Ciencia ficción Lunaris & Solaris

Tema en 'Relatos' iniciado por Dark RS, 4 Diciembre 2018.

  1.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
    Miembro desde:
    20 Marzo 2012
    Mensajes:
    1,641
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Lunaris & Solaris
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1273

    Lunaris



    Los soldados han estado atrincherados en una bodega de almacenamiento de provisiones, de una nave espacial, desde hace ya cinco días. El enemigo se encuentra afuera, han intentado sacarlos de ahí, usando varias técnicas. El gas venenoso fue repelido gracias a que los soldados cubrieron las ventanillas de ventilación desde donde era bombeado el veneno.


    Dejarlos sin electricidad tampoco dio resultado, los solados tienen lámparas y acceso a comida que se puede comer sin necesidad de calentarse. Una ventaja de haberse encerrado en una bodega repleta hasta el tope con provisiones. Aunque la carne se comienza a podrir y hace que apeste el lugar, pero ya se acostumbraron a tan terrible olor.


    El comandante de los soldados, el Comandante Nikolái, no ve pronta salida a su situación actual. Aunque es cierto que ya pudieron destapar la ventilación, al ya no haber ataques con veneno, y que tienen bastante comida como para pasar un par de semanas en ese lugar, esa no es su misión. Su misión es acabar con las criaturas que los arrinconaron en ese sitio, las que han usado veneno e intentado incansablemente derribar la puerta.


    Antes de estar en esta situación, su equipo de asalto contaba con diez hombres y mujeres de élite, personas entrenadas para soportar situaciones extremas. De esas diez personas, ya solo quedan cinco; un médico, dos ingenieros, una francotiradora y el propio comandante, experto en tiro y combate cuerpo a cuerpo, un veterano de la Unión Soviética.

    —Ya me estoy cansando de estas... ¿qué diablos se supone es esto? —cuestiona uno de los ingenieros, de origen americano, mostrando una fruta color azul, que se asemeja mucho a las moras.

    —Solo come y no te quejes —reprende la francotiradora, que es originaria de Israel —. No eres el único cansado de comer la misma mierda cada maldito día.

    —¡No me digas qué hacer, perra! —grita el ingeniero, lanzándole la fruta.


    La mujer arroja su tenedor hacia el hombre, el cual se incrusta en su chaleco antibalas.

    —Vamos, vamos —dice el médico, de nacionalidad francesa, tratando de tranquilizar a sus compañeros, aunque se está cansando de que sea un problema de todos los días —. Aquí todos somos amigos, ¿no?

    —¡Jamás sería amigo de una terrorista! —grita el americano.

    —¡Ahora si te mueres, maricota! —toma su rifle, un modelo Galatz, preparada para volarle la cabeza. A lo que el ingeniero reacciona tomando su propia arma, una Sig Sauer XM17.


    El otro ingeniero, de ascendencia asiática, se apresura a agarrar a su compañero, desde la espalda, para evitar que éste cometa una estupidez. El médico se atraviesa, para no darle el tiro a la mujer. Un disparo al aire hace que todos se alarmen y volteen hacia la fuente del mismo. El comandante, sosteniendo su, aún humeante, PSS, les da un mirada de desaprobación a sus hombres.

    —Camaradas, no les diré que tenemos que llevarnos bien, porque sería un hipócrita, no me agrada ni uno solo de ustedes, en lo que respecta a mí, cuando esta misión termine, todos ustedes pueden tirarse a un pozo lleno de tiburones —se guarda su arma al cinto —. Pero, la misión no ha terminado, debemos tomar el control de esta nave, o destruirla, lo que se pueda primero. No deben olvidar por qué razón entramos a esta nave. El futuro de la humanidad depende de que matemos a esas cosas detrás de la puerta y que esta nave pase bajo nuestro control.

    —Ya lo sabemos —escupe el ingeniero americano, guardando su arma.

    —Tampoco nos agradas —dice la mujer , bajando su rifle.

    —Más les vale, camaradas. Por que tengo un plan para salir de aquí y terminar con esas basuras de una buena vez por todas —comenta Nikolái, mostrando su amarillenta sonrisa.


    El comandante les explica, que cada cinco horas, los golpes en las puertas disminuyen, y luego de unos minutos se detienen momentáneamente para volver a comenzar con mayor fuerza, por lo que, supone, hay un cambio de criaturas, donde las que están cansadas se alejan, y las que están recién llegadas continúan con esa labor. Aunque las criaturas son inteligentes, no tienen forma de abrir la puerta, ya que antes de entrar, el comandante destruyó el panel de acceso exterior, y, por alguna razón, no han usado explosivos, a pesar que tienen acceso a estos y saben cómo utilizarlos.


    Efectivamente, los golpes comienzan a ser menos fuertes. El ingeniero asiático abre la puerta, el médico arroja una granada de humo, que nubla la vista de las criaturas. El comandante y la tiradora comienzan a disparar en medio del humo.


