Ciencia ficción Los Viajeros IX: El imperio Anixis

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 12 Julio 2023.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    23
     
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    4448
    Ya estamos en el antepenúltimo capítulo de esta novena parte y debo avisar de que este será algo corto en comparación con los últimos, aunque los dos siguientes que cierran la parte tendrán una duración más que decente. Dicho esto, no me quiero ir sin agradecer a Agus estresado por estar siempre pendiente de las actualizaciones de esta historia y por sus comentarios elaborados y entretenidos de leer; da gusto ver el interés en los demás. Sin más que decir, espero que disfrutéis de la lectura.




    Evasión







    — Om, nos alegra tenerte aquí — La comandante Ripley le dio la bienvenida a bordo de la nave en la que se encontraban, siendo una de las cinco que se dirigía a Vulkano — ¿Llegó la ayuda que os enviamos desde Paraíso?

    — Así es, recogieron a nuestros supervivientes — Confirmó el líder syleriano — Os estamos muy agradecidos.

    — ¿Por qué no fuiste con ellos? — Preguntó la gobernadora humana, un tanto extrañada.

    — Cuando supe que os dirigíais a enfrentar a los Veerham en Vulkano, no dudé en unirme — Respondió Om con certeza y decisión — Mi hijo está en esa nave para su seguridad, pero yo no quiero quedarme quieto mientras esa bacteria erradica nuestras colonias.

    El Elegido había sido recogido en la órbita de Syleria por petición expresa suya, mientras el resto de la población que había sobrevivido al asalto del enemigo era llevada por una gran nave de la Alianza con rumbo de vuelta a Paraíso, por ahora el mundo más seguro del territorio conocido.

    Virm había caído, Syleria era inhabitable por la toxicidad en el aire, la base Horizonte Conocido había sido destruida y Neonia no respondía a ningún mensaje, quedando únicamente el polo sur de Vulkano, precisamente el lugar más importante en esos momentos.

    Con la guerra en su punto álgido, la flota de cinco naves de la Alianza enviadas desde el planeta artificial hasta el mundo volcánico sería la encargada de evitar que el OCVD cayese en manos de Mente Colmena. Dos días habían transcurrido de viaje, quedando únicamente veinticuatro horas más antes de poder aterrizar en el planeta objetivo.

    Las comunicaciones con el OCVD eran frecuentes, pero se distanciaban en el tiempo, evidenciando que la presión de las tropas Veerham era cada vez más intensa y más difícil de aguantar.

    [...]

    Dos días antes en el OCVD


    Apenas llevaban unas horas de lucha constante y aguerrida entre los soldados de la AIE que protegían el OCVD y los soldados Anixis infectados por la bacteria Veerham, quiénes trataban de entrar en el complejo para capturar a todos los que estuviesen allí y de paso acabar con la investigación que estaban llevando a cabo los científicos del lugar. Si esto lo sabía Mente Colmena era por tener bajo su control a Halisha y Fallon, quiénes antes de ser sedados, dieron su ubicación a su ser superior, revelando así no solo sus posiciones sino las de todo el territorio conocido y facilitando así la invasión a gran escala.

    El neoniano Quetaryan lideraba a los soldados aliados en la batalla, e incluso todo el personal que no fuese de ciencias se vio obligado a tomar un arma y pelear por proteger el sitio, ya que cuantos más defensores hubiese, más difícil sería para el enemigo penetrar sus líneas. Ya no solo militares, sino ingenieros y simples recepcionistas estaban disparando sus armas en contra de los Veerham, quiénes finalmente lograron atravesar las primeras defensas y entrar en la sala de recepción del complejo. Usando todas las coberturas posibles, los aliados se defendían conforme podían, pero el enemigo guardaba un conocido ás bajo la manga.

    Ninguno se esperaba la misma técnica empleada en Neonia que usaron los Veerham para facilitarse el trabajo. Las famosas cápsulas somníferas asestaron nuevamente el golpe maestro en la batalla, provocando la caída instantánea de los soldados de la Alianza y todos aquellos que peleaban por mantener el lugar a salvo. El enemigo aprovechó su astucia y sus inagotables armas —tenían todo el armamento que los Anixis se dejaron cuando sucumbieron ante la bacteria— para terminar con el plan de sus enemigos. Así, la Mente Colmena decidió llevarse a todos los durmientes y en especial a la científica Landom y al soldado Fallon, ambos bajo su yugo.

    Lo que habían avanzado en la investigación los científicos del OCVD fue destruido inmediatamente, para después marcharse rumbo a la que era su nueva base de operaciones en el territorio: Neonia. El complejo científico y de ingeniería se había convertido en un lugar fantasma, sin ruido de fondo ni personas. Sith y Eniar fueron dormidos y llevados también por los Veerham, siendo únicamente Yak y Bárbara quiénes lograron sortear el ataque. Humana y neoniano no tuvieron más opción que esconderse, conscientes de que eventualmente llegaría la flota principal de la Alianza, por lo que deberían esperar un par de días como mucho hasta su llegada.


    [...]

    Actualidad


    La flota de cinco naves de la Alianza enviadas desde Paraíso hasta Vulkano había completado su trayecto.

    Ubicándose en órbita con el planeta volcánico del conocido sistema Boor'dehm, los sensores y radares buscaban detectar al enemigo tanto fuera del mundo como en su superficie, sin embargo, no había rastro alguno de los Veerham en el sector. Extrañados ante dicha situación, la comandante Ripley ordenó a su pequeño ejército personal que permaneciese a bordo mientras descendían al OCVD únicamente ella y sus amigos, considerados un auténtico equipo de élite, siendo verdaderamente respetados por todos.

    Ashley ya estaba equipada para el descenso en lanzadera que iban a tener ella y sus compañeros de expediciones pasadas, mientras estos se encontraban en una sala específica para armamento, con los trajes de combate y demás suministros necesarios. La líder del ejército de los aliados decidió personarse allí para ver como lo llevaban sus viejos amigos, vislumbrando distintas escenas de los más conmovedoras y nostálgicas para ella.

    Ripley pudo observar como los Crane Carver se cuidaban el uno al otro. El ex comandante de la expedición de la Nolartis se encargaba de abrochar y encajar el traje de protección en su mujer, quién lo miraba entusiasmada.

    — ¿Por qué me miras así? — Crane se percató de ello, sin poder evitar sonreír.

    — Siento ese cosquilleo que sentía cuando íbamos en la expedición de la Arcadia, antes de salir de la nave — Expresó la actual gobernadora humana — Vernos de nuevo, juntos en esto... despierta ciertos recuerdos.

    — No te voy a negar que yo también tengo una sensación diferente en el cuerpo — El hombre terminó de ajustarle el traje a su pareja — Pero por primera vez en mucho tiempo, tengo miedo de verdad.

    — ¿Por qué?

    — No podré evitar tener un ojo sobre ti cuando bajemos ahí — Se sinceró Lill, un tanto preocupado — En la Nolartis, sabía que si me pasaba algo, nuestros hijos te tendrían a ti... Ahora temo que uno de los dos no lo logre. O incluso ninguno.

    — Cariño mío — Carver tomó el rostro de su marido en sus manos, mirándolo fijamente — Nosotros somos así, somos esto. Ambos sabemos que vivimos para este tipo de situaciones, para ayudar a los demás. Lo llevamos dentro.

    — Tienes razón — Musitó él, asintiendo levemente — Te quiero, Snow Carver.

    — Te quiero, Lill Crane.

    La pareja se fundió en un emotivo beso y un posterior abrazo que evidenciaba no solo la unión que tenían, sino la conexión que forjaron hacía muchos años, la cuál seguía absolutamente intacta. Ashley no pudo evitar recordar en esa escena a su fallecido Eron, echándolo especialmente de menos en esos momentos. El amor que se profesaban Lill y Snow era un símbolo de esperanza para el resto de los presentes, quiénes estaban convencidos de que esta guerra se ganaría por estar todos unidos en la adversidad.

    A su lado, la asiática y el policía comprobaban el estado de sus armas, unos Striker, mientras chocaban los puños en señal de complicidad y equipo.

    — Mantén la cabeza en su sitio, ¿vale? — Le dijo Sun al tío de su hijo — No quisiera tener que cuidar de Kendall yo sola.

    — Eso es precisamente lo que he estado haciendo yo — La respuesta de Ender provocó las risas en ambos — No te preocupes, sé desenvolverme bien.

    — No lo dudo, compañero.

    A escasos metros de la familia Xom Brume se encontraban Arva y Lio, ambos colocándose unas mochilas traseras en sus trajes donde se almacenaban suministros de todo tipo para casos extremos. La mujer nacida en la extinta Luna y el hombre de Ceres se dieron un cálido abrazo una vez estaban listos para la acción.

    — ¿Nerviosa? — Le preguntó Santos a su vieja compañera de equipo.

    — ¿Tan obvio es? — Respondió ella, mostrando una sonrisa algo tensa — Desde luego que sí, hace años que no vuelvo a la acción.

    — Volverás a ponerte a tono, estoy seguro — Lio se apoyó en el hombro de la mujer — Siempre has sido de armas tomar.

    — Estoy segura, puede que haga tiempo que no empuño un arma, pero no se me ha olvidado cómo hacerlo — Tidder estaba convencida de sus capacidades — Además, con vosotros a mi lado, es difícil que las cosas puedan salir mal.

    El tipo le mostró una sonrisa esperanzadora, obteniendo una respuesta similar de parte de la ex piloto. Finalmente, quedaban Eeron y Om por abastecerse de lo necesario para el descenso, mientras mantenían una conversación entre los dos únicos alienígenas presentes en ese grupo.

    — Siento lo que los Veerham le han hecho a tu mundo y a tu pueblo — Dijo de pronto el emisario Anixis — Yo no lo viví, pero he leído historias de como hicieron lo mismo con las colonias de mi especie.

    — Syleria ya estaba malherida por los neonianos, los Veerham solo han urgado en esa herida para hacernos más daño — Recordó el líder syleriano, mostrándose serio — Mi planeta ya no me preocupa; sí lo hace el resto del territorio conocido.

    — Debo admitir que es asombroso y gratificante ver como vuestras especies se han aliado para trabajar juntas por un futuro mejor — El único ser Anixis presente en todo el territorio de la Alianza, reveló estar sorprendido para bien con las especies aliadas — No sé si mis ancestros tenían otras especies aliadas, pero si era así, no ayudaron en nada a evitar que Mente Colmena los infectase.

    — Tampoco han venido los tuyos a ayudar — Paokt le recriminó eso al recién llegado — Sé que sois pocos porque tú lo dijiste, pero las especies de la Alianza también somos pocos en número y aquí seguimos.

    — Mi especie ha sufrido mucho y tuvo que huir del enemigo que ahora compartimos — Eeron no estuvo nada contento con esas palabras del syleriano — Pero yo estoy aquí y voy a ayudar, ¿verdad? Sé que no soy un ejército, pero estoy dando la cara. Respeta eso, al menos.

    — Créeme, te respeto — Confirmó el Elegido, consciente de que podía haber ofendido al anixis — Solo digo lo que pienso según mi perspectiva.

    — Y lo respeto, pero no lo comparto.

    Una vez Eeron y Om terminaron su curiosa conversación, la comandante Ripley llamó la atención de todos los presentes.

    El equipo de descenso estaba listo para partir, por lo que solo quedaba subirse a bordo de una lanzadera y adentrarse en el polo sur de Vulkano, hogar del Observatorio Científico Vanth Dheer. Ninguna señal llegaba del lugar, lo que podía presagiar que algo andaba mal. Sin embargo, para evitar que todos los soldados fuesen emboscados, serían ellos nueve únicamente quiénes explorarían el área antes de solicitar cualquier apoyo, llegado el caso.

    Todos subieron a bordo del vehículo aéreo, saliendo de uno de los varios hangares que había en su gran nave. Conforme el aparato salía, las miradas de todos se entrelazaban, demostrando determinación, compromiso y admiración el uno por el otro, cualidades indispensables para el buen funcionamiento de un grupo que trabajaría en conjunto para salvar a su hogar y a su gente. La lanzadera traspasó con normalidad la atmósfera planetaria de Vulkano y se dirigió al OCVD, divisándolo en la distancia hasta aproximarse considerablemente.

    Pilotaba la propia Arva, quién no había perdido facultades en su viejo campo de trabajo.

    — Estamos aterrizando — Informó la piloto Tidder por radio — Cambio.

    Recibido, Equipo Arcadia — Contestaron desde la nave principal de la flota, la cual estaba en órbita — Estaremos en contacto ante cualquier movimiento sospechoso en el sector. Cambio y corto.

    — ¿Equipo Arcadia? — Snow se sorprendió de oír eso.

    — Así es, nos he hecho llamar así — La comandante Ripley sonrió, confirmando que había sido idea suya — Como en los viejos tiempos.

    — Interesante — Añadió un Eeron que nunca había llegado a formar parte de esa nave, siendo el único.

    La conversación no fue a más mientras la lanzadera pilotada por Arva tocaba tierra finalmente. La polvareda que se levantó alrededor del vehículo aéreo precedió a la salida inmediata del 'equipo Arcadia', saliendo cuatro por cada lado. Lill, Snow, Lio y Om empuñaban sus armas en alto mientras que Ashley, Eeron, Ender y Sun hacía lo mismo por su costado.

    Una sensación extraña reinaba en el ambiente, pues no había rastro de nadie y el silencio era lo único que les había recibido a las puertas del OCVD, a las cuáles se aproximaron lentamente.

    — Ojos en todas direcciones — Advirtió la comandante Ripley, tomándose su rol muy en serio al comenzar la misión dando una orden — Desde la flota nos informarán de cualquier detección en los radares. Nosotros asumamos simplemente que no estamos solos.

    — Entendido.

    — Vale.

    — Recibido.

    El equipo Arcadia avanzó lenta pero decididamente hacia la sala principal del OCVD, la recepción.

    Todos miraron el destrozo ocasionado por el enemigo, con las cristaleras totalmente rotas, fuego ardiendo en la zona del mostrador y en definitiva, un verdadero aspecto de guerra que daba la sensación de que el lugar había sido arrasado un día antes de la llegada del grupo, cuando se perdió la comunicación.

    El equipo se dividió en dos grupos —uno de cuatro y otro de cinco— para explorar las cercanías a la recepción y asegurarse de que no había nadie dispuesto a emboscarles. De repente se escucharon una serie de pasos que provocaron en los nueve soldados un estado de alerta, al mantener sus armas apuntando hacia el foco del ruido.

    — ¡¿Quién anda ahí?! — Preguntó Paokt mientras apuntaba con su Rhajaal.

    — ¡Sal despacio y con las manos en alto! — Indicó Ashley, sujetando firmemente su Striker — ¡Somos de la Alianza!

    — Gracias al universo que sois vosotros.

    [...]

    Un día antes


    — ¡Socorro! — Gritaba repetidas veces una científica humana mientras era arrastrada por dos soldados Veerham — ¡Por favor, no quiero que me lleven!

    — ¡No os la llevaréis, malditos!

    Un ingeniero thuniano se lanzó a ayudar a su compañera de profesión, recibiendo un culatazo en la nuca que terminó por dejarlo noqueado.

    Automáticamente y sin decir nada, otros dos soldados enemigos lo tomaron y lo arrastraron al exterior del recinto, ante la mirada de una Bárbara y un Yak que se escondían en un ascensor bloqueado, con el suficiente espacio abierto entre las puertas como para poder observar la escena. Ambos veían como los Veerham se llevaban a ambos trabajadores del OCVD, siendo los últimos, aparte de ellos, que quedaban allí.

    El resto habían caído previamente por las cápsulas somníferas, pero el enemigo registró cada sala del complejo hasta hallar a aquellos residentes que lograron esconderse exitosamente. Los encontraron a todos eventualmente menos al dúo mencionado, que alcanzó unas máscaras de oxígeno.

