Más que mil palabras

Bien, supongo que fue una idea rara o como quieran llamarala, pero en fin...

La personaje que aparece es de mi autoría, al igual que la historia (así es plagiadores... ok no xD).

Me quedé sin que decir, ojala les guste y me dejen sus comentarios, me encanta recibirlos (paranóia).

Más que mil palabras.​

Sonrió satisfecha tras ver fijamente al joven por el que se desvivía.
Tomó una enorme bocanada de aire y suspiró en un vago intento por bajar su nerviosismo. Ella quería, pero comenzaba a creer que lograrlo, sería una talla demasiado grande para si misma.

—Estúpida… — dijo bufando al sentir como sus piernas temblaban.

Se sintió desfallecer por un momento al ver que se giraba hacia ella logrando verla de pies a cabeza, su cuerpo entró en estado de parálisis y una necesidad de correr la invadió completa. Sintió que sus mejillas ardían, y supo que no habría marcha atrás al haberle mostrado una actitud tan torpe. La mirada sorprendida del joven la dejaba sin habla, ¡era tan difícil!
Sacudió la cabeza con fuerza perdiendo levemente el equilibrio, tropezó torpemente contra una estatuilla que descansaba junto a la fuente y allí fue a dar.

Maldijo al darse cuenta en la situación en que estaba: el chico al que adoraba estaba frente a ella, acababa de caer en una fuente, y lo peor del caso… ¡él la había visto! ¿Qué había peor que eso?

— ¿Estás bien? —preguntó el vampiro viéndola con la sonrisa más adorable que jamás vio.

— ¡Ichijou-senpai! —exclamó en un esfuerzo sobre humano la muchacha viendo la reacción casi espantada del susodicho —…, emmm… ¿qué me…? Yo…

—Ja, ja, ja. Tranquila, si no puedes hablar está bien — dijo tranquilo extendiendo la mano hacia ella con calma.

— ¿Ah? Ah, ¡sí, sí!… claro — atinó a decir mientras se levantaba con ayuda del joven.

Una vez fuera lo vio un segundo, “bueno, oportunidad perdida” pensó mientras suspiraba desanimada. Se sacudió un poco y escurrió su cabello.

—Ten más cuidado la próxima — Ichijou llamó su atención con aquella frase. Lo que realmente le sorprendió fue ver como se quitaba el saco blanco de su uniforme para dárselo. Ella tragó seco y se lo quedó viendo mientras se lo colocaba sobre los hombros con cuidado y una sonrisa.

—Ichijou-senpai…

Esa oportunidad no podía perderla, él estaba ahí, a centímetros de ella, obviamente pensando en abrigarla, ¡pero estaba allí! Eso no se tenía a diario.

— ¡Ichijou-senpai! —Finalmente se aferró al cuerpo del estudiante como si el alma se le fuera en ello. Apretó posesiva al pobre que no pudo más que verla más que asombrado.

— ¿Tienes frío o algo? —Las palabras le salían con un deje de confusión que lo hacían ver más adorable de lo que era. En verdad era perfecto, todo lo que una mujer buscaría en un hombre.

—No Ichijou-senpai… solo… déjeme estar así un momento —vociferó con el rojo vivo en sus mejillas. En sus labios se dibujó una tímida sonrisa que se asomaba a duras penas entre la ropa del muchacho que no pudo más que corresponder el abrazo con timidez.

Duró un tiempo así. Por extraño que sonase el peculiar olor de la fémina incomodaba al vampiro pues revivía su sed, más no llegó a sobrepasar los límites expuestos por el director. Además de que, les tenía respeto a las jóvenes de la clase diurna, y aprovecharse de una de ellas para beber su sangre no estaba en su carácter habitual.

—Disculpa pero… ¿no deberías estar en tu dormitorio? Te meterás en problemas si continuas aquí, y yo necesito ir a clase —la separó un poco de su cuerpo y fijó su mirada en la melosa de ella sonriendo.

—Lo sé, pero lo vale… —susurró aún sonrojada, bajó la mirada temiendo que la malinterpretara.

— ¿Lo vale? —Él se acercó a su rostro cabizbajo y lo levantó con suavidad. Continuó viéndola con esa ternura llena del mismo asombro de antes.

—Si… —se atrevió a decir ataviada con la mirada del joven poseedor de cabellos dorados.

Suspiró con resignación preparándose para lo peor… se acercó otro poco aún viéndolo. Él no retrocedió. Tembló nerviosa y sus pupilas se dilataron, su propio pensamiento le jugó una mala pasada comenzando a formularle preguntas estúpidas << ¿se reirá cuando lo haga?, ¿se asqueará o me odiará por ello?>>. Preguntas que ella no podía responderse, y que solo le hacían vacilar.
El estudiante la miraba con el mismo gesto en la cara. Ella no dejaba de debatirse, atormentándose a si misma.

— ¿Pasa algo? —Por el contrario la fémina apretó los ojos con fuerza, sus puños realizaron la misma acción tomando la ropa del joven entre sus manos. Lo haló con fuerza y plantó en los labios del vampiro un beso rápido y nervioso. Se apartó de él y sin verlo, corrió a todo lo que le daban los pies aún teniendo su saco sobre sus hombros.
En definitiva, había sido muy difícil, pero el recuerdo viviría en su mente siempre, y lo reviviría gracias a aquel saco.


Por cierto, el tema no tiene más capis, pero se me olvidó el sufijo de "terminado".