Ciencia ficción Los Viajeros IX: El imperio Anixis

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 12 Julio 2023.

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  1. Threadmarks: Una prisión infernal (Parte 1)
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    4711
    Ya hemos pasado los diez primeros capítulo de la parte y poco a poco las cosas van a subir de intensidad. Mil gracias a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre aquí, hypeándose y disfrutando de esta historia. Espero que él y los demás disfrutéis de lo que está por venir. Cuidaos y hasta pronto.




    Una prisión infernal (Parte 1)







    Evitar llamar la atención era el principal objetivo, lo que dificultaba la misión que tanto Lill como Ash estaban llevando a cabo en conjunto.

    El comandante de la expedición sabía que de ser detectados o peor aún, iniciar un conflicto con esos Anixis, derivaría en serias consecuencias para él y su tripulación. Tras observarlos desde la distancia y la seguridad que proporcionaba estar entre arbustos cercanos al muelle de atraque donde se hallaba custodiada la Nolartis, el dúo se preparó para ponerse en marcha. No contaban con ningún arma, pero si con la astucia suficiente como para pasar inadvertidos y colarse en el interior de la nave.

    Los Anixis parecían estar monitorizando y estudiando todo sobre la Nolartis, tanto por fuera como por dentro. El hecho de que la compuerta del hangar —que evidentemente daba acceso al interior— estuviese abierta era una oportunidad más que clara para infiltrarse a bordo. Crane lideraba con Ripley siguiéndole los pasos, ambos centrados en el primer obstáculo al frente.

    Dos Anixis se encontraban abriendo cajas de suministros de la expedición tras haberlas sacado fuera de la nave. Comida, medicinas, armas... cosas necesarias y fundamentales para el grupo, estaban ahora bajo el poder de esos seres.

    — ¿Qué hacemos? ¿Tratamos de pillarlos por sorpresa? — La idea de Ashley era la de agarrarles por detrás y someterlos como harían con cualquier otro.

    — Es demasiado arriesgado, Ash — Contestó el comandante, negando con la cabeza — Mierda, esto es muy complicado...

    Sumándose a esos dos Anixis que sacaban todos los suministros de la nave, llegaron tres más, siendo un total de cinco enemigos los que el dúo tendría que esquivar en su objetivo por colarse en la Nolartis. Viendo que sus posibilidades de éxito se reducían drásticamente, Lill optó por un plan drástico y un tanto suicida.

    — Yo los distraeré mientras tú entras en la nave y coges todas las armas que puedas — Dijo el hombre, mirando fija y seriamente a su compañera.

    — ¿Qué? ¿Estás loco, Lill? — Ashley no estaba nada de acuerdo con esa idea — ¿Cómo harías algo así? ¡Mira cuantos son!

    — Cuento cinco delante nuestra, el resto están demasiado dispersos como para que vieran a uno de nosotros escabullirse y entrar — Crane parecía decidido y dispuesto — Usa las cajas como cobertura para no ser vista, muévete rápido y conseguirás algunas armas.

    — ¡No, ni hablar! — Susurrando con un tono de enfado, la mujer frenó las intenciones de su amigo y superior — ¡Tú no harás nada de eso! ¡Lo haré yo!

    — ¡¿Qué mierda dices, Ash?!

    — ¡Lo que oyes! — Le reprimió ella — Tú tienes dos hijos y a Snow esperándote en casa. Yo me quedé sin lo último que tenía y ya no me queda nada que perder.

    — Ash, me tienes a mi. Tienes a Snow y a Gina. Y quiero que conozcas a Owen — El comandante la tomó de las manos, mirándola con los ojos vidriosos — Somos tu familia. Así que todavía no lo has perdido todo.

    — Lill... si uno de los dos debe hacerlo, esa debo ser yo — Con la emoción a flor de piel, la soldado asentía a su amigo — Y si debo arriesgar mi vida para que tú llegues con tu... con nuestra familia, así lo haré. No hay discusión.

    Sin darle opción al comandante a rebatir esa decisión tomada, la soldado salió de los arbustos donde se escondía y se dirigió a otros más alejados, mientras él la miraba con impotencia por no haber podido hacerla cambiar de idea, siendo que esta era suya. Ripley esperó unos segundos para acto seguido asomarse por detrás de la maleza, delatando su posición ante los más de quince Anixis presentes fuera de la nave.

    Al verla, estos corriendo inmediatamente, iniciando una clara persecución. Ashley le sonrió de lejos a Lill en lo que podía ser una despedida entre ambos, perdiéndose en el interior del bosque mientras todos los Anixis del muelle de atraque se hacían una carrera para atraparla.

    — Maldición, Ash... — Susurró Lill para sí mismo — Sobrevive ahí fuera, por favor te lo pido.

    El comandante de la expedición sabía que le tocaba hacer su parte y esa era la de infiltrarse en el interior de la nave y obtener todas las armas posibles para el rescate de sus compañeros, con la posterior huida de ese complejo. El silencio que había fuera se había trasladado dentro de la Nolartis, donde Lill ya estaba entrando y en la cual no se escuchaba absolutamente nada.

    El líder de la misión avanzaba lenta pero inexorablemente hacia la armería, superando el hangar vacío y la sala de criogenia, pero encontrándose a mitad de camino con la sala del núcleo, lugar donde Oda estaba instalada. Conforme se acercaba a ese punto, dos voces entremezcladas se oían, manteniendo una conversación de lo más seria.

    — Quiero toda la información sobre los alienígenas que habitan esta nave; procedencia, motivo de la llegada, intenciones... — Crane se asomó lo suficiente desde su cobertura como para ver hasta cinco Anixis en el núcleo de Oda — De lo contrario, tu vida útil acaba aquí.

    No estoy programada para revelar información sensible sobre los miembros de la expedición — Oda estaba interpretando el papel de una IA básica — Por favor, inicie una nueva consulta.

    — Ya me has contestado las mismas frases cinco veces — Le recriminó el Anixis que hablaba, perdiendo la paciencia — O me das lo que te pido, o te desconectaré para siempre.

    Lo siento, no entiendo tu petición. Por favor, inicie una nueva consulta.

    — Está bien, si ese es el juego al que quieres jugar, jugaremos.

    Desconexión en proceso.

    El comandante quisiera poder evitar la desconexión total de Oda, pero desarmado y en clara desventaja solo provocaría su muerte, por lo que lamentándose, decidió seguir su rumbo hacia la armería. Tras dejar atrás la planta baja de la nave, ahora Lill se hallaba en la planta principal. Subiendo sigilosamente las escaleras, Crane avanzó por el primer pasillo en la dirección correcta hacia su objetivo, sin embargo, cuando se encontró con la armería también se encontró con un Anixis. Éste estaba escaneando con un curioso aparato cada una de las armas presentes, pero el hecho de que estuviese ahí complicaba seriamente las opciones de Lill.

    No obstante, cuando parecía quedarse sin más alternativa que la confrontación, el comandante escuchó un chirrido en la puerta anexa a la armería, lugar el cuál se trataba de uno de los pequeños almacenes donde se almacenaban suministros. El Anixis se volteó inicialmente confundido para después dirigirse con curiosidad hacia ese sonido, dispuesto a abrir la puerta que daba acceso al almacén. Cuando aquel ser irrumpió lentamente en su interior, la compuerta se cerró tras él, propiciando que se quedase encerrado. El intruso comenzó a aporrear la puerta, pero extrañamente no gritaba pidiendo ayuda.

    Lill aprovechó esa oportunidad para tomar todas las armas posibles y colgárselas en la espalda.

    Comandante, me alegra verle bien — Oda se comunicó con el humano, demostrando que por el momento lograba torear los intentos Anixis de desconectarla.

    — Gracias por esa ayuda, Oda — Contestó Lill mientras contaba las armas que se llevaba — También me alegra verte en pleno funcionamiento. ¿Podrás aguantar hasta que regresemos?

    Mis sistemas pelean contra los intentos de hackeo de los Anixis, pero no resistiré por mucho. Según mis cálculos, tengo menos de dos horas antes de que mi desconexión sea parcial y tres horas antes de que sea total.

    — ¿Podríamos volver a reconectarte?

    Negativo, comandante. La desconexión total implica la limpia total de mis archivos y memoria. Al reiniciarme, ya no sería Oda.

    — Aguanta, haré todo lo posible por regresar con todos antes de que llegues a ese punto.

    Mucha suerte, comandante Crane.

    — La vamos a necesitar.

    Lill cargaba con hasta cinco armas en su espalda, sin contar con la que sujetaba entre sus brazos, lo que daba un total de seis armas para defenderse todos en lo que se lograba reunirse y escapar. Muchos miembros de la expedición irían desarmados, por lo que el peligro de morir crecía exponencialmente para aquellos que no llevarían armamento. Sin embargo, el comandante también se colocó hasta seis granadas en el cinturón de su traje: tres de energía y tres de fragmentación.

    Abastecido conforme podía, Crane se aventuró con rapidez a bajar por las escaleras, cruzar el hangar y dirigirse de nuevo al interior del complejo.

    [...]

    — No recuerdo nada.

    Las caras de sus compañeros humanos, a excepción de los ausentes Lill y Ashley, observaban a Maya con preocupación.

    La médico de la expedición había sido devuelta a la sala donde estaban los demás miembros de su misma especie tras haber sido llevada en contra de su voluntad. Sun, que le guardaba cierto aprecio, se aproximó a ella para mostrarle su apoyo mediante un abrazo, pero recibió la más absoluta indiferencia de su parte.

    La doctora Vega parecía ser un cascaron sin vida, un objeto inerte. Algo que se podía entender dado todo lo que había pasado en los últimos meses.

    — Le han debido hacer algo — Supuso Lio, observándola desde el otro extremo de la habitación.

    — Bueno, también ha sufrido mucho últimamente — Iris hablaba con su padrastro — Enfrentó a las bestias de Bildsh en la nave, fue capturada por los rynarok, vio morir a Eron delante suya y ahora esos seres se la han llevado para vete tú a saber qué.

    — Cierto, en su situación, yo también estaría psicológicamente afectada — La piloto compartió su pensamiento al respecto — Diría incluso que todos estamos un poco afectados en ese sentido.

    — Eso desde luego — Lynx se encontraba sentado en el suelo — Y también hemos tenido suerte en que ni siquiera se hayan fijado en la ausencia de Lill y Ashley cuando han traído a la doctora.

    — En fin... espero que el comandante Crane y la líder Ripley hayan logrado su cometido — Murmuró el soldado Sanders, mostrándose preocupado — Quién sabe si alguno de nosotros será el siguiente en ser llevado.

    Mientras tanto, en la sala donde estaban retenidos los thunianos, Eniar y Dhejam veían de regreso a Fallon.

    El subcomandante fue devuelto con los suyos, aunque su mirada y su actitud distaban de ser las de antes. La mujer thuniana lo notó, pues tras darle un cálido abrazo seguido de un beso, el soldado ni se inmutó. Una reacción que dejó muy extrañados tanto a la propia Eniar como a Dhejam. Al igual que cuando Yak recibió el regreso de su amada Halisha, la cuál se mostraba fría y distante.

    Caelum, por su parte, estaba igual que siempre, aunque tenía una sensación extraña dentro suya.

    — A mí no me engañáis — Se dijo a sí mismo el syleriano — Habéis experimentado conmigo. Lo siento.

    [...]

    La compuerta de la sala donde se encontraban los humanos de la expedición abierta abruptamente, sorprendiendo a todos en su interior solo para después respirar aliviados ante la aparición de Lill. El comandante recibió inicialmente las sonrisas de algunos de sus exploradores, solo para drásticamente ver un cambio notorio en sus expresiones.

    El hombre de Ceres se aproximó a su amigo y superior con la preocupación más que evidente ante la ausencia de la soldado Ripley.

    — ¿Dónde está? — Preguntó, haciendo referencia a Ashley — ¿Os habéis separado?

    — Para que yo llegase a la Nolartis a recoger algunas armas, ella decidió llamar la atención de los Anixis en la zona de aterrizaje — Se sinceró Crane, mostrándose algo abatido al respecto — Fue idea mía, pero ella no me dejó llevarla a cabo. Ya sabes cómo es.

    — Sí, lo sé... — Musitó Santos, contrariado con que su amiga hubiese tomado dicha decisión, pero entendiendo que no podía pensar en ello en ese momento — ¿Cuántas armas has logrado coger?

    — Dos Striker, dos Flasher, un Buster y un Winlock — Especificó el comandante, señalándose también las granadas que colgaban de su cintura — Los que vayan desarmados tendrán una de estas, en caso necesario.

    El líder de la expedición contaba con dos armas de asalto —los Striker humanos—, dos armas de combate —los Flasher anixis—, una escopeta —el Buster humano— y un rifle de precisión —el francotirador anixis, el Winlock— además de un surtido de tres granadas de fragmentación humanas y otras tres granadas de energía neonianas. Un arsenal algo escaso para el número de personas que eran no solo en general en la expedición, sino los propios humanos que estaban juntos.

    — ¿La han devuelto a nosotros? — Lill se sorprendió al ver a Maya allí presente.

    — Así es, pero le han debido hacer algo, porque apenas habla con nosotros y tiene la mirada perdida — El hombre de Ceres negaba con la cabeza — No creo que le convenga llevar un arma de ningún tipo.

    — Tienes razón, parece inestable en estos momentos — Creía el comandante, que le cedió a su viejo amigo un Flasher — Te quiero armado, Lio.

    — No tenía pensado ser protegido, soy más de proteger yo a otros.

    — Eso suponía — Musitó Lill, sonriendo a su compañero para acto seguido dirigirse al resto — ¡Atención! Escuchadme todos. Esto es lo que he podido traer de la armería de la Nolartis. No es suficiente, lo sé, pero nos tiene que dar para encontrar al resto de nuestros compañeros y salir con la nave lejos de este puto mundo.

    — Yo sé dónde están — Dijo de pronto la doctora Vega, sorprendiéndolos a todos gratamente — Fui la última en ser devuelta, vi donde los encerraban.

    — ¿Estás segura, Maya? — La asiática, que se encontraba con ella, la miró a los ojos.

    — Lo estoy — Contestó la médico con seriedad — Creo que estoy recuperando fragmentos de lo que ha pasado.

    — Maya, indícanos entonces donde están nuestros compañeros — El comandante se aproximó a la mujer, apoyándose en sus hombros — Sé que no estás bien, pero todos aquí confiamos en ti.

    La doctora de la expedición asintió convencida, saliendo algo reforzada por las últimas palabras de su superior.

    El resto de presentes ya se estaban proveyendo de las armas traídas por Lill; él mismo llevaría un Striker, el hombre de Ceres portaba un Flasher, el ingeniero e informático Herswood cargaba con el otro Flasher mientras que su pareja Iris llevaba un Striker, el soldado Sanders optó por ser el francotirador del grupo con el Winlock y finalmente Sun llevaría la escopeta Buster.

    Maya se encargaría de señalar los lugares donde estaban retenidos sus otros compañeros y debido a su estado psicológico no iba a ser armada, por lo que la piloto Maxwell se encargaría de llevar consigo las seis granadas, para usarlas en caso necesario o si sus superiores se lo ordenaban. Con todos provistos y conociendo sus roles, el grupo humano de la expedición salió de la sala en la que habían pasado ya medio día, unas doce horas aproximadamente.

    El pasillo en el que estaban era precisamente el lugar en el que todas las salas de retención yacían, por lo que apenas tuvieron que andar unos pasos hasta que la médico les indicara la primera compuerta. Tras hacerlo, todo en completo silencio y cubriendo ambos lados del pasillo, el comandante ordenó mediante gestos que Lynx se encargase de abrir manualmente la puerta.

    En menos de dos minutos, el ex criminal había cumplido con su cometido y la compuerta estaba abierta, descubriéndose tras ella a los dos neonianos del equipo.

    — ¡Lill! — Exclamó Yak al verlos a todos, dirigiéndose inicialmente a su comandante — ¡¿Cómo habéis...?!

    — No hay tiempo para explicaciones, amigo mío, es hora de encontrar a los demás y salir de este agujero — Crane le indicó a la joven Hennessey que le cediese su Striker al neoniano, ya que éste era más experimentado en combate que ella — ¿Halisha está bien?

    — Se la llevaron y desde que ha vuelto no ha dicho nada — Se sinceró Quetaryan, visiblemente apenado — Tengo miedo de que le hayan hecho algo horrible, Lill. ¡Esos malditos seres...!

    — Iris, ¿puedes cuidar de ella? — Le ordenó el líder de la expedición, con respeto y educación.

    — Por supuesto.

    La joven Hennessey ayudó a la científica Landom a incorporarse, ya que ésta estaba sentada en el frío suelo, para después quedarse a su lado.

    Halisha miraba al suelo con una expresión inerte en su rostro, cosa que preocupaba a todos. Maya parecía haber reaccionado con el pasar del tiempo, algo que esperaban que también ocurriese con la neoniana. El grupo avanzó varios pasos más hasta la segunda compuerta más próxima, la cual señaló Maya directamente. Al abrirla, el equipo se encontró con los tres thunianos de la expedición. Eniar abrazaba a Fallon con lágrimas en los ojos, mientras éste apenas levantó la cabeza para observar a sus recién aparecidos compañeros.

    Dhejam se incorporó rápidamente a recibirles con una clara expresión de seriedad y desconcierto.

    — No sabéis cuanto me alegra ver vuestros rostros ahora mismo — El soldado thuniano se veía realmente contento de ver a sus compañeros de equipo.

    — Subcomandante, ¿estás listo? — Lill se dirigió a su segundo al mando.

    — Se lo llevaron, comandante... — Dhejam confirmaba las sospechas de los demás al mismo tiempo que Eniar asentía con la cabeza, visiblemente afectada — Ha vuelto así. Parece otra persona.

    — Maldición... — Se lamentó Crane, cediéndole un arma al soldado — Entonces te toca a ti hacerte responsable. ¿Lio?

    — Ahí tienes, Dhejam — Lynx cedió su Flasher a Lio, quién se lo dio a su vez al thuniano.

    — Vigilaré la retaguardia — El soldado que antaño era protector del sabio Cyprus decidió tomar la iniciativa, mostrándose verdaderamente implicado.

    — Eniar, ¿puedes ayudarle? — El comandante se refería a Fallon, quién en su estado, se veía muy vulnerable.

    La ingeniera thuniana asintió sin miramientos, secándose las lágrimas mientras ayudaba a su amado a levantarse, tras haber estado sentados en el suelo de la habitación.

    Con ellos, solo quedaba Caelum por ser liberado. Su compuerta estaba más adelante, tal y como indicaba Maya, momento en el que Lynx se puso manos a la obra. La sensación de todos era que estaba resultando demasiado fácil el escape, ya que no se veían Anixis y ni siquiera había alguna alarma sonando en señal de que se estaba violando algún sistema.

    El comandante Crane irrumpió en la sala, encontrándose con el único syleriano que quedaba en la expedición.

    — ¿Lill? — Pallow alzó la cabeza, estando sentado en el frío suelo de su sala — ¿Cómo habéis...?

    — No importa, levántate y vámonos, Caelum — Le indicó el humano, tendiéndole la mano — No hay tiempo que perder.

    — Esto es una prisión infernal, Lill, verdaderamente lo es — Decía el ingeniero y científico de la expedición, pareciendo estar fuera de sí — Pero no solo física, sino mental. No hay escapatoria alguna.

    — ¿De qué diablos estás hablando?

    Visiblemente extrañado pero sin querer perder más tiempo, Crane impulsó a Pallow a levantarse, momento en el que alguien en el pasillo dio la voz de alarma.

    — ¡Nos han detectado!

    [...]

    El hombre de Ceres disparaba su Flasher mientras iba al frente del grupo, provocando la muerte de tres soldados Anixis que se vieron sorprendidos al no conocer que el grupo estaba armado. A la carrera, toda la tripulación de la Nolartis avanzaba rápidamente por los pasillos mientras el comandante Crane gritaba hacia donde dirigirse para salir de aquel laberíntico complejo. El grupo se vio pronto en el exterior del lugar, pero se encontró con una feroz resistencia por parte de sus captores.

    Debido a los disparos de Flasher —los Anixis contaban con las mismas armas al ser creaciones suyas— que les llovían desde varias direcciones, los miembros de la expedición tuvieron que dividirse. Lio se vio emparejado con Eniar y un Fallon que parecía inactivo, pues ni se inmutaba pese a que a su alrededor se estaba dando un conflicto considerable. El humano maldijo en voz baja a su subcomandante, porque sin su ayuda, salir de aquella zona iba a ser verdaderamente difícil.

    — ¡No te separes de él en todo momento! — Le ordenó Santos a la ingeniera thuniana — ¡Trataré de mantenerlos a raya, pero debes buscarnos una ruta hacia la nave!

    — ¡Entendido!

    Realmente nerviosa pero consciente de la situación, Eniar comenzó a observar su alrededor en busca de una oportunidad para salir corriendo hacia la Nolartis, ya que ella estaba desarmada, al igual que un Fallon que incluso armado, poco o nada iba a contribuir en su estado. La thuniana observó como a una distancia prudente se hallaban Tyra, Brad y Lynx. Los tres jóvenes humanos contaban con la suerte de que, a excepción del informático, los otros dos estaban armados.

    La piloto de la nave lanzó una granada de energía que al detonar, aturdió a varios enemigos debido a la descarga producida, movimiento que aprovechó el soldado Sanders para efectuar unos disparos certeros con el Winlock que bien le sirvieron para abatir a los Anixis. Aquello bastó para que Herswood entendiese que era el momento idóneo para correr hacia la cobertura en la que Iris y Halisha estaban, por lo que se lanzó a la aventura.

    — ¡Lynx, no! — Gritó Maxwell, aterrada.

    — ¡¿Qué mierda haces?! — Exclamó Brad, viéndolo correr en mitad de ese caótico tiroteo en la zona de aterrizaje.

    El aprendiz de ingeniero del fallecido West no se lo pensó dos veces, cruzando un escenario de guerra para llegar milagrosamente hacia su amada. Sin embargo, estando a punto de llegar a su lugar, un disparo plasma le dio de lleno en el costado derecho de la pierna del mismo lado, derribándolo. Lynx comenzó a retorcerse de dolor mientras se arrastraba hacia Iris y Halisha.

    — ¡¡¡Lynx!!! — Gritó la joven Hennessey, asomándose desde su cobertura, la cual eran unas cajas de suministros, para disparar a sus enemigos.

    Herswood logró arrastrarse sano y salvo a la posición en la que estaba su novia, habiendo sufrido un disparo de plasma en la pierna que podría haber sido muy diferente. Una imprudencia que Iris le hizo saber inmediatamente.

    — ¡¿Qué haces?! — Exclamó él, tras haber recibido una bofetada de parte de la chica — ¡¿Tan poco te alegras de tenerme aquí contigo?!

    — ¡Eres un jodido estúpido, Lynx! — Le reprochó ella, muy molesta — ¡No vuelvas a hacer eso, idiota!

    — ¡Exacto, Lynx! — El informático vio que desde otra cobertura no muy lejana, el comandante Crane le hacía saber su enfado — ¡Una cagada más así y si no te matan, lo haré yo!

    — ¡Entendido, coman... digo, lo siento!

    Negando con la cabeza y visiblemente molesto mientras recibía disparos directos a su cobertura, el líder de la expedición maldecía la actitud atrevida de Lynx, aunque al momento recordó cuando él, Snow y Lio fueron tras Jim Baker sin buscar el apoyo de las autoridades de La Unión, algo que también consideraba estúpido.

    Lill devolvía el fuego recibido con el apoyo de Dhejam, también armado, mientras Caelum seguía hablando cosas extrañas.

    — Tienen el dominio, tienen el control... — Decía repetidas veces el syleriano — Nos van a someter como ya hicieron con...

    — ¡Caelum, cierra la puta boca ya! — Exclamó Crane, muy nervioso al oírle todo el rato — ¡Por favor!

    — Comandante, podría aprovechar cuando abras fuego contra ellos para correr al hangar de la Nolartis, creo que podría darme tiempo.

    — ¿Tú también estás igual de loco que Lynx? — El humano negó con la cabeza a esa petición — Ni hablar, Dhejam. Llegaremos poco a poco, sin arriesgar nuestras vidas a lo loco.

    Una granada de fragmentación lanzada por Tyra sirvió para que la explosión levantase una breve polvareda, afectando la visión de los Anixis atacantes.

    Sun, Yak y Maya se encontraban en la cobertura más próxima al entrar a la nave, algo que se podía aprovechar. Sin embargo, lo que no se esperaban ni la asiática ni el neoniano era que la médico optaría por correr desesperadamente al interior de la Nolartis, sin siquiera proponerlo o avisar.

    — ¡Maya, no lo hagas! — Le gritó Brume, disparando hacia la cobertura de humo por si los enemigos decidían disparar a la doctora.

    Quetaryan hizo lo propio, aprovechando que estaba armado con un Striker, pero para su desgracia apenas pudo apretar el gatillo.

    La aparición inesperada de un dron RECO lo dejó paralizado, al recordar como esos bichos artificiales sembraron el pánico aquel día que los humanizados Anixis invadieron las colonias de Isharay y Promesa en Neonia. Aquel suceso le llegó a la mente como un aterrador dejà vú que lo dejó quieto el tiempo suficiente como para que dicho aparato disparase su láser contra la doctora Vega. Al instante, el cuerpo de Maya cayó al suelo metálico de aquel muelle de atraque como si se tratase de un peso muerto, tiñendo el suelo grisáceo de un rojo potente.

    El grito de ira liberado por la garganta de la ex líder de la Resistencia fue tal, que algunos soldados Anixis se voltearon hacia ella.

    Visiblemente dolida y furiosa, la asiática comenzó a disparar su Buster a un ritmo vertiginoso, poniendo al máximo la cadencia del arma. Impactado por ver como la médico de la expedición había caído inerte justo a las puertas de entrar a la Nolartis, el neoniano Quetaryan recuperó el control de su cuerpo tras el pánico y comenzó a disparar su Striker contra los Anixis próximos, agotando todas las balas de su cargador.

    El resto de sus compañeros retomaron el combate tras unos segundos de shock, tras asumir rápidamente que acababan de perder a otra amiga en el trascurso de la que sería la última misión de la expedición.

    [...]

    Ashley corría y corría sin parar por el bosque que rodeaba el complejo donde ella y sus compañeros de expedición habían sido retenidos hacía doce horas.

    Medio día de duración que parecía haber trascurrido como si fuese una semana para todos, especialmente para una Ripley que no dejó de correr durante al menos media hora. Sus perseguidores, los Anixis, seguían su pista ahora ya a un ritmo más calmado. Sin embargo, la breve pausa que se había tomado la soldado para respirar les fue suficiente a sus captores para encontrarla de nuevo.

    Sus Flasher comenzaron a dispararla desenfrenadamente, pareciendo una lluvia de fuegos artificiales que se sucedía tras su espalda. La mujer corrió de nuevo, encontrándose ladera abajo y descubriendo muy pronto que se hallaba en un acantilado. Tenía sentido, dado que un complejo hecho para retenerlos era más útil si aquel que escapaba no tenía a donde ir. Ash se volteó con el gesto cansado y las manos en alto, aunque en su cabeza suponía que lo más probable iba a ser su muerte a manos de esos seres.

    No obstante, antes de que sus perseguidores pudiesen siquiera verla, algo la tomó de la pierna y la hizo caer al suelo, para acto seguido ser arrastrada por una diminuta cueva por la cual apenas cabía alguien. Los gritos de la humana cada vez se oían menos en el exterior, donde ya llegaban los Anixis, entendiendo por la lejanía de los gritos que la mujer se había debido precipitar por el acantilado.

    Para ellos, su misión acababa ahí. Pero para la soldado Ripley, que cayó en una especie de cueva profunda y muy amplia en el subsuelo, aquello no había terminado.

    La oscuridad de aquel lugar recibía un contraste evidente y es que una fogata iluminaba el área en la que se encontraba la humana. Aunque aquella cosa que la tomó de una pierna y la arrastró hacia el interior de esa cueva no se veía por ninguna parte. Ripley no sabía que suponer respecto a las intenciones de quién fuera que la llevara inesperadamente hasta allí, sin embargo, sus preguntas pronto tendrían respuesta.

    Ashley se volteó bruscamente al escuchar un ruido detrás de ella.

    De la penumbra más absoluta, del rincón de la cueva al cual no llegaba la luz de la fogata, una figura comenzó a tomar forma conforme sus pasos salían de la oscuridad. Su aspecto era tan familiar y reconocible en ese momento, que la humana supo inmediatamente de lo que se trataba. La expresión facial de Ashley pasó de la confusión a la seriedad, al mismo tiempo que se posicionaba defensivamente y aquel ser se mostraba hasta revelar su auténtico rostro.

    Un rostro desconocido para cualquiera, pero con un aspecto ya bien conocido.

    — Aquí estarás a salvo, humana — Murmuró aquel ser, revelándose como un Anixis — Yo no te haré daño.
     
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana. Fue oportuno que lo hayas publicado hoy, dado a que por mi agenda, no lo habría podido leer en otro momento, la universidad y los profes se pusieron en modo hardcore XD.

    Lamento esta lectura no fuese en simultáneo, pero nos hemos guardado la salsa para el próximo finde. Además, se siente genial haber podido leer dos caps en dos días :)

    El capítulo arranca con Lill y Ashley buscando una forma de escabullirse en la Nolartis, sabiendo que precisan de una distracción para poder ingresar. Lill se ofrece a ser la distracción, pero Ashley le dice que la deje a ella realizar la tarea, puesto a que él todavía tiene a su esposa y sus hijos esperando por él, y que ella no tiene a nadie. Lill le dice que ella es parte de la familia también, y le dice que no está sola, cosa que refuerza más este acercamiento sentimental que ellos están teniendo desde la partida de Eron. Pese a todo, Ashley decide tomar la distracción, sabiendo que podría haber visto a su amigo por última vez. Aprovechando la distracción, Lill se cuela en la nave, descubriendo que los Anixis están intentando averiguar todo lo que puedan de la tripulación usando a Oda, pero ella no obedece. Sorprende que la IA Anixis no les obedezca a sus creadores, pero bueno, me alegro que se muestre cooperativa. Inicia el proceso de desconexión de sus funciones, algo que la apagará por siempre y hará que su memoria se vea reseteada cuando se reactive. Pese a eso, ODA ayuda a Lill a librarse de los demás Anixis en la nave y llegar a la armería, permitiendose abastecerse de armas. Sorprende que el Anixis no pidiera ayuda, cosa que refuerza todavía más la teoría de que pueden comunicarse telepáticamente, aunque en realidad, creo que lo que ha pasado es que pueden infiltrarse en las mentes de sus subespecies :osha:

    Poco a poco, el grupo recupera a sus miembros. Maya regresa con los humanos muy fría, diciéndoles que no recuerda nada. Halisha y Fallon se muestran tan distantes e indiferentes que sus parejas temen haberlos perdido para siempre (joder, ese momento sí es algo duro, pero creo que debimos haber visto algo más de descripción para que fuera todavía más devastador). Con una facilidad que me resulta bastante sospechosa, Lill consigue llegar hasta su grupo con las armas, y tras explicar lo que ha acontecido con Ashley, este las reparte. La doctora recupera la memoria poco a poco y "convenientemente", empieza a hablar y a recuperar sus recuerdos cuando Lill llega. No me jodas, es imposible que todo sea tan fácil, eso han sido los Anixis que están manipulando a Maya para guiar al grupo a su antojo :aniscream:

    Conforme van a buscar a los demás, se dan cuenta de que Halisha y Fallon son de los más afectados, y apenas hablan, mientras que Caelum está intacto y sigue hablando, aunque dice unas cosas que dan miedo. Malditos Anixis, no podían callar a Caelum, no, tenían que mantenerlo hablando. Los odio por eso, ahora no se va a callar hasta que muera :ewww:

    El grupo es detectado justo cuando acaban por liberarlos a todos, cosa que me sigue convenciendo de que todo está siendo convenientemente orquestado por los Anixis. Logran salir del complejo y se dirigen al hangar para recuperar la Nolartis, momento donde comienza un enfrentamiento entre nuestra expedición y los Anixis. En un intento por llegar hacia su pareja, Lynx sale de su cobertura y es herido en la pierna (nooo, mi bebé :anicry:). Y para peor, en medio del conflicto, Fallon no reacciona. Caelum no deja de decir que todo está perdido, y Maya opta por dirigirse hacia la Nolartis en un plan casi suicida. Finalmente, un dron Reco llega hasta el lugar y dispara a la doctora, matandola con un tiro preciso (nooo, ¿ahora quien va a atender la herida de mi bebé?). Y eso hace que me pregunte mil cosas. ¿Maya intentaba escapar hacia la Nolartis para refugiarse o simplemente intentó suicidarse? ¿O será que acaso los Anixis la controlaron para que hicieran eso? ¿Será que vieron que no les sería de utilidad y la manipularon para irse al suicidio? Sea como sea, con Maya muerta y el silencio sepulcral de Fallon y Halisha, quizá no quedan muchos que puedan contar lo que ha sucedido con el experimento.

    Luego de eso, pasamos a ver a Ashley, quien es perseguida por un acantilado hasta que un Anixis "rebelde" la salva de sus perseguidores, asegurándole que está a salvo con él. Y el capítulo acaba ahí. No hemos visto ni conocido mucho de los Anixis, ni tampoco sabemos qué quieren con el grupo, o incluso siquiera tenemos el nombre de alguno de ellos para aprendernos el patrón que llevan sus nombres. Se suponía que llegaban a este planeta a obtener respuestas y ahora solo tengo más preguntas que antes angrysnake

    En fin, amigo, espero que algunas respuestas se den pronto, porque quiero saber más acerca de todo esto de los Anixis. Aunque sea me gustaría saber cómo se llama alguno de ellos, además de saber bien qué planean al hacer todo esto. Pero sé que esas respuestas no tardarán en llegar. De momento, la intriga se mantiene muy bien, y puedes apostar a que ahora anhelo mucho por el próximo capítulo.

    Una pena que no hayamos podido leer en simultáneo, pero este capítulo salió en el momento oportuno. No me quedará otra que tener paciencia y esperar. Será hasta el siguiente, amigo. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
    • Adorable Adorable x 1
  3. Threadmarks: Una prisión infernal (Parte 2)
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ciencia Ficción
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    23
     
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    Ya estamos, prácticamente, en el ecuador de esta novena parte de Los Viajeros y si esperabais respuestas, os garantizo que en el capítulo de hoy va a haber muchas. Preparaos para lo que se viene, porque tendremos varios plot twists con el paso de los capítulos en lo que va a ser una verdadera montaña rusa de emociones. ¡Estoy deseando que lleguen todos esos momentos para que los veáis! Pero antes, me gustaría agradecer a mi hermano de otra madre Reydelaperdicion por disfrutar de esta historia de mi autoría y por estar siempre atento a lo que ocurre; sus comentarios y opiniones significan mucho para mi. Dicho esto, ¡disfrutad de la lectura!




    Una prisión infernal (Parte 2)







    — Aquí estarás a salvo, humana — Murmuró aquel ser, revelándose como un Anixis — Yo no te haré daño.

    La primera reacción de Ashley fue, de forma repentina, atacarle.

    La mujer lanzó rápidamente un gancho de derecha que el Anixis esquivó con suma facilidad, haciéndolo constantemente ante el combo de golpes que trataba de propinarle la humana. La soldado de la expedición, viendo que su oponente se defendía ágilmente pero no atacaba, cesó en sus intentos.

    Ripley retrocedió unos pasos mientras se aproximaba a la hoguera que iluminaba esa zona de la cueva, pudiendo tener así una visión más clara de lo que la rodeaba.

    Ashley observó en las paredes una especie de pinturas rupestres, prácticamente idénticas a las que hizo la humanidad en las cavernas de la extinta Tierra. Los dibujos revelaban sucesos, tal y como hacían aquellos de los propios humanos, por lo que la soldado asumió que ese rasgo característico era un nexo más entre la especie humana y la Anixis. Aquel ser se aproximó a la mujer, sorprendiéndola al indicarle con un claro gesto que tomase asiento frente a él, mientras se sentaba alrededor de la fogata.

    Ella hizo lo propio, con una mezcla lógica de confusión y temor.

    — Imagino que te preguntarás porqué te he salvado de ser capturada por los míos.

    — Obviamente.

    — La respuesta es simple — El Anixis se tomó una breve pausa mientras miraba fijamente el fuego — No son los míos.

    — ¿Cómo que no son los tuyos? — Ripley frunció el ceño, sintiéndose engañada en un principio — Si es más que evidente que sois iguales.

    — En aspecto tal vez, pero internamente ya no — Dijo el misterioso alienígena — ¿Has oído hablar de los Veerham?

    — Sí.

    — Ahí tienes tu respuesta.

    Ashley se quedó unos segundos pensativa, pero rápidamente su conciencia hiló los conceptos y ató los cabos sueltos, uniéndolos en una conclusión más que aterradora, aunque aún por confirmar.

    — Los Veerham... ¿están dentro de los Anixis? — La humana lo supuso, aunque faltaba un claro contexto.

    — Veerham significa infectado en tu lenguaje — Aquel ser no dejaba de revelar impactantes noticias — Esos de ahí fuera son Veerham, son infectados Anixis.

    — ¿Infectados de qué?

    — Es una larga historia, humana, y ni siquiera conozco tu nombre como para poder dirigirme a ti — El revelador Anixis dejó de mirar la hoguera para mirar a los ojos de la soldado — ¿Cuál es tu nombre?

    — Ashley.

    — Es un honor comunicarme contigo, Ashley — Se sinceró el alienígena, mostrándose conciliador — Nunca había visto a nadie de los de tu especie, aunque lo sé todo sobre vosotros.

    — Ojalá pudiese decir lo mismo en ambos casos — Contestó una borde Ripley — ¿Y tú cómo te llamas?

    — Mi nombre es Eeron.

    Al oír su nombre, la soldado abrió los ojos considerablemente, pues sonaba idéntico al nombre de su pareja fallecida.

    La humana vio como Eeron escribía con los dedos su propio nombre en la arena de dicha cueva, usando letras humanas para mejor comprensión de la mujer. Había una letra de más, pero excepto por ese detalle, sonaba igual que el nombre de Eron. El Anixis notó en la humana ciertas emociones conflictivas que no tardó en reconocer, sorprendiéndola totalmente.

    — Ashley, ¿has perdido a alguien querido últimamente?

    — S-sí... yo... — La soldado se quedó sin palabras durante un breve espacio de tiempo — Era mi marido, mi...

    — Tu compañero de vida — La interrumpió Eeron, entendiendo a qué se refería — ¿Lo mataron los Veerham?

    — No, fueron los Rynarok — Musitó ella, cambiando esas emociones tristes por las furiosas — ¿Los conoces?

    — Por supuesto; conozco a todas las subespecies — Eeron asintió varias veces con la cabeza, gesto que compartía con el resto de especies — Sé que habéis venido varios humanos, neonianos, thunianos y sylerianos. ¿Por qué?

    — Vuestra tecnología salvó a todas las especies en cierto modo — Comenzó explicando la humana — Y se decidió enviar una expedición en busca de vuestro paradero. Queríamos saber que había ocurrido con los Anixis.

    — Bueno, hagamos un trato entonces — El Anixis llamado Eeron se incorporó — Yo os doy todas las respuestas que necesitáis y a cambio me subiré con tu expedición a esa nave con la que habéis llegado.

    — ¿Por qué quieres venir con nosotros?

    — Es muy importante para mi misión.

    — ¿Qué misión? — Ashley quería obtener la mayor información posible.

    — Lo explicaré todo cuando estemos a bordo de tu nave — Contestó con seriedad — ¿Será posible?

    — Eso no lo decido yo, Eeron — A la humana se le hacía raro decir ese nombre — Tendrás que hablar con mi superior, el comandante Crane. Pero antes, debemos salir de esta zona y este planeta.

    — Podemos ayudarnos mutuamente — Afirmó el alienígena, colgándose en la espalda una especie de mochila plegable — Una vez a salvo en vuestra nave, hablaré con tu comandante.

    — Me parece justo.

    Con un pacto improvisado entre la humana y el anixis, ambos emprendieron el camino de salida, yendo en cabeza un Eeron que parecía conocerse esa cueva extremadamente bien.

    La soldado observaba de arriba a abajo a ese ser que la había salvado de ser retenida —y quizá asesinada— por esos Anixis, quiénes en realidad eran los Veerham. Aquello era una revelación de tantas que Ripley tenía en su mente conforme veían la luz al final del túnel.

    La salida de la cueva marcaría el inicio de un nuevo objetivo: regresar a la Nolartis para irse de Anyxa.

    [...]
    El cuerpo sin vida de Maya yacía inerte en la superficie del muelle de atraque donde los miembros de la expedición enfrentaban a quiénes ahora eran oficialmente sus enemigos: los Anixis.

    Sin conocer aún que en realidad eran más que simples Anixis, los exploradores de la Alianza peleaban con todas sus fuerzas y con su limitado arsenal para regresar a la nave y emprender el viaje de vuelta. La muerte de la médico y la ausencia de Ashley eran losas con las que deberían cargar, pero no había tiempo para más.

    La llegada de hasta cinco drones RECO complicaba y mucho las cosas para el grupo.

    — ¡Necesitamos crear una cortina de humo entre ellos y nosotros! — Exclamó Brad, diciendo lo que era una táctica evasiva de combate.

    — ¡Pues ya me dirás cómo! — Le contestó Iris desde el otro extremo, disparando su arma — ¡Si salimos de las coberturas, el láser de esos drones asesinos nos pulverizará!

    — ¡Qué nadie salga de sus coberturas, es una puta orden! — Con la muerte de la doctora Vega muy reciente, el comandante quiso lanzar una clara advertencia — ¡No quiero más imprudencias!

    — ¡La idea de Sanders me parece buena, pero, ¿cómo la hacemos?! — El hombre de Ceres habló en alto desde su posición.

    — ¡Las cajas! — Señaló la piloto de la nave, convencida — ¡En las cajas de suministros hay bengalas!

    — ¡Eso es! — Gritó Lynx, apoyando la idea de su amiga — ¡Podemos lanzar varias y crear una cortina de humo como ha dicho Brad!

    El plan parecía evidente. Mientras los exploradores armados disparaban contra los peligrosos drones RECO y los soldados Anixis, aquellos que estaban desarmados buscaban con cautela en las cajas de suministros que les estaban sirviendo como cobertura temporal. Era cuestión de tiempo hasta que varios lograsen obtener dichas bengalas, con las cuáles provocar el desconcierto entre sus enemigos para así aprovechar la oportunidad y huir.

    — ¡Ahora! — Ordenó Lill al ver que varios portaban bengalas, para que así las lanzaran al mismo tiempo.

    Tyra, Lynx y Eniar lanzaron sus respectivas bengalas halladas en las cajas de suministros, produciendo una humareda de un fuerte color rojo que se convirtió en una cortina que separaba al bando enemigo de la expedición. Sin una visión clara de sus objetivos, algunos drones RECO comenzaron a disparar su láser a través de dicha cortina de humo mientras los otros la rodeaban.

    Lio vio como uno de esos aparatos se le posicionó justo encima, abatiéndolo tras vaciarle todo el cargador. El ex criminal se quedó sin munición, pero con la oportunidad de huir.

    — Vamos, Fallon — Le indicó el humano — Tienes que correr.

    El subcomandante, que parecía ausente en sí mismo, sorprendió al hombre de Ceres y a su pareja thuniana cuando levantó la vista y le miró a los ojos. Sin decir ni una palabra, el héroe de su especie se incorporó y asintió, comenzando una carrera cogido de la mano de Eniar. Lio iba detrás de ellos, al mismo tiempo que el resto de sus compañeros hacían lo mismo. Los más cercanos a la entrada a la Nolartis eran Sun y Yak, quiénes pasaron corriendo por al lado del cadáver de Maya en lo que era una escena horripilante.

    Sin embargo, estando en la rampa de acceso a la nave, uno de los drones se posicionó delante de la asiática.

    — ¡Vete al infierno, máquina!

    Con mucha furia contenida, la ex líder de la Resistencia apuntó su escopeta Buster en la dirección en la que estaba el RECO, perforándolo al instante y abriéndole una brecha que terminó por hacer cortocircuitar al aparato. Sun, Yak, Tyra y Brad ya estaban a bordo, quedando por subir los demás. Nuevamente, un dron se interpuso en el camino de Fallon, Eniar y Lio, sorprendiéndose estos dos últimos cuando el subcomandante se lanzó sobre el RECO y comenzó a golpearlo, terminando por abollar su metálica armadura y confundir sus sensores. El soldado thuniano cayó aturdido al suelo, pero el dron comenzó a disparar su láser en todas direcciones, como si hubiese perdido el control y la noción del presente.

    Esto sirvió indudablemente para que el propio Fallon, su pareja Eniar y su compañero Santos lograsen llegar al interior de la nave, a la espera de que los demás lo hiciesen. Lynx corría con Halisha de la mano mientras Iris cubría su escape en la retaguardia, logrando disparar a un soldado Anixis que había salido de entre la humareda roja de las bengalas. Con ellos habiendo llegado, solo faltaban Lill, Caelum y Dhejam. El trío inició la carrera para llegar al hangar de la Nolartis, lugar por el que se accedía, cuando repentinamente un grupo de cuatro soldados Anixis les interceptaron.

    Sus compañeros en la entrada de la nave comenzaron a disparar contra estos, acribillándolos por la espalda, pero no vieron como dos drones RECO se posicionaban detrás del trío para fusilarles. Ambos aparatos de combate abrieron fuego contra el comandante, el ingeniero-científico y el soldado, impactando primero en el thuniano. El láser perforó el traje y posteriormente la piel de Dhejam, que dejó caer su arma al mismo tiempo que caía él al suelo. Aterrado por aquello, Caelum emprendió una carrera a la desesperada en dirección al interior de la nave, pero el segundo dron RECO se percató de esto y le disparó fríamente, también perforándole el torso.

    Lill observó tremendamente impactado como sus dos acompañantes, Dhejam y Caelum, acababan de morir en una fracción de segundo ante sus ojos. Y para colmo, esos dos drones le tenían fijado. Sin embargo, la suerte le sonrió en forma de aparición milagrosa cuando la soldado Ripley apareció detrás de la mayor parte del grupo que estaba ya en la nave, armada con un Flasher y disparando rápidamente a ambos drones RECO. El comandante Crane supo aprovechar la oportunidad y salir corriendo mientras dichos drones estaban siendo disparados, teniendo que pasar junto a los cadáveres aún calientes del ingeniero Pallow y el soldado Dhejam.

    — ¡Oda, cierra la compuerta y activa la propulsión máxima! — Ordenó Ashley a la IA de la nave — ¡Sácanos de aquí ya!

    Entendido, líder Ripley.

    Los soldados Anixis y drones RECO restantes comenzaron a disparar contra la Nolartis, pero sus armas no eran suficientes para hacer serios daños a una nave de la envergadura de la Nolartis, por lo que de poco sirvió. La expedición vio como Oda propulsaba la nave hacia el espacio exterior de Anyxa y más allá, con el objetivo de que sus enemigos no volvieran a poner en marcha el agujero negro artificial con el que fueron capturados. Estos seres, quiénes eran los Veerham de los que se hablaba en los archivos encontrados, se aproximaron a los tres cuerpos sin vida que habían quedado allí tirados.

    Maya, Dhejam y Caelum habían perdido la vida en la última y más peligrosa misión que había tenido la expedición en mucho tiempo.

    Aquellos seres se acercaron a los cadáveres y los recogieron, llevándoselos al interior del complejo para más experimentación. No obstante, uno de esos seres se quedó mirando al cielo, viendo como la Nolartis se iba convirtiendo en un punto cada vez menos visible y menos brillante en el cielo diurno de Anyxa.

    El sonido supersónico que emitían los propulsores de la nave de la Alianza se iba difuminando para dar paso al ruido blanco de un planeta vivo pero silencioso.

    [...]

    Con la mayor parte de la tripulación ya a salvo en la nave, los suspiros de alivio y los rostros abatidos se hicieron presentes en el hangar.

    Las sensaciones y las emociones en aquel instante variaban mucho según la persona. Yak corrió a abrazar a una Halisha que seguía comportándose muy distante, mientras que Lio se abrazaba con su ahijada Iris y Lynx sonreía tímidamente al ver la escena. Eniar y Fallon también se abrazaron con fuerza mientras éste parecía recuperar la compostura al lado de una Sun que tenía una expresión facial de dolor más que notoria tras haber sido testigo de la muerte de la médico que dio a luz a su hijo.

