Bueno, tengo largo rato de inisiar nada nuevo y estar llena hasta el cuello de proyectos y prollectos literarios, así que decidí llevar a caba uno improvisto que alparecer captó mi atención desde el inicio y lamentablemente el primer capítulo es bastante cortito, debido a la falta detiempo, mas prometo que si les gusta y les complece haré el prócimo más largo (tan poco exageren xD). Hay les va, un pequeño inicio que, probablemente los embolverá. Maldición poco aparente Quién lo diría algo tan poco notable, tan insignificante y al mismo tiempo tan pequeño podría convertirse en una maldición… en una de las más peligrosas; el sonido de la lluvia me tortura psicológicamente, pero ¿Por qué? nada de esto debería de estar pasando, yo no debería tener estos ojos y nadie tendría que pagar por el pecado de haber nacido con una habilidad, por más diferente que sea; un trueno retumba en las afueras de mi refugio. Afuera de la cueva logro diferenciar unas siluetas, pero ¿Serán confiables esas personas? o ¿Serán asesinos que vienen buscándome? —Señorita —Dijo— ¿Podemos quedarnos aquí a pasar la noche? Yo, no le respondí y me quedé muy pensativa con respecto a esa, aparentemente, inofensiva señora, y pensé en decirle que no, pero cambié de opinión al escuchar el llanto de un niño, apenas lo oí volteé mi mirada hacia las manos de la mujer y lo que vi me extrañó… era un niño de apenas unos días de nacido, luego atrás de la señora apareció un muchacho de unos 16 años (un año más que yo) y al igual que la señora su cabello era castaño (exceptuando las canas que se podía apreciar en la melena de la señora). —Disculpe la molestia, señorita —Susurró el joven de cabellera café y luego clavó sus orbes azules en los míos morados. Apenas, él, miró mis orbes desvié la mirada, ya que toda mi vida he detestado el color de mis iris porque gracias a eso es que todo el mundo con solo una vistazo se de cuenta que soy de ese clan; estas personas me parecen muy sospechosas, mas no puedo echarles, sería inhumano dejarles bajo esta tormenta… —No diremos nada sobre sus ojos —Anunció el muchacho de piel blanca y ojos cual zafiros, para luego ayudar a su madre, según yo, con el bebé. —¿Qué me aseguraría eso? —Cuestioné sonando bastante desconfiada, pero ansiosa por escuchar la razón que me darían. —Huimos de mismo enemigo —Esta vez habló la mujer de ocelos negros como la misma noche, ella fue quién contesto. Esta muy sorprendida jamás pensé, si quiera, en escuchar esa clase de respuesta. No lo creía y aun peor no entendía el porqué de que los persiguieran si ante mis ojos, ellos, eran normales. Esta intrigada con respecto a la razón de su persecución y de ser por mí les hubiera preguntado, pero la noche había caído y no quedaba nada más que dormir o en mi caso salir de este lugar, lo más pronto posible, ya que si su cabeza tiene precio la mía tiene uno más alto y por eso debo irme porque si me ven con ellos será su fin; abandoné ese lugar en menos de lo que creía posible y aún así pude sentir como ya era tarde, sentía las presencias de los enemigos y si me marchaba en este momento sus vidas llegarían a su final y tampoco podía permitir eso, pero… ¿Qué haría? ¿¡Qué!? ------------------------------------------------------------------------------- Hasta aquí por hoy prometo más proximamente y lamento mucho que sea tan corto, pero tengo que sacar varias contis más así que de momento solo puedo prometer que la próxima vez será más largo.
