Mansión Abandonada

Bajamos de staraptor y pide darme cuenta de algo muy notorio: Emily tenía miedo. Sonreí un poco y le abrace por la espalda pegándola a mi -- No pasara nada, tranquila

 

-- Esta bien... Pero si tienes miedo puedes decirme ¿esta bien? -- dije soltándola poco a poco para adelantarme y entrar a la casa

 

(lo siento, tuve que esperarme a llegar a mi casa para usar la compu ya que mi cel murió xD)

Entramos a la mansión y no tardó mucho en liberarse Spiritomb al reconocer el lugar donde nos encontrábamos, así que, para tener algo mas de ayuda lo mandé también a ayudarnos a buscar a Gothorita — ¿Quieres que saque a Typhlosion para que nos de mas luz con sus llamas? — pregunté mirando un par de habitaciones para intentar localizar al pokemon, pero nada mas que un Spiritomb, Haunter y Misdreavus aparecieron, tendría que seguir buscando

 

(gracias~)

Saqué a Typhlosion tan pronto como me confirmó que si quería aquello, no era la primera vez que mi inicial lo hacía, cuando habíamos venido con Ukita ella había hecho lo mismo. Una vez que Typhlosion localizó a Emily se colocó al lado de ella para alumbrarla con sus llamas, que al escuchar su grito se incrementaron por el susto

— Emily...tranquila... solo ha sido un Gastly — dije pasando una de mis manos por su cabello para tranquilizarla, menos mal que no se había desmayado como Ukita su primera vez aquí. Me separé un poco de ella para tomar su mano y guiarle al lugar donde había estado antes

— Mira, allí esta Gothorita, ya solo falta que la captures para que no te asuste ningun otro pokemon

 

Le abrí la puerta de la mansión con una leve sonrisa y la cargué para subirla a Staraptor y salir de allí mas rápido — Creo que ya se cual es tu lugar menos favorito — dije subiendo detrás de ella y pedirle a staraptor que despegara — No creo que te guste volver aquí otra vez

 

Togekiss sobrevoló el Gran Pantano con gran rapidez para evitarnos pasar un mal rato, y poco a poco fue descendiendo hasta quedar frente a las puertas de la mansión abandonada. Tragué saliva al recordar mi última visita a este lugar, pero supuse que no se aparecerían de nuevo... O al menos, eso quería pensar.

—Bueno, nuestra primera parada: la Mansión Abandonada. Aquí podrás encontrar pokémon tipo fantasmas variados. —le informé bajando de la pokémon en cuanto ésta dejó suavemente a Lucas en tierra. Glaceon se subió a mis brazos de nuevo y observó con mala cara el lugar.

>>Bien, ¿entramos?

Contenido oculto

@Trainer prega

 

—¿En serio?¿No había otro sitio más normalito por donde empezar? Bueno, ya que estamos aquí, entremos y veamos que hay.

El sitio era de por si escalofriante, tanto que podía sentir como algo o alguien nos estaba vigilando. Una vez nos decidimos a entrar y abrimos la chirriante puerta, una tenue luz se encendió. Parecía que nos estaban esperando

—Ay, este sitio me da yuyu. Liza, dime que has sido tú la que has encendido la luz...— comenté preocupado por la repentina iluminación de la estancia, pero me di cuenta que si de verdad quería explorar el sitio tenía que perder el miedo, sabía que aquí debía de haber infinidad de pokémon fantasmas y que estos harían de las suyas para espantarnos.

Poco a poco fuimos adentrándonos en la mansión.

 

—Oye no te quejes, tú fuiste el que me dejaste elegir. Atente a las consecuencias. —comenté restándole importancia al asunto y caminando hacia el interior de una vez, no sin antes liberar a Braixen para que nos alumbrara el camino. La oscuridad de aquel sitio podría jugarnos malas pasadas, sobre todo porque era de noche.

Comenzamos a caminar hacia el interior y pude notar esa sensación escalofriante de que te observan, la misma que sentí todas las veces que entré al lugar. Cogí una bocanada de aire y me dije a mí misma que no pasaría nada, en todo caso mis pokémon estaban conmigo para cualquier cosa. Pero nada mas dar dos pasos, Lucas se acercó ligeramente inquieto.

—Em sí, esa luz es la antorcha de Braixen. —señalé tras de mí a la pokémon fuego, que nos miraba con curiosidad, y volví a mirarlo con una sonrisita. —¿Por qué tan nervioso? Entrar en una mansión abandonada por la noche es lo más normal del mundo. —le dije tranquilamente, dejando a Glaceon en el suelo para que también pudiera explorar. —Yo tengo un pokémon que capturar también, a ver si lo veo.

 

—Menos mal, ya me estaba empezando a preocupar, aunque no se por qué me da que eso es lo que menos me tiene que preocupar. Visto por el lado bueno, tenemos luz, ¿no?