    Tyra consolaba a un Brad que tenía lágrimas en los ojos al haber visto como Dhejam —quién había comenzado a ejercer como una especie de mentor hacia el humano— moría justo a las puertas de lograr escapar. Lill se aproximó a Ashley, quién había sido su salvadora una vez más, para fundirse en un cariñoso abrazo con ella. El comandante se sentía muy aliviado de haberla visto allí y de que su aparición le hubiese ayudado a no formar parte de la lista de defunciones de esa fatídica y caótica misión.

    El líder de la expedición se veía realmente agradecido con la soldado, quién correspondió el gesto.

    — Pensé que no te volveríamos a ver — Murmuró Crane, mostrando una media sonrisa — Temía tener que ordenar la huida sin tenerte a bordo.

    — Habrías hecho lo correcto en ese caso — Ashley sorprendió al hombre con ese comentario, pues no hacía mucho tiempo, le recriminaba el hecho de no ayudar a quiénes se quedaban atrás — Por suerte, pude regresar a tiempo y ayudar.

    — Aquí dentro podría haber más anixis — Dijo Lill, alarmando a su tripulación — Haremos un barrido de cada sala en ambas plantas y...

    — No queda ninguno — La mujer le frenó los pies — Yo me ocupé de ellos.

    — Y yo.

    Ante una voz que no reconocían, todos los miembros supervivientes de la expedición alzaron la vista para ver como un anixis hacía acto de presencia, saliendo de detrás del vehículo terrestre que yacía aparcado en el hangar junto a las dos lanzaderas. Al ver a aquel ser, el comandante Crane desenfundó su Striker de su espalda y se dispuso a apuntarle directamente, pero fue detenido por las manos de su vieja amiga.

    Ashley sujetó el arma de su superior mientras le miraba a los ojos y le negaba con la cabeza, al mismo tiempo que el resto miraban fijamente a los ojos de ese alienígena.

    — ¡¿Qué diablos es esto, Ash?! — Preguntó Crane en un tono furioso — ¡Quiero una jodida explicación!

    — La voy a dar, Lill, pero antes quiero pediros a todos que os calméis — Dijo Ripley, tratando de sosegar a sus tensos compañeros — Es un Anixis, es cierto, pero no es nuestro enemigo.

    — Claro, eso díselo a los malnacidos que han matado a Maya, Dhejam y Caelum — Lanzó Brume al comentario de su vieja amiga.

    — ¡No son de fiar, deberíamos matarlo! — El joven Sanders estaba tan molesto que levantó su arma para apuntar al ser — ¡Apártate, Ashley!

    — ¡Soldado, baja el arma! — Le reprochó Lill en un claro tono de enfado.

    — Brad, por favor, tranquilízate — La piloto de la Nolartis estaba a su lado e intentaba apaciguar su ira — Confiemos en la palabra de Ashley.

    — ¡Y una mierda! ¡¿Estamos locos o qué?! — El soldado humano estaba prácticamente desatado y decía todo lo que pensaba — ¡Esos seres nos capturan, nos arrastran a su mundo, nos encierran, nos masacran...! ¡¿Y nosotros invitamos a uno de ellos a que suba a bordo?! ¡¿Qué puta basura de expedición es esta?!

    — Chico, relájate y deja que Ashley o ese ser nos expliquen que está pasando — El hombre de Ceres intervino, viendo que el joven estaba fuera de sí — Contrólate, soldado.

    — ¡¿Qué me controle?! ¡¿Qué diablos dices?! — Sanders apuntaba con su Winlock a la cabeza del Anixis — ¡Debería ahorrarnos el problema de decidir que haremos con él! ¡Debería volarle la puta cabeza ahora mismo! ¡Por Maya, por Dhejam y por Caelum!

    — ¡Soldado, he dicho que bajes el puto arma! — Gritó el comandante, visiblemente tenso y al límite — ¡No lo repetiré más veces!

    — Y una mierda, estoy con el muchacho — Sun sorprendió a todos al apuntar con su Buster al alienígena causante de esa tensa discusión — Ya no quiero más respuestas ni revelaciones sobre esos hijos de puta. Los quiero muertos, bien lejos de mí y del territorio conocido.

    — ¡¿Qué mierda haces, Sun?! — Quetaryan intervino viendo que la cosa se salía de control.

    — Colega, cálmate — El joven Herswood se dirigió a Brad — Yo también los odio por lo que han hecho, pero vinimos aquí por una razón. Este ser está aquí y nos puede dar la información que queremos, así que no lo desaprovechemos.

    — Escucha a Lynx — Añadió Iris desde cierta distancia — Es la oportunidad de saber qué pasa con los Anixis.

    — ¡Lo que pasa con los Anixis es que están locos de la puta cabeza y merecen morir! — Exclamó un exaltado Sanders, bajando el arma más por la presión de su comandante que por la de los demás — ¡Esto es una cagada monumental!

    — Joder, chico — Musitó la asiática, teniendo que bajar el arma al ver que éste hacía lo propio y Santos la miraba desafiante — Vale, vale...

    — Ashley, explícanos de una vez que hace ese Anixis aquí — Eniar, que no se despegaba de Fallon ni un momento, miraba fijamente a aquel ser — Si la respuesta no me convence, yo misma me uniré a Brad y Sun.

    Ante las palabras sorprendentes de la ingeniera thuniana, la soldado humana decidió dar dicha explicación. Eeron se hallaba medio protegido detrás de la cobertura que ofrecía el vehículo terrestre, aunque era consciente de que corría peligro si Ashley no convencía al resto con sus palabras sobre lo sucedido.

    — Se llama Eeron y me ayudó a escapar cuando los suyos me perseguían tras llamar su atención en la zona de aterrizaje — Al comenzar, Ripley miró fijamente a Crane, quién conocía principalmente el contexto inicial — Yo también dudé e incluso le ataqué en primera instancia, pero me demostró con palabras y posteriormente con hechos que era de confianza. Su historia... bueno, creo que debería explicarla él.

    Eeron se asomó ligeramente desde su posición, saliendo de esta cuando comprobó que ninguno de los miembros de la expedición sujetaban un arma en sus manos. El anixis salió para revelarse ante la tripulación, recibiendo todo tipo de muecas y expresiones serias, despectivas o de enfado. El alienígena levantó una mano en señal de saludo, una señal que ya era prácticamente universal.

    — Comprendo porqué actuáis así ante mí, pero yo no soy como esos anixis que os han capturado, atacado y asesinado a algunos — Comenzó diciendo Eeron — Se lo he explicado a Ashley por el camino, pero lo haré igualmente con vosotros; esos seres son los Veerham.

    — ¿Cómo? — Yak se sorprendió bastante al oír eso.

    — ¿Qué hablas? — Lio, de brazos cruzados, no se lo creyó de primeras.

    — Veerham es una palabra de origen anixis que significa 'infectado' en nuestro lenguaje — Ashley intervino para ayudar a su nuevo amigo en la explicación que estaba llevando a cabo.

    — Entonces, todo lo que hemos extraído de los archivos encriptados hallados en distintos mundos... ¿los Veerham eran los Anixis todo este tiempo? — El ingeniero e informático de la Nolartis estaba absorto en sus pensamientos al decir eso.

    — En efecto, humano — Confirmó Eeron sin inmutarse — Los anixis éramos seres como vosotros... vivíamos en sociedad, crecíamos exponencialmente y demás, hasta que encontramos un nuevo planeta que colonizar; habitable, hermoso y repleto de vida. Lo que debía ser un maravilloso descubrimiento y más de nuestra expansión por la galaxia, terminó siendo el día más fatídico de nuestra historia como especie.

    — ¿Qué había en ese planeta? — Preguntó Iris, intrigada.

    — Una bacteria de transmisión aérea que no pudimos detectar en nuestras primeras exploraciones sobre ese planeta — Respondió el ser, muy serio al hablar del pasado de su especie — Instalamos una colonia en ese mundo creyendo que estábamos seguros, pero esa bacteria comenzó a infectar a nuestra gente. Poco a poco, fue creciendo hasta infectar otras colonias y finalmente destruir la civilización Anixis tal y como era.

    — Por el camino de regreso a la nave, Eeron me contó que el planeta que visitamos antes de ser engullidos por ese agujero negro artificial era el planeta de esa bacteria — La revelación de Ash impactó y mucho a sus compañeros — La toxicidad en el aire fue un intento de su especie por destruir la bacteria antes de que se propagara, sin éxito. Por eso vimos una ciudad edificada; era la colonia que fundaron en su momento.

    — Pero, los anixis infectados... quiero decir, los Veerham, esa bacteria... ¿tiene mentalidad propia? — La pregunta fue lanzada por Tyra, que se veía realmente metida en la historia del anixis.

    — Ya habéis comprobado que sí — Confirmó Eeron — No sé si cada individuo tiene su propia mentalidad o si funciona como un colectivo, pero sea como sea, la bacteria Veerham es igual de inteligente que nosotros.

    — Es como si nos enfrentáramos a un enemigo camuflado en la forma de otros — Dijo Lill, recordando la famosa guerra Rhajik y como funcionaba el Supremo — No me jodas...

    — Así es, comandante. Los Veerham son, o es, un enemigo poderoso. Pudo con la gran civilización anixis y tened por seguro que intentará conquistar vuestra sociedad.

    — ¿Cómo sabemos que no estamos infectados? — Visiblemente preocupado, Brad se estremeció.

    — Cuando la bacteria se propagó entre mi especie, no fue inmediatamente. Infectó a los seres más maduros, pero no los convirtió en enemigos. Su descendencia lo fue — Dicha revelación fue tremendamente impactante para el grupo — Los hijos de aquellos infectados desarrollaron la infección y sin hacer ruido, fueron buscando formas de infectar más rápido. Fue una infiltración en nuestra sociedad. Cuando nos dimos cuenta como especie de que algo raro ocurría entre nosotros, ya fue demasiado tarde. Los Veerham eran más que los sanos. Todo esto a través de los siglos.

    — ¿Tú viviste esa situación? — Preguntó Sun, que había hecho a un lado su orgullo para interesarse más.

    — No, ese suceso ocurrió hace miles de años atrás. Conozco la historia por generaciones y generaciones de mi familia.

    — ¿Eres el último Anixis sin infectar que queda o hay más cómo tú? — Ahora fue el turno de Lio para preguntar — ¿Dónde os escondéis?

    — No soy el último, quedamos un número reducido en un lugar remoto de la galaxia que conseguimos encontrar antes de que los Veerham nos siguiesen la pista — Respondió el alienígena, queriendo omitir cierta información por su seguridad y la de los suyos — No revelaré esos datos aún, porque no os conozco y debo proteger el lugar que habitan los míos.

    — ¿Entonces que haces aquí? — Quetaryan le reprochó que se guardase eso — Nosotros no tenemos porqué confiar en que eso que nos cuentas es cierto.

    — Tienes razón, no tenéis porqué creerme. Pero es la única verdad que tenéis — Dijo Eeron, un tanto desafiante — Yo simplemente soy un emisario. Mi misión aquí era comprobar si los Veerham lograron infectar a alguna de las subespecies. Creo que podrían haberlo hecho con los rynarok, pero aún no con vosotros.

    — Y no lo harán — Contestó el subcomandante, muy seriamente y callado la mayor parte del tiempo — No les dejaremos.

    — Yo ya he cumplido con mi cometido: saber que vuestras especies prosperan. Sin embargo, estáis en peligro — Indicó el Anixis — Los míos no pueden proporcionar ayuda porque apenas subsistimos, pero estoy dispuesto a quedarme con vosotros y ayudaros a prevenir el ataque de los Veerham. A cambio, me llevaré suministros a mi colonia.

    — Ese trato deberás hacerlo con los representantes de las especies de la Alianza, no con nosotros — El líder de la expedición se aproximó al anixis — Podemos llevarte hasta ellos, pero deberás estar encerrado y bajo vigilancia. Solo así me arriesgaré a llevarte a nuestro hogar.

    — Me parece un trato justo, comandante — Asintió Eeron, decidido a acatar esa petición — Gracias por acceder.

    — El tiempo dirá si te terminamos por estar agradecidos o no — Murmuró Crane dirigiéndose al nuevo tripulante, para acto seguido señalar a Brad y a Lio — Llevadlo a uno de los camarotes vacíos y bloquead el cierre de seguridad. Una vez hecho, quedaos dos horas en su puerta hasta que otros dos os releven. El resto, podéis ir a descansar. Os lo merecéis.

    [...]

    Apenas habían pasado dos horas cuando Santos y Sanders vieron aparecer a sus dos relevos en lo que se refiere a la vigilancia del camarote en el que Eeron se encontraba.

    Con el resto de la tripulación comiendo, duchándose o durmiendo tras una serie de complicados sucesos en la que había sido la última misión de la expedición, la científica Landom y el subcomandante Fallon llegaron al lugar, dispuestos a relevar a sus dos compañeros.

    Ambos humanos vieron llegar a la neoniana y al thuniano, quiénes habían vuelto a recuperar cierta normalidad tras la llegada a la nave.

    — Nosotros ocuparemos vuestro puesto por las próximas dos horas — Indicó Fallon a sus compañeros.

    — ¿Seguro? — Preguntó Lio, consciente de que ambos habían pasado por algo en aquel complejo en Anyxa — ¿Estáis bien?

    — Sí, no hay problema — Respondió Halisha, asintiendo — Id a comer algo y descansad, seguro que os viene bien.

    — No te voy a negar eso — Añadió Brad, apartándose de su posición al lado de la puerta — Me alegra ver que estáis bien, me preocupaba un poco el qué podrían haberos hecho esos anixis.

    — Nada comparado a lo que les haré yo si nos volvemos a cruzar con ellos — El thuniano lanzó una amenaza hacia su especie creadora — Gracias por preocuparte, Brad. Y siento mucho lo de Dhejam, sé que tú y él erais cercanos últimamente.

    — Así es, aunque no es solo su muerte, sino también la de Maya y Caelum — El soldado humano estaba cabizbajo al recordar ese momento aún reciente — Me aseguraré de que sean honorados en casa.

    — Lo haremos, chico — Confirmó el hombre de Ceres, dispuesto a emprender camino — Gracias, a los dos. ¿Queréis que avise a los siguientes en tomaros el relevo?

    — No te preocupes Lio, yo misma lo haré una vez hayan pasado dos horas — La científica de la expedición se mostró complaciente — Te lo agradecemos.

    — Descuida.

    — Hasta luego.

    Una vez dichas sus últimas palabras, tanto el joven Sanders como el ex criminal Santos se marcharon por el pasillo, dejando a la neoniana y al thuniano al cuidado y la custodia del camarote del anixis. Pasaron cerca de dos minutos en completo silencio, cada uno a un lado de la puerta, cuando el subcomandante murmuró algo a su compañera.

    — Vigila que nadie se acerque — Dijo Fallon con absoluta seriedad — Voy a entrar a hablar con nuestro amigo anixis.

    — Así lo haré — Le aseguró Halisha, sin inmutarse.

    Mientras la científica neoniana aguardaba en la entrada para vigilar que nadie accediese al camarote del alienígena retenido, el subcomandante de la expedición activó el cierre de seguridad de la puerta y accedió al interior de la habitación. Eeron se hallaba de pie frente al ventanal desde el cual podía ver como la Nolartis se alejaba del sistema en el que estaba el planeta de los Veerham —y desde el cuál, mediante el agujero negro artificial, se podía acceder a Anyxa—, cuando de pronto, la presencia del thuniano captó su atención.

    — Hola — Musitó el anixis, volteándose hacia el subcomandante — ¿Ocurre algo?

    — No, nada de lo que debas preocuparte — Contestó Fallon, sentándose en uno de los dos sillones que había en el camarote — Estoy aquí para hacerte unas preguntas, preguntas las cuales el comandante Crane no ha querido hacerte en público.

    — Tiene sentido — Eeron parecía entender las posibles razones para ello — Pero como he dicho, no revelaré la ubicación de mi colonia ni ningún dato que pueda comprometerles. Soy un emisario; vengo en son de paz, pero no iré llevando la guerra a los míos.

    — Tranquilo, anixis — El thuniano sonrió, en cierto modo revelando una mueca burlona — Tan solo queremos saber cómo has venido de ese lugar que llamas hogar. Porque no hemos visto ni has hablado de ninguna nave propia.

    — Mi nave ha sido escondida para evitar que se me pueda relacionar con mi lugar de procedencia — Reveló el anixis, con los brazos tras la espalda — Así que no esperes conocer su ubicación, thuniano.

    — Los Anixis siempre habéis sido tercos y precavidos, pero no podéis engañar a la extinción — Dijo de pronto Fallon, sorprendiendo mucho al ser — Vuestra especie fue condenada por la bacteria Veerham y aunque hayáis huido, el destino hará que os encuentre.

    Eeron miró fijamente a los ojos de Fallon y supo que había algo en él. Su actitud desde el inicio era sospechosa, pero su último discurso parecía confirmar sus sospechas. El anixis asintió, convencido, mientras cerraba los ojos y sonreía tímidamente como quién sabe que se encuentra ante su máximo enemigo camuflado en el aspecto de seres aliados.

    — Quizá puedas engañar a esta gente, pero no a mí, Veerham — Dijo Eeron con una expresión de odio en su rostro — Tienes las horas contadas antes de que el comandante y su sana tripulación te encierren.

    — ¿Acaso crees que cuando les digas que actúo raro te van a creer, anixis? — Hablando con el aspecto y el control de Fallon pero sin serlo, el subcomandante se aproximó a su eterno enemigo — El que tiene las horas contadas antes de que mueras, eres tú. No vas a llegar al territorio conocido de las subespecies. Llegaré yo, enviaré la señal y vendrán los tuyos... que ahora son míos.

    — Jamás dejaré que traigas de regreso tu plaga. Ayudaré a las subespecies a frenar tu expansión— Eeron tenía grandes deseos de iniciar un conflicto, pero entendía que hacerlo en ese momento no sería nada bueno para él — Destruiste una civilización, pero no lo volverás a hacer.

    — Anixis inocente, se nota que eres joven e ingenuo. Tus generaciones pasadas no pudieron contra mi grandeza, ¿cómo piensas que tú vas a poder? — A escasos centímetros de su rostro, el thuniano sonreía sarcásticamente — Os encontráis, tu especie y tus subespecies, en una prisión infernal de la cual no podéis salir. La galaxia verá la expansión de los Veerham a todos los rincones y todas las especies que la habiten. Todos seremos uno.

    Fallon, se aproxima alguien.

    Halisha se había comunicado mentalmente con su subcomandante y compañero infectado, algo que solo era propio de los thunianos.

    Eeron pudo ver eso y suponer que alguien le había dicho algo mentalmente, por lo que ese dato y sus últimas palabras le hicieron deducir una verdad que había tenido delante todo el tiempo pero que no había sabido reconocer. El subcomandante se dirigió a la salida del camarote, pero se vio sorprendido por las palabras del anixis al que acababa de amenazar.

    — Ahora lo comprendo, no sois seres individuales — Sin haberse movido de su sitio en toda la conversación, Eeron dio varios pasos hacia el ventanal, sin quitar la vista de encima a Fallon — La bacteria Veerham es una inteligencia orgánica que busca la expansión y el dominio de todas las mentes orgánicas. Un verdadero parásito.

    El thuniano sonrió de nuevo al escuchar al anixis, indicándole con esa simple sonrisa, que su teoría era prácticamente acertada. Fallon abandonó la habitación bajo la atenta y seria mirada de Eeron, quién centró su vista finalmente en el ventanal y en el lejano planeta de los Veerham que se veía en el horizonte lejano.

    En su rostro se apreciaba una gran preocupación no solo por las subespecies con las que se había encontrado, sino también por el futuro de su especie y en definitiva, de toda la vida en la galaxia.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo, paso a comentar el capítulo de hoy.

    Primero que nada, decirte que estoy super feliz de que hayan regresado las leídas en simultáneo :) Se extrañaban esas quedadas.

    Paso a comenzar. Finalmente llegaron las respuestas. Nada más comienza el capítulo, vemos como Ashley habla con ese Anixis que se apareció ante ella, quien se llama nada más y nada menos que Eeron. Creí que se pronunciaba Ih-ron, pero veo que no, que se pronuncia igual que la pareja recientemente asesinada del ex sub comandante del gobierno. Allí, este Anixis nos da las respuestas que tanto se anhelaban, y fuera de cámara también da algunas más. Finalmente se quiebra el misterio: los Anixis y los Veerham son los mismos, solo que los últimos están infectados por una bacteria que los obliga a avanzar destruyendo todo a su paso e infectándolo. Ashley y Eeron pactan una alianza temporal para pelear contra los Veerham y regresar a la nave.

    Mientras tanto, el conflicto en el hangar todavía sigue en pie. Utilizando una táctica de cortina de humo como bengalas, los soldados y otros miembros de la expedición logran abrirse paso hacia el hangar y escapar, aunque antes de que pueda pasar eso, hemos perdido las vidas de Dhejam y Caelum. No voy a llorar por ninguno de los dos. Al final, le debo mis disculpas a Dhejam, dado a que, desde hace mucho tiempo, vengo insistiendo en que se iba a mandar una cagada y al final se murió y no lo hizo. Lo siento, Dhejam, pero tenía mis razones para desconfiar XD. La muerte que sí celebro es la de Caelum. Al fin ese tipo fue silenciado. Solo lamento que no queden más sylerianos, pero al menos ya no tendremos más perlas de ese tipo, tirando mierda a diestra y siniestra y actuando como si la tripulación fuera totalmente suya. :\*u*/:

    Gracias a los esfuerzos de Ashley y de Eeron, Lill logra llegar a salvo a la nave, y el grupo parte hacia casa habiendo llegado al final de la ruta y a las respuestas que tanto ansiábamos. Tras varios excepticos en la población, con los cuales estoy de acuerdo, Lill optó por interrogar a Eeron, y este explica por qué muchas cosas que parecían no tener mucho sentido, ahora lo tienen. ¿De dónde surgieron los Veerham y por qué tienen conflicto con los Anixis? ¿Cómo los encontraban en cada planeta de su ruta? ¿Por qué Anyxa era una cortina de humo con un planeta falso? Todo tiene sentido. Una bacteria extraña infectó a los Anixis exploradores, y estos, fueron enfrentándose a los suyos hasta terminar por reducirlos. Hicieron muchos intentos por hacer frente a su amenaza con las bestias de Bildsh e incluso atacando a la bacteria que llegó atacando el mundo que el grupo creyó que era Anixa previo a llegar al mundo real. Y ahora, estos saben cómo llegar a nuevos mundos. Es agradable ver como las teorías van convergiendo y todo se va cayendo encima de lo anterior.

    Todavía queda saber por qué crearon un mundo como Paraíso (quizá iba a ser el último vestigio de defensa al que podrían escapar si su último planeta en pie era encontrado), y por qué crearon un arma como la de Regresión. Si resulta que era un arma creada para hacer frente a los Veerham, pues, F en el chat. Dicha arma ya fue usada para parar la guerra de Deon (gracias, cabeza hueca, por tu estúpido ego les quitaste a mis bebés un arma de defensa importante). Pero bueno, la amenaza es real y será tiempo de que la Alianza le haga frente. Espero que Om tenga lista una buena bomba solar, porque nos vendría bien tener dos en realidad. Una para borrar del mapa el planeta donde surgió la bacteria Veerham, y otra el mundo original de los Anixis para que los que están contagiados terminen muertos. Joder, estoy hablando de acabar con dos sistemas solares diferentes y repletos de vida, pero todo sea por el bien de que a mis bebés no los infecten :shani:

    En la escena final, tras el turno de Lio y Brad resguardando a Eeron en su prisión, aparecen Halisha y Fallon para interrogarlo. Al momento que supe eso, ya sabía yo que iban a mostrar síntomas de la infección, y no me he equivocado :anicry:

    Ambos fueron infectados por la bacteria, y comparten también el poder de comunicarse por telepatía, lo que quiere decir que la bacteria es un gran parásito con inteligencia, estilo Baby en Dragon Ball GT. Se entiende, Baby fue de lo poco bueno de GT, y esta clase de cosas es agradable de ver. Fallon intenta extorsionar a Eeron, diciéndole que terminarán encontrando a los suyos eventualmente y que acabarán con ellos al final. Eeron puede ver a través de sus palabras y reconoce a los Veerham en él y en Halisha. Lo cual quiere decir que dentro de la tripulación esta "voz oscura" a quien a partir de ahora voy a llamar el "Veerham Supremo", ya va de camino a causar estragos al territorio conocido. Maldita bacteria, más te vale que no se te ocurra tocarle un pelo a mis bebés :ewww:

    Pero bueno, ahora dentro de la tripulación hay dos espías que ni siquiera saben que lo son, preparados para el desastre. Pero hay una esperanza, que el Anixis Eeron logre darle al comandante la pista de donde se encuentran los suyos, y que tanto especie como subespecie logren ponerle punto y final a esta gran amenaza.

    Te digo la verdad, me habría gustado que algunos personajes que han caído en el pasado estuvieran vivos, para ver simplemente su reacción. Me pregunto qué haría el Supremo al enterarse de una amenaza bacteriológica para los suyos. O bien qué habría hecho Jim con esta información. O cuál habría sido el enfoque de Vanth o Khael ante esta amenaza.

    Lo malo de todo es que los Veerham han infectado al tanque del equipo. Ahora, cuando todo se vaya al garete, tendrán que hacerle frente a Fallon :aniscream:

    En fin, amigo. Hasta aquí mi comentario. No mentías ni exagerabas, este capítulo tuvo revelaciones, y me alegra que mi semana de examenes no nos haya robado este momento. Valió la pena la espera. Eso será todo por hoy. Nos vemos la semana siguiente. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Saludos a todos los presentes, en especial a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre ahí, leyendo y disfrutando de esta maravillosa historia. Hoy no quiero explayarme demasiado, por lo que iré directo a la lectura. Espero que os guste.




    Somos familia







    Hola, Bárbara — Comenzaba diciendo la respuesta del comandante Crane — Acabo de escuchar tu mensaje.

    Mientras el líder de la expedición comenzaba el envío de una contestación al mensaje que la representante Mason mandó justo después de que el grupo fuese capturado por los Veerham, el resto de la tripulación realizaba unas tareas básicas para dejar a punto la nave, previo a entrar en la criogenia y poner rumbo a casa.

    Así es, hemos estado en Anyxa. Y nos hemos encontrado con los Anixis.

    La piloto Maxwell monitorizaba los principales controles de la Nolartis al mismo tiempo que la dejaba a punto para que el piloto automático —o en su defecto, Oda— llevase al que había sido su hogar durante más de un año de travesía al lugar que verdaderamente se podía llamar hogar. Tyra se encontraba anímicamente agotada tras todo lo que había sucedido a lo largo de las distintas misiones planetarias de la ruta Anixis, sin contar con las muertes ocurridas, algunas más duras de asimilar que otras.

    Pero no es lo que parece — Lill negaba con la cabeza mientras hablaba al monitor en la sala de comunicaciones — No eran los Anixis, sino los Veerham. Sé que puede sonar confuso, pero ambos son lo mismo.

    El soldado Sanders levantaba unas pesas de sesenta kilos con mucha rabia mientras apretaba los dientes por el esfuerzo. Ver morir a varios compañeros a lo largo del ilusionante viaje que comenzó siendo para él, culminando con la muerte de quién consideraba un amigo y mentor, le había cambiado. El deseo de Brad era poder vengar la muerte de Dhejam y del resto, aniquilando a los Veerham en lo que esperaba fuese una misión futura. El joven deseaba volver a Anyxa para atacar a esos seres.

    Nos capturaron, nos atraparon mediante el mismo sistema que el agujero Xhander. Y nos llevaron a otro mundo, el que verdaderamente resultó ser Anyxa.

    Yak se encontraba sentado a un lado del laboratorio, mirando fijamente a su amada, quién se encontraba recogiendo las pertenencias del fallecido Caelum con una expresión de seriedad e indiferencia total, impropio de la personalidad que siempre había caracterizado a Halisha. El neoniano sentía que los Veerham le habían hecho algo extraño a la científica, pero ésta lo negaba cuando él preguntaba al respecto.

    Allí, nos retuvieron durante medio día, llevándose a un miembro de cada especie — El comandante frunció el ceño mientras se imaginaba el motivo de ese hecho — Probablemente experimentaron con ellos.

    El ingeniero e informático de la nave, Lynx, se encargaba de recomponer algunas facetas dañadas del núcleo que contenía a Oda, el cual intentaron manipular los Veerham antes de que Ashley y Eeron les frenasen las intenciones. Los cuerpos de los cuatro alienígenas aún yacían en la sala, algo que incomodaría al joven Herswood de no ser porque su pareja se encontraba con él. Iris observaba los cadáveres anixis con recelo y repudia, pues los consideraba culpables de la triple pérdida del equipo.

    Lynx encontró una vulnerabilidad en la compuerta de la sala donde nos tenían encerrados, por lo que Ashley y yo decidimos salir e intentar obtener armas de la nave, que estaba siendo vigilada y estudiada por ellos.

    Dándole un trago a un vaso medio lleno de whiskey, el hombre de Ceres se echó en el sillón de su camarote con la mirada perdida en algún punto del firmamento, preguntándose por cuanto tiempo seguiría viendo morir a gente. Algunos eran importantes para él, otros no lo eran tanto, pero eso no significaba que el sufrimiento no estuviese ahí. Lio se terminó el vaso de un trago y consciente de que en poco tiempo entraría en criogenia, se puso otro, con la intención de paliar el dolor de sus pensamientos.

    Pero tuvimos que separarlos, Ash se fue para captar su atención y yo aproveché la distracción para colarme en la nave, obtener algunas armas y regresar al lugar donde estábamos retenidos.

    La asiática sollozaba en voz baja en su habitación, sentada en el borde de la cama y con las manos en la cara. Todo lo ocurrido en el viaje le estaba pasando factura, llegando a su culmen con la muerte de a quién consideraba una amiga en la tripulación. La pérdida de Maya, quién se encargó de dar a luz a Kendall, era una losa que se sumaba al resto de pérdidas y en perspectiva, en lo que fueron los últimos quince años de su vida.

    Lo hice y juntos nos liberamos, pero nos detectaron y hubo un combate — Visiblemente cansado, Crane lanzó un suspiro en mitad del mensaje — Con Ashley ausente pero con la necesidad de escapar de Anyxa, peleamos con todo.

    Ashley limpiaba con criterio y tranquilidad el arma que había usado en el conflicto, sentada en uno de los banquillos de la armería. Su rostro serio y su mente templada contrastaba mucho con aquella mujer que hacía varios meses lloraba la muerte de su amado. La soldado lo seguía recordando y llorando cada día, especialmente con la aparición de Eeron, en el que veía muchas similitudes para con su pareja fallecida. Sin embargo, la herida poco a poco iba cicatrizando, como esa que le hizo en la espalda una de las bestias de Bildsh.

    Sin embargo, salir de allí impunes no iba a ser posible. Perdimos a Maya para posteriormente ver morir a Dhejam y Caelum — El líder de la expedición solo grababa su voz, pero su rostro denotaba una profunda tristeza — Ellos fueron el coste de nuestro escape.

    La otra ingeniera de la expedición, Eniar, se hallaba durmiendo en los brazos de su reciente pareja. El subcomandante la observaba sin que ella lo supiese, viéndola con una expresión tanto seria como desagradable, en la que poco amor se podía apreciar. Su mente le pertenecía a la bacteria Veerham, al igual que la mente de Halisha. Fallon recordaba entonces la conversación mantenida con el anixis que estaba retenido en uno de los camarotes, escuchando esa voz que le indicaba que debía obtener información sobre Eeron y sobre las subespecies de los Anixis.

    Ashley apareció a última hora y me salvó de ser uno más en esa lista de muertes en la expedición... Pero no vino sola. Con ella, había un Anixis... uno de verdad.

    El emisario anixis enviado desde algún lugar de la galaxia para comprobar que tanto éxito había tenido la bacteria Veerham, se encontraba en esos momentos tumbado en la cama de su camarote convertido en celda. El alienígena pensaba en su gente, en las subespecies y en el peligro que seguían entrañando los Veerham, o en su defecto, esa mente colmena que parecía guiar a todos los infectados a cumplir y satisfacer sus deseos.

    Tras un rato, llegó a la conclusión de que debía impedir que las especies hijas de sus antepasados corriesen su mismo destino. Al menos, eso creía que querrían sus ancestros.

    Lo tenemos encerrado por seguridad, pero nos ha contado muchas cosas que concuerdan con los datos recabados de la ruta — El comandante asintió levemente para sí mismo, decidido a terminar el mensaje — Ahora ponemos rumbo a casa, algunos entraremos en criogenia un tiempo y otros permanecerán despiertos, así que alguien te contestará. Una vez reunidos, tú misma podrás ver al Anixis en persona. Ahí conocerás sus revelaciones. Lill, corto y cierro.

    [...]

    Una semana después de que Snow recibiese el mensaje de Bárbara en el que se le decía que tras recibir un mensaje de Lill se habían vuelto a quedar sin respuesta, la ex gobernadora de la humanidad emprendió un viaje de tres días a Neonia, acompañada de sus dos hijos. El motivo no era otro que verse con su gran amiga Arva, al mismo tiempo que sus hijos disfrutaban de un ambiente diferente junto a los de su vieja compañera de equipo.

    La quedada tuvo lugar en la vieja colonia de Cuna, ahora vacía y con la ex piloto de la Arcadia como única habitante en la zona.

    Ambas mujeres disfrutaban del relajante sonido del mar, que bañaba la orilla arenosa, sentadas en el porche de la casa con una bebida refrescante. El clima en el planeta neoniano apenas variaba, manteniéndose en una temperatura y humedad bastante cómodas para la vida, por lo que se disfrutaba siempre del cálido y acogedor ambiente neoniano. Mientras las dos ex compañeras de expedición mantenían una conversación de adultos, los hijos de ambas aprovechaban para entretenerse en las proximidades de la vivienda, adentrándose en el pequeño bosque anexo al hogar de los Vaalot Tidder.

    Jackon lideraba la exploración seguido de Owen, al que le encantaba todo lo relacionado a explorar, mientras Karla iba detrás y por último se encontraba una Gina algo reticente a ese juego. El entretenimiento para la más mayor de los cuatro niños comenzaba a ser otro, algo lógico debido a sus trece años de edad. No obstante, su responsabilidad era la de cuidar de los más pequeños, algo que en ciertos momentos la estresaba pero lo cuál entendía que formaba parte de su madurez.

    El joven Vaalot paró de pronto cuando vio un insecto posado en una rama de un arbusto, avisando al resto.

    — ¡Mirad! — Señaló el chico, mostrándose un tanto entusiasmado — ¡Karla, Owen; seguro que esto os gusta!

    — ¡Oh, vaya! — Gritó la melliza, aproximándose — ¡Es un baalish!

    — ¿Qué es un baalish? — Preguntó el pequeño Crane, que apenas conocía la fauna e insectos de Neonia.

    — Es un insecto autóctono de Neonia — Respondió Gina, quién había nacido y crecido en el planeta — Recuerdo que me gustaba mucho perseguirlos, son realmente hermosos.

    — ¿Y qué es lo que hace? — Muy intrigado y sin apartar los ojos del insecto, Owen volvió a preguntar.

    — Realmente no hace nada — Dijo Karla, que sorprendió a los demás al colocar el insecto en su mano — Mi madre me ha dicho que es similar a un insecto de la Tierra que se llamaba Mantis Religiosa.

    — Ojalá haber conocido la Tierra — Pese a no haber nacido en ella ni haberla visitado, el joven Crane sentía nostalgia por algo que nunca había visto — Mi padre me contaba que era un planeta increíble que fue destruido por un ser malvado.

    — Así es, nuestros padres pelearon contra ese ser malvado — Jackon también oyó historias por parte de su madre — Mi padre murió enfrentando a uno de esos seres.

    — Los Rhajik — Mencionó Gina, captando la atención de los demás jóvenes — Yo era muy pequeña pero en aquel entonces aún existían.

    — ¿Eran malos? — Preguntó la pequeña Vaalot, interesada como todos en las historias del pasado.

    — No todos lo eran — La contestación de la niña más mayor del grupo fue inesperada — Pero eran peligrosos.

    — Me alegra que esas máquinas no sigan vivas — Sabiendo más de lo que parecía, Jackon frunció brevemente el ceño — Porque de lo contrario, me aseguraría de que fuesen destruidas.

    — Como he dicho, no todos los Rhajik eran malos — Gina tenía el fugaz recuerdo de convivir en breves momentos con Zyon — Algunos ayudaban a enfrentar a los otros.

    — El enemigo es el enemigo, poco o nada cambia el hecho de que ayuden — El efecto del pasado en Jackon sin duda era un punto clave en su desarrollo como persona y soldado — Destruyeron el hogar de la humanidad, mataron a mi padre... aunque luego me ayudasen, no me importaría. Se merecían la extinción.

    Visiblemente contrariada con esas palabras del joven, Gina emprendió el camino de regreso siendo seguida por su hermano pequeño y la melliza, quedándose el chico Vaalot al final de la fila. Karla se acercó a Owen para decirle algo, lo que sorprendió al muchacho.

    — Mi hermano suele estar triste y furioso cuando habla de mi padre — La niña se mostró algo desanimada con esa actitud de Jackon — No lo conocimos, porque cuando nacimos él no estaba, por lo que no me gusta que quiera vengarlo o hacer lo que él hacía.

    — Ya... pero creo que le entiendo — Musitó Owen, sorprendiendo a la chica — Si yo no hubiese conocido a mi padre, jamás hubiese conocido lo que significa ser un héroe. Mi padre lo es y tu padre lo fue, pero no tenerlo contigo es muy diferente a tenerlo.

    — Cierto, yo no digo que no me importe no haberlo conocido — Karla demostró tener algo de madurez en ese aspecto — Pero creo que lo que no ha pasado, no tiene sentido pensarlo. Tiene a mi madre y me tiene a mí, aunque no tenga padre, somos familia. Y siento que él solo piensa en mi padre cuando quiere ser alguien.

    — Supongo que Jackon solo quiere ser un héroe como lo fue su padre — El joven Crane sonrió tímidamente — Es su referente aunque no esté, como lo es mi padre para mí.

    — ¿Tú también quieres ser un héroe?

    — No lo sé, realmente — El niño avanzaba tranquilamente mientras miraba a su amiga — Pero si eso significa proteger a las personas como hace mi padre y como hace tu hermano por los demás... entonces sí, quiero ser un héroe.

    Karla no pudo evitar sonreír al escuchar a Owen decir eso. Sin duda alguna, el joven Crane demostraba que pese a mantener intacta su inocencia, el paso del tiempo lo estaba convirtiendo en un chico cada vez más decidido a seguir el ejemplo de sus padres y ayudar a la gente como ellos siempre habían hecho desde sus posiciones. Algo que pese a repudiar en ciertos aspectos en su hermano, la joven Vaalot también aplaudía.

    — Nuestras madres siempre han dicho que son familia — Murmuró la melliza, sonriente — Eso nos hace a nosotros ser familia también, ¿no?

    — Creo que sí — Contestó él con una expresión de alegría evidente — Me gustaría mucho que lo fuéramos.

    Mientras los cuatro jóvenes se dirigían de regreso a la playa, sus madres compartían un verdadero momento de paz y tranquilidad.

    Tidder acababa de dejar su refresco en la mesa tras haberle dado un sorbo mientras que Carver ya se lo había terminado. Las dos mujeres llevaban gafas de sol y portaban un bikini bastante cómodo para tomar el sol neoniano, al mismo tiempo que hablaban acerca de como les iba la vida en esos momentos. Sin embargo, la conversación pronto las llevó a tratar el tema de la expedición de la Nolartis, el cuál afectaba en mayor medida a la ex gobernadora de la humanidad.

    — Me dijo que no tenía motivos para arriesgarse, básicamente — Snow hacía referencia a Ender, en la última conversación mantenida por ambos — Mentiría si te dijera que le culpo, porque no es así.

    — Yo sé que lo entiendes — Arva asintió, con la mirada al frente — Tanto su situación como la mía.

    — Lo sé — Musitó la madre de Owen y Gina — Aunque me gustaría mucho contar con vosotros, creo que solo depende de mí a estas alturas...

    — ¿No has hablado con Cinthia? Quizá ella pudiese unirse a tu expedición.

    — Está con Adam Brant, ese ricachón ególatra.

    — Ya, bueno, igual podrías pedirle apoyo a ambos.

    — No me digas lo mismo que Ender...

    — ¿Qué pasa? Creo que tiene sentido — La mujer nacida en la extinta Luna sonrió a su amiga — Piénsalo; su dinero podría serte de utilidad.

    — Arva, ese hombre es un impertinente y un baboso — Soltó la ex gobernadora humana, negando con la cabeza — Comprendo a lo que tú y Ender os referís, pero pedirle ayuda a ese tipo sería endeudarme mucho más que con simple dinero.

    — También es verdad... — Tidder se volteó para observar a Carver — ¿Y qué piensas hacer entonces?

    — Me tomaré unos días para pensarlo bien, pero con o sin ayuda de otros, tengo decidido salir ahí fuera con una nave y una tripulación. Encontraré a Lill aunque tenga que peinar todo el territorio desconocido.

    — Puedes confiarme el cuidado de tus hijos... lo sabes, ¿no?

    — Contaba con eso, hermana.

    Ambas mujeres se sonrieron con aprecio y amor en sus gestos, momento en el que veían llegar a sus hijos desde el interior del bosque cercano. Tanto Snow como Arva se incorporaron de sus cómodos asientos en el porche de la vivienda para captar la atención de los jóvenes mediante señales, indicándoles que entraran en la casa para así disfrutar de la preparada merienda familiar que estaban por tener en ese momento.

    Una quedada entre las dos que podría no repetirse en mucho tiempo, si finalmente la ex gobernadora emprendía rumbo al espacio exterior.

    [...]

    Cinthia despertaba plácidamente una vez la luz del sol del sistema Boor'dehm inundaba la habitación en la que se encontraba.

    La mujer se volteó hacia el otro lado de la cama, comprobando que no había nadie en ese lugar cuando de pronto una voz masculina captó su atención, haciéndola mirar al frente, donde los Brant se encontraban desayunando en una alargada y decorada mesa rectangular.

    El multimillonario humano le daba un sorbo a su café con la mirada fija en la médico, con quién llevaba unos meses manteniendo una curiosa relación afectiva y sexual.

    — Vaya, no esperaba que te despertaras pronto — Murmuró él, en cierto tono sarcástico — Buenos días.

    — Buenos días — Contestó ella, desperezándose — Necesitaba esas horas extra de sueño.

    — Entiendo — Adam se centró de pronto en su hijo — Tales, ¿qué se dice?

    — Buenos días, Cinthia.

    — Buenos días, jovencito.

    La médico se incorporó de la cama y se dirigió directamente a sentarse a la mesa, ya vestida con el pijama y dispuesta a servirse unas tostadas con mermelada y otras cremas. Mientras ella se preparaba su desayuno, Adam leía en una tableta las noticias diarias y más recientes del territorio conocido al mismo tiempo que su hijo jugaba con una consola portable.

    Tras cinco minutos de completo silencio en la habitación del hotel de Puerto Arcadia en la que vivían, el hombre se incorporó, tomó su chaqueta de la silla y se dirigió a la salida.

    — ¿Ocurre algo, cariño? — Preguntó la doctora Marlow, al ver a su pareja tan apresurada — Ni siquiera has acabado el desayuno.

    — Tengo negocios que atender — Respondió el ricachón con cierto recelo — Cosas mías. Luego os veo.

    — Entendido — Musitó ella.

    — Adiós, papá.

    El señor Brant salió por la puerta de la más lujosa habitación de Puerto Arcadia, dejando a solas a su hijo y a su actual pareja.

    Apenas llevaban cinco meses juntos, ya que desde el día que él liberó a la médico de la cárcel, ambos se juntaron sexualmente varias veces hasta dar forma a una compleja relación afectiva, la cuál compartían a día de hoy. Era algo parecido a un compromiso, ya que Cinthia realmente jugaba un papel sexual en esa relación al mismo tiempo que Adam la mantenía como una reina. Sin embargo, de todo ese convenio entre los adultos, surgió un verdadero afecto maternal entre la mujer y el pequeño Brant.

    Cara a su padre, el niño se mostraba serio y callado, pero con Cinthia, su estado era otro.

    — Ahora que tu padre se ha ido, ¿quieres que te prepare unos pancakes?

    — ¡¡¡Sí!!!

    Tales se mostró realmente entusiasmado con esa idea, la cuál habían llevado a cabo en contadas ocasiones ante la ausencia de Adam, que a veces era tan prolongada que había conseguido hacer que mujer y niño formasen un vínculo materno-filial. Marlow sonrió al ver la felicidad en el rostro del joven, quién para contentar a su padre se comportaba de una forma extremadamente seria para su edad, cuando en otras circunstancias debía disfrutar de ser un niño. La recta educación de su padre le hacía ser igual de arisco y borde que él con otros niños que no fuesen de su misma condición económica, o del círculo de adinerados con el que los Brant se codeaban.

    La ex miembro de la expedición de la Arcadia fue a la cocina y se puso a preparar lo necesario para hacer dichos pancakes, mientras el joven Brant la observaba de cerca. Tales perdió a su madre a los pocos años de haber nacido por una enfermedad degenerativa de los huesos, pero los estudios constantes que tenía por orden de su padre, confirmaban que el niño no había heredado ese gen corrupto de su fallecida madre. Ahora, con la presencia de Cinthia en la familia, esos estudios y ese control eran reforzados por sus conocimientos, gesto que el propio Tales adoraba, sintiendo que tras varias parejas de su padre que habían convivido con él, la médico era lo más parecido a una auténtica madre.

    — ¿Prefieres que le eche sirope de chocolate o de fresa? — La mujer preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de ver contento al chico.

    — ¡De las dos! — Exclamó Tales, aplaudiendo de emoción — ¡Estoy deseando comérmelas!

    — Para eso, tendremos que esperar quince minutos — Le reveló la médico — Y disfrutaremos de unos pancakes riquísimos.

    Tales asintió y saltó de emoción durante unos segundos, para acto seguido sentarse en un sofá próximo a la cocina. Cinthia aprovechó que los pancakes se estaban haciendo y sin quitarles la vista de encima, se sentó junto al que se podría considerar como su ahijado. El niño parecía, de pronto, algo apenado por algún motivo desconocido. La mujer le acarició el cabello con aprecio mientras le miraba, reconociendo esa tristeza en su cara.

    — ¿Estás bien, Tales?

    — Sí... — El niño asintió levemente, con la mirada perdida en algún punto de la habitación — Solo pensaba en porqué mi padre no hace estas cosas.

    — ¿El qué? ¿Pancakes?

    — No eso, me refiero a ser alegre conmigo — Se sinceró el joven, visiblemente afligido — Como tú...

    — Entiendo — La doctora Marlow abrazó al muchacho para mostrarle su aprecio — Pero no debes pensarlo en exceso. Tu padre es un hombre de negocios, ocupado, y ese tipo de personas consideran más importante su trabajo que su familia.

    — Nunca hace cosas conmigo, ni siquiera me habla de mi madre — El joven Brant estaba al borde de las lágrimas — A veces pienso que no me quiere.

    — No digas eso — Cinthia le dio un beso en la frente, tratando de reforzar su moral y sus sentimientos — Tu padre es así y hay que aceptarlo. Además, ahora estoy yo aquí y yo te quiero mucho, Tales. Eres un buen chico.

    — A veces no lo soy, Cinthia — Reveló el niño, mirándola a los ojos — Los otros niños siempre quieren que les compre cosas, mis amigos se ríen de que no tenga madre porque ellos sí tienen... y cuando veo un grupo de niños riéndose, me siento frustrado y me peleo con ellos.

    — No deberías tener envidia de otros, Tales — Le recriminó Marlow en un tono amigable — Tú tienes tus propias cualidades y si tus amigos se rien de ti, entonces no son tus amigos.

    — Supongo que no...

    — ¿Sabes? Tengo unas amigas que tienen hijos y son prácticamente de tu edad — La médico pensó en los Vaalot Tidder y los Crane Carver — Son buenos niños y cuando vuelvan a estar por Puerto Arcadia, te los presentaré. Ya verás, de seguro os caeis genial.

    — Tal vez — Musitó Tales, sintiéndose un poco mejor tras el apoyo demostrado por la mujer — Gracias... por todo, Cinthia.

    — No me las tienes que dar — Contestó ella, visiblemente alegre de haber ayudado al niño — Mientras esté aquí, me tendrás para lo que necesites.

    [...]

    La sala de reuniones de la Nolartis veía como iban entrando en ella todos los tripulantes de la nave, a excepción de un Eeron que seguía encerrado en uno de los camarotes, en custodia por parte del comandante. Fue el propio Lill el que ordenó a todos los miembros de la expedición que se presentaran en la sala para reuniones con el objetivo de conocer cuál iba a ser el siguiente paso en la misión, la cuál ahora era regresar a casa. Uno a uno, fueron reportándose en el lugar indicado por su superior, hasta encontrarse todos allí.