Ya de entrada hay un problema, y es lo que decís antes de que empiece la historia: está lleno de errores ortográficos. Ejemplos son "inisiar" (y después ponés bien inicio con c), "proyectos y prollectos", "alparecer", "detiempo", "complece", "prócimo", "Hay" (debería ser ahí) y "embolverá". Además, es muy ¿irónico? porque no encontré errores ortográficos en el capítulo. Entiendo que iniciar el topic pueda ponerte nerviosa y hacerte cometer faltas, pero tené cuidado, porque es una verdadera lástima. Con respecto a la historia, vas bien; dejaste un par de incógnitas, pero ya nos tiraste las pistas de que esos ojos tienen algo especial, nombraste a "ese" clan y a un enemigo el cual, todavía, desconocemos. El final del capítulo estuvo bueno, dejaste bien planteada una problemática que deberá resolver el personaje principal sí o sí en el capítulo siguiente, dejando al lector con la intriga. Las descripciones que hay no están mal, pero sólo tirás dos o tres datos [los ojos -que aparentemente tiene cierta relevancia-, el color de pelo y una edad aproximada], y a veces suenan un poco colgados, como que tuviste que meterlos y los metiste como pudiste. Y, una cosa, ¿cómo hace para deducir que tiene 16 años justo? A menos, claro, que su "habilidad" tenga algo que ver con eso... La narración está bien. Sin embargo, podrías haber armado mejor el ambiente, una buena descripción de la cueva o de cómo se acercan los extraños podría haber creado mayor suspenso que esas preguntas retóricas de "¿serán enemigos? ¿serán aliados?", además de que las descripciones de los recién llegados, me parece, podrían haber quedado mejor en ese lugar, menos colgadas. Con respecto a la forma, bueno, tenés un par de repeticioncitas, cambiás de tiempos verbales (venís narrando en pasado y de repente se te escapa un "me parecen" o unos en "tiene precio la mía tiene uno más alto y por eso debo irme porque si me ven con ellos será su fin". *), tenés errores en el formato de guiones de diálogo**, y me atrevería a decir que tenés varios errores en lo que respecta a signos de puntuación***. * A veces cambiar de pasado a presente se puede tomar como una licencia literaria, porque de cierta manera acerca al lector a la narración, pero considero que los cambios que hiciste vos no tienen exactamente ese efecto. ** Las aclaraciones de los diálogos van en minúscula si hablan de la forma en la que se emite el diálogo (un ejemplo: "—Disculpe la molestia, señorita —Susurró el joven" ese susurró describe la forma en la que el joven habló, por ende debería ir en minúscula). Anyway, acá tenés un topic que te lo explica mucho mejor que yo. *** Abusás de las comas. A grandes rasgos, este signo de puntuación tiene tres funciones básicas: Como ordenadora en una enumeración (Manuel, Joaquín, Gonzalo y Pepe), para marcar una elipsis verbal (Yo juego al futbol. Ella, no) y para encerrar aclaraciones (Lorenzo, el chico que vive allá, tiene auto). En las aclaraciones, lo que está encerrado entre comas debería poderse omitir sin hacer que la oración se volviera gramaticalmente incorrecta. En el ejemplo de antes, si sacamos “el chico que vive allá”, “Lorenzo tiene auto” sigue siendo correcto. Sé que puede sonar bastante tonto, pero hay oraciones en las que recordar eso suele servir. Anyway, éstas no son las únicas reglas, acá hay una larga y bonita lista [http://www.uamenlinea.uam.mx/materiales/lengua/puntuacion/html/coma.htm], pero esas tres está bueno tenerlas en mente. Otra cosa, cuando estés súper tranquila y confiada con el uso y las reglas, siempre podés romperlas para crear algún efecto específico. Por ejemplo, y si mal no recuerdo, Cortaza en Rayuela siempre pone una coma después de nombrar a La Maga. Bueno, ya resumiendo, me gustó, pero estaría muy copado que describieras más, y que a través de estas descripciones lograras crear un buen ambiente de suspenso, o de lo que necesite la escena. También tené cuidado con las comas y con el formato de guiones. Por último (sí, ya me voy, hehe ^^U), como ya dije en la historia de Tomas, son concejos/opiniones que van con onda, y vos podés decidir qué tomar y qué no. Espero leer pronto el siguiente capítulo~~
Es que cuando comienzo a escribir aquí, no pongo cuidado xD Perfiero ponerlo en la historia x3 Maldición poco aparenteCapítulo 2 HumanaAunque deseara decir que fallé como humano y decidí salvar mi vida en lugar de la de otros eso no fue lo que pasó, adivinaron, regresé por ellos… Algunos se preguntarán ¿Por qué? y les diré pues créanme que yo tampoco lo sé; los truenos siguen retumbando afuera y la lluvia sigue sin darnos tregua, puedo oler la sangre que emanan las armas de esos asesinos de esta distancia (unos cien metros). —Nadeshiko ¿Qué haces? —Preguntó a mis espaldas el castaño de orbes azulados con un tono frío y cortante, pero solo hubo algo que me asombro y eso era cómo era que sabía mi nombre si, yo, nunca se lo dije. —¿Cómo sabes mi nombre? —Me