casi corriendo de ahí.

Sesshoumaru se dirjio hacia mi, yo trataba de controlar mi corazón el cual amenazaba con salirse del pecho.

-¿Estas bien?- me pregunto

Su voz demostraba un poco de preocupación, esa era la primera vez que escuchaba esa voz.

-Si- dije casi en un susurro.

-¿Quien era?- me pregunto, regresando a su típico tono de seriedad.

Que buena pregunta, si yo lo supiera no estaría muerta del miedo como ahora.

-No lo se- dije mirando hacia el suelo.

Empecé a caminar a dirección de mi casa, me sorprendí al ver que Sesshoumaru caminaba al lado mío, a su lado me sentía segura, con el ese chico no volvería a molestarme.

-¿Es tu novio?- pregunto

Voltee a verlo, el tenia la vista al frente ¿Por qué lo preguntaba?, ¿Acaso yo le importaba?, esta posibilidad hizo que me sonrojara.

-No- dije en voz baja –Nunca lo había visto- finalice.

Caminamos un rato sin que ninguno de los dos dijera ninguna sola palabra, llegamos a la desviación que el tomaba para llegar a su casa, pero el no se despego de mi al pasar por ahí, me confundí ¿A caso me iría a acompañar a mi casa?

-Sesshoumaru, tu casa queda por allá- dije deteniéndome y señalando a su dirección.

Que tonta era, claro que él sabia donde vivía, no era ningún tonto. El no dijo nada siguió caminando. Parecía que si me acompañaría hacia mi casa.

Al fin llegamos me detuve enfrente, el solo dio la vuelta para marcharse, ¿Se iría sin decirme nada y yo sin decirle nada?

-Gracias- fue lo único que salió de mis labios.

El volteo a verme, sus lindos ojos dorados se posaron sobre mí. Yo le di una reverencia, el solo asintió y se marcho.

Entre a mi casa, escuche a mi madre diciendo que la comida ya estaba en la mesa, pero yo no tenia ganas de comer, subí las escalera y me fui a mi cuarto, literalmente me tire sobre mi cama. Aquel día había sido de lo mas confuso, ¿Quién era aquel chico? ¿Qué era lo que quería de mí? Me daba miedo pensar que cumpliría su amenaza de volver a verme.

Rápidamente llego la noche, hoy si me dormiría temprano ya que había madrugado más de lo común, y me había propuesto llegar todos los días a tiempo, ya que era para el bien de mis calificaciones.

Aquella noche volví a soñar con aquel chico de cabellos plateados y ojos ámbares. Aquel sueño jamás lo había tenido antes.

Estaba aquel chico abrazándome por la cintura, no lo puedo decir con seguridad, pero lo que pude visualizar es que estábamos desnudos los dos debajo de una sabana blanca, el medio un tierno beso en lo labios, lo cual yo correspondí sin pensarlo. Me dirigió una tierna sonrisa, se veía tan lindo cuando sonría.

-Te amo, mi lindo Ángel- me dijo mientras me acercaba mas a su cuerpo, lo cual yo no le impedí.

-Yo también te amo Inuyasha- le dije para darle un mas largo y profundo beso.

El me miro con un semblante algo serio, y preocupado a la vez, no entendía por que, yo estaba feliz ya que minutos antes nos habíamos entregado el uno al otro.

-¿Qué te ocurre?- lo mire algo preocupada, y tome con una de mis manos su rostro.

El beso mi mano y después mi frente, esto me dejo todavía mas confundida.

-Siempre te amare- me dijo sin quitar la vista de mi, la cual era de lo mas pacifica.

Yo le regale una pequeña sonrisa, me alegraba tal confesión, estaba contenta al saber que mis sentimientos eran de la misma manera correspondidos.

-Yo también, Inuyasha-

Aquel sueño quedo así, y después de aquella escena tan tranquila, volvió la misma de siempre, como odiaba tener aquella pesadilla. Pero esta vez no me desperté, tal vez estaba demasiado cansada para hacerlo.

Mi despertador tonó a las 5:30, me alegro saber que todavía funcionaba después de tantos golpes que le había dado; me bañe rápidamente, me puse mi uniforme de marinero, mi cabello esta vez lo recogí todo en una coleta alta. Baje las escaleras, aun no estaba Sota, lo mas seguro es que estuviera todavía durmiendo. Mi madre se sorprendió al verme tan temprano levantada, tuve que espera para que terminara de preparar mi obento, y después de esto salí de la casa.

Otra vez me asome en la misma dirección de la casa de Sesshoumaru, pero no había nadie, baje mi vista y seguí caminando, a la lejanía pude visualizar al chico de cabellos plateados, me alegre al verlo, no había sido del todo inútil haberme levantado tan temprano. Salí corriendo hacia el, en ese momento no me importo lo que el pensaría de mi. Disminuí mi velocidad al estar al lado de el.

-Hola- le dije con una gran sonrisa.

El solo me miro algo extrañado, tal vez pensaría que lo estaba siguiendo. Lo cual me apeno un poco, no quería que creyera que estaba desesperada al verlo. Pero creo que no pude evitar que pensara esto. Caminamos sin decir nada, no me importo aquel hecho, estaba feliz por haber llegado a la escuela a su lado.

Entre al salón apenas había llegado Yuca, me dirigí hacia ella, pasaron los minutos y Eri y Ayumi llegaron al mismo tiempo. Platicamos de cosas de chicas, un poco sin sentido, hasta que entro el profesor, la clase fue de lo más aburrida, hasta que entraron un par de compañeras de otro salón. Traían varios carteles coloridos.

¿Un festival de baile? Varios chicos se alegraron era su oportunidad de invitar a alguna chica que fuera su pareja aquella noche; el festiva seria este fin de semana. A mi no me alegre aquel evento, siempre era lo mismo, iría con Ayumi, Eri y Yuca, ninguna de las cuatro sin compañía.

Las clases concluyeron normalmente, un joven llamado Hoyo de nuestro salón había invitado a Ayumi al festival, no dejamos que ella decidiera, rápido le contestamos que si iría con el, sabíamos que a Ayumi le gustaba aquel chico, pero ella le daría pena decirle que si.

