*-*Meeting on a kingdom*-* (¿Te atreverás a vivirlo?)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Artemisa, 21 Abril 2008.

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¿Te parece interesante la trama de este fanfic?

Poll closed 2 Mayo 2008.
  1. ¡Claro! Eres una excelente escritora

    100.0%
  2. Está bien, pero podrías mejorar todavía

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  3. Está bueno para leerlo de vez en cuando

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  4. ¡Maldito fic! ¿¡No tienes otra cosa qué hacer!?

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  1.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    Me copiaré de una frase que escribió mi amiga Pomy (perdon Pomy pero eres popular XD): Dios, Buda, Alá y Bush!!! :P

    Amiga! tantos años sin saber de ti (en realidad fueron meses ^^U) pero yo daba tu fic por perdido en el olvido ._. me alegra mucho que lo reabras, me parece la mejor decisión separarlo a partir de ahora, espero que no dejes que te lo cierren por 3era vez. Por cierto, racias por colocar el último capítulo de la oootra ocasion, eso me refrescó la memoria.

    Bien...en primer lugar ya me sorprendía que Sesshomaru se dejara ganar tan fácilmente, todo fue para proteger a Kagome, y se transformó en un Tai Youkai que guarda mucho parecido con Naraku, esto no me agrada, quiere decir que nuestro perverso y guapo villano aparecerá en algún momento, o cualquier otra cosa macabra que se te ocurra. No entendí ese comentario que hizo Sesshomaru, de que el amaba a Kagome más de lo que ella a el.

    ¿Acaso Kagome empezará a dudar con la nueva apariencia de su esposo?, ¿Qué sucederá con la batalla y el padre de Ayame? Todo esto y más en el proximo episodio! ;)
     
  2.  
    Artemisa

    Artemisa Usuario VIP

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    Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    Ahora, el que acabo de escribir n_n

    noriko-yikue: Jo, tendrás que esperar más para ver si hay bebé o no, jaja... En fin, dime, ¿qué frases te gustaron?

    Pan-chan: Sí, esta vez volveré para no irme. Me dije a mí misma: ¡lo terminaré a cualquier costo! Pero bueno, te dejo el siguiente capítulo...

    Meeting on a Kingdom
    (2da temporada) Una nueva vida


    31 EMOCIONES

    El ahora taiyoukai la besó mientras ella continuaba llorando… Tantas emociones se adentraban en ella… Que sentía que explotaría, quizá.

    -Naraku… -Murmuró ella cuando se separaron.

    -¿Qué?

    -Es mucho el parecido, ¿no crees?




    32 INCÓGNITAS


    –Ahora sí vas a explicarme, ¿Sesshômaru? ¡Hey! ¿Estás oyéndome? –Hizo una pausa–. Un momento, ¿qué crees que haces? Acuéstate.

    Dentro de la amplia habitación, se encontraba un taiyoukai vendado del torso en casi su totalidad, resistiéndose a permanecer en reposo mientras su joven esposa le reprendía.

    –Tú también tienes que descansar, Kagome.

    –No tanto como tú. A mí no me dejaron medio cuerpo agujerado –la pelinegra sonrió mientras le acariciaba el cabello a su esposo.

    –Mi argumento es: tú eres humana. Soy mucho más resistente que tú a las heridas, descansa tú también –Kagome negó con la cabeza*–. Vamos, sabes que hay espacio de sobra…

    –Si lo hago, ¿vas a explicarme sobre todo este asunto de tus evoluciones, transformaciones?… ¿O lo que sean?

    –Intentas negociar conmigo…

    –Acertaste.

    –Acepto.

    Kagome se recostó al lado de él, sin recargarse en lo más mínimo para no lastimarlo. Su mirada se dirigió justamente hacia el techo, como si estuviese observando estrellas al anochecer.

    – ¿Y bien?

    –Escucha con atención. Como tú bien has de saber que mi padre es un taiyoukai. Y si no lo sabías, debiste notar las diferencias sobre todo en las marcas de su rostro…

    –Son exactamente iguales a las que tú tienes ahora.

    –Exacto. Ahora, mi padre nació siendo un youkai, como todos.

    –Sesshômaru… ¡No soy una niña de dos años!

    –Bien, disculpa –volteó a ver a Kagome, quien le miraba con cara de reproche. Desvió la mirada de nuevo–. Es necesario suprimir tu cuerpo y psicología al máximo nivel para pasar de una etapa a otra.

    – ¿Psicología?

    –Sí. Con esto no me refiero a inteligencia, me refiero a lo que simplemente eres. ¿Cómo explicarlo? Mira, inteligencia sería que te explotaran lo sesos al pensar en cálculos –Kagome rió–. Y psicología, en mi caso, puede presentarse como concentrarme en lo que más me importaba en ese momento: tú.

    –Sess…

    –En conclusión: entre mi psicología y tantos “agujeros”, como los llamas tú, en mi cuerpo, adicionando el hecho de que estaba a punto de explotar de dolor, terminaron en esto.

    –Creo que cualquier persona hubiese muerto.

    –Lo que no te mata, te hace más fuerte.

    –Mejor prueba que la tuya, ninguna.

    –En mi caso, no es muy bueno.

    La joven le miró incrédula.

    – ¿A qué te refieres?

    Sesshômaru desvió la mirada aún más y bajó la cabeza, para pronunciar:

    –Mi tiempo de vida se alargó.

    – ¿Y eso es malo?

    El taiyoukai pestañeó dos veces, para luego abrir y cerrar la boca una sola vez sin pronunciar palabra alguna.

