Historia larga Los Viajeros IV: Seres superiores

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 28 Marzo 2020.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Los Viajeros IV: Seres superiores
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    7549
    Saludos a todos, nos acercamos a la recta final de ésta parte cuatro de Los Viajeros, de la que solo quedan 4 capítulos contando éste. Reydelaperdicion sé que estás deseoso de respuestas respecto a los Anixis y demás, estoy seguro que algunas las obtendrás pronto. Sin nada más que añadir, os dejo con el capítulo, para mi, uno de los mejores de ésta parte.




    Corazón valiente







    Los ojos de Reeda comenzaron a abrirse lentamente, comenzando a vislumbrar un pequeño cuarto con una potente luz en el centro que iluminaba una mesa cuadrada. Al levantar la cabeza y tratar de mover el cuerpo, se percató de que estaba atada de alguna forma a una silla metálica y fija en el suelo. Enfrente suya, la silueta de uno de esos seres, también sentado con las manos cruzando los dedos y a juzgar por la postura de su cabeza cubierta por un casco oscuro, mirando fijamente a la neoniana.

    — No malgastes energía tratando de soltarte — Dijo el Anixis que estaba enfrente, con una voz que denotaba ser femenina — Tampoco pierdas fuerza hablando, ahora solo necesito que me escuches.

    La neoniana hija del fallecido comandante Turak Klamp, observaba a su enemiga con seriedad, sin apenas inmutarse. Etyah no estaba en ese cuarto, pero si a ella no la habían matado ya, seguramente a él tampoco.

    — ¿Dónde está mi compañero? — Preguntó Reeda seriamente.

    — ¿Acaso no me escuchas cuando hablo, neoniana? — La Anixis golpeó la mesa con ira — Tu amigo está bien, pero dejará de estarlo si no me escuchas y sigues hablando.

    Reeda deseaba poder ver el aspecto de estos seres para escupirles en el rostro, pero por el momento debía conformarse con mirarla de mala manera. La Anixis se recostó en su silla metálica sin perder de vista a la neoniana retenida.

    — Resulta que todo esto parece haber sido una terrible casualidad — Comenzó diciendo la Anixis — Nos dirigíamos a Neonia por petición del Emperador para corraborar que todo andaba según lo planeado, pero cuando estamos cerca, la señal de nuestra base en órbita desaparece. Y de pronto, vemos tu lanzadera a una distancia considerable de la destrucción de nuestra base, cómo si huyeses de ella. Evidentemente, optamos por capturaros pues parecéis claros sospechosos de lo ocurrido, pero además, tampoco podemos contactar con los posibles supervivientes que hayan quedado. ¿Los habéis matado a todos, neoniana?

    — Ojalá — Musitó Reeda, sin mostrar ninguna emoción.

    La Anixis asintió tras lo que acababa de oír y acto seguido se incorporó, aproximándose a la neoniana.

    — Me llamo Bar — Dijo la soldado, sentándose a escasos centímetros de la retenida — ¿Cuál es tu nombre?

    — Reeda — La neoniana decidió ser sincera con su nombre.

    — Muy bien, Reeda — Bar se aproximó al oído de ésta — Espero que te despidieses bien de tus seres queridos, porque ha sido la última vez que los veas.

    Bar se incorporó y salió de aquel pequeño cuarto a modo de interrogatorio para meterse en uno anexo, donde Etyah se encontraba. El joven humano vio entrar a la Anixis, sentándose frente a él con una tranquilidad pasmosa que incluso le aterrorizaba. Ambos pasaron un largo minuto en absoluto silencio, en aquel cuarto idéntico al que se encontraba la neoniana Klamp, mirándose fijamente.

    — Tú nombre, ahora.

    — Etyah.

    — ¿Te has despedido de tu gente? — Preguntó Bar de forma seria — Porque no los vas a volver a ver.

    — No, no lo he hecho — Respondió el afroamericano con indiferencia — Muy bien.

    — ¿No te importa en absoluto desaparecer para los tuyos? — La Anixis se vio sorprendida por la respuesta del joven.

    — Todo lo que me importaba lo perdí hace años — Murmuró el joven Preston, manteniendo la compostura y recordando a Eron, quién era el único al que apreciaba.

    — La guerra Rhajik, ¿verdad?

    — ¿Cómo sabes acerca de...?

    — Los Anixis lo sabemos todo, Etyah — Murmuró Bar, incorporándose tras un breve momento sentada — Sé que fue una etapa difícil, sin embargo, a nosotros nos fue mucho peor.

    — ¿Qué os pasó?

    — Nos quedamos solos — Musitó Bar, recordando — Vosotros tenéis aliados, nosotros no los teníamos.

    — Y con lo que hacéis, estad seguros de que no tendréis — Le recriminó el joven Preston, sintiendo que su interrogadora se hacía la víctima.

    — Ya no los necesitamos — La Anixis se dirigió a la salida — Cómo mucho, los usaremos para un beneficio propio.

    — Entonces no son aliados — Contestó Etyah.

    — Son esclavos.

    Bar, la Anixis que estaba al mando de la flota de tres naves que estaba a punto de entrar en Neonia, salió de aquella sala dejando pensativo y serio al joven Preston. Aquella ser avanzó por varios de los pasillos de su nave hasta llegar al puente de mando, dónde hasta cuatro Anixis manejaban los aparatos de la pesada nave.

    — Cinco minutos para la entrada en la atmósfera de Neonia — Notificó uno de esos seres al mando de la nave.

    — Perfecto — Musitó Bar, seria — Seguid intentando contactar con posibles supervivientes, máxima prioridad a los hermanos Xom.

    — Entendido, a sus órdenes.

    [...]

    El comandante Crane no dejaba de observar el Rhajaal en sus manos. Sentado frente al syleriano Paokt, éste se mostraba arrepentido de lo que había ocurrido, pues tuvo un leve desencuentro con Vanth además de esconder un arma en sus pertenencias con fines desconocidos. Pese haber ocurrido eso hacía tan solo cuatro días, Lill no accedió a dárselo hasta la llegada a Syleria. Tras un viaje tranquilo de diez días, la tripulación llegó al planeta syleriano.

    — Entonces, ¿era de tu padre? — Lill no dejaba de observar lo que según Vanth era una reliquia de su antigua civilización, el arma estándar de las fuerzas neonianas.

    — Así es, era suya — Musitó Om, de pie frente al humano.

    — ¿Y cómo un syleriano ha mantenido un arma del enemigo en su poder? — Preguntó el comandante Crane, muy intrigado — Porque, claro, supongo que tu padre la recogería en combate contra los neonianos pero, ¿por qué conservarla, Om?

    — Porque es lo único que me queda de él — Respondió el syleriano, visiblemente afectado por recordarlo — Solo tengo esa arma y su nombre.

    — ¿Se llamaba cómo tú?

    — Exacto, Om Paokt — Dijo el protector de la Elegida — Aunque según mí madre antes de morir, lo llamaban por su apellido, cómo a todos los que forman parte del ejército syleriano.

    — Entiendo — Murmuró Lill, aún sin entregarle el arma — ¿Por qué la trajiste a bordo?

    Ante esta pregunta, Om levantó la vista y vio que el humano mantenía la suya clavada en el, consciente de que según que intenciones tuviera, podría haber problemas.

    — Sé que puede generar confusión, pero la traje por defensa propia — Explicó Paokt con seriedad — Me uní a la tripulación porque Hylda me lo pidió, con el fin de evaluaros a vosotros y a la situación que tenéis en Neonia... pero no podía arriesgarme, llevar un arma conmigo era sinónimo de seguridad.

    — Argumentas entonces que fue por pura protección, por si no éramos de fiar, ¿no?

    — Exactamente.

    — Muy bien — Para sorpresa del syleriano, Lill le entregó la Rhajaal — Espero no arrepentirme de esto.

    — No lo harás — Respondió Om, aliviado de obtener de vuelta tan importante objeto de valor sentimental — Al igual que yo no me arrepiento de estar aquí.

    Lill asintió con una media sonrisa y le tendió la mano, a lo que Om aceptó el saludo estrechándosela, tal y como le explicaron que hacían los humanos cuando se saludaban o llegaban a algún acuerdo. El syleriano estaba a punto de salir por la puerta del camarote del comandante cuando Snow apareció repentinamente.

    — ¿Ocurre algo, Snow? — Preguntó su marido al verla llegar de forma tan abrupta.

    — Avistamos Syleria — Indicó la gobernadora Carver — Vamos a aterrizar al lado de esa ciudad que conocisteis hace poco.

    — Sovaam, sí — Dijo Lill, levantándose del sillón en el que estaba sentado — Vayamos a prepararnos, ¿te quedas con Gina?

    — Arva nos hace el favor — Murmuró la mujer — Se quiere quedar a bordo y cuidar de nuestra niña.

    La Arcadia inició las maniobras de entrada en la atmósfera de Syleria para luego dar paso a que Sovaam se viera en el horizonte. La ciudad syleriana, tan bien iluminada, era el faro perfecto para conocer su ubicación. Om decidió tomar la radio para avisar y evitar posibles malentendidos.

    — Aquí Om Paokt a bordo de la Arcadia, solicitamos aterrizaje en las proximidades — Indicó el syleriano, al que no tardaron en responderle.

    Om, nos alegra oírte — Dijo el syleriano al otro lado — Solicitud concedida, pueden aterrizar.