Cada vez que miraba a Liza notaba como algo le perturbaba, como si hubiese tenido una mala experiencia aquí (cosa que no me extrañaba, porque el sitio era realmente espeluznante), pero aun así siempre me animaba, así que intenté no ser una carga y me adelanté a explorar. A mi paso salían cantidad de pokémon

-¡Ah, que es eso!- exclamé asustado por la repentina aparición de un trío de gastly que me persiguieron durante un buen rato. Poco tiempo después, me encontré un litwick, pero no me dejé engañar y pasé de largo, ¿quién sabe qué podría haberme pasado si le hubiese seguido?

 

—Ajá, ajá. —asentí a cada cosa que decía sin prestar mucha atención, observando con detenimiento cada rincón. No podía escaparse ningún detalle, pues al estar en su terreno, los pokémon fantasmas podrían esconderse en cualquier sitio.

Varios de ellos aparecieron y se fueron como si nada de nuestro lado, pero ninguno de ellos parecía ser de utilidad para nosotros. Glaceon y Braixen optaron por apartarse un poco y ayudar con la búsqueda, pero éste último no mucho; no querríamos quedarnos sin luz ahora.

 

—¡Eh, un momento!¿Eso es un misdreavus?¡Tiene que ser mío!

Tras decir esto saqué a hoothoot, el pokémon ideal para combatir en una mansión, puesto que los pokémon fantasmas no podrían dormirlo con hipnosis. Finalmente conseguí derrotar al misdreavus; me dio más guerra de lo que tenía previsto, pero tuve suerte de poder capturarlo.

—Bien, otra nueva incorporación para el equipo, bienvenido misdreavus. Bueno Liza— dije cambiando de tema — ¿qué pokémon buscamos ahora, hay alguno que te interese?

 

—Buena captura. —lo felicité en cuanto salí de debajo de un mueble quitándome el polvo del pelo. Juraría haber visto algo ahí debajo. —Y sí, estoy buscando un Yamask, pero al parecer están siendo más escurridizos de lo que pensaba. Glaceon, Braixen, ¿habéis encontrado algo?

Ambos negaron con la cabeza, pues, a pesar de haber encontrado numerosos pokémon, ninguno era el que quería.

 

—Liza, puede ser que este equivocado, pero...¿no te parece un poco excesivo buscar debajo de un mueble?— pregunté con tono burlón— Te puedo asegurar que es el último sitio donde un pokémon se va a esconder. Bueno, yo sigo buscando, si encuentro uno te aviso de inmediato.

A pesar de que lo intentábamos no encontrabamos ningún yamask. Vimos gastly, muuuuchos gastly; litwicks, murkrows, hasta algún que otro duosion, pero de yamask ni rastro. Finalmente, me pareció vislumbrar uno a lo lejos

--¡Liza, Liza, ven corriendo, creo que he visto uno!

 

—Había visto algo, ¿vale? —inflé mis mofletes mientras seguía buscando, pero giré sobre mis talones al escuchar lo último. —¿Pero qué...? ¡Serás suertudo!

Efectivamente, Lucas había encontrado a un Yamask rondando a su alrededor lentamente, y en cuanto llegué repitió la misma acción. Tomé una ball vacía y la de Zoroark, y con un par de Pulsos Noche debilitó al fantasma. Lancé la pokéball hacia él y tras un par de giros, logré atraparlo.

—¡Yamask capturado! —exclamé aliviada y dando un brinquito, y giré a ver a Glaceon y Braixen festejar a su manera. —Gracias por el aviso Lucas. En fin, ¿ya hemos acabado aquí?

 

Salí volando de la Ciudad tras mi batalla con Hubert y decidí entrar a la Mansión Abandonada para buscar cierto fantasma que me ayudase en mi equipo, ciertamente me faltaba un pokemon con sus características por lo que me adentre.

En mi hombro se encontraba Plusle revisando por todos lados, a mi diestra estaba Swampert y a mi izquierda Hydreigon, pokemon de gran tamaño con los que dudaba que me quisieran hacer una jugareta los fantasmas.

 

—Sip, eso parece, ¿qué tal si ahora vamos a algún sitio un pelín más normal? No se, ¿algún sitio donde no corras peligro de muerte, quizás?— comenté con cierto matiz sarcástico, aunque algo aliviado, pero justo en ese momento, misdreavus escapó de su pokeball y huyó fuera de la mansión.—¡Eh! ¡A dónde vas, vuelve!

Liza y yo salimos corriendo junto a braixen y glaceon para alcanzar al pokémon. En el trayecto nos encontramos a Brendan, al que saludamos rápidamente puesto que teníamos prisa. Tras varios metros de carrera perdí de vista a misdreavus, era bastante rápido, pero cuando me fui a dar la vuelta se me apareció de repente frente a mí dándome un buen susto.

—¡AY! ¡Qué susto me has dado misdreavus! ¿Cómo se te ocurre hacer eso? Anda, déjate de bromas y partamos ya a nuestro próximo destino, que es... ¿Liza?— miré a la chica a fin de conseguir una respuesta, pero no estaba allí, se había quedado atrás en el camino

Una vez me reencontré con Liza, nos preparamos para volver a partir mientras le contaba lo ocurrido con misdreavus. Sabía que este no iba a ser un pokémon fácil de entrenar, pero eso suponía un reto para mí.