Madness [Inuyasha X Kagome]

Re: Madness [Inuyasha X Kagome]

Hola!!
gracias por sus post hasta el momento ^^
para quien no lo sepa Madness significa Locura.
Y sobre la pregunta de por que inu quiere matar a
kag...eso ya os enterareis... xD
bss gracias por los postt!!
Bye

 

Re: Madness [Inuyasha X Kagome]

Hola, vengo a decir algo ^^
Siento mucho tardar con la conty pero estoy
en 1º de Bach y encima de ciencias, llevo tres semanas super agobiada
y aunque escribo cuando tengo tiempo no puedo hacer mas...
Y no termino los examenes hasta el 12 de diciembre
dentro de dos semanas estare un poco menos agobiada, de todas formas itentare poner conty este finde...
Siento mucho no ponerla antes pero entiendanme si? que este jeuves tengo un examen muy importante...
Muchas gracias por sus post y eso... y gracias por esperar ^^
Muchos besos!!

AmNii [En proceso de estudiar Filosofia T_T]

 

Re: Madness [Inuyasha X Kagome]

Hola!!!!

Bueno he vuelto ^-^ despues de unos meses con muy pocas contis o con ninguna ya he vuelto ^-^ y estas navidades intentare escribir mucho ^-^, pero al menos mi esfuerzo ha valido la pena solo me a quedado Lengua (nos ha suspendido a todos...) por lo tanto tendre unas buenisimas navidades.
He reabierto el fic (muchas gracias a Pami) y espero que no me lo vuelvan a cerrar.
Bueno dejo de contarles tonterias y les traigo la conty ^-^ espero que les guste!!! muchos besos!!



Capitulo 10:


-Soy más rápido que un humano normal.

Le miré mientras intentaba volver a respirar con normalidad.

-Mis garras son letales...

Sentí como una de esas garras ascendía por mi muslo hasta mi cadera, enrojecí. ¿Desde cuando Inuyasha era tan lanzado?

-Tengo más fuerza que cualquier estúpido humano.

Oí como pegó un puñetazo al suelo, seguro que había dejado una buena marca.

-Tengo las sensaciones y los sentidos mucho más...sensibilizados y desarrollados.

Y de pronto sin que yo pudiese evitarlo pegó sus caderas contra las mías.
Si durante nuestra pequeña conversación me había puesto roja, en ese momento me convertí en un semáforo.
Por que no estaba preparada para sentirle de ese modo.

Y por ello hice la cosa mas irracional de todas, le pegue un buen rodillazo.

Me encogí al oírle aullar de dolor y apartarse de mi, eso de que estaba sensibilizado era verdad, no había escuchado nunca a nadie aullar de esa forma por un rodillazo...en sus partes sensibles.







-Si estoy bien Miroku, no hace falta que vengas a buscarme cuando pueda volveré a mi casa yo solo, si, adiós.

Tragué saliva al ver la mirada de odio que me echó cuando colgó el teléfono. Había pasado media hora desde el pequeño incidente en el que casi le había...castrado.
Y la prueba de ello era que seguía sin moverse del sofá en el que se había sentado cuando tuvo bastantes fuerzas como para sentarse.
Pero la culpa era de él, no debió haber echo eso, yo con lo inocente y tímida que soy.

-No me mires así-le dije de mala manera-

No me dijo nada, al parecer había decidido no hablarme.

-Bien pues no me hables me da igual.

El silencio me estaba poniendo nerviosa, sobre todo porque aunque no me hablara no dejaba de mirarme.

-Si me sigues mirando terminaré lo que empecé antes.

Al parecer esa amenaza surtió efecto, pues dejo de mirarme, aunque no parecía demasiado cómodo, quizás me había pasado con el rodillazo. Pero lo había echo sin pensar.

-Siento haber...puesto en peligro tu...
-Ni se te ocurra hacer un chiste.
-¿Por qué no?
-Cállate perra.
-¿Qué...me has llamado?-le miré con enfado mientras me acercaba a el amenazadoramente, me acababa de insultar...
-P-E-R-R-A.
-¡Idiota!-me acerqué a él con rabia contenida, solo quería darle un pequeño golpe en la cabeza, no esperaba que él pudiese darse cuenta de mis intenciones y se apartarse antes de que le pegara-
-Antes me pillaste desprevenido pequeña perra...-me susurró al oído mientras me agarraba más fuerte de las muñecas, pero sin llegar a hacerme daño.