Salí directo hacia mi casa después de despedirme de mis amigas, solo pensaba en aquel festival, una de nosotras tendría pareja, me resultaría divertido que esta vez fuera con un chico, algo distinto a todos los festivales anteriores; no es que antes no me hallan invitado algunos chicos para ser su pareja, solo que a mi no me interesaba ninguno de aquellos chicos. Pero ahora tal vez seria diferente.

Seguí caminando, hasta que me detuve en seco, sentía una pesada mirada sobre mis hombros, realmente me sentía algo tonta, de seguro era otra persona y no aquel chico de cabello oscuro. Voltee rápidamente hacia atrás.

Abrí mis ojos lo mas grandes que pude, frente a mi estaba aquel joven desconocido mirándome con una sonrisa en su cara, me puse un poco nerviosa, ¿Por qué me seguía tanto aquel chico? Di la vuelta para seguir mi camino. Pero me detuve enseguida al escuchar las palabras que salieron de aquel hombre.

-Espera mi Ángel-

Bueno ahi se las dejo, espero que les haya gustado. Saludos

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Ola, gracias por leer mi fics

Este capitulos no lo quise hacer tan largo, pero cuando me di cuenta ya eran 5 hojas O.o

Espero que les guste





Capitulo IV

Mi corazón se detuvo unos segundos al escuchar esa ultima palabra, la cual me era tan extraña y a la vez tan familiar, nunca antes alguien me había llamado así, solamente en mis sueños. ¿Pero como aquel joven sabia lo de mis sueños? Di la vuelta para quedar frente a el. El me volvió a mirar con una sonrisa en su rostro, la cual era de satisfacción.

Tal vez solo le había atinado por casualidad, ni a mi madre le había contado todo, ¿Y como aquel joven sabía que el chico de mis sueños me llamaba igual? Voltee verlo con un semblante sereno, no quería demostrar asombro frente a el.

-¿Todavía lo recuerdas?- dijo el joven con un poco de ternura en sus palabras.

No entendía lo que quería decir ¿Recordar? ¿Recordar que? ¿Que era lo que quería aquel chico? Tal vez todo se trataba de una mala broma.

-¿Qué quieres que recuerde?- le pregunte con confusión en mi cara.

Aquel chico empezó a acercárseme lentamente, en ese momento tuve mucho miedo, mire a todos los lado, buscando a otra persona cerca de ahí, pero la calle seguía solitaria, esta vez no tendría la suerte que en mi defensa saliera Sesshoumaru.

-No tengas miedo- dijo con una sonrisa al notar que estaba nerviosa.

¿Qué no tuviera miedo? Me era casi imposible, no sabía lo que quería aquel joven desconocido, siempre había sido una chica fuerte sin ningún temor, ahora lo tenía; pero sentía que había algo mas tras de esto.

-¿Qué quieres de mí?- le pregunte con la voz un poco cortada.

Se detuvo al estar frente a frente a mí, tal vez no queriendo producirme más temor.

-Se que la primera vez que te vi no fue una presentación muy grata-Calló por uno segundos.

Esta vez ya no correría mas, tenia el presentimiento que si lo hacia volvería a seguirme, tenia que enfrentarlo. Solo me quedaría parada frente a el, escucharía todo lo que me quería decir, y después de escucharlo hablar le diría un par de cosas y nunca lo volvería a ver. O eso era literalmente lo que tenía pensado hacer.

-te vez hermosa- dijo mirándome de la cabeza a los pies.

Yo estaba mas que confundida, ¿Me había estado siguiendo todo este tiempo, nada mas para ligar conmigo?

-No es que antes no lo fueras- dijo con una sonrisa y un poco de sonrojo en sus mejillas -pero ahora te vez diferente- termino de decir ya un poco mas serio.

Seguía sin entender nada de lo que me decía; ya no tenia miedo, ahora ya no me parecía ningún ladrón, mas bien un demente ¿Cómo podía decirme aquellas palabas si apenas me había conocido ayer?

-Creo que me confundes con alguien mas- dije seriamente.

No pasaron ni dos segundos par darme la vuelta y dar un par de pasos para alejarme de el, ya le había dejado claro que yo no era aquella persona que el estaba buscando.

-Espera- dijo corriendo y quedando otra vez frente de mí, impidiendo que siguiera mi camino.

-Déjame ir- le ordene casi gritando.

Trate varias veces de caminar a lado de el, pero para cualquier lugar que caminaba el siempre se ponía enfrente de mi.

-Te dejare ir- dijo con un semblante un poco serio.

Yo lo mire a los ojos, de la misma manera que el lo hizo, sabia que no me dejaría ir tan fácilmente.

-¿Pero?- le señale. Sabía que quería algo más de mí.

-Pero, solo dejarme contarte sobre mí- dijo en un tono autoritario.

No quería saber nada sobre el, me parecía una manera muy rara de ligar un una joven. Tal vez en otra situación yo accedería a conocerlo, ya que era demasiado apuesto. Pero en esta situación lo único que quería era alejarme de el. Trate otra vez de pasar a su lado, demostrándole que no quería saber nada de el; pero otra vez volvió a ponerse frente de mi. Lo mire a los ojos, a sus ojos dorados.

-Déjame contarte sobre mi- volvió a repetir – Y también sobre ti-

¿Sobre mi? Que sabia el de mi, nuca en mi vida lo había visto antes, ¿Y el tenia que decirme algo sobre mi misma?

-Por favor, no me sigas molestando- dije ya un poco mas calmada, camine un lado de el, esta vez ya no me impidió seguir mi camino.

-Se sobre tus extraños sueños-

Me detuve al escuchar esto, ¿Cómo sabia de mis sueños? Solo a mi madre se lo había contado, ni siquiera mis mejores amigas lo sabían, ¿Pero como el lo sabia? Estaba sorprendida, aunque después me sorprendí aun más.

