* Media noche * (Jacob-Reneesme) (Edward-Bella)

Sangre, solo sangre.​

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(Parte 1)​

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El calor de sus labios me sacó del mejor sueño para introducirme a un mundo de realidad que superaba cualquier más pleno y mágico sueño.

¾ Te amo con todo mí ser, mi amor ¾Sus palabras entraron por mi garganta y llegaron a su mejor guarida de protección: mi corazón¾. Muy buenos días.
¾ Dudo que exista una mejor manera de despertar ¾Los labios de mi esposo estaban tan cercanos a los míos que solo tuve que desear besarlo para tenerlo para mi¾. Por todo esto que provocas en mi, por todo esto que me haces sentir y por como soy por tenerte, nunca me cansaré de decirte “Gracias”. Yo te amo muchísimo mas.
¾ Si todo eso provoco al solo besarte por las mañanas, lo anotaré como primer tarea de la mañana ¾Esa otra cosa que me fascinaba de mi Jacob: La irrespetuosa, profunda, sensual rica que emanaba cuando esta a mi lado.

Bueno, eso me gustaba creer, que toda la felicidad que Jacob ha vivido y vive es gracias a mí. Esto tan terriblemente egoísta de mi parte era confirmado por cada mirada, caricia, palabra que mi esposo me expresaba. Parecía que era única para él. Y como única su “única” felicidad.

¡Me fascinaba que así fuera!

Porque yo lo amaba con esa misma intensidad, aunque había ocasiones que sospechaba que mi amor era mas grande. Simplemente porque era Jacob Black… ¡Quien no amaría con su vida a este joven moreno de gran corazón y tentador cuerpo!
¾ Hace rato que me desperté ¾Me informó mientras perezosamente con uno de sus dedos jugaba con sensualidad con mi labio inferior.
¾ ¿Por qué no me despertaste? ¾La sensación del contacto de mi esposo en mi me provocaban perderme por completo y apenas lograr hablar con claridad.
¾ De las cosas que mas disfruto es verte dormir.
¾ ¿Por qué? ¾Mi voz seguía rasposa.
No me importaba en lo mas mínimo del porque le gustaba verme descansar, pero si tenia que seguir esa conversación para que Jacob siguiera tocándome de esa manera mis labios y ahora dirigirse a mi cuello… ¡Con gusto le entregaba la platica mas larga que el hombre pudo algún día crear!
¾ Te ves tranquila, satisfecha, feliz ¾El camino que seguían sus dedos, sus manos no tardaron en seguirlo.

Cada momento que pasaba mi respiración se hacia mas pesada y agitada.

¾ Y me gusta ser testigo de eso ¾siguió hablando, como sus caricias¾. Para superar esos sentimientos y llevarlos a la plenitud cada día.
¾ Bien sabes que los llevas más que eso.

No dijo nada, se limitó en seguir llamando a mi cuerpo. Pero ya no se limitaba solo en mis labios y cuello. Sus manos parecían que estaba haciendo una lectura de reconocimiento y permiso de seguir, pues automáticamente no supe más de mí…

¡No, otra vez!... ¡No debía respirar!

De un movimiento me zafé de los brazos de mi esposo y me salí de su ligera presión al deliciosamente tenerlo encima de mí.

¾ ¿Qué pasa? ¾Era la misma pregunta que las últimas dos semanas he escuchado. Ya no sabía ahora que decir. Por eso como idiota iba a decir lo mismo que veces pasadas.

Sentada en la orilla de mi lado de la cama, izquierda, iba hablar cuando un aroma y sonidos llegaban para salvarme por lo menos por esta ocasión.

¾ ¿No estas escuchando que mi madre esta en la cocina? ¾Bella se iría al cielo, metafóricamente hablando, sin saberlo.
¾ No, no escucho nada ¾impaciente se dejó caer de espaldas sobre la cama¾. Desde que llegamos de la luna de miel no hemos hecho el amor.
¾ Sabes que me encantaría, amor ¾Como alma que lleva el diablo, me levanté y me dirigí al baño¾. No hay otra cosa que mas me guste ¾¡Cielos, era infinitamente cierto!
¾ ¿Entonces?

