Mansión Abandonada

—Me da que no va a ser la primera vez que te haga eso, muucha suerte. —reí a la vez que abría la puerta para salir, revisando que ambos pokémon y el entrenador me siguieran, y me giré para ver a Brendan a lo lejos. Junté mis manos al rededor de mi boca para amplificar el sonido y le hablé. —¡Cuidado Brendan, Jeremy está detrás de ti! —bromeé y salí rápidamente entre risas para cerrar la puerta tras de mí.

Braixen volvió a su pokéball y Togekiss descendió para recogernos, pues se había quedado dando vueltas libremente por los alrededores, y una vez ambas nos subimos la pokémon volador/hada volvió a coger por la sudadera a Lucas y despegamos finalmente.

 

No había tardado en llegar desde la isla, apenas baje devolví a Altaria y saqué a Gengar, él pokémon contemplo la mansión y su sonrisa se ensancho, de seguro recordando sus tiempos asustando incrédulos. Solté una pequeña risa y volteé a Drifloon, a ella la había capturado aquí, mi primera visita y había atrapado a dos grandes compañeros.

Dejé los recuerdos de lado y abrí la puerta, claro que dejando a mis pokémon pasar primero.
—Bien, estamos buscando a un tipo psíquico —informe caminando a las escaleras, recordaba de mi ultima vez aquí ver a algunos bajar por ellas.

 

Un grupo de Gastly atravesó el techo, primero me miraron con curiosidad, pero al posar su mirada en Gengar les brillaron los ojos, rápidamente fueron hasta mi pokémon y empezaron a rodear lo, estaban encantados de ver a su evolución y Gengar a modo de broma presumió lo que era su cuerpo.

—Deja los juegos, recuerda que estamos aquí por otra razón —comente entre risas, claro que note como la preevolución de mi fantasma dejaban de admirarlo a él y posaban su mirada en mi, claramente molestos. lo bueno fue que simplemente se dieron la vuela y continuaron con su camino.

Continué mi búsqueda y llegue hasta una cocina, en el camino un Drifloon había aparecido para saludar a mi compañera, claro que esta no le presto mucha atención y volvió a posarse en mi cabeza, remarcando que no estaba disponible.

 

Entonces cuando estaba por salir de la cocina una pequeña Litwick apareció para saludarnos, era muy linda, me agache a su altura y le mostré una sonrisa a la par que sacaba mi pokedex y la apuntaba con ella.

" Litwick, el Pokémon vela. Litwick aparece ayudando a guiar a la gente iluminando áreas oscuras; pero, en realidad, los conduce al Mundo Fantasma. Se alimenta de la energía vital de las personas y Pokémon, y la utiliza como combustible para la llama de su cabeza."

La voz rebotica del aparato informo, levante la mirada de la pokedex y volví a mirar a la vela adorable que tenia al frente, su llama era un poco brillante, lo que significaba que los pokémon de aquí debieron toparse con ella. Me levante del suelo y cuando estaba por decir algo un aura azul envolvió al fantasma y a los pocos segundos esta se estaba yendo.

Volteé y no me sorprendí al ver a una Gothorita flotando en la cocina, si no mal recordaba ella manipulaba a quien apareciese en su camino, sonreí de lado.

—A ti es a quien quería —dije captando la atención de la manipuladora —, Drifloon Rayo Confuso y luego Viento Aciago —ordené, mi compañera obedeció al instante, como Gothotita estaba confundida por el primer ataque no logro dañar a mi querida Drifloon y ya con el segundo ataque que lanzamos logramos capturarla en la pokéball —, perfecto, ahora al pantano.

En el camino a la salida no nos habíamos topado con ningún problema. Una vez afuera regrese a Gengar y libere a Goldeen, con ayuda de surf nos adentramos al pantano.

 

Elisa Daroch.

El viaje fue rápido, no tardamos mucho en llegar a la mansión abandonada. Bajé de Altaria y le ofrecí una mano a Talía para ayudarla.

Cuando ya estuvo tocando el suelo devolví a Altaria a su esférico tras agradecerle como se debía, Drifloon voló hasta mi cabello.

Camine a la puerta con ligeros saltos, emocionada por que Talía conociera a todo el mundo.

Abrí la puerta y le permití el paso a Talía.

—¿No es un lugar espléndido? —pregunté al entrar —, un lugar repleto de pokémon fantasma.