atreví a consultar algo enojada, mas bastante contenta de que dejará esa falsa máscara de amabilidad. —¡Hmp! —Exclamó un monosílabo de superioridad— Solo… lo sé —puso en su rostro una sonrisa arrogante. Debo decir que sin esa actuación tan mala es mucho más insoportable, pero ¿Qué le puedo hacer? De ser por mí le hubiera dado un fuerte golpe para noquearlo… Aunque creo que sería un desperdicio de energía y, además, estoy segura que puede sentir esas presencias... sino ¿Para qué se levantó? —¿Piensas matarles? o ¿Qué? —Cuestionó completamente listo para el ataque el joven de piel blanca y cabellos cafés, (despeinados), tomando su katana y poniéndose en posición de pelea. —¿Queda otra opción? —Contesté con otra pregunta a su, muy obvia, pregunta; lentamente agarré mis kunais junto con mi porta shurikens y seguidamente amarré mi cabello en una coleta, sujeté cuidadosamente varios hilos ninja y algunos papeles explosivos que, probablemente, usaría después, tomé un pergamino muy antiguo y lo até a mi pierna derecha al igual que el porta shurikens. —Dime, ¿Cómo terminaste sola? —Se atrevió a interrogarme, mas no iba a darle el gusto de saber algo tan personal y tan doloroso como eso. Ignoré por completo su pregunta y continué alistándome, pero de mi cabeza no salía esa idea… ¿Por qué estoy sola? A mí mi madre no me acompañó como a ellos ¿Por qué? es más ni si quiera sé el nombre de mi mamá, si es que tengo, ¿Habrá muerto? o ¿Dónde estará? —Oye, date prisa… no me atrases…—gritó él sacándome de mis pensamientos y se dirigió hacia la puerta, tomó unas cuantas dagas que había dejado escondidas en las cercanías del orificio de entrada de la cueva. Eso que dijo me hastió de sobremanera, es decir, ¿Quién se cree para tratarme así? Dios santo juro que de no ser porque lo necesito, lo mato, me trató como si de una simple chiquilla se tratase. Él es una molestia y quisiera acomodarle las ideas de un zape; el sonido del viento al rozar las hojas secas de los árboles se apoderó del lugar, el llanto del bebé acompañó el sonido tan sublime de las aves al cantar mientras la mujer de cabellos cafés, muy preocupada, trató desesperadamente de calmar a niño, pero él no cesaba su llanto… —Calma mi niño, calma… —Recitó de manera dulce la señora, mas el chiquito no paró de sollozar, lo que hacía parecer que los esfuerzos de ella fueran en vano. —¿Puedo? —Cuestioné con una sonrisita muy maternal en el rostro y luego me dispuse a cantar— Señora santana, ¿Por qué llora el niño? —Hice una leve pausa y seguí susurrando— Por una manzana… que hoy se le ha perdido… —Respiré ligeramente— Vamos hasta el cielo que hay tengo dos… Una para el niño y otra para vos. —Que bella voz tienes —alagó la mujer de orbes negros muy sorprendida de que el niño había caído en los brazos de Morfeo. Me sentía de una manera increíble al tener su cálido cuerpecito entre mis manos, lo mecía muy suavemente y él dormía plácidamente. Antes de entregarlo a su madre acaricié una de sus cálidas mejillas, pasé de manera delicada mi mano sobre sus cabellos negros y en ese instante regresó a mi mente el recuerdo de sus ojos fijos y oscuros cual noche sin estrellas. —Se llama Josué —susurró la señora de cuyo ocelos asimilaban el color de una piedra de ónix— Y yo soy Margarita. Quedé como en shock al oír ese nombre y era como si un recuerdo hubiese llegado de golpe a mi mente… Narro yo. Una niña de unos 6 añitos de edad le daba una flor a su madre la cual muy gustosa aceptaba el pequeño regalo de la chiquita. —Hija es muy bella esta margarita —agradecía la mujer, pero no se podía diferenciar su cara, solo se alcanzaba a ver el color de su cabello que era negro muy oscuro al igual que el de la niña. —Madre, ¿Cuál es tu flor favorita? —Preguntó muy curiosa la niña pelinegra y se acercó corriendo a su progenitora. —Mi flor favorita… es la que lleva tu nombre… —Respondió ella y susurró— Lamento que cargues con el peso de mis ojos, mi niña —lo que sonó casi como un ruego de arrepentimiento y tristeza. Narra Nana (Nadeshiko). —Oye, Nana, ¡Despierta! —Habló con voz grave, ronca e imperativa el muchacho de orbes azulados. Podía sentir como la madre del joven me movía y también podía apreciar por el tono de la voz de ella que estaba muy preocupada. No entendía que había pasado, solo sé que ahora recuerdo un poco más sobre mi mamá; este no es momento de pensar… los asesinos se aproximan y ya están por llegar. —Hay que darnos prisa, los tenemos que matar —ordenó él— Y hay que acabarlos ya —concluyó. El sonido de pasos se escuchaba muy cercano a nosotros, pero aunque ellos no contaran con eso, ambos estábamos en guardia y los íbamos a acabar. Aunque nos costara la vida, para proteger a ese niño y para acabar con esta persecución de una sola vez; un kunai viene directo hacia mí y para contrarrestarlo lancé otro; ellos, no son un juego, son de los mejores… sí aunque sean asesinos tienen rangos, pero no crean que me dejaré vencer….
