Mas alla de la razon

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Moliry, 5 Noviembre 2009.

  1.  
    Dr Ruth

    Dr Ruth Entusiasta

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    Re: Mas alla de la razon

    Eyyyyyyyyyy !

    Que emocion, ya se trataran como pareja, como marido y mujer. yeaaaaa!

    Eso si k estara interesante. muy buena continuacion ;)

    Espero el otro moLiry :P

    Cuidate
     
  2.  
    Moliry

    Moliry Fanático

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    Re: Mas alla de la razon

    Amigas muchas gracias por sus comentarios. Me encanta verlos y mas por que les agrada lo que escribo, espero que así siga pasando. Besos a todas =)

    Capitulo 8

    Dos semanas y media duro Melissa mar a dentro en compañía de Sebastián. Meli entre mas pasaba tiempo con él platicando de cosas sin importancia ya que nadie quería sacar temas de su vida, se daba cuenta que era verdad que Sebastián si era un conde, por su manera de vestir y actuar, era como si quitándose esa forma física del pirata Hâkem entrara sin ningún problema otro hombre, un hombre culto, elegante, educado y increíblemente hasta caballeroso.

    Melissa sin darse cuanta, con el trato continuo se empezó a sentir a gusto, cómoda, pues este Sebastián le hizo sentirse parte importante de su vida al pedirle que le ayudara a escoger casa, muebles y todas las cosas que una mujer siempre se hacia cargo para que una casa funcionara adecuadamente.

    Eso fue lo que Sebastián compro cuando llegaron a Inglaterra, una casa, puso en una lista cuatro casas que podían ser candidatas para vivir, para que Melissa después fuera a conocerlas para darles su visto bueno y escoger. Se decidió por una casa que tenia como vecino enfrente, un parque muy grande y agradable. Melissa nota que el capitán contaba con una gran fortuna al ser comprador de una casa que estaba ubicada en una de las mejores zonas de Inglaterra.

    - Mucho gusto en conocerla señora Howard – Dice el vendedor de la casa al salir de la pequeña mansión.
    - El gusto es mío – Dice y al ver que el Lord se fue voltea a ver a Sebastián que estaba atrás de ella – ¿Howard?... ¿No pudiste decir un apellido más común?
    - Perdón, fue el primero que se me ocurrió – No pudo contener la risa – Te ves muy bonita cuando te impacientas.

    Melissa sonrojada, le regresa la sonrisa.

    - Ya esta todo listo – Señala Melissa al entrar a la cocina – La casa ya esta perfecta para ser anfitrión de la fiesta que quieres dar.
    - Gracias – Le dice al sentarse en un banco para verla cocinar – Te seré sincero, yo no pensé que decorarías bien la casa, pero yo no quería hacerlo. Me sorprendí esta mañana al ver que la casa en realidad si parece que la habitan personas de la alta sociedad – Se ríe.

    Ese era el primer día que pasarían en su nueva casa, como los Lords Howard. De manera extraña eso a ambos les ilusionaba mucho, hacerse pasar como una pareja joven recién casada.

    - Que bueno que te gusto – sonríe con su bella sonrisa traviesa – Pero te informo que si se gastaron muchas libras de más al decirle a las tiendas que quería todo lo que les compre para hoy.
    - Por el dinero no te preocupes – Le informa tranquilo – Por cierto, será la ultima vez que cocines, necesito que este aquí lleno de sirvientes como debe de ser.
    - Me imagine que quieres aparentar lo mejor posible – Se ríe – Ya también me encargue de eso ayer. Hoy vendrán el personal. Henry será el encargado de todos ellos.
    - ¿¡Henry!?
    - Si yo, ¿hay algún problema? – Dice el joven al entrar a la cocina – ¿Que te parece?

    Se pone en estado de asombro cuando ve el cambio de su mejor y más fiel amigo. Henry que tenía su misma edad, esta vestido con ropa elegante y ya no tenía esas barbas, solo el pelo largo negro que lo tenía recogido en una coleta y un arete pequeño en forma de aro en su oreja derecha. Melissa le sonríe a Henry al aceptar que era un hombre apuesto, no es tan alto como Sebastian. Henry tenia un gran carisma que hacia ocultar un poco la manera tan tosca y sin educación que era su comportamiento. El buen amigo de Sebastian tenía ojos cafés muy alegres y traviesos.

    - No dejaste nada de aquel pirata – se ríe Sebastian.
    - Lo mismo digo – Le sonríe.
    - Te ves muy bien.
    - Todo esto se lo debemos a tu mujer postiza – Le guiñe el ojo a Meli.

    Ese intercambio de sonrisas y miradas entre Henry y Melissa, a Sebastian le molesto demasiado. No entendía porque le desagradaba hasta el punto de por primera vez tuvo ganas de poner en su lugar a su amigo con un puñetazo. No le gusto que ellos se llevaran con tanta camaradería.

    - Es que se me ocurrió que si ya todos tus hombres se iban a encargar de otras cosas de fuera, porque no tu mano derecha estuviera aquí, para no dejarte solo en este nuevo plan tuyo, por eso hice que ahora Henry fuera el encargado de los sirvientes y así también el viviría aquí – Le informa a Sebastián con entusiasmo – Y a si también hago que Henry no me odie mas por casi cortarle la mano.

    Frunce el ceño Sebastian al oír en los rozados y carnosos labios de Melissa que Henry se iba a quedar a vivir con ellos, eso lo había decidido él mismo, pero le molesto ver la alegría que Meli mostraba ante eso.

    - Fue un simple rasguño – Dijo Henry despreocupado.
    < ¿Simple rasguño?> exclamo en su mente este Sebastian por semejante falsedad. Todavía recordaba las palabras de maldición que

    Henry le aventaba con furia a él cuando se expresaba de Melissa por pasar por ese “rasguño” varios días en cama al tener fiebre y aspecto frágil y pálido. < Entonces ya la perdonaste, ¿porque será? > Pensó con ironía Sebastian.
    - ¡Ya ves! – Exclama Meli feliz a Sebastián - Que rápido perdona.

    Se carcajea Henry.

    - Por cierto, necesito que ustedes dos se ocupen mientras yo me encargo de unas cosas, que preparen para la próxima semana un baile que se hará aquí en la casa, para empezarnos a dar a conocer.
    - ¿Y tú que harás? – Pregunta Henry.
    - Hare la lista de los invitados y ver unas tierras que quiero comprar.
    - ¿Para que? – Apenada pregunta Meli al sentir que se estaba metiendo en cosas que no le incumbían – Claro, si se puede saber.
    - Para dedicarme a lo que se hacer… la venta y crianza de ganado.
     
  3.  
    Dr Ruth

    Dr Ruth Entusiasta

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    Re: Mas alla de la razon

    Celoso Sebastian !!! jojojo. Ay los hombres

    Siento que viene el romance. POr fas sube el otro capitulo. Necesito saber que va a pasar, por favor por favor !!!

    Buen post y el siguiente sera genial ??? por fas !!!!!!!!!!
     
  4.  
    Moliry

    Moliry Fanático

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    Re: Mas alla de la razon

    Solo por que has sido una gran fan laurry te subo otro capitulo. ;)
    Espero que a ti como a los demas les guste. Y pareces bruja. jaja porque tienes razon este capitulo empieza tal romance. kiss y muchas gracias


    Capitulo 9

    Melissa estaba nerviosa al ser la primera vez que tenia que ser Lady Howard entre tantas personas, y sobre todo tenia miedo que alguien la reconociera, pero tenia la confianza de que no fuera así pues toda su vida fue en la ciudad y no ahí, la gente si sabría quien es al oír su nombre, pero si todos creían que era Melissa Howard no habría problema, eso era lo que quería que pasara Meli y rogaba que su deseo se cumpliera. Con sus nervios todavía acompañándola sale de su habitación y se dirige a las escaleras al saber que ya habían llegado la mayoría de los invitados al baile.

    - Te ves hermosa – La alaga Sebastián al acercarse a ella en el vestíbulo.

    Llevaba un vestido amarrillo claro escotado y el pelo recogido con un broche de oro que se perdía en su dorada cabellera pero los pequeños diamantes que adornaban el broche hacia que resaltara. Y su collar delgado de perlas hacía lucir sus ojos color miel oro.

    - Todos han preguntado por lady Howard.
    - Muchas gracias – Le sonríe – Tú también te ves muy bien. Vinieron la mayoría de los invitados, ¿verdad?
    - Todos, nadie se perdería la oportunidad de conocer sus nuevos vecinos – Se ríe y la toma el brazo para llevarla al salón donde estaban todos.
    - Entonces… eres comerciante, nos conocimos en Nueva York y nos casamos allá y somos una pareja muy enamorada.
    - Muy bien… entendiste todo –La aprueba con dulzura – Deja te presento a las personas que acabo de conocer y he saludo. Si te pone nerviosa estar con esas señoras por no saber como comportarte, inventa un pretexto y retírate. Pero recuerda, cosa que hagas siempre con educación.
    - Ojala no me ponga nerviosa – Dice tratando de ocultar su sonrisa.

    Le daba gracia que Sebastián le dijera como debe comportarse, si ella estaba acostumbrada que la mayoría de jóvenes al hacer plática con ella se ponían nerviosas y decían o hacían tonterías. Le daba mucha risa al ver como se comportaban las personas de su edad al desear conseguir por lo menos un simple dialogo con ella.

    - Lord Howard estábamos preguntando por su esposa – Dice una mujer de avanzada edad que estaba acompañada de su marido y otras cinco parejas.
    - Perdón por el retraso, pero estaba terminando de afinar unas cosas con el cocinero – Les informa a los presentes con una elegante sonrisa.
    - Permítame felicitarlos, su casa es maravillosa – Comenta otra lady de edad mas joven – Soy Daphne, cualquier cosa que se les ofrezca vivimos a unas cuantas calles de aquí.
    - Muchas gracias- Sonríe Sebastián – Ellos querida, son los vizcondes Johnson – Le informa a Meli.
    - Mucho gusto – Dice Melissa con una leve reverencia.

    Le estaba gustando el papel que estaba interpretando, porque era la primera vez en su vida que hacia reverencia a alguien que era de un titulo tan por debajo de su familia. Solo le había hecho referencia al rey Alfred y eso fue hace mucho. Pues el rey pidió que no le hicieran referencia al ser un gran amigo de sus padres y sentirse como tío de ella y sus hermanos.

    - El gusto es nuestro – Contesta el vizconde – tiene una hermosa esposa, Howard.
    - Gracias… lo se – Con un ligero movimiento de brazos la atrae consigo y la besa en la boca con dulzura, muy corto y sencillo fue ese beso, pero fue mas que suficiente para que Meli se le acelerara el corazón y las burlonas piernas se pusieran en acción en hacerla temblar.

    Ella toda sorprendía ve a Sebastian y sonrojada le sonríe al no tener mas que hacer enfrente de los invitados. < Y yo que pensé que actuaba bien > Con sarcasmo piensa Melissa.

    - Por favor pasemos a la mesa para tomar algo – Logra decir Meli al ver que Sebastián le sonreía con sensualidad.
    La velada transcurrió mejor de lo que quería Sebastián. Cada vez que Melissa saludaba para conocer a los invitados lo dejaba boquiabierto al ver como se desenvolvía, mejor como cualquier mujer que estaba esa noche en el salón.

    Todos los invitados como ellos la pasaron muy agradable, contentos ambos jóvenes porque se dieron cuenta que por lo menos la mayoría de las personas si les quedo muy buen sabor de boca al estar ahí y conocerlos, sin duda sabían que serian invitados a próximos bailes que hicieran las personas invitadas.

    Melissa no podía creer que tomara muy enserio el papel que tenia ahí, de esposa de Sebastián Howard y anfitriona de la fiesta, su papel lo pudo desempeñar de maravilla al ser ayudada por Sebastián para que aparentaran mejor, pero sabia con enfado que él exageraba la situación al pasarse todo el tiempo con ella siendo muy cariñoso y algunas veces hasta le rozaba con coquetería sus labios con los suyos. Toda la velada se la pasaron juntos conociendo gente y cuando por alguna razón se tenían que separar, Sebastián en donde estuviera no dejaba de ver a su joven supuesta bella esposa.

    - ¿Cansada? – Pregunto al irse la última familia de invitados.
    - Demasiado – Le dice con una tenue sonrisa al ir escalera arriba.
    - Lo hiciste demasiado bien… gracias – señala detrás de ella.
    - Yo no hice nada – Agrega molesta – ¿No crees que tu actuación de hoy fue demasiado fuera de la realidad?
    - ¿Porque lo dices? – Riéndose en el pasillo la toma del brazo para pararla.

    Melissa voltea con brusquedad.

    - ¡No te quieras pasar de listo! – Exclama furiosa – Tú bien sabes de que estoy hablando, esto solo seria una actuación, cosa que acepte para agradecerte por haberme ayudado y recibir mi libertad. Pero nunca quedamos que me estarías besando.
    - ¡Ah!... ¿Por eso lo dices? – Se ríe más y la jala para meterla a su habitación – Eso no fue actuación… eso lo hice porque quise.
    - ¿Como? – Expresa incrédula.
    - No pude aguantar mas las ganas de besarte y menos al sentirme tan orgulloso de que no hubo quien no me dijera que tenía una mujer demasiado bella.

    Le encanto ese comentario, tanto que había dejado la guardia baja, pero no quiso que Sebastian viera el cambio que hizo en ella por esas palabras.