    Conforme los soldados enemigos salían por la entrada principal, neoniano y humana se miraban con resignación. No les gustaba la idea de esconderse ni muchos menos dejar que se llevasen a todas las personas, pero si alguien quería saber que había pasado, lo mejor era que ambos se mantuviesen escondidos hasta el regreso de sus amigos.

    — Esa maldita bacteria... — Quetaryan estaba furioso solo de pensar en su enemigo — Tiene a mi mujer y a mi hijo, tiene a Fallon, a Sith, a Eniar y ahora al resto de humildes personas de aquí.

    — Yo también tengo ganas de salir ahí y fusilarlos a todos, pero con eso solo ganaríamos la muerte — Mason intentaba concienciar a su compañero — Además, la investigación sobre la infección ha arrojado resultados bastante concluyentes. Y nos conviene dar esa información a los líderes.

    — ¿Y por qué no me la cuentas a mí también? — El neoniano tenía una curiosidad insaciable — No entiendo porqué quieres esperar a que venga la flota, más allá de para informar a los líderes.

    — Lo diré delante de todos, no antes ni después — Contestó, decidida, la ex gobernadora humana — Ahora debemos ser pacientes y esperar.

    — Si tú lo dices... — Yak no parecía nada de acuerdo con la idea de callarse ese dato, pero poco podía hacer para obtener lo que quería — Solo espero que tengas buenas noticias, Bárbara.

    La humana se volteó para que el neoniano no viese la expresión de preocupación que albergaba en su rostro, algo sin duda revelador respecto a la investigación sobre la infección de la bacteria Veerham. Él, por su parte, se encontraba muy serio mientras observaba una pequeña herida en su hombro derecho, siendo de un disparo plasma de algún Flasher enemigo que le rozó.

    Ambos esperaban que el tiempo transcurriese lo más rápido posible para encontrarse con la flota de la Alianza y con sus viejos amigos que iban en ella.


    [...]

    — ¡¿Quién anda ahí?! — Preguntó Paokt mientras apuntaba con su Rhajaal.

    — ¡Sal despacio y con las manos en alto! — Indicó Ashley, sujetando firmemente su Striker — ¡Somos de la Alianza!

    — Gracias al universo que sois vosotros.

    Quetaryan salió con las manos en alto y un Flasher en la espalda, mientras que Bárbara estaba detrás de él con un Winlock en sus manos.

    El equipo Arcadia bajó sus armas casi al mismo tiempo, acercándose a ver a sus dos amigos y viejos conocidos. El dúo que había sobrevivido al asalto Veerham al esconderse, se veía un tanto desnutrido y exhausto tras pasar un día entero en aquel ascensor. Snow sacó de su mochila una botella purificadora de agua y se la entregó a Yak, quién no dudó en tomar un gran sorbo de esta. Lo mismo hizo Lio con Bárbara, quién se lo agradeció con un abrazo.

    — ¿Solo estáis vosotros aquí? ¿Hay más gente escondida? — Preguntó Ripley, para saber si debían registrar el resto del complejo o ahorrarse esa tarea.

    — Solo nosotros — Musitó el neoniano, visiblemente apenado — Estoy seguro.

    — ¿Dónde mierda están los demás? — La asiática fue directa y sin tapujos al asunto — ¿Y cómo podemos saber que sois vosotros y no estáis infectados por esa asquerosa bacteria?

    — No tenéis forma de saberlo sin instrumental científico o médico, pero nos someteremos a un examen en la nave, si es necesario — Explicó la ex líder humana — Respecto a tu primera pregunta... se los han llevado a todos.

    — ¿Cómo? — El hombre de Ceres se quedó algo impactado — ¿Se los llevaron? ¿A dónde?

    — Ni idea, amigo — Esta vez, contestó Yak a las preguntas — Simplemente... vimos como lo hacían. El ataque que esperábamos no resultó ser lo que creíamos.

    — ¿A qué te refieres? — Ender se sumó a la conversación.

    — Atacaron el frente, como estáis viendo, la recepción. Pero después nos lanzaron cápsulas somníferas por todo el edificio — Reveló el soldado neoniano, sorprendiendo al resto — No pretendían matarnos, sino capturarnos vivos. Incluso se llevaron a Fallon, Eniar, Sith... y a Halisha.

    — Eeron, ¿qué crees que planean? — La comandante de la flota se dirigió al anixis presente, pues sabía que tenía ciertos conocimientos sobre el enemigo.

    — Nada bueno. Si han capturado a la gente de aquí, significa que tienen una base de operaciones próxima y que, con toda probabilidad, van a experimentar con ellos — Las palabras del emisario Anixis no indicaban nada positivo para la misión — Seguramente, Mente Colmena planea infectarlos para tener más mano de obra, en este caso soldados. Esta guerra puede alargarse en exceso si el enemigo te somete al letargo en lugar de enfrentarte a muerte.

    — ¡Menudo hijo de la gran puta! — Lio explotó, muy enfadado — ¡Estoy deseando encontrar el nido de mierda en el que se esconde esa cosa!

    — Dudo que esa posible base de operaciones esté en Vulkano, ya que de lo contrario, el OCVD habría sido un buen lugar para ello — Crane teorizaba con su mentalidad militar — Y el planeta no tiene muchos sitios habitables, más allá de este y Puerto Arcadia.

    — Nos llegaron informes de Puerto Arcadia antes del ataque — La científica y ex gobernadora humana reveló ese detalle — Curiosamente, ese lugar lo han arrasado.

    — Quizá solo le interesaba la gente de éste lugar — Om, que había estado muy callado, se unió al debate — Tiene sentido, porque aquí hay mentes prodigiosas.

    — En efecto, y toda la información que almacenan sus memorias es de gran utilidad para Mente Colmena — Eeron suponía que la bacteria planeaba no solo tener más soldados, sino tener más conocimiento sobre las subespecies de los Anixis — Debemos encontrar el lugar al que han llevado a toda vuestra gente e impedir que los infecten, porque de lo contrario, deberéis enfrentarlos.

    — De eso quería hablar antes de irnos, precisamente — Bárbara obtuvo la atención de todos en aquel instante — Hay algo que debo deciros sobre la infección Veerham.

    Todos aguardaron en silencio a que Mason dijese que resolución había sobre la investigación a la infección de Mente Colmena.

    Aunque quizá no fuese el lugar idóneo para ello, la científica humana no quería esperar a encontrarse a bordo de la nave y tener que convocar una reunión para ello. Aprovechando que muchas de las personas más importantes estaban allí presentes, decidió que era el momento de revelar los datos.

    — Hemos hecho muchos estudios clínicos con Halisha y Fallon, precisamente aprovechando que estaban infectados por la bacteria Veerham. Manteniéndolos en estado durmiente, hicimos análisis de la sangre y demás, entre muchas otras pruebas. Pero todo concluía en un mismo punto: la bacteria se adueña del huésped una vez corrompe su cerebro y lo moldea a su antojo — La revelación de Bárbara dejó a más de uno con la boca abierta, mientras otros expresaban con su rostro la evidente preocupación al respecto — De hecho, Halisha está embarazada de Yak y su feto se encuentra bien, pese a que no sabemos si la bacteria ha invadido su cerebro en formación. Sea como sea, la conclusión de toda la investigación, es que no hay manera de impedir la infección una vez entra en tu torrente sanguíneo. Al menos, aún no existe un remedio para ello. Sé que es una noticia desoladora... pero ahora mismo, es así. No hay nada que podamos hacer para evadir su control.

    [...]
    Unas horas después...


    Aquí flota Paraíso de la Alianza, hemos detectado vuestra posición y os damos permiso para atracar en el muelle B12. Bienvenidos a bordo, Nolartis.

    La famosa nave de la expedición que regresó hacia poco más de una semana, se estaba dirigiendo a Vulkano cuando fue detectada por los sensores de la flota, invitándola a atracar en ella. La Nolartis atracó en su correspondiente muelle, saliendo de ella los trabajadores supervivientes a la destrucción de la base Horizonte Conocido, entre ellos la piloto Maxwell y el ingeniero e informático Bragg.

    Ambos fueron llamados a capítulo por parte de la comandante Ripley, conocedora de los útiles conocimientos que los dos poseían. Además de eso, Ashley tenía un plan para dirigirse al último planeta por visitar y del cuál nada se sabía. Pasadas un par de horas desde la aparición de la Nolartis y sus integrantes, se convocó una reunión en una de las salas de la nave principal de la flota.

    Allí estaban, aparte del 'equipo Arcadia', los dos recién llegados de la Nolartis.

    — He pensado en algo y quería que estuviésemos todos presentes para discutirlo — La líder del ejército de la AIE tomó la palabra, al ser quién convocó dicha reunión — Sabemos que el enemigo tiene una base de operaciones en el propio territorio conocido y según los últimos informes de inteligencia, se cree que ese lugar es Neonia.

    — ¿En serio? — Uno de los únicos neonianos presentes sintió una punzada en su estómago al oír aquello — ¿Los Veerham han tomado mi mundo?

    — Eso parece, Yak — Musitó Ashley, algo preocupada — Hace más de un día aproximadamente que no recibimos ningún tipo de comunicación por parte de Neonia.

    — Probablemente han hecho lo mismo que en el OCVD — Supuso Bárbara con cierta lógica — Cápsulas somníferas.

    — Es altamente probable — Indicó la comandante Ripley, prosiguiendo con su idea — Por ello, y coincidiendo con la aparición de la Nolartis, he pensado que vayamos nosotros a Neonia como avanzadilla. La flota nos seguirá de cerca y esperará mis órdenes.

    — ¿Y qué se supone que haríamos nosotros? — La ex fundadora de la Resistencia no entendía porqué ir solo ellos — ¿Cuál es la misión?

    — Mi estrategia consiste en aterrizar únicamente nosotros, con la Nolartis, para evitar llamar la atención — Simplificó la líder del grupo y del ejército — Liberar a aquellos que aún no hayan sido infectados y destruir esa base de operaciones. Sin ella, esa puta bacteria no tendrá nada que hacer aquí.

    — Tendríamos a la flota de respaldo, en caso de que seamos superados — Pensó Lill, interviniendo en el debate para aportar su opinión — Y podrían protegernos en órbita si se acercan más naves Veerham al planeta.

    — Exactamente — La comandante asintió a las palabras de su viejo amigo — El viaje de Vulkano a Neonia será de tres días, así que sugiero ponernos en marcha desde ya mismo.

    — ¿Iremos a bordo de la Nolartis, entonces? — Preguntó Ender, para recoger antes sus pertenencias básicas.

    — Así es — Informó Ashley a todos los presentes — Tenéis diez minutos para hacerlo, mientras informo a los capitanes de las naves. Iremos al frente.

    Todos asintieron a la orden dada por su comandante, saliendo a su ritmo de la sala donde se habían reunido.

    Mientras la comandante Ripley se iba al puente de mando de la nave en la que se encontraban para dar parte del plan a los demás superiores de la flota, el resto emprendía el camino a sus camarotes a recoger todas sus cosas y subirlas a bordo de la Nolartis, con la que irían a Neonia en la que sería una misión clave para el devenir del conflicto a gran escala que los Veerham habían provocado en el territorio conocido de la Alianza.

    Primero fue una invasión y ahora era una evasión en toda regla la que el enemigo había realizado al usar las cápsulas somníferas en diversas poblaciones de su interés. Con el planeta neoniano como base de operaciones en la que experimentar, infectar y ganar recursos para su propia cruzada, la bacteria apodada como Mente Colmena y sus súbditos llamados Veerham se preparaban para la obvia llegada de las especies aliadas.

    Podía ser una última batalla en territorio aliado, de lo contrario, solo sería el comienzo del fin de este.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Ha sido breve, pero no por eso carente de intensidad. Estoy seguro de que ahora, en los últimos dos que quedan de esta parte, se vendrán cosas intensas más que nada teniendo en cuenta lo que acontece al final, pero mejor arranco del principio XD.

    En Syleria, los civiles han sido rescatados y llevados a Paraíso para estar a salvo del peligro, mientras que Om se une a sus viejos amigos y se determinará a luchar en la batalla contra la bacteria. Una vez que está en el grupo, el syleriano se une a la tropa y parten todos al OCVD, lamentablemente, ya era muy tarde, puesto a que el enemigo le bastó con un solo día para echarse mano a los recursos que estaban allí.

    Ashley lidera al grupo mientras vemos como se van relacionando los personajes ante el peligro inminente. Lill y Snow, quienes vuelven a luchar juntos luego de la parte II, ya que creo que desde la III en adelante siempre han estado en focos de conflicto separados. Ambos se aman y mucho, y por eso también tienen miedo de lo que pueda acontecer en la misión, pero saben que estarán apoyándose mutuamente. Ashley siente ternura al verlos, pues ella también es parte de la familia, y siente nostalgia por la ausencia de Eron.
    Ender y Sun parecen tener una amistad sana, ya que ambos se dan palabras de ánimo y saben que tienen un objetivo en común. Ganar la guerra para regresar a casa junto con Kendall.
    Por otro lado, Lio y Arva se ayudan mutuamente. Ambos han estado en el mismo equipo desde la parte I, si es que obviamos la desviación de Lio en la parte III, aunque poco tardó en volver al lado de los buenos. Ambos parecen estar decididos a luchar, incluso Arva confiesa que tiene todo listo para hacer frente a la bacteria.
    Por último, están Om y Eeron. Los dos únicos aliens en el equipo de avanzada para ir al planeta a pelear. Om le dice que la pérdida de su mundo no duele tanto, imagino que tiene su impacto dado a que siempre desde niño ha tenido una imagen tétrica del mismo a raíz de la contaminación que dejó la guerra. Le preocupa más proteger lo que sigue en pie que llorar por lo que ya no está, Estoy seguro de que la guerra contra los humanizados Anixis de Deon le ha endurecido un poco, el conflicto con Davon y su grupo en el que murió su esposa le ha cambiado mucho, y ahora, la batalla contra los infectados Anixis de Mente Colmena le hace pensar que lo que importa es tener un futuro a salvo para su hijo. Eeron se rehusa a dar la ubicación de su colonia, pero se compromete a ayudar en todo lo que pueda. Tengo que decir que, por más miedo que tenga, creo que Eeron debió de haber pedido ayuda, para que así sean una fuerza superior contra Mente Colmena, y no solo eso, sino que también puedan tener la oportunidad de vengarse por todo lo que les arrebató. Aunque tengo la teoría de que podrían hacer alguna aparición en la parte X , aunque sea a nivel de flashforward :ashum:

    Cuando llegan al OCVD, solo quedan Bárbara y Yak, puesto a que todos fueron llevados. La Mente Colmena recuperó a Halisha, una científica brillante y con un bebé, listo para extorsionar a Yak de seguro, tan pronto como se entere de todo lo que tiene. Fallon, si bien, estaba herido al momento de ponerlo en criogenia, será un arma potente si consigue recuperarse :aniscream: . Y quienes se siguen adicionando son Eniar y Sith, dos científicos e ingenieros muy hábiles. Espero que Sith no les construya una hiper mega arma a esa bacteria, o de lo contrario, todo acabará mal para el grupo.