Le miré a los ojos, a pesar de todo no estaba asustada, sentía que podía confiar en el, sentía que estaba protegida...
¡Qué estupidez! ¿Verdad?
Protegida por alguien que supuestamente quiere acabar con mi efímera existencia. Realmente mi cabeza no andaba bien.

-No soy una perra.

No pude escuchar lo que Inuyasha me dijo y preferí no hacerlo, porque tenía el presentimiento de que no seria algo agradable para el oído.

-Entonces…eres realmente un –tragué saliva intentando hacerme a la idea de que él no me estaba mintiendo.
-¿Quieres que te lo vuelva a demostrar?-me preguntó mirándome abrasadoramente.

Mis mejillas volvieron a teñirse de color rojo, ese hombre sabía ponerme nerviosa y sonrojada.

-No –le dije mientras tosía levemente para intentar que no se notara mi incomodidad-

Durante un buen rato estuvimos en silencio, sin decirnos nada, como si no estuviéramos en la misma habitación; yo meditaba sobre todo lo que me había pasado y, él…
No se en que estaría pensando él.

Pero no me detuve a averiguarlo, pues de pronto una gran duda salto en mi mente.

-Si tú eres un demonio… ¡debes tener una cola de esas con forma de tenedor!

En el mismo instante que termine de pronunciar esas palabras vi como él me miraba con cara de pocos amigos, un escalofrío recorrió mi columna vertebral al recordar esa misma mirada ambarina.

-Kagome, ¿te pasa algo?

No le respondí, me había quedado sin habla mientras recordaba quien poseía esa misma mirada.

-¡Kagome respóndeme!

Le mire con los ojos muy abiertos y balbucee unas palabras antes de sentarme en el sofá y tocarme el cuello con los dedos.

-Inuyasha, ¿es verdad lo qué me dijiste?
-¿El qué? –me preguntó aturdido-
-¿Tienes un hermano?

Le miré a la cara y vi como fruncía el ceño, me levanté del sofá para acercarme a él y pedirle explicaciones, pero… se fue.

Desapareció.

Se desvaneció.


Sentí una corriente de aire helado recorrer mi espalda y me giré para cerrar la ventana.

El había saltado por la ventana.


-Ese tonto…-dije mientras bajaba la persiana y cerraba las cortinas.

Seguramente el día mas extraño de mi vida era ese, me había pasado de todo. Y lo mas gracioso es que si lo contaba algún día me tomarían por loca.
¿Quién creería a una chica que habla sobre demonios, asesinos y sitios tenebrosos subterráneos?
Nadie.

Me tumbé sobre el sofá y me tapé con una manta, en cuestión de minutos me quede dormida recordando los ojos de Inuyasha…









-¡Sango!

Mi amiga se giró y me miró algo sorprendida, la sorprendida debería ser yo, teniendo en cuenta que se suponía que ella seguía enfadada conmigo.

-Hola Sango yo…
-Siento mucho haberme enfadado contigo Kag –me dijo usando un diminutivo que nunca me gusto-
-Siento haber pirateado el Messenger de Miroku.
-Le robaste la contraseña.
-La encontré por casualidad-susurré, la palabra robar era bastante ofensiva-
-Bueno da igual, ¿amigas de nuevo?-me preguntó mientras me tendía la mano para que se la estrechase-

Sonreí abiertamente y en vez de darle la mano le di un abrazo que mi amiga correspondió. Al menos el día comenzaba bien.

Comenzamos a andar mientras charlábamos de varias cosas; tonterías la verdad.
Pero Miroku llego y tras mirarme durante unos segundos se llevo a sango para desayunar juntos.

Ese día era cada vez mas extraño.

-Rarito…
-¿Por quién lo dices?

Me sobresalté al escuchar una voz masculina tras de mi. Me giré mientras tomaba una bocanada de aire para enfrentarme al profesor Shurossame.

-Profesor…
-Más te vale alejarte de mi hermano, no causes más problemas o acabaré lo del otro día…

Le miré con miedo disimulado, iba a responderle cuando sentí que alguien tiraba de mi camiseta hacia atrás haciendo que yo pegara un traspiés. Me giré lo suficiente para ver el semblante serio de Inuyasha. ¿Qué hacia el aquí? Ese estúpido había venido a la universidad teniendo una herida tremenda en el pecho…

-¿Qué demonios haces…?