Lo unico que me llamo la atencion, fue que me cuesta imaginarme las escenas. Y sin eso me cuesta, en lo personal, seguir la historia. Podrias describir con mas detalle el espacio fisico en que se desenvuelven. y los movimientos que efectuan. saludos! espero saber pronto el meollo del asunto ( talla interna ) :D
Weno, trataré esa no es mi especialidad y además no tengo un entorno muy claro x3 Pero con tal de que los que leen sean felicies psss... trataré =3 De hecho ya casi subo el capi tres (mini-capi) Y gracias,mejoraré ese aspecto, creo que estoy algo descontinua porque llevo tiempos sin publicar nada piuu~ y ya se me comienzan a olvidar algunas cosas... >.<
Maldición poco aparenteCapítulo 3A sangre fríaLa guerra se desató y la sangre junto con los cadáveres comenzaba a cubrir el suelo; la lluvia se volvía a hacer presente, nuestros cuerpos se encontraban sudorosos y nuestras ropas empapadas por la lluvia. Teníamos algunos rasguños menores, considerando que peleamos toda la madrugada, y ahora el sol se disponía a salir. El ruido del hierro afilándose cada vez que un arma contrarrestaba a otra era el único que se escuchaba en todo el claro del bosque, las gotas de lluvia que quedaron atrapadas es las hojas de los árboles caían cuando los cuerpos de los asesinos revotaban contra su tronco; en el rio yacían muertas una gran cantidad de personas; estamos muy agitados y aun siguen y siguen apareciendo enemigos. —¡Cuidado! —Gritó muy fuerte el único aliado que tenía, pero a causa de su distracción para avisarme un golpe a mis espaldas, que ágilmente esquivé, recibió una herida. —¡Idiota! —Hablé enojada, ya que él no tenía porque tratarme como su compañera ni nada, estábamos en una lucha, mas no por eso éramos equipo… solo habíamos acordado no atacarnos entre nosotros. —¿Que clase de modales tienes? —Preguntó molesto y con un tono irónico el castaño. —Unos que a ti no tienen porque importarte —Contesté como si fuera una niña malcriada, pero él se lo gano por andarme sacando de mis casillas. Continuamos atacando y esquivando, como lo habíamos hecho durante toda la noche, recibiendo unos cuantos rasguños; mirando la cantidad tan descomunal de hombres que se encontraban tirados por doquier; ya mis fuerzas me fallaban y me encontraba muy cansada, mas no podía ceder sino sería nuestro fin y no lo iba a permitir, prefería morir luchando que como una cobarde escapando… “Al menos ya son menos” susurré y seguidamente solté un suspiro, pero esta paz y tranquilidad fue momentánea, ya que recibí un fuerte golpe en el abdomen y salí despedida por los aires. En ese momento pude ver como algunas escenas de mi vida pasaban por mis ojos, pero más que nada veía llanto, sangre y dolor En cada una de las escenas, no podía distinguir rostros ni colores, todo se veía gris, pero… ¿Por qué gris? Habiendo tantos colores tenía que ser gris, y en ese instante recordé algo muy importante, pude ver el rostro de mi padre —Nadeshiko —Soltó un grito desgarrador, que había venido desde el fondo de su alma. Aunque él no lo quisiese admitir me veía como su compañera. Iba cayendo, sentía con el aire pasaba por todo mi cuerpo y como mientras caía los asesinos intentaban matarme con armas de largo alcance. Sentía el cuerpo en un temblor, con forme me iba aproximando al final de la caída podía sentir como el agua rodeaba mi cuerpo y me cubría por completo. El agua se encontraba tranquila y fría, hacía que todo se viese tan ajeno a mí (los problemas, la sangre, el dolor y el sufrimiento) era triste que solo fuera un sentimiento falso… Toqué mi pecho y ya se estaba dificultando respirar e inconscientemente hice a respirar, lo que provocó que mis pulmones se comenzaran a llenar del líquido frío que fluía por el rio. Pronto todo comenzó a verse blanco y sentí como una paz lleno mi cuerpo, pero… ¿Estaré muerta? o ¿Seguiré con vida? pd: tendré que entrenar más piuuu~ para ver si mejoro :3