>>Y no te preocupes, ellos no son agresivos como la gente suele pensar. Solo gustan de las bromas.

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@SweetSorrow

 

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Vamos a divertirnos, Eli uwu9 (?

Talía~

Al parecer habíamos llegado a nuestro destino. Con ayuda de Elisa me bajé del esponjoso pokémon volador. Tan blandito y cálido… que no pude resistirme a abrazarlo con ganas.

—¡Gracias por el viaje, Altaria! Fue un gusto conocerte—le comenté sonriente.

Tras eso me di la vuelta mientras Elisa lo devolvía a su pokéball. Frente a mí se encontraba lo que parecía ser una mansión… y mi curiosidad creció. ¿Dónde estábamos? ¿Qué lugar era este?

Elisa pasó por mi lado dando saltitos. Tan emocionada parecía que no pude evitar sonreír mientras caminaba tras ella. Al llegar a la puerta me permitió entrar primera, y eso hice.

“Vaya, qué oscuro está todo.” Fue lo primero que pensé. La luz del exterior que entraba por las ventanas seguía siendo un poco escasa, pero de todas formas me permitió ver un espacioso y vacío lugar. Guau...

“¿No es un lugar espléndido?” Elisa entró y cerró la puerta, dejando la entrada más oscura de lo que ya era… “Un lugar repleto de pokémon fantasma. Y no te preocupes, ellos no son agresivos como la gente suele pensar. Solo gustan de las bromas.”

Asentí sonriente. Elisa parecía muy feliz en aquel lugar, y eso no hacía más que contagiarme. Las ganas de conocer a alguno de los pokémon que habitaban aquí aumentaron. ¡Tenía muchas ganas de jugar con ellos!

Pero de pronto, a lo lejos divisé unos ojos traviesos que me observaban en la oscuridad. Sentí un escalofrío y recordé el incidente con Gengar, agarrándome fuertemente del brazo de Elisa. Oh... de pronto casi que me daba un poco de miedo...

—O-oye, oye… —murmuré sin soltarla—¿Gastan bromas pesadas como tu Gengar, o son más… simpáticos?

 

Elisa Daroch.

No ha mucho de haber entrado a la mansión sentí el cuerpo de Talía pegado a mi brazo.

"O-oye, oye" la escuché murmurar "¿Gastan bromas pesadas como tu Gengar, o son más... simpáticos?"

No sabia si estaba ofendiendo a mi pokémon o era que tenia miedo al pensar que volvería a pasar lo del centro pokémon.

Coloqué mi mano libre en su cabeza buscando calmarla.

—No tengas miedo —dije amable —, a mi nunca me ha pasado algo al venir aquí, así que dudo ellos te hagan daño.

Le mostré una sonrisa, pero note que aún mantenía la expresión preocupada, me quede pensativa unos momentos.

—¡Ya se! —exclame cuando la idea perfecta llego a mi cabeza —, con un poco más de iluminación te sentirás a gusto, ¿verdad?

Con un poco de dificultad, debido a la cercanía de la rubia, logre tomar una de mis pokéball, de ella salió mi fiel Ponyta, su cabello en llamas de inmediato causo que la oscuridad desapareciera, esperaba que la luz atrajera a algunos pokémon, conocía la naturaleza curiosa de los habitantes de la mansión, así que era probable que se acercaran para averiguar que era la luz.

 

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Qué raro que yo postee tan rápido, deberían darme un bollito o algo (?

Talía~

Sujetando el brazo de Elisa aún veía esos lejanos y escalofriantes ojos en la oscuridad. Pero entonces, un peso en mi cabeza me hizo sentir reconfortada. Era la cálida mano de Elisa. Miré hacia arriba desde mi posición.

“No tengas miedo, a mi nunca me ha pasado algo al venir aquí, así que dudo ellos te hagan daño.” Y tras eso me sonrió. Sonrió de una forma tan dulce, tan tierna, que por un momento me relajé. Aw. Pero… pero no podía dejar de temer, no en ese lugar tan oscuro… ¿y si había algo detrás de mí y yo no podía verlo? ¡Me daba mucho miedo!

“¡Ya se! Con un poco más de iluminación te sentirás a gusto, ¿verdad?” Ante esas palabras asentí de manera enérgica con la cabeza, mostrando una pequeña sonrisita. ¡Sí! ¡Con un poco de luz era obvio que ya no tendría tanto miedo! Probablemente si veía ya no me asustaría más… o eso creía.