-También se que sueñas siempre con un joven de cabello plateado y ojos ámbares-

Di la vuelta, me pareció algo irónico, trate tanto alejarme de el ¿Y ahora yo era la que se acercaba? Quería saber por que sabia de aquel chico de mis sueños, volvimos a quedar frente a frente.

-¿Cómo lo sabes?- pregunte algo confundida.

El me miro con una sonrisa, estaba feliz, ¿Pero feliz por que?

-Te lo diré- dijo mirando a todos lados, viendo si había alguien más.

Al fin apareció una señora caminando cerca de ahí, que ironía yo tanto que deseaba que alguien apareciera para alejarme de el, y ahora que había alguien quería que me contara lo que el sabia de aquel sueño.

-Te lo contare, pero no aquí- dijo esto tomándome del brazo delicadamente y caminando a lado de mi.

Hice un movimiento un tanto brusco tratando de zafarme, quería que me dijera lo que me tuviera que decir, pero no tenia confianza en el para que me llevara a quien sabe donde. El sintiendo esto me soltó sin ninguna resistencia, y me volvió a ver a los ojos.

-Sera una platica un poco larga, seria mejor que fuéramos a otro lugar mas pacifico- dijo serenamente.

¿Tanto era lo que quería decirme? Sabía que si no accedía no me lo contaría, y quería saber como darle fin a todas mis pesadillas. A si que solo me quedo asentir.

Caminamos solo una calle y después de ahí me soltó del brazo, para sacar de su bolso unas llaves. Me quede sorprendida al ver su automóvil, era un hermoso Ferrari negro, nunca antes había visto uno, solo en la televisión y en algunas revistas. Mire como el sonrió, me apene un poco ¿Tan obvia me había visto?

-Sube- dijo mientras me abría la puerta.

Me quede parada, cuando era pequeña mi madre siempre me decía que nunca me subiera al auto de un extraño, ¿Y ahora estaba a punto de hacerlo?

-No te hare nada, lo prometo- dijo con su dulce sonrisa.

Ya me había dado cuenta de lo apuesto que era, pero con el miedo de no saber lo que quería, lo había pasado por alto. Con algo de timidez entre al automóvil, el cerró la puerta y se dio la vuelta para entrar del otro lado.

-¿Adonde vamos?- pregunte a la vez que el prendía el motor.

-Ya lo veras mi Ángel- dijo comenzando a mover el automóvil.

No supe que fue lo que mas me molesto, si no decirme a donde iríamos o que me haya dicho lo ultimo, no es que no me gustara, pero me era extraño que me llamara así, apenas conociéndome.

-No me digas así- dije un poco molesta.

El volteo a verme por un instante, como buscando algo en mi mirada, para después voltear a ver el camino.

-Antes no te molestaba que te dijera así-

Si que estaba demente ¿Antes? Esta era la primera vez que alguien se refería a mí como “Ángel”. No le reclame ya nada mas, no quería tener más comunicación con aquel joven. Llegamos a un restaurante, era demasiado lujoso, el rápidamente se bajo, para abrirme la puerta automóvil y darme la mano para salir del el.

Me sentía un poco incomoda ya que llevaba mi uniforme de la escuela, se veía que era un restaurante donde iba la gente con vestido largo y no con ropa de marinerito. Entramos en el, estaba completamente vacio, con excepción de una pareja. El me tomo del brazo dirigiéndome a una mesa que estaba cerca de una gran ventana, de la cual se podía ver los carros pasar. Pero no estaba ahí para tener una tranquila tarde.

-¿Me vas a decir?- dije seriamente.

El se me quedo viendo un poco extrañado, como no sabiendo lo que decía, rápido sonrió tontamente, como recordando el verdadero propósito de esto.

-Si- dijo regalándome una sonrisa –pero antes ¿No quieres comer algo?- pregunto.

Esto hizo que me sintiera un poco furiosa. Tenia hambre ya que se acercaban las tres de la tarde y no había pasado bocado; pero no había hecho todo esto para comer con el. Me levante de mi lugar, para dirigirme a la salida. Pensaba que era un engaño, quien sabe como había sabido lo de mi sueño, pero me estaba más que claro que no sabía nada. El se levanto y me tomo del brazo, lo voltee a verlo un poco extrañada.

-Discúlpame, te lo diré todo- dijo señalando la mesa, en señal de que quería que regresa.

Volví a sentarme, y este con un suspiro se sentó frente a mí. Mire a todos lados, era un hermoso restaurante, y demasiado tranquilo, por eso es que quería que viniéramos a hablar aquí, ya que el lugar era muy confortable.

Llego un joven mesero, nos pregunto que era lo que queríamos ordenar, yo solo le pedí un vaso con jugo, y el joven frente a mi pidió un café.

-¿Y bien?- pregunte seriamente, ya era hora de tener alguna respuesta.

-¿Cómo te llamas?- me pregunto, poniendo su codos sobre la mesa y su rostro sobre sus puños, se veía tan lindo así.

-¿Para que quieres saber?- le pregunte.

Estábamos ahí para que me contara lo que sabia de mi sueño, no para hacernos amigos, podía decirme todo eso sin tener que decirle mi nombre. El se me quedo viendo por unos segundos y después rio un poco.

-Nunca te haría nada malo, solo quiero saber tu nombre en esta vida- dijo con su linda sonrisa.

Ahora si, no lo bajaría de demente, si que tenia una imaginación muy grande, ¿en esta vida?

-Kagome- dije con un suspiro.

-Kagome- repitió –es un hermoso nombre- tomo su taza para sorber un poco del café, para terminar diciendo –aunque me gusta mas decirte Ángel-

Si que era obstinado

-¿Y cual es tu nombre?- le pregunte, mirando como los cubos de hielo del jugo se deshacían.

-No importa mi ahora nombre- dijo sin quitarme la vista de encima.

Me había obligado a decir mi nombre para ahora que yo le preguntaba el suyo no lo quería decir.

-Te diré el nombre que me conocías

-¿Qué te conocía?- le pregunte demostrando confusión en mis palabras – Pero si apenas te acabo de conocer-

-En la otra vida me conociste como Inuyasha-




Bueno ahi se las dejo. Saludos

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Ola, disculpen la larga demora, pero ultimamente no he tenido tiempo para continuarlo, ademas que no he estado lo suficientemente inspirada. Bueno aqui les dejo la continuacion.