Grax, el próximo capítulo trataré de hacerlo mejor y gracias por el apoyo piuuu~ El cap siguente lo traigo mañana o pasado creo =) pd: Los kelo =) A todos los invitados que leen mi fic al igualq ue a los que les borran post, los que no postean y los que recién bienen leyendo.
Buenas n.n Primero gracias por leer, segundo gracias por sus comentarios =) y tercero espero que sigan leyendo mi historia piuuu~ Maldición poco aparente Capítulo 4 La otra yo. Apenas abrí mis ojos logré vislumbrar un jardín de flores, pero ¿Qué hago en él? yo no debería estar aquí… debería estar combatiendo. Aunque es mejor estar en este tranquilo lugar; el sol brilla, desprendiendo esa calidez y brillo sobre este bello rosal. Y a lo lejos se deja admirar un enorme y magnificente castillo, pero aun no logro entender la razón por la que estoy aquí, si es que hay alguna, me siento muy tranquila a pesar de estar sola. —¿Por qué tantas preguntas? —Habló una chica detrás de mí— Te recordaba menos preguntona, sabes. Para cuando volteé la sorpresa fue muy grande, la chica era igual a mí y con un tono de vos similar al mío, solo que más malvado y atemorizante. Ella era como mi reflejo (ojos morados, pelo negro, piel blanca, medía un 1.62 y apostaría a que sé su edad y su peso); estaba bajo la sombra de un roble y podía ver como su flequillo le caía en la cara, en la que mantenía esa escalofriante sonrisa pintada. En ese instante moría de ganas de preguntarle quién era y qué quería de mí, mas no pude preguntarle porque fui detenida por su voz. —Lo quieres, lo sabes… —Dijo ella dejándome extrañada. —A ¿Qué? o ¿Quién? —Cuestioné sin entender esa acusación. —Será necesario decirlo… —Susurró como si más bien pensase en voz alta. —¿Quién eres?—Exigí saber. —¿Yo?—Consultó por inercia— Pues… yo… soy tú… —Concluyó. Me quedé anonadada, lo que ella me decía era imposible. —Humm… Pobre de ti… No sabes lo que te espera. La miré y estaba tan quieta y tan tranquila, que jamás nadie creería que, ella, pudiese llegar a dar miedo; una arisca ráfaga de viento nos envolvía entre sus brazos, el sol nos daba de lleno y el cielo de amarillo se veía cual desierto desolado. —Cuando el sol en tu vida se obscurezca, será el momento justo. —Justo… ¿Para qué? —Para darle fin a esto… —Sonrió— Tranquila que al menos llegaras a ver el final —No mientas —repliqué— tú no sabes nada. —Cree lo que quieras, pero ten en cuenta que te queda poco tiempo. El ambiente se había tornado tenso y entre nosotras el silencio sepulcral reinaba, las hojas secas atravesaban el espacio que existía entre ella y yo cortando con sus orillas nuestros cabellos lacios, largos y alborotados. Por más extraño que suene parecía que nada le importaba simplemente esperaba que se escondiese astro amarillo que se posaba en el cielo. —No creas que será la última vez que me veas —murmuró de manera apenas audible y después de eso se desvaneció. Narro yo. —¡Despierta Nana! —Gritó enojado el castaño. Apenas terminó de gritar, ella, comenzó a abrir sus ojitos y también soltó una bocanada de agua, que al parecer trago mientras estuvo en el fondo del lago, él, algo enojado y preocupado le daba palmadas en la espalda porque desde que devolvió el agua que había tragado no paraba de toser. —Tonta, te dije que no me atrasaras —dijo el muchacho de ocelos azulados dejando a un lado su "preocupación". —¿Qué pasó? —Preguntó la chica— ¿Acabamos con todos? —Finalizó, mas parecía estar ida. —Acabamos suena a manada —reprendió él. Narra Nana (Nadeshiko). Me