    – ¿Es que no lo entiendes?

    –Exactamente, ¿qué debería entender?

    –Se alargó al doble. Los youkais viven quinientos años si nadie los mata antes… Y los taiyoukais…

    – ¿Qué…? –Kagome abrió desmesuradamente los ojos, entendiendo el concepto.

    Reinó el silencio por unos segundos que para Sesshômaru parecieron eternos. ¿Cómo podía ser? Él viviría mil años sin que nada le ocurriese… Y ella, a lo máximo… ¿Unos noventa, noventa y cinco? ¿Qué carajos haría toda una eternidad si su amada pelinegra?

    –Sesshômaru… Yo… Tú…

    –Por favor, Kagome, dejemos ese tema para después… –Lo mataba la angustia de no saber qué es lo que ocurriría–. Entre tanto no tengamos una solución… Mira, mejor hablemos del parecido de Naraku con…

    – ¿Contigo? No –Ella negó con la cabeza baja mientras parecía tragarse las lágrimas que venían por el tema recién abordado–. Con el rey ése… Actuaba de la misma manera malévola y despiadada… No, tú no… En lo único en que ambos se parecen es que tú captas el mismo tono sangre de sus ojos cuando te transformas… Pero nada más.

    –Pero Naraku fue llevado a un lugar desconocido, ¿recuerdas? –Decía mientras la abrazaba. Para él no era fácil mostrar su cariño cada vez que lo sintiera, pero iba a tener que hacer un esfuerzo viendo a su mujer así–. Se lo llevó Nizzarah.

    Aún con la pesadez del momento, el taiyoukai pudo notar como Kagome seguía ruborizándose al tenerlo tan cerca a su lado. Le encantaba. Aprovechó eso para salirse del tema y dejar de mortificarse uno al otro… Los dos.

    –Sigues colorándote si me acerco a ti, ¿verdad?

    El color de la pelinegra aumentó un poco más.

    – ¿Y?

    – ¿Puedes imaginarte el color que tomas cuándo tú y yo pasamos a segundo término? –Al decir esto acercó su rostro al de ella.

    – ¡P-Por Kami, Sesshô-maru! ¡No digas esas cosas!

    –Dime, ¿es ilegal?

    Kagome sólo sonrió mientras se acurrucaba más al lado de él. Definitivamente Sesshômaru sabía cómo calmarla y hacerle olvidar aunque fuese por un minuto, de todo.

    – ¿Quieres intentarlo?

    – ¿Eh? Lo del segundo… Bueno… ¿Eso?

    –Sí.

    –Pues… –Reaccionó–. ¡No! Un momento, Sesshômaru de Ayax. ¡No estarás pensando de ese modo con esas heridas! ¿Bromeas? Volverías a sangrar y entonces… Entonces… ¡Pues no habría manera de salvarte esta vez!

    –Diablos, encontraste la negativa –sonrió sarcásticamente.

    Detrás de la sonrisa, se escondía un semblante totalmente oscuro. Tantas cosas en las que debía pensar: la longevidad de él, Naraku, sólo por si acaso… Y de una vez atreverse a preguntarle a Kagome si realmente estaba embarazada. Era que simplemente, lo último… No podía… Él, tan inseguro… Ni Sesshômaru mismo se la creía.
     
  3.  
    noriko yikue

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    Re: Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    ok dejare comentario ¬¬
    mmm q podre decir el sarcasmo usado por sessho me gusta
    igual repito me encanto saber cual extenso es tu lenguaje jajajaja
    como sea ya uiero saber q dira TODOS cuando se enteren q Kagome esta embarazada
    nos vemos chibi xD
     
  4.  
    MI LADY ANJU

    MI LADY ANJU Usuario común

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    Re: Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    a orale me guisto muchoe sta padre auqnue el malo puede ser naraku orale no inevntes bueno el hablo a kagome comos i la ocnociera de años ye soe sta rareo y sesshomaru ya es un tayoyoki algo asi mas edad vivira orale bueno y kagome enbarazada beuno eso se podia saber porque se casaron y pues isieron eso no epro tan pronyto orale bueno aver que hace sesshoamru ahora y kagome sale bey espero von ansias la continuacion amiga .
     
  5.  
    Artemisa

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    Re: Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    Aquí les dejo el capítulo 32, ojalá que les guste. Gracias por su apoyo n_n.

    Meeting on a Kingdom
    (2da temporada) Una nueva vida


    32 INCÓGNITAS

    –Pues… –Reaccionó–. ¡No! Un momento, Sesshômaru de Ayax. ¡No estarás pensando de ese modo con esas heridas! ¿Bromeas? Volverías a sangrar y entonces… Entonces… ¡Pues no habría manera de salvarte esta vez!

    –Diablos, encontraste la negativa –sonrió sarcásticamente.

    Detrás de la sonrisa, se escondía un semblante totalmente oscuro. Tantas cosas en las que debía pensar: la longevidad de él, Naraku, sólo por si acaso… Y de una vez atreverse a preguntarle a Kagome si realmente estaba embarazada. Era que simplemente, lo último… No podía… Él, tan inseguro… Ni Sesshômaru mismo se la creía.