Capitulo V

Al escuchar esa última palabra quede más que confundida, ese era el nombre con el que llamaba a aquel chico, esto debía de ser una broma de mal gusto, la cual no me gustaba en lo mas mínimo. ¿Pero como podía saberlo?

El no alejo su mirada de mí ni un segundo, estaba observando como reaccionaba ante tales palabras; yo no sabia que pensar o que decir. En ese instante todo fue silencio, hasta que sus labios se curvearon un poco, ¿Estaba sonriendo?

-¿Lo recuerdas?- dijo sin pestañar ni un solo momento.

-No- dije secamente

El abrió un poco sus ojos demostrándome que no esperaba tal repuesta, pero no quería decirle la verdad, tal vez fue por miedo ¿Pero miedo por que?, ya no me sentía nerviosa al estar cerca de el, pero tal vez tenia miedo a lo que me dijera. Sentí ganas de correr y alejarme de el, pero todo me era tan confuso.

-Di la verdad- dijo este seriamente, como regañando a una niña pequeña.

Lo mire a un mas confundida, me sorprendió con que firmeza y seguridad decía en su palabra, como si hubiera leído mi mente.

-No se lo que me quieras decir con eso- dije tratando de parecer confundida.

El puso una cara demostrando enojo, no comprendí que minutos atrás quería saber todo, y ahora me estaba mas que claro que el sabia la causa de mis pesadillas, trataba de que se guardara todo lo que me quería decir. Me levante de mi asiento sin previo aviso, dejándolo sentado pensante, tal vez todavía no había procesado mis palabras.

Camine a la salida, hasta que una fuerte mano sostuvo mi muñeca impidiendo que diera un paso más. Sabia de quien se trataba, voltea verlo a los ojos, este solo me dirigió una mirada un tanto fría, lo cual hizo que me estremeciera.

-Se que tu eres mi Ángel- dijo sin quitar la vista de mi, la cual en ese momento me era un tanto pesada.

En ese momento cambio su mirada fría, para dirigirme otra un tanto dulce. Lentamente se empezó a acercar a mi rostro, mi corazón se empezó a acelerar; hubiera salido corriendo de ahí, pero además de la pared que estaba tras de mi, tuve una extraña sensación que me impidió alejarme de el. Se detuvo por un segundo al momento que casi rosaba mis labios, me miro a los ojos buscando tal vez alguna señal de rechazo, no se por que lo mire a sus hermosos ojos dorados para después cerrar mis ojos, y segundos después sentí sus labios posarse sobre los míos tímidamente, empezó a masajear lentamente mis labios. Me era una sensación rara y a la vez tan familiar, este era mi primer beso, pero yo correspondí a tal juego de labios como si ya hubiera besado con anterioridad.

Nos detuvimos de aquel acto, no dejábamos de mirarnos el uno al otro, sentí algo dentro de mi, algo que se hubiera despertado junto a aquel beso, pidiéndome a gritos no apartarme de el, no sabia que hacer, acaba de conocerlo y ya lo había besado. Delicadamente escape de en medio de el y la pared, para salir de aquel lugar. Pero el rápidamente tomo de mi brazo, voltee a verlo, esta vez no tenia una mirada fría, por lo contrario, se veía en su mirada que tenia miedo, tal vez por dejarme partir.

-Suéltame- le dije tranquilamente, no estaba enojada, solo necesitaba alejarme un poco de el para pensar mas claramente.

El no me soltó de su agarre, bajo su cabeza para evitar que lo viera a los ojos, para mi estaba mas que claro que no me quería dejarme ir.

-Suéltame por favor Inuyasha- le dije tiernamente.

El volvió a subir su rostro para verme, sentía que buscaba algo en mis ojos. Solo asintió y me soltó del brazo.

Después de esto salí de aquel restaurante, tendría que caminar unos quince minutos para regresar a mi casa, ya pasaban de las tres de la tarde, mi madre de seguro que estaba preocupada por mi. Todo el camino estuve pensando en Inuyasha, no entendí nada de lo que había pasado, en si no me había contado nada de cómo sabia lo de mis sueños. Se lo había impedido decirme, pero ahora sentía una sensación al momento de besarme que nunca había sentido antes, pero no se por que presentía que esa no era la ultima vez que lo iba a ver.

Llegue a casa, ya estaba mi madre y Sota en la mesa comiendo, me senté con ellos, mi madre no me pregunto nada de mi tardanza, y yo tampoco le dije nada, no sabría como decirle lo de Inuyasha, además que ni yo misma comprendía nada, seria mejor no contarle nada a nadie.

Al otro día me levante temprano, esta vez no había soñado nada, me di el lujo de desayunar en casa y después de esto salí a la escuela, aun tenia tiempo para llegar sin prisas, las primeras clases eran de matemáticas así que llegar temprano a clases, daban un punto a mi favor, aunque esta materia me resultara de lo mas innecesaria ¿Por qué teníamos que rompernos la cabeza por algo que nunca en la vida la íbamos a usar?

Iba un poco fastidiada y sumergida en mis pensamientos, hasta que sentí uno pasos tras de mi, habría la posibilidad de que fuera Inuyasha tratando otra vez de hablar conmigo, sonreí para mi misma, creí que últimamente había estado demasiado paranoica, pero no pasaba nada si veía de quien se trataba.

Me sorprendí al ver a Sesshoumaru caminando hacia mí, vi que me dirigió su mirada, esta vez no me había ignorado, me detuve a esperarlo.

-Hola- le dije con una sonrisa.

El volteo a verme con su cara sin ninguna expresión, en ese momento me sentí muy tonta creo que tal vez no quería aceptar que no le caía del todo bien.

-Hola- contesto este con indiferencia.

