"Media Noche de Otoño"

Esta es una historia que recien comienzo y espero que les guste estara larga y actualizare cada sabado.

Título: "Media Noche de Otoño"
Tipo: Largo/Primera Persona
Resumen de la historia:

Esa palabra tan sencilla cruzó por mi mente segundos después de haber salido de sus impertinentes labios.

Muerte…

Tan fácil…

Y pensar que lo mas raro y absurdo que podía pasarme en la vida era… perderme en un grande, bello y casi deshabitado prado otoñal…

Me equivoque…​

Maffe presenta:​

“Media Noche de Otoño”​

Anteriormente mi hipótesis hubiera sido:​

Los sueños son solo sueños…​

Las palabras no son mágicas…​

Y mi vida,​

Es como cualquier otra, aburrida y sin sentido…​

Al parecer tengo el don de equivocarme…​

Ahora tengo en mete tres cosas absolutamente claras:​

Los sueños no son solo sueños…​

Las palabras pueden ser realmente mágicas…​

Y por ultimo,​

Mi vida…​

Es totalmente diferente y tal vez especial desde que “El” llego a mi vida…​

O yo a la suya…​

Advertencias:Muerte de personajes
Género: Origniales/Fantasía
No. de palabras:

Capitulo l- Un sueño atemorizante

Sentí mis manos mojadas, rasposas, como si estuviera tocando hojas secas y húmedas con ellas.

Desorientada y tal vez asustada, era como me encontraba.
Estaba dormida acaso?... No lo sabía pero por lo menos lo esperaba…

Mis ojos pesados trataban de abrir paso a la luz, pero me era realmente difícil.

Lo logré, abrí mis ojos con desesperación, los cuales estaban dirigidos hacia el crepúsculo que adornaba el cielo, solo podía captar las puntas de los enormes y frondosos árboles otoñales, y las hojas secas naranjas y doradas caer al compás de el viento helado.

Apuñe las manos con fuerza, eso eran hojas secas, en las cuales mi cuerpo sosegaba plácidamente antes de despertar.

Me senté de golpe, moviendo algunas con mis manos desesperadas…

“Donde estaba!?” Esa pregunta rondaba en mi cabeza a mil por hora, sin dejarme pensar en nada mas…

Todo lo que había en ese extraño y solitario lugar eran árboles con sus otoñales hojas apunto de caer…

Si antes estaba desesperada ahora estaba atemorizada…

Me pare de forma veloz sin importarme siquiera dirigir mi vista hacia mi ropa que estaba un poco sucia, solo guié los ojos al suelo…comenzando a caminar desconfiada.

Todo en total silencio. Lo único que podía percibirse eran mis pies mover las hojas torpemente y mi respiración volverse entrecortada.

No pude moverme siquiera dos metros para cuando un muro un tanto alto y descuidado interrumpió mi caminata.

Guié mis ojos hacia arriba, topándome con un letrero de extrema suciedad…

Removí un poco de tierra y polvo que habían en el, logrando percatarme de las palabras que contenía el anuncio…

“Prado otoñal”…

Mi respiración volvió a agitarse, no comprendía nada, como y cuando?, porque y donde? y mas que nada… que rayos hacia ahí?…

Fue cuando el aire comenzó a faltarme cada vez más, como si esta vez realmente hubiera la posibilidad de morir… la posibilidad de dejar ese mundo cruel y sin sentido que me esperaba al salir de esa horrible experiencia…

Sujete mi cuello fuerte, casi ahorcándome a mi misma, y caí de rodillas en el duro y frío suelo aferrando con mi otra mano, la tierra húmeda y a la vez rasposa que minutos mas tarde no seria mas que lodo…
Odiaba ser asmática, los estúpidos ataques cada vez eran mas frecuentes…casi rutinarios…

Sentí mis labios entumirse y mi cara arder por completo… no podía siquiera juntar mis labios en busca de un poco de saliva…

Tanto mi pecho como mi estomago subían y bajaban sin control… haciendo que cada vez me desesperaba mas…

De nuevo me puse de pie… me aferré al muro liso y grueso que tenia frente a mi comenzando a caminar rápidamente, como podía…

Después a correr y segundos después a gritar, gritar como una loca psicópata…

Corrí a mayor velocidad sin importarme mucho a donde me llevaran mis pies, comencé a sollozar y segundos después a llorar sin control, dejando que las grandes y acumuladas gotas saladas corrieran por mis mejillas sin parar.