    [FONT=&quot]33 BUSCANDO UNA SOLUCIÓN [/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Se encontraban en su habitación los reyes de Ayax Prima. Ambos permanecían callados, no había una razón para que el silencio los dominase de tal manera, entonces, ¿qué sucedía?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Kagome, debo salir.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] La pelinegra volteó a verle.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Eh? Por supuesto que no –aclaró firmemente–. No te encuentras del todo bien aún. Mira, sólo faltan tres días para que puedas regresar a tus actividades normales… Sé paciente.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] ¿Por qué era que siempre que Kagome era inmadura él tenía que comportarse como el ser más serio y maduro en toda la faz de la tierra? Y, justo ahora, los papeles eran cambiados… ¿Curioso?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Mis actividades normales… ¿Nocturnas?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Sí, todo lo que… [/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] La reina tomó color de nuevo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Por qué te encanta molestarme con todo eso justo ahora, eh? Dímelo –sonrió, divertida.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Te molesta? Creí que era el tipo de “diversión” que hacía a los humanos reírse de sus propias tonterías –Dijo en tono fastidioso.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Qué acabas de decir?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Lo que oíste –se mantuvo firme–. La diversión que los humanos presentan como “válida” –hizo énfasis en la última palabra– es absolutamente ridícula.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Eso definitivamente se estaba escapando de las líneas de paciencia que poseía Kagome.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –No me digas –rió ella de mala gana–. Dime, tú… A ver: ¿qué es divertido para ti?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Te refieres a algo que disfrute hacer o…? ¿Algo que me entretenga? Mira, Kagome, el concepto de “diversión” está sobrevaluado y es totalmente inexistente, por lo tanto, no se puede definir.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] ¿Cómo era posible que su esposo le respondiese de una manera tan amargada? ¿Era caso que él era todo un experto en conducta humana? Sí, cómo no, pensaba ella.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Eres totalmente…[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Anda, dilo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Totalmente imposible, Sesshômaru.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Dime algo que no sepa –desviaba la mirada.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿No te importa?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] El taiyoukai no respondió, a lo que su reina lo tomó por negativa.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Siempre tenía que haber diferencias de ese tipo, aún pequeñas disputas debido a su ¿diferencia de razas? Más opuestos no podían ser. En lo único que se parecían era en… La piel…[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Kagome se negó a seguir con la conversación. Sabía que no le haría bien a ella, mucho menos a él. Por lo tanto, decidió salir de la alcoba sin decir un solo monosílabo… Quería despejarse, respirar aire fresco, caminar y pensar.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Mientras tanto el rey de Ayax Prima se levantó de su cama y miró por la ventana. Todo había resultado según lo había planeado. Tenía que armar una pequeña discusión para lograr salir. Realmente la situación lo ameritaba: necesitaba hablar con su padre. Aunque no le gustase admitirlo, necesitaba de su ayuda, de su sabiduría.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Pero apartar de su lado a su esposa no era fácil, nada fácil. Todo el deseo de querer estar siempre uno contra el otro no podía ser suprimido tan fácilmente. Digamos, entonces, que sería más fácil distanciarse si ambos estuvieran de un humor no muy favorable. Ya se las ingeniaría para disculparse, no era mucho el perdón que tenía que conseguir, era una situación ligera y blanca. Pero él conocía a Kagome… Y sabía perfectamente que cualquier cosa podría provocarla. Adicionando el hecho de que… No quería que de ninguna manera, Kagome se enterara a qué iba.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Salió tomando un vuelo ligero y silencioso por la ventana del cuarto. Su objetivo era llegar y discutir con su padre antes de que Kagome tuviera intenciones de reconciliarse.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Luego de unos minutos, debido a su impresionante velocidad, se encontró en Ayax.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Necesito hablar contigo –le había dicho a Inu no Taisho al encontrárselo vagando perezosamente por los pasillos.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] El monarca sólo asintió con la cabeza y sonrió.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Verás, Kagome y yo… Tenemos un problema.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¡Vaya! Tenemos un serio problemita conyugal –rió su padre.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Cállate. Escucha, tú desposaste a una humana…[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Y tú seguiste mi ejemplo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¡Ya sé! –La poca paciencia que poseía se acababa–. El caso es que: ¿vas a permitir que ella muera mucho antes que tú? ¿Así lo quieres?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Inu no Taisho mantenía un perfil amable y tranquilo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Izayoi? No. No me gustaría que muriese antes que yo, pero, no tengo otra alternativa. Verás, en el momento en que ella muera, acabaré con mi vida.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Estás loco? Si tienes suerte, será una anciana muy vieja y tú seguirás siendo… Eso que eres. Además, no puedes asesinarte así como así.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Sí que puedo. Pero, dime, hijo: ¿por qué tanto interés sobre esto?[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Eres absolutamente insoportable. La razón está frente a ti… ¡No quiero que Kagome dure tan poco en este mundo![/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] El monarca de Ayax miró con ternura a su hijo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Hijo… Elegiste a una humana…[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¡Te he dicho que sé lo que es eso, carajo! [/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Cálmate. Debes aprender a no ser egoísta y dejarla ir en el momento en el que sea necesario que se vaya.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –No quiero que el tiempo pase… Y yo siga así… También ella se sentirá mal… No quiero dejar de tenerla como la tengo ahora.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] – ¿Cómo la tienes ahora? –Preguntó compasivo.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Alegre, hermosa, suave… ¡Ese no es el punto![/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Comprendo. [/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] Sesshômaru miró a su padre esperando una respuesta, una solución… Y la mirada de Inu no Taisho se tornó seria a más no poder. El silencio hizo su aparición por lo que serían alrededor de dos minutos… Dos minutos en los que no se oía ni una respiración.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Hay una manera.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] El taiyoukai menor entrecerró sus ojos ámbar.[/FONT]
    [FONT=&quot] [/FONT]
    [FONT=&quot] –Puede parecerte una muy buena opción… Pero después de su encanto viene el sufrimiento… Duele… Lo suficiente como para… –El corazón de su hijo se encogió–. Morir.[/FONT]
     
  6.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Meeting on a Kingdom [2da parte] [Sess x Kag x ?]

