Mariposa negra

Título: Mariposa negra
Número de palabras: 682
Notas de la autora:

Bueno hasta ahora pude actualizar ya que mi malvada musa se escapo quien sabe donde y no la encontraba, ahora bien respondo los comentarios.

Fernandha: gracias por leer mi pequeño escrito y por tus recomendaciones trataré de ya no tener tantos errores, espero que sigas leyendo esto y que te guste este pequeño capítulo.

Alexa Mosary: no te preocupes linda entiendo si no habías podido leer la historia, tienes razón hay alguien más pero por ahora no estará muy activo y Angélica pues sólo diré que no son delirios de Natasha, sin embargo la relación de ambas es algo extraña.

Tubbie Fox: te agradezco tus especificas correcciones en mi escrito ahora si me sorprendieron mis faltas, perdona si no las había corregido pero no había venido por un tiempo; me alegra que te guste Angélica después de todo ella es una pieza clave, espero que sigas leyendo esto.

JessCullen: no te preocupes por lo tardado linda entiendo sus motivos así que no hay problema, en fin el personaje nuevo lo integraré en su debido momento y Angélica pues puede que tengas una pequeña noción de lo que es.

Iza-chan: gracias por leer y comentar mi historia Iza-chan, bueno podemos apreciar que siempre me apoyan en mis faltas y realmente se los agradezco, en cuanto a los diálogos trataré de hacer un poco más de pausa entre los mismos y que sean más largos, espero que sigas leyendo esto y que alcance tus expectativas.
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Capítulo 5: Mariposa inflexible

Natasha observaba intrigada a Angélica, la cual sólo conservaba una risa elegante pero a la vez llena de sarcasmo y burla por la falta de comprensión por parte de su compañera, a la que fácilmente podría compararla con una niña pequeña que no comprende los aspectos complejos del mundo que la rodea, por lo que Angélica atinó a mostrarle su espalda para luego empezar a caminar.

—Oye ni siquiera respondiste mi pregunta y ¿a dónde crees que vas? —Dijo Natasha mientras comenzaba a seguir a Angélica.

—¿Tendrías la amabilidad de seguirme? —Cuestionó Angélica viendo a la chica. —Sabes deberías aprender a interpretar todo lo que está en tu entorno.

—¿A qué te refieres?, si todo lo que me dices o haces es sólo para burlarte de mí —mencionó Natasha haciendo un pequeño fruncido que evidenciaba enojo.

—Tienes razón, pero en cada cosa que digo siempre hay algo interesante a lo que deberías de ponerle atención —pronunció con una leve risa. —Aunque si nos ponemos a pensar no eres mus perceptiva que digamos.

—¿Lo ves? Siempre haces lo mismo ni siquiera entiendo por qué te hago caso —comentó Natasha haciendo un puchero.

Sin embargo Angélica tomó poco importantes las acciones de Natasha y continuó su camino, hasta ese momento habían pasado unos cuantos minutos pero todo parecía detenerse en ese pequeño instante; algo que le pareció extraño a Natasha ya que cada paso que daba era más pesado y difícil, es decir, cuando realizaba la simple acción de levantar su pie y colocarlo en el piso, esté tardaba un tiempo en completar lo que se le ordenaba; a lo que ella empezó a apreciar el lugar en el que apareció en un principio, así es se encontraba en aquel bosque con la hermosa luna partida en cuatro.

—¿Por qué me trajiste aquí de nuevo? —Preguntó Natasha enfadada.

—Debido a que en este pequeño fragmento se encuentra lo que estas buscando o ¿acaso pensaste que no me daría cuenta de lo que dice el papel?, me siento ofendida —declaró Angélica poniendo una mano en su pecho. —Veo que me subestimas querida después de todo hay habilidades que seguramente nunca conocerás de mí.

—Eso si puedo asegurarlo, pero dime ¿qué significado tiene esa luna divida en cuatro? —Curioseó Natasha mientras admiraba la antes mencionada.

—Bueno, cada color representa un lugar de este mundo, por ejemplo: la parte roja está ligada con la mansión en la que viste una pequeña parte de tu pasado con tus padres —pronunció mientras colocaba un dedo en sus labios. —Ahora bien cada color representa un sentimiento.

—¿Entonces qué tiene que ver este mundo conmigo? Y porque el recuerdo de mis padres esta con ese tono —dijo Natasha con seriedad.

