Máquina Expendedora La Máquina Expendedora que puede encontrarse al final del Supermercado Rocket. Su contenido no consta de dulces o cosas por el estilo, sino que es desconocido; en cada espacio había unas pequeñas cápsulas de distintos colores. Parecía imposible descubrir qué había en cada cápsula, la única forma sería comprándolas para descubrir que contenían… Junto a la vidriera de la máquina, había una pequeña ranura para monedas y un botón verde que parecía activarla. Había una pequeña inscripción debajo que explicaba como hacer funcionar a la máquina; se debía insertar monedas y luego apretar el botón para que un objeto saliera por debajo de la máquina. Además, cuantas más monedas se insertaran, más rara sería la recompensa obtenida. ¿Qué clase de objetos saldrían de la máquina? Parecía ser una auténtica caja de sorpresas… Contenido oculto Cuando vengan a obtener objetos de la máquina, deberán lanzar un dado de 16 caras cada vez que lo hacen. El mínimo para hacer funcionar a la máquina es 1 MonoMoneda. Pueden elegir insertar más de una moneda, o insertar cada una por separado para hacer tiradas de 1 moneda; si ponen más de una moneda, lógicamente, obtendrán un objeto más raro. El objeto que obtengan irá a su Inventario. Cada objeto es único y especial; deberán dárselos a uno de los otros 15 personajes. Si se lo dan al personaje correcto para el cual el objeto fue creado, entonces obtendrán una recompensa especial por parte de Usami… pero si se equivocan de personaje, pues el objeto pasará al Inventario del personaje al que se lo dieron y éste otro podrá intentar obtener la recompensa dándoselo a otro personaje y así sucesivamente… ¡Buena suerte a todos!
Karen Foster Luego de avisarle a los demás nuestra ubicación, nos dirigimos hasta el fondo del supermercado para quedar frente a la dichosa máquina expendedora. Leímos las instrucciones sobre la forma en que debía procederse para obtener alguna de aquellas cápsulas. —Me pregunto qué contendrán... Busqué las dos MonoMonedas que había guardado en el bolsillo de la chaqueta y deposité una de ellas en la ranura antes de presionar el botón verde.
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Karen. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Karen encontró un libro de colorear. Parecía hecho para niños, pero las imágenes que había que colorear consistían en paisajes muy bonitos… una vez que fueran pintados, claro, pues el libro estaba completamente nuevo. ¿Le serviría a alguien un objeto así? ¡Libro para colorear obtenido!
Karen Foster El objeto que había obtenido resultó ser nada menos que un precioso libro para colorear, ¡las imágenes que tenían eran estupendas! El gusanito de la envidia me picó mientras las contemplaba, recordando que ya no tendría la oportunidad de visitar y fotografiar lugares como aquellos. —Vaya cosa más bonita me gané, aunque si te soy sincera la pintura no se me da. —Aún así, guardé el libro en mi nuevo bolso. Tal acción me hizo recordar a cierta muchacha que, aunque en su momento no había querido dar a conocer su talento, intuía que estaba relacionado con el arte. Y es que el tipo de bolso que cargaba consigo era suficiente prueba para descubrirlo—. ¿Sabes? Quizás a esa chica pelirroja le sirva más... De repente, una nueva voz masculina se hizo escuchar a nuestro alrededor. ¡Alguien más se estaba comunicando! "Aquí Adam Valenti, desde el despósito del Aeropuerto. No será necesario llamar a Aika Izumi. Tengo en mi poder una escalera. La llevaré hasta donde se halla el aire acondicionado. Cambio." —Parece que todos se reunirán al Edificio viejo. Creo que después deberíamos ir para allá, Celia, a lo mejor descubrimos más cosas. —Y le dejé lugar para que ahora ella probara suerte con la máquina expendedora. —Chicos, yo tengo una llave de ese edificio. Cuando terminemos aquí, iremos para allá. Cambio. Contenido oculto Nekita Amane Graecus Bruno EVF
Celia Ackerman Karen fue la primera en introducir una de sus MonoMonedas en la máquina y... ¡wow! ¡Vaya, qué excelente compra! Eh... no. ¿No podían vender chocolatinas simplemente? Por favor, con lo buenas que estaban... ¿qué les costaba? Pues no, un librucho para pintar, como los niños, fue lo único que consiguió. No me merecía la pena gastar mi moneda ahí, pues los premios eran una birria. Sin embargo... no parecía servir para nada más, puesto que podíamos coger lo que quisiéramos de la tienda. Además, si a alguien le gustaba lo que encontraba podría hasta ganarme su confianza... —Hm... Solo tengo una... Bueno, está bien, probaré. —Introduje entonces la moneda y pulsé el botón verde.
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Celia. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Celia encontró un estetoscopio. Era el elemento que solían usar los médicos para oír los latidos del corazón de sus pacientes. Era algo intrigante… ¿le serviría a alguien en esta isla? ¡Estetoscopio obtenido!