    Una de las cosas que me preocupaba bastante en la primera parte de tu fic era esa incognita sobre Kagome y Sesshomaru, me refiero a que el nunca envejecerá y ella es una simple mortal.
    No me había dado cuenta de que Kagome estaba embarazada, o tal vez se me olvidó ._., aunque eso no es seguro todavía, o si?.

    La buena noticia es que si hay una manera de que Kagome viva el mismo tiempo que Sesshomaru, Inutaisho dijo que podría ser doloroso, ¿Tanto así como para que el no pruebe ese metodo con su esposa Izayoi? O.o, pero en cierto modo entiendo a Sesshomaru, si no tiene a su amada de nada le sirven 100 años de vida.

    Espero que pongas conti pronto, hay muchas cosas que debes aclarar, me di cuenta de que mencionas un "posible" regreso de Naraku ;) estaré pendiente de eso. Bye!!
     
  7.  
    Artemisa

    Artemisa Usuario VIP

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    Hola a todos. Sé que ha pasado más de un año desde que se supo algo de mí en este foro. Realmente, después de que pasó tanto tiempo, pensé que no valdría la pena volver porque nadie se interesaría más en un fic cuya última entrada fue publicada en julio del 2009... Pero, es que, después de tanto esforzarme e ilusionarme con este fanfiction, me di cuenta de que debo terminar lo que empecé.

    Así que abro una tercera y última discusión para aquellos seguidores del Meeting on a Kingdom, con la promesa de que esta vez, no abandonaré el fanfic hasta que esté completamente terminado: lo cual puede suceder en cinco o en cincuenta capítulos más.

    Realmente lamento haberme ido. Trataré de enviar mensajes PM (o como se les llame ahora) a los antiguos seguidores y espero poder contar con su apoyo por última vez.

    El último capítulo del fanfic se sitúa en la segunda temporada. Lo postearé y a continuación postearé el nuevo capítulo.

    Las discusiones anteriores para el Meeting on a Kingdom son: (por si alguien lo lee por primera vez o por si no se acuerdan)

    http://fanficslandia.com/index.php?threads/meeting-on-a-kingdom-¿te-atreverás-a-vivirlo.3538/ (Parte 1)

    http://fanficslandia.com/index.php?...gdom-2da-parte-sess-x-kag-x.7581/#post-324311 (Parte 2)



    33 BUSCANDO UNA SOLUCIÓN
    Se encontraban en su habitación los reyes de Ayax Prima. Ambos permanecían callados, no había una razón para que el silencio los dominase de tal manera, entonces, ¿qué sucedía?

    –Kagome, debo salir.


    La pelinegra volteó a verle.

    – ¿Eh? Por supuesto que no –aclaró firmemente–. No te encuentras del todo bien aún. Mira, sólo faltan tres días para que puedas regresar a tus actividades normales… Sé paciente.

    ¿Por qué era que siempre que Kagome era inmadura él tenía que comportarse como el ser más serio y maduro en toda la faz de la tierra? Y, justo ahora, los papeles eran cambiados… ¿Curioso?

    –Mis actividades normales… ¿Nocturnas?
    –Sí, todo lo que…

    La reina tomó color de nuevo.


    – ¿Por qué te encanta molestarme con todo eso justo ahora, eh? Dímelo –sonrió, divertida.
    – ¿Te molesta? Creí que era el tipo de “diversión” que hacía a los humanos reírse de sus propias tonterías –Dijo en tono fastidioso.
    – ¿Qué acabas de decir?
    –Lo que oíste –se mantuvo firme–. La diversión que los humanos presentan como “válida” –hizo énfasis en la última palabra– es absolutamente ridícula.


    Eso definitivamente se estaba escapando de las líneas de paciencia que poseía Kagome.

    –No me digas –rió ella de mala gana–. Dime, tú… A ver: ¿qué es divertido para ti?
    – ¿Te refieres a algo que disfrute hacer o…? ¿Algo que me entretenga? Mira, Kagome, el concepto de “diversión” está sobrevaluado y es totalmente inexistente, por lo tanto, no se puede definir.

    ¿Cómo era posible que su esposo le respondiese de una manera tan amargada? ¿Era caso que él era todo un experto en conducta humana? Sí, cómo no, pensaba ella.

    –Eres totalmente…
    –Anda, dilo.
    –Totalmente imposible, Sesshômaru.
    –Dime algo que no sepa –desviaba la mirada.
    – ¿No te importa?

    El taiyoukai no respondió, a lo que su reina lo tomó por negativa.

    Siempre tenía que haber diferencias de ese tipo, aún pequeñas disputas debido a su ¿diferencia de razas? Más opuestos no podían ser. En lo único que se parecían era en… La piel…

    Kagome se negó a seguir con la conversación. Sabía que no le haría bien a ella, mucho menos a él. Por lo tanto, decidió salir de la alcoba sin decir un solo monosílabo… Quería despejarse, respirar aire fresco, caminar y pensar.

    Mientras tanto el rey de Ayax Prima se levantó de su cama y miró por la ventana. Todo había resultado según lo había planeado. Tenía que armar una pequeña discusión para lograr salir. Realmente la situación lo ameritaba: necesitaba hablar con su padre. Aunque no le gustase admitirlo, necesitaba de su ayuda, de su sabiduría.