    Crane fue el último en aparecer ya que antes debía ordenar sus propios asuntos; al llegar vio los rostros de todos, los cuáles denotaban cansancio, tristeza e incluso dolor.

    — Ha sido un duro trayecto el que hemos tenido desde que emprendimos la misión, cuando salimos de la base Horizonte Conocido. Ninguno se imaginaba que este viaje fuese a ser una montaña rusa de emociones; con descubrimientos inesperados, exploraciones frenéticas y pérdidas irreparables. Nada ha salido según lo planeado en el territorio conocido, pero quiero hablaros a todos desde el corazón, cuando digo que esto no habría sido posible sin ninguno de vosotros — Ninguno de los presentes esperaba un discurso emotivo por parte de su líder en ese momento, pero sin duda, lo valoraban enormemente tras los sucesos ocurridos — Ahora ponemos rumbo a casa y sé que es lo que todos queremos en este momento. La expedición Anixis terminará, pero con todo lo que sabemos y hemos visto, esto no ha hecho nada más que empezar. Los Anixis... los Veerham, siguen ahí fuera. Son una amenaza para las especies que conformamos la Alianza Interestelar de Especies. Sabíamos del riesgo que entrañaba surcar el territorio inexplorado pero ahora conocemos los principales peligros que nos esperan, por lo que al llegar a nuestro hogar, nos prepararemos.

    — ¿Para qué exactamente, comandante?

    La pregunta provino del subcomandante thuniano, apostillado al lado del único miembro de la expedición con mayor rango que él mismo. En las caras de todos los presentes se veían expresiones de preocupación al oír lo que Crane les decía, pero no por ello se evadían de a qué se refería el humano. Lill miró a Fallon y acto seguido miró al resto de su tripulación; amigos, enemigos y conocidos, todos ellos formando un equipo que comenzó la travesía con muchas diferencias y problemas, pero que la estaba terminando unida como una sola fuerza tras haber vivido en primera persona los horrores y la belleza de lo desconocido.

    — La guerra — Afirmó el comandante ante los ojos de su tripulación — El sabio Cyprus me lo dijo y en un principio dudé de sus palabras, pero todo lo que hemos visto, descubierto e investigado nos lleva a ese punto. La prueba evidente de ello es Eeron.

    — ¿De verdad vamos a creernos a ese bastardo? — Brad sorprendió al resto al intervenir — ¿Después de lo que hemos visto en Anyxa?

    — Ese bastardo me salvó la vida — La respuesta de Ashley silenció la sala, tras las controvertidas preguntas del joven soldado — Ha demostrado ser de fiar, al menos para mí.

    — Cualquiera podría suponer que ese ser te ha lavado el cerebro o te ha hecho cualquier cosa sin que tú lo sepas — Teorizó Sun, añadiendo más leña al fuego — Lo siento, Ash, pero yo no confío en un anixis. No hace falta que indique mis obvios motivos.

    — Tú nunca has confiado en nadie, Sun — Le recriminó la propia Ashley — No te vendría mal hacerlo de vez en cuando.

    — Confío en que piensas en lo mejor para todos los que estamos aquí — Contestó la asiática — Simplemente dejo en claro mi opinión sobre llevarnos al anixis con nosotros.

    — Sus revelaciones podrían ser la clave para enfrentar a los Veerham si se diese el caso — Nuevamente, el comandante Crane intervino en el debate — Además, estará encerrado todo el trayecto de vuelta y en cuanto lleguemos al territorio conocido, así seguirá.

    El viaje de regreso tomará aproximadamente un año de tiempo regular, comandante Crane — El dato de Oda ya era conocido por todos, pero la IA optó por recordarlo — Se necesitará que haya tripulación activa para mantenerle con vida y vigilado.

    — Oda tiene razón — El joven Herswood estaba cruzado de brazos y con el gesto serio — No podemos meternos todos en criogenia y dejarle a él encerrado sin supervisión.

    — Además, es probable que debamos racionar la comida que nos quede — Informó Iris con obvias razones — Los anixis sacaron algunas de nuestras cajas de suministros... seguramente estemos en las últimas.

    — Yo me quedaré despierto el tiempo necesario si hace falta — El hombre de Ceres sorprendió a sus compañeros con esa afirmación — A diferencia de otros, yo confío en Ashley y si ella cree en ese ser, yo lo haré.

    — Aquí nadie duda de nadie, ahora más que nunca somos un verdadero equipo — Las palabras de Yak también sorprendieron a algunos de los presentes, conocedores de sus diferencias respecto al resto al inicio de la expedición — Pero mi postura es cercana a la de Brad y Sun; en suficientes trampas hemos caído.

    — Concuerdo con lo que dice — La científica neoniana apoyaba a su pareja — Ese anixis me genera inseguridad, sabiendo que está a bordo. ¿Y si logra salir de la habitación en la que se encuentra?

    — Lo tiene complicado, realmente — Reveló la ingeniera thuniana de la expedición — Los cierres de seguridad de los camarotes no son fáciles de manipular. Y en la situación que sugieres, Oda podría acceder a los sistemas y encerrarle en una sala, si lograse liberarse.

    — Bien, entonces, ¿deberíamos hacer lo mismo que cuando salimos de Rynah? — La piloto Maxwell, en silencio hasta ese momento, propuso una idea reconocida por los demás — Podríamos dividirnos en dos grupos; uno que se mantenga despierto la mitad del tiempo mientras el otro está en criogenia y luego a la inversa.

    — Es justo lo que estaba pensando — Lill aprobaba esa idea, pues tenía intención de proponerla — Como ha dicho Oda, el trayecto de regreso dura aproximadamente un año, así que propongo cinco meses despiertos para cada grupo y en la recta final del viaje, que nadie se quede en letargo.

    La propuesta indicada por Tyra y promovida por Lill parecía tener el visto bueno por parte del resto de miembros de la expedición. Ninguno puso objeción a la idea ya realizada meses atrás, tras haber abandonado el planeta natal de los rynarok y con el miedo que instauró en la tripulación la infiltración de las bestias de Bildsh en la nave. Viendo que no había negativas de parte de nadie, el comandante Crane asintió, confirmando que así se llevaría a cabo el tramo final de la misión. Así, la tripulación de la Nolartis se dividió en dos grupos de los cuáles uno permanecería en criogenia mientras el otro se encargaría del mantenimiento de la nave.

    A través de una pantalla holográfica que apareció en mitad de la mesa redonda de la sala, todos votaron por lo que preferían hacer en ese momento, quedando en evidencia que algunos de los que no estaban de acuerdo en mantener a Eeron decidieron ser los primeros en echarse una larga siesta de cinco meses. Yak, Halisha, Tyra, Lynx, Iris y Sun se marcharían a sus cápsulas de criogenia, mientras que Lill, Lio, Ash, Fallon, Brad y Eniar permanecerían cinco meses en convivencia espacial mientras la Nolartis siguiese su rumbo en dirección al hogar de las especies de la Alianza.

    Con la reunión terminada, cada uno de los miembros de la expedición se dispuso a marcharse a sus respectivas posiciones, ya decididas por todos. Sin embargo, un aviso del comandante Crane frenó la estampida de salida del resto, quiénes se voltearon para escuchar a su superior. Aquel breve instante fue suficiente para que Fallon y Halisha, los dos únicos que quedaban con vida de los cuatro tripulantes de la Nolartis con los que los Veerham experimentaron, se juntasen sutilmente para hablar.

    Lill empezó lo que era un discurso de conjura para fortalecer la unión del grupo tras los rifirrafes ocurridos en el debate acontecido previamente.

    — Es inteligente eso que has hecho — Musitó el héroe thuniano en voz baja — Entrar en criogenia uno de los dos es una gran idea.

    — Es lo que él me ha dicho — Reveló Halisha, mirando a su compañero infectado — ¿Para qué arriesgarnos a que nos descubran a los dos? Tú encárgate de Eeron y de recopilar la máxima información posible sobre la Alianza.

    — Tenemos un plan, entonces — Confirmó Fallon, con cierta seriedad mientras hacía que escuchaba a su comandante — Si tengo problemas y me descubren, no creerán que solo soy yo quién porta la infección. Será tu turno llegado ese momento, porque los demás saben que ambos fuimos llevados por los Veerham.

    — Asegúrate de que no te descubren, pero si eso ocurre tampoco pasará nada, porque somos prescindibles — La neoniana tenía una expresión un tanto desencajada, pero nadie a su alrededor se percató de ello — Él puede acceder a mi memoria y yo puedo actuar conforme era antes de la grandeza que nos dio. Para cuando lleguemos a ese territorio conocido, le enviaremos la ubicación exacta. Él siempre ha sido paciente.

    — La espera le será breve en comparación a lo que le tomó obtener el control de la civilización Anixis — El subcomandante de la expedición mostró una media sonrisa que pasó desapercibida — Tendremos las vidas que deseamos gracias a su gracia y misericordia.

    Fallon y Halisha cesaron su conversación para evitar levantar sospechas al prolongarla, mientras Lill seguía dirigiéndose hacia su tripulación con un discurso esperanzador, conciliador y de unión. Algo que muchos de ellos necesitaban en un momento como ese.

    — ...pero de lo que estoy seguro, es de que superaremos cualquier adversidad que venga a nosotros — El comandante Crane puso una mano en su corazón, alentando a que todos hiciesen lo mismo — Porque si somos hijos de los Anixis, eso nos convierte en hermanos. Y lucharemos unidos frente a todo porque somos familia.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana. Otra gran jornada de leídas en simultáneo por Discord, y ojalá los siguientes fines de semana que queden antes de la próxima epoca de examenes sean de la misma calidad.

    El capítulo inicia con Lill enviando a Bárbara un mensaje resumiendo todo lo que ha pasado en la Expedición y cientos de minutos invertidos en planetas visitados. Finalmente, se despide diciendo que alguien contestará a su mensaje cuando esta decida a responder. Mientras Lill habla, vemos como cada miembro de la tripulación se las pasa con sus pensamientos y tareas diarias, preparándose para lo que es el viaje a casa, ya que por fin se terminó la misión y son libres para regresar y hacerle frente a la última acometida que les darán los Veerham cuando estos aparezcan.

    Mientras eso ocurre, cambiamos a Neonia, más principalmente a la casa de Arva. Siendo que Erie está a punto de dejar el puesto de líder neoniana, o al menos eso recuerdo que iba a pasar, Arva ya tiene más tiempo libre. Por esa razón, a ella le viene bien para pasar un rato junto con su amiga Snow, con quien tiene encuentros poco frecuentes dado a que las dos viven en planetas separados. Allí, ambas mujeres pasan la tarde disfrutando el sol, la playa y el mar de Neonia (joder, quisiera vivir allí :'v ) y Snow le cuenta a Arva sobre su plan de armarse una tripulación propia con una nave para ir a buscar a su esposo, quien sigue allí fuera. Arva le dice que, si bien no puede dejar a sus hijos, ella puede encargarse de cuidar a los jóvenes Crane Carver mientras ella sigue su plan. También, al igual que Ender, sugiere que podría solicitar el apoyo de Cinthia y del multimillonario Adam Brant (curioso, su apellido me suena igual al de Morris en mi historia, solo por una letra, se ve que si tu apellido termina en "rant" el personaje es un malparido XD). Snow rechaza esa idea puesto a que recuerda lo grosero que fue el multimillonario en su encuentro en su resort, y bien que hace.

    Las mujeres disfrutan de la tranquilidad mientras que sus angelitos se van a pasear por el bosque. Gina está un poco aburrida, lo cual es normal, puesto a que ella tiene que cuidar de los más jóvenes tal y como a mí me tocaba cuidar a mi hermano y a mis primitos cuando salía con ellos de paseo XD. Se ve que los quiere, pero no hay mucho interés en pasarla con ellos. La chica tuvo la mala suerte de que sus padres la tuvieron adelantada a los demás niños. Mientras tanto, Jackon y Owen se aventuran, descubriendo así el más pequeño de los 4 la belleza en los paisajes de Neonia. Qué tierno que es el más joven de los Crane Carver. Lo declaro como mi angelito favorito :kuku:
    Cuando regresan a la casa de Arva, Owen y Karla tienen una interacción donde se ve que ellos, pese a que han crecido en mundos y circunstancias diferentes, quieren a sus familias, y se consideran también como parte de una. SIIIIIIIUUUUUUU. Ya era tiempo de que llegaran momentos entre Owen y Karla, y por más que tengan 10-11 años y que este sea solo el comienzo, algo es algo. Por muchos más momentos así, que se que no tardarán en llegar :\*u*/:

    Al cambiar de lugar, vemos que Cinthia y Adam ya son más que simplemente jefe y empleada. Me da repulsión ese tipo, y no voy a estar más agradecido de que Snow haya rechazado cualquier propuesta que pudiera tener. Cinthia, por su parte, no es demasiado fuerte mentalmente y acaba acostándose con él, e incluso "formalizando" entre algunas comillas, una relación con él. Luego de ver un par de noticias, el Elon Musk de la historia, pero con menos carisma, se va por negocios y deja solos a Cinthia y a Tales. Vemos que, en el tiempo que han convivido juntos, ella y él han formado una supuesta relación de madre e hijo, en ausencia de la madre del chico que ha muerto cuando él era pequeño. Se ve que Tales tiene muchas inseguridades por temas de su edad y por la forma en que su padre y sus amigos lo tratan. Tengo qué decir que me da un poco de lástima, pero no me siento mal por él porque recuerdo la forma en la que él estuvo acosando a Gina e insultando a Kendall. En fin, parece que el chico todavía está "a tiempo" de poder enderezarse, pero para eso, Cinthia quiere que deje de hablarse con sus amigos y se junte con personas buenas, como los hijos de sus amigas. A ver... teniendo en cuenta lo que pasó la última vez, no me gusta del todo la idea, pero si Sun se pudo redimir, un adolescente también puede. Solo espero que Cinthia sepa lo que hace, ya que si Tales quiere que yo lo considere uno de los angelitos, tiene que cambiar esa actitud. De hecho, eso me hizo pensar en un meme XDDDD.
    [​IMG]

    Finalmente, de vuelta en la Nolartis, Lill decide a dividir el grupo para que pueda cuidar de la nave en el trayecto a casa. 12 meses de soledad en el espacio (malvado, más te vale que Lill llegue a tiempo para la fiesta de 15 de Gina :anicry: ) que servirán para reflexionar en el camino a casa y la guerra que se avecina. Vemos que Sun, Brad e incluso Yak (nunca creí verlos del mismo subgrupo) están todavía cuestionando a Eeron, puesto a que no se fían del todo. Ashley y Lio confían en él. Lill elige la precaución, mientras que Fallon y Halisha tienen pensado quitárselo del medio. Mitad del grupo cuidará la nave por 5 meses, la otra mitad durante otros 5, y cuando falten solo 2, vamos a tener a la tripulación completa despierta.

    Me da mucho miedo esa conversación entre aquellos que fueron infectados por la bacteria Veerham. Ahora no se siente como si la bacteria los estuviera controlando, sino que suena como si estuvieran del todo adoctrinados, al punto de estar dispuestos a obedecerle. Es una pena que hayan sucumbido así, y espero que alguien se dé cuenta de todo (en el capítulo pasado, Eeron ya lo hizo, y Yak está sospechando algo sobre Halisha) para que los puedan traer de vuelta. Como dije, ojalá esa bacteria maldita no toque a mis bebés.

    En fin, aquí acaba el capítulo, y yo con muchas ganas de saber qué es lo que sigue, y de ver a Eeron interactuando todavía más, que sé que no faltará mucho para que sea su turno bajo los reflectores. Eso será todo por hoy amigo. Me despido hasta nuestra próxima quedada para seguir leyendo más sobre estos grandiosos universos. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ciencia Ficción
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    Bienvenidos al decimocuarto capítulo de esta novena parte de Los Viajeros. Como dije anteriormente, la cosa va a subir de intensidad y muy pronto habrá mucha acción, aunque todo debe seguir su curso e ir poco a poco. El capítulo de hoy se centra en los miembros de la expedición que se quedarán despiertos cinco meses, mientras el resto entra en letargo. Espero que a mi querido amigo Reydelaperdicion y a los demás os guste éste capítulo y los que están por venir, que serán épicos.




    Títeres







    Grupo 1: Lill, Lio, Ash, Fallon, Brad, Eniar, Eeron


    El cierre de seguridad se accionó para que la puerta del camarote se abriese, dando paso a dos de los líderes de la expedición que estaba llegando a su fin.

    Con el semblante serio, tanto el comandante Crane como la soldado Ripley cerraron tras de sí, quedándose a solas únicamente con Eeron. El emisario anixis —así era como se describía él mismo— se volteó lentamente y sin un atisbo de preocupación al verlos allí.

    Ambos humanos se veían serios, pero para el anixis, eso no era problema.

    — Me imagino que tendrás hambre — Dijo de pronto Lill, dirigiéndose al ser retenido — ¿Qué comen los Anixis?

    — Lo mismo que las subespecies — Contestó Eeron de forma sincera — Cualquier cosa valdrá.

    — Te traeremos algo luego — Le informó Ashley, quién era más empática y amable con el anixis.

    — Perfecto.

    — Ahora tenemos que hablar, Eeron — El comandante se paseó por la habitación durante diez segundos mientras hablaba — Llevamos rumbo hacia nuestro territorio y nos tomará un tiempo llegar allí.

    — ¿De cuánto tiempo hablamos, comandante? — El anixis estaba interesado en conocer la duración del viaje.

    — Aproximadamente un año del calendario solar humano — Indicó Lill, revelando como se regía el tiempo según las leyes ya no solo humanas, sino del resto de especies de la Alianza — Aunque es el mismo calendario que usamos el resto de especies.

    — Diferente nombre, mismo sistema; lo entiendo — Aquel ser asintió para sí mismo, con las manos en la espalda — Nos parecemos más de lo que creéis.

    — Eso seguro, según la información que tenemos — Crane decidió posicionarse ante el ventanal de la habitación, por el cuál se apreciaba el firmamento — Aunque es imposible verificarla.

    — Conozco la historia de mi especie y os puedo asegurar que toda la información que tenéis sobre nosotros es verídica — Eeron quería que las subespecies confiasen en lo que era una historia auténtica según él — Sé que es muy difícil de creer, pero el tiempo suele ser garantía de hechos demostrados.

    Lill se asombraba por momentos con algunas de las frases que decía Eeron, quién tenía un aura verdaderamente cautivadora y especial.

    A diferencia de sus homónimos infectados por la bacteria Veerham, el anixis demostraba ser conciliador, predispuesto y amigable, cualidades que ya habían calado en Ashley. La mujer se encontraba sentada en uno de los sillones del camarote, buscando la comodidad mientras había dejado a su superior y amigo el trato verbal con el ser.

    — Pensadlo; nuestra comunicación es idéntica pese a los distintos dialectos que tenemos, por lo que nos podemos entender al hablar porque provenimos de la misma esencia de un mismo lenguaje. Sin traductores universales ni nada. Y la tecnología que compartimos se os fue legada en nuestra ausencia, logrando comprenderla en tiempo récord. Con esto quiero decir que somos una unión, un enlace genético y universal que estaba destinado a suceder. Mis antiguas generaciones modificaron distintos parámetros de la vida en vuestros mundos de origen para que florecierais, creándoos pero a su vez dándoos una comprensión individual. Fuisteis niños que crecieron sin un padre pero que se adaptaron, aprendieron y evolucionaron hasta ser autosuficientes. Para mí, la prueba de que todo lo que sabéis sobre nosotros los Anixis es auténtico, sois vosotros mismos.

    Comandante y soldado humanos se miraron entre sí durante un breve espacio de tiempo tras haber oído ese pequeño pero intenso discurso del anixis. Eeron buscaba no solo ganarse la confianza de las subespecies, sino también hacerles ver que estaban en el mismo equipo y que, sobre todo, ganarían mucho más siendo aliados que meros conocidos estelares.

    Viendo que ambos líderes de la expedición se sorprendieron gratamente con sus palabras, el alienígena se aproximó a los dos con las manos en la parte central de su torso.

    — Sé que vuestro corazón está más a la izquierda, al igual que neonianos, sylerianos y thunianos comparten similitudes así. En el caso de los Anixis, nuestro corazón está en el centro del pecho — Reveló Eeron con cierta emoción en sus expresiones y movimientos — Somos el nexo que nos une, pero cada subespecie tiene cualidades y habilidades que las distinguen. Juntas, podríamos tener un verdadero futuro en paz y armonía. Pero antes, debemos eliminar definitivamente la amenaza de los Veerham.

    — Si vosotros no pudisteis en su momento, ¿qué te hace pensar que nosotros podremos? — El comandante consideraba ese dicho como algo hipócrita de parte del anixis — No tenemos mejor tecnología a la que teníais vosotros; es la misma. Y puede que seamos cuatro especies aliadas, pero mermadas en números por los sucesos pasados y catastróficos que debimos afrontar.

    — Lo sé, pero incluso así, tenéis más posibilidades de derrotar a los Veerham de las que tuvieron mis antepasados — Se sinceró el anixis, tratando de sonar convincente — El viaje de regreso a vuestro hogar nos tomará un año, el mismo tiempo que tendrán los Veerham para localizarnos. Yo llevo tres años en Anyxa, escondiéndome de ellos y aprendiendo sus movimientos, sus costumbres... confiando en que llegaríais en algún punto. Lo hicisteis... y mi misión ha concluido. Mi objetivo ahora debería ser regresar a mi colonia, pero mi nave quedó gravemente dañada. Estoy dispuesto a quedarme, ayudaros contra el enemigo común y después, si habéis demostrado ser dignos, desvelaros la ubicación de mi colonia. De lo contrario, os pediré a cambio de mi información sobre los Veerham, una nave de propulsión máxima para regresar finalmente con mi gente. Sé que este trato deberé hablarlo con vuestros principales líderes, pero significa un gran paso que vosotros la consideréis.

    — Eeron, como bien has dicho, nosotros no podemos decidir nada al respecto, pero a mí personalmente me parece un trato más que justo — Ashley observó a Lill, confirmándole sus intenciones — Cuando lleguemos al territorio conocido, nos reuniremos con los representantes de la Alianza y mi postura estará contigo.

    El comandante asintió a las palabras de su compañera y vieja amiga, lo que hizo sonreír tímidamente al anixis. Sin embargo, pronto ese semblante en Eeron cambió. El alienígena los miró a ambos con seriedad y se acercó a ellos, queriendo decir algo más antes de dar por concluida la conversación que se estaba dando.

    — Todo esto que hemos hablado no debe salir de entre nosotros tres — Dijo Eeron, muy serio al respecto — Ni siquiera debes hablarlo con tu subcomandante.

    — ¿Y eso por qué? — A Crane no le gustó que le dijese eso en ese tono de orden.

    — Porque él vino a hablar conmigo hace unas horas e indirectamente me amenazó — Las palabras del anixis impactaron tanto en el hombre como en la mujer — Tu subcomandante thuniano debió ser capturado por los Veerham, porque su personalidad ha sido corrompida.

    — Fallon fue llevado por los Veerham según Eniar... — La soldado Ripley, que bien los conocía a ambos, recordó ese dato — Maya también y murió, Caelum igual... pero él y Halisha...

    — Eeron, ¿crees que Fallon y Halisha podrían estar infectados por la bacteria Veerham? — El comandante se encontró ante lo que podía ser una situación crítica en la Nolartis — Di lo que piensas.

    — Creo firmemente que al menos ese ser thuniano está corrompido por el odio de los Veerham.

    Aquella afirmación del anixis fue más que suficiente para que Lill y Ashley salieran del camarote, dejando a Eeron un tanto extrañado pero a su vez consciente de lo que estos pretendían.

    El dúo de líderes avanzaba por el pasillo a paso ligero, sin querer perder ni un minuto de más mientras se dirigían en la búsqueda del resto de sus compañeros despiertos, ya que parte de la tripulación se hallaba en el letargo de la criogenia. Mientras caminaban por los pasillos de la nave, tanto el comandante como la líder de equipo conversaban sobre la situación que tenían repentinamente en sus manos.

    — Debimos haberlo supuesto — Se recriminaba a sí mismo el propio comandante — Se los llevaron para experimentar y nosotros ni siquiera cuestionamos su actitud, cuando era evidente que algo les ocurría.

    — Me duele decirlo, pero con Maya y Caelum ya no tendremos ese problema — La soldado Ripley avanzaba junto a su superior — Aunque lidiar con Halisha no será necesario al estar en criogenia, al menos por el momento. Pero Fallon...

    — Sí, lo sé — Musitó Lill, maldiciendo internamente el repentino problema que suponía que tenían — Fallon es un hueso duro de roer.

    — ¿Crees que verdaderamente esté infectado con esa bacteria Veerham?

    — Eeron prácticamente lo ha confirmado y no veo motivos por los que pueda mentirnos sobre eso — Creía Lill — Además, si Fallon ha hablado con él sin mi consentimiento, me encajaría que estuviese actuando como el enemigo quiere. El subcomandante nunca haría algo sin antes consultármelo, espero.

    — Fallon es un excelente ser, si está actuando contra nosotros, debemos recordar que no es él, sino la infección Veerham — Ashley quiso reafirmar eso — ¿Cuál es el plan?

    — Encontrarlo e intentar reducirlo hasta meterlo en criogenia, o en su defecto, encerrarlo en un camarote como hemos hecho con Eeron — Crane sonaba poco convincente con esa idea — Y digo intentarlo porque Fallon, como he dicho antes, es duro de roer. Si decide actuar con hostilidad, tendremos un serio problema.

    — Sugiero que encontremos antes a Lio, Brad y Eniar — La mujer prefería que se encargasen todos, en lugar de ellos dos solos — Tendremos más posibilidades de retenerle si nos ataca.

    — Tienes razón, Ash, haremos eso.

    El dúo humano que ya había visto demasiadas cosas a lo largo de sus primeras expediciones, sabía de la situación que se traían entre manos, tan repentina como inesperada.

    Sus pasos acelerados resonaban en el metálico suelo de la nave conforme acababan de recorrerse varios pasillos hasta llegar al puente de mando, donde dos de sus compañeros que formaban el primer grupo de tripulantes despiertos se hallaban realizando tareas de mantenimiento.

    Lio monitorizaba regularmente los sensores y el radar, asegurándose de que no detectaban posibles meteoritos u otros objetos en el camino de vuelta a casa, mientras que Brad se encontraba tecleando una serie de comandos en los ordenadores centrales con la intención de mantener los sistemas informáticos en estado óptimo.

    Al ver a dos de sus líderes aparecer en el lugar, los dos soldados y exploradores se giraron hacia ellos, conscientes de que algo ocurría cuando vieron sus expresiones faciales.

    — ¿Está todo en orden, comandante? — Preguntó el joven Sanders, al ver el rostro preocupado de éste.

    — Lill, ¿qué pasa? — Añadió el hombre de Ceres, quién conocía bastante bien a sus dos superiores.

    — Tenemos un problema inesperado que hay que atajar ya mismo — Definió Crane, atemorizando a sus dos tripulantes — Os necesitamos. Oda, ¿nos has escuchado hablar con Eeron?

    Afirmativo, comandante. Sé lo que está ocurriendo.

    — ¡¿Qué mierda pasa, joder?! — Brad comenzó a alterarse — ¡¿Es ese puto anixis?!

    — No, venimos de hablar con él y nos ha revelado que Fallon fue a conversar antes que nosotros — Dijo Ashley, algo molesta por como había hablado el joven soldado — Sin permiso del comandante y amenazándole.

    — No solo eso, sino que parece que su mente ha sido corrompida por la bacteria Veerham, según Eeron — Al escuchar a Lill decir eso, tanto Lio como Brad se estremecieron — Maya, Caelum, Halisha y Fallon fueron llevados por aquellos que nos capturaron, ¿verdad?

    — Así es — Corraboró Santos — Les hicieron algo, ¿no?

    — Parece obvio que experimentaron con ellos y seguramente los infectaron con la bacteria, porque sus actitudes, si bien recordáis, cambiaron drásticamente tras rescatarlos — Lill se volteaba para asegurarse de que Fallon no hacía acto de presencia y les pillaba hablando de él — Maya corrió como una loca a la nave y la mataron, Caelum estaba en shock constante y Halisha hasta hace poco no comenzó a hablar de nuevo. Fallon parecía ser el más normal, pero su actitud dista mucho de la que tenía antes.

    — ¿Sabéis dónde está? — Preguntó la soldado Ripley, consciente de que el tiempo apremiaba.

    El subcomandante Fallon se encuentra en la sala de ingeniería junto a la ingeniera Eniar — Informó Oda, mostrando la imagen de la cámara de dicha sala en los monitores del puente de mando — Al parecer, ayudándola en sus proyectos.

    — Enciérralos ahí hasta que lleguemos nosotros — Ordenó el comandante, sorprendiendo al resto de los presentes — Que no tenga escapatoria alguna.

    Entendido, comandante. Bloqueando compuertas de la sala de ingeniería.

    — Mierda, Lill, ¿y luego qué? — Lio quiso conocer bien el plan a ejecutar — ¿Qué es lo que pretendes?

    — El objetivo es reducirle, detenerle y dormirlo en criogenia hasta que lleguemos a casa. Allí decidirán los líderes.

    — ¿Y si no podemos reducirle? — Brad recordaba la pelea que tuvo con el thuniano en el torneo por ser el comandante — Ese tipo es pura fuerza bruta. Ni siquiera...

    — Por eso tú mismo vas a ir ahora, sin perder ni un segundo, a la enfermería — Crane le lanzó una orden directa al joven soldado — Hay dosis de anestesia y somníferos allí. Coge todos cuantos puedas cargar y te vas directo a la sala de ingeniería, donde ahora vamos a ir todos a confrontarle.

    — Lill, intentemos hacer esto por la vía pacífica antes de buscar la confrontación — Ashley no quería tener que pelear con Fallon, más allá de que eso fuese algo complicado de hacer, por la amistad que se tenían — Lo mejor será distraerlo hasta que Brad traiga lo necesario.

    — Ash, también tienes que entender que si ese tipo no colabora, tendremos que actuar — El hombre de Ceres sabía que el thuniano era poderoso, pero él precisamente no era de los que solía tener miedo a nada — Quizá haya que pelear hasta que los somníferos le hagan efecto, pero sobre todo, asestarle ese elixir durmiente correctamente.

    — En cualquier parte del cuerpo bastará, según tengo entendido — El joven Sanders aún estaba ahí presente — Iré a por ello, nos vemos en ingeniería.

    Una vez dicho, Brad salió del puente de mando corriendo en dirección a la enfermería, mientras Lill, Lio y Ashley emprendían camino hacia la sala de ingeniería, donde Eniar —quién no sabía nada de lo que estaba ocurriendo y por ocurrir— se encontraba junto a su pareja Fallon, quién por el momento mantenía una tapadera frente a su nuevo amor. Los dos thunianos realizaban reparaciones de aparatos cotidianos con normalidad, mientras hablaban acerca del volver al territorio conocido —a Fallon le interesaba obtener toda la información posible— cuando de pronto, la ingeniera se percató de que las compuertas de la sala estaban bloqueadas automáticamente.

    — ¿Pasa algo? — El subcomandante volteó a verla, pues esta trataba de abrir la puerta.

    — Estamos encerrados — Contestó la ingeniera, extrañada — ¿Oda?

    — Quizá haya sido un error — Musitó él, sin esperarse lo que pronto acontecería.

    Negativo, subcomandante Fallon. No ha sido un error, ha sido una medida ordenada por el comandante Crane para evitar su escape de la sala. Se tienen serias sospechas de que está bajo la influencia de la bacteria Veerham, por lo que se le solicita que se rinda pacíficamente y se deje ayudar por sus compañeros de expedición.

    Las palabras de la inteligencia artificial de la Nolartis impactaron de forma diferente en los dos thunianos.

    Eniar comenzó a mirar fijamente a Fallon al mismo tiempo que éste negaba con la cabeza mientras una sonrisa se iba formado en su rostro, lo que parecía indicar que sabía el porqué de lo sucedido. La thuniana sintió escalofríos por su columna vertebral al ver como su amado le devolvía la mirada, fría y perturbada, al mismo tiempo que se aproximaba a ella lentamente.

    La ingeniera fue poco a poco retrocediendo, tomando una palanca metálica que se encontraba en una de las mesas de trabajo.

    — Oh, vamos amor mío, ¿por qué me tienes miedo?

    — No te me acerques, por favor — Suplicaba ella — No quiero tener que hacerte daño, Fallon.

    — Ese es el problema, Eniar — Sonrió el subcomandante, sin dejar de dar pasos hacia la ingeniera — Si me acerco y me haces daño, se lo haces a Fallon, no a mí.

    — ¡Aléjate de mí, maldito! — Gritó una desconsolada Eniar, mientras las lágrimas brotaban de sus hijos — ¡Deja a Fallon en paz, por favor!

    — ¿Dejarlo? Este tipo tiene el volumen de dos seres fusionados en uno — El infectado Fallon se sorprendía de su poderío físico — Los Anixis son bastante blandos físicamente, pero este thuniano es una verdadera arma.

    De pronto, la compuerta de la sala de ingeniería fue abierta desde fuera manualmente, dando acceso al trío de humanos que se había dirigido hasta allí. Lill, Lio y Ashley iban desarmados, pero dispuestos a enfrentar a su compañero de viaje si éste se ponía violento. Al ver la escena, el hombre de Ceres señaló al subcomandante con el semblante serio.

    — Apártate de ella, amigo — Santos lo miraba desafiante — No querrás arriesgarte a ponerle una mano encima.

    — Según la memoria de este individuo que poseo, esa thuniana y yo tenemos un vínculo íntimo — Fallon no dejaba de sonreír, casi como si disfrutase de la situación — Si quiero, puedo ponerle más que una mano encima.

    — No te conviene hacerlo, Veerham — El comandante tomó la palabra — Nadie tiene porqué salir herido de esta situación, aunque eso depende más de ti que de nosotros.

    — Bueno, sinceramente no me importa nada si salís heridos o no, para mi Fallon es un cuerpo orgánico como cualquier otro; si muere, yo no muero — El subcomandante infectado revelaba pequeños datos de forma sutil — No tenéis el coraje para matarme porque estaríais matando a un amigo.

    — Tienes razón, seas quién seas — Ashley no quiso quedarse callada — ¿Qué es lo que pretendes? ¿Cómo te llamas?

    — Tengo demasiados nombres como para decantarme por uno solo. Y lo que pretendo es simple: quiero la ubicación exacta de vuestros mundos.

    — ¿Eso para qué? — Preguntó Lill, aunque era consciente de lo que pretendían los Veerham.

    — Vuestro monopolio es un error en el universo, tal y como lo fue el de los Anixis — Respondió el thuniano infectado, ahora más serio — Yo os liberaré del yugo de la incomprensión... os haré tener la vida que siempre habéis deseado.

    — ¿Infectándonos? — Lio soltó una breve carcajada — No, gracias. Prefiero tener el control de mi vida y hacerla tal y como la he deseado.

    — Eso mismo dijeron los Anixis y ahora miradles, trabajan para mí en armonía. El universo es un lugar mejor para todos ahora que yo tengo el control de la especie dominante de esta galaxia. Y cuando vuestras especies sean mías, la paz reinará en donde vosotros hicisteis el caos.

    — ¡Ya estoy aquí! — Exclamó el joven Sanders, trayendo consigo varios somníferos.

    Fallon se percató de lo que pretendían los cuatro humanos, por lo que con un movimiento ágil, se abalanzó sobre Eniar y la tomó por la espalda, reteniéndola contra su voluntad. La thuniana no tuvo más opción que soltar la palanca que sujetaba en una de sus manos, sintiendo como el brazo del subcomandante apretaba con fuerza su cuello, haciendo que la sangre no transcurriera bien hasta su cerebro.

    El comandante y sus tres soldados tuvieron que contenerse para no lanzarse hacia el amigo convertido en enemigo, pues ahora tenía una rehén.

    — ¡Si os acercáis, la mato! — Exclamó el Fallon infectado con determinación a hacerlo — ¡Y me mataré a mí mismo...! ¡Me encanta como suena eso!

    — ¡Sabemos que si te matas, también queda Halisha en criogenia! — Crane decidió revelarle que conocían ese dato — ¡Mátate y luego la mataremos a ella! ¡Nos harás un gran favor haciendo eso! ¡No quedarán Veerham a bordo y nunca podrás saber la ubicación de nuestras colonias!

    El thuniano infectado supo en ese momento que su situación era peligrosa y que corría serio peligro la misión que tenía, por lo que comenzó a idear alguna estrategia para salir ganando de esa situación. Sin embargo, no parecía ver una alternativa clara, por lo que se apegó al lado emocional de sus enemigos para prevenir que estos le hiciesen algo tanto a él como a Halisha.

    — No lo haríais, comandante. Fallon es tu subcomandante, pareja de Eniar, gran amigo de Ashley y todo el pueblo thuniano me adora. Halisha es tu científica y la pareja de Yak. Si nos matáis, el odio de aquellos quiénes nos quieren caerá sobre vosotros. No habrá explicación que valga; no obtendréis ningún perdón.

    — Maldito bastardo hijo de puta... — Murmuró Lio, visiblemente furioso.

    — Si sueltas a Eniar, te dejaremos marchar — Lill sorprendió a sus compañeros humanos al decir eso — Podrás tomar una de las lanzaderas e irte.

    — ¿Por qué querría hacer eso?

    — Porque la alternativa es que te durmamos o te matemos. No querría hacer lo segundo, pero si no me dejases opción, lo haría.

    — ¡Lill, no! — Exclamó Eniar, impactada.

    — ¿Qué diablos dices, Lill? — Ashley tampoco estaba de acuerdo con eso.

    — No pienso arriesgar ni a mi familia ni a nadie de los que están en casa, llevando con nosotros un portador de la bacteria Veerham y pudiendo este obtener la ubicación de todo nuestro territorio conocido — El comandante estaba decidido, sabiendo las consecuencias que podría haber posteriormente — Ríndete, Veerham. No titubearé al matarte aunque lleves la apariencia de Fallon. Él no querría vivir así.

    — Ahora veo que debí llevarte a ti al laboratorio, en vez de a esa pobre chica asustada — Dijo el infectado, mostrando también un lado burlón — Debería haber elegido mejor a mis primeros títeres.

    — Toma ya una decisión o muere — El comandante no llevaba un arma de fuego, pero sí una daga de energía reconvertible a espada — Me encargaré personalmente de sacarle a Halisha esa bacteria tuya, para que no deba morir como harás tú el día de hoy.

    — Si quieres que esto sea una matanza, humano, lo será — Amenazó Fallon, decidido y sin salida — No me dejas alternativa.

    El thuniano infectado por la bacteria Veerham comenzó a apretar el cuello de Eniar, quién comenzó a jadear y moverse bruscamente en un claro intento de zafarse de los brazos de su amado y captor. Al ver esa escena, tanto Ashley como Lio corrieron rápidamente hacia el enemigo, lanzándose al ataque sin más opción que esa.

    Viéndose acorralado, Fallon liberó a la ingeniera thuniana al empujarla hacia la soldado Ripley, haciendo que ambas tropezasen y cayesen al suelo. El hombre de Ceres se quedó cara a cara con el héroe thuniano, ambos sin armas pero con los puños en alto, mientras el comandante saltaba varias mesas para colocarse junto a su viejo amigo.

    — Dos contra uno es mejor que cinco contra uno — Murmuró el subcomandante, haciendo alusión a que Ash, Eniar y Brad no estaban por la labor de enfrentarlo en esos instantes — ¿Quién de vosotros morirá primero?

    — Probablemente tú — Musitó Santos, siendo el primero en atacar.

    El ex criminal se abalanzó velozmente hacia su oponente, lanzándole un gancho de derechas que fue fácilmente bloqueado por el thuniano infectado al mismo tiempo que el comandante empuñaba la espada de energía e intentaba cortarle el brazo a su subcomandante, fallando en el intento debido a que éste se apartó con agilidad. Rápidamente y en milésimas de segundo, Fallon tomó la palanca de hierro que anteriormente tomó Eniar y asestó un fuerte golpe a Lill en el costado izquierdo, rompiéndole algunas costillas mientras éste gritaba de dolor.

    — ¡Lill! — Gritó Lio, quién se aproximó a toda velocidad hacia su enemigo — ¡Hijo de puta!

    Fallon sonrió mientras veía venir al hombre de Ceres desatado, pero descuidó su costado al no ver como Ashley se incorporaba ágilmente y se lanzaba por su espalda. El subcomandante alzó la palanca para golpear al ex criminal pero se vio sorprendido por la soldado Ripley, quién le golpeó duramente en la nuca con su codo, aturdiendo temporalmente al infectado Veerham.

    — ¡Pásame los somníferos, Brad! — Exclamó la mujer, consciente de que era el momento — ¡Rápido!

    El joven Sanders, quién realmente sentía terror al ver como enfrentaban a Fallon, decidió lanzar dos somníferos hacia Ashley, quién los tomó sorprendentemente bien en el aire.

    Sin embargo, antes de que pudiese inyectarlos en el thuniano, éste se volteó y la golpeó en el abdomen, haciendo que cayese muy adolorida al suelo. Lill se arrastraba conforme podía para coger los somníferos que Ash había dejado caer, pero Fallon le pisó la única mano natural que tenía y comenzó a apretarle con fuerza en un claro intento de romperle los dedos. Los gritos del comandante llamaron la atención de una ausente Eniar, que supo que también debía ayudar.

    La ingeniera thuniana se lanzó sobre el que era su amado, distrayéndolo lo suficiente como para que fuese Santos quién tomase dichos somníferos. El hombre de Ceres tomó uno en cada mano y se dispuso a hundírselos en la espalda, pero el Veerham demostró una vez más saber aprovechar bien su situación. El subcomandante infectado se zafó de Eniar y la lanzó por los aires contra Lio, haciendo que ambos se hiciesen mucho daño en el choque.

    Los dos se encontraban en el suelo, al igual que el comandante y la líder de equipo, quedando únicamente el joven Sanders para hacer frente al monstruo de Fallon.

    — ¿Te ha gustado ser el espectador, joven humano? — El héroe thuniano, siendo controlado por la bacteria Veerham, comenzó a aproximarse al soldado — Las mejores historias se viven en primera persona, ¿sabes?

    — ¡N-no vas a salir de aquí, capullo! — Exclamó el joven Sanders, posicionándose para pelear, pero visiblemente asustado — ¡Jamás obtendrás lo que buscas!

    — Ya no me hace falta, he cambiado de idea — Fallon se iba aproximando poco a poco al humano — Os pienso infectar a todos en vuestra propia nave, obtendré la ubicación de vuestro hogar e iremos todos juntos como un equipo unido... ¡Unido por la bacteria Veerham! ¡Por mí!

    El subcomandante ya se encontraba a escasos metros de un paralizado Sanders, que decidió jugársela.

    Sujetando en sus manos hasta cinco somníferos, el soldado decidió abalanzarse contra su enemigo a la desesperada, logrando inyectarle dos dosis en el hombro izquierdo. No obstante, el thuniano se los arrancó rápidamente con una gran ira en su rostro, tomando del cuello a Brad y estampándolo contra la pared. El humano veía como sus pies no tocaban el suelo al mismo tiempo que le faltaba el aire, mientras Fallon lo levantaba poco a poco sin dejar de apretarle la yugular.

    — ¡Brad... no! — Crane se dolía bastante de las costillas, pero podía ver lo que estaba por suceder.

    Ashley se intentaba levantar pero el fuerte golpe en su abdomen se lo dificultaba seriamente, mientras Lio hacia lo propio pese a estar realmente aturdido, al mismo tiempo que Eniar apenas se podía mover, exhausta de haber sido casi asfixiada y fuertemente golpeada. Sin nadie que pudiese ayudar al joven Sanders en un lapso corto de tiempo, su vida pendía de un hilo conforme su cara se ponía morada ante la falta de aire y de sangre.

    Fallon lo miraba fijamente con mucha rabia contenida, siendo el joven humano el que estaba pagando los platos rotos.

    El sonido de los huesos del cuello de Brad resquebrajándose bajo la poderosa fuerza del thuniano fue interrumpido por una aparición tan necesaria como inesperada. Lill, Lio, Ash y Eniar pudieron ver como Eeron estaba allí presente, dando un asombroso salto que terminó con una patada en el costado izquierdo del subcomandante, quién se estampó contra varias de las mesas de trabajo de la sala de ingeniería. El soldado Sanders cayó al suelo totalmente inerte, como si fuese un saco de boxeo usado hasta las últimas consecuencias.

    Eeron aprovechó que el thuniano infectado se incorporaba lentamente debido al esfuerzo realizado, para agacharse y buscarle el pulso al joven humano. El resto pudieron ver como la expresión en el rostro de Eeron denotaba que Brad había perdido la vida apenas unos segundos antes de que éste apareciera. Sus ojos estaban al borde de las órbitas, casi a punto de salírseles, mientras su rostro tenía un color amoratado y su cuello parecía hecho de goma.

    El emisario de la especie Anixis se levantó muy serio, tomando consigo los tres somníferos que Sanders no había podido usar contra Fallon.

    El alienígena se quedó de pie frente al infectado, ya incorporado tras la potente patada aérea que había recibido por parte de su principal e histórico enemigo. Anixis y Veerham se miraron durante unos instantes antes de que lanzarse los dos al ataque. Fallon se dispuso a golpear con su brazo diestro, pero Eeron demostró una agilidad impropia de otra especie conocida, esquivándolo y clavándole los tres somníferos en el centro del torso.

    — ¡Malnacido! — Dijo con rabia el subcomandante, viendo que las tres dosis de somnífero ya estaban en su torrente sanguíneo — ¡Esto no se acaba aquí, anixis...!

    El thuniano infectado no pudo acabar la frase, pues el efecto del somnífero multiplicado por tres le había hecho un rápido efecto.

    Fallon cayó redondo al suelo de la sala de ingeniería, al igual que había hecho el fallecido Brad apenas un minuto antes y al igual que el resto, algunos más heridos que otros, pero con la certeza de que enfrentar a los Veerham iba a ser más complicado de lo que esperaban, especialmente si gente como el héroe thuniano eran infectados y enfrentados contra su propia gente.

    Eeron se fijó en el cadáver aún caliente del joven humano apellidado Sanders, lanzando un suspiro de resignación por no haber podido evitar su muerte.

    [...]

    — ¿Aún te duele?

    — Cada vez menos, los calmantes están haciendo su efecto.

    Ashley se encontraba aplicándole a Lill un parche en el costado izquierdo de su torso, el cual tenía un aspecto algo feo, estando un poco morado.

    La radiografía mostraba que tenía tres costillas rotas, pero sin haber perforado el pulmón ni ningún órgano vital, el comandante se pondría bien con el paso del tiempo y la regeneración que el parche debía hacer en la zona. Al lado de ambos humanos se hallaba Eeron, de brazos cruzados y rostro preocupado. Su aparición en el último momento fue clave para que Brad fuese el único en perecer ante el infectado Fallon, aunque no haber llegado a tiempo le carcomía.

    — Eeron, sin tu ayuda, la situación podría haberse puesto mucho peor — Crane se volteó hacia el anixis, mostrándole agradecimiento — Veo que te sientes mal por no haber podido evitar que Brad... joder, ese chico no se merecía morir y mucho menos así.

    — No dejamos de perder gente en esta maldita expedición — La soldado Ripley negaba con la cabeza, mostrándose cabizbaja — Gracias, Eeron. Nuevamente, tu ayuda ha sido esencial.

    — No quiero reconocimiento ni agradecimiento, compañeros — El anixis sorprendió al dúo humano con sus palabras — Me basta con saber que he podido salvaros a los demás. Aunque me siento mal por no haber podido evitar que ese joven, Brad, muriese a manos del veerham.

    — No te carcomas la cabeza, hiciste lo que pudiste — La mujer quiso hacerle saber que su acción salvó la vida del resto — Ahora Lio y Eniar estarán encerrando en la cápsula criogénica a Fallon. Cuando lleguemos a casa, evaluaremos qué hacer.

    — Respecto a vuestro amigo thuniano... — Eeron alzó la mirada para fijarse en ambos, tras haber estado con la cabeza gacha — Debo haceros saber que la infección Veerham no es reversible.

    Crane y Ripley se miraron inmediatamente para acto seguido centrarse de nuevo en el anixis.

    Ambos humanos y viejos amigos de expediciones pasadas se estremecieron al escuchar semejante revelación, otra más de tantas que sonaban impactantes, y más siendo provenientes de la boca de un ser que sabía de lo que hablaba. Aquello significaba que la situación se complicaba, pues mantener a infectados por la bacteria Veerham era un riesgo y más si no se podían librar del yugo de dicho parásito.

