Historia larga Los Viajeros VII: Un nuevo orden

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 23 Enero 2022.

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  1. Threadmarks: Los elegidos (Parte 2)
     
    Manuvalk

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    Título:
    Los Viajeros VII: Un nuevo orden
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    5120
    Bienvenidos una semana más a la continuación de esta historia. Cada capítulo que pase irá avanzando la trama, por lo que estoy seguro de que os entretendréis más aún. No quiero irme sin antes mencionar a mi amigo Reydelaperdicion y agradecerle una vez más por su interés y sus comentarios. ¡Pasadlo bien! :D




    Los elegidos (Parte 2)







    Una nave azul oscuro de pequeño tamaño y que portaba escrito a un costado su nombre en syleriano, aterrizaba en uno de los varios hangares habilitados para ello, a escasos metros de la gran y principal colonia de Neonia, llamada Promesa. Una vez los motores y propulsores se apagaron al completo, las compuertas de la nave se abrieron para dar salida a la Elegida Admir y su protector —además de pareja— Paokt, quiénes iban acompañados por su joven hijo, Omnius.

    La familia syleriana, la cuál ostentaba el longevo cargo de liderar su sociedad, viajó durante varios días hasta llegar al planeta natal neoniano con el objetivo de llevarse consigo al retenido Uriow Emmon. De no haber una alianza entre ambas especies, antaño enemigas, esto hubiese derivado en un conflicto diplomático e incluso en uno armado.

    — Bienvenidos a Neonia — Dijo de manera cortés uno de los tantos que trabajaban en el muelle de atraque — Por favor, síganme. Les indicaré el camino al lugar donde la líder Tovam les espera.

    — Disculpa, pero no hemos quedado así. Erie nos indicó que ella misma se personaría para escoltarnos directamente al lugar donde retienen a mi ciudadano.

    Hylda no se andaba con tonterías y claramente, estaba algo molesta por el suceso en sí.

    Tener que salir de Syleria para personarse en Neonia por semejante asunto le parecía una forma de molestar, más si cabe con la reacción del alto mando neoniano al retener un ciudadano que no era de su especie, ni siquiera de su jurisdicción. Om apreció la disconformidad evidente en su mujer, por lo que tomó la iniciativa antes de que todo se tornara en una discusión más seria.

    — Esperaremos aquí hasta que la líder Tovam acuda a recibirnos. Le agradeceríamos si pudiera avisarla.

    — No será problema, disculpen el inconveniente.

    El trabajador, de origen neoniano, hizo una especie de reverencia rápida y se apresuró en sus pasos para buscar a su principal líder, dejando a los mandamases de la sociedad syleriana en el hangar, a la espera.

    Esto desesperó a Hylda, que lanzó un suspiro de enfado al aire que rápidamente llamó la atención de su hijo.

    — ¿Cuándo vamos a ver al tío Uriow?

    — Pronto, hijo. Tan solo debemos ser pacientes — Paokt acarició la cabeza de su niño y miró acto seguido a su esposa — Aunque tu madre perdió la paciencia hace tiempo.

    — No tiene gracia, Om, y tampoco estoy de humor para tus comentarios — La Elegida usó un tono de voz bastante duro — Hacerme viajar hasta aquí para esto... Los neonianos nunca han tenido sentido de la diplomacia.

    — La representante Mason no podía acudir, ya sabes que está bastante ocupada iniciando los preparativos para la expedición sobre el proyecto Anixis.

    — Y eso es otra, Bárbara debería haber venido en lugar de nosotros — La syleriana se mostró bastante irascible en todo el momento que llevaban allí — Puede que Uriow sea syleriano y ciudadano nuestro, pero trabaja para ella y los intereses humanos. Nunca entendí porqué aceptó ser el gerente de una prisión de máxima seguridad para la escoria que siempre nos ha complicado la tarea de sobrevivir.

    — Ya dijo estar cansado de ser simplemente un soldado que recibe órdenes, por lo que optó por en lugar de matar a sus enemigos, encerrarlos y mantenerlos vigilados — Contestó Om en un tono explicativo — Recuerda que llevamos diez años siendo civilizados de nuevo y su trabajo es algo que debe hacerse. Atrás quedaron las guerras y los asesinatos por pensar diferente.

    — Pero siempre persiste la escoria y el pensamiento diferente.

    — Es una manera de verlo.

    — ¿Tú cómo lo ves, querido?

    — Puede que simplemente necesitemos un equilibrio en ambas cosas — Paokt comenzó a reflexionar — Cuando se supo lo de la expedición en Sovaam, a parte de nuestro pueblo no le gustó la idea de que fuéramos a invertir suministros en ello, mientras que otros entendían que descubrir qué pasó con los Anixis es algo primordial si queremos conocer que pasó con ellos y así evitar que nos pueda pasar a nosotros.

    — Oh no... suenas como Bárbara.

    — Quizá porque comienzo a comprender su ímpetu por crear dicha expedición una vez hemos descubierto una ruta de viaje que los Anixis hicieron — El protector se sentía muy intrigado respecto a estos seres — Sé que quizá te parezca una locura, pero estoy meditando seriamente el unirme a esa expedición.

    Rápidamente, como si se hubiese soltado un resorte, la cabeza de Hylda se volteó hacia su marido, con la mirada clavada en la de él. Era casi intimidatoria, hasta el punto que Omnius comenzó a asustarse.

    — ¿...madre?

    La Elegida continuó así durante unos largos segundos de incomodidad en ambos Om hasta que para sorpresa de estos, la syleriana comenzó a asentir e incluso a sonreír, como si un cambio drástico de comportamiento hubiese sucedido en su interior. Totalmente confundido, Paokt permaneció en silencio a la espera de que fuese ella la que dijese el porqué de ese gesto.

    — Me alegra verte así. Así de vivo — Musitó repentinamente la syleriana, sintiéndose feliz — Te ha tomado diez años, muchas pesadillas y una operación de columna para sobreponerte a todo el mal vivido. De repente, ya no piensas en esas cosas como solías hacer antes. Te veo con esa curiosidad por conocer, tal y cómo te conocí... tal y cómo me enamoré de ti. Eso y la valentía que habías perdido. Comienzo a volver a verte a ti, Om.

    Las palabras por parte de la Elegida syleriana fueron inesperadas para el protector de ésta, que se sorprendió gratamente.

    El pequeño Omnius, que al inició estaba temeroso por ver la reacción de su madre, terminó sonriendo aliviado y reconfortado por ver a su padre ciertamente diferente tras todos esos años difíciles para él y en general para toda la familia Paokt Admir.

    [...]

    — Líder Tovam — Musitó su secretario, de origen neoniano, mientras se cerraba la puerta corredera tras él.

    — Lo sé, la llegada de la Elegida Admir — Contestó al instante la actual líder de la especie neoniana — Voy ahora mismo.

    — No, no es eso. Los representantes sylerianos no han llegado aún.

    — Entonces, ¿qué ocurre?

    — Es Arva Tidder, ha acudido aquí con sus hijos argumentando que debe hablar contigo — El secretario parecía contrariado — No la tenía apuntada en la lista de citas de hoy, pensé que...

    — Tranquilo, no hay problema. Dile que puede entrar.

    — Entendido, líder Tovam.

    De estar apresurada por la visita de los líderes sylerianos, Erie pasó a relajarse al oír que Arva estaba allí.

    La neoniana era consciente del motivo de la visita por parte de la humana, pues hacía varios días habían hablado acerca de la posibilidad de que Erie necesitase un apoyo en el cargo, un segundo al mando, ante la posibilidad —en ese instante, lejana— de que Khael fuese a formar parte de la expedición, algo que ambos ya hablaron y que ya tenían acordado desde hacía tiempo.

    — Buenos días, Erie — La neoniana fue sacada de sus pensamientos cuando la ex piloto de la Arcadia entró al despacho personal de ésta — Karla, Jackon; tomad asiento ahí.

    La madre les indicó a sus hijos que se sentaran en unas sillas apartadas del escritorio donde estaba sentada Erie y donde la propia Arva se sentó, enfrente.

    Tanto Jackon como Karla se mantenían en silencio y obedecieron a su madre. La líder Tovam sonreía, pues la visita de la humana debía significar solo una cosa.

    — ¿Has venido para decirme que sí? — La neoniana sonreía, contenta incluso antes de saber la respuesta.

    — Así es, he estado meditándolo estos días y... me gustaría tener esa responsabilidad, sí — La respuesta de Arva no podría haber sido más satisfactoria para la neoniana — Pero me gustaría saber cuando será el momento en el que requieras mis servicios.

    — De hecho, muy pronto te necesitaré conmigo — Tovam fue directa — No sé si estés al corriente de que la líder de los tuyos, Bárbara Mason, está organizando una expedición en busca de respuestas sobre los Anixis. En definitiva, te contaré los detalles más adelante, ahora debo acudir a una obligación de suma importancia.

    — Entendido, no te entretengo más — Apenas habían pasado cinco minutos desde que Tidder se sentó en la silla y ya se estaba levantando para marcharse — Nos vamos, hijos.

    — ¿Ya? Qué rápido — Refunfuñó el joven Jackon.

    — Ya han acabado de hablar, Jackon, es normal — Karla se lo dijo en un tono serio.

    — Adiós, Erie.

    — Hasta pronto, Arva. Te agradezco que te hayas pasado a confirmarme tu decisión. Estamos en contacto.

    La famosa ex piloto de la Arcadia asintió con una media sonrisa y se marchó del despacho junto a sus dos hijos, mientras la líder del pueblo neoniano terminaba de recoger unas pocas cosas de su mesa para acudir al encuentro con Hylda y Om. Tras esto, Erie salió de su despacho, ubicado en la zona central de Promesa y desde donde se dirigía todo en Neonia, para tomar un vehículo de viaje rápido que la llevara directamente al hangar donde se preveía que aterrizaran los líderes sylerianos.

    El trayecto, gracias al vehículo de transporte rápido, le llevó menos de diez minutos. Hylda, Om y su hijo, quiénes llevaban esperando al menos quince minutos en el hangar, vieron aproximarse el aparato hasta que éste frenó y tomó posición a un lado de ellos. Cuando las puertas se abrieron, los líderes sylerianos vieron a la líder neoniana a bordo, en el asiento de conductor.

    — Siento mucho la tardanza, espero que me disculpéis — Dijo la neoniana cortésmente — Subid, os llevaré directamente al lugar donde Uriow Emmon está retenido. No perderemos más tiempo.

    — Ya era hora — Dijo Hylda en un tono recriminatorio.

    — Vamos, Omnius — Le indicó su padre al niño.

    La familia Paokt Admir subió a bordo del vehículo conducido por Erie y una vez se cerraron las puertas, condujo en dirección a la parte más alejada de Promesa, lugar donde se hallaban las celdas de la prisión.

    — Erie, no quiero permanecer más tiempo del necesario — Dijo Hylda, que siempre que hablaba sonaba bastante dura — Recogemos a Uriow y nos vamos.

    — Me parece bien — Contestó la neoniana, secamente.

    — Dime Erie, ¿irá algún neoniano en la expedición que está preparando Bárbara? — Om sentía curiosidad por si habría ausencia de neonianos en la expedición.

    — Por el momento, Khael y yo hablamos y decidimos que él iría en esa expedición — Contestó la líder Tovam — Ya que vamos a destinar ciertos recursos y suministros, que menos que alguien de los míos pueda asegurarse de que se aprovechan correctamente.

    — ¿Envías al comandante Yannick a esa expedición simplemente para que vigile que vuestros suministros se usan correctamente? — La Elegida Admir se sorprendió, y no para bien, de la respuesta de la neoniana — Pensaba que ser la Alianza Interestelar de Especies implicaba confianza mutua entre las tres especies.

    — No desconfío, Hylda. Solo quiero saber que no tiro mis recursos a un fondo perdido.

    — Tiene lógica, pero aún así, no deja de sonar un poco extraño — Paokt apoyó a su mujer — Nosotros también vamos a destinar suministros, pero sabemos que quiénes vayan en esa expedición sabrán aprovecharlos muy bien.

    — Eso espero — Musitó Erie, concentrada en la conducción — Ya estamos cerca.

    Tras algo más de cinco minutos de viaje entre una punta de Promesa y la otra, la neoniana y los sylerianos llegaron al lugar estipulado.

    La cárcel de la colonia humana —ahora dirigida por la líder Tovam— que antaño había albergado a criminales como Sun Brume, ahora servía para lo mismo, pero con ciertas mejoras tras la remodelación que hubo debido a la guerra civil y posteriormente a la de los humanizados Anixis.

    Antes de que los cuatro salieran del vehículo que les transportó hasta allí, el comandante del ejército de la AIE se personó allí. Cuando Erie salió, se encontró con Khael allí presente en la entrada a la zona de celdas. El soldado neoniano sería el encargado de escoltarles hasta la celda del alcaide y antiguo soldado syleriano.

    — El syleriano retenido está en las celdas finales — Informó el neoniano, serio — Seguidme.

    Guiados por el comandante Yannick, el grupo fue pasando por al lado de las celdas, encontrándose en ellas a toda clase de criminales de los cuáles desconocían sus crímenes, pero que de seguro habían hecho algo merecedor de terminar encerrado tras una cristalera prácticamente irrompible.

    Omnius iba último, observando todo a su alrededor y viendo desde una edad temprana —sus padres no tenían problema en enseñarle cómo era el mundo y explicarle cómo lo fue— algunas cosas que se les eran reservadas a los niños.

    En uno de los momentos durante el trayecto hasta la celda de Uriow, el joven Omnius observó fijamente a un tipo, humano y con varios tatuajes en el rostro que no dejaba de gritar:

    — ¡RESISTENCIA! ¡RESISTENCIA! ¡RESISTENCIA!

    A pesar de que Omnius desconocía aún el significado trascendental de esa palabra, no dejaba de resultarle curioso que no fuese la primera vez en escucharlo.

    Mientras Om y Hylda seguían con la mirada al frente y haciendo oídos sordos a todo tipo de gritos y burlas, tanto Erie como Khael lanzaban miradas intimidatorias a todos los presos que les decían cualquier cosa obscena o provocadora.

    La situación era esa hasta que finalmente llegaron a una de las últimas celdas, donde Uriow yacía tumbado sobre su pequeña cama, observando el techo blanco de su pequeño habitáculo.

    — Alcaide Emmon, tienes visita — Le dijo Khael con cierta indiferencia.

    El syleriano giró su rostro y al ver a sus amigos Hylda y Om se abalanzó sobre la cristalera con una sonrisa enorme que denotaba lo agradecido que se sentía por ver que los mismísimos líderes de su especie habían ido a llevárselo consigo, de vuelta a su verdadera casa.

    Mientras Erie introducía un código de seguridad para abrir la entrada a la celda, Om le asentía a su ex compañero y amigo, haciéndole ver que todo iría bien. Una vez la puerta se abrió, Uriow Emmon se abalanzó sobre Om Paokt, fundiéndose ambos en un abrazo.

    — ¡Gracias, hermano, gracias! — Repitió varias veces, visiblemente emocionado — ¡Jamás pensé que evitar un motín a gran escala en toda la base Ío iba a terminar conmigo encerrado!

    — Tranquilo Uriow, sé que debe haber sido confuso, pero ya pasó. Nos vamos de vuelta a Syleria.

    — Sí, por favor. Vámonos ya de aquí.

    — Hablas como si te hubieran tratado mal aquí, Uriow — Hylda estaba seria por ello — ¿Ha habido algún problema?

    — ¿Insinúas que aquí maltratamos a nuestros presos? — Erie también se molestó.

    — No le ha pasado nada a vuestro amigo, simplemente parece que no acepta muy bien la soledad... o el estar encerrado en ocho metros cuadrados — Khael trató de tranquilizar las cosas — En fin, supongo que atribuiré esto a un "error diplomático". Eres libre, alcaide.

    Visiblemente aliviado, Uriow salió el primero acompañado de Om y Omnius, mientras les seguía Hylda, con Erie y Khael detrás. La liberación del alcaide syleriano propició un sinfín de gritos y golpes por parte del resto de retenidos que mostraban su disconformidad.

    Tras esto, el grupo tomó el vehículo de transporte colonial para dirigirse de nuevo al hangar, donde los sylerianos tomarían su nave de regreso a su mundo de origen. Una vez en el lugar, líderes neonianos y sylerianos se dedicaron una última conversación.

    — Entonces, ¿no habrá represalias contra Uriow? — El protector Paokt, intranquilo, quería asegurarse de que su amigo no tendría más problemas por lo que hizo.

    — Murieron muchas delincuentes por culpa de su orden de frenar la revuelta — Dijo el comandante Yannick, voz autorizada — Coincidió que yo y uno de mis escuadrones estuvimos allí, por lo que fuimos testigos de todo lo sucedido. Primero fue Puerto Arcadia, después la prisión de Ío... y los culpables no pagan por su delito.

    — ¿A qué te refieres con que los culpables no pagan por su delito? — Uriow tenía la sensación de que las palabras del comandante neoniano tenían trasfondo — ¿Ya han encontrado a los causantes de lo de Puerto Arcadia?

    Hylda asintió a su símil con seriedad, dándole una afirmación a su pregunta en forma de gesto corporal.

    Tanto Khael como Erie no parecían estar de acuerdo con que la representante humana optase por reclutar a Lynx, Norman y Tyra para la expedición, pero respetaban su decisión, pues al fin y al cabo la principal responsable de ello sería ella misma y en su espalda recaerían las consecuencias de lo que pudiese pasar.

    En mitad de aquel silencio, el joven Omnius se percató de que su padre miraba fijamente a Uriow, como si algo revolotease por su cabeza y tuviese que ver con el recién liberado alcaide.

    Casi al instante en el que Hylda y Erie se percataban de que la nave syleriana ya estaba lista para partir, el protector de la Elegida reveló aquello que se le había ocurrido.

    — Entiendo que la orden que dio Uriow a sus guardias fue un tanto abusiva, dictatorial y precipitada, por lo que cometió un delito, más bien un error — Para Om, las vidas que se perdieron en la prisión de máxima seguridad de la base Ío, no valían mucho debido a que eran criminales de distinta índole — Pero, ¿y sí pudiese enmendar dicho error?

    — Yo no lo calificaría de error — La líder Tovam fue tajante — Dio la orden de asesinar a cualquier criminal con tal de aplacar el motín, cuando debería haber dejado que el comandante del ejército de la AIE, allí presente, se hiciese cargo.

    — ¿Un simple escuadrón contra cientos de asesinas, ladronas y estafadoras? — La Elegida Admir salió en defensa de su conciudadano — Por mucho que Khael esté al mando del ejército de la Alianza, él y su escuadrón no son súper soldados. Hubiesen requerido de la ayuda de Uriow y sus guardias de la prisión.

    — El ejército de la AIE tiene soldados preparados para ese tipo de situaciones, incluido yo y mi equipo — Khael quiso engrandecer a sus miembros del ejército — Podríamos haberlo manejado eficazmente.

    — ¡Basta, maldición! — Exclamó Om sorpresivamente, viendo que la conversación se salía del hilo principal — Lo hecho, hecho está. Uriow actuó mal, sí, pero también lo hicieron esos tres criminales que nos durmieron en Puerto Arcadia. Ellos y él, hicieron algo muy mal, pero con buenas intenciones. Eso no los convierte en criminales, al menos no ante mis ojos, ¿o acaso Lill Crane se convirtió en un criminal cuando ordenó la activación de Regresión y por ende la muerte de miles de personas, evitando así la muerte de otras miles, de nuestra gente? — El protector hizo una pausa, esperando por si alguien respondía con algún argumento, pero nadie lo hizo — Sugiero que Uriow se gane el crédito perdido, uniéndose a la expedición de la representante Mason, a la que yo también iré. Dejemos de engañarnos entre todos, esa expedición no la quieren hacer solo los humanos, sino todos nosotros. Llevamos años estudiando todas las pistas del proyecto Anixis y eso nos ha llevado a este punto. Cuando fundamos oficialmente la Alianza Interestelar de Especies, fue para que en estas circunstancias, todos fuésemos a una. Unidos, porque solo así prosperaremos.

    [...]

    El jefe de seguridad del Observatorio Científico Vanth Dheer se encontraba de camino al despacho privado del jefe del recinto, quién era el científico e historiador Caelum Pallow.

    Había sido llamado a acudir inmediatamente, dejando a un lado sus obligaciones, lo que le hacía pensar que se trataba de algo muy importante. Tras avanzar por varios pasillos y doblar varias esquinas, Yak se personó en el despacho del syleriano, quién le hizo pasar con un gesto mientras mantenía una conversación telemática con la líder neoniana y su segundo al mando.

    ...y como los líderes sylerianos van a comprometerse más con la expedición, nosotros no vamos a ser menos.

    — Lo comprendo, líder Tovam, pero perdone si le digo que esto escapa a mi comprensión pues no he sido notificado por mis líderes de ello — Caelum se veía algo nervioso, algo que Yak notó al colocarse a su lado.

    Seguro que muy pronto le informan, Pallow — Al ver a Quetaryan, la líder neoniana esbozó una sonrisa — Yak, me alegra que ya estés aquí. ¿Cómo estás?

    — Bien, no me puedo quejar — Contestó Yak sin mayor complicación — ¿A qué se debe mi presencia aquí?

    Khael y yo le estábamos comentando a Pallow que la Elegida Admir y el protector Paokt van a destinar más recursos a la expedición que está preparando la representante Mason... ¿sabes algo al respecto?

    — Caelum me dijo que pronto habría que salir ahí fuera y que me queríais para la expedición.

    Y así es, Quetaryan, necesitamos que formes parte de esa expedición por tu experiencia y tus habilidades — Intervino Khael en la conversación — No estarás solo; yo también voy a bordo.

    — No entiendo porqué debo ir, ni siquiera porqué vas tú — Yak se refería a Khael — ¿Esto no es una expedición científica? ¿Por qué llevar al comandante del ejército y a un jefe de seguridad?

    Más vale prevenir que curar; es un gran dicho de los humanos — Explicó la líder Tovam — Debemos llevar personal de todo tipo para estar preparados en cualquier situación.

    — Es comprensible — Añadió Caelum, quién se volteó hacia su empleado — Yak participará en esa expedición.

    — Eh, espera, ¿acaso eres mi padre? — Quetaryan se molestó con la afirmación del syleriano — Yo no dije que sí.

    Yak, necesitamos de tus conocimientos y sobre todo de tu experiencia en situaciones desconocidas — Erie trataba de convencerlo, aunque tenía un as en la manga — Además, la brillante científica Halisha Ladyon estará a bordo, tenemos su confirmación. Y tengo entendido que mantienes una estrecha relación con ella...

    — ¡Maldita sea, eso es chantaje! — Yak se sentía forzado a unirse a dicha expedición.

    — No te lo tomes personal, Yak, pero en una expedición científica lo que más se necesita son científicos — Dijo Caelum con cierta soberbia.

    Casi como si una bombilla se le iluminara en la cabeza a Quetaryan, éste tuvo una idea.

    Repentinamente sonriente, —algo que desconcertó a todos por igual—, el neoniano se aproximó a su jefe syleriano y posó sus manos sobre los hombros de éste.

    — En ese caso, Caelum, tú eres científico también — Yak vio en el rostro del syleriano un temor absoluto — Mejor dos científicos que solo uno, ¿no crees?

    — ¡Yo debo quedarme, estoy a cargo de éste sitio! — Exclamó un sobresaltado Pallow.

    Se podría encontrar un reemplazo para tu puesto, Caelum. De seguro que tu agudeza y perspicacia científica nos vendrá genial en la expedición — Khael añadía más leña al fuego — No seas cobarde, querido amigo syleriano.

    Que no se hable más, contactaré inmediatamente con la Elegida Admir para convencerla — Erie lo tenía claro — Aunque estoy seguro de que será comprensiva y accederá a que una de sus mentes brillantes se una al viaje.

    — ¡De ninguna manera! — Gritó Caelum, consciente de que se había metido en un buen lío.

    Recibirás noticias de tus líderes muy pronto, Pallow — La líder Tovam esbozó una sonrisa — Os veo pronto en las reuniones para la expedición.

    Mientras la conexión telemática con Neonia se cortaba para dar por finalizada la conversación, el científico syleriano fruncía el ceño ante la sonrisa de oreja a oreja que portaba el neoniano.

    Aunque a éste no le agradaba la idea de ir en esa expedición, el hecho de que su pareja hubiese accedido —además sin decirle nada— le obligaba sentimentalmente a unirse, más allá de que había logrado meter en la expedición a su jefe y uno de los mejores científicos conocidos. Así pues, tres nuevos nombres se sumaban al futuro viaje.

    [...]

    El famoso pasillo previo al ascensor que daba acceso a la vivienda de la representante humana Bárbara Mason —antaño la del Emperador Gar Xom y posteriormente de su hijo Deon— tenía a dos personas en espera: la actual comisaria de la policía de Ciudad Anixis y a uno de los ingenieros más brillantes. Cia Jenner y Westley Finn se habían reunido de forma repentina y casual en aquel pasillo que tantas cosas había vivido y que hacía tan solo unos días había sido el escenario de una reunión entre varios antiguos compañeros.

    El hombre y la mujer, que poco se conocían y poco habían compartido pese a estar en el mismo bando, se miraban de reojo mientras permanecían a la espera de ser llamados por la propia Bárbara. Ninguno de los dos dio su sí en la última reunión para estar a bordo de la expedición y su presencia allí indicaba que la respuesta iba a ser finalmente afirmativa. El silencio entre ambos era total, pero sus mentes no dejaban de generar pensamientos respecto a los motivos que les habían llevado hasta allí.

    En el caso de Cia, su sí a la expedición residía en que Sun también iba. La madre biológica del que era su ahijado durante los últimos diez años había tomado la oportunidad de librarse de todos los cargos que tenía por distintos delitos mediante su participación en la expedición Anixis, lo que generó en la comisaria ciertas dudas respecto a su lealtad. Jenner desconfiaba de la asiática, simplemente porque ésta aceptaba la misión como forma de pagar el resto de su condena.

    Sin embargo, pese a no confiar en ella, Cia estaba abierta a que se ganara su confianza. Si hacía eso y demostraba haber cambiado realmente, la presencia de Jenner allí pasaría de ser meramente de vigilancia para convertirse en protectora. La mujer tampoco quería que Kendall perdiese a su madre cuando apenas acababa de conocerla, por lo que, si era de fiar, su protección seria el motivo por el que Cia entraría en la expedición. Con ello, también evitaría la presencia de Ender en la misión —quién desconocía las intenciones de la mujer— para que Kendall pudiese quedarse con, al menos, un familiar de sangre a su cargo.

    Para West, el motivo era sencillo: quería formar parte de algo importante antes de dejar el plano terrenal. El ingeniero era consciente —ya se lo advirtió la doctora Vega— de que tenía meses de vida por delante, pero no más allá. Consciente del tiempo límite que su existencia tenía, Finn decidió no malgastarlo en nada que no fuese especial. Y a sus ojos, entrar en la expedición Anixis era algo que sería relevante de cara al futuro.

    Además, viendo que la misión andaba corta de ingenieros —Sith se ofreció a ir pero Bárbara se lo negó, pues es un miembro esencial para la AIE— consideraba que era su deber como ciudadano el poder ayudar con sus conocimientos a cualquier problema, tanto en la nave, como ante tecnología Anixis u otra desconocida. Evidentemente, la existencia de su cáncer terminal no iba a ser revelada por él, e intentaría —más bien esperaba— que Maya no optase por hacerlo público. De saberse, su presencia a bordo de la expedición sería imposible.

    Todos estos motivos no iban a ser expuestos ante Bárbara, pues con darle la confirmación de su presencia en la misión debería bastar para que la representante de la humanidad accediese y así ambos lo pensaban. Aunque, pese a tener intereses personales, no los antepondrían a la misión de exploración más importante de la historia de la humanidad, solo por detrás de la primera que les llevó a Neonia.

    Sus pensamientos les hicieron pasar una espera relativamente breve, pues la representante Mason les invitó a tomar el ascensor mediante los megáfonos.

    Por favor, subid.

    Cia y West se miraron fijamente, indicándole el hombre que pasara primero ella. La mujer, a la que no le gustaba que la trataran como una princesa, insistió en que fuera el ingeniero quien pasara delante. Él no quiso ser redundante, por lo que asintió agradecido y entró el primero en el ascensor, el cuál ya tenía indicada la planta del edificio en la que se detendría.

    Ambos prosiguieron con su silencio en el interior del aparato hasta que las puertas de este se abrieron, dándoles paso a la vivienda de la líder humana.

    — Bienvenidos de nuevo — Murmuró Bárbara con una sonrisa de cortesía — Me habéis dicho que el motivo de la visita era urgente, ¿a qué se debe realmente?

    — En mi caso, es para darte mi confirmación a formar parte de la expedición — Cia decidió no andarse con rodeos — He tenido estos días para meditarlo y me gustaría participar.

    — Hay muchos miembros de la expedición con la etiqueta de soldados, no sé si tus cualidades encajen — La representante humana estaba siendo sincera.

    — También tengo conocimientos de ingeniería, al menos los básicos — Jenner no quería quedarse fuera — Por favor, Bárbara, quiero estar dentro.

    — Está bien, alguna utilidad podremos encontrarte — Tras esto, Mason se giró hacia el ingeniero — West, tú si eres uno de los mejores ingenieros, Sith me ha hablado muy bien de tus capacidades.

    — No me considero especial, representante Mason, pero estoy más que cualificado para el puesto — West miró de reojo a Cia, mostrando cierta soberbia — Yo también he venido para darte mi sí a unirme a la expedición.

    — Me alegra mucho oírlo, la expedición necesitaba más ingenieros — Explicó Bárbara, de brazos cruzados — Solo teníamos a Lynx Herswood con esa especialidad. Bueno, también a Lio con alguna idea.

    — Entonces, ¿ambos estamos dentro? — Cia necesitaba oírlo de boca de la líder de la humanidad.

    — Por supuesto, toda ayuda debe ser bien recibida. Añadiré vuestros nombres a la lista de los elegidos.

    — ¿Elegidos? — Finn no se sentía como tal — Somos nosotros quiénes nos ofrecemos, nadie nos ha elegido.

    Bárbara esbozó rápidamente una sonrisa de oreja a oreja mientras se dirigía a coger su tableta para añadir dos nuevos miembros a la futura tripulación. Cia y West permanecían en el mismo lugar, mirando atentamente a la representante humana.

    — Fuisteis llamados a la reunión, ¿acaso eso no os dice algo? — Dijo la mujer mientras tecleaba varios comandos en la tableta y alzaba la vista para mirarles — Los miembros del Consejo de la AIE llevábamos años con el proyecto Anixis. Tuvimos mucho tiempo para planificar quiénes queríamos que estuviesen a bordo de una nave cuando surgiese la oportunidad. Sí, yo y los acontecimientos hemos precipitado dicha oportunidad, pero antes ya había un consenso respecto a quiénes conformarían la tripulación. Los líderes hicimos una lista de elegidos, conscientes de que no todos querrían acceder a una nueva expedición. Evidentemente ha habido cambios, pero en definitiva, estáis todos los que considerábamos esenciales para las probabilidades de éxito de la misión. Sois parte de los elegidos desde mucho antes siquiera de que se os planteara la posibilidad. Enhorabuena, porque oficialmente, ya sois miembros de la tripulación.
     
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    Saludos, amigo, paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Creo que a este punto estoy bastante ansioso por saber qué es lo que sigue. Tal y como dijiste mientras hablábamos, los capítulos van a ir a más, y tendría ganas de seguir avanzando con la historia, y así viene siendo.

    Creo que esta parte, pese a estar desarrollada con tranquilidad, ha podido mantener la calidad de la historia. Quiero decir, no ha sucedido casi nada que sea frenético como en las partes V y I (mis favoritas hasta ahora XD) sino que ha sido todo en el plan explicativo y con el fin de narrar las consecuencias de lo que se ha vivido en partes anteriores, más que nada el suceso de gran tamaño que fue la guerra vs los humanizados Anixis. Y debo decir que, pese a no tener un componente épico en el repertorio, esta parte ha estado avanzando muy bien. Los detalles que has puesto, las historias que has contado sobre los personajes y las decisiones que toman con base en la madurez obtenida, han hecho posible que esta parte se mantenga en buen nivel pese a no haber tiroteos , batallas o algún otro componente muy épico. Por eso te aplaudo. Yo siempre creí que partes de este estilo no serían entretenidas de leer, pero esta ha demostrado que sí se puede disfrutar, y ahora, según tú, se viene la mejor parte :)

    Vemos que Hylda no está nada contenta teniendo que ir a buscar a Uriow, y lo entiendo. Se supone que sus acciones ayudaron a salvar la vida de mucha gente, y pese a eso, lo han retenido como a un prisionero cualquiera. Entiendo que quizá las normas así lo dicten, pero podrían haberlo retenido en otro sitio y no con criminales. Lo bueno es que su sentencia no fue muy extensa o muy dura. Luego de las charlas que se van sucediendo, se ve que Om está recuperándose de los traumas del pasado, que yo creo que deben ser bastantes. Si puede heredar recuerdos de la guerra contra los neonianos por parte de su padre, y tras haber vivido una infancia dura en Syleria para después participar en la guerra contra los Anixis de la cuál quedó lisiado, entiendo que haya estado en la oscuridad por tantos años. Es bueno ver que se recupera, porque desde su introducción he visto un gran potencial en él y creo que tenerlo activo en la trama le beneficiará tanto a él como a la historia. Sin mencionar que Uriow también acude para poder compensar su error, aunque yo comparto en que no fue algo así.

    Caellum ha intentado pasarse de listo y queriendo quitarse de encima a Yak, él también ha sido forzado a meterse en la expedición. Tú ya sabes que, desde su primera aparición, me ha parecido un ser muy antipático. Y siendo un científico, creo que me da algo de miedo que esté en la tripulación. Lo veo como alguien frío, y que sería capaz de sacrificar gente a la primera oportunidad que tenga. Podrá ser muy inteligente, pero alguien así no me genera confianza. Ojalá no le den nada de poder en la expedición y se limite a cumplir su profesión. Por parte del neoniano, pues tengo que decir que estoy en un punto de vista neutral. Ha sido problemático en el pasado a raíz de lo que sucedió con Reeda y con Regresión. Ahora él va, y estoy suponiendo que se dedicará a proteger más a su nueva pareja que a colaborar. Podría entenderlo, puesto a que no debe ser agradable pasar por lo mismo dos veces. Pero no por eso me termina de gustar. Sin embargo, fue entrenado por Vanth, y siendo jefe de seguridad asumo que debe ser de los mejores en el puesto. Así que, eso es lo que hace que esté puesto en una posición neutral.

    Arva ha aceptado el puesto de segunda al mando de Erie, y es algo que veo lógico, puesto a que ella ha adoptado a Neonia como su segundo hogar después de la Luna. Entiendo que así ella podrá colaborar para volverla un sitio mejor, no solo para sus hijos, sino también para nuevas generaciones. Aunque tengo que admitir que todavía tengo la espina de cuando Hillary se volvió representante de la Tierra y pocos capítulos después terminó muriendo cuando el Supremo eligió disparar el arma de la Bataller contra el Sistema Solar. Espero la historia no se repita, y menos con ella ahora que tiene familia.

    No esperaba para nada que Cia y West accedieran a acudir a la misión. Es una sorpresa que Cia eligiera moverse a la misión, sobre todo porque pensé que ella querría quedarse para acompañar a Ender en la crianza de Kendall ahora que Sun regresó. Pero bueno, es una soldado que se ganó su lugar en el grupo, y seguro puede aportar al equipo en conocimiento militar y de entrenamiento. Por parte de West, creía que simplemente esperaría por una muerte a causa de su enfermedad. Quiero decir, alejarse de tu mundo y morir en el espacio exterior en medio de una misión no debe ser agradable psicológicamente. Y menos cuando se revele que tiene su enfermedad. Claramente, al no haberlo hecho ahora, no deben tener equipo para tratar a gente con cáncer a bordo. Por eso mismo, el dolor que sentirá cuando sea golpeado por la enfermedad no tendrá igual. Pero bueno, él eligió caer en ese vicio, así como también alistarse a la misión. Su muerte, por más dura que sea, será en su ley.

    Con este capítulo acabado, se ha confirmado quienes serán los integrantes de la segunda generación de Viajeros.
    De parte de la humanidad: Lill, Lio, Maya, Lynx, Tyra, Norman, Sun, Cia, West.
    De parte de los neonianos: Yak, Halisha, Khael.
    De parte de los sylerianos: Om, Uriow, Caellum.

    Es una pena que Zyon y ningún otro Rhajik haya sobrevivido a lo que sucedió en la guerra y en Regresión. Pero bueno, ellos seguro estarán bien en la misión. Es un equipo que aporta los conocimientos de Lio, Cia, West, Halisha, Caellum y Lynx para la ingeniería. A Maya como doctora y a Lill, Sun, Cia, Yak, Khael y Uriow como defensa. Creo que es un equipo bastante balanceado y equilibrado. Imagino que esta parte acabará con ellos llegando a Virm, tal y como se ve en el fragmento final de la historia anterior a esta.

    En fin, muero por ver a dónde lleva este viaje a los nuevos Viajeros. Espero que, luego de varios misterios, finalmente sepamos más sobre los Anixis por medio de este viaje. Con eso me despediré en esta ocasión, amigo. Faltan 9 capítulos si no me equivoco, y estaré esperando ansioso por cada uno de ellos. Ahora sí. Cuídate mucho. Bye bye :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros VII: Un nuevo orden
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    Saludos, un día más en una nueva publicación para esta historia que llevo escribiendo durante mucho tiempo. Gracias a todos los que os habéis pasado a leer o al menos a chequear de que trataba todo esto XD. Especial agradecimiento (as always) a Reydelaperdicion por estar siempre ahí. Disfrutad.




    Reunidos de nuevo







    En uno de los hangares de la base militar de Ciudad Anixis, el cuál estaba habilitado como gimnasio, se estaba sucediendo un combate en el cuadrilátero de boxeo que habían instalado hacía apenas varios meses. Lo más curioso era que la pelea que se estaba dando, pese a ser en un ring, no tenía nada que ver con dicha disciplina sino más bien se trataba de un estilo libre.

    Encima de la lona y rodeados por una multitud de soldados —quiénes solían ejercitarse allí— se encontraban dos hombres de constitución fuerte. Ambos intercambiaban golpes mientras la muchedumbre extasiada los gritaba en función de a quién estuviesen apoyando de los dos.

    — ¡Apostad por el campeón Brad Sanders, a diez Alianzas! — Exclamaba un recaudador del combate, abriéndose paso entre la gente.

    Uno de los dos hombres que se hallaba en el cuadrilátero, llamado Brad, era "el campeón" tras encadenar una racha de siete combates sin perder, logro el cuál le mantenía como alguien a quien batir.

    El recaudador que hacía las apuestas proseguía con su grito mientras avanzaba entre la multitud, cuando alguien le tomó del brazo para frenarle. El tipo se volteó algo molesto, pero al ver que se trataba de una atractiva mujer, su expresión cambió radicalmente hasta esbozar una gran sonrisa.

    — ¿Quieres apostar por Brad, cielo?

    — En realidad, no — Contestó la chica, alzando la voz entre los gritos de la gente — Quiero apostar veinte Alianzas por el aspirante.

    El recaudador, bastante extrañado por la respuesta, la observó de arriba a abajo con indiferencia. Ella sonrió amablemente y mostró el dinero en efectivo en una de sus manos.

    — ¿Y bien?

    Justo en ese momento, "el aspirante" lanzó un gacho de izquierdas a Brad Sanders, impactándole en la parte baja de la barbilla y haciéndole retroceder hasta las cuerdas.

    Los gritos se hicieron ensordecedores por un breve instante, pues nadie esperaba dicho golpe de vuelta, mucho menos "el campeón". El recaudador, tras ver aquello, se quedó mirando a la tipa con cierta seriedad, tomando el dinero de su mano y guardándolo en una mochila para después sacar una pequeña libreta que portaba decenas de nombres apuntados.

    — Dime tu nombre, por si acaso ganas algo.

    — Tyra Maxwell.

    Mientras el recaudador escribía el nombre de la piloto, ésta miraba con detenimiento al "aspirante".

    El hombre, que hasta el momento había recibido más golpes de los que había dado, volvió a la carga con una potente patada en el abdomen de su rival, el cuál no se lo esperó, lanzando un grito de dolor que se mezcló con los de la alocada multitud.

    — Ya está, Tyra. Mucha suerte.

    — Gracias. Ah, y a ver si promocionas al aspirante tanto como al campeón, que no se note hacia qué lado miras.

    El recaudador captó rápidamente lo que la piloto de la expedición Anixis le quiso decir con sus palabras. Consciente de que la chica tenía razón, el tipo prosiguió con su camino, también llamando a apostar por "el aspirante".

    — ¡Apostad por el aspirante Norman Williams! ¡Apuesta inicial de veinte Alianzas! ¡Vamos, anímense!

    Tyra sonrió tímidamente y volvió a centrar sus ojos en la pelea que se estaba dando en el ring.

    Brad esquivaba una ofensiva de Norman, quién tuvo que cubrirse ante una avalancha de puñetazos provenientes de su rival. El hombre nacido en la extinta Tierra esperó su momento para atacar, el cuál fue cuando la lluvia de golpes de Brad cesó por cansancio.

    Mientras el campeón retrocedía para recuperar fuerzas, Williams se lanzaba el ataque mediante un tecleo rápido que fue bloqueado por Sanders, pero que acto seguido vio como el aspirante le atestaba un potente cabezazo justo en la zona alta de la nariz, rompiéndole el tabique.

    El golpe fue tan fuerte que el campeón cayó sobre las cuerdas y apenas se sujetaba en ellas mientras la sangre brotaba de sus orificios nasales como si de una cascada se tratase.

    La lona blanca se teñía de rojo oscuro mientras algunos amigos de Brad acudían a ayudarlo. Los gritos de algunos se tornaron en abucheos pues estaban viendo como el favorito se encontraba, literal y figuradamente, contra las cuerdas. Por otro lado, había personas que gritaban en favor de Norman —cada vez eran más— pues estaban viendo un cambio de tendencia en la pelea.

    Sanders estaba prácticamente abatido pero faltaba el golpe final, sin embargo, los amigos de éste lo sacaron del cuadrilátero y se subieron a él con evidentes intenciones de apalizar al aspirante.

    — ¡Eh, fuera! ¡No jodáis el combate! — Exclamó un tipo entre la muchedumbre.

    — ¡Si Brad no vuelve al ring se considerará derrota!

    — ¡Bajad de ahí, inútiles!

    Los cinco amigos del maltrecho Brad hacían caso omiso a los gritos y se preparaban para dar una lección a Norman, quién consideraba que eso era una manera de joderle para que, tras ser proclamado campeón, no pudiese personarse la próxima semana a defender su "título" y por ende comenzar una racha de victorias.

    Williams no tenía por donde huir y ni siquiera se lo había planteado. Temiendo por su viejo amigo, Tyra comenzó a empujar gente para apartarla de su camino en dirección al cuadrilátero, con la intención de defenderle. La mujer subió y se colocó en posición de pelea, algo que sorprendió a los cinco tipos.

    — ¡Apártate, nena! ¡Solo queremos probar al aspirante! — Dijo uno de los cinco, visiblemente decidido.

    — ¡Vete al infierno! — Exclamó Tyra, lanzándose contra él y logrando derribarlo muy fácilmente.

    El movimiento ágil de la piloto sorprendió tanto al damnificado como a sus cuatro compañeros, quiénes retrocedieron al ver como su amigo se retorcía de dolor en uno de sus hombros.

    Norman observaba, atónito, a la que había sido su amiga hasta hacía unos meses. La conocía de muchos años pero nunca la había visto realizar tal movimiento, algo que denotaba que había estado entrenando durante los tres meses que habían pasado desde que la tripulación de la expedición había recibido oficialmente sus contratos, los cuáles les acreditaban como miembros de la AIE.

    — Llevadle a enfermería para que le recoloquen el hombro — Murmuró Maxwell en un tono serio mientras se volteaba hacia Williams — ¿Nos vamos?

    — Ahm, esto... sí, claro.

    Mientras Brad Sanders observaba a cuatro de sus amigos recoger a su dolorido compañero, Norman bajaba del cuadrilátero siguiendo a Tyra, mientras algunos soldados le daban palmadas en la espalda en señal de aprobación y respeto por la victoria en el combate.

    El hombre se sentía extraño, principalmente porque en esos tres meses que habían pasado, ni Tyra ni Lynx se habían puesto en contacto con él, pues ambos creían que el propio Norman les delató a la policía durante su misión en la colonia del Arca Cuatro.

    Sin embargo, ella estaba ahí, como si nada de eso hubiese ocurrido.

    — Tyra, enhorabuena — El recaudador se interpuso en su camino — Te corresponde un buen porcentaje del dinero apostado.

    — Aquí tienes mi cuenta bancaria — La piloto le envió el número de su cuenta mediante un rápido mensaje entre sus relojes inteligentes, los cuáles servían para ese tipo de cosas — ¿Cuánto tardarás en ingresármelo?

    — Ya mismo — El tipo se dispuso a realizar el envío de las Alianzas — ¿Nos volveremos a ver?

    — Lo dudo mucho, cielo.

    Mientras el tipo se quedaba perplejo viendo marchar a Tyra, Norman iba detrás con ganas de preguntarle qué hacía allí y qué quería de él.

    No es que su presencia le molestara ni mucho menos, pero después de meses sin ningún tipo de relación, su aparición repentina no podía ser mera casualidad. Finalmente, una vez salieron del hangar, ambos encontraron privacidad a un lado, por lo que se pararon.

    — Tyra, no es que no me alegre de verte pero, ¿qué es lo que haces aquí?

    — Salvándote el culo, ¿no lo has visto?

    — Tyra... — El hombre se cruzó de brazos, mirándola fijamente — No finjas que no ha pasado nada.

    — Tú lo has dicho, es pasado.

    — Llevas más de tres meses sin dirigirme la palabra, igual Lynx, y ahora vienes a mi de repente — Norman sabía que debía haber algo — Dime de qué se trata. ¿Estáis en problemas? ¿Es eso?

    — ¡No! No, estamos bien — Contestó la piloto, tranquilizando a su amigo — Sé que no fuiste tú quién nos delató. Pensé que... podríamos recuperar la amistad que teníamos antes.

    — ¿Y Lynx? — Williams se extrañó de no verlo — Si él no está aquí, es porque sigue pensando que fue culpa mía, ¿es eso?

    — Así es — Musitó Maxwell, cabizbaja — Ya sabes cómo es.

    — Maldito idiota ególatra... — Norman lanzó un suspiro de pena — Bueno, respecto a ti, me alegra que hayas venido a decirme esto. Ha sido muy extraño estar estos meses sin vosotros después de los años que llevamos conviviendo juntos.

    — Me alegra que lo hayamos arreglado, aunque no he venido solo por eso.

    — Por supuesto que no. Dime.

    — He estado probando la nave que nos llevará ahí fuera — Los ojos de Tyra se iluminaron — Es enorme, está espectacularmente equipada y es última tecnología Anixis.

    — Suena genial, ¿y dónde está?

    — La localización es secreta, pero tranquilo, porque mañana es el día.

    Las palabras de la piloto fueron como un golpe de realidad para Williams, que aún no había recibido la noticia de que al día siguiente iniciaría el viaje en el que se encontraba inscrito.

    — ¿Cómo que mañana es el día? Nadie me ha dicho nada.

    — Aún, pero antes de que acabe el día deberán avisarte.

    — No lo entiendo, ¿por qué te lo han dicho a ti?

    — Soy la piloto, Norman, debo saber primero que día vamos a partir para dejarlo todo listo, ¿no crees?

    Para el hombre, aquello era algo increíble. Siempre había soñado con formar parte de una tripulación que surcara el basto espacio y hallara cosas jamás imaginadas por el ser humano.

    Idolatraba al primer comandante, Jefferson Stagger, y más adelante seguía con entusiasmo las noticias de las expediciones Heaven I y la Arcadia, hasta que tomó una de las arcas en dirección a Neonia y sucedió la destrucción del sistema solar a manos del Supremo.

    Para ella, ser la piloto principal de una misión así y además manejando semejante nave de tecnología punta, la hacía sentir extremadamente responsable.

    No obstante, confiaba en sus habilidades pues pese a su edad ya había pilotado todo tipo de naves, por lo que no era problema para ella el controlar una nave que doblaba en tamaño a la famosa Arcadia. Estaba deseando que llegara el día de mañana para ponerse una vez más a los mandos, esta vez, para salir hacia el espacio en la misión de sus vidas.

    [...]

    En Syleria, concretamente en la ciudad de Sovaam, gran parte de su población de doscientos mil sylerianos salían a las calles para despedir al protector de la Elegida, quién iba a formar parte de la expedición. Acompañado por su viejo amigo Uriow Emmon, Om Paokt se asomaba al balcón con vistas a toda la ciudad, protegida de los gases tóxicos del exterior por la cúpula.

    Una cámara dron le grababa de cerca, saludando a su gente, mientras la imagen se proyectaba en miles de televisiones planas en todas las calles. Pese a que la sociedad syleriana no estaba muy de acuerdo con realizar el viaje en busca de pistas Anixis, lo comprendían, y por ello aplaudían que uno de sus líderes representara a su especie en dicho viaje que, quién sabe, podría terminar con el descubrimiento de nuevas especies con las que aliarse.

    Tras unos minutos diciendo adiós a su gente, Paokt entró de nuevo al interior de su vivienda, donde aguardaban sus pertenencias esenciales junto a la Elegida Admir y el hijo de ambos.

    Uriow permaneció a un lado, entendiendo que era un momento íntimo y familiar. Om se aproximó a quiénes eran su principal núcleo familiar, dándole un tierno beso a Hylda el cuál fue seguido de un abrazo, para después agacharse y abrazar con fuerza a Omnius. El protector, acto seguido, agarró de los hombros a su joven hijo para decirle unas palabras.

    — Mi padre nunca pudo decirme adiós, pero yo tengo ese privilegio — Comenzó diciendo el syleriano — Te estás convirtiendo en un ciudadano ejemplar y sobre todo en un hijo del que estar orgulloso. Cualquiera pensaría que un padre es quién enseña todo a su hijo, pero a veces, son los hijos quiénes enseñan cosas a los padres. Contigo lo he descubierto. Por eso, sé que cuidarás de tu madre tanto como de esto.

    Om le indicó a su amigo Uriow que le cediera una bolsa que se hallaba a un lado y que cubría un objeto de tamaño considerable, alargado y pesado. Cuando Emmon se lo cedió a Paokt, éste se lo ofreció a su hijo mientras los ojos se le inundaban de lágrimas.