    Pero apartar de su lado a su esposa no era fácil, nada fácil. Todo el deseo de querer estar siempre uno contra el otro no podía ser suprimido tan fácilmente. Digamos, entonces, que sería más fácil distanciarse si ambos estuvieran de un humor no muy favorable. Ya se las ingeniaría para disculparse, no era mucho el perdón que tenía que conseguir, era una situación ligera y blanca. Pero él conocía a Kagome… Y sabía perfectamente que cualquier cosa podría provocarla. Adicionando el hecho de que… No quería que de ninguna manera, Kagome se enterara a qué iba.

    Salió tomando un vuelo ligero y silencioso por la ventana del cuarto. Su objetivo era llegar y discutir con su padre antes de que Kagome tuviera intenciones de reconciliarse.

    Luego de unos minutos, debido a su impresionante velocidad, se encontró en Ayax.

    –Necesito hablar contigo –le había dicho a Inu no Taisho al encontrárselo vagando perezosamente por los pasillos.

    El monarca sólo asintió con la cabeza y sonrió.

    –Verás, Kagome y yo… Tenemos un problema.
    – ¡Vaya! Tenemos un serio problemita conyugal –rió su padre.
    –Cállate. Escucha, tú desposaste a una humana…
    –Y tú seguiste mi ejemplo.
    – ¡Ya sé! –La poca paciencia que poseía se acababa–. El caso es que: ¿vas a permitir que ella muera mucho antes que tú? ¿Así lo quieres?

    Inu no Taisho mantenía un perfil amable y tranquilo.[

    – ¿Izayoi? No. No me gustaría que muriese antes que yo, pero, no tengo otra alternativa. Verás, en el momento en que ella muera, acabaré con mi vida.
    – ¿Estás loco? Si tienes suerte, será una anciana muy vieja y tú seguirás siendo… Eso que eres. Además, no puedes asesinarte así como así.
    –Sí que puedo. Pero, dime, hijo: ¿por qué tanto interés sobre esto?
    –Eres absolutamente insoportable. La razón está frente a ti… ¡No quiero que Kagome dure tan poco en este mundo!

    El monarca de Ayax miró con ternura a su hijo.

    –Hijo… Elegiste a una humana…
    – ¡Te he dicho que sé lo que es eso, carajo!
    –Cálmate. Debes aprender a no ser egoísta y dejarla ir en el momento en el que sea necesario que se vaya.
    –No quiero que el tiempo pase… Y yo siga así… También ella se sentirá mal… No quiero dejar de tenerla como la tengo ahora.
    – ¿Cómo la tienes ahora? –Preguntó compasivo.
    –Alegre, hermosa, suave… ¡Ese no es el punto!
    –Comprendo.

    Sesshômaru miró a su padre esperando una respuesta, una solución… Y la mirada de Inu no Taisho se tornó seria a más no poder. El silencio hizo su aparición por lo que serían alrededor de dos minutos… Dos minutos en los que no se oía ni una respiración.

    –Hay una manera.

    El taiyoukai menor entrecerró sus ojos ámbar.

    –Puede parecerte una muy buena opción… Pero después de su encanto viene el sufrimiento… Duele… Lo suficiente como para… –El corazón de su hijo se encogió–. Morir.







    En unos momentos, subiré el capítulo siguiente...
     
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    Artemisa

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    34 EL NO SABER

    –¡No puedo estar toda mi vida con alguien que se burla de mi especie! ¿Puedes creerlo, Sango? –Suspiraba una mujer pelinegra–. Sesshômaru no para de reírse de los humanos y eso es algo que ¡ya no soporto!
    –Bueno, amiga. Creo que viniste a Nikken Milkan por un consejo y eso es lo que te daré... –Kagome pudo notar cómo su amiga se enorgullecía al pronunciar el nombre de su reino aliado con el de Miroku–. Primeramente, ¡no vuelvas a escaparte así del palacio cuando le prometiste a tu oh-inocente-amiga que ibas a quedarte ahí! ¿Te imaginas como me preocupaste cuándo me informaron que habías partido? Sólo me quedó pensar: ¡se fue a buscar a Sesshômaru al campo de batalla!

    La reina de Ayax Prima bajó la cabeza en señal de disculpa. El impulso la había llevado hasta ahí y no podía concluir si había sido algo bueno o malo, pero, al fin, ya había pasado.

    –Lo siento, lo siento... Es que yo, no podía, no...
    –Ya, Kagome, está bien.
    –No volverá a suceder. Te lo prometo. Seré sincera totalmente, de ahora en adelante...
    –Bueno, te creeré –soltó un suspiro–. Mira, respecto a tu asunto actual, no creo que Sesshômaru se burle sólo porque sí. ¿Le dijiste lo mal que te sentías por eso?
    –No, yo... Me fui de la habitación para no seguir discutiendo... Ya sabes, con las heridas que se hizo... Y su transformación a taiyoukai, no le iba a hacer nada bien.
    –Sí, lo sé. Pero ahora que ya pasaron un tiempo separaditos... ¡Pues ve y dile! Pero... No busques pleito, Kag. Búscalo en son de paz, ¿de acuerdo?
    –Eso haré. Gracias, Sango. No me creo cómo en algún tiempo fuiste mi peor enemiga.
    –Ni yo. Anda, ve –dijo esto último sonriéndole.

    ***

    En otro lugar, Sesshômaru se encontraba sumamente consternado ante la premisa anterior que había salido de la boca de su padre. ¿Qué método podría ser tan malo como para morir?

    –¿A qué te refieres?
    –Sesshômaru, hijo... –Inu no Taishô le colocó una mano en la espalda–. Duele tanto... Que ni yo mismo lo probaría con Izayoi.
    –No lo sabes, ¿o sí?