    Arva obedeció y comenzó a aterrizar cerca de la entrada a Sovaam, de la que les separaba unos escasos doscientos metros. Una vez la nave tocó superficie syleriana, varios soldados de ésta especie salieron a recibir al grupo.

    — Bienvenido de vuelta, Om — Dijo uno de los cuatro soldados que salieron a escoltarles — Bienvenidos humanos y neoniano, veo algunas caras distintas esta vez.

    — El neoniano es el líder de los suyos, Vanth Dheer — Les presentó Paokt — Ella es la médico, Cinthia Marlow y la otra mujer es la gobernadora de la humanidad, Snow Carver.

    — ¿Quién está en la nave?

    — La piloto Arva Tidder y mí hija de tres años, Gina — Contestó Snow con normalidad.

    — Entendido, por favor, seguidnos.

    El grupo entró antes en una cámara de descontaminación para después poder entrar sin problemas a la ciudad syleriana. Tanto Snow cómo Vanth y Cinthia, que no la visitó la primera vez que llegaron, se sorprendieron de ver los colores de la ciudad y la luz que había, notándose más cuando caía la noche en la que se encontraban. Los ciudadanos sylerianos permanecían quietos, mirando de arriba a abajo a las personas que no vieron la primera vez, intrigados y deseosos de conocer más acerca de ellos.

    Los soldados llevaron al grupo hasta el famoso edificio de más de treinta plantas dónde vivía la Elegida, Hylda Admir, la líder syleriana. Una vez guiados hasta ese punto, Om ya se encargó de llevarles hasta el ascensor que subía directamente a la última planta. El trayecto se hizo ameno hasta que las puertas de dicho ascensor se abrieron para dar paso a una extensa vivienda con apenas muebles, llamando la atención por su sobrado espacio. Observando el horizonte de su ciudad por la cristalera que era toda la vivienda, la Elegida se volteó para recibir a sus invitados, esta vez con un vestido distinto al de la primera vez.

    — Om, me alegro de volver a verte — Dijo con suavidad la syleriana — Lill, lo mismo digo. ¿Quiénes son ellos?

    — Mí mujer Snow y gobernadora de la humanidad, nuestra médico Cinthia y el líder neoniano, Vanth.

    — Vaya, esto parece haberse convertido en una reunión de líderes — Murmuró Hylda, indicando a todos que se sentaran en unos amplios y alargados sofás — Si estáis aquí, me imagino que es porque queréis que cumpla mi parte del acuerdo de alianza, ¿verdad?

    — Así es, básicamente queremos tu apoyo militar — Dijo el comandante Crane sin tapujos.

    — Verás, Elegida, he comprobado de primera mano la situación tan complicada en la que humanos y neonianos viven en el planeta Neonia — Om salió a dar su opinión para que su líder comprendiera — Esos Anixis son realmente unos conquistadores, o al menos eso parece, así que si queremos esta alianza de verdad, deberíamos enviar parte de nuestro ejército.

    — Tal y cómo ocurrió con los neonianos... — La mirada de Hylda recayó sobre Vanth, quién no dijo nada — Bien, entonces así será. Enviaré dos naves con quinientos soldados cada una y yo iré en vuestra nave a conocer en primera persona la situación, y el planeta, por supuesto.

    — Elegida, puede ser peligroso, deberías qued...

    — Decido yo, Om Paokt — Hylda se puso seria — Si he dicho que os acompañaré, así será.

    — ¿Y quién se quedará a cargo de esto? — Preguntó el syleriano, preocupado por ello.

    — Ya me ocuparé — Musitó la Elegida — ¿Algo más que discutir?

    — Me gustaría pedir disculpas al pueblo syleriano en nombre de todos los neonianos, por las atrocidades cometidas en el pasado y esa guerra tan dañina que provocamos — Vanth se sinceró — Nuestros antepasados eran unos necios conquistadores, pero de la mano de los humanos y de nuestros propios errores anteriores, hemos aprendido que la única forma de prosperar, es unidos.

    — Me congratula oír esas palabras, Vanth — Hylda también sonaba realmente sincera, más allá de sorprenderse con las palabras del neoniano, pues no esperaba que hubiese viajado hasta ahí solo para eso.

    — Yo querría hablar en nombre de la humanidad cuando le digo que estamos orgullosos de formar nuevas alianzas con especies dispuestas a crecer y socializar con otras — Decía Snow de corazón — Hasta hace relativamente poco, eso nos sonaba a utopía, pero se está realizando ahora. Será un honor compartir Neonia con vosotros y los neonianos.

    — El honor es mío, Snow — Indicó la Elegida, por primera vez, sonriente — Informaré a los generales del ejército para que preparen dos naves con un total de mil soldados en ellas. Dudo que se lo crean, hace tantos años que no usamos las naves...

    — Ahora las usaremos por un buen motivo — Añadió Om, visiblemente entusiasmado — Por la paz y el equilibrio.

    [...]

    — Llevamos muchos días sin recibir ningún mensaje — Murmuró Haal, preocupado — ¿No deberían estar en camino?

    — Venimos desde lejos, Haal — Le reprochó Deon, serio — Es normal que les tome días, ¿no crees?

    — Quizá no nos consideran imprescindibles, quizá... — Haal estaba poniéndose nervioso y poniendo nerviosos a los hermanos Xom — Alomejor nos quieren dejar morir aquí...

    Deon no lo dudó y le propinó un puñetazo, provocando que el Anixis cayera sin apenas sufrir mucho dolor, pues el casco era prácticamente una coraza que les protegía de cualquier golpe en el rostro. Ender observó a su hermano con una mirada culpabilizadora y de menosprecio por lo que acababa de hacer, mientras Deon se acercaba a Haal, derribado en el suelo.

    — Haznos un favor a todos y ve a Promesa a buscar entre los restos de nuestra base el comunicador, por si ha sobrevivido al impacto — Le ordenó el líder Anixis con cierta ira en sus gestos.

    — Déjale, Deon — Musitó Ender, colocándose entre su hermano y su amigo — Ya es hora de que consigas lo que quieres por tu cuenta. ¿Quieres ese comunicador? Vayamos nosotros a buscarlo, deja que Haal y el resto continúen vigilando a los humanos y neonianos.

    — Vaya, hermano, al fin sale una buena iniciativa de tu boca — Le recriminó Deon, iniciando ya camino.

    Mientras uno de los Xom comenzaba a dirigirse de regreso a Promesa, el otro ayudaba a su compañero y amigo a levantarse.

    — Tu hermano está muy irascible últimamente — Murmuró Haal, molesto con él.

    — Sí, y tú estás muy paranoico últimamente — Respondió Ender con seriedad — Quedas al mando, avisa al resto que vamos a buscar el comunicador y mantened la vigilancia sobre éste sitio.

    — Entendido — Musitó el Anixis — Gracias, Ender.

    — No es nada.

    Haal permanecería a cargo, por su rango, de los nueve Anixis restantes y los tres drones que patrullaban los alrededores del Sector 0, espiando los movimientos de la población humana y neoniana mientras aguardaban la llegada de más de los suyos. Ender tuvo que acelerar el paso para ponerse al mismo nivel que su hermano, quién apenas se inmutó al verlo, pero el trayecto hacia Promesa apenas iba por la mitad cuando uno de los Xom no aguantó más el silencio y decidió romperlo.

    — ¿Se puede saber que mierda te pasa? — Ender tenía decidido saber que le ocurría a su hermano — Te comportas cómo si todo fuera mal.

    — ¡Es que todo va mal! — Exclamo Deon, enfadado — No finjas que esto es lo que quieres Ender, tú siempre has sido quién decía que no debíamos recluir a la humanidad, que debíamos hablar con ellos y unir fuerzas, que no tenían culpa de...

    — Sigo creyendo en eso, Deon — Indicó Ender, serio y decidido — Esto ya no es cómo cuando éramos pequeños y el hermano mayor tenía la razón. Seré el pequeño, pero soy el más inteligente, aunque nuestro padre no lo vea y prefiera una máquina de matar cómo hijo.

    Deon trató de sorprender a su hermano pequeño dándole una patada en el abdomen que éste esquivó rápidamente dando un salto hacia atrás.

    — Te recuerdo que nuestro padre nos entrenó a los dos — Replicó Deon, cara a cara con su hermano — Tú también eres una máquina de matar, es esa mierda de ética moral lo que te matará algún día.

    — A ti te matará la imprudencia, el impulso y la ira que tienes, hermano — Indicó Ender, tratando de hacerle entrar en razón — Sé que en el fondo de tu ser, crees lo mismo que yo. Es una pena que quieras obedecer a nuestro padre, el gran Emperador Gar Xom, para algún día ocupar su maldito trono.

    — ¡No tienes idea de lo que quiero! — Gritó Deon, lanzando una patada que esta vez sí logró acertar en el abdomen de Ender, quién cayó al suelo dolorido — ¡Deja de actuar cómo si lo supieras todo! ¡Eres patético!

    Ender no respondió hablando, sino que lo hizo haciéndole un placaje a su hermano mayor que lo derribó instantáneamente en el suelo del bosque neoniano. El pequeño de los Xom le quitó el casco a su hermano y se quitó el suyo propio, mostrando su rostro.

    — ¡Mírame a los ojos, Deon! — Exclamo Ender, cansado de ir por la vía pacífica con su hermano — ¡Esto es lo que somos! ¡Somos defensores de la paz y el equilibrio, eso les dijimos! ¡No pretendas ser algo que no eres!