No era necesario voltearlo a ver para saber que estaba muy molesto. Desde que llegamos de Hawái tenía que evitarlo para tener intimidad. ¡Dios, como me costaba! Pero tenia que hacerlo. Jacob, no se porque, pero desde algunas semanas su aroma me llamaba, su sangre me mataba. El tenerlo tan cerca, tan entregado, me lo ponía tan fácil que solo podía pensar en mi sed; En mi necesidad de saciarme, pero no de amor, no de su cuerpo, sino de su sangre.

¡Nada de esto le podía contar!

Yo misma me asustaba como de tener sensaciones placenteras en mi cuerpo por tener este atractivo esposo, en segundos se convertían en solo un deseo, pero no sexual.

Cada día que pasaba había tenido la esperanza que era algo pasajero. Motivo, ni idea, pero tenia ese anhelo. Pero no, cada vez era más fuerte, tanto que temía llegar el momento de no poder controlarme como ahora, que me costaba muchísimo, y satisfacer lo que mi cuerpo sediento exigía.

¾ Mi madre está abajo… No es correcto.
¾ Somos esposos.
¾ Aun así.
¾ Entonces no te muevas ¾Se puso de pie¾. Ahora mismo voy a correr a Bella y que advierta que nadie se atreva a molestar en las próximas dos horas.

Como me encantaba que así de sencillo fuera el problema. Yo misma iría a despedir a mi madre. Pero no podía estar con Jacob sola de esa forma tan íntima, cada vez me sentía con menos fuerza de resistir.

¿Hasta cuando? Esto no podía ser para siempre, el huir de mi esposo. Desgraciadamente sentía que cada vez el deseo hacia mi Jake estaba cambiando de corazón, cuerpo, alma a simple y monstruosamente sangre.

Tenia que quitarme esas imágenes de la cabeza, porque el solo pensar en ese liquido que pasaba por sus venas hacia que me alteraba un poco. Respiré y seguí mi intensión de arreglarme para bajar y primero era un rico baño, muy frio.

¾ Necesito preparar todo para en un rato ¾Mi esposo sabia que hablaba de las visitas que llegarían a la hora de comer. Diciendo esto cerré la puerta del baño.

* * *​

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Por las pisadas pesadas y agiles, sabia que el que estaba bajando por las escaleras era Jacob.

Era verdad que no era la antigua Bella que era fatal para mentir e improvisar, pero aun no tenia mis dotes actorales al máximo, por eso al oír cada vez mas cerca a mi mejor amigo me tensó. Y sin perder mas el tiempo tomé el primer frasco grande de vidrio, que estaba en uno de los armarios más próximos, y lo apreté con toda mi fuerza, por supuesto teniendo cuidado de no romperlo.

Al oler ese agradable aroma de inmediato me dio la señal que dejara el frasco sobre la barra de cocina, que era de mármol puro.

¾ Muy buenos días, Jake ¾Apenas entró por el umbral y lo saludé. No se veía nada contento por eso tuve, con voz apenada, agregar: ¾ Espero no haberlos despertado.
¾ No, para nada ¾Soltó secamente, sin ni siquiera verme. Tomó un vaso, del aparador a lo alto de vidrio, y se sirvió agua de la llave¾. Ya me acostumbré que aquí es el centro de reunión de todos ¾Bebió todo el contenido del vaso.
¾ Es la primera vez que vengo y eso que Nessie me lo pidió ¾Era ahora o nunca, me dije, por eso indiferente regresé a mi labor de seguir preparando bocadillos para los amigos de mi hija, como comida, postre¾. Jake, serias tan amable de abrir el frasco que esta junto a ti ¾fingiendo distracción en el arte de la gastronomía, continué metiendo charolas en el horno.

Con mi excelente reojo que poseía, vi que Jacob me hacia el favor. Callado tomó del frasco e intentó abrirlo. Nada. Otra vez. Nada. Esta ocasión le metió toda su fuerza al parecer, lo supuse por como se contraía todo su cuerpo.