    - Pero eso no te da derecho a pasar los acuerdos que habíamos quedado – Sigue con su falsa indignación.
    - ¿Porque lo tomas así? Sabemos que no te soy nada indiferente – Le dice con una voz muy sensual.
    - Yo…
    - Lo supe por la manera que me respondías cuando te besaba – La toma de la cintura.
    - ¡Maldito engreído! – Explota y se aleja de esas manos que la hacían ponerse nerviosa cuando la tomaban – ¿Que querías que hiciera si el salón estaba lleno de gente?
    - Quitarte – Contesto con tanta seguridad que hizo que la oyente refunfuñara más.

    Melissa con su espalda junto a la ventana piensa que Sebastián tenia razón, no le era para nada indiferente, de hecho con el mas de un mes conviviendo a diario no se había dado cuenta que no veía a Sebastián como un simple patrón que la tenia sometida a un trato. Pasa por su mente que si ella hubiera querido sin ningún problema se hubiera ya podido ir, él le daba toda la libertad de ir y venir y nunca se le ocurrió en todo ese tiempo escapar. < Estas ahí porque quieres ayudarlo > Quiso convencerse Melissa al ver como Sebastian se acercaba a ella con una mirada muy devastadora.

    - ¿Que es lo que quieres? ¿Jugar conmigo y luego darme por muerta para seguir con tu vida? – Pregunta con unos ojos llorosos, al reconocer que eso le dolería.

    - ¿Porque darte por muerta si podemos estar toda una vida juntos? – La besa con mucha pasión al llegar junto a ella. Meli sin querer evitarlo le regresa ese beso que lo sintió nuevo, mágico.
    - ¿Que es lo que quieres decir? – Dice jadeando – Si no nos conocemos, no sabemos nada en absoluto del otro.
    - Eso se puede solucionar muy fácil – Le dice tomándola de la cintura – Soy Sebastián Whitmer conde de Hagerstown, tengo veintisiete años. Mi padre murió cuando era niño, por unos asaltantes y mi madre embaraza al saber eso, tuvo a mi hermano antes y ambos murieron en el parto.
    - Lo lamento mucho – Dice con voz aterciopelada acariciándole con suavidad el rostro de Sebastián y su pequeña cicatriz de la ceja.
    - Yo mas, pero sobre todo por mi hermana…
    - ¿Tienes una hermana? – Pregunta sorprendida.
    - Ahorita Meredith tiene veinte años – Suspira – No he sabido nada de ella desde hace ocho años y no se si ya se caso… si es feliz.
    - ¿No tienes familia que se haya encargado de ella? – Compartiendo el dolor de él, Meli le pregunta con una mirada lleva de preocupación y malestar por todo lo que Sebastián a tenido que sufrir y ella no. Se sentía mal que la vida le de a unos mucho y a otros solo pruebas duras.
    - Si, mi tío Joseph y mi primo Victtor.
    - Pero no es el mismo trato, protección que tú le podías dar que ellos.
    - Lo se – Dice con lamentación. Deja de abrazar a Meli de la cintura y se sienta en la cama.
    - Pero eso puede cambiar – Lo dice con ánimos al sentarse junto a él – Puedo presentarme a Meredith, decirle que estas vivo y…
    - ¿De verdad lo harías? – Dice como niño pequeño al prometerle un juguete.
    - Claro que si – Le acaricia la mejilla.
    - Por cierto, ahora que recuerdo tú me dijiste que tenías una hermana, Angela. ¿Donde esta? Podemos ir por ella…
    - ¡No! – Exclama asustada parándose. Siente la mirada molesta de Sebastian, se sienta y lucha con su emoción para sonreírle – Te lo agradezco, pero mi hermana esta en un internado estudiando… esta muy bien.
    - ¿Tienes el dinero para pagar? – pregunta al no creer lo que le dijo – Los internados son caros.
    - Si, por eso trabajo mucho. Además recibo mensualidades de mi padre.
    - Entonces no habría ningún problema que te acompañe mañana a recoger ese dinero, ¿cierto? - Con un gesto sobrio la ve.
    - No claro que no, y te lo agradezco – Le sonríe Meli pues sabe que con esa prueba creerá que dice la verdad.

    De repente pasa por su mente una pregunta que podría Sebastian verla como absurda, pero siempre había tenido curiosidad, y en ese instante encontró el momento perfecto para salir de su inquieta curiosead. Además era el tema perfecto para evitar que le preguntara por su vida personal. Quería evitar lo más que se pudiera llegar a esa plática. Ya no quería seguir mintiendo.

    - ¿Porque te nombraste Hâkem? supongo que significa algo.

    Sebastian no esperaba una pregunta de esas y menos en ese momento que pretendía sacar de todos sus peros a esta Melissa para empezar una relación lo más correcto que se pudiera.

    - No me lo puse, el pirata que me perdono la vida me lo puso – sonríe – Después de unos meses al ver que siendo mas joven que los demás, tenia el don como el así lo llamaba, de lograr ordenar a los demás, y ellos aceptaran sin protesta. Le gusto mi forma de desenvolverme con sus hombres y con las personas de tierra que me puso como co- capitán – Le da risa ver la expresión de Melissa como niña pequeña desesperada por escuchar la respuesta de su pregunta – Gobernante, eso significa, esta en latín.

    - Oh – Sonríe – Me agrada, se oye imponente.

    Se imaginaba porque el capitán de Sebastian le sorprendió como interactuaba con las personas, pues era lógico que su carácter fuera de líder, de mandar, si toda su vida fue criado para un día ser el heredero de su titulo y negocio. Melissa distraída piensa eso y siente un sentimiento de orgullo por todo lo que ha logrado Sebastian, hasta por tener el carácter suficiente en seguir una vida tan arriesgada y prácticamente mortal, la piratería. Y allá tenido el coraje y fuerza suficiente en llegar tan joven a ser capitán pirata. < Sin duda merece que lo llamen Hâkem, el gobernante > medita Meli, con una sonrisa todavía en sus suaves labios.
    - ¿A donde vas? – Exclama al ver que la joven se dirigía a la puerta.
    - A descansar, estoy muy cansada y mañana…
    - ¿Entonces porque te vas? – Se para y se pone enfrente de ella.
    - No entiendo – Confundida lo ve a los ojos.
    - En hora en adelante dormiremos juntos – Le ordena con una voz sensual.
    - Pero yo…
    - Nada – La interrumpe con sequedad – Si tenemos que conocernos que mejor en la cama – La abraza.
    - Eso es lo único que te importa, ¿tener sexo conmigo?
    - En algo se empieza – La toma en brazos y la deposita en la cama.

    Melissa no entiende por que Sebastian al decir eso le doliera, < ¿Querías que dijera que deseaba hacer el amor contigo? > Le pregunta su conciencia de forma irónica.

    - ¿Que te parece este trato?, que…
    - ¿Otro? – Logra decir al no poder creer lo que estaba pasando, ella acostada en la cama viendo como ese hombre con cuerpo perfecto se quitaba la camisa.
    - Si, y este me agrada mucho – avienta su camisa blanca al sillón – Hay que conocernos bien dos meses y si los dos deseamos seguir juntos, nos casamos.

    < ¿Sin amor? > Pensó algo confundida. Pero no pudo seguir pensando mas sobre el asunto al sentir como Sebastian al quitarse los pantalones se acomodaba encima de ella para besarla. Fue otro de esos besos mágicos que ella jamás había recibido, que le hiciera todo su cuerpo estremecerse y desear más ese beso como a él.

    Melissa no pudo resistir mucho a Sebastian al sentir como su mano fuerte, varonil con ternura le tocaba un pecho, provocándole demasiado placer, no entendía como podía una simple caricia provocar tantas sensaciones en todo su cuerpo, provocando que jadee e interactué con Sebastian en el beso.

    Sebastian con sus agiles manos le desabrocha y le quita ese vestido amarillo que había levantado tantos suspiros de los invitados en la fiesta, se agacha para quitarse y quitarle los zapatos y con una mirada hipnotizada sube la vista muy lentamente para saborearla, disfrutarla.

    - Me encantas, Melissa – Con una voz ronca le habla antes de regresar sus labios a los de ella.

    Todas las primeras semanas que tuvieron en el barco, Sebastian se limitaba en ver a Melissa como una niña bonita, cosa que no pudo seguir haciendo más y mucho menos al tener ahí, debajo de él, y satisfacer su vista al ver que esa niña, tenia un cuerpo perfecto, formado tan maravillosamente que anunciaba que era toda una mujer.

    Meli con una bella sonrisa lo recibe al ser la primera ves que él le decía su nombre y además de esa manera. Nunca se imagino que disfrutara tanto que alguien mencionara su nombre.

    *** Censuraro *** ver parte de esta escena en mi BLOG. Solo una parte. jaja. besos

    Sebastian sale de ese lugar que lo llevo a un gran placer glorioso, para acomodarse un lado de ella.

    - Ven – Le pide agitado con una sonrisa deslumbrante al extenderle sus brazos – Me hiciste actuar como un adolescente – Dice con voz cristalina al recibir a Meli en sus brazos. Al sentir el rostro de ella en su hombro siente mojado, se levanta Sebastian un poco para verle el rostro - ¿Te lastime? – Preocupado la cuestiona al ver unas pequeñas lagrimas en su cara sonrojada.
    - No – Le sonríe con dulzura para tranquilizarlo – Lo que pasa es que al ser virgen me dolió al principio, pero…
    - ¿Virgen? – En susurro dice.
    - ¿No te diste cuenta? - Le pregunta con suavidad.
    - No lo note por tu forma tan apasionada de hacer el amor – Le guiñe el ojo y Meli se pone roja – Pero si te refieres si no sentí tu virginidad, ahora que lo pienso, si. Me sorprendió pues eres la primera virgen que…
    - No me digas mas… entiendo – Lo abraza apenada.
    - Como podrás imaginarte ya no tienes opción conmigo. Nos casaremos.
    - Casarnos, ¿pero porque? – Exclama al sentarse en la cama, perpleja.
    - Meli – Dice impaciente – Si no lo sabias, al ya no ser virgen los hombres te quitan valor, y no voy aceptar que una joven tan deslumbrante en todos los sentidos sea marginada por esto.

    < ¿Pero y Justin? > Mortificada le vino el recuerdo por primera vez de su prometido. Meli lanza un suspiro pues ya no quiso decir ni pensar más, ya todo estaba hecho y no había vuelta de hoja y sorprendentemente esta gozosa por lo que acaba de pasar. Con una bella y dulce sonrisa se duerme en brazos de él.
     
  5.  
    Dr Ruth

    Dr Ruth Entusiasta

    Géminis
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    Re: Mas alla de la razon


    Wooow Moliry tu que si sabes consentir a tus fans. jojojo. Gracias por subir otro capitulo.

    Y sobre todo por k es un capitulo woooooooooooow !!! muy bueno.

    Me encanto.

    Desde la fiesta.
    Lo que hablan para conoserse.
    Y lo que hacen.

    Muy bien narrado. Lo que piensas, sienten, muy bueno ;)

    No tarda Sebastian en enamorarse de Melissa. Me encanto lo lindo k es el pirata, que quiera casarse con ella. Ay ya no se que mas decir, pero si que me fascino.

    Quiero leer el otro. siii !!! ya sabes lo estare esperando :P
     
  6.  
    alma

    alma Entusiasta

    Acuario
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    Re: Mas alla de la razon

    bueno solo se nota que hay pasion pero como es posible que a melissa ni se acuerde de su prometido
    y que lo haga cuando todo termina que feo ,que no lo queria o que .

    Y ese sebastian que se nota que queria otra escusa para conocerse en verdad ^_^

    Moliry excelente capitulos de esta historia espero leer como van a decir que se quieren y que se aman
     
  7.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Re: Mas alla de la razon

    Un poco de paz en sus vidas no les vendria nada mal...
    Espero les guste y como siempre GRACIAS POR SUS COMENTARIOS :P

    Capitulo 10
    Melissa con un sentimiento muy agradable abre los ojos al recibir un beso tierno en la boca. Sonríe al ver esa escultura maravillosa tallada a la perfección a un lado de ella, viéndola.
    - Buenos días dormilona – Le da otro beso.
    - Buenos días – Le regresa el beso – ¿Es tarde?
    - Yo creo que si, son casi las once de la mañana.
    - ¿Que? – Se sienta en la cama – ¿Porque me dejaste dormir tanto?
    - Porque disfrutaba mirarte – Le dice con una mirada dulce – Además yo hace poco me desperté.
    Recuerda que ese día tenía muchas cosas por hacer, quería ponerse ya en acción.
    - Te parece si nos arreglamos, desayunamos, vamos al banco y…
    - Entonces lo de las mensualidades si es verdad.
    - Si, ¿creíste que te mentí? – Se ríe. Toma algunas sabanas para enrollárselas en el cuerpo – Y después vamos a tu casa y veo a tu hermana, por mientras tú puedes esperar en el carruaje.
    - Muy bien – Sonríe y se levanta de la cama. Se pone sus pantalones que estaba en el sillón – ¿Aceptaría bañarse conmigo, lady Whitmer? – Le lanza una mirada traviesa.
    - No vaya tan rápido conde, esta humilde cocinera prefiere llevar las cosas a su tiempo – Le dice al levantarse de la cama con las sabanas. Sale de la habitación con una maravillosa sonrisa.