    Una vez que llegan todos, Barbara y Yak les dijeron que debían ocultarse para evitar la captura, y Barbara confiesa que no hay manera de hacer frente a la bacteria una vez esta ingresa en el torrente sanguíneo. Quiere decir que los cuatro secuestrados aquí, incluida también Erie que debe estar ya infectada, no tienen salvación, y tal vez lo único que puedan recuperar cuando todo se termine sea el bebé de Halisha si es que este sigue sin estar infectado por la bacteria. Maldita Mente Colmena, más te vale que no le permitas ponerle una mano encima a uno de mis bebés, y si lo haces, me desarrollas una cura, maldito. Que a mis favoritos no me los toca nadie :ewww:

    Una vez la Nolartis regresa, todos deciden partir a Neonia, sabiendo que allí podrían estar enfrentando una fuerza poderosa, ya que Mente Colmena alguna base de operaciones debe tener en el territorio conocido, y Neonia es el mundo candidato dado al silencio que han estado guardando. Supongo que esta parte tratará de cómo acaba la guerra en Territorio Conocido. Mi gran suposición es que el ejército de la alianza, tras una innumerable cantidad de bajas, termina por hacer retroceder a los infectados de Mente Colmena, quienes deberán irse, y tal vez siguiéndoles es que logren encontrar el escondite de esa bacteria para quemarla viva :shani:

    Un bonito detalle fue de Ashley al nombrar a su equipo como equipo Arcadia. Muy nostálgico, lo veo. Pero como esa nave fue destruida en la guerra contra los falsos Anixis, ahora que pelean contra los infectados Anixis, seguro alguien de ese equipo va a morir. Supongo que la regla número uno que seguirán los personajes en el futuro será no estar en nada que lleve Arcadia por nombre XD.

    Bueno amigo, aquí acaba mi comentario hoy. Listo para leer el final de esta parte, pero seguro no del conflicto que parece que abarcará todo el arco final de la historia con la parte siguiente. Así que, esperaré lo mejor para mis bebés, no me queda más que hacer eso. Será hasta la próxima, ya sin complicaciones de mi parte. Nos estaremos viendo la semana próxima. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Penúltimo capítulo de esta parte y prepárense porque las cosas van a culminar muy pronto en un épico clímax, aunque eso lo juzgaréis vosotros. Quiero agradecer a mi querido amigo y hermano Agus estresado por estar muy atento a esta historia y por emocionarse con todo lo que sucede en ella. Su apoyo me incita a seguir avanzando en este hermoso universo que he creado y solo espero que él siga ahí, hypeado por lo que está por venir. Ojalá a los demás también os guste, tanto este capítulo como lo que se viene en el futuro.







    Solo quedamos nosotros




    Snow observaba a través de un amplio ventanal el extenso horizonte estrellado que se abría paso ante sus ojos, alejándose mucho más de lo que la vista de la humana podía alcanzar.

    Ver aquello la hacía sentir pequeña y frágil en el pasado, pero ahora, esas vistas la hacían sentir una privilegiada y una paz que no tenía en Paraíso, donde pese a vivir a las afueras de Ciudad Anixis, aún se escuchaba el tumulto ajeno. Sumida en sus pensamientos, la mujer no se percató de la presencia de Lill detrás suya, hasta que éste la abrazó por la espalda mientras rodeaba con los brazos su cintura.

    — Es precioso, ¿verdad? — Dijo Lill, haciendo referencia al primer momento íntimo en el que interactuaron, durante su primera convivencia en la Arcadia.

    — Sin duda, lo es — Musitó ella, sonriente y sin quitar la vista del amplio ventanal, en el pasillo que conectaba el área de los camarotes con el puente de mando de la Nolartis — Estas vistas son para quiénes nos levantamos temprano. Son las pequeñas cosas que importan.

    El hombre no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras, evidenciando que la mujer también se acordaba de aquel primer momento que tuvieron a solas en su primera expedición. La gobernadora Carver se volteó y posó sus brazos sobre los hombros de su marido, teniendo su rostro a escasos centímetros del suyo. Ambos se dieron un tierno beso bajo la mirada de las estrellas más próximas en su rumbo hacia Neonia. Era poético en cierta medida el hecho de que se conocieran en una primera misión que se dirigía al planeta neoniano y que más de una década después, regresasen a ese mundo para una nueva misión mucho más importante que aquella.

    Apenas llevaban un día a bordo de la Nolartis desde la última reunión que tuvieron para decidir la estrategia a seguir, decidida por la actual comandante del ejército de la Alianza.

    La propia Ashley se encontraba en la zona del gimnasio, concretamente en el área delimitada como tatami para enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Eeron estaba junto a ella, entrenando ambos en el arte de la lucha uno versus uno. El emisario Anixis demostraba moverse con agilidad y fluidez mientras que la soldado humana evidenciaba tener una técnica muy pulida con el paso de los años, habiendo entrenado también con los thunianos durante sus años en Virm.

    — Adoptas varias filosofías de combate en una misma — Le reconoció Eeron en el buen sentido — No me extraña nada que te hayan nombrado comandante del ejército de todas las especies aliadas.

    — Bueno, son muchos años de entrenamiento y determinación para que algún día obtuviese un cargo de esta magnitud — Ashley no negaba su ambición por ser importante, especialmente ahora que esa era su única motivación para seguir adelante, más allá de proteger a sus viejos amigos — ¿Y qué hay de ti? ¿Eres simplemente un emisario de tu gente u ostentas un puesto mayor en tu colonia?

    — Soy un simple explorador, entrenado con una misión en la cabeza durante años — Reveló el Anixis a su primera amiga alienígena — No tuve la infancia que otros sí pudieron tener... estuve siendo preparado para venir aquí durante mucho tiempo.

    — ¿Por qué tú? — Preguntó la humana, intrigada al respecto — ¿Hay algo que te haga especial como para que fueses elegido para esa misión?

    — Vengo de la dinastía de una personalidad muy carismática en mi especie, el Gran General — El emisario Anixis reveló que era descendiente de aquel que aparecía en ciertos archivos que la expedición de la Nolartis halló en su travesía — Él era mi cuarto padre, se podría decir. Peleó en la guerra de mi especie contra la bacteria Veerham.

    — Asumo que estás hablando de generaciones pasadas, por lo que ese Gran General sería tu tatarabuelo — Supuso Ripley, en base a lo que su compañero le había dicho — ¿Sobrevivió al conflicto?

    — Lamentablemente, no. Pero sí lo hizo su descendiente y a su vez mi tercera madre.

    Ashley teorizó entonces que esa tercera madre sería la hija del Gran General y por ende, bisabuela de Eeron. La humana estaba verdaderamente intrigada con el árbol genealógico del anixis, pero tenía otros intereses también.

    — ¿Ella lidera la colonia de la que provienes?

    — No, ella murió hace trescientos ciclos solares — Eeron parecía estar cómodo hablando de su pasado familiar con la humana — Mi colonia no tiene un solo líder, sino un consejo formado por varios, y entre ellos está mi segundo padre. Un veterano fundador de nuestra colonia, ya que estuvimos generaciones vagando por el espacio oscuro para despistar a los Veerham.

    — Perdona si te estoy haciendo muchas preguntas, pero sinceramente, me interesa mucho saber más sobre ti — La comandante del ejército y del grupo decidió expresarse con naturalidad ante su compañero — No quiero ofenderte o hacerte sentir presionado a responder si no quieres hacerlo.

    — No tengo problema en contarte todas estas cosas — Eeron confiaba en Ashley bastante más que en el resto del equipo — Solo te pido que las guardes para ti.

    — Por supuesto, esto queda entre nosotros.

    El dúo formado por la humana y el anixis decidieron dar por concluido su entrenamiento de combate, por lo que abandonaron la sala para ejercitarse con la intención de darse una ducha y dirigirse posteriormente a desayunar. Al día siguiente, en el comedor precisamente, se encontraban cuatro de los integrantes de la 'expedición' que habían formado para dirigirse a Neonia. El hombre de Ceres había terminado su desayuno en el momento en el que aparecían en escena Ender y Sun, siendo seguidos por Bárbara.

    La situación entre algunos de ellos era un tanto tensa, especialmente entre el policía y la científica. Lio decidió sentarse junto a todos ellos mientras estos se ponían el desayuno racionado que les tocaba, el cuál aportaba los nutrientes suficientes como para tener cierto nivel apto de energía diario. El comisario de Ciudad Anixis se comió su plato con rapidez para no pasar más tiempo cerca de la ex gobernadora humana, que se percató de esto.

    La asiática, viendo que su compañero se disponía a marcharse abruptamente, decidió llamarle.

    — ¡Ender! ¿Ya te vas?

    — Así es, no me gusta estar en la misma sala con alguien que te miente a la cara siempre que te ve, para que puedas seguir haciéndole el trabajo sucio.

    Visiblemente molesto, Xom emprendió el camino de salida del comedor, provocando que Brume se llevase consigo su plato de desayuno para no dejarlo por terminar y sobre todo para no dejar que se fuera solo y con ese enfado. Esto dejó a solas tanto a Santos como a Mason, quién estaba un tanto dolida por esa reacción de su viejo amigo.

    — ¿Qué pasa entre vosotros dos? — Lio no era consciente del conflicto.

    — Esperé demasiado a decirle que Cia había muerto en la expedición — Contestó Bárbara con cierta apatía — Sé que hice mal, porque quiero a Ender como si fuese un hermano mío, pero él estaba investigando sobre el asesinato de Hylda y no quería...

    — Lo entiendo — Musitó de pronto el hombre de Ceres — No es como yo hubiese actuado, pero lo comprendo.

    — ¿Cómo lo hubieses hecho tú?

    — Hubiese sido directo y sincero — Dijo Santos, sin tapujos — Y más con un amigo a quién quiero.

    — Supongo que tienes razón, Lio — Murmuró la mujer, que dejó de comer su desayuno — Creo que debería ir a disculparme personalmente con él.

    — De hecho, ahora tienes la oportunidad, por ahí viene.

    Sun regresaba con Ender en lo que probablemente había sido una charla previa para convencerle. Policía y científica se miraron directamente, queriendo hablar los dos mientras la asiática y el hombre de Ceres observaban con atención la escena.

    — Creo que...

    — Debería...

    — Tú primero.

    — Sí, vale — Musitó Bárbara, decidida a disculparse — Quería decirte que siento muchísimo no haberte dicho en su momento lo que pasó con Cia, algo que me sigue doliendo a día de hoy porque hemos estado casi un año sin hablar desde entonces y... me siento horrible por ello.

    — Primero que nada, acepto tus disculpas, aunque te pido que por favor no vuelvas a hacer eso ni conmigo ni con nadie — Ender fue directo al grano — Yo también quiero disculparme por el trato que te he devuelto desde entonces, una persona madura te habría dejado claro que pese a ese gran error que hiciste, la familia es lo primero y tú eres de mi familia.

    — Te agradezco que seas sincero conmigo, no tienes porqué disculparte de nada — Le reprochó la mujer, conteniendo las lágrimas — Gracias por perdonarme, Ender.

    — Somos prácticamente familia y ahora somos un equipo — El policía se mostró calmado — Debemos estar más unidos que nunca.

    — Vale, ahora quiero ver un maldito abrazo — Indicó Sun, con una mezcla de seriedad y risa.

    Tanto el hombre como la mujer se miraron y accedieron a ese abrazo que confirmaba su perdón, algo que celebraba la asiática con un aplauso, quién miró al hombre de Ceres para que éste le siguiese la corriente. Lio sonrió y accedió a aplaudir, provocando las risas en Bárbara y Ender, pues aquello parecía el recreo del colegio en el que dos niños se hacían amigos de nuevo.

    Como dos niñas se sentían también las dos pilotos con las que la Nolartis contaba a bordo, siendo estas Tyra y Arva, quiénes estaban juntas en el puente de mando.

    — Es increíble tenerte a mi lado, en serio, eres más reconocida de lo que crees entre la gente de mi edad — La piloto Maxwell elogiaba a su nueva compañera — Has sido mi referente en cuanto a pilotaje de naves se refiere.

    — Vaya, me siento extremadamente halagada — Sonrió la piloto Tidder — Gracias, Tyra.

    — No hay de qué, es la pura verdad — La principal piloto de la Nolartis asintió con entusiasmo — Es genial contar con más manos por aquí, aunque no es que me queje de Oda, pero a veces echo en falta tener con quién hablar aquí.

    Tyra, yo siempre estoy disponible para cualquier tipo de conversación que desees tener — La inteligencia artificial de la nave decidió intervenir — Lo mismo digo para ti, Arva.

    — Ojalá te hubiésemos tenido en la Arcadia, Oda — Dijo la mujer nacida en la extinta Luna, esbozando una gran sonrisa — En serio, habrías sido de gran utilidad.

    Por desgracia, eso no ha sido posible hasta mi fabricación con componentes de origen Anixis.

    — Según tengo entendido, había un robot en vuestra nave, ¿verdad? — Maxwell conocía ciertas cosas de la historia de los famosos viajeros de la Arcadia — ¿Un Rhajik?

    — Exactamente, teníamos a Zyon con nosotros a bordo — Confirmó Tidder, recordándolo con aprecio — Pese a ser una máquina, era un buen compañero y nos salvó en contadas ocasiones. Incluso se sacrificó para salvarnos a algunos. Si West estuviese aquí, probablemente se acordaría de lo que sufrió su pérdida. E incluso Cinthia, que esté donde esté, espero que esté bien.

    — ¿Dónde estaba tu amiga por última vez?

    — Puerto Arcadia, si no me equivoco. Sé que ha sido destruida, pero no sé que pensar...

    La conocida doctora Cinthia Marlow se encuentra en paradero desconocido, como muchas otras personas en Puerto Arcadia y otras colonias del territorio conocido.

    — Pues eso, espero de corazón que haya sobrevivido y esté escondida en algún lugar de Vulkano.

    Arva y aquellos que más conocían a la médico, realmente deseaban que estuviese bien, pese a la ausencia de contacto últimamente.

    Precisamente gracias a ciertos contactos, el Elegido Paokt logró que el ingeniero e informático Bragg lograse obtener el puesto de jefe de la base Horizonte Conocido, aunque ahora ya no ostentase dicho cargo ante la destrucción de la estructura. El syleriano y el neoniano se encontraban juntos en la sala de ingeniería de la Nolartis, reparando algunos desperfectos en la Rhajaal de Om, cuando fueron interrumpidos por la llegada al lugar de Yak.

    Ya era el tercer día de trayecto, por lo que la llegada a Neonia estaba próxima.

    — ¿En qué proyecto andáis metidos? — Para no pensar en que su amada Halisha se encontraba bajo el poder del enemigo, Quetaryan quería mantenerse ocupado — Me gustaría ayudar, si es posible.

    — Pues aquí Wadrak está intentando reparar algunos conductos fritos de mi arma — Om señaló al ingeniero neoniano realizando su magia — Es un verdadero artista con las manos, este tipo.

    — Amigo syleriano, este Rhajaal no aguantará muchos más tiroteos — El ingeniero e informático fue sincero con su compañero — Esto es más una pieza de museo que un arma de combate.

    — Venga, camarada, dime que hay alguna forma de conservar sus capacidades y mantenerla como si estuviese nueva — Paokt no quería tener que dejar de usarla, pues era un arma histórica y con pasado familiar — Sé que se te puede ocurrir algo.

    — Yo no tengo mucha idea de ingeniería pero, ¿no podría reconstruirse el arma desde cero y con materiales más modernos? — Propuso Yak, dejando pensativos a ambos — Se perdería su estética, pero su esencia se mantendría. Sería como un Rhajaal dos punto cero.

    — Espera, eso... ¡eso podría ser genial! — Bragg celebró esa idea de su homónimo dando un salto — ¡Maldición! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?!

    — ¿Entonces se puede? — El syleriano estaba ilusionado con esa posibilidad.

    — ¡Desde luego que sí! ¡Con materiales modernos, podría hacer del Rhajaal un arma a la altura de los Striker humanos o los Flasher anixis!

    — Podrías incluso patentarla y ser el creador del Rhajaal dos punto cero — Le recordó Quetaryan, aproximándose a la mesa — Eso si, acuérdate de que ha sido mi idea.

    — ¡Será un trabajo de tres, amigos míos! — Wadrak estaba entusiasmado — Me pondré hoy mismo a planificar el arma y los retoques que hacer, aunque empezaré con esto más adelante.

    — Genial, pero, ¿me puedo llevar el Rhajaal? Al menos por el momento, para cuando aterricemos y demás.

    — Claro, Om. Está reparada, cógela.

    — Te lo agradezco, Wadrak — El líder syleriano también quiso agradecerle al otro neoniano — Excelente idea, Yak. Enhorabuena.

