La Mazmorra Cinco, también conocida como la Mazmorra de Pociones, está localizada en la planta baja, en las mazmorras del castillo, no muy lejos de la entrada a la Sala Común de Slytherin. Se trataba de una recámara cuadrada con grandes mesas y sin ventanas, iluminada por velas y lámparas mágicas. En cada mesa hay calderos que los estudiantes utilizan para la parte práctica de la clase. En la esquina al fondo del aula hay un cuenco de piedra que los alumnos pueden usar para lavarse las manos tras finalizar la clase.
Contenido oculto @Lucas Diamond @Liza White @Miss Phantomhive @Noir @SweetSorrow @Bruno EVF @Lu Heart @Jenivere @Void Izumi @Alisse Madness @EliLover @Hey Miguel @Kyouko Kiryuu @EN Auditore @Amelie @rapuma @Nekita ¡Se abre la primera clase de Pociones! Apuraos en llegar; en cuanto llegue un buen número de gente, daremos comienzo a la clase. Créanme, esta no es una asignatura a la que quieren llegar tarde XD Al igual que la clase anterior, no es necesario que posteen en los Pasillos o en el aula de la que salen, pueden postear directo aquí. Comenzamos en breve, apresúrense :3
Daniel Brown La armadura se rompió y por fin el camino quedó despejado para bajar a la biblioteca, pero cuando pensábamos que ya podríamos empezar el trabajo de ni me acuerdo qué, vi a un alumno que parecía hablar de la siguiente clase. Sin que se diese cuenta le seguí solo para cerciorarme de que se equivocaba, pero no era el caso. En una de las aulas de la mazmorra se encontraba un profesor esperándonos. A su alrededor había unos calderos... ¿haríamos algún hechizo curativo esta vez? Abrí la puerta y entré, pidiendo permiso antes. No quería que me volviesen a llamar injustamente "maleducado".
Jean Otro momento ya había pasado, estaba totalmente aburrido, pero tenia que ir a mi siguiente clase que comenzaba en breve, era un chico sumamente solitario, así que estaba solo. Llegué finalmente a la mazmorra, al parecer era el primero en llegar, vaya que incómodo. Toqué un par de veces la puerta y la abrí un poco; asome mi cabeza a lo que sólo vi una sombra a lo lejos, supuse que era el profesor, así que entre y sin mas me sente en mi lugar.
Kara Willson Y de pronto... el timbre había sonado dando fin a la clase de DCLAO pero cuando revisé mi horario y noté que seguía la clase de pociones recordé quien sería el maestro que lo impartiría y según ciertos rumores no era nada bueno llegar tarde a esa clase, ya que ese profesor decían que daba algo de miedo. Tomé mis cosas y con velocidad había salido de la biblioteca, preguntando a varios estudiantes donde quedaba la mazmorra donde se daría la clase mientras corría. ¡No debía llegar tarde! Después de un largo rato... pude llegar a lo que eran las mazmorras de Hogwarts y cuando finalmente visualicé la numero 5 sentí que podía respirar otra vez, había llegado... lo había hecho... Toqué un par de veces la puerta y al no oir nada entré, encontrándome con pocos alumnos ¡bien!, pasé rápidamente tratando de recuperar el aliento y me posicioné al lado de Dani algo más tranquila — ¿Al final... lograste el hechizo? — pregunté entre un par de jadeos que trataban de regularizar mi respiración, ¿cuando será la clase a la cual no tengamos que correr?
Evelyn Holder Y... aquí estábamos. Antes siquiera de armarme de valor y entrar, metí mi cabeza por la apertura de la puerta y por suerte vi que tan solo habían llegado tres alumnos. Sonreí aliviada con una mano en el pecho, sintiendo la respiración ya más normalizada y me adentré a la clase con paso firme y seguro. Mientras buscaba un sitio para sentarme, admiré todo el lugar emocionada; nunca había estado en una mazmorra y esta era bastante curiosa. La única fuente de luz nos las daban las velas y lámparas mágicas, y cada mesa tenía su caldero particular, qué guay. Escogí uno de los primeros asientos y dejé la mochila en el suelo, preparando ya lo que tuviera que sacar. —Bien, esta clase la tengo que superar también sí o sí. Si no, no hay postre —sonreí para mis adentros imponiéndome un regaño como lo haría mi madre, tratando de motivarme así por si las cosas no me salían del todo bien. Y yo me pregunto... ¿qué tocará hacer esta vez?