De nuevo mi andada fue interrumpida por un grande tronco astillado y abandonado en medio del camino, con el que tropecé sin darme cuenta y caí de nuevo al suelo.

Me quejé de mi tobillo, me lo había lastimado un poco, pero no lo suficiente como para no volver a moverme y luchar, que por lo menos, para mi suerte, mi ataque asmático ya había parado…

Lloré mas… grité y grité cada vez mas fuerte!

Hasta que me canse de luchar y pare…

Logré ponerme de pie por tercera vez, mire a mí alrededor tratando de captar algo con mis empañados ojos color miel…

-ALGUIEN!- Grité agitada…

-Por favor!- intente de nuevo desesperada aferrándome el cabello con las manos…

-HAY ALGUIEN!?- fue lo ultimo que pude articular antes de que mi vista se volviera borrosa…

Desperté agitada, casi sudando por el temor…

-Yeraldine estas bien?- Me preguntó preocupada Letice, entrando de golpe a mi habitación.

-Creo que si, porque?- Cuestioné confusa a mi amiga, tomándome levemente la cabeza…

-Estabas gritando…- susurró frunciendo el ceño, abriendo campo en mi cama para sentarse.

-Y estaba soñando – Aclare sus dudas con la mirada firme, solía preocuparse demasiado, lo cual detestaba.

- Mas bien parecía pesadilla Yeral, me preocupaste- recriminó molesta.

-Lo lamento exagerada! – bromeé sujetando su mano con fuerza.

Volvió a fruncir su ceño.

-Bien entonces cámbiate rápido que Delys ya viene para acá- Me informó parándose de la cama para dirigirse a mi closet color negro.

-Delys?- cuestione- de nuevo Delys?

-No te quejes, es una buena chica, además es mi amiga, deberías acostumbrarte a ella…

-Buena contigo – corregí.

-Exagerada!- imitó mi voz falsamente…

Sonreí. Letice era divertida…

El pitido del coche de su amiga se hizo presente…

Segura que no quieres ir con nosotras?- me preguntó con decepción saliendo de mi cuarto…

-Adiós!- me despedí sonriéndole, cerrando la puerta de este.

Suspiré.

Comenzó a darme un leve dolor de cabeza y, recordé mi sueño…me dieron calos fríos y baje a la cocina por una pastilla…

Después de haberla tomado subí de nuevo a mi cuarto para comenzar a alistarme…

Debí haberle hecho casi Letice y haberme ido con ellas, pero yo estaba segura que no era del agrado de Denys, quien no estaba mal correspondida… pero mi diminuto orgullo no me dejo hacerlo.

Salí de nuestra casa un poco abrigada, estábamos en otoño el frío comenzaba a acercarse…

Letice y yo vivíamos solas en Maine EEUU…
Sus padres la abandonaron en la puerta de un orfanato, y los míos desaparecieron cuando yo tenía apenas 2 años, dejándome varada en la misma casa hogar por doce años…desde entonces Letice y yo somos inseparables…

Una anciana nos adopto a ambas cuando teníamos 14 para que cuidáramos de ella, una vez que murió, su herencia paso a nuestras manos y a las de nadie más…

Todo tan triste y extraño…

Caminé hacia la parada de autobús a dos calles de mi hogar…y espere paciente.