Vi cómo trataba de sacar una de sus pokéball, aunque parecía que por mi culpa le costaba… Yo me habría apartado un poco, pero… ¡no, tenía miedo!

Cuando lanzó la pokéball todo se empezó a iluminar más, incluso a volverse más cálido. Y, frente a mí, se encontraba un bonito pokémon tipo fuego. Era tan… guau. Acerqué mi mano y noté las llamas casi tocar mis palmas. ¡Qué calentito!

—¡Vaya, muchas gracias Eli! Ahora me siento mucho mejor…—murmuré, agradecida. Pero en ese momento, sentí una brisa fría a mi lado... Y... y cuando me volteé... ¡había muchos pokémon tipo fantasma! ¡Oh, cuantos!

Sujetando el brazo de Elisa con más fuerza, retrocedí un paso prudencial.

 

Elisa Daroch.

Apenas la chica terminó de darme las gracias por el gesto pude sentir una corriente fría pasar por el brazo descubierto, gire levemente la cabeza y no me sorprendí al notar a tanto pokémon mirarnos con curiosidad y un poco de molestia, la emoción invadió mi cuerpo, estaba por acercarme, pero el apretón que me dio Talía evito que lo hiciera. La rubia retrocedió un paso en defensa propia.

Ponyta por instinto se posiciono frente a Talía, buscando calmarla. Yo por mi parte me mantuve mirando de forma constante a la tanda de pokémon, esperando hicieran algo más que solo mirarnos.

Un pequeño Duskull fue el primero en hacer un movimiento, sobresaltado por la repentina luz no hizo más que flotar hasta atravesar el techo. Por otro lado el Murkrow que nos miraba fijamente nos analizo unos momentos, como si buscara algo de valor, al cabo de un rato se fue, supongo que no vio algo interesante en nosotras. Una Litwick y un Gastly se acercaron de forma lenta y curiosa, por instinto me agache a la altura de la Litwick, soltándome en el proceso de Talía, acariciando con amabilidad su cabeza, respondió de buena manera, porque no trato de calcinarme con su llama.

Me levante del suelo y acaricie al Gastly, el cual de forma juguetona giro a mi alrededor.

—Que lindura —dije encantada por el pokémon —, me recuerdas mucho a Gengar cuando era un pequeño como tu —comenté continuando mis caricias.

Entonces volví la vista a Talía, la cual ahora era acompañada por una Gothorita, la cual ofrecía una mano en señal de amistad a la rubia y a Ponyta.

—¿Ves que no hay por que tener miedo? —dije de forma amigable mientras continuaba acariciando a Gastly —, ellos quieren ser tus amigos.

 

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Si no fuese por @Jenivere no podría haberme dado la inspiración para escribir<3
Oh y le doy créditos a ella por la adorable descripción de Gastly(?
Sorry y merci <3

Talía~


Al ver todos esos pokémon fantasma de la nada cerré mis ojos con fuerza, temiendo qué pudiera pasar. Pero repentinamente el frío que tenía desapareció sintiendo un reconfortante calor cercano... Abriendo lentamente mis ojos vi a Ponyta frente a mí. Sonreí agradecida. Quizá estaba exagerando un poco...

Dejé de respirar un segundo al notar que uno de ellos se acercaba. Parecía como uno de esos fantasmas que había en los cuentos que la abuelita me contaba... su cuerpo parecía una mantita, una mantita de un color sucio, y que producía ondas mientras se acercaba hacia el techo. La cara... parecía un cráneo, y me pareció muy curioso que en él hubiesen dos ojos cuando sólo veía en medio un único ojo brillante. Sinceramente, ese pokémon me pareció adorable. ¡Pero atravesó por el techo! Otra cosa típica de un pokémon fantasma, seguramente...

Después vi cómo una especie de pájaro negro con sombrero se marchaba... uy, no parecían muy simpáticos. Pero se nos acercaron otros dos pokémon curiosos... una especie de vela con una suave llama azul, y... y... vio lo que le pareció una especie de masa redonda morada, rodeada con un tenebroso pero suave aura también de color morado. Tenía unos ojos saltarines y una viscosa lengua que sacaba de vez en cuando. Su sonrisa era entre divertida y siniestra... ambos parecían traviesos. ¿Esta sería la tercera cosa típica de los pokémon fantasma? Me empezaban a gustar... o, más bien, a dejar de asustar.