    — Necesito distraerme, así que con esto tendré trabajo próximamente — Quetaryan le restó mérito a su idea — Te ayudaré en todo lo que necesites, Wadrak.

    — Perfecto, amigo mío. Quédate conmigo entonces, al menos hasta que nos informen de la llegada a Neonia.

    Ambos neonianos permanecieron en la sala de ingeniería de la Nolartis mientras Om emprendía el camino de salida con su veterano Rhajaal en mano, listo para cuando se diese la llegada a Neonia la cual sucedería en breve, siendo el final del trayecto. Una hora después, el momento había llegado, siendo informada toda la tripulación de la Nolartis por la IA de la nave.

    Avistamos Neonia en el horizonte. Preparativos en curso, posible presencia hostil en órbita. Se solicita que toda la tripulación esté lista para partir, o en su defecto, evacuar la nave en caso de destrucción.

    Todos los integrantes de esa improvisada expedición se dirigieron inmediatamente a la armería, donde estaban los trajes espaciales y de combate además de las armas, tras haber escuchado el aviso de Oda. La concentración en todos era absoluta, demostrando la veteranía que tenían tras haber experimentado muchas situaciones similares en las dos últimas décadas de sus vidas. El equipo debía esperar que la Nolartis sortease las defensas que el enemigo había instalado alrededor del globo neoniano, antes de poder descender a su superficie. No obstante, sería la flota la encargada de abrir fuego.

    Aquí flota Paraíso de la Alianza. Nave Uno en posición — Emitió por radio la voz de uno de los capitanes de las cinco naves, siendo el coronel neoniano Sazzet Ugrax — Aplastemos a esos Veerham, compañeros. Repitamos la hazaña que logramos en Paraíso.

    Nave Dos en posición y a la espera, coronel.

    Nave Tres en posición y preparada.

    Nave cuatro en posición y lista para actuar.

    Nave cinco en posición. Cuando usted diga, coronel.

    Nolartis en posición y dispuesta para desplegar al equipo 'Arcadia'.

    Recibido. En ese caso, ¡en marcha! — Indicó el coronel Ugrax, lanzando un grito que algunos miembros de otras expediciones recordaron al instante — ¡Por Neonia! ¡Por el territorio conocido! ¡Por la Alianza!

    ¡Sí! ¡Vamos! — Respondieron algunos capitanes de la flota — ¡Al ataque!

    Lill, Snow, Lio, Arva, Tyra, Om, Wadrak, Yak, Ashley, Ender, Sun, Bárbara y Eeron estaban juntos en el puente de mando mientras se miraban entre sí y asentían con determinación, siendo la comandante del ejército la que dio la orden de avanzar. La piloto Maxwell, quién era la principal en su puesto, comenzó a realizar maniobras solo aptas para naves de la destreza de la Nolartis, que con el apoyo siempre milimétrico de Oda, empezó a sortear satélites de defensa enemigos mientras estos le disparaban láser en vano y se veían enfrentados con las naves de la flota de la Alianza.

    Nuevamente se daba una lucha encarnizada en las proximidades del planeta neoniano, tras la primera que terminó con una rápida y eficaz victoria de los Veerham contra la flota de la Alianza que protegía Neonia. Ahora la batalla era más pareja que antaño, pese al esfuerzo del enemigo por proteger la que esperaba que fuese su base de operaciones en el territorio conocido. Los cañones de las cinco naves aliadas disparaban su potente plasma contra los satélites de defensa, a los que se les sumaban cazas de combate Veerham e incluso una gran nave nodriza —en cada ataque planetario, el enemigo fue con una flota que resaltaba por una gran nave principal— que tenía un tamaño superior a dos naves de la flota de la Alianza juntas.

    Las explosiones sin combustión comenzaban a darse alrededor de la Nolartis debido al encarnizado combate que se estaba llevando a cabo entre ambos bandos, algo que la propia Nolartis debía aprovechar para escabullirse y aterrizar en la superficie del mundo de origen neoniano. Sin embargo, Oda detectó la presencia de tres cazas en persecución con la nave, lo que significaba que los Veerham habían identificado su objetivo y pretendían evitar a toda costa el descenso del equipo Arcadia. Tyra realizó una serie de maniobras evasivas que provocaron que algunos miembros del grupo se tambaleasen en el mismo puente de mando.

    Controlaré el cañón de la nave mientras pilotas, Tyra — La informó Oda, que para esas situaciones había sido creada.

    Bajo el manejo de la inteligencia artificial nombrada como Oda por la joven Hennessey, el único pero potente cañón de la Nolartis comenzó a emplear sus disparos hacia los tres cazas que les perseguían. Al primer disparo, Oda logró impactar en uno de los cazas Veerham, quién se descontroló y chocó a su vez con otro de los cazas, dejando únicamente a uno restante. El cálculo de Oda había resultado todo un éxito, pero aún quedaba librarse de ese caza impertinente que tenía como objetivo dañar la Nolartis.

    Sus disparos de metralla golpearon en la cubierta trasera, la cuál no fue seriamente dañada, pero no podría resistir eternamente esos ataques.

    — ¡Tyra, cuidado! — Le gritó Arva, viendo por una de las pantallas la aparición de un objeto justo delante.

    El grupo alzó la vista rápidamente para observar a través del ventanal frontal que era lo que se había posicionado ante ellos, revelándose como la nave nodriza Veerham. Su tamaño hacia que la Nolartis a su lado fuese un mero avión de papel, algo que aterró a varios de los presentes en el puente de mando. La piloto Maxwell realizó de nuevo una maniobra evasiva y arriesgada al hacer un giro de ciento ochenta grados sobre su eje, provocando que el caza que le perseguía estuviese cerca de impactar contra la propia Nolartis. Los suspiros de algunos se entremezclaron con los gritos de otros, mientras la comandante Ripley tomaba la radio para lanzar una nueva orden a su ejército.

    — ¡Que todas las naves y cazas se centren en la nave nodriza del enemigo! — Ordenó Ashley, consciente de que esta vez no contaban con asteroides que lanzarle al enemigo — Y tened mucho cuidado.

    ¡A la orden, comandante! — Respondió Sazzet, quién guiaba a la flota de los aliados.

    Oda logró finalmente apuntar y fijar al único caza restante, abatiéndolo de un fuerte cañonazo de plasma. Con sus tres perseguidores eliminados, solo quedaba evitar que la nave nodriza les impactase con sus probablemente armas más avanzadas. Mientras las cinco naves de la flota apuntaban sus armas en la dirección de esa gran nave enemiga, esta apuntaba a la Nolartis, decidida a evitar su aterrizaje en Neonia.

    Para sorpresa del equipo, la nave nodriza Veerham comenzó a ejercer una fuerte presión gravitacional sobre ellos que a algunos les recordó a Xhander y especialmente a como los Veerham capturaron a la expedición en las cercanías de Anyxa.

    — ¡Otra vez esta mierda! — Lio fue el primero en reconocerlo — ¡¿Qué diablos pretenden?!

    — ¡Oda, la nave es tuya! — Dijo Tyra, consciente de que no podía hacer nada tangible ante eso.

    La presión gravitacional que produce esa nave nodriza me dificulta el manejo de la nave.

    — ¡Haz lo que debas hacer pero hazlo ya! — Ashley le lanzó una orden directa a la IA, viendo la situación con desesperación.

    Haré lo que pueda, comandante Ripley.

    La fuerza gravitacional que ejercía la nave nodriza Veerham era muy poderosa, pero los disparos de la flota de la Alianza lograron incordiar lo suficiente al enemigo como para que la Nolartis pudiese salir de su campo de fuerza, gracias al inteligente y matemático manejo de Oda. El grupo lo celebró con efusividad, pero no había mucho tiempo para festejar, porque mientras la flota de cinco naves mantenía ocupada a la nave nodriza, ellos debían aterrizar en una Neonia irreconocible.

    El planeta, siempre mostrando una gran vitalidad y color, ahora estaba con el cielo grisáceo y nublado, mientras una llovizna impregnaba el ventanal principal de la Nolartis.

    — No es como la recordaba — Dijo Ashley, que hacía muchos años que no volvía al mundo neoniano.

    — Cuando Neonia tiene temporal, es porque algo malo está sucediendo... — La famosa leyenda del planeta fue recordada una vez más, esta vez por Yak.

    — ¿Dónde descendemos? — Preguntó Tyra, sabedora de que tenían poco tiempo — Seguro que esa nave nodriza habrá enviado más cazas tras la nave.

    — Aterriza en las proximidades de las colonias y camúflate en algún punto del planeta — Le ordenó la comandante Ripley — Tú te quedarás a bordo. Necesito que la nave esté lista para pelear o huir en caso de que estemos en serio peligro.

    — Entendido.

    Con la piloto Maxwell quedándose como la única persona a bordo de la Nolartis, el resto emprendió el camino hacia el hangar, por el cuál saldrían al exterior.

    Ya equipados en todos los sentidos y usando las dos lanzaderas que contenía el hangar, el equipo se dividió en dos grupos, uno por cada lanzadera. Una era pilotada por Lio y la otra por Arva, mientras ambas se dirigían al mismo punto: Promesa e Isharay. Ambas colonias estaban muy juntas y es donde esperaban encontrar esa famosa base de operaciones enemiga, descubriendo que la colonia humana de las tres arcas era ahora un fortín Veerham.

    Las lanzaderas fueron aterrizadas a cierta distancia mientras la Nolartis se alejaba en el horizonte, para posteriormente salir de los vehículos aéreos y volver a reunirse en un solo grupo. Antes de acercarse a Promesa, debían otear los alrededores y asegurarse de qué estrategia usar para introducirse sigilosamente en las entrañas de la primera colonia humana fuera de su sistema solar. Bajo el mando de la comandante Ripley, el equipo Arcadia se reunió rodeado de árboles y de un ambiente frío para un mundo tan cálido y acogedor como siempre había sido Neonia.

    — ¿Cuál es el plan ahora? — La pregunta provino de Ender, quién sujetaba en sus brazos un bonito Flasher.

    — Dudo que sea posible entrar como si nada por la puerta principal — Sun, que recordaba los entresijos de Promesa, propuso algo — Sugiero que busquemos entrar por los conductos de alcantarillado.

    — ¿Así es como lo hacía tu gente de la Resistencia? — Preguntó Snow, algo curiosa al respecto.

    — Algo así — Respondió la asiática con una sonrisa burlona.

    — Es un plan, la verdad, a mi me parece perfecto — El hombre de Ceres estaba de acuerdo con la idea de la fundadora de la organización criminal llamada Resistencia — Pero una vez dentro, ¿qué toca?

    — Debemos acabar con todos los enemigos en su interior, parar sus experimentos horrendos con nuestra gente y sacarlos a todos de ahí — Indicó Ashley, decidida a ello.

    — ¿Cómo los sacamos a todos? — Bárbara quería conocer bien ese aspecto del plan — Estamos hablando de mucha gente, probablemente.

    — Usaremos la flota para evacuarlos a todos y regresar a Paraíso — La comandante Ripley tenía la estrategia a seguir decidida, momento en el que abrió una comunicación con el coronel Ugrax — Sazzet, aquí Ashley. Nosotros ya estamos en la superficie de Neonia, gracias a vuestro apoyo. ¿Situación?

    La líder estuvo esperando por al menos un minuto completo una respuesta que no llegaba.

    Eso provocó algunas reacciones de preocupación en los miembros del equipo, quiénes suponían que la flota había sido derrotada a manos de esa peligrosa nave nodriza. Sus sospechas serían confirmadas cuando dicha gran nave Veerham entraba en la atmósfera neoniana y se disponía a aterrizar muy cerca de las colonias de la Alianza. Su tamaño y su estructura daban miedo hasta cierto punto, pero sin duda, complicaban seriamente la misión.

    Sin el apoyo de la flota Paraíso de la Alianza y sin la flota Neonia o de otro mundo conocido, evacuar a la gente de allí sería una verdadera utopía.

    — Nuestra gente depende del éxito que tengamos aquí. Si esa maldita bacteria logra infectar a la población de Neonia... — La líder del equipo y comandante de un ejército que ya no existía, sentía impotencia pero a su vez optimismo por ver con quiénes contaba — Parece que solo quedamos nosotros.

    La percepción del grupo era que la misión se había complicado considerablemente, pero echarse atrás en ese momento sería mucho peor.

    Sin nadie que pudiese ofrecerles apoyo o alguna clase de alternativa a según que situación enfrentasen, pusieron rumbo a Promesa. Tuvieron que pasar por entre una arboleda próxima a las dos grandes colonias de Neonia —sin contar con el Sector 0— para posicionarse en un lateral de las tres arcas que formaban uno de los hogares del lugar. Tal y como Brume había planteado, el equipo se infiltraría por el alcantarillado para salir en mitad de Promesa, decididos a confrontar al enemigo y liberar de su yugo a la población de especies aliadas que habitaba allí.

    Los túneles estaban muy oscuros y olían francamente mal, pero al contar con cascos equipados con respiraderos y filtradores, se lograba contener. La retaguardia era vigilada por el hombre de Ceres, acompañado de la científica Mason y el ingeniero Bragg. Formando el núcleo de la fila estaban el comisario de Ciudad Anixis, la asiática, Quetaryan, El Elegido, el emisario Anixis y la piloto Tidder, dejando el frente para Crane, la gobernadora Carver y la comandante Ripley. Doce soldados, algunos más que otros, que tenían la ardua tarea de liberar a la población de Neonia del intento de Mente Colmena de someterlos a su voz.

    El silencio en el grupo no solo era debido a la situación que enfrentaban, sino a la necesidad de mantenerse ocultos ante el enemigo. Los pasos de soldados Veerham resonaban en el suelo metálico sobre sus cabezas mientras pequeñas rejillas de ventilación y alcantarillado arrojaban diminutos rayos de luz al interior del conducto por el que el grupo avanzaba. Cuando dieron con una rejilla por la que no se escuchaba nada, la líder del equipo optó por elegirla como la salida. Una vez aflojados los tornillos y abierta dicha rejilla de ventilación para las cañerías, Ashley salió primero, guiando a sus compañeros a lo difícil de verdad.

    Uno por uno fueron saliendo, siendo ayudados por aquellos que ya estaban arriba, hasta que finalmente no quedaba nadie en el túnel. La rejilla fue puesta en su sitio pero sin apretar los tornillos de nuevo, para tener una vía de escape en caso de que fuese necesaria. El equipo Arcadia se encontraba en una sala que le era extremadamente familiar a la actual gobernadora humana. Las luces del Promesa no estaban encendidas, pero las de emergencia emitían luz suficiente como para verse.

    Snow se paseo por el que antaño era su despacho de gobernadora humana allí, comprobando que ahora era un simple almacén de cajas con papeles.

    — Este sitio ha visto épocas mejores — Murmuró por lo bajo, algo que solo captó su marido.

    — ¿Todo bien? — Lill se aproximó a su mujer.

    — Sí, no te preocupes en exceso por mi y concéntrate.

    Aunque ese comentario podría haberle molestado al ex comandante Crane, lo comprendía. El hombre estaba demasiado pendiente de su mujer en ciertos momentos, algo que podía llegar a molestarla un poco. Ambos sabían cuidarse solos y apoyarse mutuamente, pero tampoco se debía estar tan encima del otro. Lill asintió sin darle más importancia al asunto y se dirigió a su líder, quién evaluaba con varios de los soldados qué paso dar.

    — Esta sala da a un pasillo que nos llevaría directamente a la salida del edificio administrativo y por ende, a la calle principal — Decía Ashley a sus amigos — Ahí estaremos demasiado expuestos si salimos todos juntos.

    — ¿Qué sugieres en ese caso? — El único syleriano presente fue quién lanzó esa pregunta antes que otro.