    Deon le dio un codazo a su hermano pequeño en el mentón, que lo hizo caer a un lado, justamente por el que había una ladera, enviándolo abajo. Mientras Ender rodaba hasta chocar con una piedra de gran tamaño y hacerse una brecha en la frente, su hermano mayor bajaba la cuesta, decidido a terminar con su propia familia.

    — Nuestro padre se enfurecerá cuando le cuente que has muerto a manos de los humanos — Decía Deon mientras se aproximaba a su hermano malherido — Con un poco de suerte, querrá guerra contra ellos, y yo la lideraré.

    El mayor de los Xom quiso aprovechar la ventaja sobre su hermano menor, realizando una potente patada en el torso de éste, que colocó sus antebrazos a modo de escudo para protegerse del golpe, cosa que logró. Antes de que Deon pudiera maquinar otro golpe, Ender le pateó las piernas y lo derribó, colocándose sobre él e iniciando una golpiza que nacía directamente de la rabia contenida.

    Apenas pudo darle tres puñetazos, pues Deon le hundió su puño derecho en el pecho a su hermano, que pese a portar el traje, sufrió un dolor considerable. Mientras Ender se dolía, Deon se impulsó con su pierna izquierda para lanzar una patada directa a la cara de su hermano, acertando de pleno, provocando que Ender fuera desplazado hasta colocar su espalda pegada a la roca de gran tamaño.

    — Este combate será el de desempate — Dijo Deon, haciendo alusión a combates de entrenamiento que ambos tuvieron cuando eran más pequeños, mientras se limpiaba la sangre que le salía de una brecha en el labio inferior — Uno de los dos va a morir aquí, hoy.

    Ender se colocó en posición defensiva, momento en el que Deon se lanzó de un salto hacia él con la rodilla por delante. El menor de los Xom reaccionó rápidamente, apartándose, pero cayó en la trampa de su hermano, quién se apoyó con la pierna derecha en la roca y dio una vuelta de trescientos sesenta grados en el aire para golpearle con la izquierda, desplazándolo hasta más adelante, donde un pequeño riachuelo llevaba el agua por encima de las hojas secas hacia el río más próximo.

    El pequeño Xom cayó muy golpeado a la tierra, notando cómo el agua limpia y pura de Neonia le mojaba parte del rostro que tocaba suelo. Deon se aproximó a su hermano, visiblemente agotado pero consciente de que tenía todas las de ganar, cuando un extraño sonido en el cielo llamó su atención. Al alzar la vista, no tardó en ver cómo tres naves de un tamaño considerable, aterrizaban en las proximidades de Promesa, lugar al que se dirigía. Se trataba de las naves Anixis lideradas por Bar, quiénes habían viajado antes de la explosión de la base en órbita para comprobar cómo iba todo. El mayor de los Xom se tranquilizó internamente al ver que los suyos habían regresado a por ellos, por lo que se aproximó a su hermano rápidamente, quién le pedía con la mano que le ayudara a levantarse.

    — Siempre fuiste un estorbo — Dijo Deon, justo antes de asestarle el golpe definitivo a su hermano.

    [...]

    La gente comenzó a vislumbrar desde el Sector 0, la llegada de tres nuevas naves Anixis, estas de un tamaño cercano al de media arca de origen humano. Por la lejanía quedaba claro que se instalaban cerca de Promesa, lo suficientemente cerca también del lugar en el que estaba el asentamiento, a menos de un día de camino. Esta maniobra demostraba que las intenciones de estos seres eran claras: completo asedio y ataque accesible. La población corría de un lado a otro dispuesta a armarse al completo, aunque faltaran armas para algunos, mientras el hombre al mando de todo observaba el cielo con una seriedad absoluta. El subcomandante Tanner se dirigió entonces al complejo edificado del Sector 0, dónde estaba la principal armería, una sala médica y una sala de operaciones de campo además de un laboratorio preparado. Eron fue rápidamente hacia la sala de operaciones, dónde ya se encontraban Yak, Erie y Lio debatiendo que hacer.

    — Erie, por favor, llévate en la Valkshire y en las demás naves a todo aquel que no sepa disparar o que esté enfermo — Le pedía Quetaryan casi a modo de súplica — No podemos arriesgarnos a que mueran personas indefensas.

    — ¿Has visto el tamaño de sus naves? — Intervino Santos en la conversación — Bastarían unos misiles para derribar a todas nuestras naves.

    — Cierto, no sé si sea lo mejor huir con las naves — Pensaba Erie.

    — ¡Pueden destruirlas igual! ¡Si pensamos así, solo basta para que nos lancen una lluvia de misiles y convertirían éste sitio en un yermo! — Yak estaba desesperado por urdir un plan de huida.

    — ¿Acaso sabemos que vayan a atacarnos ahora? — La entrada en la conversación de Eron llamó la atención del trío presente en la sala — Hay que analizar la situación con calma.

    — La calma nos puede volver imprudentes y confiados — Respondió el joven neoniano con seriedad — Yo solo sugiero alejar de la zona de combate a aquellas personas que no puedan servir a la lucha o que estén heridas.

    — Lo haremos llegado el caso, ahora mismo no estamos bajo ataque — Indicó el subcomandante, desquiciando al neoniano.

    — Yak, el subcomandante tiene razón, no debemos precipitarnos — Erie apoyaba a Eron en la decisión de permanecer a la espera.

    — Podríamos atacar nosotros primero — Las palabras del hombre de Ceres impactaron a los tres que se encontraban con él — Nos infiltramos en una de sus naves, colocamos explosivos y salimos rápidamente. No sabrán que carajo ha pasado cuando una de sus naves se haga trozos.

    Eron, Yak y Erie se miraron entre sí, dubitativos. La idea de Lio era arriesgada pero podía funcionar, más allá de que les restaría potencia a los Anixis ante un posible ataque de su parte. El subcomandante comenzó a asentir, decidiendo que realizarían esa misión de infiltración.

    — Iréis vosotros, yo me quedaré a cargo de éste sitio — Dijo la neoniana Tovam, para no dejar al Sector 0 huérfano de líderes.

    — Avisaré a Sun para que venga — Indicó Santos — Que se gane el pan de cada día.

    Mientras el hombre de Ceres se iba a buscar a la asiática, el subcomandante y el joven neoniano se dirigían a la armería para prepararse para la misión. Al llegar, ambos tomaron un Striker y un Rypper respectivamente junto a un par de granadas de fragmentación y de energía, además de explosivos que guardaban bajo llave para cosas serias. Una vez preparados, humano y neoniano salieron al exterior, esperando que Lio y Sun se abastecieran de todo lo necesario. En ese momento, Ashley llegaba de entrenar a algunas personas con intención de hacerse soldados, pero al ver que tanto Eron como Yak iban armados para una misión, la curiosidad le hizo acercarse.

    — ¿Dónde vais tan preparados? — Preguntó la mujer, viéndose sudada y con el pelo recogido.

    — Nos vamos a infiltrar en una de esas naves Anixis que acaba de llegar, con el fin de detonarla y restarles poderío armamentístico — Explicó Eron con normalidad.

    — Dadme un momento y me prepararé para ir con vosotros — Indicó Ashley, decidida a participar.

    — No es necesario, Ash — Musitó el subcomandante, serio.

    — Ya vienen Lio y Sun — Dijo Quetaryan.

    Ripley se marchó visiblemente enfadada porque no contaran con ella, por lo que Eron lanzó un suspiro que extrañó a Yak y fue detrás de ella hasta frenarle los pies.

    — No te enfades — Dijo el hombre, sujetándola de los hombros — Te quedas a cargo de esto junto a Erie.

    — Me sorprende que confiéis antes en Sun que en mí — Ashley demostró lo que le sentó mal — No lo entiendo, de veras.

    — Eso no es así, Ash, es una forma de que colabore con nosotros y se gane su sitio aquí.

    — ¿Y yo tengo mi sitio aquí? — La mirada incrédula de Ashley dio paso a que tratara de volver a irse, cosa que Eron le impidió — ¡Suéltame!

    — ¡Te quedas porque no quiero que te arriesgues! — Exclamo el subcomandante Tanner, provocando que algunos soldados cercanos miraran la escena de forma extraña — Mierda, Ash, yo... siempre he temido perder a las personas a las que quiero. Cuando perdí a mi mujer embarazada por pedirle que me esperara en casa durante el asalto Rhajik a Marte... siento que esto es similar. Quiero que te quedes, porque si vienes corres más riesgo de morir que aquí, ¿me entiendes?

    — Entiéndeme tú, Eron — La mujer se zafó de las manos del subcomandante con cierta rabia — Yo no soy tu maldita mujer.

    Ashley se marchó al mismo tiempo que Lio y Sun llegaban al punto de encuentro para dirigirse hacia las naves Anixis. Eron se quedó en silencio, viendo marchar a la ex comandante Ripley, con las palabras de ésta retumbando en su cabeza.

    — Hey, Eron — Lio le llamó la atención a su compañero — ¿Listo?

    — Siempre — Musitó el hombre, dejando las preocupaciones a un lado para centrarse en la misión.

    El grupo formado por los cuatro inició la marcha hacia el lugar dónde se habían instalado las tres naves Anixis recién llegadas, muy cerca de Promesa, por lo que se tardarían unas catorce horas para llegar al lugar. Por suerte para ellos, se aprovisionaron bien por si había complicaciones y debían dormir lejos del Sector 0. Salieron del lugar a mediodía, por lo que llegarían al anochecer. El trayecto era algo agotador pero el grupo pensaba en el factor sorpresa en la noche, una ligera ventaja que tendrían para infiltrarse en el interior de una de las tres naves Anixis.