    Aprovechan la confusión para correr. Desde el principio tenían localizado el puente de mando, pero no habían sido capaces de llegar hasta ese lugar. Esta vez, corren como si los viniera persiguiendo el diablo. Matan a algunas criaturas en el trayecto, y logran ingresar al puente de mando. El americano traba la puerta metálica, usando una palanca que ha estado cargando todo el tiempo.


    Entre los soldados y el control de la nave, no hay más que tres criaturas, suponen es tarde y la mayoría se encuentran dormitando. Poseen forma humanoide, con brazos tan largos que les llegan al suelo, cabeza romboidal con pequeños ojos azules, pequeñas bocas sin dientes, de piel color amarillo brillante y cabello rojo. Presentan piernas muy cortas. Usan uniformes blancos, de dos piezas; pantalón y armadura de pecho, así como zapatos blancos del mismo material que la armadura.


    Los seres levantan las manos, uno de ellos intenta comunicarse, pero de su boca sale un sonido incomprensible para los humanos.

    —No entiendo ni una mierda de lo que dicen —sentencia el americano, antes de dispararle al que intentó hablar.


    Casi de inmediato, la israelí le dispara a los restantes. La sangre naranja de estos aliens tiñe el suelo del puente de mando. Los ingenieros comienzan a trabajar en las computadoras, ya habían aprendido el idioma de programación de los seres, por lo que pudieron ingresar a los sistemas sin problemas.

    —Según el radar, cientos de naves pequeñas rodean al Lunaris —informa el asiático, preocupado por la enorme cantidad de naves que se aproximan a atacarlos.

    —Y para males, un montón de esas cosas están por entrar aquí, y no tenemos suficientes balas para tirárnoslos a todos, ni provisiones para soportar un día —añade el otro ingeniero.

    —Nos quedamos sin opciones —dice el médico con desesperación.

    —¿Qué tan grande sería la explosión de esta nave? —cuestiona el comandante.

    —Dentro de unos diez minutos, cuando las naves enemigas estén suficientemente cerca; lo bastante grande como para acabar con todas ellas —informa el asiático, entendiendo la idea del comandante, aunque no le gusta en lo absoluto.

    —¿Nos vas a volar con todo y esos pollos gigantes? —cuestiona la tiradora, haciendo referencia a lo mucho que las criaturas le recuerdan a los polluelos de gallina.

    —¡Vamos, camaradas, ¿acaso no se quieren ir con estilo?! —cuestiona Nikolái, para luego encender un cigarrillo.

    —Si voy a morir —dice el americano —, quiero llevarme a cuantas bestias sea posible.

    —No es como que tenía mucho esperándome en la tierra —acepta la del rifle.

    —Mejor acabar así que defraudando a mi familia y a la humanidad —afirma el médico.

    —Fue divertido, supongo —comenta el otro ingeniero.


    Transcurren los diez minutos, para sorpresa de todos, no sienten miedo, o nervios, aunque tampoco ansían que ocurra.

    —Camaradas, ha sido un honor haber combatido al lado de tan capaces soldados —cruza los brazos, y sonríe ampliamente.


    La nave estalla, produciendo una explosión atómica que engulle a todas las naves alienígenas en un instante.




    Para la actividad: 30 Días de Escritura: Comida.
    Personaje: Médico
    Palabra: Tenedor
    Género: Ciencia Ficción
     
    Última edición: 6 Diciembre 2018
  2.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Título:
    Lunaris & Solaris
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    651

    Solaris




    En una transmisión, que se emite simultáneamente por todo el planeta tierra, se escucha a los distintos periodistas alrededor del mundo, narrar la que podría ser la última nota en el planeta tierra. En Centroamérica, la periodista elegida para aparecer en cadena internacional, es una mujer joven, viste un traje color café oscuro, lleva su cabello negro atado en una cola de caballo.

    —Hoy se cumple un año desde que esos valientes hombres y mujeres dieron sus vidas para darle una nueva oportunidad a la humanidad —narra la periodista, sonando emotiva —. Hoy, hacemos honor a esos y esas valientes, que perecieron en la nave alienígena, nombre código, Lunaris.



    Aparece una lista en pantalla con el nombre de los que murieron en la nave.

    —A continuación listaré el nombre de estos héroes y heroínas, que aunque perdidos, no son olvidados: el ingeniero y agente de la CIA Robert Robinson, el ingeniero chino Jian Gao, la ingeniera alemana Hilde Krüger de la Bundesnachrichtndienst, la ingeniera italiana Graziella Mozarella del CERN, el teniente primero Florencio Mayé de Guinea Ecuatorial, katsa del Mosad Sarah Kaila, el agente del MI6 Roxan Julia, el doctor Paul Broca de Francia, la doctora Reina de Cuba, y, finalmente, comandante Nikolai Schvernik Este último, fungía como el comandante de la misión que tenía como objetivo capturar o destruir a la nave alienígena, código clave Lunaris.