    — Me llevaré a dos conmigo y nos aseguraremos de que la zona está despejada — La comandante consideró que ese era el mejor plan — Sé que estamos improvisando sobre la marcha, pero el enemigo actúa cada vez más impredecible, por lo que no tenemos otra opción.

    — Los mejores improvisan, los cobardes no actúan — Eeron quiso darle una muestra de apoyo a la primera humana que había conocido — Yo iré contigo.

    — Cuenta conmigo — El hombre de Ceres se convirtió en el tercero que saldría de dicha sala — Salgamos.

    — Muy bien, vamos entonces — Ripley se dirigió a los demás tras ver quiénes se unían a su breve salida — Si está despejado, golpearemos la puerta. De lo contrario, oiréis disparos.

    El resto asintieron, preparándose tanto para un escenario como para el otro.

    Manteniendo el ruido al mínimo y el sigilo al máximo, el trío formado por Ashley, Lio y Eeron salió del antiguo despacho de la gobernadora Carver y avanzó por el pasillo, el cuál llevaba directamente a la salida del área administrativa. A paso lento y arma en alto, fueron saliendo hasta encontrarse en la principal arteria de Promesa, la famosa avenida que conectaba las tres arcas que juntas formaban la colonia.

    Lo que sus ojos vieron al estar allí era verdaderamente aterrador.

    En toda la calle había una especie de cápsulas con un líquido rojo y personas en el interior de todas esas cápsulas, estando en una especie de letargo a su vez que dicho líquido los mantenía en perfecto estado de conservación. El trío supuso que en ese líquido estaba la bacteria llamada Mente Colmena, por lo que no hacía falta que fueran inoculándola uno detrás de otro. Bastaba con nutrirte de ese espeso líquido rojo para realizar esa transformación en tu genoma y ser uno más de los Veerham.

    Humanos, neonianos, sylerianos y thunianos; hombres, mujeres e incluso niños se podían ver en esas cápsulas de aspecto macabro.

    — Como en las imágenes que me enseñaban... — El emisario Anixis vio en aquella escena un recuerdo desbloqueado de su entrenamiento — Esto lo hicieron con mis antepasados.

    — Y ahora lo hacen con nosotros — El hombre de Ceres luchaba por contener la ira que brotaba del interior de su cuerpo — Maldita sabandija...

    — ¿Estarán ya infectados? — Ashley temía que hubiesen llegado tarde.

    — Quizá Bárbara pudiese saberlo — Lio propuso a la ex gobernadora humana y a la actual gobernadora — También Snow, ambas fueron científicas.

    — Eeron, ve a avisarles de que esto está despejado.

    — Entendido, Ashley.

    Mientras el anixis se dirigía a avisar a sus compañeros de que era seguro salir, la comandante y el hombre de Ceres observaban con evidente preocupación la escena que se abría paso ante sus ojos. En cuanto los demás lo vieron, sus expresiones faciales pasaron al asombro y el miedo absolutos.

    — Bárbara, Snow; ¿cómo podríais deducir si estas personas ya están infectadas o aún no? — Ashley se dirigió a ambas mujeres.

    — Una muestra de ese líquido nos daría la respuesta — Reveló Snow, siendo confirmado por Bárbara.

    — Vale, sacadla rápido.

    Los kits de suministros que portaba cada uno contaba con diversas herramientas de utilidad, entre ellas una probeta y una jeringuilla. Una vez obtenida la muestra de una de las tantas cápsulas que contenían el líquido, la científica Mason sabía como deducir que contenía a la bacteria Veerham. Bastaba con agitar la probeta y comprobar la efervescencia con la que actuaba el líquido; si surtía efecto y se veían burbujas, el líquido estaba limpio de infecciones. De lo contrario, si no reaccionaba, contenía trazas de la bacteria.

    La respuesta no tardó nada en ser revelada ante todos una vez Bárbara agitó la probeta.

    — Joder... sí, están infectados — Confirmó la mujer, emocionalmente abatida — Al menos, el neoniano de esa cápsula de la cuál hemos extraído la muestra.

    — Malditos ikorfs sin remedio... — Quetaryan se mostró muy enfadado e impotente.

    — Van a usar a nuestra gente para ponerla en nuestra contra — Wadrak negaba con la cabeza mientras veía a su alrededor — Esto no puede estar pasando.

    — Debemos seguir explorando el lugar, para ver si hay más cápsulas de estas — Lill propuso seguir avanzando.

    — No hay rastro de los Veerham, aunque es extraño — Indicó Ender, serio y preocupado.

    — Bueno, permaneced alerta y sigamos la marcha.

    Al son de la orden dada por la comandante Ripley, el grupo comenzó a avanzar por la famosa avenida de Promesa.

    La tonalidad roja en el ambiente y la semejante cantidad de cápsulas daba una sensación de que en cualquier momento algo saltaría sobre todos ellos, por lo que se mantenían juntos y formando un círculo ovalado, mientras empuñaban con fuerza sus armas. La exploración se prolongó por media hora más en la que corraboraron que toda la población de Neonia estaba allí, probablemente incluso aquellos que fueron evacuados a puntos seguros repartidos por el planeta.

    Conforme avanzaba el tiempo, la desolación y la baja moral comenzó a invadir las mentes de todos los integrantes del equipo, quiénes tenían la suerte de no encontrarse con el enemigo, pero sabían que muy pronto toda esa gente en las cápsulas serían personas a las que tener que matar. Su destino fatal determinaba que así tuviese que ser, algo que sin duda sería horrible de hacer, más allá del peligro que entrañaba el hecho de que Mente Colmena tuviese más soldados a su disposición. Cansados de seguir viendo la misma escena en toda la colonia de Promesa, la comandante dio la orden de frenar.

    Los rostros de todos evidenciaban la impotencia y el dolor de ver como el enemigo ganaba poder en el conflicto interplanetario.

    — Dejémoslo aquí. Volveremos a la Nolartis y revaluaremos que paso dar — Ashley supo que eso sonaba a retirada, algo que no gustó en algunos.

    — ¡Oye, Halisha está aquí, no pienso irme sin encontrarla! — Exclamó Yak, enfadado — ¡Sith, Eniar, Erie, Fallon... mucha gente está aquí! ¡No podemos simplemente irnos y revaluar la situación! ¡Debemos hacer algo!

    — ¡¿Tienes alguna puta idea, genio?! — El hombre de Ceres confrontó al neoniano, rememorando las rencillas no tan pasadas entre ambos.

    — Me rompiste la cara en la Nolartis, pero te aseguro que aquí no te saldrás con la tuya, Lio — Quetaryan estaba listo para iniciar una pelea sucia.

    — ¡Basta, los dos, joder! — Intervino la fundadora de la Resistencia, negando con la cabeza — ¡Dejad de mediros los cojones y centraos en la misión!

    — ¡Tú cierra la boca, nadie ha pedido tu opinión! — Yak la señaló directamente.

    — Amigo, te sugiero que te calmes, solo estás complicando las cosas — Paokt no se andó con rodeos — Tú y los demás.

    — Avisemos a Tyra para que nos recoja y luego decidiremos que hacer — Lill decidió coger la sartén por el mango, viendo que la tensión en la misión empezaba a causar rencillas en el grupo — ¿Ash?

    — Sí, la contacto ahora mismo — La comandante tomó su radio — Tyra, aquí Ashley, ¿me recibes?

    — Vuestra amiga no puede contestar.

    La voz provenía de la oscuridad, de la cuál salió un escuadrón completo de al menos veinte soldados Anixis infectados por la bacteria Veerham.

    Automáticamente el grupo levantó sus armas, apuntando a todas direcciones, mientras más enemigos se apostillaban en diversos puntos estratégicos, dispuestos a disparar si la propia Mente Colmena lo ordenaba. Uno de los soldados enemigos fue el encargado de transmitir la palabra de su amo hacia el equipo Arcadia.

    Su frase previa a aparecer evidenciaba que la piloto Maxwell estaba en peligro.

    — ¡¿Dónde la tienes, hijo de perra?! — Snow estaba furiosa.

    — Tengo vuestra nave y a vuestra piloto — Reveló la voz de la bacteria, manipulando a los infectados a su antojo — Está siendo procesada, como esta gente que veis aquí.

    — ¡Estás muerto, capullo! — Exclamó Santos, lanzándole un puñetazo al soldado que usaba Mente Colmena como portavoz — ¡Te escondes en otros seres pero tú nunca das la puta cara! ¡Valiente malnacido, me encargaré personalmente de prender fuego el nido en el que te estás escondiendo!

    — Ni tú ni nadie podréis hacer eso, humano — Ahora el que hablaba era otro infectado, provocando que los demás se volteasen en su dirección — Los Anixis no pudieron y vuestra patética Alianza no podrá.

    — Eres lo peor que el universo ha podido crear — Le dijo Om, mostrándose más calmado pero con la furia recorriéndole las venas internas — Nos podrás hacer lo que quieras, pero eventualmente, otra especie te enfrentará y logrará aniquilarte.

    — ¿Acaso no lo veis? Vuestras especies han estado al borde de la extinción durante milenios. Los humanos perdisteis vuestro hogar por uniros a una lucha que no os pertenecía, mientras que los neonianos fueron cazados en su propio mundo por sus propias creaciones. Los sylerianos no comprendieron que el mal también es obra del universo y confiaron en un primer contacto con los neonianos, terminando recluidos en un mundo tóxico. Y los thunianos no afrontaron el final de su planeta porque los Anixis creyeron que podían darles la oportunidad de sobrevivir al legarles su tecnología, como a todas vuestras especies. Incluso los rynarok encontrarán el legado de los Anixis, aunque para ese entonces, ya me habré encargado de ellos. ¿Lo comprendéis? Yo soy la especie que predominará en el universo. Esta galaxia tan solo es el comienzo y vosotros sois una guerra más de tantas que yo veré. Vosotros las lucharéis... como mis títeres.
     
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  4.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Sí que ha sido bastante intenso, pese a que poco ha transcurrido como tal, pero avancemos paso a paso...

    La escena comienza con una bonita nostalgia, y se repite entre Lill y Snow una conversación que tuvieron en la Arcadia, en la propia parte I. Fue hermoso de ver, y muy bonito. Pasaron 6 años o tal vez más desde que vi ese momento, y sigo recordándolo, y poder revivirlo ha sido muy bonito, sobre todo teniendo en cuenta el horror que está por venir :nice:

    Ashley y Eeron continúan entrenando para estar siempre en forma para los combates, y estos se dan cuenta de que Ashley tiene en su mente el conocimiento de varias culturas de combate, y que es capaz de manifestarlo en un cuerpo a cuerpo. Eeron, quien muestra mucha más confianza con ella que con el resto, le revela aspectos de su pasado, confesándole el linaje del cual desciende, quienes son sus familiares y cual es su misión en aquel mundo. En la sala del comedor, vemos que Ender todavía sigue teniendole algo de rencor a Bárbara, por más tiempo que haya pasado. No puedo culparlo. Él amaba a Cia y estuvo con la esperanza de que algún día regresaría siendo que ella estaba muerta hacía mucho tiempo. De haber tardado más en saber la verdad, Ender podría haber accedido a irse con Snow en una tripulación a buscarlos. Pero bueno, Sun, quien en mucho tiempo actúa como una conciliadora y no como una instigadora, convence a Ender para que él y ella hagan las paces, porque se necesitan en el mismo equipo. Lio, quien tuvo una amistad más allá de amistad con Bárbara, la convence de lo mismo, y es allí cuando las cosas entre ellos se aclaran.
    En la sala de los pilotos, vemos a las dos mujeres conversar. Arva, quien tuvo el privilegio de volar en la Arcadia, y Tyra, a quien le tocó lo mismo en la Nolartis. Ambas comparan sus caminos, y como han tenido que estar siendo acompañadas por creaciones de razas extraterrestres, siendo Arva quien recuerda a Zyon, y Tyra quien convivió con Oda.
    Om, por su parte, consigue hablar con Waddrak y con Yak para que estos le construyan un arma nueva; siendo el neoniano guerrero quien da la idea cuando se le da la oportunidad, buscando una distracción. Con las cosas tensas, él busca cooperar en otro lado, y encuentra esa oportunidad para hacerlo.

    Cuando el grupo consigue llegar hasta Neonia, casi que la base de operaciones de la bacteria, se arma una lucha encarnizada en órbita, lo que le permite a la Nolartis poder alcanzar el planeta Neoniano y último campo de batalla en el territorio conocido, ya que Paraíso y Syleria están a salvo, y no queda nada en Vulkano. Un conflicto en órbita se pone complicado, puesto a que Mente Colmena trajo una nave nodriza para pelear, pero la Nolartis logra llegar hasta un sitio seguro del planeta. Tyra se queda allí, mientras que los otros doce soldados (y no tanto, porque Waddrak y Arva no tienen demasiada experiencia) se marchan rumbo a las alcantarillas por sugerencia de Sun para poder infiltrarse en las colonias y sacar a toda la gente de allí. El sitio, pese a que debería ser un caos por la presencia de la bacteria, está muy tranquilo, y eso a los tripulantes no les agrada.

    Cuando Ashley, Eeron y Lio logran encontrarse con un sitio repleto de cápsulas, estos llaman a Barbara y a Snow para que analicen si pueden estar infectadas. En una escena que me recuerda mucho a la parte donde los collectores tenían a los humanos listos para construir un segador, Snow y Barbara realizan en análisis, y llegan a la conclusión de que la prueba que utilizaron está infectada. No viendo mucho por hacer, Ashley decide emprender el camino de regreso para apartarlos del peligro. Yak, sabiendo que su novia y su gente están allí, monta un alboroto (siempre tienes que hacer las cosas difíciles para el resto, ¿verdad, Yak? :ewww: ) y este se termina antes de escalar a más cuando Lill pide a Tyra que los saque de allí. Pero la maldita Mente Colmena es quien les habla, y les dice que Tyra ya fue capturada y está siendo procesada. Ahora el grupo está sin medios para escapar, y tendrán que luchar para abrirse paso hacia la Nolartis si desean hacerlo :osha:

    Cuando cientos de infectados los rodean, estos confrontan a la cobarde Mente Colmena, quien no da la cara, y nada más se oculta entre los cascarones de aquellos infectados. Es allí donde Mente Colmena les revela que tiene pensado no solamente acabar con la Alianza, sino con todo el universo, y les quiere decir que es lo mejor. Cuando tuvieron el libre albedrío para hacer lo que querían, los humanos, neonianos, sylerianos y thunianos o bien perdieron su planeta o acabaron jodiéndose mutuamente en guerras y conflictos. Que por un lado es cierto, pero por otro lado también es verdad que la Alianza ha sobrevivido a todos esos conflictos y logró salir con una unión inquebrantable de todos ellos. Incluso estaban listos para ir a buscar a los Anixis, y prestarles ayuda en caso de que eso fuera a hacer falta. Pero la maldita bacteria elige que los controlará a todos, y que los seguirá usando para librar guerras en los próximos mundos que encuentre, siendo ellos sus títeres.

    Sé que alguien tiene que regresar, porque Vraco mismo dijo en sus visiones que había contemplado como "algunos" no regresaban, pero está más que claro que no todos lo van a lograr de una pieza, e incluso algunos se quedarán atrás. Espero que esta maldita bacteria no toque a mis bebés, ya que tienen que regresar con sus angelitos de regreso :piplup:

    Bueno, amigo, aquí se acaba mi comentario. Queda un solo capítulo, y luego de eso, esperar por la llegada de la parte X y la conclusión de este pequeño gran universo que has creado. Puedes estar seguro de que voy a esperar por ver como mis bebés ganan la guerra y mandan al infierno a esta mugrosa bacteria, pero eso no quiere decir que no tendré miedo en el proceso XD.