    Finalmente los cuatro llegaron a la zona donde las naves enemigas se habían asentado, a un kilómetro exacto de una Promesa con ciertas partes destruidas tras la caída de pedazos de la base en órbita contra la superficie. Lio portaba consigo los explosivos y la experiencia en donde colocarlos, pues cómo ingeniero aéreo, conocía los puntos débiles de cualquier vehículo que volara. El subcomandante observaba desde la distancia a las tres naves colocadas de forma contigua y mirando al frente, cuando se percató de un brillo fugaz en una de ellas.

    — ¡Francotirador! — Exclamo Eron, lanzándose al suelo.

    Yak se metió en el interior de Promesa mientras que Sun hizo lo mismo que el subcomandante, recibiendo Lio un disparo de plasma que le rozó el hombro izquierdo, provocándole una brecha en el traje y una quemadura alrededor de ésta. El hombre de Ceres se colocó rápidamente la mano en la herida, para quitársela y comprobar que estaba sangrando considerablemente.

    — ¡Mierda! — Gritó Santos, furioso al verse la herida — ¡Quema cómo el infierno, joder!

    Un segundo disparo de aquel francotirador Anixis casi acierta en Yak, asomado por la esquina de la entrada a Promesa.

    — Está sangrando mucho, Lio — Corraboró Sun, observando la herida.

    — ¡Sun, llévate a Lio de regreso al Sector 0! ¡Yak y yo terminaremos esto!

    — ¡Ni de broma! — Dijo Lio, decidido a participar en la misión.

    — Tranquilo amigo, yo también sé manejar explosivos — El subcomandante prefería no cargar con su compañero — Hemos perdido el factor sorpresa, será más fácil escabullirnos dos que cuatro y uno malherido.

    Santos frunció el ceño, desaprobando la decisión del subcomandante pero consciente de que tenía razón, pues el disparo no fue certero pero el plasma quemaba la piel y provocaba un mayor derrame de sangre. La asiática ayudó al hombre de Ceres a meterse en el interior de Promesa para evitar recibir disparos y para esperar pacientemente a que el francotirador se olvidara de ellos para salir en dirección al bosque y regresar al Sector 0.

    Eron y Yak, por el contrario, tomaron los explosivos que portaba su compañero malherido y se metieron en el interior de Promesa, para salir por la parte trasera y despistar así al francotirador. Se vieron abrumados por el estado de la colonia humana, a oscuras y un poco en ruinas, hasta que salieron de ella por detrás y se metieron de lleno en la arboleda que separaba Promesa de las tres naves Anixis.

    Humano y neoniano avanzaron en completo silencio, rodeados de árboles y del único sonido de las hojas moverse por las ráfagas leves de viento. Muy pronto pudieron ver de cerca la dimensión de estas naves, que apenas era cada una de ellas una mitad de las arcas que salieron de la Tierra hacía más de cinco años, pero que a pie de campo, se veían con grandaria.

    La nave del centro parecía ser la principal, pues tenía varios distintivos que la caracterizaban a diferencia de las otras dos, por lo que el dúo decidió irrumpir en ella. Rodearon la primera nave con pies de plomo y un sigilo asombroso hasta vislumbrar la nave insignia de aquella pequeña flota. Yak se percató de que había francotiradores a cada lado de la nave, por lo que serían fácilmente vistos si avanzaban cómo si nada. Al neoniano entonces se le ocurrió una idea.

    — ¿Qué pretendes? — Le preguntó Eron susurrando.

    — Una granada de energía — Se dispuso a explicar Yak — Ellos no son máquinas que sepamos, pero a un ser orgánico le da la misma descarga que le puede dar a un Rhajik... digamos que no morirá, pero se quedará un rato dormido.

    — Nos vale — Musitó el subcomandante — Adelante.

    Quetaryan lanzó la granada de energía a aquel Anixis que se encontraba en una clara posición desde la que podría verles. Las granadas tenían una función adhesiva, por lo que esta se pegó a la superficie de la nave y a una distancia cercana al francotirador, que cuando escuchó el sonido de la granada golpeando la nave, apenas le dio tiempo a verla con sus ojos antes de que una descargar energética lo paralizara y dejara inconsciente allí arriba.

    Eron y Yak tenían vía libre para no ser vistos a un lado de la nave. Su suerte se hizo grande cuando comprobaron que en ese mismo lado pero a la misma altura dónde el Anixis francotirador había quedado inconsciente, una ventana se encontraba abierta. No obstante, el dúo tendría que escalar y así lo hizo. El subcomandante inició la escalada, agarrándose a pequeñas partes que sobresalían mientras apoyaba los pies en filtros de ventilación mientras el joven neoniano hacía lo propio, siguiendo los pasos del humano.

    Así, en dos minutos tensos, ambos lograron llegar a la parte alta de la nave y entraron directos por esa ventana. Al incorporarse, vieron que se encontraban en lo que parecía ser el camarote de alguien importante en la nave, por lo que supusieron que sería el capitán de ésta. Una pequeña especie de lámpara iluminaba poco el escenario, pero lo suficiente para ver todo lo que había, como un comunicador cuántico —aparato que realizaba transmisiones y videoconferencias a lugares lejanos y dónde la señal de tecnología humana o neoniana apenas podría alcanzar— un armario con el arma estándar de los Anixis llamada Flasher e incluso un Striker y un Rypper, cosa que inquietó al dúo.

    — ¿Se quedan nuestras armas? — Eron no lo comprendía — Las suyas disparan plasma, las nuestras balas, ¿qué tienen de superiores las nuestras a las suyas?

    — Quizá quieran estudiarlas — Teorizó Yak — Puede que nuestras armas no peguen tan duro cómo las suyas, pero matarles, creo que podrán hacerlo.

    Mientras el subcomandante seguía observando las pertenencias del capitán de esa nave y probablemente de esa pequeña flota, Quetaryan se percató de algo en lo que parecía ser una mesa de escritorio en una esquina de la habitación. El neoniano se aproximó intrigado hasta que cogió un objeto, concretamente una pulsera, que reactivó en él una posibilidad de la que no estaba mal encaminado.

    — Esto... — Murmuró Yak, sorprendido — Esto es de Reeda.

    — ¿Lo dices en serio? — Eron se aproximó a observar la pulsera — Entonces ella y Etyah deben estar aquí.

    — Por el bien de esos seres malnacidos, espero que sigan vivos — Dijo el joven neoniano con ira y temor.

    — Y si están muertos, lo van a pagar.

    El subcomandante Tanner se quitó la mochila que portaba en su espalda y sacó los explosivos que había en ella, decidido a colocarlos en aquella habitación. La realidad era que, con Lio en la misión, éste les hubiese indicado dónde colocar la carga, pero sin el hombre de Ceres ahí, Eron optó por colocarla cuanto antes y rescatar a sus compañeros, que podían estar vivos o muertos. Éste escondió los explosivos en el interior del armario donde se almacenaban las armas, contando con un tiempo máximo de media hora antes de que explotara.

    Una vez listo, el humano le indicó al neoniano que era hora de buscar a Reeda y Etyah. La puerta del camarote se abría pulsando un botón de dentro hacia fuera, pero para volver a entrar requería una huella dactilar. El dúo comprobó que se abrían ante ellos dos pasillos bien iluminados y estrechos, dispuestos a avanzar por el de la derecha cuando escucharon pasos aproximarse. Velozmente, Eron y Yak se fueron por el otro pasillo, el de su izquierda, que los llevó a un cruce de más pasillos, uno a cada lado y otro recto.

    — No me agrada la idea de separarnos, pero parece que será lo mejor para encontrarles más rápido — Murmuró Eron, quién no veía alternativa.

    — Estoy de acuerdo — Musitó Yak, serio — Buena suerte.

    El subcomandante asintió y tomó el pasillo de la izquierda mientras el joven neoniano avanzaba recto. Muy pronto, Quetaryan se daría cuenta de que había cogido el camino correcto al bajar unas escaleras y encontrarse en lo que parecía ser una sala extensa con hasta diez habitaciones que tenían cristaleras a cada lado de sus puertas, dando parecer que se trataban de salas de interrogatorio.

    El neoniano fue una a una, observando por las cristaleras el interior de las salas, todas vacías hasta llegar a las últimas dos. Al asomarse a una de ellas, encontró a Etyah, sentado y anclado a una silla metálica fija en el suelo, con la mirada perdida en la luz que iluminaba el cuarto. Tras saber que el joven humano estaba ahí, fue a ver la otra sala, descubriendo a su pareja Reeda sentada de la misma forma que el humano. Yak trató de abrir la puerta pero ésta pedía una clave de seguridad, por lo que era imposible entrar sin que un Anixis estuviera allí, aunque podía sobrecargar la cerradura a disparos, provocando una alarma en toda la nave y avisando a todos los soldados de ésta.

    Quetaryan apenas lo pensó varios segundos, colocó el cañón de su Rypper en el aparato que pedía clave de control y disparo repetidas veces hasta que éste se sobrecargó y se abrió la puerta, dándole paso hacia Reeda. La neoniana apenas levantó la cabeza cuando los anclajes que la mantenían en la silla se abrieron y su pareja entraba rápidamente para sacarla de allí.

    — ¡Yak! — La neoniana estaba visiblemente emocionada de verlo allí — ¿Cómo has...?

    — Luego te explico — Dijo el neoniano mientras la alarma sonaba en toda la nave — Vayamos a por Etyah y salgamos de aquí.