Alethea Ethans Cuando una de las chicas me permitió el acceso, le agradecí con una sonrisa y me acerqué aun más a la famosa máquina, leyendo con cuidado las instrucciones. Así que simplemente tenía que meter una o más monedas en la ranura correspondiente y posteriormente pulsar el botón verde, dando así lugar a que una cápsula cayera con un objeto dentro que sería un sorpresa. ¡Parecía interesante! Ponía, además, que si se insertaban más monedas, el objeto era más raro. Era tentador pero decidí que sería mejor no malgastar, pues no sabría si volvería a necesitar alguna de esas monedas en otra ocasión ni si sería fácil o difícil conseguirlas. Por ello introduje una MonoMoneda en la ranura y pulsé el botón verde, accionando la máquina.
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Alethea. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Alethea encontró… ¿una pistola? Sí, en efecto, se trataba de una pequeña pistola, pero al examinarla con cuidado se dio cuenta que no era un arma de fuego real, sino que se trataba de una pistola de balines, es decir, de pequeñas balas de plástico. ¿Acaso podía algo así interesarle a alguien? ¡Pistola de balines obtenida!
Evangeline Jones Una vez la chica tomó el objeto, fue el momento adecuado para acercarme a la máquina. Mi atención, aún así, estuvo pendiente de aquella pistola que la peliazul había sacado de ella. Por suerte, aquel objeto no suponía un peligro en sí, pues pude percatarme aliviada de que se trataba de una pistola de balines. Aún así, no lograba entender qué clase de productos ocultaba la susodicha máquina, o si acaso tenían algo en común. ¿Un libro de colorear, y ahora una pistola de balines? ¿Sería una de esas máquinas que daban juguetes al azar? Me incliné hacia la ranura donde debía introducir la moneda, y así lo hice. Después pulsé el botón correspondiente, y me alejé un paso con notoria expectación. ¿Qué sería lo siguiente que saliera de esa máquina?
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Evangeline. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Evangeline encontró un vaso largo metálico, cerrado herméticamente, con el logo de la cafetería "Starbucks" en el. Dentro, pudo comprobar que tenía un café helado… ¡tenía pinta de ser delicioso! Pero… ¿a quién sería el que más le gustaría algo así? ¡Cafe Helado obtenido!
Adam Era hora de moverme. Quedarme en la orilla del mar, preguntándome qué estaba pasando del otro lado, no iba a llevar a ninguna parte. Pese a que no había garantía absoluta de que el video que el oso Monokuma había mostrado ante los estudiantes fuese real, había logrado que me preguntase por la seguridad de la niña, allá en medio Oriente. Pero poco podía hacer por ella. Ese lazo tan particular y único que nos unía fue estirándose desde que me alejé; nada resiste tanta tensión, creía que en un punto el lazo se rompería a causa de la distancia. Pero el Director me mostró que seguíamos atados. Podría tanto estar muerta, como no estarlo. Esa incógnita siempre estaba presente para los que nos involucrábamos en conflictos bélicos. Así es la guerra. Pero… creo que fue un error encariñarme con ella. Su posible ausencia física me estaba pesando. Al menos, me consolé pensado que… Monokuma no se había enfocado en otra persona que era mucho más importante para mí. Eso compensaba la pequeña incomodidad que sentía en mi corazón de piedra. Al dar la media vuelta y meter las manos en mis bolsillos para empezar a caminar hacia algún lugar de la isla, sentí el tacto frío de la moneda. Al mirarla, recordé que alguien había mencionado algo de una máquina expendedora. De hecho, la pistola de balines que me habían dado había sido extraída de un artefacto así. Lo curioso era que quien me lo regaló había recibido como recompensa un cristal… La curiosidad, de este modo, me trajo hasta la máquina expendedora al final del supermercado Rocket. En su interior había cápsulas que no dejaban entrever ni adivinar su contenido. Miré la moneda que sostenía entre mis dedos y, tras unos segundos de meditación, la introduje sin prisa por la ranura. Y pulsé el botón.
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Adam. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Adam se encontró con dos pequeñas herramientas metálicas. Eran instrumentos delgados y livianos, pero parecían estar en perfectas condiciones, y hechas de un acero resistente… eran unas ganzúas, pero, ¿para qué le servirían a él? ¡Ganzúas obtenidas!
Rin Takuya Después de terminarme el café en el comedor del Hotel Mirai, me levanté de mi asiento y fui a tomar un walkie-talkie como todos los demás. Salí del lugar y me dirigí al Supermercado Rocket, donde Nagito había mencionado la extraña máquina expendedora. Encontré la máquina al final y la inspeccioné minuciosamente. —Veamos... Contenido oculto Nami Roronoa
Allan "Crow" Jordan. Cuando terminó el desayuno y todos se dispersaron, yo no fui menos, y me dirigí a la máquina expendedora. Aún recordaba la moneda (que, ahora, estaba siendo lanzada al aire y recogida continuamente por mí, en una suerte de tic nervioso) que había encontrado en mi dormitorio, y sabía que había una máquina expendedora en la isla. Era como sumar uno más uno, ¿no? Al llegar, me di cuenta de que allí estaba el chico que, según creía recordar, era el super abogado. Iugh. Abogados. Parecía ensimismado en inspeccionar la máquina expendedora, y al acercarme a ella le miré por encima del hombro, me coloqué bruscamente frente a ella y dije: —Con permiso... E introduje la moneda. Total, ¿de qué otra cosa podría servirme si no para eso?