    Ambos jóvenes con un semblante muy alegre salen de la casa para dirigirse al carruaje después de un delicioso desayuno que ella hizo al pedirle Sebastian que le cocinara. Melissa con los ojos entre cerrados acepta y comenta:
    - Yo pensé que no te gustaba como cocino – Entra al almacén y sale con varias cosas en la mano.
    - ¿Porque lo dices?
    - Porque nunca me has dicho que te agrada mi comida, de hecho nunca me has dicho gracias – Señala levantando una ceja.
    - ¿De verdad fui tan grosero? – Se ríe y se levanta del banco. La toma entre sus brazos – De hecho nunca había comido tan rico – La besa – Gracias.
    - No se diga mas, te hare desayunar todos los días – Suspira – Bueno, algunos días.
    - ¿Eso hacías en tu casa?
    - No, muy rara vez cocinaba, teniendo cocinera que ama su trabajo y considera la cocina como su vida, ve como calamidad que uno se meta a sus cosas – Bromea.
    - Pues que desperdicio, pero que bueno, para que saques todos tus dotes conmigo – Le dice con voz ronca – Y cuando digo todos tus dotes, me refiero a todos– La abraza con fuerza y le guiña el ojo.
    - ¡Sebastian! – Lo reprende toda sonrojada.
    - Me gusta como se oye mi nombre en tu voz – La besa con una deliciosa ternura.
    Meli la estaba pasando tan bien en su primer día como lady Howard con todo lo que implica que todo pesar que pudo sentir ella en la mañana en recordar a Justin desapareció de una manera preocupante < ¿No lo ame? pero tampoco a Sebastian, ¿o si? > Se pregunto al entrar al carruaje y ver a su supuesto marido enfrente de ella sentado viéndola con una mirada juguetona y dulce.
    - ¿Tienes que ir a un banco específico? – pregunta al ver tras la ventana el día soleado despejado y sentir el clima cálido que había en esos momentos en Inglaterra.
    - Si, de hecho originalmente tenia que recoger mi dinero en Nueva York, porque fue ahí donde mi padre hizo el testamento, pero como él sabía que al morir, mi madre iba a querer regresar aquí, hizo que pudiera recoger las mensualidades donde gustemos.
    - ¿Y así será siempre?
    - No, hasta que cumpla veintiuno años… o me case – Le comenta sin verlo y se encoge de hombros por darle pena lo ultimo que dijo.
    - ¿veintiuno? ¿Cuantos años tienes? – pregunta fingiendo no imaginarse su edad.
    Sebastian se imaginaba que apenas Meli tenia la edad de presentarse en la sociedad como futura esposa.
    - Acabo de cumplir dieciocho – Dice en susurro.
    - ¿dieciocho? ¡Santo Dios! – Exclama actuando incredulidad – Pero como…
    - ¿No los aparento? – Dice tratando de tomarlo a broma – Pero me decías niña.
    - No y créeme que menos con la demostración tuya de ayer que …
    - Sebastian, evita ser tan descriptivo – Lo ataja avergonzada.
    Se ríe al ver el color rojo en las mejillas de un rostro blanco aterciopelado.
    - Tengo suerte entonces de ser el primer hombre que conozcas como candidato para marido – La toma del brazo para invitarla a sentarse sobre sus piernas – Porque soy el primero, ¿no es cierto?
    - Si – Miente. < Que más da otra mentira > Su conciencia le da ánimos.
    - No olvido que apenas las niñas se convierten señoritas y todas las madres hacen revuelo para que los hombres conozcan a sus tesoros – Dice mofándose e indignado.
    - Si… ni me lo digas – Suspira.
    - ¿has ido a bailes? – La ve con gesto serio haciendo remarcar más su cicatriz de la ceja.
    - Señores, ya llegamos al banco – Les anuncia el chofer que había la portezuela – ¿Esta bien este?
    - Si Thomas, el que sea – Agradece con una linda sonrisa su interrupción – ¿Te he dicho que te llamas como un primo mío?
    - No, mi lady – Le sonríe.
    - ¿Entonces tienes más familia? – Cuestiona Sebastian perdiendo la paciencia.
    - Lejano, si – Con ayuda del chofer baja del carruaje – Me podrás esperar… no tardo.
    - No dejare… – Sale del carruaje.
    - No tardo – Antes de oír protesta se aleja a paso rápido.
    Había poca gente en la fila para hacer retiro de efectivo, estuvo solo unos momentos en la fila cuando se percata por la sonrisa de la joven que la iba a tender que parecía identificarla < Que no me conozca, que no me conozca > Pidió suplicante en su mente.
    - Lady Farington, que placer es atenderla – Dice la joven al ver a Melissa acercarse a la ventanilla con rejas metálicas.
    - Buenas tardes, te pido que me digas Melissa – Trata entre su nerviosismo regalarle una amable sonrisa.
    - Claro que si, lady Melissa.
    - Mucho mejor - <Problema resuelto> Pensó con alivio - Vengo hacer mi retiro, esta a nombre de James McGregor.
    - ¿Así se llamo tu padre? – Pregunta en susurro en su oído al abrazarla por detrás Sebastian.
    - Si – dice en susurro al sobresaltarse.
    - Lady, vengo en un momento – Le informa la joven al irse.
    - ¿No tienes que traer una identificación para que te atiendan?
    - Si, pero en mi caso con que conteste unas preguntas y mi firma – Al decir su mentira se exaspera < ¿No pudiste decir otra tontería peor?> Se regaña molesta.
    - Lady Melissa, me acaban de informar que hace varios años no retira ninguna mensualidad, ¿quiere sacar todo ahora o una cantidad especifica?
    Melissa le sonríe y toma de la joven una hoja y una pluma que estaba ya lista sobre el estuche de tinta.
    - Toma, ahí esta la cantidad que necesito – La joven toma la hoja y asiente.
    - ¿Pero no usabas el dinero para pagar el internado de tu hermana? – La voltea con algo de brusquedad para que la vea de frente al no comprender.
    - Es que…
    - Lady, es un placer verla – Dice un hombre acercándose por detrás de la joven pareja.
    - Lord Gray – Lo saluda al ver quien era – El gusto es mío.
    - Aquí esta la cantidad pedida – Llega la joven con un mediado baúl.
    - Gracias – Le sonríe y toma el baúl – Nos tenemos que retirar, lord Gray – Le sonríe.
    - Espero verla de nuevo por aquí – Dice con una reverencia – Por favor salúdeme a los duques y a…
    - Claro que si – Interrumpe rápidamente – Yo le daré sus saludos – Apenas dice eso y toma de la mano de Sebastian para salir juntos del lugar.
    - ¿Duques? – La jala para pararla una vez fuera del banco – ¿Porque ese lord te trato con tanta reverencia?
    - Al ser un hombre solo siempre a sido muy amable con su personal – Inventa de manera tan veloz que se sorprendió de ella misma.
    - ¿Trabajaste para él? ¿Como cocinera? – ella asiente – ¿Y porque cree que conoces a los duques?
    - Es muy buena persona lord Gray como pudiste ver, pero pagaba muy poco, entonces le dije que me iba a trabajar para los duques Saint Clair para que no se opusiera.
    - Pero veo que eso no hiciste.
    - Si lo hice… solo unos meses. Quería dedicarme a mi hermana por un tiempo.
    Sebastian cambia el gesto molesto que tenia y toma el baúl de Melissa para ayudarle. La ayuda a subirse al carruaje y coloca el dinero en las piernas de la joven. Melissa ya no podía creer que cada vez se le hacia mas fácil inventar, ya hasta ella misma estaba asustada de cómo lo hacia con tanta fluidez.
    - Al parecer son muchos años que no recogías tu dinero – comenta Sebastian con una sonrisa – ¿Para que quieres el dinero?
    - Ahorita lo veras – Le dice con mucho entusiasmo. Se asoma por la ventana – Thomas, por favor párate en la próxima esquina.
    - Si, mi lady – Se oye que el señor dice.
    - ¿Que harás?
    - Que haremos, tú me ayudaras a escoger – Expresa al llegar a donde quería.
    - ¿Tienda de pianos? – Cuestiona incrédulo al ver en donde estaban.
    - Si – Se baja y le hace señal con cabeza que espera que haga lo mismo – Thomas, te encargo el baúl.
    El chofer asiente.
    Al entrar al negocio se oye una ligera campanilla en la puerta.
    - Buenas tardes señores, ¿buscan algo en especial?
    - Si, queremos ver si tiene un piano de cola café – Le habla con elegancia Melissa.
    - ¿Que tipo de café?... tenemos varios tonos – Señala el vendedor que tenia bigote negro.
    Melissa voltea a ver a su alrededor para indicar el tono que deseaba, al levantar la mirada a Sebastian pues era casi tan alto como su padre Anthony que media seis pies y una pulgada (1.84) y ella como su madre de alta, cinco pies y seis pulgadas (1.67), con una sonrisa deslumbrante regresa la mirada al vendedor.
    - Un café como el color del cabello de mi marido – Lo dice con toda satisfacción, orgullo.
    - Ese color lo conocemos como café chocolate.
    - Muy bien, ¿tiene de ese color?
    - No, pero se lo podemos mandar hacer y en dos semanas ya lo tendría en su casa.
    - Perfecto – Exclama feliz – ¿Cuanto seria ya pagando la mudanza?
    El señor se va a un escritorio y saca una lista de precios de un cajón.
    - Serian $7,000 libras ($140,000).
    - ¿Que? – Perplejo dice Sebastian que todo ese tiempo se la había pasado callado pero ante eso no pudo más.
    - Muy bien – comenta ignorándolo Melissa – Pienso pagar ahora todo.
    - Perfecto, espere un momento – Dice el señor y se mete a un cuarto.
    - No pienso dejar que pagues tú – Serio le dice Sebastian en susurro.
    - Es algo que yo quiero y si tengo el dinero pienso pagarlo.
    - ¿Pero para que? Ni siquiera sabes tocar piano.
    - Se puede aprender – Se limita al decir.
    - Entonces pagare yo como corresponde.
    - Sebastian, estamos de acuerdo que no tienes el dinero para estar despilfarrando de esta manera, y además tómalo como un regala de mi a la casa, se vera muy bonito.
    Sin decir más, Sebastian sale del negocio azotando la puerta.
    - Llévale a mi mujer su dinero – Le ordena a Thomas que estaba parado junto al carruaje.
    - Si señor.

    La joven le recibe el dinero al chofer con una linda sonrisa, y al abrirlo ve que el dinero esta separado en pequeñas bolsas de $500 libras, entonces fue mas fácil pagar al señor al no tener que contar moneda tras moneda.
    - ¿Vivirá aquí, lady Farington? – Al leer la dirección que había escrito Melissa en una hoja le pregunta el señor – Me sorprende que no hicieran la gran fiesta para la primer hija de los duques en casarse.
    - ¡Lo sabia! – Exclama de repente Thomas – Usted es lady Farington, sabia que esa bella cara solo podía venir de la mujer más hermosa de Inglaterra.
    - ¿Porque no dijo nada al verme ahorita entrar con mi marido? – Regresa la mirada al vendedor ignorando lo que dijo el chofer.
    - Al principio me resulto muy familiar pero no sabía quien era, hasta que le vi ese lunar que algunos de su familia tienen gracia a su abuela, y después que se dirigió al joven como su marido, se me hizo una falta de respeto dirigirme a usted con su nombre de soltera.
    - Muchas gracias por ser tan considerado – Ya mas tranquila le dice – Y por favor todavía no diga nada… sobre que me case, es que mi familia quiere hacer una gran fiesta y queremos que sea un gran acontecimiento, una gran sorpresa. Además no hay nada mejor que usted sea de los pocos que sea invitado a la fiesta que sepa el motivo – Sabia muy bien Melissa que la gente consideraba un honor una invitación a Saint Clair, y sobre todo para celebrar una boda.
    - ¿De verdad estoy invitado? – Anonadado ve a la joven.
    - Si nos guardas la sorpresa… por supuesto – le sonríe con esa sonrisa que las tres mujeres de Saint Clair utilizaban cada vez que querían salirse con la suya e inexplicablemente siempre servía.
    - Por supuesto, lady.
    Al apenas salir de la tienda y no ver en el carruaje a Sebastian, gira la joven para encarar al chofer.
    - Por favor Thomas, ni una sola palabra a mi marido – Le ruega en susurro.
    - ¿Pero porque señora?, es un honor casarse con la hija de los duques, ¿porque decir que es cocinera?
    - Es algo que no te importa – Cambia su actitud de suplicante a hostil – Solo has lo que te ordeno, ni una sola palabra a nadie.
    - ¿Ni a mí? – Los interrumpe con una linda sonrisa Sebastian – Espero te gusten, a mi madre le gustaban estas flores – Comenta al darle un gran racimo de flores, rosas blancas y rojas.
    - Muchas gracias – Las toma sorprendida – Son muy hermosas, que lindo detalle – Lo toma del cuello para agacharlo y lo besa con gran amor.
    - Toma nota Thomas, comprarle a mi mujer todos los días flores – Voltea a ver al chofer que ya estaba en su asiento de conductor – Haría todo para que siempre recibir estos agradecimientos.
    Melissa le sonríe y acomoda el baúl junto con las flores en el carruaje.
    - ¿Donde me dijiste que antes vivías?
    - ¿Hagerstown? O cuando era…
    - Si ahí, gracias – Ve a Thomas – Por favor llevamos a Hagerstown, ¿sabes donde es?
    - Quien no, mi lady – Asiste.
    La joven no supo a que se refirió Thomas con ese comentario, pero sin agradar nada se suben ambos jóvenes al carruaje.
    - ¿Iremos para que veas a mi hermana? – Pregunta algo confundido.
    Asiente con una dulce sonrisa:
    - Quiero hacerme pasar por amiga de ella con el sirviente que me reciba en la puerta, ¿tienes idea de donde podre decir que conozco a Meredith? ¿Que le gustaba hacer?
    - La deje de ver siendo una niña, ya sus inquietudes deben ser diferentes – comenta frustrado – Lo mas probable es que sea tío y no lo se.
    - Eso lo sabrás hoy – Trata de animarlo y se sienta sobre sus piernas – ¿Te han dicho que tus ojos verdes acompañados con tu cicatriz hace que te veas mas atractivo? – Le guiñe el ojo.
    Frunce el ceño Sebastian y aleja la mirada a la de Melissa.
    - No es necesario que trates que te agrade la marca que tengo – Le habla con voz áspera.
    La joven toma el rostro de él para que la vea a los ojos.
    - Es verdad lo que te digo, me gusta como se te ve – Le besa la pequeña cicatriz que tiene arriba de la ceja – ¿No te gusta?
    - No me agrada – Suspira – Pero si de verdad a ti te gusta, entonces a mi también – Trata de sonreírle.
    - ¿Como te la hiciste?
    - Al caer al precipicio, por las ramas, pero gracias a esas ramas y hojas, estoy vivo.
    - Y no sabes como agradezco eso – Lo besa – ¿Te lastimaste en otra parte?
    - Si hablas de cicatrices, si, en mi espalda, es larga y otra, ese si muy pequeño por el balazo. Y me rompí una pierna – Lo dice como si estuviera describiendo el clima.
    - ¿Y que hiciste al no poderte mover? – Pregunta con una mirada solloza y angustiada.
    - Ignorar el dolor y escapar. Ya después con el dinero que me dio mi primo para esconderme, me cure mis heridas y me escondí algunas semanas en una taberna y lo demás ya lo sabes.
    - Lamento todo lo que has vivido, han sido muchas pruebas – Comenta sacando unas cristalinas lagrimas de sus ojos dorados.
    - Pero también tiene sus recompensas- Sin dejar pasar más tiempo, le explica a que se refería al darle un seductor y tierno beso.
     