Me sorprendí al escuchar de sus labios como contestaba mi saludo, pensaba que simplemente me ignoraría como ya lo había hecho anteriormente. Caminamos juntos la escuela, no pude evitar voltear a verlo, había cambiado mucho su forma de ser conmigo desde la primera vez que lo vi hasta este día, aunque no fuera un cambio tan radical, todo lo que me había ayudado, desde el día que me llevo a su casa, hasta el día que me defendió de aquel “joven extraño”, tal vez toda esa ayuda había sido por estar en medio de tales “accidentes”, no sabia sus motivos, pero ya no me era tan desagradable. Además que era demasiado apuesto, pero no podía decir con seguridad quien de los dos era mas apuesto, si Sesshoumaru o Inuyasha. Solo lo miraba de reojo para después voltear y sonrojarme, me sentí por un momento de lo más tonta. Pero todo esto no cambiaba la indiferencia con la que me trataba.

Llegamos al salón al mismo tiempo, mis amigas se quedaron calladas al verme llegar, me dirigí hacia ellas, ya que todavía no había llegado el profesor, y todavía quedaban un par de minutos para que entrara a la clase.

-Hola- dije sonrientemente.

-Hola- dijo Ayumi.

Voltee a ver Yuca y a Eri, era raro que no respondieran a mi saludo, ahí estaban las dos haciendo un pequeño puchero.

-¿Qué ocurre?- les dije sin comprender tal acción.

-Nada- dijeron sin voltear a verme.

-¿Qué?- volví a repetir a un más confundida.

-Nada, solo que a este baile, yo y Eri tendremos que ir solas- dijo Yuca todavía un poco distante.

Eso si que me era extraño, siempre íbamos las cuatro juntas, esta vez Hoyo había invitado a Ayumi a ir con el, así que solamente seriamos nosotras tres, ¿Por qué decían que solo iban a ser ellas dos?

-¿Por qué?- dije inocentemente.

-Por que lo mas seguro es que vallas al festival con Sesshoumaru- dijo Eri.

Tal comentario hizo que me sonrojara más de lo común, ¿Como podían decir tal cosa?, no es que no me gustara tal hecho, pero conociéndolo como hasta ese momento o conocía, nunca me invitaría a ir juntos al festival, seria como pedir al desierto que se congelara. Voltee a verlo a su lugar, esperando que no hubiera escuchado tal comentario, ahí estaba sentado con su mirada perdida en la ventana, para mi fortuna era casi imposible que lo hubiera escuchado.

-Que tonterías dicen- dije algo tratando de parecer molesta por tal comentario.

Las tres se miraron entre si, y se empezaron a reír, como lo había supuesto era solo una broma. Pero por un solo momento desee que eso se cumpliera.

El profesor entro a la clase, la cual fue de lo mas aburrida tuve que luchar para no quedar dormida en medio de la clase, ese día tuvimos el examen de historia, esta era la única materia que se podía decir que me iba “bien”.

Salimos al receso ara comer nuestro obento en el patio, estuvimos hablando de lo que nos pondríamos para el festival, solo escuchaba lo que decían, los colores que les gustaba para sus vestidos, las zapatillas que iban a usar para ese día, solo faltaban ya dos días. No estaba del todo entusiasmada por tal evento, dudaba en ir a el, no es que no me hubiera invitado ya algún chico, ya había perdido la cuenta de cuantos me habían invitad a ir con ellos ese día, pero ninguno de ellos me interesaba.

Terminaron las clases, Eri, Yuca y Ayumi irían a comprar algunos accesorios para el baile, me invitaron a ir con ellas, pero yo negué, diciendo que ya tenía todo. Me despedí de ellas, para tomar rumbo a mi casa, estaba demasiado cansada para ir de compras con ellas, además que no tenia demasiados ánimos, solo quería llegar a casa a dormir.

Me detuve al ver que no muy lejos de ahí caminaba Sesshoumaru, ya me había acostumbrado al hecho de que se sentara tras de mi hasta el punto de casi no notar su presencia, no es que no me importara, pero nunca hablaba con nadie del salón, y en el receso solo se quedaba en su lugar. Parecía que nadie le caía bien, incluyéndome a mi, solo me dirigía un par de palabras por el hecho de que yo era la que le insistía para hablar con el. Esta vez no correría hacia el para saludarlo, si no le agradaba, no debería de insistir mas.

Seguí caminando un par de metros tras de el, hasta que el se volteo a verme y después de esto se detuvo, no podía creerlo ¿Me estaba esperando para que caminara a su lado?, camine un poco mas lento, como insegura de si realmente acercarme a el.

-Hola- le dije sonriendo.

El no me respondió nada y siguió caminando, yo me quede parada mientras que el caminaba ¿Me había esperado solamente para dejarme otra vez atrás?

-¿Te vas a quedar parada ahí?- dijo este mirando hacia atrás.

Realmente no sabia que pensar, me sentí feliz ya que por fin estaba ganando su simpatía y tal vez también su amistad, solo asentí para luego salir corriendo para estar a su paso. Tenia que caminar rápido para seguir sus pasos. Caminamos un rato sin que ninguno de los dos dijera palabra algún, ya que no sabia que platicar con el. Hasta que el comenzó la charla.

-¿Lo has vuelto a ver?- dijo este sin detenerse o voltear a verme.

-No-

Mentí, sabiendo que se refería al “ladrón” de aquel día, pero no sabia que decirle, ni yo misma sabía quien era. Otra vez el silencio se hizo presente, tenia que establecer conversación alguna, pero ¿De que hablar?

-¿Vas a ir al festival?-

Fue lo único se me ocurrió preguntarle, realmente sentí ganas de darme un coscorrón, que temas mas tonto para platicar con un chico, a ellos no les importaba tales eventos.

-No- dijo secamente.

Me sorprendió un poco, el era demasiado apuesto, podría invitar a cualquier chica que el quisiera sin recibir ninguna sola negación, ¿Pero por que no iría? ¿A caso ya tenia alguna novia?

-¿Por qué?- dije con un poco de confusión en mis palabras.

El hizo una mueca de desagrado, lo cual hizo que me sintiera apenada, me estaba más que claro que no le gustaba que lo interrogara tanto, si apenas y me hablaba.