    Su padre dejó escapar un suspiro.

    –No. Pero es algo que siempre se ha contado en la era feudal...
    –No me vengas con sandeces. Dime el método y yo decidiré si lo aplico o no.

    El sabio rey tomó aire dos veces y se mostró nervioso mientras daba vueltas en la habitación.

    –Ella debe saber a lo que se enfrenta. Es un tipo de ceremonia, pero basada, quizás, en la confianza y... En la resistencia. Pero, hijo, vas a ser tú mismo quien va a lastimar a su esposa para poder preservar su vida –Sesshômaru quedó atónito ante la idea de dañar ísicamente al ser que más amaba–. Debes de tenerla en un lugar tranquilo y silencioso, sin que nadie se pueda acercar a ti o a ella al menos por treinta horas...

    ***

    De vuelta a su reino, Kagome se sentía mucho más relajada después de hablar con Sango, quien se había convertido en su mejor amiga a lo largo de estos últimos meses. Soltó una risita al acordarse de lo mucho que se despreciaban cuando ella tenía doce y su mejor amiga, catorce.

    Ya lo recordaba. Se encontraba cerca de aguas termales usando un modesto traje de baño, en compañía de Sesshômaru, que entonces era su novio, a pesar de la notable diferencia de edades.

    Anda, Sesshômaru, mejor vámonos, ¿sí? Le suplicó ella bajando la cabeza.
    –¿Por qué? Creí que te gustaba venir aquí, por eso te traje.
    –Sí, lo sé, lo sé. ¡Es que mira! Ya llegó Sango. Anda, vámonos.
    –¿Qué tiene?
    –¡Ay, Sesshômaru! ¡Se va a burlar de mí! Ya sabes...

    Kagome adoptó un gesto suplicante y él iba a decir algo, cuando de pronto, una jovencita castaña les habló situándose en frente de ellos... Aunque lo correcto sería decir "le habló a Sesshômaru".

    –¡Sess! ¿No quieres venir a nadar conmigo, con Ayame y Kouga?
    –Sango, no sé si has notado que vine aquí para estar con Kagome –la interpelada se ruborizó.
    –¡Ay, por favor! ¿Con esa niña? No entiendo cómo es tu novia y yo no.

    Sesshômaru suspiró. No iba a gritarle a una chiquilla de catorce años, pero no soportaba que se refirieran a Kagome de esa manera.

    –Déjalo así, Sango. Vete a nadar –se dirigió a su pequeña novia–. ¿Quieres una soda? Iré por un café.
    –Sí, gracias –sonrió.
    –Muy bien.

    Se retiró no sin antes darle un beso en la mejilla. Le costaba tanto aceptar que ella fuera tan pequeña...

    –Kagome, ¿qué diablos te ve, eh? –Le reprochó Sango una vez que Sesshômaru quedó fuera de vista.
    –No lo sé, él dice que soy bonita y...
    –Yo también soy bonita. Y mucho más que tú, déjame decirte –la pequeña tomó aire–. Y, además, no tienes NADA.
    –¿Cómo que nada?
    –Oh, vaya, pero qué pregunta...
    –¡Dime, Sango! –Estaba ya muy irritada.
    –No tienes "atributos". Tú me entiendes, ¿no? Pareces una niña de ocho años con ese trajecito de baño. Además, no tiene nada con qué llenarlo, ya sabes, ¿no? Mírame a mí –posó orgullosa.

    Sango la dejó sintiéndose sumamente incómoda consigo misma. Trató de contener las lágrimas mientras se miraba de arriba a abajo. Era cierto, no tenía nada que llamara la atención. Tal vez, sólo una cara bonita... Y eso lo comenzaba a dudar. Sango parecía ya toda una mujer desde casi su edad.

    Se rió de nuevo. ¡Cómo le había afectado eso en otros tiempos! Hasta la fecha, Sango seguía siendo más voluptuosa que ella... Y ella era, esbelta. Tenía actualmente un cuerpo estilizado con unas piernas largas, una cadera notoria pero suave y no exagerada y un pecho no muy grande. Pero se sentía cómoda con lo que era.

    Parando de reflexionar, se encontró en su propia habitación. Abrió la puerta para encontrarse con Sesshômaru recostado. Su mirada estaba perturbada, lucía extraño a la vista de ella...

    –¿Te pasa algo?
    –Siento lo que te dije hace unas horas.
    –¿Sabes? Me molesta mucho que hagas eso, porque yo...
    –Lo hice para que te molestaras. Así pude ir a ver a mi padre.
    –¿Cómo?

    ¿Su esposo siempre tenía que emplear su elevada astucia? ¿Por que Dios había hecho a Sesshômaru tan inteligete y a ella tan sensible?, se preguntó.

    –Yo... Me quedé pensando en el tiempo de vida que tendré sin ti. No quiero vivir novecientos años si no estás a mi lado, Kagome –la tomó suavemente de los hombros–. Es por eso que fui a verle.
    –Sesshômaru, ¿crees que él te va a decir algo para que yo viva lo mismo que tú? Existe una ley natural para todos. ¡Tú tienes que seguir con tu vida cuando ya no esté!
    –¡Nunca! Diez años sin ti después de haberte conocido fueron mi infierno –Kagome tragó saliva e intentó no llorar ante las palabras de su esposo–. Él mencionó un método... Pero, no se ha probado en alguien que él conozca... Y, según lo que sabe... El dolor es casi insoportable en términos literales.

    El rostro de la reina se iluminó. ¿Qué importaba el dolor si podía estar con él para siempre?