—No pienso responderte todo, no tendría chiste que yo te explicará cada aspecto, finalmente esto es algo que tu debes resolver, yo sólo soy una especie de guía —respondió Angélica golpeando suavemente la cabeza de Natasha.

Natasha simplemente se resigno ante la respuesta de Angélica, al fin y al cabo ella ya le había hecho saber que no le ayudaría en nada que se relacionara con la comprensión de todo lo que hasta ahora le pasaba y las pocas veces que le tenía un poco de compasión al revelarle ciertos aspectos de lo que ocurría, sólo lograba confundirla más y lógicamente Angélica se burlaba de su falta de razonamiento ante sus palabras.

La observó por unos instantes y si se ponía a pensar en las reacciones de Angélica, está parecía ser entretenida con su sufrimiento, aunque para que se tomaría la molestia de informarle una que otra cosa que no entendía, si ella podría haberla dejado consumirse por la locura y la desesperación; sin embargo Natasha recordaba que ella la había protegido de la demencia, así que llegó a la conclusión de que jamás entendería a Angélica.

—Será mejor que nos vayamos de aquí, al parecer tu amiguito de la otra vez se esta acercando —pronunció Angélica caminando.

—Oye no me dejes aquí —reclamó Natasha siguiendo a su compañera.
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En esta ocasión les dejaré una pregunta:

¿A qué sentimiento creen que este ligado el recuerdo de los padres de Natasha?, ¿por qué?

 

Primero les agradezco por leer está obra sacada de mi loca cabeza, ahora bien le pido disculpas a Whisper/Death Kiss pero bueno mi disco duro se murió y con el se perdió todo lo que había escrito, así que un minuto de silencio por él, en fin contesto comentarios:

Alexa: me alegra que te haya gustado el capítulo y que te cause intriga la identidad de mi querida Angélica, tienes razón tus dudas puede que se descubran con el tiempo.

George Asai: cierto aún conservo errores, espero haberlos corregido aunque sea un poco en esta ocasión, sí tienes razón adoro la forma de narrar de Ryukishi07, en cuanto a tu respuesta pues tiene que ver con sus padres, pero al parecer te pusiste a pensar en porque es de ese color.

Jess Cullen: gracias por leerlo y la rabia tiene que ver, pero no es el sentimiento principal, más bien es uno secundario en esta parte de la luna, espero sigas leyendo.

Ichigo: hasta ahora dijiste algo clave "asesinato", si tiene que ver con ello la luna roja, no te preocupes lo bueno es que ya comentaste y que la sigues, espero te guste el capítulo.

Iza-chan: tienes razón las pausas se me complican demasiado, intentaré resolver más ese problema, gracias por las correcciones que ya las aplique en el capítulo, espero que sigas pendiente.
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Título: Mariposa Negra
Capítulo 6: Mariposa cambiante
Subtítulo: Los puentes que rigen los recuerdos
Número de palabras: 925

“Las cuatro niñas juegan sin cesar, van de aquí para allá sin detenerse; bailan, cambian y destruyen todo lo que las dañe, ¡oh que lindos fragmentos dueños de tus recuerdos!”​

Natasha apreciaba el elegante caminar de Angélica, la cual poseía una cara llena de confianza y alegría a pesar del obscuro escenario en el que se hallaban; caso contrario de Natasha, a la que se le podría comparar con un ratón a punto de ser comido por un gato, debido a la presencia de aquella extraña criatura de aspecto horroroso que tuvo el honor de conocer la última vez que entro a ese temible bosque.

De repente, un extraño sonido resonó por todo el lugar, provocando que Natasha corriera hasta Angélica para abrazarla con fuerza; tal acción ocasionó que Angélica se detuviera y la viera con absoluta desaprobación.

—Me siento sorprendida de lo rápido que logras asustarte —dijo Angélica con su típica sonrisa —.Ciertamente no podrías estar ni cinco minutos sola aquí, ¿verdad?

—En serio, deberías escribir un libro titulado: “Como burlarte de una niña tonta” —comentó Natasha soltando a su acompañante y cruzando sus brazos.

—Ni siquiera eres buena para escoger el título de un libro —declaró Angélica riendo. —Realmente no me esperaba algo como eso, no estaba preparada para algo así.

—Ya dejaste de mofarte de mí o te gustaría que tome asiento hasta que concluyas —mencionó Natasha con el ceño fruncido.

—No es necesario, sin embargo admítelo, sonaste demasiado graciosa en está ocasión —pronunció Angélica retomando el camino —. Vamos, aún debemos encontrar ese diario.