-No me agrada ir a esas tonterías-

Me quede callada por un rato, no lo cuestionaría mas, apenas estaba ganando su simpatía o parte de ella, no quería que se desplomara tan rápido.

-¿Y tu?- pregunto con su voz fría.

Pensé por unos momentos, ese evento no me había puesto demasiado animada como otras veces, pero ya les había dicho a las chicas de ir con ellas, a un que todavía dudaba de hacerlo.

-No lo se- dije pensativa.

-¿Por?-

Voltee a verlo, no se por que sentí que me estaba regresando los mismos cuestionamiento que le acababa de hacer, ¿O lo estaba haciendo?, bien había aprendido mi lección que ya no lo volvería a cuestionar.

-No lo se- volví a repetir.

-No me digas que ningún chico te ha invitado- dijo este burlonamente.

Lo mire un poco enojada, ¿Se estaba burlando de mi?

-No es eso- dije casi en un susurro.

Caminamos sin que ninguno de los dos entablara conversación alguna, hasta que llegamos a su desviación que tomaba para llegar a su casa.

-Hasta luego- dijo al mismo tiempo que dio la vuelta para alejarse.

-Hasta mañana- le dije sonriente, mientras movía mi mano de un lado a otro.

Di un gran suspiro cuando ya se había alejado lo suficiente para no verlo, di solo un par de pasos pero alguien me impidió seguir mi camino. Voltee a ver al causante de tal hecho, ahí estaba frente de mi aquel chico de cabellos oscuros, con las manos en el bolsillo, con un semblante serio.

-¿Es tu novio?- pregunto con una voz seria, a no decir que estaba enojado.




Bueno aqui se las dejo, se que la historia va un poco "lenta", pero no quiero que todo pase por arte de magia.
Bueno amenazo con continuarle pronto.
Saludos

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Oh que triste a casi nadie le gusta mi fics, creo que escribo demaciado feo O.o

Bueno gracias PERVERSUS y mariiChelo por leer mi fics. Estoy muy orgullosa de este capitulo, es largo como me gusta hacerlo, y me parece muy tierno ^o^. Espero que les guste.







Capitulo VI


Sabia que estaba celoso por verme de nuevo con Sesshoumaru, ¿Pero por que lo tenia que estar?, el y yo no teníamos nada en común, aparte del beso que nos habíamos dado el día anterior.

-¿Por qué lo quieres saber?-dije un poco dudosa.

Vi como frunció el cejo al escuchar tal respuesta, se acerco a un mas tomando con una mano mi mentón para acerca su rostro al mío, lo mire sorprendida, pensé que me besaría otra vez.

-Quiero saber si he sido tu único amante- dijo mirándome con sus ojos dorados.

Aquella última palabra me había dejado más que confundida ¿Amantes? ¿Con un solo beso había bastado para que creyera que teníamos alguna relación romántica?

-Deja de decir tonterías- dije al mismo tiempo que lo apartaba de mi lado con todas mis fuerzas.

-No son tonterías, mi Ángel- dijo este cambiando su semblante a uno mas tranquilo –tú y yo somos amantes-

-Tu y yo nunca hemos sido nada- dije casi en un grito mientras me alejaba de el.

-Tal vez ahora no lo somos, pero lo fuimos- dijo mientras que me detuvo con una mano – déjame contártelo todo- me miro con unos ojos suplicantes.

No se por que asentí ante esa mirada, el solo sonrió ante tal respuesta, me enoje conmigo misma ¿Por qué tenia que dejarme convencer tan rápido?

-Vamos a otro lugar mas tranquilo- dijo mientras me ofrecía su mano.

¿Quería llevarme a otro sitio? A mi subconsciente no le importaba a donde me llevara, pero mi consiente sabia que no debía ir con tal “desconocido”.

-Vamos al parque- fue lo único que se me ocurrió decirle, mientras que caminaba a tal dirección.

El se quedo un momento parado en el mismo lugar, pero después me siguió de cerca, caminamos no muy lejos de ahí, era un lugar pacifico, nos sentamos en una de las bancas del parque.

-Dime- le señale, dando un suspiro.

Se sentó quedando frente a frente.

-Sera un conversación larga, pero trata de entenderme- su rostro era demasiado serio.

Solo me quede en silencio, mostrándole que estaba decidida a escuchar lo que tenia que decirme, esta vez no lo interrumpiría, o me alejaría de el para impedirle seguir hablando, no quería saber, necesitaba saber porque que sabia lo de mis sueños.

-En la otra vida tu y yo fuimos amantes- empezó a relatar sin apartar la vista de mi –pero después de mi trágica muerte- se detuvo al decir esto ultimo.

Lo mire confundida, no entendía claro lo que me quería decir, no entendía o tal vez no lo quería entender ¿Quería decirme que el era aquel chico de mis sueños? No podía ser posible.

-Lo recuerdas ¿verdad?- dijo al ver mi reacción.

No sabia que decirle, me era todo muy confuso, tome mi rostro entre mis manos, pareciera que mi cabeza me iba a estallar en ese momento.

-¿Recuerdas quien soy?- dijo con una voz a un mas firme.

-No lo se- dije mientras miraba hacia el piso.

Recordaba algunas cosas de aquellos sueños, a no decir que eran pesadillas, pero no entendía toda la información, o tal vez no correctamente.

-Se que sueñas con el momento del accidente-

Estaba sorprendida ante tales palabras, no sabia que pensar o que decir de eso, ¿Cómo podía saber todas esas cosas?-

-No te sorprendas- dijo tal vez para tratar de tranquilizarme, lo cual no iba a lograr tan fácilmente –Yo también tuve esos mismo sueños, hasta que lo recordé todo- dijo tomando mis manos entre las suyas, sonrió tiernamente ¿Por qué tenia que ser tan lindo cuando sonreía?

-No entiendo nada- dije demostrando confusión en mi voz.