    — ¿No hay ninguna manera de salvarlos? — El comandante, tumbado en una camilla reclinada, tenía una expresión de temor en su rostro — ¿Ni siquiera un tratamiento para disminuir el control de esa bacteria?

    — No hay nada que se conozca capaz de eliminar la bacteria Veerham del organismo del huésped — Indicó Eeron con absoluta seriedad y resignación — No hay pruebas de que mis antepasados lograsen hallar una solución... y eso demuestra porque la civilización galáctica de mi especie sucumbió ante el enemigo.

    — Mierda... — Musitó Ashley, con las manos en la cabeza y en un claro estado de nerviosismo — ¡Estamos jodidos! ¡¿Qué diablos vamos a hacer?!

    — Por el momento, mantendremos a Fallon y Halisha en criogenia, porque ahí no representan una amenaza — Lill fue lógico en su idea — Despertaremos al resto y les dejaremos únicamente a ellos en letargo. Explicaremos lo sucedido y nos aseguraremos de que esta nave regrese al territorio conocido. Una vez allí, decidiremos junto a los representantes de la Alianza que medidas tomar. Sugeriré que nuestros mejores científicos se pongan a estudiar como contrarrestar la infección Veerham.

    — Es una excelente idea, comandante. Los estudios con pacientes infectados serán una buena oportunidad para comenzar — Propuso el anixis, haciendo referencia a la neoniana y al thuniano infectados — Como dije, no hay solución conocida porque mi gente no logró hallarla. Pero quizá vosotros, las subespecies, demostréis inteligencia superior al encontrar un modo de salvarles. Quién sabe, quizá incluso podáis salvar lo que queda de la especie Anixis.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo, paso a comentar el capítulo de hoy.

    Nueva jornada de leídas en simultáneo, y este capítulo ha sido hiper genial. Voy paso a paso.

    Todo empieza con Lill y Ashley yendo a visitar a Eeron, donde estos hablan sobre los planes que tienen para el futuro respecto a los Veerham y el resto de los Anixis que se quedan escondidos. Eeron decide que va a juzgar bien a las especies antes de decidir si merece la pena que los Anixis y las subespecies tengan una especie de alianza, pero Lill y Ashley le hacen saber que están de su parte. Ahí es donde aprovecha para decirles que sospecha que Fallon y Halisha están infectados por la bacteria Veerham, quien busca la ubicación del territorio conocido para llevar allí a sus tropas.

    Es allí cuando los dos, con la colaboración de Oda quien ha escuchado la conversación, van en busca de Brad y Lio para pedirles ayuda para poder tranquilizar a Fallon y mandarlo a la criogenia para que la bacteria no pueda encontrar la ubicación del Territorio Conocido. Los soldados saben que la tienen difícil porque tienen que hacerle frente al tanque del equipo, poseído por el Veerham Supremo. Qué pena que personajes como Zyon en su cuerpo de Super Rhajik y Khael no estén aquí para aportar su grano de arena, ya que habrían sido bazas útiles para hacerle frente a una bestia como esa. Mientras Eniar y Fallon están trabajando, Oda cierra la puerta y le dice a Eniar que debe tener cuidado.

    El Veerham Supremo sabe que lo descubrieron y que no tiene sentido echar culpas o hacerse el tonto como hago yo cuando juego al Among Us y confiesa todo, e incluso se da el lujo de ponerse a amenazar a Eniar y a los demás de la operación diciéndole que él nunca morirá, y que si matan a Fallon, le estarían matando a él. Joder, se compró una buena habilidad, que me recuerda al general colector en Mass Effect 2. El grupo de combate llega a la batalla, pero la bacteria tiene dos ventajas. La primera es que se agenció el cuerpo del tanque del equipo, por lo que es un arma letal como él lo dice, y la segunda es que a la tripulación está atada en sentimiento puesto a que estarían matando a un gran amigo si le hacen daño, al igual que también tienen miedo de morir... desventaja que la bacteria no posee, ya que no tiene lazos con ninguno y no puede morir como tal. El Veerham Supremo lucha de una forma espectacular, y logra reducir con facilidad a la tripulación e incluso logra lastimar a muchos de ellos. Maldito, volviste a lastimar a mi bebé, ten por seguro que me voy a vengar por haberle roto las costillas :ewww:

    Mientras la batalla se desarrolla, el Veerham se lamenta de no haber seleccionado a Lill y por haber tomado a Maya, quien no tenía mucha fuerza para ofrecer, a diferencia del comandante de la humanidad. Creo que aquí sobran palabras mías para lo que pienso al respecto, ¿verdad, amigo? :slap:

    La batalla se tuerce cuando Brad es el último que queda, recordando que Fallon fue capaz de despacharlo fácil en el torneo. Pero con la ayuda de Eeron, estos logran aplicar el somnífero al subcomandante thuniano, y logran reducirlo para poder meterlo en la criogenia. Aunque Brad acabó por perder la vida en combate. Me da lástima, y no puedo esperar a ver la reacción de Tyra cuando se despierte y vea que él ha muerto. Parece ser que ella es la viuda negra de LV, y que acostarse con ella y no convertirte en su pareja se convierte en una sentencia de muerte XD. Okno, mejor dejo las bromas, todo pinta estar jodido.

    Ahora la tripulación se da cuenta de que tienen 3 bajas, ya que Fallon y Halisha están infectados y Brad ha perdido la vida. Seguro no será difícil cuando despierten al resto de sus compañeros y terminen enterándose de lo que les han hecho a quienes han estado sufriendo. La reacción que más deseo ver, junto a la de Tyra, es la de Yak. Ya que él y Halisha sobrevivieron a la misión, pero ella ya no es la misma de antes. Me parece un buen plan el de despertar al resto del equipo y que conozcan todo lo que está pasando. Y creo que Lill ya mismo tendría que mandar un mensaje a casa para que Bárbara ponga a equipos científicos médicos de los thunianos y los neonianos a trabajar para ver si pueden encontrar una cura. Aunque Eeron confirmó que su especie no logró hallarla, y que la bacteria Veerham no puede ser separada de su huesped. Pues, espero que la AIE logre encontrar alguna manera de contrarrestarla, o de última, de devolver el control a los infectados, de lo contrario, estaremos antes dos bajas sensibles para el resto del equipo.

    Solo espero que no saquen a Fallon y a Halisha de la criogenia y que no se fíen de estos de primeras si es que llegan a aplicarles alguna clase de cura. Pero bueno, la amenaza de los Veerham está neutralizada por el momento, pero sigue en pie. Solo espero que la alianza tenga cuidado, porque pelean contra un enemigo invisible, y que puede esconderse en los cuerpos de sus amigos más cercanos. :aniscream:

    En fin, amigo, eso será todo. Puedes apostar a qué deseo saber desde ya cómo le hacen frente a esa amenaza que se les viene encima. Sugiero que Om le meta prisa a la nueva bomba solar, y que así la lancen para eliminar a la bacteria de raíz. También me gustaría saber por qué es que la bacteria tiene tanto odio. Es como si tuviera rencor cuando habla con las subespecies, y eso se nota cuando se dirige a ellos. Pero bueno, desconozco si esa respuesta la vamos a tener.

    Hasta aquí mi comentario. Será hasta la próxima semana, si todo sale bien. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  9. Threadmarks: Este no era el plan
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Saludos a todos aquellos que estéis presentes leyendo esto, en especial a mi querido amigo Reydelaperdicion por no perderse ningún capítulo de este universo ficticio de mi autoría. Este capítulo es el más largo de esta parte, así que encontrad un ratito para leer sin prisa. Sin más que añadir, os dejo con la lectura.




    Este no era el plan







    — ¿Qué hace fuera de su camarote?

    Sun señaló directamente y sin tapujos al anixis que hasta hacía unas horas estaba encerrado en una de las tantas habitaciones vacías de la nave.

    Junto a la asiática, habían sido despertados todos los demás de la criogenia cuando apenas habían pasado seis horas desde que fueran inducidos al letargo, con motivo de lo sucedido. El comandante Crane reunió de nuevo a toda su tripulación en la sala específica para ello, con las ausencias del fallecido Brad y los infectados por la bacteria Veerham, el subcomandante Fallon y la científica Halisha.

    La presencia de Eeron entre los miembros de la expedición generaba ciertas reacciones en algunos de los tripulantes de la Nolartis, quiénes apenas acababan de descubrir lo que había sucedido. Lill, con ayuda de sus compañeros Lio y Ashley, revelaron al grupo lo que Fallon y Halisha eran, motivo por el cuál ambos estaban encerrados en sus cápsulas criogénicas para mayor seguridad de los demás.

    Además, la muerte del joven soldado Sanders al manos del infectado thuniano habían dejado un mal sabor de boca en todos, especialmente en la piloto Maxwell, visiblemente abatida.

    — De no ser por él, Brad no habría sido el único en morir hoy — Lill contestó a la pregunta de Sun con cierto recelo hacia esta — No volverá a ser encerrado.

    — La inteligencia artificial a la que llamáis Oda, me liberó al ver que la situación se estaba saliendo de control — Eeron reveló como logró salir del camarote — Entiendo la preocupación de algunos de vosotros, pero creo que he demostrado estar en el mismo equipo.

    — No serías el primer enemigo en ganarte nuestra confianza — Lio intervino en favor del anixis y haciendo referencia a la ex líder de la Resistencia — Al menos, en intentarlo.

    — Vale, el anixis es uno más de la tripulación, perfecto — Quetaryan, que aún estaba algo en shock tras conocer que su pareja podría compartir la misma infección que el subcomandante, intervino en la conversación — Pero, ¿qué hacemos ahora?

    — Nadie se volverá a meter en criogenia, al menos no pronto — Informó el líder de la expedición — Porque no quiero más sorpresas con el regreso a casa.

    — ¿De verdad tenemos que mantenerlos en letargo? — El único neoniano presente volvió a la carga con una nueva pregunta — Quizá Fallon haya demostrado estar infectado por los Veerham, pero Halisha no...

    — Yak, ellos dos fueron llevados por los Veerham y no hemos sabido que les hicieron hasta que los devolvieron con los demás — La soldado y líder Ripley quería hacerle comprender a su compañero — Maya y Caelum también fueron llevados, pero murieron en el escape de Anyxa. Y Fallon ha demostrado no ser él mismo, sino alguien más.

    — Si hubieras visto lo ocurrido, te aseguro que preferirías mantener a tu pareja en la cápsula criogénica — Eniar intervino para dirigirse al neoniano, mostrándose realmente afligida por lo sucedido anteriormente — Quiero muchísimo a Fallon, pero no puedo negar la evidencia... y es una amenaza para todos.

    — ¡Pero Halisha no ha hecho nada, podríamos despertarla y ver...!

    — ¡Yak! — El grito de Lill silenció los murmullos entre los tripulantes, pero especialmente al propio neoniano — Lo siento, amigo, de verdad. Pero no podemos arriesgarnos a vivir otra situación como la que ha precedido esta reunión de emergencia. En el territorio conocido decidiremos que hacer... los líderes lo harán.

    — L-los... Lill, los mataran... — Con lágrimas en sus pequeños ojos, Quetaryan parecía resignarse a una conclusión poco esperanzadora.

    — Entiendo el sufrimiento por el que estás pasando, tanto tú como la thuniana... Disculpad que no os llame por vuestro nombre, sugiero que luego me los digáis — El anixis presente quiso ser conciliador con dos de las personas más afectadas en ese momento — Como iba diciendo, os entiendo, porque ese sentimiento lo han vivido mis generaciones pasadas y me lo trasladaron a mí. Yo siento lo mismo. Pero la realidad es que la bacteria Veerham es muy poderosa y vuestros intereses amorosos han sido infectados, por lo que no hay marcha atrás.

    — ¿Qué significa eso de que no hay marcha atrás? — Yak se encaró con el anixis, encontrándose a escasos centímetros de su rostro — ¡¿No podemos salvarles?!

    — Me temo que no, neoniano, al menos no pronto — Eeron sonaba serio pero apenado al mismo tiempo — Mi especie no halló un remedio a la infección, por lo que vuestros científicos deberán trabajar en ello.

    — Ojalá logren encontrar una solución — Lynx murmuró esas palabras justo antes de ser abrazado por su novia.

    — Confiemos en ello — Añadió Iris, también preocupada.

    — De nada nos sirve confiar, tan solo veamos como les fue a los Anixis...

    Tyra lanzó al aire un pensamiento un tanto pesimista, lo que mermó algunos ánimos en el grupo. Sin embargo, a los segundos de decir eso y establecer el silencio en la sala de reuniones, Oda apareció con su voz por la megafonía para romperlo e informar de algo a los líderes de la expedición, pero específicamente al comandante.

    Comandante Crane, estamos recibiendo una llamada entrante del territorio conocido — Dijo la IA de la Nolartis — Se trata de la representante Mason.

    — Acéptala y ponla en espera, voy para allá — Indicó Lill, quién se aproximó a Ashley para darle una indicación — Quedas al mando en mi ausencia. Busca tareas para mantenerlos a todos ocupados, lo que sea.

    Entendido.

    La soldado Ripley comenzó a dar órdenes a los tripulantes mientras el comandante emprendía el camino hacia la sala de comunicaciones, muy próxima a la sala de reuniones en la que se hallaba. Sus pasos resonaban como siempre en el metálico suelo de la Nolartis hasta finalmente llegar al punto de destino, en el que la imagen holográfica de la líder de la humanidad se mostraba ante los ojos del líder de la expedición.

    Un reencuentro virtual que bien era un alivio para ambos tras las dificultades habidas en los últimos seis meses para mantener la comunicación entre la misión y la base.

    Comandante Crane... Lill, me alegra muchísimo verte — Comenzó diciendo la mujer, mostrándose un poco sonriente — La ausencia de noticias durante cinco meses sembró el temor entre vuestros seres queridos y también entre nosotros, los líderes.

    — Me lo imagino, Bárbara — El comandante asintió un tanto aliviado de poder hablar en directo con ella — También me alegra mucho verte.

    Recibí tu último mensaje — En ese momento, Bárbara se mostró cabizbaja — No me consuela nada que hayáis obtenido información sensible sobre Anixis o Veerham, ante las muertes sufridas en el transcurso de la misión.

    — Pues ya somos dos — Se sinceró Lill, de brazos cruzados — Pero al menos sus muertes no han sido en vano, porque la información obtenida no solo es sensible sino esencial para el futuro de las especies de la Alianza.

    Entonces tenía razón, la expedición debía hacerse en el momento en el que se hizo — Aquello aliviaba al menos la tensión que la mujer sufría por haber recibido reproches al respecto en el pasado — Bueno, todo lo que debamos hablar lo haremos cuando regreséis. Cuéntame, ¿cómo van las cosas ahora que estáis de vuelta?

    — Claro, así lo haremos — Indicó el hombre, pasando a contestar la pregunta de su superior — Considerando lo ocurrido en la última misión, el hecho de que nos tomará casi un año llegar a casa y lo que ha pasado hace poco...

    ¿Qué ha pasado hace poco?

    — El subcomandante Fallon está infectado con la bacteria Veerham, al igual que Halisha — Reveló el comandante, dejando boquiabierta a la representante humana — En cuanto lo descubrimos, Fallon nos atacó y mató a Brad. De no ser por el anixis que está con nosotros, podríamos haber muerto más personas. Él nos salvó.

    Mierda... Fallon y Halisha fueron llevados por los Veerham, ¿verdad? Creo recordar que me hablaste de que experimentaron con algunos miembros del grupo.

    — Es muy probable, así es.

    ¿Y ese anixis? Su presencia en la nave es todo un hito y lo que podría aportarnos... — Bárbara se quedó pensativa unos segundos — Los líderes sabrán de esto, aunque lo importante será cuando estéis aquí.

    — Entiendo, Bárbara.

    Y respecto a Brad Sanders... no tenía familia. Notificaré su muerte a sus compañeros de pelotón de aquí, en la base militar de Ciudad Anixis.

    — Comprendo.

    Antes de cerrar la comunicación, quiero hablarte de algo más, Lill — La representante Mason tenía algo que comentarle al comandante — En unos meses habrá elecciones a gobernador de la humanidad y he decidido acabar mi mandato ahí.

    — ¿Por qué? — Crane se sorprendió con esa noticia.

    No quiero seguir lidiando con esta presión, llevo diez años así — Bárbara se veía cansada en ese sentido — Con esto quiero decirte que quizá esta sea la última comunicación que tengamos en calidad de líderes.

    — ¿Pero quiénes se presentan al puesto?

    Únicamente se presenta Adam Brant, por el momento — Reveló Mason, quién pese a no verse muy convencida con el candidato, no tenía problema en pasarle el testigo del cargo — Sé que no es la persona más adecuada, pero bueno, está ayudando a fortificar el territorio conocido con defensas para un posible ataque de los Veerham y...

    — ¿El multimillonario que se adueñó de Puerto Arcadia? — Lill no daba crédito a que ese tipo pudiese ser el futuro líder humano — No me jodas, Bar, ¿estamos volviendo a la política cutre de La Unión, donde hasta un criminal era representante?

    Lo sé, Lill, tampoco es de mi agrado. Pero es lo que hay.

    — Pues espero que se presente alguien más decente que ese ególatra.

    Todavía hay tiempo para que alguien más entre en la campaña.

    — En fin, cortaré la comunicación, hay mucho con lo que lidiar por aquí — El comandante estaba decidido a cerrar la transmisión — Pero antes... ¿cómo está mi familia?

    Estoy en contacto con Snow de vez en cuando... están bien. Debido a tu ausencia prolongada, he transferido a su cuenta bancaria las alianzas que te corresponden por tu desempeño en la expedición. No estaba contenta con no saber nada de ti, pero luego le hice saber que estabas bien. Aunque tengo la sensación de que planea ir a buscarte de alguna manera.

    — Detenla, Bárbara, dile que ya estoy de camino. Que no haga ninguna estupidez — Lill lanzó un suspiro — Y dile que la quiero muchísimo. No puedo esperar a abrazarla a ella y a mis hijos.

    Lo haré, Lill. Cuenta con ello — La aún líder de la humanidad asintió con decisión — Espero que no haya más sustos en la Nolartis y regreséis sanos y salvos. Bárbara, corto y cierro.

    — Eso espero. Lill, corto y cierro.

    El comandante vio como la transmisión se cerraba frente a él, quedándose allí, pensativo, durante unos instantes.

    En su mente solo cabía el deseo de volver cuanto antes a su hogar y permanecer con su familia durante los máximos días posibles, antes de que con total probabilidad —él mismo estaba convencido de que ocurriría— apareciesen los Veerham. Crane sacó de uno de sus bolsillos internos del uniforme que portaba, una foto hecha a la antigua usanza con una cámara de carrete de antaño. En ella se podía ver a toda la familia Crane Carver al completo, en un tiempo en el que Gina tenía siete años y Owen cuatro años.

    Lill miró detenidamente la imagen mientras sus ojos se humedecían de emoción.

    Este no era el plan que teníamos desde el principio, lo sé — Se decía a sí mismo — Pero cuando esté de vuelta, todo lo que planeemos de ahora en adelante será juntos.

    [...]

    Cinco meses después


    Las calles de Promesa e Isharay, las dos colonias habitadas de Neonia, estaban abarrotadas con una multitud de personas.

    Diversas pantallas retransmitían en directo lo que era algo que no se repetía desde hacía mucho tiempo en el territorio conocido: elecciones. En el planeta de los neonianos, donde la diversidad de especies era ya un hecho demostrado, el ambiente era especial. La humanidad elegía nuevo representante tras la renuncia inesperada de Bárbara Mason tras diez años reelegida en el cargo, desde su victoria en las urnas ante el autoproclamado Emperador Xom.

    Al igual que en Neonia, las calles de la ciudad de Sovaam en Syleria tenían a todos sus ciudadanos en vilo ante quién podría ser el nuevo líder de la humanidad. En otras circunstancias les daría absolutamente igual al resto de especies, pero tras más de una década como aliados y con una toma de decisiones siempre conjunta, conocer al líder del vecino significaba conocer a uno de los que podría influir en la vida cotidiana con sus decisiones. En la base cilíndrica de Virm, donde vivía ya muy poca población, también se seguían las elecciones humanas.

    Paraíso, más concretamente Ciudad Anixis, acogía dichas elecciones a representante humano. Habían pasado cinco meses desde que Bárbara convocara las elecciones tras alegar que tenía decidido dejar el puesto, por lo que en ese transcurso de tiempo, los humanos candidatos se habían ido preparando para buscar y obtener la mayoría de los votos. Debido a la magnitud del evento, todos los líderes de la Alianza Interestelar de Especies se encontraban en el planeta artificial de origen Anixis, el cuál acogía oficialmente una gran parte de la humanidad.

    — ¿Y tú, qué harás finalmente?

    Arva se encontraba en los aledaños del escenario montado en la base militar de la ciudad para el evento de las elecciones previo al recuento. Los candidatos presentarían un discurso que convenciese a los pocos que aún no se habían decidido sobre a quién elegir como su próximo representante de cara a las demás especies. Junto a la ex piloto de la Arcadia se hallaba la aún líder de los neonianos. Erie tenía decidido hacía ya un tiempo que dejaría el cargo, pero el paso de los meses la hizo recapacitar.

    — Sigo queriendo dejar el puesto — Se sinceró Tovam — Pero esperaré a que regrese Yak de la expedición.

    — ¿Quieres ofrecerle el cargo a él? — La humana, que había compartido tiempo suficiente con ambos como para conocerlos bien, no veía muy acertada esa estrategia — Ya lo rechazó en su momento, ¿qué te hace pensar que esta vez vaya a aceptarlo?

    — Si se avecina una guerra contra esos seres llamados Veerham, nuestra gente necesitará a un guerrero como líder — Erie pensó automáticamente en Khael, quién ocuparía el puesto si estuviese con vida — Pero sé que nuestra gente no aceptará a cualquiera, al igual que sé que confían en él. Yak representa la esencia de Narisha y de Vanth, líderes previos a mí y posteriores a mi padre.

    Conforme se acercaba la hora de los discursos, la aglomeración de gente que se acercaba al amplio escenario se hacía más y más grande. Aunque el ambiente era mayoritariamente festivo, se notaba la seriedad del asunto en algunos sectores de la ciudadanía, especialmente en quiénes tenían intereses políticos. Bárbara, que vivía sus últimas horas al frente del gobierno de su especie, se encontraba junto a los otros dos líderes de la Alianza que aún no habían aparecido.

    El Elegido Paokt y el sabio Cyprus también estaban presentes, al igual que la líder Tovam, en esas elecciones humanas.

    — A veces es necesario el descanso de las responsabilidades más arduas — Le dijo el representante thuniano, tomándola de las manos a la humana — Tengo entendido que has liderado a tu especie en una etapa de paz pero igual de frenética que las últimas décadas.

    — Sí, bueno, cualquiera diría que estoy abandonando ahora que se acerca un nuevo conflicto — La aún representante Mason se veía algo afligida por el qué pudiesen pensar de ella.

    — No debes pensarlo así, ni siquiera los demás deberían hacerlo — Cyprus trataba de hacerle ver que esa decisión era tan importante como necesaria para su bienestar — Has servido a tu pueblo y al resto por diez años. No es poco tiempo considerando este universo hostil.

    — Además, quizá te retires del cargo de liderar, pero tengo entendido que vas a ejercer tu primera profesión, ¿verdad? — Om intervino en la conversación, mostrándose diplomático con su postura.

    — Así es, después de esto me iré al OCVD, bajo el mando de Sith — Reveló la humana, lanzando un suspiro de alivio — Investigaré la bacteria Veerham y todo lo relacionado con ello que nos traiga la expedición. Es un nuevo comienzo para mi.

    — Tu función de gobernar termina, pero tu importancia en la sociedad... no lo hará — El sabio thuniano le dio a entender que su tarea sería muy importante — Los thunianos te deseamos la mejor de las suertes.

    — Y los sylerianos — Añadió Paokt, dándole un abrazo a la mujer — Estamos todos juntos en esto.

    — Gracias por vuestras palabras, de verdad — Bárbara esbozó una sonrisa de satisfacción evidente — Debo prepararme para presentar a los candidatos, os veré más tarde.

    La actual representante de la humanidad se despidió cordialmente de sus dos compañeros de trabajo para dirigirse a la parte trasera del escenario, donde iba a prepararse para subir en breve. En una carpa improvisada, se encontraban finalmente los cuatro candidatos a gobernador de la humanidad, con sus discursos preparados e interiorizados. Fade Kingston, Raven Gallagher, Adam Brant y Snow Carver. La ex gobernadora había decidido presentarse tres meses antes del día actual, decidiendo que de ese modo le sería más fácil enviar una segunda expedición en la búsqueda de la Nolartis, o en su defecto, el poder tomar una decisión de ese calibre si era necesario —y si ganaba—.

    — ¡¿De verdad planeas irte tú también?! — Gina confrontó a su madre tras conocer que estaba reuniendo una tripulación y comprando una nave — ¡¿En qué piensas, mamá?!

    — ¡En tu padre, pienso en tu padre! — Snow estaba alterada y le gritó a su hija — Pienso en que no está, en que podría no volver, pienso en...

    — ¡Bárbara te ha dicho que está bien, que ha contestado y que está de camino! — Exclamó la mayor de los Crane Carver — ¡Tú solo quieres salir ahí fuera de nuevo, como quiso hacer papá! ¡No pensáis en nosotros!

    — ¡No es eso, hija! Es... es... — De pronto, la mujer vio como las lágrimas caían de sus ojos — Es cierto. Creo que echo de menos salir ahí fuera.

    — ¡Lo sabía! ¡Ambos sois igual de egoístas! — Visiblemente furiosa, Gina se dispuso a marcharse del salón de su casa, lugar en el que discutían — ¡Algún día me marcharé yo y no podréis decirme nada! ¡Nunca!

    La adolescente salió por la puerta principal tras dar un portazo, dejando a su madre con las lágrimas en los ojos y consciente de que ese deseo de aventura que la llevó a subirse a la Arcadia, la estaba llamando de nuevo. Sin una responsabilidad que tener, la mujer sentía deseos de emprender un nuevo camino, una misión; algo que diese sentido a su vida.

    Pero en aquel instante, supo que eso mismo eran sus hijos. Owen había visto toda la escena desde los escalones que iban al segundo piso.


    — ¿Están todos listos? — Uno de los organizadores se presentó ante los cuatro candidatos — Bárbara va a hablar ahora, os presentará e iréis subiendo de uno en uno.

    — Entendido, amigo — Contestó Brant, sonriéndole a Snow — Cuando gane las elecciones, te buscaré un buen trabajo, tranquila.

    En otras circunstancias, Carver le habría respondido de forma grosera y irrespetuosa, pero no era el momento ni el lugar. Además, sabía que le convenía dar una buena imagen desde el minuto uno, si quería que su impresión fuese buena de cara a los votos indecisos que aún había. La aún líder de la humanidad, Bárbara, ya iba a dar comienzo a su discurso previo a la introducción de los candidatos a futuro representante humano en la Alianza. La multitud la aclamó cuando subió al centro del escenario, agradeciéndole entre aplausos su década de dedicación a mejorar una situación complicada por el pulso electromagnético de Regresión.

    — Bienvenidos a todos y gracias por estar aquí, en una jornada muy especial que definirá a nuestro próximo líder y representante humano en el gobierno de la AIE — Comenzó diciendo la aún gobernadora Mason, bajo el sol del sistema Faro de la Esperanza y ante miles de personas, sin contar a las de otras colonias que veían las elecciones humanas en directo — Mi renuncia todos la conocéis, junto a los motivos que me llevan a apartarme en un momento de cierta dificultad. Sé que algunos pensaréis que el reto de lo que está por venir me ha asustado, pero nada más lejos de la realidad. He sido científica en el arca cuatro de La Unión, fui soldado en la guerra de las Dos Humanidades y he sido gobernadora de la humanidad tras el pulso de Regresión. No me acobardé en esos momentos difíciles y ahora no es el caso. Pero siento que debo dar un paso al costado y dejar que otro asuma el puesto con energías renovadas. Es por ello que estoy aquí para presentar a los cuatro candidatos que intentarán ganarse los votos de aquellos indecisos para obtener el puesto que yo dejo.

    Adam, Snow, Fade y Raven se miraron entre sí, con reacciones dispares entre los cuatro. El multimillonario Brant sonreía tan falsamente como podía, la millonaria Gallagher demostraba cierta seriedad y el ex comisario Kingston se crujía las manos como si estuviese a punto de saltar a un ring, quedando una ex gobernadora Carver que mantenía la vista en el frente con una concentración digna de lo que se estaba jugando.

    La multitud comenzó a aclamar conforme se iban diciendo los nombres de los candidatos a futuro líder humano.

    — Con todos ustedes... ¡Adam Brant!

    El dueño de Puerto Arcadia fue el primero en salir, con las manos en alto y su característica sonrisa pícara al mismo tiempo que hacía reverencias al público, entre los que estaba Cinthia junto al pequeño Tales. La ciudadanía humana conocía la contribución del multimillonario a reforzar las defensas del territorio conocido y demás, por lo que esa labor y otras más le daban un alto porcentaje de posibilidades para ganar las elecciones.

    — El siguiente es... ¡Fade Kingston!

    Fade era un ex comisario de policía de la propia Ciudad Anixis, el cuál fue sucedido en el cargo por la fallecida Cia Jenner tiempo después. Tras ejercer dicha profesión, el señor Kingston decidió dedicarse a la política, o en su defecto, a intentarlo. Sus medidas como policía ya eran de por sí controvertidas, por lo que sus medidas como político pretendían ir en la línea de lo que era el claro conservacionismo. No recibió los mismos halagos que Adam, pero el cuerpo de policía con Ender a la cabeza sí parecía apoyarle, sin contar con el actual comisario.

    — A continuación... ¡Raven Gallagher!

    Raven era una millonaria —contaba con menos patrimonio que el propio Adam— que llevaba en la política desde después de Regresión. Apenas sin ejercer ningún cargo de nivel hasta ese momento, sus aportaciones a la sociedad se podían contar con las manos, aunque sus negocios eran multitudinarios en la ciudad. Era, hasta el momento, la candidata con menos apoyo según las encuestas y el aplauso flojo de la grada.

    — Y finalmente... ¡Snow Carver!

    La que fuese gobernadora de la humanidad antaño, regresaba ahora con la intención de obtener nuevamente el puesto. Las ganas de protagonismo y de sentirse nuevamente útil en uno de sus campos, bastó para que la mujer se decidiese presentar a futura líder humana. Ninguno de los otros tres candidatos, especialmente Adam, se esperaba la asombrosa acogida que tuvo Snow entre la multitud de votantes presentes. Ella solo tuvo que sonreír y agradecer el apoyo lanzando unos besos al aire mientras el multimillonario Brant fruncía el ceño al ver la popularidad con la que contaba su rival político.

    — ¡Muy bien, muy bien...! — Bárbara tuvo que acallar los aplausos de la grada para retomar el siguiente paso en las elecciones — ¡Ahora, los candidatos tendrán un breve lapso de tiempo en el que explicarán cuál es su objetivo principal en caso de que logren obtener el puesto a gobernador de la humanidad! ¡Empezamos por ti, Adam! ¡Cuando quieras!

    — Primero que nada, Bárbara, muchas gracias por darme el pie y sobre todo gracias por tu labor al frente del gobierno humano durante los últimos diez años — El comienzo del discurso político de Brant caló en el público, que le aplaudió al momento durante diez segundos — En segundo lugar, me gustaría dejar claro que es un honor estar aquí y poder postularme a líder de nuestra especie. Mi objetivo es la seguridad total del territorio conocido, pero principalmente, la expansión de este. Estoy diseñando y creando un proyecto a largo plazo que consiste en la construcción de una gran arca que nos lleve a algún cúmulo lejano que colonizar. Porque como siempre se ha dicho: "La humanidad nació en la Tierra, pero no está condenada a morir ahí". ¡Y nosotros no lo hicimos! ¡La Unión logró hacer lo que se debía hacer y yo haré lo propio aquí! ¡Aquí no moriremos, pero tampoco será nuestro hogar definitivo! ¡Tenemos que expandirnos, crecer, desarrollarnos! ¡Tener un futuro entre las estrellas!

    Automáticamente, el multimillonario Brant recibió una calurosa ovación de parte de la multitud de miles presente en la zona. Su objetivo primordial de expansión no estaba nada mal visto entre la humanidad, especialmente por el precedente de las cuatro arcas de La Unión que significó evitar la extinción masiva de la especie. Ahora que ya se rumoreaba un próximo conflicto contra los Veerham, la gente más asustada estaba totalmente de acuerdo con la posibilidad de tomar esa gran arca eventualmente y marcharse hacia otros mundos. Y si no se daba al caso, al menos tener otras colonias en otros puntos de la galaxia impedía la extinción total de la especie humana.

    Una vez los aplausos cesaron, tras casi un minuto de estos en los que Adam se regocijaba de alegría, pasó el turno al siguiente candidato.

    — ¡Lo que dice mi oponente político es una utopía! ¡Adam Brant es un soñador patético que pretende hacernos creer que la solución es ir saltando de planeta en planeta, generación tras generación, como un vagabundo cambia de calle cada día! — La entrada en su discurso de Fade Kingston fue toda una improvisación, hecha a partir de las palabras del dueño de Puerto Arcadia — ¡A diferencia de ese personaje fantasioso que nos promete las estrellas, yo quiero todo lo contrario! ¡Mi objetivo, una vez gobierne, será cerrar las fronteras de la humanidad en el territorio conocido! ¡Por supuesto, el resto de especies podrán acceder a nuestras colonias sin problemas, pero las medidas para hacerlo cambiarán! ¡La humanidad debe ser estricta ante los demás, porque solo estará segura si se protege a sí misma!

    Las palabras del ex comisario de Ciudad Anixis generaron cierto malestar en un sector del público, recibiendo incluso algunos abucheos de miembros de otras especies que estaban allí, interesados en descubrir quién guiaría a la humanidad en su siguiente paso. Pese a los escasos aplausos recibidos por parte de unos pocos afiliados a la idea de Kingston, la gran mayoría de presentes parecía tener claro que él era su última opción de voto.

    Tras un breve silencio, la siguiente candidata tomó la palabra.

    — Me gustaría decir, antes de comenzar mi discurso, que las promesas de mis dos oponentes son dignas de ser aplicadas. Por eso quiero decir, que en caso de obtener el puesto, escucharé todas las propuestas del resto de candidatos para llegar a un consenso, o al menos, para tenerlas en cuenta. No haré de menos a nadie — Sorprendió la millonaria Gallagher con sus palabras previas a su discurso — Dicho esto, mi objetivo como gobernadora de la humanidad será trabajar en equipo y con humildad. Y fomentar este mundo, Paraíso, para el turismo entre especies. ¡Ciudad Anixis será capital del territorio conocido, junto a otras ciudades que serán construidas en este planeta! ¡Seremos el nexo entre comunidades y colonias!

    Aunque la propuesta inicial de Raven sobre hacer equipo con el resto de candidatos sonaba muy humilde, pronto sus verdaderas aspiraciones fueron reveladas por ella misma. La idea de construir nuevas ciudades en Paraíso, obviando Ciudad Anixis y descartando la famosa arca cuatro de La Unión —que servía como otra colonia en el planeta, aunque bastante menos habitada— sentaron como un jarro de agua fría para muchos de los votantes que veían en ella una posible líder de verdad. Recibió más aplausos y vítoreos que el propio Fade, pero era evidente que la gente no parecía tenerla muy en cuenta.

    Sin embargo, con Snow faltando por hablar, la ciudadanía se silenció para escucharla atentamente.

    — Cómo muchos recordaréis, mi mandato al frente de la humanidad se dio en un momento de máxima dificultad no solo para nuestra propia especie, sino también para los neonianos en aquel entonces. Tuvimos que trabajar codo con codo, pese a las discrepancias, para forjar una unión entre ambas especies. Algunos de los nuestros trataron de impedirlo... — En el inicio de su discurso, Carver recordó su liderazgo tras Colapso y la Resistencia liderada por Sun — ...pero nos mantuvimos fuertes hasta la inesperada llegada de los humanizados Anixis. Nuevamente, nos vimos enfrentados entre nosotros. Vivimos la llegada de los sylerianos y su apoyo en la lucha para terminar formando lo que ahora llamamos Alianza Interestelar de Especies. ¡Yo estuve ahí! ¡Yo estuve en el peor momento de la humanidad, tomando las decisiones más difíciles con la esperanza de tener un futuro mejor! ¡Un futuro pacífico! Gracias a Bárbara por contribuir a hacerlo posible. Ella ha sido una excelente líder y lo digo con total sinceridad. Pero yo he vivido en mis propias carnes el sufrimiento de las guerras Rhajik, Civil y Dos Humanidades. ¡Y nos mantuvimos juntos! — El silencio en la grada era tal, que nadie se percató de que Snow había cumplido el tiempo reglamentario para dar su discurso — ¡Así es como seguiremos hacia delante! ¡Porque puede que vengan nuevos conflictos, pero ya hemos superado historias que parecían relatar el final de nuestra especie y nunca ha terminado sucediendo, ni nunca lo hará! ¡Mi nombre es Snow Carver! ¡Mi padre lideró junto a otros La Unión, yo lideré lo que quedaba de la humanidad! ¡Y ahora, si vosotros queréis, la lideraré de nuevo! ¡Humanos, neonianos, sylerianos y thunianos! ¡Soy porque somos!

    La última frase de Snow provenía de una filosofía africana llamada Ubuntu, la cuál significaba que todos debemos cuidarnos entre todos. El concepto se basa en la creencia de que hay un vínculo humano universal que hace que los seres humanos sean capaces de superar retos porque están conectados. Una filosofía de vida que era absolutamente aplicable en la etapa actual en la que se encontraba no solo la humanidad, sino el resto de especies de la Alianza. Aquel discurso bastó para que el público gritase y celebrase con emoción esas palabras que la ex gobernadora humana había lanzado al aire, teniendo que ser apaciguados por una Bárbara que se sorprendió al ver semejante apoyo para la reconocida Carver.

    — ¡Wow, vaya! ¡Ha sido un discurso increíble! — Exclamó la aún representante Mason — ¡Pero ahora, llega el momento de la verdad! ¡Aquellos que ya han votado durante los últimos meses, no tienen que hacer nada, pero los que habéis llegado hasta el día de hoy con la indecisión de a quién considerar vuestro líder, deberéis hacerlo en el próximo minuto desde vuestros teléfonos móviles! ¡Tiempo!

    Un contador de un minuto se mostró ante una gran pantalla tras el escenario, para mayor tensión.

    Los cuatro candidatos miraban al público desde sus privilegiadas posiciones sobre el escenario, mientras sus pensamientos divagaban en esos instantes. Adam demostraba una aparente normalidad por fuera, pero por dentro se sentía inquieto, consciente del tirón que tenía Snow entre la ciudadanía no solo humana, sino del resto de especies. Ella, por su parte, sentía que había dado todo lo que podía dar de sí, pese a no haber dado un discurso con un objetivo claro sino más bien siendo un recordatorio de que ella estuvo en lo malo y pese a ello, logró liderar donde otros no hubiese podido.

    Fade fruncía el ceño al haber visto que su discurso no caló en absoluto entre la gente, siendo alguien muy conservacionista. Sabía que sus opciones de convertirse en gobernador humano eran prácticamente nulas, a diferencia de una Raven que sí creía en sus posibilidades, pese a haber empezado bien un discurso sobre trabajar entre todos que había terminado con una especie de llamado al turismo alienígena en el planeta mediante la construcción de nuevas ciudades. Ambos candidatos menos reconocidos tenían opiniones dispares sobre lo que podría acabar sucediendo próximamente.

    Finalmente, el recuento de los votos y el porcentaje que daría por ganador a uno de los cuatro candidatos, ya estaba listo. Con el contador de un minuto ya a cero, la gente esperaba impaciente la revelación de su nuevo líder, al igual que hacían Shajila, Gina, Owen, Jackon, Karla, Kendall, Vraco y Omnius desde el balcón del edificio donde suele residir el gobernador humano. Los jóvenes se encontraban ahí para no estar entre la aglomeración de personas y siendo vigilados por la thuniana, aunque después sí se juntarían con sus familias para hacer una gran comida en caso de que fuese Snow la ganadora.

    El momento de la verdad había llegado.

    — ¡Bueno, todos los votos humanos han sido contados y en la pantalla se revelará, mediante porcentajes, quién se convierte en el nuevo gobernador de la humanidad!

    Todos prestaron atención a dicha pantalla grande tras el escenario, una vez Bárbara indicó que se iba a revelar al ganador de las elecciones humanas. Los cuatro candidatos observaban con tensión y nervios el como iban saliendo sus nombres y una barra que determinaría el porcentaje de cada uno. Comenzó saliendo el de Fade Kingston, con un porcentaje del 7% sobre 100.

    La reacción del ex comisario de la ciudad fue la de marcharse del escenario balbuceando como un niño pequeño que todos eran idiotas.

    El siguiente porcentaje en aparecer fue el de Raven, con un 23% de los votos que pese a ser un porcentaje no muy elevado, demostraba que se había ganado a algún sector del público, tanto con su discurso como con su campaña en los meses previos. Esto dejaba un total del 70% de los votos repartidos entre Adam y Snow, quiénes literalmente se mordían las uñas debido a la situación.

    Ambos se miraron un tanto desafiantes; Brant sonrió sarcásticamente mientras Carver le guiñó un ojo de la misma forma, mostrándose más confiada de lo que en realidad estaba.

    El multimillonario y dueño de Puerto Arcadia fue el siguiente en ver su porcentaje, el cuál era de un 33%. Lo que podría haber sido una victoria para el hombre, se convirtió en una derrota por la mínima cuando el porcentaje de Snow revelaba un 37% de los votos totales.

    Así, ella era la primera en votos recibidos, seguida del propio Adam con un 33%, Raven con un 23% y finalmente Fade con un pobre 7%. Con los porcentajes de voto revelados al público y la confirmación de que Snow era la nueva —y también vieja— gobernadora de la humanidad, la multitud estalló de alegría en su mayoría.

    — ¡La candidata Snow se convierte en la nueva gobernadora de la humanidad, por democracia! — Exclamó una visiblemente alegre Mason, quién pese a realizar un pacto con Brant hacía unos meses de que lo tendría todo para ganar, no contaron con la inclusión de Snow en las elecciones, algo que Bárbara prefería — Enhorabuena, gobernadora Carver. Es un placer saber que estaremos bajo tu mando.

    Snow se abrazó con Bárbara con emotividad, mientras Raven aplaudía con cordialidad y respeto a su rival política, algo que no hizo un Adam que simplemente negaba con la cabeza mientras se marchaba del escenario con una clara expresión de enfado y resignación. La locura en los aledaños de la base militar de Ciudad Anixis era total, pues su nueva gobernadora era la misma que los guió en las difíciles etapas anteriores.

    Su experiencia pasada ahora estaba al servicio de un pueblo mucho más fuerte que antaño.

    [...]

    La celebración por la victoria de Snow en las elecciones sería en la vivienda de los Crane Carver, al ser verdaderamente espaciosa pero sobre todo contar con un exterior rodeado de un bosque primaveral. A la quedada acudieron amigos cercanos como Arva y sus hijos, Ender y su ahijado, Shajila y su pequeño, además de los otros tres principales líderes de la Alianza. La nueva gobernadora también recibió felicitaciones en sus perfiles sociales y mensajes de personas conocidas, entre las que se encontraba Cinthia. La doctora Marlow envió un escueto "Felicidades, te deseo lo mejor" a quién se suponía que era una de sus mejores amigas.

    Bárbara no acudió por una cuestión de respeto hacia los otros candidatos, ya que ver a la antigua líder celebrar la victoria de un candidato se podía malinterpretar de muchas formas. Sin embargo, su mensaje no fue tan seco como el de la médico, enviando un "Me alegra que seas tú la siguiente gobernadora de la humanidad. Tienes todo mi apoyo y mis mejores deseos. Bárbara". Incluso Sith, el actual líder del OCVD, le mandó un "Enhorabuena Snow, estás hecha para el cargo. No te tuve como líder antaño, pero será un honor servirte. Te mando un abrazo". Pese a ciertas reacciones de algunos allegados, la actual gobernadora Carver decidió centrarse en disfrutar.

    La ex piloto Tidder se encargó de organizar un catering para que nadie tuviese de cocinar, el cuál llegó inmediatamente al hogar de Lill y Snow. Varias mesas puestas en el jardín comenzaban a estar repletas de todo tipo de entrantes y tentenpies para los invitados, mientras los jóvenes correteaban por la zona y jugaban entre ellos. Snow solo echaba en falta la presencia de su marido y de otros viejos amigos como Lio y Ashley, entre otros, pero sabía que ya faltaba poco más de medio año para su regreso.

    Y ahora que era la líder de la humanidad, comunicarse directamente con Lill no sería un problema.

    — Snow, yo debo irme, pero no quería hacerlo sin aprovechar la oportunidad de felicitarte — Om se aproximó a la humana y le dio un abrazo que fue recíproco — Enhorabuena, de corazón. Sé de tu capacidad de liderazgo porque yo mismo la vi, por lo que estoy seguro de que la humanidad está en buenas manos.

    — Yo también debo marcharme — Erie también se acercó a la nueva gobernadora humana, mostrándose amigable — Recuerdo cuando fundamos la Alianza en la nave de mis antepasados, la Valkshire. Sin duda, tenerte de vuelta en el gobierno interplanetario es toda una alegría.

    — Os lo agradezco mucho, a los dos — Snow se veía muy agradecida, contenta e ilusionada — Estaremos en contacto próximamente. Buen viaje de vuelta.

    — Gracias, cuídate — Dijo el Elegido Paokt antes de marcharse.

    — Hasta pronto — Musitó la líder Tovam.

    Con dos de los principales líderes de la AIE marchándose de la celebración para atender sus respectivos asuntos, tan solo quedaba el representante thuniano por acercarse. Lo hizo, aprovechando que la gobernadora humana estaba ahora libre de gente a su alrededor.

    — Según tengo entendido, la gobernadora de la humanidad vive en la base militar de la ciudad — Expresó el sabio — Hasta el día de hoy, yo he estado ahí junto a Bárbara. ¿Quieres que me busque una nueva vivienda?

    — En absoluto, Cyprus, descuida — La líder humana negó con la cabeza ante la pregunta del anciano thuniano — Quédate tú ahí. Yo no tengo intención de moverme de mi casa.

    — Entiendo, entonces así lo haré — Cyprus mostró una sonrisa a la humana — Es curioso.

    — ¿El qué?

    — Que los líderes de la humanidad tengan un vínculo tan fuerte entre ellos — El sabio thuniano hacía referencia tanto a Lill como a la propia Snow — No llegué a conocer personalmente a Hylda Admir, por lo que su relación con Om no la puedo juzgar desde mi perspectiva. Pero tú y el comandante Crane habéis vivido muchas cosas juntos, lo veo.

    — Así es, hemos vivido muchas cosas — Se sinceró Snow — Demasiadas, diría yo.

    — En mis visiones, él sobrevive a la guerra que se aproxima, pero paga un gran coste — De pronto, las palabras de Cyprus sembraron el temor en la humana — Sé que conoces sobre mi don... tan solo quería decírtelo.

    — Lo sé... — La gobernadora Carver se quedó impactada con esa revelación misteriosa, tanto, que apenas tenía nada más que decir — Yo...

    — No te preocupes, tan solo quería que supieses que tu marido regresará pronto y estará bien — El sabio thuniano no quiso andarse con rodeos, pero al ver la reacción de la humana, decidió que lo mejor era irse — No te estropearé la fiesta. Enhorabuena por obtener el cargo y gracias por dejarme quedarme en la base. Estaremos en contacto.

    Snow asintió casi por inercia a lo último dicho por Cyprus, momento en el que éste decidió emprender el camino de regreso a su casa. Sin embargo, la aparición de Ender sacó a la mujer de sus pensamientos respecto a las palabras del líder thuniano. El actual comisario y policía de Ciudad Anixis llevaba en su mano izquierda un vaso con bebida, siendo un zumo de piña traído por el servicio de catering.

    — Doy gracias al universo por haber llevado tallos de piña en los suministros del arca cuatro — Dijo de pronto el policía, percatándose de que la mujer se encontraba sumida en sus pensamientos — ¿Estás bien, Snow?

    — Oh, sí, perdona. Estaba pensando en mis cosas — Balbuceó la nueva gobernadora, prestando atención a su invitado — ¿Zumo de piña? ¿En serio?

    — ¿Qué? Es una jodida maravilla, Snow — Murmuró Ender con cierta alegría — Echar de menos a la Tierra se lleva un poquito mejor cuando saboreas un zumo de piña.

    — O de cualquier otra fruta, créeme — Ambos se echaron a reír tras los dos comentarios — Pero sí, Paraíso es increíblemente hermosa, pero es una creación artificial. La Tierra siempre será la Tierra.