Con esas palabras prosiguieron, durante ese pequeño instante Natasha sentía nostalgia y tristeza sin tener un motivo en especial para desarrollarlos, miró a Angélica de nuevo y como siempre pensaba en el ¿por qué la ayudaba?, ¿cuáles eran sus planes?, ¿qué relación existía entre ambas? Y finalmente ¿quién o qué era ella en realidad?; tantas preguntas y escasas respuestas rodeaban su mente hasta llegar al punto de marearla, por lo que elevo su mirada hacía aquella extraña pero a la vez hermosa luna dividida en cuatro partes, por consiguiente apreció que estás cambiaban de lugar, como si los colores danzaran uno con el otro, no obstante detenían su baile por unos instantes.

—Oye, me pregunto, ¿por qué los tonos del astro lunar se intercambian una y otra vez? —Cuestionó Natasha sin dejar de ver el precioso objeto.

—En sí lo hacen para que no estés fijo en un solo fragmento, es decir, puedes estar en la luna roja, pero después estás en la luna blanca y así sucesivamente; pero lo malo para ellas es que no pueden hacerlo en la parte que las une —aclaró Angélica viendo directamente a Natasha —. En otras palabras les agrada jugar con sus visitantes, tanto así que en ocasiones mandan a sus guardianes.

—Las tratas como si fueran personas o niños traviesos —mencionó Natasha dejando a un lado a su distracción.

—Exacto, hasta que logras captar algo querida; esos cuatro fragmentos son cuatro pequeñas niñas a las que les gusta divertirse con lo primero que encuentren, aunque tienen un carácter distinto entre si, una es muy alegre, otra es demasiado triste, la siguiente es sangrienta y la última no es más que una marioneta sin luz en sus ojos —explicó Angélica.

—Ya veo, ahora entiendo, pero ¿por qué dices que una no tiene luz en sus ojos? —Preguntó Natasha.

Angélica no le respondió y continuó con la caminata hasta que llegaron a un lago con tres puentes diferentes, el primero era de cristal con finos detalles así como decoraciones parecidas a la época victoriana; la segunda poseía una agarradera llena de rosas negras y espinas, además de que el piso estaba cubierto con piedras llenas de un líquido negro; la tercera se caracterizaba porque estaba forrada por miles de gemas de tonalidad roja y el último puente estaba hecho con una especie de coral de matices brillantes y extraños de ver.

Natasha se quedó embelesada de lo que estaba presenciando, sin embargo no sabía que camino escoger y tampoco a donde la llevarían, por consiguiente Angélica se dirigió a el que estaba revestido de joyas, pero antes de que Natasha pudiera subir su acompañante la detuvo.

—Sabes, me gustaría preguntarte algo en estás ocasión —pronunció Angélica sin mirar a Natasha.

—¿Qué es? —Cuestionó Natasha con curiosidad ante la primera vez en que ella le preguntara algo.

—Dime, ¿qué crees que soy?, una ilusión, un ángel, un demonio, un fantasma, tu alterno o ¿por qué no?, tu gemela, anda ¿qué soy? —Dijo Angélica.

—No sé, por más que he tratado de descubrir eso, no logro saber qué eres —Respondió Natasha agachando su cabeza.

—Cierto, y yo pensando que ya lo sabías, bien sigamos —comentó con decepción en su tono de voz.

Siguieron la trayectoria del puente y esté las dirigió hasta una puerta con pequeñas gotas de sangre alrededor de ella, Angélica tomo el picaporte y lo halo hacia ella para luego entrar en aquella mansión que vio en aquella ocasión en la que estaba en la capilla, pero lo más relevante fue una pequeña niña sentada en una gran silla; tenía un vestido ampón y largo que poseía unos pequeñas decoraciones de piedras preciosas; su rostro era como el de una muñeca de porcelana, sus ojos eran de color magenta y su cabello tenía un raro color plateado que estaba peinado en dos largas trenzas.

—Te estaba esperando Angélica, ¿dime a qué se debe tu visita? —Inquirió la niña sin ninguna expresión.

 

Título: Mariposa Negra
Capítulo 7: Mariposa ficticia
Subtítulo: Muñeca de falsas esperanzas
Número de palabras: 836

“Mira los ojos de la muñeca, observa bien aquella mirada, ¿puedes ver la luz de sus ojos?, como ver aquella luz si ella no alberga esperanza alguna.”​

—Vaya forma de recibir a un invitado Lizzy, dime ¿acaso te ha convencido Gabriel? —Cuestionó Angélica mientras le daba una palmada a la niña.