Elisa se agachó, soltándose de mi agarre, y acarició dulcemente la cabeza de la velita andante. Fue bastante tierno de ver, y sonreí algo emocionada. En verdad se veían inofensivos. La masa redondita y morada giró alrededor de Elisa con ganas de jugar y no pude evitar reírme.

Noté una fresca brisa a mi lado y vi que... una muñequita, o algo parecido, estaba frente a mí. Era complicado describirla, pero me gustó. Me tendía la mano, parecía que quería que nos hiciéramos amigas.

"¿Ves que no hay por qué tener miedo? Ellos quieren ser tus amigos."

Miré sonriente a Eli, asintiendo enérgicamente ante sus palabras. ¡Cómo pude pensar que me iban a lastimar! Ser asustadiza a veces no es bueno, ya me lo decía mami...

—¡Encantada de conocerte!—le dije alegremente a la pokémon frente a mí, aceptando su mano y apretándosela suavemente. Aunque un abrazo me habría gustado más... pero no quería agobiarla o algo.

Saqué mi pokédex y miré qué pokémon era con curiosidad.

" Gothorita, el Pokémon manipulador y forma evolucionada de Gothita. Su fuente de energía es la luz de las estrellas. Coloca las rocas en la misma posición que las estrellas y con sus poderes psíquicos controla a personas y Pokémon. "

Solté un "ohh" después de escuchar eso, y miré de reojo a Gothorita, y le sonreí con ganas. ¡Qué guay!

Me giré hacia la masa redonda y morada que jugueteaba con Elisa, e hice lo mismo. La curiosidad en mí creció muchísimo, saber qué pokémon eran me parecía muy divertido e interesante.

"Gastly. Su etéreo cuerpo está hecho de gas. Puede envolver a un oponente de cualquier tamaño hasta ahogarlo."

—Ohh, la masita es fuerte de roer...—murmuré observándolo. Volví a sonreír ampliamente—. ¡Encantada de conocerte a ti también, Gastly!

Me volteé a Elisa. Todo el miedo que sentía al principio fue sustituido por emoción y curiosidad a partes iguales. ¡No pensé que los pokémon fantasma fuesen a ser tan interesantes y juguetones!

—¡Gracias por traerme aquí, Eli-chan, me estoy divirtiendo mucho! Son más simpáticos y agradables de lo que pensaba...

Y quizá tuve un pensamiento negativo de ellos por culpa del accidente con Gengar... síp, debió ser eso.

Me agaché a la altura de la tierna velita andante y la saludé. Era el que más me gustaba de los que había visto... y volví a usar mi pokédex como era debido.

"Litwick, el pokémon vela. Su llama suele estar apagada, pero puede avivarla absorbiendo la energía vital tanto de humanos como de Pokémon."

—Aww... no es que eso suene muy bien... ¡pero sigues gustándome mucho!

Tras expresarle mis pequeños pero sinceros sentimientos hacia él, acerqué mi mano con cuidado. Quizá me dejaba tocarlo como lo hizo Eli... ¡quizá encendiese su llama para quitarme la energía tan grande que tenía! Pero iba a intentarlo, Elisa me dijo de no temer.

E hice bien. Acaricié suavemente la cabecita de la bonita vela, y sonreí emocionada. ¿Eso es que ya éramos amigos? ¿Todos los pokémon fantasma que conocí ya eran mis amigos?

Esta mansión abandonada, sin dudas, me gustaba mucho.

 

Elisa Daroch

Entonces poco a poco la Talía animada volvió, sacó su pokédex y escuchó atenta todo lo que la misma decía sobre los pokémon que nos acompañaban, lanzando un comentario a cada uno. Sonreí con orgullo, sabía yo que era una esplendida idea traerla aquí, la gente tarde o temprano le cogía agrado al lugar. Además a los amigos de la mansión le hacia bien relacionarse con personas de vez en cuando, si no podrían sentirse abandonados por las personas y eso nunca se sentía bien.

Y ahora que las cosas se habían calmado en el lugar podía sugerir lo que había estado rondando por mi cabeza.