Era más débil de lo que temíamos.

Había comprendido mi trampa, por eso tuve que preguntar sin rodeos:

¾ ¿Cuando piensas decirle a Nessie?
¾ No comprendo porque demonios quieres mermelada de fresa para una comida ¾Se acercó a mi y abrió la puerta del lavabo, tiró el frasco en el bote de basura que estaba escondido.
¾ ¿Cuánto tiempo pretendes que siga trascurriendo actuando como si todo fuera como antes?
¾ Todo sigue siendo como antes ¾Declaró muy molesto, con los dientes apretados¾. Sigo siendo Jacob.

No tuve tiempo de ofrecerle mi ayuda, que supiera que no estaba solo, que no pasaba nada, porque mi hija entró con una radiante sonrisa.

Jake apenas se dio cuenta de su presencia y se fue por la otra puerta que daba hacia el bosque.

No sé si se percató Reneesme del claro disgusto que fue para mi amigo que llegara. Si fue así lo supo disimular muy bien pues muy contenta me saludó de beso.

Aunque no me podía engañar de ninguna manera: Las cosas no iban bien.



* Segunda parte mañana en la tarde. Kiss, amigas, las quiero !!!

 

Segunda parte​

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Estaban impactados mis amigos por mi casa, decían que era el lugar más increíble que habían conocido y que no se imaginaban un lugar mejor. Y que además declaraba con mucho gozo que era mi hogar. Me dijeron varias veces que era muy afortunada: Mis amigos por la casa y mis amigas por el esposo que tenia, que tenía mucha suerte. De eso estaba muy segura: Era la mujer más dichosa por todo lo que tenía.

En toda esta felicidad, que era obvio que vivía día a día y todo gracias a mi Jake, tenía una insignificante mancha. Era una pequeñita espina. Diminuta, pero así venia la extraña necesidad que tenia por la sangre de mi esposo, la de él y de nadie mas. Pero será algo pasajero, no podía ser de otra manera. Tenia que vencer como siempre el amor que sentía por el amor de mi vida.

¡Todo estará mejor que nunca muy pronto!

Como estaba segura de que mi matrimonio de inmediato estaría cada vez en mejor camino, muy alegre seguí enseñando la casa cuando terminamos de comer las delicias que mi madre nos había preparado.

¾ ¡Esto es una pasada! ¾euforico soltó Greg al ver la mesa de billar, que solo dos días antes habían traído¾. Yo no saldría de aquí en toda mi vida.

Los ojos negros de Gregory como los cafés obscuros de Trevor bailoteaban sin cesar por todo el cuarto.

¾ De aquí no me iré hasta que me corran ¾Trevor no esperó a que tuviera alguna invitación, tomó un taco del billar, que estaban acomodados en la pared¾. ¿Quién se apunta?

Me sorprendió que la primera persona, que quisiera enfrascarse en un buen juego, fuera mi amiga Andrea.

¾ Pero no me gusta hacerlo solo por jugar, propongo que haya una apuesta de por medio.
¾ Excelente ¾Habia una notoria actitud de humor perverso en Natalia¾. Y hay que hacerlo mas interesante, que sea en equipo ¾Se quitó sus delgados lentes, dejando ver mejor sus bellos ojos azul pálido¾ En parejas.
¾ Esto se pone mejor ¾Declara divertido y con un aire ya de victoria este Trevor¾. Mi preciosidad y yo ¾Se refería a la joven que hacia casi seis meses eran pareja, Natalia¾ Greg con su preciosidad ¾Llevaban casi el mismo tiempo este Gregory y Andrea de novios¾, y nuestra preciosa mujer casada con su hombre. Cincuenta dólares por pareja ¾Para sellar la apuesta, saca la cantidad de su cartera.
¾ Ya dijiste ¾Hace lo mismo este Greg, dejando el dinero sobre la mesa del billar.
¾ Me parece excelente que aceptaran en meter emoción ¾La voz sensata de Naty apareció sin tardar, sospeché que estaba pensando lo mismo que yo y lo confirmé cuando agregó: ¾ Pero Isaac no tiene pareja para jugar.
¾ La verdad es que esto del billar no se me da, lo mio son cosas como los números, investigaciones, laboratorios…
¾ Y estrategias, Isaac ¾Lo animé con un cariñoso empujón en su hombro¾. Anímate, porque somos equipo ¾Saqué de mi bolsa, que estaba sobre la barra oscura del bar, el dinero para el juego¾. Muy bien, empecemos.

