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    GSMatsuri

    GSMatsuri Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    7 Diciembre 2010
    Mensajes:
    38
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Marina
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1183
    La verdad de los actos está en las intenciones en las que están basados.
    Prologo
    Bajo un puente
    Esa mañana la muchacha agonizaba bajo un puente, envuelta en sabanas la muchacha del cabello negro había dejado de quejarse del dolor y enfrentaba su muerte lentamente forzando una sonrisa, moriría a sus 15 años, pero moriría en paz. Alguna vez había escuchado que “Los buenos mueren jóvenes” se burló de la frase, ella moriría joven y aunque se dijera que los buenos mueren jóvenes quien le aseguraba que tienen un lugar en el cielo.
    -Resiste Marina, resiste- Carlo le susurraba, harto de reprimir las lágrimas, estas corrían por sus mejillas y se impactaban contra el suelo.
    Marina le sonrío con las pocas energías que le quedaban –Moriré… lo sabemos. Cuida a Pablo y a Fernando- el susurro proveniente de sus labios se apagaba con facilidad en el aire –No llores más, que si algo bueno hemos hecho es cuidar a esos niños…- tocio, sus ojos lloraban pero sus labios delineaban una pequeña sonrisa –Gracias Carlo…Te amo-
    Sus últimas palabras hicieron eco en Carlo, 20 segundos después el muchacho de apenas 15 años soltó un grito desgarrador y lloro como un bebé.
    Dos niños de 8 años entraron, silenciosos y tristes se arrodillaron a los costados de la difunta muchacha y lloraron descontroladamente.
    -¿Ira Marina al cielo?- pregunto el pequeño Fernando, secándose las lágrimas y mirando fijamente a Carlo.

    -Estoy seguro de que ya es un ángel- dijo Carlo sonriendo.
    El grito de la mujer fue tremendamente fuerte.
    -Solo un poco más- pidió la enfermera en ese hospital clandestino.
    La mujer grito más fuerte decidida a sacar a ese ser de su vientre de una vez por todas.
    La recién nacida lloraba indicando que estaba sana. La enfermera la envolvió en mantas y la entrego a su madre.
    -¿Qué nombre llevara la pequeña?- pregunto la enfermera a la mujer.

    -Aun no lo sé- respondió la madre, de cabello negro y ondulado, de ojos marrón y piel bronceada la mujer dio a la niña a la enfermera y callo en un profundo sueño.
    El hoyo en la tierra era suficientemente profundo, con cuidado los tres muchachos depositaron el cuerpo inerte de la muchacha en el fondo del hoyo y lo recubrieron con tierra.
    -Marina…- susurro Carlo cuando termino de remarcar el nombre de su amada en la improvisada cruz de madera que colocaron en la tumba de la muchacha.

    Fernando abrazo a Pablo quien lloraba desconsoladamente. Los gemelos de ojos negros miraron a Carlo quien con una sonrisa prometía mentalmente a Marina que cuidaría de los pequeños hasta que muriera.
    Dos días después la mujer fue dada de alta en el hospital clandestino, durante el tiempo de hospitalización su esposo, si era posible decirle así, no había ido a visitarla o a preguntar cómo se encontraba.
    La noche estaba a punto de caer. Temerosa entro con la niña en brazos a una casa pequeña. El hombre de 30 años de edad se levantó perezosamente del sofá frente a la televisión y miro a la mujer.
    -Ha, has vuelto- le dijo el hombre, su voz era rasposa después de tanta cerveza. La mujer no contesto, después de ser vendida por sus padres a ese hombre 10 años mayor que ella y cinco intentos rotundamente fallidos de escapar, había aceptado que la manera de sobrevivir era manteniéndose callada.
    -Déjame ver a mi muchacho- dijo el hombre acercándose a la mujer
    -Ernesto… es una niña- dijo la mujer
    -¿! Una niña, Lilian me has dado a una asquerosa niña por hijo?- dijo Ernesto, como toro enojado el hombre corrió a su mujer con una botella rota y punzante.
    Lilian lo miro… tal vez ella sobrevivía callada, no dejaría que su hija sufriera eso ¿pero a dónde iría?
    Sin pensarlo más salió corriendo con la niña en brazos, perdió a Ernesto de vista pero aun podía escuchar sus pasos.
    Entro a un terreno baldío en donde los gritos de enojo de Ernesto hacían eco. Lilian se acercó a un montón de láminas y tomo un pedazo de madera lleno de clavos oxidados, dejo a la recién nacida cerca de las láminas donde no pudieran dañarlas.
    -No llores pequeña, vendré por ti cuando me encargue de ese monstruo- dijo la mujer a su hija.
    Lilian corrió dispuesta a deshacerse del monstruo. Con el coraje por delante y una tabla como arma se enfrentó a Ernesto, pero no fue suficiente… la botella se rompió en la cabeza de Lilian y murió.
    Ernesto volvió a buscar a la niña… no la encontró, y furioso regreso a su casa sangrando del hombro debido a un clavo y un enorme corte en la mejilla derecha provocado por ese pedazo de madera.

    La niña quedo en el terreno baldío con la falsa esperanza de que su mamá regresaría, tal cosa nunca sucedió.
    Fernando y Pablo jugaban en el terreno a los policías. La niña recién nacida abrigada hasta hacerla ver como un pequeño oso comenzó a llorar cuando Pablo movió una lámina haciendo un ruido muy fuerte.
    -¿Qué es eso?- pregunto Fernando acercándose a su gemelo. Pablo levanto los hombros sin saber que contestar, moviendo algunas láminas encontraron a la pequeña y Pablo la levanto.
    -A Carlo- dijo Pablo y ambos corrieron con la niña en brazos.
    Carlo los miro correr y se acercó a ellos después de ayudar a un carro a estacionarse.
    -¿Qué traen?- pregunto Carlo
    -Una bebé, estaba en donde dejamos a Marina- dijo Fernando
    -Traigan acá- pidió Carlo tomando a la niña en brazos -No podemos cuidarla- les dijo
    -Dejaremos que ella también muera, ¿Cómo Marina?- pregunto Fernando intentando no llorar.
    -No podemos cuidarla, es muy chica- dijo Carlo
    -Por favor- pidieron los gemelos. Carlo los miro fijamente, los gemelos le suplicaban con la mirada que la acogieran.
    -Se llamara Marina- dijo Carlo
    –Llévenla con Juana y pídanle que la cuide- le devolvió la niña a los gemelos y estoy echaron a correr con la señora que vendía tamales en una esquina.
    Juana los había cuidado desde que los conoció, 4 años atrás, ahora cuidaría a la pequeña Marina.
    Marina era sin duda un ángel. ​
    Bueno aqui el prologo, de esta historia que en lo personal me gusta mucho, espero que comenten no importa si son buenos o malos comentarios siempre son utiles, gracias por tomarse su tiempo para leer
    Nos leemos ^^
     
  2.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
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    Me agrada el ritmo que lleva la historia, demasiado conveniente como convergen ambas historias, pero se me hace un inicio prometedor; sobre todo por los constrastes entre hombres: la bondad de los pobres despojados de su Marina y a la vez "premiados" con una segunda y la maldad y el sexismo del padre de la segunda Marina.

    Espero la continuación :)
     

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