—Él sabe que no puede venir a mis territorios, a menos claro que quiera morir —respondió Lizzy levantándose de su asiento mientras se dirigía a una pequeña mesita que tenía una tetera, la tomó con cuidado y se sirvió un poco en una pequeña taza de porcelana blanca con adornos de flores.

—Se te olvida querida que Lucy está de parte de Gabriel, recuerda que ella es superior a ti en cuanto a fuerza, además él sabe que puede manejarla como quiera, si el dice que aniquile tu territorio, ella lo hará sin tomar en cuenta el lazo que las une —comentó Angélica en lo que Lizzy le ofrecía la taza, la tomó y bebió su contenido para luego dar una pequeña sonrisa a la niña.

—Lucy no es capaz de atacarme porque sabe que Victoria la aniquilaría, tomando en cuenta que Jane quisiera vengar a Lucy está ni siquiera se atrevería a hacerlo debido a que es mucho más inferior a mí; tienes suerte de que Victoria esté de tu lado Angélica —declaró Lizzy acercándose a Natasha, tomó su mano y la llevó hasta lo que parecía un jardín.

Natasha hasta ese momento se mantuvo callada, por lógicas razones ella no sabía de qué estaban hablando las dos jóvenes, por lo que intentó prestar mucha atención a todo lo que decían, pero fue inútil; ella no sabía las identidades de las personas que ellas mencionaban y mucho menos entendía las alianzas que al parecer estaban formadas entre ellas. Lizzy miro a Natasha por un instante y luego se volvió a alejar de ella sólo para volver con lo que sería un diario, Natasha se sorprendió al ver aquel objeto que tanto mencionaban, al fin sabría de qué demonios trataba todo este teatro que se presentaba ante ella o al menos eso pensaba.

—Te informo que puede que te sorprendas un poco con la primera página, por ahora te dejaremos sola, casi se me olvida decirte, las primeras 10 páginas del diario pertenecen a mi territorio, por lo que cada que lo leas se reintegraran las escenas del pasado, ¿crees poder aguantar el dolor que te provocaran tus recuerdos? —Inquirió Lizzy con su expresión sin emociones.

—No me importa el precio a pagar por mi pasado lo único que quiero saber es que tengo que ver en todo este maldito asunto —declaró con enfado y con lágrimas a punto de salir de sus ojos.

—Ya veo, puede que no te guste todo lo que vayas a ver, recuerda que entre más sepas, más dolorosa será la visión que se presente ante ti —pronunció Lizzy dejando a Natasha sola.

Natasha abrió con cuidado el pequeño diario y en la primera hoja había un dibujo de una mariposa negra posada en una rosa roja, cosa que a Natasha la desconcertó, sin embargo apreció que al reverso de la página había una foto de ella al lado de un chico de piel pálida, ojos aguamarina y cabello grisáceo; en otras palabras y a pesar de su corta edad demostraba que al ser mayor sería apuesto. No obstante ese hecho no tenía ninguna importancia, más bien lo más relevante era que detrás de la imagen decía: “Gabriel y yo”

Justo el nombre que mencionaban Angélica y Lizzy, aquel personaje del cual Natasha ignoraba su existencia y por supuesto su papel en el juego en el que a contra de su voluntad estaba integrada. Natasha abandonó la fotografía y decidió seguir ojeando el diario, el título de la hoja decía: “1 de octubre de 1875: la bruja volvió a aparecer.”

Natasha se extraño al leer aquellas palabras, aun así no le importó y prosiguió con su lectura.

“Querido diario hoy día estoy muy feliz, Gabriel y yo nos pusimos a jugar como locos y no teníamos ni idea de que eso nos traería muchos problemas con papá y mamá, ambos nos recibimos una reprimenda por parte de mamá y papá nos mando a nuestra habitación, pero algo que no le dije a Gabriel fue que mamá me cacheteo sin que él viera, sin embargo me lo merecía por el hecho de que fue mi idea el ir a jugar al parque……"​

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Ante cada palabra que ella mencionaba el paisaje cambiaba mostrando todo lo que estaba ocurriendo, hasta aquella cachetada de su madre; mientras tanto en otro lugar un chico de mediana estatura junto a un joven se encontraban frente a las puertas de la mansión.

—Vaya, vaya; así que Lucy tenía razón, ante Angélica no eres más que un sucio estropajo que no sirve para nada, me pregunto qué estará haciendo mi querida hermanita.