  8.  
    Dr Ruth

    Dr Ruth Entusiasta

    Géminis
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    Re: Mas alla de la razon

    Muy bueno, jojo. Me gusta mucho como se llevan Meli y Sebastian. Sobre todo como es de coqueto él con ella.

    Y estuvo muy cerca que Sebastian supiera quien es realmente esta melissa uy !! :eek:

    Eso de que Melissa sea una gastadora compulsiva esta muy bueno. Como si nada gastando las grandes cantidades. ;)
     
  9.  
    babbyfer

    babbyfer Entusiasta

    Escorpión
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    Re: Mas alla de la razon

    Hola moliry, perdon por tardar tanto en poner mi opinion, es que he tenido mucha tarea, y mil cosas de la escuela. Pero ya por fin regrese.

    Me gusto la manera tan linda que se estan conociendo Sebastian y Melissa.
    Como la atraccion que se tiene es mayor que solo querer fingir que son marido y mujer.

    Eso me gusto mucho!!

    Me encanta que Melissa tiene su caracter igual que nobleza.
    Que linda que le quiera ayudar a Sebastian a ver a su hermana Meredith. Es un detalle muy lindo de ella.

    ASi como me encanta que todo vaya bien con ellos, pues Melissa ya es mujer del pirata, ya tambien quiero ver pelea, jijijijiji. No todo siempre les puede ir bien.

    Esperare la continuacion ahora que ya por fin estoy disponible.

    Cuidate :P
     
  10.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Mas alla de la razon

    Grax por sus comentarios ;)

    Solo que veo que ya son personas ocupadas :eek:

    Ojala ustedes como los demas tenga tiempo de leer lo que escribo con tanto cariño para ustedes y me nutran de su apoyo y consejos :(

    Por fis no se olviden tanto de mi :(

    Capitulo 11
    La invitacion
    Melissa ya entendía porque ese comentario de Thomas al decir < ¡Quien no!>, era imposible pasar por alto a una propiedad tan inmensa por sus terrenos, la mansión era grande, le recordaba Remmington. Parecía tener las mismas dimensiones y lujosa al igual a la mansión de Nicholas.
    - ¿Te sorprende que un pirata allá vivido en un lugar así? – Se burla al ver la expresión de Meli al estar observando por la ventana a Hagerstown.
    - Te mentiría si te dijera lo contrario – Admite la joven al salir del carruaje.
    - ¿Que les dirás para ver a Meredith?
    - ¡La verdad! – Acepta Meli.
    - ¿La verdad? ¡Eso no! – La toma del brazo.
    - ¿Confías en mí?
    - Si pero…
    - La verdad… hasta donde a mi corresponde decir – Le sonríe
    Sebastian le da un beso en el lunar que tenia en la boca y le sonríe como forma de desearle suerte. Melissa le regresa la sonrisa y se encamina a la imponente puerta. Cuando Meli digo que diría la verdad, era cierto, se presentaría con su nombre real.
    - Buenas tardes, lady – saluda una señora de estatura baja.
    - Buenas tardes, vine a ver a lady Whitmer – Le dice con su bella sonrisa.
    - Si esta buscando a Meredith no esta – Le informa un hombre con desdén que estaba bajando las escaleras elegantes – ¿Quien es usted?
    - Soy lady Farington – Con mal genio le habla al tratar con un hombre tan prepotente.
    - ¡Melissa!... ¿la hija de los duques de Saint Clair?
    - Si – le contesta fría regresándole el desdén.
    - Disculpe, lady – Llega a donde ella estaba y le hace reverencia – Yo soy Victtor, el conde de Hagerstown.
    - ¿Sabe cuando puedo encontrar a Meredith? – Pregunta tajante.
    - Pero por favor pase – Pide con una gran sonrisa – ¿Busca a mi prima por algo en especial?
    - Me pidió mi madre que todas las solteras de Inglaterra las invitara a un baile y me pusieron en la lista que su prima es soltera todavía – Agrega eso para sacar mas información.
    - Si lo es, pero ahora por desgracia no se encuentra, llegara en un mes. Es que esta estudiando en Nueva York, y nada más cuando esta de vacaciones y si así lo desea viene.
    - ¿Me podría facilitarme la dirección en donde estudia? Necesito saber si contamos con ella o no.
    - Por supuesto. Déjeme ir apuntarlo – Le dice y se aleja entrando a una habitación. Pasan unos instantes y sale con un papel en la mano – Tome.
    - Muchas gracias, conde – Agradece y se marcha.
    - Por favor dígame Victtor.
    - Como guste – Dice sin dejar de caminar.
    - En unos meses iré a Londres por unos negocios, ¿no le importaría si la voy a visitar?
    - Nos vemos, Victtor – Le sonríe con educación y se sube al carruaje, ignorando la propuesta.
    - ¿Como te fue? – Desesperado Sebastian le pregunta apenas viendo a Melissa sentarse.
    - Muy bien – Le sonríe.
    - ¿Porque mi primo te siguió hasta llegar a la calle?
    - Porque quería que lo recibiera en la casa cuando vaya a… - Se calla al darse cuenta que otra vez estaba hablando de mas – Me confundió – Finge desagrado – Es muy prepotente tu primo.
    - ¿Te trato mal? – Pregunta con gesto severo.
    - No tiene caso mencionar, lo importante es que no te has perdido la boda de tu hermana, no se a casado – Le informa entusiasmada.
    - ¡De verdad!... ¿y la viste? ¿Sigue siendo linda? – Pregunta como niño pequeño, todo acelerado.
    - No, no tuve la fortuna de conocer a mi cuñada – Le guiñe el ojo – Pero luego podrás irla a ver sin problemas, esta en Nueva York, estudiando.
    - ¿Meredith fuera de casa? Imposible.
    - Eso me dijo Victtor.
    - ¿Lo tuteas? – Exclama serio.
    - Perdón, es que el me lo pidió – Señala con timidez y encogiendo los hombros.
    - Debiste gustarle y mucho para que te lo pidiera – Suspira enfadado – Se nota que han cambiado mucho las cosas por aquí.
     
  11.  
    Moliry

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    Tauro
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    Mas alla de la razon


    Capitulo 12
    ¡Maldito pirata!
    Sebastian se despierta al no sentir el cuerpo de Melissa cerca de él como todas las mañanas.
    - ¿Mi niña? – La llama, pero no recibe respuesta. Se levanta y se pone la bata para ir a la cocina donde se imaginaba que estaría. Ya en el pasillo queda maravillado por la música que alcanzaba escuchar claramente que venia de la sala. Lleno de curiosidad para saber quien tocaba tan majestuosamente el piano, acelera su paso y entra a la habitación – ¿Meli? – Exclama atónito al ver a su mujer sentada frente a un esplendido piano de cola color café obscuro.
    - Perdón si te desperté – Deja de tocar y se levanta para darle su beso de buenos días – Pensé que no se escucharía.
    - No se escucha, me desperté al no sentirte cerca – Señala viéndola con gesto serio.
    - Es que apenas me aviso Aline que habían traído el piano y no pude aguantar las ganas de verlo – Le comenta toda emocionada.
    - Aprendes rápido – Comenta, serio.
    - Yo creo que catorce años de clases me han ayudado en algo – Se ríe.
    - ¿Catorce? – Exclama perplejo - Ahora entiendo porque tocas tan bien – Le sonríe.
    - ¿Tú lo crees? - Lo abraza y empieza con su dedo índice acariciarle el pecho que tenia un atractivo manta de rizos del color de su cabello, que gran parte lo tenia a la vista al tener la bata abierta.
    - ¿Quien te enseño?
    - Mi madre.
    - Al parecer ustedes dos son un estuche llenas de sorpresas – Le besa exquisita nariz – ¿Que mas sabes hacer, mi niña?
    - Me agrada montar, tocar piano y violín. Y no podemos olvidar que soy toda una cocinera.
    - De verdad que entre mas te conozco mas quedo encantado de tus dotes – La abraza con fuerza – Que te parece que regresamos a la habitación, me demuestras unos de tus dotes que mas me gustan y después vamos a montar un rato con los caballos que me han prestado los vizcondes… ya después comprare para tener los nuestros…
    - No te preocupes por eso, ya esta resuelto- Se pone de puntillas para poder besarlo - Los compre ayer, pero no tuve tiempo de enseñártelos… llegaste muy tarde de ver las tierras que compraste – Lo toma de la mano y se lo llega hasta la pequeña caballeriza que había detrás de la casa – ¿Te gustan? – Pregunta alboroza al estar en el jardín.
    - ¡Los regresas ahora mismo! – Muy tajante le ordena y regresa a la casa.
    - ¿Pero porque? – Lo sigue hasta el estudio – Si no te gustaron se pueden cambiar.
    - Melissa, no los quiero aquí.
    - ¡Pero dime porque! – Le exige impaciente.
    - No quiero que gastes así tú dinero, yo soy, bueno… – Respira – Seré tu marido y no dejare que estés comprándote cosas que yo debería de dártelas.
    - Si ese es el problema entonces…
    - El problema es que no tengo el dinero para gastarlo en lujos innecesarios – colérico grita.
    - Por eso no te he pedido nada – Se defiende, agitada – Se muy bien que casi todo tu dinero se fueron en la compra de las tierras. Yo quiero ayudar, si tengo la oportunidad lo hare – Dice con firmeza.
    - No, no lo harás, ese dinero gástalo en lo que quieras, regálalo si quieres, pero cosas que tengan que ver con la casa, contigo, yo me encargare. No te dije nada por lo del piano porque pensé que tus caprichos iban a terminar ahí.
    - No regresare los caballos solo por querer llevar una postura de macho que no tiene lugar – Aprieta las manos, molesta.
    - Lo harás, si no yo los regresare – Amenaza con voz irritante.
    - Tú te atreves a regresar esos caballos… yo me voy. No pienso vivir más con un hombre que se acompleja porque su mujer tiene dinero para gastar, además no gaste mucho, solo…
    - ¿¡No gastaste!? – Le grita – ¡Por Dios Melissa! hablas como las engreídas, frívolas hijas de reyes y duques, que gastar en estupideces como dos puras sangres no es nada.
    - ¿Eso crees que soy? – espeta – Hasta donde yo tengo entendido tú crees que soy una vil cocinera – Respira al darse cuenta que esta perdiendo la postura y soltando su vocabulario – Sebastian, si los caballos se van me iré yo.
    - Veo que no estás acostumbrada a recibir órdenes, estar sometida. No se de donde eres tan caprichosa. ¿Te cuesta mucho obedecer y una vez en tu vida no salirte con la tuya? – La cuestiona con severidad.
    - ¿Obedecer?... Lo hago cuando se que se tiene la razón, pero en primera no eres nadie para ordenarme y…
    - Tu marido, solo falta que la ley lo sepa… ¡Melissa no te vayas! – Le grita al ver que la joven se dirige a las escaleras – No te esta ordenando el esposo, ahora te habla tú patrón, tú dueño.
    - ¡Maldito pirata, no eres mi dueño! – Le grita histérica en las escaleras.
     