    — Sin duda alguna, cambiaría Paraíso por la Tierra — El hombre dio un sorbo a su vaso con zumo de piña para acto seguido terminárselo — Bueno, tan solo quería darte la enhorabuena por la victoria en las elecciones. Eres gobernadora de la humanidad... otra vez.

    — Eso parece... muchas gracias, Ender — Snow le dio un fuerte abrazo a quién consideraba un amigo — Por todo.

    — Es un placer servirle, gobernadora — Contestó él entre carcajadas — En serio, cuenta conmigo para lo que humanamente pueda hacer, si me necesitas.

    — Lo haré, no te preocupes.

    Ender le guiñó un ojo cariñosamente y se marchó de nuevo a la mesa con el catering mientras les decía algo a los niños, quiénes seguían jugando en el jardín. La piloto Tidder aprovechó para acercarse a su gran amiga y darle un golpe indirecto para captar su atención.

    — Ender es como el vino, con el tiempo se pone mucho más guapo — Dijo repentinamente la ex piloto de la Arcadia, sorprendiendo a su amiga — ¿Qué pasa? Llevo muchos años sola, Snow. Admiro la belleza natural de los hombres.

    — Claro, es comprensible — Sonrió la gobernadora humana, muy contenta de ver así de cómoda a su vieja amiga — Ender es un gran tipo. Haríais buena pareja.

    — Quién sabe, quizá le diga de ir a tomar algo por ahí uno de estos días — Arva parecía estar lanzada — Bueno, con calma. Pese a que hace casi un año que perdió a su mujer, aún debe dolerle. Joder, Axlor murió hace más de diez años y aún me emociono cuando lo recuerdo... También a Juice...

    — Ojalá ambos estuviesen aquí — Musitó Carver, recordando a sus viejos compañeros de expedición — Pero no están y tú sí. Debes vivir la vida y te mereces ser feliz.

    — Tienes toda la razón — La mujer nacida en la extinta Luna miró fijamente a la gobernadora humana, visiblemente emocionada — Estoy tan agradecida de que seamos amigas... Me hace muy feliz verte de nuevo en esa posición.

    Este no era el plan, ya lo sabes, pero a veces las cosas cambian — Snow no se andó con rodeos y le propuso algo — Somos prácticamente familia, Arva. Si necesitas trabajo, conmigo lo tendrás.

    — Lo sé, Snow, pero ya sabes que no quiero irme de Neonia, de mi casa en la orilla de la playa...

    — Lo entiendo, de veras. Solo te digo que a una mala, aquí tienes un puesto garantizado.

    — Gracias, hermana.

    Tanto Arva como Snow se abrazaron de nuevo, esta vez siendo un abrazo más duradero y fuerte. La ex piloto veía en la nueva gobernadora a una hermana, como lo fue Juice en su momento y a la cuál le recordaba mucho por ese vínculo que ambas ahora tenían, tras tantos años peleando y viajando juntas. Mientras la dos mujeres adultas proseguían la conversación emocional que se estaba dando entre ambas, Shajila se les acercó para felicitar a Snow por su nombramiento como líder, dejando a Ender al cargo de la vigilancia infantil.

    — Yo ya estoy cansado de jugar a esto — Murmuró Vraco a sus amigos — Tengo hambre.

    — ¿Vamos a comer? — Gina, que era la más mayor de todos, solía ser una especie de líder para ellos — Venga, vayamos.

    — Qué lástima que Omnius se haya marchado con su padre, no ha comido nada — Jackon recordó a su amigo syleriano, el cuál se había ido hacía no mucho rato — Un momento, ¿dónde están Karla y Owen?

    — Me pareció verlos adentrarse en el bosque — Intervino Kendall, también buscando a sus dos amigos con la mirada — ¡Karla! ¡Owen! ¡A comer!

    Estando a unos doscientos metros de la vivienda de los Crane Carver, los dos jóvenes se hallaban dando un paseo juntos, aprovechando el buen día y disfrutando de la vida vegetal —que en realidad era artificial— que había en los alrededores. A diferencia de Neonia, en Paraíso no había insectos, por lo que no podían disfrutar de ver a ninguno.

    No obstante, la compañía de los dos les bastaba para sentirse bien y cómodos, hasta que escucharon el grito del joven Xom que indicaba que era hora de comer.

    — Creo que deberíamos volver — Murmuró el pequeño Crane, mostrándose algo tímido — Luego si quieres volvemos y te enseño un sitio secreto que tengo por aquí.

    — Claro, me parece una idea genial — La joven Vaalot sonrió al chico, queriendo decir algo más — ¡Espera!

    — ¿Qué pasa?

    — Cierra los ojos.

    — ¿Para qué?

    — ¡Tú ciérralos, Owen!

    — ¡Vale, vale!

    El niño decidió obedecer la petición de su amiga y cerró los ojos, quedando a la espera de lo que pudiese suceder, pero confiando en ella.

    Sin embargo, lo que Owen no se iba a esperar era un beso de parte de Karla. Ambos juntaron sus labios por un par de segundos y acto seguido la chica salió corriendo en dirección a la vivienda, dejando al joven bastante atónito. Mientras emprendían el camino de vuelta, a cierta distancia el uno del otro, se formó una sutil sonrisa en los rostros de ambos.

    Owen y Karla parecían estar formando un vínculo especial.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de hoy.

    Me ha gustado mucho. Este ha sido el más extenso, y creo que le ha venido muy bien.

    Empezamos con algo lógico, que era algo suponía que se daría. Lill y el resto de la tripulación despiertan a todos los demás para soltar la bomba que sacude a todos. Fallon y Halisha han sido infectados con la bacteria Veerham, y han tenido que dejarlos a los dos en criogenia al perder a Brad en el intento. Mientras que Eeron parece estarse ganando poco a poco el apoyo de los demás, Yak y Eniar se ven algo devastados. Incluso Yak menciona la posibilidad de que los líderes de la AIE podrían tomar la decisión de sacrificarlos. Sin embargo, un mensaje de Barbara distrae a Lill de esas responsabilidades. El comandante habla con ella dandole las noticias, y allí, es la propia Barbara quien le dice que podría ser su última conversación como líder, ya que le tocará retirarse cuando pasen las elecciones.

    Tenemos un salto temporal en el territorio conocido, y se empieza con una reunión entre los candidatos. Adam es uno. Luego tenemos a un viejo conservador como lo es Fade, a una millonaria un poco desconectada de la realidad como lo es Raven y a la mejor mujer de la historia de la humanidad. De Adam ya me conoces la opinión, es un asco, y el tipo encima va y le habla a Snow. Maldito bastardo, ojalá la bacteria no te infecte, porque quiero que te maten y que lo sientas en carne propia :ewww:

    Barbara le da a cada uno la oportunidad de ganarse a los votantes indecisos. Adam comienza hablando sobre su proyecto personal de la gran arca, un proyecto que, pese a que el tipo no me caiga bien, reconozco que es una buena idea tanto como plan a futuro como de respaldo. Algo bueno tenía que tener ese maldito, y me alegro que al menos sé que va a poner el dinero donde lo tiene que poner, y no en construirse un prostíbulo. El siguiente es Fade, que perdió las elecciones ni bien empezó a hablar. El tipo quiere cerrar a la humanidad en un mundo aislado, y fortalecer controles para el resto de las especies de la alianza. Que yo sepa, la humanidad está en un planeta artificial, por lo que quizá no le convendría realizar esa independización. Quién sabe si no se activa un mecanismo secreto y todas las plantas en Paraíso se marchitan a la vez. Idea con poco sentido y que no aporta nada bueno a la gente. Merece perder.

    La propuesta de Raven es la confirmación de que los millonarios viven en un mundo a parte al nuestro. Hay una amenaza conocida por muchos, de hecho, casi que se dice que el nuevo gobernador tiene que hacerse cargo de lo que venga. Y la tipa quiere abrir Paraíso al turismo y convertir a las ciudades humanas en los centros de la AIE. Ya la veo a la tipa recibiendo a los Veerham invasores con una fiesta e invitándolos a tomarse unos tragos y a divertirse en un parque de diversiones. Mejor dele ese dinero a la defensa planetaria, que va a hacer falta, señora angrysnake

    Y la última es Snow. Vemos que ella añora mucho volver a los reflectores, ya que ansiaba poder ir en busca de su esposo. Pero sabe que su lugar es la política. Y regresó a su gente con el mensaje de que tendría que hacerse cargo de la guerra difícil que se viene para los suyos, tal y como lo hizo en tiempos anteriores. Unidos. Me alegra que Snow haya ganado, porque ella es la mejor mujer de la historia. Y también me da miedo, porque ahora le tocará gobernar en pie de una guerra por venir contra una maldita bacteria.

    Los votos son contados, y tras el anuncio de Barbara de que ella participará como investigadora en el OCVD para tratar de hallar la cura a la bacteria, Snow es la ganadora. Nuevamente, mi bebé toma un cargo de poder, y ahora se le viene algo jodido seguro. Vemos que Sith le desea lo mejor, y que Barbara también. Y por parte de Cinthia, quien es una de sus mejores amigas, solo viene un "felicidades". Zorra, ahora sí que ya no te perdono nunca más. Ella es tu amiga, vivió contigo por una década y no recuerdo que te hayas disculpado por haberle coqueteado a su esposo. Más te vale prepararte para redimirte, porque ahora mismo, serías la última persona de la vieja generación a la que salvaría :shani:

    En casa de Snow, donde todo se festeja, vemos que Om y Erie están felices de verla de regreso en el cargo, ya que les trae recuerdos de cuando eran líderes o sirvientes de los líderes actuales al momento de fundarse la AIE. También vemos, antes en el capítulo, que Erie pospone su retirada hasta que llegue Yak, cosa que me parece sensata. Aunque no creo que Yak esté en sus cabales ahora mismo para liderar. Tocará ver que pasa cuando llegue el momento. Cyprus luego le tira una bomba, y es que en sus visiones ve que Lill sobrevive, pero que paga un gran precio. Más te vale que ese precio no sea perder a Snow :osha:

    La fiesta sigue, y vemos que Ender y Arva están felices de que Snow haya vuelto a ser gobernadora. Incluso vemos que Arva le tiene ganas a Ender ::3: Bueno, ellos dos se merecen ser felices. No recuerdo alguna interacción entre ambos, como para que me alegre verlos juntos, pero me da gusto que piensen que pueden seguir adelante juntos, y lo mejor, tratar de darle buena vida a sus angelitos. Espero que, si ellos deciden dar ese paso, les vaya bien, aunque se las han arreglado solos, por lo que tampoco voy a estar triste si no se concreta algo entre los dos.

    Y luego, la última escena y mi preferida del capítulo y de la parte: Owen y Karla tienen una bonita relación de amistad, y parece ser que Karla lo quiere, dado a que han llegado a compartir un beso. Siiiiiiiiuuuuuuuuu :char::\*u*/: Ojalá vengan más escenas de este estilo, porque me daría mucho gusto que los angelitos Crane y Vaalot pudieran volverse pareja en el futuro. Sabes de esa preferencia mía, amigo, así que ya tienes el conocimiento para poder hacerme feliz.

    Bueno, hasta aquí el capítulo. Lamento que las próximas semanas no estaremos reunidos para leer en simultáneo, pero esta leída ha sido fantástica amigo. Esperaré con ansias por el siguiente capítulo, y mucho más por el regreso de estas leídas. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Ya está listo para ser leído el décimo sexto capítulo de esta parte, en el que ya vamos entrando en la recta final. Como siempre, agradecer a mi gran amigo Reydelaperdicion por estar siempre presente y disfrutar de esta historia de mi autoría. Sin más que añadir, os dejo con el capítulo.




    La llegada







    Siete meses después


    Hacía dos meses que se había llegado al año 2145, cumpliéndose siete meses desde el inicio del nuevo mandato de la gobernadora Carver para la humanidad.

    Doce meses desde que la expedición de la Nolartis emprendió el camino de regreso al territorio conocido. Los contactos entre los líderes de la Alianza y los líderes de la expedición fueron más constantes que nunca desde los últimos meses, conforme la llegada tomaba forma. Finalmente, ese día había llegado.

    Casi dos años después del comienzo de la misión sobre la ruta Anixis, esta llegaba su fin. La Nolartis entró en el territorio conocido tras obtener el permiso de los controles fronterizos que ahora monitorizaban cualquier movimiento extraño en las cercanías, preparados para alertar sobre un encuentro hostil con los Veerham. La nave tenía programado aterrizar en el mismo lugar del que salió: la base Horizonte Conocido.

    Allí les esperaban únicamente los principales representantes de la Alianza para obtener un reporte en primicia de todo lo acontecido en la misión.

    Cuando la forma de la Nolartis se vio reflejada en el ventanal del muelle de atraque, la gobernadora Carver sintió como un escalofrío de emoción le recorría la columna vertebral. El Elegido Paokt sentía grandes deseos de reencontrarse con sus compañeros, mientras que la líder Tovam respiraba aliviada por la llegada de los suyos. Únicamente el sabio Cyprus sabía lo que esa llegada significaba, por lo que su semblante era serio, pese a tener ganas de reunirse con sus homónimos.

    Junto a los líderes de la AIE se encontraba el jefe de la base, siendo ahora Wadrak. El neoniano se ganó su ascenso tras la contribución que hizo en la investigación por la muerte de Hylda Admir, además de demostrar una gran pericia en el ámbito de la ingeniería e informática. Él mismo era el encargado de abrir la compuerta externa que daría acceso a los miembros de la expedición al interior de la base. El silencio se hizo entre los líderes conforme iban viendo lo que quedaba de la tripulación.

    La piloto Maxwell fue la primera en salir de la nave con una expresión de tristeza en sus ojos, especialmente porque nadie estaría allí para recibirla. Los cuatro representantes de las especies aliadas la saludaron con cordialidad y respeto, agradeciéndole su trabajo, mientras mantenían la vista en los siguientes en ir saliendo. El ingeniero e informático Herswood también obtuvo el mismo recibimiento educado pero indiferente de parte de sus superiores, a diferencia de una joven Hennessey que se fundió en un abrazo con la gobernadora humana.

    — Me alegra muchísimo verte, Iris — Snow la miró de arriba a abajo, viéndola prácticamente irreconocible — Has crecido mucho durante todo este tiempo.

    — Bueno, ha pasado mucho tiempo sin vernos, es normal que se note el cambio — Iris se mostró sonriente y alegre de verse con la mujer — Yo también me alegro de verte.

    La siguiente en aparecer fue nada más y nada menos que la ex líder de la Resistencia. Brume no sentía deseos de tener que saludar a quién fue su rival político y enemiga antaño, pero tampoco quería ser irrespetuosa, por lo que se acercó y la saludó cordialmente, estrechándole la mano a todos y cada uno de los líderes, especialmente a su nueva gobernadora.

    — Enhorabuena por el cargo, Snow — Dijo Sun con absoluta sinceridad — No tuve el placer de decírtelo con anterioridad.

    — No hay problema — Snow correspondió con respeto el saludo y las palabras — Te agradezco enormemente tu contribución en la misión, Sun.

    — Con esto me he ganado mi libertad, así que sí, gracias.

    Las palabras de la asiática eran una clara referencia al pacto que ésta tenía con la anterior líder humana, con quién acordó unirse a la expedición a cambio de que se le perdonaran los años que le restaban en la penitenceria en la que había estado la última década. En otras circunstancias, Snow rechazaría ese pacto al no haber tenido su firma, pero habiendo sido oficial por Bárbara y que además los rencores del pasado habían menguado lo suficiente, decidió no buscarle peros al asunto.

    Eniar fue la siguiente tripulante de la expedición en salir. La thuniana llegaba con un claro rostro desencajado y una mirada perdida que denotaba mucho sufrimiento vivido durante toda la expedición, pero sobre todo en los últimos meses. El hecho de que Fallon estuviese infectado por la bacteria Veerham —dato que ya los líderes conocían— y de que no existiese un remedio por el momento, la tenían condenada al máximo dolor emocional posible. Cyprus se aproximó a su homónima y la abrazó con fuerza sin decirle nada, provocando que ésta rompiese a llorar.

    Sin embargo, el siguiente en aparecer sembró en la líder humana una tremenda alegría. El hombre de Ceres avanzaba con paso rápido por la pasarela que conectaba la Nolartis con el interior de la base, reuniéndose con su vieja amiga. Ambos se miraron unos instantes con una grata sonrisa hasta abrazarse con gran cariño, permaneciendo así durante unos segundos. Al separarse, Snow tomó del rostro a Lio mientras sonreía emocionada. No les hacían falta palabras; la felicidad por reencontrarse era más que evidente.

    — Me ha costado hacer de niñera de Lill — Murmuró Santos, provocando las risas en algunos de los presentes — Creedme, ese tipo se mete en todos los problemas.

    — Te estaré eternamente agradecida, Lio — La mujer le hablaba desde el corazón y la sinceridad más pura — Sé que Lill no podría haberlo logrado sin ti.

    — Te equivocas, ese hombre podría haberlo logrado por sí solo — El hombre de Ceres asintió, convencido de sus palabras — Os seguiría a los dos hasta los confines del universo.

    Apenas se podía contener la emoción entre algunos cuando la siguiente persona en aparecer fue Ashley.

    La soldado hacía más de doce años que no veía a Snow, por lo que nada más verla, corrió hacia ella como si se tratase de su mismísima hermana de sangre. La gobernadora no lo dudó e hizo lo mismo, fundiéndose en un hermoso abrazo mientras las dos compartían un efusivo llanto. Ambas mujeres estuvieron al menos dos minutos abrazadas, sollozando de alegría mientras se miraban a los ojos para ver cuánto tiempo había pasado y como ambas habían cambiado, con algunas arrugas asomando por las comisuras de sus labios y sus ojos.

    La mezcla de sentimientos por ese reencuentro era máxima, especialmente porque pese a lo bueno de volver a verse, la muerte de Eron seguía coleteando en la mente de Ashley. Cuando Snow lo mencionó, diciendo lo mucho que le dolía su pérdida, la soldado rompió nuevamente a llorar, esta vez de absoluta tristeza. Ninguna de las dos se despegó de la otra durante los siguientes dos minutos, en los que apareció un Yak que fue recibido cariñosamente por Erie, quién le abrazó con verdadero aprecio.

    Sin embargo, el neoniano no estaba por la labor de apreciar dichos gestos, porque su pareja Halisha estaba infectada por la bacteria Veerham y seguía encerrada en su cápsula de criogenia.

    Ashley aprovechó que ya había saludado efusivamente a Snow para saludar cordialmente a Om y Erie, abrazándose después con el sabio Cyprus, a quién ya conocía de sus años en Virm. Ambos se tenían mucho cariño también, por lo que reencontrarse tras un tiempo significó mucho para los dos.

    Varios pasos comenzaron a resonar por la pasarela metálica, captando la atención de los demás, pero especialmente de los principales líderes de la Alianza. Conforme se aproximaba a todos, el comandante Crane sonreía a su amada, que fue corriendo hasta el centro de la pasarela para fundirse en un apasionado beso con su marido.

    Nadie despegaba la mirada de una escena tan preciosa como esa.

    — Te dije que volvería — Musitó Lill, mirando fijamente a los ojos del amor de su vida — No me perdería estas vistas por nada del universo.

    — Si tú no volvías, iba a ir a buscarte — Contestó Snow, sin apartar tampoco la mirada de ojos verdes que proyectaba en los de su pareja — No podría vivir sabiendo que estás en algún lugar lejos de mi.

    — Te quiero, Snow.

    — Y yo a ti, Lill.

    El comandante y la gobernadora se besaron apasionadamente para posteriormente abrazarse con fuerza, como quién no quiere que le arrebaten bajo ningún concepto aquello que sujeta entre sus brazos. Lill se moría de ganas por reencontrarse con sus hijos, pero sabía que ese momento llegaría en los próximos días, pues si estaban en la base Horizonte Conocido era para evaluar todo lo sucedido y hablar de lo que podría suceder. Crane recibió posteriormente un abrazo de su amigo Om, el saludo cordial de Erie y una mirada conciliadora de Cyprus. Sin embargo, cuando los líderes alzaron la vista, se percataron de que el comandante de la expedición no había salido solo de la nave.

    Su acompañante, el anixis Eeron, estaba ante todos ellos.

    — Él es el anixis del que hablé con Bárbara, cuando ella aún estaba al mando — Informó Lill, invitando a su compañero a que se acercara — Su nombre es Eeron y es un emisario de su pueblo.

    — ¿Y qué mensaje vienes a entregar, joven? — El sabio Cyprus fue el único en dirigirse a él.

    — Tenemos mucho de lo que hablar, líderes de la Alianza — Respondió Eeron, mostrándose educado pero también preocupado — Hablaré en representación de mi especie de ahora en adelante, tengo el poder para ello.

    — Entonces hablemos — La gobernadora Carver tomó la palabra y la iniciativa — Wadrak, ¿te importa llevar a la tripulación de la Nolartis a sus habitaciones o a una zona común donde puedan descansar?

    — Sin problema, gobernadora — El jefe de la base les indicó a los demás que le siguieran — Por favor, conmigo.

    — Yak, tú quédate — Lill llamó la atención del neoniano, sorprendiendo al resto — Es mi segundo al mando en ausencia de Fallon.

    — Bien, en ese caso, vayamos a la sala de reuniones — El Elegido Paokt señaló el camino hacia dicha sala, estando apenas a unos pasos a la derecha del muelle de atraque — Tenemos mucho de lo que hablar.

    [...]


    Los representantes de las especies que formaban la AIE se quedaron absortos en sí mismos tras oír toda la historia de Eeron, el anixis.

    Al lado del individuo de dicha especie se encontraban el comandante Crane y el líder de equipo Quetaryan, corraborando la historia del alienígena. Sus revelaciones, ya conocidas por la tripulación de la Nolartis, habían dejado verdaderamente asombrados a los líderes del gobierno interplanetario. Habían pasado dos horas hablando respecto el viaje y la misión del anixis, quién provenía de un cúmulo muy lejano del cuál no reveló la posición, por seguridad de su colonia.

    Durante ese franja de tiempo, el resto de los miembros de la expedición aprovecharon para regresar a la Nolartis para coger las pertenencias que les faltaban, para no dejarse nada atrás. En un principio, la nave se quedaría atracada en la base Horizonte Conocido y cada tripulante sería trasladado a sus respectivas colonias en breve. Sin embargo, se vieron sorprendidos por la irrupción de sus superiores, acompañados de los cuatro líderes de la Alianza, del jefe de la base y del anixis que se trajeron consigo de Anyxa.

    La despedida definitiva y el consiguiente viaje de vuelta a sus casas parecía que debía esperar.

    — ¿Qué ocurre, comandante? — Fue la pregunta formulada por Tyra, al ver la presencia de todos sus superiores allí, en el puente de mando.

    — Vamos a interrogar a uno de los infectados — Reveló el propio Lill, sorprendiendo al resto de su tripulación — Los demás podéis quedaros si queréis, o iros a vuestras casas en el transporte que Wadrak tiene listo. La decisión es vuestra.

    — Con vuestro permiso, yo me marcho — Indicó Sun, ya con sus pertenencias básicas en una mochila a su espalda — Quiero ver a mi hijo y el viaje tomará un par de días, no quiero esperar más tiempo del necesario.

    — Nosotros también nos iremos — Lynx habló por él y por Iris — Queremos regresar a Paraíso y descansar.

    — Yo no tengo a donde ir. Tenía otros planes pero no se han dado — La piloto de la nave sorprendió a todos al decir eso — ¿Qué haréis con la Nolartis?

    — La nave se quedará en esta base para que los ingenieros reparen cualquier desperfecto ocurrido en el transcurso de la misión — Dijo el ingeniero e informático neoniano, al mando de Horizonte Conocido — Y para liberar a Oda de sus funciones. Sus capacidades serán de gran ayuda aquí.

    — ¿Podría quedarme en la base? — Tyra parecía tener un plan repentino — Ya que vais a trabajar en la Nolartis, me gustaría quedarme y colaborar.

    Wadrak se volteó para observar a Snow, consciente de que la decisión recaía sobre ella. La anterior gobernadora humana, Bárbara Mason, se comprometió a darles la libertad a todos los criminales que envió en la expedición. Sun volvería con su hijo y Lynx viviría con Iris, por lo que Tyra necesitaba de un lugar. Sus conocimientos sobre la nave que había pilotado y arreglado durante casi dos años, la convertían en una excelente contribuidora para la base Horizonte Conocido.

    — Está bien, permiso concedido — La gobernadora Carver aprobó que la piloto Maxwell formase parte del equipo de ingenieros de la base — Puedes instalarte.

    — Bienvenida, Tyra Maxwell. Mi nombre es Wadrak — Murmuró el neoniano, invitándola a seguirle — Te buscaremos una habitación ahora mismo. La base es muy grande, hay espacio de sobra.

    — Muchas gracias, gobernadora — La piloto se mostró verdaderamente agradecida con su líder, mientras emprendía el camino de salida de la Nolartis para acompañar a su jefe neoniano — Te sigo, Wadrak.

    Con Sun, Lynx e Iris yéndose de regreso a Paraíso y con Tyra permaneciendo en la base como una trabajadora más, el resto de la tripulación optaba por quedarse.

    Lio se despidió cariñosamente de su ahijada, le dio un apretón de manos al novio de ésta y chocó puños con la asiática, viendo como los tres se marcharían juntos en el transporte preparado. Tyra, por su parte, tendría una nueva vida en la base Horizonte Conocido, sola pero comprometida con su trabajo. Los demás decidieron quedarse a interrogar a uno de los dos compañeros infectados por la bacteria Veerham.

    Líderes, comandante y el resto se dirigieron a la sala de criogenia de la Nolartis. Una vez allí, decidieron que no tenía sentido despertar a Halisha y Fallon a la vez, por lo que decidieron despertar únicamente a la científica neoniana, quién sería más manejable en caso de que intentase algún tipo de ataque. Sin embargo, justo cuando Oda iba a abrir la cápsula de Halisha, uno de los representantes de la Alianza intervino.

    Om dio un paso al frente para captar la atención de los presentes, extrañados con su interrupción.

    — Creo que no todos deberían estar aquí — Dijo el líder syleriano, siendo un comentario inesperado por parte de todos — Solo los líderes y el anixis deberíamos quedarnos para interrogar al infectado.

    — ¿Y esto a qué viene, Om? — Preguntó repentinamente Lio, sintiéndose apartado.

    — Sí, eso, ¿qué diablos pasa? — Añadió una Ashley que quería saber más sobre los Veerham.

    — ¡Yo no me marcho a ninguna parte, vais a interrogar a mi mujer! — Exclamó Yak, decidido a negarse.

    — ¡Ni yo, Fallon está ahí! — Eniar no quería dejarle.

    — Excepto el comandante Crane y el amigo Eeron, los demás habéis cumplido con vuestra misión, ¿no creéis? — Cyprus intervino, en apoyo de su compañero de gobierno — La expedición ha terminado. Este asunto corresponde ahora a los líderes de la Alianza.

    — A eso me refería — El Elegido no quiso sonar brusco, por lo que intentó matizar sus palabras — Entiendo que tenéis curiosidad y todo lo demás, que en el caso de Yak y Eniar, los infectados son vuestras parejas... pero no podéis hacer nada por ellos. Será mejor que sean interrogados por nosotros y posteriormente serán sedados para su traslado al OCVD, donde les estudiarán para buscar la forma de librarlos de la infección.

    — ¡Estás loco si te crees que voy a dejar aquí a Halisha! — Quetaryan no pretendía irse por nada del mundo, pese a que Eniar se apoyó en su hombro para hacerle ver que quizá era lo correcto — Ella es... lo significa todo para mí. No puedo... no puedo irme sin...

    Erie se sentía verdaderamente mal por ver en ese estado a Yak, tan angustiado y desesperado por la seguridad de su amada. La líder neoniana vio como Om se acercaba al que fue su compañero inicial en la expedición para tomarle de los hombros y hacer que le mirase a los ojos. El syleriano sabía como el que más, el sufrimiento que se tenía cuando a tu pareja le ocurría algo grave. En el caso de Halisha no estaba muerta, pero revertir la infección sonaba a utopía y milagro, por lo que intentó hacerle ver eso al neoniano.

    — Hermano, sé como te sientes, créeme, tú sabes por lo que he pasado yo — Las palabras de Paokt pretendían rebajar la tensión del soldado neoniano — Te aseguro que no recibirán ningún daño, ni Halisha ni Fallon. La interrogaremos porque no hablará ella, sino un Veerham. Y en el OCVD buscaremos la forma de recuperar a la auténtica Halisha. Confía en mí, por favor.

    Ashley, Lio y Eniar observaban a Yak para ver cuál iba a ser su reacción. Más de uno se esperaba una reacción agresiva, pero en su lugar, el neoniano apartó la mirada del syleriano y emprendió el camino de salida. Quetaryan se marchó visiblemente desanimado, siendo seguido por una Eniar que conocía la situación por la que estaba pasando, pues ella estaba en las mismas. Lio y Ashley no estaban de acuerdo en tener que irse ahora, tras haber sufrido para obtener información sobre los Anixis y los Veerham, pero decidieron respetar la cadena de mando pese a ese cambio brusco de idea y también se fueron de la sala. El transporte que se llevaría a Sun, Lynx e Iris, también les llevaría a ellos.

    Únicamente se quedaban en la sala de criogenia los principales líderes de la Alianza, el comandante de la recientemente terminada expedición y el viajero anixis que conocía como funcionaba el enemigo. Lill le dio el visto bueno a Oda para que abriese mecánicamente la cápsula de criogenia en la que se encontraba la científica neoniana. Cuando esta fue abierta, Landom abrió los ojos repentinamente, sorprendiendo a todos al ver que los efectos del letargo al despertar no se manifestaban. Usualmente te tomaba entre cinco y diez minutos recuperarte una vez despertado tras un tiempo durmiendo, pero Halisha parecía ya completamente despierta.

    La neoniana comenzó a mirar a su alrededor, como si analizase la situación.

    — Hay nuevas personas — Halisha se fijó en los cuatro líderes de la Alianza — Interesante.

    — Bienvenida de vuelta — Le dijo Crane, de brazos cruzados ante ella — Vamos a hacerte una serie de preguntas y más te vale responderlas bien.

    — ¿Cómo nos dirigimos a ti? — Preguntó Snow, comenzando la ronda de preguntas — ¿Tienes un nombre o algo?

    — Me llamáis Veerham, un calificativo antiguo que usaban vuestros ancestros — La neoniana infectada hacía referencia a los Anixis — Aunque siempre he preferido... Mente Colmena.

    — ¿Cómo? — Om se sorprendió al oír eso — ¿Qué pretendes decir con eso?

    — Justo lo que has escuchado, syleriano — Eeron intervino en la conversación, mirando fijamente a Halisha — Es justo lo que me temía.

    — ¿Los Veerham... estáis conectados? — Erie se estremecía solo con preguntarlo — ¿Sois un único individuo?

    — Estás en lo correcto — La Veerham lo confirmó — Los Anixis teorizaban al respecto, pero vuestro amigo aquí, parece que lo descubrió aquel momento en el que tuvimos una conversación en su habitación.

    — Esto no es nada alentador — Musitó Cyprus, negando con la cabeza — Si este ser dice la verdad, nuestro enemigo puede estar en cualquier lugar y enviarnos oleadas de Anixis infectados para atacarnos.

    — ¡¿Has enviado tropas hacia aquí?! — Lill apretó los puños, viéndose realmente molesto — ¡Contesta, sabandija!

    — Desde el momento en el que salisteis de Anyxa, ordené que una flota os siguiera.

    — ¡¿Qué?! ¡¿Cuánto tiempo tenemos?!

    — Días.

    — ¡Maldito hijo de perra, nosotros no te hemos hecho nada!

    — Vosotros vinisteis a mi. La plaga vendrá a vosotros.

    — Esto me recuerda al Supremo — Murmuró Snow, visiblemente nerviosa — Todo por lo que hemos luchado hasta llegar aquí para que aparezca un ser similar.

    — No soy ni parecido a esa cosa de la que hablas, sea lo que sea — Cara a todos, hablaba Halisha, pero realmente no era ella — El Supremo, como tú dices, fracasó en su misión de exterminaros, seguramente. Yo no fallo.

    — Estás muy confiado, habría que ver si de verdad hablarías así cara a cara — La líder Tovam le intentó meter miedo al Veerham — Es cuestión de tiempo que encontremos tu ubicación exacta, desde ya nos pondremos a ello.

    — Eeron, tú viniste buscando mi morada, ¿verdad? — Mente Colmena reveló una sonrisa maquiavélica en el rostro de la neoniana infectada — Una lástima que no tuvieses éxito.

    — ¿Pero tú no viniste para conocer el estado de las subespecies? — Lill confrontó al anixis — ¿Qué mierda habla esa cosa de ti?

    — Vine para ambas cosas — Confirmó Eeron, sin despojarse de su semblante serio — Conocer vuestro estado y encontrar la cueva donde viva el origen de la bacteria Veerham. Ahora sé que no es simplemente su origen, sino que es el lugar desde el que dirige.

    — Así es, pero no podréis encontrarme antes de tiempo. En cuestión de días, vuestro territorio conocido vivirá sus tiempos más oscuros — Las palabras que salían de la boca de Halisha, estremecían a los presentes — Vuestros mundos arderán, vuestras especies sucumbirán como hicieron los Anixis y los pocos que quedéis, tendréis que esconderos como hicieron ellos. Pero descuidad, encontraré el lugar del que vino Eeron y evitaré que las demás especies escapen. Seréis Veerham.

    Las expresiones de todos los presentes denotaban todo tipo de emociones.

    Lill se sentía entre impotente y furioso, mientras que Eeron fruncía el ceño sin quitarle la vista de encima a la infectada Halisha. Snow se veía preocupada, Erie estaba asustada y Om apretaba los dientes fruto del nerviosismo mezclado con la rabia. Solo Cyprus mantenía su temple como siempre hacía, pese a que en su mente todo fuese de un lado para otro a máxima velocidad.

    — Lo que me temía, ahora es una realidad — Se decía el sabio thuniano a sí mismo, hablándose mentalmente — Se avecina una guerra al territorio conocido.

    [...]

    Con todos los representantes de la Alianza volviendo a sus respectivos planetas con la revelación clara de que una flota Veerham llegaría en cuestión de días al territorio conocido, la situación se encontraba al límite. Una vez llegasen a sus hogares deberían emitir un comunicado a toda la ciudadanía y en todos los lugares del territorio conocido, explicando todo lo que sabían y lo que ocurriría próximamente. Preparar a la gente sería clave, sin contar con el hecho de tener que preparar al ejército de la AIE, que aún no contaba con un comandante para liderarlo.

    La líder Tovam tenía un fuerte dolor de cabeza solo de pensar en todo lo que se aproximaba. Habiendo pasado meses desde su decisión de dejar el cargo, la neoniana seguía queriendo hacerlo, pero entendía que ya era tarde para tomar la decisión. Quitarse la responsabilidad de liderar a su pueblo ahora significaría la repudia de los suyos en los años venideros, algo que no quería. El recuerdo de su padre y su abuelo, ambos líderes de la sociedad neoniana en sus respectivas épocas, le demostraba que abandonar no era una opción en esa situación. Los Tovam afrontaban las dificultades con el costo que fuese necesario.

    El sabio Cyprus era el más calmado de todos, porque desde antaño ya conocía lo que se aproximaba al territorio conocido, gracias al don de sus visiones reveladoras. Sabía que lo que estaba a punto de ocurrir traería mucha destrucción al hogar de las cuatro especies que formaban la Alianza, sin embargo, también sabía que no serían derrotados con la facilidad con la que sí cayeron los Anixis. Desconocía el desenlace de esa guerra futura, ni su duración en el tiempo, pero sabía que no sería el fin. Y estaba determinado a hacer todo lo posible por guiar a su pueblo hacia la salvación, como ya había hecho.

    Snow se abrazaba con Lill en el transporte de regreso a Paraíso, concretamente en un pequeño habitáculo que compartían, debido a que el viaje era de tres días. Tres días angustiosos en los que temían que la flota Veerham atacase, pillándoles a mitad de camino y con sus hijos al cuidado de su amiga Arva. El miedo invadía los cuerpos de ambos, que no obstante, se refugiaban el uno en el otro para sobrellevarlo. Ya habían enfrentado todo tipo de peligros en el pasado, pero el que estaban por enfrentar era en ciertos aspectos, muy diferente a los otros. El temor por perderlo todo, de nuevo, era real.

    Eeron iba en el mismo transporte que los Crane Carver y que el sabio Cyprus, en dirección a Paraíso. Por la mente del anixis pasaban todo tipo de pensamientos respecto a su misión y a lo que se aproximaba al territorio de la Alianza. No se sentía mal por estar ayudando a las subespecies, pero su misión no implicaba que se involucrase en la lucha. Sin embargo, ya no había vuelta atrás. Sin nave con la que huir ni regresar a su hogar, debía cumplir con su acuerdo: ayudar a sus nuevos amigos para que estos le ayudasen a él a volver con su gente. Al menos, pensaba, su colonia se mantendría a salvo mientras él no fuese infectado.

    Finalmente, el líder syleriano viajaba a solas en su transporte de regreso a su planeta. Om no podía creerse todo lo que estaba viviendo últimamente, cuando apenas se iba a cumplir un año de su mandato al frente de la sociedad syleriana. La expedición, la muerte de su amada Hylda, el liderar a su gente y ahora el futuro conflicto que se avecinaba. Paokt tenía todos los recuerdos de sus antepasados más cercanos, pudiendo observar partes de la histórica guerra contra los neonianos. No obstante, sabía que esta guerra no se parecería en nada a aquella. Eso le hizo querer ponerse en contacto con Syleria en aquel momento, por lo que tomó su comunicador cuántico para establecer contacto directo con alguien.

    ¿Elegido Paokt?

    — El mismo — Contestó, con seriedad — Quiero un informe de situación.

    La bomba de energía está casi lista — Indicó lo que parecía ser un ingeniero jefe — Tras casi un año desde el comienzo de su construcción, podemos decir que está casi lista.

    — Pues no es suficiente — Om sabía que era un ás bajo la manga necesario, en caso de que los Veerham pudiesen arrasar con el territorio conocido — Debe estar lista desde ya mismo.

    Pero, Elegido Paokt, necesitamos al menos unos...

    — ¿Días? No tenemos tiempo — El líder syleriano se veía nervioso — ¡Dobla turnos! ¡Convoca a cualquiera que sepa un mínimo de ingeniería! ¡Lo que sea, maldición!

    ¿Qué está ocurriendo, Elegido? Escucharle así nos preocupa a todos.

    — Lo sabréis en cuanto llegue. Por el momento, haz lo que te he dicho. No escatimes en gastos.

    Entendido, informaré de tu orden. Corto y cierro.
     
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  12.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Que mal que se nos sea imposible juntarnos por Discord como solemos hacerlo siempre :anicry: Pero bueno. Eso no evitará que lea los días donde más tiempo disponible tengo, que usualmente son los lunes o los viernes. Comienzo.

    Todo empieza con el regreso no triunfal de la Expedición. Con muchas bajas en el trayecto y dos infectados y un enemigo nuevo, la tensión está en alto. Snow, como nueva líder de la humanidad, en compañía de Om, Cyprus y Erie comienzan a recibir a los demás héroes. Vemos que la neoniana no ansía retirarse, o en realidad, sí lo ansía, pero teme al qué dirán, y por eso mantiene su cargo. Vemos que Snow, como nueva líder, saluda con cariño a varios miembros del pelotón que han sido sus amigos, tal como Iris, Lio y Ashley, con quien mantiene buena relación pese al paso del tiempo. Tyra, Sun, Eniar, Lynx y Yak pasan con un poco de desgano, y finalmente, el último en aparecer es Lill. Y allí se da el reencuentro tan esperado. Luego de separarme a Lill y Snow una vez más (cómo no, tú que amas hacerme eso, ya empiezo a considerar que separar a Lill y Snow es deporte olímpico angrysnake ) desde la parte VII, estos dos se vuelven a ver y se funden en un tierno beso. La mejor pareja de este universo está reunida una vez más, algo que me pone muy feliz como no imaginas :minku:

    Tras conocer al anixis Eeron, el original, los tripulantes de la expedición deciden cuál será su destino. Tyra, que no tiene familia esperándole, se quedará en la base para ayudar en la Nolartis. Lio, Iris, Lynx y el resto se van a casa. Y aunque parecía que Lill, Yak, Ashley y Eniar se quedaban para ver como el Anixis y una recién despertada Halisha son despertadas, Om decide que lo mejor es que no estén presentes nadie más que los líderes, el anixis y el comandante Crane. Finalmente, todos los demás o se quedan en la nave o se van a casa.

    Imagino que Lio quiere retirarse del ejército, y que ansía volver a su vida de ser un simple ingeniero que repara lanzaderas. Lynx, con sus conocimientos informáticos, seguro tiene un futuro garantizado en alguna academia para dar clases o bien obtener una maestría. Iris tal vez persiga su deseo de ser policía, tal y como ella lo charló con Cia en la parte VII. Sun, aprovechando el trato que le dio Barbara, se libera del resto de su condena y es libre para regresar con Kendall. Asumo Eniar se unirá a Barbara en la investigación para buscar una cura para Fallon. Yak, pues, teniendo en cuenta lo que dijo Erie, quizá reciba un puesto de poder en el ejército ante la ausencia de Khael. Y asumo que Ashley tendrá su oportunidad para reencontrarse con Arva, y de paso, conocer a los angelitos Jackon, Karla y Owen, quienes pronto tendrán una tía más para que esté junto con ellos :kuku:

    Antes de que el capítulo acabe, vemos que los 4 líderes, Lill y Eeron, tienen un interrogatorio con Halisha, totalmente poseída por el Veerham Supremo, o la Voz Oscura, a quien simplemente voy a llamar ahora por su nombre "Mente Colmena". Debo decir que esta bacteria da un poco de escalofríos, pero también siento que su motivación para ir por las subespecies tiene poco peso ahora mismo. Me imagino que esta bacteria tiene un origen extraño o particular relacionado a los Anixis como para querer controlarlos. Me pregunto si veremos algo de eso en el futuro, o mejor, si lo iremos descubriendo a medida que vayan ocurriendo los acontecimientos. Mente Colmena dice que una flota se acerca al territorio conocido, lo que significa que se vienen guerras y muerte a diestra y siniestra cuando ese momento llegue. Significa que otra vez voy a tener miedo por lo que pase con mis bebés :aniscream:

    Cuando todos los líderes deciden sus estrategias, vemos que Om llama a casa para pedirles que metan prisa en el armado de la nueva bomba solar. Y la verdad es que les va a hacer falta. Aunque lo malo es que no tienen cómo encontrar el origen en donde esa bacteria se hospeda, por lo que, antes de lanzarse a la cacería, tendrán que conseguir información y los medios para llegar a tiempo. Ahora, los líderes deben pensar en cómo preparar al Territorio Conocido para una nueva guerra. Ojalá las cosas salgan bien para ellos, ya que esta vez no es como con los Rhajik, donde el Supremo esperaba en su base secreta mientras estaba ausente de los hechos. Aquí, la Mente Colmena está en todos lados al mismo tiempo, y mientras más enemigos atrape, más se va a expandir. Les deseo lo mejor a mis favoritos para que exterminen a esa amenaza de una vez por todas.

    Bueno, amigo, hasta aquí mi comentario. Ojalá estas tres semanas donde no podemos juntarnos a leer en simultáneo pasen rápido. Aunque este capítulo fue de transición, habría sido genial leerlo contigo por llamada. Pero bueno, vendrán más findes, más capítulos y más juntadas. Hasta la siguiente ocasión. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  13. Threadmarks: Lo que está por venir
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Saludos a todos los que estéis aquí en algún momento para la lectura, en especial a mi querido amigo Agus estresado (inesperado cambio de nombre pero con mucho sentido XD) quién siempre se busca un hueco en su apretada agenda para disfrutar de esta historia; y yo se lo agradezco muchísimo. Este capítulo precede a un carrusel de intensidad en los siguientes, un poco de montaña rusa. Espero que os guste.




    Lo que está por venir







    Una lanzadera de las cuáles suele realizar viajes interplanetarios y en la que estaban tanto la gobernadora Carver como el comandante Crane, descendía en la entrada a un amplio sendero que llevaba directo a una vivienda, alejada del ruido artificial de Ciudad Anixis. Ellos dos eran los únicos, sin contar al piloto, que se hallaban en el interior del vehículo aéreo. El resto de los miembros de la expedición de la Nolartis habían sido recolocados en distintos puntos, o bien por voluntad propia, o simplemente para aprovechar sus ingeniosas habilidades en sus respectivos campos de trabajo.

    Con el aparato volador ya tocando la superficie de Paraíso, la compuerta se abrió, dando salida a dos de las personas con más influencia e importancia en la humanidad. Previo pago al piloto, quién acto seguido se alzó de nuevo en el aire para posteriormente marcharse en la distancia, la pareja comenzó a andar por aquel sendero. La casa de los Crane Carver estaba a unos metros, pero antes, merecía la pena recorrerse el breve pero hermoso sendero que les guiaba a su hogar.

    Lill y Snow se tomaron de la mano, mirándose fijamente durante unos segundos al tiempo que avanzaban por el camino.

    — Estoy deseando ver a nuestros hijos — Musitó de pronto el hombre, a quién se le veía emocionado — Solo el universo sabe cuánto os he echado de menos.

    — Por aquí también te hemos echado de menos, amor — La mujer apretó su mano con fuerza — Y ellos siempre han preguntado por noticias sobre ti.

    — Debió ser duro el pasar meses sin saber que había sido de nosotros en la expedición — Lill se sentía mal por no haber podido comunicarse en aquel momento — Pero como bien sabes, las cosas a veces no salen según lo planeado. Mucho menos ahí fuera.

    — Lo sé, no tienes porqué sentirte mal — Snow quiso despreocupar a su marido — Ahora eso ya no importa. Lo que verdaderamente importa es que estás aquí.

    La pareja seguía tomada de las manos y tras ese breve intercambio de palabras, se fundieron en un dulce beso bajo los árboles frondosos que rodeaban el sendero. Ya se encontraban a escasos metros de su propia casa, cuando ese acto de amor previo al reencuentro con su familia, se vio interrumpido por los mismos.

    La puerta de la vivienda se abrió bruscamente, revelando al pequeño Owen, quién comenzó a correr a toda velocidad hacia su padre con lágrimas en sus ojos.

    — ¡Papá! ¡Papá! ¡Eres tú!

    El joven Crane Carver dio un salto hacia los brazos de su padre, quién lo sostuvo con firmeza y con los ojos vidriosos. Ver de nuevo a su pequeño tras casi dos años sin hacerlo, provocó en el comandante una sensación de liberación total de sus emociones, rompiendo en llanto al abrazar a su segundo hijo. Ambos se fundieron en dicho abrazo, llorando los dos ante la mirada también emocionada de Snow, quién veía ante sus ojos una imagen que no querría cambiar por nada en el universo.

    Unos treinta segundos después, Lill apartó a su hijo para mirarle de arriba a abajo, comprobando el estirón que había dado desde su ausencia. Owen tenía ocho años cuando su padre se fue y ahora tenía diez años recién cumplidos, por lo que tanto su aspecto como su altura habían cambiado notablemente. El rostro del niño revelaba cada vez más parecido al propio Lill, algo que sin duda, emocionaba al propio hombre.

    — Estás hecho un hombretón, hijo mío — Sonreía Crane, visiblemente roto de emoción — ¿Has sido el hombre de la casa?

    — ¡Sí, papá! ¡He ayudado a mamá en todo, he sido ordenado y me he bañado yo solo cada noche! — Owen se veía muy entusiasmado por tener a su padre y referente de regreso.

    — Ese niño es tu viva imagen — La voz provenía de la piloto Tidder, quién se había quedado varios días en la casa de sus viejos amigos para cuidar de sus hijos — Bienvenido de vuelta, Lill.

    — Arva... — El hombre se aproximó a su ex compañera de expedición y le dio un gran abrazo, zarandeándola brevemente — Me alegra mucho tenerte aquí.

    — Alguien debía encargarse de tus angelitos en vuestra ausencia — La mujer nacida en la extinta Luna sonrió, revelando que lo decía en el buen sentido — Ha sido un placer, de verdad.

    — Te debemos mucho, Arva, lo sabes — Dijo Snow, decidida a recompensarla de alguna manera.

    — ¿Dónde está Gina? — Fue la pregunta de Lill, al ver que no aparecía.

    — Dentro de la casa — Le indicó Arva.