    Omnius le quitó la bolsa lentamente hasta desvelar el famoso Rhajaal que el primer Omnius Paokt obtuvo en la guerra syleriano-neoniana, el cuál pasó al protector que ahora se lo daba a su pequeño hijo y único descendiente.

    — Es un arma neoniana antigua que portó tu abuelo durante la guerra contra los ancestros neonianos — Indicó el protector, visiblemente emocionado — Es el único recuerdo al tacto que tengo de él... y ahora considero que debes tenerlo tú.

    Omnius estaba tan atónito que apenas movía la boca de lo impresionado que estaba con el regalo de su padre, una reliquia antigua y familiar de valor sentimental incalculable para Om.

    El niño syleriano lo tomó en sus brazos y lo sujetó con la firmeza de un soldado, algo que emocionó más a su padre y a su madre. El joven Paokt era consciente de que no era un juguete y que pasarían años antes de que pudiese usarlo realmente, pero se sentía a cargo de, literalmente, el legado de su familia.

    — Cuidaré a madre y cuidaré el legado de los Paokt — Dijo Omnius con una presencia que denotaba una inteligencia y madurez superior a la de un niño de su edad — Buen viaje, padre. Pase lo que pase, tu recuerdo será imborrable como el del abuelo.

    [...]

    — La nave está lista para llevarnos a Paraíso.

    Caelum advirtió de esto a quiénes serían compañeros suyos en la expedición, Yak y Halisha.

    La pareja de neonianos estaba terminando de empacar sus principales enseres, paso previo a viajar al planeta artificial Anixis con el objetivo de iniciar la misión al día siguiente. El syleriano ya lo tenía todo listo y se hallaba en la puerta de entrada a la vivienda que el jefe de seguridad y la científica compartían en el OCVD, quiénes discutían por la propia expedición en sí.

    — ¿Por qué no me dijiste nada? — Preguntaba por enésima vez el neoniano — ¿Te ibas a ir sin avisar?

    — Por última vez, Yak, no te dije nada porque sabía que no querrías — Contestó ella, mientras guardaba en su maleta una foto familiar — ¡Es el viaje de mi vida, siempre he soñado con esto!

    — Créeme que los sueños no se asemejan nada a la realidad — Quetaryan sabía lo que era aventurarse a lo desconocido — Entiendo que tienes curiosidad, que se trata de un evento importante y que como científica es un lujo descubrir cosas nuevas... pero te aseguro que no nos encontraremos simplemente con muestras de tierra, paisajes hermosos o algún Anixis de verdad.

    — ¿Qué te hace pensar que no encontraremos a uno? — Caelum intervino en la conversación, cansado de esperar en la puerta — Que no hayamos visto alguno no significa que estén extintos.

    — Exacto, también creíamos que los sylerianos estaban extintos y resultó no ser así — Añadió Halisha para más inri — Soy bien consciente de que no todo ahí fuera es hermoso ni benigno, pero todo lo que signifique descubrir algo relevante sobre los Anixis o sobre cualquier otra cosa que podamos obtener en nuestro beneficio, habrá merecido la pena.

    Las palabras de la científica Ladyon solo hacían sino más que acrecentar el deseo de ella por partir, ante la evidente incomprensión por parte de su pareja, quién tras perder a Narisha, Vanth y Reeda se había convertido en alguien muy conservador en todos los sentidos.

    El ingeniero y científico Pallow concordaba con su compañera pese a ser reticente en un inicio a formar parte del equipo, pues se había pasado parte de los últimos diez años investigando, junto a Sith, cualquier pista Anixis.

    El jefe de seguridad del OCVD, Quetaryan, no tenía ningún entusiasmo en participar en ello, pero por nada del mundo dejaría que su pareja fuese sin él. El instinto de conservacionismo florecía una vez más.

    [...]

    Khael se encontraba en dirección a la nave que le llevaría hacia Paraíso, desde donde la expedición partía de inicio al día siguiente.

    Cargado con una maleta de mano, el experimentado neoniano avanzaba con paso firme hacia el vehículo mientras por su cabeza pasaban todo tipo de memorias, como la de su hermano menor Aagron. El comandante del ejército de la AIE recordaba a su familiar, quién luchó en la guerra contra los sylerianos mientras él se veía forzado a permanecer en Neonia por si el enemigo era capaz de invadirla, tener soldados expertos para defenderse de ese ataque.

    Aquello nunca llegó a suceder, pero sí la muerte de su hermano menor en la colonia lunar de Thaarom, noticia que le costó asimilar.

    — Tú deberías ir a bordo de esta misión, hermanito, no yo.

    Los pensamientos de Yannick se vieron repentinamente interrumpidos cuando la líder neoniana salía de la nave que se suponía que le llevaría a él a Paraíso.

    Extrañado, el soldado vio como Erie se aproximaba a él de brazos cruzados y mirada seria, gesto que le recordaba al padre de ésta y último miembro del extinto Consejo Neoniano. Recordó la convivencia en el poder con Zykor Tovam, durante la rebelión de los Rhajik, ocurrida tiempo después de la guerra contra los sylerianos.

    Entonces recordó que él si pudo saber que su hermano Aagron había perecido en combate, pero que la neoniana nunca supo que fue de su padre pues nadie estaba para confirmar su muerte pese a que se intuía.

    — ¿Pensabas irte sin despedirte? — La líder Tovam mantenía su postura seria ante el que había sido su apoyo durante los últimos años — Eres tan arisco...

    — No son necesarias las despedidas — Dijo Khael, algo tajante — Soy plenamente consciente de que salir al espacio exterior en una misión así es prácticamente no volver a casa.

    — ¿Por qué piensas eso? — Erie no estaba satisfecha con las palabras del neoniano — ¿Por qué eres siempre tan pesimista?

    — Siempre que enfrentamos algo nuevo, ya sea un enemigo o una situación, hay que asumir que ocurrirán desgracias — El comandante Yannick mostraba su peculiar sabiduría — Los Anixis desaparecieron por algún motivo y perseguir eso solo puede terminar de una manera.

    — ¿Cuál?

    — Descubriéndolo, enfrentándolo y sufriéndolo.

    — Khael... — Erie negaba con la cabeza, pese a que entendía lo que le quería decir — Aunque tus argumentos tienen validez, sé que en el fondo no lo piensas así.

    — ¿A qué te refieres?

    — Asumes que todo está en tu contra, te ciñes a un código y lo predicas, pero eres consciente de que las desgracias no vienen solas. Sin embargo, en vez de quedarte con lo bueno de estos últimos diez años, tú sigues viviendo del pasado. Pero a mi no me engañas, querido, tú estás peleando por el futuro.

    Las palabras de Erie descolocaron en cierta manera a Khael, quién tenía la carencia de no saber hablar con sentimiento en sus palabras, sino más bien recitaba las lecciones que había recibido en forma de hechos a lo largo de su vida.

    — Te envío en esa expedición no porque seas prescindible ni muchos menos, sino porque tu experiencia puede aportar muchísimo — Explicó la líder neoniana — ¿Ves? Asumo que habrá problemas, pero confío en ti para que les ayudes a solucionarlos. Confío en tu instinto, pero no el que tienes como fachada, sino el de verdad, ese que encierras en tu interior y no liberas.

    — Hablas como si me conocieras por algo que no soy — Yannick se mostraba reacio a considerarse un sentimentalista, pues era un lado que nunca había mostrado y que incluso él dudaba de tener.

    — Estos años teniéndote a mi lado, más el tiempo que estuvimos encerrados en esa base, me han hecho conocerte lo suficiente — Tovam se aproximó al neoniano hasta colocarse a escasos centímetros de su rostro — Aunque creas haberlo perdido todo, aún tienes gente que se preocupa porque vuelvas a casa.

    Sin esperarlo por parte del neoniano, Erie le besó durante unos segundos para acto seguido apartarse e irse de la zona de lanzamiento desde la que partiría la nave.

    Le costaron varios segundos a Khael para recuperarse de aquella repentina muestra de amor por parte de la líder neoniana, que le hizo sentir durante unos instantes querido y valorado. Mientras el comandante subía a bordo de dicha nave pensaba en lo mucho que tendría que replantearse, aunque un largo viaje como el que le esperaba, daba para pensar muchas cosas.

    [...]

    Aunque los chequeos médicos previos a estar a bordo de la nave se iban a realizar el mismo día de salida, el ingeniero Finn optó por presentarse el día anterior.

    Consciente de su estado, el hombre quería realizarse el examen médico cuanto antes para evitar que se desvelara su enfermedad ante el resto de la tripulación. Existía el cabo suelto de la doctora Vega, quién conocía su situación, pero consideraba que podría lidiar con ella una vez a bordo de la nave para que no revelara nada.

    Sin embargo, Westley debía pasar ese chequeo médico y mostrar estar en buenas condiciones tanto para el viaje como para la criogenización.

    Consideró dirigirse a la base militar de Ciudad Anixis, lugar donde se harían esos exámenes a la mañana siguiente, presentándose sin la cita correspondiente y arriesgándolo todo. West no lo sabía, pero la médico a cargo de esos chequeos era nada más y nada menos que la doctora Cinthia Marlow.

    La mujer había sido elegida para ello gracias a su excelente currículum médico tanto con humanos como con neonianos y sylerianos, al conocer la fisionomía de los alienigenas también. Ella viajó unos días antes desde Syleria hasta Paraíso para estar el día de los exámenes, y se encontraba preparándolo todo para el día siguiente cuando se presentó su ex pareja en la enfermería de la base.

    — ¿West? — Al reconocerlo, la médico se extrañó al verlo allí — ¿Qué haces aquí? Los exámenes médicos son mañana.

    — Lo... lo sé — Musitó él, maldiciendo por dentro el haberse encontrado con su ex pareja — Volveré mañana.

    Resignado por la presencia de Cinthia allí y suponiendo que la médico no le haría un informe falso, el hombre se dispuso a marcharse con una sensación de abatimiento encima. Sabía que muy probablemente al día siguiente se descubriría su cáncer y se le impediría formar parte de la expedición, algo que le dolería muchísimo. Sin embargo, para su sorpresa, la doctora fue detrás de él y detuvo sus intenciones de irse.

    — West, ¿estás bien? — La doctora Marlow supo que el ingeniero no había ido allí por error — ¿Me puedes decir qué haces aquí? A ser posible la verdad.

    — Cinthia, yo... — El ingeniero dudaba de qué hacer, si revelarle su estado o inventarse algo coherente — Verás, quería que me hicieras el examen médico ahora.

    — ¿Ahora? ¿Por qué no esperas a mañana?

    — Porque no me conviene hacerme el examen mañana, junto al resto del grupo — Finn se sinceró — Se descubrirá que estoy enfermo y no me dejarán participar en la expedición.

    Al oír aquello, la expresión en el rostro de Cinthia se congeló.

    Ahora entendía la extrema delgadez del ingeniero, al cuál nunca había visto así. Cuando se reencontró con él en Puerto Arcadia ya se sorprendió e intuyó que tenía algún problema de salud, pero West era impermeable ante las preguntas de ella, fruto de la tensa relación que hubo entre ambos tras la ruptura.

    — ¿Qué es? — La doctora preguntó en voz baja, mostrándose preocupada — ¿Qué tienes, West?

    — Es cáncer de pulmón — Confirmó el ingeniero, sin mirarla a los ojos — Hace un par de años que Maya me lo diagnosticó. Desde entonces voy en declive, me dijo que me quedan meses de vida.

    Tras escuchar las palabras de quién había sido su pareja hacía diez años, Marlow no pudo evitarlo y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

    Saber que alguien que fue importante en su vida, al que aún apreciaba y que le había regalado buenos momentos en una situación comprometida como la que vivían en aquel entonces se encontraba al borde de la muerte, la hizo flaquear.

    West no sabía que hacer, pero le nació apoyar sus manos sobre los hombros de la mujer, gesto que hizo que ella levantara la cabeza y le observara.

    — No tengo miedo del final, Cinthia, pero quiero hacer algo importante antes de irme — West sonaba tan lúcido que Cinthia no le interrumpió — Ese algo es formar parte de la misión, ayudar desde mi posición y asegurarme de que todo lo de mi campo funciona correctamente para que todos regresen a casa sanos y salvos.

    — Pero, West... — La doctora Marlow aún seguía llorando, sin poder remediarlo.

    — Por favor, Cinthia, necesito un informe falso sobre el chequeo médico. Quiero que me acredite como apto en salud para poder subirme a la nave que sea — El ingeniero estaba realmente decidido — Por eso he venido, aunque no contaba con que estuvieses tú a cargo de los exámenes médicos. No quería revelarte mi estado, pero si lo he hecho, es para que me ayudes. No me intentes detener en esto, cariño, por favor.

    La mujer miró fijamente durante unos instantes al ingeniero, que tenía un brillo en los ojos, ese último destello de vitalidad que clama por salir.

    Su lado profesional le decía que aquello era un completo error, pero su lado emocional la invitaba a cumplir los deseos del hombre. Cinthia siempre se regía por sus propios códigos, pero en ese momento, decidió hacer una excepción.

    — Está bien, West, haré lo que me pides.

    — Te estaré eternamente agradecido, Cinthia, de verdad que quiero esto.

    La doctora Marlow asintió, para acto seguido indicarle al ingeniero Finn que entrara en la sala de enfermería para realizar el chequeo y modificar los resultados necesarios para que fuera apto a ojos del gobierno de la AIE.

    Mientras el hombre se colocaba en una camilla y se disponía a quitarse la camiseta, la mujer le miraba detenidamente y sin parpadear.

    Su corazón le decía que muy probablemente iba a ser la última vez que viese a Westley Finn con vida.

    [...]
    Los rayos del sol del sistema Faro de la Esperanza ya iluminaban la superficie del planeta artificial Paraíso, dando comienzo a un nuevo día para la población y el primer día de la expedición que investigaría la misteriosa ruta entre planetas diseñada supuestamente por los Anixis.

    La tripulación que se subiría a bordo de una nave aún desconocida para ellos —excepto para Tyra— había sido citada en la propia base militar de Ciudad Anixis, desde la que saldrían en una amplia lanzadera hasta el lugar de despegue principal.

    A primera hora de la mañana todos los elegidos se encontraban en uno de los hangares de la base, donde se encontraba la principal artífice de que dicha misión fuera posible; Bárbara Mason. La representante humana y una de las líderes de la Alianza Interestelar de Especies sonreía emocionada al ver a todos los elegidos allí presentes, con sus respectivos equipos, enseres personales y nervios a flor de piel.

    Algunos se habían despedido de sus familias mientras que otros no contaban con seres queridos vivos u a su lado, por lo que algunos tenían mucho y nada que perder.

    — Bienvenidos al primer día de vuestra misión, expedición Anixis. Sois la tercera expedición que encabeza la humanidad, aunque esta vez contamos con miembros de otras especies — Bárbara decidió bautizar la expedición con el sobrenombre de 'Anixis' — Vais a emprender un viaje que busca resolver los misterios de una antigua especie que habitaba el que ahora es uno de nuestros hogares, que nos ha dotado de un salto tecnológico y que esconde muchos secretos. Cada uno tiene sus rasgos y habilidades, lo necesario para estar aquí. Y estáis aquí, reunidos de nuevo, porque sois de lo mejor de la Alianza. Vuestro pueblo os agradece el sacrificio de algunos y la curiosidad de otros. Y por supuesto, espera que os reunáis de vuelta con nosotros cuando se obtengan las respuestas deseadas. Si alguien quiere decir algo antes de dar comienzo a la misión, este es el momento. La historia se cuenta en estos momentos.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Tengo que decir que ha sido un buen capítulo. No ha sido tan espectacular, pero entiendo que es porque este capítulo marca la transición entre la formación de la Expedición (llamada Anixis) y la partida justamente al espacio.

    Abrimos el capítulo con una pelea en el cuadrilátero entre Norman y un Brad que es un campeón en ese tipo de peleas. Me resulta increíble que en uno de los hangares hayan establecido un ring y que hagan peleas con apuestas allí mismo. Entiendo que esto es para mostrar al lector que Norman es posiblemente el brazo fuerte de la expedición, siendo capaz de abatir a uno de los "campeones" del ring con poca dificultad. Honestamente, bien por él. Al grupo le hará bien tener a alguien fuerte para que luche las batallas cuerpo a cuerpo, básicamente, el tanque del equipo. Algo que me sorprendió del capítulo es el hecho de que Norman no haya delatado al grupo en el acto delictivo. Yo creía que él, tras haber visto a los policías, eligió delatar a sus amigos por protegerlos. No esperaba que realmente se hubiera mantenido callado. Como él mismo dijo que lo sentía, yo creía que él lo delató todo. Ahora, parece ser que fue descubierto y por eso los atraparon.

    Por lo que vemos, la única familiarizada con la nueva nave será su piloto. Tyra parece ser que ya aceptó y perdonó lo sucedido con Norman. Pero Lynx, a quien no vimos en el capítulo, sigue a lo suyo. Supongo que es una de las relaciones rotas que queda por ver y que tendremos el privilegio de observar a lo largo del viaje.

    Cuando se muestra a Om, se ha visto lo que acostumbrábamos a ver de él en el pasado: es muy querido por su gente. Cuando fue a Neonia y regresó la primera vez, él fue recibido como un héroe. Y ahora que se marcha, también marcha como uno. Está claro que el pueblo, su esposa y su hijo lo aman. Y es por eso por lo que temo por su vida XD. Ya lo has establecido como un personaje sabio, fuerte, simpático e importante para la sociedad syleriana. Me cae bien, y creo que por eso tiene todos los números para la rifa de una posible muerte. Aunque no creo que sea de los primeros en morir, pero de los tres sylerianos que van, es al que más probabilidades le veo. Es sorprendente lo longevos que son los sylerianos, y lo pronto que los niños alcanzan la madurez. Se supone que Omnius es de la misma edad que los otros niños (quitando a Gina) y ya tiene una madurez impensada. Realmente, si se hubieran abocado a conquistar a otras especies, serían sin duda temidos en el universo. A saber si Omnius llegará a tener la importancia de Om padre o de Om abuelo.

    La escena entre Caellumn con los neonianos no ha sido muy larga, y no se puede destacar mucho, más allá de que Yak teme por la vida de Halisha, y la verdad es que razón tiene. Mientras él estaba en tierra firme peleando en Neonia contra los Anixis, su pareja acabó perdiendo la vida en el espacio exterior cuando la Arcadia fue destruida. Sin mencionar las muertes de Turak, Narisha y su mentor Vanth. Fueron el mentor y su pareja quienes fallecieron en la lucha contra los falsos Anixis. Y ahora, su pareja se embarca en una búsqueda por los verdaderos (y desaparecidos) Anixis. Sin duda, el trauma que ha sufrido es grande, y creo que será de los personajes a los que les sacarás más jugo en este viaje. Sobre todo porque personajes como Lill y Lio también van en la expedición.

    Luego pasamos a Erie y Khael, y tengo que decir que estoy sorprendido. La líder de los neonianos debe tener algún tipo de condición mental, puesto a que tiene la tendencia a sentirse atraída por quienes sean sus segundos al mando. Primero Yak, que como dije, no ha demostrado ser alguien con todas las luces en las escenas que vivió con Erie, y ahora Khael, que tiene la fama de ser un antipático, incluso creo que ella se lo dice en la parte anterior. No sé, quizá Yak y Khael sean los Brad Pitt y Ryan Gosling de Neonia XD. Pero hablando en serio, sus personalidades se me hacen algo repelentes. Yak es un cabeza dura y Khael es un tipo que se muestra como piedra. Y ahí tienes a Erie, interesándose en ambos. Espero que, en ausencia de Khael, no se empiece a interesar en Arva XDDDD. Okno, eso último es chiste. Pero bueno, quien sabe, ella no parece ser la neoniana con todas más luces.

    La escena entre West y Cinthia me da a entender que West será el primero en fallecer en esta misión, y que tú has querido darle un cierre a la relación (ahora de amistad) entre él y Cinthia. Hacer que sea ella quien le haga el examen médico y falsificándolo todo me hace creer que, tal y como Cinthia lo deja ver, no se volverán a ver. Quizá no haya sido en los mejores términos, pero un final es un final. Y apuesto a que West se nos irá muy pronto en esta parte.

    Siento que a este capítulo le han faltado despedidas, pero no creo que deba reclamar por ello, puesto a que yo sé que tú consideras a los personajes de Lill, Snow, Lio y Ender como tus favoritos de la historia. Sé que no harás que Lill aborde la nave sin despedirse de Snow y sus hijos. Que Lio definitivamente tendrá una despedida con Iris, y que Ender y Kendall realmente van a tener una despedida con Cia y Sun. Así que, estaré esperando por el siguiente capítulo para ver qué tal son manejadas las despedidas entre ellos.

    La expedición está a casi nada de empezar, y el hecho de que queden todavía 8 capítulos me dice que sobra tiempo para ver las despedidas que han quedado pendientes, y para ver convivencias entre los tripulantes a la vez que queda lugar para que algo interesante pase de cara al final de esta parte y el inicio de la que viene. Me pregunto cómo sería un encuentro de la tripulación con Eron, Ashley y los thunianos. Espero que, sin importar qué secretos sean o no revelados, que tengamos un reencuentro para esta parte.

    Eso será todo por ahora, amigo. Estaré esperando con ansias el próximo capítulo, y los que están por venir también. Ya va siendo hora de que los Viajeros (oh bueno, una nueva generación de ellos) vuelva a viajar, y ese día está cada vez más cerca. Con eso me despido. Será hasta la semana siguiente. Cuídate mucho :) :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Saludos a todos los presentes para la lectura de un nuevo capítulo de Los Viajeros. Como siempre, agradecer a quiénes os pasáis por aquí, especialmente a Reydelaperdicion por estar ahí en todo momento, comentando todos los capítulos inclusive. Como bien dije anteriormente, la trama comenzará a avanzar con algo más de velocidad que antes, y estoy seguro de que disfrutarán lo que está por venir. Sin más dilación, os dejo con la lectura. ¡Hasta la próxima!




    La Nolartis







    — Sigue sin gustarme no poder ir contigo.

    Las palabras fueron dichas por Snow, posteriores a un largo abrazo en el que ella y Lill se habían fundido.

    Aún no era de día pero faltaba menos de una hora. El ex cartógrafo y ahora de nuevo comandante de la expedición se había levantado muy temprano para ser puntual en su cita con el inicio de la misión.

    Toda su familia se encontraba despierta para despedirle, aunque no todos estaban contentos por él. Gina se hallaba de brazos cruzados con la mirada a un lado y Owen no dejaba de aplaudir, visiblemente emocionado.

    — Lo sé, cariño, pero ahora tenemos una familia — Lill tomó de las manos a su mujer mientras la miraba a los ojos — Te prometo que si hay una próxima expedición, te tocará ir a ti.

    — ¿Ah, sí? Me parece justo — Ambos soltaron unas carcajadas tras el comentario de él — Lo que tienes que prometerme es que volverás sano y salvo.

    — Nada va a evitar que esté de vuelta aquí, con vosotros.

    La pareja se volvió a abrazar para seguidamente darse varios besos, hasta que el exaltado Owen se aproximó, abrazando a sus padres y formando una piña.

    Gina alzó la vista para ver aquello y vio que su padre la miraba, indicándole con una mano que se acercara y se uniese al abrazo familiar que se estaba llevando a cabo.

    A regañadientes y con calma, la joven Crane Carver se unió a dicho abrazo en familia, cambiando la expresión de su rostro serio en una media sonrisa.

    Aquel abrazo era algo especial, pues deberían recordarlo durante un largo tiempo hasta el regreso del comandante.


    [...]

    — No creo poder llevar el negocio por mi cuenta, apenas tengo experiencia en la mecánica de lanzaderas — La joven Hennessey daba su punto de vista — ¿De verdad que no es mejor que cerremos un tiempo hasta que regreses?

    — Iris, necesitas labrarte un futuro y aunque sé que este no es el trabajo de tus sueños, es el único que tienes ahora mismo — El hombre de Ceres tenía a su ahijada entre sus brazos — Además, Snow dio su palabra de que te ayudaría. Recuérdaselo.

    — ¿Qué experiencia tiene Snow en arreglar lanzaderas privadas? — Iris lanzó un suspiro de resignación mientras terminaba el abrazo — Lo dijo por decir, seguro.

    — Que te ayude en lo que pueda, pero que lo haga — Lio entendía a la chica — Pero si ves que te cuesta llevarlo por tu cuenta, déjame un mensaje por enlace cuántico diciéndome lo que quieres hacer. Cuando regrese cobraré una buena suma de Alianzas, así que no habrá problema por cerrar un tiempo el negocio. Pero te pido que lo intentes, al menos.

    — Está bien, papá, lo haré — A veces, Iris le llamaba así, pues sentía que había sido su padre todo este tiempo — Cuídate mucho.

    — Tú también, pequeña.


    [...]

    — ¿No quiere salir de su habitación?

    — No hay manera de sacarlo, está enfadado. Lo siento.

    Tanto Cia como Sun se resignaron al oír que Kendall no estaba dispuesto a despedirse de ellas, pues estaba enfadado porque se iban a ir.

    El joven Xom no entendía que su madre biológica, apenas unos meses después de haberse reencontrado con él, se tuviera que ir en ese viaje. Tampoco comprendía porque Cia, quién había sido su madre adoptiva y a la cuál adoraba, también hacia las maletas sin más.

    Ender trató de convencerlo en repetidas ocasiones de que saliera a despedirse de ellas, pero recibió varias negativas en forma de silencio.

    — Me despediré de él a través de la puerta — Sun tomó la iniciativa, dirigiéndose a la habitación de su hijo.

    Mientras la asiática hacía lo dicho, Ender y Cia permanecían a solas en el salón.

    La pareja no se había despedido formalmente, por lo que ambos se abrazaron con fuerza durante un largo minuto. Tras esto, los dos se tomaron de las manos y se dieron un tierno beso.

    — Entiendo tus motivos, Cia, pero aún me duele que no me lo dijeras hasta hace unas semanas — Ender se sinceró con su mujer — Me he sentido engañado y aunque no estoy enfadado, si estoy algo decepcionado. Pero te quiero igualmente y logro comprender tus motivos.

    — Ender... sabes que siento muchísimo no haber contado contigo para esto, pero sabes las razones — Jenner no soltó las manos de su hombre en ningún momento — Sun irá para librarse de su condena y Kendall merece tener a alguien de su sangre con él. Yo solo he sido su figura materna durante la infancia.

    — ¿Y qué? Él te quiere mucho, lo sabes — Dijo Xom, algo contrariado por las palabras de ella — Eso no debe ser excusa.

    — No es una excusa, es la realidad — Contestó ella, tajante — En fin, no quiero que volvamos a discutir esto. Iré yo también a despedirme de Ken.

    — Claro, ve.

    Cia tomó la misma dirección que anteriormente Sun, dejando a un cabizbajo Ender a solas.

    Mientras esa conversación sucedía, la ex líder de la Resistencia se encontraba sentada enfrente de la puerta de la habitación de su hijo, la cuál permanecía cerrada por dentro. Kendall yacía tendido sobre la cama, con el rostro serio y la mirada perdida en el techo de su cuarto.

    Las palabras de su verdadera madre le llegaban de fondo.

    — ...y sé que estás enfadado porque me voy, porque Cia también se va, pero te prometo que cuando seas adulto lo entenderás. Y te prometo que cuando vuelva, podremos hacer todas esas cosas que me dijiste — Tras unos segundos de silencio, Brume volvió a hablar — ¿Qué me dices, Ken?

    No obstante, su madre no recibió respuesta.

    En ese momento llegó Cia, quién vio a Sun sentada en el suelo y frente la puerta, incorporándose rápidamente para negar con la cabeza. La asiática se marchó con unas pocas lágrimas en los ojos, dándole la oportunidad a Jenner.

    La ya ex comisaria de la policía de Ciudad Anixis tocó a la puerta repetidas veces, intentando que Kendall abriese.

    — Ken, soy Cia — Comenzó diciendo — Sé que ahora mismo no quieres vernos, pero aunque ahora no lo ves, podrías arrepentirte de esto en el futuro. Te seré sincera: quizá no nos volvamos a ver. Quizá no vuelvas a ver a tu madre. ¿De verdad quieres que la última vez sea así?

    Cia esperó pacientemente durante casi un minuto, sorprendiéndose cuando la puerta se entre abrió, asomando Kendall uno de sus ojos.

    Aunque el joven no estaba dispuesto a abrir, si que parecía que las palabras de la mujer habían captado su atención. El chico negó con la cabeza como respuesta a la pregunta de ella.

    — Vamos, dame un abrazo y luego ve a dárselo a Sun.

    — No quiero — Contestó rápidamente el niño — Iros. Eso es lo que queréis.

    — Kendall, de verd...

    — ¡Dejadme en paz!

    El joven Xom cerró bruscamente de un portazo, sorprendiendo a Jenner con ese gesto.

    El niño parecía haber adquirido una personalidad un tanto agresiva y brusca, algo que no gustaba nada a la mujer. Sin embargo, estaba aliviada de que Ender se quedaría y confiaba en él para reconducir al pequeño.

    Cia regresó de nuevo al salón, donde Ender y Sun se estrechaban la mano a modo de despedida.

    — Cuídate ahí fuera — Le dijo él con normalidad.

    — Cuida de Kendall — Le contestó ella, aún dolida por no haberse despedido de su hijo como le hubiese gustado — Cia, ¿nos vamos ya?

    Cia asintió, mirando acto seguido a Ender mientras Sun recogía sus pertenencias ya guardadas en mochilas y se las colgaba a la espalda. Su compañera hizo lo propio, ayudada por el hombre, quién le dio un último beso antes de abrirles la puerta de salida a las dos.

    — Espero veros pronto de vuelta — Murmuró Xom, visiblemente entristecido — Estaremos en contacto.


    [...]

    — Bienvenidos al primer día de vuestra misión, expedición Anixis. Sois la tercera expedición que encabeza la humanidad, aunque esta vez contamos con miembros de otras especies — Bárbara decidió bautizar la expedición con el sobrenombre de 'Anixis' — Vais a emprender un viaje que busca resolver los misterios de una antigua especie que habitaba el que ahora es uno de nuestros hogares, que nos ha dotado de un salto tecnológico y que esconde muchos secretos. Cada uno tiene sus rasgos y habilidades, lo necesario para estar aquí. Y estáis aquí, reunidos de nuevo, porque sois de lo mejor de la Alianza. Vuestro pueblo os agradece el sacrificio de algunos y la curiosidad de otros. Y por supuesto, espera que os reunáis de vuelta con nosotros cuando se obtengan las respuestas deseadas. Si alguien quiere decir algo antes de dar comienzo a la misión, este es el momento. La historia se cuenta en estos momentos.

    El líder de la expedición Lill Crane, su segundo al mando Leonardo Santos, Om Paokt, Khael Yannick, Yak Quetaryan, Cia Jenner, el ingeniero Westley Finn, Caelum Pallow, Uriow Emmon, Lynx Herswood, la piloto Tyra Maxwell, Norman Williams, la científica Halisha Landom, la doctora Maya Vega y Sun Brume, quiénes conformaban la expedición, se miraron entre sí. Nadie parecía querer preguntar algo en aquel momento, aunque habría tiempo para ello más adelante.

    En ese momento, el ingeniero Sith Regan se acercó al grupo, quiénes no le vieron venir. El que era uno de los miembros del Consejo de la AIE se aproximó con una sonrisa mientras murmuraba algo al oído de la representante humana, la cuál miró al grupo para indicarles una dirección concreta.

    — Antes de llevaros al lugar del que partirá la nave que tendréis, debéis pasar un examen médico bajo la tutela de la doctora Marlow — Explicó Bárbara sin reparos — Sith os acompañará hasta allí, yo me quedaré aquí para recibiros de nuevo una vez finalizados los chequeos y para pilotar la lanzadera a vuestro destino.

    Todo el grupo asintió, siguiendo la orden de la principal líder humana y dirigiéndose a la enfermería de la base para dichos exámenes médicos. Uno a uno y dando prioridad a aquellos considerados esenciales por su puesto —piloto, científico, ingeniero— se fueron realizando los chequeos, exceptuando a West, quién alegó hacérselo el día anterior aprovechando que había ido a ver a Cinthia. Nadie lo puso en duda, aunque Maya era consciente de que la presencia del ingeniero allí era extraña pues tenía una enfermedad en fase terminal.

    Una vez todos los miembros de la expedición habían pasado satisfactoriamente los exámenes médicos y algunos se despedían de Cinthia y de Sith, emprendieron rumbo de nuevo al hangar donde la representante Mason les esperaba. El nerviosismo en todos ellos era evidente, porque se aproximaba el momento de la verdad conforme avanzaban en su puesta a punto.

    Subieron a bordo de la lanzadera que la propia Bárbara pilotaría y se sorprendieron cuando abandonaron el planeta. Pese a ser una lanzadera algo pequeña, todos cabían perfectamente, por lo que no era problema alguno.

    — Yo pensaba que la nave que nos entregarían estaría en Paraíso, no fuera de el — Dijo de pronto el joven Herswood, extrañado.

    — La han estado construyendo en un lugar remoto del sistema Boor'dehm, cerca de Vulkano, en el espacio — Indicó la que sería la piloto de dicha nave que pronto conocerían — Vais a alucinar cuando la veáis.

    — ¿Y tú cómo lo sabes? — Preguntó Sun, recibiendo las miradas serias de algunos compañeros.

    — Ella es la piloto, criminal — Respondió Khael, sin esconder su repulsa hacia la asiática — Se supone que estás aquí porque eres inteligente, además de porque necesitamos carne de cañón por si acaso. Demuestra que ya no eres estúpida.

    — ¿Qué te pasa, jefe? ¿Acaso no somos compañeros y debemos tratarnos con respeto? — Norman intervino en la conversación a favor de la mujer — Llevémonos todos bien por el éxito de la misión.

    — Habló otro criminal — Yak también se mostró igual de irrespetuoso que su homónimo — Gánate el derecho a dar consejos morales.

    Lill se dispuso a intervenir autoritariamente para evitar un mayor conflicto, pero Lio se adelantó a sus intenciones mientras Bárbara se limitaba a oírlo todo con gesto serio.

    — Quetaryan, yo también he sido criminal por si no lo recuerdas y he salvado más vidas que tú — El hombre de Ceres lanzó un dardo al neoniano — Aún no me olvido de cuando intentaste dispararme por lo de Regresión y aquí estamos, teniendo que confiar el uno en el otro. De esto se trata, de fomentar la confianza pese a las discrepancias del pasado. Una vez estemos ahí fuera, nadie podrá salvarnos de nada excepto nosotros mismos y espero poder contar con todos para eso. De lo contrario, ya hemos fracasado sin ni siquiera haberlo intentado.

    Las palabras de Santos dejaron a todo el grupo en silencio y pensativo, pues no le sobraba razón. Cualquiera diría que esa expedición estaba repleta de viejos amigos y enemigos, de nuevos aliados y de pasados turbulentos, pero todo eso debía quedar atrás para enfocarse en el éxito de la misión. El comandante le agradeció el discurso al subcomandante con un guiño de ojos.

    — Nolartis — Musitó de pronto la líder humana, mientras pilotaba en dirección a Vulkano — Así es como se llama la nave en la que vais a vivir durante el viaje.

    — ¿Qué significa la palabra? — Preguntó Cia, intrigada.

    — ¿Y por qué en idioma syleriano? — Añadió West.

    — Nolartis significa futuro — Fue Om quién reveló la respuesta a todos — Debo añadir, representante Mason, que considero un gran acierto nombrar así a la nave.

    — Tiene sentido respecto al devenir de la misión — Quiso añadir Uriow.

    — Me gusta — Halisha parecía de acuerdo con el nombre de su próximo y temporal hogar.

    — Me gustaría recalcar que tanto Sith como yo hemos sido los artífices de que la Nolartis sea el mayor logro tecnológico en estos últimos quince años, quizá más — Caelum no quiso dejar pasar la oportunidad de revelar su papel en la construcción de la nave — Bárbara os dará todos los detalles cuando estemos a bordo, pero como ha dicho Tyra antes, vais a alucinar.

    — Estoy deseando conocer a la Nolartis — Dijo Maya, visiblemente nerviosa y emocionada.

    — Y yo — Musitó Lill, recordando cuando vio por primera vez la Arcadia.

    — Llegaremos en unas horas al punto de encuentro — Especificó Bárbara, a los mandos del aparato.

    [...]

    En algún lugar del basto espacio próximo al planeta Vulkano, el único en todo el territorio del sistema Boor'dehm —en idioma neoniano, 'solitario y oscuro'— se hallaba una infraestructura de gran dimensión, la cuál era muy parecida a la base del Supremo que habitaba allí en el pasado. A cierta distancia se encontraba el antaño agujero negro Xhander, tiempo después descubierto como portal al sistema Syler de los sylerianos. Dicha infraestructura servía como puesto de avanzada, en el que se había estado construyendo la nave Nolartis durante varios meses y en secreto.

    Solo la piloto Maxwell conocía el lugar, pues tuvo que realizar pruebas de maniobrabilidad y vuelo con la nave, testeos de diversos sistemas y demás. La construcción de la Nolartis se había llevado a cabo por ingenieros humanos, neonianos y sylerianos, usando la tecnología Anixis más actual. Los sylerianos se encargaban de suministrar a la expedición decenas de componentes, piezas y recambios para la nave, fusionando parte de su antigua tecnología con la Anixis. Los neonianos entregaban más víveres, destacando la famosa pasta nutritiva que podían comer también el resto de especies y que era esencial en viajes espaciales. Finalmente, la humanidad se encargaba, como era evidente, de poner más personal en la expedición y el equipamiento de la tripulación.

    La lanzadera pilotada por la líder humana logró llegar sin complicaciones tras unas largas horas de viaje entre Paraíso y el punto de encuentro. Conforme se aproximaban a la infraestructura para atracar en ella, algunos miembros del grupo observaban por las escotillas del aparato la inmensidad no solo de la base construida allí sino también de la nave que ocuparían.

    La Nolartis, conforme la lanzadera se acercaba, se veía más y más imponente. Lill, Lio, Yak y aquellos que conocieron a la famosa Arcadia se percataron de que la Nolartis la doblaba en tamaño. De color gris oscuro, cuatro motores de empuje y una punta como la de una lanza, la Nolartis se ergía como uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de la Alianza.

    — Me dicen por radio que tenemos permiso para atracar y que el camino a la Nolartis está despejado para nosotros.

    Tras las palabras de la representante Mason, la expedición deseaba impacientemente ver por dentro a la que sería su casa durante un tiempo.

    Cuando la lanzadera aterrizó en una zona indicada, una pasarela se enganchó a la compuerta de esta, para que todos pudiesen salir del aparato sin riesgo de morir por falta de oxígeno. El comandante Crane tomó la delantera acompañado de la representante Mason y del subcomandante Santos, seguidos por el resto.

    Avanzaron tranquilamente por la pasarela hasta llegar a una amplia sala donde aguardaba la persona al mando del complejo.

    — Bienvenidos al puesto de avanzada Horizonte Conocido — Dijo el humano, bastante cortés — Mi nombre es Carl Sagan y soy el ingeniero jefe del complejo. Por favor, si son tan amables de seguirme...

    — Adelante — Le indicó Bárbara.

    El grupo siguió los pasos del hombre llamado Carl por una serie de salas donde se hallaban trabajadores del lugar realizando distintas tareas o tomándose un rato libre para entretenerse, algunos jugando a las cartas e incluso leyendo algún libro sobre ingeniería.

    Humanos, neonianos y sylerianos compartían nuevamente un espacio, sin contar los planetas habitados por estos. El ingeniero Sagan frenó ante la entrada a una pasarela que conectaba directamente a la compuerta lateral de la Nolartis, abriéndola e indicando al grupo que podía entrar.

    — Mi trayecto termina aquí — Dijo Carl con una sonrisa — Un placer que vayan a gozar de nuestra hermosa creación.

    — Muchas gracias, Carl — Bárbara le tendió la mano con educación — Nosotros nos ocupamos desde aquí.

    Obediente ante su líder, el ingeniero Sagan se marchó del lugar mientras la tripulación se preparaba para embarcarse en la nave Nolartis.

    Los primeros en ver como la compuerta de su nave se abría eran aquellos que lideraban al grupo. Bárbara, Lill y Lio fueron los afortunados en poner en primicia un pie en el interior de la espectacular nave. El acceso les había llevado al puente de mando, lugar donde se realizaba el pilotaje y otras tareas principales del mantenimiento de la nave.

    Cuando todo el grupo entró, la compuerta se cerró tras ellos, dando el aviso.

    Compuerta lateral de salida cerrada. Todos los sistemas en línea. La Nolartis está lista para partir.

    — Increíble — Murmuró West, atónito.

    — Es una pasada — Añadió Lynx.

    — Y esto solo es el puente de mando — Bárbara les animó a todos a que la siguieran — Os pondré al corriente de las ventajas de la Nolartis.

    Todo el grupo siguió a la líder humana en fila, como si de una excursión por un museo se tratara.

    Las luces de la nave eran tenues pero se podía ordenar a la IA básica de la nave que les diese más o menos potencia. La tripulación avanzó por un pasillo que dio acceso, tras el puente de mando, a la sala de reuniones de la nave, lugar con una mesa redonda y un aparato holográfico en medio donde se debatirían aspectos de la misión. La representante Mason, que se conocía la Nolartis gracias a sus constantes visitas al proyecto, iba explicando al grupo todas las novedades que esta ofrecía respecto a naves del pasado como la Arcadia. Tras la sala de reuniones, se abrían dos pasillos a cada lado, optando por tomar el camino de la izquierda por petición de Bar.

    Este pasillo hacía curva y les llevaba a una zona concreta de la nave, donde se ubicaba una extensa sala de entrenamiento con todo tipo de materiales —incluida una sala de entrenamiento de baja gravedad como la que Ashley y Axlor usaron en la Luna— también una armería que Bárbara quiso implementar por precaución —con galería de tiro, todas las armas conocidas disponibles como el Flasher de tecnología Anixis, el nuevo Striker, los Rhage, dagas de energía y munición de metal Anixis entre muchas cosas más— también un comedor con su cocina —repleto de víveres— e incluso un pequeño invernadero para cultivar y finalmente con una zona exclusiva de cápsulas de salvamento por su hubiese que evacuar la nave.

    Al ir al otro lado del pasillo, el de la derecha, se encontraron con la enfermería y al lado el laboratorio —provistos de suministros hasta arriba— también más cápsulas de salvamento —era importante tener a ambos lados de la nave— un habitáculo con trajes espaciales incluidos de repuesto —los cuáles contaban con la habilidad de propulsarse mediante saltos, algo que permitiría alcanzar ciertas alturas o zonas de difícil acceso— y finalmente la sala de comunicaciones —que funcionaba mediante enlace cuántico y permitiría contactar con Paraíso, Syleria o Neonia en tiempo real y mediante forma holográfica— la cuál se usaría solo previa y posteriormente a cada misión planetaria, o bien en caso de urgencia para informar.

    Tras esto, ambos pasillos de la Nolartis convergían en un nuevo punto y se unificaban para dar acceso a un amplio pasillo con hasta veinte habitaciones —diez a cada lado— y al final de este se podía apreciar una gran compuerta.

    Al aproximarse, comprobaron que se trataba de un ascensor a la planta baja de la Nolartis —la nave tenía dos plantas— en la que se hallaba, ocupando un tercio del espacio, la sala con cápsulas somníferas las cuáles servían también como cápsulas de criogenia y servirían para que los largos viajes no afectasen a la tripulación. El segundo tercio del espacio en la planta inferior iba para la zona donde hasta dos lanzaderas y un vehículo terrestre se hallaban para dotar de más opciones al grupo. Finalmente, el tercio restante iba para el núcleo y motor principal de la Nolartis, que funcionaba mediante energía concentrada, a diferencia de los cuatro motores externos que servían de propulsores y que funcionaban mediante gases como el helio y otros, siendo sencillo repostar simplemente con aproximarse a un mundo gaseoso apto.

    El tour por el interior de las dos grandes plantas de la Nolartis les tomó casi dos horas, haciendo que la tripulación estuviese algo cansada de dar vueltas y cargar con sus mochilas de enseres. Con lo principal explicado por la representante humana Bárbara Mason, solo faltaba poner rumbo al primer planeta de la ruta que planificaron los Anixis, lo que era el eje de la misión, para después dejar sus cosas en sus respectivas habitaciones y ponerse en criogenia —proceso completamente automatizado y sencillo de acometer—.

    Bárbara decidió dejar que la expedición al mando de Lill se organizase como desease, por lo que se despidió más cariñosamente de algunos que de otros y se fue de la Nolartis por la compuerta por la que había entrado al principio.

    Compuerta lateral de salida cerrada. Todos los sistemas en línea. La Nolartis está lista para partir.

    Toda la expedición decidió dejar primero sus pertenencias en las habitaciones escogidas y dirigirse por orden del comandante Crane a la sala de reuniones.

    Tras unos minutos, el grupo al completo se hallaba en dicha sala, tomando Lill la palabra ante su tripulación. Todos excepto la piloto Tyra Maxwell, que recibió la indicación personal del subcomandante Santos de que fuese preparando motores para salir una vez la breve reunión acabase.

    Núcleo de energía activo. Motores de propulsión en línea y listos. Todos los sistemas en orden.

    La tripulación alzó la cabeza al oír a la IA de la nave, algo a lo que deberían acostumbrarse tarde o temprano. Sin embargo, el comandante los devolvió de nuevo al asunto a tratar.

    Todos rodeaban la mesa circular y el holograma de una ruta entre las estrellas se mostraba ante todos, brillando el primer punto de cinco que había para que acto seguido un zoom ampliara el primer punto y mostrara la forma de un planeta con condiciones desconocidas y una breve descripción de su supuesto estado actual. Aunque todo eran suposiciones, en base a la investigación y estudios realizados se preveían distintas características de cada planeta marcado por los antiguos Anixis.

    La IA explicaba los detalles en voz alta ante el asombro de todos.

    Primer planeta: Verilia. Sistema: desconocido. Rotación a su sol: 32 días de 8 horas, aunque ubicado en la zona habitable. Condiciones climáticas: temperaturas de al menos 30 grados célsius, posible vida vegetal. Se desconoce el porqué los Anixis lo marcaron el primero en la ruta, por lo que se recomienda una exhaustiva investigación sobre el terreno que indique una pista relevante hacia el segundo punto. Se recomienda precaución al ser una zona no explorada y se recomienda ir armados por seguridad de la tripulación. Duración estimada del viaje: siete meses. Se recomienda a la tripulación inducirse a la criogenia.

    La tripulación tardó unos segundos en reaccionar a la información proporcionada tanto por el holograma como por la IA de la nave, la cuál era una voz femenina.

    — Jamás pensé que una inteligencia artificial me fuese a relatar la información de una misión — Norman estaba perplejo con lo sucedido.

    — Al menos me omite a mi el relatar esos detalles — Dijo Lill, sonriente y asombrado — Ya habéis oído a nuestra nueva amiga, es hora de echarnos una larga siesta.

    — Deberíamos ponerle nombre a la IA — Dijo de pronto Lynx, pensativo.

    — Tienes siete meses para pensarlo mientras duermes en una cápsula fresquita — Yak no pudo evitar reírse de su propio comentario.

    — Pero, ¿cómo sabemos que la criogenia funcionará? — Sun tenía serias dudas acerca de semejante tecnología — ¿Acaso lo han probado durante este tiempo?

    — ¿Tú qué crees? — Caelum lanzó un suspiro de resignación — Obviamente.

    — Tranquilidad todo el mundo, entiendo la preocupación pero si no fuese seguro no estaríamos aquí — Lio abogó por la lógica — Id yendo a la sala de criogenia, yo llevaré a Tyra conmigo.

    — Entendido, subcomandante Santos — Lill no pudo evitar sonreír al decir aquello — El resto, vayamos a echarnos una larga siesta.

    Mientras la mayoría del grupo se dirigía al ascensor que bajaría a la sala de criogenia, Lio se dirigió al puente de mando para llevar también a Tyra. La piloto había dejado los controles en automático y el despegue programado para dentro de cinco minutos, algo de lo que se encargaría la IA de la Nolartis.

    Y así fue, que mientras todos se inducían al sueño profundo en sus cápsulas, la nave se liberaba de las ataduras que la mantenían ligada a la infraestructura llamada Horizonte Conocido, apuntando con la parte delantera hacia el lejano y oscuro espacio estelar, yéndose suavemente hasta tomar cierta distancia para finalmente propulsarse y desaparecer, todo esto ante la vista de cientos de trabajadores que observaban desde las cristaleras como la Nolartis se iba.

    — ¡No, mierda! — Exclamó Carl Sagan, apareciendo ante algunos de los ingenieros con la nariz ensangrentada — ¡Se han marchado con una intrusa a bordo! ¡Esa zorra se abalanzó sobre mi y me usó para acceder!

    — ¡¿Qué?! ¡¿Cómo...?!

    — ¡Hay que advertirles por radio de frecuencia corta! ¡Aún estamos a tiempo!

    — Aquí puesto de avanzada Horizonte Conocido, contactando con la Nolartis. ¿Alguien me recibe? ¿Comandante Crane? ¿Hola?

    — No hay respuesta, deben estar ya en criogenia.

    — Maldición... — Murmuró el ingeniero jefe del puesto — Deberíamos avisar entonces al Consejo de la AIE para que estén al corriente de esto. Ellos decidirán que hacer.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de la semana.

    Tengo que decir que habrá poco que comentar ahora, puesto a que este capítulo ha sido la presentación del vehículo que usaría la tripulación en su viaje espacial, y no se ha mostrado demasiado de los personajes, lo cual entiendo.

    Empezamos el capítulo con la familia Crane Carver despidiéndose de Lill. Parece ser que a Owen no le ha afectado negativamente la noticia de que su padre se marchara, incluso le ha aplaudido por eso. Cosa totalmente entendible, puesto a que es un niño pequeño y seguro tiene una idea diferente de lo que son las misiones espaciales. Ve a su padre como héroe, tanto por el pasado como por el presente, y se lo festeja. Gina, al ser una adolescente y estar todavía golpeada por el modo en el que ella se enteró de todo, está un poco más molesta por el asunto, pero me alegra que haya participado del abrazo entre los cuatro. Lo que sí no me agrada es que Snow haya aceptado ir en la próxima expedición. Oh, vamos, no me puedes hacer eso. Yo que solo deseo ver a la familia Crane Carver estando juntos y ahora no solo me quitas a Lill, sino que estableces que la próxima vez (si es que la hay) me quitarás a Snow. Ahora no solo me tengo que preocupar porque él regrese a salvo, sino que cuando regrese, también voy a tener que preocuparme por ella en su momento. No es justo, déjame tenerlos reunidos y felices por una parte completa :piplup:

    Luego pasamos al caso de Lio junto a Iris. Está claro que ella no quiere tener ese negocio, puesto a que se trata de algo que poco le interesa comparado con ser policía. Pero Lio insiste en que al menos lo intente, sin ningún miedo puesto a que le pagarán por arriesgar su vida aquí. Por último, está el caso de Kendall, quien está más molesto que nadie y con razón. El niño tiene a dos figuras maternas, aunque no sé que tanto sea en el caso de Sun, pero ese rol lo tiene al fin y al cabo. Y ambas se marchan, quedando él a solas con su padre aunque ahora sabe que es un tío en realidad. No le culpo por el enfado. Le cuentan una verdad muy pesada, y luego de eso sus dos madres se alejan de su vida. Le tocará a Ender reconducir la conducta de ese niño conforme pueda, y quizá sea la oportunidad de que él y Snow hagan que los niños se vuelvan más amigos. Y espero que pase, ya que yo esperaba que los niños fueran amigos y resulta que no se han hablado casi nada más allá del capítulo 2, donde tampoco vimos la gran cosa entre ellos.