Danielle Abbadie. No habíamos alcanzado a sacar un libro de la repisa cuando el cambio de hora se anunció, con el ceño levemente fruncido salí de la biblioteca camino a la sala de pociones. Las escaleras se habían portado bien conmigo, nuevamente el castillo era amable y me dejaba pasar sin problemas, cosa que agradecí en voz baja, no importaba si eran objetos, se debía ser educado. Cuando llegué a la puerta del salón tome aire, pociones, las posibilidades de desastre aumentaron, podía explorar un caldero y crear un desastre. Abrí con lentitud la puerta y al entrar al salón la cerré casi de inmediato, como en clases anteriores camine a paso calmado hasta uno de los asientos del frente, dejé mis cosas en la mesa y con las probabilidades de fallo rondando mi cabeza tome asiento.
Victoria Stone Y con mi último ataque, la armadura desapareció como si nunca hubiera estado ahí. Gracias a la campana que avisó el final de la clase tuvimos que dirigirnos a la mazmorra, pues nos tocaba clase de Pociones. Tendríamos que hacer el trabajo de los Banshees fuera de clase, que mal. Sea como fuese, en menos de lo esperado me encontraba delante de mi destino y, tras comprobar que el profesor no había entrado tras asomar la cabeza por la puerta, entré. Distinguí a Evelyn en un asiento de primera fila así que, gracias a la luz de las velas y poco más, empecé a moverme por la mazmorra hasta llegar a su lado, posicionándome enfrente de un caldero.
Lumi~ La armadura comenzó a desplomarse después de haber recibido el ataque de Victoria, seguido del sonido de la campana que daba por terminada la clase. —Vaya... no pudimos ni acercarnos a la biblioteca —Susurré. Chequé la clase que seguía "Pociones", esa clase se veía más interesante, espero que no me pase lo que en esta última. Dirigí mi atención a mis compañeros, los cuales también se encaminaron a la clase que nos tocaba. Los seguí por pura inercia, no quería perderme de nuevo ni pelear con las escaleras. Llegamos a una mazmorra algo lúgubre, se encontraba llena de calderas. Busqué tanto a Ery como a Ricky entre los estudiantes que ya estaban sentados, pero no los hallé; lo más probable era que vinieran en camino. Dudé en si debía entrar o no. Al final entré y me senté en un lugar cera de donde se encontraba, ¿Daniel? Sí, creo que ese era el nombre del niño al que le quitaron puntos por uso inapropiado del mobiliario.
Ery Colle Vi como todos en la biblioteca salían corriendo a la siguiente clase; hice lo mismo siguiendo a Kara quien corría más rápido que nadie. Al llegar busqué a Ricky y Lumi con la vista; observé a Lumi y la saludé; pero Ricky estaba ausente; observé en la puerta esperando que llegara pronto reservándole un lugar.
Andrew Finalmente Victoria le dio el golpe de gracia a aquella armadura encantada, que fue vencida no sin antes darle unos golpes a dos alumnos. La campana del cambio de horario anunció el final del combate y el inicio de otra clase, la de Pociones. Los corredores no tardaron en llenarse de alumnos y antes de que estuviese más concurrido, decidí abrirme paso entre ellos para no llegar tarde. —Genial... ahora tendremos de tarea el trabajo sobre las Banshees... —dije entre dientes sorteando los obstáculos que eran los alumnos en mi camino. ... Había escuchado a unos alumnos de tercer año cuchichear sobre el profesor que daba la clase de pociones, decían que era un sujeto raro y que inspiraba miedo. Traté de ignorar sus comentarios para que no me desanimaran, pues ya estaba frente a la puerta de la clase. Abrí la puerta lentamente y me asomé algo temeroso; tuve suerte, pues la clase aún no había empezado. Le di una mirada rápida al lugar. Iluminado por velas y sin ventanas, al menos no tenía ese asqueroso olor a ajo. —Hola, ¿cómo te fue con la tarea del profesor Quirrell? —le pregunté a Danielle una vez estuve sentado a su lado. El lugar estaba desocupado y no pensaba que le fuese a molestar.