—Talía —la llamé amable —, ¿qué tal si tenemos un combate? —comenté con una pequeña sonrisa a la par que dejaba a Gastly ir con la chica —, así dejas que tus compañeros hagan un poco de ejercicio, además, siempre es divertido combatir —Drifloon asintió desde mi cabeza —, puede ser un 2 contra dos, si no te molesta, claro.

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Post basura terminado en el colegio. Lo lamento, la vida es dura y me borraba lo que escribía >.<

 

Talía~

Me encantaba la pequeña llama que tenía el pokémon fantasma frente a mí. Mientras aún le acariciaba con suavidad no dejé de observarla, se movía un poco y tenía un color muy bonito.

"Talía" La dulce voz de Elisa hizo que apartase mi mirada de la llamita y la pusiera sobre ella, en señal de que la estaba escuchando. "¿Qué tal si tenemos un combate? Así dejas que tus compañeros hagan un poco de ejercicio, además, siempre es divertido combatir." Abrí los ojos de par en par al escuchar la propuesta, sorprendida. "Puede ser un 2 contra dos, si no te molesta, claro."

Me levanté despacito, sonriendo, y me acerqué a Elisa. Le agarré de las manos y sentía que mis ojos radiaban con luz propia de lo emocionada que me sentía.

—¡Sí, sí, sí, qué ganas tenía de aprender! Me alegra que sea contigo, Eli-chan. ¡Eres muy amable! — Y con esto di dos pasos hacia atrás, pensativa —. Aunque... no sé qué pokémon coger, tampoco sé bien la mecánica... Tenme paciencia, por favor — agregué con una pequeña sonrisa, avergonzada.

 

Elisa Daroch.

La chica al principio se sorprendió por mi propuesta, la entendía, no era el mejor lugar para tener un combate, pero de todos era una divertida idea.

Al final Talía se levantó del suelo y tras tomar mis manos respondió de manera entusiasta que le agradaba la idea, la emoción que sentía aumento, esto sería realmente divertido.

También di un par de pasos atrás, Ponyta se colocó en la mitad, alumbrando lo que sería nuestro campo de batalla.

—Entonces, como retadora me toca elegir primero —aclaré sonriendo ansiosa a la par que buscaba una pokéball en mi bolsa —. Talía, saluda a mi querido amigo—agregué al encontrar lo que buscaba, una pokéball sin pegatina alguna.

En el campo apareció Phantump, el cual observó con detalle todo el lugar antes de flotar hasta mi lado.

—Es el primer combate de este pequeño —comenté con una sonrisa mientras acariciaba la cabeza del fantasma —, esperemos salga bien.


PHANTUMP: Fantasma/Planta (Potente)
Cura Natural: cualquier problema de estado o efecto nocivo de este pokémon se ve eliminado al cambiar de pokémon.
Salud: 86/86
Fuerza: 120
Resistencia: 108
Agilidad: 1/1 (38 de Velocidad)
Movimientos:
-Impresionar (40 Potencia, Fantasma (Base 30, STAB +10))
-Drenadoras (Infecta al rival; cada turno perderá 15 PS y el usuario recuperará esos 15 PS) (Usos: 2/2)
-Finta (40 Potencia, Siniestro; ineludible) (Usos: 3/3)
-Condena Silvana (añade al tipo planta a los tipos originales del oponente. Si ya tiene dos tipos, pasará a tener tres) (Usos: 2/2)

 

Contenido oculto

okay estoy muy nerviosa y ni sé si lo hice correctamente but well (?

Talía~

Eli-chan también había dado un par de pasos hacia atrás, lo que me dio a entender que era para dejar a nuestros pokémon más espacio para combatir. Por si acaso retrocedí un poco más. Nunca se sabía.

Dijo que ella, como retadora, debía elegir primero. ¡Oh, vale! Decidí prestar atención a cada una de las palabras de Elisa y tenerlas presentes, quiera o no seguramente voy a tener que combatir mucho... quizá.

"Talía, saluda a mi querido amigo." Tras esas palabras apareció un pokémon, muy probablemente de tipo fantasma, que se me hizo tierno desde el primer momento. ¡Era tan adorable que quería achucharlo! Pero no podía ir así de la nada a abrazarlo, ¡estaba por comenzar un combate! Oh, pero si Eli me deja al finalizar no escapará de mis brazos...