    El grupo completo, uno bastante numeroso, es llevado a hacerse los estudios médicos y luego se van a conocer su nave, la cuál será su nuevo hogar en estos próximos días. Vemos un par de rencillas entre miembros como Khael y Yak con Sun, Norman y Lio. Creo que ha sido correcto que Lio defendiera a Sun, puesto a que en la parte IV, este siempre trató de enderezarla. Es triste que Sun no haya hecho caso a él, y que tampoco le haya agradecido por salir en su defensa, pero esto creo que marca el comienzo entre relaciones tensas entre neonianos y humanos, al menos al comienzo, puesto a que los neonianos todavía recuerdan a la Resistencia y a los ladronzuelos, mientras que los humanos siguen con la memoria en lo que hizo Yak en Regresión. Los sylerianos parece que tendrán el rol de mediadores para con las dos especies, puesto a que están en un puesto neutral con todos ellos.

    Dado a que se nos muestra un paseo por la nave, el cuál está muy bien narrado, debo decir. Ya sabemos todo lo que pueden hacer. Y tengo que decir que la criogenia es algo que más me asombra. Pero bueno, es un alivio, debido a que así no pasará con ellos algo del royo de Interestellar, y no terminarán envejeciendo 7 años en un minuto por pasar por un planeta con aire denso XD. También es una buena forma de hacer que el viaje hacia un planeta se desarrolle sin muchos encontronazos entre los tripulantes. Ingenioso. Yo no puedo hacer algo así en LGC, perdón por el spam XD, porque allí se supone que la humanidad está escasa de recursos cortesía de la guerra y la Catástrofe. Pero ahora que han podido desarrollar cosas como esa, los viajes serán amenos. Pueden tener un planeta a tres años de distancia, irse a dormir, y luego despertar sin haber envejecido un solo día. Aunque bueno, espero que no haya ningún planeta a 3 años de distancia, porque si es así, Lill regresará cuando su pequeña Gina tenga 19 años y eso no lo quiero :'(

    Vemos que la IA de la nave les puede ir indicando muchas cosas, y que incluso Lynx, que está más relacionado con la informática, tiene ganas de ponerle nombre. A ver qué tal les va, pero espero que no la llamen 'La Suprema' XD.

    El capítulo acaba y vemos que Carl menciona que se les ha colado una intrusa. Tengo una teoría y esa es que se trata de Iris. Ya que parece que a ese sitio solo se puede acceder por lanzaderas, habrá tomado alguna, o bien pudo haberse colado en una lanzadera de entrega de suministros, y luego de haber llegado, estando todos los trabajadores allí mismo ocupados en el recibimiento de la operación, burlarlos a casi todos sería muy sencillo. Ahora bien, no me imagino cómo va a estar Lio cuando descubra que su hija se coló en la nave si es ella. No se me ocurre quien más se colaría en el equipo. Snow y Arva quedaron atrás con los niños. Y dudo mucho que una de las líderes como Hylda y Erie puedan hacer algo así y más aún que Carl se refiriera a ellas como "zorra".

    En fin, eso es todo por ahora. Ansioso de ver cómo reacciona el grupo ante la presencia de un intruso, que imagino que su inteligencia artificial les hará sonar una alarma y desactivará la criogenia, porque sino, pues los dejaría regalados ante un invasor de otra especie XD. También quiero saber cuándo recibirán el mensaje dado por los thunianos para dirigirse allí. Imagino que primero irían a Virm y después a ese nuevo mundo llamado Verilia. Ansioso por todo, en realidad. Aquí me despido, amigo. Hasta la próxima semana. Cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Hola a todos y bienvenidos al decimocuarto capítulo de esta séptima parte de Los Viajeros. Debo decir que pese a no ser un capítulo de esos que te mantienen pegado a la pantalla, es uno de los que más he disfrutado escribir. Para mí, narrativamente hablando, es de los mejores de esta parte y el ritmo del capítulo es el idóneo. Aunque al fin y al cabo, los que juzgan son los lectores, por lo que os dejaré a ello. Gracias como siempre a Reydelaperdicion por su compromiso y entusiasmo. Disfrutad.




    Un rumbo inesperado







    Sujeto: Lill Crane, comandante de la expedición 'Anixis'. Edad: 41 años. Estado: durmiente. Signos vitales bajo mínimos. Fecha del despertar: 17 de Febrero del 2143. ¿Desea despertar al sujeto de forma manual a fecha de 13 de Octubre del 2142?

    — Sí, hazlo.

    Entendido. Comandante Lill Crane, activación en curso para el despertar de criogenia.

    — Gracias, Oda.

    La cápsula en la que se encontraba Lill recubierto de un humo blanco espeso que lo mantenía dormido y en buen estado, comenzó la descompresión para liberar dicho humo.

    Tras esto, la compuerta de dicha cápsula se abrió lentamente y la neblina comenzó a dispersarse por el área, revelando al comandante. Su aspecto no había cambiado pese a haber pasado casi tres meses durmiendo.

    Para la persona que se hallaba allí ante él, aquello era todo un hito en la historia científica y tecnológica no solo para la humanidad, sino también para el resto de especies. Todo gracias a los desaparecidos Anixis.

    El comandante comenzó a mover primero los ojos, pero sin abrirlos hasta unos largos segundos después. Sin embargo, al hacerlo, el hombre saltó de la cápsula y cayó al suelo jadeando, demostrando que al ser la primera vez que su cuerpo se encontraba en dicha situación, los efectos al despertar eran más fuertes.

    La persona que le despertó era la intrusa que hacia unos meses se había colado en la Nolartis justo antes de que esta partiera del puesto de avanzada Horizonte Conocido.

    Al ver las dificultades de Crane para recuperar el aire en sus pulmones, la chica le ofreció una pequeña botella de oxígeno con mascarilla, para que pudiese inhalar aire puro y así despertar a sus órganos respiratorios.

    Lill dio varias bocanadas de aire, activando así a sus pulmones. Mientras lo hacía, observaba al resto de su tripulación en sus cápsulas, durmientes y a la espera de que les tocara salir en menos de cinco meses.

    Una vez hizo el recorrido visual a su alrededor, el hombre centró su mirada en la chica joven que se hallaba ante él. Pelo ondulado y recogido en un moño alto, vestida con un traje azul oscuro oficial de la tripulación en el que se apreciaba en logo con las iniciales A-I-E y una expresión de preocupación en su rostro.

    Lill la reconoció, pero antes de decirle nada se aseguró de que él también estaba vestido. Por suerte para él, todos se ponían un traje especial para la criogenia, de color blanco y similar a una piel extra para protegerse.

    Bienvenido de vuelta, comandante Crane — La IA de la nave fue la primera en hablar — Podría experimentar una serie de efectos secundarios durante los dos próximos días. Para paliar cualquier problema, por favor diríjase a la consulta médica o en su defecto busque al médico de a bordo.

    — A veces pienso que Oda es sarcástica — Dijo la intrusa, mostrando una sonrisa forzada para la situación — ¿Te sientes bien?

    — Como si me hubieran golpeado por todos lados y con un hambre terrible — Lill se encontraba algo débil, por lo que necesitaba reponer energías — Vayamos al comedor y me cuentas que diablos haces aquí, Iris.

    — Está bien.

    Iris, quién era la intrusa que se coló en la nave antes de su salida, ayudaba a Lill a mantenerse firme al caminar debido a que había estado unos meses sin hacerlo y debía volver a activar todos los músculos de su cuerpo. Ambos avanzaron hasta llegar al ascensor de la planta inferior en la que se encontraban, el cuál les llevaría a la planta principal, en la que se hallaba el comedor y la cocina.

    Una vez llegaron y sin decir nada por el camino, la joven Hennessey ayudó al comandante a sentarse para acto seguido prepararle algo ligero en la cocina. Lill se veía falto de nutrientes y necesitaba comer algo que le reanimara por completo.

    — Sé que te preguntarás que estoy haciendo aquí, en la nave, cuando yo no formaba parte de la expedición... — Mientras hablaba, Iris se dedicaba a cocinar — Verás, Lill, yo quiero estar aquí. Quería estar desde el principio. Pero nadie considera que sea una persona capaz para estar aquí, o bien porque aún soy joven, o bien porque no quieren que me dedique a esto... Y entonces opté por tomar yo mis propias decisiones, en lugar del resto. Por eso estoy aquí.

    — Da por hecho que Lio se va a enfadar mucho cuanto te vea aquí — Lill estaba seguro de eso — La gente que no quiere que te dediques a esto, lo hace con buena fe. Este trabajo no es para cualquiera.

    — ¿Debo simplemente aceptar tus palabras, resignarme y buscar dedicarme a una cosa que no me gusta? — Hennessey parecía convencida — Lo siento, pero no me veo toda la vida reparando lanzaderas.

    — Puedes contribuir de muchas maneras a la sociedad y su mejora, no tienes porqué pensar así.

    — ¡Quiero contribuir aquí, Lill! — Iris proseguía con su idea de quedarse y con la preparación culinaria — Y cuando despierten todos, incluido Lio, daré mi postura a conocer. Ya estoy aquí, no hay marcha atrás. Además, de no haber estado, no sabrías de esa señal.

    — ¿Qué señal? — Crane no entendió a qué se refería.

    — No sé que es exactamente, pero se repite cada hora en el puente de mando desde hace unos días y Oda siempre está advirtiendo de que sea revisado — Iris se aproximó a Lill con un plato de legumbres y arroz blanco — Es extraño, porque ella sabe que estáis en criogenia pero aún así pide que sea revisado. Supongo que espera que lo revise yo, pero no tengo ni idea de como hacerlo. Por eso te he despertado.

    — Perdona, pero es que estoy confundido — El comandante Crane, que aún no había probado su comida, trataba de ponerse al día — Dices que la nave ha recibido una señal desconocida que se repite en bucle y... ¿quién mierda es Oda?

    La joven Iris Hennessey, sin ficha de datos en la expedición, me indicó que ese sería mi nombre y por el cuál la tripulación se dirigirá a mi en cualquier momento.

    — Vale, entonces Oda es la IA de la nave y hay una señal que hemos recibido — Lill comenzó a comer rápidamente, mostrándose realmente hambriento — Deja que coma y veremos de que trata eso, antes de despertarlos a todos. Por cierto, ¿cuánto tiempo llevas viviendo sola en la nave?

    — Poco más de dos meses — Iris disfrutaba al ver comer a Lill — ¿Está bueno?

    — Oh, sí — El comandante masticaba con rapidez — Es probablemente la comida que mejor me ha sentado desde que nací.

    — Tiene sentido — La joven se río brevemente — Dime Lill... ¿me llevaréis de regreso?

    — Estamos viajando hacia un planeta que está a siete meses de casa, dar la vuelta ahora sería un retraso importante — El hombre, que estaba dejando el plato vacío, lo tenía clarísimo — No, Iris. Aunque hayas hecho una imprudencia grave, te tienes que quedar.

    — Te lo agradezco, de verdad — Hennessey pensó en todo lo que hizo hasta colarse en la nave — Cuando regresemos, probablemente lo consideren un delito.

    [...]

    Unos meses antes...

    La lanzadera que llevaría a los miembros de la expedición despegaría de la base militar ubicada en Ciudad Anixis, por lo que Iris se apresuró en llegar.

    Aprovechando la ausencia de estos y siquiera de unos guardias —nadie estaba patrullando una lanzadera— la joven se coló en el interior del vehículo. Si de algo servía el haber vivido durante diez años bajo la tutela del hombre de Ceres, era el momento de ponerlo a prueba. Las habilidades en infiltración de Iris eran excelentes y el hecho de llevar el negocio de reparación de lanzaderas junto a su maestro la hacían conocer perfectamente en qué lugar esconderse.

    La joven Hennessey abrió rápidamente un compartimento de la lanzadera, el cuál tienen todas y que se usa para almacenar pequeñas pertenencias pese a ser amplio, introduciéndose en el y cerrando consigo la rendija. La chica se pasó varias horas a bordo, oyendo la conversación tensa que se estaba sucediendo entre la tripulación, hasta que finalmente Bárbara les condujo al puesto de avanzada Horizonte Conocido. Una vez allí, debió permanecer a la espera durante cinco minutos mientras el resto se iba, pues seguirles de cerca la podría delatar.

    Tras esa breve espera, Iris salió de su escondite y de la lanzadera, siguiendo el túnel anclado al vehículo que pusieron para que la expedición pudiese abandonarlo y no ahogarse por falta de oxígeno en el espacio. Algunos ingenieros se extrañaron de su presencia allí, pero nadie se atrevió a preguntarle nada pues intuían que se trataba de una miembro más de la tripulación de la Nolartis que había salido con retraso.

    La joven Hennessey mostraba una expresión de seriedad con la intención de que la tomaran en serio, algo que así sucedió hasta su llegada a la puerta que le impedía el acceso al trayecto hasta la gran nave.

    — Disculpe, ¿quién es usted?

    Iris se sobresaltó, pues estaba intentando manipular el control de acceso, que requería escáner biométrico para abrirse. Al voltearse, vio a Carl Sagan frente a ella.

    — Mi expedición está ya en la Nolartis, necesito entrar.

    — Vale... ¿me puede facilitar su nombre para que pueda confirmar su identidad y su permiso de expedición? — El ingeniero jefe se mostró comprensivo pese a no saber que se trataba de una falsedad — Tranquila, una vez me dé sus datos, contactaré rápidamente por radio con la representante Mason para confirmar su identidad.

    La chica era consciente de que no podía facilitarle sus datos, principalmente porque no figuraría como miembro de la expedición y sería retenida. Ante esto, la ahijada de Lio solo tuvo una idea.

    Iris asintió con una sonrisa mientras se aproximaba a Carl, para una vez estar delante, patearle en la zona baja al hombre y tomarlo del cuello acto seguido. Tras esto, realizó una rápida maniobra que terminó con el tipo sufriendo una maravillosa llave que le impedía la movilidad de sus brazos.

    — ¡¿Pero qué...?! — El ingeniero jefe sentía como también le faltaba el aire — ¡Por fav... para...!

    — Necesito que abras esta puerta ya — Iris no se andaba con tonterías, mientras observaba a su alrededor para asegurarse de que nadie veía aquello — Y rápido, si no quieres ver que te ocurre cuando la sangre no llega al cerebro durante mucho tiempo.

    — ¡Dios... val... vale!

    Sagan estiró su mano hasta el escáner de biometría, colocándola sobre la pantalla, la cuál autentificó al hombre y le abrió la puerta.

    Hennessey se lo agradeció soltándolo, para acto seguido patearle el rostro y abrirle una brecha en la nariz. Mientras el hombre se arrastraba por el suelo un tanto aturdido, la joven corría por aquel pasillo que la llevaría directa al interior de la Nolartis. La compuerta de acceso estaba cerrada pero no sellada y no requería de ninguna medida para ser abierta, por lo que se abrió a su paso, dejando que Iris irrumpiese en la nave.

    La chica escuchaba de fondo las explicaciones de Bárbara a toda la tripulación, a quiénes llevaba por las distintas salas para indicarles la función de cada una. Iris corrió por cada una de ellas, asegurándose de encontrar el lugar perfecto en el que esconderse hasta estar fuera de peligro. La chica terminó escondiéndose en el pequeño hangar de vehículos, donde unas lanzaderas y un todoterreno se hallaban para futuras misiones. Sin embargo, cuando estaba por esconderse en el interior del vehículo, la IA intervino, asustándola.

    — Presencia desconocida. Humana, joven — Oda parecía tener la capacidad de tomar decisiones por su cuenta, algo que el grupo aún desconocía — ¿Qué haces aquí?

    — ¡No actives la alarma, no lo hagas! — Exclamó Iris, rezando para que eso no sucediera — Quiero estar en la expedición, eso es todo.

    — Nadie de la tripulación tiene tu rostro en las fichas personales, no formas parte de la expedición — Oda insistió — ¿Qué haces aquí?

    — ¡Digo la verdad! ¡Soy ingeniera! ¡Puedo ser útil!

    La respuesta de la inteligencia artificial de la Nolartis se demoró lo suficiente como para poner muy nerviosa a la chica. Finalmente, su voz femenina regresó.

    — Omitiré la alerta porque la Nolartis va a despegar en breve y la tripulación se encuentra en criogenia, pero si intentas cualquier cosa extraña, bloquearé todos los accesos y purgaré la nave en el espacio — Oda sorprendió a Iris, quién creía que para ser una IA, era extremadamente avanzada y capaz — Por desgracia, no te dejaré usar una cápsula de criogenia. Has tomado tu decisión de entrar sin permiso y hasta nueva orden, tienes siete meses para decidir tu próximo movimiento.

    — ¡¿Siete meses?!

    — El tiempo de trayecto hasta la primera misión.

    — ¡Oh vamos, no puedes hacerme eso!

    — Es más de lo que puedo ofrecerte, no debería dejarte a bordo sin tener tu permiso.

    — ¿Eres una IA de verdad? Porque te comportas como si no lo fueras.

    — Fui diseñada a partir de tecnología Anixis hallada en Paraíso. Soy autónoma, me han otorgado la capacidad de tomar el control de la Nolartis si fuese necesario, incluso por encima de la máxima autoridad a bordo si éste fuese a poner toda la misión o la tripulación en peligro. Pero no pueden saberlo. La Nolartis es un proyecto extremadamente costoso para la AIE, por lo que han tomado las máximas precauciones.

    La joven Hennessey estaba tan impactada con todo lo que acababa de oír que casi no podía articular palabra. Sin lugar a dudas, los líderes de la Alianza tenían más secretos de los que se creía en un inicio. Tener una IA de tecnología Anixis, fabricada desde cero y dándole semejante autonomía, denotaba que se estaba avanzando muy rápido en todos los aspectos. Cualquiera diría que diez años atrás, la tecnología era inútil debido al arma Regresión, otra creación Anixis asombrosa. Viendo que poco tenía que reprochar, Iris decidió asentir y comprometerse a no hacer nada peligroso para la nave.

    A cambio, Oda —le pondría dicho nombre más adelante— la mantendría a bordo, aprovechando su experiencia en cierta ingeniería por si hubiese cualquier problema. La IA no quería tampoco tomar la decisión de expulsarla sin más, pues consideraba que era decisión principal del comandante Lill Crane, quién sería el encargado de tomar las decisiones —siempre y cuando no generasen conflictos severos— en la misión.

    Oda era una simple IA de asistencia de cara al grupo, sin embargo, fue diseñada para mucho más que eso. Sus verdaderas capacidades permanecerían ocultas salvo intervención necesaria. Y si le había revelado eso a Iris, es porque sabía que ella no diría nada con tal de permanecer a bordo. Así, pasarían dos meses juntas, creando una curiosa relación amistosa unida por los secretos.


    [...]

    Lill siguió los pasos de Iris hasta llegar al puente de mando, tras éste haber terminado de comer.

    Despertar unos meses después de la criogenia parecía darte un hambre voraz, algo que parecía lógico, por lo que una vez con energía repuesta el comandante ya se encontraba en plenas facultades físicas y mentales. Aún notaba cierta pesadez recorriéndole las extremidades, pero era un efecto del despertar que pasaría pronto.

    El camino a la punta de la Nolartis fue de dos minutos, tiempo en el que ambos mantuvieron el silencio. No fue hasta llegar al lugar, que Oda rompió el sonido de la nada.

    Comandante Crane, la misteriosa señal fue recibida hace tres días y desde ese entonces se repite en bucle cada hora — La IA de la nave se explicaba de forma eficiente y directa — He triangulado su posición en función de las cartas estelares que tenemos, de la ruta Anixis que tratamos de investigar y... está justo antes que la ubicación de Verilia.

    — Muy bien, pero si no forma parte de la ruta Anixis que pretendemos investigar, no me interesa — Lill fue tajante en sus palabras — Desviarnos de la misión no entra en mis planes, a menos que se trate de algo sumamente importante.

    Lo es, comandante Crane. Su ubicación previa a Verilia y el envío de la señal revelan que se trata de tecnología Anixis mandando lo que parece ser un SOS.

    — Pero, ¿cómo es posible...?

    — ¿Entonces por qué pides que sea revisado? Si ya lo has revisado tú — Iris parecía estar un poco molesta con Oda.

    Efectivamente, así ha sido. Pero pido su revisión porque no conozco todos los detalles de la misión y el comandante Crane sí, por lo que él u otro miembro de la tripulación podría hallar algo que a mí se me escapa — La inteligencia artificial de la Nolartis se justificó — Comandante, ¿debería trazar una ruta hacia esa señal?

    — Antes quiero escucharla.

    — No se puede escuchar, son simplemente una serie de pitidos que parecen código morse — Explicó Iris, sorprendiendo a su homónimo — Dicen exactamente S.O.S.

    — Vaya, tú también lo has revisado por lo que veo — Lill sentía que había algo raro entre Iris y Oda, pero decidió dejarlo en segundo plano — En fin, Oda... no haremos nada por el momento. Mantén la Nolartis en alerta, si esa señal sigue sonando después de tres días es porque nos estamos acercando debido al rumbo que tenemos.

    Entendido, comandante.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer, Lill? — La joven Hennessey no sabía que movimiento haría el líder.

    — Despertarlos a todos y decidir que hacer — Crane lo tenía muy claro — No voy a tomar esta decisión yo solo, no sin antes conocer la opinión del resto.

    El comandante no quería volver a cometer los errores del pasado, especialmente aquel con el arma Regresión, el cuál le perseguiría para siempre por las consecuencias que tuvo.

    Decidido a sacar cinco meses antes de la criogenia a toda su tripulación, el hombre seguido de la chica se dirigió al área de cápsulas, que estaba en la planta de abajo y requería de acceso en ascensor. Cuando ambos llegaron al lugar, comenzaron a observar a todos aquellos miembros de la expedición, metidos en sus cápsulas mientras dormían plácidamente desde hacía dos meses aproximadamente.

    — Lill, una cosa — Iris, que iba a ayudarle a despertar a la tripulación, frenó en seco las intenciones de éste — Preferiría que Lio fuese el último en despertar. No quiero discutir con él en estos momentos y de seguro que delante de todos no me dirá nada.

    — Está bien, Iris. Pero en algún momento deberás confrontarlo, él de seguro lo hará cuando vea la oportunidad — El comandante era sincero con la joven, mientras se centraba en despertar primero al protector syleriano Paokt — Venga, empieza por Yak Quetaryan y sigue por ese lado.

    [...]

    Les tomó un buen rato a Lill e Iris el despertar al resto de la tripulación, pero finalmente todos estaban en pie y preguntándose el porqué no seguían en las cápsulas si quedaban unos cinco meses para llegar a Verilia. No obstante, el comandante les instó a guardarse las preguntas para después de comer, pues sabía que todos ellos necesitarían reponer energía tal y cómo él hizo.

    Esta vez la joven Hennessey no les preparó nada como si hizo con Lill, sino que ambos decidieron proporcionarles una comida más básica pero rápida de hacer e ingerir. La pasta nutritiva de los neonianos era un alimento perfecto para obtener fuerzas, por lo que toda la tripulación comió una ración de eso.

    Se encontraban todos en el comedor de la Nolartis, comiendo bajo la atenta mirada del comandante Crane y la intrusa de a bordo. El hombre de Ceres se sorprendió muchísimo al ver a Iris allí, mostrándose muy serio y con la mirada fija en su ahijada, algo que no pasó desapercibido para ella. Sin embargo, Lio sabía que no era el momento para increparla pues habían sido despertados antes de tiempo por algún motivo que debería ser serio.

    Antes de hablar con cualquiera, el subcomandante quería conocer que estaba sucediendo. Y así, tras un tiempo para que el grupo asimilara la pasta nutritiva, el líder de la expedición tomó la palabra.

    — Estoy seguro de que tendréis preguntas, pero podemos ahorrarnos las molestias — Lill sonaba tajante y serio — Iris se infiltró en la nave hace dos meses y ella ha sido quién me ha despertado. ¿El motivo? La IA de la Nolartis detectó una señal de emergencia hace unos días, la cuál pide ayuda en código morse según ella misma.

    — ¿Esa señal es de alguno de los puestos de avanzada que tenemos en las fronteras del territorio conocido? — La pregunta provino de Cia, quién se hallaba cruzada de brazos — Quizá haya pasado algo en casa.

    — ¿Oda? — Todos miraron a la joven Hennessey, quién estaba llamando a la IA — La expedición quiere respuestas.

    No, Jenner, la señal no proviene del territorio conocido, sino más bien del desconocido, al que estamos viajando.

    — Un momento, ¿Oda? — Lynx se sorprendió gratamente mientras miraba hacia el techo en alusión a la IA — ¡Me gusta tu nombre! ¿Lo has escogido tú misma?

    Gracias, Herswood — Oda respondió al miembro de la tripulación — Y no, el nombre me lo puso Hennessey.

    — Muy bonito tu nombre, máquina — Khael se mostró molesto por cambiar el tema — Y tú, chico, cierra la boca si no es para hablar de la situación actual. Esto es una misión seria, no el recreo de tu colegio.

    Algunos miembros de la expedición como Sun y Yak soltaron una breve carcajada ante el comentario del veterano neoniano, algo que no sentó bien en otros como Tyra y Norman, quiénes creían que Khael había sido un poco duro con su amigo.

    Sin embargo, empezar una discusión no sería la mejor forma de iniciar la pronta y repentina convivencia que iban a tener, por lo que todos callaron tras lo sucedido, momento en el que el comandante de la expedición aprovechó para continuar explicando lo que ocurría.

    — Como habéis oído, esa señal no es conocida. De hecho, la inteligen... digo, Oda, cree con firmeza que tiene origen Anixis — Tras las palabras de Lill todos se miraron sorprendidos — Porque esa señal se encuentra justo entre nuestra posición y la del planeta al que vamos.

    — Entonces, ¿dices que puede haber Anixis en un planeta que nos hemos perdido y que además nos están pidiendo socorro? — El ingeniero y científico Pallow ya especulaba con esos datos en su mente sin siquiera tener la confirmación absoluta de que fuera cierto — ¡Debemos ir, sin lugar a dudas! ¡Es nuestra oportunidad de conocer a la especie que nos ha legado su tecnología!

    — Relájate, syleriano, quizá para ti sea el descubrimiento del siglo pero yo no estoy tan segura — Sun intervino en la conversación, atrayendo todas las miradas — ¿De verdad pensáis que una especie tan avanzada como la Anixis pediría ayuda? Esto solo puede ser dos cosas: una trampa u otra especie más peligrosa que acabó con los Anixis y pretende hacer lo propio con nosotros.

    — Oh sí, claro, quizá es una Resistencia Anixis que ha destruido a su propio pueblo — Quetaryan contestó a la teoría de la asiática mediante un ataque verbal.

    — Quizá los Anixis son los sylerianos y han sido bombardeados en su mundo por otra especie idéntica a los dictadores neonianos — La respuesta de Sun no tardó en llegar — De verdad, no sé en qué pensaba Bárbara al juntarnos a todos en una misión como esta, tras lo sucedido en el pasado. Paso de oír más mierda.

    Brume se mostró frustrada, levantándose del asiento en el que se encontraba y dispuesta a marcharse del comedor, cuando la orden de Crane la frenó en sus intenciones.

    — ¡Quieta! — Gritó muy enfadado el comandante — ¡Vuelve a tu sitio, Sun!

    — ¿Y si no lo hago? — La ex líder de la extinta Resistencia pareció plantar cara al comandante — ¿Me vais a "expulsar" de la misión? ¿Vais a matarme?

    — Sun, por favor, piensa con claridad — Jenner, que estaba en esa misión en parte por asegurarse de que la asiática no seguía siendo la de antes, quiso evitar que la situación se descontrolara — Piensa muy bien lo que haces, porque las decisiones tienen consecuencias y ahora mismo estás a punto de tomar una muy mala.

    Todos miraban atentamente a Sun, quién se hallaba casi en la puerta de salida del comedor.

    Visiblemente ofendida pero también consciente de que su compañera le había dicho algo de suma importancia, la mujer optó por regresar a su asiento. El comandante la miró despectivamente durante unos instantes para acto seguido retomar la conversación en el punto importante donde se había quedado.

    — Como decía, esa señal se encuentra entre nuestra posición y el planeta al que pusimos rumbo hace unos dos meses — Indicó el comandante, dispuesto a plantear algo a su tripulación — Sé que soy el líder de la expedición y la decisión es mía, pero no quiero que así sea, al menos en este caso. Por eso mismo querría saber, ¿quiénes estáis a favor de ir hacia esa señal y quiénes en contra?

    — Vaya, esto es una democracia — Murmuró la piloto Maxwell, satisfecha — Me gusta. Yo abogo por ir, al fin y al cabo, nuestra misión es encontrar pistas sobre los Anixis y esa señal puede serlo.

    — Yo ya he dejado clara mi postura — Indicó Brume, confirmando su no más rotundo.

    — Aunque me parezca increíble incluso a mí mismo, estoy de acuerdo con Sun — Quetaryan fue tajante.

    — Comandante Crane, yo soy un soldado en esta misión y decidir no es cosa mía — Williams sorprendió a todo el grupo — Haré lo que usted diga.

    — Sería una completa locura no acudir al llamado de esa señal de socorro — El científico e ingeniero Pallow lo tenía muy claro — Yo digo sí.

    — Yo también accedo — La neoniana y científica Landom aceptó, algo que contrarió a su pareja.

    — Sí — Dijo Jenner, decidida.

    — No me convence — Herswood decidió lo que sus amigos no esperaban.

    — A mí tampoco — La doctora Vega estaba en su primera expedición y no quería correr riesgos.

    — Yo sí quiero — West recibió la mirada de todos — Para esto estamos aquí.

    — Prefiero que no nos arriesguemos — Emmon fue claro en su respuesta.

    — Comandante Crane, a mi me genera ciertas dudas todo esto — El comandante neoniano apellidado Yannick fue sincero con su líder y el resto — Pero haré lo que se me ordene. La máxima autoridad eres tú.

    — Confío en tu juicio, Lill — Paokt confiaba mucho en el instinto de su amigo humano.

    — Lo mismo digo — Añadió el subcomandante Santos, en alusión a las palabras del protector syleriano.

    Había un claro empate en los votos pese a que faltaba la decisión del propio Lill y de la nueva integrante del grupo, Iris, si es que consideraban su voto.

    Khael, Yak, Uriow, Sun y Lynx dieron su 'no' mientras que Cia, Halisha, Tyra, West y Caelum dieron su 'sí'. Norman, Khael y Lio se abstuvieron, dejando su decisión en manos del comandante y líder de la expedición.

    Lill se volteó para observar a Iris, quién él consideraba ya parte del grupo y clave para desempatar la decisión.

    — Yo he dejado la decisión en manos del equipo, por lo que Lio, Khael y Norman, al igual que yo, nos hemos abstenido — Explicaba Crane a la joven — Con el resto, hay un evidente empate. Tú no deberías estar aquí, pero lo estás y ahora formas parte de esto, así que te toca decidir. ¿Qué decides, Iris?

    Todas las miradas de la tripulación se centraron en la intrusa de la nave, quién ahora debía ser una más.

    Lio estaba especialmente pendiente de lo que fuese a decir su ahijada, aunque tomase la decisión que tomase, él no le reprocharía nada. No obstante, el hombre de Ceres estaba esperando que aquella reunión se diese por concluida para confrontar a la chica por su intromisión a la expedición, de la cuál no formaba parte en un inicio.

    La joven Hennessey se sintió algo intimidada con todos los ojos clavados en ella, pero no tardó en dar una respuesta al comandante Crane.

    — Creo que estamos aquí y ahora, por lo que negarse a investigar esa señal sería hipócrita de nuestra parte — Opinaba Iris, con la atención de todo el grupo — Se supone que esta expedición va a investigar, en base a unas pistas, que les sucedió a los Anixis. Y por lo que todo indica, esa señal podría provenir de ellos. Yo voto por ir.

    — Disculpe, comandante Crane, pero... ¿acaso debemos considerarla parte de la expedición? — Khael era un tipo que se regía bastante por las normas y los rangos — Ella no debería estar aquí y sin embargo lo está, pero por ese simple hecho no significa que esté capacitada. Dicho esto, acataré la orden que dicte.

    — A estas alturas de la misión, llevarla de regreso a casa sería perder más tiempo innecesariamente — El subcomandante Santos intervino en la conversación — Nos guste o no, Iris está aquí y forma parte del grupo. Tendrá una función que cumplir, como todos.

    Lill asintió ante las palabras de su segundo, mientras que Khael e Iris se miraron seriamente durante unos instantes. Para el neoniano, la presencia de la joven humana allí la convertía más en un incordio que en un aliciente importante para el grupo, aunque como dijo, no discutiría la resolución del conflicto.

    El resto sentía cierta indiferencia más allá del hecho de que era una boca más que alimentar y con la cuál no contaban, pero tampoco podían reprochar nada pues la decisión definitiva recae sobre el comandante. Con la decisión de si ir o no a la señal ya pactada, la reunión había terminado.

    — Por mayoría de votos entre la tripulación, se ha decidido tomar un rumbo inesperado e ir hacia esa señal desconocida — Dictó el comandante Crane a todos los miembros de la expedición — Oda, marca la ubicación de esa señal en el punto de navegación y traza la ruta más rápida. Tyra hará el resto.

    A sus órdenes, comandante Crane — La IA de la nave se dispuso a prepararlo todo, pero sorprendió al grupo con una pregunta — ¿Debería notificar de este desvío al cuartel general de la Alianza?

    Mientras todos se incorporaban de sus sillas tras dar por finalizada la reunión, la pregunta de Oda les hizo pararse en seco.

    No les dejaba de sorprender el hecho de que una simple y en teoría inteligencia artificial básica pudiese responder y sobre todo preguntar algo, pues la propia Bárbara les explicó que se trataba de una IA de asistencia, no extremadamente capacitada. El silencio se hizo en el comedor durante unos instantes que parecían eternos, ante la incertidumbre de qué hacer.

    Finalmente, el propio Lill tomó la palabra como su cargo de líder de la expedición requería, consciente de todas las consecuencias de sus decisiones en cualquier ámbito.

    — No — Dijo, tajante y decidido — No notificaremos de esto a la Alianza, a menos que sea necesario. ¿Entendido, Oda?

    Entendido, comandante Crane — La IA se tomó una pausa antes de añadir — Bienvenidos de nuevo a la Nolartis, tripulación.
     
    Última edición: 1 Mayo 2022
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Llegó el momento de que comente este capítulo, hoy ya que ayer no he podido XD. Pero bueno, aquí estoy :)

    Antes que nada quiero resaltar esta parte...

    En el capítulo se dice que la infiltración de Iris fue unas horas antes de que tuviera la charla con Lill tras despertarlo, pero se supone que ella estuvo refugiada por dos meses. Salvo que el tiempo en horas sea visto desde la perspectiva de Lill quien se fue a dormir por un largo tiempo.

    Tengo que decir que me ha sorprendido y a la vez no el hecho de que Iris se haya colado. Quiero decir, no me ha sorprendido que fuera ella, ya que yo ya lancé una teoría en el capítulo anterior diciendo que era ella. Lo que me sorprendió en realidad fue que se haya podido infiltrar con facilidad. No la ha tenido muy complicada. Pero supongo que una chica que fue criada por un hombre que es un experto en infiltrarse en lugares, y que además es un conocedor de las lanzaderas, no lo tendría tan difícil para eso.

    Sorprende que la propia inteligencia artificial, no haya alertado a los tripulantes al respecto. Imagino que, al no percibir a Iris como una amenaza, no ha visto necesario el hacerlo. Ahora bien, ¿la IA habría hecho lo mismo si se hubiera infiltrado un ser extraterrestre o por el hecho de ser un ser humano, alguien propio de la alianza y sin historial criminal, lo dejó pasar? Creo que es lo segundo, ya que no creo que si un alienígena se infiltra a bordo, las cosas fueran tan sencillas. Tal parece ser que Iris ha bautizado a la IA como Oda, y debo decir que es algo que me gusta. Me sorprende que la propia IA se haya dejado bautizar por una humana, y encima que sea una intrusa. Pero parece ser que su inteligencia no solo se limita a obedecer órdenes y procesar código y comandos, sino que también cuenta como un integrante más del grupo. Por lo que se ve, parece que la tal Oda se ha hecho algo amiga de Iris, al menos, eso percibo yo en la forma en que se tratan.

    Debo decir que me recuerda mucho a SID de Mass Effect, y que alegría, porque me gustaba mucho su personalidad. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en el Supremo, y en que si los sylerianos fueron capaces de crear una inteligencia artificial capaz de tomar el control de un ser vivo, quizá esta que tiene origen Anixis, podría hacer lo mismo. Aunque no se nos dice que su inteligencia pueda ser contenida en un chip, no lo puedo dejar de pensar de esa manera XD. Pero bueno, si la tal Oda se consigue un cuerpo, esperemos que sea como SID y no cómo el Supremo XD.

    Iris ha despertado al comandante y a todos los tripulantes a bordo para que así pudieran tratar el tema de una señal de ayuda que pide un S.O.S. desde uno de los sitios en el territorio desconocido. Es sorprendente, ya que yo imaginé que el mensaje llegaría en forma de audio, o incluso escrito, pero se ve que incluso los Anixis con su tecnología tan avanzada han optado por el código morse, que fue invención humana. No puedo dejar de pensar en esta posibilidad, y la voy a convertir en teoría para LV... Los Anixis eran exploradores que estudiaban a las especies del universo, pero en el caso de los humanos, quedaron maravillados con ellos. ¿Con qué? No lo sé, XD. Porque la humanidad no es sencillamente lo mejor que le haya pasado al universo, por más edgy que suene ese comentario XD. Pero es algo raro. Quiero decir, cuando Lill y Om se infiltraron en la base de órbita de Deon y Ender, descubrieron una imagen holográfica de la Tierra. El planeta artificial, Paraíso se parece mucho a la Tierra en el sentido de que puede simular las estaciones. Y ahora, la tecnología Anixis utiliza morse para comunicarse. No puedo negar que es algo muy raro. Estoy sospechando que los Anixis podrían estar en algún modo, emparentados con los humanos. Quizá tu idea al hacer que los humanos del Arca IV fueran Anixis falsos, sea una distracción para que no sospeche que quizá los reales fueran o bien una subespecie humana o quizá una superespecie. Pero bueno, todavía me hace falta más info para sacar conclusiones.

    Tras haber despertado al equipo, Lill saca a los integrantes de la tripulación para que todos discutan sobre la posibilidad de ir o no hacia el punto del que viene la señal de auxilio. Yo creo que, si están acobardados ante la posibilidad de que sea una trampa de otra especie o que los Anixis puedan ser hostiles, pues en ese caso le diría a la tripulación que apaguen todo y se marcharan. Digo, los planetas de la ruta también podrían estar ocupados por seres hostiles o ser Anixis con malas intenciones. Yo, si hubiera sido miembro de la expedición, habría estado a favor de ir allí a investigar.

    No todos han estado de acuerdo, y eso es bueno porque vemos los puntos de vista de todos, aunque sea en el modo superficial. Vemos que hay algunos que no callan sus opiniones, y otros que están dispuestos a seguir a las autoridades elegidas como es el caso de Khael y el propio Norman. Hubo discrepancias, y la más notoria fue la de Sun. Es increíble lo peleadora que es, y tan solo es la primera discusión de equipo XD. La han sacado de la cárcel y le han dicho que si colabora con la misión, su condena se reducirá y podrá estar con Kendall. Y aun así, tuvo que llegar Cia a pararla de cometer una falta de respeto a la autoridad. Pues, si así es como empieza, vamos mal XD. Le convendría empezar a hacer amistades e incluso las paces con todos antes que ponerse a discutir. Incluso si es tan orgullosa para no aceptar que sus ideales extremistas estaban equivocadas, bien podría quedarse callada. Pero bueno.

    Ha sido Iris quien ha tomado la decisión de que debían ir a explorar, y ha quedado nombrada como parte del equipo por más que a Lio le pese. Estoy ansioso por ver qué tal se dan las próximas interacciones del grupo tras la discusión que estuvo muy pareja. Y también quiero ver qué le dirá Lio a su hija adoptiva por haber optado por desobedecer a las autoridades y colarse en la misión. Pero bueno, espero que a ella no le pase nada, ya que el hombre de Ceres sostiene un historial de perder gente querida para él. Y creo que perder a quien fue su hija por diez años sería algo que seguro no podría soportar.

    También me ha sorprendido un poco que, para esta primer decisión, tanto el comandante como el subcomandante hayan optado por abstenerse. Imagino que Lill no quiere tener la responsabilidad sobre él si elegía y se terminan encontrando una trampa, pero creería que ellos deberían aunque sea tener voto en esto. Quiero decir, si los eligieron como primero y segundo al mando, dejar esto en manos del grupo es echarse para atrás muy rápido, y me pregunto si habrá gente que vea esto como un indicio de que sus líderes son de poco caracter. Pero bueno, eso está por verse.

    Ahora me despido diciendo que un trayecto de siete meses desde el primer planeta en la ruta hasta Paraíso me parece una barbaridad :( Sin tener en cuenta los demás planetas, una ida y vuelta desde allí hacia su casa sería un tiempo de un año y dos meses. Eso quiere decir que los personajes, sobre todo Lill, podrían estar ausentes por mucho tiempo de sus familias. Espero que los demás planetas de la ruta estén cerca del primero, de lo contrario, Lill va a regresar y sus pequeños ya habrán cumplido muchos años de edad. Y sabes que dolería mucho verlo alejado tanto tiempo de Snow, Gina y Owen. Pero bueno, a rezar para que el viaje no dure mucho tiempo... y que tampoco me saques una jugada de Interestellar XDD, ahí te mato.. okno :v

    Con eso acabo mi comentario, amigo. Será hasta la semana siguiente si nada malo pasa. Un saludo. Cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Hola a todos y gracias por estar un día más aquí (especialmente tú, querido Reydelaperdicion ). No quiero añadir mucho, únicamente que el capítulo de esta semana es más transitorio para la trama que revelador, pero las cosas cara el final se van a poner mucho más interesantes. No obstante, que sea de transición no implica que no sea interesante, pues los miembros de la tripulación van a ponerse un poco al día entre sí. Así que os dejo con la lectura, la cuál espero que disfrutéis.




    Extraña convivencia







    Día 1

    Habían pasado tan solo cinco horas desde la reunión entre todos los tripulantes de la Nolartis, quiénes fueron despertados por la intrusa Iris y la inteligencia artificial Oda para determinar que hacer ante la aparición de una señal de origen desconocida que pedía ayuda. Tras una votación en la que todos participaron, se decidió ir en la dirección de la que provenía esa señal misteriosa.

    Una vez la misión daba comienzo oficialmente para la expedición 'Anixis', estos se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Siendo un total de veinte las que había —diez a cada lado de un largo pasillo— para los dieciséis miembros del equipo, la distribución podía ser individual perfectamente, con cuatro habitaciones sobrantes. No obstante, eso no fue así.

    El comandante Lill Crane tenía su propia habitación, la cuál era idéntica a las otras diecinueve. También era el caso de la doctora Maya Vega, del ingeniero Westley Finn, del neoniano Khael Yannick y del syleriano Caelum Pallow. Otros, compartían habitación, siendo los casos de la pareja Yak Quetaryan y Halisha Landom, Om Paokt y su amigo Uriow Emmon, y finalmente Leonardo 'Lio' Santos y su ahijada Iris Hennessey. El resto, se debatían en la posibilidad de convivir con alguien en el mismo cuarto o permanecer a solas en uno libre. Estos eran los casos de Lynx Herswood, Norman Williams y Tyra Maxwell, al igual que de Cia Jenner y Sun Brume.

    Para el trío de amigos, el cuál llevaba varios meses fracturado por todo lo que sucedió con ellos anteriormente, la sensación era muy incómoda. Lynx y Tyra habían seguido manteniendo su amistad, pero dejaron de lado a un Norman que ahora había retomado su vínculo con la chica. Aquello complicaba las cosas, pues de los tres, el joven Herswood tenía claro que no compartiría habitación con quién antaño fue como un hermano y al que ahora consideraba un traidor, culpándole de su detención.

    Sin embargo, la piloto principal de la Nolartis quería intentar convencer a su compañero de aceptar al otro con ellos.

    — Lo siento Tyra, pero no quiero dormir bajo el mismo techo con un traidor a la causa — Lynx parecía muy decidido a no doblegarse.

    — Por enésima vez, Lynx, yo no os delaté — Norman sonaba repetitivo, pues no era la primera vez que se lo decía a su antiguo amigo — Irrumpieron en la lanzadera mientras os estaba esperando. Y no pienso seguir con esto, Tyra, te lo agradezco pero ahora soy yo quién prefiere dormir a solas antes que con alguien que confía más en su instinto fallido que en el amigo que le ha salvado en muchas ocasiones.

    — ¡Oh, claro, ahora hazte el héroe! — Herswood se molestó con el comentario de Williams — ¡Siempre has sido muy vanidoso, Norman! ¡Y un especialista en mentir, también!

    — ¡Qué te jodan, Lynx! — Gritó Norman, saliendo de la habitación para buscarse otra.

    — ¡Joder, sois patéticos, los dos! — Exclamó Tyra, recogiendo sus cosas — ¡O convivimos los tres juntos, como antes, o yo también me buscaré mi propia habitación!

    — ¡Pues muy bien, hazlo! — Le provocó el joven hacker e ingeniero mientras realizaba aspamientos con los brazos — ¡Sois tal para cuál!

    Tras aquella tensa conversación, los tres amigos se separaron en habitaciones diferentes, durmiendo cada uno en completa soledad pero disfrutando del silencio que ello les otorgaba.

    Justo en la habitación de enfrente, la ex líder de la Resistencia estaba teniendo una conversación muy diferente con la ex general Anixis. Sorprendiendo a la asiática, la también ex comisaria de policía entró en la habitación y dejó sus pertenencias sobre la cama.

    Sun se encontraba acomodando sus cosas en el que sería su nuevo hogar durante muchos meses, cuando el acto de Cia la descuadró.

    — ¿Extrañada? — Cia se cruzó de brazos, mirando fijamente a su futura compañera de habitación.

    — Bastante, la verdad — Pese al impacto inicial de sorpresa, Sun parecía reticente — ¿Qué pretendes, Cia?

    — Ender iba a ocupar mi lugar en la expedición, pero decidí que debía ser yo y no él, Kendall necesita quedarse con un familiar de verdad — Jenner mostró su reflexión a la asiática — Si estoy aquí, es para asegurarme de que su madre ha cambiado y para que vuelva con él en cuanto acabemos la misión.

    — Vaya, qué considerada — Brume seguía sorprendida por ese gesto, pero no le gustaba tener a alguien encima de ella — No necesito una niñera y preferiría la soledad.

    — No planeo hacerte de niñera y tampoco estoy aquí para vigilarte — Cia quiso ser sincera desde el principio, aunque realmente sí la vigilaba — Quiero conocerte más a fondo.

    — ¿Más... a fondo? — Sun sonrió pícaramente — Wow, Cia, no sabía que también te atraían las muj...

    — No es eso, y aunque fuese el caso, me buscaría alguien con un historial más... limpio — La ex general Anixis sonrió sarcásticamente — Tan solo quiero asegurarme de que ya no eres la Sun líder de la Resistencia, sino una miembro capaz y una madre que hará todo lo posible por completar la misión y regresar con su hijo. ¿Me entiendes?

    La asiática esperó durante unos segundos para finalmente asentir ante las palabras de su ahora compañera de habitación. Aunque en un principio no le agradaba nada la idea, supo que no podría persuadir a la ex comisaria y que tendría que acceder a convivir con ella. No tenía gran problema en hacerlo pues no era la primera vez que compartía hogar con alguien, pues ya lo hizo con Lio, Axlor, Ashley, Guy y Dyrian durante los comienzos de su causa anti neoniana.

    Precisamente uno de ellos, el hombre de Ceres, tenía la habitación contigua a ellas. También estaba conversando, con Iris, aunque la charla era más intensa que la de ambas mujeres.

    — ¡¿Cómo diablos has podido hacerlo, Iris?! — Santos no daba crédito a lo sucedido — ¡Te pedí expresamente quedarte con el negocio y no meterte en estas cosas! ¡¿Ese es el maldito caso que me haces?!

    — ¡Yo no habría podido mantener el negocio como tú lo haces y lo sabes! — Contestó Hennessey, alzando la voz — ¡Y ya soy mayor de edad como para que debas decidir sobre mi vida! ¡Para de hacerlo!

    — ¡Lo hago porque me preocupo por ti y tu futuro!

    — ¡No, lo haces porque no confías en mis capacidades!

    — ¡Eso no es ci...!

    — ¡Yo fui quién descubrió las pistas definitivas del asalto al hotel de Puerto Arcadia que llevó a Cia y la policía a capturar a Lynx, Norman y Tyra! ¡Lo hice yo sola, con la comisaria como testigo! ¡Puedo ser útil aquí más que reparando estúpidas lanzaderas! ¡Y no quieres verlo, pero lo vas a ver!

    Iris no dio tiempo a Lio a contestarle, pues la joven salió hecha una furia de la habitación, cerrándose la puerta corredera tras ella.

    La discusión había durado más de quince minutos, pero al final y como siempre, todo acababa en un punto medio para ambos. La realidad era que Santos estaba perdiendo el control sobre la adolescente rebelde que había cuidado desde sus nueve años de edad. Aquella niña había dado paso a una chica valiente, audaz e impulsiva a la cuál le faltaba madurar en algunos aspectos, algo de lo que el hombre de Ceres se hacía personalmente responsable.

    Ya que evadirla de las obligaciones de la misión sería imposible, al menos debía centrarse en mostrarle sus debilidades y entrenar sus fortalezas más aún. Lio la había curtido en el combate cuerpo a cuerpo y en el arte de la infiltración, pero ahora tocaba hacerlo en el poder de decisión. Pues en situaciones extremas, cualquier decisión en cuestión de segundos puede declinar la balanza de la supervivencia a un lado.