Las partidas se tornaban cada vez más interesantes, porque descubríamos talentos escondidos, que hacia la puesta de lo más divertido.

El que mas nos sorprendió fue este Isaac, nunca antes había jugado pero era excepcional resolviendo mentalmente problemas como que velocidad, en que posición debía llegar el golpe por la bola blanca y con que ángulos exactos tenia que hacer para que la bola callera en la buchaca. No por saber que seria bueno para la estrategia mi gran amigo de mirada miel, no dejó de sorprenderme aun más su genialidad.

El primer partido lo ganamos. El segundo Greg y Andrea. El tercer partido fue en su totalidad de Trevor y Natalia. Fue en esa ocasión que conocí el lado rebelde de mi amiga. Por eso el cuarto partido fue muy dramático, porque ahora resultaba que todos jugábamos bastante bien.

Fue muy complicado el saber quien seria el equipo ganador absoluto. Pero tenia que ver uno y después de casi una hora de duración de la cuarta partida, los ciento cincuenta dólares ya tenían dueño, Greg y su novia.

¡Muy bien se lo tenían merecido!

Trevor que era muy competitivo no le gustó perder, por eso Naty tuvo que ser de pacifista para calmarlo. Porque exigía revancha. Me gustaba el joven que se convertía mi amigo cuando estaba con su novia. Era tierno, atento, caballeroso, pensaba antes en la comodidad de Naty que en el mismo. Y siendo Trevor tan protagonista y egocéntrico, era muy visible el amor que le tenia a mi linda amiga, que al conocerlo su pasión por la fotografía y el periódico escolar, habían pasado a segundo termino por lo que sentía por su novio.

Me daba gusto que todos estaban mejor que antes. Andrea seguia odiando la escuela, pero por lo menos ya no llegaba tarde porque todos los días Greg pasaba por ella. Nunca había sido tan puntual. Como Gregory si era de buenas calificaciones, Adie de repente le había encontrado gusto en hacer trabajos en equipo, tareas y hasta estudiar, pues todo eso lo hacia con su guapísimo novio de buen cuerpo atlético. Greg era el mismo, él no había cambiando algo de forma muy visible, pero en sus lindos ojos negros siempre se le encontraban un brillo muy especial, sin duda de amor, y todo ese sentimiento era dueño Adie. Mi amigo seguía siendo discreto, observador. No se como le hacia la hablantina de mi amiga Andrea para estar con él mas de una hora. Al parecer disfrutaba Adie el físico de su novio como de su gran corazón.

Isaac seguía como su único amor la escuela y los estudios. A él no lo veía pronto enamorado de alguien, parecía encontrar más satisfactorio no dejar de pensar en nuevas ideas, no hacer otra cosa que sus investigaciones y lecturas complicadas. Aun sin tener un amor de una persona, parecía estar feliz con su vida. Eso que gusto me daba.

Era maravilloso ver amor, felicidad, por todas partes.

¾ ¿Ya tienes todo listo para regreso a clases? ¾Natalia me preguntó mientras se ponía su chaqueta de mezclilla.

