Más que a un día soleado o nublado

¡Hola! Espero que lo disfruten y si desean, pueden dejar un comentario, gracias (:

Más que a un día soleado o nublado​

por MicAgatha​

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—Sabes, cuando te veo feliz me emociono porque tu alegría es mi júbilo y tu tristeza, un duro pesar. Veo en tu sonrisa, un sinfín de sentimientos que brotan de mi corazón que con esperanzas, hasta ahora, ha logrado sobrevivir. Cuando tan solo me miras, el tiempo se detiene por un instante en donde solamente nos encontramos tú y yo. Puedo decir ahora, que te has hecho dueño de mí—. Al fin había podido decirle lo que por tanto tiempo había callado, por temor a miles de prejuicios que sin duda, debió haberlos enfrentado hace mucho tiempo.


La miró y le sonrió. Este muchacho sabía perfectamente cómo hacerla perder el control.


—Yo—. Empezó a decir—Me temo que no siento…


¿Para qué escuchar más? En cuanto mencionó aquél no siento, no pudo resistir el punzante dolor que perforaba su alma y si quizá lo hubiera previsto, esto no habría jamás ocurrido. No pensó exactamente en lo que hacía, sino más bien, se retiró sin dar explicaciones de una huída misteriosa y comenzó a caer en una fosa de lágrimas saladas que pronto brotaban de sus verdes pupilas y sólo escuchaba sin cesar esa frase. Mucho menos prestó atención a los ruegos que le decía el joven de cabellos negros. Le pedía que no se vaya, que no escape, sin embargo esos ruegos no fueron oídos.


Era una sensación horrible, el cuerpo le temblaba y tenía unos cuantos vahídos pausados, su visión se había dificultado porque para llevar poco rato sollozando, parecía tener los ojos hinchados. A duras penas, quería limpiarse pero ese trabajo lo había dejado desde hace un rato porque caían tantas lágrimas que era ridículo limpiarse si al final no serviría de nada. Era una combinación de muerte por la que estaba atravesando y encima, tuvo que correr por mucho rato hasta que ya no pudo más. Tal vez no supo en qué instante llegó a una esquina desolada y sin dudarlo, se tumbó en el suelo porque no podía con el cansancio.


—Al fin te encuentro —.Clamó extrañamente alegre el chico que acaba de llegar y su voz estaba agitada— ¿Por qué te fuiste?


Prefirió ignorarlo y seguir con el lamento, con esa agonía perenne pues no tenía el valor o la fuerza suficiente para decirle cuán grande era su tormento.


—Escúchame —. Se estaba poniendo insistente y eso, la hacía poco a poco, perder los estribos. —Debo decirte algo —. Usó un tono calmado al hablar y se colocó a la misma altura, en cuclillas.


— ¡¿Qué?! —Gritó enfadada —Que soy una tonta, que creí algo que no era cierto que amarte era mi futuro padecimiento y un imposible, ¿Es eso lo que intentas decir?


—No yo… —Fue interrumpido —. ¡Basta! —ordenó —Basta, basta, no más, no quiero escucharte de nuevo, no puedo, ya no puedo, no me hagas esto, por favor —Clamó.


—Déjame hablar, sólo escúchame.


La muchacha lo observó.


Él era aquel joven apuesto del que se había enamorado sin remedio, no existía cura para el mal que padecía. Lo amaba desde la primera vez que lo vio, esos ojos azules como dos claros lagos, encantadores y risueños, sería imposible volver a mirarlos porque quedaría hipnotizada.


Accedió.


—Yo te dije eso porque no siento exactamente lo mismo si no, algo más, algo mucho más grande que lo que tú sientes por mí. Era una tortura constante el pensar que me veías diferente, que no te importaba o peor aún, que no compartíamos el mismo sentimiento, pero ahora es tiempo de decirte lo que siento por ti —Carraspeó —Yo, yo te amo.
Lo miró incrédula.


A veces las personas dicen crueles mentiras, mentiras tan doloras que causan angustias y pesares fuertes. ¿Por qué tenían que mentir? ¿Qué se consigue engañando? Sólo herir sentimientos.
Era tan guapo, tan lindo y tan, tan farsante.


—Eres un mentiroso —Vociferó —Un vil mentiroso, ¿Por qué te burlas de mí? ¿Por qué? Ya no me lastimes, sé muy bien que intentas jugar conmigo. Yo misma te escuché, no me quieres, no me amas, no sientes nada por mí, y peor todavía, ¿Por qué te empeñas en hacerme sufrir? ¿Qué he hecho? Te amo pero dejaré de hacerlo, intentaré, trataré y algún día, sé que lo lograré porque no puedo más, ya no.


El cielo se estaba tornando gris y las nubes parecían poblar el firmamento y en cuanto menos lo esperaban, una gota cayó en la punta de su nariz, dándole a la situación una pizca de diversión, pues rápidamente, muchas más siguieron a la primera, comenzando un fuerte aguacero.
No importaba y mucho menos por sus mentes se les cruzó la idea de que debían resguardarse. Aquí, eso no importaba.


—Créeme, no sería capaz de engañarte, jamás podría hacerlo —Dijo mirándola directamente a los ojos — Yo te amo —.Hizo una breve pausa —Te amo como nunca he amado a nadie, te quiero tanto que no me imagino una vida en la que tú no te encuentres presente, temo que algún día te llegue a suceder algo, porque entonces, mi vida estaría vacía; Si no te hallas a mi lado, no hay existencia que valga. No puedo verte sufrir o verte llorar, porque no podría evitar destrozar al causante de tal hecho y me pesa que sea yo el culpable, quiero compartir mi vida contigo hasta que muera porque te juro que te amo y te amo desde la primera vez que te vi; No sé si fue amor a primera vista o lo que sea, pero sólo sé que te tengo aquí —.Señaló su pecho, llevando una mano al corazón —Te amo más que a un día soleado o nublado, más que al sol en el firmamento o la luna y las estrellas en la penumbra de la noche, más que a la blanca nieve que adorna el invierno, más que a una brisa cálida de verano, más que a un latir de mi corazón, amo tu sonrisa, amo tus ojos, amo el rojo carmesí de tus labios, amo tu forma de ser, tu ingenuidad en ciertos momentos y perspicacia cuando se deba ser, amo que seas de alguna manera infantilmente madura, es complicado, pero te amo y estoy demasiado seguro que nunca, nunca, podría llegar a amar a alguien como tú. Simplemente sé que te amo y no puedo evitarlo —Dijo para finalmente acariciar su mejilla.


—Prométeme algo —Pidió la joven —Prométeme que estaremos juntos.


—Siempre —Añadió.


Ambos, como en un suspiro de alivio, se abrazaron.


En ese instante, cualquier cosa pudo haber ocurrido, alguno de ellos podría haber estado en algún lugar de este bello mundo pero el destino los quiso juntos y quién sabe, quizá siempre debió ser así.



Muchas gracias por su tiempo, nos estamos leyendo ;)