dio mucha rabia que no me excluyera e insinuase que él solo habría podido con todos los asesinos, mas hasta cierto punto tenía razón y eso solo porque me había desmayado; el lugar estaba lleno de cadáveres y, además, lleno de sangre. Trataba de gesticular más palabras, pero al parecer se negaban a salir de mi boca, mi cuerpo estaba temblando y sentía mucho frío. Y justo cuando intenté pararme un gran dolor se apoderó de mi cuerpo, cuando bajé mi mirada para ver que lo había provocado noté la enorme herida que tenía en un costado de mi abdomen. Debía curarla, mas no poseía energías en este momento. Miré a mí alrededor y lago estaba teñido de rojo al igual que todo el sitio, el color carmesí de las cosas me recordó tantas cosas… Después de eso me acordé que tenía un compañero que también estaba luchando a mi lado y apenas volteé mis ojos hacia el divisé una gran herida en su brazo. pd: Espero que les haya gustado piuuu~ bueno hasta pronto espero no tardar mucho en subir el próximo cap como en mis otras historias x3
Okay... leí los 4 capítulos de golpe xD Me parece que te falta un poco de descripción en cuanto a las escenas, la narración es buena y fluida con respecto a la historia esta se esta poniendo interesante conforme avanzas en los capítulos. Personalmente aun quiero saber que sucede con su pasado, porque tiene tantos enemigos y porque no puede recordar a su madre, omitiste varias palabras que le daban cierto “sentido” a las oraciones, debes ser mas cuidadosa con eso ya que al leer debes “adivinar” que adjetivo o que preposición va de acuerdo a lo que narras. Nos estamos leyendo n_n
Sí, ya pueden matarme -.- Maldición poco aparente Capítulo 5 Huyendo Han pasado unos cuantos minutos desde que la batalla finalizó y nosotros fuimos los ganadores; cuando llegamos a la cueva (después de caminar por un sendero cubierto por cadáveres), la mujer que se encontraba ahí nos miró y cuando vi sus ojos me sentía triste, mas al mismo tiempo querida. En sus orbes negros se podía ver una gran preocupación, no recordaba ese sentimiento y no lo hubiese recordado de no ser porque les di posada. En el mismo instante que entramos a la cueva, ella, me ayudó a llegar hasta la pequeña manta que me servía de cama, ya que el castaño me traía en su espalda para que no aumentase el tamaño de mi herida. Unos minutos después de que me bajé de su espalda le susurré: “gracias” muy cerca de su oído, después con ayuda de la señora pude llegar hasta la improvisada cama. —Disculpe Nadeshiko-san —dijo la madre del chico cuyo nombre aun no sé, quien me estaba curando las heridas. —Margarita-san… —susurré y le regalé una sonrisita, mas pude mantenerla por mucho tiempo por culpa del gran el dolor— no fue nada. —¡Hmp! —soltó uno de sus monosílabos que tantísimo odio el muchacho de ocelos azules— Solo tratas de hacerte la fuerte. En mi cabeza pude oír una voz que estaba diciendo algo como: “¡Claro! Lo soy… Y mucho más que tú” y pude verla a ella, a la otra yo, mas… cuando intenté callarla, ya había desaparecido. Y lo que más raro me pareció es que al parecer solo yo la veo, porque ninguno de los dos notó a la otra yo para nada, aunque eso es un alivio, porque tiene una boca que no debería ser escuchada. No digo que no diga cosas como las que dice, pero al menos no las digo en voz alta… —Oye, Nigel… —le llamó su madre. —¿Qué? —respondió con una pregunta él. —Deberías de sentarte tú también —aconsejó la castaña. —Nigel —llamé esperando que voltéasela cara y me viera, y así fue. Narra Nigel. Dios acaso esta no se cansa de hastiar, debería de haberla dejado ahogarse en el lago y así no sería una carga, pero no… tenía que salvarla solo porque nos dio posada. Por mi esta mocosa pudo