"Es el primer combate de este pequeño, esperemos salga bien."

—¡Claro! También es el primer combate de los míos — le comenté con una sonrisa. Estaba enternecida y emocionada al mismo tiempo —. ¡Uh, qué nervios pero qué ganas!

Observé a mis pokémon. ¿Cuál debería escoger? Pero pronto ese pensamiento fue respondido cuando Beldum se me acercó, tranquilo pero notándose la emoción que le haría poder participar. ¡Cómo no! Los otros pequeñajos se han pasado el día corriendo, pero él permaneció todo el rato a mi lado... ¿Beldum quería hacerme sentir segura porque estaba sola?

—Oh, Beldum, ¿quieres combatir? — El susodicho empezó a dar vueltas a mi alrededor y no pude evitar reír —. ¡Bien, pues hagámoslo!




BELDUM: Acero/Psíquico (Resistente)
Cuerpo Puro: Imposible bajar sus estadísticas.
Salud: 80/80
Fuerza: 115 (25)
Resistencia: 165 (25)
Agilidad: 1/1 (30 de Velocidad)
Movimientos:
-Derribo (50 Potencia, Normal; el usuario pierde 1/3 de los PS que ha quitado a su rival)
-Cabezahierro (65 Potencia, Acero (Base 50, +15 STAB))
-Cabezazo Zen (65 Potencia, Psíquico (Base 50, +15 STAB))
-Defensa Férrea (Sube 20 Resistencia propia) (Usos: 5/5)

 

Elisa Daroch.

—Perfecto, nosotros comenzaremos con un Impresionar.


PHANTUMP: Fantasma/Planta (Potente)
Cura Natural: cualquier problema de estado o efecto nocivo de este pokémon se ve eliminado al cambiar de pokémon.
Salud: 86/86
Fuerza: 120
Resistencia: 108
Agilidad: 1/1 (38 de Velocidad)
Movimientos:
-Impresionar (40 Potencia, Fantasma (Base 30, STAB +10))
-Drenadoras (Infecta al rival; cada turno perderá 15 PS y el usuario recuperará esos 15 PS) (Usos: 2/2)
-Finta (40 Potencia, Siniestro; ineludible) (Usos: 3/3)
-Condena Silvana (añade al tipo planta a los tipos originales del oponente. Si ya tiene dos tipos, pasará a tener tres) (Usos: 2/2)

Contenido oculto: Ayuda

Bueno cariño, si no tienes la calculadora de daño debes usar la formula para hacer el calculo manual. Aquí te la escribo (Fuerza del oponente + potencia del ataque * efectividad) + STAB - resistencia de tu pokémon, luego le restas el resultado a la salud actual de tu compañero.
En este caso quedaría algo así la formula: (120+30*1,5) +10 -165= 10
Eso menos la salud de tu pokémon es 80 - 10 = 70, eso le queda a tu pokémon

 

Contenido oculto

Creo que lo que más me confunde es lo de la efectividad (? O todo (??? Gracias, preciosa<3
Ahora vamos a intentar(??

Talía~

Me sorprendí, observando curiosa la escena. El ataque golpeó a Beldum y, claramente, me preocupé por él.

—Oh, Beldum, ¿estás bien? —Pero este no parecía del todo afectado y sonreí aliviada—. Ya sé, ya sé, en un combate es normal, pero...

Hice un puchero. Si no me ponía seria nunca llegaría a combatir de verdad.

>>Okay, Beldum, uhm... ehm... usa cabezahierro.



BELDUM: Acero/Psíquico (Resistente)
Cuerpo Puro: Imposible bajar sus estadísticas.
Salud: 70/80
Fuerza: 115 (25)
Resistencia: 165 (25)
Agilidad: 1/1 (30 de Velocidad)
Movimientos:
-Derribo (50 Potencia, Normal; el usuario pierde 1/3 de los PS que ha quitado a su rival)
-Cabezahierro (65 Potencia, Acero (Base 50, +15 STAB))
-Cabezazo Zen (65 Potencia, Psíquico (Base 50, +15 STAB))
-Defensa Férrea (Sube 20 Resistencia propia) (Usos: 5/5)

 

—Es momento de un cambio oportuno —Con un gesto de mano rápidamente Ponyta recibió el ataque en lugar de Phantump, el cual ahora se encontraba escondido tras mi persona.