    Eron se encontraba en la bóveda de la nave cuando comenzó a sonar la alarma. Temiendo que su compañero neoniano hubiese sido detectado, el subcomandante se dispuso a subir las escaleras que lo llevaron hasta ahí abajo cuando escuchó pasos de varios soldados corriendo en tropel por el pasillo, por lo que tuvo que esperarse. El humano comprobó en el temporizador que portaba consigo, que los explosivos iban a detonar en doce minutos exactos.

    El hombre esperó pacientemente a que los pasos de los Anixis por encima de su cabeza se alejaran y una vez lo hicieron, salió de la bóveda decidido a encontrar a Yak. Sin embargo, fue asomar la cabeza y se disparado, por lo que el subcomandante saltó y rodó hasta cubrirse en la esquina de un pasillo.

    — ¡Tenemos intrusos! — Declaró un soldado por su radio — ¡Uno de ellos en la zona de la bóveda! ¡Es humano!

    Eron asomó el cañón del Striker y comenzó a disparar repetidas veces mientras el Anixis aguardaba refuerzos mientras estaba a cubierto. El subcomandante Tanner apenas pudo permanecer ahí mucho más, pues por el pasillo por el que él estaba, se aproximaban tres soldados que comenzaron a disparar sus Flasher al verle.

    El humano comenzó a correr de manera desesperada sin saber dónde se dirigía y pareciéndole la nave una ratonera cuando entre tanta carrera terminó en un pequeño hangar con lo que parecían ser naves diminutas de combate. Consciente de que era muy probable que no supiera pilotarlas, Eron se subió a una de ellas y logró encenderla, colocando hacia atrás una palanca pequeña que acto seguido lo propulsó recto al exterior de la gran nave.

    — ¡Qué no escapen los otros! ¡Vivos o muertos, me da igual ya! — Exclamo Bar, la líder de los Anixis de la nave — Yo me encargo de ese pajarito.

    La Anixis tomó una de las tantas torretas de defensa que tenían la nave, colocando la suya al modo manual e iniciando los disparos cargados de plasma contra el caza Anixis que pilotaba sin saber cómo el subcomandante Tanner. Eron era consciente de que le estaban disparando, por lo que trató de volar bajo y en la curva descendente, Bar aprovechó para dispararle una ráfaga de plasma con la torreta, acertándole en una de las alas y precipitando su colisión contra tierra firme.

    Eron creía que iba a morir, pero logró estabilizar el caza de combate Anixis hasta el punto que el aterrizaje por colisión no fue severo y apenas la diminuta nave dejó un rastro de fuego hasta el interior del bosque, dónde había terminado el humano con la nave alienigena. Bar se frustró mucho con no haber destruido uno de sus propios cazas en el aire para así matar al humano que la manejaba, por lo que se metió en el interior de otro caza, decidida a acabar desde el aire con el intruso, dejando atrás la majestuosa nave insignia Anixis a la que le quedaban diez minutos para explotar.

    Con el caos de los disparos en el interior de la nave, Yak, Reeda y Etyah lograron apañárselas para salir por dónde el primero había entrado con Eron. El ver que a los explosivos les quedaban pocos minutos para volar la nave, hizo que el trío se metiera prisa a sí mismos para huir. Comenzaron a correr en dirección al bosque mientras los Anixis les disparaban desde las ventanas de su nave, sin éxito alguno y sin saber el regalo que iba a detonarse en breve. Ambos neonianos y el humano pararon un instante para respirar tras haber huido de forma desesperada y temerosa.

    — Tenemos que buscar a Eron — Dijo Yak, quién vio el arduo combate aéreo entre éste y una torreta — Le he visto caer al otro lado del bosque, en dirección al Sector 0.

    — No tan rápido, escoria — Una voz masculina llamó la atención del trío, mostrándose Deon tras un árbol — Aquí Deon Xom, los intrusos huyen por el bosque anexo a la ubicación de las naves, solicito apoyo inmediato.

    Yak se dispuso a desenfundar su Rypper, pero recordó que la perdió durante la huida. Frustrado, el neoniano cubría a su pareja con el cuerpo mientras el joven humano miraba desafiante al Anixis.

    — ¿Qué miras, joven humano? — Deon vio que Etyah le observaba con desprecio absoluto — ¿Buscas mis ojos? Porque dudo que los veas tras el casco que llevo.

    Ninguno de los cuatro allí presentes tenían armas de fuego, por lo que la situación solo se podía resolver cuerpo a cuerpo o bien siendo capturados. Yak, Reeda y Etyah estaban decididos a pelear contra Deon cuando el joven humano les frenó los pies a ambos compañeros.

    — Id a por el subcomandante Tanner, podría estar en peligro — Murmuró el joven Preston con seriedad — Yo me encargo de que este alienigena egocéntrico no os siga.

    — Etyah, no...

    — Por favor, Yak — Musitó — Aprovechad el tiempo antes de que sea tarde.

    — Etyah... — Reeda se aproximó a él y colocó una de sus manos en el hombro derecho del humano — Shagalash dohjan, amigo.

    Las palabras de la neoniana significaban 'corazón valiente', que en su cultura se decía cuando alguien iba a arriesgar su vida por los demás sin importarle las consecuencias. Se valoraba la temeridad porque en ella había nobleza. Yak y Reeda se alejaron del bosque rápidamente para buscar a Eron en ese caza colisionado, antes de que otros Anixis lo hicieran o de que Bar terminara con él desde el aire.

    — Espero que eso que te ha dicho tu amiga neoniana signifique estúpido en su idioma, porque lo estás siendo — Deon se colocó en posición de combate — Eres joven para morir.

    — Cuando no tienes nada que perder, la edad no importa a la hora de morir — Etyah también se colocó en posición.

    Deon fue el primero en lanzarse al ataque, corriendo hacia el joven Preston y flexionando las rodillas en el último momento para impulsar una doble patada con ambos pies que el humano bloqueó bien con sus antebrazos, para dar paso a la misma patada doble que había intentado el Anixis sin éxito, acertando Etyah en el torso de Deon y enviándolo unos metros atrás sin que este cayera al suelo.

    — Peleas muy bien, chico — Murmuró Xom, sorprendido — Es una pena que estés con ellos y no con nosotros.

    — Tú peleas muy humano para no serlo — Respondió Preston con seriedad — ¿Nos has estado observando mucho tiempo verdad? Espero que hayas aprendido algunas cosas.

    El joven afroamericano se lanzó con una potente patada en la pierna de apoyo del Anixis, que saltó al límite para evitarla y que alargó su pierna derecha en el aire para golpear el rostro de Etyah, que cayó al suelo del golpe al verse sorprendido por éste. Deon trató de pisar con fuerza la cabeza del joven humano, pero éste golpeó con el codo la rodilla del Anixis, provocando que éste se quejara del dolor mientras cojeaba. Al joven Preston le resultaba muy familiar el estilo de combate de aquel ser, sin embargo, no tuvo tiempo a pararse a pensarlo, pues éste le hizo un rápido placaje que derribó a ambos en el suelo.

    Antes de que Etyah pudiera incorporarse, Deon le colocó la rodilla en el cuello, apretando con todas sus fuerzas. El joven afroamericano intentaba librarse de ello hasta que lo logró, dándole una patada en el casco al Anixis que lo aturdió lo suficiente como para apartarse. El joven Preston se encontraba de pie frente a su enemigo, consciente de que podía derrotarle, por lo que le propinó una patada en el pecho que hizo rodar a Deon varios metros. El humano se aproximó a éste y se quedó mirándolo con desprecio, sin embargo, cometió el error de bajar la guardia, momento que aprovechó el alienigena para romperle la rodilla de un golpe seco, provocando el grito desgarrador de Etyah y su caída.

    — Sé lo que duele una rodilla rota, créeme — Dijo Deon con aires de superioridad — Eres muy bueno peleando, pero eres joven, inexperto... bajas la guardia y pierdes.

    — Joder... — Se dolía el afroamericano en el suelo.

    — Les has dado tiempo a tus amigos neonianos, es lo que querías — Murmuró el Anixis, observándolo de pie — Es una pena que deba matarte, tenías potencial.

    Etyah trató de apartarse del Anixis, pero éste le golpeó la cabeza con el pie repetidas veces hasta abrirle el cráneo, matándolo instantáneamente. En ese preciso instante, un grupo de soldados Anixis llegaban al lugar tras el mensaje que había dado el propio Deon, quiénes vieron el cuerpo ya sin vida del joven humano de veintiún años.

    — ¿Dónde está Ender? — Preguntó Haal, pues el grupo que había llegado a la llamada del mayor de los Xom era el mismo con el que éste estaba hace horas.

    — Esta rata escapaba con otros que se habían infiltrado en nuestras naves, nos asaltaron y...

    De pronto, una explosión a quinientos metros del grupo Anixis en una de las naves provocó que todos se voltearan a ver lo que acababa de suceder. Una nave entera, de las recién llegadas, ardía en llamas tras una explosión interna mientras en el interior de Deon Xom crecía la ira que tanto le caracterizaba en esos momentos.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Hola, amigo. Paso a comentar el capítulo.

    Tengo que decir que me entristece que ya solo le queden 3 capítulos a la historia. Realmente estaba disfrutando de esta parte nueva. Como dije, el capítulo anterior ya superó a las partes II y III, por lo que quería ver qué tan lejos llegaba esta parte y ver si podía superar a la I. Pero bueno, tú ya habías dicho que esta parte tendría esta duración, por lo que ya estaba listo. Lo cual no lo hace menos doloroso.