La puerta del aula se abrió, pero no se trataba del profesor, sino de Raven Clearwater, quien llegaba agitada al salón. Jadeando, se detuvo para recuperar el aire; parecía como si acabara de correr un maratón. —Co… ¡condenadas escaleras! —exclamó con rabia, desplomándose en una silla vacía—. Me han cambiado de rumbo justo cuando estaba bajando… tuve que dar una vuelta enorme para poder llegar aquí, ¡pensé que iba a llegar tarde! Contenido oculto @EN Auditore @Lu Heart @rapuma @Bruno EVF @Jenivere @Noir @Void Izumi @SweetSorrow La clase comenzará en unos veinte minutos, a las 22:20 (horario Argentina). Quienes no han llegado aún, ¡apresúrense! Luego de que llegue el profesor, para ingresar, tendrán que golpear la puerta y esperar a que el profesor les permita entrar… pero no lo hará con tanta amabilidad como los dos anteriores :O
Sam La armadura se destrozó en múltiples pedazos y me alcé ligeramente de hombros de forma despreocupada. Comencé a tocarme la sien con la varita, sabía que me olvidaba de algo, lo presentía en mi espina dorsal como un leve escalofrío. "Debo hacer algo..." pensé mientras miraba el techo y los restos de la armadura que ahora estaba inanimada. Antes de darme cuenta los que me acompañaban simplemente habían desaparecido. Suspire leveemente intentando recordar, cerré mis ojos e intenté pensar con fuerza, pero nada salía de mi pequeña cabeza. Luego observé como unos estudiantes se alejaban y me acordé.—¡Tengo clases!—dije casi en un grito y comencé a correr en dirección hacia el aula que recordaba vagamente.—¡Sí, sí, clase de pociones...!—dije preocupado bajando y subiendo escaleras por los pasillos intentando no tropezar con nadie en el camino."Vamos Sam, no puedes llegar tarde de nuevo, debes impedirlo, la flojera se quiere apoderar de ti, pero... ¡No lo permitas!" me dije en mi mente intentando subirme los ánimos y tener la fuerza para llegar. Llegué frente a una puerta, extrañamente estaba muy cerca de la Sala Común de mi "casa". "La mazmorra de pociones" según recordaba, me eché de hombros y suspiré. La puerta estaba abierta así que decidí entrar. Había una cantidad considerable de personas y el profesor aún no llegaba, por ello una sonrisa solitaria se escapó de mis labios. Lamentablemente, no había ventanas en las cuáles poder distraerme cuando la clase se tornara aburrida y eso me exasperaba un poco... "¿Las paredes me aplastarían?" me preguntaba mientras me sentaba en la silla vacía más cercana.
Danielle Abbadie. Estaba terminando los cálculos mentales, si sumaba la idea de la clase y los rumores que escuché del profesor, el resultado no me gustaba. Me preguntaba si podía salir corriendo y saltarme la clase, suponía que nadie notaría que me fui. O eso pensé hasta sentir la silla de mi lado moverse. La curiosidad ganó y logró que descubriera que Andrew se sentaba a mi lado, le dediqué una pequeña sonrisa, al oír su pregunta frunci la nariz un poco molesta. —No pude ni tocar un libro o el pergamino —expliqué levemente molesta por recordar a Peeves, pero recordarlo hizo que notará algo —, retiro lo dicho, si toque los libros —corregí —, simplemente que no de la forma correcta.
Airin Scott. Tras la anterior clase me quede investigando un poco la escuela, y el tipo de alumno que había en esta, tras varios minutos note como una nueva clase empezaba, la clase de pociones, por lo que me apresure en ir. Luego de buscar dicha aula, por fin la encontre, por lo que sonreí y decidí entrar. Al entrar note que no era la primera, y había varios alumnos ya, por lo que suspire algo aliviada....por lo menos no era la primera, y espero no ser la última, después me dirigí a una mesa y me senté allí.