¾ Te mueres de ganas de entrar, ¿verdad? ¾Con actitud de hastió se unió a la platica esta Adie e igual que mi otra amiga se estaba acomodando su chaqueta de piel negra. Siempre vistiendo en el ultimo grito de la moda¾. En serio que has nacido para que te absorben el cerebro. Está perfecto, te aplaudo por eso ¾La mira con sorna¾. Pero yo no, lo poco que me queda de neuronas no creo que resistan los últimos semestres.
¾ Oh, vamos ¾Se acercó Trevor a nosotras y besó con cariño el cuello de su novia¾. Acabaremos sin problemas con ellos ¾refiriéndose a los profesores y sus materias¾. Cada vez demostramos que somos un maravilloso equipo.
¾ Y muy buenos amigos ¾Declara su novia, Andrea¾. Vamos, invitamos la cena.
¾ Me encantaría disfrutar de su generosa invitación ¾Dije con una gran sonrisa de gratitud¾. Pero no a de tardar Jake en regresar de casa de su padre…
¾ ¡Ya, ya, no tienes que decir más! ¾De lo más divertida me interrumpe Andrea¾. Toda pareja casada quiere intimidad.
Todos se rieron muchos, tantos que me puse muy sonrojada. Me era incomodo que otras personas tocaran temas personales, sean míos o de otros.

Ví que el único que se quedaba fuera del comentario atrevido era Isaac, él se limitó en terminar de cerrarse su chaqueta térmica.
Les abrí la puerta y todos, menos mi amigo genio, se despidieron con bromas hacia la mujer casada. En despedirse hasta Isaac fue cariñoso, como el resto de mis amigos.

En menos de dos semanas empezaría nuestro último año de estudios para ser universitarios.

Mis amigos y yo, supuestamente, teníamos ya diecisiete años. Todos teníamos planes diferentes para nuestro futuro, sueños, sueños que eran de corazón, aunque teníamos algo en común: Todos no veíamos nuestros sueños sin la persona que amamos.

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* * *​

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Habia prometido que la próxima semana se haría una noche de solo chicas. Con esa promesa vi alejarse mis amigos, tomando el camino hacia Forks.

Me sentía muy privilegiada por tener personas tan extraordinarias a mi lado. Nunca me había encariñado tanto con humanos, pero con estos jóvenes era imposible no hacerlo. Era tan honesto y puro su cariño que no podía evitarlo. Me dolería y mucho el día que ya no pudiera mas disfrutar de su cálido humor y amor.

El ruido de metales golpeándose entre si llamó de mi y me sacó de una historia triste que algún día tendría que llegar su fin. Pero bueno, por lo mientras disfrutaría de ellos al máximo y daría todo lo mejor de mi, para que siempre, como yo, recordarme con cariño.

Me decidí a seguir el sonido últimamente tan familiar, sabia que me terminaría llevándome a mi esposo, a su magnifico taller.

Al correr la puerta de vidrio que estaba en la cocina y daba al pequeña y privado mundo de Jacob, me quedé muy feliz contemplándolo. Me daba la espalda. Por su cabeza agachada a algo que parecía estar sobre una de las mesas de madera pegadas a la pared del garaje, me hizo percatarme que estaba muy concentrado haciendo algo. Observando eso me quise aprovechar mas de ese privilegio que tenia de verlo tan minucioso en su trabajo. El movimiento de sus fuertes hombros era para mi algo tan sensualmente placentero, que temía que fuera pecado por ver de esta manera a mi esposo.

Estaba tan absorta en disfrutar cada movimiento de Jacob, que no me di cuenta de los míos, por eso al dar unos pasos más hacia él, me tropecé con una caja de herramientas muy pesada, haciendo un sonido muy peculiar de hierros golpeándose.

¾ No sabia que ya habías llegado ¾por la expresión de sorpresa de mi esposo por oír mi voz, me di cuenta que el ruidoso choque que había tenido con la caja, anunciando mi llegada, no se había dado cuenta¾. Perdon, no te quise asustar…

No logré decir una sola palabra más porque un inesperado fuertísimo golpe me aplastó mi garganta.

¡No podía ser!

¡No, Dios, por favor!

Mi gran tormento… ¡Su sangre!

El olor fue malditamente imposible de no apreciar. Era la cosa más deliciosa que he conocido en mi corta vida.

Tenía una fuerza impresionante. Sentía como me llamaba, como un fuerte imán, dejándome sin voluntad, sin poder y solo un monstruoso e irrompible deseo.

¾ No te oí llegar ¾Su voz se oía con un ligero malestar.

En medio de mi infierno alcancé a escuchar como mi esposo dejaba un tubo delgado en la mesa y un pequeño serrucho de mano.