    En primer lugar, los errores con las tildes en "mí" son cada vez menos frecuentes. Poco a poco ya lo vas corrigiendo y dentro de poco seguro desaparecerá. Aún quedan, pero sé que no quedará mucho. Si antes no cortaba la lectura, ahora menos, así que, continúa así.

    Al final, la nave que encontró a Reeda y Etyah era una nave de los anixis que estaban dirigiéndose a Neonia a supervisar todo. Eso es mala suerte a otro nivel. No te dejan acceder al planeta, y cuando escapas hacia otro lugar, te interceptan los mismos seres. Claramente, los Anixis son bastante numerosos. Si son un imperio, debe ser por algo. Debo decir que la introducción de Bar fue bastante reveladora, ya que con los diálogos que le dijo a Reeda y Etyah confirmó que los Anixis no tienen intenciones de ir de pacíficos tal y como se había dicho en el código.

    La tripulación de la Arcadia ha llegado a Syleria, y Om volvió sin rasguño. No te das una idea del alivio que me da. Creía que ibas a hacer que Om muriera, y que eso causara la ira de los sylerianos. Volviendo a humanos, neonianos, anixis y sylerianos en contra de Lill. Honestamente, haber hecho eso habría sido un atrevimiento gigante y que incrementaría la tensión al 100000%, pero me alegro que no lo hayas hecho. Lill es mi personaje favorito, y pese a que reconozco que esa trama tenía potencial, lo prefiero todo como está. El miedo se fue XD. Los sylerianos se les unirán a la guerra, lo que quiere decir que ahora serán unas cuatro especies contra una. Estoy con la duda de si los sylerianos llegarán a tiempo para el combate, teniendo en cuenta que quedan 3 capítulos y el viaje es de 10 días. Todo dependerá de que tantos saltos hagas, pero sea como sea, estoy seguro de que será épico.

    La pelea entre Deon y Ender estuvo muy bien narrada. Me dio lástima ver que Ender muriera. Tenía un interés particular en él desde que lo vi diferir de las acciones de Deon tan pronto como se mostró de su personalidad. Estaba en contra de su padre y de su hermano, y habría sido genial ver si, tras la explosión de su plataforma, el emperador los pusiera a competir entre ellos. La verdad es que Deon es bastante irascible. Yo me pregunto, ¿cómo alguien así está al mando? ¿Acaso eso está normalizado entre los Anixis? Porque Deon cae muy fácil ante una provocación, y eso cualquier análisis psicológico lo demuestra. Así que, o los Anixis son ineficientes para detectar eso, o se trata de algo tan normal que les importa un carajo XD. Creo que es más la segunda. Me llama la atención lo que dijo Deon cuando dice a Ender que él cree que los humanos "no tienen la culpa" de algo. Eso me intrigó bastante. ¿De qué hablan? Los humanos no salieron del sistema solar hasta que la Unión lo autorizó. Imposible que ellos hayan perjudicado a los anixis, incluso indirectamente es imposible. ¿Acaso habla sobre Colapso? Eso tiene sentido, pero no fue culpa de los humanos, sino de los sylerianos y el Supremo. Los Anixis ya demostraron que saben sobre la guerra Rhajik (eso me intriga bastante, ¿cómo carajo saben tanto?) por lo que saben que el Supremo y los sylerianos están de la desaparición del Sistema Solar. Te digo que si no fuera porque el Supremo fue una creación syleriana, yo creería que el Supremo era un producto de los anixis XD. En fin, sé que tendré las respuestas pronto.

    En el sector 0 parece que todo está bien. Son muchos, pronto serán muchos más con los Rhajik y los sylerianos, pero al parecer, no todos están en condiciones de pelear. Debo decir que Yak me agradó con las cosas que ha dicho en esa reunión. Ha sido sensato, y parece que está decidido. Claramente, ya no va a quedarse a esperar. Cuando lo hizo, Narisha fue asesinada. Está claro de que no quiere que se repita. El plan estuvo bien, pero llevar solo a cuatro personas fue muy precario. ¿No podían llevar a un grupo a explorar o para reconocimiento? ¿O a aunque sea unos pocos Rhajik? Ir solo cuatro personas era un suicidio. El plan se les fue encima cuando Lio fue herido. Y hablando de Lio, me sorprende que le hayan pedido a Sun que se lo llevara cuando ella estaba allí para "ganarse su lugar". De ser Eron, yo habría hecho que Yak se marchara con Lío y que Sun se quedara. Espero que Eron no muera asesinado por Bar, ya que es el líder de los humanos ante la ausencia de Lill y Snow. Su muerte podría provocar que la Resistencia quiera aprovecharse y meter a Sun al frente. Ojalá no suceda XD.

    Por último, Etyah se ha sacrificado para pelear contra Deon y darle tiempo a Yak y a Reeda para ir por Eron. Era algo noble y heróico. Etyah dijo no tener familia, dado a que todos murieron en el pasado, mientras que Yak y Reeda se tienen el uno al otro. Además, consiguió la libertad gracias a Yak. Está claro que él se sentía en deuda y por eso se lanzó a pelear contra Deon. Peleó bien. Habilidad no le faltó, pero la inexperiencia y las emociones encontradas le jugaron en contra y eso provocó que Deon lo matara. En un capítulo, él mató a dos personajes. Claramente, su comportamiento tiene que ser algo normal en su especie, de lo contrario, no le darían el poder a él.

    Me sorprende que los Anixis hayan vuelto a caer en lo mismo. Lill y Om les destruyeron una nave, y luego Eron y Yak les destruyen otra. Los "seres superiores" perdieron dos naves en tres capítulos de la misma forma XD. Lo siento por repetirlo, pero de superiores les estoy viendo poco. Tienen tecnología más avanzada, pero ser más avanzado no te hace superior. Me pregunto si demostrarán una pizca de su superioridad al final de la parte. Su introducción en la parte III cuando sin dar la cara alcanzaron a frenar una guerra civil me dio hype. El título de esta parte me dio más hype. Pero a la hora de la verdad, son totalmente eclipsados con mucha facilidad. Lill y Om no portaban armas pesadas, y sin apoyo Rhajik (Lill incluso se ahorró el uso de su mano) lograron volarles en pedazos la plataforma. Como hirieron a Lio y Sun se fue, Eron y Yak, nuevamente sin armas y sin apoyo Rhajik, lograron volarles una nave.

    Sé que debe haber una razón para que los llames así, pero me es difícil concebir a alguien como superior cuando cae con tanta facilidad y frente a tan poca gente.

    Quedo a la espera de lo que acontecerá en siguientes capítulos, principalmente, si Hylda y Erie tendrán alguna especie de choque ideológico, ver como reaccionarán los Anixis ante la llegada de sylerianos y reactivación de los Rhajik, ver si Haal investigará la muerte de Ender o si se creerá lo que Deon le vaya a contar, y claramente, la guerra que sé que van a tener por Neonia.

    Con eso me despido. Hasta la siguiente semana, si dios quiere.
     
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  3. Threadmarks: El enemigo en tu puerta
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IV: Seres superiores
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    Antepenúltimo capítulo de la cuarta parte de Los Viajeros. Éste y el siguiente van a ser un tanto cortos en comparación a los últimos anteriores, pero son importantes para lo que se avecina. Reydelaperdicion gracias por seguir ahí, sin más que añadir, os/te dejaré con la lectura.




    El enemigo en tu puerta







    — Doscientos cincuenta y cuatro muertos, Emperador Xom — Murmuró la general Anixis llamada Bar, en la sala de comunicaciones de una de las dos naves restantes — Y hemos perdido la nave insignia en la explosión. Sistemas dañados al completo.

    A su lado se encontraban Deon y Haal, con los brazos por la espalda y la mirada gacha, cabizbajos mientras esperaban la respuesta furiosa de su líder.

    ¡¿Cómo ha sido posible?! — El Emperador Gar Xom se mostraba muy enfadado desde lo que parecía su despacho en algún lugar de la galaxia — ¡Sois ridículos! ¡¿Se infiltran en la base en órbita, después en la nave insignia y las destruyen ambas desde dentro?!

    — Emperador Xom, sient...

    ¡Cerrad la maldita boca y escuchadme bien! — Gar se aproximó a la cámara que emitía su señal en directo a Neonia — ¡Preparad las cápsulas somníferas y dormid de nuevo a toda la población!

    Deon no parecía estar en absoluto de acuerdo con su padre, pues él prefería acabar con toda la humanidad y los neonianos. Haal obedecería cualquier orden pero sus pensamientos estaban ahora con Ender, asesinado por el grupo que se infiltró en la nave insignia. Bar se sentía responsable de lo que acababa de ocurrir, pues ella lideraba a la pequeña flota y cómo general debería haber sido más cuidadosa, además sentía frustración por no haber encontrado a Eron cuando robó el caza que ella misma derribó con él dentro, sin lograr matarlo.

    ¡Cuando os aseguréis de que los tenéis a todos, quiero que los metáis en las naves y regreséis de inmediato! — Ordenó el Emperador con visible enfado y seriedad — ¡Servirán cómo esclavos para la causa y para los Anixis!

    — Entendido, Emperador — Musitó la Anixis, asintiendo — Así se hará.

    — Padre — Intervino Deon — Tengo algo de lo que informarte.

    El Emperador permaneció inmóvil, con la intención de escuchar a uno de sus hijos. En el rostro de Deon había una falsa lástima que la general Bar no tardó en identificar, pues lo conocía bastante bien al mayor de los hermanos Xom.