    Una fotografía, de cada una de las personas, que la mujer iba listando, aparecen al momento que son mencionados. La imagen cambia de vuelta a la periodista.

    —Gracias a estos y estas valientes soldados, logramos destruir la última defensa del planeta Kepler dos nueve seis punto cero cinco, código clave; Nueva Tierra. Y con sus defensas completamente destruidas, nuestras tropas lograron arrasar con los seres que habitaban ese mundo —aparece una imagen de un extraterrestres de piel amarilla acostado sobre una plancha de autopsias —; nombre código, Criaturas — la imagen vuelve a la mujer, la cual se estaba pasando la mano por la cabeza, voltea hacia la cámara en un instante —. Nueva Tierra, cuenta con un tamaño de casi el doble que la extensión de la Tierra, y un ecosistema rico en recursos naturales y oxígeno, necesarios para la supervivencia humana.


    La imagen que se muestra a continuación, es de un planeta, similar a la tierra en los colores, pero la forma de las masas de tierra son muy distintas.

    —Esperamos que todos cooperemos para que Nueva Tierra sea un hogar duradero, y no como lo que hicimos con nuestro planeta, que entró en crisis debido a la contaminación y la tercer guerra mundial, que acabó con cuatro quintos de la humanidad, y dejó nuestro planeta prácticamente inhabitable.


    Comienzan a pasar cortos videos de la tierra abriéndose, montañas cayendo sobre su propio peso, volcanes haciendo erupción de forma violenta, ciudades convertidas en cenizas, cuerpos apilados mientras arden, y, al final, el océano de color negro con el cielo oscurecido con nubes verduscas.

    —Nuestro transporte, el Solaris —se muestra una nave en el espacio, color rojo, muy similar en forma a un crucero —, una nave colonia, la cual será nuestro hogar por los próximos cincuenta años. Seremos transportados en animación suspendida hasta llegar a la órbita de Nueva Tierra. Se les recuerda que habrán personas que resolverán todas sus dudas una vez estemos abordo. Esperamos que nuestra nueva vida sea pacífica y sepamos convivir los unos con los otros.


    La mujer muestra una amplia sonrisa.

    —Esperamos que todos tengan una feliz y próspera vida, y nos vemos de nuevo dentro de cincuenta años —se despide, sacudiendo la mano.


    Las transmisiones terminan. La población mundial comienza a abordar los transbordadores que los llevará a la nave colonia Solaris.





    Escrito para la actividad: 30 Días de Escritura: Crisis.
    Personaje: Periodista
    Palabra: Pacífica
    Género: Ciencia Ficción

    Ya que quedaron temas, y palabras tan similares para dos días, lo hice en dos partes.
     
    Última edición: 6 Diciembre 2018
  3.  
    Dark RS

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    Lunaris & Solaris
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    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    297

    Tierra



    Los prisioneros de ese centro penitenciario jamás supieron la razón, pero el mundo a su alrededor se encuentra en ruinas. Los dejaron a morir, solo en este mundo que está por expirar. Se suponía que salvarían a todos, eso fue lo que dijeron los políticos. Aunque claro, era de esperarse que un político mienta de forma descarada, debieron decir que salvarían a todos los que no tuvieran alguna ofensa penal en sus antecedentes.


    Los reos vieron las naves abandonar la tierra, cada maldita nave dejó tras de sí una estela de humo blanco que los atormentó durante horas. Los guardias dejaron las llaves, y son libres de irse. ¿Pero a dónde irían? El mundo está muriendo, no quedan animales o plantas de los que alimentarse, incluso los árboles están muertos.


    Cada día, alguien debe “ofrecerse” para ser sacrificado con el fin que los demás coman. El último sacrificio, fue un sujeto al que le gustaba seducir mujeres ancianas, para luego quedarse con los ahorros de estas. Tenía billones ocultos en una cuenta en las islas caimán, pero, con la caída del mundo, el dinero pasó a valer menos que nada.


    Los presos calculan los días que han pasado desde la partida de la humanidad del mundo, contando los cráneos de los sacrificios, que se exponen en el muro del penal. Ciento dos cráneos se queman al sol, y el seductor sería el ciento tres, en cuanto acaben de comerlo.


    Pero no pudieron terminar de comerse a este estafador, el mundo sucumbió en cuestión de segundos. Y de la tierra lo último que se supo, es que estalló en un parpadeo y luego pasó a ser polvo espacial.



    Para la actividad 30 Días de Escritura: Sacrificio
    Personaje: Gigoló
    Palabra: Ofensa
    Género: Post Apocalíptico
     
    Última edición: 11 Diciembre 2018

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