PONYTA: Fuego (Ágil)
Absorber fuego: los ataques tipo fuego en vez de dañarlo le restauran PS.
Salud: 70/100
Fuerza: 180 (30)
Resistencia: 125 (5)
Agilidad: 3/3 (105 de Velocidad) (15)
Movimientos:
-Ascuas (40 Potencia, Fuego (Base 30, STAB +10))
-Pisotón (40 Potencia, Normal)
-Látigo (baja en 10 la resistencia del oponente)
-Nitrocarga (40 Potencia, Fuego; restaura un punto de agilidad perdido (Base 30, STAB +10)) (Usos: 2/2)

 

Elisa Daroch.

Miraba atenta el improvisado campo de batalla, algunos pokémon habían decidido colocarse a nuestro alrededor, haciendo alarde de la naturaleza curiosa de los fantasmas, respire tranquila, siempre era agradable estar en compañía de los pokémon, era algo extraño, lo sabía de sobra, pero a lo largo de mi vida había visto más amabilidad en algunos pokémon que en las personas que solían ir a mi casa al encuentro de mi madre, aún tengo recuerdos de los gritos a mamá, llamándola impostora o estafadora, yo podría asegurar que en mi presencia eran peores los casos, como si tratasen de hacerla quedar mal frente a su hija, allí era cuando Banette y papá me sacaban de escena, mi padre volvía con su esposa, dejándome bajo la vigilancia del pokémon, el cual nunca hizo un mal trabajo.

Sacudí la cabeza por los recuerdos, estaba en medio de un combate y no debía perder la concentración, debía estar alerta para ver las mejores opciones para Ponyta, pero algo volvió a sacarme de mis pensamientos, un escalofrío que nació en mis hombros y se extendió por mi espalda hasta perderse en los dedos de mis manos y pies, fue como si la temperatura hubiese bajado más de lo normal, sabía de sobra que los pokémon fantasma tenían esa peculiaridad de hacer sentir el aire más frío, pero nunca me habían causado un escalofrío así, era... extraño.

Una corta risa llamó mi atención, volteé la cabeza en dirección del sonido, un hombre con atuendo elegante sonreía ante el combate, mi vista se clavó en él, había algo inusual, pero no tenía la menor idea de lo que podría ser, mis ojos viajaron a Talía un momento, buscando comparar a las personas presentes, un leve temor avanzó en mi cerebro, los ojos de aquel sujeto carecían de brillo alguno.

Por instinto di un paso lejos, volviendo la atención al hombre, ahora me miraba, como si supiera que yo le estaba viendo, que toda mi atención era para él y no para los pokémon cercanos o el combate, cuando vi que dio un paso adelante sentí otro escalofrío recorrer mi espalda, los nervios invadían mi ser, esto no se sentía bien, la paranoia nació, sentí que esos no eran los únicos ojos opacos que me miraban.

—Lo siento Talía —me disculpé mientras regresaba a Phantump y le hacía un gesto de cabeza a Ponyta —, nuestro combate termina aquí —la miré —, es hora de irnos.

Y sin esperar respuesta atravesé el campo improvisado hasta ella y tomándola de la muñeca la saqué del lugar, ya afuera sentí que podía respirar normal, solté a la rubia y busqué la pokéball de Ponyta, tras asegurarla en mi bolsa saqué el esférico de Altaria, después de montarme en ella le tendí una mano a la chica, cuando ella, Drifloon y Beldum estuvieron cómodos le indique a Altaria que nos llevase lejos de la mansión, rumbo a la confiable ciudad Témpera.

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Adivinen que está comenzando...

 

Alpha Xenodis. <--- (REALMENTE QUERÍA ESCRIBIR ESTO)

¿Y qué me podría hacer volver ahí? Un lugar donde al parecer no tenía ningún otro compromiso. Un lugar donde ya había dado mi máximo esfuerzo durante unos cuatro años. Un lugar donde hice tanto mal como bien, donde formé vínculos, donde conocí pokémon nuevos y donde mi formación como persona se vio más desarrollada. Un lugar que me hizo ver cosas que no podría encontrar en otra región… Eso es para mí Galeia.