    — El mismo grupo que asaltó la nave insignia... nos atacó a mi y a Ender en el bosque — El que fuera el Anixis a cargo de Promesa no levantó la vista a la pantalla en absoluto — Él no lo logró.

    La reacción del Emperador no tardó en llegar, pasó del golpe que te da una noticia así a golpear con su puño derecho la mesa dónde se encontraba, visiblemente furioso y alterado. Acto seguido comenzó a gritar repleto de ira hasta que la frustración cesó de forma repentina, y el líder de todos los Anixis respiró hondo para controlar sus impulsos llenos de rabia contenida.

    Quiero que me traigáis su cuerpo — Murmuró Gar, decidido — Lo despediremos aquí en su planeta, cómo se debe.

    — Padre, no... no lo tenemos...

    ¡Pues a qué esperas, malnacido! — Exclamo el Emperador con un nuevo arranque de ira — ¡Ve a buscarlo, es tu maldito hermano!

    — Está bien, padre, lo siento... lo siento...

    Mientras el Emperador Gar Xom se ponía las manos en la cabeza, tratando de asimilar todas las malas noticias que le estaban llegando desde mucha distancia, el general Haal decidió contar algo más.

    — Durante la destrucción de la base en órbita, los infiltrados bajaron a Neonia conmigo y con Ender en la nave de descenso sin que lo supiéramos — Explicaba el Anixis — En medio del caos, salieron de ella y... pude ver un alienigena distinto al resto.

    El Emperador pareció intrigado con ello al igual que la general Bar, quién tampoco había oído hablar de ello. Deon, no obstante, si que le escuchó a Haal comentarlo, pero lo consideró un paranoico.

    ¿Cómo era? — Preguntó Gar, serio.

    — Son muy similares a los humanos y los neonianos, especialmente a estos últimos — Respondió Haal — Fue solo un instante, pero sé que era un alienigena distinto.

    Entendido, si volvéis a verlo, capturadlo también — Indicó el Emperador, siendo tajante — La prioridad es traer a toda la población humana y neoniana aquí, a Paraíso. Serán mano de obra y sufrirán de primera mano los asesinatos que han cometido. Estamos en contacto.

    La conexión con el Emperador Gar Xom fue cortada por éste, dejando a la general Bar, al general Haal y a Deon Xom en aquella sala, en completo silencio.

    — Prepararé las tropas, todos vigilarán — Murmuró Haal, marchándose de la sala.

    Bar y Deon se miraron fijamente durante unos instantes. La general sabía que el hermano mayor de los Xom escondía algo, pero conociéndolo, sería difícil de sacárselo. Ambos se conocían de hacía años, durante un viaje que realizaron juntos. Estuvieron un tiempo de relación sentimental, pero la ambición excesiva y la brutalidad de Deon terminaron por frustrar el crecimiento de dicha relación, rompiéndola la propia Anixis. Apenas hablaban desde entonces y llevaban semanas sin verse hasta aquel pequeño momento en el que se reunieron en una de las tres naves que llegaron a Neonia, quedando ahora solamente dos.

    — ¿Estás bien? — Le preguntó la general con seriedad — Debe de ser duro perder a un hermano.

    — Trato de mantenerme fuerte ante eso — Murmuró Deon, con una mirada caída — No me convence el plan de mí padre.

    — Lo sé, tú quieres matarlos a todos — Dijo Bar de forma tajante — Y la muerte de tu hermano es la excusa perfecta para hacerlo, ¿no?

    — Van a pagarlo caro, si eso es a lo que te refieres — En el rostro de Deon se dibujó esa ira que le hacía reconocible para cualquier Anixis.

    — No hace falta que me lo digas, tu cara lo dice todo — Musitó Bar, marchándose de la sala — No has cambiado nada.

    La general Anixis dejó a solas y pensativo a Deon Xom, que cuando echó la vista a las botas metálicas de su traje, vio la sangre y los restos de cráneo que se le quedaron tras aplastar la cabeza de Etyah Preston repetidas veces. El Anixis salió de la sala de comunicaciones dejando huellas de sangre y se dirigió a una de las habitaciones que se le había asignado tras su llegada, donde poder asearse.

    Las tres naves que llegaron a Neonia eran idénticas exceptuando la que acababa de explotar, sin embargo, las dos restantes eran cómo si una se mirase al espejo. Ambas contaban con tres plantas, la primera era donde se hallaba la armería, una zona exclusiva para entrenar y la sala médica, en la segunda estaba el puente de mando que pilotaba la nave y cuatro hangares —dos de ellos a cada lado— con cinco pequeñas naves de combate o cazas listos para despegar, siendo la tercera planta única y exclusivamente para la tripulación, pues solo había habitaciones.

    Eran aproximadamente mil Anixis por nave, pero con la explosión en la nave insignia, su numero se redujo a unos dos mil quinientos soldados. Tener que acoger a los de la nave principal en las dos que la acompañaban fue una tarea complicada por la falta de espacio, sin embargo, no había otra opción. También se triplicó la seguridad, colocando hasta treinta francotiradores que miraban en todas direcciones y grupos de diez de estos seres patrullando los alrededores para que no volviera a ocurrir lo de antes.

    [...]

    La Arcadia regresaba al sistema Neon desde hacía seis días, acompañado de dos naves de mayor tamaño en las que se encontraban un total de mil soldados sylerianos. La Elegida, Hylda Admir, iba a bordo de la Arcadia para ver de primera mano la tripulación de ésta, conocer sus hábitos y formas de prepararse, además de la convivencia entre distintas especies inteligentes.

    El comandante Crane se encontraba recostado sobre su cama junto a su mujer, abrazándola por la espalda y juntando las manos en el abdomen de ésta. La pequeña Gina dormía plácidamente en otra cama con tamaño reducido, a escasos metros de sus padres. Lill se despertó y lo primero que hizo fue besar la espalda de la gobernadora Carver, logrando despertarla de forma sutil. Ninguno de los dos se dijo palabra, Snow simplemente se volteó y comenzó a besar a su marido, colocándose encima suya poco a poco.

    Lill apoyó sus manos sobre la cintura de Snow y ésta comenzó a quitarse el uniforme que portaban en la nave, mostrando sus pechos. El hombre se incorporó y comenzó a besarlos de forma apasionada mientras la mujer comenzaba a gemir de placer, seguido de un descontrol que provocó que ambos iniciaran el acto sexual con cierto sigilo, para no despertar a su hija ni llamar la atención de la tripulación.

    Cinthia estaba en la consulta médica de la Arcadia junto a Om, quién yacía tumbado en una camilla. Que el syleriano estuviese ahí no tenía otra explicación que la de conocer la fisionomía de su especie, petición expresa de la doctora Marlow, que ya lo hizo con anterioridad en los neonianos. La humana ya conocía el cuerpo de los neonianos y ahora quería hacerlo con el de los sylerianos, pues necesitaba saber cómo tratar a Om ahora que formaba parte de la tripulación. No había apenas diferencias entre humanos, neonianos y sylerianos en el aspecto interno, más allá del físico exterior, por lo que tras un escaneo exhaustivo, la médico tenía lo que quería para comenzar a estudiar.

    — Te agradezco esto, Om — Musitó la doctora Marlow — Será de gran ayuda si algún syleriano cae herido en combate.

    — Gracias a ti, Cinthia — Dijo Paokt mientras se colocaba el uniforme de la Arcadia — Si necesitas cualquier otra cosa, me dices.

    La doctora Marlow asintió y el syleriano abandonó la consulta para dirigirse a su camarote, encontrándose en el a su líder, Hylda. La syleriana yacía tumbada en la cama de su protector, cosa que incomodó y mucho a Om. Éste cerró la puerta desde dentro para evitar que alguien entrara y pudiera suponer algo que no estaba ocurriendo.

    — ¿Qué haces aquí, Hylda? — Le preguntó Paokt con resignación.

    La Elegida se levantó rápidamente de la cama y se aproximó a los finos labios del syleriano, quedando ambos rostros a escasos centímetros.

    — Sé que quieres ser profesional, pero también sé que me deseas... — Tras las palabras de Hylda, ésta comenzó a besar el cuello de su protector de forma sensual.

    — Hylda, no estaría bien visto que tú y yo...

    — El comandante Crane y la gobernadora Carver lideran a la humanidad siendo pareja — La syleriana puso a ambos humanos cómo ejemplo claro — ¿Por qué nosotros no? Nos conocemos desde pequeños, hemos crecido juntos, nos queremos...

    — Estamos en posiciones distintas pero a la vez incompatibles — Contestó Om con cierta pena — En nuestra sociedad, esto se ve como una forma de hacerme ascender de puesto.

    — No te ascendería, seguirías siendo mí protector.

    — Tú protector, pero también tu pareja. También líder de los sylerianos — Paokt parecía luchar contra sus propios impulsos — Nos aproximamos a una batalla que muy probablemente desemboque en una guerra... creo que no es el momento de crear un vínculo.

    — Para ti nunca ha sido el momento — La Elegida Admir se apartó del syleriano, decidida a marcharse y decepcionada — Hasta que el momento sea nunca.

    La líder syleriana salió por la puerta del camarote del protector Om, quién se sentó en el borde de su cama con la mirada perdida y preguntándose si había hecho bien o no en rechazar a su líder y amiga de la infancia.