-Te lo explicare mas claramente- lo mire con atención, quería comprender todo en ese momento –En otra vida fuimos amantes, ahora hemos reencarnado-

¿Reencarnación? Sabia lo que ese termino significaba, pero no creía en esas cosa, pero si no fuera así ¿Por qué el sabia todo eso? ¿Por qué tenia todos esos sueños con el mismo chico? Tenia que haber una explicación para esto, pero pensar en la reencarnación se escuchaba de un tema de alguna historia de ficción.

-Deja de jugar, no existe la reencarnación- dije enojada, casi en un grito.

Me pare para alejarme de el, en ese momento no quería saber nada de aquel chico, el rápidamente se paro, esta vez no me detuvo, solo camino a mi lado. Lo que me hizo ponerme más enojada.

-Deja de seguirme- me detuve, el igual lo hizo.

-No lo hare- dijo este mirándome fríamente.

Lo mire a un más enojada, volví a caminar un par de pasos, pero el no dejo de seguirme. Me detuve y otras volvió a hacer lo mismo. Me acerque a el, mirándolo a los ojos, los cuales el tenia tranquilos, y los míos casi echaban lumbre.

-Que te quede claro, no quiero volverte a ver- le dije mientras volvía a alejarme de el, pensé que esta vez si me dejaría en paz.

-Dijiste que siempre me amarías-

Me pare en seco al escuchar sus palabra, no se por que lo hice, pero empecé a sentí un dolor enorme en mi pecho. Entonces recordé aquel sueño que tuve.

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Estaba aquel chico abrazándome por la cintura, no lo puedo decir con seguridad, pero lo que pude visualizar es que estábamos desnudos los dos debajo de una sabana blanca, el medio un tierno beso en lo labios, lo cual yo correspondí sin pensarlo. Me dirigió una tierna sonrisa, se veía tan lindo cuando sonría.

-Te amo, mi lindo Ángel- me dijo mientras me acercaba mas a su cuerpo, lo cual yo no le impedí.

-Yo también te amo Inuyasha- le dije para darle un mas largo y profundo beso.

El me miro con un semblante algo serio, y preocupado a la vez, no entendía por que, yo estaba feliz ya que minutos antes nos habíamos entregado el uno al otro.

-¿Qué te ocurre?- lo mire algo preocupada, y tome con una de mis manos su rostro.

El beso mi mano y después mi frente, esto me dejo todavía mas confundida.

-Siempre te amare- me dijo sin quitar la vista de mi, la cual era de lo mas pacifica.

Yo le regale una pequeña sonrisa, me alegraba tal confesión, estaba contenta al saber que mis sentimientos eran de la misma manera correspondidos.

-Yo también, Inuyasha-
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Voltee a verlo, estaba sonriendo tiernamente, era una sonrisa de felicidad. Se empezó a acercar lentamente, para quedar frente a frente. Tomo con una mano una de mis mejillas.

-Lo recuerdas ¿verdad?- dijo tiernamente.

No sabia que pensar o que decir, no sabia si era reencarnación o otra cosa, pero el en verdad era el chico de mis sueños, me quede por unos segundos en mi pequeño shock. Lo único que hice en ese momento fue abrazarlo fuertemente, no se por que lo hice, mas bien fue un impulso, sentí el impulso de abrazarlo y sentirlo otra vez cerca de mi.

Este correspondió dulcemente el abrazo, y empezó a acariciar delicadamente mi cabello, no se cuanto tiempo estuvimos así, me sentía tan segura, tan protegida entre sus brazos. Lentamente deshice el brazo, para mirarlo fijamente a los ojos, mi mirada ya no era fría como antes lo había visto, ahora era una mirada tierna.

-Todo me es muy confuso- dije mientras tomaba mi cabeza entre mis manos.

Era verdad, había confirmado que el era el chico de mis sueños, pero todavía me era demasiado confuso todo eso. El me volvió a mirar con una sonrisa en su rostro.

-No te preocupes mi Ángel, yo te explicare todo- dijo tiernamente.

Me tomo el hombro para dirigirme otra vez a la banca, me senté en ella, y el se sentó frente a mi. Yo a un no salía de mi estado de shock, tenia que procesar lentamente toda esa información.

-¿Que quieres saber?- dijo este tomando mis manos entre las suyas.

Lo mire algo extrañada, no sabia que preguntarle, mis sueños me relataban pequeños recuerdos, pero no entendía mucho de eso.

-Todo- le dije seriamente.

-Bien- dijo dando un fuerte suspiro. –Mi nombre era Inuyasha tenia veinticuatro años mientras que tu tenias veintidós, un amigo, que no recuerdo su nombre, nos presento-

-Miroku- me sorprendí al escuchar aquellas palabas salir de mis labios, no entendí por que lo dije, pero aquel nombre vino a mi mente como un recuerdo.

-Así es- dijo este sonrientemente.

-Sigue- fue lo único que dije, quería saber mas, tal vez así recordaría todo.

-Después de un tiempo de conocernos, me enamore profundamente de ti, te pregunte si querías se mi novia, y accediste inmediatamente- dijo este con un poco de sonrojo en sus mejillas.

A mi mente vino un par de imágenes borrosas, como un recuerdo de una película que hubiera visto hace mucho tiempo. En ellas estaba aquel chico de cabellos dorados declarándoseme, me sonroje un poco al recordar aquello.

-Tuvimos una relación de más de un año, pero por cuestiones de la vida, morí por el impacto de un automóvil-

No pude evitar derramar un par de lagrimas, aquel accidente era el que me había estado torturando todos estos años, sentía un fuerte dolor en mi pecho. El empezó a limpiarme las lágrimas con una de sus manos, lo voltee a ver.

-No llores Ángel- dijo dirigiéndome una tierna sonrisa –Eso ya no importa, lo que importa es que estamos junto otras vez-

Empecé a limpiarme las lágrimas que aun tenia en mis mejillas, ya había recordado una gran parte de aquellos sueños, o recuerdos de nuestra anterior vida, había algo en mi interior que no quería alejarme de el, pero en otra parte no sentía un lazo tan fuerte.

-No lo se- pronuncie cabizbaja.

El me miro confundido, no sabia como procesar ese “No lo se” en su cabeza, era una frase que podría significar mil y una cosa.

