La isla de Yokubo un gran lugar que se había originado hace apenas unos treinta años por las erupciones volcánicas de su país vecino Japón un lugar pequeño pero cubierto de edificios y con abundantes personas, y además posee un amplio nivel tecnológico, compitiendo o incluso superando las de su vecino, con inventos que parecen ser sacados de películas, numerosos avances en los campos científicos como salud, mecánica y robótica y todo ello gracias a la empresa Nyu eiji que se creó tan solo siete años después de la fundación de Yokubo ha sido la responsable del rápido crecimiento del lugar…dirigida desde su fundación por el señor Law Hinazuki un hombre que a sus 16 años había logrado construir la sede central de aquella gran empresa, dirigiendo desde siempre las acciones de la misma, ha sido el revolucionario inventor que ha sacado a flote este nuevo país. Entrevista exclusiva al señor Hinazuki ** ¿Cómo se siente luego de haber creado este gran imperio? —Ha sido difícil dedique gran parte de mi juventud, pero después de todo he logrado mi objetivo, Dar a conocer a Yokubo al mundo— ¿Hay algo de lo que se arrepienta en su larga carrera como empresario? —He hecho muchas cosas, pero solo hay algo de lo que me arrepiento…como dije no fue fácil alcanzar el progreso de mi empresa pase años para que el negocio prosperara y para ello tuve muchos sacrificios, uno de ellos fue lamentablemente tener que dejar a mi esposa e hijo recién nacido, aun deseo el día que pueda encontrarlos y traerlos conmigo…— ¿Ya ha pensado a quien le dejara la empresa? —Aun sueño con el día de poner a mi pequeño al frente de Nyu Eiji, sin embargo, por años de servicio le correspondería a mi asistente Jasón— ¿Unas palabras para concluir? —Nunca se rindan, por más que la vida ponga retos solo mira al frente y continua adelante— ** —Impresionante—Decía un extraño joven de amplias gafas mientras continuaba mirando con interés aquella revista. — ¡Mizuki, baja a comer! —Gritaba una voz desde fuera. —Ya voy— *Televisión en el cuarto* ** —Y cielo…si estás viéndome, lamento haberte abandonado… Diana prometo que te buscare y les compensare por ello a ti y a nuestro hijo. — ** *De vuelta con el joven* Mi nombre es Mizuki Furukawa tengo 17 años de edad, vivo con mi madre en el distrito 18 de Yokubo, soy lo que pueden llamar un geek, amo la tecnología desde muy joven y he admirado al señor Hinazuki desde hace años, con el sueño de algún día ser como el, pero hay un pequeño problema con eso… ¡Bum!...un golpe seco se oyó…Mizuki se había caído por las escaleras… —Así es…soy un torpe sin remedio, he hecho muchos prototipos a lo largo de mi vida, pero lo que no explota por si solo lo hago explotar de camino a la sala. Aun así, no me rendiré algún día lograre ser como Law, ¡y hoy lo demostrare! — —¡Mizuki baja a comer!— Grito con leve enojo su madre desde lejos. —Ya voy…— Dijo el joven apresurándose a bajar *En la sede central Nyu eiji* —Lo hizo muy bien señor— Dijo un hombre de traje y cabellos castaños al hombre que acababa de hablar en televisión. —Gracias Jasón…aun no me acostumbro a dar discursos en televisión— —No lo pareciera señor se vio muy natural— Alababa aquel hombre. —Bueno…pasando a lo importante... ¿tienen el informe de búsqueda que pedí? —Acoto el señor Hinazuki —Sí señor, mi secretaria se lo entregará en un momento…espero encontraran rastro de su familia. — —Muchas gracias Jasón…siempre puedo confiar en ti. Puedes descansar esperare a tu secretaria—Contesto el jefe. —Gracias señor, si me necesita estaré en mi oficina— Dijo el castaño antes de retirarse. Llegando a su oficina, aquel hombre cerró la puerta tras de sí sentándose en su escritorio. —No puedo creerlo…tantos años halagando a este inútil y después de tanto tiempo perder mi lugar como el nuevo jefe por culpa de un mocoso entrometido…— Decía con ira en su oficina. Toc Toc…la puerta se oía en aquel lugar. —Adelante— Grito aquel hombre. Acto seguido una mujer con gafas entra y se sienta frente a él. —¿Intercambiaste la información que te pedí?— Pregunto de forma inmediata el hombre. —Si señor Friday— Hablo la mujer, pasando un sobre con la palabra “secreto” escrita en él. —Muy bien, con esto es mis manos me asegurare de que el mocoso y su padre jamás se crucen… — — Y…¿Conseguiste el número que te pedí? — Añadió aquel hombre. —Sí señor. —Respondió la mujer. —Bien…dame mi teléfono, le enviaremos compañía al joven Miyuki…— Continuara…