    –¡Yo haría lo que fuera para estar siempre contigo! Hagámoslo, por favor.
    –No lo sé, no quiero hacerte sufrir.
    –No es eterno el sufrimiento, ¿o sí? ¡Vale la pena, vamos!

    Entonces a la mente de Sesshômaru se le vino una duda que ya se había guardado los últimos días. Si eso resultaba cierto, no la lastimaría de ninguna manera, sobretodo si pasaba por una etapa como esa.

    –Antes contéstame algo, querida –la tomó de la barbilla–. Kagome, ¿estás embarazada?
    –¿¡Eh!?
    –¿Cargas con hijo mío?
    –¡Ya sé lo que quieres decir! Es sólo que... –La joven estaba atónita–. ¿Por qué lo preguntas? Según yo no...
    –Lo siento. Debieron ser mentiras.
    –¿Quién te lo dijo?
    –El rey de Krul me dijo que te mataría a ti al bebé que esperabas... Pero debieron ser tonterías.
    –Sí.

    Kagome se recostó junto a su rey. Lo amaba tanto... Que ella daría todo lo que estuviera en su ser para quedarse con él hasta que él ya no la quisiese más.

    Pero, entonces recordó que cuando Sesshômaru estaba en combate, ella había llamado a Sango para contarle de un muy mal presentimiento –que al final, había sido cierto–. Pero durante la estadía de su amiga, ella se había sentido mal e incluso había vomitado. Fue entonces cuando empezó a dudar.

    –¿Sesshômaru?
    –¿Sí?
    –Creo que deberíamos hacer la prueba.
    –No, Kagome, tengo que pensarlo. No es algo que podamos tomar a la ligera. Yo jamás te lastimaría.

    La besó en los labios. Era un beso desesperado y parecía estar cargado de ansiedad.

    Ella lo miró a los ojos una vez que se separaron.

    –Me refería a que... Creo... Que sí podría estar embarazada, no lo sé...
     
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    blackrose18

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    Te sale MÁS fácil pedirnos que te abramos el fic. Ya lo hago.
     
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    Artemisa

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    Muchas gracias. Entonces, ¿la última discusión está eliminada?
     
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    blackrose18

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    Piscis
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    Sep, se fucionó con esta
     
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    Artemisa

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    Bueno, ¡hola de nuevo! Aún no he recibido respuestas del capítulo anterior, pero supongo que me lo merezco por haberme ausentado tanto tiempo. Pero, al menos a alguien le gustó... A eso le adiciono que no abandonaré esta historia hasta que esté terminada y voy a cumplir con mi promesa. Claro, si continúo sin recibir nada de respuesta, pues cerraré el fic en dos o tres capítulos más.

    So, les dejo el capítulo 35 esperando que les guste... Si pueden comentar sobre él, ¡háganlo, por favor!





    "–Me refería a que... Creo... Que sí podría estar embarazada, no lo sé..."

    35 ¿CERTEZA?


    Sesshômaru se encontraba detrás de la puerta de la clínica del palacio. Kagome habría comprado cualquier prueba de embarazo común, de las conocidas que indican un embarazo señalando doble de líneas... Pero él quería un examen completo, mucho más seguro. Aunque su faz reflejaba una tranquilidad completa, sus nervios se lo comían por dentro.

    Unos momentos después, el médico salió y el rey pudo divisar a su esposa al fondo, en la camilla... De espaldas, no podía ver su rostro. ¿Sería...?

    –Su majestad –comenzó el doctor, que, al igual que él, era un hombre de pocas palabras–. Felicidades.

    Cuando su mano fue estrechada, el taiyoukai estaba incrédulo. No es que no creyera que fuese posible, pero nunca se detuvo a pensar en eso... Y ahora, la noticia era tan repentina...

    –¿Se encuentra bien? –Observó el médico al ver que este último no respondía y miraba al vacío.
    –Sí... Claro, por supuesto. Gracias –dijo sin ninguna expresión.

    Cuando menos se dio cuenta, Kagome había corrido a abrazarlo. Se le abalanzó con una sonrisa de oreja a oreja y se acurrucó en su pecho.

    –¡Sesshômaru, Sesshômaru, cielos!

    Él le acarició la cabeza a su reina y suspiró.

    –Hablemos en la habitación, ¿sí, cariño?

    La pelinegra asintió con la cabeza. Sintió un vacío en el pecho. ¿Acaso a Sesshômaru no le alegraba el hecho de que iban a ser padres?

    A cada escalón que subía hacia la inmensa recámara, su nerviosismo crecía cada vez más. Finalmente, lograron llegar a ella y su esposo cerró la puerta. Al ver que ya nadie los escucharía, Kagome decidió quedarse sin dudas.

    –¿Qué te pasa? –Exclamó desconcertada–. ¡Yo pensé que la noticia te iba a agradar! –Hizo una leve pausa–. Es porque quizás... ¡Te casas conmigo y no quieres que me embarace! ¿Qué demonios tienes? ¡¿Qué tienes que decirme?!

    Sesshômaru se acercó cuidadosamente a ella y la tomó por los hombros. Su nariz quedó casi tocando la de ella.

    –Tengo que decirte... ¿Sabes lo feliz que me haces?
    –¿¡Qué!? ¡Pero ni siquiera dijiste nada! –Ahora sí, ¿qué diablos le sucedía a su loco rey?
    –En frente de todos no iba a emocionarme. Tengo una reputación que cuidar...
    –Ush, maldito idio...