  12.  
    lunans

    lunans Entusiasta

    Virgo
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    Re: Mas alla de la razon

    hola amiga como estas oye ya me quede todavia no logro terminar de leer las contis ya vez que no habia podido pasar a leerlas y veo que ya pusiste muchas jeje..asi que espero que me tengas pasiencia ya que todavia estoy leyendo el capitulos 4 creo..bueno amiga nos veremos hasta que termine de leer los capitulos atrasados..cuidat emucho y sorry por estar retrasada adiuu
     
  13.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Re: Mas alla de la razon

    Sorry. este post esta mal. Espero que los moderadores lo borren. gracias
     
  14.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Re: Mas alla de la razon

    Capitulo 13​



    La propuesta II



    Meli pasando toda la mañana encerrada en su habitación y meditando varias cosas, recuerda que el mundo no gira nada mas en ella, y tiene una familia preocupado, angustiada al no saber nada de ella después de mas de mes y medio que fue cuando vio por ultima ves a sus hermanos. Melissa al tener tanto tiempo para pensar, se le ocurre mandarles una carta a sus padres diciendo que está bien para tranquilizarlos, que los piratas sin hacer daño alguno la dejaron en una isla y ahí pidió ayuda y unos comerciantes que iban para Inglaterra se ofrecieron de buena fe a llevarla, y que llegando allá les daría una recompensación sacando dinero de sus mensualidades. En la carta les dice que todo esta muy bien y si el viaje duraba lo previsto, en unas tres semanas estaría con ellos.

    - Sera el tiempo suficiente para saber si me ama o es pura atracción y novedad lo que ve en mi – Dice para si misma al poner su nombre en la carta.

    Al terminar de escribir esa carta, la guarda en un sobre y toma la otra carta que ya había hecho, esa seria para Meredith. Toma su bolso color durazno como el vestido que traía puesto y sale de su habitación algo cansada por toda la situación que había provocado con sus mentiras. Primero mintió como una forma de proteger su identidad para que no se complicará más el rapto por el capitán Hâkem y de una mentira salieron muchas que hacia ahora no poder arreglarlo por el temor de las consecuencias, < ¿Que pensaría Sebastian de mí si supiera que estoy comprometida?... ¿o estaba? > Exaspera se interroga así misma. Con mas de una mes de estar inventando y viviendo una vida, todavía no había logrado acostumbrarse pues siendo una joven que desde pequeña se le acostumbro y vio el ejemplo en su familia en decir la verdad, no importaba lo que fuera, < La verdad es la llave del amar > Recuerda lo que su abuela Isabella Farington decía cuando sabia que ella o sus hermanos estaban mintiendo.

    < ¿Porque me importa tanto que Sebastian no sepa la verdad? > Sumito Melissa, confundida.

    - ¿A donde vas? – Con voz aterciopelada Sebastian le habla saliendo de estudio – Supongo que saldrás al estar tan arreglada.
    - Eres muy observador – le contesta enfurruñada dándole la espalda.
    - ¡Melissa! – Expresa impaciente tomándola por la cintura – Tenemos que hablar.
    - Ya sabes que pasa si los caballos se van – Le avisa en susurro y se marcha a la calle.

    Sebastian respirando profundo para no perder la paciencia, se queda parado en la puerta viendo como su mujer se iba dejando su advertencia. < ¿Porque te sigo aceptando? > Pensativo analiza todo lo que ha vivido desde que esa bella joven apareció en su vida...



    Melissa después de pasar lo más que pudo en las tiendas comprándose cosas infructuosas con tal de no llegar a casa y discutir con Sebastian, desanimada reconoce que ya es hora de regresar a enfrentar los problemas. Era consiente que su comportamiento no fue en lo más mínimo adecuado en la mañana, ni al salir de la pequeña mansión.

    - Antes que digas algo – Entrando a la cocina le habla a Sebastian al verlo en la barra comiendo solo y lanzándole una mirada seria – Te pido perdón por lo de hoy – Con una actitud avergonzada se pone a un lado de él – Tienes razón, soy algo caprichosa y…
    - ¿Algo? – Levanta una de sus obscuras cejas de manera muy provocativa que logro hacer que Meli se sintiera mejor de ánimos.
    - Solo un poco y a veces. Me acostumbre salirme casi siempre con la mía, cuando se trataba de mi padre – Pone sus brazos en el cuello de él para acariciarlo – Pero de verdad, tu actitud no fue…
    - Lo se, lo se – La besa en el cuello – Por favor, no te enojes sin antes haberme dejado de comer.
    - ¡Sebastian! – Lo regaña impaciente – Trata de hablar en serio y…
    - Fue enserio – Le ve con su traviesa sonrisa sensual – Pero quieres que hablemos mas enserio, esta bien – La toma en brazos. Meli confundida ve la mirada de Sebastian.
    - ¡Son verdes! – Exclama con cierta exasperación, refiriéndose a sus ojos.
    - Eso ya lo sabes.
    - Si, pero solo este verde cristalino se presenta cuando…
    - ¿Quiero hacerte el amor? – Interrumpe entre carcajadas. Melissa asiente sonrojada.
    - También cuando ya…
    - Llego a esa excitación que solo tú me haces alcanzar – completa la frase con picara sensualidad.
    - ¡Sebastian Whitmer! ¿Podrías dejar de decir las cosas sin nada de censura?– Le suplica con sus mejillas congestionadas.
    - Mi niña, me tuve que esforzar mucho para decirlo con toda civilización posible, porque yo tengo otras maneras de decir que tenemos un sexo maravilloso que…
    - ¿De verdad? – Lo mira con incredulidad cuando Sebastian la baja de sus brazos en la habitación – Pero si todos los piratas tienen distracciones en cada puerto.
    - Es cierto – Con descaro le afirma – Pero lo que vivo y hago contigo es muy diferente. Antes no podía dormir con una mujer porque me fastidiaba, exigía mi privacidad. Y contigo me fascina tanto tu compañía que si no estas a mi lado cuando me quiero dormir, no lo hago hasta que llegues.
    - Yo que pensé que sufrías de insomnio – Bromea con una tierna sonrisa. Lo abraza y pone su rostro recargado en su pecho para evitar ver la expresión ante su próxima pregunta: – ¿Eso es porque me quieres?
    - Eso es justo lo que quiero saber, por eso deseo que nos casemos mañana a primera hora.

    Melissa molesta lo empuja.

    - No juegues con eso Whitmer, a ti se te puede hacer chistoso, pero perdona que no disfrute de tu humor negro.
    - ¿Pero quien dijo que es broma? – Curva una ceja, la que tenia su cicatriz – nunca había hablado tan enserio.
    - ¿Casarte sin estar enamorado? ¿Para que… con que motivo? Solo hacer eso conmigo para tener esposa ante la gente no es necesario, tú plan de matarme es perfecto – Con dolor en el pecho y tajante le recuerda.
    - No tiene esta decisión nada que ver con que sepan que tengo esposa, ni que me conozcan como persona respetable – La toma de la cintura – Mañana nos casamos y no se diga mas – La besa con una pasión que Melissa se entrega sin pensar mas en la propuesta descabellada y absurda.
     
  15.  
    alma

    alma Entusiasta

    Acuario
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    Re: Mas alla de la razon

    hay ese pirata que manera de decir casate a mellisa eso si quiero saber si se llegaran a casar o que hara mellisa,gracias por esta continuacion esta ecelente solo que muy corto T_T deseo saber que pasara con esta parejita ,y el prometido que ni preocupado por su futura esposa o que ,no la quiere desposar ya ,habra encontrado a alguien eso si esta para seguir al pendiente de tu finc ^_^
     
  16.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Re: Mas alla de la razon

    Para que no digas que no te consiento amiga. Este capitulo contesta tu respuesta y esta largo ;) kiss. TQMM

    Capitulo 14



    La boda


    -Levántate… ¿no quieres llegar tarde a tu boda o si? – se acerca con suavidad dándole un beso en los carnosos labios de ella.
    -¿Boda? – Se ríe y toma la cobija para cubrir mejor su desnudes – Yo pensé que esa locura ya se te había olvidado.

    Sebastian se levanta de la cama y con algo de malicia recorre las cortinas de la habitación, para que se filtrara toda la brillante luz del sol que había a esas horas de la mañana.

    -¡Sebastian! – Se tapa la cara con las cobijas – Cierra esas cortinas – Le ordena - Tengo mucho sueño, además es muy temprano todavía.
    -No dudo que tengas sueño… pero ayer bien que no querías dormir – Saca del fondo de su alegría una lujuriosa risa – No te saciabas, de verdad que…
    -¡Ya entendí! – Exclama irritada levantándose de la cama mientras se tapaba su desnudes con las sabanas – ¿Nunca podre hacerte un poca mas pudoroso? – Pasa junto a él para entrar al baño – Solo un poco, no pido más.
    -Ahora estas hablando con el capitán Hâkem, ósea, el pudor no existe – Bromea.
    -Pero no pierdo la fe que un día aparezca el conde de Hagerstown – Miente con un tierno gesto en el rostro y se encierra en el baño.

    Melissa le empezaba agradar esa parte pirata que tenia Sebastian, pues era muy diferente a lo que ella había conocido desde pequeña. Meli toda su vida se acostumbro a tratar personas que nada mas actuaban como la sociedad lo disponía, mucho recato y educación, nada de espontaneidad. Esa fresca chispa alegre la veía en algunas personas y en su familia, sus padres, sus tíos y por supuesto sus hermanos, todos ellos lograban perfectamente hacer las dos cosas: tener clase y alegría.

    -Apúrate en arreglarte, a las nueve llega el juez – Le avisa pegado a la puerta del baño – Henry me mando una carta avisándome que ya llego el ganado que compre, iré a ver que todo este en orden – Suspira - Las bardas me preocupan, si no están firmes, los ladrones se pueden robar el ganado mientras estén pastoreando.

    La joven no tuvo tiempo de contestar al oír del otro lado a su dama de compañía, Filipa, que estaba saludando a Sebastian.

    -Acaban de traer las cosas, ¿donde desea que las ponga?
    -En la cama esta bien – Le pide Sebastian – Querida, tal vez llegue tarde, pero por favor atiende al juez unos minutos mientras llego.

    Melissa con la curiosidad que tenia para ver a que se estaba refiriendo Filipa, abre un poco la puerta y sorprendida queda al ver en la cama un vestido color beige con dorado que entonaba perfecto con sus ojos, unos zapatos también beige de seda. Sale más anonadada al ver en un estuche rojo abierto un collar de perlas y una tarjeta que decía: Deseo que deslumbres más con tu belleza en este día tan especial.

    No pudo guardar en su interior la gran felicidad que le provocaba ver todo lo que estaba pasando, saber que no era broma lo que decía Sebastian le entusiasmaba demasiado, ni pensar en su familia y en Justin logro borrar esa gran sonrisa y lagrimas fueron acompañantes de esa alegría.

    Apenas deja la tarjeta sobre la cama y corre como lo hacia de niña a bañarse y estar lista cuando el juez se presente.

    * * * * *


    Arreglada con el esplendido conjunto de ropa y accesorio que Sebastian le había regalado para ese día, baja con intensión de preparar algo especial de desayunar al terminar con la boda que se celebraría en cuestión de minutos y minutos también iba a terminar. Curiosamente eso a Melissa no le importaba, no le afectaba en lo mas mínimo no tener la boda que su madre le estaba preparando cuando se casara con Justin, seria un gran acontecimiento, digno de la hija del duque y de un hijo de vizconde. Lo único que si le empezaba a dar nostalgia era que su familia no estuviera presente y no tener la autorización ni bendición de sus padres, sabia que eso que estaba apunto de hacer no seria bien visto por nadie, y hasta a lo mejor su familia renegaría de ella, pero seguía lo que su corazón le ordenaba y no su mente, que era sensato.

    -Buenos días, lady McGregor – Saluda un hombre a sus espaldas al pasar ella por el vestíbulo – Perdón lady Farington, la confundí, supuse al verla de espaldas que usted seria la joven que casare hoy. ¿Es invitada?

    Melissa con frio que recorría todo su cuerpo ve al juez al no pasarle por la mente que Sebastian seguía creyendo que ella era Melissa McGregor y casarse con ese nombre haría automáticamente anulación en el matrimonio. Piensa en una manera de averiguar si Sebastian iba a usar su apellido real.

    -¿Entonces usted es el juez?
    -Si
    -¿Quien fue quien lo contrato?
    -Lord Whitmer me busco para pedirme que viniera hoy. ¿Porque? – La ve con cautela - ¿Sucede algo?
    -No, solo quería saber de donde lo conoce, es que tengo entendido que encontrar un juez disponible en cosa de horas es imposible.

    Se ríe el juez al ver el rostro de la joven, confundida.