    El comandante —que ya había dejado de serlo oficialmente— avanzó unos metros hasta entrar en el interior de la vivienda, encontrándose allí con los jóvenes Vaalot Tidder. Estos no conocían mucho al propio Lill, pero fueron respetuosos con él y le saludaron cordialmente. El tipo se dispuso a subir las escaleras, dando por sentado que su hija estaría en su habitación, pero fue frenado por una pregunta de Jackon.

    — ¿Usted trabajó con mi padre?

    — Así es — Crane se volteó en mitad de las escaleras, volviendo a bajarlas — Pensé que lo sabías.

    — Lo sabía, solo quería confirmarlo.

    — Axlor, vuestro padre, era una gran persona — Lill quiso dedicarle unas palabras a su fallecido amigo, para que sus hijos lo tuvieran en alta estima — Estoy seguro de que estará orgulloso de ver como crecéis y cuidáis de vuestra madre.

    — ¿Crees que él nos hubiese dejado para irse en esa expedición?

    La pregunta de Jackon podía ser malinterpretada por el comandante, pues parecía en un principio que podía ir con segundas intenciones. Sin embargo, el adulto decidió no tomárselo personal y contestar con naturalidad.

    — Tu padre siempre quería ayudar a los demás, que todos estuviesen bien y que no hubiese problemas — Reveló Crane, dando su opinión del explorador marciano — Seguro que hubiese venido a la expedición, para ayudarnos a volver lo más pronto posible.

    Jackon y Karla se miraron fijamente durante unos instantes tras oír al padre de sus amigos, mientras éste subía las escaleras hacia la habitación de su hija.

    La puerta del cuarto estaba entornada y se podía ver a Gina sentada sobre la cama, leyendo un libro. Lill tocó varias veces a la puerta y la terminó de abrir, mostrándose ante su primera hija. Los ojos de la joven Crane Carver se iluminaron al ver a su padre, pero el impulso que tuvo su hermano de correr y abrazarle no lo tuvo ella.

    Pese a todo el tiempo transcurrido, seguía dolida por su marcha.

    — Estás preciosa, hija — Musitó el hombre, quién se arrodilló frente a ella — Sé que estás enfadada, pero, ¿me darías un abrazo?

    Regina dejó el libro que estaba leyendo a un lado, con el semblante algo serio, para posteriormente incorporarse de la cama y aproximarse a su padre para abrazarlo.

    Él la sujetó con fuerza entre sus brazos y ella no pudo reprimir sus emociones por más tiempo, rompiendo a llorar en el hombro de su padre. Lill sonrió aliviado porque sabía que su hija, en cierto modo, le había perdonado, y solo era el orgullo lo que la impedía mostrarse tal y como era. Gina, por su parte, había echado mucho de menos a su padre y aunque le doliese su marcha por considerarla inmoral, agradecía infinitamente el tenerlo de vuelta en su vida.

    — Pronto cumplirás catorce años — Dijo de pronto Lill, tras separarse de su hija — Ya estás dejando de ser una niña para convertirte en una mujer... y estoy orgulloso de ti. Voy a necesitarte más que nunca, ¿me entiendes?

    — ¿Qué quieres decir con eso, papá? — En el rostro de Gina se podía apreciar cierta preocupación.

    — Puede que pronto pase algo malo, en mi misión hemos descubierto muchas cosas — El comandante no quería dar detalles, pero quería que su hija mayor se preparase — No sé si debería estar diciéndote esto, pero lo hago para que estés siempre lista y alerta. Tú y tu hermano tendréis que hacer lo que se os diga, ¿vale?

    — C-claro papá, entendido.

    — Te quiero muchísimo, Gina.

    Lill volvió a abrazar nuevamente a su hija, siendo mucho más correspondido que el primer abrazo. No obstante, las palabras de su padre habían dejado en la niña una sensación extraña en el cuerpo, aunque a su vez, demostraba la madurez suficiente como para comenzar a entender la época en la que vivía. A diferencia de Owen con su inocencia aún intacta, Gina había vivido muchas más etapas difíciles —aunque fuese en edad temprana— y su férrea mentalidad le auguraba un futuro prometedor en algún alto cargo. Por el momento, su relevancia en la familia sería mayor, viendo lo que estaba por venir.

    De pronto, en mitad de ese momento íntimo entre padre e hija, alguien llegó a la casa. Ambos escucharon una nueva voz en el salón, por lo que decidieron bajar a la primera planta de la vivienda. Ahí, la gobernadora Carver y la ex piloto Tidder, junto a sus mellizos, recibían la visita de la soldado Ripley. Jackon y Karla no la llegaron a conocer, por lo que apenas mostraron algún sentimiento, aparte de curiosidad e interés por conocer de quién se trataba.

    Arva, por su parte, se quedó paralizada durante unos segundos, al tener delante a otra vieja amiga de expedición a la cuál hacía muchos años que no veía.

    — ¡Ashley! — Exclamó la mujer nacida en la extinta Luna, acercándose a su vieja conocida — ¡Joder, eres tú!

    — Arva... me alegra muchísimo verte — La soldado no dudó en darle un cariñoso abrazo, pese a las discrepancias que tuvieron en el pasado — Madre mía, estás súper cambiada.

    — Han pasado más de diez años desde la última vez que nos vimos — Arva le sonrió, visiblemente contenta por tenerla allí — Oh, Ashley, siento mucho la pérdida de Eron... Sé lo que se siente, ya me entiendes.

    — Gracias, la verdad es que sí, por desgracia ambas hemos vivido ese suceso — A la soldado también le afectó de igual manera la muerte de Axlor, pero decidió omitir ese hecho para no enturbiar la conversación — Pero bueno, veo que se puede salir adelante. Eres un claro ejemplo de ello. ¿Estos son tus hijos?

    — Así es, él es Jackon y ella es Karla — La mujer de la Luna introdujo a sus niños a la soldado — Chicos, ella es Ashley, una vieja amiga mía y de vuestro padre.

    Los ojos de Ashley se iluminaron al ver el rostro de los mellizos, especialmente el de un Jackon que se parecía mucho al recordado Axlor.

    El joven vio como la mujer se aproximó a él y a su hermana, inclinándose ante ambos para mostrarles aprecio y educación, pese a que internamente la mujer rememoró muchos de sus momentos con el fallecido Vaalot. Intrigados por conocerla un poco más, los mellizos decidieron lanzarle preguntas.

    — ¿Cuándo conociste a mi padre? — Fue la pregunta de Karla, demostrando tener cierta curiosidad.

    — En la primera misión que los dos hacíamos — Respondió la adulta, sonriente — Era una excelente persona, aunque supongo que eso ya lo sabréis.

    — ¿Eras una soldado como mi padre? — Jackon, siempre interesado en ese tema de la exploración y demás, lanzó su pregunta.

    — En efecto, soy una soldado — Contestó Ashley, asintiendo — Desde aquel día hasta hoy... siempre lo he sido.

    Sin embargo, los encuentros tan esperados no se iban a quedar ahí. Owen miraba a Ashley como quién se fija en las personas que no conoce pero llaman su atención, algo que la soldado vio. La mujer se aproximó al pequeño Crane Carver, quién se mostraba algo tímido ante su presencia, algo que la propia Ripley consideró una ternura.

    — Y tú debes de ser el joven Owen — Ashley le tendió la mano al niño, pues no quería asustarlo con un abrazo fortuito — Me perdí tu nacimiento, cuando me fui, tú aún estabas en el vientre de tu mamá, ¿sabes?

    — Owen, ella es la tía Ashley — Snow quiso hacerle ver a su hijo que ella era familia también — ¿No la vas a saludar como corresponde?

    — Sí, mamá — Musitó el chico, dándole un beso en cada mejilla a su 'tía' — Encantado de conocerte, tía Ashley.

    — Igualmente, Owen. Eres un niño muy guapo.

    La soldado le acariciaba el cabello justo en el momento en el que Lill bajaba con Gina, haciendo que Ash levantara la vista para verlos.

    Se quedó verdaderamente asombrada cuando vio a la hija de los Crane Carver, pues cuando se marchó de Neonia en plena guerra de las Dos Humanidades, la niña apenas tenía cuatro años recién cumplidos. Sin embargo, ver que ahora era una adolescente, la emocionó notablemente. Ripley se incorporó y se dirigió a la chica, quién sí tenía algún recuerdo vago de la soldado, pero que no era suficiente como para recibirla con cariño.

    — Pero... Gina, estás... eres preciosa — Ashley se emocionó al tenerla justo delante — Eras súper pequeñita cuando me fui y ahora... mírate...

    — Te recuerdo, pero muy poco — La joven Crane Carver fue sincera — Siento no compartir la misma emoción que tú, pero si quieres, te puedo dar un abrazo.

    — Sí, sí, claro — Visiblemente emocionada, la soldado Ripley se abrazó con Regina, rememorando momentos que ahora se veían tan lejanos, que la nostalgia la invadió por completo — Siento como si hubiese vuelto al pasado...

    — Es comprensible, Ash, te has perdido muchas cosas en tu ausencia — Lill entendía como debía sentirse su vieja amiga — Por cierto, ¿dónde estás viviendo?

    — He estado estos días con Lio, Lynx e Iris — Reveló Ripley — Con el dinero de la expedición, tenía pensado alquilarme un piso en la ciudad, aunque no sé cuánto tiempo vamos a pasar en casa con todo lo que...

    — Ash, quédate con nosotros — La inesperada invitación de Snow pilló a todos por sorpresa — Aquí en casa tenemos espacio de sobra y como bien dices, ahora mismo no es que vayamos a tener mucho tiempo para pasar por aquí.

    — ¿A qué os referís con eso? — La ex piloto Tidder no entendía nada, mirando tanto a la gobernadora humana como a la soldado.

    — Es largo de explicar, pero te pondremos en contexto para que estés preparada — Indicó Carver, decidida a alertar a su amiga sobre el peligro que estaba por llegar al territorio conocido — En un rato debo irme para dar un mensaje a la población, reunirme virtualmente con los líderes y preparar al ejército de la Alianza.

    — Sin Khael vivo, no hay comandante del ejército — Lill descubrió meses atrás, en las llamadas con Snow, que el neoniano perdió la vida — ¿Habéis hablado de quién ocupará el puesto?

    — Tú no, desde luego — La contestación de Snow le dejó en claro a su marido que ya no volvería a tener un rol de tanta responsabilidad y peligro — Pero tengo un candidato pensado para proponer a los líderes.

    — ¿Cuál? — Preguntó Ashley, recibiendo una mirada muy reveladora por parte de la gobernadora de la humanidad.

    [...]

    Dos días después


    Ender paseaba por una de las calles más concurridas de Ciudad Anixis, en dirección a su hogar tras haber terminado su jornada de trabajo.

    El policía apenas tardó quince minutos en llegar andado a su casa, pues la comisaría no estaba muy lejos. Xom abrió la puerta de su domicilio y la cerró tras de sí, ya en el interior de su vivienda. El hombre solía pararse en el mueble que se hallaba al lado de la puerta y besaba una foto en la que se le veía a él, a Kendall y a la fallecida Cia sonrientes y juntos en el banco de un parque colorido. El recuerdo de su esposa muerta siempre estaría presente, porque fue el gran amor de su vida.

    — Venga, ahora levanta el otro brazo y...

    El tipo dejó su maleta a un lado y se dirigió a la terraza de su casa, la cual estaba en el tercer piso, tras haber escuchado una voz. Conforme subía escalones, el policía comenzaba a reconocer esa voz al mismo tiempo que oía la de su ahijado, hasta finalmente aparecer en la terraza y encontrarse a Sun y a Kendall, ambos practicando un arte marcial. El niño lanzaba golpes que su madre biológica bloqueaba, mientras le alentaba a ser más ágil y rápido, sin embargo, la presencia de Ender fue notada a los pocos segundos.

    El pequeño Xom cesó en su entrenamiento y corrió a abrazar a su tío, gesto que fue correspondido por éste, mientras miraba seriamente a la asiática.

    — ¡Hola, Ender! — Exclamó Ken, realmente contento de tenerlo en casa.

    — ¿Qué estáis haciendo? — Preguntó el hombre, disimulando su enfado ante el niño.

    — Mi mamá me está enseñando a pelear — El joven Xom reveló lo que sucedía sin considerarlo algo malo — Dice que aliens malvados van a venir pronto.

    Lo que dijo el chico sentó muy mal a su padrastro y tío, quién entendía que Kendall era aún pequeño como para revelarle cierta información y enseñarle a pelear. Otros jóvenes con su edad, como Jackon, se encontraban aprendiendo a ser futuros soldados en la escuela, pero el policía consideraba que a esas edades, eso no era lo correcto. Sun, viendo que iba a recibir una reprimenda, se quedó en silencio mientras Ender mandaba a su sobrino a bañarse.

    — Anda, ve a lavarte y ponerte el pijama para estar cómodo — Le indicó, para así tener una conversación a solas con la asiática.

    — Okay, tío Ender.

    El joven Xom obedeció a su tutor legal —pese a que Sun era su madre biológica, Ender tenía la tutoría legal del niño— y se marchó al cuarto de baño para prepararse el lavado, dejando a solas a ambos adultos. La ex líder de la Resistencia hacía ya un par de días que se encontraba viviendo con ellos, algo que el comisario aceptaba únicamente porque si él trabajaba, Kendall necesitaba a alguien que estuviese pendiente de él.

    — Sun, ¿en qué mierda estás pensando al enseñar al niño a pelear? — El hombre se veía realmente molesto — ¿Y cómo te atreves a decirle que vienen alienígenas malvados? ¡Es un puto niño, joder!

    — Otros niños de su edad ya están aprendiendo a luchar por su supervivencia — Dijo Brume, mostrándose seria y acorde a sus ideales — Yo solo quiero que mi hijo sepa defenderse de los peligros, como por ejemplo el que está por llegar aquí.

    — ¿De qué diablos hablas? — Ender era de los muchos ciudadanos que aún no conocían que una flota Veerham estaba al llegar al territorio conocido — ¿De dónde te sacas eso?

    — Seguro que Snow y el resto de líderes de la Alianza no tardan en informar al respecto, pero sí, se avecina una guerra — Sun no había estado en el interrogatorio de sus superiores a la infectada Halisha, sin embargo, con las pruebas recopiladas en la expedición, era casi una obviedad que se avecinaba un conflicto — Y prefiero que Kendall esté al tanto de lo que sucede, en vez de tratarlo como un simple niño al que se le esconde la verdad para que crezca feliz en la ignorancia.

    — ¡Es que un niño debe vivir feliz en la ignorancia, con el tiempo ya crecerá, pero ahora mismo no necesita tener preocupaciones de ese calibre!

    — ¿Ah, sí? ¿Y qué le diríamos cuando los Veerham ataquen Paraíso? — La asiática confrontó al policía, tratando de hacerle entender su punto de vista — Verás, Ender, entiendo lo que quieres decir. Pero estamos en un momento en el que los niños, por desgracia, no pueden vivir en la ignorancia. Son el futuro y necesitan aprender cuanto antes que el universo es un lugar peligroso. Hermoso, pero peligroso.

    Xom, con los brazos apoyados en su cadera y negando con la cabeza, se movía de un lado al otro de la terraza bajo la seria mirada de Brume. Tras veinte segundos de silencio entre los dos, el hombre se apoyó en el borde de la terraza y comenzó a otear el horizonte, en el cual se apreciaban otros edificios de la ciudad, la muralla que rodeaba la colonia y el bosque de más allá.

    Ella se apoyó a su lado, consciente de que el tipo estaba preocupado tras haber sabido de la aproximación Veerham al territorio de la Alianza.

    — ¿Qué se supone que vamos a hacer, entonces? — Ender sabía que necesitarían de un plan, al margen de lo que decidiesen las autoridades — Como policías, probablemente nos hagan pelear.

    — Podríamos irnos ahora mismo, los tres, lejos de la ciudad y adentrándonos en el bosque — Propuso Sun como estrategia — Seguramente los núcleos urbanos sean atacados, pero dudo que los Veerham se paren a buscar gente por el resto del globo, estando inhabitado.

    — Yo no puedo irme, tengo una obligación — Dijo él, haciendo referencia a su cargo de comisario de policía — Si me marcho y dejo solo a mis compañeros, será considerado una deserción o una traición.

    — ¿Te importa más tu trabajo que tu familia?

    — En absoluto.

    — ¿Entonces?

    — También me importa el resto de la población — Indicó Xom, con total sinceridad — Siempre he sido así, desde el principio. No cambiaré ahora.

    Sun miró fijamente durante unos segundos a quién era su familiar le gustase o no, mientras éste seguía con la mirada perdida en la lejanía. La asiática acarició la espalda del hombre, haciéndole ver que comprendía también sus motivos. Ender quiso añadir algo más.

    — Tengo un par de armas en el armario de mi habitación — Reveló el policía — Te las daré y os marcharéis al anochecer.

    — ¿Cómo estaremos en contacto? — La ex líder de la Resistencia quería saber de él en caso de conflicto.

    — No lo estaremos — Respondió Ender, tajante — Coged víveres para un par de semanas. Si la cosa se pone fea, me iré de la ciudad. Si logramos contener ese supuesto ataque, regresad.

    Sun le tendió la mano al policía y éste la aceptó, mientras asentían decididos a ejecutar ese plan.

    — Mantén con vida a Kendall, cueste lo que cueste — Murmuró él, sin pestañear.

    — No dudes de que así lo haré — Respondió ella, determinada a cumplir con ese propósito.

    [...]

    — He renegado de mi puesto en el OCVD porque quiero estar al lado de tu hija — El joven Herswood se dirigía a Lio, quién estaba hablando con él — Entiendo que creas que aquí no puedo ayudar, pero sabes que sé manejarme en la ingeniería de lanzaderas también.

    — Muchacho, de verdad te agradezco la sinceridad, pero aquí yo me apaño bien solo — El hombre de Ceres quería lo mejor ya no solo para Iris, sino también para el propio Lynx — Tenéis que prosperar en la vida y el OCVD es un buen sitio para ello. Tú tendrás un trabajo acorde a tus habilidades y tú, Iris, podrías ser miembro del cuerpo de seguridad.

    — Papá, sé que quieres lo mejor para...

    Interrumpimos la señal de radio y televisión para informar sobre un mensaje conjunto de nuestros líderes.

    El hombre de Ceres, el joven Herswood y la joven Hennessey se miraron preocupados.

    Apenas hacía unos días que habían llegado de la expedición y pese a conocer ciertas cosas, esperaban tener algo de calma. Sin embargo, un mensaje de emergencia de parte de los líderes de la Alianza nunca significaba algo bueno. Con el negocio de las lanzaderas cerrado por tema horario, los tres aprovecharon para prestar atención a dicho mensaje.

    Queridos ciudadanos y ciudadanas de todo el territorio conocido... nos comunicamos directamente a vosotros para alertaros de un suceso que está por venir. La expedición de la Nolartis, que ha regresado hace un par de días, nos ha informado de que los Anixis, quiénes están infectados con una bacteria inteligente a la que llamamos Veerham, se disponen a atacarnos... Esos seres, los Veerham, acabaron con la civilización Anixis y es por eso por lo que nosotros ahora tenemos su tecnología. Somos sus subespecies, una revelación que... Sin embargo, los descubrimientos de la expedición nos han hecho conocer al enemigo que nos buscaba, paciente pero decidido, entre los cúmulos próximos... La infección Veerham se produce mediante la experimentación, por lo que el contacto directo no es motivo de... Estamos estudiando la manera de contrarrestarlo... Todas las colonias están bajo alerta y habrá un toque de queda, la evacuación a otros puntos planetarios se llevará a cabo esta misma noche... El ejército de la Alianza tiene oficialmente un nuevo comandante, la soldado Ashley Ripley... Las fronteras del territorio conocido están preparadas para una confrontación, aunque desconocemos el poder de las fuerzas enemigas, sabemos que portan prácticamente nuestra misma tecnología... Rogamos que, por favor, se mantenga cierta calma y como menciona anteriormente, vayan a los puntos de evacuación todos aquellos que no pueden luchar, ya sea por edad o condición física... Sé que ya tratamos este tema hace un tiempo, sobre las visiones del sabio thuniano Cyprus, pero estas son ciertas y por suerte, hemos estado preparándonos este último año... Unidos somos más fuertes. Alianza Interestelar de Especies, fin del mensaje.

    [...]

    — ¿Paraíso tiene otras ubicaciones habitables? — La pregunta fue hecha por Eeron, quién se hallaba en la vivienda del sabio Cyprus, en la base militar de Ciudad Anixis.

    — Así es, lugares donde poder escondernos — El líder thuniano ya conocía los entresijos de los planes de la Alianza — Shajila, tú hijo es muy importante para nuestra especie, debéis evacuar cuanto antes.

    — ¿Qué significa eso de que es importante, Cyprus? — La médico thuniana, que estaba allí presente por petición de éste, se sorprendió.

    — Madre, tengo visiones acerca del futuro — El sabio no tuvo que decirlo, porque el propio Vraco lo reveló — Siento no habértelo dicho, pero creía que no era importante...

    — Tu hijo tiene el don, Shajila — El anciano thuniano la tomó de las manos con aprecio — Es el futuro de nuestra especie, debes mantenerlo con vida. Evacuad en cuanto se abran las zonas indicadas para ello.

    — V-vale, vale... prepararemos una mochila con lo imprescindible — Shajila se estremeció solo de pensar que los Veerham se aproximaban, además de que su hijo tenía el don de la visión a futuro — Vamos, Vraco. Ya.

    — Te sigo, madre.

    La thuniana y el pequeño se marcharon de la vivienda del sabio Cyprus —la cual también lo fue de la gobernadora Bárbara Mason— dejando a solas al propio anciano y al único anixis presente en todo el territorio conocido, al menos por el momento. Pronto, una flota de Anixis infectados con la bacteria Veerham —también conocida como Mente Colmena— llegaría al territorio conocido para un ataque que se preveía a gran escala, con el objetivo de erradicar a las subespecies de la misma manera que fue erradicada la especie Anixis.

    — ¿Y tú que harás, joven anixis? — Cyprus se dirigió al ser especial, consciente de que su presencia era de alto valor para la Alianza.

    — He aportado todos mis conocimientos a vosotros, los representantes de vuestras especies — Dijo Eeron, habiendo hecho lo que podía hacer en ese caso — Pelearé si es necesario, pero creo que seré más útil en ese lugar científico del que hablasteis.

    — Entonces te sugiero que pongas rumbo al OCVD ya mismo — Le indicó el sabio, de brazos cruzados y semblante siempre calmado — Ordenaré que te preparen un transporte.

    — Creo que ya no nos da tiempo.

    La expresión en el rostro del anixis cambió al ver, en las pantallas de la sala de control de la base ubicadas en la vivienda del gobernador, como cientos de puntos rojos inundaban la imagen del territorio conocido hecho a escala. Al momento, un claro reporte de la Frontera Este apareció en pantalla, informando de la proximidad de naves de origen desconocido.

    La guerra ya estaba llegando al territorio conocido.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos, amigo. Aprovecho este rato libre antes de volver a estudiar para comentar el capítulo de la semana :)

    Si todo va bien, solo nos quedan 2 sábados de no poder leer en simultáneo, ojalá se pase pronto, que quiero retomar las llamadas por Discord. Pero empiezo a comentar el capítulo.

    Todo comienza con Lill regresando a casa. Luego de una misión super angustiante, a mi bebé le tocaba un poco de paz, y la disfruta junto con su esposa en el capítulo de vuelta. En los meses que estuvo lejos, se extrañaron, y tras volver a estar juntos, se ponen muy felices y deciden celebrar su reencuentro. Cuando están por llegar a la casa, Owen sale corriendo a abrazar a su papá. Fue el momento más bonito del capítulo, y posiblemente de la parte. Un abrazo de cariño entre mi bebé y su angelito :anicry: Eso sí, no creas que esto compensa todos los capítulos que estuvieron lejos. Me debes al menos 15 momentos más de ellos juntos como familia. Avisado quedas angrysnake

    Cuando Lill vuelve a casa, Arva se encuentra allí con sus hijos cuidando también a los demás. Pobre Arva, la tratan como si fuera una niñera, aunque admito que quizá a ella le gustan mucho los niños, ya que no le han dado demasiados problemas. Tras un reencuentro que se hizo esperar, ya que tengo entendido que la última vez que se vieron fue en el capítulo 2 de la parte VII, Lill habla con los hijos de su amiga, quienes les preguntan por su padre. Lill entiende lo que quieren saber, y les deja en claro que, sea cual fuera la decisión de Axlor, él siempre luchaba por el bien. Tras saber que su hija estaba en su cuarto, Lill sube para verla, y es allí cuando Gina se emociona al verlo de nuevo. Está claro que a Gina no le gustó que él se fuera, pero ella ama a su papá, y se puso feliz de volver a verlo. Fue muy hermoso ver ese abrazo entre padre e hija, y me alegra que Lill sea bien recibido por su familia :kuku:

    Poco después, llega Ashley a la casa, y es allí cuando ella conoce a los mellizos de Arva y al segundo hijo de Lill y Snow. Otro bonito reencuentro, aunque Eron no ha podido estar allí para verlos. Al menos Ashley ha podido volver a casa y pudo conocer a los pequeños angelitos :muffin: . Antes de que se de el anuncio, Snow parece confiar mucho en ella, ya que tiene pensado nombrarla como una comandante del ejército de la AIE ante la guerra que se avecina. Imagino que pronto veremos qué tal se desempeña, ya que ella vuelve a ser la autoridad suprema tras haber estado retirada por lo de Colapso. Ojalá le vaya bien esa vez.

    En casa de Lio, vemos que este quiere convencer a Lynx de que se forme en el OCVD, y este se niega ya que quiere permanecer cerca de Iris. Entiendo la cercanía de los dos con Lio, pero creo que tiene razón. Los dos son mayores de edad, y deben buscar una carrera en un sitio que les dé más prestigio. Lio sabe que lo suyo son las lanzaderas y aspira por una vida más sencilla, pero seguro Lynx e Iris prosperarían mucho en el OCVD. Espero puedan dirigirse allí, ya que para ser los nuevos Lill y Snow, tienen que estar bien preparados. Antes de que la discusión pueda seguir, una noticia de la AIE los interrumpe.

    Por otro lado, cuando Ender llega del trabajo, se encuentra con Sun cuidando a Kendall preparándolo para lo que se avecina. El hombre se molesta porque ella le está enseñando a pelear, y le ha contado incluso cosas que han visto en la misión. Aunque en esta ocasión, le doy la razón a Sun. Tristemente, los Veerham que se avecinan no darán tregua, y todos tienen que estar preparados para el duro futuro que se avecina. Vemos que Ender, quien planea quedarse a luchar, le pide a Sun que se aleje junto a Kendall, ya que la asiática cree que estarán a salvo en los bosques, ya que no tiene la pinta de que los Veerham vayan infectando todo a su paso. Fue un buen plan, y me hubiera gustado mucho que Ender lo siguiera, pero él se quedará a luchar. Me da que algo malo pasará, espero que no, pero no quiero que esa sea la última vez que Ender y Kendall se vean.

    Finalmente, cuando Cyprus y Eeron se encuentran, el sabio thuniano pide a Vraco y Shajila que evacúen, ya que Vraco parece ser el próximo heredero de las visiones, las cuales son cruciales para el futuro. Eso solo me hace pensar que a Cyprus no le queda mucho tiempo. Y honestamente, creo que es adecuado. Ñjar y Dhejam fallecieron, y Fallon está infectado. Solo Eniar permanece, y ella como tal no es una guerrera con quien tenga mucha afinidad, dado a que los soldados thunianos eran más cercanos a él por su rol de protectores. Al no quedar ninguno, y con el don de la visiones en Vraco, creo que el ciclo de Cyprus terminó. Será cuestión de ver. Antes de que Eeron pueda evacuar a un lugar seguro, se ve en el mapa que varias naves se están avistando. La bacteria Veerham ha llegado al territorio conocido, y se viene una guerra una vez más. Ojalá la AIE pueda hacerles frente y encuentren la ubicación de la bacteria para destruirla por fin. Rezaré por el bien de mis bebés.

    Bueno, amigo, hasta aquí el comentario. El siguiente también lo leeremos de forma asincrónica, pero si todo va bien, el que le sigue será en vivo y en directo. Hasta la próxima. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ciencia Ficción
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    Ya está aquí el siguiente capítulo de esta novena parte de Los Viajeros y como siempre, quiero agradecer a mi especial amigo Agus estresado por aprovechar y buscar un rato libre entre sus tantas obligaciones para desconectar y leer mi historia, algo que sin duda le agradezco infinitamente. Espero que pronto podamos reunirnos por Discord y hacer nuestras famosas leídas en simultáneo. Mientras tanto, espero que tú y quiénes lleguéis hasta este punto, disfrutéis de la lectura, porque las cosas van a subir de tono.




    Invasión







    — Sistemas comprobados correctamente y en línea, coronel Michaels.

    — Todo en orden, coronel.

    — Monitorizando el área con las sondas.

    El coronel Michaels asentía con seriedad al escuchar las palabras de sus soldados, trabajadores en el puesto fronterizo Este del territorio conocido.

    Como cada día desde hacía poco más de un año, el trabajo en esa base era el de controlar el espacio previo a los cúmulos habitados por las especies de la Alianza, advirtiendo de posibles presencias alienígenas hostiles. Durante todo el tiempo que llevaba allí un destacamento de soldados del ejército de la AIE, no había habido encuentros con naves de origen desconocido o nada de similar índole.

    No obstante, eso estaba por cambiar tras un año de calma desde que se construyó dicho puesto fronterizo Este.

    — Coronel, el radar detecta un objeto no identificado en los límites de nuestro perímetro — Dijo de pronto uno de los soldados que monitorizaban los sistemas.

    — Pincha la cámara de la sonda más próxima a esa zona.

    — Entendido.

    El trabajador tecleó una serie de comandos en su computador, logrando mostrar una imagen en directo de lo que la sonda más próxima a ese extraño objeto estaba viendo en esos instantes. Algunos soldados cesaron brevemente en hacer sus tareas para observar detenidamente que aparecía en pantalla, nerviosos tras recibir el aviso de que una flota Anixis —siendo estos los Veerham— se aproximaba al territorio conocido.

    La imagen solo revelaba la oscuridad del espacio vacío, únicamente iluminada por estrellas lejanas, cuando de pronto comenzó a aparecer una gran estructura.

    Los ojos de todos aquellos pegados a esa pantalla se abrieron como platos conforme dicha estructura se iba mostrando, descubriéndose que era una nave de gran tamaño. Aquello era más que evidente que se trataba de una nave de origen desconocido, y con la advertencia de los líderes a todos sus puestos fronterizos, la confirmación parecía un hecho irrefutable. El silencio en la sala era total pasados unos segundos con esa nave en pantalla, cuando de repente, el radar comenzó a emitir avisos.

    Pitidos de alarma que señalaban más puntos rojos en un minimapa completamente negro.

    — ¡Avisad al resto de puestos fronterizos y al centro de comunicaciones de Paraíso! — Ordenó inmediatamente el coronel, muy alterado — ¡Que las sondas sigan a esas naves! ¡Venga!

    — Coronel, ¿les vamos a dejar pasar? — Preguntó uno de los trabajadores presentes en la sala, visiblemente preocupado.

    — ¡¿Tú crees que ellos querrán pasar sin más?! ¡En cuando estén más cerca, abrirán fuego! — Michaels suponía lo que el enemigo pretendía, aunque solo fuese eso, una suposición — ¡Que los pilotos de los cazas se preparen para partir! ¡Hay que ganar tiempo para...!

    Repentinamente, la base fronteriza perdió toda su energía, quedándose completamente a oscuras y con su estructura flotando por el espacio, al haber perdido el anclaje gravitatorio artificial con el que contaban. Rápidamente, el terror se apoderó de todos los trabajadores del puesto, quiénes veían como su fin estaba más que cerca. Las cámaras perdieron la conexión con las sondas que vigilaban el curso de las naves Veerham, mientras que estas se veían por el ventanal panorámico de la principal sala de la base, cada vez más próximas.

    — ¡¿Qué mierda nos han hecho?! — El coronel estaba entre furioso y aterrado — ¡Restaurad la puta energía!

    ¡Coronel Michaels, la tecnología no responde! — Le advirtieron por su radio portable, un pinganillo puesto en su oreja izquierda — ¡N-nada... nada funciona!

    — Coronel, estamos a la deriva — Musitó uno de los soldados presentes en la sala, mientras todos comenzaban a flotar en el interior de esta.

    — Hemos perdido la gravedad artificial, el anclaje gravitatorio, la energía... — Un trabajador comenzó a teorizar muy acertadamente al respecto — ¡Nos han inutilizado con un pulso electromagnético! ¡Debe ser eso!

    El recuerdo de la etapa conocida como Regresión invadió las mentes de todos los presentes, aterrorizados por lo que pudiese ocurrirles.

    La flota Veerham avanzaba lenta pero inexorablemente hasta su posición, mientras ellos solo podían esperar su destino. Sin naves para atacar o siquiera para evacuar, toda la plantilla de personal del puesto fronterizo Este estaba a merced del enemigo. El coronel Michaels, un veterano soldado que peleó antaño en la famosa guerra de las Dos Humanidades, quiso dedicar a sus soldados unas últimas palabras. Allí había humanos, neonianos, sylerianos y algún thuniano recientemente incluido en el equipo.

    — Camaradas, ha sido un verdadero honor estar con vosotros — Dijo el hombre, consciente de que no iban a sobrevivir a ese encuentro — Tan solo espero que nuestro mensaje de advertencia haya llegado al centro de comunicaciones... De lo contrario, no saben lo que les viene.

    — Que las estrellas nos guíen, a todos — Quiso añadir un soldado syleriano, dejándose llevar.

    Antes de que pudiesen decirse algo más entre ellos, de la gran nave salieron unas más pequeñas que tenían una velocidad mucho más endiablada y maniobrable. Estos cazas enemigos se encargaron de pulverizar toda la base fronteriza con disparos de misiles plasma, los cuáles destruyeron el puesto en cuestión de segundos. Todo aquel que estuviese en su interior no habría sufrido, ya que la muerte fue absolutamente rápida.

    La flota Veerham había logrado liquidar su primer obstáculo con suma facilidad, dirigiéndose a la primera colonia y la más próxima a su posición: Paraíso.

    [...]

    Shajila, Vraco, Sun, Kendall, Ender


    Las zonas de Ciudad Anixis indicadas como puntos de evacuación estaban abarrotadas de civiles queriendo abandonar el núcleo urbano ante la inminente llegada de la flota Veerham.

    Miles de lanzaderas, naves de tamaño pequeño y medio e incluso vehículos terrestres se marchaban una vez estaban en su máxima capacidad. La policía, liderada por el comisario Xom, se encargaba de que no se formasen disputas en las largas colas para tomar vehículos dispuestos por la gobernadora Carver, quién ya había dado la orden de evacuar.

    La prioridad eran los niños, las personas de avanzada edad y aquellas con dificultades fisiológicas o mentales, quiénes serían llevadas a puntos estratégicos del planeta ya provistos de lo necesario para subsistir, aunque fuese en unas condiciones menos halagüeñas. El plan estaba en marcha pero el tiempo iba contrarreloj, por lo que era imprescindible que no se formasen atascos con las aglomeraciones y sobre todo, que no hubiese peleas que terminasen por complicar el asunto.

    Sun tomaba con fuerza la mano de su hijo mientras apartaba a la gente para abrirse paso en su huida. Ella, a diferencia de la mayoría y como unos pocos, preferían evacuar a pie, marchándose por el bosque una vez las murallas de la ciudad fueron abiertas. La asiática tenía las ubicaciones de diversos puntos seguros a los que estaban siendo evacuados los demás, para que pusiese rumbo hacia allí más tarde o más pronto.

    Shajila estaba por subir a una de esas lanzaderas de evacuación junto a su hijo y junto a muchos otros más, cuando fue increpada.

    — ¡Eh, ella no es prioritaria! — Exclamó una mujer syleriana, visiblemente molesta — ¡¿Acaso no iban los niños y los ancianos primero?! ¡Yo he tenido que dejar subir a mi pequeño solo!

    — ¡Soy médico, me necesitan en las zonas seguras para atender a los pacientes...! — La doctora thuniana trataba de sonar convincente, ya que no quería abandonar a Vraco a su suerte.

    — Disculpe, por favor, relájese — El policía más cercano a la lanzadera tuvo que intervenir — Esta mujer thuniana tiene autorización para subir, se trata de personal esencial.

    — ¡Ya empezamos con los favoritismos y el valor de cada persona! — Exclamó un humano, señalando al policía el cuál era neoniano — ¡Solo os interesa salvaros vosotros y que les den a los demás!

    — Comisario, tenemos un problema — Musitó el autoritario neoniano por radio — Posible revuelta en la zona de lanzaderas.

    — ¡Eso, llama a tu superior!

    — ¡Pedazo de rata neoniana!

    — ¡Sois escoria!

    — ¡Nadie debe tener prioridad!

    — ¡Malnacido!

    Ender recibió el aviso de uno de sus agentes, por lo que se dirigió al punto de encuentro indicado.

    La muchedumbre clamaba contra los policías y contra aquellas personas que eran consideradas como 'personal esencial' al que llevarse a las distintas zonas seguras repartidas por el globo. Por ese motivo, se comenzaban a retrasar las colas para evacuar, algo que no era bueno.

    — ¡Por favor, pido calma! — El comisario de Ciudad Anixis apareció con las manos levantadas, captando la atención de todos — ¡El retraso hace que tardemos en evacuar y el enemigo podría atacar en cualquier momento!

    — ¡Hijo de puta, seguro que tu familia ya está a salvo!

    — ¡Sois unos ikorfs!

    — ¡Las normas hay que cumplirlas, carajo!

    — ¡¿Qué mierda dice este humano?!

    — ¡Cierra la boca, thuniano! ¡Tú llegaste ayer!

    — ¡Los sylerianos deberíais estar muertos, intoxicados en vuestro patético mundo!

    — ¡Es gracioso que un neoniano me llame violento!

    El comisario de policía estaba viendo que la situación estaba por írsele de las manos, por lo que se dispuso a desenfundar su pistola Striker para disparar al aire y frenar las protestas, pero repentinamente un thuniano desesperado se le lanzó encima, arrebatándole el arma. Ender fue empujado al suelo por este ser, quién con la pistola en mano, apuntó al policía neoniano que daba acceso a Shajila al vehículo aéreo.

    La tensión estaba en su punto más álgido, especialmente cuando dos policías más aparecieron para retener a ese thuniano armado.

    — ¡Suelte el arma, ahora! — Le decía uno de los agentes mientras forcejeaba con él.

    Sin embargo, esa lucha por recuperar el control del arma no iba a acabar bien. El thuniano no quería soltar la pistola bajo ningún concepto, por lo que en el forcejeo, apretó el gatillo sin querer. El ruido que hizo la bala al impactar en el metal de la lanzadera logró asustar a todos los presentes, quiénes lanzaron un grito al aire. No obstante, esa bala envenenada no solo había impactado en el vehículo aéreo, sino que también le había perforado el abdomen a Shajila.

    La médico thuniana estaba muy próxima al forcejeo, por lo que se vio sorprendida por esa bala perdida que lamentablemente la impactó.

    — ¡Madre! — Gritó Vraco, presa del pánico.

    La mujer cayó al suelo con las manos en el abdomen, momento en el que un policía la ayudaba a sujetarse. Ender tomó al thuniano culpable y de un golpe lo derribó al suelo, quitándole finalmente su propia pistola. El comisario se sentía culpable de ese suceso, pero en ese instante, estaba furioso por ver que la gente sacaba su lado más cruel en los peores momentos. Su expresión facial lo decía todo cuando, repentinamente, la multitud alzó la vista al cielo. Se hizo poco a poco el silencio conforme se veían naves de un tamaño considerable aparecer en el horizonte cercano. De pronto, un misil de plasma impactó en un edificio cercano, lanzando escombros por los aires e iniciando el pánico.

    — ¡Llévatela, rápido! — Le ordenó Xom a su policía, quién cargó con Shajila hasta el interior de la lanzadera, donde Vraco veía la escena totalmente aterrado — ¡Largo de aquí, ya!

    El piloto de la lanzadera no se lo pensó dos veces y ascendió en el aire para rápidamente propulsarse lejos de la ciudad, ante los ojos de un Ender que se estremeció al ver como pequeñas naves —cazas enemigos— comenzaban a disparar sus misiles de plasma contra la ciudad. Al mismo tiempo que eso sucedía, aquellos que huían por el bosque comenzaban a correr despavoridos para alejarse cuanto antes del núcleo de la civilización en Paraíso, antes de que un misil perdido pudiese terminar con su vida.

    Brume tomó al pequeño Ken en sus brazos y comenzó a correr a toda velocidad, cargando a su vez con una gran mochila de víveres.

    — Cierra los ojos, mi niño — Mientras Sun le decía eso a su hijo en brazos, los gritos tras ellos se hacían cada vez menos ruidosos — No mires atrás.

    [...]

    Cyprus, Eeron


    El sabio thuniano y el anixis estaban siendo escoltados por soldados del ejército de la Alianza en dirección a una lanzadera que los llevaría a uno de los puntos seguros, lanzadera que saldría de la misma base militar de Ciudad Anixis. El primer misil de los Veerham ya había impactado, por lo que la situación era oficial en Paraíso: había empezado la guerra.

    El reporte de la destruida base fronteriza Este ya había sido reenviado al resto de colonias por el líder thuniano, por lo que el resto de planetas ya conocían que el enemigo estaba en el territorio conocido, aunque aún no en sus mundos.

    — Salgamos de aquí y rápido, por favor — Cyprus se veía realmente nervioso por primera vez en mucho tiempo.

    — Entendido.

    La orden fue acatada por el piloto, quién a los mandos de la lanzadera, emprendió el vuelo hacia uno de los puntos seguros.

    Eeron observaba por la ventanilla y en silencio, como la batalla había dado comienzo en Ciudad Anixis. Él nunca vivió ese conflicto que sí vivieron sus antepasados, sin embargo, sentía como si la historia se estuviese repitiendo de nuevo. Luego alzó la vista al cielo, suponiendo que el grueso de la flota Veerham estaría peleando contra las defensas planetarias de la Alianza, siendo únicamente los cazas pequeños los que lograban penetrar y atacar de cerca el planeta, como estaba sucediendo.

    — Encontraré esa maldita Mente Colmena y la prenderé en llamas con el más primitivo fuego que pueda hacer — Se dijo Eeron a sí mismo en su mente — Y así, devolveré la paz a las vidas de mis antepasados, pero también a las vidas que se perderán desde hoy.

    [...]

    Lio, Iris, Lynx


    Los gritos de la gente se entremezclaban con el ruido de las explosiones provocadas por el impacto de misiles en las edificaciones de la ciudad, mientras el sonido de los cazas enemigos y de la Alianza batallando en el cielo daban un atisbo de esperanza para aquellos que no habían podido ser evacuados. Evidentemente una vez Ciudad Anixis se encontraba bajo ataque, las zonas de evacuación se vieron rápidamente desalojadas para evitar muertes seguras, sin embargo, los ciudadanos que no llegaron a tiempo se vieron forzados a intentar sobrevivir en pleno epicentro de la lucha.

    No había tropas enemigas en la superficie del planeta porque la flota de la humanidad, instalada en todo el cinturón de asteroides que rodeaba Paraíso, estaba conteniendo con éxito el asalto de los Veerham. Sin embargo, nadie estaba exento de sufrir un cruel destino en esa situación, porque la cruda batalla aérea sobre Ciudad Anixis implicaba serios peligros. Los daños estructurales comenzaban a ser cada vez más numerosos y en cualquier momento, un edificio viniéndose abajo podría acabar con las vidas de muchas personas.

    Decididos a salir del núcleo urbano para mayor seguridad, tres de los integrantes de la expedición de la Nolartis se vieron en la tesitura de tener que abandonar la ciudad. La pareja de jóvenes, Lynx e Iris, se encargaban de proveerse de todos los suministros necesarios para la partida de su vivienda, ya que el camino por el amplio bosque hasta llegar al punto seguro más próximo les tomaría al menos medio día de trayecto.

    Lio se encargaba de tomar un par de armas con las que contaba en su negocio de lanzaderas: un Striker y un Flasher.

    — ¿Lo tenéis todo? — Fue la pregunta del hombre de Ceres, una vez había cogido lo necesario.

    — Así es, está todo empacado en las mochilas — Herswood se estaba colocando una de ellas a la espalda — ¿Tienes las armas?

    — Solo dos — Especificó Lio, mostrándolas — Yo me quedaré el Flasher, pero necesito que uno de vosotros lleve el Striker.

    — Yo tengo más experiencia — Lynx tomó el arma, ante la mirada seria de Iris — Lo sabes, cielo.

    — No me gusta ir desprotegida, pero bueno — A la joven Hennessey no parecía hacerle gracia ir desarmada — ¿Nos vamos?

    — Ahora mismo.

    En otras circunstancias, podrían tomar una de las varias lanzaderas que tenían en el negocio, las cuáles estaban arreglando o ya prácticamente arregladas. Sin embargo, el espacio aéreo era un caos con la batalla y subirse en esos momentos a una lanzadera podía implicar riesgos que no tenían porqué asumir. El trío, que formaba una curiosa familia, se aventuró al exterior de su local ya provisto de lo imprescindible.

    En la expedición habían vivido y visto muchas cosas, pero nada como un escenario de guerra, el cual únicamente el hombre de Ceres había tenido la desgracia de vivir antaño.

    — ¡Hay que moverse, rápido!

    La indicación de Santos no fue en vano, porque al momento de cruzar la calle, un caza de la Alianza se estrellaba dos manzanas más adelante, provocando una explosión que hizo temblar el suelo. El trío de humanos se lanzó al suelo para evitar que trozos de la nave o escombros de los edificios afectados pudiesen caerles encima, algo que dependía del azar. Una vez libres de peligro, al menos por el momento, emprendieron la carrera hacia la calle anexa.

    El bosque no estaba muy lejos de esa zona de la ciudad, por lo que solo debían avanzar por un par de calles, cruzar la muralla y perderse entre los árboles.

    — Tenemos suerte de que la batalla, por el momento, esté siendo aérea — Indicó Lio, consciente de que enfrentarse contra los Veerham cara a cara no era algo sencillo de solventar.

    — ¿Creéis que logren aterrizar con sus soldados? — Iris deseaba con todas sus fuerzas que eso no sucediese.

    — Más tarde o más temprano, lo harán — El ingeniero e informático demostró más pesimismo que otra cosa — Si están atacando el resto de planetas, nadie podrá enviar ayuda aquí. Ellos seguro que han venido preparados para mantenernos en nuestros mundos, sin poder escapar.

    — Lo único que podemos hacer ahora es ir a un punto seguro, las teorías dejádselas a los expertos — El hombre de Ceres no estaba contento con oír decir eso al joven — Sigamos adelante.

    Lio, Iris y Lynx continuaron avanzando por las calles cada vez más desiertas de civiles pero llenas de soldados del ejército de la Alianza, que ya colocaban barricadas y puestos de control para lo que se preveía terminaría siendo un enfrentamiento en tierra firme. Finalmente, el trío logró escabullirse por la arboleda más próxima a la muralla que rodeaba Ciudad Anixis, poniendo rumbo al punto seguro más próximo, a diez horas de distancia.

    [...]

    Lill, Gina, Owen, Arva, Jackon, Karla


    Un furgón blindado se llevaba consigo a la gobernadora Carver y a la flamante nueva comandante del ejército, la soldado Ripley.

    Sus rangos eran demasiado importantes como para dejarlas estar, por lo que un pelotón de soldados se dirigió a recogerlos en la propia vivienda de los Crane Carver. La despedida con sus hijos fue tremendamente dura, pero tal y como ocurrió con el ex comandante de la expedición, la gobernadora sabía que sus funciones la reclamaban. Esta vez, Gina y Owen estaban más preparados para ese suceso.

    Mientras el vehículo terrestre se marchaba por el sendero de entrada poniendo rumbo a la base militar de la ciudad, los adultos Lill y Arva debían hacerse cargo de sus cuatro niños, quiénes se veían algo asustados por la situación tan repentina que estaba dándose en Paraíso. Por suerte para ellos, la casa se encontraba a las afueras de Ciudad Anixis, por lo que el conflicto aéreo no estaba realmente sobre ellos. Los jóvenes tenían la tarea de equipar las mochilas con los suministros más imprescindibles para lo que sería un viaje a pie hasta el punto seguro más cercano.

    Aprovechando que los más pequeños estaban ocupados recolectando víveres de las despensas, la ex piloto Tidder y el ex comandante Crane tomaban algunas armas del alijo secreto de éste. El hombre cedió un Striker a la mujer nacida en la extinta Luna, mientras él tomaba otro Striker y suficientes cargadores como para derribar a un caza. Esperaban no tener que usarlas de camino al punto seguro, pero eso estaba a punto de cambiar, para su sorpresa.

