Otro Maquillaje.

Tema en 'Relatos' iniciado por RedAndYellow, 16 Febrero 2018.

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    RedAndYellow

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    Escritor
    Título:
    Maquillaje.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    513
    Todo el escrito cuenta con una narración particular, bastante metafórica y cada detallito significa algo importante. Espero les guste.

    Despertó con apetito, un apetito de poder que movía su pesada maquinaria, perfumó la cama delicadamente y puso pétalos negros encima de ella. Se acercó con pesadez al baño y observó en el gran espejo ovalado un rostro perdido que miraba sin ojos, olfateaba sin nariz y hablaba sin abrir la boca; pero no se asustó, en cambio, clavó la mirada en sí mismo y con la delicadez de una madre se aplicó una base blanca que rellenaba perfectamente su rostro perdido, también pintó sus brazos y pecho. Con el dulce baile de una flor dibujó un par de ojos vividos y una boca reluciente de mármol que sonreía al son de su tono. Se dedicó un par de minutos más a observarse lentamente hasta que desapareció del espejo que se cerró con la velocidad de una serpiente hambrienta.

    Como le ardía el pecho se lo apretó con la gruesa corbata importada y se alistó el mejor traje que poseía: un ferviente saco gris cual viento estrellado y una camisa que reflejaba suavemente su perfecta imagen. Se echó el mismo perfume que yacía seco en las sabanas.

    Salió de su choza metálica y se subió a un caballo enojado que en su mirada guardaba rencor y desesperación; atravesó los caminos y se difuminó con la mirada de los curiosos, se convirtió en un pulcro animal blanco que brillaba bajo el sol y no comía ni un solo gramo de maíz, en cambio, devoraba expectativa. Este peculiar animal lo llevó tan lejos como conocía y lo dejó en medio de la fuerte tormenta de la multitud.

    Él intentó contar las cabezas que había en ese lugar pero no parecían acabar, salían más cuando pensaba que la cuenta había terminado. Supo entonces que había llegado a un buen lugar; abrió la boca y una simpática sonrisa tranquilizó la arenosa tormenta, sus elocuentes palabras llegaban hasta el sordo y el vacío de las mismas llenaba las incertidumbres. Rápidamente olas de aplausos se hicieron resonar por el lugar.

    A pesar de su sentimiento triunfante y su celebración interna bastante moderada, el cielo se tiñó gris. El aire gritaba a las nubes que lo vieron todo y las nubes, enfadadas por primera vez, lloraron el engaño sobre la tierra. Las enormes gotas de agua rápidamente difuminaron al glorioso animal y se mezclaron con la multitud.

    Él se intentó cubrir pero fue inútil, la rabia con la que cada gota rozaba el suelo era tal que terminó por diluir el maquillaje que empezó a brotar a caudales inundando lo que tocaba a su paso. Aquellos desafortunados que eran sumergidos salían del agua con un sarpullido que empezaba desde el talón y terminaba en el cuello, salían con la boca reseca y con colmillos de serpiente, la piel se les había resecado y su cuerpo añoraba una gota de agua. Y así, con colmillos más letales, hambre más intensa y piel más rota aguantaban otro cuarteto de años más.
     

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