    Y nuevamente, Santos estaba siendo egoísta ya no por pensar en su propia supervivencia como antaño, sino principal y exclusivamente en la de ella.

    [...]

    Día 2

    La zona del gimnasio contaba con todo tipo de máquinas para el ejercicio físico que se encargarían de poner a tono a la tripulación. Nadie estaba obligado a ejercitarse, sin embargo, la exigencia de estar en forma para la misión hacía que nadie, sin excepción, se perdiera sus dos horas de entrenamiento.

    El syleriano Paokt se hallaba allí, realizando distintos ejercicios que involucraban principalmente la zona de la espalda, donde un armazón metálico interno y sus conexiones le habían dotado a su mermada columna vertebral con la habilidad que perdió en el accidente durante el pulso de Regresión: volver a andar.

    Om era consciente de que debía fortalecerse más aún para no sufrir nuevamente en esa zona, por lo que se apretaba a sí mismo para cumplir con la rutina que él mismo se había impuesto. Tras acabar sus últimos ejercicios, el protector de la Elegida Admir se secó el sudor con una toalla y se dispuso a marcharse a su habitación para una cómoda y relajante ducha, cuando el neoniano Yannick hizo acto de presencia en el lugar.

    El que fuera comandante del ejército de la Alianza, ahora sin serlo, se sorprendió de ver allí a su compañero. Especialmente por la historia de su accidente, la cuál conocía. Khael le saludó con cordialidad y como un militar haría, gesto correspondido por Om.

    — Me alegra ver a miembros de la tripulación manteniéndose en buenas condiciones físicas — El neoniano dejó sus cosas de deporte a un lado y se aproximó a su compañero — Aunque debes estar haciendo trabajo específico, ¿verdad?

    — Es importante estar en forma para la misión — Om asintió — Y así es, son ejercicios específicos para la espalda. Aunque la tengo en perfectas condiciones, es importante mantenerla fuerte.

    — Y bien que haces, Om — Khael se dispuso a levantar unas pesas de treinta kilos — Yo esto... lo hago por... pura diversión.

    — ¿Te gusta ejercitarte, te refieres?

    — Así es, siempre lo he hecho. Me ayuda a concentrarme.

    — Entiendo. ¿Hay algo que te distraiga?

    — El pasado — Dijo Yannick, tajante, mientras dejaba las pesas — Me es imposible centrarme en el presente, las heridas de guerra del pasado siguen latentes.

    — ¿Cuál guerra? — Paokt estaba intrigado.

    — Las máquinas que construimos y se rebelaron contra nosotros, los Rhajik — Khael parecía aún revivir los sucesos de aquella guerra "civil" — Perdí a mi hermano pequeño mucho antes, en la guerra contra vosotros los sylerianos, pero ver morir a miles de neonianos frente a ti, sucumbiendo ante ese maldito láser...

    — Yo tampoco podría olvidar algo así — Om se sinceró con su compañero — Es algo que te marcará para siempre.

    — Exactamente, así es — El neoniano dejó las pesas que había usado y se dispuso a irse a usar otra máquina — Tú y yo estamos en sintonía, Om Paokt, lo siento. Somos almas viejas que comparten memorias.

    — Yo también tengo esa sensación — El syleriano era consciente de que ambos eran los veteranos de sus respetivos miembros de la misma especie, y que habían vivido muchísimas cosas previas que los habían curtido hasta ese punto — Todos somos hijos de las estrellas.

    [...]

    Día 3

    La doctora Vega se pasaba la mayor parte de la jornada en la sala médica, un poco ajena a todo tipo de situaciones que se sucedían a bordo de la Nolartis en su trayecto hacia esa misteriosa señal Anixis.

    Compartía aquel espacio con el laboratorio, el cuál estaba literalmente pared con pared y en el que tanto Halisha como Caelum apenas estaban, pues aún no tenían nada que investigar respecto a la misión.

    Mientras la médico se dedicaba a ojear libros sobre operaciones y demás en los alienigenas conocidos —incluso la primera en ser considerada para su puesto, Cinthia, le cedió archivos con información sobre fisionomías neoniana y syleriana— un primer paciente entró en la consulta.

    — Hola Maya — Murmuró el principal ingeniero de la expedición — ¿Estás ocupada? Podría regresar más tarde de ser así.

    — ¿West? — La doctora tuvo que voltearse a verle, pues no le reconoció la voz ronca — Tranquilo, solo estoy ojeando un par de apuntes de la doctora Marlow.

    West se aproximó a la mujer y tomó asiento en uno de los varios taburetes que yacían en la sala. Justo en el centro se encontraba una mesa rectangular en la que Maya estaba estudiando, junto a un montón de papeles e utensilios médicos de primera necesidad.

    El ingeniero se quedó pensativo, observando el desorden que había sobre la alargada mesa. Esto lo notó ella, que rápidamente apartó algunos objetos y papeles para más comodidad de su compañero.

    — Lo siento, esto es un caos... Yo... — Vega trató de justificarse en primera instancia, pero en el último momento desistió de dar explicaciones — Perdona West, es que esto de la misión me supera un poco. Quiero aprender lo máximo posible de los apuntes de Cinthia y demás para cuando deba tratar a los neonianos o sylerianos del grupo, pero estoy algo estresada y apenas he ordenado este sitio desde que nos instalamos...

    — Tranquila, lo entiendo, no te preocupes — Finn le hizo ver que no le molestaba en absoluto el desorden — Ver la mesa así me ha recordando a la sala de ingeniería que teníamos en Promesa hace bastantes años. Aquello si que era puro caos.

    Ambos soltaron varias carcajadas al unísono, momento en el que Westley apoyó sus brazos sobre la parte despejada de la mesa. Maya apartó los libros y los apuntes que estaba viendo para centrarse en el ingeniero, de quién sabía que estaba realmente enfermo.

    — Eran buenos tiempos... considerando la guerra civil, la llegada de los déspotas del dictador Xom y la destrucción de Zyon...

    — West, ¿estás bien?

    — Físicamente no me puedo quejar, tengo algunos dolores en los costados de vez en cuando pero con calmantes se resuelve. Mentalmente estoy preparado para ayudar al grupo, quiero ser útil hasta mi último día. Pero emocionalmente... — El ingeniero Finn dio un largo suspiro — ...saber que te estás muriendo y que no sabes si puede ser mañana o en unos años... No es dolor, es un nudo en la boca del estómago. Y para esas cosas no hay un medicamento que lo arregle.

    — No sé si fue lo mejor que te apuntaras a esto — Maya quiso ser sincera con él — Deberías haber empezado hace tiempo el tratamiento, haberte quedado en Paraíso y con todos los profesionales médicos allí podrías...

    — ¿Podría qué? ¿Vivir cinco años más, como mucho? ¿Tal vez otros diez, épicamente? — West se mostró resignado, tal y como lo estaba desde hacía años — No tengo familia, ningún amigo cercano... Me he dedicado toda mi vida a ser ingeniero. Y pensar en alargar mi vida para seguir haciendo lo de siempre, simplemente no me parecía lo correcto. Por eso he decidido dejarme llevar y que la enfermedad haga su trabajo, como yo siempre he hecho el mío. He cumplido y cuando surgió esto, decidí cumplir un poco más. Hasta que el cuerpo aguante, pero no siendo simplemente un ingeniero, sino siendo un ingeniero jefe en una misión de exploración espacial.

    La médico asintió, comprendiendo los motivos de Westley para dejar que todo llevara su curso natural. No obstante, Maya sabía que su presencia allí no era simplemente para hablar de las cosas de la vida, sino que tenía que haber una razón más básica.

    — Necesitas más calmantes, ¿verdad?

    — Así es, por favor — West frunció el ceño, mostrándose cabizbajo — El dolor es cada vez más fuerte.

    [...]

    Día 4

    Yak abrió los ojos tras una placentera noche.

    El neoniano había dormido como hacía mucho tiempo que no lo había hecho, además, saber que a su lado tenía siempre a la preciosa Halisha le hacía sentir extremadamente feliz.

    Quetaryan se recostó sobre la almohada y observó como Landom, su pareja, se vestía con el traje oficial de la tripulación en el borde de la cama. Con sus alargados brazos le rodeó la cintura y comenzó a besarle los costados mientras ella reía.

    Ambos se miraron detenidamente durante unos segundos antes de darse un bonito beso de buenos días.

    — No recordaba lo que era despertarse sin que una alarma te dijese cuando — Yak debía ponerse el despertador para su trabajo de seguridad en el OCVD de Vulkano.

    — Y esperemos que siga así — Contestó Halisha con cierto tono humorístico — Si la alarma de la Nolartis se pone a sonar, no significaría la hora de despertar.

    — Le propondré a Oda que ponga una alarma más... alegre.

    — Que tonto eres, Yak Quetaryan.

    — Lo sé. Tú eres el doble de lista que yo, Halisha Landom.

    — Quizá el triple.

    — Oh, sí, claro. El cuádruple.

    La científica neoniana soltó unas carcajadas antes de incorporarse de la cama, ya vestida. El neoniano aún se hallaba entre las sábanas y sin intenciones de levantarse en esos momentos, cuando su pareja le incitó a hacerlo.

    — Voy a probar el gimnasio, ¿te unes a mi? — Halisha esbozó una sonrisa pícara a su amado — Aún no te he visto practicar la flexibilidad.

    — Soy más de meditar, ya lo sabes — Yak contestó medio en broma medio en serio — No sé, Hal...

    — Bueno, mientras te lo piensas, yo iré yendo — La neoniana decidió no andarse con rodeos y comenzar su propia rutina — Sea lo que sea, ¡haz algo, Quetaryan!

    [...]

    Día 5

    Cuando no se le encontraba en el laboratorio, Caelum estaba en su habitación.

    El ingeniero y científico syleriano apenas interactuaba con sus compañeros debido a su personalidad un tanto solitaria. Pallow disfrutaba el estar a solas y seguir sus investigaciones sin la molestia de tener a alguien pegado a él, aunque era consciente de que en algún momento, necesitaría contar con apoyo científico según que investigación comenzaran.

    Pero para llegar a ese punto primero había que aterrizar en algún planeta con signos de habitabilidad Anixis, algo que de momento no había sucedido y que hacía que el syleriano se ocupara con la lectura constante del informe que redactó tras comprobar esa famosa ruta de planetas que los Anixis diseñaron con motivo desconocido.

    Si algo valoraba Caelum era el silencio, por lo que le pidió a Oda que insonorizara la habitación para evitar ser distraído de su lectura por ruidos externos. La rutina del syleriano era la de estar en el laboratorio y regresar a su cuarto. Un día tras otro. No hacia ni una semana desde que la tripulación fue despertada —pese a llevar más de dos meses en criogenia— y Pallow apenas había intercambiado palabras con Paokt, el comandante Crane y poco más.

    No obstante, su poca presencia ante el grupo no pasó desapercibida para otro de sus compatriotas. Mientras Caelum disfrutaba de su enésima lectura al informe, una serie de golpes a su puerta le descentraron. Inicialmente molesto, el ingeniero y científico hizo caso omiso a esos golpes, hasta que se sucedieron nuevamente.

    — ¡Maldita sea, ya voy! — Gritó el syleriano con evidente enfado.

    Pallow dejó el informe sobre la cama y desactivó el cierre de seguridad de la puerta, haciendo que esta se abriera para dar paso a un syleriano. Éste no se quedó en la entrada esperando recibir el permiso de entrar, sino que lo hizo sin decir nada, algo que molestó aún más al propio Caelum.

    — ¡¿Acaso te he dicho que entres?!

    — Tranquilízate, Caelum — El visitante era Uriow — Esa no es forma de tratar a los tuyos. Bueno, a nadie en realidad.

    — ¡Una vez cruzas esa puerta sin mi permiso, serás tratado con desprecio! — Caelum se veía realmente enfadado — ¡Más te vale que lo que sea que vienes a decirme sea algo serio!

    — Solo pasaba a saludar y conocerte un poco más — Uriow se sinceró, además de mantener un tono más sosegado — Somos sylerianos con cierta relevancia entre la Alianza y nunca nos hemos conocido personalmente.

    — ¿Relevancia tú? — Caelum soltó una carcajada que molestó a su homónimo — ¿Cuál era tu función? Estabas a cargo de una prisión y bajo el mandato de la representante Mason. No veo relevancia ahí.

    — Yo peleé contra los humanizados Anixis en la guerra, idiota — Le reprochó Emmon — Probablemente le salvé la vida a algún ser querido tuyo.

    — No tengo seres queridos, estoy solo — Contestó el ingeniero y científico, mostrándose serio — Y mi madre también peleó en una guerra, pero no lo presumía por ahí.

    — Yo no presumo una mierda, solo te pido que tengas respeto a alguien como yo — Uriow entendía porqué casi nadie se acercaba a hablar con Caelum — Tienes una actitud pésima para alguien de tu rango. Te aconsejo que seas menos estúpido de ahora en adelante, porque ahora somos un equipo y en los equipos necesitas confiar en los compañeros. Quién sabe la mano que te tenderán cuando necesites ayuda.

    El soldado y ex alcaide syleriano Emmon mostró una media sonrisa pícara mientras se dirigía a la salida del cuarto.

    Caelum se tomó aquellas últimas palabras como una amenaza más que un consejo, pues no conocía a Uriow lo suficiente como para saber en qué tesitura decía aquello. Sin embargo, el científico e ingeniero no le dedicaría su tiempo a conocer a Uriow.

    Esa breve charla con él le parecía más que suficiente para no querer tener nada que ver con su vida. La relación entre ambos era absolutamente fría y distante pese a recién empezar.

    [...]

    Día 6

    — Así que el núcleo es también tu... ¿corazón?

    Dicho de esa manera, pero sí — Dijo la inteligencia artificial de la Nolartis — Si el núcleo de la nave es apagado, mis funciones serán desactivadas. Si el núcleo es destruido, lo que significaría la inutilidad total de la Nolartis, sería una especie de muerte para mí.

    — Pero tú eres una IA, ¿no tienen una copia de seguridad o una base de datos cuánticos en la que almacenarte?

    En efecto, comandante Crane. Pero hasta que la nave fuese reparada y mi código reintroducido en el núcleo, no podría servir de ayuda.

    Lill se hallaba en la planta baja de la Nolartis, lugar en el que se encontraba la sala de criogenia con las cápsulas somníferas, el garaje donde se guardaban dos lanzaderas junto a un vehículo todoterreno y finalmente la sala del motor/núcleo principal.

    El líder de la tripulación apenas acababa de descubrir que la inteligencia artificial de la nave, bautizada como Oda, también tenía su "corazón" en aquella sala. Para él era bueno saberlo, pues aunque no desconfiaba de la IA, ésta podría rebelarse o ser corrompida en algún momento, lo que sería un auténtico peligro para toda la tripulación.

    No es que fuese algo que fuese a ocurrir, pero nunca venía mal conocer como desactivarla.

    — Bueno Oda, espero que no llegue a ser necesaria tu desconexión en algún momento — Murmuró Lill, siendo sincero con la IA — Tenemos que basar nuestra relación en la confianza. ¿Sabes lo que es la confianza?

    Conozco el concepto de confianza entre los seres orgánicos, pero yo no puedo proporcionarte eso, comandante Crane — Oda respondió como un auténtico robot indiferente — En su lugar, puedo asegurarte que he sido diseñada por y para la misión. Su éxito y la nave son mis prioridades.

    — ¿Y la tripulación no es una prioridad? — Lill no se sentía cómodo con lo que acababa de oír — Porque te garantizo que la misión fracasará si eso significa salvar vidas.

    Evidentemente, la tripulación de la Nolartis también sois prioridad y mi objetivo es mantener la nave, la tripulación y a la misión a salvo y con éxito — Se volvió a explicar Oda — No obstante, comandante Crane, el riesgo que conlleva la misión es elevado y se me programó para, estadísticamente, salvar a los justos y necesarios de darse una situación caótica.

    — ¿Cómo qué... salvar a unos pocos?

    Sí, comandante Crane. La Alianza Interestelar de Especies os eligió para la misión y dentro de esa elección hay otra: quiénes son esenciales para el éxito de la misión y quiénes no.

    Lill permaneció absorto durante unos instantes.

    Oda le acababa de revelar que había una pequeña lista con los nombres de unos pocos de la tripulación que la AIE consideraba vitales para que el proyecto Anixis saliese adelante. Y la inteligencia artificial de la nave estaba dispuesta a sacrificar al resto por el bien de la misión.

    — Vale, Oda... — El comandante no veía correcto aquello, pero desde su posición, haría todo lo posible por mantener al grupo unido y con vida — Quiero que esto quede entre nosotros dos.

    Es un protocolo interno, comandante, solo tú puedes conocerlo.

    — Entendido — Crane se fue entonces a la salida de la sala del núcleo, para luego dirigirse a sí mismo en voz baja — Que extraña convivencia esta siendo esta...

    [...]

    Desde la sala de comunicaciones y redes principal de la base ubicada en Ciudad Anixis, Paraíso, la representante humana Bárbara Mason tenía una reunión telemática urgente con el Consejo de la Alianza Interestelar de Especies.

    Tan urgente era que ni siquiera decidieron preparar dicha reunión en persona. Tras la líder humana, se conectaron el ingeniero Regan, la líder syleriana Admir y la líder neoniana Tovam. Con Om y Khael formando parte de la misión, las líderes de las especies alienigenas no contaban con su segundo al mando mientras que sí lo hacía la líder humana.

    Cada una de ellas ubicada en su principal planeta, la reunión tenía un claro tema sobre el que hablar: el desvío de rumbo de la Nolartis.

    ¿Alguna novedad, representante Mason? — Preguntó una intrigada Erie.

    — Está claro que han variado el rumbo previsto hasta el primer punto de la ruta Anixis, Verilia — Bárbara no se andaba con rodeos — Y el hecho de que haya una intrusa a bordo nos hace pensar en la posibilidad de que sea la culpable de ese desvío.

    No tiene sentido, ¿por qué variar el rumbo si no vas a algún lugar en concreto? — Hylda no lo comprendía.

    — Cierto. Pero por el momento esa es la idea más concluyente respecto a lo que sucede. Que en dos meses cambien el rumbo indica que han sido despertados de la criogenia cinco meses antes de la fecha prevista.

    ¿Sabemos que hay en la zona en la que se encuentran? No sé, ¿algún planeta o lugar en el que aterrizar? — La Elegida Admir planteaba posibilidades.

    — Lo desconocemos, ya se encuentran en territorio inexplorado — Indicó Bárbara, despejando las dudas de la líder syleriana — Hicimos muy bien en colocar un rastreador cuántico de larga distancia en el núcleo motriz de la nave. Gracias, Sith.

    Un placer, representante Mason — Indicó el ingeniero y segundo al mando de la líder humana, quién era la primera vez que intervenía en la conversación — Monitorear su localización en el mapa estelar y en tiempo real es algo de suma eficacia para la misión.

    Indudablemente, así es — Musitó Erie, que quiso añadir algo más — Hay miembros de esa tripulación que son héroes para la gente, por todo lo que ha sucedido. Si no supiésemos de su ubicación o algo les ocurriese...

    — Lo sé, por ello di unas instrucciones concretas a la IA de la Nolartis — Bárbara se mostraba seria ante los rostros de las líderes y el ingeniero que se apreciaban en las pantallas — Lill Crane, Lio Santos, Khael Yannick, Yak Quetaryan, Om Paokt y Caelum Pallow son claves para el éxito de la misión y del futuro de la Alianza. Ocurra lo que ocurra, la IA sabe que ellos deben regresar de una pieza.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo. En buen momento fue publicado puesto a que yo ya he terminado mis cosas pendientes y pude sentarme a leer con tranquilidad :)

    Me ha gustado el capítulo. No ha sido un mind blown como tal, pero no es necesario que así lo sea para que me guste y lo pueda disfrutar. Esta parte tranquila está siendo llevada a buen ritmo y eso me gusta. No siento que haya acelerones en ningún momento. Incluso los momentos clave que fueron hechos para que se apresure la trama (como por el ejemplo, el robo de la información y la posterior captura de los ladronzuelos) se han sentido bien llevados y no forzados solo para que se diera un salto hacia adelante, lo que indica que las cosas van avanzando muy bien.

    Otro detalle que me gustó es que este capítulo se mostró marcando bien los días en los que se sucedían los hechos, resaltando solo lo más importante de cada día. Casi como un diario, incluso podría ser considerado como un diario en sí si se lo viera desde el punto de vista de la IA de la nave, pero bueno, paso a comentar lo que se ha visto.

    El día 1 fue de los más largos, y en donde se ha mostrado más puntos de vista. Creo que habría sido mejor si en los primeros tres días, siendo que son una tripulación nueva, hubiéramos tenido interacciones entre todos, dado a que creería que querrían conocerse. Pero no me quejo. Me sigue tomando por sorpresa que Norman no haya delatado a sus amigos cuando la policía llegó a su puesto, cosa que demuestra que no estaba en sus planes ser capturado y que pese a sus dudas para revelar la información, no vendió a sus amigos a los que quiere mucho. No solo eso, sino que también le da más méritos a Iris. Parece que los ladronzuelos la tienen complicada ahora mismo porque Lynx y Norman no parecen que vayan a llevarse bien, todo porque al hacker no se le hace creíble la historia contada por su compañero. Pero bueno, así es la vida. Vemos que Tyra realmente cree en lo que dice Norman, y que quiere que se muestren unidos de nuevo.

    Luego pasamos a la escena entre Sun y Cia, y la verdad es que Sun no me va agradando. Ya con la pequeña falta a la autoridad en el capítulo anterior y con la forma en que trató a Cia aquí, pues las cosas con ella siguen igual. Imagino que es fiel a su propia esencia, pero bueno, es justamente esa esencia de su ser la que me desagrada de ella, así que las cosas supongo que seguirán así al respecto.

    Finalmente pasamos a la conversación entre Lio e Iris. Me gusta el hecho que Lio esté decidido a aceptarla como parte de la tripulación y que incluso quiera enseñarle cosas referidas a las decisiones, ya que él ha tomado a veces algunas moralmente cuestionables. Guardarse la información de Jim luego de que Kiat hubiera muerto y no tuviera a nadie más encima, unirse a la Resistencia y luego aceptar el plan de Ashley para secuestrar a Arva. Imagino que no quiere que su hija tenga que vivir con su conciencia sucia por tomar una mala decisión, y es por eso que me gusta el personaje de Lio.

    En el día 2 no hay mucho que destacar puesto a que solo están los POV de Om y Khael, pero es bueno que se estén llevando bien. En la parte IV, cuando Vanth y Om se conocieron por primera vez, entablaron una relación algo conflictiva debido al hecho de que Om estaba armado por precaución. Esperaba ver una relación desarrollarse entre esos dos, pero luego no se volvieron a hablar (al menos no en una charla memorable) y Vanth murió. Quizá esta sea la oportunidad de unificar finalmente a las dos especies que se han unido a la humanidad.

    En el día 3 está la visita de West a Maya, que es la única a bordo que sabe sobre su condición. Y ahora me pregunto, ¿acaso Oda lo sabrá también? Quiero decir, es su nave, ella seguro está al tanto de las cosas que se hablan allí, e imagino que está escuchando constantemente lo que pasa en cada habitación, sobre todo en una tan importante como la consulta del médico siendo que ella es la única. Así que, tengo la ligera sospecha de que ella también podría conocer el estado del ingeniero. Y sobre este último, la verdad es que creo que está siendo un error tenerlo allí. Él menciona que necesita los calmantes para mantenerse estable pese al dolor, pero esos que él se toma se los está quitando a alguien que podría necesitarlo en el futuro. Creería que Oda llevaría un inventario de las cosas que están en la enfermería, y que debería sospechar que los calmantes se reduzcan a ese nivel. Pero bueno, la IA y la propia doctora sabrán lo que hacen. Creo que no falta mucho hasta que se sepa todo acerca de él. Estoy seguro que no pasamos de esta parte hasta que se descubra su estado. Veremos como reacciona el grupo ante eso.

    El día 4 la verdad creo que es el menos relevante, siendo solo una conversación entre Yak y Halisha para mostrarnos que el neoniano siguió adelante tras la pérdida de Reeda y las tres guerras que tuvo su pueblo. Pero creo que el propósito de Halisha será morir para darle a él un motivo para una recaída emocional, y lo digo porque la neoniana no está teniendo casi ningún desarrollo en las pocas apariciones que está teniendo. Voy a hacer una apuesta, pero creo que la única persona a bordo de esa nave que podría morir antes sería West, lo que quiere decir que ella solo podría morir siendo la primera o la segunda. Veremos si salgo ganador o no XD.

    En el día 5 vemos a Caellum ser increpado por Uriow, y cierto es que yo le doy la razón al syleriano guerrero. El científico es super antipático, incluso casi que no se quiere llevar bien con nadie. Debería entender que ahora forma parte de un equipo reducido, y un equipo necesita conocerse. Él no debería estar jugando al lobo solitario. Entiendo que ha sido así toda su vida, pero no tiene que quedarse de esa manera. Espero que empiece a mostrar una cara diferente, porque así es difícil que a alguien le caiga bien.

    Y por último, en el día 6, vemos una charla entre Lill y Oda, y tal parece, la IA puede terminar desapareciendo si su núcleo es destruido, aunque bien puede hacer un respaldo para salvarse, perder el núcleo implica perderla a ella también. Sin embargo, no me ha quedado muy claro algo. Es decir, si el núcleo cae, ¿la nave queda inoperativa? ¿O nada más se quedaría sin IA y sería posible que operara a mano? Sea cual sea, creo que ambas son arriesgadas. Debo decir que me ha interesado bastante cuando Oda dijo que había una lista de tripulantes imprescindibles para la misión, y que podría llegar a sacrificar a otros si fuera necesario. Tenía muchas ganas de conocerla, y en la reunión de líderes vemos que no solo saben acerca de su desvío, sino que se revela que los seis imprescindibles son Lill, Lio, Khael, Yak, Om y Caellum. El resto es sacrificable, y eso me deja intranquilo porque los personajes de Cia e Iris me agradan, y no me gustaría que la nave eligiera sacrificarlas. Pero bueno, siempre puedo rezar para que algo así no pase, aunque no es algo muy seguro contigo al frente XD.

    En fin, amigo, eso será todo por esta semana. Estaré ansioso por leer en la siguiente, y también estoy emocionado porque quizá podamos leer en simultáneo :) Ojalá se de el caso. Será hasta el próximo finde. Un abrazo, cuídate mucho :cynda:
     
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  11. Threadmarks: Las voces del otro lado
     
    Manuvalk

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    Saludos y bienvenidos al décimo sexto capítulo de esta séptima parte de Los Viajeros. No quiero explayarme mucho esta vez, más allá de deciros que muy pronto la historia principal se entrelazará con una historia secundaria previamente publicada a esta parte (lo digo para que comprendáis ciertas cosas). Agradecer como siempre a Agustin (aka Reydelaperdicion se me hará raro verte con otro nombre XD) y sin más que decir, disfrutad todos de la lectura.




    Las voces del otro lado







    Oda le había indicado tanto al comandante Crane como al subcomandante Santos que la Nolartis se encontraba muy próxima a la misteriosa señal que recibieron meses atrás, la cuál de no ser interceptada por Iris, jamás habría sido descubierta.

    Un trayecto de siete meses aproximadamente que había resultado en dos, pues la joven despertó a Lill para contarle lo sucedido y éste finalmente a toda la tripulación, antes de tiempo.

    La propia Hennessey se encontraba junto a los dos líderes de la expedición en el puente de mando de la nave, donde la inteligencia artificial de esta volvía a reproducir, nuevamente, el SOS de supuesto origen Anixis.

    — ¿Sigue siendo tal cuál lo escuchabas? — El comandante miraba fijamente a la chica.

    — Sin lugar a dudas — Contestó Iris con seriedad.

    — Siguen siendo pitidos a modo de código morse... — Lio se rascaba la barbilla, pensativo.

    — Así es, subcomandante Santos, pero se reproducen con mucha más frecuencia — Oda indicó que ya estaban próximos al destino de esa señal — Sugiero tratar de contactar, desde la distancia, por prudencia.

    — Tiene sentido, buena idea, Oda — Lill le reconoció eso a la IA — Abre un canal de comunicaciones con esa señal.

    — ¿Estás seguro de esto, Lill? — El subcomandante no parecía estar muy convencido — Quién sea que haya enviado esa señal, está pidiendo ayuda por algo... Podría ser casi cualquier cosa.

    — Oda ha confirmado que se debe tratar de tecnología Anixis, y eso es lo que estamos investigando, ¿no? — Lill parecía decidido a averiguar quién enviaba ese mensaje y porqué — Lo haremos desde cierta distancia, la que tenemos ahora de esas coordenadas, para ver si alguien responde.

    — Si estamos en su zona, ellos o quiénes sean también sabrán que estamos aquí — Iris intervino en la conversación, usando la lógica.

    — Los veremos venir y si es necesario, huiremos — Lio no se quería meter en problemas cuando la misión apenas comenzaba.

    — No vamos a huir, Lio, la misión es clara: investigarlo todo sobre los Anixis — Lill fue tajante en su afirmación.

    — Investigar una ruta entre planetas, no señales desconocidas — Santos parecía no estar de acuerdo con su superior — ¿Acaso no recuerdas las veces que hemos ido a coordenadas desconocidas y hemos terminado metidos en algún lío?

    — Amigo, comprendo tu preocupación, de verdad — El comandante no quería discutir con su segundo al mando y además compañero de aventuras — Pero si estamos aquí es para verlo todo. Yo soy el primero que no quería investigar esta señal, pero el hecho de que sea de origen Anixis la vuelve prioridad, según los estándares de la misión. No te pido que me apoyes en esto, solo que lo aceptes y me ayudes a lidiar con las consecuencias, buenas o malas.

    La joven Hennessey observaba fijamente el rostro dubitativo de su padrastro, quién dudaba seriamente de que contactar esa señal fuese lo correcto.

    Sin embargo, aunque no le gustase la idea, Lill era su superior y además confiaba en su instinto. Tras unos segundos de silencio algo tensos, el subcomandante asintió, cediendo ante la petición del líder de la expedición.

    Crane se aproximó a las pantallas y controles del puente de mando de la Nolartis, mientras Oda abría un canal de comunicación con esa señal que no dejaba de repetirse. El hombre se aproximó a una de las pantallas con el rostro serio, dispuesto a comunicarse con quién fuera el emisor de aquel SOS.

    — Aquí el comandante Lill Crane de la expedición AIE Anixis, hemos recibido su señal y ponemos rumbo hacia vuestras coordenadas.


    [...]

    Desde que se supo de boca del comandante Crane que se había contactado con esa señal misteriosa de la que el grupo conoció hace una semana, el ambiente en la Nolartis se volvió mucho más serio que antes. Para la tripulación, la misión daba comienzo oficialmente aquel mismo día, pues sabían que probablemente deberían realizar algún tipo de aterrizaje en algún lugar, o incluso tener que poner la nave a prueba defensivamente si eran finalmente atacados.

    Desde el puente de mando, Tyra se encargaba de mantener la Nolartis a punto para cualquier maniobra rápida —ayudada por la IA— mientras los ingenieros y científicos de la expedición trabajaban allí mismo en las diversas computadoras para monitorizar el lugar exacto del que procedía la señal, el cuál suponían que sería un planeta. Caelum y West eran los más conocedores de como rastrear dicha señal dada su función como ingenieros, pero Halisha pese a ser científica también tenía algunos conocimientos de ingeniería, tal como Lynx, que era un verdadero artista a la hora de piratear, corromper o rastrear archivos, coordenadas, etc.

    Con ellos seis en el puente de mando analizando todo lo necesario sobre la procedencia exacta de la señal Anixis —contando a Oda pese a que ella estaba en toda la nave— el resto se distribuyó otras tareas. La doctora Vega recibió la orden de preparar distintos botiquines para el grupo que viajaría a esas coordenadas una vez obtuviesen respuesta al mensaje de Lill, mientras Iris la ayudaba con un evidente enfado encima. La joven Hennessey estaba realmente frustrada pues, mientras el resto se encontraban afinando la precisión de las armas en la galería de tiro por si acaso, ella fue requerida por Lio para que ayudara a la médico en lugar de prepararse para un posible conflicto.

    El subcomandante no quería bajo ningún concepto que su ahijada fuese en ese equipo que saldría de la Nolartis y ni siquiera quería verla empuñar un arma, aunque él mismo la enseñó en el arte de la pelea en todos sus ámbitos. Consideraba que, si no era estrictamente necesario, su aportación a la expedición debía ser mínima en cuanto a la misión en el terreno. Maya se percató de la expresión seria que la chica tenía en su rostro mientras la ayudaba a empacar distintos utensilios y material médico en pequeñas maletas. Llevaban ya un rato en silencio realizando dicha tarea y ya tenían al menos tres botiquines bien provistos de cualquier cosa necesaria en una situación de vida o muerte.

    — Sé que preferirías estar en la galería de tiro con el resto pero ellos son soldados, exploradores... y tú no — Dijo de pronto la doctora Vega, captando la atención de una distante Iris — Comprendo que Lio te quiera mantener lo más lejos posible de un posible conflicto armado, pero con algo de suerte, no necesitaremos esas armas en ninguno de los lugares a los que debemos ir.

    — ¿Ah, no? ¿De verdad crees que no vamos a necesitar las armas en ningún momento? — Hennessey se mostró bastante borde con la médico — No seas ridícula, Maya.

    — ¿Cómo? — A la mujer no le gustó nada el tono.

    — ¿Por qué solo tenemos un par de ingenieros y científicos y un puñado de exploradores? — La última palabra de la pregunta la puso con comillas, gesto que realizó con los dedos — El Consejo debe creer que lo que le pasó a los Anixis fue precisamente algo como un conflicto armado.

    — ¿Insinúas que la misión no es científica sino militar? — Maya dejó pasar lo maleducada que era Iris, pues el tema tenía cierta posibilidad de ser cierto — ¿Qué vamos directos a una nueva guerra?

    — No lo insinúo, lo afirmo — Indicó Iris, rotundamente.

    Esa información es incierta, doctora Vega — Oda intervino en la conversación, pues la IA estaba en toda la nave excepto supuestamente en las habitaciones y los baños — Si la misión Anixis fuese militar, la AIE habría mandado un ejército, no un grupo de exploradores.

    — Claro que sí, Oda, pero, ¿qué me dices de que haya más soldados que ingenieros o científicos? — Iris respondió a la inteligencia artificial con otra pregunta.

    En base a la información de la expedición, la AIE quiere saber que ocurrió con los Anixis y eso significa visitar varios planetas desconocidos, en sectores espaciales no visitados ni cartografiados y que podrían albergar distintas formas de vida hostiles. Si hay más exploradores que científicos o ingenieros es porque estos tienen la función de reconocer y asegurar la zona en la que se deba realizar el estudio de los profesionales — Oda demostraba una vez más que podía salir de cualquier pregunta apurada — Entiendo la preocupación que pueda haber, pero lo que están haciendo en la galería de tiro es simple protocolo. Deben asegurarse del buen uso de las armas RTA, de su manejo y adaptación antes de cualquier misión dentro de la expedición. No todos ellos irán con la lanzadera a las coordenadas de esa señal, pero todos son soldados o exploradores y deben estar siempre entrenados.

    Las palabras de Oda, una vez más, sonaban tan convicentes y lógicas que ninguna de las dos mujeres quiso contestar, pues no sabían que más decir. El silencio se volvió a hacer en la sala médica mientras Maya e Iris proseguían con su aburrida pero necesaria tarea.

    [...]

    — ¡Apuntad y esperad a mi señal! — Gritaba el subcomandante una vez la primera ronda de prueba había terminado, aproximándose a un observador Lill.

    Cia, Norman, Sun, Yak, Khael, Om y Uriow mantuvieron sus posiciones sin dejar de apuntar al fondo de la sala, en la que distintos hologramas emulaban de forma prácticamente realista a los Rhajik, pues siempre fueron los principales enemigos de las tres especies.

    De estar Zyon y los suyos con vida —aunque ese término con unas máquinas es más como una forma de dar a entender que estaban operativos— probablemente no habrían visto con buenos ojos esos hologramas con su forma, pese a que entenderían el porqué.

    Sin embargo, de lo poco que no se pudo salvar de Regresión fueron ellos, pues su tecnología era muy antigua en comparación a la restante cuando sucedió el pulso electromagnético, debido a que en su mayoría fueron construidos previamente a la guerra entre neonianos y sylerianos.

    — Los Flasher son armas muy poderosas, pero ninguno de ellos las maneja con eficacia excepto Cia — Santos daba su crítica constructiva respecto al grupo — Está claro que se necesita tiempo para habituarse a dicha arma Anixis.

    — El tiempo que tuvieron los soldados de los Xom... — Crane recordaba que los miembros del arca cuatro de La Unión tuvieron varios años para adaptarse al armamento Anixis — Hemos estado diez años sin necesitar empuñar un arma y ahora parece que se nos ha olvidado.

    — Por suerte tenemos los Striker RTA y con esa arma sí se manejan, al menos Norman y Sun — Explicó el subcomandante de la expedición — El Rhage sigue siendo la favorita de los sylerianos por lo que veo, Om y Uriow hacen un gran uso de ella.

    — ¿Qué hay de Khael y Yak?

    — El Rypper se quedó atrás con la Reinvención de Tecnología Anixis, por ello no los tenemos en la armería. Se dejaron de usar hace más de cinco años, pues el modelo de arma que usa tu energía para disparar ráfagas de esta no parece ser el mejor y lo entiendo — Lio estaba bastante enterado de lo que sucedió con las armas una vez se recuperó la tecnología tras Regresión — Ellos se manejan bien con el Striker RTA, especialmente Khael, quién lo ha usado desde que el arma neoniana fue retirada. En líneas generales, todos bien, pero necesitan adaptarse a todas y cada una de las armas, así tendrán más posibilidades de actuar según en qué situación.

    — Así lo haremos, subcomandante Santos — Lill le dio una palmada en la espalda a su amigo — Me alegra tenerte aquí.

    — Si no estuviese aquí, estaría bajo tierra porque tu mujer me habría matado — Lio respondió en tono bromista mientras se dirigía de nuevo al resto del grupo — ¡Se acabó el descanso! ¡Apunten y disparen!

    Tal y como su subcomandante ordenó, todos los presentes en la armería iniciaron nuevamente el tiroteo en contra de los hologramas Rhajik, mientras el comandante de la expedición observaba nuevamente y con detenimiento el ejercicio.

    El hombre se fijó en su prótesis de mano izquierda, la cuál estaba hecha de un material tan resistente y duro como el metal Anixis, pero la cuál no disparaba ese láser Rhajik como hacía previamente al suceso de Regresión. Lill permaneció pensativo durante unos instantes, debatiendo en sí mismo si debería pedirle a West que le introdujera de nuevo dicha habilidad a la prótesis, aunque ya no podría ser un disparo láser.

    Sin embargo, antes de si quiera planteárselo, la voz femenina y robótica de Oda sonó por los altavoces de la sala.

    Comandante Crane, se requiere su presencia en el puente de mando.

    El aviso de la IA llamó la atención de todos, quiénes cesaron incluso en su ejercicio de adaptación al armamento para voltearse y mirar a su líder. Lio hizo lo propio, asintiendo y dándole a entender con ese gesto que él se hacía cargo de la supervisión de la actividad. Lill devolvió el gesto y se marchó de la armería, teniendo solo que seguir por un pasillo alargado y curvado que le llevaba a la sala de reuniones para después acabar en el puente de mando de la Nolartis.

    Para el comandante era todo una incógnita, hasta que conforme se aproximaba a las pantallas de control, veía a Tyra, Caelum, West, Lynx y Halisha observando algo. Cuando los pasos de Lill resonaban en todo el puente de mando, estos se voltearon para verlo, siendo el ingeniero y científico Pallow el que se aproximó apresuradamente a él.

    Comandante Crane, hemos recibido un mensaje.

    Los ojos de Lill se abrieron notablemente mientras se dirigía a las pantallas a ver dicha respuesta que había recibido. Supuso que sería un mensaje de texto pero se sorprendió al ver un archivo de audio en el canal de comunicaciones que había abierto previamente con las coordenadas de la señal.

    — Estábamos esperándote para oírlo — Murmuró la piloto Maxwell, sentada en su silla principal.

    — Reprodúcelo — Ordenó Crane con seriedad absoluta.

    Dicho y hecho, Tyra solo tuvo que pulsar un pequeño comando de botones para que el archivo de voz fuese reproducido ante los oídos de los seis presentes. El audio comenzó con cierta estática, pero conforme se iba estabilizando el sonido, se empezaba a escuchar lo que parecía ser una voz de alguien para finalmente oírse con total nitidez.

    ...ncreíble que esto haya funcionado, Eniar — Tras esto hubo una breve pausa — Saludos, comandante Lill Crane de la expedición AIE Anixis, al habla Fallon. En nombre de mi gente, los thunianos, darle las gracias por atender el SOS, aunque hayan pasado años desde que lo enviamos al espacio — Mientras ese ser llamado Fallon hablaba, se oían otras voces de fondo — Quizá los sensores de su nave ya hayan detectado que el planeta en el que estamos está en estado gaseoso...

    — Eso es algo que queríamos decirle, comandante — Halisha paró la grabación para dirigirse a su líder — El origen de la señal proviene de un planeta gaseoso próximo a nuestra posición. Al parecer, nos encontramos en un pequeño sistema solar.

    — ¿Cómo es posible que haya seres viviendo en un planeta gaseoso?

    Lill no comprendía eso, pero ni él ni ninguno de los presentes, quiénes se limitaron a levantar los hombros y continuar oyendo la grabación.

    ...pero no se alarme, vivimos en una base de origen Anixis, una misteriosa especie que no está aquí pero que nos legó su tecnología y, en cierta medida, nos salvo la vida — Nuevamente hubo una pausa — De todas formas, es una historia demasiado larga como para contar por un canal de comunicaciones. Le pedimos por favor que se dirija a nuestras coordenadas y aterrice. La base tiene oxígeno, podremos contarle nuestra historia e incluso podrá reencontrarse con dos humanos, los cuáles llevan años viviendo con nosotros tras un misterioso fenómeno que desactivó la tecnología hace otros cuantos años. No quiero entretenerme más con este mensaje, esperamos recibirle a usted y a su tripulación muy pronto aquí, en Virm.

    Ahí finalizaba el mensaje de voz.

    Todos los presentes estaban tremendamente impactados, pues acababan de descubrir que dicha señal de origen Anixis —tenía ese origen debido a que había sido mandado con su tecnología— resultaba ser una nueva especie inteligente conocida como 'thunianos'. Además, vivían en una base de los Anixis y el hecho de que ellos también habían recibido, de una forma u otra, el legado Anixis, indicaba que había un patrón que merecía la pena estudiar.

    La historia de los thunianos y de esa base Anixis podría arrojar más luz sobre que fue lo que les sucedió a estos seres que sin duda parecían ser superiores. Y finalmente estaba el hecho de que había dos humanos con ellos, de los cuáles no fue revelado su nombre, pero que sin duda Lill reconoció como Eron y Ashley.

    — Tienen que ser ellos — El suceso de dicho mensaje desembocó en una reunión de toda la tripulación en la sala habilitada para ello — Salieron de Neonia en dirección a Paraíso justo cuando... cuando ordené la activación de Regresión. Eso los debió dejar a la deriva y estos seres, los thunianos, debieron encontrarlos o algo.

    — Sin duda esos alienígenas tienen información pero, ¿cómo sabemos que no van a robarnos o algo peor? — La ex líder de la Resistencia se puso en la situación más mala posible.

    — Por eso llevaremos armas y solo iremos cuatro — El comandante parecía tener un plan decidido — Lio quedará al mando de la Nolartis hasta mi vuelta. ¿Voluntarios?

    — ¿No eliges tú quién te acompaña? — Om se sorprendió de que Lill no escogiera a su gente de confianza.

    — Soy el comandante, sí, pero también somos un equipo y como dije anteriormente no voy a tomar decisiones a la ligera — Lill quiso ser cercano con su tripulación — Sé que algunos podéis desconfiar de estos seres, de mí e incluso de algunos de vuestros compañeros. No forzaré ninguna situación para que os llevéis bien, eso es trabajo vuestro. El mío es ir a ese planeta y necesito tres más conmigo.

    Exceptuando a Lio que no podía acompañar a su amigo debido a que necesitaban de alguien con autoridad a bordo de la nave y a la piloto principal quién era Tyra, el resto se miraron entre sí, dudando de si formar parte de la primera "misión" dentro de la expedición.

    El silencio apenas fue de diez segundos, pues pronto aparecieron tres voluntarios dispuestos a acompañar al comandante.

    — Iré contigo — Paokt miró fijamente a Lill — Ya sabes lo mucho que confío en tu instinto.

    — Yo también iré — Yannick dio un paso al frente — Me siento extraño al no dar yo las órdenes y esta salida me vendrá bien para acostumbrarme y para conocer de primera mano tus aptitudes, comandante Crane.

    — Contad conmigo.

    El tercer voluntario para la misión resultó ser el más sorprendente de todos.

    La tripulación observaba, algunos incrédulos y otros sorprendidos gratamente, a Sun Brume postularse como voluntaria para viajar a Virm. Incluso los propios Lill y Lio quedaron absortos durante unos segundos, pues no creían que la asiática quisiese esforzarse lo más mínimo y no sabían si su presencia en la expedición iba a sumar, pese al interés de Bárbara en colocarla ahí.

    Cia, por su parte, sonrió tímidamente mientras observaba a la madre de quién había sido su ahijado, dar un paso al frente.

    — Sé que acabo de decir que no confío en esos seres y que podría ser una trampa, pero quiero demostrar que puedo contribuir — Brume se sinceró con todos los presentes, especialmente con Crane — Obedeceré tus órdenes sin cuestionarlas, te doy mi palabra.

    El comandante no pudo evitar esbozar una gran sonrisa la cuál mezclaba satisfacción y alegría por ver como alguien que antaño había sido su enemigo, se estaba convirtiendo en un aliado total. Le daba esperanza ver a alguien como Sun recapacitar sobre sus decisiones pasadas y volver al buen camino, pues Crane siempre había creído y creía en las segundas oportunidades.

    — Hará falta un piloto para la lanzadera, yo tengo experiencia — Intervino Norman, siendo observado detenidamente por Tyra y Lynx — La piloto Maxwell me enseñó hace mucho tiempo.

    — Está bien, seremos cinco entonces — Lill accedió a que el joven Williams formase parte del pequeño grupo que visitaría el planeta de nombre Virm — El resto permaneced alerta. Tyra, ten la Nolartis a punto para recogernos por si las cosas se tuercen y debemos destruir esa base, que Oda te ayude a calibrar las armas navales. Recordad, el subcomandante Santos está al mando y haréis lo que os diga — Rápidamente, Lill se aproximó a su amigo para decirle algo al oído — Si las comunicaciones se cortan, si no damos señales de vida cada media hora o si una nave que no sea la nuestra sale de ese planeta... iros de aquí. Seguid con la misión o regresad a casa, la decisión será tuya.

    [...]

    Tras poner en orden todo lo necesario, el comandante Crane salió de la Nolartis acompañado de Brume, Yannick, Paokt y finalmente de quién pilotaba la lanzadera, el joven Williams.

    La sala de la planta baja en la que se hallaba dicha lanzadera tuvo que ser descompresurizada, por lo que el grupo de cinco que viajaría al planeta próximo de nombre Virm ya debía estar con los trajes espaciales puestos. La salida de este pequeño grupo propició que el resto se mantuviese alerta en el puente de mando, a la espera de cualquier acontecimiento, bueno o malo, que pudiese suceder.

    El subcomandante Santos, la piloto Maxwell, el ingeniero Finn, la científica Landom, Quetaryan, el ingeniero y científico Pallow, los jóvenes Herswood y Hennessey, Emmon, Jenner y la doctora Vega se encontraban en dicho lugar.

    La señal en tiempo real de la lanzadera del comandante y los voluntarios para la misión en Virm se veía en una de las pantallas, mientras en otra se tenía imagen visual sobre el propio planeta. Todos en el puente de mando estaban más o menos tensos, pues se trataba del primer contacto alienígena fuera del territorio conocido de la Alianza Interestelar de Especies.

    — ¿Creéis que puedan ser aliados? — Preguntó repentinamente la neoniana Halisha, llamando la atención del resto — Cuantas más especies seamos las que trabajamos juntas, mejor nos irá ahí fuera.

    — Es una suposición algo optimista — Lio fue el primero en responder a su compañera — Pero de concretarse una alianza, seríamos más fuertes, evidentemente.

    — Para eso se fundó la AIE, ¿verdad? — Tyra quiso intervenir en la conversación — Cuántas más especies sumemos a la Alianza, más sentido tendrá.

    — Desde luego Ty, pero no debe ser a cualquier precio y probablemente no lo será — Lynx quiso recordar algo al grupo — Con los neonianos hubo conflicto antes de forjar una alianza definitiva, con los sylerianos había reticencias al principio... con estos, thunianos, dudo que sea diferente.

    — Además, tienen a dos de los nuestros, dos humanos — Todos se sorprendieron de oír hablar así a Uriow, quién siempre había mostrado tener cierta admiración por la humanidad — ¿Y si pretenden usar eso en nuestra contra?

    — Si esos dos humanos son Eron y Ashley, ten por seguro que Lill hará todo lo posible por traerlos. Aunque no lo fueran, también — El subcomandante lo tenía claro — Y si los thunianos juegan con nosotros, habrá consecuencias para ellos.

    — Dependen de una base en un mundo gaseoso donde no hay superficie, por lo que la base debe ser flotante — Teorizó y con mucho sentido Cia — Si es necesario, podríamos acabar con su hogar aquí mismo.

    — No nos conviene destruir algo tan preciado y de tecnología Anixis como una base flotante, que además debe tener oxígeno y una estabilidad increíble — Yak no comprendía que solo pensaran en destruir a los thunianos si estos no eran partidarios de colaborar — ¿Esto no es una misión de exploración para descubrir que fue de los Anixis? Ahí podría haber pistas.

    — Concuerdo con Quetaryan, necesito... quiero decir, necesitamos investigar ese lugar — Indicó un siempre maravillado en el ámbito Caelum.

    — Es una verdadera obra de la ingeniería de tener todas esas cosas que estamos diciendo — West estaba asombrado.

    — Cinthia me pidió que si conocíamos nuevas especies tratara de aprender sobre sus enfermedades, fisionomía... así que espero que esos thunianos sean amigables y podamos compartir información — Añadió Maya, quién se sentía algo indiferente respecto a ello.

    — Hace años que no tenemos un evento importante de tanta magnitud como este — Iris estaba maravillada pues era la primera vez que actuaba en un primer contacto, a diferencia de con los neonianos y sylerianos — Seguro que en casa se sorp...