    De pronto, un auténtico estruendo se escuchó por encima de sus cabezas, terminando en una sonora explosión contra la superficie no muy lejos de la casa de los Crane Carver.

    — ¡Papá! ¡¿Qué ha sido eso?! — Un alertado Owen buscó la reacción de su padre.

    — Tranquilos todos, debe ser una nave derribada — Arva, que había pilotado la Arcadia y sabía de naves, estuvo segura de que se trataba de eso — No muy lejos de aquí.

    — Mamá, ¿nos vamos a quedar aquí? — Karla se veía preocupada — ¿Es seguro salir?

    — Debemos hacerlo, querida — Lill se arrodilló ante la niña, intentando reconfortarla a ella y a todos — Necesitamos que seáis valientes ahora, ¿entendido?

    — Entendido, comandante — El joven Vaalot se tomó aquello como una verdadera formación militar extrema, demostrando su ímpetu por ser un gran soldado.

    — Ya está todo empacado, cuando digáis, nos ire...

    Las palabras de Gina se vieron interrumpidas por un extraño ruido metálico que se escuchó, literalmente, en el jardín de la vivienda. Sujetando un Striker en sus brazos, Lill se aventuró al exterior de la casa para ver de qué se trataba eso. Arva, por su parte, abrió una ventana para así poder cubrir a su viejo amigo y compañero. Los niños guardaron silencio conforme el crepitar de las llamas se hacía cada vez más intenso, revelándose que la nave estrellada en las proximidades de la casa, estaba más cerca de lo que se creía.

    Crane portaba su arma en alto, observando todo a su alrededor para detectar lo extraño en el ambiente. Sin embargo, únicamente se veía un trozo de nave frente a la casa, ardiendo tras el impacto. Lill se fue asomando poco a poco al aparato estrellado, comprobando que el piloto que se supone que debía estar dentro, no estaba. Antes de que pudiese dar la voz de alarma, un anixis infectado por la bacteria veerham se lanzó sobre él, placándolo y derribándolo en el jardín.

    Ambos comenzaron a forcejear mientras Arva trataba de tener al enemigo a tiro para así acabar con su vida. Desde el resto de ventanas, los jóvenes miraban con tensión la escena.

    — ¡Lill, apártate de él! ¡Necesito tenerlo a tiro!

    — ¡Eso... intento!

    Crane bloqueó un puñetazo derecho proveniente del veerham para acto seguido responderle con un gancho de izquierdas que por poco no le impactó en el mentón. Rápidamente, el enemigo intentó hacerle un tackleo para volver a derribarle, pero el humano se apartó con un ágil movimiento y en el momento justo para evitar sufrir daños. Aprovechando que el veerham se quedó de espaldas a él, Lill lo pateó en las rodillas, haciendo que éste perdiese el equilibrio y se arrodillase en el suelo, momento en el que Arva aprovechó para balacearle.

    El piloto veerham de ese caza estrellado fue asesinado tras un par de ráfagas del Striker que usaba la mujer.

    — ¡Wow, mamá, que buenos disparos! — Jackon aplaudió la acción de su madre con el Striker.

    — Joder... gracias Arva, buena esa — Lill regresó de nuevo a la vivienda mientras trataba de retomar el aire — Ese malnacido se movía bien.

    — Es como montar en bici — Musitó Tidder, guiñándole el ojo a su amigo — Bueno, visto lo sucedido, creo que lo mejor sería marcharnos.

    — Así es, no perdamos ni un minuto más.

    Con la decisión ya tomada, los dos adultos y los cuatro niños se prepararon para salir de la casa y poner rumbo al punto seguro más próximo a su posición, conscientes de que caminarían durante horas. Sin embargo, en sus mentes no les preocupaba eso, sino más bien la seguridad de Snow y Ashley, quiénes iban a entrar en el foco del conflicto.

    El miedo del hombre por tener a su mujer en una zona de guerra podía ser perfectamente comparable al que ella vivió durante sus casi dos años ausencia, aunque en este caso, el sufrimiento prolongado siempre es peor.

    Sin embargo, su cargo ahora requería de su presencia en muchos sitios para tomar las principales decisiones, algo que él ya había vivido a bordo de la Nolartis.

    [...]

    Snow, Ashley


    La gobernadora de la humanidad y la nueva comandante del ejército de la AIE avanzaban por un pasillo que las llevaría a la sala principal de comunicaciones.

    Estando en la base militar de Ciudad Anixis, lo que sería el cuartel general de la guerra en Paraíso, la soldado Ripley debería comandar a las tropas de un ejército que ya sabía que tenía nuevo líder, pero al cuál desconocía. Ambas mujeres llegaron a la sala específica para comunicaciones interplanetarias, pudiendo así hablar con los puestos fronterizos, la base Horizonte Conocido, Neonia, Syleria e incluso los OCVD y Puerto Arcadia de Vulkano.

    Al habla la nueva comandante del ejército de la Alianza. Mi nombre es Ashley Ripley, puede que algunos me conozcáis del pasado, hasta que desaparecí para vosotros. Los thunianos me encontraron a mi y a Eron Tanner, quién perdió la vida en la expedición para encontrar las respuestas que buscábamos. Y es obvio que esas respuestas las tenemos, porque hemos hallado un enemigo muy peligroso que ya nos estaba buscando y el cual pretende atentar contra nuestra supervivencia — El mensaje de la comandante Ripley se escuchaba en todas las salas de comunicaciones de las colonias habitadas — Hoy ha llegado el día. Sé que mi nombramiento en plena invasión del enemigo puede carecer de sentido para algunos, pero he sido una soldado toda mi vida y estoy más que calificada para el puesto. Estaréis bajo mi mando, sí, pero aquí todos somos un equipo y yo no seré más que vosotros. Por el momento, parece que solo Paraíso está bajo ataque pero eso solo es temporal, porque los Veerham nos quieren exterminar a todos. Me quedaré aquí para ayudar a repeler el ataque, pero haré todo lo posible por ir al resto de mundos a ayudar. Nadie se va a quedar atrás en esta guerra, ya sea un soldado del ejército o un civil desprotegido en mitad de la nada. La gobernadora Snow Carver está conmigo y en consenso con el resto de líderes, me nombraron, dándome permiso para empezar desde ya a tomar decisiones. La primera va dirigida al ejército en Ciudad Anixis y en el cinturón de asteroides: ¡No vamos a dejar que esos pedazo de hijos de puta atraviesen nuestras defensas y aterricen en nuestro hogar! ¡Y mi segunda orden, es que el resto de planetas os preparéis, porque el peligro acecha desde ya! ¡Estos no son los Rhajik o los súbditos de Deon Xom, es una bacteria inteligente que arrasó con una civilización anterior a la nuestra! ¡El imperio Anixis sucumbió, pero no lo hará el territorio conocido de la Alianza! ¡Luchemos por el futuro que nos merecemos! ¡Acabemos con esta invasión!
     
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  16.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Aprovecho hoy que no trabajo para leer y así tener la máxima disponibilidad los días que me queden para estudiar. Pero bueno, paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Comenzamos en una de las bases fronterizas, donde un coronel apellidado Michaels (¿guiño a LGC? XD okno) está enviando un mensaje de advertencia a la gente y es entonces cuando toda la base se queda sin energía. Ahí me vino a la mente lo de Regresión, y a los que estaban en el puesto también, ya que tuvieron flashbacks de Vietnam con ese movimiento. Pero eso solo quiere decir que los Veerham tienen armas con menos poder pero similares. Me parece muy extraño que la flota Veerham haya atacado hasta destruir la base. Digo, con toda la tecnología inutilizada, podrían haber tomado de rehenes a todo el mundo e infectarlos. Aunque bueno, es obvio que si la alianza pierde el contacto con un puesto y luego todos los que estaban allí aparecen como si nada, todo el mundo creerá que están infectados. Aunque eso no signifique que no serán útiles a futuro. Lo que sí, me pareció una oportunidad perdida para los Veerham, que en su lugar lo destruyeron todo.

    Bajamos a Paraíso, y allí vemos que las evacuaciones se están realizando. Ender controla todo mientras Sun y Kendall huyen del conflicto. Ay, Ender, tendrías que haberte ido con ellos. Pero bueno, cumple con su responsabilidad, y nadie se lo quiere reprochar. El proceso se pone complicado cuando Shajila intenta pasar, siendo personal médico esencial. Y es allí donde humanos, neonianos y sylerianos entran en conflicto,porque creen que se trata de preferencias. Y eso termina ocasionando disturbios en la zona, que terminan con Shajila recibiendo un impacto de bala. Bravo, idiotas. Una médico que podría serles de mucha utilidad y ahora va a estar agonizando hasta morir, dejando a su pequeño huérfano. Son bien idiotas esos tipos, y me da recuerdos de los pelmazos de los detractores que vemos en mi historia. Solo que estos no tenían armas para causar conflictos. Pero bueno, el caos de la gente dura poco gracias a que el conflicto comienza en el cinturón de asteroides. Restos de naves empiezan a caer, propiciando que la gente se asuste y salgan corriendo a ponerse a un lugar seguro. Sun y Kendall aprovechan para marcharse fuera de la ciudad, buscando mantenerse a resguardo.

    En la escena de Cyprus y Eeron no se ve mucho, salvo que el Anixis se promete a sí mismo encontrar la ubicación de Mente Colmena e incendiarlo todo. Espero que lo consiga, y logre vengarse por lo que pasó a su pueblo. Y no te voy a mentir, también quiero que ese maldito Veerham Supremo, Voz Oscura y Mente Colmena arda en esta vida y en el infierno también :shani:

    Cuando cambiamos a Lio, Lynx e Iris, vemos que los tres que forman una familia peculiar (un asesino, un hacker criminal y una hija de dos criminales XD) se arman tan solo con dos armas y se van de la ciudad, para ponerse a salvo. Espero que allí nadie muera, aunque creo que esta parte es el final para Lio. Su niña ya es mayor, y tiene alguien que la puede cuidar a su lado. Por lo que creo que, ahora tiene las horas contadas :(

    La próxima escena nos muestra a Lill, Arva y los 4 niños a su cuidado preparándose para tomar todas las provisiones y alejarse lo más que puedan de las zonas de conflicto. Esto me hace presentir que ellos se van a cruzar en el camino con Sun, Kendall, Lio, Lynx e Iris. Los tres tuvieron la misma idea, y si el conflicto los guía, podrían llegar a encontrarse y formar un equipo para cuidarse mutuamente y defender a los más chicos. Eso sería una forma de hacer que personajes que no forman parte de la guerra directamente no sean excluidos del conflicto. Una buena estrategia, eso sí, me da miedo porque eso quiere decir que un grupo grande llamaría la atención de los Veerham, cuando el plan era pasar desapercibidos. Mientras están preparándose, un resto de nave Veerham cae cerca de la residencia de Lill, y cuando este va a investigar, un infectado lo ataca. Lill logra resistirse hasta que Arva, quien ha estado en inactividad desde la parte I, ya que no la recuerdo luchando desde la parte II ahora que lo pienso, logra meterle un tiro y eliminarlo. Algo que su hijo le aplaude, ya que parece que admira a su padre por ser soldado, pero no tiene que olvidarse que su madre no queda atrás. Con el conflicto en órbita poniéndose peor, los dos marchan a ponerse a salvo. Por favor, cuida mucho a mis bebés y a los angelitos. No permitas que esa bacteria les haga nada. :anicry:

    Y en la última escena vemos a Snow y a Ashley acudiendo al conflicto. Y bueno, era muy bonito para ser verdad que mi pareja favorita pudiera gozar de más capítulos estando juntos. Ni siquiera llegaron a ser 3, y ya volvieron a separarse por otro conflicto bélico más. Espero que consigas la medalla de oro en las olimpiadas de separar a mis bebés, porque con una separación en cada parte, ya fijo te llevas el podio, amigo angrysnake Okno, era broma. Pero sí me duele que mi pareja favorita haya tenido que separarse una vez más. Se nota que cargan en sus espaldas el peso de ser los mejores de la historia, porque la trama siempre requiere que haya alguien al mando. Pero bueno, Snow no se acobardó y le mostró a la gente que fue elegida para hacerse cargo del conflicto y lo hará. Y Ashley, quien regresa a ser la máxima autoridad ante la muerte de Khael y la imposibilidad de Yak y Fallon para tomar el puesto, da una frase a sus soldados y los prepara para un enemigo que no luchará como lo hicieron los Rhajik del Supremo y los humanizados Anixis de Deon. Esta vez la amenaza es una Mente Colmena que los pone en peligros a todos.

    Y eso ha sido apenas la introducción en Paraíso. No sé qué tan interesante pueda ser una lucha en Virm, pero puedes apostar a que voy a estar esperando para ver qué tal se desarrollará la lucha en Neonia y en Syleria. Ahora Om tiene que hacerse cargo de una crisis, y Erie también. Solo que Erie tiene a Yak a su lado, mientras que Om tiene muy poco además de su hijo; dado a que su esposa Hylda, el científico más brillante (y más rompe pelotas también, ni creas que me verás alabando a Caelum de a gratis XD, al cesar lo que es del cesar) y su amigo Uriow se han ido. Tocará ver cómo manejan esta crisis desde lo psicológico y desde lo militar.

    Ahora la AIE deberá demostrar que se unieron por una razón, y que ya no hay "yo" ni tampoco "tú". Ahora solo hay "nosotros". Su enemigo es uno solo, esparcido a través de esporas en miles de cuerpos. A ellos les toca demostrar que son "hermanos hijos de los Anixis" y luchar por los demás.

    Y eso será todo por ahora, amigo. Ojalá la siguiente lectura sea por Discord, porque estoy más que impaciente para ver qué tal sigue todo esto. Arrancó el clímax. Será hasta la próxima. Ojalá esta semana sea amena para los dos. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  17. Threadmarks: Otros mundos como éste
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Saludos a todos los presentes, en especial a mi gran amigo Agus estresado por no perderse ninguna actualización sobre esta historia, pese a su rutina ocupada, cosa por la que le agradezco muchísimo. Espero que este finde sea, después de varias semanas, el del retorno de la leída en simultáneo. Para él y para los demás, espero que os guste hacia donde se está dirigiendo esta novena parte y deseo que os guste también lo que está por venir, que no es cualquier cosa. Hasta pronto.




    Otros mundos como éste







    Virm: base cilíndrica


    La colonia que en su momento fue habitada durante décadas por la especie thuniana, ahora era simplemente un campo de investigación.

    Con la población thuniana dispersa entre los distintos mundos del territorio conocido de la Alianza, el planeta Virm había pasado a un segundo plano. Únicamente habitado por unos pocos científicos e ingenieros de todas las especies, que principalmente pretendían estudiar dicha base cilíndrica de origen Anixis, se mantenía como un hogar mucho más tranquilo y silencioso que aquellos tiempos ajetreados en los que vivían allí todos los thunianos.

    Eso sí, al margen de trabajadores en lo suyo, también quedaban algunas familias thunianas que no querían abandonar el que había sido su hogar desde la destrucción de Thundia. También estaban tres de los seis sabios que lideraban a su especie, siendo que los otros tres —entre los que estaba Cyprus como principal representante— se encontraban en otros mundos. Estos tres líderes thunianos se hallaban en lo más alto de la base, que fue reconvertido en algo parecido a un palacio con pilares circulares y unas vistas espectaculares, pese a que todo lo que pudiese verse fuesen nubes amarillas.

    Estando completamente solos, el trío de sabios realizaba su rutinaria meditación diaria en compañía, cuando de repente comenzó a sonar la alarma de la base. Ese suceso no era nada común pese a que recibían la llegada de objetos procedentes del espacio exterior constantemente, debido a la atracción gravitatoria del planeta gaseoso en el que se encontraban. Que sonase la alarma solo podía indicar que algún asteroide engullido por Virm se estaba aproximando y había riesgo de colisión. Sin embargo, la alerta no era por eso.

    Uno de los tres sabios abrió los ojos tras el ruido de la alarma, interrumpiendo su meditación solo para tener el privilegio o la desgracia de ver como una nave de asombroso tamaño, tapaba el amarillento paisaje. Los otros dos seguían sumidos en su más profundo ser, algo que les iba a librar de ver y sufrir en sus carnes como aquella imponente nave enviaba dos esferas a una velocidad de vértigo, las cuáles impactaron en la metálica base para finalmente explosionar.

    El único sabio en abrir los ojos fue el primero y el último en ver que habían sido destruidos por una fuerza enemiga, una fuerza mayor que parecía tener conocimiento de todas las ubicaciones de los planetas de la Alianza. Paraíso ya estaba bajo ataque, pero el siguiente mundo apenas tuvo opciones de defenderse. La base cilíndrica de origen Anixis perdía su control gravitacional debido a las explosiones, convirtiéndose en trozos metálicos que fueron engullidos por el núcleo hambriento de Virm, devorador de objetos celestes.

    [...]

    Base Horizonte Conocido (Xhander)


    El puesto fronterizo Este ha caído... el puesto fronterizo Sur no responde, y el puesto Norte acababa de enviar una serie de imágenes satelitales que muestran una flota de naves en dirección a Neonia, justo antes de perderse la señal con ellos.

    — ¿Qué hay de Paraíso, Syleria, Virm y Vulkano?

    Paraíso ya está bajo ataque y Virm no responde a los mensajes. Pero Syleria, Neonia y Vulkano se están preparando... aunque en cada uno de esos mundos tienen sus propias complicaciones.

    — Maldición... ¿Y qué hay de vosotros? ¿Estáis todos bien ahí?

    Nosotros por el momento no hemos avistado nada, pero he ordenado la evacuación inmediat...

    — Se ha cortado, ¿puedes repetir, puesto Oeste?

    La radio cuántica se quedó sin respuesta a la pregunta del que era jefe de la base Horizonte Conocido.

    El neoniano Wadrak Bragg negó con la cabeza mientras esperaba unos minutos más esa contestación que ya no llegaría. Consciente de que los Veerham ya estaban atacando, el ingeniero e informático decidió ordenar la evacuación inmediata de la base, al igual que hicieron los del puesto fronterizo Oeste, aunque estos últimos no tuvieron tiempo. Encontrándose en la sala de control de Horizonte Conocido, el neoniano realizó una serie de comandos para que su voz fuese escuchada en toda la base.

    Aquí el jefe de ingeniería Wadrak Bragg. Dejad todo lo que estéis haciendo y evacuad inmediatamente la base. Repito: evacuad inmediatamente la base — Se comenzaba a oír por todos los megáfonos de la estructura — El territorio conocido está bajo ataque enemigo, probablemente los Veerham. Nos vemos en el hangar de la Nolartis, evacuaremos con ella.

    Tyra se encontraba trabajando en ese mismo hangar cuando la voz de su superior captó su atención y la del resto de ingenieros presentes en la zona, entre muchos otros repartidos por la base. La mujer dejó inmediatamente su tarea, la cuál consistia en soldar una placa metálica de una lanzadera, que estaba suelta y requería de dicha reparación. Todos hicieron lo mismo, dejando de trabajar ante la orden de su jefe. Consciente de que se irían con la nave que usó la expedición, la piloto decidió entrar corriendo a la Nolartis.

    No tenía que ir a buscar sus pertenencias porque estas ya estaban en la propia nave, habiendo pasado solo unos días desde que terminaron esa larga y sufrida ruta Anixis. Maxwell subió a bordo seguida de los demás trabajadores presentes en el hangar, mientras iban llegando más y más de otros lugares de la base, cuando de pronto las luces de todo Horizonte Conocido parpadearon unos instantes hasta finalmente apagarse y encender acto seguido las luces de emergencia, fruto de tener generadores de reserva.

    El miedo en todos los presentes era más que evidente, porque tras el aviso de su superior, parecían encontrarse bajo ataque.

    — ¿Son... son ellos?

    La voz temblorosa de un joven ingeniero neoniano rompió el silencio que se vivía en el puente de mando de la Nolartis, con su piloto ya en los mandos. La respuesta fue rápidamente contestada por la IA de la propia nave.

    En efecto, son los Veerham — Reveló Oda, provocando el terror en aquellos que ya estaban a bordo — Detecto incontables naves rodeando la base.

    — ¡¿Cuantas son incontables, Oda?! — Tyra quería un número específico, mientras se veía obligada a poner los propulsores en marcha.

    El radar está activado. Muestra treinta objetos en posición.

    — ¡Mierda, son una flota completa! — Exclamó un trabajador humano, muy asustado.

    — ¡Debemos irnos ya! ¡Piloto, pon esta cosa en marcha! — Le ordenó una ingeniera syleriana, estremeciéndose.

    — ¡Estoy esperando a Wadrak, joder! — Le reprochó Tyra, muy molesta y haciendo referencia a un fallecido compañero — ¡¿Acaso todos los sylerianos sois así de maleducados?!

    — ¡Ahí está! — Viéndolo a través del amplio ventanal central del puente de mando, el trabajador neoniano señaló a su jefe — ¡Vamos, rápido!

    Mientras Maxwell encendía el núcleo de la nave —lo que era su motor— y preparaba los cuatro propulsores para salir disparados del hangar, el ingeniero e informático Bragg corría para lograr subir a bordo, algo que logró justo antes de que una explosión en la base provocase un derrumbe en el mismísimo hangar. El temblor provocó que algunos trabajadores cayesen el suelo, mientras otros que trataban de llegar hacia la nave se vieron sorprendidos por los escombros de metal que cayeron sobre ellos.

    Los enemigos estaban destruyendo el lugar.

    — ¡Sácanos de aquí, Tyra! — Exclamó un Wadrak visiblemente nervioso.

    — ¡Ahora mismo! — Contestó la humana, realizando los comandos pertinentes para ello — ¡Oda, establece una ruta de escape entre esas naves!

    Calculando... recalculando... ruta establecida. Solicito el control de la nave.

    — ¡Es tuya!

    La inteligencia artificial de la nave demostraba unas asombrosas capacidades al tomar el control de esta y pilotarla con una habilidad magistral, visiblemente superior a la de cualquier ser orgánico. La Nolartis salió a toda velocidad del hangar mientras Horizonte Conocido se desmontaba a piezas con cada misil que impactaba en su coraza metálica, siendo el fin de la famosa estructura del Supremo junto al agujero de gusano Xhander, el cuál llevaba directamente al cúmulo Syler.

    Oda tuvo que maniobrar bruscamente para evadir los misiles enemigos al mismo tiempo que se escabullía de la zona, logrando huir de las naves y cazas Veerham.

    Objetivo cumplido. Huida exitosa, hemos salido del radar de las naves enemigas.

    — Bien hecho, Oda — La piloto humana se recostó en su silla, respirando aliviada ante la mirada del resto — ¿Hacia donde nos dirigimos, Wadrak?

    — Según tengo entendido, una flota se dirige a Neonia, Virm no responde y Paraíso ya está bajo ataque — Explicaba el neoniano a la gente que había logrado salvarse de la destrucción de su base — Podríamos ir a Vulkano, por el momento parece seguro.

    — Desde luego no iremos a Syleria, porque después de destruir la base, de seguro esa flota se dirige al planeta a través del agujero Xhander — Supuso con acierto uno de los ingenieros presentes — Probablemente ese era su plan desde el principio, pero se toparon con nosotros ahí.

    — Exactamente, muchacho — Le contestó otro.

    — Entonces, ¿vamos a Vulkano? — Maxwell debía establecer el rumbo para el piloto automático, o sea, para Oda.

    — Sí — Ordenó Wadrak, decidido — Pon rumbo a Vulkano.

    [...]

    Syleria: ciudad de Sovaam


    Los satélites orbitales del planeta syleriano monitorizaban la situación para alertar de cualquier indicio que revelase la llegada de la flota Veerham, conscientes de que eventualmente lo haría. La ciudad de Sovaam, única habitada en todo el mundo, era protegida por la cúpula no solo para evitar la toxicidad del aire sino también de un primer ataque frontal. Los ciudadanos —principalmente sylerianos, pero habiendo también del resto de especies— realizaban una vida diaria con la máxima normalidad posible hasta ser quebrantada por la irremediable llegada de los enemigos.

    Una vez las alertas por parte de los satélites orbitales llegó al centro de mando de Sovaam, siendo este el edificio más grande y alto en el cuál también vivía el Elegido, las naves de combate se prepararon para el enfrentamiento en órbita, en un claro intento de repeler y evitar que los Veerham descendiesen para un choque de tropas en la superficie. No obstante, el enemigo parecía tener conocimientos que nadie le había dado, pues los cazas de combate Veerham sortearon las primeras defensas planetarias de Syleria para penetrar en la cúpula.

    La protección que rodeaba la ciudad de Sovaam se vio repentinamente atacada por los disparos de misiles plasma que salían proyectados de los pequeños cazas, teniendo que sucederse un combate aéreo entre naves de ambos bandos mientras los civiles eran obligados a evacuar hacia la ciudad subterránea. El líder syleriano se encontraba en su vivienda y a su vez centro de mando, junto a miembros de su seguridad, cuando la capa protectora de la cúpula comenzó a fracturarse debido a las colisiones de los cazas que eran alcanzados por los misiles de sus perseguidores.

    — ¡Elegido Paokt, debemos evacuar ya mismo! — Uno de sus miembros de seguridad le advirtió — ¡La cúpula puede destruirse en cualquier momento!

    Omnius estaba allí con él. Su padre escuchó al protector y se inclinó, mirándolo fijamente a los ojos.

    El pequeño syleriano se veía preocupado pero no asustado, algo que aliviaba con creces a Om. Éste asintió a su miembro de la seguridad y junto a él y otros más, emprendió el camino de salida más rápido. Encontrándose en una de las tantas plantas del edificio, optaron por descender directamente a la calle por el ascensor, el cual inició su bajada. Las explosiones comenzaban a escucharse con más intensidad y frecuencia mientras algunos gritos resonaban al mismo tiempo, presagiando una escena preocupante.

    Una vez el ascensor llegó a la planta principal y se abrió, los miembros de seguridad del Elegido —quiénes eran un total de ocho en ese momento— salieron en tromba del aparato con sus Rhage en alto, su principal arma. La situación era caótica, con toda la gente corriendo en dirección a la entrada subterránea mientras la cúpula estallaba en mil pedazos y el aire tóxico invadía lentamente el ambiente de la ciudad.

    La batalla aérea parecía estar siendo ganada por los Veerham, quiénes aprovecharon para hacer descender lanzaderas comunes, las cuáles portaban soldados Anixis en ellas.

    — ¡Debemos movernos rápido! — Indicó Paokt, quién pese a ser el líder, se comportaba como un soldado — ¡Necesito un arma!

    — Tome la mía, Elegido — Uno de sus protectores le cedió su arco syleriano.

    Om asintió en señal de agradecimiento mientras tomaba el Rhage, pero su hijo le sorprendió cuando sacó, de una mochila que llevaba a la espalda, el famoso Rhajaal que usó su abuelo en la guerra contra los neonianos y que seguía aguantando el paso del tiempo y de las generaciones. Omnius se lo entregó a su padre como éste hizo tiempo atrás, lo que provocó que el miembro de seguridad viese el Rhage de vuelta en sus manos.

    Paokt miró detenidamente el arma de origen neoniano, una reliquia histórica pero modificada para estar al día. Una pequeña sonrisa se formó en el rostro del líder.

    — Proteged a mi hijo a toda costa — Om miró a su retoño con un amor incondicional enorme — Y mantened a salvo a nuestra gente en la ciudad subterránea hasta que sea seguro salir.

    — ¡No, padre, no quiero que te vayas! — El joven Paokt Admir tenía los ojos humedecidos — ¡No quiero perderte a ti también!

    — Y haré todo lo que esté en mi mano para que eso no suceda, hijo mío — El Elegido quería hacerle entender a su hijo el motivo por el que iría a combatir — ¿Quién se puede hacer llamar líder sin predicar con el ejemplo?

    Los miembros de seguridad miraban la escena entre padre e hijo con una seria expresión en sus rostros para finalmente asentir lentamente a ojos de su líder, aplaudiendo ese gran gesto. Desde el inolvidable Mirko Admir que los sylerianos no veían a un Elegido echarse al combate, sin mencionar a Hylda, que no había llegado a hacer algo así pese a dirigirse a zonas conflictivas en sucesos pasados.

    Nadie dijo nada, pero todos estaban orgullosos de ver a su representante con la determinación de un guerrero que quiere bajar al barro a defender a su pueblo.

    — Creo que lo entiendo, padre — Murmuró Omnius, mirando fijamente a los ojos de su progenitor — Pero prométeme que volverás a mi, prométeme que no me dejarás solo y te irás al otro mundo junto a madre.

    — Hijo, tarde o temprano me reuniré con ella en el otro lado — Dijo Om, viéndose tranquilo pese a la situación que les rodeaba — Pero eso no sucederá hoy, te lo prometo.

    El joven Paokt Admir asintió brevemente a las palabras de su padre, dándole cierta libertad para poder marcharse.

    Los miembros de seguridad le indicaron al niño syleriano que se pondrían en marcha y que lo llevarían a la ciudad subterránea en ese mismo momento, mientras agradecían con sus miradas al Elegido que tenían delante. Om comprobó que su Rhajaal estaba operativo y les indicó con un gesto que avanzaran mientras él les cubría. Las calles comenzaban a llenarse de soldados de la Alianza enfrentando a los soldados Anixis, siendo estos infectados Veerham.

    Paokt quería ganar tiempo para muchos otros civiles que buscaban refugiarse bajo tierra, de ahí su afán por salir al combate.

    — ¡Bienvenido a Syleria, maldito microbio! — Exclamó Paokt, haciendo referencia a la bacteria Veerham en sí misma — ¡No encontrarás otros mundos como éste!

    [...]

    Neonia: Promesa, Isharay y Sector 0


    — ¿Alguna novedad?

    Erie avanzaba por las calles de la remodelada aldea neoniana en la que vivía, siendo seguida por uno de sus trabajadores y secretarios, un joven neoniano que estaba en permanente contacto con el Sector 0, desde el cual se monitorizaban los satélites de defensa planetaria para avistar cualquier posible llegada de los Veerham. Esa noticia acababa de llegar tan pronto como recibieron las imágenes del puesto fronterizo Norte, en las que se veía una gran flota de naves enemigas dirigirse hacia el mundo de origen neoniano.

    — Lo último que nos envió el puesto fronterizo Norte es que esa flota enemiga llegará en cuestión de horas, quizá estemos hablando de incluso minutos — Explicaba el secretario con cierto nerviosismo — Tal y como ha ordenado, se está evacuando a los civiles a ciertos puntos del planeta, viejas bases neonianas que servirán como refugios temporales.

    — No sabemos si esta situación va a ser temporal, estamos hablando de un ataque a gran escala contra el territorio conocido — La líder Tovam estaba preocupada — La gobernadora Carver ya me ha informado de que Paraíso está bajo ataque aéreo, mientras que el Elegido Paokt no responde.

    — ¿Y qué se supone que haremos aquí? — El joven neoniano se estremecía solo de pensar que habría, de nuevo, una guerra en tierras neonianas — Apenas sobrevivimos a la guerra Rhajik y al asalto de los súbditos de Deon Xom, ¿cómo lo haremos ahora contra enemigos que acabaron con los Anixis?

    — Lo haremos y punto — La neoniana tenía la confianza y la certeza de que esta guerra sería muy diferente a las anteriores — Los Veerham son poderosos, pero su tecnología no se diferencia prácticamente nada de la nuestra, a menos en términos de tecnología Anixis conocida. Que hayan desarrollado sus cosas, no significa que nosotros nos hayamos quedado de brazos cruzados.

    — ¿Qué tenemos nosotros, líder Tovam?

    — Esperanza y unión — Respondió ella con seriedad — Somos lo que ha quedado de cuatro especies que se sobreponen a la adversidad, al rencor y al pasado. Eso no lo tuvieron los Anixis y no lo conoce esa Mente Colmena.

    La líder neoniana y uno de sus trabajadores más próximos se dirigían a su vivienda en Isharay, lugar donde se almacenaban también algunas armas. Mientras la población evacuaba a distintos puntos planetarios, tal y como se hizo en Paraíso, Erie decidía enfrentarse al enemigo siendo consciente de que lograrían aterrizar, pues no contaban con las defensas en órbita con las que si contaban otros mundos, debido a la despoblación en Neonia tras la obtención de Paraíso para la humanidad.

    Humanos, neonianos e incluso sylerianos y thunianos en pequeñas cantidades pero presentes en Promesa, se disponían a evacuar la colonia de creación humana. Con más tiempo para hacerlo del que tuvieron en Ciudad Anixis y en su segunda colonia —el arca cuatro—, las lanzaderas les llevaban a viejas bases subterráneas o en interiores de montaña que antaño fueron refugio para la civilización neoniana que sucumbió ante la rebeldía de los Rhajik.

    Junto a sus padres adoptivos neonianos, la pequeña Echo Mercer se subía a una de esas lanzaderas para ponerse a salvo.

    [...]

    Vulkano: Puerto Arcadia y el OCVD


    La aglomeración de gente en los check in de Puerto Arcadia era tal, que la seguridad del resort no podía contenerla y los trabajadores no podían confirmar la identidad de aquellos que querían quedarse en el hotel o en la zona. El dueño de las edificaciones en el polo norte del planeta tan solo podía observar con incredulidad y seriedad como su complejo era literalmente asaltado por los refugiados de guerra llegados de todas las colonias del territorio conocido. Salieron de sus mundos tras conocer que los Veerham atacarían y desconfiando de los puntos seguros provistos por los líderes del gobierno, decididos a permanecer como residentes en Puerto Arcadia hasta que la guerra les alcanzase.

    Los miembros de seguridad se vieron desbordados y en algún casos apaleados por la multitud furiosa que exigía el pase libre al interior del resort, petición que fue denegada por el multimillonario que hacía unos meses pretendía ser su aclamado líder —al menos de la humanidad— y ahora les negaba el acceso a una breve estabilidad en periodo de guerra. Sin embargo, por mucho que el señor Brant no diese su brazo a torcer, las cosas no saldrían según lo planeado. Los civiles lograron superar la barrera de seguratas y trabajadores del check in, invadiendo literalmente todo el complejo.

    No pretendían hacer destrozos, sino simplemente tener un lugar en el que refugiarse del conflicto a gran escala que se iba a dar en todo el territorio conocido.

    — ¡Serán hijos de la gran puta! — Exclamó Adam, golpeando la mesa en la que se veían monitores con la imagen en directo de las cámaras de seguridad — ¡Estos desgraciados van a conseguir que muramos todos aquí!

    El multimillonario humano se encontraba en el sótano del hotel, lugar de monitorización en el que se hallaban algunos trabajadores, viendo como su hogar y negocio eran invadidos por gente que no había pagado por estar ahí. Junto a él, se encontraba la doctora Marlow mientras que el pequeño Tales yacía sentado en un sofá de una salita contigua, sin ver la reacción furiosa de su padre. Tanto la médico como los trabajadores presentes observaban el evidente enfado de su superior, siendo la mujer quién decidió tratar de tranquilizarle.

    — Adam, son refugiados de guerra, tan solo buscan un lugar en el que sentirse seguros — Trataba de hacerle entender Cinthia — Además, no hay suficiente personal para contenerlos.

    — ¡Me importa una tremenda mierda que sean refugiados de guerra! ¡Nos vamos a quedar sin provisiones con semejante cantidad de gente! — El dueño de Puerto Arcadia estaba muy alterado — ¡Y no pienso compartir mi comida con esos desagradecidos! ¡No me quisieron como líder de la humanidad, pues no tendrán mis beneficios!

    — Tienes un proyecto que les involucra, yo diría que eso que dices es contraproducente — La médico hacía referencia al hecho de que el ricachón pretendiese construir una gran arca para llevar parte de la población total de la Alianza a colonizar otros mundos — Les necesitas tanto como ellos te necesitan a ti. Piensa en esto como una oportunidad de demostrarles que eres un altruista.

    — ¡¿Quieres cerrar la maldita boca, zorra?! — El multimillonario Brant sorprendió a todos los presentes al abofetear a la doctora Marlow, haciendo que ésta se cayese al suelo del golpe — ¡No tienes ni voz ni voto en este asunto!

    — ¿Papá...?

    La aparición repentina de Tales, sumada a la reacción de algunos trabajadores la cuál fue incorporarse con claras intenciones de detener a su jefe, impactaron al propio Adam, quién centró su vista en Cinthia. La mujer se pasó la mano por los labios, comprobando que tenía un hilo de sangre, mientras centraba su mirada en el hombre que la había golpeado instantes antes. El dueño del complejo cambió su expresión de ira hacia un rostro más calmado, tendiéndole la mano a quién consideraba su segunda al mando en el proyecto de la gran arca.

    — ¿De verdad piensas que voy a aceptar tu mano? — Cinthia escupió sangre de su boca en los zapatos lustrosos del multimillonario, mientras se incorporaba por su cuenta — Ya he soportado suficiente.

    La doctora Marlow dejó enmudecida la sala mientras se disponía a salir del sótano, cuando el niño la frenó al tomarla de la mano y mirarla fijamente a los ojos. Cinthia lo miró y le mostró una tímida sonrisa mientras le acariciaba el rostro, demostrando que le tenía aprecio.

    — No te vayas, Cinthia — Le suplicó el joven Brant — Por favor.

    — Debo hacerlo, Tales — Contestó ella, convencida — Ha sido un gusto conocerte, jovencito.

    — ¡No, Cinthia! — Tales comenzó a sollozar — ¡Me voy contigo entonces!

    — ¡¿Qué mierda hablas, Tales?! — Adam se volvió loco al oír a su hijo decir eso — ¡Tú te quedas aquí, con tu padre!

    — Señor Brant, debería calmarse — Le indicó uno de los trabajadores, viendo que la situación estaba yéndose de las manos del tipo.

    — ¡No, te odio! — Gritó el muchacho, estirando la mano de la mujer para arrastrarla consigo — ¡Vámonos ya, Cinthia!

    — ¡Ni de broma te irás con mi hijo, perra!

    Adam se abalanzó contra Cinthia para apartarla de su hijo, pero la médico soltó su codo a pasear y se lo clavó de lleno en el cuello, provocando que el hombre retrocediese en sus pasos ante la repentina falta de aire que le había provocado ese impacto. La mujer, decidida pero a su vez consciente de que estaba cometiendo un nuevo delito —llevarse un niño que no era suyo—, tomó del brazo a Tales y ambos se fueron corriendo hacia la salida, mientras los trabajadores trataban de socorrer a Brant con cierto recelo.

    — ¡Solt... soltadme, imbéciles! — El dueño de Puerto Arcadia recuperaba el aire mientras empujaba a quiénes querían ayudarlo a levantarse — ¡Ordenad a la seguridad que detenga a Cinthia Marlow! ¡Ha secuestrado a mi hijo!

    Todos los empleados del lugar se miraron entre sí, dudando de qué hacer y de la moralidad de ese acto.

    Si bien lo que había hecho Cinthia no era lo correcto, sí era lo más sensato, al margen de que Adam comenzó golpeándola y comportándose como un loco, alguien con quién sin duda no debería estar un niño. Viendo que nadie movía un dedo por su jefe, éste decidió incorporarse por sí mismo y dirigirse hacia la salida.

    — ¡Está bien, estáis todos despedidos! ¡Iros a tomar por culo de mis dominios! — Exclamó un irascible Adam — ¡Me encargaré yo mismo de encontrar a esa puta y recuperar a mi hijo!

    Mientras la situación en Puerto Arcadia no dejaba de ser tensa tanto por la multitud de refugiados de guerra como por lo sucedido entre Adam y Cinthia, en el Observatorio Científico Vanth Dheer se estaba trabajando con la tranquilidad de tener un numeroso grupo de soldados del ejército protegiendo el lugar ante la inminente llegada de los Veerham a Vulkano.

    En esos momentos, los científicos se centraban en cómo combatir los efectos de la infección Veerham, teniendo dos pacientes con quiénes experimentar, como eran Halisha y Fallon. Por otro lado, los ingenieros fortificaban el lugar para complicar el acceso al enemigo, el cuál era obvio que más tarde o más temprano aparecería.

    — ¡Quiero todos los ventanales cubiertos con placas metálicas! ¡Soldadlas una encima de otra, que sean difíciles de penetrar! — Ordenaba el actual jefe del complejo, el reputado ingeniero Sith Regan — Eniar, ¿has podido contactar con alguien?

    — Paraíso está bajo ataque, pero ni Syleria ni Neonia responden a mi llamado — La thuniana hacía un esfuerzo enorme por centrarse en otra tarea que no fuese preocuparse por su pareja infectada — ¿Y tú? ¿Sabes algo de cómo van los científicos?

    — Tenemos un selecto grupo de gente en ello, pero necesitan tiempo para averiguar como funciona la infección Veerham — Explicaba el humano, tratando de ser comprensivo — Ten paciencia, debemos encargarnos de que nadie entre en este lugar si queremos que nuestros científicos hallen un remedio a esa bacteria.

    La ingeniera thuniana asintió a su actual superior, resignada pero a su vez consciente de que eso era así.

    Los científicos más brillantes del OCVD, entre los que se encontraba una Bárbara que había vuelto a esa faceta suya del pasado, realizaban pruebas y sacaban muestras de la neoniana y el thuniano infectados, ambos profundamente dormidos por una gran sedación que les impedía estar conscientes para evitar que pudiesen atraer a las tropas enemigas directamente al lugar.

    Con ellos estaba el jefe de seguridad del complejo, el propio Yak, quién fue llamado por la mismísima ex gobernadora humana para una inesperada revelación.

    — Yak, tu mujer está embarazada — Tras un breve intercambio de palabras, la científica humana lanzó directamente la noticia a oídos del neoniano — En los estudios recientes lo hemos confirmado.

    — ¿C-cómo...? — Quetaryan se quedó unos segundos en shock — ¡¿El bebé está bien?!

    — El feto parece sano, sí, pero desconocemos que le podría hacer la bacteria Veerham en el organismo — Mason fue sincera con su veredicto — Aún está en formación como para nacer ya mismo por lo que una cesárea es imposible. Tocará esperar.

    — ¿Esperar? ¿A qué? — El jefe de la seguridad del lugar estaba muy nervioso — ¡¿A que esa cosa mate a mi hijo y a mi mujer?!

    — Yak, la bacteria no mata al huésped porque no le interesa hacerlo. De lo contrario, ya estarían muertos ambos, porque la ubicación del territorio ya la tienen — Bárbara pensaba con lógica mientras hacía referencia a los dos seres infectados, pero centrándose en Halisha — Entiendo que estés preocupado, pero debes ser paciente. Lo mejor que podemos hacer ahora es buscar el modo de eliminar esa cosa de sus cuerpos.

    — Está bien, yo...

    Repentinamente, las alarmas de todo el OCVD comenzaron a resonar a todo volumen, revelando la llegada de las tropas enemigas a Vulkano. Los sensores puestos en las proximidades lo habían confirmado y los radares mostraban una cantidad ingente de Anixis infectados dirigiéndose tanto al polo sur como al polo norte del planeta, en una serie de puntos que eran naves sobrevolando ya el cielo volcánico.

    Quetaryan se volteó y vio tanto a soldados como miembros de seguridad que estaban bajo su mando, enteramente a su disposición.

    — Haced lo que tengáis que hacer para sacarles eso del cuerpo — Le dijo el neoniano a la científica, para acto seguido centrarse en sus luchadores — Nosotros protegeremos este sitio porque la vida nos va en ello.

    [...]

    Paraíso: Ciudad Anixis y colonia del arca cuatro


    El discurso de la recientemente nombrada comandante del ejército de la AIE caló profundo en sus soldados, pero especialmente en aquellos que estaban pilotando las naves de combate y los cazas que estaban evitando el aterrizaje de las tropas Veerham en el planeta artificial. La batalla se estaba llevando a cabo en la órbita del mundo Anixis, entre naves de ambos bandos con distintos objetivos. Las bases ubicadas en el cinturón de asteroides que rodeaba a Paraíso enviaban constantemente a todas las naves disponibles para el enfrentamiento, mientras desde la sala de comunicaciones de la base militar de Ciudad Anixis, la gobernadora Carver y la comandante Ripley recibían informes sobre el suceso.

    — No podemos dejar que aterricen — Murmuró Ashley a su amiga y también superior — Apenas logramos salir de aquel complejo en Anyxa en un encuentro por tierra.

    — Contamos con la mayor flota de naves de la Alianza — Snow se sentía reforzada en ese aspecto — Eso tiene que servirnos de algo.

    — Espera, llega un informe de Syleria — La comandante señaló una de las tantas pantallas disponibles — ¡Es de Om!

    — ¡¿Qué dice?!

    Amigos y amigas, los Veerham han atacado con dureza el planeta syleriano. Han destruido la cúpula que protegía la ciudad de Sovaam y nos hemos visto obligados a replegarnos en la ciudad subterránea, por lo que solicito apoyo lo más pronto posible. Necesitamos una evacuación planetaria. En nombre de Om Paokt, fin del mensaje.

    — Me dirigiré allí personalmente junto a parte de los soldados de aquí, una vez Paraíso esté controlado — Ashley estaba dedicada a su trabajo desde el minuto uno — Tenemos otro mensaje, Snow, y este es de Neonia. Advierten de que están esperando un ataque y de que son inferiores en número, por lo que solicitan también ayuda...

    — ¡Maldición, nos atacan por todos los flancos y al mismo tiempo para evitar que reaccionemos! — La gobernadora de la humanidad se sentía impotente — Virm ha caído, la base Horizonte Conocido también y solo falta por saber que situación tienen en Vulkano. ¿Se sabe algo?

    — Algunos evacuaron días antes en dirección a Puerto Arcadia, o eso parece según el colapso de la red de acceso en el lugar — Ripley tecleaba en el gran ordenador para conocer todas las noticias sobre la invasión, las cuáles volaban en ese momento — ¡El OCVD está siendo atacado!

    — ¡Ahí están experimentando con la bacteria Veerham, no podemos dejar que tomen el lugar! — La nueva líder humana golpeó con furia una mesa, mientras negaba con la cabeza en señal de enfado — Ash, la prioridad es asegurar el OCVD.

    — ¿Qué hay de Syleria y Neonia? — Preguntó la comandante, consciente de que no podían ayudar en tres sitios al mismo tiempo — Paraíso tiene las mejores defensas, pero el resto de planetas no podrán resistir un asedio tan prolongado como nosotros.

    — Como he dicho, la prioridad es el OCVD. Necesitamos hallar un remedio a la infección Veerham por encima de cualquier otra cosa — Confirmó Snow, dando a entender que el resto de colonias deberían arreglárselas por sí mismas durante un tiempo — Lo siento por los humanos que puedan estar viviendo en otros lugares, pero estamos hablando de la Alianza, no únicamente de la humanidad. Si en Neonia han evacuado, podrán esconderse en los diversos puntos seguros.

    — Claro, pero en Syleria están acorralados... — Ashley le recordó que ese lugar sí estaba en serios problemas.

    — Una vez Paraíso esté bajo cierto control, te irás con un escuadrón de soldados a Vulkano — Ordenó la gobernadora humana, decidida — Es la prioridad. Om lo entendería.

    — Espero que así sea.

    Ambas líderes en sus respectivos campos de trabajo permanecían atentas a los constantes informes que llegaban de todas las colonias del territorio conocido que aún seguían operativas, cuando de pronto, un mensaje entrante captó la atención de ambas mujeres, quiénes accedieron a oírlo ya que había sido enviado hacia tan solo dos minutos. Al abrirlo, vieron que se trataba del coronel neoniano que estaba liderando al ejército aéreo de la Alianza en la órbita de Paraíso.

    ¡Soy el coronel Sazzet Ugrax! ¡La flota Veerham nos está sometiendo contra Paraíso y reduciendo nuestros números a un ritmo vertiginoso! ¡O reaccionamos con una nueva estrategia, o nos diezmarán y bajarán a la superficie! ¡Comandante, ¿alguna idea?!

    Snow observó a Ashley detenidamente por unos segundos, esperando algún tipo de respuesta. Sin embargo, la soldado y ahora comandante del ejército estaba pensativa respecto a qué decisión tomar para evitar que los Veerham aplastasen a las naves de la Alianza y a su vez que no descendieran a la superficie planetaria.

    Su rostro serio mirando fijamente a la pantalla y el silencio, terminaron por arrojar una idea en su mente.

    — Gobernadora — Ashley se dirigió así a Snow por primera vez en mucho tiempo — Necesito permiso para ordenar un plan arriesgado.

    — ¿En qué consiste ese plan, comandante?

    — Lanzar los asteroides del cinturón contra las naves enemigas mediante su desplazamiento orbital — Reveló la líder del ejército — Eso los destrozaría, quiero creer.

    — Perderíamos las bases del cinturón... — Carver se tomó una pausa para pensarlo — Permiso concedido. Da la orden.