Me miró rápidamente para hacerme entender que no dijese nada de nada, decidí hacerle caso por esa vez, pero luego él me debería unas cuantas respuestas.

-No la molestes.

Parpadee varias veces al oír la orden de Inuyasha que iba dirigida a su hermano, no hablaban al parecer con las miradas les bastaban…

-Me parece muy estúpido por tu parte que reclames a alguien ahora idiota.

Me encogí al escuchar el gruñido que dejo escapar Inuyasha, parecía que iba a tirarse encima de su hermano, me apresuré para agarrarle de la manga de la sudadera, él me dirigió una mirada rápida y yo se la devolví, cuando volví a mirar hacia donde mi profesor estaba, me di cuenta que se había ido sigilosamente, solté la sudadera de mi acompañante y suspiré, a este paso no llegaría viva a navidad…

-Tu hermano es bastante…
-No te acerques a él-me interrumpió dejándome con la palabra en la boca, comenzaba a odiar esa actitud.
-Que casualidad eso mismo me a dicho él-dije con sorna mientras sacudía la mochila tranquilamente.
-¿Sesshomaru te ha dicho eso?
-¿Sesshomaru? Así que así se llama….bueno si eso me ha dicho.
-No le hagas caso Kagome.

Parpadeé extrañada, era cosa mía o me estaba diciendo que no me alejara de el.

-Espera, espera ¿y el Inuyasha que intentaba matarme? ¿Dónde esta?

No me respondió, así que decidí seguirle para intentar conseguir una respuesta, su repentino cambio de opinión me extrañaba.

Noté como aceleraba el paso como si intentase perderme de vista, eso me enfadó, hacia solo unos minutos él mismo me había dicho algo verdaderamente extraño y en cambio ahora intentaba evitarme.

-¡Inuyasha! –le llamé, pero ni siquiera tubo la decencia de darse la vuelta para mirarme, comenzaba a desesperarme.

Cuando iba a agarrarle de la sudadera con la intención de pedirle explicaciones, sentí como mi tobillo se doblaba, haciéndome perder el equilibrio. Todo paso muy rápido Inuyasha se dio la vuelta al oír el crujido del tobillo, y cuando fue a agarrarme para que no me cayera al suelo, yo le tiré de la sudadera haciendo que cayese conmigo, más bien que acabara debajo mía, porque cuando me atreví abrir los ojos, los cuales había cerrado al sentir la caída, me encontré sentada sobre Inuyasha, en una posición bastante sospechosa; mis manos estaban sobre su pecho, estaba sentada sobre su regazo y las manos de él estaban posadas en mi cintura, me sonroje violentamente al ver la vergonzosa escena.

-Yo lo siento…soy muy torpe per….


Abrí muchísimo los ojos al sentir los labios de Inuyasha acariciar los míos, mientras sus manos agarraban más fuerte mi cintura. Eso era el paraíso, y yo no quería abandonarlo; de un momento a otro me encontré devolviéndole el beso con pasión, inclinándome sobre él para poder besarle mejor… Rocé con suavidad su pecho bajando mis manos para acariciarle, a la vez que él lamía mis labios como pidiéndome permiso para profundizar aún más nuestro beso; abrí los labios con impaciencia y apreté mis manos contra su pecho, cuando lo hice escuché un gruñido como de dolor, y sentí las manos de Inuyasha apretarme más fuerte de la cintura. Automáticamente deje de besarle para cambiar mi mirada de placer por una de preocupación.

-Dios mío estas sangrando-susurré con asombro mientras me bajaba de su regazo avergonzada, unos cuantos besos y había acabado comportándome de una forma que nunca antes había echo.
-No es nada-susurró con un hilo de voz, le debía de doler de verdad…
-¿Por qué no me dijiste que la herida no había cicatrizado?
-No era de tu incumbencia.

Esa respuesta me dolió profundamente, hacia unos minutos habíamos estado besándonos como unos quinceañeros con hormonas alteradas, y ahora me trataba con tanta frialdad…

-Bien…pues vete a la mierda.

Y con toda la dignidad que me quedaba me di la vuelta y lo deje solo sentado en el pasillo de la universidad, no miré ni una sola vez atrás…




Posteen please!! y muchas gracias por la espera ^^.