    Será hasta la próxima leída en la próxima semana si dios quiere. Espero que ese final no me de un infarto. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  5. Threadmarks: El último viaje
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ciencia Ficción
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    Un saludo a todos y bienvenidos al capítulo final de la parte nueve de Los Viajeros, universo ficticio que creé allá por el 2017 y en el que seis años después culmina su novena tanda de capítulos. El cierre de esta historia (que no del propio universo) se dará en este próximo 2024 con la parte diez y final, pero antes, queda por leer este épico desenlace a lo que hemos ido viendo en este año. La cronología, la lista de personajes y demás será actualizada pronto.

    Como siempre, agradecer a mi querido amigo Agus estresado por estar aquí desde el mismísimo comienzo y por ir quemando etapas de esta historia junto a mí, llegando a este punto y descubriendo muy pronto el final de todo (al igual que el comienzo de algo nuevo). Sin más que decir, os dejo con la lectura a todos los presentes, no sin antes desearos una feliz Navidad y un feliz año nuevo. Espero que todo os vaya genial y deseo que seáis felices pese a las circunstancias. ¡Hasta pronto!







    El último viaje




    — ¿Acaso no lo veis? Vuestras especies han estado al borde de la extinción durante milenios. Los humanos perdisteis vuestro hogar por uniros a una lucha que no os pertenecía, mientras que los neonianos fueron cazados en su propio mundo por sus propias creaciones. Los sylerianos no comprendieron que el mal también es obra del universo y confiaron en un primer contacto con los neonianos, terminando recluidos en un mundo tóxico. Y los thunianos no afrontaron el final de su planeta porque los Anixis creyeron que podían darles la oportunidad de sobrevivir al legarles su tecnología, como a todas vuestras especies. Incluso los rynarok encontrarán el legado de los Anixis, aunque para ese entonces, ya me habré encargado de ellos. ¿Lo comprendéis? Yo soy la especie que predominará en el universo. Esta galaxia tan solo es el comienzo y vosotros sois una guerra más de tantas que yo veré. Vosotros las lucharéis... como mis títeres.

    De pronto, el grupo vio como una especie de neblina aparecía en el ambiente, probablemente expulsada por cápsulas somníferas en el área.

    Promesa era una fábrica de infectados Veerham pero el proceso se llevaba a cabo en la nave nodriza, hacia donde iban a ser llevados los miembros del equipo Arcadia. Sus respiradores lograron frenar un poco la exposición a la neblina somnolienta pero no lo hicieron en su totalidad, quedando algo aturdidos mientras eran arrastrados por sus enemigos. Una nave de tamaño suficiente como para que todos cabiesen en ella era la encargada de realizar el transporte del grupo hacia la nave nodriza, aterrizada no muy lejos de las colonias.

    Algunos cayeron inconscientes debido a la neblina a la que habían sido sometidos mientras que otros aún se mantenían despiertos pero con serias dificultades para moverse u observar con atención. Arva era una de las pocas que había logrado mantenerse consciente, por lo que veía su alrededor algo borroso, pero con el suficiente detalle como para saber lo que veía. La famosa piloto de la Arcadia logró identificar la Nolartis en el hangar al que la lanzadera enemiga les había llevado, para posteriormente ver como ella y sus compañeros eran llevados contra su voluntad y uno por uno, por soldados enemigos.

    Pasado un largo pasillo, todos fueron depositados en cápsulas como las que habían visto en la colonia de las tres arcas, pero estas estaban vacías.

    Tidder observaba como ella y sus amigos eran encerrados en dichos aparatos, para ver como los Veerham se dirigían a una consola desde la cual iniciar el procedimiento de infección rápida en ella. Los que estaban conscientes serían los primeros en ser convertidos, siendo además de Arva, también Wadrak, Ender y Om. Los murmullos de sus compañeros apenas era ininteligibles para la mujer nacida en la Luna, que vio como ese líquido rojizo salía de abajo de la cápsula e iba llenándola lenta pero inexorablemente.

    — ¡No! ¡Por favor, no! — Gritaba Arva, enloquecida mientras golpeaba el cristal que la separaba del exterior — ¡Parad esto, malditos!

    Conforme el líquido iba subiendo y sus opciones de salir se iban acabando, la piloto Tidder se dejó llevar, asumiendo su reconversión a Veerham mientras el flujo rojizo ya alcanzaba su cintura. La mujer se dispuso a cerrar los ojos mientras la imagen de sus hijos y de todos aquellos a los que amaba y había amado se le aparecía en la mente, cuando repentinamente escuchó ruidos fuera de su cápsula.

    Arva abrió los ojos abruptamente, viendo algo que la había dejado boquiabierta.

    El mismísimo Axlor estaba enfrentándose cuerpo a cuerpo contra los soldados de Mente Colmena, logrando derribarlos y asesinarlos uno a uno con asombrosa versatilidad. La mujer nacida en la Luna estaba atónita mientras veía como su viejo amor derrotaba a los tres infectados que estaban ahí y se disponía a abrir su cápsula. Viendo que no podía hacerlo manualmente, la viva imagen de Axlor rompió el cristal de la cápsula con varios golpes que le dio con la culata de un Striker, logrando que el líquido terminase regresando por su conducto al haberse producido un fallo.

    — ¿Estás bien, cielo? — Vaalot la tomó de las manos mientras la miraba a los ojos — Tranquila, todo se ha terminado.

    — A-Axlor, tú... tú no... esto no es posible — La piloto estaba en shock al ver al padre de sus hijos con vida — Tú estás... no deberías estar...

    — ¿Muerto? — El hombre sonrió al escucharla — Oh, sí, lo estoy.

    — ¿Cómo? — Arva no entendía nada.

    — Cariño, yo no soy Axlor. Aunque he tomado su aspecto porque he visto que hay un sentimiento fuerte por su recuerdo — Aquel ser con la apariencia del soldado Vaalot reveló su verdadera identidad — Es conmovedor, la verdad. Con vuestras especies he aprendido mucho sobre los sentimientos, es interesante.

    — ¡¿Qué diablos está pasando entonces?! — Tidder estaba desesperada y aterrada al ver que nada de eso era real — ¡¿Quién eres?!

    — Ya sabes quién soy — Le respondió aquel ser con el rostro de Axlor — Aquel al que vas a servir desde ahora.

    [...]

    — ¡Rápido, hay que sacarla de ahí! — Exclamó Lill, buscando algo con lo que destruir el cristal de la cápsula que contenía en su interior a Arva — ¡Vamos, joder!

    — ¡El líquido la cubre en su totalidad! — Bárbara señaló el hecho, lo que significaba que su compañera estaba siendo infectada por la bacteria en ese instante.

    Lio comenzó a golpear con todas sus fuerzas el cristal de la cápsula, utilizando la culata de su arma como herramienta para ello. Sin embargo, era evidente que ese cristal necesitaba algo más que unos golpes desesperados para ser destruido. El hombre de Ceres y el ex comandante Crane intentaban, en vano, salvar a su vieja amiga del sometimiento Veerham. Snow tuvo que intervenir, entre lágrimas, para que su marido y su amigo parasen de golpear innecesariamente la cápsula.

    Los demás se veían afligidos por la pérdida de la mujer de la Luna, especialmente aquellos que más la conocían.

    La sala en la que se encontraban estaba vacía, a excepción de tres cadáveres de soldados enemigos que habían sido asesinados por los demás, quiénes pelearon antes de ser metidos en sus respectivas cápsulas. Resultaba que Arva estaba inconsciente, siendo la única que había sucumbido ante la niebla somnolienta. El resto estaba aturdido pero aguantaron el tiempo suficiente como para aprovechar su oportunidad y atacar, fingiendo estar más dormidos de lo que en realidad estaban.

    Su abrupto escape tenía consecuencias, pues las alarmas de la nave nodriza comenzaron a sonar inmediatamente.

    Al mismo tiempo que las alarmas daban el aviso a todos los soldados de la gran nave, se veía a Tyra correr por un pasillo con una niña humana de la mano. La piloto de la Nolartis fue capturada por el enemigo para ser enviada a una sala en donde había más personas de todas las especies, al parecer almacenadas debido a que el proceso de infección no podía hacerse con tanta gente de seguido, algo que pudieron aprovechar. Cuando unos guardias entraron a dicha sala para llevarse a algunas personas, todos se lanzaron al ataque para obtener la oportunidad de huir.

    Maxwell lo logró, llevándose consigo a una niña, mientras el resto recibió un castigo que podía considerarse mejor que ser infectados: una bala.

    — ¡Corre! — Le decía Tyra a la pequeña — ¡Sé el camino hacia mi nave!

    — ¡Vale! — Respondió la niña, obedeciendo en todo a la adulta — ¡Oye, no me has dicho como te llamas!

    — ¡Tyra! — Mientras hablaban, no dejaban de correr por los laberínticos pasillos de la nave nodriza — ¡¿Y tú?!

    — Echo — Musitó la joven — Mi nombre es Echo Mercer.

    — Bien, Echo, no tengas miedo — La piloto Maxwell quiso mantener lo más calmada posible a la niña — Saldremos de esta situación, ¿vale?

    Echo asintió a las palabras de su improvisada cuidadora, mientras buscaban la forma de regresar al hangar donde había quedado atracada la Nolartis.

    Al mismo tiempo, el resto del equipo Arcadia avanzaba por los pasillos tras haber establecido un plan: se dividirían en dos grupos de seis y cinco personas respectivamente. Un equipo se encargaría de destruir la nave nodriza para evitar que todos los infectados saliesen de allí y volviesen a Paraíso para terminar la guerra, mientras que el otro grupo debería hallar la Nolartis para estar listos para irse todos. Tras la infección de Arva y la desaparición de Tyra, sin contar a Fallon, Halisha, Sith, Erie y Eniar, a quiénes daban por perdidos.

    Esto enfadó bastante a Quetaryan, que en un principio se negaba a la posibilidad de tener que perder a su pareja, no obstante, ya había quedado demostrado que no podría recuperarla jamás. El hijo de su interior podía estar también infectado, pero no había forma de saberlo hasta que naciera y muchos menos creían que Mente Colmena quisiese dejar sano al pequeño hijo del neoniano. Con el corazón encogido como la mayoría de sus compañeros, Yak accedió a seguir el plan debatido brevemente por todos en esa sala para ser infectados a la que habían sido llevados por el enemigo.

    La estrategia estaba clara y ahora empezaba la parte difícil de esta.

    [...]

    Bárbara, Wadrak, Om, Ender, Sun, Tyra, Echo


    Ellos cinco eran los encargados de encontrar la Nolartis y prepararla para salir de la nave nodriza de Mente Colmena.

    Desarmados por el enemigo y sin el conocimiento de como salir de allí, el grupo buscaba la forma de encontrar algo con lo que defenderse mientras a su vez buscaban indicios de donde podía estar su nave. Pasados dos minutos de carrera por diversos pasillos, encontraron una armería en la que había suficientes Flasher como para abastecer a un ejército. Sin dudarlo ni un instante, los cinco se abastecieron con lo necesario para regresar a su cometido, cuando se vieron interceptados sorpresivamente por la propia piloto Maxwell y una niña que la acompañaba.

    — ¡Joder, casi te agujereo el estómago! — Brume estuvo cerca de disparar abruptamente.

    — ¡Menos mal que no lo has hecho! — Exclamó la piloto, percatándose de que faltaba gente — ¿Y los demás?

    — Se van a encargar de volar esta nave por los aires — Explicó el policía, sin andarse con rodeos — Nosotros debemos hallar la Nolartis y estar listos para irnos.

    — ¡¿Me ibais a dejar aquí?! — Tyra se lo tomó bastante mal — ¡Vaya compañeros de mierda!

    — Claro, tú harías lo mismo, deja de ser hipócrita — La ex gobernadora humana confrontó a la ex criminal.

    — Ella es de las que salva niños... y lo admiro — Paokt sorprendió a sus compañeros con esa frase, mientras se inclinaba hacia la pequeña — ¿Cuál es tu nombre, jovencita?

    — Echo Mercer... — Murmuró la pequeña, quién reconoció al syleriano — Tú eres el padre de Omnius, ¿verdad?

    — ¿Me conoces?

    — Te he visto alguna vez en Neonia. Soy amiga de tu hijo.

    — Bueno, me parece genial, pero, ¿podemos movernos antes de que nos intercepten aquí? — El ingeniero e informático Bragg no quería perder más tiempo — Hay una nave que recuperar.

    Nadie puso objeciones a las palabras de Wadrak, por lo que se pusieron en marcha inmediatamente.

    Sus pisadas resonaban en el suelo metálico de esa nave de origen Anixis manejada por los infectados Veerham, delatando su posición en las proximidades. Sin embargo, al grupo no le tomó mucho tiempo encontrar el muelle de atraque en el que la Nolartis se encontraba, pero para su desgracia estaba plagada de soldados. Estos empezaron a disparar al instante en cuanto los vieron, debiendo cubrirse el grupo en distintas posiciones para abrirse paso entre los enemigos presentes.

    Tyra estaba desarmada, por lo que se quedaba con la pequeña Echo mientras sus compañeros disparaban contra los Veerham.

    — ¡Nos flanquean! — Identificó Xom, mientras realizaba una serie de disparos contra tres enemigos — ¡Hay que moverse!

    — ¡Om, a tu derecha! — Le indicó Wadrak al syleriano.

    Paokt hizo caso a su compañero neoniano y disparó su Flasher a la derecha con rapidez, acertando a un soldado que se asomaba por una cobertura con posibilidades de acertarle un tiro limpio al Elegido. El líder syleriano negaba con la cabeza mientras veía el arma de origen Anixis que portaba en sus brazos, en ausencia de su desaparecido Rhajaal.

    — Prefiero mil veces antes mi vieja arma — Se dijo para sí mismo, volviendo al combate.

    La asiática logró acabar con la vida de cinco soldados Veerham de una tacada, habiendo disparado varias ráfagas al enemigo, que se aproximaba a la posición protegida del grupo para rodearlos y terminarlos ahí mismo. Las filas enemigas reducían sus números pero no dejaban de aparecer más soldados, siendo estos bastante reconocibles. Ahora se sumaban a la lucha humanos, neonianos, sylerianos y thunianos infectados, quiénes disparaban al equipo sin cuestionarse el bando en el que estaban, encontrándose bajo el control de la bacteria.

    — ¡Maldición, matamos muchos y vienen muchos más! — La científica y también soldado Mason era consciente de que había que pensar otra cosa — ¡¿Qué diablos hacemos?!

    La Nolartis se encontraba a unos escasos cincuenta metros en línea recta, pero para llegar había que superar a dos docenas de enemigos que se mostraban verdaderamente agresivos. Sin una táctica clara y en considerable peligro de ser cercados hasta no tener salida, fue la ex líder de la Resistencia la encargada de desatascar la situación de un modo muy arriesgado. Sun se incorporó desde su posición bruscamente, llamando tanto la atención de sus compañeros como la de sus enemigos, quiénes no dudaron en dispararla.

    — ¡Sun! ¡¿En qué mierda piensas?! — El comisario de Ciudad Anixis y su familiar no entendía su acto — ¡Cúbrete ahora mismo, maldición!

    — ¡Ganaré tiempo para vosotros! ¡Flanqueadles sin que os vean y tendréis una oportunidad de subir a bordo de la nave! — Exclamó la asiática, decidida a ser una heroína.

    — ¡¿Y qué hay de ti?! ¡No pienso dejarte! — Bárbara tampoco quería dejar a su amiga allí.

    — ¡De mi no os preocupéis! — Dijo Sun, para después hablarse a sí misma — Aunque admito que ha sido agradable formar parte de un equipo con todos vosotros.

    Brume decidió prepararse para salir y atraer toda la atención de sus enemigos, por lo que antes de hacerlo, se acercó a la cobertura de Xom. El policía no se esperaba recibir un beso en la mejilla de parte de la madre biológica de su sobrino, pero en aquel instante y por ese gesto, supo que la mujer planeaba un acto suicida.

    — ¡Sun! ¡¿Qué pret...?!