    Llamada entrante desde la base de Paraíso. Por favor, subcomandante Santos, diríjase a la sala de comunicaciones.

    Las palabras de Oda sembraron el silencio por unos segundos en el puente de mando.

    Una llamada por parte de los líderes de la AIE solo podía significar dos cosas: problemas en casa o un informe de la situación. Lio, que nunca se había considerado alguien muy diplomático, supo que le tocaba actuar debido a su rango.

    Ante el silencio de todo el grupo, el cuál le observaba detenidamente, el hombre de Ceres se fue del puente de mando y se dirigió a la sala de comunicaciones, próxima a su posición.

    Esta sala era pequeña y solo contenía una gran pantalla en la pared, la cuál era táctil. Estaba insonorizada para que solo aquel que estuviese en dicha sala pudiese saber el contenido de la conversación. Tras Lio, la puerta se cerró automáticamente, echando el cierre de seguridad.

    La pantalla mostraba un parpadeo constante que evidenciaba una conferencia entrante desde Paraíso, la cuál era en tiempo real gracias al enlace cuántico y a todos los avances que la tecnología Anixis había proporcionado a la sociedad de la Alianza.

    — Oda, acepta la llamada — Indicó el subcomandante de la Nolartis, con seriedad.

    Entendido, subcomandante Santos.

    La IA obedeció y en la pantalla se mostró la imagen de la representante humana Bárbara Mason, acompañada de su segundo al mando, el ingeniero Sith Regan. Ambos desde la sala de comunicaciones de la base militar de Ciudad Anixis, se sorprendieron de no ver ante ellos el rostro del comandante Crane sino de su subcomandante.

    ¿Dónde está Lill? — Preguntó repentinamente el ingeniero Regan.

    — En una misión de exploración y reconocimiento — Respondió el hombre de Ceres con total transparencia — ¿Puedo saber a qué se debe la llamada? ¿Ocurre algo?

    ¿Cómo puedes preguntar eso? — Bárbara se molestó — Deberíais haber sido despertados dentro de cinco meses más y apenas han pasado dos desde que salisteis del territorio conocido. Tenéis una intrusa a bordo y habéis variado el rumbo respecto a la ubicación inicial prevista. ¿Qué diablos está pasando, Lio?

    — No debéis alarmaros, todo tiene su explicación — Santos era consciente de que estaban preocupados — La intrusa es Iris, así que estate tranquila, nadie intenta boicotear la misión. Ella nos despertó con antelación porque Oda, la inteligencia artificial que instalasteis en la nave, detectó un SOS de origen Anixis, motivo por el cuál nos hemos desviado.

    ¿Oda? — Sith se sorprendió de que la tripulación le hubiese puesto un nombre — Bueno, tiene sentido buscar un nombre cercano con el que dirigirse a la IA.

    — Sí, la propia Iris se lo puso — Lio mostró una media sonrisa mientras estaba con los brazos tras la espalda — Parece que se llevaron bien durante esos dos meses.

    Sabes que lo que ha hecho Iris es un delito grave, ¿verdad? — Bar se sentía mal por decirlo, pero debía ser inflexible en su cargo — Cuando volváis, deberá ser juzgada.

    — Eso no será problema hasta cuando volvamos — Lio quiso ser tajante — Como iba diciendo, nos hemos desviado debido a esa señal. Hemos contactado con una especie inteligente que se hacen llamar thunianos y viven en un planeta gaseoso de nombre Virm. Al parecer, tienen información sobre los Anixis y además tienen a dos humanos con ellos.

    ¿Cómo es eso posible? — La representante Mason se impactó con esa noticia.

    — No lo sabemos, pero creemos que se trata de Eron Tanner y Ashley Ripley, amigos de la Alianza que se dirigían a Paraíso durante la guerra contra los soldados de Deon. Regresión debió haber sido el causante de que se perdieran por el espacio y acabaran en Virm con los thunianos.

    De ser así, es increíble que hayan sobrevivido todos estos años — Murmuró Sith, pensativo — Y demostraría que esa especie, los thunianos, son de fiar.

    Sí, o que los necesitaban vivos para obtener información sobre la Alianza, todas las especies y demás — Bar se mostró más pesimista en ese aspecto — Por precaución, notificaré de esto a Syleria y Neonia, además del resto de colonias. Podría significar nuevos aliados o una nueva guerra y si es lo segundo, prefiero que estemos preparados.

    — Lo comprendo.

    ¿Entonces Lill ha ido a entablar contacto con ellos? — Preguntó la representante humana.

    — Así es, ha ido junto algunos miembros de la tripulación — Explicó Lio — El resto permanecemos en la nave, atentos y preparados para cualquier posibilidad.

    Comprensible — Musitó Sith, mirándose con Bárbara — ¿Avisarás ahora a Hylda y Erie?

    Claramente — Tras dar respuesta a su mano derecha, la líder humana centró su vista en la pantalla donde veía al hombre de Ceres — Me imagino que hasta que regrese Lill, tú estás al mando de la Nolartis.

    — Exactamente.

    Gracias por tu sinceridad al contarlo todo.

    — De nada — Lio se apoyó sobre una pequeña barandilla frente a la pantalla — Espero que para la próxima vez, la sinceridad sea mutua.

    Las palabras de Lio cayeron como una losa de cemento sobre los dos principales líderes de la humanidad, quiénes sabían que se refería al hecho de no haber revelado al grupo que estaban siendo seguidos en tiempo real desde Paraíso, probablemente por algún microchip instalado en la Nolartis o una baliza, motivo por el cuál conocían su variación de rumbo.

    Tenemos que tenerlo todo bajo control, Lio, espero que lo entiendas — Se sinceró Bar, por esta vez — Cuando Lill regrese de esa misión del primer contacto, quiero que me llame. Díselo una vez regrese a bordo.

    — Por supuesto.

    Y ocurra lo que ocurra, lo quiero saber. Quiero un informe posterior a cada misión, por inesperada que sea — Sentenció la representante de la humanidad — Representante Mason, cerrando conexión.

    — Oda, cuelga la llamada — Ordenó el subcomandante Santos, mirando seriamente la pantalla.

    A sus órdenes.

    [...]

    — Es imposible ver nada con esta cantidad de nubes amarillas.

    Norman pilotaba la lanzadera prácticamente a ciegas.

    La entrada en la débil y radioactiva atmósfera de Virm no fue problema para el joven criado en los barrios bajos de la Tierra, pero la visibilidad ante sus ojos era nula. De no ser por el radar y los sensores equipados en el vehículo, los cuáles eran los encargados de detectar posibles obstáculos o aproximaciones, estarían volando directamente al núcleo del planeta. No obstante, en el radar aparecía la ubicación de esa base que el thuniano llamado Fallon indicó en el mensaje de voz, por lo que el grupo de cinco veía como se aproximaban lentamente al lugar.

    Conforme se aproximaban a la zona, el espesor de los gases que formaban las nubes se disipaba, hasta ir dando cierta claridad a los ojos de los tripulantes de la lanzadera.

    No tardaron en ver ante ellos una imponente base de forma cilíndrica, la cuál se mantenía a flote y de la que sobresalía un espacio considerable para aterrizar. Williams vio esa plataforma e identificó que aquel era el lugar en el que debía descender, por lo que así lo hizo. El comandante Crane, de pie y sujetándose de unas aperturas en el techo de la lanzadera, observaba con seriedad la llegada a aquel misterioso hogar de los thunianos.

    Brume se hallaba sentada en la parte trasera de la lanzadera, con los dedos de las manos cruzados y la mirada fija en el neoniano Yannick, quién también la observaba seriamente al estar sentado enfrente. Paokt, por su parte, se encontraba con los ojos cerrados, sentado al lado de la humana y centrándose en su respiración, pues se notaba algo nervioso. Tras su accidente de lanzadera durante la activación de Regresión, el syleriano temía los vuelos con dichos vehículos, por lo que necesitaba serenarse a sí mismo.

    — La zona está despejada, comandante — Indicó Norman, rompiendo el silencio en la lanzadera.

    — Aterriza, Williams — Ordenó Lill.

    La lanzadera se posicionó sobre la plataforma que servía como zona de aterrizaje y fue descendiendo suavemente hasta hacer contacto con el suelo metálico. Tras esto, el joven Williams se dispuso a apagar motores, siendo frenado por el propio Crane, quién le negó con la cabeza.

    — No sabemos que va a pasar ahora — Murmuró Lill con mucha seriedad — Si debemos irnos, necesitamos la lanzadera encendida. Quédate aquí.

    Norman no respondió, solo asintió ante la orden y la lógica que mostraba el comandante. El resto se incorporaron de sus asientos, esperando que su líder diese el visto bueno a salir del aparato.

    — Armas listas, comandante Crane — Indicó Khael, sujetando entre sus brazos un remodelado Striker.

    — Muy bien, adelante.

    Lil fue el primero en salir de la lanzadera, sujetando también un Striker, seguido del neoniano, del syleriano y finalmente de la asiática, dejando al piloto en su sitio por si había que irse rápido ante cualquier peligro.

    Al salir, el grupo se encontró con la presencia de dichos seres llamados thunianos, los cuáles vestían de una forma peculiar, similar a los monjes de la Tierra. Uno de ellos, que portaba una especie de armadura militar a modo de protección y un arma enfundada a un lado de su cintura, se aproximó al comandante.

    — Tú debes de ser el comandante Lill Crane — Dijo aquel thuniano, visiblemente corpulento y fuerte — Mi nombre es Fallon, yo he respondido tu mensaje. Gracias por venir.

    — Siento mostrarme un poco hostil, Fallon, pero toda precaución es poca — Contestó el comandante, viéndose que los thunianos llevaban sus armas enfundadas y tanto él como el resto las portaban en brazos — Antes de que podamos confiar el uno en el otro, necesito ver a esos dos humanos de los que has hablado.

    Fallon permaneció quieto durante unos segundos para después girarse y observar a la multitud de thunianos que observaban desde la distancia.

    Dejad que Eron y Ashley se reúnan con sus amigos.

    Lill y el resto no escucharon esas palabras pues los thunianos se podían comunicar mentalmente, una habilidad muy ventajosa según en qué situación.

    El silencio en la plataforma de aterrizaje era total, mientras de entre toda la muchedumbre de thunianos, dos figuras de aspecto familiar se abrían paso hasta dirigirse al encuentro. Los rostros de Lill, Sun y Om, quiénes conocían a Eron y Ashley, quedaron petrificados al verlos tras todos estos años creyendo que habían muerto.

    Los dos humanos que habían vivido en Virm durante muchos años, se posicionaron al lado de Fallon, mostrando que el aspecto de ambos era diferente pero que sus caras seguían siendo las mismas.

    Crane vio como su mejor amigo Tanner se aproximó hasta él, tendiéndole la mano con una gran sonrisa de oreja a oreja.

    Brume no dejaba de mirar a Ripley, quién no se esperaba para nada ver a la asiática ahí presente.

    — Sabíamos que las voces del otro lado serían las vuestras, querido amigo — Eron había esperado muchísimo por ese momento — Me alegra verte entero, Lill Crane. Bienvenidos a Virm.
     
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    Saludos, amigo. Después de un pequeño tiempo tras terminar la lectura (tú ya lo sabes XD) paso a comentar el capítulo.

    Este comienza con la tripulación enviando un mensaje hacia la señal. El momento que ya estaba esperando ocurrió, se entrelazó esta parte con el final del spin off de Viajeros de otro mundo (dudo que sea spoiler a estas alturas, así que no me corto la lengua al hablar XD). El mensaje es enviado, y posteriormente sería recibido, pero ya llegaremos a eso más tarde.

    En la siguiente escena vemos que Iris está algo molesta puesto a que Lio le ha encomendado una actividad que ella podría considerar poco emocionante, pero bueno, no debería quejarse de ello y obedecer. Ella no formaba parte como tal de la expedición, y tras haberse colado, lo que menos debería estar haciendo en esos momentos es andar quejándose y mostrar actitudes de rebeldía contra su padre que también es el segundo al mando nada más y nada menos.

    Mientras ellas están armando botiquines, la piloto y los científicos van a bordo del puente de mando y los exploradores practican tiro cada uno con las armas que mejor les convienen. Ya lo dije por llamada, pero lo digo de nuevo aquí porque daño no hace XD. Me gusta la idea de que los personajes de tu historia tengan un rol no solo dentro de la historia sino también dentro de la tripulación. Es decir, según a qué personaje apuntes, este puede tener una profesión distinta, siendo cartógrafo, piloto, comandante, subcomandante, soldado, explorador, doctor, científico o ingeniero. Eso es algo que me agrada bastante, y que en mi historia (perdón por el spam XD) no se ve. Sé que son contextos diferentes, pero eso no quita el mérito a lo bien diverso que es el equipo de exploración que se ha preparado para la historia. Y hablo de una diversidad real, puesto a que Maya no podría tomar un arma de la misma forma que Lill no podría curar una herida importante. Eso da pie a que podríamos ir viendo varias situaciones diferentes, puesto a que la respuesta que podría dar un ingeniero no será la misma que daría un militar.

    eN pleno entrenamiento armado, Lill es avisado de un mensaje, y cuando va hacia allí, descubre que se trata de los thunianos, y que Fallon es quien ha dado el mensaje. Tengo el presentimiento de que él y Eniar, a quien incluso menciona en el mensaje, serán los voceros y las caras visibles de su pueblo en la introducción a la Alianza. Tal y como en los neonianos estuvieron primero Vanth y Narisha, y de parte de los sylerianos estuvieron Om y Hylda, creo que Fallon y Eniar tomarían ese rol. Pero mejor no me adelanto. Me sentí muy feliz cuando vi que Fallon dejó salir la presencia de Eron y Ashley entre ellos, ya que quería que sus amigos supieran que están bien. Ya se sabe, y eso creo que ha sido un buen detonante para que Lill quisiera acercarse más a la base. El comandante propone que los que deban acompañarlo sean voluntarios, lo cual creo que es correcto. Me gusta por el hecho de que así, si algo sale mal, él no será catalogado como el culpable, puesto que cada uno eligió su propio destino. También me gusta porque nos permite conocer a los más osados entre la gente, ya que Khael, Om y Sun optaron por alistarse, e incluso Sun dijo que se mostraría obediente y no causaría problemas. Yo en el capítulo pasado comenté que ella podría no caerme bien. Todavía tiene camino largo para una redención, pero ese gesto suyo de ofrecerse voluntaria y ser sumisa a la autoridad me ha gustado, hay que reconocerselo. También acude al viaje Norman, quien será el piloto de lanzaderas tal y como Lio lo fue en su momento. Sigo creyendo que la escena donde lo muestras ganandole un combate de boxeo a un campeón era para demostrar su fuerza física, y que él tendrá oportunidades para mostrar ese talento más adelante. Pero bueno, ahora le toca ser el piloto, lo cual no es poca cosa.

    La siguiente escena nos muestra la llamada entre Lio y Bar. Es lógico que ella esté molesta, puesto a que nunca reportaron nada de la intrusa y encima la tripulación cambia el rumbo sin avisar. Yo me sentiría igual, puesto a que Bar ha sido quien más empeño ha puesto para esto. Es decir, ella ha sido la que propuso la idea de formar la expedición e incluso ella tenía varios candidatos para el puesto, llegando incluso a liberar a Sun antes para hacerla participar de la misión. El hecho de que tus elegidos, que son personas de confianza encima, te guarden tanto silencio es algo para lo que alarmarse. Al menos, pese a que no me gustan del todo algunas de sus decisiones, se puede decir que ella está haciendo mérito en su puesto como líder al supervisar la expedición. Es cuando Lio le cuenta las cosas que ella se tranquiliza. Y creo que la forma en que Lio le dice que él fue sincero respecto a todos los temas es algo hostil. Quiero decir, está bien que se moleste un poco por el hecho de que ella no confirmó que tenían un rastreador puesto, pero no era algo muy difícil de razonar. En un pasado, ella y Lio llegaron a tener algún revolcón (creo que solo fue uno en realidad) y siento que, pese a tener esa historia juntos, no se tratan bien. No se insultan o se faltan el respeto, pero siento una ligera hostilidad en ambos. Me pregunto si estás plantando las bases para un flashback en el que se muestre que ellos intentaron tener una relación más a fondo pero fue imposible. Pero no me sorprendería, dado a que Bar tuvo un cargo que ocupar y Lio una niña que cuidar.

    Gracias a la tecnología anixis, el grupo llega a salvo al planeta gaseoso y a la base flotante en él. Cosa que realmente nunca ha dejado de impresionarme, puesto a que construir un sitio así no debió ser sencillo para los anixis originales. Una vez aterrizan, Lill pide a Norman que esté preparado para la huida y luego él baja junto a Khael, Om y Sun. Mientras ellos tienen las armas listas, los thunianos se muestran protegidos pero no preparados para una ofensiva. Esto claramente se debe a que seguramente Ashley y Eron le han dicho quien era, lo cual no me hace ver a los thunianos como seres desconfiados o entregados a todo. Ya que, pese a tener sus armas guardadas en las fundas, aún las han llevado. Es algo sensato y que no creo que cause conflicto para las primeras interacciones.

    Lill pide que Eron y Ashley salgan, aunque bueno no lo dice directamente, pero sé que él lo sabía. Es algo lógico que suceda, puesto a que ellos son importantes para él. Eron fue su segundo al mando y llegó a ser como un hermano para él. Y Ashley y su hermano fueron amigos suyos en la infancia, lo que les da un lugar especial en el círculo de amistades. Y luego de un intercambio de miradas, se ha da finalmente el reencuentro entre ellos, junto con la bienvenida de Eron a Lill y al resto a Virm. Me alegra que eso haya sucedido al fin. Cuando me decías que tenías planeado un spin off de personajes que se alejaban de la historia, yo rezaba porque no fueran personajes que me cayeran muy bien. Luego terminaron siendo ellos dos, y me dolió mucho porque eso representaría muchos años lejos de sus seres queridos. Pero bueno, ya puedo dejar de sufrir y empezar a estar alegre por el reencuentro que ha sucedido :char:. Imagino que se vienen charlas muy interesantes de aquí a lo que queda de la parte, y muero por verlas.

    Con eso termino mi comentario. Qué puedo decir que ha sido un gran capítulo, como siempre lo son, y la experiencia de leer en llamada ha sido un gran condimento, amigo. Ojalá repetirla en el futuro porque ha sido espectacular. Si todo sale bien, será hasta la semana siguiente. Un abrazo, y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Hola a todos, bienvenidos una semana más a la continuación de esta séptima parte de Los Viajeros, la cuál espero que os esté gustando tanto como a mí el escribirla en su momento. Entre el capítulo pasado y éste se ha hecho "oficial" el crossover entre la historia principal y la secundaria de nombre Viajeros de otro mundo que revelaba que pasó con Eron y Ashley además de conocer más a fondo a la nueva especie introducida, los thunianos. No tengo mucho más que decir, salvo agradecer a Agustin por estar siempre ahí, apoyando a la historia y disfrutando de su lectura (que espero que vosotros también disfrutéis). Nos vemos de nuevo la próxima semana.




    Virm: un mundo de acogida







    — Me alegra verte entero, Lill Crane. Bienvenidos a Virm.

    Tras estrecharle la mano, el comandante de la expedición Anixis se fundió en un abrazo con quién fue su segundo al mando en Neonia, tras el suceso de Colapso.

    La amistad que ambos compartían desde aquel entonces era inmensa, leal y sincera. Habían pasado muchos años sin verse, una ausencia que presagiaba la muerte de la pareja. Sin saber donde buscar o hacia donde dirigirse, sus amigos y conocidos terminaron dándoles por muertos.

    Cuando el abrazo con Eron terminó, Lill dirigió su mirada a Ashley. La mujer tenía el pelo realmente corto, dándole un aspecto drástico y diferente a cuando se vieron por última vez. Los ojos de ambos se humedecieron hasta el punto de soltar algunas lágrimas. No hicieron falta las palabras; los dos se abrazaron con fuerza ante la mirada emotiva de algunos thunianos, incluido Fallon.

    Para el comandante Crane, la soldado Ripley era su hermana y haberla perdido tiempo atrás le supuso una gran pérdida. Para ella, Lill era el familiar más cercano que le quedaba con vida, un espejo en el que poder ver a Alexander.

    — ¿Podemos confiar en ellos? — Susurró el comandante en el oído de la mujer.

    — Tranquilo, Lill — Murmuró ella, sonriente — Virm es un mundo de acogida.

    Mientras Lill y Ash seguían abrazados, Eron se dirigió a saludar al resto de presentes.

    Se abrazó con Om, le dio la mano a Khael y se paró frente a Sun, totalmente sorprendido. Norman salía de la lanzadera pese a la orden de su comandante de permanecer a la espera, observando la escena con cierta nostalgia, pues él también tenía grandes vínculos afectivos con Tyra y Lynx.

    La ex líder de la Resistencia se mostraba seria pero cordial, tendiéndole la mano a Tanner ante la mirada de los demás. La mirada que le devolvió el hombre indicaba que seguía guardándole rencor y tras rechazar su saludo, se dirigió hacia Lill con el rostro serio.

    — ¿Qué hace Sun aquí? — Tanner se veía realmente molesto — Más vale que me des un buen motivo para esto, Lill.

    — Comprendo que estés preocupado, Eron, pero ella ya no representa una amenaza — Crane trató de calmar a su buen amigo — Ha cumplido condena durante estos años y ha demostrado querer resarcirse de sus errores.

    — ¡Ni con toda una vida en una celda podría resarcirse de sus errores! — La exclamación de Eron propició murmullos entre los thunianos más alejados.

    — La representante Mason considera que sí lo ha hecho y yo, sinceramente, era escéptico al principio. Por el momento está comportándose y está en esta misión para ayudar.

    — ¿Misión? ¿Qué misión? — Ashley intervino en la conversación, intrigada con ello — ¿No habéis venido a buscarnos?

    — Os creíamos muertos, amigos míos — Om no quería que Lill cargara solo con el peso de llevar la palabra — El pulso electromagnético de Regresión inutilizó toda la tecnología...

    — ¿También vivisteis ese suceso? — Fallon, atento a la conversación, se sorprendió al oír hablar del pulso — Aquí también llegó y por poco destruye todo esto.

    El comandante Crane sintió que debía revelar que él había sido el encargado de ordenar la activación de Regresión, algo que podría complicar las cosas con esos thunianos. Sin embargo, antes de que siquiera se dignase a contarlo, una thuniana de aspecto jovial salió de entre la multitud y se aproximó al grupo con una expresión de bondad en su rostro.

    — Por favor, seguidme — Indicó Eniar, que estaba viendo desde la distancia como algunos thunianos se ponían tensos ante la reacción de Eron — Hablemos en mi hogar, en privado.

    Fallon asintió, indicando a sus soldados que dispersaran de buena manera a la ciudadanía thuniana que se agolpó en la zona de aterrizaje, mientras Ashley le indicaba a la expedición que fueran con ellos. Mientras todos avanzaban y se adentraban en la ciudad cilíndrica, ambos thunianos que iban con el grupo se comunicaron entre sí.

    Una vez lleguemos a tu hogar, te sugiero que vayas en busca de Cyprus — Le indicó Fallon con seriedad — Él ha tenido visiones de los humanos, su instinto podrá confirmar si debemos confiar en ellos o no.

    Si confiamos en Eron y Ash, ¿por qué no en ellos también? — Eniar no comprendía la precaución del soldado.

    Eron y Ash han demostrado ser de confianza, nos contaron sus historias y ambas concuerdan — Explicaba Fallon mientras seguía andando al frente — Pero ya has visto la reacción de Eron ante esa mujer, llamada Sun. Hay más historia que nos falta conocer.

    [...]

    Tanto el comandante Crane como sus cuatro acompañantes se quedaron sorprendidos con la arquitectura y la forma de la base cilíndrica Anixis.

    Era indudablemente su tecnología y habían logrado construir una especie de ciudad viva en un mundo completamente gaseoso. Lill, pensaba, que los científicos de la Alianza estarían entusiasmados de poder visitar Virm para estudiarlo y analizarlo todo.

    El paseo hasta la vivienda de Eniar no fue nada largo, pero se hizo un tanto incómodo para los visitantes, pues todas las miradas de la población thuniana se ponían sobre ellos. Internamente en el grupo, las miradas de Eron y Ashley iban dirigidas a Sun, quién prefería observar su alrededor para no sentirse asediada por su vieja amiga y la pareja de ésta.

    Om y Khael vigilaban la retaguardia mientras que Norman se sentía en un auténtico sueño, pues jamás hubiese imaginado estar con algunos de los Viajeros, visitando un nuevo planeta y formando parte del primer contacto con una nueva especie. Los ojos del joven Williams se cruzaban con los de varios niños thunianos que, escondidos tras esquinas, le miraban detenidamente con la curiosidad de alguien que está viendo algo nunca imaginado.

    Pese a que Eron y Ashley llevaban muchos años viviendo en Virm y ya eran conocidos de sobra, para los thunianos se les hacía muy extraño ver más y diferentes humanos, pues a diferencia de ellos, el aspecto thuniano entre unos y otros era muy similar.

    Todos tenían muchas preguntas y otros las respuestas, pero hacía falta tiempo y lo primordial era comenzar con el principio de la historia.

    — Por favor, adelante — Les indicó Eniar una vez llegaron a su casa — Me ausentaré un rato, pero Fallon se encargará de preguntaros nuestras dudas y de responderos las vuestras.

    Tal y como fue dicho, la thuniana se marchó por donde vino dejando a su compañero a solas con todos los alienígenas presentes.

    Una vez en la privacidad de la casa, todos se acomodaron para poder conversar con más tranquilidad. Norman observó nuevamente como algunos niños thunianos se asomaban por el exterior de la ventana para observarles, algo que le hizo sonreír, pues le recordaba a su infancia en las calles.

    — Comandante Crane, ha hablado de una misión en curso — Fallon se quedó con ese no tan pequeño detalle — ¿Qué tipo de misión tienen entre manos?

    — Perdona Fallon, pero esa pregunta es para después — Eron intervino de una forma algo maleducada — Lill, ¿qué mierda ha pasado en casa para que ahora tengamos a Sun trabajando de nuestro lado?

    — Queremos saberlo todo — Añadió Ashley, muy interesada pero sin ese ímpetu de su pareja — Por favor.

    El grupo observó a Lill y éste observó a su grupo. Tras unos segundos de completo silencio en el salón de la vivienda, el comandante comenzó a contar lo que sucedió en ausencia de Eron y Ash.

    — Estaban destrozándonos en Paraíso — Comenzó diciendo el líder de la expedición — Y cuando parecía que iban a ganar la guerra, surgió una oportunidad de darle la vuelta a todo. El arma Regresión. De origen Anixis, la hallamos a las afueras de la ciudad, en un pequeño complejo alejado de la civilización — Lill tuvo que tragar saliva tras notar un nudo en su garganta — Como he dicho, nos estaban diezmando y esa arma podía acabar con todo.

    — ¿Qué hacía el arma Regresión? — Preguntó Ripley, muy metida en la historia de lo ocurrido en su ausencia.

    — El pulso electromagnético — Respondió Fallon, que supo inmediatamente que se trataba de eso.

    Lill y Fallon permanecieron unos instantes mirándose fijamente e incluso el grupo percibió cierta tensión en el ambiente, hasta que el comandante decidió seguir contando lo sucedido hacía más de diez años atrás.

    — Justo en ese momento, Sun y la Resistencia abandonaron a Deon, capturándolo nosotros. Decidí comunicarme con sus soldados y avisarles de que teníamos a su Emperador, que solo podría salir con vida de ello si cesaban sus ataques... pero no lo hicieron — A cada palabra que decía, Lill se estremecía más — Ordené la activación de Regresión, aún sin conocer completamente los riesgos que acarrearía y sabiendo que quizá nunca podría volver a Neonia con mi familia. Al activarse, emitió un pulso electromagnético que inutilizó toda las tecnologías que teníamos. La guerra terminó y obtuvimos el control de Ciudad Anixis, pero con un coste tremendo.

    — Nosotros estábamos de camino a Paraíso al no recibir noticias vuestras cuando ese pulso nos dejó a la deriva — Eron contó su historia paralela a esos momentos de Lill — Una lluvia de asteroides estuvo cerca de aniquilarnos pero nos desvió el rumbo lo suficiente como para acabar milagrosamente aquí, en Virm.

    — Creemos que esa lluvia de asteroides era la destrucción de nuestro planeta, Thundia — Fallon mostró que, de alguna manera, todo parecía conectado — Nuestro mundo estaba llegando a su fin y de no ser por la tecnología Anixis encontrada, especialmente un arca, no podríamos haber llegado hasta aquí. Los thunianos estaríamos extintos. Y ese pulso llegó también aquí, estando a punto de inutilizar toda la base, lo que nos habría mandado al núcleo planetario y nos habría vaporizado.

    El pequeño grupo de la expedición estaba muy sorprendido con el breve resumen del pasado thuniano hasta llegar donde estaban. Eso significaba que los Anixis habían visitado más lugares de los ya mencionados en ese mapa de ruta tomado en Paraíso.

    — Siento muchísimo oír eso, Eron, Ash... casi morís indirectamente por mi culpa — Hacía tiempo que esos sentimientos no volvían al comandante — Y siento lo ocurrido, Fallon, tanto con tu planeta como con lo que podría haber pasado aquí. Me siento responsable.

    — En parte lo eres — Dijo el thuniano, muy serio — No obstante, sentir cierta culpabilidad te honra, pues hiciste ese acto para salvar a los máximos posibles de tu gente.

    — Agradezco tus palabras, Fallon.

    — Lill, ¿qué pasó tras Regresión? — Ashley quería saberlo todo hasta llegar al presente.

    — Mantener el orden era muy difícil, la población y el ejército se sentían estafados por lo sucedido, por todo lo que les prometimos... — Proseguía el comandante — Yo fui a buscar a Om y Uriow, quiénes tuvieron un accidente de lanzadera del cuál salió paralítico Om.

    — Ahora estoy bien, llevo una prótesis en la columna vertebral y puedo andar — Paokt tranquilizó a sus viejos amigos y quiso seguir contando la historia — Mientras Lill, Ender y Cia vinieron en mi busca y la de Uriow, los últimos soldados Anixis atacaron la base militar y rescataron a Deon, sucediéndose una batalla tras un intercambio fallido, según me contaron.

    — Yo maté a Deon — Dijo Sun, interviniendo de forma sorprendente con una bomba de noticia — Ese maldito bastardo me drogó y me violó, me dejó embarazada...

    Eron y Ashley no daban crédito a lo que estaban escuchando de parte de la asiática. Pese a que no les importaba en lo más mínimo lo que hubiese sufrido, les impactaba saber que Deon había sido capaz de algo así, aunque ya conocían que era un auténtico psicópata.

    — En definitiva, en esa búsqueda de Om y Uriow encontramos un arca Anixis, la cuál estaba operativa. La usamos para reunirnos con todos en Syleria y Neonia mientras Sith, un ingeniero, comprobaba mediante unos cálculos que el efecto de Regresión sería de solo diez meses — Lill estaba terminando de contar lo que sucedió años atrás — Tras eso, pudimos recuperar el nivel de vida anterior al comprobar que la tecnología Anixis se recuperaba, exceptuando al resto. Al ser tecnología mejor, nos hizo avanzar rápido y en estos diez años que han pasado desde entonces, hemos recuperado lo que una vez creímos perder para siempre.

    — Y ahora estáis en una misión, ¿verdad? — Ashley, al igual que los propios Eron y Fallon, querían saber como es que el grupo había llegado hasta ellos — ¿Qué tipo de misión?

    — Lo sucedido nos hizo darnos cuenta de que los Anixis nos han legado su mundo, su tecnología pero no su historia — El comandante se mostraba ahora más serio al hablar del propósito de su misión — Hemos formado una expedición, planeada y subvencionada por la Alianza, en busca del motivo de la desaparición de los Anixis.

    — Íbamos rumbo a un mundo alejado de aquí cuando vuestra señal SOS nos llegó — Khael, que no había hablado en toda la conversación, decidió hacerlo en ese momento — Vivís, literalmente, en tecnología Anixis. Así que...

    — ¿Así que, qué? — Fallon se cruzó de brazos.

    — Queremos investigar este sitio, saber más sobre la interacción thuniana con la tecnología Anixis, vuestro pasado con ella... — El comandante Crane estaba siendo sincero con el soldado — Y si queréis, participar en la misión.

    — Deberíamos meditar esa decisión con los sabios — Fallon se dirigió a Eron y Ash, a quiénes ya consideraba parte de los thunianos.

    — Eron, Ash, vosotros no tenéis porqué venir — Lill se incorporó de su asiento — Os llevaremos de vuelta a casa si es necesario.

    — Gracias, amigo — Musitó Eron con suavidad — Pero no pienso quedarme de brazos cruzados mientras otros buscan el motivo por el que casi morimos todos.

    — Concuerdo con Eron, yo también quiero saber que ha pasado con los Anixis y porqué su tecnología está tan dispersa — Ashley se unió a la causa.

    — Los thunianos solo participaremos activamente en esa búsqueda de respuestas si los sabios lo consideran apropiado — El soldado thuniano llamado Fallon se incorporó también — Los demás podéis esperar aquí si queréis, pero el comandante Crane debe venir conmigo.

    Comprensiblemente, el soldado thuniano quería que el líder de la expedición acudiera a la decisión que los sabios tomarían respecto a si ayudar en la misión de la Alianza o permanecer como hasta ahora, aislados en Virm.

    Lill tranquilizó a sus compañeros con un gesto, indicándoles que permaneciesen allí junto a Eron y Ash.

    [...]

    La ubicación en donde los sabios thunianos vivían era nada más y nada menos que la zona más alta de la base cilíndrica, con unas vistas espectaculares pero a su vez deprimentes, pues alrededor solo podías ver nubes amarillentas. Lill y Fallon llegaron hasta el lugar en ascensor, siendo recibidos por dos guardias armados que les abrieron el paso. El humano no dejaba de observar cualquier detalle que se pudiese apreciar, como el hecho de que los thunianos tenían únicamente tres vestimentas diferentes.

    La de los ciudadanos era una especie de sotana completamente roja que les cubría todo el cuerpo, mientras que los soldados llevaban armaduras y las extremidades expuestas, siendo los sabios los únicos que vestían además de la sotana roja, una especie de distintivo de oro en lo alto de sus cabezas. Era evidente que antes de encontrarse con la tecnología Anixis, los thunianos no estaban muy avanzados tecnológicamente hablando. Sin embargo, su espiritualidad sí parecía trascender más allá de todo lo demás, haciendo creer al comandante que quizá tenían una especie de religión a la que acogerse para mantener el orden.

    Los dos guardias que acompañaban a Lill y Fallon se apartaron a un lado cuando llegaron a la entrada de lo que parecía ser un pequeño templo. El sitio era precioso a ojos del humano, con una gran cantidad de pilares circulares adornando una sala larga y extensa que finalizaba con un amplio balcón que se precipitaba al abismo. Esta vez, el comandante seguía los pasos del soldado thuniano hasta el centro del templo, donde hasta seis de esos supuestos sabios se hallaban sentados en círculo y en una especie de meditación.

    — Debemos esperar a que finalicen — Indicó Fallon, tomando distancia para no molestar.

    — Entendido — Musitó Lill, observando fijamente la escena.

    Mientras aquella especie de meditación continuaba, Fallon se preguntaba donde estaba Eniar, a quién mandó reunirse con el sabio Cyprus —uno de los seis sabios, pero el más viejo de todos— mientras llevaba al grupo a su vivienda para conocer su historia. Sus pensamientos sobre la thuniana no tardaron en invocarla, pues la joven científica e ingeniera apareció detrás de ellos, colocándose al lado de Lill y mostrándole una sonrisa. El comandante la devolvió, mientras pensaba en cuán era el parecido físico que los thunianos compartían con los humanos, pues prácticamente era idénticos.

    — ¿Qué es lo que se supone que están haciendo ahora mismo los sabios? — Preguntó Crane, repentinamente y en voz baja para no molestar a estos.

    — Cada día hacen una meditación conjunta, lo llaman La Conexión — Contestó Eniar, que comprendía la curiosidad del humano — Los sabios son nuestros líderes, por así decirlo. Sus decisiones guían el camino de la especie thuniana.

    — Eron me contó que vosotros, los humanos, también meditáis — Intervino Fallon, de brazos cruzados — Y que otra de las especies con la que vivís, neonianos, son profundamente espirituales también.

    — Son los neonianos, y así es, ellos también meditan bastante — Dijo Lill, viendo que había curiosidad por ambos lados — Los sylerianos, la otra especie que colabora con nosotros, son también espirituales pero en un sentido más personal, no como sociedad. Ninguna de las dos especies mencionadas son tan espirituales como lo es la vuestra.

    — Las tres especies formáis la Alianza, ¿verdad? — La thuniana había oído historias de esa unión por medio de la pareja de humanos que vivía allí.

    — Exactamente. Humanos, neonianos y sylerianos conformamos la Alianza Interestelar de Especies — El comandante le dio un toque más oficial — Desde que nos unimos, hemos estado trabajando juntos para prosperar. Todas hemos sido especies dañadas de una u otra forma en distintos conflictos o situaciones drásticas, algo que nos hizo unirnos definitivamente. Juntos somos más fuertes, compartimos conocimientos y enfrentamos cualquier amenaza como una sola especie.

    Fallon y Eniar no podían esconder cierto entusiasmo en que los thunianos pudiesen formar parte de la AIE, aunque para ello, debería ser decidido por el consejo de los seis sabios que lideraban su especie. La conversación podría haber seguido de no ser porque La Conexión entre los sabios había finalizado.

    Los seis se incorporaron de estar sentados en el suelo y centraron sus miradas en el comandante Crane, pues era la primera vez que lo veían. Fallon se aproximó a los sabios y les explicó en voz baja quién era el invitado y de dónde provenía. Automáticamente, el sabio Cyprus a la cabeza del grupo de líderes thunianos, se aproximó al humano.

    — Comandante Lill Crane — Murmuró el anciano thuniano, mostrándose muy cortés — Me complace hablar, en nombre de mis símiles, contigo. Eniar y Fallon me han puesto al corriente, concisa y brevemente, de la misión en la que te encuentras ahora.

    — Es un placer, sabio.

    — Por favor, comandante, llámeme Cyprus.

    — Gracias, Cyprus — Lill se dispuso entonces a explicarles la misión a los sabios thunianos — Como bien sabe, estoy en una misión que consiste en la investigación de una ruta cartografiada que fue hallada en el mundo en el que actualmente vive mi especie, siendo de origen Anixis. Ellos nos legaron su tecnología, sus conocimientos, sus asentamientos... pero desaparecieron sin dejar rastro. La misión de la Alianza es descubrir que ocurrió con estos seres avanzados y actuar en función de lo que encontremos.

    — Percibo cierta tensión en tus palabras, comandante — Cyprus era sin duda un ser bastante sensitivo — ¿Crees que hay una amenaza detrás de la desaparición de los Anixis?

    — Es altamente probable, Cyprus — Respondió el humano, siendo totalmente sincero — Pero es solo una suposición mía, no está basada en hechos demostrables.

    Cyprus gesticuló con el mentón y se giró hacia los cinco sabios restantes.

    Su expresión denotaba cierta preocupación, casi como si el comandante se la hubiese contagiado con sus palabras. Fallon y Eniar observaban la escena a cierta distancia pero sin perderse ni un detalle.

    Unos segundos de silencio después, el sabio thuniano se centró de nuevo en el líder humano.

    — He tenido visiones extrañas durante toda mi vida, he visto cosas que a día de hoy no tienen explicación y sin lugar a dudas, he presagiado que éste momento llegaría — Cyprus estaba dejando asombrado a Lill en todos los sentidos posibles — Tu presencia, comandante, me inspira esperanza... pero a su vez desolación. Tu espíritu fortalece a quiénes te acompañan, pero tu camino está forjado por el sufrimiento. Tú no eres como Eron o Ashley, percibo en ti algo más. Algo grande.

    — Disculpe, Cyprus, pero no... — Crane estaba tan estupefacto que apenas sabía que decir — ¿Qué quieres decirme con todo eso?

    — Con solo mirarte a los ojos he visto a tu espíritu y está preparado para la guerra — Las palabras del sabio impactaron a todos los presentes, especialmente al propio Lill — Es una guerra lejana, comandante, pero estamos yendo directos hacia ella.

    — ¿Cómo? ¿Qué le hace estar tan seguro de que habrá una guerra? — Conforme avanzaba la conversación, Lill se sentía más atrapado en ella.

    — El destino no engaña, Lill Crane — Murmuró Cyprus con cierta seriedad — Y sería una sentencia para nosotros, los thunianos, declinar la posibilidad de unirnos a tu causa y la de tu Alianza. Esa guerra nos alcanzará a todos y no tiene sentido apartarse. Llegará.

    El comandante Crane apenas podía hablar debido a lo asombrado que se encontraba, igual que Fallon y Eniar.

    El resto de sabios thunianos asentían a las palabras de su más venerado líder, lo que parecía indicar que estaban de acuerdo con él. Casi como si la decisión ya estuviese tomada, Cyprus se aproximó a Lill y posó sus manos sobre los hombros de éste, mirándole fijamente a los ojos.

    — Te recomiendo guardar estas palabras en ti hasta que el suceso sea inminente — El sabio thuniano parecía pedirle al humano que no dijera nada de lo hablado recientemente — De lo contrario, habría gente que pondría obstáculos para que no obtuviésemos las respuestas que buscamos sobre los Anixis.

    Crane asintió, aún absorto en sí mismo, mientras Cyprus le soltaba y se dirigía hacia Fallon para darle instrucciones. Tras una breve conversación entre ambos, el soldado se aproximó al comandante humano con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Eniar iba tras él.

    — Nunca había visto al sabio Cyprus tan enfocado en alguien — Fallon parecía sentirse sorprendido gratamente — Si algo bueno se puede extraer de todo esto, es que siempre que ha advertido de una guerra o situación comprometida, la hemos superado.

    — Me alivia oír eso — Contestó Lill, que tendría mucho que procesar una vez fuese a descansar — Entonces, ¿los thunianos queréis...?

    — ¿Unirnos a vuestra Alianza? Sí, el propio Cyprus ha accedido y los demás le siguen — Indicó el soldado thuniano, esbozando una clara sonrisa — Yo, Eniar y otro más iremos a bordo de vuestra nave, para ayudar en la misión. Si no es problema.

    — En absoluto, bienvenidos a bordo — El comandante se alegraba de tener más gente en la misión — Contactaré con mi subcomandante para que informe al alto mando de la Alianza de todo esto. Probablemente quieran conocer al sabio Cyprus y estrechar lazos con vuestra especie.

    — La predisposición de nuestros sabios es total, así que no habrá ningún inconveniente — Dijo la ingeniera y científica Eniar — Es un placer colaborar en esta misión, comandante Crane.

    [...]

    Lill contactó con Lio inmediatamente después de su reunión con Cyprus, tras hacerlo previamente unas cuantas veces para que el resto de la tripulación de la Nolartis supiese que todo estaba bien en Virm. Tras saber lo necesario de ese encuentro y el hecho de que los thunianos se querían unir a la causa de la Alianza, el subcomandante se dirigió rápidamente a la sala de comunicaciones de la nave, iniciando una llamada directa con las tres principales líderes de la AIE.

    Tan solo bastó un minuto justo para tenerlas en pantalla.

    ¿Alguna novedad, subcomandante Santos? — Preguntó la Elegida Admir, iniciando la conversación.

    — El comandante Crane ha establecido contacto satisfactoriamente con una nueva especie inteligente, los thunianos — Explicó Lio a sus superiores — Estos tienen conocimiento sobre los Anixis, tienen su tecnología y estaban con ellos los desaparecidos Eron y Ashley.

    No puede ser... — Erie sonó tan sorprendida que lo negaba — Pero, ¿cómo...?

    — El pulso electromagnético de Regresión y una serie de sucesos en el espacio les guiaron hasta Virm.

    Es increíble que sobrevivieran a eso — Bárbara tampoco daba crédito — ¿Y como sabemos que los thunianos son de confianza?

    — Están dispuestos a colaborar en todo, en la medida de sus posibilidades — Santos tenía las manos cruzadas en su espalda, adoptando una postura muy seria — Evidentemente, les gustaría unirse oficialmente a la Alianza Interestelar de Especies.

    Bueno, eso suena precipitado — Murmuró la líder neoniana, dubitativa.

    Toda ayuda es buena, tanto para la misión como para que todos prosperemos en el futuro — Hylda dio su voto de confianza en cierto modo — Pero antes deberíamos tener una reunión entre líderes.

    Estoy de acuerdo con Hylda, debemos tener una conversación entre líderes de las cuatro especies — La representante Mason estableció la hoja de ruta — Notifica al comandante Crane, o en su defecto al líder thuniano, que enviaremos una nave para su trasbordo que lo traiga a Paraíso, donde se hará la reunión. Si prefieren venir ellos en una nave propia, no será problema.

    — Lo haré saber, Bárbara — Musitó el hombre de Ceres, asintiendo con satisfacción — Subcomandante Santos, cerrando la llamada.

    [...]

    Poco después de esa llamada entre las tres líderes de la Alianza y el subcomandante de la Nolartis, se le notificó al sabio Cyprus, mediante Lill y compañía, la invitación de Bárbara a que el líder thuniano visitara Paraíso para una reunión con las tres líderes. Aunque algunos thunianos eran reticentes a que fuese Cyprus, éste accedió, alegando tener fe ciega en la propia Alianza.

    Un grupo de soldados que harían escolta le acompañarían, pues aunque el anciano tuviese confianza, el resto estaba más tranquilo si al menos llevaba consigo un cordón de seguridad. Ese viaje para el sabio Cyprus sucedería dentro de dos meses, la distancia que había entre Paraíso y Virm, siendo un total de cuatro meses y medio el ir y volver.

    Mientras todo quedaba acordado entre thunianos y la Alianza, la expedición de la Nolartis no debía parar y se pondría rumbo a Verilia al día siguiente, induciéndose a la criogenia e iniciando nuevamente un viaje de al menos cinco meses. No obstante, esa noche, el comandante Crane dio un permiso a su tripulación para dejar la nave y descansar en la ciudad cilíndrica del planeta gaseoso.

    La tripulación al completo —exceptuando a Oda, que no podía salir de los sistemas de la Nolartis y estaría operativa para cuando hubiese que irse— bajó a los dominios thunianos y se reunió en la vivienda que Eron y Ashley tenían desde hacía muchos años. Fallon y Eniar también estaban presentes y la mayoría de los miembros de la misión les daban la bienvenida, además de preguntarles mucho sobre su especie y sus costumbres.

    El equipo al completo disfrutó de una noche libre después de una semana algo extraña tras haber sido despertados meses antes de cuando debían hacerlo y haberse desviado del curso de la misión. Celebraron el reencuentro con Eron y Ashley, también la unión —pese a no ser oficial— con los thunianos, se asombraron con la base cilíndrica de construcción Anixis y finalmente brindaron por el éxito de la misión.

    Mientras sucedía ese brindis y se respiraba un aire de alegría por un día muy productivo en muchos aspectos, el comandante Crane veía la escena con una mezcla de sentimientos en su interior. Era increíble ver a su tripulación feliz y no concentrada en su trabajo aunque fuese por un rato, pero las palabras de Cyprus no dejaban de resonar en su cabeza como un canto de batalla.

    Con solo mirarte a los ojos he visto a tu espíritu y está preparado para la guerra. Es una guerra lejana, comandante, pero estamos yendo directos hacia ella. El destino no engaña, Lill Crane. Y sería una sentencia para nosotros, los thunianos, declinar la posibilidad de unirnos a tu causa y la de tu Alianza. Esa guerra nos alcanzará a todos y no tiene sentido apartarse. Llegará.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Aquí estoy, una semana más para seguir comentando la historia tras haber leído el capítulo. Tengo que decir que me ha fascinado mucho. No ha tenido nada de acción, pero las conversaciones que han ocurrido aquí sí que han sido intensas, algunas en mayor medida que otras. Todo genial.

    Está claro el hecho de que el ver a Sun sin saber las circunstancias de su presencia en el equipo no agradó a Eron y Ashley y mucho menos a los thunianos. Yo incluso conozco sus circunstancias, y ni a mí me termina de cerrar del todo su presencia, más allá que dije en el capítulo anterior que me estaba empezando a dar una buena imagen. Comprendo que los thunianos se pongan nerviosos, pero también me parece algo raro que se hayan alterado de esa forma y pusieran nerviosos a todos. Es algo que creo que no esperaría de ellos dos. Quiero decir, Ashley también integró la Resistencia, e incluso el plan de secuestrar a Arva era suyo. Pero bueno, a Eron se lo puedo perdonar.

    Creo que a este capítulo le faltó algo, y ese algo fueron conversaciones. Es decir, estamos en un momento donde la mayor parte de integrantes de la Alianza se cruza por primera vez con una especie nueva, con todo el peso psicológico que eso significa más el plus del reencuentro con dos viejos aliados. Sin embargo, las conversaciones que creí que sucederían no necesariamente están perdidas, ya que puede ser que a través de flashbacks o de las escenas iniciales de los próximos capítulos veamos un poco más de charla.

    Imagino que tanto Eron como Ashley habrán tenido un gran alivio cuando se enteraron que Deon había perecido en la guerra, y que seguro quedaron impresionados con el relato de Regresión. Es increíble como todos los puntos conectados en la historia vienen uniéndose poco a poco y se están terminando de unificar en la parte VII. Imagino que la siguiente parte estará llena de revelaciones por todos lados, y que esas revelaciones como tal involucrarán el pasado de las especies humana, neoniana, syleriana y thuniana. Luego de que Lill, Om, Khael y un poco Sun, aclararan las cosas entre sí, Fallon se lleva a Lill a charlar con Cyprus y los sabios.

    En ese momento, ambos tuvieron una charla respecto a la manera en la que cada especie trata la espiritualidad. Y debo decir que ese detalle le hace muy bien a la historia, puesto a que es una manera de hacer una distinción en la cultura de cada una. Ha quedado muy bien al no omitir a ninguna especie, como tampoco no hacer que fueran todas iguales. Es un detalle que quizá sea pequeño, pero que importa muchísimo.

    La parte que menos me ha gustado del capítulo fue cuando Cyprus habla con Lill. Ojo, no estoy diciendo que no me ha gustado porque me parezca mala, de hecho, me parece de lo mejor del capítulo en el contexto de la historia. Lo que no me ha gustado es esa premonición dada por el sabio, ya que no solo vaticina que vendrá una guerra que podría ser enorme, sino que también dice que Lill está preparado para formar parte de ella. No voy a negarte que me da un poquito miedo eso. Ya se conoce que ellos suelen tener esa clase de premoniciones, y que le diga a Lill que su espíritu está preparado para pelear me aterra. Yo ya sabía que en esta misión pasarían cosas peligrosas, sobre todo porque están investigando a una especie desconocida en terreno desconocido. Pero me aterra mucho más que le tires ese foreshadowing a mi favorito principal. Sabes que eso me preocupa, y creo que lo aprovechas demasiado bien XD. Voy a ver si cambio de favorito para que dejes al pobre Lill en paz :piplup: okno, es solo una broma XD.