haberse quedado en el fondo del lago y acabar siendo decapita por los asesinos para cobrar la recompensa, mas mi madre le tomó cariño y si la dejaba morir sufriría… ¡Diablos! ¿Por qué tiene que ser tan blanda? A veces creo que tomó una mala decisión al quedarse con nosotros en vez de matarnos o de abandonarnos, creo que hubiese sido más fácil para ella y de todas formas estamos siendo perseguidos; estoy muy seguro que el precio de la cabeza de esa chica es más alto que el de la mía. Narra Nana. Es injusto que nos sigan no les hemos hecho nada, bueno no se lo haríamos si ellos no mandasen asesinos en busca de nuestras cabezas. Y ahora para colmo de males tendré que buscar refugio de nuevo, nunca pensé que la vida fuese tan difícil creo que era un ilusa o no era consiente del poder de mis ojos, pero pensándolo bien no recuerdo nada así que no puedo decir esa clase de cosas. A veces me pregunto ¿Por qué serán tan complicadas las cosas? Ya no quiero pensar más y tampoco siento ganas de darle vueltas al asunto, así que por ahora seguiré sentada... Humm… quizás he estado sentada durante mucho tiempo, mas no es que no quiera huir a todo lo que me den mis pies, simplemente, es que no puedo... —“Si tan solo pudiese huir, si fuese capaz de matar por completo mis sentimientos nada de esto estaría pasando y ellos seguirían con vida y sin una carga, como lo soy yo… mierda…” —mi otra yo dijo lo que estaba apunto de susurrar y luego desapareció. Me encontraba inmóvil, no sabía que hacer o como reaccionar porque cada vez que ella aparecía sentía que en cualquier momento me dominaría. Sabía que dejarla posesionarse de mí no era una opción, pero no tenía en mente nada para combatirla. —Ni te acomodes mucho —sugirió de mala gana Nigel sacándome de mis pensamientos— que ya casi nos vamos —finalizó de decir y se dispuso a sentarse en el suelo. —Y tú ¿Qué? —Solté una risita— Tampoco deberías de acomodarte mucho —dije en un tono burlón mientras soltaba unas cuantas risitas. —¡Hmp! Deberías agradecer que te voy a cargar en mi espalda mocosa —habló muy enojado él por el comentario que había hecho antes. Estaba impactada y por más que tratase no podía creer lo que él me decía, y para variar sus palabras rebotaban en mi mente. Todo lo creía sobre él había cambiado, había logrado darle vuelta a mi perspectiva sobre él. Y aún así esas palabras seguían retumbando en mi mente una y otra vez. Este lugar es una pocilga, no puedo creer que haya vivido tanto tiempo en esta cueva oscura y húmeda, y jamás me haya dado cuenta de que hasta murciélagos y cucarachas tiene. El piso es todo polvoriento y cuando llueve se vuelve fangoso, en lugar de cama duermo en un trapajo todo sucio. Creo que este cambio de escondite no esta tan mal después de todo. El tiempo transcurrió lentamente, ya que no estoy acostumbrada estar tanto tiempo sentada sin hacer nada; el dolor comenzaba a apoderarse de mi cuerpo y no podía hacer nada, un sublime e inaudible quejido brotó, sin querer, de mis labios y llamó la atención tanto del castaño como de la mujer de orbes negros traté de ocultar la mueca de dolor, pero me fue imposible. —Nos vamos —anunció el joven de cabellos cafés, sin tomar en cuenta que el dolor no me dejaba moverme. —Lo siento, pero no puedo —vociferé resignada. El muchacho de orbes azabaches me miró algo hastiado, cosa que no pasó desapercibida ni para mí ni para su madre, luego medió la espalda y se agacho para que pudiese subirme. Por mi parte no perdí el tiempo y así lo hice, mas siendo muy cuidadosa para no golpearlo. Y cuando estuve bien acomodada comenzamos a huir… saltando de rama en rama mientras recibíamos los fuertes vientos que nos daban de lleno e intentaban detenernos.