    -Si lo que quiere saber si soy realmente juez y que todo se hará legal, deje le muestro…
    -No, le creo.
    -El señor Whitmer me conoce porque yo fui quien le vendió las tierras que ahora tiene su ganado.
    -Muy bien Lord… - Señala con la mano al juez dándole la orden que prosiga.
    -Perdón, se me paso al ver semejante belleza tan de cerca – Comenta sonrojado – Soy el juez McDonald.
    -Mucho gusto – suspira y le toma del brazo hasta llevarlo al pequeño estudio – Lord McDonald, quiero saber cuanto esta dispuesto cobrarme por casarme con el señor Whitmer sin que el sepa cual es mi veredero nombre, pero este acentuado en la acta o registro o como se llame, quien soy realmente– Ansiosa lanza una mirada de suplica.
    -Perdón, pero no entiendo. ¿usted es Melissa McGregor?
    -Eso cree Sebastian.
    -Se que no me debe importar, ¿pero porque?, cualquiera que sepa…
    -Porque quiero que se case por amor y no por la posición que tendrá al unirse en matrimonio conmigo – Mienta al querer justificar su soborno.
    -Amor – Sonríe – Todo lo que uno esta dispuesto hacer por amor, ¿cierto?
    -Si, si – Dice impaciente – ¿Entonces me ayudara?
    -Si, pero no me de nada de dinero, su padre me ha ayudado mucho y es una manera de retribuir el favor, pero le pido que dígale a su padre de mi ayuda.
    -Conoce bien a mi padre, no permite que me meta en sus asuntos ducales, por eso…
    -$ 5,000 libras ($100,000) – Deja al instantes en descubierto su avaricia.
    -Le daré $1,000 ($20,000) mas como bono a su discreción, que se que usted no es necesario que le mencione este punto, porque es obvio la clase de hombre que es y sobre todo sabe lo que mi familia haría en contra de usted, si su hija consentida se encontrara en un escándalo que solo usted estará enterado – Melissa queda perpleja al llegar tan bajo en amenazar al juez de esa manera, ya no sabia si reír o enojarse por como usaba algo tan valioso como su padre y su poder. Pero en esos momentos quiso ser la joven caprichosa que siempre le habían dicho sus hermanos que era y salirse como fuera con la suya.
    - Le agradezco el bono – Logra decir McDonald al cambiar de color en su rostro, de su color de piel morena al blanco – ¿Sus padres saben de este matrimonio?
    -Obvio no, así Sebastian sabría quien soy, pero una vez casada y estar segura de su amor le presentare a mi familia como es debido.
    -¡Están aquí! – Exclama Sebastian al abrir la puerta del estudio – Casi no llego puntual – Comenta algo agobiado – Pero estando los testigos y sobre todo los novios – Abraza a Melissa de la cintura – ¿Ya podemos empezar Lord McDonald?
    -Claro que si, solo deja revisar que los datos que me dio usted y la dama sean los correctos.
    -Pos supuesto, tómese su tiempo.

    Meli logra descansar un poco su estado emocional al ver que el juez pensaba sin problemas su soborno.

    -¿Quienes serán los testigos?
    -Te ves bellísima… mas de lo que esperaba – Admite con una sensual sonrisa – Espero que ya termine esto para que estemos en nuestra noche de bodas.
    -Tendremos entonces que esperar – Logra decir en susurros, sonrojada.

    Lo dice al ser una hora muy temprana. Sebastian que había entendido el comentario, la sujeta más hacia él.

    -No, porque si será noche de bodas – La besa – A esa hora pienso terminar contigo.
    -Ya esta todo listo – anuncia el juez al tener todos los papeles en las manos – ¿Donde desean que se efectué la ceremonia?
    -Aquí esta bien – Dice Melissa.
    -¿En es estudio? No prefieres en la sala, es mejor y…
    -No, aquí esta perfecto, además aquí estamos todos – Voltea para atrás y ve a Henry junto a los dos sirvientes – ¿Supongo que tú serás testigo, quien mas?
    -Les pedí a Filipa y a Thomas. ¿Está bien? – Sebastian le comenta algo dudoso.
    -¿Esta bien juez que solo sean tres?
    -No es común, pero no hay ningún problema – informa el juez con una cordial sonrisa.
    -Muy bien, empecemos – Le pide Sebastian al lord.

    El juez abre el sobre amarillo y saca dos hojas. Se aclara la garganta para hablar con claridad.

    -Con la autoridad competente que el rey Alfred III y su corte me otorga en este día, tengo el honor de unir a esta joven pareja, de acuerdo como las leyes que rigen…

    Estuvo por unos instantes diciendo todo el protocolo que por obligación se debían decir y
    término diciendo:

    -Conde Sebastian Whitmer Jones acepta como legitima esposa a Melissa McGregor Basset…

    Cuando oyó eso la joven se tranquiliza, pero nada se comparo con la emoción que la lleno por completo cuando al acercarse al documento para firmar, ve que esta anotado donde correspondía el nombre de < Melissa Farington Basset > y Sebastian como los testigos no se dieran cuenta de ese cambio de identidad.
     
  17.  
    lunans

    lunans Entusiasta

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    Re: Mas alla de la razon

    hola amiga ya regrese y pase a saludarte oye apenas me ausento unos dias y ya pusiste mas conti jeje.. tengo mucho que leer pero me seguire poniendo al corriente sale..cuidate nos veremos pronto
     
  18.  
    Moliry

    Moliry Fanático

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    Re: Mas alla de la razon

    Capitulo XV

    Con el tiempo Melissa se dio cuenta que no podía seguir siendo la señora Whitmer y la cocinera al tener un esposo tan demandante como era Sebastian con ella, vio la necesidad de contratar a una cocinera y a otras dos jóvenes para que se encargaran del aseo de la casa como Aline lo estaba haciendo todo ese tiempo. Agradecida con su doncella la señora Filipa y el chofer Thomas, por la actitud que habían tenido después de la boda al no cuestionar nada al estar presentes en una boda que supuestamente ellos estaban informados que ya había existido en Nueva York. Sobre todo le tranquilizo la forma de ser de Thomas con ella, pues él si sabia quien era y ni aun así la cuestionó sobre la manera de comportase con Sebastian y su familia.
    Melissa no podía dejar de agradecer como ese mes después de ser oficialmente la señora Whitmer esta transcurriendo todo; su vida, su relación con él. Sebastian para ella resultó ser un maravilloso marido al ser cariñoso, atento, tierno, consentidor. Meli en ese tiempo empezó a notar que su marido la veía y la trataba de una manera más apasionada y tierna. < ¿Estará enamorado de mi? > Se cuestionaba cada vez que se despertaba entre sus brazos y lo veía dormir. < No lo creo, si no ya me lo hubiera dicho > su conciencia contraatacaba ante esa idea. Pero esa forma de pensar tan pesimista no le afectaba al estar segura que con el tiempo lograría que Sebastian se enamora de ella tanto o mas como Melissa ya lo estaba de él.
    Sebastian en ese mes no hubo momento que se separara de su mujer, solo por las mañanas que tenia que ir a ver su negocio ya que en pocas semanas empezó a vender su ganado a varios clientes que tenia en todo Inglaterra. Siempre usando como a Henry como si el fuera el dueño. No podía arriesgarse más en dar su verdadero nombre. Por suerte el juez no tenia idea quien era él. Nadie lo debería tener presente cuando su supuesta muerte había sido hace más de ocho años. Aunque a alguien le dijera algo su nombre, nunca lo iba a relacionar con un fantasma.
    Meli sabia que ese supuesto tiempo que tardaría en llegar al país, después de ser ayudaba por algunas personas al ser raptaba por los piratas, ya se había terminado y si no llegaba a su casa en esa misma semana, su familia se volvería a preocupar por ella. No sabía que hacer en ese caso, en lo único que si estuvo consiente era en que antes de ir a ver a Saint Clair, tenia que decirle toda la verdad a Sebastian y decirle que estaba esperando un hijo de él. No tenia idea como iba a tomar la noticia al sospechar que el primer hijo de la nueva familia Whitmer Farington a lo mejor ya venia en camino, pues nunca habían tocado el tema de tener hijos y mucho menos tan pronto, pero no se quería preocupar por algo que todavía no era seguro al apenas tener cuatro días de retrasó. No común en ella, pero creyó que con tanta precisión en su vida, podría afectar en su salud tanto que su regla se le atrasara unos días. Con los nervios a todo lo que daban, decidió decir por fin la verdad después del baile que los vizcondes Johnson ofrecerían ese sábado por la noche. Pero siendo todavía jueves y no querer preocuparse antes de tiempo por la reacción que tendría Sebastian al saber de su gran mentira, escoge Melissa disfrutar de la obra de teatro que juntos irían a ver esa noche.
    ¾ ¿Te esta agradando la obra? – Pregunta Sebastian al dirigirse al bar del teatro para comprar unas bebidas y aprovechar del intermedio.
    ¾ Será interesante saber con quien se quedara Hannah, con el hombre que aprueban sus padres y es el correcto o el hombre que ella ama pero seria una locura quedarse con él, al ser solo hijo de granjeros.
    ¾ Pero tiene futuro Ryan y el vizconde es muy prepotente, además le seria infiel.
    ¾ ¿Porque crees eso?
    ¾ Porque todos los hombres y sobre todo los de sociedad no aguantan estar con una sola mujer al tener el dinero suficiente para mantener a amantes.
    ¾ Tu padre no fue así – Repuso con una bella sonrisa – Si existe parejas que se aman tanto que no hay nadie mas para ellos, mas que su pareja.
    ¾ Si hay amor no lo dudes, pero casi todos los hombres de sociedad se casan con alguien de su misma clase para unir herencias, poder – Recalca Sebastian.
    ¾ La mayoría de veces sí, pero no todas – Defiende su postura.
    ¾ Ya lo veremos en la obra, si Hannah es inteligente se quedara con el granjero.
    ¾ No creo que siga su corazón, eso debería hacer, pero tiene toda la presión de su familia y amistades.
    ¾ Si, pero…
    ¾ ¡Meli! – Exclama un joven rubio con una actitud de autosuficiencia al hacerse a la pareja. La abraza y le obsequia un caluroso beso en la mejilla – Hace mucho que no te veía, desde el baile – Comenta con entusiasmo.
    ¾ Will, que gusto me da verte – Miente ocupando su terror con una sonría al saber que en cualquier momento Sebastian descubriría su mentira – Te presento a Lord Whitmer – Trata Melissa de ser cortes.
    ¾ Buenas noches, milord, soy Will Marshall – Dice sin poner atención al hombre con expresión iracunda – ¿Como han estado todos?
    ¾ Muy bien… gracias – Dice en murmuro.
    ¾ Por cierto, me debes una pieza de baile, la otra vez te la pasaste con Derek y Justin, no pudimos…
    ¾ Perdón, pero ya nos tenemos que retirar, la obra la va a empezar – Dice tajante pero sin perder esa falsa sonrisa en su rostro.
    ¾ Si, claro – Exclama y le besa la mano – Por favor salúdame a los duques y a tus…
    ¾ Les pasare tus saludos… gracias – Se despide con un movimiento de cara y toma el brazo de Sebastian para que se alejaran los dos del inminente peligro.
    ¾ Al parecer tienes trato directo con los duques – Con voz áspera comenta Sebastian.
    ¾ Fui su cocinera, es obvio que si – Se defiende.
    ¾ Supongo que te trataron tan bien que te permitieron ir a bailes – Se acomodan en sus asientos.
    ¾ Soy bastarda pero mi padre me reconoció – Le recuerda tratando de hablar claro – Y Will es un buen amigo, el es de los pocos que me aceptan a pesar de mi condición y saber que soy una simple cocinera. Y sabiendo lo difícil que ha sido para mí sentirme parte de este mundo pues soy hija de un conde, pero tenia que ganarme la vida como cocinera al tener un padre que lo único valioso que tenia era su titulo – Toma aire – Will fue el único que se compadeció de mí y para distraerme me invitaba a bailes.
    ¾ ¿Quienes son esos tipos que menciono ese? – La cuestiona con desdén.
    ¾ Derek y Justin son amigos de Will, los conozco de hace tiempo – Le informa en susurros – Perdón por no presentarte como mi esposo…
    ¾ ¡Vaya, hasta que tocas el tema! – Exclama furioso.
    ¾ Lo siento, pero deseo que mi hermana se entere por mi y Will la conoce bien y puede ser indiscreto – Suspira – Ángela no me perdonaría si se entera por otras personas.
    Sebastian al ver el rostro de su mujer de malestar, dulcifica su rostro y la besa.
    ¾ Lo entiendo y tienes toda la razón – Acaricia el lunar que tiene arriba de los labios – ¿Cuando quieres que vayamos a ver a tu hermana?
    ¾ Estaba pensando que el domingo podíamos ir a Londres a verla, ¿podemos? – Pregunta cautelosa.
    ¾ Por supuesto – Le afirma con un beso – Por cierto, por el bien de sujetos como Will, has que no se te acerque – Toma su fino rostro para hacer que lo vea a los ojos – No creo que para la próxima vez que alguien se atreva a saludarte de esa manera me pueda contener. Recuerda, querida, que fui el capitán Hâkem – El recordatorio iba en un tono amenazador.
    Melissa nota ese tono y no hace mas que limitarse a sonreír con dulzura al saber muy bien a que se refiere su marido al dar mención de su antiguo oficio. Era su manera de decirle que no le importa las normas, ni escándalo, ni nada que se le parezca, si se encuentra en una situación que a él no le parece.
    Para bien de ella, la obra de teatro ayudó demasiado para distraer y calmar por completo ese carácter tan fuerte y explosivo que tenia Sebastian.
    ¾ Te apuesto una cena a donde tu quieras que Hannah se queda con Ryan y no con el vizconde – En murmullos le dice Sebastian mientras empezaba la obra.
    ¾ Acepto la apuesta – Le sonríe como niña traviesa – Se queda con el otro por el que dirán.
    ¾ ¡Increíble! – Exclama en voz baja – Que yo apueste por el amor y tú por el poder – Se ríe.
    ¾ Últimamente te estas convirtiendo en cursi, querido – Le regresa la risa – No debe importar el poder a Hannah, pero tiene todo en contra si se queda con el granjero.
    El labio inferior de Melissa le empieza a temblar. Estaba disfrutando tanto la obra que apenas se había percatado que no tenía que estar muy al pendiente de la trama de la obra, pues era su vida. ¡Estaba de público viendo su vida!
    ¿Era una señal divina?
    Lo parecía y deseaba con fervor (como si los actores estuvieran manejando su futuro) que la historia termina que Hannah se quedara con el granjero, Ryan, y sea muy felices. Que su familia acepte ese matrimonio aunque no fuera el vizconde que sus padres habían aceptado para ella. Hombre que veían perfecto para su hija. Era todo burlonamente tan igual que Melissa tenía un par de lágrimas de indiscretas por su mejilla, se las quito y por debajo empezó a reír. Pero con diferencia de Melissa, Hannah si podía todavía escoger. En cambio Meli hasta madre en esos momentos podría ya ser. El problema que Sebastian como Ryan eran hombres enormemente inadecuados para mujeres con la educación tan esmerada que han tenido Hannah y Melissa, pero ambas eran mucho mas felices estando con ellos. Tanto lo eran que no les importaba ganarse el odio de la familia, del país entero, con tal de tener de a su lado al hombre que amaban y les enseñaron a vivir en carne propia que era la felicidad absoluta. ¿Pero que seria del vizconde? Era un buen hombre, la amaba. No merecía que saliera lastimado por las acciones de una mujer.
    ¿Qué será de Justin? Que desde la infancia solo había amado a Melissa. Demostrándolo de la manera más romántica, esperándola. Justin había tratado a muchas mujeres, había compartido intimidad con todas ellas, pero al darse cuenta que ninguno la llenaba como Melissa que inconscientemente lo hacia con una simple sonrisa inocente, infantil, decidió esperar que cumpliera la edad para por fin poder presumir al mundo el amor que le tenia.
    Se quedaron callados al estar atentos a la espera de ver el final de la obra y saber como concluiría. Nunca Melissa espero con tantas ansias el final de la obra como era en esa noche al tener su señal divina enfrente de sus ojos.
    Sebastian contento festeja su victoria cuando todo el publico se para aplaudirle a los actores cuando finalizo la obra con un beso entre la joven hija de vizcondes, Hannah y Ryan, el granjero.
    ¾ ¡Mentira! – Comenta Sebastian al dirigirse al carruaje – Eso no pasa en la vida real, la mujer se queda con el dinero, la posición. Tener por siempre estabilidad económica.
    ¾ ¿Entonces porque apostante en contra de eso? – Lo ve y al ver la expresión divertida de su esposo, se ríe.
    ¾ Porque quería perder la apuesta.
    ¾ Pues nos equivocamos entonces los dos, al parecer el amor en la ficción lo puede todo – Le dice al subir al carruaje – ¿A donde quieres que pague mi derrota?
    ¾ Me la pagaras en…– Le informa con voz ronca al besarla – Nuestra habitación.
    Melissa sonríe contenta, todo iba a salir bien. En la obra así fue y así a ella le pasará, por algo vieron esa obra, no fue coincidencia. Esperaba que todo terminara como la historia; el vizconde, noble, aceptando la elección de su amada y termina enamorándose de la mujer que menos esperaba: La hermana de Hannah. Sonrió Melissa. ¿Justin y Angela? Unos años más de espera de Justin valdría la pena.
     