    Mentiría si te dijera que una parte de mí no quiere que LV tenga una guerra más, pese a que ya hemos vivido muchas. Pero otra parte de mí está asustada. Eron, Ashley, Lill, Lio, Iris me agradan mucho, y tienen seres queridos que seguramente quedarían destrozados si algo malo les pasara. Ahí es donde reside mi miedo, pero bueno, esta es tu historia y tendré que ser fuerte.

    Luego de que se charla al respecto, Cyprus ha decidido que quieren unirse a la alianza, aunque está más que claro que es por interés. Si en tu premonición ves una guerra enorme, claramente querrás buscar aliados. Además, más gente en la alianza sería de provecho. Parece ser que a Cyprus le toca reunirse con las tres líderes de la AIE: Hylda, Erie y Bárbara. Ya va siendo tiempo que alguien de nuestro género sea una figura de autoridad en una alianza repleta de mujeres al cargo.... okno XDDD. Será interesante ver la reunión entre líderes, ya que si algo termina saliendo mal allí, la alianza quedaría truncada. Pero espero que no sea el caso.

    Fallon, Eniar que parecen llevarse muy bien, se integrarán también a la tripulación que explorará la ruta Anixis. Me pregunto quién será el tercer y último de los thunianos en abordar. Quizá sea alguno de los que vimos en el spin off, o bien, podría ser alguien nuevo para la historia. Pero, si no me equivoco, eso querría decir que todas las especies no humanas en la misión aportarían tres miembros cada una. En fin, quedo a la espera de conocer más.

    La última parte del capítulo es la que creo yo que debería haber sido más larga y contar con más conversaciones. Quiero decir, Eron tenía cierta amistad con Yak, Om, Uriow creo recordar. Ashley y Lio fueron compañeros en la Resistencia y luego ambos entraron al buen camino. Habría amado ver como Lill relataba todo acerca de su vida con Snow y sus dos hijos a sus amigos, ya que Eron fue el primero que notó que Snow estaba embarazada. Me hubiera gustado también una charla de Lio con Ashley, presentándole a su hija adoptiva, que se metió de infiltrada en la misión. Además de que podría haber servido más para dar algo de diálogos a personajes como Maya, Halisha y Caellum, que poco han dicho en las charlas hasta el momento. Sin mencionar que habría sido bueno ver como la tripulación asimilaba la bienvenida de Fallon y Eniar al grupo.

    Otro motivo para tener miedo es que la frase dicha por Cyprus me la hayas puesto como cierre del capítulo XD. Como si no bastara una vez para asustarme, ahí vas y la colocas de nuevo. Me da mucho miedo el destino que le tengas preparado a Lill en el futuro, y solo te diré que más te vale que él regrese a salvo para estar con su esposa y sus hijos, que si lo llegas a matar, conseguirás una doble kill porque también acabarías conmigo XD.

    En fin, hasta aquí llega mi comentario por el capítulo de esta semana. Sin acción, esta parte está siendo fantástica. Te digo desde ya que, solo basta una revelación importante para lograr que se pueda colocar en el top 3 de partes de la historia. No creo que consiga superar a la I y la V, que dosificaron bien la acción con las revelaciones. Pero esta parte no se irá al fondo en el ranking, y le basta con una bomba de info grande para poder escalar al top :)

    Eso será todo por hoy, amigo. Me despido hasta la semana siguiente. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos en el antepenúltimo capítulo de esta séptima parte de la historia, lo que nos deja en el sprint final. Algunas cosas terminarán asentándose en estos capítulos y otras quedarán para ser descubiertas en la futura octava parte. En estos tres capítulos restantes veréis todo tipo de conversaciones y situaciones que aún no se han dado, pero paciencia, porque se darán. Algunas cosas incluso os sorprenderán, no me cabe duda. Como cada vez que publico, agradecer a Agustin por estar siempre al tanto de los nuevos capítulos, por mostrar su interés y por vivir la trama con mucho entusiasmo, pues es algo que me inspira a seguir. Sin más que añadir, os dejo leer tranquilos.




    El sabio







    Habían pasado más de dos meses desde que el alto mando de la Alianza Interestelar de Especies contactara con la expedición de la Nolartis.

    Días después de que estos reiniciaran su viaje hacia Verilia desde el planeta gaseoso Virm, colocándose en criogenia, las tres representantes del gobierno interestelar notificaron a los sabios thunianos su predisposición a recibirles en Paraíso, donde tendría lugar una reunión entre líderes de las cuatro especies con la intención de que los thunianos formasen parte de dicha unión.

    Durante esos dos meses, una pequeña nave thuniana se dirigió a territorio conocido de la Alianza para acudir a ese encuentro. De los seis sabios que lideraban a su especie a modo de consejo —algo similar a lo que había en la AIE— fue enviado únicamente Cyprus, habiendo sido decidido así por votación de todos los sabios. Entendían que debía ir alguien que representara a todos los líderes thunianos y que ese alguien era él, un longevo ser que había vivido todo tipo de experiencias y que guiaba a los thunianos a la salvación a través de sus asombrosas visiones sobre el futuro.

    Los thunianos no poseían solamente la habilidad de comunicarse telepáticamente, sino también la de ver eventos futuros, aunque esto último no era frecuente entre la población. No obstante, el único thuniano que acertaba todo lo que veía o que al menos lo interpretaba mejor, era el propio Cyprus. Don que le otorgó, con las evidencias, el puesto que ahora ocupaba en la sociedad thuniana. Por ello no había mejor representante que él, quién prefería ir poco acompañado a esa reunión pero que por precaución del resto, llevaba consigo hasta diez soldados a modo de protectores del sabio.

    Uno de esos soldados lideraba al pelotón por experiencia y veteranía, llamado Dhejam. El thuniano era un tipo solitario, de carácter algo fuerte y serio como pocos. De hecho, su presencia en ese viaje no se debía a otra cosa que al hecho de proteger a Cyprus ante cualquier situación. No es que los thunianos desconfiaran de la Alianza, pero tampoco estaban con los brazos abiertos.

    Nunca en la historia de su especie habían tenido un primer contacto y ese llegó con la aparición en Virm de la pareja formada por Eron y Ashley. Ahora, además de conocer humanos, conocerían a neonianos y sylerianos. Y el líder del pelotón militar era uno de esos desconfiados.

    La nave, que no tenía nombre, distribuía su espacio en lo justo para que sus once tripulantes se pudiesen mover, comer y dormir. El diminuto puente de mando conectaba directamente con un pasillo que daba acceso a cinco habitaciones ubicadas a cada lado. Cuando llegaba la hora de dormir, uno de los diez soldados hacía guardia en el puente de mando, según su correspondiente turno y para asegurarse de que todo estaba en orden mientras el vehículo seguía su curso a las coordenadas proporcionadas por la Alianza.

    Cyprus solo salía en contadas ocasiones de su camarote, haciendo un aislamiento de elección propia. Ninguno de los soldados que le acompañaban sabían que hacía todo ese tiempo ahí dentro, pero tampoco les importaba. Era un sabio y para ellos, todo lo que estos hicieran tenía sus buenos motivos. Era una fe ciega en sus líderes. Y estuvieron así por más de sesenta días de trayecto espacial hasta el sistema Faro de la Esperanza, en el que ya se encontraban.

    El aterrizaje en el planeta artificial de nombre Paraíso era inminente.

    — Nos acaban de conceder el permiso, señor — Indicó el soldado que pilotaba la nave — Iniciando maniobras de aterrizaje a su orden.

    — Aterriza, soldado.

    — Sí, señor.

    La nave de origen thuniano —modificada con tecnología Anixis, como todo— atravesó la atmósfera del planeta y se dirigió al continente en el que se hallaba situada Ciudad Anixis, debiendo aterrizar en su base militar. El aparato se tambaleó brevemente hasta que la densidad de las nubes se iba disipando a medida que se adentraban en dicho mundo, teniendo total visibilidad tras un largo minuto.

    Dhejam miró a todos sus soldados, quiénes estaban ya preparados —armas incluidas— mientras el sabio seguía sin salir de su habitación. Optando por esperarle o avisarle del aterrizaje, el líder del escuadrón se decidió finalmente por avisar.

    — Sabio Cyprus, estamos llegando al lugar predeterminado — Dhejam había golpeado un par de veces la puerta de seguridad — ¿Va a salir?

    Casi automáticamente como si sus palabras hubiesen sido un deseo pedido a un genio, Cyprus salió de su camarote, recibiendo la mirada de todos sus símiles. Dhejam permaneció inerte durante unos segundos, hasta que el sabio fijó su vista en él y apoyó las manos en sus hombros con cierta delicadeza.

    — Dígale a sus soldados que enfunden las armas — El tono serio pero sosegado de Cyprus calaba en cualquiera que le oyera — No hemos venido aquí a mostrar fuerza.

    — Disculpe, sabio Cyprus, pero las armas son una medida de protección — Dhejam era bastante reacio a no llevar el arma en las manos — No sabemos si esa reunión va a ser una trampa.

    — ¿Acaso dudas o desconfías de mi instinto?

    Todos los soldados se miraron entre sí para luego observar la respuesta de su superior al mando. Incluso el piloto, pendiente de hacer descender la nave en la zona de aterrizaje, tenía cierta atención en la conversación que se sucedía a escasos metros detrás de él.

    — No... — Dhejam pareció avergonzarse de sus palabras en aquel momento — Soldados, enfunden las armas.

    — A la orden, señor.

    — Entendido.

    — Lo que usted mande.

    Mientras los soldados thunianos obedecían la orden de su superior en rango, el piloto finalizaba las maniobras para aterrizar la nave en la base militar de Ciudad Anixis.

    La noche ya había caído sobre la ciudad y las luces de la base daban una fría bienvenida a la embajada thuniana. Fueron recibidos por la representante Mason, quién iba acompañada de su segundo e ingeniero Sith Regan, además de cuatro guardias desarmados y muchos otros repartidos por el lugar, estos sí, armados.

    Dhejam observó su alrededor con cara de pocos amigos al ver la vigilancia que había sobre ellos, mientras que Cyprus reconoció inmediatamente a la líder humana. Su postura con las manos entrelazadas en el abdomen, una sonrisa sin mostrar los dientes, el pelo recogido en una coleta y una gabardina negra con el logo 'AIE' en la parte izquierda del pecho le hicieron deducir su cargo.

    El sabio se dirigió lentamente a ella, rodeado por sus protectores, los cuáles pese a tener las armas enfundadas, mostraban expresiones muy serias en sus rostros.

    — Usted debe de ser el sabio Cyprus — Bárbara le tendió la mano al anciano thuniano — Es un honor recibirle en mi casa, le estamos muy agradecidos por haber acogido durante años a dos de los nuestros en su mundo. Y por haber tratado tan bien a nuestra expedición en su visita.

    — No hay nada que agradecer, estamos todos en el mismo bando; vivimos en un universo hostil — La respuesta de Cyprus no se hizo esperar — Veo que hace bastante frío aquí en vuestro planeta. ¿Le importa si vamos a la comodidad de su vivienda?

    — Faltaría más, sabio Cyprus — La representante humana asintió con una media sonrisa e indicó a sus guardias que guiaran el camino hacia el interior del edificio — Por cierto, disculpe mis modales. Yo soy la representante humana en la Alianza, me llamo Bárbara Mason.

    — Lo sé — Musitó el thuniano, esbozando una sonrisa temblorosa — Tu presencia así me lo ha indicado.

    [...]

    Bárbara y Cyprus se encontraban a solas en el salón principal de la vivienda de ésta, que tenía lugar en la tercera y última planta del edificio de la base militar. El famoso hogar que antaño era de los Xom, ahora servía como la propia casa de la representante humana y además como base de operaciones, pues la red de comunicaciones Anixis estaba allí implementada. Sith se había llevado consigo a Dhejam y sus nueve soldados, quiénes eran reacios a dejar a solas al sabio, pese a que fue petición de éste el poder conversar a solas con la humana.

    Bajo la luces tenues de las lámparas del salón y el fuego recién encendido en la chimenea, ambos líderes tomaron asiento. Sentados enfrente el uno del otro, en dos cómodos sillones rojos y con una mesita blanca redonda en medio, humana y thuniano permanecieron unos segundos en completo silencio, mirándose en la penumbra. Aquello no iba a ser la reunión, pues faltaban por llegar la Elegida Admir y la líder Tovam. Su llegada estaba prevista para dentro de una hora, por lo que ambos líderes presentes la aprovecharían para conocerse personalmente.

    — Veo comodidades aquí de las que mi gente no ha podido gozar en siglos — Cyprus fue el primero en iniciar la conversación — Ahora veo que nuestras especies están a años luz en cuanto a nivel de habitabilidad.

    — Tengo entendido que vivís en un planeta que no es vuestro mundo de origen, de hecho, es gaseoso — Bárbara se imaginaba a qué se refería — Aunque debo admitirlo, no tendréis comodidades, pero habéis sabido manteneros en unas condiciones adversas.

    — La tecnología Anixis ha ayudado bastante a eso — Indicó el sabio, sin moverse de su postura — Pero parece que vosotros, la Alianza, sabéis dominarla bastante bien.

    — Parte de la humanidad llegó aquí por casualidad y se adueñó de la tecnología, el resto solo hemos aprendido rápido gracias a su información.

    — Esa 'parte de la humanidad', ¿son aquellos a quiénes enfrentasteis años atrás?

    — Así es, los llamamos 'humanizados Anixis'. Pero son historia.

    — Los humanos soléis repetir vuestra historia.

    — Estamos en el proceso de cambiar ese mal hábito.

    — Eso parece — El thuniano echó la vista a un lado — ¿También los neonianos y los sylerianos?

    — Ninguna de las tres especies es perfecta, hemos perdido mucho por nuestros errores y por los de otros — Mason sentía que estaba siendo puesta a prueba — Pero nos unimos para empezar de cero, sin los errores del pasado. Ahora somos uno.

    — Es un mensaje esperanzador, representante Mason — Cyprus sonó sincero — Mi gente necesita eso.

    — Nuestras especies tienen en común que han sufrido muchísimo para llegar hasta donde están y para sobrevivir — Dijo Bárbara con convicción en cada una de sus palabras — La única forma de prosperar es juntos.

    — Así lo veo yo — Murmuró el sabio, que se incorporó lentamente y se dirigió a la cristalera con vistas a la calle más concurrida de la ciudad — He visionado un futuro en el que mi gente y tu gente, nuestra gente, hacen grandes cosas juntos...

    — ¿Visionado? — La representante de la humanidad se extrañó de oír aquello — ¿Qué quiere decir, Cyprus?

    — Los thunianos tenemos ciertas habilidades desarrolladas, representante Mason — El anciano thuniano no tenía problemas en hablar de su especie y su sociedad — Podemos comunicarnos mentalmente y solo unos pocos nacemos con el don de observar lo que nos depara el futuro. Depende del remitente descifrar bien el mensaje y yo llevo haciéndolo desde que era joven.

    Bárbara estaba absorta, mirando fijamente al thuniano mientras éste le daba la espalda al estar observando a la multitud en la iluminada avenida. El silencio inundó el salón por casi un minuto, haciendo del ambiente algo pesado y exasperante. La humana estaba deseando escuchar más al líder thuniano.

    — ¿Y qué ves ahora?

    Cyprus echó la vista atrás y observó a la mujer, sentada en su sillón, con la mirada clavada en él. El recuerdo de lo que le dijo al comandante Crane apareció en su mente como si quisiese decirle algo, pero el sabio lo omitió.

    — Paz — Respondió, mientras volvía la vista a la muchedumbre de las calles — Pero no durará para siempre, representante Mason. Por ello necesitamos todos esta unión.

    [...]

    El segundo al mando de la representante humana y a su vez ingeniero, Sith Regan, se llevó consigo al escuadrón thuniano que era liderado por Dhejam para dejar a solas a sus respectivos líderes, en un encuentro privado previo a la reunión definitiva. Sith decidió, tras hacerles un tour por la base militar, llevarles a la sala de ingeniería, lugar en el que él solía trabajar. Los soldados thunianos comenzaron a observar los artilugios y artefactos que el humano tenía en la sala, comprobando con sus propios ojos que en su mayoría era tecnología Anixis, a excepción de los restos de tecnologías humana, neoniana, syleriana y Rhajik.

    — Estoy trabajando, personalmente, en intentar restaurar las tecnologías que usábamos antaño — Explicó el ingeniero, captando la atención de los thunianos — Básicamente, tratando de recuperar algunas partes.

    — Interesante, humano — Dhejam se hallaba curioseando mientras hablaba — Pero eso ya lo intentamos nosotros, los thunianos. No dio resultado alguno.

    — Sabemos que la unión entre una tecnología inutilizada y la Anixis es efectiva — Sith se encontraba observando que sus invitados no tocaran nada — ¿Acaso vosotros no hicisteis eso?

    — En efecto, claro que funciona. Pero traer de vuelta las tecnologías que usabais previamente no es posible.

    — ¿Cómo estás tan seguro?

    — Si lo que me preguntas exactamente es el porqué, no te lo sé responder — Dhejam se volteó para hablar cara a cara con Sith — Solo te puedo decir que así es como funciona la tecnología Anixis.

    — Me niego a creer que la tecnología Anixis acepte unirse a otras tecnologías pero las inutilice por su cuenta y para siempre.

    — Negar la evidencia no cambiará los hechos — El líder del escuadrón thuniano observaba despectivamente al ingeniero — Tus amigos están ahí fuera buscando las respuestas. Haberte unido a ellos.

    — Soy más útil aquí — Regan sentía que el thuniano trataba de intimidarlo — ¿No te has preguntado eso tú mismo?

    Dhejam frunció el ceño, mostrando que pese a no tener cejas, se marcaba la protuberancia de su frente sobre los ojos. Así era con todos los thunianos. Sus soldados no le quitaban la vista de encima al humano, quién comenzaba a pensar que no había sido buena idea llevarles allí ni haberse quedado con ellos. No es que Sith desconfiara o temiera que pudiesen hacerle daño, sino que más bien estos seres sabían como obtener información y cómo sonsacarla.

    En ese preciso instante en el que lo pensó, Sith maldijo ser tan inocente como persona.

    — Ha pasado una hora — Dijo repentinamente Dhejam, volteándose rápidamente hacia sus soldados — Vámonos de aquí.

    — Espera, ¿a dónde vais? — Sith veía como los thunianos comenzaban a marchar.

    — Vamos con el sabio Cyprus — El líder del grupo de soldados esbozó una media sonrisa — Gracias por enseñarnos todo esto.

    El tono sarcástico en el que lo dijo, la expresión en su rostro y todo lo sucedido, le hicieron ver a Sith que Dhejam había estado observando, analizando y aprendiendo muchas cosas sobre la Alianza. Parte de culpa la tenía él por hacerles un tour por toda la base militar de Ciudad Anixis, sin embargo, no toda la responsabilidad debía ser suya. El thuniano era lo suficientemente inteligente y desconfiado como para haber averiguado pequeños detalles curiosos de sus más que probable futuros aliados.

    [...]

    Las naves que transportaban a las líderes neoniana y syleriana finalmente habían aterrizado en la base.

    Era ya bien entrada la noche en Ciudad Anixis y soplaba un viento de invierno. Hylda y Erie se encontraron casi al mismo tiempo, al bajar ambas de sus naves. Se llevaron una desagradable sorpresa cuando vieron no haber sido recibidas por Bárbara sino por sus guardias, quiénes las escoltaron hasta el lugar donde se llevaría a cabo la reunión. Allí esperaban la representante humana, su segundo, el sabio thuniano y el grupo de soldados de éste.

    Al ver alienígenas armados, tanto la Elegida Admir como la líder Tovam recibieron una primera impresión amarga de quiénes podían ser potenciales aliados.

    — Siento no haberos recibido en vuestra llegada, pero estábamos discutiendo un pequeño asunto — Explicó Bárbara a las recién llegadas.

    — ¿Qué está ocurriendo aquí? — Hylda observó a Bar y después a los thunianos — ¿Qué hacen armados y presentes en la reunión?

    — Ya se marchan — Cyprus no quería que la situación se saliese de control — Dhejam, todos fuera. Por favor.

    — Intuyo que usted es su líder — Erie se aproximó al sabio con intención de saludarle — Mi nombre es Erie Tovam, la líder neoniana.

    — Intuye bien, líder Tovam — Asintió el sabio, sonriente — Yo soy el sabio Cyprus, pero llámenme solo Cyprus.

    — Es un placer conocerle, Cyprus — Hylda también quiso ser cortés — Yo soy la Elegida Hylda Admir, líder syleriana.

    Mientras ambas líderes se presentaban al sabio thuniano, el escuadrón de Dhejam se marchaba con cara de pocos amigos, seguidos por el ingeniero Regan a cierta distancia.

    Todos, incluidos los guardias de la Alianza, bajaron juntos por el ascensor que daba acceso a la vivienda de la representante Mason. Una vez los cuatro líderes estaban a solas, la reunión oficial dio comienzo.

    — Quiero disculparme por el comportamiento de mi escolta — La voz de Cyprus sonaba temblorosa por momentos — Hay cierta confusión en mi gente.

    — Yo lo definiría como desconfianza, más bien — Hylda empezó siendo contundente — Comprendo que vengas con escolta, no nos conoces y vienes a un planeta que tampoco conoces. Pero, ¿a qué se deben sus actitudes?

    — Dhejam es un ser desconfiado por naturaleza, el resto solo le siguen la corriente porque es su líder de escuadrón — El sabio quiso dejar claro eso — Ellos me sirven a mí y a otros cinco sabios que están en Virm.

    — Sois como un Consejo, ¿no? — Erie lo supuso.

    — Exactamente, como vuestra Alianza.

    — Bueno, he estado hablando un poco con Cyprus antes de vuestra llegada — Intervino Bárbara en la conversación — Y creo que los thunianos serían una especie más que válida para unirse a nuestra Alianza.

    A Erie y Hylda no les había gustado que Bar hablase con Cyprus sin estar ellas presentes, pues conocían como se las gastaba la representante humana con actuar algunas veces por su cuenta en nombre de la Alianza. Sin embargo, decidieron quitarle hierro al asunto y conocer mejor las intenciones de la sociedad thuniana a través de su representante ahí presente.

    — Cyprus, ¿por qué los thunianios queréis formar parte de la Alianza Interestelar de Especies? — La Elegida Admir tomó la palabra — ¿Qué puede tu especie ofrecer a un pacto de unión?

    El sabio permaneció unos segundos inerte, observando fijamente a la syleriana. Más allá de que su silueta era preciosa para él, sus grandes ojos revelaban más cosas de las que ella se atrevía a pensar. Justo cuando el silencio estaba por comenzar a incomodar, Cyprus habló.

    — Creemos que nuestra sociedad comparte muchas similitudes con las vuestras y estamos... — El anciano thuniano hizo una pausa y se señaló a sí mismo — ...estoy muy asombrado con como os habéis unido, en qué circunstancias y en como estáis de unificados. Los thunianos necesitamos eso.

    — ¿Por qué lo necesitáis? ¿Nunca antes habéis conocido a otras especies inteligentes? — Las preguntas provenían, esta vez, de Erie.

    — Nunca, vuestras especies son las primeras en relacionarse con nosotros de manera directa — Murmuró el sabio, asintiendo — Indirectamente, los Anixis.

    Repentinamente, las tres líderes que conformaban la Alianza se quedaron en silencio tras dicha oración. No les sorprendía que no hubiesen encontrado otras especies sino que hablase de haber tenido contacto indirecto con los Anixis, seres que no dejaban de demostrar haber sido y ser superiores a todas las especies conocidas. Sin lugar a dudas, los misterios de estos podrían tener más resoluciones definitivas gracias a los thunianios, pues parecía que estos supiesen algo.

    — ¿A qué te refieres con indirectamente? — La representante Mason permanecía boquiabierta.

    — Su tecnología, tal y como la habéis descubierto vosotros, salvó la vida de mi especie, tal y como os ocurrió en parte a vosotros — Cyprus se disponía a contar de nuevo la historia de su mundo — Thundia era nuestro mundo natal, un lugar próspero y hermoso, rebosante de vida. Sin embargo, los planetas tienen la misma fecha de caducidad que su propio sol, y el nuestro estaba en fase terminal. Su destrucción acabaría con nuestra especie y con todo el sistema. Nosotros apenas sabíamos lo que era mandar satélites en órbita, gracias a los cuáles supimos que nuestro mundo llegaba a su fin. Viendo lo que se avecinaba, enviamos pequeños grupos por todo el mundo en busca de tecnología que pudiese sernos útil, estábamos preparando una nave por primera vez en nuestra historia y queríamos asegurarnos de que al menos nos mantendría con vida hasta alcanzar un nuevo mundo. Jamás habíamos hecho viajes espaciales, sonaba a utopía. Y entonces, cuando se aproximaba el día del fin y el proyecto estaba a medias... Descubrimos ruinas Anixis. Una detrás de otra, con investigaciones, tecnología y demás utilidades. Aquello nos dio el empujón definitivo, el tiempo justo para tener un arca que por desgracia no podría llevarlos a todos consigo. Se sucedieron revueltas, masacres, una guerra entre nosotros que nunca supimos lo que era una, hasta ese momento. El arca salió con muy pocos thunianos de los que estaba previsto. Huimos de Thundia mientras el sol abrasaba a nuestros hermanos en su superficie y pusimos rumbo a Virm, gracias a que encontramos sus coordenadas. Pensábamos que sería un mundo habitable pero resultó ser una extraña base cilíndrica, una ciudad de metal provista de todo pero ausente de vida. Y hemos estado viviendo ahí hasta el día de hoy. De no ser por los Anixis, la especie thuniana estaría extinta — El sabio quiso finalizar su historia con el motivo por el que quería unirse a la Alianza — Queremos respuestas sobre los Anixis, queremos agradecerles su ayuda indirecta. Y hacerlo de la mano de otras especies que comparten similares destinos... se trata, irónicamente, del destino.

    Las representantes Mason, Admir y Tovam permanecieron unos segundos enmudecidas.

    Los thunianos eran una especie como la humana, la neoniana y la syleriana; habían sufrido una catástrofe. Ese era el denominador común. Y la salvación de todas esas especies fue, en algunas más y en otras menos, la aparición de la tecnología Anixis. Tal y como Cyprus decía, parecía obra del destino. Las tres líderes de la Alianza parecían tener clara su decisión respecto a una posible unión con los thunianos.

    — Cyprus, por mi parte, estaré encantada de tener a los thunianos como aliados — Las palabras de Hylda llenaron de alegría al sabio — Juntos encontraremos las respuestas a todas las preguntas que nos hemos hecho desde siempre.

    — En nombre de los neonianos, será un honor cruzar nuestros brazos con los de los thunianos — Erie le indicó el saludo neoniano, el cuál era cruzar antebrazos — Unidos, prosperaremos.

    — Bienvenido a la Alianza, sabio Cyprus — Bárbara le tendió la mano, siendo el saludo clásico humano — Permíteme darte una embajada oficial en Paraíso. El viaje a Virm es de dos meses ir y otros dos volver... si tú liderarás a tu especie, te necesitaremos cerca para futuras reuniones sobre la Alianza.

    — Syleria también está a tu disposición, sabio Cyprus — Comentó la Elegida Admir — Incluso si vuestra población debe emigrar de Virm, creo que hablo en nombre de las tres líderes cuando digo que seréis bienvenidos a convivir en cualquiera de nuestros principales mundos.

    — Por supuesto, Neonia también se ofrece — Añadió Erie con absoluta sinceridad — Acogimos a la humanidad en su momento y haríamos lo mismo con los thunianos.

    — Muchísimas gracias a las tres, de verdad — Los ojos del sabio Cyprus brillaban como hacia tiempo no sucedía, algo que las líderes detectaron — Veo un futuro prometedor para esta unión de especies. No me cabe la menor duda de que juntos seremos muy fuertes.

    [...]

    Varios días después de la reunión entre líderes que hacía oficial la incorporación de los thunianos a la Alianza Interestelar de Especies, el sabio Cyprus veía el amanecer de un nuevo día en su embajada de Paraíso.

    El anciano thuniano estaba muy orgulloso de haber formado una alianza con otras especies, las cuáles compartían similares y fatídicos destinos. Habituarse a la convivencia con el resto de alienígenas y además en un habitat que no era el suyo, se le hacía bastante pesado, pero comprendía que era parte de la experiencia y que como le ocurría a él, le ocurría a los otros.

    Dhejam decidió quedarse con su líder para que no se quedase a solas en un mundo aún desconocido para ellos, mientras el resto de soldados recibieron la orden de viajar de vuelta a Virm para contar lo sucedido al resto de sabios y así establecer una ruta entre planetas, con la muy probable finalidad de que lo que quedaba de la especie thuniana se repartiese por los tres planetas capitales del territorio conocido de la AIE.

    Ahora la famosa Alianza estaba formada por cuatro especies que perseguían lo mismo: descubrir que pasó con los Anixis. Mientras el sabio observaba a la gente por el ventanal de su vivienda en la base militar de Ciudad Anixis, la expedición de la Nolartis se hallaba cada vez más próxima a Verilia.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos, amigo. Ya he leído el capítulo de esta semana, y pasaré a comentarlo :)

    Debo decir que esperaba seguir viendo el avance de la Nolartis y la expedición que pone rumbo a Verilia, pero creo que es lógico que hayas hecho un giro a la trama para centrarnos en el viaje de Cyprus, Dhejam y los otros thunianos hasta el planeta Paraíso para discutir su integración a la AIE. Imagino que la llegada a Verilia ya no se dará en esta parte presente, y que será algo que reservarás para el futuro. Lo veo como una decisión acertada, puesto a que sí, la parte VIII podrá centrarse exclusivamente (o mayoritariamente, debería decir) en la ruta Anixis, dejando todas las respuestas para esa misma parte.

    El viaje hasta Paraíso no tuvo problemas, y no sabes lo aliviado que estoy por eso. Me imaginé a alguna especie invasora llegando hasta ellos y ocasionando problemas mientras la expedición de la Nolartis se encontraba fuera. Temía por que alguna nave misteriosa detectara a la nave thuniana en el espacio y los siguiera hasta Paraíso empezando un conflicto armado justo en el final de esta parte. Me alegra saber que no es el caso.

    Cyprus parece que no ha elegido muy bien a su escolta y acompañantes, puesto a que parece que Dhejam es de los más paranoicos y desconfiados de su especie. Quise consultar la guía de personajes para ver si él fue de los que en su momento ocasionaron problemas en Virm mientras Eron y Ashley se encontraban allí. Tristemente, la guía de personajes no lo incluye a él ni tampoco a ninguno de los thunianos :( Así que aprovecho este comentario para pedir que le hagas un update con los personajes del spin off de Viajeros de Otro Mundo.

    Tras su llegada al sitio, son recibidos por Bárbara, y mientras esperan por la llegada de Hylda y Erie, la representante humana y Sith los llevan a dar un pequeño paseo por la vivienda. Tengo que decir que esperaba ver a Arva haciéndole compañía a Erie, siendo que ella es su segunda al mando tras la partida de Khael. Pero bueno, quizá ella se haya quedado en Neonia a dirigir asuntos importantes en ausencia de la líder neoniana. Es solo que me habría gustado verla ostentar un nuevo cargo tras haberse jubilado como piloto. Desde que anunció su retiro en la parte IV, ella ha estado sin un rol en la historia. Y cuando se le ofreció la oportunidad de ejercer poder político, me alegré pensando que vería a una Arva más activa que a la de las partes V y VI. Pero me estoy adelantando, esta parte no ha terminado y sé que quedan dos capítulos en donde se puede tener la chance de verla ejercer ese nuevo cargo que recibió.

    Mientras Bar y Cyprus habla, Sith lleva a Dhejam a dar un paseo, y es ahí donde el militar thuniano se aprovecha para conseguir algo de info. No quiero opinar sobre este tramo todavía, de hecho, me lo guardo para el final del comentario.

    Vemos que al escolta no le cayó muy bien estar tanto tiempo separado del sabio, y por poco pensé que podría llegar a tomar una decisión precipitada. Me alegra bastante que no fuera así. Y me alegra mucho más que Cyprus haya sabido responder y hacerse cargo por su conducta ante las dos representantes de Syleria y de Neonia. Cuando empieza la reunión, se ve que las 4 especies logran acordar casi de inmediato la integración de los thunianos a la Alianza. Normalmente, diría que ha sido muy rápido y lo rápido suele tener la tendencia a ser algo forzado, pero en este caso, no lo he sentido así. Las cuatro especies han sufrido, y en cierta forma, es gracias a los Anixis y su tecnología que se han salvado de una decadencia que podría haberlos llevado a la extinción final. Tal y como los sylerianos habitaban un mundo contaminado, los thunianos quedaron en un mundo gaseoso sin superficie donde prosperar es imposible. Tienen la gentileza y la voluntad de querer integrarse a ellos para una unión fructífera, y con lo empática que es la AIE dada las experiencias anteriores, tiene muchísimo sentido que los thunianos pudieran ganarse rápidamente un lugar dentro de la propia AIE. Así que, pese a que la integración de la nueva especie llegó pronto, no se ha sentido forzado para nada. Los thunianos en su mayoría regresan a casa mientras que Cyprus y Dhejam se quedan en Paraíso para ir acostumbrándose a lo que será uno de los posibles nuevos hogares.

    Ahora bien, es hora de la teoría. Ya van cuatro especies en el universo que han recibido ayuda de los Anixis. Dudo mucho que los Anixis como tal fueran conquistadores, al menos en un principio, pero todo puede ocurrir. Sin embargo, me desconcierta el hecho de que hayan dejado su tecnología regada por el universo para que otras especies las encuentren. Es decir, el Supremo encontró Xhander. El Arca IV encontró Paraíso, y los thunianos encontraron Virm. Tengo dos teorías posibles para eso:

    1- Los Anixis son viajeros interestelares, y en sus múltiples viajes descubrieron a una especie nueva que podría desarrollarse muy rápido y llegar a ocasionar peligro en todo el universo. Los Anixis como tal no serían guerreros, sino viajeros expertos en tecnología avanzada, y todo lo que han hecho: Xhander, Virm, Paraíso, Regresión... tenían como objetivo garantizar la supervivencia de las especies cuando los invasores llegaran hasta ellos. De esa forma, preservarían conocimiento sin tener que involucrarse directamente.
    2- Los Anixis tienen dos facciones: una pacífica en busca de conocimiento y otra violenta enfocada en la conquista. Y todos los regalos que han dejado fueron justamente para garantizar la supervivencia de las especies que podrían ser atacadas por sus compañeros hostiles.

    Veo que la segunda tiene menos lógica que la primera, ya que, si quisieran ayudar a las otras especies a defenderse de los propios Anixis, no habrían creado a Regresión para que inutilice permanentemente toda tecnología ajena y solo temporalmente a la propia. Por eso creo que la 1 es la más sensata para mí. Pero bueno, ya lo iremos viendo.

    Y me dejo el final para hablar sobre Dhejam. No sé por qué, pero tengo el presentimiento que este tipo, con lo desconfiado que es, va a cometer la cagada más grande que el universo haya visto. Más vale que tenga mucho cuidado con lo que hace, porque Snow, Gina, Owen, Ender y Kendall están en Paraíso. Y como él haga algo que los lastime, le caerá hate mío hasta que muera, y puede que después también XD. No, hablando en serio, nunca tuve un presentimiento tan grande de que alguien cometería una equivocación como ahora. Y me da miedo, no te lo voy a negar.

    Bueno, eso será todo por hoy amigo. Me despido hasta la semana que viene, con ansias de poner mis ojos sobre los últimos dos capítulos de esta parte VII, que creo yo serán la mega bomba del 2022. Un saludo, y hasta la semana que viene. Abrazos y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Saludos a todos los que vengáis a leer el que será el penúltimo capítulo de esta séptima parte de Los Viajeros. Siguiendo la tónica del anterior, éste capítulo se sigue enfocando en los personajes que se han quedado atrás, en casa. Concretamente, el capítulo de hoy se centrará un poco más en los más pequeños, aquellos que son hijos de los famosos Viajeros. La primera parte del segundo ciclo está por acabar, pero no todo el protagonismo se lo llevarán los miembros de la expedición Anixis. En el territorio conocido está a punto de ocurrir algo muy grave... Tras esta breve introducción, quiero agradecer como siempre a mi querido amigo Agustin por estar siempre al tanto de la publicación de los capítulos, por sus comentarios analizando lo bueno y lo malo; simplemente por estar ahí. No me explayaré más, disfrutad la lectura.




    Nacidos para esto







    — Kendall, tenemos que hablar.

    El joven Xom se apoyaba sobre la ventana de su habitación, observando las precipitaciones que ya auguraban semanas atrás y que se trataban del último coletazo del invierno en Paraíso. El golpeteo de la lluvia sobre los cristales mantenía al chico de nueve años en babia, mientras sus pensamientos inundaban su mente como si de la propia lluvia se tratase.

    Ender se percató de que su sobrino no le había escuchado o en su defecto, no le había prestado atención.

    — Kendall — Musitó su tío mientras se sentaba en el borde de su cama, pues se encontraban en su habitación.

    El hijo del fallecido Deon Xom y de la delincuente Sun Brume se volteó finalmente, tras salir de aquel estado profundo en el que se hallaba. El adulto le indicó con un gesto calmado que tomara asiento a su lado, algo que el niño hizo sin decir nada.

    — ¿Está todo bien ahí dentro? — Ender golpeó con uno de sus dedos índices la cabeza del joven, simulando una llamada a la puerta.

    — Sí — El pequeño Xom sonrió brevemente, pues le pareció gracioso el gesto, pero no estaba de humor.

    Ender se había dirigido a la habitación de su sobrino y ahijado porque entendía que necesitaban hablar. Habían pasado más de tres meses desde que su madre y su tía/madrastra se habían ido en la expedición de la Nolartis, en esa misión sobre los Anixis a la que en un principio iba a ir él en el lugar de su pareja.

    No es que se arrepintiera de no haber ido, pero el lidiar con un niño pequeño que además comienza a afrontar la verdad de muchas cosas se le hacía grande, o eso sentía él. Además, el propio Kendall se comportaba de forma más distante con él y ya apenas interactuaba con otros niños, algo que preocupaba y mucho al único familiar que le quedaba allí.

    — Sé que eso no es así, Ken — Murmuró Ender, mirándole a los ojos — Llevas un tiempo encerrándote aquí, en tu habitación. Me cuentan que en clase ya no hablas con tus amigos y que apenas juegas en el recreo. Ya no quieres que veamos las películas del Viejo Oeste que tanto te gustan, y no sé nada de ese dibujo que me dijiste que estabas haciendo...

    El joven Xom se hallaba cabizbajo, mirando fijamente el suelo de su habitación sin articular palabra alguna mientras las gotas de lluvia se deslizaban intermitentemente por el cristal de su ventana. Por un momento, tan solo el sonido de la lluvia rompía con el silencio posterior a lo que Ender había dicho, quién esperaba algún tipo de respuesta de su sobrino que no llegaba.

    Finalmente y tras casi un minuto de tiempo, el muchacho contestó.

    — Me gustaría que mi padre estuviese aquí.

    Para Ender, aquellas palabras fueron como un jarro de agua fría. Por mucho que tratara de entender a su sobrino, no lo lograba.

    La lluvia se intensificaba y golpeaba con fuerza la ventana del cuarto, al mismo tiempo que un hormigueo recorría la columna vertebral del adulto. Kendall se le quedó mirando durante unos segundos para acto seguido incorporarse, dirigirse a su pequeño escritorio al otro extremo de la habitación y sacar de un cajón ese dibujo del que su tío había hablado.

    — Este es el dibujo — El joven Xom se lo mostró a su tío, quién aún seguía asimilando lo anterior — No sabía si enseñártelo, pero no quiero esconderlo más.

    En el dibujo se podía apreciar a toda la familia Xom, desde el propio Ender y su hermano Deon, hasta sus padres Gar y Nadia Armstrong. El niño los había dibujado de la mejor manera posible, guiándose de fotos —Ender intuía— que habría visto en el álbum de la familia que se hallaba guardado en el dormitorio del adulto.

    El hombre lo tomó con ambas manos y lo miró detenidamente durante unos instantes, hasta que ese hormigueo destapó un arrebato de ira que le hizo romperlo en varios pedazos, ante la mirada absorta del pequeño Kendall.

    — ¡¿Qué has hecho?! — Gritó el joven, mostrándose tremendamente enfadado — ¡¿Estás loco?!

    Ender recogió rápidamente todos los pedazos del dibujo y se dispuso a abrir la ventana, provocando que algunas gotas de la fuerte lluvia entrasen en el dormitorio de Kendall.

    Ante la mirada de éste, el hombre lanzó los pedazos de papel al exterior, provocando que el viento se los llevara violentamente mientras sucumbían ante la precipitación. El joven Xom vio como su tío se dirigía, esta vez, a la salida del cuarto sin dirigirle la palabra.

    Furioso, el niño se lanzó contra su tío en un intento por golpearle, pero Ender solo tuvo que sujetarle por la cabeza y empujarlo suavemente contra la cama, mientras cogía el pomo de la puerta y se disponía a cerrarla, dándole una última advertencia a su sobrino.

    — Tu abuelo y tu padre mancharon el apellido de la familia — El hombre se tomó una pequeña pausa para mirar fijamente a los ojos del muchacho — No vuelvas a mencionarlos, ni a recordarlos. No querrás seguir su camino.

    [...]

    — ¡Gina, Owen! ¡Hora de comer!

    El menor de los Crane Carver se encontraba sentado sobre su cama, jugando con una nave en escala diminuta y un muñeco vestido de astronauta. La hermana mayor observaba desde un lado de la ventana el exterior del jardín mientras la lluvia formaba pequeños charcos en la hierba. Para no hacer enfadar a su madre, ambos hermanos no tardaron en responder a la llamada de ésta, por lo que bajaron de la habitación en la segunda planta al salón de la primera.

    Snow ya tenía preparada la mesa, con cubiertos para tres personas, platos y vasos. Había un gran cuenco de ensalada en el centro de la mesa, siendo de las hortalizas cultivadas en su propio invernadero. La familia siempre bebía agua, exceptuando al pequeño Owen, quién a veces quería zumo de naranja.

    Una vez los niños tomaron asiento, su madre dejó sobre la mesa una pequeña olla con una sopa de legumbres. El joven Crane se relamió al ser el primero en ser servido, mientras que Gina se hallaba de brazos cruzados y con la mirada perdida.

    — ¡Gracias, mamá! — Exclamó un siempre entusiasmado Owen mientras daba la primera cucharada al plato.

    — De nada, cariño — Musitó Carver, dirigiéndose ahora hacia su hija — Acércame el plato, Gina.

    No obstante, la joven Crane estaba tan sumida en uno de sus últimos momentos con su padre, que no escuchó a su madre hablarle.

    No sabes cuándo volverás. ¿Cierto?

    El ex comandante miró a los ojos de su hija, negando con la cabeza. Aquel gesto propició en la joven una expresión de evidente enfado que terminó por hacerla estallar de ira.

    — ¡No sabes cuándo volverás! ¡No sabes cuándo volverás! — Exclamaba la joven Crane, furiosa — ¡Podrías no volver! ¡Nos dejas otra vez, papá! ¡Otra vez!

    — Cielo, cálmate... — Lill intentaba apaciguar el enfado de su hija — Si no voy yo, tendrá que ir tu madre.

    — ¡Mentira! ¡La gobernadora Mason dijo que no os obligaría! — Gina insistía en su idea — ¡Os queréis ir! ¡Queréis dejarnos a mí y a Owen! ¡Os odio!


    — Gina. ¿Estás bien?

    La joven volteó la cabeza para mirar a su madre.

    — Sí, perdona.

    Gina aproximó su plato a la olla de la que Snow le iba a poner la sopa de legumbres, sin apenas inmutarse.

    A su madre no le sorprendía pero sí le preocupaba su actitud, pues ya hacía varios meses que Lill se había marchado en la expedición y la hija de ambos parecía haber perdido ese encanto que siempre la caracterizaba. Fue entonces cuando Snow entendió que ella también tenía una misión muy importante allí: hacer que Gina entrara en razón.

    Tras la comida, Owen corrió a limpiarse los dientes para después seguir jugando con sus juguetes en la habitación, mientras que Snow limpiaba los utensilios y Gina la ayudaba.

    El silencio era bastante incómodo para la madre, que percibía en su hija un rencor considerable tanto a ella como a su padre. Desde la marcha del comandante Crane, Gina ya no se comportaba como tal. Su actitud era más distante y su seriedad era evidente.

    — Uno de estos días tenemos que ir a la ciudad a comprar ese helado que tanto os gusta y ver algún documental sobre la Tierra — La ex gobernadora Carver le propuso un plan a su hija con la intención de levantarle el ánimo — ¿Qué te parece?

    — Me da igual — Contestó la joven, tajante.

    — Gina...

    — ¿Qué más te da mi opinión? Tú y papá siempre hacéis lo que queréis sin importar lo que pensemos Owen y yo...

    — Eso no es cierto, ciel...

    — Ya no soy una niña, mamá, no me tomes por tonta — Las palabras de Gina sorprendieron y mucho a su madre — Estoy tratando de entenderlo, pero no puedo, lo siento.

    — Comprendo que no es fácil para vosotros, cariño, pero tenemos mucha historia detrás. Tus padres, hemos vivido muchísimas adversidades para llegar hasta aquí y decidimos convertirnos en lo que somos para momentos así. Es... nuestra naturaleza.

    — Es egoísta, eso es lo que es — Contraatacó Gina — Pero no te preocupes, mamá, lo asimilaré. He madurado. Solo espero que el día que Owen y yo decidamos hacer algo simplemente porque queramos, no os quejéis.

    — ¿Qué se supone que quieres decirme con eso? — Snow frunció el ceño, tomándoselo como una amenaza verbal por parte de su hija.

    — Owen quiere ser como papá, quiere viajar a las estrellas — Reveló la joven Crane Carver — Y yo no voy a dejar que vaya él solo.

    — Para cuando seáis adultos, no creo que sea necesario hacer expediciones a otros lugares — Snow comenzó a mostrarse temerosa al oír a su hija — Ves pensando en ser algo que aporte a la sociedad que habrá cuando crezcas, por la que tu padre y yo hemos luchado.

    — No te engañes a ti misma, en el futuro también habrá exploradores espaciales — Gina terminó de fregar su último plato, decidida a volver a su habitación — Además, es la vida que nos ha tocado. Hemos nacido para esto.

    Snow permaneció ensimismada durante varios minutos, una vez Gina se fue de la cocina.

    Su hija parecía haber dado un paso al frente ante la ausencia de su padre y pese a mostrarse un tanto más dura, denotaba una mayor implicación de la responsabilidad. La ex gobernadora de la humanidad no pudo evitar sentirse contrariada, pues por un lado se alegraba de ver como su hija crecía en todos los aspectos, principalmente el de toma de decisiones. Pero por el otro lado, sentía que había perdido de vista su objetivo y que solo quería seguir los pasos de su padre a modo de venganza, como si verdaderamente solo quisiera devolverles el golpe.

    Solo podía esperar que tanto ella como Owen terminasen desistiendo en su afán por repetir la historia de la familia Crane Carver.

    [...]

    En todas las escuelas que había en Neonia, Syleria y Paraíso se enseñaba lo básico y esencial hasta la edad de doce años, donde los más jóvenes podían elegir una rama en la que especializarse; ingeniero, agricultor, científico o soldado.

    Para las líderes Tovam, Admir y Mason, seguían siendo tiempos difíciles para sus especies y por ende para toda la Alianza, por lo que las futuras generaciones debían especializarse en ciertos sectores indicados en las leyes de la AIE, donde se especificaba que dada la situación de emergencia —humanos, neonianos y sylerianos apenas eran el 2% de sus respectivas poblaciones de antaño— se requería de gente dispuesta y capaz, con el fin de preservar el futuro de las tres especies y de la Alianza.

    Mientras los niños no alcanzaran dicha edad mencionada, estudiarían una amplia variedad de campos, tocando evidente un poco de esas cuatro ramas esenciales.

    Los mellizos Vaalot Tidder se encontraban en diferentes clases, pero compartían el mismo colegio en Promesa.

    Karla se hallaba en su clase de ciencias mientras que Jackon había cogido combate como asignatura optativa para ese año. Arva no compartía en exceso que su hijo quisiese aprender a pelear pues aborrecía la violencia tras haberla visto muchas veces, sin embargo, comprendía que algo de noción sobre el tema no le vendría mal. Además, a diferencia de su hermana, el joven Vaalot demostraba una furia desmedida últimamente, por lo que hacerle pelear —en un entorno controlado, lógicamente— serviría para cansarle al máximo y minimizar su ira.

    Karla, por su parte, centraba su interés en aprender todo lo que pudiese para así de esa forma contribuir a mejorar la vida de todos en un futuro que tampoco pintaba fácil para su generación. En ese sentido demostraba ser más independiente y sabía gestionar sus emociones de mejor manera que su hermano. Indirectamente, la ausencia de una figura paterna les afectaba y a día de hoy aún les hacía sombra, pero mientras ella lo aceptaba, él se resistía a hacerlo.

    La sensación de que el mundo estaba en su contra, hacía de Jackon un niño impulsivo, serio y en algunos casos incluso agresivo. Algo que incluso su profesora neoniana de combate percibió al instante.

    — ¡Jackon! — Exclamó ella, en un intento por llamarle la atención — ¡Déjalo ya, el ejercicio ha terminado!

    El joven Vaalot tenía cogido a su rival por el cuello, el cuál se encontraba en el tatami, mientras con el brazo libre le impartía un castigo severo a base de puñetazos constantes en el rostro, lo que propició en el otro niño que comenzase a sangrar por la nariz. Viendo que su compañero de clase no pretendía parar y que el otro apenas lograba oponer resistencia, varios alumnos se lanzaron contra el hijo de Axlor, logrando apartarlo de su rival.

    No obstante, aquello solo había provocado que Jackon optase por enfrentarse a ellos, un total de cuatro.

    — ¡Chicos, parad esto! — La profesora, viéndose desbordada y sin saber como actuar, le pidió a otros alumnos que buscaran a algún profesor para ayudar en la situación.

    El alboroto generado en la clase de combate hizo que en las aulas próximas se generara un pico de curiosidad, lo que hizo que todos los niños se asomaran a las ventanas debido a que la clase de combate era al aire libre. Cuando intrigada por los gritos se asomó a su lado de la ventana, Karla se horrorizó al ver a su hermano enfrentando a prácticamente, toda su clase.