    — No puedo dejar que esa bacteria se salga con la suya y te mate a ti u otro de los nuestros. Mucho menos que regrese a Paraíso donde está Kendall — La asiática sonreía mientras las lágrimas en sus ojos evidenciaban lo que planeaba hacer — Por favor, Ender, cuida bien de mi pequeño... háblale de como su madre dio la vida por salvar a los demás. Asegúrate de que me recuerde por esta hazaña, dile de mi parte que me perdone por no haber vuelto a su lado y sobre todo, dile que ha sido lo único importante que ha habido en mi vida. Os quiero muchísimo, mis Xom. Bar... Gracias por todo.

    La fundadora de la erradicada Resistencia obtuvo las miradas de todos los soldados enemigos y de sus propios compañeros al levantarse desde su cobertura y correr hacia los Veerham.

    Om, Wadrak, Tyra y Echo aprovecharon el sacrificio de su compañera para escabullirse por un lado, mientras Bárbara arrastraba a un Ender en shock por el otro lado, viendo todos como Sun disparaba su Flasher con plasma y acababa con varios enemigos antes de que los disparos de estos la derribasen, terminando por asesinarla allí mismo. El cuerpo de la asiática cayó tras ser literalmente fusilada por los Veerham, pero su sacrificio les dio la oportunidad a los demás de introducirse rápidamente en la Nolartis, cerrando las puertas tras de sí.

    Aquí la comandante Ripley. Yo y mi grupo estamos en la sala de control de esta maldita nave. Creemos tener un modo de poder hacerla explotar desde aquí — Con el shock del sacrificio de Sun aún presente, el grupo que ya estaba en la nave escuchaba sus radios — ¿Cuál es vuestra situación? ¿Habéis logrado llegar a la Nolartis?

    [...]

    Ashley, Lio, Yak, Eeron, Snow, Lill


    Hemos logrado subir a bordo, pero debemos salir del muelle de atraque, está infestado de soldados — Respondió Om a su superior — Hemos encontrado a Tyra y a una niña con ella. Pero hemos perdido a Sun.

    — ¿Sun ha muerto? — La noticia impactó bastante a todos, pero era el propio Lio quién se mostraba muy sorprendido.

    Así es. Se ha sacrificado para que pudiésemos llegar a la nave — Fue Bárbara quién respondió a su compañero — Hagamos que su sacrificio no sea en vano.

    — No lo será — La comandante Ripley llegó a tenerle aprecio a la asiática, por lo que su muerte sumada a la de Arva eran un duro golpe — Alejaos de la nave nodriza hasta que solicitemos vuestro rescate.

    Entendido, comandante — Paokt se dispuso a obedecer.

    El grupo encargado de destruir la nave nodriza por dentro se encontraba en su sala de control, un lugar algo extenso y con muchos monitores en los cuáles se encontraba Eeron manipulando con una serie de comandos las directrices. El emisario Anixis sabía que la nave contaba con un sistema de autodestrucción para casos extremos, aunque su explosión provocaría en Neonia algo parecido a un invierno nuclear de varias décadas. Yak era el que más afectado se veía por ello, pues tras tener que acceder a abandonar a su mujer e hijo no nacido, debía ver como su mundo de origen era prácticamente destruido.

    Sin embargo, todo era para detener a Mente Colmena y sus ansias de erradicar la vida de la galaxia.

    — Eeron, ¿cómo lo llevas? — Ashley se aproximó a su compañero con cierta prisa por irse — Tenemos el tiempo justo antes de que vengan más soldados.

    — Acabo de programar la destrucción de la nave — Confirmó el emisario Anixis — La cuenta atrás es de diez minutos, pero no podemos dejar que nadie manipule los controles si queremos que se cumpla.

    — ¿Qué quieres decir con eso? — Snow se acercó y le preguntó al Anixis.

    — Que solo podremos abandonar la nave cuando estemos seguros de que nadie vendrá aquí a revertir la autodestrucción — Indicó Eeron, consciente de que pese a ser complicado, no había alternativa alguna — Las naves de mis antepasados siempre se han construido con este mecanismo para que...

    — ¿De verdad vais a matarme a mi y a mi hijo?

    El grupo se volteó al escuchar la voz de una persona conocida, tratándose de Halisha.

    La neoniana sujetaba entre sus brazos a un bebé neoniano, lo que revelaba que había dado a luz hacía pocas horas. Al verla, Yak se aproximó lentamente mientras los demás le miraban y se preparaban para hacer lo que él no haría, cuando de pronto aparecieron varios infectados más. Fallon, Eniar, Sith, Erie y Arva se interpusieron en el camino de Quetaryan, quién frenó en seco sus pasos al verse abrumado por viejos conocidos que ya no eran esas personas con las que interactuó en el pasado.

    — Moriréis aquí, ya que no pienso haceros formar parte de mi legado — Fallon fue el encargado de decir eso, aunque hablase quién hablase, hablaba la mismísima bacteria en persona — No vais a destruir mi cosecha.

    El héroe thuniano, que llevaba mucho tiempo infectado, se dispuso a neutralizar la orden de autodestrucción que Eeron realizó en los comandos centrales de la nave. Sin embargo, antes de que pudiese poner las manos sobre el monitor, el emisario Anixis se interpuso en su camino. Eeron juntó sus manos mientras crujía su cuello en lo que era toda una declaración de intenciones para Mente Colmena, quién automáticamente sonrió en el rostro de todos sus infectados presentes.

    Eran seis enemigos para seis aliados que tenían ya menos de diez minutos para abandonar la nave nodriza sin ser destruidos dentro de ella.

    — El impulso de la rabia, es algo que me apasiona de vuestras especies — Esta vez fue Sith quién dijo esa frase, dirigiéndose hacia quién tenía más cerca, en ese caso Lio — Tú conocías a esta persona, ¿verdad?

    — Oh, sí, era un gran tipo y un mejor ingeniero — El hombre de Ceres apretó los puños — Ahora es una marioneta a la que le pondré fin.

    La líder Tovam, también infectada durante la invasión Veerham a Neonia, se posicionó delante de la actual gobernadora de la humanidad. Eniar, la ingeniera thuniana, había sucumbido ante la misma maldición que su pareja y miró con deseo a la comandante Ripley, decidida a asesinarla. Lill se percató de que la infectada Arva se disponía a atacarle a él, siendo un momento realmente doloroso para el hombre, mientras que Yak vio como Halisha dejaba a su bebé a un lado para enfrentar al padre de la criatura, quién no tenía deseo alguno de tener que matar a su pareja y madre de su hijo.

    — Halisha, no lo hagas, por favor...

    — Si quieres a ese bebé, tendrás que matar a su madre — La científica Landom esbozó una sonrisa realmente perturbadora mientras se posicionaba para pelear cuerpo a cuerpo, como todos los demás — De lo contrario, te mataré yo misma y ese niño será un futuro soldado Veerham.

    — ¡Nunca en tu maldita vida, escoria!

    Las palabras de la infectada neoniana sirvieron como provocación suficiente para que Quetaryan pasase a la acción, al mismo tiempo que sus compañeros enfrentaban a otros viejos amigos infectados. Yak lanzó un puñetazo a Halisha que ésta esquivó con facilidad, aprovechando que el neoniano estaba siendo guiado por la rabia para esperar su oportunidad de asestarle un fuerte golpe. Mientras esto sucedía, Lill se apartaba para no recibir una poderosa patada de Arva y Snow recibía un puñetazo en la boca del estómago, de parte de Erie. Ashley placaba a Eniar y la derribaba en el suelo mientras Lio comenzaba a ahogar a Sith al tomarle por la espalda.

    Al mismo tiempo, Eeron esquivaba un peligroso combo de Fallon para acto seguido hundirle la rodilla en el torso repetidas veces hasta empujarlo a un lado de la sala. El soldado thuniano estaba adolorido pero esto le sirvió al Anixis para ayudar a la gobernadora humana, quién estaba teniendo problemas con la líder neoniana infectada. Erie golpeó con contundencia el rostro de Snow y la mujer chocó de espaldas contra la pared, quedando un tanto aturdida.

    La neoniana se disponía a rematarla pero no vio venir a un Eeron que con un gran salto realizó una doble patada en la cabeza de la neoniana, lanzándola varios metros al costado y provocando que su cabeza se estampase contra la pared metálica de la sala, abriéndole una gran brecha en la frente de la cual brotó una cantidad incesante de sangre. Con la líder Tovam fuera de juego, el emisario Anixis se dispuso a ayudar a la gobernadora Carver, pero fue contundentemente placado por Fallon, quién se posicionó sobre él y comenzó a darle puñetazos muy duros en la cara.

    Snow corrió en su ayuda pero no pudo evitar chocarse con Lill, quién fue empujado por la infectada Arva. Marido y mujer chocaron, haciéndose daño entre ellos, mientras la piloto Tidder se lanzaba en plancha hacia ambos. Crane colocó sus piernas en alto e impactó en el torso de su vieja amiga, provocándole un daño considerable. Carver se incorporó rápidamente y comenzó a patear el cuerpo de su antigua compañera de expedición, sintiéndose horrible al tener que hacer eso.

    Lill tomó a Arva por detrás y rodeó con sus brazos el cuello de la mujer, decidido a darle un final a su vida arrebatada.

    — Lo siento mucho, Arva — Le susurró Crane en el oído, con lágrimas en los ojos, justo antes de partirle el cuello y matarla — Espero que me puedas perdonar por esto.

    El hombre de Ceres acababa de asfixiar al ingeniero Regan, terminando con su miserable vida bajo el control de la bacteria Veerham. Solo quedaban Halisha, Fallon y Eniar enfrentando a los seis aliados, quiénes iban de dos en dos hacia sus enemigos. Yak y Lio iban a por la científica neoniana, Eeron y Lill estaban frente al héroe thuniano y Snow ayudaba a Ashley contra la ingeniera thuniana. Precisamente ambas líderes se lanzaron al ataque contra Eniar, quién bloqueó una doble patada con sus antebrazos para rápidamente golpear a Ashley, quién se encontraba a su derecha.

    Aunque acertó de lleno en el impacto de su puñetazo, la thuniana se vio sorprendida por Snow, quién la desequilibró con una astuta zancadilla para acto seguido posicionarse sobre ella y comenzar a ahogarla. No obstante, la ingeniera se zafó al poco rato justo antes de que la comandante Ripley la pateara en la cabeza, aturdiéndola de forma considerable. Ambas humanas decidieron finalizar el combate, por lo que se lanzaron con sus rodillas por delante para golpear en torso de Eniar y dejarla sin respiración, aprovechando esto para Ashley poder asestarle un puñetazo definitivo que la mandó a dormir. No estaba muerta, pero sí noqueada.

    Viendo que sus títeres estaban siendo vencidos, la bacteria decidió jugársela. Con Halisha se lanzó a por el bebé de Yak, empezando a correr por un pasillo mientras era perseguida por el propio neoniano y el hombre de Ceres, mientras Fallon se quedaba a enfrentar a cuatro enemigos ante él. La fortaleza del thuniano no tenía nada que demostrar o envidiar a nadie, siendo un verdadero hueso duro de roer no solo para un oponente, sino también para varios. Eeron sacó su lengua para lamerse los labios ensangrentados que tenía mientras desafiaba con la mirada al infectado Veerham, que se abalanzó sobre el Anixis.

    Pero antes de que pudiese asestarle el golpe, Crane apareció por debajo suya y le impactó en el mentón, momento que aprovechó Snow para patearle en una rodilla y provocar su desequilibrio, a su vez que Ripley le impactaba un fuerte puñetazo en la nuca a su viejo amigo thuniano, un punto débil del cuerpo físico de esta especie que pocos conocían. El trabajo en equipo sirvió para que Fallon se quedase noqueado en el suelo, algo que no le pareció suficiente a un Eeron que decidió romper la cristalera de un ventanal para arrastrar al thuniano hasta ahí y lanzarlo al vacío —pues se encontraban a cierta altura de la superficie, en la zona alta de la nave nodriza—, asegurándose de que moría.

    Sin embargo, nadie contaba con que Eniar había sido noqueada pero no asesinada, por lo que la thuniana se levantó y se abalanzó contra el emisario Anixis en un claro intento de provocarle el mismo destino que Fallon había sufrido. Sin embargo, la reacción ágil de Eeron le salvó de ser arrastrado a una caída mortal, algo que sí se llevó Eniar al pasarse de frenada y lanzarse ella misma al vacío. Una medida a la desesperada por parte de Mente Colmena, a la que poco le importaba hacer eso, ya que contaba con muchos infectados bajo su poder.

    El contador de la autodestrucción marcaba menos de dos minutos, por lo que Ashley contactó con la Nolartis para su extracción inmediata de allí.

    — ¡Aquí Ashley, solicito la evacuación de la nave nodriza ya! ¡Solo quedan dos minutos!

    En camino, comandante — Contestó Oda.

    Mientras tanto, Santos y Quetaryan lograban impedir que Halisha huyera con el niño, persiguiéndola por varios pasillos hasta que la infectada neoniana decidió que no tenía escapatoria, dispuesta a precipitarse al vacío junto a su hijo recién nacido. Cuando Yak y Lio llegaron al lugar en el que se encontraba su enemiga, siendo un muelle de atraque sin naves, supieron que debían avanzar con cautela si no querían que la Veerham se suicidase con el bebé en brazos, algo que la propia infectada sabía y aprovechaba a su favor.

    — ¡Diles a tus amigos que anulen la autodestrucción de la nave y te daré al niño! — Mente Colmena sonaba desesperado, para no perder así el ejército de infectados de las especies aliadas que había formado — ¡Me iré de vuestro territorio conocido!

    — Eso no va a ser posible, bacteria asquerosa — El hombre de Ceres dejó clara su postura y la del grupo, aunque el neoniano no lo viese así — Yak, sé que es tu hijo, pero no vale las vidas de miles de personas más.

    — Si fuera Iris, lo harías — Quetaryan confrontó a su compañero — ¿Verdad?

    — Quizá te suene falso, pero no, no lo haría — Sorprendió Lio, respondiendo de esa manera — Daría mi vida por Iris, pero no la vida de otras familias por mi maldito ego. No somos quiénes para decidir algo así.

    — ¡Tú eliges, Yak! — Halisha sujetaba al bebé en el precipicio del muelle de atraque — ¡Es ahora o nunca!

    Mientras la infectada debatía con el dúo, la Nolartis aparecía en escena al posicionarse justo detrás de la neoniana, con la intención de atracar en ese muelle para que los demás subiesen a bordo. Yak y Lio observaban con tensión la escena mientras el resto llegaba a ese lugar y se encontraban con la misma situación. La compuerta externa de la nave se abrió para revelar a Ender con un Flasher en sus brazos, apuntando a la neoniana y esperando la orden para dispararla.

    Nadie escuchó a la comandante Ripley darle dicha orden por la radio de su traje.

    Hazlo.

    El comisario de Ciudad Anixis disparó su arma contra la infectada neoniana, quién se vio sorprendida por el plasma impactándole en la espalda, lo que hizo que soltara al bebé.

    Yak corrió desesperadamente a por su hijo mientras Halisha se precipitaba al vacío, tal y como habían hecho anteriormente Fallon y Eniar, bajo la mirada de shock que proyectaban los demás. No obstante, cuando el niño neoniano de apenas unas horas de vida parecía que correría el mismo destino que su infectada madre, el policía se lanzó en plancha para tomarlo en sus brazos, quedándose al límite de una caída que significaría su fin.

    Quetaryan llegó corriendo y aliviado al ver que su compañero había evitado que su hijo cayese, tomándolo en sus brazos mientras sollozaba por verlo de cerca por primera vez y también por el dolor de no tener a su lado a la persona que amaba y con la que había tenido a dicha criatura. Xom observaba la escena con lágrimas en los ojos, aún conmocionado por el sacrificio heroico de Sun, mientras el resto del grupo subía rápidamente a bordo y la compuerta externa se cerraba tras ellos.