La puerta volvió a abrirse luego de que Airin entrara… pero no se trataba de un estudiante. Se trataba del profesor Snape, aquel hombre de nariz ganchuda y grasiento cabello negro cuyo aspecto recordaba al de un murciélago gigante. Ingresó sin una sola palabra, pero no fue necesario decir palabra alguna; el silencio que se formó apenas entró fue absoluto. Blandió su varita y la puerta se cerró firmemente tras él; avanzó hasta llegar al frente de la clase y se dio media vuelta para enfrentar a sus nuevos alumnos. —Nadie agitará sus varitas ni hará encantamientos ridículos en esta clase —fue lo primero que anunció el profesor con aquel tono de voz suave y a la vez severo tan característico suyo—. Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte de la creación de pociones. Por lo tanto, aquí habrá poco de estúpidos movimientos de varita y algunos de ustedes tal vez duden que esto siquiera sea magia. Pero no espero que lleguéis a comprender la belleza de un caldero hirviendo con suavidad, el delicado poder de los líquidos que en el hierven, capaces de hechizar la mente, engañar los sentidos… >> Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, generar la gloria, incluso como detener a la mismísima muerte… si sois algo más que los inútiles a los que habitualmente tengo que enseñar. Snape se volvió a su escritorio tras terminar de hablar. Su voz era casi un susurro, pero el silencio de la clase era tan absoluto que no hacía falta mucho esfuerzo para oír lo que decía. Tras revisar algo de su escritorio, el profesor volvió a enfrentar a la clase. —¿Cuál es la diferencia entre acónito y luparia? —preguntó a la clase.
Victoria Stone Poco tiempo después el tan famoso profesor Snape entró a la clase, dejándonos a todos callados mientras nos explicaba lo que íbamos a hacer en esa clase. ¿Nada de hechizos ni movimientos de varita? Sin embargo, me temía algo peor... Las pociones no parecían especialmente sencillas. — ¿Acónito y luparia? Por lo que sé, son la misma planta — dije con un dedo en mi barbilla, algo pensativa.
Airin Scott. Nada más entrar el profesor llego también, al verle me puse tan recta como pude en mi asiento..algo me decía que este profesor iba a ser.....algo estricto. Tras entrar dijo una norma, la cual me quede algo confusa, si me hubiera visto en la clase de hacer levitar....seguro que le da un ataque o algo, tras eso nos preguntó algo, cosa que me quede algo curiosa. —¿La...diferencia?—Murmuré algo pensativa por lo que dijo—Bueno, no tienen diferencia, son la misma planta pero de diferente forma...o algo así ¿no?—Dije sin pensarlo, pero tras decirlo, quizás debí pensarlo un poco más puede que si fallaba me echaba de la clase o cosas peores, pero lo dicho, dicho está, no hay vuelta atrás.
—¿Nadie? —dijo Snape, pasando por alto las respuestas de Victoria y Airin—. Que decepcionante… El profesor se cruzó de brazos antes de azotar a la clase con otra pregunta. —¿Qué antídoto usarían para salvarse del veneno de una mantícora?
Evelyn Observé con una sonrisilla en el rostro la llegada del que sería nuestro profesor, sobretodo por el silencio sepulcral que se había formado con su llegada. Tampoco se le veía tan horrendo, yo pensaba que era de esos con los que te equivocabas en algo y te convertían en ratas, o qué se yo, tampoco he tenido muchos profesores magos. Escuché ambas preguntas y cómo ignoró las respuestas de Victoria y la otra chica a la que aún debía conocer, y me rasqué la mejilla, dubitativa. No estaba muy informada en el tema, pero no iba a pasar nada si lo intentaba, no me iba a comer ni nada por el estilo... creo. —Hmm... He oído que ese veneno es muy fuerte y se muere en el acto, ¿servirían en este caso también los poderes curativos de las lágrimas de Fénix? —hablé finalmente ante el silencio que se había formado por segunda vez, con cierta seguridad en mi voz.