-¿No lo sabes? ¿No sabes que?- dijo con una voz de frustración.

No sabia que decirle, no yo misma sabia lo que significaba ese “No lo se”, no entendía nada. El se levanto de su asiento, mirándome fríamente.

-No me digas que no quieres dejar a tu noviecito ese- dijo con una voz llena de rencor.

Lo mire confundida, no quería que se pusiera así, sabia a quien se refería con nombrar a aquel “noviecito”.

-Aquel chico solo te gusta por que se parece a mí- dijo esto enojado.

Era verdad el parecido de Sesshoumaru y el chico de mis sueños era sorprendente, por un momento había pensado que era la misma persona. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no mira cuando este se alejo, al momento de buscarlo con mi mirada no lo encontré hasta que lo visualice un poco lejos alejándose de mí, tuve miedo.

Desesperadamente salí corriendo hasta donde este caminaba, lo abrace de espaldas posesivamente, el se detuvo al instante que sintió mi abrazo, no quería que se alejara de mi, no lo quería perder otra vez. El volteo sin deshacer el abrazo para corresponderme. Tomó mi mentón para que lo viera a los ojos. Me sonrió tiernamente, lo cual me quedo claro que estaba feliz de no dejarlo partir.

-¿Lo amas?- me pregunto, con una mirada seria.

-¿A quien?- pregunte, sabiendo a quien se refería con eso.

-A tu novio- me dijo este con una mueca de disgusto.

-Nunca he tenido novio- dije viéndolo fijamente.

El me volvió a sonreír tiernamente, empezó a dirigir su rostro hacia el mío lentamente, cerré los ojos al sentir sus labios posándose sobre los míos, me empezó a besar tiernamente, yo tímidamente correspondí a aquel beso, sentí que algo dentro de mí anhelara aquel contacto, separamos lentamente nuestros labios, para mirarnos fijamente.

No pude evitar sonrojarme, ya lo había besado con anterioridad, pero esta vez me era diferente, me fue un beso tan tierno y lleno de amor. El sonrió al ver mis mejillas.

-Sera mejor que me valla a casa, mi madre debe de estar preocupada por mi- dije recordando que tenia que estar en casa.

-Esta bien- dijo este accediendo.

Camine para dirigirme a casa, al instante sentí que el caminaba a mi lado.

-Te acompaño a casa- dijo este tomándome de la mano.

Solo le dirigí una sonrisa, tomando su mano y apretándola suavemente a la mía.

-Si quieres podemos ir en mi auto que esta allá- dijo señalando una calle.

Solo negué con la cabeza, quería caminar con el, así podríamos hablar mas.

-¿Hace cuanto tiempo….?- no pude terminar, no podía pronunciar la palabra “morir”.

El me miro y como si hubiera leído mi mente respondió mi pregunta.

-Morí hace diecinueve años-

Lo mire de lo mas confundida, ¿Diecinueve años? Yo tenía dieciséis, entonces eso significaba que tuve que morir después de que el lo hizo. Abrí mis ojos lo más grande que pude al darme cuenta de eso, nunca había creído en la reencarnación, pero ahora lo estaba viviendo.

-¿Entonces morí un poco después?- me detuve al momento de decir eso.

El me miro preocupado, se acerco a mi poniendo su frente en la mía obligándome a verlo a los ojos.

-No se por que causa moriste Ángel, pero si no lo hubiera hecho, tal vez nunca nos hubiéramos encontrado- dijo regalándome una sonrisa, una de sus tan lindas sonrisas. Con una de ellas se podía olvidar cualquier angustia.

Volvió a tomar mi mano, caminamos por un tiempo junto. Sin decir nada, hasta que rompí aquel silencio.

-¿Qué edad tienes?-

-A veces al morir algunos reencarnan varios años después, pero reencarne casi al mismo tiempo de morir- empezó a explicar – tengo diecinueve años-

Era un poco mayor que yo, pero realmente eso no me importaba ahora, todavía ni yo misma comprendía que sentimientos tenia ante el, pero en ese momento no lo quería perder de mi lado.

-¿y tu?- me pregunto

-Dieciséis-

-Eres todavía una bebé- dijo regalándome otra sonrisa ¿Por qué tenia que verse tan lindo cuando sonreía? -¿Estudias?- me pregunto.

Lo mire un poco confundida, el trajecito de marinerito delataba que estaba estudiando en la preparatoria.

-Lo siento, creo que era obvia la respuesta- dijo riendo tontamente.

-¿Y tú también estudias?- pregunte ya que tenia la edad de algún universitario.

-No, trabajo en la empresa de mi padre-

No pregunte mas, debía de ser una empresa demasiado importante ya que el auto que tenía era demasiado lujoso, y la ropa que llevaba era de marca. Cualquiera que lo viera en la calle pensaría que era un Junior.

Caminamos juntos tomados de la mano, me sentí un poco rara ante tal situación, pero había algo dentro de mi que se sentía en paz. Me detuve cuando ya estaba frente a mi casa.

-Aquí vivo- le señale con una sonrisa.

-Bien- dijo abrazándome de la cintura, lo cual me hizo sonrojarme, nunca antes me había tomado así –Nos volveremos a ver pronto mi Ángel-pronuncio para después acercar sus labios a los míos y darme un tierno beso, me eran tan dulces sus labios. Nos detuvimos de tal hecho, el me volvió a abrazar posesivamente.

-Tengo que entrar Inuyasha- le dije, no es que no estuviera a gusto en sus brazos, pero si mi madre o mi hermanito nos vieran así, no sabría que decirles.

Soltó un poco el agarre para decirme en el oído.

-Te amo- me dijo casi en un susurro.

No sabia que contestarle, nunca alguien me había dicho esas palabras, estaba segura que el significaba algo muy importante para mi, pero todavía no tenia claros mis sentimientos hacia el.

-Nos vemos- dije mientras entraba a la casa, antes de entrar me despedí de el con la mano.






Bueno amenzo con continuarle pronto, como mucho la proxima semana ya tengo la continuacion.