    La líder de la humanidad accedió al arriesgado plan propuesto por su nueva comandante, quién se preparó para dar la orden a sus naves de que disparasen los misiles contra las rocas espaciales que rodeaban el planeta, sacándolas de órbita y proyectándolas contra la flota de naves enemigas. Un acto tan tenaz como peligroso, porque la atracción gravitacional del planeta artificial podría atraer algunos asteroides en la dirección contraria, siendo un riesgo elevado de colisiones contra el mundo habitado en su mayoría por humanos.

    La orden fue dada por Ashley y llegó a todas las comunicaciones de las naves aliadas.

    Comandante, ¿está segura de esto?

    — Totalmente, coronel Ugrax — Confirmó Ripley con seriedad y determinación — Debemos arriesgar si no queremos perecer en el día de hoy.

    Entonces así lo haremos — Contestó el coronel neoniano, dirigiéndose a sus naves — ¡Atención, camaradas míos, centrad los disparos en el cinturón de asteroides para lanzárselos al enemigo! ¡Y a las bases: evacuad hacia Paraíso ya mismo! ¡Tenéis dos minutos, no más! ¡Dos minutos!

    Las palabras de Sazzet tuvieron que ser procesadas por sus soldados, quiénes veían en esa estrategia un plan algo descabellado, pero quizá necesario para librar a Paraíso de un enfrentamiento en tierra. En su órbita, las naves aliadas obedecían la orden directa de su comandante, la cuál llevaba el beneplácito de la gobernadora de la humanidad. El enemigo ganaba terreno, pero en cuestión de minutos, se vio sorprendido por los asteroides del cinturón que rodeaba el mundo, ahora desplazándose en su trayectoria hacia ellos. El choque entre grandes naves Veerham y enormes asteroides era un espectáculo pocas veces visto.

    Las naves enemigas apenas lograban maniobrar sin recibir de lleno el impacto de las rocas espaciales, las cuáles provocaban en la mayoría de naves, la destrucción parcial de estas. Trozos de naves Anixis comenzaban a flotar en el ambiente estelar del sistema Faro de la Esperanza, mientras la flota Veerham perdía efectivos uno detrás de otro. Eso no evitaba que la lucha siguiese y que algunos trozos tanto de naves como de asteroides se precipitasen hacia Paraíso, no obstante, los números de enemigo bajaron considerablemente, dando una oportunidad a la flota de la Alianza para contraatacar y obtener una victoria que les ayudaría a poder dirigirse a otras colonias para apoyarlas.

    En cuestión de cuatro horas más, las naves aliadas lograron derrotar a las naves Anixis —pilotadas y guiadas por los infectados Veerham de esa especie— para así haber salvaguardado, al menos temporalmente, a Paraíso. Cuando el coronel Ugrax dio la confirmación oficial de que el enemigo había sido disuelto del sistema solar que habitaban, los gritos de los soldados tanto en las naves como en las calles de Ciudad Anixis se escuchaban por las transmisiones de radio, llegando incluso a los puntos seguros, donde celebraron efusivamente una victoria temprana y que no ganaba la guerra, pero al menos hacía a la Alianza dar un paso en su favor.

    Snow y Ashley se abrazaron con fuerza tras obtener la confirmación de que habían ganado esa batalla en la órbita, pero ahora tocaba dirigirse a Vulkano para asegurar el OCVD y posteriormente, si aún era posible, liberar a Syleria y Neonia de sus respectivos combates. La victoria era un tanto agridulce debido a que se habían perdido las cuatro bases instaladas desde hacía mucho tiempo en el cinturón de asteroides —las bases Ío, Caronte, Titán y Oberón— pero se logró evacuar a la gran mayoría, quedándose atrás algunas personas, siendo principalmente criminales en la gran cárcel de la base Oberón.

    Perder vidas siempre era difícil de asumir, pero siendo de personas que habían provocado más mal que bien a la sociedad, aliviaba en cierta medida la sensación amarga del suceso. La gobernadora Carver felicitó a la flota de la Alianza al mismo tiempo que la dejaba a disposición de su nueva comandante, quién ordenó un breve pero merecido descanso a los soldados y pilotos que libraron esa batalla espacial, pues en unas horas, emprenderían rumbo a Vulkano, siendo un viaje de tres días en los que podían ocurrir muchas cosas en todas partes del territorio conocido.

    Aunque la prioridad era clara: proteger el OCVD y hallar un remedio para la infección Veerham.
     
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    Saludos, amigo. Al fin han regresado las leídas en simultáneo :char:

    Ha sido un buen capítulo para retomar la lectura y ver como se va gestando la guerra. A diferencia del capítulo anterior donde solo vemos lo de Paraíso, aqui tenemos un panorama general de todo.

    En Virm, los Veerham decidieron no ser tan meticulosos y simplemente mandaron al olvido la base con todos los thunianos que estaban allí. No han tenido ni la chance de defenderse, y ya no están. Luego, en la base de Horizonte Conocido, Wadrak y Tyra planean un escape en la Nolartis. Gracias a ODA, logran salvarse, y ahora ponen rumbo hacia un lugar seguro, que quien sabe por cuanto tiempo permanecerá así. Realmente, no tengo mucha fé de que Tyra sobreviva. Siendo que Oda puede tomar su rol de piloto, ella me parece un poco prescindible, y la veo siendo de las siguientes en morir en la guerra ni bien llegue la oportunidad para que entre el conflicto.

    En Syleria, las defensas planetarias hacen lo que pueden, pero las tropas Veerham superan en número a las suyas, y finalmente, sus fuerzas aéreas caen y la cúpula lo hace también. A efectos de esto, Om decide dar el ejemplo a su hijo y a su gente y acudir a la batalla. Realmente temo por la vida de Om. Uno nunca puede escapar a su destino. Om iba en la expedición, y solo se dio de baja por el asesinato de su esposa. De no haberlo hecho, tal vez habría tenido la oportunidad de enfrentarse a la bacteria Veerham más temprano que tarde. Ahora, las circunstancias lo han llevado a pelear. Espero no muera aquí, ya que su hijo, su pueblo y la alianza también lo necesitan. Omnius espera no perder a otra figura paterna, siendo Om todo lo que queda. Y Om no desea morir tampoco. Espero se cumpla para ambos.

    En Neonia, la situación está más desesperada, dado a que es el planeta con menos fuerzas en órbita para la pelea. Aunque tienen su ventaja también. Paraíso es un mundo artificial, Vulkano está rodeado por los volcanes, Syleria está contaminado... pero Neonia es un mundo natural en un estado casi perfecto, que les ha permitido moverse por todos los lugares. Y siendo que han habido guerras Rhajik, tienen refugios para ellos. Por lo tanto, tal vez no tengan medios para luchar, pero sí para sobrevivir. Por lo menos mientras les llega la ayuda.

    En el Puerto Arcadia, Adam ve como todo su complejo es invadido por civiles. La verdad es que uno ya lo sabe porque es millonario, pero el tipo demuestra una vez más ser un hijo de puta. Como la gente no lo eligió para representante, quiere mandarlos a todos a cagar. Aunque es irónico, ya que el voto es secreto, por lo que debe ser imposible para él saber quienes de los que están allí votaron o no por él. Querer desquitarse con todos es algo muy bajo, hasta para él. Cuando Cinthia lo quiere hacer entrar en razón, este la golpea. Y bueno, Cinthia no es mi personaje favorito, pero Adam no ha hecho más que hundirse tanto para mí como para los demás empleados a su cargo. Cinthia, quien ha tenido que soportar muchas cosas horribles en su vida, guerras entre ellas, sabe que no tiene por qué seguir soportando más esas cosas, y decide marcharse. Tales, quien parece tenerle más cariño a ella que a su padre, se va con ella. Supongo que es algo por lo que Cinthia tendrá que pagar, pero bueno, no podemos juzgarla. Adam puede enojarse todo lo que quiera, y apelar a que es ilegal y todo. Pero su hijo adolescente de 14/15 años eligió irse con una mujer con quien ha convivido tan solo un año que quedarse con su padre. Creo que Cinthia, si Adam no los jode todo, lo puede enderezar. Espero. No haría mal tener a un nuevo "angelito" entre los que ya están. Al fin y al cabo, Adam ve que sus trabajadores ya no lo quieren servir y los despide a todos. XDDDDD. Chupate esa, Adam :\*u*/:

    En la base del OCVD, vemos que los soldados se preparan para enfrentar a los enemigos, y allí nos cae la noticia de que Halisha está embarazada. Vaya, solo espero que encuentren una forma de poder extraerle esa bacteria, porque creo que ya va siendo hora de que veamos un angelito neoniano aquí. Yak está algo alterado, pero es comprensible. Barbara posiblemente sabía a qué se enfrentaba al decirle la verdad, pero ella aprendió que no debe guardar secretos, ya que al haberlo hecho, causó que Ender se enojara con ella. Al menos aquí fue sincera, y ahora Yak tiene una motivación para proteger el sitio y seguir viviendo. Me pregunto si esta vez tendrá la chance de ser feliz.

    Y finalmente, el final es en Paraíso. Cuando se ve que los Veerham están por ganar, Ashley toma una decisión atrevida, pero es algo que un comandante tiene que hacer. Arriesgar puede significar una victoria o una derrota, pero no hacerlo solo significa derrota. Ella corrió el riesgo y lograron ganar. Con la orden de disparar al cinturón de asteroides, la defensa planetaria de Paraíso se ha ido para siempre, pero eso les ha servido para poder liberar a su planeta de la invasión de los Veerham, por lo menos, por ahora. Aunque ha sido un precio alto a pagar. Ya no tendrán el cinturón de asteroides que tanta ventaja les ha dado. Pero por lo menos, han podido librarse de los enemigos, y están en condiciones para ir a ayudar en el OCVD, asegurando así avances en una posible cura para los posibles infectados que sé que no tardarán en llegar.

    Bueno, amigo, hasta aquí mi comentario. Ha sido excelente retomar las leídas en simultáneo. Ojalá tengamos la dicha de seguir disfrutando de estas durante la próxima semana y hasta que termine el año, ya que creo que nos quedan unos 4 capítulos más para poder seguir disfrutando. ¿Qué más puedo decir? Extrañé las juntadas y ya regresaron. Soy feliz. Recuperamos la terapia de los sábados. Será hasta la siguiente. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Llegamos al capítulo veinte de esta novena parte de Los Viajeros y tras éste, solo quedarán tres capítulos para el final. Las cosas están por ponerse más intensas, aviso XD. Antes de dejaros con la lectura, quisiera mencionar a mi gran amigo Agus estresado por estar siempre aquí y disfrutar de esta historia. Las leídas que tenemos en simultáneo con el posterior entretenimiento por Discord se disfrutan muchísimo por mi parte y sin duda son un motivo de deseo de que lleguen los fines de semana. Dicho esto, espero que disfrutéis la lectura.




    La plaga Veerham







    Syleria: ciudad de Sovaam


    Las calles comenzaban a llenarse de soldados de la Alianza enfrentando a los soldados Anixis, siendo estos infectados Veerham. Paokt quería ganar tiempo para muchos otros civiles que buscaban refugiarse bajo tierra, de ahí su afán por salir al combate.

    — ¡Bienvenido a Syleria, maldito microbio! — Exclamó Paokt, haciendo referencia a la bacteria Veerham en sí misma — ¡No encontrarás otros mundos como éste!

    El líder syleriano alzó su Rhajaal y comenzó a disparar su conocido láser rojo, alcanzando a varios soldados Anixis a los que pilló desprevenidos.

    Mientras Om avanzaba hacia el frente, se cruzaba con civiles que huían de las zonas urbanas donde el conflicto era más intenso, en dirección a la entrada a la ciudad subterránea. Con la cúpula de protección caída, el aire tóxico de Syleria penetraba ya en la conocida ciudad, empezando a provocar algunos problemas en la respiración de los seres vivos.

    Paokt se dispuso a ayudar a una pareja de civiles humanos que comenzaban a toser con dificultad para respirar, cuando estos fueron fulminados por varios disparos plasma de un Flasher que portaba un soldado enemigo. El Elegido se volteó para verlo y éste lo miró, reconociéndolo inmediatamente.

    Om sujetó su vieja arma y le apuntó con ira, pero cuando el enemigo le habló, el syleriano quedó petrificado. Una verdad irrefutable se había confirmado ante sus ojos.

    — Tú... eres ese syleriano que estaba interrogándome junto a otros seres — Aquel soldado Anixis hablaba como si hubiese estado él presente en aquel momento, cuando en realidad interrogaron a Halisha — Dichosos son nuestros ojos, que nos volvemos a ver.

    — ¿Cómo...? — De pronto, Paokt recordó la revelación que hizo la infectada neoniana a la que interrogaron — Claro, sois un solo ser. Una bacteria con inteligencia comandando un ejército de marionetas a su servicio.

    — Una mente colmena dispuesta a aniquilar a tu especie y a las demás — Entre todo el caos de fondo, el soldado se hacía notar al hablar, a diferencia de sus compañeros infectados que no emitían sonido alguno — Intuyo que eres el líder de los sylerianos y ya que estamos en tu planeta, te otorgaré el regalo de perecer en su insana tierra. Morirás donde tu especie nació.

    — Mi especie nació en las estrellas, no en este mundo — Om respondió con el famoso dicho popular de su sociedad — Y desde luego, no moriré hoy. Tú sí.

    — ¿Yo? Quizá mates a este cascarón, pero estoy en todos ellos — El soldado Anixis e infectado Veerham alzó los brazos, señalando a su alrededor — Soy inmortal, soy eterno. Mátame a mí, pero te perseguiré con todos ellos. Somos la plaga Veerham.

    El Elegido no quiso oír ni decir nada más, por lo que disparó fríamente al soldado. Sin embargo, su expresión se tornó preocupante cuando vio que varios enemigos se aproximaban corriendo hacia él, disparando sus Flasher, siendo la propia Mente Colmena la que enviaba a sus súbditos infectados para terminar con la vida del líder syleriano. Viéndose absolutamente superado en número y sin apoyos cerca, Om comenzó a correr a toda velocidad en dirección a la entrada de la ciudad subterránea, momento en el que el aire se hacía ya irrespirable.

    Conforme se aproximaba a la entrada subterránea, veía como algunas personas perdían el conocimiento y caían desplomadas al suelo, muriendo lenta y silenciosamente bajo el manto de la toxicidad del planeta. Incluso los infectados Veerham perecían, pues eran seres orgánicos y requerían de sus funciones básicas para subsistir, pese a estar bajo el control de la bacteria. Paokt sentía como le pesaban los pulmones y le costaba cada vez más respirar, perdiendo velocidad en su avance mientras sus perseguidores iban cayendo uno tras otro, sucumbiendo al aire tóxico.

    El líder syleriano finalmente logró llegar a la entrada, la cuál estaba cerrándose al ver que la toxicidad ya tomaba el ambiente de la superficie de Syleria, siendo ayudado por varios soldados de la Alianza a entrar, mientras la gran compuerta era sellada para impedir el acceso a la toxicidad ambiental. Nada más cerrarse la puerta, los soldados le dieron a su superior una máscara de oxígeno para purificar sus pulmones y renovar el aire en su interior, algo que sin duda ayudó a que se recompusiera.

    Allí estaba presente su científico jefe, quién mantenía en secreto de cara a los demás, la construcción ya completada de una bomba de energía.

    — ¿Se encuentra bien, Elegido Paokt? — Uno de sus miembros de seguridad, allí presentes, le ayudó a incorporarse.

    — S-sí, sí... recuperando el aire — Om devolvió la máscara de oxígeno una vez la utilizó — ¿Dónde está mi hijo?

    — A salvo, junto a los demás niños que se han salvado de esta catástrofe — Contestó el tipo, visiblemente afectado — Apenas ha sobrevivido el treinta por ciento de la población de la ciudad, Elegido. Los que estaban más alejados de la entrada subterránea no tenían ninguna posibilidad...

    Om apenas pudo decir nada, sintiéndose internamente destrozado.

    Como líder de su pueblo, sentía que había fallado a su gente al no prevenirse con tiempo y al no contar con la astucia de Mente Colmena, quién mediante Halisha y Fallon infectados, había accedido a sus memorias y sabía todo sobre el territorio conocido. Fue así como supieron destruir la cúpula de Sovaam y en qué momento atacar el planeta, cuando el aviso de su llegada fue dado.

    De haber actuado días antes, más ciudadanos se hubiesen salvado de morir intoxicados.

    — No se culpe, Elegido, pese a que sabíamos de la llegada del enemigo, su ataque ha sido abrumador — Un soldado neoniano se acercó a consolarle, siendo una escena de lo más inesperada, doscientos años atrás — Golpearon por todos lados y aprovechando que estábamos descoordinados. Aún así, hemos salvado a mucha gente de morir.

    — Aprecio el consuelo, camaradas míos, pero he fracasado en mi deber y es un hecho obvio — Paokt se sentía muy mal por lo sucedido — No sirvo para liderar a nadie, mis habilidades siempre han sido de utilidad en otras posiciones.

    — Todos creemos en usted, Elegido — El científico jefe de la bomba de energía no quiso quedarse más tiempo callado — Puede que hayamos perdido gente, pero ganaremos esta guerra. Ambos lo sabemos.

    El cruce de miradas entre el científico y el líder sylerianos fue más que reveladora. Sin embargo, no era momento de informar acerca de semejante ás bajo la manga, por lo que Om simplemente mandó una orden directa a sus soldados, mientras avanzaba por el pasillo inicial hacia la ciudad subterránea de Sovaam.

    — Enviad un mensaje a Paraíso e informadles de lo sucedido. Que nos manden naves para evacuar Syleria, no vamos a vivir nuestras vidas aquí abajo — Dijo Paokt con el semblante serio y resignado — Quiero estar un rato a solas con mi hijo.

    [...]
    Neonia: Promesa, Isharay y Sector 0


    La órbita próxima al planeta neoniano ya estaba siendo testigo de una encarnizada batalla entre naves de la Alianza y naves de los Veerham, recordando aquellos tiempos en los que se sucedió un enfrentamiento similar pero contra los humanizados Anixis del Emperador Xom. Sin embargo y a diferencia de Paraíso, en Neonia las cosas no estaban saliendo bien para el bando aliado. Mientras naves de un tamaño reducido y cazas de combate Veerham se enzarzaban en el espacio exterior próximo al planeta, una gran nave enemiga aprovechaba la distracción para aterrizar directamente en las ubicaciones de las colonias, muy cercanas entre sí.

    Por suerte, una mayoría de la población había sido evacuada a las distintas bases secretas repartidas por el mundo, no obstante, quedaban unos pocos que para su desgracia no tuvieron la suerte de haber sido los primeros. Cuando la gran nave Veerham se posó sobre las colonias, muchos esperaban un ataque desolador sobre estas, pero se vieron en su lugar sorprendidos por la caída de unos extraños objetos que impactaron en la superficie y se anclaron a esta, para acto seguido desprender una especie de gas blanquecino.

    Salvo unos pocos, la mayoría de presentes en esa área reconocieron inmediatamente de lo que se trataba.

    — ¡Son cápsulas somníferas! — Gritó uno de los tantos soldados de la Alianza que patrullaba la zona — ¡Debemos encerrarnos en Promesa!

    — ¡Cierre de emergencia, rápido!

    — ¡Corred, corred, corred!

    La gente, en vano, intentó forzar el cierre de emergencia de las tres arcas juntas que conformaban la colonia humana, sin embargo, no tuvieron tiempo para ello.

    Poco a poco y uno tras otro, fueron cayendo en el sueño profundo que esa famosa neblina provocaba, hasta que finalmente la batalla en órbita había sido vencida y en la superficie no había resistencia alguna. Tras esto, los soldados Anixis infectados por la bacteria Veerham descendieron a la superficie del planeta neoniano para coger a los durmientes y llevarlos a lo que parecía una de sus naves nodriza, la cuál ya había sido aterrizada en los aledaños del núcleo poblacional.

    El enemigo había sorprendido a la Alianza en Neonia con un plan tan inesperado como resolutivo. Y es que Mente Colmena no quería destruir todas las colonias del territorio conocido, sino mantener intacta una de ellas para fines más que obvios: la experimentación con las subespecies de los Anixis. Neonia sería su base para eso, mientras la líder Tovam era una más de las tantas personas que fueron introducidas en la gran nave, con el tiempo marcha atrás antes de que fuesen inoculados con la bacteria Veerham y su correspondiente infección que les pondría al servicio del enemigo en la guerra.

    [...]

    Paraíso: puntos seguros


    En una de las zonas predeterminadas para ser un punto seguro alejado de Ciudad Anixis y del arca cuatro, ya se había establecido un amplio campamento rodeado por las lanzaderas y vehículos terrestre de evacuación, vigilado constantemente por patrullas de policía y soldados en los alrededores. En un hospital de campaña se encontraba el comisario de la ciudad, consolando al pequeño Vraco mientras Shajila era intervenida de urgencia por ese repentino disparo que le alcanzó durante la protesta previa a evacuar.

    Llevaba un par de días luchando por sobrevivir, pero la herida en el abdomen de la thuniana era muy peligrosa, al haber perforado algún órgano interno. El médico syleriano que la estaba atendiendo con ayuda de otros salió de la carpa médica, con el semblante serio y apagado. Ender, quién se encontraba junto al joven thuniano, supo que la noticia no era buena por la expresión en el rostro del doctor y cirujano, quién se aproximó a ellos dos.

    — He hecho todo lo posible con los medios que tenemos a mano, pero no ha funcionado — El médico soltó la desagradable noticia — He tratado de impedir la hemorragia interna y de coser la herida, pero el órgano afectado ha sido seriamente dañado y... hace escasos minutos que la mujer thuniana a dejado de respirar. Siento muchísimo comunicaros esta noticia. Disculpen.

    El médico se retiró rápidamente porque principalmente había más pacientes que tratar, aunque no con un diagnóstico tan grave o mortal. La noticia cayó como un balde de agua fría para el policía, pero el pequeño thuniano apenas articuló palabra alguna. Su gesto envidenciaba un estado de shock considerable porque pese a su juventud, sabía reconocer cuando alguien había perdido la vida. Hacía casi dos años, su padre Ñjar murió en la expedición de la Nolartis y ahora lo hacía su madre Shajila tras un accidente tan fortuíto como evitable.

    Xom no sabía como consolarle, por lo que simplemente le dio un fuerte abrazo que el niño thuniano correspondió.

    — Mi madre... — Vraco negaba con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos — Yo lo vi, yo... ¡y no le dije nada!

    — Hey, ¿de qué hablas, Vraco? — El humano no comprendía a qué se refería el niño.

    — ¡Vi lo que pasaría! ¡En una visión, lo vi! ¡Lo vi y decidí no decirle nada! ¡No quise creerlo!

    — Tranquilo hijo, ya pasó. No tienes la culpa de nada, ¿me oyes? — Ender lo volvió a abrazar con fuerza, ante los sollozos del joven thuniano — Esta situación saca lo peor de la gente y... joder, sé que la vida te parecerá muy injusta ahora. Pero no debes pensar en eso.

    — ¿Y en qué debo pensar? — Preguntó el chico, desconsolado — Si todo a mi alrededor es muerte.

    — Debes pensar en honorar a tu madre... y a tu padre. Ellos querrían verte fuerte — El policía buscaba que el thuniano indagase en su fortaleza interna — Si de verdad tienes visiones que se cumplen, no las ignores, muéstralas. Tu don podría salvar vidas, Vraco.

    El joven thuniano asintió brevemente tras entender lo que el humano quería transmitirle.

    Tenía miedo del don con el que contaba y por no revelarle nada a su madre sobre el suceso que el había visto con anterioridad, ésta estaba muerta, aunque en absoluto era culpa suya. Pero en la vida, a veces las lecciones que más te hacen sufrir, son las que más te enseñan. Y en ese instante desolador tras la fatídica noticia del fallecimiento de su madre, el niño vio que más que temer a sus visiones, debía confrontarlas y usarlas en su favor.

    Porque entre los thunianos, ese don era escaso y te convertía en un futuro sabio para la especie, por ello Cyprus se interesó en él.

    Mientras Vraco se sumía profundamente en sus pensamientos, el comisario de policía recibió una noticia más alentadora. Uno de sus agentes se aproximó a él para indicarle que le siguiera, algo que en un principio generó cierta incertidumbre y temor a que estuviese ocurriendo algo, pero pronto, vio que simplemente se trataba de un hecho importante para él. Sun acababa de llegar a ese punto seguro junto a su hijo Kendall, quién al ver a su padrastro y tío, corrió a abrazarlo con efusividad.

    La asiática tan solo pudo sonreír al ver ese emotivo reencuentro, para acto seguido acercarse al hombre y darle un abrazo afectivo.

    — Pensé que llegaríais antes — Murmuró Ender, dirigiéndose principalmente a la mujer — Me alegra muchísimo teneros aquí.

    — El sentimiento es mutuo — Contestó Sun, que se disponía a dar explicaciones — Llegamos a otro de los puntos seguros antes, pero un asteroide cayó en las proximidades y tuvimos que salir de la zona. Entonces decidimos aparecer por aquí, pero tuvimos ayuda.

    — ¿Ayuda? ¿De quiénes?

    Brume se volteó y señaló una pendiente que llevaba al campamento, lugar por el cuál estaban llegando más personas con sus mochilas en la espalda. Entre esa gente, se encontraban Lio, Lynx e Iris, e incluso el sabio Cyprus y el anixis Eeron, quién recibía las miradas de todos los demás. Al reencontrarse con algunos de los viejos conocidos, Ender decidió que Kendall fuese a ver a su amigo Vraco.

    — Oye Ken, tu amigo Vraco acaba de perder a su mamá — El tono del policía era triste — Quizá le vendría bien tu compañía y apoyo, ¿no crees?

    — Está bien, tío Ender — El joven Xom entendía que debía hacer — Iré a verlo ahora.

    Kendall fue a buscar a su amigo thuniano mientras Ender y Sun se reunían con los recién llegados.

    El comisario de la ciudad le dio un fuerte abrazo a Iris, a quién conocía desde su niñez, para después saludar cordialmente tanto a Lio como a Lynx. El sabio Cyprus también se presentó allí, siempre con Eeron a su lado. Verlo allí provocaba cierta tensión en la gente, pero la situación estaba lo suficientemente controlada como para evitar que nadie le increpase por lo sucedido.

    — Me alegra ver que estáis todos bien — El hombre de Ceres así lo sentía — ¿Alguien sabe por qué ha caído un asteroide en el planeta?

    — No todos estamos bien... Shajila ha muerto — Reveló Ender, visiblemente dolido — Su hijo Vraco lo está procesando, aunque desde luego, le tomará tiempo.

    — Shajila era una gran mujer... Maldición. Ahora me acercaré a hablar con él — Expresó Cyprus, quién probablemente lo apadrinaría — Y respecto al asteroide, hemos recibido la comunicación de la gobernadora Carver y la comandante Ripley. Ha sido un plan de ellas.

    — ¿El plan consiste en autodestruirse o algo? — Preguntó el joven Herswood con ironía.

    — En absoluto, joven. Los asteroides del cinturón han servido para destruir la flota Veerham, aunque alguno haya caído en el planeta — El sabio thuniano siempre hablaba con cierta parsimonia, lo que hacía que fuese ameno escucharle — Según tengo entendido, vendrá aquí antes de emprender un viaje a Vulkano.

    — ¿Qué hay en ese planeta llamado Vulkano? — Preguntó el emisario anixis, intrigado.

    — Allí están investigando con Halisha y Fallon una forma de encontrar un remedio a la infección — Simplificó Cyprus, que al ser el líder de los thunianos, tenía acceso a esos datos mediante las comunicaciones entre superiores — Allí irá la flota comandada por Ashley para evitar que el enemigo destruya el OCVD.

    — Entonces deberíamos ir con ella — Iris intervino en la conversación, sorprendiendo a algunos más que otros — Necesitarán toda la ayuda posible, ¿no?

    — Desde luego, pero ni tú ni Lynx iréis — Lio fue tajante — Si vamos todos, dejaríamos los puntos seguros desprotegidos.

    — Yo iré — Para sorpresa de todos, la asiática confirmó su aportación — Quiero acabar esta guerra y darle a mi hijo un futuro prometedor.

    — Yo también participaré — Ender se unía — Kendall y Vraco quedan a cargo vuestro, jóvenes.

    — Vaya, de pelear una guerra a convertirme en niñera — Lynx no parecía muy de acuerdo, pero accedió de igual manera — Está bien.

    — Descuida, joven humano, yo también me quedaré — El representante thuniano lo tenía decidido — A los demás, solo puedo desearos la mayor de las fortunas en las futuras batallas que acontecerán. Sé que podemos vencer a los Veerham.

    — Eso no lo dudes, sabio Cyprus — Eeron dio un paso al frente — Yo seré partícipe de esa lucha, por las vidas que dieron mis ancestros.

    [...]

    El joven Xom se encontraba junto a su amigo Vraco, quién tenía la mirada perdida en algún punto del suelo.

    Tras un breve pero emotivo intercambio de palabras entre los niños, ambos vieron como Cyprus se sentaba a su lado, decidido a consolar y cuidar de Vraco ahora que éste era huérfano repentinamente. El resto estaban esperando la llegada de la gobernadora y la comandante humanas, quiénes tardaron un par de horas al haberse dirigido a otros puntos seguros para conocer la situación de cada uno de estos. Aún no volverían a habitar Ciudad Anixis, por lo que deberían permanecer ocultos y distribuidos por el planeta.

    Lio, Ender, Sun y Eeron estaban preparados para formar parte de los soldados que viajarían a Vulkano, por lo que en cuanto llegaron las naves de la Alianza al campamento, estos se incorporaron. Lynx e Iris miraban desde la distancia y con semblante serio como los demás iban a pelear a excepción de ellos dos, aunque comprendían que su rol allí sería el de cuidar el lugar, en caso de que los Veerham apareciesen nuevamente y aterrizasen en la superficie de Paraíso. Hasta cinco naves con capacidad para cien soldados cada una, se posicionaron en las tierras más cercanas al punto seguro, momento en el que de una de ellas salieron las principales líderes, acompañadas por más gente.

    Snow y Ashley iban al frente, seguidos de Lill y Arva, quiénes tenían a sus hijos junto a ellos. Owen, Gina, Karla y Jackon fueron directamente a ver a Kendall y en especial a Vraco, tras conocer el fallecimiento de su madre. Esto hacía que los adultos tuviesen vía libre para hablar sobre el siguiente paso en esa guerra que se estaba librando en el territorio conocido. Snow, Ashley, Lill, Arva, Lio, Ender, Sun y Eeron se reunieron brevemente para establecer quiénes irían a bordo de alguna de las naves en dirección a Vulkano, principal punto importante en la batalla.

    — Nosotros iremos, comandante Ripley — Con una sonrisa esbozada en su rostro, Santos se dirigió con aprecio a su amiga — Si le parece bien.

    — ¿A mi? Por supuesto — Ashley estaba encantada — Que mejor que tener gente experimentada a bordo para evitar que el OCVD sea destruido.

    — ¿Está ya bajo ataque? — Preguntó Ender, consciente de que en ese caso, el tiempo apremiaba.

    — Así es, Sith se ha puesto en contacto con nosotros hace unas horas — Reveló la gobernadora Carver, con seriedad — Por el momento aguantan, pero en tres días que nos tomará el viaje, puede pasar de todo.

    — ¿Tú irás? — Lill miró a su mujer, sorprendido — No sé si sea lo más adecuado, Snow.

    — No pienso quedarme de brazos cruzados, si es eso lo que me preguntas — La mujer confrontó a su marido — Gina y Owen estarán a salvo aquí. ¿Tú te quedas, amor mío?

    — Pienso estar a tu lado, gobernadora — Crane se mostró decidido, aunque no le hacía especial ilusión tener que alejarse nuevamente de sus hijos — Espero que los niños lo entiendan...

    — Lo harán, porque yo también iré — La piloto Tidder sorprendió y de qué manera a sus viejos amigos — No pienso quedarme al margen esta vez. Paraíso es seguro por el momento y mis hijos estarán bien aquí. Pero yo quiero ayudaros esta vez, como vosotros me habéis ayudado a mí cuando más lo he necesitado.

    — Arva, ¿de verdad estás seg...?

    — Lo estoy — La piloto Tidder contestó a la comandante Ripley con decisión — Puede que haga años que no peleo, pero no se me ha olvidado hacerlo.

    — Tienes un par de ovarios, hay que admitirlo — Le dijo Sun a la mujer nacida en la extinta Luna, en una interacción que hacía años que no se daba — En ese caso, ¿salimos ya?

    — En cuanto informemos a nuestros hijos — Dijo Snow, que quería ver como reaccionaban los más pequeños — Los que estéis ya preparados, id subiendo en la nave principal. No tardaremos en irnos.

    — Entendido.

    Los únicos que se dirigieron a la nave que les llevaría a Vulkano fueron la comandante Ripley, el hombre de Ceres y el emisario Anixis.

    La gobernadora Carver, el ex comandante Crane, el comisario Xom, la ex líder de la Resistencia y la ex piloto Tidder decidieron hablar con sus hijos por separado para hacerles saber la noticia de que pelearían por mantener a salvo el territorio conocido, aunque pudiese parecerles contraproducente. Los primeros en tener esa conversación fueron la familia Crane Carver, conscientes de que su hija mayor podía ser un problema en ese aspecto.

    — Hijos, sé que esto puede sonaros mal, pero vuestro padre y yo vamos a irnos — La mujer fue la que decidió comenzar la conversación — Entiendo que os pueda parecer innecesario, pero quiero que sepáis que esto lo hacemos por vosotros y por el futuro. Si los Veerham vencen en esta guerra, nuestras vidas nunca volverán a ser las de antes.

    — Será temporal, de hecho, si todo va bien no tardaremos más de dos semanas — Lill quiso ser sincero con sus niños — Aquí estaréis a salvo, ya que Paraíso ha vencido en su batalla particular y está protegida.

    — ¿Pero por qué os vais los dos? — Gina quería una explicación razonable — Cuando te fuiste en la expedición, papá, hiciste que mamá se quedase. ¿Por qué ahora en diferente?

    Lill y Snow se miraron, conscientes de que su hija tenía razón. Sin embargo, sus motivos también eran lógicos y por ello los iban a explayar ante una seria Regina y un atento Owen.

    — Porque la expedición era un viaje que duraría mucho tiempo, tal y como ha sido — Explicó el hombre, refiriéndose a los casi dos años que habían pasado desde el inicio de la expedición — No tenía sentido que fuésemos los dos y os dejásemos solos durante dos años.

    — Esto es diferente, mis niños — Snow les acarició el rostro a ambos — Vuestro padre es un excelente soldado y quiere cuidar de mi y de nuestros amigos, por eso viene.

    — ¿Y tú por qué te vas, mami? — Owen intervino en la charla, tras haber permanecido callado desde el principio — ¿Tú sabes pelear también?

    — Ya conocéis la historia de cómo nos conocimos — La líder humana observó a su marido con una mirada cómplice — Sí, yo también sé pelear, Owen.

    — No me agrada la idea de que os vayáis los dos, porque es peligroso, pero lo aceptaré — La hija mayor de los Crane Carver decidió ser sincera y directa — Eso si, espero que luego no juzguéis mis decisiones ni las de Owen, si queremos emprender un camino en nuestras vidas que a vosotros no os guste.

    Las palabras de Gina demostraban que la adolescente estaba empezando a madurar con una rapidez asombrosa, algo que enorgullecía a sus padres hasta el punto de responderle con un abrazo entre los dos, al cuál se sumó un Owen que siempre estaba de acuerdo con todo, confiando en lo que sus padres hacían. La familia Crane Carver se abrazó durante dos minutos completos de puro amor y unión inquebrantables, mientras a escasos metros, la ex piloto Tidder conversaba con sus dos hijos mellizos.

    — Mamá, ¿estás segura? — Jackon la sorprendió con esa pregunta.

    — Lo estoy, Jackon. Quiero ayudar a nuestros amigos, a nuestra familia... porque ellos son nuestra familia — Arva señaló a los Crane Carver para poner un ejemplo — Siempre me ayudaron cuando yo más lo necesitaba, por lo que siento que debo responder ahora. ¿Lo entendéis?

    — Siempre hemos estado juntos, mamá, se me hace muy raro — Karla se expresó — Pero creo que entiendo lo que quieres decirnos.

    — Debemos ayudar siempre a los demás — El joven Vaalot encontró la moraleja del asunto — Especialmente si ellos lo han hecho por ti, ¿verdad?

    — Exactamente, hijo mío — La mujer nacida en la extinta Luna no dudó en abrazar a sus hijos — Os quiero tanto, mis dos angelitos...

    — Prométenos que volverás, mamá — La pequeña Vaalot tenía los ojos vidriosos — Por favor...

    — Volveré — Contestó Arva, decidida — Nadie me separará de vosotros.

    Ender veía esa escena de la familia Vaalot Tidder con ternura, mientras Sun abrazaba al pequeño Kendall tras ambos adultos haberle dado un discurso similar al de las otras familias. El niño aceptó la decisión de su madre biológica y su tío, pues él los tenía como unos claros referentes, especialmente al policía. La familia Xom Brume terminó con un abrazo en conjunto al que faltaba por sumarse el propio Ender, quién lo hizo con mucho gusto.

    Así, tras despedirse todos de sus respectivos hijos y dejarlos a cargo de Cyprus, Lynx e Iris entre otros, pusieron rumbo hacia el interior de una de las cinco naves que les llevaría al planeta volcánico del sistema Boor'dehm, hogar del agujero de gusano artificial Xhander y de la destruida base Horizonte Conocido.

    Vraco vio marchar a todos los mencionados mientras el sabio Cyprus se encontraba con él, viendo el semblante serio del pequeño thuniano.

    — ¿En qué piensas? — El representante thuniano estaba intrigado al ver tan serio al pequeño.

    — Pienso en lo triste que será para mis amigos el ver como alguno de ellos no regresa — Murmuró Vraco, dejando realmente impactado al anciano — Lo he visto.

    [...]

    Vulkano: Puerto Arcadia


    Tanto el Observatorio Científico Vanth Dheer como Puerto Arcadia fueron atacados por el ejército Veerham al mismo tiempo.

    Las naves llegaron tanto al polo norte como al polo sur sin apenas diferencia de tiempo entre una llegada y la otra, sucediéndose una oleada de ataques contra ambos lugares. En el resort del multimillonario Brant, la situación fue un descontrol absoluto, con cientos de refugiados de todas las colonias que pretendían huir de la guerra, viéndose ahora en una ratonera de la cuál era imposible salir. Las lanzaderas que trataban de evacuar eran fulminadas en el aire por los cazas enemigos, mientras de una gran nave salían tropas de soldados Anixis que comenzaban a descargar sus Flasher contra la población.

    La ausencia de soldados en ese punto del planeta —estando prácticamente todos en el OCVD— fue clave para que el enemigo se hiciese con una victoria rápida.

    Puerto Arcadia comenzó a arder rápido y de nuevo, tras el incidente con los secuaces de Davon, mientras la gente trataba desesperadamente de huir de la zona adentrándose en territorio volcánico. La doctora Marlow y el joven Brant corrían cogidos de la mano por el exterior del hotel cuando una intensa explosión los lanzó a ambos al suelo, dejando aturdida a la médico. El polvo en el ambiente fruto de la explosión, sumado a los gritos de los residentes y refugiados mientras los disparos plasma resonaban también, hicieron que Cinthia perdiese la noción del tiempo por un momento.

    Sin embargo, una mano la levantó bruscamente y la mujer se recompuso para comprobar que se trataba del mismísimo Adam, quién tras ayudarla a incorporarse, se lanzó a por su hijo. Tales yacía en el suelo con una brecha en la cabeza y un charco de sangre que se expandía cada vez más por el suelo, lo que presagiaba que su vida había sido arrebatada de golpe. El choque frontal con el suelo debido a la fuerte onda expansiva de la explosión había bastado para que el adolescente de quince años perdiese la vida allí mismo.

    De pronto, los gritos de Adam y su llanto desconsolado despertaron a una aturdida Cinthia, quién vio la aterradora escena.

    — ¡Oh, no! ¡Tales! — Exclamó, echándose las manos a la boca — ¡No, no, no! ¡Oh, Dios, no!

    — ¡Apártate de mi hijo, puta loca! — Brant la empujó bruscamente mientras sujetaba al niño en brazos, el cuál ya no respiraba — Mi niño... has matado a mi niño... ¡Has matado a mi hijo!

    Furioso por haberse encontrado muerto a su hijo, el magnate de Puerto Arcadia dejó el cadáver a un lado y se abalanzó sobre la médico, poniendo sus manos sobre el cuello en un claro intento de estrangularla. Cinthia estaba en shock por la muerte del joven Brant, pero no esperaba esa reacción por parte de Adam, quién apretaba con todas sus fuerzas el cuello de la mujer mientras ésta luchaba desesperadamente por zafarse. A su alrededor sucedía toda una cruda batalla por la supervivencia, con los infectados Anixis aniquilando a todo ser viviente que viesen en el complejo, mientras ambos humanos peleaban entre sí.

    — ¡¡¡Muérete ya, muérete!!! — Gritaba un alocado Adam, totalmente fuera de sí mientras estrangulaba a la médico — ¡¡¡Has matado a mi hijo y yo te mataré a ti!!!

    — Ad... Adam... no... — Ella intentaba articular palabra, pero el intento solo hacía que agotar sus fuerzas, las cuáles le salían por la boca — P-para... pa...

    Marlow quería zafarse rápidamente, pero Brant estaba tan cegado por el odio que no sentía los golpes que la mujer le propiciaba en el abdomen, pareciendo un tipo hecho de metal. Poco a poco, la fuerza en la médico se fue desvaneciendo mientras las manos de Adam rodeaban con más ahínco el cuello de ésta, hasta que los ojos de la mujer se quedaron abiertos pero sin vida, mientras su cuerpo caía flácido en los aledaños del hotel, como un cadáver más de tantos.

    La médico que estuvo a bordo de la famosa expedición II de La Unión, que había sobrevivido a varias guerras, no lo hizo a esta, tras un suceso horrendo e inesperado que terminó por arrastrarla a su fin. Un cúmulo de malas decisiones que la llevaron a su muerte, mientras su asesino la dejaba allí tirada, llevándose el cuerpo de su hijo fallecido mientras a su alrededor iban muriendo todos. Adam se perdió entre la lejanía, mientras Cinthia se despedía de la vida de una forma lenta y cruel.

    Mientras tanto, al enemigo no le importaba lo más mínimo lo que pasase entre sus víctimas, pues su objetivo era el OCVD. Las tropas que erradicaron la vida de Puerto Arcadia pusieron rumbo inmediato al complejo científico del polo sur, dejando caos y destrucción allá por donde pasaba.

    Una batalla crucial para el devenir de la guerra estaba por librarse y sin embargo, muchos ya habían perecido en el camino.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Pese a que en el capítulo anterior las cosas parecían tomar un rumbo esperanzador, en este las cosas se han torcido y bastante :aniscream: Eso demuestra que no hay que confiarse demasiado con un enemigo muy poderoso. Pero bueno, vayamos paso a paso.

    En Syleria, los soldados de Mente Colmena, o podríamos decir el propio mente colmena, reconocen a Om como líder syleriano y van tras él en un intento de matarlo. Pese a que Om hizo su mejor esfuerzo, logrando contener la invasión, su gente queda totalmente encerrada cuando la cúpula finalmente ya no sirve más. Deben refugiarse en la ciudad subterránea para escapar de los enemigos, también vulnerables a los gases nocivos de Syleria, por lo que están incapacitados para seguir luchando fuera de ese mundo hasta que no ocurra un rescate. Podríamos considerarlo como el primer mundo "caído", ya que pese a que el 70% de la gente siga con vida, no tienen más para hacer, y hasta que les rescaten, no hay forma de que sigan peleando por los demás.

    En Neonia, las cosas también van para mal. Siendo un mundo sin ejército, en su mayoría, y sin contar con una protección planetaria especial como un cinturón de asteroides, y una atmósfera tóxica, los Veerham se dan un paseo por el parque y logran llevarse a varios de ellos, incluida la propia Erie, para inocularlos y así tener más súbditos en la guerra. Es mucho temor eso, ya que ahora podría utilizar a Erie ni bien pueda tener acceso a sus memorias, por lo que podría engañar a los demás, haciendoles creer que hablan con una líder de los suyos, pero en realidad están hablando con Mente Colmena.

    En Paraíso, la cosa se va tranquilizando un poco más. Shajila muere tras haber sido herida de bala en aquellos incidentes. Al final, el pobre Vraco perdió a su madre por culpa de unos tontos que no consiguieron nada. Pobrecito, realmente no lo merecía, sobre todo porque ya había quedado huérfano cuando Ñjar murió en la expedición Anixis. Sí que puede considerar que ha tenido mala suerte por lo ocurrido, ya que la expedición y las consecuencias le han arrebatado a ambos padres. Me pregunto cómo saldrá parado de esta experiencia. Ender, quien recibe una confesión del chico de que había visto morir a su madre en una visión y no dijo nada, le recomendó no guardarse las visiones y usarlas para el bien.

    Luego de eso, se producen reencuentros cuando Lio, Iris, Lynx, Sun y Kendall llegan al lugar. Con la situación calmada en Paraíso, todos finalmente están a salvo, pero no será permanente, ya que deben irse a prestar ayuda en la guerra. Ender está feliz de ver de nuevo a su pequeño, pero sabe que es cuestión de tiempo a que se separe de él. Momentos más tarde, llegan Snow, Lill, Arva, Ashley, y los jóvenes Crane Carver y Vaalot Tidder. Todos están de acuerdo de que tienen que ir a prestar ayuda en la guerra, ya que no la pueden ganar con solamente una mera victoria en su mundo (algo que ha quedado claro tras lo visto en Syleria y Neonia). Los adultos deciden dejar a Cyprus atrás, siendo un sabio más que un soldado. No solo eso, sino que también le piden a Lynx e Iris que se queden a proteger el sitio y cuidar a los niños. Y aquí se da algo que ya te he comentado y que me gusta mucho que haya comenzado. Yo te dije que mi deseo era que Lynx e Iris se llevaran a los angelitos con sigo, y que tomaran el manto de Lill y Snow. Y que fueran ellos quienes estuvieran listos para liderar a la humanidad en su momento. Tal como dije, Lynx e Iris son los Lill y Snow de su generación. Han empezado igual, como tripulantes en la misma misión, se han enamorado a bordo de la nave, y ahora quedan atrás (como ha ocurrido varias veces en la parte I con Lill y Snow), y tienen el futuro en sus manos. Mi más grande deseo para la continuación de esta historia, y tú lo estás cumpliendo amigo, espero que no me defraudes más adelante, porque esto está saliendo a todo dar :\*u*/:

    Los adultos se despiden de los niños para poder marchar a pelear, y es allí donde vemos que Vraco confiesa que alguien por lo mínimo, no regresará. Noooooooooooooooo :anicry: Eso significa que o Arva, Sun, Ender, Snow o Lill ha visto a sus angelitos por última vez sin saberlo, y sin que lo sepan los bebés. Ahora toca estar esperando hasta el final de la parte para ver a cual familia le toca sufrir la tragedia. Espero que sea solo una, ya no solo no ha dicho quienes mueren, sino que tampoco ha dicho cuantos. ¿No que no te ibas a guardar las visiones, Vraco? angrysnake

    En Puerto Arcadia, la cosa va super mal. Mientras Cinthia y Tales tratan de huir, una explosión fuerte que acaba con la vida de mucha gente, los alcanza a ellos también. Y es allí donde Adam los encuentra. Pero al momento de llegar, ya es bastante tarde. Tales ha muerto producto de la explosión. Adam, quien ve a su hijo muerto, se vuelve loco y desquita toda su furia con Cinthia, acabando también con su vida. Es horrible pensar que Cinthia quiso salvar a Tales de los Veerham y de su padre, y que al final, los Veerham lo hayan matado y que ella terminara siendo una víctima de él. Los Veerham, quienes ven la escena desinteresados puesto a que su objetivo no está allí, sino en el OCVD, no intervienen. Y así acaba el capítulo. Dos planetas en problemas, tres personajes muertos, y una promesa de que alguna de las familias que vemos no estarán reunidas después de lo que se de hoy.

    La única esperanza parece estar puesta en que Om tiene guardada una bomba solar lista para detonar y mandar al infierno a la Mente Colmena, y ojalá lo consiga pronto, y que arda en el infierno por todo lo causado :shani:

    En fin, amigo. Segunda semana seguida de lecturas en simultáneo. Me alegra mucho haberlas retomado, y espero disfrutemos con todo de las próximas que nos quedan de cara a la recta final de las partes actuales. Con eso me despido por ahora. Será hasta la semana siguiente. Un abrazo y cuídate mucho :kuku::cynda:
     
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