    Oda pilotaba la Nolartis y la propulsó hacia el cielo para salir de Neonia mientras la nave nodriza Veerham terminaba explotando con una magnitud bestial, levantando un humo exagerado que terminaría por bloquear la luz solar en el planeta y por ende provocar un evidente invierno nuclear en su superficie, dejando prácticamente inhabitable durante décadas el planeta de origen neoniano y hábitat de las especies de la Alianza, quiénes ahora solo podrían vivir en Paraíso.

    Aquel día sería recordado como el día de la victoria de la Alianza sobre los Veerham, aún con un costo tremendo y sin la seguridad de que Mente Colmena no planease su regreso en un futuro cercano. Las pérdidas ocurridas desde el inicio de la expedición de la Nolartis hasta ese fatídico y marcado día serían recordadas por siempre en la memoria de los supervivientes de la guerra, mientras se abría un nuevo horizonte tras el fin de un conflicto que había terminado con una época gloriosa y de paz.

    El miedo porque comenzase una nueva época oscura fue sembrado en todas las vidas que habían quedado, ocupadas en reconstruir un mundo que debía albergarlos a todos tras la destrucción de Syleria, Neonia y Vulkano.

    [...]

    Una semana después


    La llegada de los integrantes de la Nolartis en la que había sido su misión más peligrosa se dio tras tres días de incertidumbre en Paraíso, en los que temían que su fracaso significase el regreso de los Veerham al planeta artificial. Pero para su fortuna, parte del grupo regresó para confirmar que la nave nodriza del enemigo había sido destruida, aunque muchas vidas se habían perdido en el camino y muchas colonias habían quedado inhabitables durante un buen periodo de tiempo.

    Paraíso se convertía en el único mundo que albergaba a las cuatro especies de la Alianza Interestelar de Especies.

    Los siguientes cuatro días tras el regreso de la Nolartis fueron para que los soldados que pelearon esa breve pero angustiosa guerra, pudiesen tomarse un merecido descanso junto a sus familias, siendo unos privilegiados aquellos que no habían perdido seres queridos en la lucha. La alegría en unos era la tristeza en otros y el júbilo en aquellos que eran afortunados de tener aún a sus familias completas era el dolor en aquellos que se habían quedado solos en la vida.

    No había remedios ni milagros que pudiesen hacer sentir bien a padres, madres y niños huérfanos que solo podían recibir el consuelo de otros.

    Pero pasada justamente una semana desde el fin de la guerra contra los Veerham, era el momento de reconstruir el hogar de todos. Principalmente, tomar decisiones que serían trascendentales para el futuro de las mermadas especies de la Alianza, diezmadas por el enemigo y con sus números cada vez más cerca de la extinción. Los líderes se reunieron en la base militar de Ciudad Anixis, cuartel general y centro de mando de todas las operaciones que se estaban llevando a cabo en el planeta artificial.

    Snow, Cyprus, Om y Yak como nuevo representante neoniano se emplazaron para decidir qué hacer de cara a un futuro incierto.

    — Ciudad Anixis no tiene capacidad para albergar a tanta gente, por lo que he habilitado el arca cuatro y he ordenado la construcción de viviendas ecológicas en sus proximidades — La gobernadora Carver empezó relatando lo que había estado haciendo durante los últimos días tras su regreso — No sé si lo habéis oído, pero quieren rebautizar el arca cuatro como Ciudad Alianza. Por mi parte, he accedido.

    — Me parece un nombre honorable — Murmuró Om, asintiendo ante la idea de renombrar una colonia que nunca llegó a tener un claro nombre al que referirse.

    — El mural de los caídos será construido allí, según tengo entendido — El sabio Cyprus accedió — Me parece un nombre idóneo para un acto precioso.

    — Me parece perfecto, no tengo objeción alguna — Todos veían al líder Quetaryan con su pequeño bebé en brazos, con quién iba a todas partes — Quiero hacer de Paraíso un fortín para que ningún niño vuelva a ver el horror de una guerra. Jaarik merece una vida de verdad.

    — De hecho, quería hablar al respecto de eso — El representante thuniano aprovechó el comentario del neoniano para proponer algo — Me gustaría que considerásemos la idea de no salir a explorar más territorios desconocidos. Centrémonos en fortificar este mundo y sus alrededores antes que en descubrir otros planetas y otras especies que puedan ser hostiles.

    — No quiero negarme a esa idea, Cyprus, pero creo que eso no servirá de mucho si una nueva especie hostil aparece en nuestro territorio... o los Veerham regresan. Ahora estamos más expuestos, al vivir todos concentrados en un único mundo — El Elegido Paokt hablaba con la lógica por bandera — Yo... quiero revelaros algo. Durante este último año, tras haber acabado con Davon Phenom, puse en marcha la construcción de una bomba de energía como medida de emergencia. No consideré usarla en Syleria y tampoco en otros mundos, por eso no lo he mencionado antes. Pero está construida desde hace semanas y sigue en la ciudad subterránea de Sovaam.

    Los otros tres líderes miraron atónitos al syleriano, perplejos al escuchar que había una bomba de energía recién construida bajo la superficie de Syleria. Necesitaron un minuto entero para reflexionar sobre esa impactante revelación, siendo la líder de la humanidad quién decidió tomar la palabra de nuevo.

    — ¿Y cuál es el objetivo de que nos cuentes esto ahora, Om?

    — Estoy convencido de que Mente Colmena volverá eventualmente a intentar terminar lo que empezó y quiero anticiparme a esa posibilidad — Paokt sonaba decidido y determinado a actuar — Está bien que nos centremos en fortificar Paraíso y hacerlo inexpugnable, pero sugiero que antes de eso, seamos nosotros quiénes tomemos la iniciativa de terminar con los Veerham de una vez por todas. Que dejen de ser una amenaza para nuestro futuro. Por eso, mi propuesta es que vayamos a Anyxa con la bomba de energía y destruyamos el nido del que sale esa maldita bacteria. Pensadlo, haríamos las vidas de la gente más tranquilas... y las vidas de nuestros hijos, más seguras.

    — Yo estoy dispuesto a asumir ese último riesgo, de ser necesario — El líder neoniano observaba el pequeño rostro de su hijo, quién le daba fuerzas en unos momentos tan difíciles como esos en los que se encontraba — No ahora, porque no es el momento y necesitamos recuperarnos, pero prepararnos durante el próximo año para terminar con Mente Colmena definitivamente y darle a nuestros hijos un futuro de verdad... Cuenta conmigo, Om.

    — Creo que eso sería un error, agitar el avispero. Pero no niego que sería una paz relativa para toda nuestra población y un alivio para cualquiera el saber que los Veerham no volverían a atacarnos nunca más — Snow tenía una expresión facial de estar pensativa, mientras sopesaba los pros y los contras de ese futuro plan — Yo no lo tengo del todo claro, pero supongo que podemos ir actuando con ese propósito e ir planificándolo a lo largo del año entrante. El tiempo dirá que decisión tomamos, pero si lo hacemos, debe ser el último viaje que hagamos.

    — No me gusta en absoluto esa idea, compañeros de liderazgo, pero la asumiré con entereza y determinación — El sabio thuniano parecía el menos predispuesto a enviar una futura misión a Anyxa para destruir el hogar que antaño fue de los Anixis y ahora lo era de los Veerham — Si dentro de unos años nos volvemos a reunir y seguís de acuerdo con este plan, lo aceptaré sin reparos. Creo que ya hemos sufrido suficiente, pero también comprendo lo que significaría saber que un enemigo es ya un cuento del pasado.

    — Disculpad, ¿interrumpo algo importante?

    El conocido emisario Anixis apareció por la puerta de la sala de comunicaciones de la base, en la que los principales líderes estaban reunidos. Tenía el acceso permitido al ser considerado un representante de su especie, pero nadie lo esperaba allí. Eeron decidió no quedarse en la puerta al ver como Snow le indicaba con un gesto que podía pasar sin problema, por lo que se aproximó al conjunto de gobernantes de la Alianza sin ser consciente de lo que se había hablado previamente, pero con algo que decirles a todos ellos.

    — ¿Qué te trae por aquí, Eeron? — Preguntó Cyprus, intrigado al ver al amigo Anixis.

    — He oído que os ibais a reunir hoy y he decidido pasarme para informaros de algo que creo que podría ser de importancia para vosotros y vuestras especies — Indicó el emisario de la raza 'creadora' de las especies de la Alianza — El comunicador que me dejasteis ha funcionado y he podido comunicarme con mi colonia. He hablado con el Consejo Superior y me han dado su beneplácito para deciros que la Alianza tiene asilo en el planeta en el que nos alojamos. Sería un largo viaje, pero creo que es bueno que lo tengáis en cuenta.

    Los cuatro representantes de la Alianza se miraron entre sí con cierto asombro al oír las palabras del emisario Anixis.

    El futuro se abría con incertidumbre y dudas para todos los supervivientes de la guerra contra los Veerham pero a su vez ya comenzaban a surgir las primeras posibilidades de cambio. Sumándose así al asalto a Anyxa con la bomba de energía syleriana en un intento por erradicar definitivamente a la bacteria apodada como Mente Colmena, llegaba la opción de unirse a la colonia de los últimos Anixis escondidos en otro punto de la galaxia para así comenzar de cero.

    Dos opciones de cara al futuro, ambas con propósitos diferentes pero con el mismo objetivo: un futuro para las futuras generaciones.



    FIN
     
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo final de esta parte IX.

    Tengo que decir que ha sido bastante frenético y de paso siniestro. La escena inicial ya fue horripilante, pues tan pronto como vimos aparecer a Axlor, que está muerto hace bastante, supe que algo iba a estar mal. Creía que Arva simplemente estaba alucinando y que alguien más la había rescatado, pero resulta que no ha sido así, y que todo era parte de una de las visiones infundidas por Mente Colmena antes de reclutarla. Maldita bacteria, tomaste la forma de uno de mis bebés a los que extraño mucho. Ojalá te maten con dolor cuando la bomba solar te estalle en la cara :ewww:

    Sin embargo, Arva ha sido la única abducida como tal por los enemigos, ya que el resto se las pudo arreglar para salvarse, al solamente fingir caer inconscientes. Lo malo de todo esto es que no pudieron hacer mucho más por ella, y decidieron resignarse a que la habían perdido. Ahora Karla y Jackon perdieron a su mamá y quedaron huerfanos del todo :anicry:

    El grupo se decide a robar la Nolartis para escapar, al mismo tiempo que buscan destruir la nave nodriza y evitar que los secuestrados se conviertan en futuros enemigos al ser títeres de la marioneta. Tyra y Echo, milagrosamente, logran llegar con el resto del equipo para escapar, a buen tiempo, porque casi que se iban a marchar sin ellas. Lo bueno es que la piloto ha sobrevivido y a salvado a la niña (también huérfana me imagino) que tiene que crecer para ser pareja de Jackon. Cuando el grupo se pone a pelear para recuperar la Nolartis, los Veerham les superan en número, y es allí donde Sun elige actuar por un camino noble y dar su vida por los demás. Se despide de sus amigos y de Ender, dejándole el encargo de que cuide a Kendall. Eso lo convierte a él en otro huérfano, aunque no por eso ha perdido a toda su familia. Creo que estás practicando para las olimpiadas de dejar hijos huérfanos, amigo. Pues, espero que con esto ya hayas ganado la medalla de oro y no le pongas un dedo encima a Lill y a Snow para dejar a Gina y Owen solos angrysnake

    Gracias al sacrificio de Sun, el grupo logra llegar hasta la Nolartis, y gracias a Oda, se disponen a rescatar al resto de sus compañeros para dejar que la nave estalle por los aires. Mientras el grupo se mantiene allí, con obligación de tener que quedarse hasta que el conteo termine, Halisha y su bebé aparecen junto con Fallon, Eniar, Sith, Erie y Arva. Dispuesto a evitar que eliminen un recurso valioso y desaparezcan su cosecha, como los ha llamado, la Mente Colmena manda a infectados que pueden hacer un efecto psicológico en el resto, y así comienza una batalla campal de 6 vs 6. Todos con un propósito. Ya nuestros héroes se deciden a eliminarlos, puesto a que saben que no hay marcha atrás, y deben dejarlos morir si quieren evitar que nuevos títeres, por así decirlo, lleguen a Paraíso. Con las cosas como están, Mente Colmena puede ver como está por perder, por lo que obliga a Halisha a robar a su bebé, y trata de jugar mentalmente con Yak para evitar la destrucción de la nave. Sin embargo, la llegada de la Nolartis cambia la balanza. Ender rescata al pequeño y primer angelito neoniano de la historia, eliminando a Halisha. Es triste, puesto a que ella en visiones ansiaba poder estar junto a Yak y a su hijo, pero ahora, ya no se dará. Si bien, podríamos decir que Halisha ya estaba perdida, todavía había chances de recuperarla. Ahora que murió, es otra madre que pierde la vida aquí, y eso deja a ese angelito neoniano como mitad huérfano (otro más, ya te divertiste matando padres y madres aquí, así que no pienses que le harás algo así a Gina y Owen :slap: ).

    Con el tiempo terminado, y sus amigos muertos, el grupo se escapa mientras que la nave nodriza estalla en pedazos. Con eso, el planeta Neonia sucumbe a lo que será como un invierno nuclear cuando los restos de la nave anixis empiezan a cubrir el sol. Siendo su planeta el más desprotegido, está claro que el pequeño porcentaje de neonianos que permaneció en los demás planetas sería lo que mantendrá viva a la especie neoniana, puesto a que su hogar natal fue reducido a nada, y su población bastante diezmada. El Supremo debe estar haciendo fiesta en la papelera de reciclaje de su chip, okno, mal chiste :'v

    El conflicto acabó, pero la amenaza no. Muchos perdieron sus casas, sus mundos, sus familias y muy de seguro sus trabajos. Eniar y Sith son una pérdida lamentable en lo científico, mientras que el resto es una lástima por la mano de obra que ya no tienen más. Yak asciende y se convierte en el nuevo representante neoniano, tal como Vanth y Narisha lo estaban formando en sus días. Será cuestión de ver si toda esa formación ha dado sus frutos; por el momento, Yak acude a las reuniones con el primer angelito neoniano, Jaarik. Solo espero que la bacteria no lo haya hecho nacer infectado, porque podría ser catastrófico si es el caso. Reunidos para saber qué es lo que deben hacer, Om les cuenta que tiene una bomba de energía lista para ser detonada en Anyxa, y así borrar a la bacteria de la faz del universo. Eeron, por su parte, ha contactado con los Anixis, y les ha garantizado a las subespecies de la alianza un asilo en esa colonia. Con dos posibles caminos, el consejo tendrá qué decidir por cual alternativa se van, pero es cierto que al menos se han librado de Mente Colmena por un tiempo. Ojalá en la siguiente parte se deshagan de esa bacteria milenaria para siempre.

    Bueno, amigo, ha sido el último comentario de esta espectacular parte IX. Ahora solamente me queda prepararme para lo que se vendrá en la parte final de este magnífico universo que has creado. Puedes estar seguro de que esperaré con ansias por ver la resolución tanto de este conflicto como de la historia. Los misterios ya llegaron a su fin, y solo queda afrontar la última y más peligrosa amenaza de todas. Creo que a este capítulo le faltó alguna escena con los niños, principalmente los que han perdido a sus madres y padres, pero seguro la parte X estará llena de esas escenas, sobre todo en el comienzo.

    Fue una gran aventura la que hemos estado siguiendo con estas leídas en simultáneo. Fue agradable leer de nuevo una parte con una longitud similar a la de la parte I. Puesto a que, mientras más capítulos tenga, más chance de juntarnos por Discord a leer hay :) Pero también entiendo que las partes deben tener la duración que deben tener. Esperaré con ansias por la parte X, y por supuesto, más leídas en simultáneo para el año que viene.

    Con eso me despido. Te deseo unas muy felices fiestas. Un abrazo y cuídate mucho.
     
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