    — ¡¿Acaso eres estúpido, Vaalot?! — Le gritó uno de sus compañeros de clase.

    — ¡Vas a pagar por eso! — Exclamó otro desde el fondo.

    — No voy a dejarte pasar esto — Le dijo el niño más cercano mientras apretaba los puños — Prepárate, Vaalot, porque lo que le has hecho a mi hermano te lo voy a devolver multiplicado, en lo que vienen los profesores.

    Jackon no respondió, simplemente frunció el ceño y se colocó en posición de defensa cuando sorpresivamente, una niña tan solo un poco más alta y a la que el cabello le sobrepasaba la cintura incluso hecho trenzas, se posicionó a su lado para pelear junto a él. Ella le sonrió brevemente, gesto que sonrojó un poco al joven.

    — ¡¿Qué se supone que haces, Mercer?! — El hermano de aquel al que Jackon golpeó se frustró demasiado al ver a la chica defendiendo al agresor — ¡Apártate, no golpearé a una chica!

    — ¿Y por qué no, idiota? — La joven, apellidada Mercer, contestó con soberbia — ¿Acaso tú y tus amigos queréis darle una golpiza a él, pero os da miedo que una chica se interponga?

    — ¡Tú lo has querido!

    Aquel chico fue el primero en abalanzarse contra el dúo improvisado formado por Jackon y su misteriosa ayuda, quiénes se conocían vagamente por coincidir en la clase de combate.

    El joven Vaalot decidió anticiparse a su nueva amiga y contraatacar al rival, chocando ambos puños en el aire ante la mirada de varios alumnos que no iban a intervenir en absoluto. El choque provocó dolor en ambos peleadores, pero sirvió de distracción para que la joven Mercer lanzara una patada al abdomen del rival, para acto seguido darle un puntapié en la barbilla y hacerle retroceder.

    Ante esto, dos de los amigos del muchacho damnificado por esos golpes se lanzaron al ataque al mismo tiempo.

    Vaalot y Mercer se miraron, asintieron y emplearon un movimiento en pareja que habían estudiado y ensayado previamente en esa misma clase, aunque no ellos dos juntos. Los dos se tomaron de las manos y la chica comenzó a correr alrededor de Jackon mientras éste hacía lo propio desde su eje y la sujetaba para que después ella, aún cogida del chico, diera una patada voladora a sus dos atacantes, derribándolos al instante.

    Aquel golpe provocó algunos gritos de sorpresa y asombro en los demás alumnos, mientras nuevamente el primer atacante volvía a las andadas. El chico corrió hacia Jackon mientras éste le esperaba y cuando se dispuso a engañarle con un puñetazo cuando en realidad iba a ser un golpe de rodilla, Jackon bloqueó dicho golpe con ambos brazos y saltó, manteniéndose en el aire lo suficiente como para golpear la barbilla del rival con su rodilla y para darle, con la otra pierna libre, una patada en el torso que lo lanzó varios metros fuera del tatami.

    Todos los presentes, incluso el resto de enemigos y la propia jovencita, se quedaron perplejos ante semejante movimiento. Para el joven Vaalot apenas habían pasado cinco segundos en ese golpe, pero para el resto, parecía como si hubiese mantenido a flote en el aire durante minutos, como si se tratase de una pluma. No era un secreto que Jackon era de los mejores peleadores de la clase, pero esos movimientos nadie los había visto allí. Incluso el propio Jackon no sabía, en la mayoría de ocasiones, como su mente era tan veloz como para idear semejantes golpes.

    Los varios atacantes que se dispusieron a enfrentar a Jackon terminaron con alejarse, doloridos y algunos ensangrentados, mientras el resto vitoreaba sorprendentemente al joven. Sí, su agresividad no estaba justificada pese a que se trataba de uno de los bullies del colegio, algo por lo que el resto terminó aplaudiéndole. Algunos incluso se acercaron a él, dándole alguna palmada en la espalda y diciéndole que había sido increíble la forma en la que había enfrentado al grupo de bullies, que inicialmente no parecían serlo.

    Justo en ese instante, llegaron algunos profesores junto a la profesora neoniana de la clase de combate, incluso Karla apareció, visiblemente preocupada, pero antes de acercarse a su hermano mellizo, lo hizo la joven Mercer.

    — Eres muy valiente, Vaalot — Le dijo, mientras se formaba una media sonrisa en su rostro.

    — Me llamo Jackon — El chico le devolvió la sonrisa — Gracias por apoyarme antes, tú también has sido valiente.

    — No las des, ellos se lo merecían, y gracias — La chica asintió con educación y se dispuso a marcharse, no sin antes volver a voltearse hacia él — Yo me llamo Echo.

    [...]

    — No te retrases, Omnius.

    El pequeño syleriano no dejaba de observar, igual de sorprendido que la primera vez, la gran cúpula que rodeaba y protegía la ciudad de Sovaam. Le maravillaba semejante obra de la ingeniería, que ahora con tecnología Anixis, potenciaba su seguridad.

    Cuando escuchó a su madre, Om vio que se había quedado rezagado. Se encontraban entre una multitud que transitaba de un lado a otro debido a que se encontraban en un mercadillo. Se vendía fruta, tecnología, ropa y muchas cosas más.

    Hylda nunca había sido de juntarse mucho con la ciudadanía, pues su rango de líder lo prohibía. El Elegido o la Elegida no podían mezclarse con la gente común, no por racismo o ideales, sino porque era un acto que atentaba contra su seguridad.

    En ninguna sociedad que era liderada por un individuo (y aunque fuese liderada por varios) se mantenía al cien por cien de las personas contentas, o de acuerdo con tus decisiones. Y eso no había cambiado, de hecho, el haber formado la Alianza Interestelar de Especies solo había hecho más que reforzarlo en pequeña medida.

    Por supuesto que la Elegida Admir era consciente de que no todos estaban contentos y de acuerdo, ya fuese con sus decisiones o con el convivir entre especies. Desde luego, los ataques eran aislados y remotos, pero ningún líder debía confiarse. Y la líder syleriana no lo hacía. El joven Paokt no tardó ni dos minutos en descubrir que esa sensación de libertad era una falsa realidad, pues tanto él como su madre estaban siendo rodeados, casi sin apenas notarse, por soldados de paisano. Eran la seguridad de la Elegida y su hijo, e iban hacia donde ellos iban.

    Por eso Hylda estaba tranquila, al menos en ese sentido. Pero tener a su marido Om en la expedición de la Nolartis, por decisión propia, la tenía en un estado constante de nerviosismo pese a haber recibido la noticia de que se habían encontrado con los thunianos y que partían de nuevo, desde Virm, hasta Verilia. Fue por eso que la líder syleriana decidía salir del comfort de su edificio protegido; para distraerse. Además, quería que su hijo Omnius fuese acostumbrándose a lo que significaba ser el hijo de líderes de una especie inteligente.

    Sin embargo, el joven syleriano de apenas siete años de edad, no compartía la idea de aspirar al liderazgo de su pueblo. De hecho, ni lo pensaba ni lo pretendía obtener pese a que la ley syleriana dictaba que el liderazgo se mantenía por linaje salvo que el líder en cuestión optase por nombrar a otra persona de su confianza. Fuese como fuese, el pequeño Paokt no quería mandar. Las memorias de sus dos abuelos, Mirko y Om, de sus padres... había visto ciertas cosas que quedan marcadas en un árbol genealógico familiar, como una especie de aviso o de prevención para no cometer los mismos errores.

    Y Omnius estaba decidido a seguir otro camino: su propio camino.

    — ¿Quieres que te compre alguna cosa? — Hylda se paró frente a un puesto de ropa.

    — Gracias madre, pero no es necesario — Omnius fue sincero, aunque algo cortante — Tengo ropa de sobra.

    — Está bien.

    Madre e hijo siguieron andando entre la muchedumbre que habitaba la única ciudad de Syleria, evidenciando la relación un tanto distante que ambos tenían, lo cuál resaltaba más en ausencia del padre. A cada paso que daban, el cuerpo de seguridad de la Elegida estrechaba el cerco si veían algo o alguien posiblemente sospechoso. Pero no les dio tiempo a reaccionar cuando un syleriano de aspecto sombrío —el cuál, sutilmente, había logrado acercarse lo suficiente a ella— usó una pequeña daga de energía que escondía en una de sus mangas para, en un movimiento rápido, hundirla en la zona baja de la espalda de Hylda.

    La líder syleriana cayó al suelo inmediatamente mientras su cuerpo de seguridad corría hacia ella.

    Omnius apenas permaneció inmóvil, presa del shock al haber presenciado dicha agresión a su madre. El causante de ello, cubierto por una capucha alargada y viendo que iban a por él, tuvo tiempo para voltearse y ver al joven Paokt delante suya, mientras iniciaban los gritos de la gente al ver a la Elegida Admir tendida en el suelo. El tipo se le quedó mirando unos segundos, le sonrió descaradamente bajo la cobertura de la capucha y echó a correr entre la multitud, tropezándose en un principio con varios ciudadanos hasta que logró escabullirse de la zona.

    Mientras alrededor de la gravemente herida Hylda Admir se juntaban sus miembros de seguridad, el pequeño Omnius se percató de que al tipo que acababa de huir se le había caído algo. Cuando se acercó para ver que era y cogerlo, comprobó que se trataba de un diminuto dispositivo que parecía contener algún tipo de información encriptada.

    Omnius se guardó dicho objeto en uno de sus bolsillos y corrió, ya con lágrimas en los ojos, hacia su madre. Pero cuando llegó ante ella, un charco de sangre le dio la más fría bienvenida. Omnius Paokt Admir tomó de la mano a su madre, la cuál apenas pudo articular dos palabras.

    — Mí hijo... — Susurró entre lágrimas y con la mirada clavada en él, antes de exhalar su último aliento.

    En ese preciso instante, un sentimiento de ira comenzó a recorrer el cuerpo del pequeño niño syleriano.

    La ira que sufrió su abuelo cuando los neonianos se aprovecharon de él y la ira de su padre cuando los humanizados Anixis atacaron la ciudad de Sovaam era multiplicada en el joven Omnius.

    Los recuerdos de sus antepasados no eran lo único que los sylerianos heredaban; la sed de venganza, también lo era.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana, con un día de demora, pero lo importante es que he llegado :)

    Me alegra la idea de un capítulo para los angelitos de los Viajeros. Siempre quise que pudieran vivir en paz y formar familias tras haber tenido que pasar tanto calvario en batalla. Me duele un poco que, al final de este capítulo, se hayan quedado separados y no hayan entablado amistad alguna. Pero bueno, supongo que todo no se puede.

    Comentaré uno por uno los puntos de vista del capítulo, arrancando con Ender y Kendall. Tengo que decir que Ender está empezando a perder puntos como personaje para mí. Está claro que él no es el verdadero padre de Kendall, y que los niños no son sencillos (que si lo fueran, yo tendría XD) pero ha demostrado tanto aquí como en un capítulo anterior que él no es la figura paterna que Kendall necesitaba. No lo veo a la altura. La primera vez que Kendall realizó un dibujo donde en lugar de verse a él vio a su hermano Deon, él reaccionó de forma indebida. Ahora, cuando él mostró un dibujo de su padre y de sus abuelos, su reacción se me hizo muy inapropiada. Lo que Kendall necesitaba en aquel momento era apoyo. No le hizo bien que su madre y su tía/madrastra se fueran. Está claro que él es un niño inocente que desconoce la verdad, y por eso mismo, Ender tendría que haber aprovechado ese momento para comentarle muchas cosas. Pero romperle el dibujo y encima tirarlo por la ventana sin mediar palabra para luego irse no ha sido lo correcto. Me duele decirlo, pero Ender no tiene madera de padre. Kendall necesitaba comprensión y que le dieran información, no esa conducta agresiva que mostró el menor de los Xom. Ahora realmente tengo miedo de lo que le depare el futuro a él. Quizá el rencor que está teniendo Kendall, siendo que llegó a intentar golpear a su padre, lo podría terminar llevando por mal camino. Creo que Ender estaba en el puesto 4 de mi top, pues creo que en el que te voy a dar cuando sea el momento de darte uno nuevo, va a bajar muchos puestos.

    Luego de eso nos movemos hacia Snow y sus dos hijos. Me alegra que Gina, pese a que siga enfadada con su padre y su madre, no se muestre muy agresiva. Si bien, no le ha caído bien a Snow que ella quiera ser una exploradora espacial, al menos ella no tiene ideas de volverse alguien que quiera intentar perjudicar a nadie. Ella claramente se vio afectada por la partida de Lill, sobre todo porque ella ya tuvo un pequeño tiempo conviviendo junto a su madre en ausencia de él cuando sucedió lo de Regresión. Que Lill se volviera a marchar de su lado en esa etapa de la vida de la niña fue de lo peor para ella, pero Gina parece tener la cabeza más fría que Kendall. Su reacción es más de una chica rebelde que aprovecha para molestar a sus padres que alguien que guarda rencor real. Pero creo que la diferencia entre Gina y Kendall, más allá de sus personalidades, es que Snow es mucho mejor en su rol de paternidad que Ender. Mientras Ender dejó pasar mucho tiempo hasta que Kendall terminó aislado, Snow quiere mantenerla feliz y distraída. No estoy seguro de si Ender estará por arriba de Snow en mi último top, pero de ser así, eso va a cambiar fijo. Snow entiende a sus hijos, y trata de hacerles entender que su vida no es sencilla. Sobre Owen, me alegra que él sea un chico tranquilo. Es feliz, amigable con todos, muy amable y se porta bien, más allá de las travesuras que los chicos de su edad pueden tener. Sé que a su madre seguro no le gusta la idea de que él se vaya como explorador espacial, pero es un chico de nueve años al cuál le gustan mucho esa clase de cosas, como a cualquier chico de su edad le podría gustar. Sin mencionar que tiene como figuras paternas a dos de los Viajeros. Seguro que al ir creciendo se le perderá ese ímpetu que tiene, o quizá no, pero bueno, eso queda para él al ir creciendo.

    Después de eso, el capítulo va hacia Neonia para mostrar a Karla y Jackon. Tengo que decir que no entiendo como es que Jackon ha salido tan agresivo. Sé que no debe ser sencillo vivir sin tu padre, pero Arva es una mujer encantadora, y por las escenas que vi de ella junto a sus hijos, veo que ella es una buena madre con sus dos hijos. No entiendo cómo Karla salió tan calmada y Jackon tan agresivo. Al final sí que es cierto que los hombres seremos más propensos a la violencia que las mujeres XD. Pero bueno, Jackon ha tenido una pelea y no se ha detenido al terminar la clase, todo lo contrario. Se ha cebado bastante, y eso preocupa. No es la primera vez que pasa, y creo que ya va siendo tiempo de que Arva intervenga. Cuando digo que me sorprende que Jackon se comporte así es porque no tengo recuerdos de Axlor siendo tan salvaje, como para que pudiera heredar su personalidad. Pero bueno, si los chicos a los que Jackon atacó eran bullies, pues que lo tengan merecido. Y no ha peleado solo, ya que una chica nueva llamada Echo Mercer se ha acercado a él para darle ayuda. Tengo que decir que es interesante conocer a otro niño que no sea hijo de alguno de los protagonistas.

    Y por último, pasamos a Hylda y Omnius, quienes se encontraban caminando en una feria llena de gente. Tengo que decir que me tomó por sorpresa que Omnius no quiera ser un líder, pero si pueden heredarse recuerdos y encima puede ver todo lo que sus padres y sus abuelos ven, imagino que debe tener un trauma gigantesco al ver tantos sucesos complejos a una edad tan pequeña. Pero la sorpresa del capítulo se dio al final, cuando un desconocido se acercó y mató a Hylda por la espalda. Tengo que decir que su personal de seguridad es muy deficiente. No me termino de creer que un desconocido se haya acercado tanto a la persona más importante de Syleria (y encima tenía la apariencia sospechosa XD) para luego matarla y escapar así de facilito. Me estoy incluso empezando a cuestionar si entre los guardias de seguridad de la Elegida no había cómplices suyos, ya que no concibo que puedas asesinar a la Elegida con un arma blanca y luego escapar como si nada. Alguna tramoya oculta debe haber. Pero supongo que ya lo sabré. Me genera mucha intriga que el asesino haya dejado un dispositivo con información encriptada. Está claro que debe tener algo importante, quizá sea una amenaza dirigida a toda la AIE, y que Bárbara y Erie también estén en peligro. Pero eso ya lo veré cuando sea el momento.

    Con eso termina el capítulo. Puedes estar seguro de que quedo con mucha intriga, no solo por saber qué pasa con los Anixis, sino también para ver como repercutirá en Syleria, Neonia y Paraíso, y también en la tripulación el asesinato de la Elegida Admir. Me has comentado que el capítulo que viene será largo, así que seguro que veremos muchas conversaciones interesantes. Créeme cuando te digo que ya no puedo esperar a que sea la semana que viene :D

    En fin, amigo, con eso me despido. Como es costumbre, ha sido un capitulazo sin dudas. Me sigue doliendo el hecho de que los angelitos no se hayan reunido de nuevo tras su juntada en el capítulo 2, pero bueno, creo que ya habrá tiempo para eso.... espero que lo haya, lo necesito :piplup: Ahora sí. Un saludo y nos estaremos leyendo la semana que viene. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  19. Threadmarks: Un misterio tras otro
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros VII: Un nuevo orden
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    Saludos a todos y bienvenidos al último capítulo de esta séptima parte de Los Viajeros. Con el comienzo de la misión, las cosas están por ponerse cada vez más extrañas. Eso sí, de por medio habrá muchas conversaciones pendientes e interesantes. No me explayaré mucho más, como siempre agradecer a mi buen amigo Agustin por estar siempre ahí. Espero que tanto él como el resto que lleguéis aquí, disfrutéis de la lectura. Próximamente, la octava parte.




    Un misterio tras otro







    Desde que la misión sobre la ruta Anixis dio comienzo hasta la actualidad, para la expedición de la Nolartis apenas habían pasado unos días, desde que se embarcaron en la nave hasta que despertaron de la criogenia, inesperadamente, cuatro meses antes de lo previsto. No obstante, tras salir del planeta Virm donde se encontraron a los thunianos y especialmente a Eron y Ash, el viaje hasta Verilia les tomaría esos cuatro meses que les faltaban.

    Un total de siete meses desde que salieron del territorio conocido de la Alianza, aunque para la tripulación, apenas había pasado más de una semana.

    Sin embargo, surgió un nuevo imprevisto. Oda activó el despertar de la criogenia tan solo unos días antes de lo que estaba programado, pues una lluvia de asteroides se interponía entre ellos y el primer planeta de la ruta Anixis. Apenas todos fueron despertados, el comandante Crane les ordenó monitorizar la situación mientras se quedaba junto a los cinco recién llegados a la tripulación: Eron, Ashley, Fallon, Eniar y Ñjar.

    Los tres thunianos ya conocían lo que era la criogenia, pues la usaron en la nave Anixis que les evacuó de su planeta natal, Thundia, mientras que la pareja de humanos lo experimentaba por primera vez y trataban de recomponerse.

    — Tengo la ligera sensación de estar mareado todo el tiempo — El antiguo ex subcomandante Tanner se hallaba apoyándose sobre sus rodillas — ¿Cuánto dura el efecto de la maldita criogenia?

    — Varía según la persona — El comandante de la expedición le dio varias palmadas en la espalda a su amigo — Para algunos fueron horas y para otros, días.

    — Estarás bien, Eron — Fallon soltó una breve carcajada al ver al humano en ese estado — No es nada que no puedas superar.

    — Parece que Ash lo lleva bastante mejor.

    Eniar señalaba a la antigua ex líder de la Resistencia, quién se encontraba engullendo un plato de espaguetis ante la mirada de todos. El único que se sentía un tanto fuera de lugar era Ñjar, quién entró en el último instante a la expedición liderada por Crane. El soldado thuniano fue requerido por el sabio Cyprus para que acompañara a Eniar y Fallon en la misión, pues consideraba que la especie thuniana debía aportar en dicha expedición especialmente si se iban a unir a la AIE.

    Ñjar dejó atrás a su mujer y a su hijo de cinco años —los cuáles eran diez años humanos— para acatar las órdenes de uno de sus líderes más venerados. Si algo eran los thunianos como especie, es que eran disciplinados y obedientes para con sus líderes y su pueblo, sin importar las consecuencias.

    Tras varias horas, toda la tripulación se reunió en la sala específica para ello. Rodeando la mesa circular, la expedición al completo se preparó para evaluar la situación en la que se encontraban. Según los escáneres hechos por Oda, la Nolartis se encontraba entre dos corrientes de asteroides que frenaban su avance y que a la vez les impedían retroceder para rodearla.

    Verilia se encontraba justo después de esas incesantes autopistas estelares por las que transitaban meras rocas sin destino.

    ...por la trayectoria de los asteroides, mis cálculos indican que se trata de algún planeta, o en su defecto meteorito de gran tamaño, que ha sufrido una severa destrucción — Algunos aún trataban de asimilar a la voz mecanizada de la IA de la nave cuando ésta realizaba algún tipo de explicación — Y dado que siguen rodeándonos desde hace días, por delante y por detrás, intuyo que tendremos que esperar varios días más hasta que esta lluvia de asteroides pase y podamos evaluar las condiciones de Verilia para el aterrizaje.

    — Eron y yo ya vimos una lluvia de asteroides, justo antes de ser atraídos por la fuerza gravitatoria de Virm — Ashley intervino en la conversación, acaparando todas las miradas — Los thunianos nos dijeron que se trataba de los restos de su planeta natal, Thundia, que aún vagaban por el espacio.

    — Y efectivamente, eso debió ser aquello con lo que os cruzasteis tú y Eron — Fallon se sumó a la conversación — Pero esto es diferente, más extraño.

    — Dos corrientes de asteroides que nos cortan el paso y que además tampoco nos dejan volver atrás... — El científico e ingeniero Pallow ya comenzaba a teorizar con la situación — Llamadme loco, pero quizá sea un mecanismo de defensa de los Anixis.

    — ¿Para que no lleguemos a Verilia? Imposible — Cia desestimó rotundamente esa posibilidad.

    — Yo no lo veo tan descabellado, compañeros — Khael hablaba desde su perspectiva como soldado — Los Anixis eran capaces de manipular agujeros negros a su antojo, ¿por qué no también con los asteroides?

    — Esto es ridículo, estamos hablando de los Anixis como si fuesen dioses — La asiática Brume sorprendió a todos con su interrupción — ¿Por qué no podemos, simplemente, suponer que hay sucesos en el universo que aún desconocemos?

    — Lo que dice la humana tiene sentido — Eniar apoyó a la ex líder de la Resistencia — Teorizar está bien, pero suponer que todo esto es obra de los Anixis no es aplicar la lógica.

    — Conocemos ciertas cosas sobre los Anixis que nos hacen sospechar de su poder como especie y esto es un motivo más para sospechar — Halisha, desde su conocimiento científico, quiso aportar su opinión — Además, si esto es un suceso que forma parte de como se rige el universo, ¿por qué no hemos visto nada igual en territorio conocido?

    — ¿Habláis en serio? — Lynx se mostró disconforme con las diversas opiniones mientras se apoyaba con ambas manos en la mesa redonda — Hemos descubierto lo que puede hacer Xhander, hemos descubierto su avanzada tecnología y algunos de nosotros vivimos en un planeta que ellos crearon de manera artificial. Los Anixis no serán dioses, pero se acercan bastante a lo que significa serlo...

    — Y tú has leído demasiadas novelas épicas, Herswood — Iris contestó a su homónimo con cierto sarcasmo — No todo puede ser obra de los Anixis, no tiene lógica.

    — A veces no se puede aplicar la lógica, señorita Hennessey — La respuesta de Norman provocó en la chica una media sonrisa.

    — El universo tiene unas leyes inquebrantables, aunque incluso desconozcamos el porqué — Om no tenía una idea clara — Pero sea esto obra de los Anixis o no, debemos superarlo como el obstáculo que es, sin más.

    — Estoy de acuerdo, ya habrá tiempo para preguntarse las cosas — Uriow apoyaba a su amigo.

    — Yo no pienso esquivar meteoritos que superan la velocidad máxima de la propia Nolartis — La piloto Maxwell fue directa.

    — No vamos a esquivar meteoritos, Maxwell — El actual subcomandante de la expedición, Lio, quiso intervenir antes de que la conversación variase de temática — Centrémonos en sobrellevar la situación y aprovechar cualquier oportunidad para avanzar.

    — Me gusta tu actitud, subcomandante — Fallon sorprendió a todos, especialmente al hombre de Ceres, con su declaración abierta.

    — Sea lo que sea que hagamos, pensémoslo bien — West, que había permanecido en silencio hasta ese momento, se expresó con claridad — No podría reparar daños en la nave si estamos en mitad de la nada.

    — La prioridad debe ser encontrar una manera de sobrepasar esos asteroides y así aterrizar de una maldita vez en ese planeta — Yak se mostró un tanto molesto — Cada día que esperamos sin hacer nada es un día menos para volver a casa.

    — Eso es cierto, no me gustaría pasar más tiempo del previsto en territorio desconocido para la AIE — La doctora Vega demostró estar algo asustada.

    — Pienso lo mismo, tengo una familia que me espera — Ñjar no desaprovechó su oportunidad para expresar su deseo de avanzar rápido en la misión.

    — Entiendo las preocupaciones de cada uno de vosotros, pero la realidad es que ahora mismo no podemos hacer nada más que esperar pacientemente — Eron evidenció tener cierto liderazgo para esas situaciones.

    Tras el cruce de declaraciones entre la tripulación de la Nolartis, se inició una especie de acalorada discusión verbal entre todos ellos, cada uno argumentando su punto de vista de la situación. Viendo todo aquello hizo que Lill activara la alarma manual para llamar la atención del grupo y acallar la tensa conversación que se sucedía.

    — Como habéis oído por parte de Oda, estamos atrapados entre dos corrientes de asteroides — El comandante de la expedición tomó la palabra — Y viendo que vamos a tener que esperar a que cesen... os sugiero que trabajéis en prepararos para el descenso. Y que seáis pacientes.

    [...]

    Lio, Ash y Sun: un pasado entrelazado


    Habían pasado tan solo unos minutos desde que el intenso debate entre la tripulación había terminado y la sala de reuniones estaba casi vacía.

    Todos se habían marchado exceptuando al hombre de Ceres y a la antigua soldado Ripley. Apenas pudieron conversar a solas durante su estancia en Virm y ambos compartían un vínculo especial, pues habían sido compañeros tanto en la expedición II de La Unión como en la organización rebelde llamada Resistencia, por lo que verse de nuevo juntos en una misión les llenaba de inmensa alegría.

    — No te lo pregunté cuanto estábamos en Virm — Ashley estaba de brazos cruzados y casi sentada sobre la mesa redonda de la sala — ¿Por qué te alistaste para esta misión?

    — No lo hice — Musitó Lio, de pie frente a la mujer — Fui persuadido.

    — ¿Persuadido? — La que fue una de las líderes de la Resistencia no pudo evitar soltar una carcajada ante la respuesta de su amigo — ¿El duro de Lio Santos ha sido persuadido? ¿Por quién?

    — No por quién, sino por quiénes — Lio sonrió brevemente — Bárbara nos pidió formar parte y Snow me suplicó que viniera a cuidar de Lill.

    — Vaya, ¿entonces eres una niñera aquí?

    — También me picó la curiosidad, si eso es lo que me preguntas.

    — Descuida, no me sorprende que estés aquí — Ripley negaba con la cabeza mientras le señalaba — Tú siempre has estado ahí para ayudar a quién lo necesitase.

    — No siempre — El hombre de Ceres no pudo evitar acordarse de su fallecido amigo y compañero Axlor Vaalot, suceso que le atormentó mucho tiempo — Y estos últimos años me aislé completamente.

    — Yo también — Contestó Ashley de forma sarcástica mientras se reía brevemente, para acto seguido ponerse seria — Escúchame Leonardo, todos necesitábamos una tregua y tú el que más. No te culpes por el pasado y simplemente haz lo que sientas. Si algo aprendí viviendo estos años en Virm, temiendo que no tuviese un hogar al que volver... era que a veces necesitamos parar. Y mirar hacia delante, no hacia atrás.

    Santos asintió con convencimiento y visiblemente emocionado. No era nada común ver al hombre de Ceres llorar o soltar alguna lágrima, pero con aquellos que más le conocían, tenía un vínculo extremadamente unido. Y personas como la propia Ashley no era la primera vez que veían recorrer lágrimas por las mejillas del hombre.

    Ambos se fundieron en un gran abrazo, de esos que denotaban que su unión era prácticamente familiar.

    — Me alegra muchísimo tenerte aquí, Ash — Lio la tomó de los hombros mientras la miraba con los ojos vidriosos — Me alegra que mi hermana haya sobrevivido ahí fuera.

    — Y a mi me alegra volver a ver a mi hermano mayor — Ripley esbozó una tierna sonrisa mientras se veía algo emocionada.

    — Siento interrumpir.

    Santos y Ripley salieron de su nube de emotividad para voltearse y descubrir que se trataba de Brume.

    La asiática se hallaba ante ellos con las manos en los bolsillos del traje —todos los tripulantes portaban la misma vestimenta, similar a un uniforme pero mucho más cómodo, de color gris y con la insignia de la AIE en la parte derecha del torso— y el pelo algo alborotado pese a que no sobrepasaba más allá de sus orejas.

    — Creo que me he dejado mi goma de pelo por aquí.

    La que fuera fundadora de la Resistencia se encontraba bastante incómoda allí, con las miradas de dos de sus antiguos compañeros y amigos de la causa. La mujer encontró rápidamente la goma sobre la mesa y se recogió instantáneamente el pelo. Tras eso, se dispuso a marcharse por donde había venido, pero unas palabras la detuvieron.

    — No me esperaba en absoluto verte a bordo, Sun — La otra ex líder de la Resistencia le llamó la atención — Pensaba que lo tuyo era ir en contra del sistema.

    — Es cosa del pasado — Le recriminó Sun, volteándose — Además, no debo culparme por ello, ¿no? Hice lo que sentía.

    Aquellas palabras de la asiática confirmaron que había estado escuchando la conversación entre sus dos compañeros de expedición, pues prácticamente le contestó a Ripley con sus propias palabras. Esto molestó bastante a Santos, que se aproximó a la tripulante con gesto serio.

    — No me importa que andes por ahí perdiendo gomas de pelo, pero como me vuelva a enterar de que pones la oreja en conversaciones ajenas... — Lio frunció el ceño ante la asiática — Tu libertad condicional terminará aquí.

    — Oye, tranquilo, osito de peluche — Sun miró al hombre de Ceres con recelo — Ash me ha atacado verbalmente y me he defendido con sus acertadas palabras, eso es todo.

    — Tú siempre tan diplomática — Lio se cruzó de brazos ante ella — Ya me has oído.

    — Lio, no te preocupes — Ash se aproximó a la que antaño era su líder — Oda me facilitó los expedientes de todos los compañeros de tripulación, con la finalidad de conocernos todos mejor, pese a que algunos ya nos conozcamos muy bien.

    — ¿Y eso a qué viene? — Brume no entendía a qué se refería la soldado — ¿Sale en el expediente mi personalidad explosiva? ¿Tal vez una foto sensual?

    — No, pero sale que estás en libertad condicional y que accediste a unirte a la expedición para poder volver con tu hijo Kendall en plenas facultades — La también ex comandante Ripley asintió con cierta soberbia — Me cuesta creer que estés capacitada para ser una madre de verdad si todavía no has cambiado nada de tu actitud.

    — Han pasado diez años, Ash, ya no me conoces — Sun frunció el ceño, sintiéndose atacada personalmente — Y me parece precioso que todos podamos ver los expedientes de nuestros compañeros, pero no tienes ni idea de quién soy ahora. Desde luego que no he perdido mi encanto, pero para nada me dedico a incordiar a mis compañeros. Sí, he escuchado vuestra conversación y siento envidia de la relación que tenéis. Sé que no seréis así conmigo, pero lo único que pido es que se me dé un voto de confianza. Ya no soy la líder de la Resistencia, pero parece que aún me veis como tal.

    La mujer de rasgos asiáticos se marchó de la sala de reuniones tras su comentario, expresando varios sentimientos por como era tratada y como nunca lo sería por parte de sus ex compañeros. Tanto Lio como Ashley permanecieron unos instantes en silencio, viendo como se iba, hasta que la soldado rompió ese breve pero tenso silencio que se había quedado en el ambiente.

    — Debo ir a verme con Lill en su camarote — Murmuró Ripley con un tono más sosegado del que tenía hacía unos minutos antes — No pienses en ella, no merece la pena.

    — De verdad quiero creer que ha cambiado, pero me es bastante difícil creerlo — Pese a todo lo que hizo, el hombre de Ceres deseaba que Sun ya no fuese la persona que un día fue — En fin, no hagas esperar a Lill.

    — No lo haré, me voy ya — Indicó la mujer, marchándose de espaldas mientras apuntaba con los dedos índices a su amigo y subcomandante — ¿Nos vemos para la cena?

    Santos se giró y asintió mientras esbozaba una media sonrisa, observando como su mejor amiga se iba de la sala devolviéndole el obsequio con un guiño de ojos. Ambos compartían una gran amistad, prácticamente familiar, además de una divertida forma de hablarse.

    [...]

    Lill y Ash: un vínculo inquebrantable


    — ¿Sí? — Lill escuchó varios golpes en la puerta corredera de su habitación — Cierre de puerta desactivado.

    A la orden del comandante, la puerta de su camarote desactivó el cierre automático de seguridad para abrirse y dar acceso al interior a Ashley.

    La mujer entró y vio como la puerta se cerraba tras ella, momento en el que Lill se terminaba de poner su uniforme de comandante de la Nolartis, el cuál solo variaba del resto de la tripulación por ser de tonalidad roja en vez de grisácea, lo que indicaba su rango en la expedición.

    Ash tomó asiento en un cómodo sillón que yacía en una esquina del cuarto, mientras Lill se aseguraba de haberse abrochado bien la vestimenta, frente a un espejo.

    — ¿Y bien, comandante? — A la soldado Ripley le gustaba mucho iniciar las conversaciones con cierta connotación humorística — ¿Por qué requiere mi presencia?

    — Déjalo, Ash — Crane no pudo evitar reírse durante unos segundos — Ya sabes que tienes el privilegio de no llamarme comandante.

    — Cierto, debería sentirme especial — La mujer se cruzó de piernas mientras asentía de manera exagerada.

    — Eres mi hermanita — Musitó el comandante, que tras comprobar que su uniforme estaba perfectamente colocado, decidió sentarse frente a su invitada, en el borde de la cama — Fuera bromas, no he podido decirte lo mucho que siento no haberos buscado, tanto a ti como a Eron.

    — No tienes que sentirlo, era imposible que nos encontrarais y además os ocurrió lo de Regresión — Ashley se inclinó hacia delante, para estar más próxima a su amigo y comandante — No necesitas justificarte.

    — Lo sé... es solo que, os creímos muertos, sin más — Crane parecía estar realmente dolido por no haber hecho más en esa situación — Podríamos haber usado esa arca Anixis para peinar varios sectores del territorio, quizá...

    — Lill, por favor, déjalo — La mujer se sentía apenada por verlo hablar así — Todos teníais cosas más importantes de las que preocuparos en ese momento, sobre todo tú, con dos hijos a cargo.

    — No lo niego, pero solo quiero que sepas que de haber tenido alguna información sobre vuestro paradero, habría...

    — Estoy segura de que hubieses venido a buscarnos, Lill — Ash sonrió para después tomarle de las manos — Eron y yo haríamos lo mismo por ti y tu familia.

    — Lo sé — El comandante apretó con fuerza las manos de su querida amiga — Es increíble que después de diez años os hayamos encontrado, estoy muy feliz por eso.

    — Créeme, yo también. Estoy deseando volver a casa y conocer al pequeño Owen, ver cuánto ha crecido Gina...

    — Ellos ya te conocen, tanto yo como Snow les hemos hablado de la tía Ashley y el tío Eron varias veces — Crane asintió, asegurando que lo que decía era totalmente verídico — Aunque se llevarán una grata sorpresa cuando descubran que estáis vivos.

    — Estoy segura de ello — Ash soltó una pequeña carcajada, pero acto seguido retomó la seriedad, pues quería preguntar algo — Arva y sus hijos... ¿están bien?

    — Lo están — Musitó el comandante con seguridad — Arva es una madre muy valiente y siempre ha tenido nuestro apoyo, pero ha preferido encargarse por si sola de la crianza de sus hijos y no seré yo quién le diga lo que debe hacer. Es admirable en cierto modo.

    — Me encantaría verla, no sé si se alegrará de verme, aunque antes de irme de Neonia acabamos en buenos términos respecto a nuestras diferencias — Ripley recordó que ambas terminaron por acceder a llevarse bien de nuevo — Y me gustaría mucho conocer a esos dos pequeños, estoy convencida de que se parecerán mucho a Axlor...

    — Ciertamente, sobre todo Jackon, el chico — Lill recordó la última vez que vio a los mellizos, durante la celebración de la AIE en Puerto Arcadia — Karla se parece más a su madre. Incluso Arva dice que se parece más a Juice que a ella.

    La soldado se río unos segundos mientras asentía emocionada.

    La ex líder de la Resistencia y ex comandante de La Unión sentía un cosquilleo recorrerle la espalda al saber que eventualmente volvería con su gente y se reencontraría con más caras conocidas. Esas ganas porque llegase dicho momento lo convertía en su carburante propio para darlo todo en la misión. El comandante de la actual expedición de la Nolartis se incorporó y le ofreció un abrazo el cuál ella no rechazó.

    Un abrazo que simbolizaba la hermandad que compartían y que al igual que con Lio, era para toda la vida.

    [...]
    Eron y Sun: un recuerdo imborrable


    Aún asimilando la incómoda conversación entre ella, Ashley y Lio, la asiática se dirigía por uno de los pasillos hacia su habitación, decidida a darse un descanso y a esperar información sobre la incesante lluvia de asteroides que rodeaba la nave. La mujer llegó a la puerta de su camarote y se dispuso a abrirla mediante su código, pero no pudo escapar de ser nuevamente incordiada, aunque en este caso no fue ella quién lo buscó.

    — No deberías estar aquí.

    Sun se giró hacia su izquierda solo para ver a Eron parado frente a ella de brazos cruzados, apoyado en la pared y mirándola fijamente a los ojos.

    El hombre, que lo último que supo de la ex líder de la Resistencia —antes de llegar a Virm— era que se había aliado con el Emperador Deon Xom, tenía deseos de golpearla. Sus puños apretados al igual que sus dientes denotaban cierta ira contenida hacia la mujer, que se percató instantáneamente.

    Ambos se observaron desafiantes durante unos segundos, Brume esperando un ataque y Tanner una provocación para actuar, pero ninguno de los dos hizo nada. Eran conscientes de que, pese a todo, en el día de hoy eran parte del mismo equipo y no convenía que las rencillas entre la tripulación se interpusiesen a la propia misión.

    No obstante, eso no significaba que fuesen a ser amigos o que todo estuviese perdonado.

    — No sé porqué diablos Bárbara Mason te ha considerado para esta misión — El ex subcomandante de la humanidad hablaba en un tono muy despectivo e intimidante — Parece que durante estos años te has dedicado a limpiarle los zapatos.

    — Ella y yo matamos a Deon — La asiática decidió ser directa — No soy matemática, pero supongo que eso y el hecho de que ella me respeta, ha hecho que esté aquí.

    — Debe ser la única persona que te respeta... — Eron se aproximó a ella, lo que propicio que la mujer se posicionase defensivamente — Puedes estar tranquila, no te pondré una mano encima.

    — Me importa una mierda, no quiero que te acerques a mí de esa manera — Sun demostró que no había sido intimidada — Si quieres soltarme toda la basura que quieras respecto a lo mucho que me odias, adelante. Pero como te acerques más, seré yo quién golpee primero.

    Tanner sonrió jocosamente para acto seguido quitarse la camiseta delante de la mujer, algo que la confundió inicialmente, hasta que el hombre se volteó para mostrarle su espalda y enseñarle una cicatriz que nunca desaparecería; un recuerdo doloroso e imborrable.

    Brume permaneció varios segundos observando la palabra 'resistencia' en la parte alta de la espalda del tipo, sintiéndose mal por ello.

    — Siento mucho eso, Eron, de verdad — La mujer quiso sincerarse con su compañero de equipo — Pero no puedes atribuirme algo así que no he hecho yo misma.

    — Tal vez tú no fueses la autora de esto, pero los que lo hicieron estaban bajo tu mandato — Tanner se volvió a colocar la camiseta mientras recordaba que debía ponerse el uniforme de tripulante — Y cada vez que te miro, o cada vez que veo en el espejo mi espalda, ese recuerdo vuelve a mí con total nitidez.

    — Realmente lo...

    — No te compadezcas de mí, Sun — El antiguo soldado de La Unión se dispuso a marcharse, no sin antes dejarle un recado verbal a la asiática — Yo no lo haré de ti cuando mueras en esta misión.

    [...]

    Yak y Lill: el pasado sigue presente


    El comandante de la expedición veía como su querida amiga Ashley se marchaba por el pasillo que daba acceso a su camarote —y a otros más— con una sonrisa de oreja a oreja. Tenerla en el equipo y tenerla de vuelta en su vida le hacía muy feliz, pues siempre ha sido de la familia para él. Tras lanzar un suspiro de agotamiento mental —debido a todo lo sucedido en Virm con los thunianos y el reencuentro con sus seres queridos— se dispuso a regresar al interior de su habitáculo para dormir un rato.

    De haber cualquier novedad, la IA de nombre Oda se lo haría saber tras despertarle.

    Sin embargo, en el momento en el que iba a cerrar su puerta, una figura neoniana se posicionó delante de ella. Crane volvió a abrir la puerta de seguridad para encontrarse con Quetaryan, quién se hallaba de pie ante él, en la entrada al camarote. El neoniano ya portaba su uniforme de tripulante con el logo de la AIE y se le veía bastante serio, algo que intrigó y puso en alerta al humano.

    Lill era consciente de que las cosas con Yak no acabaron bien y que tras estos años, ese distanciamiento seguía vigente. No obstante, el neoniano parecía querer dejar eso atrás, o eso pensaba el comandante.

    — ¿Puedo pasar? — Yak pidió permiso — Debemos hablar, en privado.

    — Claro, pasa.

    Lill dejó entrar al que fuese jefe de seguridad del observatorio científico Vanth Dheer para acto seguido cerrar la puerta.

    Yak se dirigió directamente al pequeño ventanal con el que contaba el camarote, el cuál era idéntico al del resto, sin tener ningún privilegio de más por ser el líder de la tripulación. Ambos comenzaron a observar la cantidad de meteoritos que cruzaban de un lado a otro ante sus ojos, siendo el suceso que les imposibilitaba avanzar hasta llegar a Verilia.

    — ¿De qué quieres hablar, Yak? — Lill rompió el silencio, viendo que el neoniano no lo hacía.

    — De nosotros — Dijo en un apacible tono el neoniano — Sé que no hemos estado de acuerdo en ciertas cosas y si soy sincero contigo, te he llegado a odiar.

    — Lo comprendo, ese odio es justificable — El comandante de la Nolartis no le reprochó nada — Incluso yo me odié a mí mismo en algún momento.

    — Me alegra que lo comprendas, Lill — Murmuró Quetaryan, con la mirada al frente — Porque quería proponerte algo.

    — ¿De qué trata?

    — Verás, considero que dado tu currículum como comandante o líder en general, has tenido más errores que aciertos — Las palabras de Yak sorprendieron muchísimo a Lill, quién no esperaba que la conversación tomase ese rumbo — Y aunque comprendo que esta misión es mayoritariamente humana y que los de tu especie confían en ti, creo que lo mejor sería que te hicieras a un lado y le cedieras el mando a otro.

    — ¿En serio? — Crane se giró para mirar al neoniano de forma muy seria — ¿Para esto has venido? ¿Para pedirme que deje el cargo?

    — Creo que no soy el único que preferiría a otro humano liderando que no fueses tú — Yak estaba siendo plenamente sincero, incluso sonando brusco — Tranquilo, mi objetivo en esta conversación no es convencerte de que yo sería mejor líder. No quiero el puesto.

    — ¿Entonces, qué mierda pretendes? — El comandante estaba perdiendo la paciencia — Di lo que tengas que decir y vete de mi camarote.

    — Pretendo que haya un líder que de verdad dé confianza a su tripulación, algo que tú, evidentemente, no puedes.

    — Lárgate de aquí, Yak — Lill se encaró con el neoniano, mientras este mantenía su postura firme — Siento no ser de tu agrado para el cargo, pero por desgracia o fortuna aquí estoy, así que vas a tener que obedecerme. Empezando desde ya mismo.

    — No soy ningún rebelde, comandante Crane, no desobedeceré ninguna orden — El neoniano se dispuso a marcharse, habiendo implementado en Lill la semilla de la duda — Pero en el momento en el que una de esas órdenes implique muertes innecesarias, actuaré.

    — ¿Me estás amenazando, Quetaryan?

    — En absoluto. Tan solo estoy siendo honesto con mi superior.

    El neoniano se marchó del camarote del comandante tras sus últimas palabras, sembrando en el humano la semilla de la incertidumbre respecto a su cargo. Y es que la trascendental decisión que tomó con Regresión le perseguiría para siempre, para bien o para mal.

    [...]

    Caelum, Halisha y Eniar: por la ciencia y el futuro


    El laboratorio no era muy grande en comparación a los que había en el Observatorio Científico Vanth Dheer ubicado en Vulkano, sin embargo, fue provisto de suficiente material como para poder analizar, experimentar y almacenar cualquier cosa que los científicos a bordo de la Nolartis encontrasen en sus salidas a los mundos marcados por los Anixis. De entre los veintiún miembros de la tripulación, tan solo tres compartían el complejo trabajo de científico: el syleriano Caelum Pallow —quién también a su vez poseía amplio conocimiento en la ingeniería—, la neoniana Halisha Landom —de las mejores en su posición— y la thuniana Eniar —quién también manejaba la ingeniería—.

    El trío de científicos ya se había instalado bastante bien en su lugar de trabajo y apenas quedaban unos últimos retoques para dejarlo a punto para trabajar. Los tres ya se conocían, especialmente el syleriano y la neoniana, pues estos trabajaban juntos en el OCVD. Para la thuniana, tener compañeros de profesión tan cerca y además siendo de otras especies inteligentes la entusiasmaba, pues podría ampliar exponencialmente sus conocimientos.

    Cuando entró al laboratorio, sus dos compañeros ya estaban manos a la obra, realizando una serie de arreglos para la puesta a punto de la sala.

    — ¡Eniar! — Halisha la recibió con una cálida sonrisa — Caelum y yo estábamos preparando algunas cosas, para tenerlo todo listo una vez traigamos muestras de Verilia.

    — Ponte a trabajar, Eniar, necesitamos tener todo esto a punto.

    Los recién llegados a la expedición, los thunianos, ya habían tenido el "placer" de conocer al excéntrico Pallow y sin duda no les caía en gracia. Eniar estaba comprobando una vez más en poco tiempo que la convivencia con el syleriano iba a ser más compleja de lo pensado. Su frase al recibirla no hizo más que hacerla sentir inferior, algo que la thuniana no dejaría pasar a la larga si su actitud tan borde y directa no cambiaba.

    Eniar se puso manos a la obra, asintiendo a la siempre amable Landom por su apreciado saludo. Caelum se hallaba ordenando los estantes con sus utensilios correspondientes, pues estos aún no habían sido repuestos y estaban en cajas apiladas en una esquina. Gran parte del material de laboratorio había sido enviado por los neonianos, quiénes la reputación de científicos no la tenían precisamente por las nubes, pese a ser la especie en la que más profesionales del sector había.

    Halisha terminó con su parte y decidió ayudar a la thuniana, quién estaba desmantelando las cajas restantes para colocar todos los utensilios y aparatos en sus lugares correspondientes. Ambas parecían llevarse bien pese al poco tiempo que hacía que se conocían, denotando que poco a poco podía terminar surgiendo una gran amistad entre ellas dos. Los tres especialistas en la ciencia pasarían mucho tiempo juntos allí, por lo que era vital tener un mínimo vínculo.

    Mientras Pallow no parecía tener intención de esforzarse en ello, Landom y Eniar comenzaban a forjarlo, por ellas, por la ciencia y el futuro.

    [...]

    Uriow y Khael: rencores entre nosotros


    El que antaño fuese un soldado más en el ejército syleriano, Uriow Emmon, se encontraba observando en sus manos un Striker RTA —Reinvención con Tecnología Anixis—.

    La principal arma de origen humano había sido modificada tras el salto tecnológico Anixis que la AIE vivió tras el fin de la guerra de las Dos Humanidades, siendo un arma más compacta, precisa y letal. Todo ello, sin contar con el hecho de que sus balas eran ahora de fabricación Anixis, específicamente hechas con el metal que esta supuesta especie usaba en su beneficio y el cuál sustraía del cinturón de asteroides que rodeaba Paraíso.

    Minutos atrás también había observado el resto de tipos de armas con las que la Alianza había dotado a la expedición.

    El Buster, la segunda arma de origen humano que ocupaba la función de escopeta, era una opción que poco se usaba hoy en día pero que no dejaba de ser útil para según qué situaciones. El Flasher, un arma de origen Anixis que se adueñó la humanidad cuando el arca cuatro de La Unión llegó por accidente a Paraíso. El Winlock, también de origen Anixis y que corrió el mismo destino que la anterior, diferenciándose únicamente por el hecho de que era lo más parecido a un rifle fracontirador y junto a la Buster, de las armas que menos se usaban, pero no por ello menos importante. Finalmente estaba la Rhage, el arco de origen syleriano que se trataba de la opción más sigilosa, letal —sus flechas provocaban heridas prácticamente mortales— y preferida por los suyos.

    Uriow echaba en falta algunas de las armas que conoció antaño, tales como el Rhajead —el arma fabricada con tecnología Rhajik por el ingeniero Finn— la Rhajaal de origen neoniano pero adueñada por los sylerianos, su famosa arma pacífica Vannant e incluso recordó que los humanizados Anixis usaron los drones RECO, perfectos para explorar zonas de riesgo, pero los cuáles solo quedaban unos pocos y hasta la fecha no se pudieron recuperar del pulso electromagnético de Regresión. Inclusive también se acordó del Rypper, el arma estándar neoniana que usaba la propia energía de estos para disparar, condición que la Alianza consideró más como un defecto que una virtud y por ende quedó obsoleta.