¾ Me asustó tu llegada ¾Estas palabras como las anteriores las había dicho atento a su actividad.

Al fin sentí su penetrante mirada de noche sobre mí:

¾ ¿Te pasa algo?
¾ ¡No te acerques! ¾Rugí al pegarme, como si fuéramos un mismo cuerpo la pared y yo, el lado opuesto en donde estaba Jacob.

Lamentablemente ese estúpido movimiento de instinto de alejarme lo mas posible que ese cuarto me permitía, fue lo peor que pude hacer, pues estaba lejos de la puerta por donde entré. Pero ella muy cerca de Jacob.

¾ ¿Qué demonios te pasa?

Una gota de sangre se derramaba por su dedo índice, de la mano derecha. El desliz de la gota de su dedo al piso de piedra fue tan lento y llamativo que su caída se reprodujo en mi mente en cámara lenta. Haciendo que lo deseara con locura.

¾ ¡Eso…! ¾El ganar un poco la lucha para lograr entenderme sentía que me estaba causando la muerte. Me puse ambas manos con toda mi fuerza sobre mi cuello. Sé que era una tontería, pero no sabia que hacer para apaciguar mi sed¾ ¡eso mismo quiero saber!… ¡Que esta pasando! ¾Ni las lagrimas que fluían de mis ojos chocolate, que eran tan cálidas, fueron capaces de calmar todo este fuego que me consumía¾. Perdón, de verdad lo lamento… Pero es tu sangre ¾Mi garganta ya estaba siendo exterminada por el fuego del deseo, pues mi voz era solo casi un ronco pujido de agonía.

¡Dios! Nunca había sentido tanto deseo por la sangre. Tanto era mi sed que quería cumplir su anhelo, aunque para eso tuviera que matar a Jacob.

¡A mi esposo!

Pero debía de conseguir lo que causaba toda esta cruel y deliciosa tortura.

¿Qué estaba pensando?... ¡No lo mataría!

Mi amor debía ser mas fuerte, por lo menos lo suficiente.

Empezaba ahogarme, tenía que irme… ¡Ahora!

¾ Me voy…
¾ ¡No! ¾Grité¾ No se te ocurra moverte, será peor ¾Si cada latido de su corazón así una ola de aire hacia mi, no quería saber que podría provocar que se moviera y el olor llegara como un mortal tornado.

Mi mente logró despejarse un segundo, lo suficiente para recodar que había otra salida, justamente donde yo me encontraba como adicta en crisis parada. Sin tentar mucho mas a mi poder de voluntad, que ya no existía, sino creo yo era el amor lo que me frenaba, encontré rápidamente el botón de la puerta automática del garaje. Obviamente no esperé que se levantara la puerta por completo, apenas vi espacio para escurrirme por ahí y salí.

Tuve que correr mucho. La distancia suficiente para que se rompieran todos los hilos de imán que me seguían arrastrando hacia Jacob.

No entendía en el monstro que mi cuerpo se quería convertir, esta vez era más fuerte. Pero algo incomprensible me refrenaba, me recordaba lo que era ese hombre para mí. ¿Pero que era? Estaba segura que no era algo mio, porque ahí dentro (que no habían pasado mas de dos minutos que se cortó y huía), había pensado en matarlo. Todo con tal de satisfacer mi mayor deseo. Sin embargo algo me había frenado en medio de ese infierno, algo puro.

¿Pero que? Me regresó la duda. Me había sorprendido que algo en mi interior hubiera sido más fuerte que yo.

¡Gracias! Le dije con el alma esa extraña fuerza desconocida.

Aunque no estaría todo el tiempo aquella fuerza para salvarme y mi anhelo hasta por el simple aire que exhalaba mi esposo era más tormentosa. Rompía con toda lógica y amor por él.

¡Tenia terror por mi misma!

¾ ¡Ahhhhh! ¾Grité con rabia, dolor, miedo, angustia, frustración en la mitad del bosque.

Tenia que desahogarme, quitarme fuerza.

Y lo logré, parecía que Reneesme había vuelto.

Pero… ¿Hasta cuando?