¿Y yo quién soy? Soy un prodigio del entrenamiento, un entrenador entre entrenadores, un Dios de los combates pokémon… O eso creía hace unos meses, cuando me podía proclamar uno de los holders con mejor ranking entre mi generación. “¿Qué pasó con eso?” Dirás. Pues… Supongo que me rendí a mitad del camino, tras una serie de derrotas al hilo y un evento bastante desagradable con cierto compañero de viaje.


Tras que eso ocurriese abandoné la región y cambié mi rumbo hacia Kalos, donde tenía más o menos un lugar al cual regresar... Pff, fui un poco iluso: allá nada fue como pensaba que sería, aquella persona a la que se supone que ayudaría terminó por tratarme de tonto varias veces y prohibiéndome ayudar debido a que era algo “Muy difícil para ti”, o diciendo cosas como “Solo me retrasarás”… En ése momento entendí que la vida de una niña rica no era fácil, y que tampoco era para mí.


Yo opté por lo mejor: Salí de aquella vida, a pesar de todos los problemas que Des me puso, y volé a Olivo, Johto: Casa. Ahí la amable mujer a la que llamo “Mamá” me recibió de la manera más cariñosa, me alimentó como si fuese un rey y me cuidó… Al menos el primer día. Luego de eso empezaron los días de “Levántate, intento de entrenador”, “Deja de flojear y has algo con tu vida”, “¡Ayúdame con esto!”… Mamá jamás cambia. Pero bueno, bueno, el punto es que entre tantos “Ayúdame” apareció una pequeña luz en mi camino alejado del entrenamiento pokémon. Es como cuando estás viajando por un bosque en aquellas noches donde apenas puedes ver más allá de tu nariz, solo acompañado por los ruidos de los tipo bicho que habitan ahí y de repente el sol empieza a aparecer, dejándote ver completamente el camino que hay que seguir y quitándote toda inseguridad que puede darte el agudo sonar de los habitantes.


Esa misma noche tomé todo lo que necesitaba y solo dejé una carta a Mamá.


Ahora solo voy montado sobre una bestia que aparece solo en leyendas: El gran pokémon Rayquaza. ¿Y que a dónde voy? Es obvio: mi objetivo es Galeia, donde aún tengo mucho que cumplir.


Salimos del apagado cielo tras incontables horas de sobrevolar las regiones y el infinito océano. La región de Galeia finalmente estaba ante mis ojos... Era tan hermosa como la última vez que había estado aquí. Tocamos tierra en poco, en un lugar bastante alejado de las típicas ciudades de Témpera, Óleo o Barniz.

Un sentimiento cálido comenzó a llenarme, una sonrisa un poco tonta se formó en mi cubierta boca y su vez mi cuerpo temblaba… Esto… Era felicidad.


—Puedes retirarte, gracias Shen.—Agradecí junto al típico cariño que le otorgaba al pokémon Cielo.


Tras el enorme escándalo que se formó para que el dragón desapareciese volteé hacia atrás, donde una enorme mansión vieja y tenebrosa se podía observa. Era inmensa como siempre y estaba tan mal como la última vez que la había visitado.


—Estoy en casa.


Más decidido que nunca entré al lugar.

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Tadaima :D

 

Alpha Xenodis.

La entrada como siempre estaba en malas condiciones, la oscuridad reinaba en toda la mansión y mi única manera de iluminar era utilizar a un pequeño ser amarillento y con una llama en la punta de su cola: El hijo de mi ex-pokémon, Blaze. Él caminaba lentamente delante de mí, mientras que a su vez tenía a Ditto a mis espaldas, quién había imitado la forma del lagarto, permitiéndome tener luces a ambos lados. Con esa formación podíamos avanzar lentamente por el lugar, debido a mi constante observación por cada detalle, cada miserable cosa que pudiese recordar me provocaba sonreír.

—Debería dejar de hacer eso.—Comuniqué para mí mismo, a lo cual mis dos pokémon simplemente asintieron, dejándome por detrás en la caminata.
>>Gracias por su apoyo.—Levanté mi pulgar a modo de burla y entonces caminé a la siga de mis dos aliados.

A paso lento logramos llegar al hall de la mansión, un lugar enorme que me presentaba el acceso hacia distintas habitaciones y a su vez la posibilidad de subir por una escalera que llevaría a más lugares de la mansión.

—Por aquí.

Sin dar más de una mirada a cada lugar decidí subir a paso acelerado cual niño la escalera, terminando por desviarme hacia uno de los pasillos que presentaba el lugar.