Martes de Café. Para la actividad ¡Vamos a Pensar! Tema: Bailar un Tango. Palabras: 497 + Título. Martes de Café. Ya fumaba el tercer cigarrillo y el café aún no se acababa. Intentaba hacerlo durar, por lo menos, una hora más. Él aún no llegaba y ella, ingenua, confiaba en que no la dejaría otra vez plantada. A pesar de que intuía lo que terminaría pasando, prefería alargar lo más posible la llegada de aquel irremediable hecho. A él no le importaba nada en lo absoluto, entre tantas mujeres que poseía, una más, una menos, no hacía la diferencia. Ella no hacía la diferencia. Se hallaba sentada en una de las mesitas afuera del café. Solían juntarse ahí, en esa misma mesa donde lo esperaba todos los martes, fumando hasta una o dos cajetillas si era necesario. Le gustaba estar ahí junto al movimiento citadino, sintiéndose acompañada por tantos rostros extraños, compañía que no era tanto mejor que la soledad absoluta, pero que de todos modos, prefería. Gustaba posar la mirada en unos árboles a la distancia, por donde aparecían ancianos caminando lento y aferrados a un brazo joven y fuerte. Incluso, a veces, se imaginaba a sí misma corroída por los años, encorvada como un signo de interrogación y enteramente arrugada, apareciendo por entre esos árboles con un bastoncito y una bolsa de género para el pan. A pesar de lo perturbador que se le sugería el paso del tiempo, no le asustaba en lo absoluto tal imagen. De hecho, incluso, le parecía conmovedora. Pero aún para eso, faltaban años y bolsas de género. Una canción comenzó a sonar, despertándola de sus trances pensativos, y una mano pesada se deslizó por su espalda hasta su hombro. Lo que vio le iluminó el rostro en una sonrisa suave y desconcertada. Raúl la tomó de una mano mientras ella apagaba el cigarrillo apresurada, a lo que luego respondió con un beso que le supo amargo. Ella se dejó llevar por sus grandes brazos hasta la gran vereda que se extendía desde el café. La afirmó y la acercó con fuerza hacia él. Sintió el calor de su cuerpo, bordeando el mismo con sus manos. Hundió su rostro entre sus cabellos lacios y se dejó inundar por aquel aroma a perfume parisino y tabaco, mientras comenzaban a girar junto los pies que incesantes, se deslizaban por el pavimento armoniosa y suavemente. El tango pronto cesó. Se escucharon aplausos a lo lejos junto a un murmurar proveniente de aguas cayendo. Comenzaron a empaparse pero él no se inmutaba. Se aferraba a ella como nunca. La apretaba fuerte contra él, sintiendo los dos cuerpos casi como uno sólo, empapados y fríos. Ella se hallaba con los ojos cerrados apoyada en su hombro, disfrutando el silencio entre ellos, el sonido de la lluvia caer y el ruido de la gente bebiendo y fumando quizá tanto como ella. La última cajetilla ya estaba vacía y su tacita de café también. Él no llegó y tampoco llamó, como era de esperarse. Ahora sólo le quedaba la esperanza de que el próximo martes, fuese diferente.
Re: Martes de Café. El final me dejó un poco confundida, pues encontré dos opciones factibles: o bien ella soñaba con que él venía, o Raúl es un amigo que trata de hacer que ella se sienta mejor acompañándola en un baile bajo la lluvia. De todas formas, la descripción es buena y el contenido en sí me gustó. Noté que aquí no hay tanto problema con las tildes, de hecho sólo hay dos o tres de las que se puede prescindir. Eso es bueno :D!