  19.  
    Moliry

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    Re: Mas alla de la razon

    Capitulo XV

    Con el tiempo Melissa se dio cuenta que no podía seguir siendo la señora Whitmer y la cocinera al tener un esposo tan demandante como era Sebastian con ella, vio la necesidad de contratar a una cocinera y a otras dos jóvenes para que se encargaran del aseo de la casa como Aline lo estaba haciendo todo ese tiempo. Agradecida con su doncella la señora Filipa y el chofer Thomas, por la actitud que habían tenido después de la boda al no cuestionar nada al estar presentes en una boda que supuestamente ellos estaban informados que ya había existido en Nueva York. Sobre todo le tranquilizo la forma de ser de Thomas con ella, pues él si sabia quien era y ni aun así la cuestionó sobre la manera de comportase con Sebastian y su familia.
    Melissa no podía dejar de agradecer como ese mes después de ser oficialmente la señora Whitmer esta transcurriendo todo; su vida, su relación con él. Sebastian para ella resultó ser un maravilloso marido al ser cariñoso, atento, tierno, consentidor. Meli en ese tiempo empezó a notar que su marido la veía y la trataba de una manera más apasionada y tierna. < ¿Estará enamorado de mi? > Se cuestionaba cada vez que se despertaba entre sus brazos y lo veía dormir. < No lo creo, si no ya me lo hubiera dicho > su conciencia contraatacaba ante esa idea. Pero esa forma de pensar tan pesimista no le afectaba al estar segura que con el tiempo lograría que Sebastian se enamora de ella tanto o mas como Melissa ya lo estaba de él.
    Sebastian en ese mes no hubo momento que se separara de su mujer, solo por las mañanas que tenia que ir a ver su negocio ya que en pocas semanas empezó a vender su ganado a varios clientes que tenia en todo Inglaterra. Siempre usando como a Henry como si el fuera el dueño. No podía arriesgarse más en dar su verdadero nombre. Por suerte el juez no tenia idea quien era él. Nadie lo debería tener presente cuando su supuesta muerte había sido hace más de ocho años. Aunque a alguien le dijera algo su nombre, nunca lo iba a relacionar con un fantasma.
    Meli sabia que ese supuesto tiempo que tardaría en llegar al país, después de ser ayudaba por algunas personas al ser raptaba por los piratas, ya se había terminado y si no llegaba a su casa en esa misma semana, su familia se volvería a preocupar por ella. No sabía que hacer en ese caso, en lo único que si estuvo consiente era en que antes de ir a ver a Saint Clair, tenia que decirle toda la verdad a Sebastian y decirle que estaba esperando un hijo de él. No tenia idea como iba a tomar la noticia al sospechar que el primer hijo de la nueva familia Whitmer Farington a lo mejor ya venia en camino, pues nunca habían tocado el tema de tener hijos y mucho menos tan pronto, pero no se quería preocupar por algo que todavía no era seguro al apenas tener cuatro días de retrasó. No común en ella, pero creyó que con tanta precisión en su vida, podría afectar en su salud tanto que su regla se le atrasara unos días. Con los nervios a todo lo que daban, decidió decir por fin la verdad después del baile que los vizcondes Johnson ofrecerían ese sábado por la noche. Pero siendo todavía jueves y no querer preocuparse antes de tiempo por la reacción que tendría Sebastian al saber de su gran mentira, escoge Melissa disfrutar de la obra de teatro que juntos irían a ver esa noche.
    ¾ ¿Te esta agradando la obra? – Pregunta Sebastian al dirigirse al bar del teatro para comprar unas bebidas y aprovechar del intermedio.
    ¾ Será interesante saber con quien se quedara Hannah, con el hombre que aprueban sus padres y es el correcto o el hombre que ella ama pero seria una locura quedarse con él, al ser solo hijo de granjeros.
    ¾ Pero tiene futuro Ryan y el vizconde es muy prepotente, además le seria infiel.
    ¾ ¿Porque crees eso?
    ¾ Porque todos los hombres y sobre todo los de sociedad no aguantan estar con una sola mujer al tener el dinero suficiente para mantener a amantes.
    ¾ Tu padre no fue así – Repuso con una bella sonrisa – Si existe parejas que se aman tanto que no hay nadie mas para ellos, mas que su pareja.
    ¾ Si hay amor no lo dudes, pero casi todos los hombres de sociedad se casan con alguien de su misma clase para unir herencias, poder – Recalca Sebastian.
    ¾ La mayoría de veces sí, pero no todas – Defiende su postura.
    ¾ Ya lo veremos en la obra, si Hannah es inteligente se quedara con el granjero.
    ¾ No creo que siga su corazón, eso debería hacer, pero tiene toda la presión de su familia y amistades.
    ¾ Si, pero…
    ¾ ¡Meli! – Exclama un joven rubio con una actitud de autosuficiencia al hacerse a la pareja. La abraza y le obsequia un caluroso beso en la mejilla – Hace mucho que no te veía, desde el baile – Comenta con entusiasmo.
    ¾ Will, que gusto me da verte – Miente ocupando su terror con una sonría al saber que en cualquier momento Sebastian descubriría su mentira – Te presento a Lord Whitmer – Trata Melissa de ser cortes.
    ¾ Buenas noches, milord, soy Will Marshall – Dice sin poner atención al hombre con expresión iracunda – ¿Como han estado todos?
    ¾ Muy bien… gracias – Dice en murmuro.
    ¾ Por cierto, me debes una pieza de baile, la otra vez te la pasaste con Derek y Justin, no pudimos…
    ¾ Perdón, pero ya nos tenemos que retirar, la obra la va a empezar – Dice tajante pero sin perder esa falsa sonrisa en su rostro.
    ¾ Si, claro – Exclama y le besa la mano – Por favor salúdame a los duques y a tus…
    ¾ Les pasare tus saludos… gracias – Se despide con un movimiento de cara y toma el brazo de Sebastian para que se alejaran los dos del inminente peligro.
    ¾ Al parecer tienes trato directo con los duques – Con voz áspera comenta Sebastian.
    ¾ Fui su cocinera, es obvio que si – Se defiende.
    ¾ Supongo que te trataron tan bien que te permitieron ir a bailes – Se acomodan en sus asientos.
    ¾ Soy bastarda pero mi padre me reconoció – Le recuerda tratando de hablar claro – Y Will es un buen amigo, el es de los pocos que me aceptan a pesar de mi condición y saber que soy una simple cocinera. Y sabiendo lo difícil que ha sido para mí sentirme parte de este mundo pues soy hija de un conde, pero tenia que ganarme la vida como cocinera al tener un padre que lo único valioso que tenia era su titulo – Toma aire – Will fue el único que se compadeció de mí y para distraerme me invitaba a bailes.
    ¾ ¿Quienes son esos tipos que menciono ese? – La cuestiona con desdén.
    ¾ Derek y Justin son amigos de Will, los conozco de hace tiempo – Le informa en susurros – Perdón por no presentarte como mi esposo…
    ¾ ¡Vaya, hasta que tocas el tema! – Exclama furioso.
    ¾ Lo siento, pero deseo que mi hermana se entere por mi y Will la conoce bien y puede ser indiscreto – Suspira – Ángela no me perdonaría si se entera por otras personas.
    Sebastian al ver el rostro de su mujer de malestar, dulcifica su rostro y la besa.
    ¾ Lo entiendo y tienes toda la razón – Acaricia el lunar que tiene arriba de los labios – ¿Cuando quieres que vayamos a ver a tu hermana?
    ¾ Estaba pensando que el domingo podíamos ir a Londres a verla, ¿podemos? – Pregunta cautelosa.
    ¾ Por supuesto – Le afirma con un beso – Por cierto, por el bien de sujetos como Will, has que no se te acerque – Toma su fino rostro para hacer que lo vea a los ojos – No creo que para la próxima vez que alguien se atreva a saludarte de esa manera me pueda contener. Recuerda, querida, que fui el capitán Hâkem – El recordatorio iba en un tono amenazador.
    Melissa nota ese tono y no hace mas que limitarse a sonreír con dulzura al saber muy bien a que se refiere su marido al dar mención de su antiguo oficio. Era su manera de decirle que no le importa las normas, ni escándalo, ni nada que se le parezca, si se encuentra en una situación que a él no le parece.
    Para bien de ella, la obra de teatro ayudó demasiado para distraer y calmar por completo ese carácter tan fuerte y explosivo que tenia Sebastian.
    ¾ Te apuesto una cena a donde tu quieras que Hannah se queda con Ryan y no con el vizconde – En murmullos le dice Sebastian mientras empezaba la obra.
    ¾ Acepto la apuesta – Le sonríe como niña traviesa – Se queda con el otro por el que dirán.
    ¾ ¡Increíble! – Exclama en voz baja – Que yo apueste por el amor y tú por el poder – Se ríe.
    ¾ Últimamente te estas convirtiendo en cursi, querido – Le regresa la risa – No debe importar el poder a Hannah, pero tiene todo en contra si se queda con el granjero.
    El labio inferior de Melissa le empieza a temblar. Estaba disfrutando tanto la obra que apenas se había percatado que no tenía que estar muy al pendiente de la trama de la obra, pues era su vida. ¡Estaba de público viendo su vida!
    ¿Era una señal divina?
    Lo parecía y deseaba con fervor (como si los actores estuvieran manejando su futuro) que la historia termina que Hannah se quedara con el granjero, Ryan, y sea muy felices. Que su familia acepte ese matrimonio aunque no fuera el vizconde que sus padres habían aceptado para ella. Hombre que veían perfecto para su hija. Era todo burlonamente tan igual que Melissa tenía un par de lágrimas de indiscretas por su mejilla, se las quito y por debajo empezó a reír. Pero con diferencia de Melissa, Hannah si podía todavía escoger. En cambio Meli hasta madre en esos momentos podría ya ser. El problema que Sebastian como Ryan eran hombres enormemente inadecuados para mujeres con la educación tan esmerada que han tenido Hannah y Melissa, pero ambas eran mucho mas felices estando con ellos. Tanto lo eran que no les importaba ganarse el odio de la familia, del país entero, con tal de tener de a su lado al hombre que amaban y les enseñaron a vivir en carne propia que era la felicidad absoluta. ¿Pero que seria del vizconde? Era un buen hombre, la amaba. No merecía que saliera lastimado por las acciones de una mujer.
    ¿Qué será de Justin? Que desde la infancia solo había amado a Melissa. Demostrándolo de la manera más romántica, esperándola. Justin había tratado a muchas mujeres, había compartido intimidad con todas ellas, pero al darse cuenta que ninguno la llenaba como Melissa que inconscientemente lo hacia con una simple sonrisa inocente, infantil, decidió esperar que cumpliera la edad para por fin poder presumir al mundo el amor que le tenia.
    Se quedaron callados al estar atentos a la espera de ver el final de la obra y saber como concluiría. Nunca Melissa espero con tantas ansias el final de la obra como era en esa noche al tener su señal divina enfrente de sus ojos.
    Sebastian contento festeja su victoria cuando todo el publico se para aplaudirle a los actores cuando finalizo la obra con un beso entre la joven hija de vizcondes, Hannah y Ryan, el granjero.
    ¾ ¡Mentira! – Comenta Sebastian al dirigirse al carruaje – Eso no pasa en la vida real, la mujer se queda con el dinero, la posición. Tener por siempre estabilidad económica.
    ¾ ¿Entonces porque apostante en contra de eso? – Lo ve y al ver la expresión divertida de su esposo, se ríe.
    ¾ Porque quería perder la apuesta.
    ¾ Pues nos equivocamos entonces los dos, al parecer el amor en la ficción lo puede todo – Le dice al subir al carruaje – ¿A donde quieres que pague mi derrota?
    ¾ Me la pagaras en…– Le informa con voz ronca al besarla – Nuestra habitación.
    Melissa sonríe contenta, todo iba a salir bien. En la obra así fue y así a ella le pasará, por algo vieron esa obra, no fue coincidencia. Esperaba que todo terminara como la historia; el vizconde, noble, aceptando la elección de su amada y termina enamorándose de la mujer que menos esperaba: La hermana de Hannah. Sonrió Melissa. ¿Justin y Angela? Unos años más de espera de Justin valdría la pena.
     