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Crow. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Crow encontró lo que parecía ser un micrófono. Tenía un cable enroscado alrededor del mismo; al parecer, servía para enchufarse en algún lado, como en un parlante o una potencia. ¿Habría de eso en la isla? ¡Micrófono obtenido!
Alethea Ethans Mis pasos acabaron desembocando frente a la Máquina Expendedora del Supermercado. Había sido un paseo relativamente largo de vuelta a la primera isla, pero me había servido para despejarme. Ya no me encontraba tan adormilada, por suerte. Pensé que sería buena idea gastar alguna de las numerosas Monomonedas que había conseguido en la exploración de la segunda isla. Así que, tras sacar las susodichas de mi bolso, decidí hacer dos intentos introduciendo dos monedas en cada uno de ellos. Tenía curiosidad por saber que clase de objetos encontraría aquella vez y para quién sería. Contenido oculto Por si no quedó claro: meto dos monedas, saco un objeto y luego meto otros dos monedas y saco otro objeto. Es para no hacer dos post y así (?
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Alethea. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Alethea encontró lo que parecía ser un anillo dorado. Tenía el símbolo de la Academia Pico de la Esperanza grabado, y parecía ser adecuado para un dedo índice... ¡Anillo Esperanza obtenido! La segunda cápsula que obtuvo Alethea contenía... hm, parecía ser una revista. Al abrirla para inspeccionarla, pudo comprobar que se trataba de una revista de chimentos popular llamada "Oh La La". Parecía contener todo tipo de curiosidades y rumores acerca de la farándula... ¡Revista de Chimentos obtenida!
Karen Foster Luego del "impactante" anuncio de nuestro querido director, Evangeline y yo decidimos que ya habíamos tenido suficiente con aquella isla. Claro que habíamos descubiertos muchas cosas nuevas, pero éstas no habían sido tan buenas como las malas. Investigar aquella sección de la biblioteca había minado bastante nuestros ánimos y seguíamos sin saber dónde hallar la dichosa contraseña. Luego de un rato largo caminando, llegamos hasta la máquina expendedora de la Isla 1. Desde el día anterior tenía planeado venir, pero... Bueno, las circunstancias en ese momento me lo impidieron. Como fuera, las dos ya estábamos aquí, con nuestras MonoMonedas en las manos, y esperando a que terminara el turno de Alethea. Y cuando ella se hizo a un lado con sus dos nuevos objetos, me acerqué a la máquina. —¿Sabes? Quizás a Celia le interese la revista —le comenté a la Idol mientras me apresuraba en canjear mis monedas. Contenido oculto Hice tres tiradas con una moneda cada una, por si las dudas.
Alethea Ethans No pude evitar quedarme algo pensativa observando los dos objetos que había conseguido. Al rato, guardé la revista en mi bolso, sabiendo casi con seguridad a quién tendría que entregárselo (aunque no sabía cómo hacerlo, eso sí), sin embargo, el anillo se quedó rodando entre mis dedos. ¿Para quién podría ser? —Oh, perdonad —murmuré mientras me alejaba un poco de la máquina al ver aparecer a más personas. Supuse que no sería la única que quería tener fragmentos por si acaso. >>Oh sí, no lo dudes —le dije a Karen, sonriendo levemente, para posteriormente volver a fijar mi vista en el anillo—. Pero creo que debería hacerle una visita a cierta persona... Me despedí de las dos jóvenes y decidí salir del Supermercado.
La máquina hizo un curioso ruidito mecánico al ser activada por Karen. Se escuchó el sonido de que algo giraba en su interior y… finalmente, una cápsula fue expulsada por la ranura que había en la parte inferior de la máquina expendedora. El objeto… vaya, que curioso. Al abrir la cápsula, Karen encontró lo que parecía ser... ¿unas papas fritas? Sí, en efecto, de la máquina expendedora había obtenido un paquete de patatas fritas, que extraño... esperen un momento, ¿que obtener patatas fritas de una máquina expendedora no sería lo más normal? ¡Patatas Fritas obtenida! La segunda cápsula que obtuvo Karen contenía... una revista, enrollada como un tubo. Tuvo que abrirla para comprobar su contenido; en su portada había un reconocido gimnasta que hablaba de los juegos olímpicos que se avecinaban. Parecía ser una edición de Revista Olímpica, una revista deportiva. Quizás a Aika le habría gustado algo como eso... ¡Revista Olímpica obtenida! La tercera cápsula que obtuvo Karen contenía... lo que parecía ser un kit de primeros auxilios. Parecía ser bastante práctico tener algo como eso, pero... ¿habría alguien que verdaderamente lo querría como regalo? ¡Kit de Primeros Auxilios obtenido!