El bus amarillo de mi instituto se hizo presente…

Le sonreí a Vania la conductora del transporte y me acomode en un lugar vacío, con las miradas de todos puestas en mí…

No, no era la loser y marginada social del bachillerato, ni la típica chica popular que siempre llamaba la atención…
Solo era yo, la joven que tuvo un ataque de asma la semana pasada por “aparte de todo” casi ahogarme en las piscinas de natación de la escuela…

Si, no sabía nadar, ni siquiera un poco.

Tuve suerte de que Letice me haya sacado a tiempo de la alberca, si no podría haber pasado algo trágico para muchos, pero a mí no me importaba demasiado…

Mi vida era como cualquier otra… aburrida y sin sentido…

Llegamos mas rápido de lo que rogué en mi mente, solo para no tener esas incomodas y tontas miradas pegadas a mi nuca arriba de ese infierno sobre ruedas…

Bajé del bus despidiéndome de Vania y me encamine con mi bolso parecido a un morral en el hombro…

-Ey! Chica- me llamo Vania desde su asiento…

Pare y giré medio cuerpo esperando que dijera algo…

-Que tengas un buen día!- me dijo con voz fuerte y firme…

-reí por lo bajo…- tu igual chica!- la imité sonriente.

Aferre los dos pequeños libros que tenia envuelto con mis brazos y me di la vuelta rápidamente…

Pero una pared “escultural” hizo que me detuviera de golpe…
Si, choque con alguien…

-Yeral!
- Jeremy- mencioné su nombre sin ganas…

-Que te trae por aquí tan temprano?...- me cuestionó comenzando a caminar lento, pasando su brazo por mis hombros, obligándome de igual manera a avanzar…

-Es el instituto, tengo que venir temprano!- hablé con obviedad…

- Amaneciste de malas cachetona?- me cuestionó jalándome con ganas la mejilla…

Aparte su mano de un manotazo…

-No, pero no te soporto lo recuerdas?...- hable irónica comenzando a alejarme de el…

-Me amas!!- me gritó a lo lejos…

- En tus sueños…- conteste para mi misma…

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-Adkins- nombraron mi apellido en tono molesto, pero no me importo demasiado ya que mi mente estaba en otro lugar en esos momentos…

-Señorita Adkins podría al menos fingir interés mientras se encuentra en mi clase?- me cuestionó el profesor Babcock de literatura…

-O si quiere dejarnos….

Lo tomé como una indirecta.

Fruncí el ceño y segundos después casi me ruborice.

-Lo lamento Sr. Babcock no pasará de nuevo…- afirme apenada.

-Eso espero- me dijo a través de sus gruesos lentes de contacto…

Volví a mirar hacia la ventana apoyando la barbilla en mi mano con el codo sobre el pupitre…

Como no quería que me distrajera si…

El árbol más grande de la escuela se encontraba pasando ese vidrio empañado y un poco sucio del pequeño salón…

Frondoso, con grandes y hermosas hojas de color doradas, naranjas y rojas cayendo sin parar de el…
Y así, volví a recordar mi sueño… el semblante de mi rostro paso a uno desconcertado, acercándose al atemorizado…

Un ligero dolor de cabeza volvió a molestarme durante la clase…

Lleve mi mano a ella y la otra la deje aferrada al vidrio de la ventana…

-Sra. Adkins se encuentra bien?- curioseó el Profesor acercándose a mi pupitre…

-Si, lo estoy…- trate de sonar convincente, respirando profundamente…pero no lo logré.

-Esta segura?- apenas pude entenderle…

-Yeraldine?...

-Lo demás ya no pude escucharlo…me había desmayado.

-Desperté. O dormí?
-De nuevo no, pensé…

Estaba en el mismo lugar… en el mismo” prado otoñal” en la mismas coordenadas… en la misma dirección… pero esta vez el cielo estaba totalmente obscuro…

Era como media noche…

Por dios!, de verdad era un sueño?... se sentía bastante real… tan real…

El color, el dolor y… el miedo.

No, eso no era un sueño…era una visión.

Siguiente Capitulo

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Capitulo ll- Planes de excursión