    Fue callada cuando Sesshômaru la alzó en sus brazos de manera que estuvieran a la misma altura y la besó. O eso intentó, puesto que el coraje de ella no se lo permitía correctamente. Tras varios besos rápidos de los que Kagome inmediatamente huía mientras reprochaba con la sola cara, Sesshômaru levantó una ceja y su conocida sonrisa de malicia/suficiencia se hizo presente.

    –Bésame, Kagome –le ordenó en el tono más autoritario que tenía.
    –¡Ni lo sueñes!
    –No te lo estoy pidiendo.

    Kagome gruñó con fingido disgusto y luego sonrió. Tomó la cara del rey entre sus manos...

    ___

    –¡Necesito ver al rey de Ayax! ¡Ahora!
    –Oh, su alteza, espere... Por favor, el rey está ocupado con la reina...
    –Si no le avisa justo en este momento, ¡la mataré a usted!

    La pobre sirvienta corrió hacia la habitación asustada, tras haber recibido semejante amenaza. Cuando llegó a la recámara, tocó la puerta. Pero al ver que no recibía respuesta después de varios intentos, con toda su valentía abrió la puerta.

    –¿Qué demonios quieres, Misuki? –Dijo irritado el taiyoukai mientras bajaba a Kagome (quién por cierto no podía estar más avergonzada) de sus brazos.
    –¡Señor, de verdad que lamento molestarlo! Pero es que lo buscan...

    ___

    Caminaba y caminaba en círculos... Hasta que vio venir a la persona que más buscaba.

    –¡Sesshômaru! ¿¡Cómo te atreviste!? ¡Tú mataste a mi padre!
    –Ayame –suspiró él–. Nunca en Golden te vi un temperamento así.
    –¡Imbécil! Ahora yo misma voy a matarte...

    La pelirroja se abalanzó sobre él mientras mostraba sus garras. Sesshômaru la esquivó fácilmente, llevándola a chocar contra la pared y rompiendo un jarrón muy antiguo. Ella se levantó con un corte en la ceja, pero su mirada mostraba odio no importaba cuanto le doliese.

    De pronto, Kagome apareció en la escena. Al ver lo que ahí sucedía, fue inmediatamente a tratar de tranquilizar a Ayame mientras la abrazaba.

    –¿Qué pasa, Ayame? Calma, ¿qué sucede?
    –¡Sesshômaru mató a mi padre, Kagome! ¡Él lo hizo!
    –Sí, amiga, lo sé –le acarició el cabello–. Pero él mantuvo tu vida...
    –¡¿Qué quieres decir con eso?!
    –Cuando Ayax le declaró la guerra a Krul –la reina tomó aire–, Sesshômaru me prometió que aunque tú fueras la hija del reino enemigo, no te haría daño. ¡Por favor, Ayame!, ¡trata de comprender!
    –Yo sólo lo hice por... –Terció Sesshômaru, pero fue silenciado con una mirada fulminante por parte de su esposa.

    Ayame rompió en llanto y se aferró a la ojiazul. Después de dos minutos de haber llorado, sus sollozos se había vuelto casi imperceptibles, pero su faz estaba destrozada con el dolor por la muerte de su padre.

    –Yo... No sé si pueda... Olvidar esto así... Así de fácil... –Sollozó.
    –Todo está bien –la consoló Kagome.

    ___

    –Hubieses dejado que peléaramos.
    –Ni loca. La hubieras matado.
    –Quizás.

    Kagome lo miró con amor y lo abrazó. Ella sabía que él no sería capaz de matar a Ayame sólo por que sí. Sesshômaru no era un monstruo, no del que a ella le repugnaba pensar.

    Cómo le encantaba estar en sus brazos. Si por ella fuera, se quedaría así hasta que muriera. De pronto, el pendiente del que se había olvidado volvió a surgir en su mente, y ella no era de las personas que se guardaban lo que pensaban. Al menos, la mayoría de las veces.

    –Sesshômaru...
    –¿Hmm?
    –¿Cuándo vamos a probar ese método que dice tu padre?
    –Aún no sé si lo haremos.

    El sólo hecho de imaginarse a su pareja sufrir fue suficiente para que el rostro de Sesshômaru se descompusiera ligeramente. Finalmente, la decisión final la tenía él... ¿Qué tal si la mataba?, ¿si el dolor era tan fuerte que ella se mataba antes? Él no lo permitiría. Se dio cuenta de que existían muchas maneras de amar a alguien... Su padre amaba tanto a Izayoi que por nada en el mundo la haría sufrir... Pero él amaba tanto a Kagome que haría lo que fuera, lo intentaría todo, todo, para que ella jamás se alejara de él; para que la muerte no se la llevara mucho antes que a él.

    –Por favor... Yo, lo que quiero es...
    –Cuando tengas al bebé, Kagome –dijo con voz entrecortada y apretándola más contra sí–, lo intentaremos.

    Kagome asintió y sonrió. Ella tenía la confianza de que el destino los ayudaría, igual que antes. Todo debía estar bien porque ellos habían nacido para estar siempre juntos.

    En cambio, el rey de Ayax Prima estaba lleno de temor. La vida no era un cuento de hadas, mucho menos era obligada a tener un final feliz en muchos casos. Él era realista. ¿Podría ella resistir tanto? Aún tenía tiempo para pensar en cómo lo haría... Tenía meses por si reflexionaba y se arrepentía. Pero, si, por alguna causa cualquiera, Kagome muriese... Él sabía que compartía al menos una opinión con su padre: Sesshômaru se juró a sí mismo seguir a su princesa a donde fuera, incluso a la muerte.
     
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