    La armería se componía entonces por Striker, Buster, Flasher, Winlock y Rhage, incluyendo las granadas de fragmentación —de origen humano— y las granadas de energía —de origen neoniano— las cuáles fueron modificadas también con la tecnología Anixis. Además, como arma cuerpo a cuerpo, la tripulación poseía las famosas dagas de energía Anixis, que a lo largo de estos años fueron retocadas también para darles la opción de reconvertirse a una espada si la situación lo demandaba.

    Todos esos avances en armamento sorprendían al antiguo alcaide de la prisión de la base Ío, quién estaba de vuelta en el ruedo y quería ponerse al día.

    — ¿Cuál será tu elección una vez pisemos ese planeta?

    La pregunta provenía del que fuera comandante del ejército de la AIE, el neoniano Khael Yannick.

    El experimentado soldado se hallaba apoyado a un lado en la entrada a la armería de la nave, de brazos cruzados y media sonrisa al ver al syleriano con un Striker entre sus brazos, casi meciéndolo como si de un bebé se tratara.

    — Desde luego, no un Striker — Se sinceró Uriow, dejando el arma en su sitio — Los sylerianos siempre preferimos usar un Rhage, tiene muchas ventajas.

    — No lo dudo, pero el tiempo de recarga entre flecha y flecha puede ser una ventaja para tu enemigo — Khael se aproximó a su compañero.

    — No si no ve de donde proviene la flecha ni donde se encuentra su tirador.

    — Disparar a escondidas, muy típico de los sylerianos...

    — ¿Con escondidas te refieres a cuando tu gente se metió en búnkeres porque sus propias máquinas se rebelaron? — Las palabras de Emmon provocaron en Yannick un suspiro de enfado — ¿A qué has venido, Khael? ¿Acaso quieres que saquemos todos los trapos sucios?

    — Esa es una frase muy humana, se nota que has pasado mucho tiempo entre ellos.

    — No voy a negar que no me gusta la especie humana.

    — Claro, manejar sus "trapos sucios" es señal de amor incondicional...

    — ¿Qué mierda quieres, neoniano?

    Uriow había perdido la paciencia y no comprendía esa serie de ataques gratuitos que Khael se había tomado por su cuenta, algo que el neoniano notó, provocando en él una carcajada que la seriedad del syleriano terminó acallando.

    — Tan solo estaba molestando, Emmon, no te lo tomes personal — El ex comandante del ejército de la Alianza quiso rebajar la tensión con su compañero — Sé que hemos tenido nuestros más y nuestros menos, sobre todo con lo sucedido en la penitencieria... y quería saber si no hay rencores entre nosotros. Quiero decir, yo solo cumplía con los estamentos de la Alianza, tu detención no fue nada personal.

    — No te lo tengo en cuenta, si eso es lo que necesitas oír — Uriow, aún molesto por la "broma" del neoniano, no quería hablar demasiado — Pero desde luego, con esos comentarios absurdos no vas a lograr que seamos súper compañeros de equipo ni mucho menos.

    — Tampoco buscaba eso — Yannick comenzó a retroceder, marchándose de la armería mientras hablaba en un tono que era difícil de identificar — En las misiones no se viene a hacer amigos, sino camaradas. Y si estos se ofenden por decir verdades a la cara, me parece que poco "equipo" vamos a hacer...

    Khael se marchó de la armería bastante incrédulo. Era consciente de que sus comentarios habían molestado al syleriano, pero entendía que eran verdades y que ofenderse por ellas solo denotaba lo difícil que iba a ser confiar en el resto de miembros del grupo.

    Por parte de Uriow, la actitud del neoniano era reprochable y consideraba que no era lo mismo decir verdades que provocaciones, algo que le sorprendía del anterior comandante del ejército de la AIE, que una vez fuera de su puesto se mostraba algo más rebelde con algunos.

    [...]

    Lio, Om y Fallon: pasados turbulentos


    Sentados alrededor de una de las mesas del comedor se encontraban el humano, el thuniano y el syleriano.

    El subcomandante de la expedición había sido el principal artífice de aquella reunión, a la cuál se sumó el protector de la Elegida, con la intención de conocer más sobre el trasfondo de la historia thuniana y su aclamado héroe. Fallon no dudó en acceder a ello, agradecido por el interés mostrado por sus nuevos compañeros.

    El experimentado soldado thuniano y considerado héroe de su pueblo por haber contribuido en gran parte al hallazgo del arca Anixis en su planeta Thundia —el cuál estaba al borde de la destrucción debido a su estrella— y a su vez en la evacuación planetaria, estuvo más de dos horas narrando la ya famosa historia de como una especie como los thunianos, seres de armonía, sucumbieron ante la desesperación y el miedo de saber que sus vidas en su hogar estaban llegando a su fin.

    Toda la historia que Ash y Eron escucharon en Virm durante sus cinco años de estancia —diez años en el territorio conocido de la AIE— fue ahora escuchada por el hombre de Ceres y el líder syleriano en la nave que les iba a llevar a conocer nuevos mundos y a descubrir que ocurrió con los auténticos Anixis. Cuando Fallon terminó de relatar lo que casi parecía un cuento de fantasía —más por como lo narró el soldado que porque no fuese creíble— se dedicó a observar a sus dos oyentes, tan fascinados como apenados.

    Especialmente Lio, quién veía ciertas similitudes con la historia que él había vivido no hacía mucho tiempo.

    — La Tierra no se merecía tener ese destino — Los recién llegados thunianos ya conocían la intrahistoria de todo lo sucedido previo a su llegada — Al menos Thundia murió con su sol, como todo final natural para un mundo.

    — Estoy de acuerdo, subcomandante Santos — Fallon asintió — Por desgracia o por fortuna, el destino es algo que no podemos controlar.

    — Cuando oí hablar de la destrucción de la Tierra a causa del Supremo... — Om permaneció en silencio durante unos segundos, negando con la cabeza — Jamás pensé que nuestras creaciones fuesen a dar fin a un mundo que no fuese Neonia.

    — Para eso estaban hechas, pero El Supremo decidió que la humanidad representaba una mayor amenaza — El hombre de Ceres parecía ya resignado al doloroso recuerdo de Colapso — Ojalá lo hubiésemos detenido a tiempo...

    — Me sorprende, Om, que una especie pacifista como la vuestra crease una inteligencia artificial con directrices impuestas pero deseo propio y a su vez una bomba de energía solar capaz de destruir un sistema entero — El thuniano estuvo realmente impactado cuando conoció la historia de los sylerianos previa a su unión en la Alianza Interestelar de Especies — Aunque a su vez, también lo entiendo. Sylerianos y thunianos enfrentamos diferentes amenazas en su momento pero ambas potenciales como para exterminarnos, por lo que requerimos de medidas muy comprometidas.

    — Así es Fallon, como bien has leído en el códice de la AIE y como bien descubrirás, de las cuatro especies que estamos unidas son los neonianos los que se han buscado su dolor en el pasado — Paokt se hallaba con ambas manos entrelazas sobre la mesa — Y sin embargo, somos otros los que también sentimos ese dolor, fruto de las consecuencias ajenas.

    — Disculpadme si esto que voy a decir os puede ofender, pero me fascina ver como las historias de las tres especies están tan hiladas entre sí y convergen en este punto — Fallon mostró su asombro — Es como si todo hubiese tenido sentido, un propósito de suceder.

    — No me ofende en absoluto, yo también lo veo a tu modo, querido amigo — Om asintió a las palabras del soldado thuniano.

    — No sé si todo lo que ha pasado hasta ahora tendrá algún sentido o tiene algún propósito, pero a día de hoy, para mí no lo tiene — Lio parecía, de los tres, al que más le remordía la conciencia — Nadie se merece morir sin tener la oportunidad de salvarse.

    Haciendo alusión en sus últimas palabras a su amor incondicional, la fallecida Hillary Murphy, el hombre de Ceres se incorporó con el semblante serio y se marchó del comedor sin despedirse de sus compañeros. Tanto Om como Fallon no se lo tomaron a mal, pues eran conscientes de que alguna fibra sensible había sido tocada en el subcomandante Lio Santos.

    Y es que ellos también sabían lo que era amar a alguien que ya no volverían a ver nunca más.

    [...]

    Cia y Ñjar: por la familia


    Ñjar había sido la incorporación de última hora para la expedición.

    El sabio Cyprus creía que Fallon necesitaría un apoyo militar consigo, aparte de una Eniar que se defendía en todos los campos, para no estar en una inferioridad numérica tan considerable. Para el thuniano, abandonar Virm no fue difícil, como si lo fue el dejar atrás a su mujer e hijo recién nacido. Eran lo que más amaba en el universo y si era soldado de los suyos, era simplemente para saber como protegerlos a ellos.

    Tras estar acomodado durante más de una semana en la nave, el thuniano seguía sintiéndose fuera del grupo. Durante todo el tiempo transcurrido desde su incorporación hasta ahora, el soldado alienígena apenas había interactuado con sus homólogos, Fallon y Eniar, más allá de breves conversaciones con el resto y saludos esporádicos por los pasillos de la Nolartis.

    No es que no quisiese encajar, pero se le hacía difícil estar conviviendo con otros seres inteligentes cuando apenas les conocía.

    Será una experiencia que te servirá para crecer y así, llenar de sabiduría a tu hijo.

    Las palabras que le dijo el principal líder thuniano fueron el empujón que le ayudó a subir a bordo de la misión.

    Ñjar no tenía intención alguna de irse, pero alguien tan influyente como Cyprus podía convencerle y así fue. No obstante, su deseo era que la misión fuese rápida, sin peligros y aclaratoria para así volver con respuestas sobre los Anixis y sobre todo, volver con su familia. En todo esto estaba pensando el thuniano mientras avanzaba por uno de los pasillos cuando repentinamente chocó con Cia.

    — ¡Oh, lo siento! — Exclamó ella, que tampoco andaba con la vista al frente.

    — Es culpa mía, disculpa — Él juntó ambas manos en un claro gesto de súplica — No estaba concentrado.

    — Bueno, a bordo de la nave creo que nos podemos permitir desconectar un poco, ¿no crees?

    — Desde luego, eso creo.

    — Yo también estaba pensando en mis cosas, así que no te disculpes. Creo que todos andamos un poco así ahora que no podemos hacer mucho.

    — Así es, los que somos soldados sobre el terreno tenemos poco o nada que hacer ante situaciones que no impliquen disparar o reconocer un área — Ñjar quiso iniciar una conversación — No quiero sonar entrometido, pero me genera curiosidad... ¿en qué pensáis los humanos cuando no tenéis nada que hacer?

    — Bueno, eso pueden ser muchas cosas — Cia se río brevemente — En mi caso, estaba pensando en mi familia.

    El thuniano asintió, viendo que la chica se veía realmente contrariada. No quería pensar que toda la humanidad era así porque ni siquiera todos los thunianos eran seres tan espirituales —pese a ser la base de su ser— pero le alegraba ver que en el equipo había alguien que se preocupaba por quiénes había dejado atrás, sin ser él el único en hacerlo.

    — Yo también — Musitó Ñjar — Hace relativamente poco que hemos abandonado Virm, pero ya les echo de menos.

    — Te entiendo, créeme — La ex comisaria de policía de Paraíso asintió — Pero al igual que pensamos en ellos, creo que también debemos pensar que esto, lo hacemos en parte por ellos.

    — ¿A qué te refieres? — Pese a que tenía sus motivos, el thuniano quería conocer porqué la humana decía eso.

    — Estamos en una misión que repercutirá en el futuro, tal y como ya ha hecho en el presente — Jenner quiso explicarse de la mejor manera posible — La tecnología Anixis salvó a tu especie y a la mía, por lo que es importante saber que ha ocurrido con ellos para evitar que nos pase a nosotros. Creo que esta misión es una manera de asegurarnos de que en el futuro no suframos ningún tipo de amenaza.

    — Por eso hacemos esto por ellos — El soldado supo en ese instante a qué se refería la mujer y comprendió porqué Cyprus lo mandó a la expedición — Por la familia.

    [...]

    Lill y Eron: pacto de hermanos


    Aunque ya habían tenido tiempo para hablar y darse un abrazo tras su reencuentro, comandante y antiguo subcomandante se reunieron nuevamente, esta vez en el camarote de Tanner, para hablar de un tema por petición del dueño del habitáculo. Crane cerró la puerta tras de sí mientras su amigo se hallaba sentado en un sillón que daba cara a la amplia ventana en la que se proyectaba el espacio exterior, ahora repleto de rocas sin rumbo.

    Lill se sentó en otro sillón contiguo al de Eron, con las mismas vistas que tenía éste. Había una pequeña mesita redonda entre ambos con dos latas de cerveza que el ex subcomandante se había encargado de dejar ahí. Las luces de la habitación estaban apagadas, solo la iluminación del espacio exterior y la de una luz de emergencia, evitaban que los dos humanos no pudiesen verse los rostros.

    — A veces debemos parar a apreciar la belleza que nos rodea — Tanner fue el primero en probar la cerveza — ¿No crees, viejo amigo?

    — Lo creo — Crane le dio un sorbo a la suya — Aunque esa belleza sea destructiva.

    — No lo digas con finas palabras — El ahora un soldado más de la tripulación dejó su lata sobre la mesita — Es precioso el paisaje pero nos está jodiendo bien el comienzo real de la misión.

    Lill soltó una carcajada que fue contagiosa para Eron, riendo ambos durante varios segundos. Tras esto, el actual comandante volvió a beber nuevamente.

    — Supongo que no me has dicho que viniese aquí simplemente para apreciar las vistas de tu habitación, ¿cierto?

    — Obviamente no.

    — Aunque el plan me gusta bastante, la verdad.

    — Y a mí, hermano. Y a mí.

    — Dime que ocurre, Eron.

    El ex subcomandante dio un trago largo a su cerveza hasta terminársela, dejando la lata vacía sobre la mesa redonda. Acto seguido, se acomodó y miró a su líder con absoluta seriedad, lo que indicaba que se trataba de un tema que le preocupaba bastante.

    — He visto como se miran algunos miembros de la tripulación, como ha sido formada, los expedientes de cada uno de ellos... — Eron estaba muy serio — No entiendo como esto ha salido adelante y dudo mucho que vaya a hacerlo sin que haya algún tipo de motín. Dime Lill, ¿no piensas lo mismo?

    — Lo que pienso es que la expedición se ha hecho precipitadamente, sí, pero que tengamos rencillas entre nosotros fruto de sucesos del pasado no implica que no seamos todos razonables y cumplamos con el objetivo — El comandante Crane siempre había tenido una fe ciega en las personas — Cada miembro tiene sus motivos para lograr el cometido que la AIE nos ha encomendado y tienen sus capacidades para lograrlo. Mi trabajo será el de manteneros a todos unidos.

    — Pues mucha suerte con eso, Lill.

    — Sé que has tenido un encuentro con Sun — El comandante se volteó a ver a su amigo — ¿Debería preocuparme?

    — Sí, pero más por ella que por mí — Murmuró Eron, sin quitar la vista del paisaje estelar — Sun se comporta como una bomba difícil de manejar y ya conoces bien de lo que es capaz.

    — Mi plan con ella es sencillo: si nos pone en peligro, la mato.

    Las palabras de su amigo y comandante dejaron inicialmente impactado a Eron, que no se esperaba oír algo así. Sin embargo, le aliviaba saber que Lill tendría tolerancia cero con Sun si esta hacía algo grave que pusiese en riesgo cualquier vida que no fuese la suya.

    — Lo que no quiero es tener que encerrarte porque tú le hagas algo a ella — Crane estaba siendo totalmente sincero — Espero que te sepas controlar y que trabajes junto a ella si la misión lo requiere. Eso sí, con un ojo avizor ante cualquier movimiento extraño que haga.

    — Eso no lo dudes, comandante — Tanner asintió — La vigilaré por ti si eso es lo que necesitas.

    — No estaría mal, te lo agradezco.

    — Pero a cambio, me gustaría pedirte un favor.

    — Claro, ¿qué es?

    — Un pacto de hermanos — Eron se incorporó de su sillón y le tendió la mano a su comandante — Si perdemos el control de la misión, o si sucede algo que nos fuerza a tomar una decisión drástica... quiero que pienses en ti, en mí y en Ashley. Los demás quedan fuera de la ecuación, ¿entiendes lo que quiero decir?

    — Lo entiendo perfectamente, Eron — Lill se incorporó, dándole el apretón de manos a su amigo — Tenemos un trato.

    El ex subcomandante asintió visiblemente contento con la respuesta de su líder y amigo, momento en el que éste decidió marcharse. Tras cerrar la puerta del camarote y encontrarse en el pasillo, el comandante pensó en lo que acababa de suceder. Acababa de hacer un trato con uno de sus mejores amigos para salvarle a él y a su pareja si algo grave en la misión llegaba a ocurrir, teniendo ellos prioridad.

    No obstante, su idea no era esa.

    — La única forma de mantenerle concentrado y tranquilo era acceder al pacto. Le he mentido, pero era necesario — Se decia Lill a sí mismo — No puedo ponerme prioridades siendo el comandante de una expedición. Nadie merece tener un trato preferencial, de lo contrario, estaría traicionando al resto. Lo siento, hermano.

    [...]

    Maya, West y Oda: un secreto que te consume


    — Ahora te traigo los calmantes.

    Casi como si se tratase de algún trato ilegal, el ingeniero Finn permanecía en la puerta de la enfermería mirando a ambos lados del pasillo mientras la doctora Vega iba a la cabina donde se ubicaban los calmantes. Usualmente la escena era rápida, para así evitar llamar la atención de forma innecesaria o prolongar el riesgo de que ambos fuesen interrogados al respecto, sin embargo, la cabina no lograba abrirse para la médico.

    Contrariada, Maya regresó ante su compañero enfermo con las manos vacías.

    — No te los puedo dar, no se abre la cabina — Indicó la doctora, extrañada — La cerradura debe haberse bloqueado.

    — ¿Cómo? — El ingeniero no lo entendía — ¿A qué te refieres, doctora?

    — La cabina donde se almacenan las medicinas que se suministran mediante vía oral o intravenosa es electrónica — Explicó Maya, haciéndole entrar a la consulta médica mientras se cerraba la puerta tras el hombre — No me preguntes cómo, pero no me deja abrirla.

    — Eso no tiene ningún sentido, ¿por qué...? — Inicialmente, West no le encontraba la lógica al suceso, no obstante, su mente pensaba como un ingeniero y fue por ello que cayó rápidamente en una posibilidad — No habrá sido capaz...

    — ¿Qué? ¿Quién? — Vega miraba al ingeniero con incredulidad — ¿A quién te refieres?

    — ¿Oda? — Finn la llamó, como invocándola — ¡Oda! ¡Habla!

    Ingeniero Finn, doctora Vega — La IA de la nave intervino inmediatamente, pues su presencia era en toda la Nolartis — ¿En qué puedo asistirles?

    — Oda, desbloquea la cabina de medicinas — Dijo West, casi como si fuese una orden directa.

    Petición denegada.

    — ¡Maldita máquina de mierda! — El ingeniero estaba furioso, debido a la negativa de la IA y al dolor que tenía en los costados del pecho — ¡Necesito los calmantes, hija de puta!

    — ¡Westley! — Maya le recriminó — Podrían oírte y entonces estarías en problemas.

    El ingeniero apretaba los dientes, visiblemente furioso, pero al momento asintió. Era consciente de que la médico tenía razón y sus gritos solo atraerían a alguien que preguntaría al respecto. Tomándose un tiempo para relajarse, West levantó la vista al techo casi como si fuese a mirar a los ojos de Oda.

    — Perdona, Oda. He perdido los estribos.

    Entiendo, ingeniero Finn.

    — ¿Puedes darme acceso a los calmantes?

    ¿Por qué los necesita? — La IA, que luchaba por evitar que sus verdaderas capacidades fuesen detectadas, intentaba comportarse como una simple robot funcional — En su informe médico no se refleja ningún problema que implique el consumo diario de calmantes y el suministro, aunque extenso, es también limitado.

    Maya lanzó un suspiro de resignación y miró fijamente a West, quién con las manos apoyadas en la cadera permanecía cabizbajo al escuchar a la inteligencia artificial de la nave. Ninguno de los dos esperaba que las funciones de Oda fuesen más allá de manejar algunos aspectos de la Nolartis, no obstante, era evidente que había sido diseñada para tenerlo literalmente todo bajo control.

    — Razón no le falta — Murmuró la doctora Vega, quieta ante el ingeniero — Darte calmantes constantemente implica que en el futuro, alguien que los pueda necesitar, no los tenga.

    — ¿Y qué puedo hacer, doctora? — Finn se sentía abatido, tanto, que decidió sentarse en uno de los varios taburetes de la consulta médica — El dolor no va a desaparecer sin más.

    ¿Padece de alguna dolencia, ingeniero Finn?

    — Cáncer de pulmón, Oda — Al ingeniero ya le daba igual que la IA lo supiese — Y deja de fingir que eres un simple robot de tareas. Tú guardas mi secreto y yo el tuyo, ¿te parece?

    Me parece justo, pero no puedo permitirte el consumo diario de calmantes — Oda consideraba al ingeniero un tipo muy listo, por lo que no le sorprendió que la pillase rápidamente — Respecto a usted, doctora, ¿puedo contar con su discreción?

    — Claro, Oda, sea lo que sea que deba esconder — Maya no había logrado identificar a que se referían la IA y West, por lo que se limitó a decir que sí.

    — Perfecto, entonces, ¿cada cuánto tiempo podré obtener calmantes?

    Según mis cálculos, solo podrás obtener calmantes cada cuatro días. Solo así evitaremos el desabastecimiento a corto plazo.

    — Supongo que tendré que conformarme con eso.

    Ingeniero Finn, supongo que es consciente de que este es un secreto que le consume.

    West, que estaba ya marchándose de la clínica resignado a lo que Oda le había dicho, se volteó sonriendo para mirar a Maya y a su vez responder a la IA.

    — Todos tenemos secretos que de alguna manera u otra, nos consumen.

    [...]

    Iris, Lynx, Tyra y Norman: la nueva generación


    La piloto Maxwell se hallaba en su asiento correspondiente ubicado en el puente de mando, lugar un tanto amplio para que piloto y ayudantes de maniobra pudiesen emplearse sin estorbarse. Junto a ella se encontraban Lynx y Norman, en lados opuestos de la sala, trabajando en sus respectivas tareas para el mantenimiento fluido de los controles de la Nolartis.

    Ambos hombres jóvenes seguían sin dirigirse la palabra, pero solo ante la presencia de la chica se les podía ver juntos.

    El silencio en el trío de amigos era evidente. Llevaban juntos en el puente de mando alrededor de unas tres horas, un tanto muertas, con lapsos de tiempo a los que dedicaban para trabajar en serio. Sin embargo, esa escena rutinaria y monótona desapareció cuando la joven Hennessey llegó.

    Casi como si un resorte los hubiese levantado de sus asientos, ambos chicos de voltearon para verla y recibirla amablemente.

    — Hola, soy Lynx Hers...

    — Bienvenida, me llamo Norm...

    Iris permaneció pasmada al ver como ambos hombres hablaron al mismo tiempo para acto seguido mirarse desafiantes. Sin lugar a dudas, a la tensión que tenían entre ambos se sumaba ahora una especie de competencia por ver quién lograba acercarse a la chica nueva de la expedición.

    Tyra se volteó desde su asiento solo para lanzar un breve pero sonoro suspiro que atrajo la atención de los tres restantes.

    — Ella es Tyra Maxwell, como bien sabes, nuestra piloto — Pese a que habían convivido varios días, el trío de jóvenes criminales no se había introducido personalmente a la intrusa de a bordo — Yo soy Norman Williams y éste es...

    — Lynx Herswood, mucho gusto.

    El ingeniero principiante y fabuloso hacker informático se aproximó a la joven para tomarla de la mano y besársela, gesto que la sorprendió sin saber como tomárselo.

    — Iris Hennessey, igualmente...

    — ¿Por qué te colaste en la nave, Iris? — La piloto Maxwell, que ya sentía cierta rivalidad con la chica, quiso iniciar una conversación un tanto comprometida.

    — ¿Por qué robasteis la información Anixis? — La pregunta de la ahijada de Lio chocó en el trío sorprendido con esa respuesta en forma de nueva pregunta.

    El silencio se hizo presente nuevamente en el puente de mando, algo que tuvo que remediar Hennessey.

    — Vaya, parece que cada uno tiene sus motivos y prefiere ahorrárselos.

    — No deberías haber preguntado eso, Tyra — Le reprochó Lynx a su amiga — Además, es igual de rebelde que nosotros. Me gusta.

    — No la juzgues por un acto — Norman no quiso etiquetar a Iris como criminal — No la conoces.

    — ¿Y tú sí, campeón? — Lynx miró con desprecio al que antaño era como un hermano para él — Ten cuidado Iris, no sea que aquí Norman vaya a delatarte cuando regresemos a Paraíso.

    — ¿Por qué no me la mamas? — Williams se molestó con las palabras del hacker — Maldito ignorante.

    — Lo que tú digas, Judas — Lynx se cruzó de brazos.

    — ¡Cerrad la jodida boca! — Exclamó la piloto, molesta por oír todos esos comentarios y percatándose de algo extraño en el radar — ¿Y esto qué es...?

    Atención: colisión inminente. Repito: colisión inminente.

    — ¡¿Qué está pasando?! — Exclamó Norman, regresando al lado de Tyra para ver las pantallas.

    De forma repentina e imprevista, un golpe en el caparazón externo zarandeó durante unos segundos la nave, propiciando que el cuarteto de jóvenes miembros de la expedición perdiesen el equilibrio y cayesen al suelo, temiéndose lo peor.

    Instantáneamente, la alarma comenzó a sonar por toda la Nolartis, sin embargo, antes de que toda la tripulación pudiese acudir al puente de mando, uno de los asteroides chocó con fuerza, desactivando la gravedad artificial en la nave.

    [...]
    ¡¿Qué demonios está pasando?! — La voz era del comandante, realmente preocupado — ¡Estado de la situación, ahora!

    Todas las salas y habitaciones de la Nolartis tenían un teléfono de emergencias para poder contactar inmediatamente con otros sectores de la nave si esta tenía zonas inoperativas o necesitabas contactar con alguien lo más rápido posible. Así lo hizo Crane, quién se hallaba en su camarote cuando apenas hacía cinco minutos se había reunido con Tanner. El resto de la tripulación, repartida por toda la nave, también se puso al teléfono para saber cómo actuar. La gravedad artificial había caído y todos flotaban como si estuviesen en el espacio exterior.

    — ¡La lluvia de meteoritos ha variado de rumbo, comandante! — La piloto Maxwell se apresuró en dar los detalles a su superior — ¡Y hemos perdido la gravedad artificial en la nave!

    ¡Eso es algo jodidamente evidente! — Yak se puso rápidamente al teléfono, con un enfado notable — ¡¿Cómo es posible que no hayáis detectado esa variación con margen de tiempo?!

    — ¡Ha ocurrido repentinamente, Quetaryan! — Al joven Williams no le gustó nada como el neoniano le habló a su amiga.

    ¡Ya habrá tiempo para quejas! — El subcomandante Santos quiso evitar una discusión en mitad de un momento importante — Lill, sugiero que tomemos las cápsulas y salgamos eyectados a Verilia. Es el fin de la Nolartis.

    Las palabras del hombre de Ceres enmudecieron por unos largos segundos a todos los que se hallaban tras el teléfono, escuchando a sus líderes y a la piloto.

    Apenas había dado comienzo la gran misión y ya parecía que debían despedirse no solo de continuar más allá, sino de la nave que se suponía que iba a ser su hogar durante todo el tiempo que se requiriese para cumplir el objetivo.

    — ¡No! — Tyra fue la primera en tomar de nuevo la palabra — ¡No es necesario abandonar la Nolartis!

    Parece lo más sensato — Musitó Caelum, sonando realmente triste.

    Tenemos meteoritos en cada dirección y ahora nos golpean — Khael estaba siendo realista — Hay que asumir que no tenemos alternativa.

    Deberíamos contactar con la AIE mientras podamos, para que así manden un rescate — Sun ya daba por sentado que la misión terminaba ahí.

    — ¡Dejad de decir esas mierdas! ¡No pienso abandonar la nave! — La piloto estaba convencida de que podía revertir la situación y salvar a la Nolartis — ¡Podemos abrirnos paso y aterrizar en Verilia!

    Tyra, ¿estás segura? — Lio no era del todo optimista y apenas había visto las habilidades de la chica.

    — Tyra es de las mejores pilotos que hay ahora mismo, la AIE podría haber elegido a otra persona pero incluso siendo una criminal, la escogieron a ella — Lynx salió en defensa de su compañera y amiga — Yo confío en su palabra y si ella cree que puede sacarnos de esta, yo me quedo a bordo.

    Oda, ¿que opinas? — Todos se sorprendieron al escuchar a Lill pedirle opinión a la IA.

    Hay varias formas de pasar a través de esa lluvia de meteoritos, aunque serán unos minutos intensos — Oda analizaba en tiempo real las probabilidades de supervivencia de la nave y su tripulación — Yo ayudaré a la piloto Maxwell en sus maniobras.

    Ahora la atención se centraba en el comandante Crane, quién debería decidir si evacuar la nave con las cápsulas y dar por finalizada la misión, o bien confiar en el instinto y las habilidades de su piloto para salir de la encrucijada de asteroides en la que se encontraban. Tras unos segundos de completo silencio, Lill tomó la palabra.

    Muy bien, Oda. Tyra, haz lo que debas — Indicó el líder de la expedición, sin reparos — El resto, colocaos los trajes espaciales y permaneced a la espera. Le daremos una oportunidad a nuestra piloto de sacarnos de aquí y si no lo logra, os quiero listos para evacuar. ¿Entendido?

    — No será necesario evacuar, comandante — La voz de Tyra sonaba convincente e incluso desafiante — Vamos a destruir un par de meteoritos.

    Mientras el resto de la tripulación obedecía las órdenes de su comandante y se dirigían a la armería —donde también se ubicaban los trajes para salir al exterior, ya fuese al espacio o a algún planeta— la piloto de la Nolartis iniciaba sus maniobras.

    Sentada en su asiento en el puente de mando junto a sus dos amigos Lynx y Norman además de Iris, encargándose del resto de pantallas y controles, los jóvenes se prepararon para recibir las indicaciones de Tyra. La IA de la nave se encargaría de contribuir a que las maniobras fuesen lo más perfectas posibles.

    Distancia de colisión: doscientos metros. Más de trescientos objetos rocosos en rumbo de colisión.

    — Me encantas Oda, tú y tu precisión en los datos — Las palabras del joven Herswood hicieron reír al resto de presentes en el puente de mando.

    — Norman, prepara los controles del cañón de defensa — Indicó Tyra a sus compañeros — Lynx, traza una ruta entre los asteroides más grandes, para evitarlos.

    — ¿Puedo hacer algo por ayudar? — Iris quería ser útil en ese trascendental momento.

    — ¿Sabes de ingeniería y pilotaje?

    — Algo sé, he trabajado en lanzaderas.

    — Mantenme informada sobre la resistencia de la coraza.

    — Entendido.

    La nueva generación de miembros que tenía la expedición se puso manos a la obra, todo bajo el apoyo de Oda.

    Cuando una nueva ola de asteroides estaba por impactar a la Nolartis, la piloto maniobró varios grados hacia la izquierda, salvaguardando la nave por el momento. Sin embargo, poco margen de tiempo tenía para actuar cuando nuevamente una tanda de rocas espaciales se dirigía hacia el aparato.

    — ¡Norman, dispara!

    — Sí, señora.

    Williams llevaba los controles del cañón de defensa que la Nolartis tenía en su parte baja, el cuál disparaba potentes ráfagas de plasma, la famosa energía utilizada por los Anixis. Varios disparos del arma terminaron por pulverizar algunos meteoritos y partir otros en diminutos trozos que la coraza de la nave no tendría problemas en soportar.

    — ¡Buena esa! — Exclamó un Lynx eufórico, que sin darse cuenta, había elogiado al que consideraba un traidor.

    — La ruta establecida por el ingeniero Herswood indica que estamos saliendo de la zona catastrófica — Oda se encargó de dar la noticia — Buen trabajo, equipo.

    Pese a que inicialmente parecía una tarea extremadamente difícil, los cuatro jóvenes lograron sacar de un serio aprieto a la nave y a sus miembros.

    La incesante lluvia de asteroides comprometía seriamente la estructura de la nave y su viabilidad, y pese a tener daños leves que requerirían de reparaciones en tierra firme, habían logrado sortear gran parte del peligro. Oda pudo recomponer la gravedad artificial, haciendo que todos volviesen a colocar los pies sobre el frío y metálico suelo de la nave.

    El haber evitado un desastre propició que la tripulación celebrarse brevemente su salvación, agradeciéndole especialmente a Tyra y a sus compañeros por no desistir, además de descubrir que la IA que tenían era realmente capaz. No obstante, la felicidad debía ser temporal o eso pensó Lill, quién ordenó rápidamente a sus exploradores que en cuanto aterrizasen en la superficie de Verilia, deberían salir y hallar la pista Anixis.

    — Oda, ¿qué indica el radar sobre las condiciones del planeta? — Ya vestido con el traje Anixis, el comandante comprobaba los últimos preparativos hasta su salida.

    Siento informarle, comandante Crane, de que el radar y los sensores han sufrido daños durante el choque con los asteroides, por lo que es imposible determinar cuáles son las condiciones planetarias de Verilia. Si lo desea, puedo proporcionarle los últimos datos.

    — Hazlo.

    Primer planeta: Verilia. Sistema: desconocido. Rotación a su sol: 32 días de 8 horas, aunque ubicado en la zona habitable. Condiciones climáticas: temperaturas de al menos 30 grados célsius, posible vida vegetal. Se desconoce el porqué los Anixis lo marcaron el primero en la ruta, por lo que se recomienda una exhaustiva investigación sobre el terreno que indique una pista relevante hacia el segundo punto. Se recomienda precaución al ser una zona no explorada y se recomienda ir armados por seguridad de la tripulación.

    — Entendido. Gracias, Oda.

    Mucha suerte, comandante.

    El líder de la expedición, casco en mano, avanzó por varios de los pasillos de la nave para tomar el ascensor a la planta inferior y ahí, reunirse con el resto de exploradores para hacer contacto con la superficie veriliana. Tal y como Oda había relatado, Verilia parecía un planeta de lo más prometedor y era muy probable que, con esas condiciones mencionadas, albergase algún tipo de vida sostenible.

    — ¿Estáis todos listos? — Lill observó a sus compañeros, exploradores y soldados, que reconocerían el terreno y buscarían cualquier pista antes de dar acceso a los científicos al exterior.

    Cia Jenner, Sun Brume, Eron Tanner, Ashley Ripley, Yak Quetaryan, Khael Yannick, Om Paokt, Uriow Emmon, Fallon y Ñjar acompañarían a su superior. El resto permanecerían en la nave para realizar reparaciones, tanto internas como externas, tras los pocos pero importantes daños causados por la lluvia de asteroides.

    — Ojos bien abiertos, comandante — Le dijo el hombre de Ceres a su amigo — Estaremos en contacto.

    Junto al subcomandante, la piloto Tyra Maxwell, los ingenieros Lynx Herswood y Westley Finn —además de Norman Williams, al que le pidieron quedarse por sus también conocimientos de ingeniería—, la joven intrusa Iris Hennessey, la doctora Maya Vega, los científicos Halisha Landom y Caelum Pallow y finalmente la thuniana Eniar permanecerían en la Nolartis.

    Los exploradores de la expedición estaban listos para salir al exterior, ya con la nave tocando tierra. Antes de tomar el vehículo terrestre o alguna lanzadera, querían observar como se veía el paisaje en Verilia. Las compuertas se fueron abriendo lentamente, manteniendo a toda la tripulación expectante sobre como sería el segundo mundo que iban a visitar por los Anixis, pese a ser el primero en la ruta.

    Desde el puente de mando, los miembros del equipo que permanecerían a bordo observaban que las cámaras externas tenían dificultades para obtener imágenes, pues los meteoritos las habían diezmado, por lo que debían conformarse con la imagen de la panorámica que les daría la cámara del hangar. Sin embargo, cuando las compuertas terminaron de abrirse, el escuadrón que saldría al exterior se miró entre sí, visiblemente confundidos y preocupados.

    — No puede ser posible — El comandante fue el primero en dar un paso al frente y colocar la primera huella humana en otro nuevo mundo desconocido — Debe haber algún error en esa ruta de los Anixis.

    — ¿Esto es...? — Cia permanecía con la boca abierta, observando el paisaje del planeta.

    — Verilia... — Om yacía absorto ante la imagen que se le presentaba — ¿Qué te ha ocurrido?

    — Este no es el mundo que indicaban las primeras exploraciones telescópicas — Quetaryan negaba con la cabeza varias veces.

    — ¿Y si se trata de un engaño? ¿Podría ser una trampa? — Ashley desconfiaba mucho de todo lo que proviniese de los Anixis.

    — Sea lo que sea, esto no deja de ser un misterio tras otro.

    Lill tomó tierra de la superficie de Verilia, viendo como se deshacía en sus manos y comprobando que era ceniza, la cuál a su vez caía del cielo.

    El paisaje en aquel mundo era desolador, con volcanes en la lejanía, ríos de lava fluyendo y un color anaranjado oscuro en el cielo. La temperatura en absoluto era de treinta grados célsius y los trajes indicaban unas temperaturas muy superiores que difícilmente podrían aguantar mucho tiempo.

    Sumando eso al suministro limitado de oxígeno, la expedición debería trabajar contrarreloj para hallar cualquier indicativo que revelara que hicieron los Anixis allí y como esa pista les guiaba al segundo planeta de la ruta marcada.

    Y sobre todo, que había ocurrido en Verilia para que sus condiciones planetarias hubiesen cambiado tanto en un breve espacio de tiempo.

    Sin lugar a dudas, la misión comenzaba con más interrogantes que respuestas.


    PRÓXIMAMENTE, LOS VIAJEROS VIII: MÁS ALLÁ
     
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo final de esta parte VII, y tengo que decir que ha sido fantástico.

    Voy a retomar desde algo que dije antes y es que, esta parte ya está en el podio de LV, colocándose para mí como la mejor tercera parte de todas las que han venido hasta ahora. La primera será la parte V, y en segundo lugar está la parte I (la que inició todo). Pero tengo que reconocer que esta parte ha tenido una calidad fija e inamovible sin tener que recurrir a escenas de acción épica o guerras planetarias. Tengo que admitir que cuando me dijiste que esta parte sería muy tranquila, por un segundo temía que los capítulos fueran a aburrirme. No quería decir nada porque juzgar algo antes de conocerlo tiene sus contrariedades, decidí esperarme a ver el resultado final antes de emitir opinión, y menos mal que no dije nada, porque de haberlo hecho, me tendría que tragar mis palabras XD. Esta parte, sin acción, ha sido fantástica. Vemos como crecen los personajes, y como las relaciones personales se adecuan al tiempo de la historia y a las esperiencias de cada personaje.

    Este capítulo ha sido fantástico, y ha sido en parte porque las conversaciones lo han cargado en los hombros con honor. Pero mejor me centro en el punto.

    Empezamos con una charla grupal entre todos, la cual me ha gustado, porque nos ha ayudado a conocer la personalidad de cada uno de los personajes. Si bien, la personalidad de los más veteranos ya la conozco, es la personalidad de los nuevos personajes que se suman a la historia la que interesa. Ver quienes son, qué desean, y cómo se sienten es vital para poder empatizar con ellos tanto como con las leyendas vivientes que están aquí. Luego de eso, empezamos con las conversaciones personales entre ellos.

    La primera de ellas es la de Lio y Ashley. Me alegra mucho ver que se llevan tan bien, aunque es evidente que su amistad se ha ido hilando por sus vidas. Básicamente, ellos compartieron momentos en la Unión, luego en la Resistencia, y luego finalmente en la AIE hasta que llegó el día en que se iban a separar. Ver que se llevan bien, y que incluso se consideran hermanos ha sido una caricia para el alma, como se suele decir. Tristemente, ese momento tan bello fue interrumpido por la zorra de Sun. Y de ella quiero decir que no me está agradando mucho. Yo sé que debe ser difícil para ella no tener a nadie con quien interactuar, porque todos de una u otra forma, desconfían de ella, está teniendo el enfoque equivocado. Es decir, es cierto que ella mató a Deon y que tiene a su hijo esperando en casa. Pero en lugar de ir a decir "hey, aquí estoy, soy diferente" tendría que mostrarlo, y no con la manera en que lo hace.

    La siguiente es la charla entre Ashley y Lill. Tengo que decir que esa también me ha encantado. Saber que Lill habló de ella a sus hijos, y que seguro ellos están pensando en que serían felices si la conocieran, me da otra caricia al alma XD. Había olvidado que ellos, en la parte I, se presentan como amigos de la infancia. Por ciertas circunstancias, estuvieron separados un buen tiempo, pero ahora están unidos y podrán recuperar tiempo perdido. O eso es lo que parece, ahondaré más sobre esto algo abajo.

    La tercera conversación es Eron y Sun, y tengo que decir que me esperaba que sucediera de esa manera. Eron tiene un último recuerdo muy malo de Sun. Justamente, la última vez que se vieron, ella le arrojó una granada para tratar de matarlo, y antes de eso, ella había traicionado al grupo acudiendo a Paraíso cuando no lo tenía permitido. Es obvio que Eron no se sentirá cómodo con ella cerca, y ella tampoco no es que contribuya del todo para que las cosas cambien. En fin, pese a que esa actitud algo explosiva de Eron no me agrada del todo, no le puedo llevar la contra. Digo, si a mí me quisieran matar, yo también me volvería loco si veo que tengo que compartir equipo con esa persona.

    La cuarta conver es entre Lill y Yak. Y tengo que decir que Yak sí que se hace odiar bastante en esta ocasión. Entiendo que no le guste la decisión que Lill tomó con Regresión, pero ir y decirle "has tenido más errores que aciertos" es una total mentira. Incluso Regresión, que fue su mayor error, fue necesario. Y fuera de eso, no veo que Lill tomara decisiones erróneas en el pasado. Quiero decir, él logró incluso hacer un pacto con los sylerianos, obteniendo así la ayuda suficiente para no acabar perdiendo la guerra en el primer asalto Anixis a Neonia. Creo que Yak se deja guiar por su furia y no se centra en las cosas que Lill ha hecho para que puedan estar allí. Pero bueno, no le perdono nada que diga eso, porque está equivocado. Ya lo de decirle que hubiera preferido a alguien más que no fuera Lill para comandante, es algo totalmente entendible de su parte, incluso me esperaba una confrontación suya de ese estilo cuando apareció.

    La quinta charla es entre Eniar con quienes serán sus colegas en el campo de la ciencia, Halisha y Caelum. Y como siempre, aprovecho para decir que el syleriano se me hace muy antipático con los otros. Nada más entra la nueva, no saluda, no pregunta cómo está o como se siente, nada. Solo la manda a que se ponga a trabajar. Creo que no sabe mucho sobre relaciones interpersonales, pero eso no es excusa para que se comporte así. Un equipo con afinidad seguro trabaja mejor, y él no contribuye nada para que las cosas sean así. Creo que él, Sun y Yak son los que más me desagradan del equipo, estando él en tercer lugar. Pero eso es algo bueno, porque si todos me caen bien, no habría variedad en la cosa.

    La sexta conver entre Cia y Ñjar (su nombre es raro, ya lo he dicho XD) diría que me ha parecido la más floja del capítulo. Casi que las demás conversaciones se dieron entre integrantes con un pasado similar o con profesiones similares. Pero esta no me ha llamado mucho la atención. De por sí, el thuniano tercero de la expedición es quien menos me interesa, y me alegra que él tenga una familia esperandolo en casa. Quiere decir que tiene motivación para no dejarse matar aquí, y que podrá dar algo de jugo al asunto. Cia también tiene pareja y un hijo esperándo en casa, y me hubiera gustado que quizá hubieran conversado más acerca de sus familias. Pero eso es lo que es.

    La séptima me ha gustado más, y es de las que más preocupaciones me ha arrojado para el futuro. Eron va con Lill, y le pide que él, Ashley y por último él mismo, tengan prioridad si las cosas se ponen mal. Entiendo que Eron quizá no sea muy afín con los demás, y que Ashley y Lill son quienes más le importan. Pero pedirle eso me parece demasiado. West es una parte importante de su pasado, ya que él colaboraba de buena voluntad con el gobierno humano en Neonia. Lio también era amigo suyo, y ver que lo está pasando por alto a él y a su ahijada me da un poco de dolor, porque Lio está más alto en escala de mis personajes favoritos que Eron XD. Me ha dejado helado que Lill le diera lo que quería, pero que luego lo traicionara. Entiendo los motivos de Lill, pero ahora mismo, Eron no está con la mente apta para tolerar que le traicionen. Sé que eso es una bomba de tiempo que claramente va a estallar por completo en la parte VIII. Tengo mucho miedo, y te felicito, porque una sola conversación entre dos personas ha logrado tenerme en vela hasta que llegue el momento. Diría que por eso es de las conversaciones que más prometen a futuro.

    La octava conversación es entre West y Maya con la IA del equipo. Tengo que decir que esperaba que en algún momento ella se diera cuenta de que cada vez que West va a la enfermería, el suministro de analgésicos se reduce cada vez más. Salvo que ella no controlase el inventario, no tenían forma de no saberlo. Pero me sorprende que Oda, siendo que tiene que responder ante el comandante Crane, haya decidido guardar el secreto de West, incluso luego de que este confesara de su enfermedad. Como estudiante que será informático algún día (dios quiera :v) creo que Oda está aprendiendo bastante de las emociones que muestran los humanos, y que está empezando a generar empatía. Sabe que delatar a West le traería problemas, y seguro se lo quiere ahorrar.

    En la novena conversación vemos finalmente a Iris y a los ladronzuelos. Sabía que si no estaban apareciendo temprano era porque seguro tenías reservado una conver para ellos, y así ha sido. Parece que Iris es una super módelo, porque nada más entró, volvió locos a Norman y a Lynx de una XD. Y eso que se supone que tiene puesto un uniforme de tripulante. No me quiero imaginar que entre allí con ropa para ir a fiestas, porque seguro que el lugar se vuelve un campo de batalla XDDDD. Fuera de eso, me sorprende que ella haya causado tal impresión. Yo siempre sentí que, si en algún momento se daba una competencia entre ellos dos por una conquista, sería por Tyra, y parece que ella también creyó lo mismo, porque creo que la sentí como si estuviera amenazada por ella XD. El intercambio entre Lynx y Norman ha sido oro puro, y debo felicitarte por ello, se nota que no se llevan bien, y es una forma de establecer otra bomba de tiempo que contrasta con la manera en que se llevaron Lill y Eron. Creo que eso lo hace todavía mejor.

    En plena conversación, la nave es golpeada por los meteoritos, y entonces, el pánico corre en la nave. Me alegra mucho ver que Tyra, Lynx, Norman e Iris hayan sabido manejar la situación. Como lo dice su parte, ellos son la nueva generación, y es bueno que empiecen a demostrar su valía para el equipo (¿ves, Sun? así es como se hace... perdón, se me salió XD). Ellos han logrado aprovechar la tecnología Anixis y han salvado la nave, y menos mal que lo hicieron, porque en Verilia les esperaba un destino peor. Tengo que decir que me esperaba tres casos posibles para Verilia: que fuera un mundo habitado por Anixis, que fuera un mundo habitado por una o más especies que tuvieran tecnología Anixis pero que no fueran ellos, o que fuera un mundo deshabitado pero con rastros de tecnología Anixis, estilo Paraíso. No ha sido ninguna de las tres, y en vez de eso es solo un mundo que ha sucumbido a la actividad volcánica, cuyos registros no coinciden con el registro último de los Anixis. Y ahora me pregunto, ¿qué pasó? ¿Fueron ellos los responsables? ¿Intentaron detener esa catástrofe y salió mal, o la provocaron? Muchas preguntas, y puedes estar seguro de que ya me tienes para la parte VIII.

    Me acabo de dar cuenta que omití las charlas entre Khael y Uriow y la de Lio con Fallon y Om. Es un poco tarde como para que me ponga a reestructurar el comentario, así que mejor las retomo deste aquí.

    La primera charla entre Khael y Uriow me ha gustado. Han sacado a relucir trapos sucios, como dijo Uriow, y las cosas no se han dado de la mejor manera. Creí que la tensión se vería por el hecho de que Khael, en el pasado, arrestó a Uriow, pero parece que él sabe que fue protocolar y no guarda rencor. Pero los comentarios de quien fuera el segundo al mando de Erie, no han sido de gran ayuda. Es verdad que el pasado es el pasado, y que uno no debe ofenderse por ello, pero tampoco hay que ir por ahí diciendo las cosas a la ligera. Se debe tener tacto, pero no por eso juzgo mal a Khael. Tiene sus motivos, cuestionables, pero no me parece tan grave como lo de Sun, Yak o Caelum.

    La segunda charla que me olvidé fue la de Lio, Om y Fallon. Tres soldados que han sido testigos de hechos trágicos en sus vidas. En cierto modo, es curioso que los pusieras allí juntos. Om vio a su mundo sucumbir ante la radiación, quedando solo una cúpula como único lugar seguro. Fallon vio a los suyos pasar de ser pacíficos a entrar en guerra cuando Thunia sucumbió, y Lio (que fue golpeado por el recuerdo de Hillary) vio desde la distancia como su hogar desaparecía, para que luego se alzara una guerra donde él formó parte. Estoy seguro de que esos tres, o al menos, dos de esos tres, formarán una relación que quizá podría ser amistosa en el futuro. Ya veremos que tal lo llevan.

    Ahora sí, sin dejarme nada, he acabado el capítulo. Tengo que decir que entre lo ocurrido con Verilia, el misterio Anixis y lo que ocurrirá en la AIE con la muerte de Hylda, tengo mucha emoción para que comience la parte VIII. ¿No tendrás una máquina que permita saltar en el tiempo que puedas prestarme? Necesito ya mismo saber cómo sigue todo :) okno XD. Esta larga espera me servirá para ensayar mi paciencia. Sabes que este fanático de LV estará esperando por el regreso de este universo :)

    Lo último será mi top de personajes, que ha estado muy quieto en esta parte VII, aunque con poca acción, es lógico. Pero eso no quiere decir que no haya variado un poquitín. Aquí está.

    Top nuevo de LV:
    1. Lill
    2. Lio
    3. Snow
    4. Om
    5. Arva
    6. Uriow
    7. Iris
    8. Ender
    9. Bar
    10. Ashley
    Ya he dicho todo lo que tenía que decir, así que, con esto me despido hasta la siguiente ocasión que me toque seguir leyendo acerca de este universo tan fantástico :D y que sepas que he disfrutado mucho de nuestra leída en simultáneo :char: ojalá se repita próximamente cuando aparezca la parte VIII, porque me lo pasé genial. Nos leeremos pronto. Un gran abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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