  20.  
    Moliry

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    Mas alla de la razon
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    Re: Mas alla de la razon

    Wola sorry por la tardanza, es que se me olvido subir mas capitulos. Kiss

    Capitulo XV


    Con el tiempo Melissa se dio cuenta que no podía seguir siendo la señora Whitmer y la cocinera al tener un esposo tan demandante como era Sebastian con ella, vio la necesidad de contratar a una cocinera y a otras dos jóvenes para que se encargaran del aseo de la casa como Aline lo estaba haciendo todo ese tiempo. Agradecida con su doncella la señora Filipa y el chofer Thomas, por la actitud que habían tenido después de la boda al no cuestionar nada al estar presentes en una boda que supuestamente ellos estaban informados que ya había existido en Nueva York. Sobre todo le tranquilizo la forma de ser de Thomas con ella, pues él si sabia quien era y ni aun así la cuestionó sobre la manera de comportase con Sebastian y su familia.
    Melissa no podía dejar de agradecer como ese mes después de ser oficialmente la señora Whitmer esta transcurriendo todo; su vida, su relación con él. Sebastian para ella resultó ser un maravilloso marido al ser cariñoso, atento, tierno, consentidor. Meli en ese tiempo empezó a notar que su marido la veía y la trataba de una manera más apasionada y tierna. < ¿Estará enamorado de mi? > Se cuestionaba cada vez que se despertaba entre sus brazos y lo veía dormir. < No lo creo, si no ya me lo hubiera dicho > su conciencia contraatacaba ante esa idea. Pero esa forma de pensar tan pesimista no le afectaba al estar segura que con el tiempo lograría que Sebastian se enamora de ella tanto o mas como Melissa ya lo estaba de él.
    Sebastian en ese mes no hubo momento que se separara de su mujer, solo por las mañanas que tenia que ir a ver su negocio ya que en pocas semanas empezó a vender su ganado a varios clientes que tenia en todo Inglaterra. Siempre usando como a Henry como si el fuera el dueño. No podía arriesgarse más en dar su verdadero nombre. Por suerte el juez no tenia idea quien era él. Nadie lo debería tener presente cuando su supuesta muerte había sido hace más de ocho años. Aunque a alguien le dijera algo su nombre, nunca lo iba a relacionar con un fantasma.
    Meli sabia que ese supuesto tiempo que tardaría en llegar al país, después de ser ayudaba por algunas personas al ser raptaba por los piratas, ya se había terminado y si no llegaba a su casa en esa misma semana, su familia se volvería a preocupar por ella. No sabía que hacer en ese caso, en lo único que si estuvo consiente era en que antes de ir a ver a Saint Clair, tenia que decirle toda la verdad a Sebastian y decirle que estaba esperando un hijo de él. No tenia idea como iba a tomar la noticia al sospechar que el primer hijo de la nueva familia Whitmer Farington a lo mejor ya venia en camino, pues nunca habían tocado el tema de tener hijos y mucho menos tan pronto, pero no se quería preocupar por algo que todavía no era seguro al apenas tener cuatro días de retrasó. No común en ella, pero creyó que con tanta precisión en su vida, podría afectar en su salud tanto que su regla se le atrasara unos días. Con los nervios a todo lo que daban, decidió decir por fin la verdad después del baile que los vizcondes Johnson ofrecerían ese sábado por la noche. Pero siendo todavía jueves y no querer preocuparse antes de tiempo por la reacción que tendría Sebastian al saber de su gran mentira, escoge Melissa disfrutar de la obra de teatro que juntos irían a ver esa noche.
    ¾¿Te esta agradando la obra? – Pregunta Sebastian al dirigirse al bar del teatro para comprar unas bebidas y aprovechar del intermedio.
    ¾Será interesante saber con quien se quedara Hannah, con el hombre que aprueban sus padres y es el correcto o el hombre que ella ama pero seria una locura quedarse con él, al ser solo hijo de granjeros.
    ¾Pero tiene futuro Ryan y el vizconde es muy prepotente, además le seria infiel.
    ¾¿Porque crees eso?
    ¾Porque todos los hombres y sobre todo los de sociedad no aguantan estar con una sola mujer al tener el dinero suficiente para mantener a amantes.
    ¾Tu padre no fue así – Repuso con una bella sonrisa – Si existe parejas que se aman tanto que no hay nadie mas para ellos, mas que su pareja.
    ¾Si hay amor no lo dudes, pero casi todos los hombres de sociedad se casan con alguien de su misma clase para unir herencias, poder – Recalca Sebastian.
    ¾La mayoría de veces sí, pero no todas – Defiende su postura.
    ¾Ya lo veremos en la obra, si Hannah es inteligente se quedara con el granjero.
    ¾No creo que siga su corazón, eso debería hacer, pero tiene toda la presión de su familia y amistades.
    ¾Si, pero…
    ¾¡Meli! – Exclama un joven rubio con una actitud de autosuficiencia al hacerse a la pareja. La abraza y le obsequia un caluroso beso en la mejilla – Hace mucho que no te veía, desde el baile – Comenta con entusiasmo.
    ¾Will, que gusto me da verte – Miente ocupando su terror con una sonría al saber que en cualquier momento Sebastian descubriría su mentira – Te presento a Lord Whitmer – Trata Melissa de ser cortes.
    ¾Buenas noches, milord, soy Will Marshall – Dice sin poner atención al hombre con expresión iracunda – ¿Como han estado todos?
    ¾Muy bien… gracias – Dice en murmuro.
    ¾Por cierto, me debes una pieza de baile, la otra vez te la pasaste con Derek y Justin, no pudimos…
    ¾Perdón, pero ya nos tenemos que retirar, la obra la va a empezar – Dice tajante pero sin perder esa falsa sonrisa en su rostro.
    ¾Si, claro – Exclama y le besa la mano – Por favor salúdame a los duques y a tus…
    ¾Les pasare tus saludos… gracias – Se despide con un movimiento de cara y toma el brazo de Sebastian para que se alejaran los dos del inminente peligro.
    ¾Al parecer tienes trato directo con los duques – Con voz áspera comenta Sebastian.
    ¾Fui su cocinera, es obvio que si – Se defiende.
    ¾Supongo que te trataron tan bien que te permitieron ir a bailes – Se acomodan en sus asientos.
    ¾Soy bastarda pero mi padre me reconoció – Le recuerda tratando de hablar claro – Y Will es un buen amigo, el es de los pocos que me aceptan a pesar de mi condición y saber que soy una simple cocinera. Y sabiendo lo difícil que ha sido para mí sentirme parte de este mundo pues soy hija de un conde, pero tenia que ganarme la vida como cocinera al tener un padre que lo único valioso que tenia era su titulo – Toma aire – Will fue el único que se compadeció de mí y para distraerme me invitaba a bailes.
    ¾ ¿Quienes son esos tipos que menciono ese? – La cuestiona con desdén.
    ¾Derek y Justin son amigos de Will, los conozco de hace tiempo – Le informa en susurros – Perdón por no presentarte como mi esposo…
    ¾¡Vaya, hasta que tocas el tema! – Exclama furioso.
    ¾Lo siento, pero deseo que mi hermana se entere por mi y Will la conoce bien y puede ser indiscreto – Suspira – Ángela no me perdonaría si se entera por otras personas.
    Sebastian al ver el rostro de su mujer de malestar, dulcifica su rostro y la besa.
    ¾Lo entiendo y tienes toda la razón – Acaricia el lunar que tiene arriba de los labios – ¿Cuando quieres que vayamos a ver a tu hermana?
    ¾Estaba pensando que el domingo podíamos ir a Londres a verla, ¿podemos? – Pregunta cautelosa.
    ¾Por supuesto – Le afirma con un beso – Por cierto, por el bien de sujetos como Will, has que no se te acerque – Toma su fino rostro para hacer que lo vea a los ojos – No creo que para la próxima vez que alguien se atreva a saludarte de esa manera me pueda contener. Recuerda, querida, que fui el capitán Hâkem – El recordatorio iba en un tono amenazador.
    Melissa nota ese tono y no hace mas que limitarse a sonreír con dulzura al saber muy bien a que se refiere su marido al dar mención de su antiguo oficio. Era su manera de decirle que no le importa las normas, ni escándalo, ni nada que se le parezca, si se encuentra en una situación que a él no le parece.
    Para bien de ella, la obra de teatro ayudó demasiado para distraer y calmar por completo ese carácter tan fuerte y explosivo que tenia Sebastian.
    ¾Te apuesto una cena a donde tu quieras que Hannah se queda con Ryan y no con el vizconde – En murmullos le dice Sebastian mientras empezaba la obra.
    ¾Acepto la apuesta – Le sonríe como niña traviesa – Se queda con el otro por el que dirán.
    ¾¡Increíble! – Exclama en voz baja – Que yo apueste por el amor y tú por el poder – Se ríe.
    ¾Últimamente te estas convirtiendo en cursi, querido – Le regresa la risa – No debe importar el poder a Hannah, pero tiene todo en contra si se queda con el granjero.
    El labio inferior de Melissa le empieza a temblar. Estaba disfrutando tanto la obra que apenas se había percatado que no tenía que estar muy al pendiente de la trama de la obra, pues era su vida. ¡Estaba de público viendo su vida!
    ¿Era una señal divina?
    Lo parecía y deseaba con fervor (como si los actores estuvieran manejando su futuro) que la historia termina que Hannah se quedara con el granjero, Ryan, y sea muy felices. Que su familia acepte ese matrimonio aunque no fuera el vizconde que sus padres habían aceptado para ella. Hombre que veían perfecto para su hija. Era todo burlonamente tan igual que Melissa tenía un par de lágrimas de indiscretas por su mejilla, se las quito y por debajo empezó a reír. Pero con diferencia de Melissa, Hannah si podía todavía escoger. En cambio Meli hasta madre en esos momentos podría ya ser. El problema que Sebastian como Ryan eran hombres enormemente inadecuados para mujeres con la educación tan esmerada que han tenido Hannah y Melissa, pero ambas eran mucho mas felices estando con ellos. Tanto lo eran que no les importaba ganarse el odio de la familia, del país entero, con tal de tener de a su lado al hombre que amaban y les enseñaron a vivir en carne propia que era la felicidad absoluta. ¿Pero que seria del vizconde? Era un buen hombre, la amaba. No merecía que saliera lastimado por las acciones de una mujer.
    ¿Qué será de Justin? Que desde la infancia solo había amado a Melissa. Demostrándolo de la manera más romántica, esperándola. Justin había tratado a muchas mujeres, había compartido intimidad con todas ellas, pero al darse cuenta que ninguno la llenaba como Melissa que inconscientemente lo hacia con una simple sonrisa inocente, infantil, decidió esperar que cumpliera la edad para por fin poder presumir al mundo el amor que le tenia.
    Se quedaron callados al estar atentos a la espera de ver el final de la obra y saber como concluiría. Nunca Melissa espero con tantas ansias el final de la obra como era en esa noche al tener su señal divina enfrente de sus ojos.
    Sebastian contento festeja su victoria cuando todo el publico se para aplaudirle a los actores cuando finalizo la obra con un beso entre la joven hija de vizcondes, Hannah y Ryan, el granjero.
    ¾¡Mentira! – Comenta Sebastian al dirigirse al carruaje – Eso no pasa en la vida real, la mujer se queda con el dinero, la posición. Tener por siempre estabilidad económica.
    ¾¿Entonces porque apostante en contra de eso? – Lo ve y al ver la expresión divertida de su esposo, se ríe.
    ¾Porque quería perder la apuesta.
    ¾Pues nos equivocamos entonces los dos, al parecer el amor en la ficción lo puede todo – Le dice al subir al carruaje – ¿A donde quieres que pague mi derrota?
    ¾Me la pagaras en…– Le informa con voz ronca al besarla – Nuestra habitación.
    Melissa sonríe contenta, todo iba a salir bien. En la obra así fue y así a ella le pasará, por algo vieron esa obra, no fue coincidencia. Esperaba que todo terminara como la historia; el vizconde, noble, aceptando la elección de su amada y termina enamorándose de la mujer que menos esperaba: La hermana de Hannah. Sonrió Melissa. ¿Justin y Angela? Unos años más de espera de Justin valdría la pena.
     

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