    Arva y Vanth se encontraban en uno de los amplios ventanales que la Arcadia tenía a cada lado, observando la inmensidad de las estrellas en absoluto silencio. La piloto no se encontraba en el puente de mando pues tenía puesto el piloto automático y necesitaba un descanso de estar todo el día sentada en su puesto. La mujer nacida en la Luna y el ser originario de Neonia eran fanáticos de permanecer largos periodos de tiempo contemplando el espacio infinito, hobby que compartían muy rara vez al mismo tiempo.

    — Arva, nunca he tenido el momento para darte el pésame por Axlor — Murmuró de pronto el neoniano, llamando la atención de la chica — Lo siento muchísimo, Axlor era un ser humano excepcional.

    — Te lo agradezco, Vanth — Musitó Arva, aún sensible por la muerte de su marido — Me alegra saber que es recordado no solo por mi.

    — Me considero su amigo, al igual que él me consideró — Dijo Vanth, recordando las últimas veces que lo vio, cuando el marciano visitaba Isharay a escondidas — En nuestros pocos encuentros tras lo que los humanos llamáis Colapso, ya me advirtió sobre la Resistencia y otras cosas, pero también me hablaba de ti y mucho.

    La piloto luchaba contra sí misma por contener las lágrimas, cosa que el líder neoniano notó, mostrando su apoyo y cariño con un abrazo largo en el que la mujer de la Luna terminó soltando el llanto que contenía. La pérdida de Vaalot fue un golpe muy duro para algunos de sus amigos y seres queridos, pero en ellos quedaba su legado, especialmente en los mellizos que se gestaban en el vientre de Arva.

    [...]

    Yak y Reeda ayudaban a caminar a un semi inconsciente Eron cuando la llegada del trío a la entrada del Sector 0 acaparó toda la atención. Lio se encontraba haciendo guardia en la puerta cuando vio llegar a sus compañeros, por lo que dio la voz de alarma y se dirigió a ellos, descubriendo parte de su brazo y hombro izquierdos vendados tras el disparo de aquel francotirador Anixis. Rápidamente llegaron algunos ciudadanos a la entrada y soldados armados para cubrirles en caso de que el trío fuese seguido por los enemigos.

    — Hemos oído la explosión — Dijo el hombre de Ceres, ayudando a ambos neonianos a cargar con el subcomandante — Antes hubo silencio hasta escuchar varios disparos de torreta y un choque.

    — Fue él — Reeda se refirió al malherido Eron — Escapó de la nave Anixis con uno de sus cazas de combate.

    — Llévenlo al interior del complejo, tiene heridas superficiales pero necesita atención médica — Indicó un doctor de avanzada edad allí presente.

    Un humano y un neoniano se aproximaron para llevar entre ambos a Eron, dirección al complejo edificado del Sector 0 para realizarle una revisión física y conocer su estado tras las heridas sufridas por el choque con el caza Anixis. Sun llegó a la entrada seguida de Erie mientras Ashley acompañaba al subcomandante a la sala médica.

    — ¿Lo habéis hecho? — Preguntó la asiática, queriendo saber si habían logrado acabar con una de sus naves — He oído la explosión, pero...

    — Sí, eso está hecho — Musitó Yak, cabizbajo al recordar que habían dejado a un compañero atrás.

    — Reeda, tú estabas con Etyah — Recordó Santos, al ver a la neoniana pero no ver al afroamericano — ¿Dónde...?

    — Los liberé a ambos pero cuando salimos de la nave nos encontramos con uno de ellos, que llamó por radio a más — Explicó Yak, visiblemente apenado — Etyah se ofreció a darnos tiempo para huir y encontrar a Eron en el lugar del accidente...

    — Podría seguir vivo — Teorizó Brume, seria — Deberíamos ir a buscarle.

    — Prepararé mí equipo — Musitó Lio, que aún estando malherido, no se lo pensó.

    — Será en vano — Quetaryan trató de disuadir a sus compañeros humanos mientras Reeda se mostraba entristecida — Los Anixis habrán redoblado la seguridad, si nos acercamos de nuevo allí, nos matarán.

    — ¡¿Entonces vamos a olvidarnos de él?! — Le reprochó Lio, molesto por la falta de iniciativa del neoniano con un compañero que le había dado ventaja para escapar.

    — No nos vamos a olvidar de él, pero tampoco vamos a cometer una imprudencia por él ni por nadie. Mírate, Lio, apenas puedes levantar ese brazo — Indicó Erie, quién lideraba a los neonianos en ese momento durante la ausencia de Vanth — Fue decisión de vuestro amigo, si está vivo, regresará, sino habrá muerto o habrá sido capturado. Sea lo que sea que le haya pasado, todos los que estamos aquí debemos prepararnos para un ataque inminente. Después de lo que habéis hecho destruyendo una de sus grandes naves y matando con ello a muchos Anixis, querrán responder muy pronto.

    Lio se lamentaba de no haber estado en la misión mientras que Sun se mostraba molesta por ver cómo los neonianos tomaban decisiones a costa de humanos. Yak y Reeda comenzaron a andar hacia el interior del Sector 0 acompañados de Erie Tovam, cuando de pronto, ésta se volteó al ver algo entre los árboles. Desenfundó rápidamente el Rypper que cargaba a su espalda y apuntó hacia la zona dónde le parecía haber visto a alguien.

    — ¡Muéstrate! — Le ordenó la líder neoniana con seriedad — ¡O dispararé ahora!

    Sun, Lio, Yak y Reeda se voltearon sorprendidos mientras algunos civiles observaban la escena y soldados armados se unían a la neoniana, apuntando hacia una zona del bosque en concreto. En ese instante, de detrás de unos árboles salió un Anixis con las manos en alto, con muestras de haberse enfrentado a alguien debido a la falta de ciertas partes de la armadura característica de estos seres.

    — ¡Matadlo! — Exclamo Sun, furiosa.

    — ¡No lo hagáis! — Pidió el Anixis, arrodillándose y visiblemente dolorido — No soy cómo los demás.

    — Podría ser ese soldado que se quedó peleando con Etyah... — Le susurró Reeda a su pareja.

    — No lo es — Musitó Yak, serio — Tienen una voz distinta.

    — ¡¿Qué es lo que quieres?! — Preguntó Erie, conteniéndose por no disparar al igual que el resto de soldados.

    El soldado Anixis, que se encontraba de rodillas, bajó los brazos en señal de alivio, apoyando sus manos sobre la tierra que comenzaba a mojarse fruto de un diluvio que apenas comenzaba.

    — Tengo información que podría serviros — Dijo aquel ser desconocido, mientras Erie y el resto de soldados tanto humanos en su mayoría cómo neonianos permanecían con las armas en alto por si se trataba de una emboscada o asalto.

    — ¿Cómo sabemos que no mientes? — Preguntó Sun, siempre reacia a los alienigenas en general.

    — Si viniera acompañado, la batalla habría comenzado ahora — Murmuró el Anixis con seriedad.

    — Venir aquí solo, sin protección y traicionando a los tuyos... ¿a qué se debe? — Lio tenía cierta curiosidad respecto a eso.

    — Yo no soy cómo ellos, jamás quise que pasara lo que ha pasado hasta ahora — Se sinceró aquel ser — Por eso estoy aquí, porque he decidido ayudaros.

    — Tu traje de combate está bastante estropeado — Dijo Erie, observando a su enemigo de arriba a abajo — ¿Ese es el verdadero motivo por el cuál acudes a nosotros? ¿Has peleado contra uno de los tuyos?

    — Así es — Musitó el Anixis, cabizbajo — Contra mí hermano.

    Ender comenzó a recordar la intensa pelea que había tenido contra su propio hermano, sangre de su sangre y la única familia que tenía en Neonia. Cuando Deon le dio el golpe definitivo creyendo que lo había matado y acto seguido se fue hacia la flota de naves que acababa de descender al planeta, el menor de los hermanos Xom, quién había quedado seriamente perjudicado pero no muerto, despertó tras permanecer unas horas inconsciente en el lugar en el que se dio el combate.

    Conforme pudo se incorporó y desde ese momento tenía decidido abandonar a los Anixis para colaborar con humanos y neonianos en todo lo posible, pues los suyos eran una raza egoísta y en algunas ocasiones brutal, tal y cómo acababa de demostrar su hermano. Además, Ender suponía que no harían ningún esfuerzo en buscarle y eso juntado con el hecho de que el Emperador Gar Xom, su padre, siempre había demostrado su admiración con Deon dejándole a él en segundo plano, fue la gota que colmó el vaso, decidiéndose por la unión con sus enemigos.

    Erie, Lio, Sun, Yak y Reeda se miraron entre sí al igual que los soldados humanos y neonianos presentes en la entrada al Sector 0, algunos desconfiando completamente de las palabras del alienigena y otros convencidos de lo que oían. La ingeniera y piloto además de líder neoniana optó por bajar el arma, decidida a tentar a la suerte y no desaprovechar la oportunidad que se le había presentado justo en la puerta.

    — ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó Erie, consciente de que se estaba jugando equivocarse al dejar entrar al enemigo, sin embargo decidió correr el riesgo.

    — Ender Xom — Musitó aquel ser, que parecía respirar aliviado de que no fueran a matarlo, al menos de momento — Os daré la información siempre y cuando esté el comandante Lill Crane; sé que es vuestro líder.

    Erie no pareció tomarse esa afirmación muy bien, sin embargo, sabía que ese ser no hablaría sin ciertas garantías cómo lo era el hecho de que el comandante humano estuviese presente. La neoniana asintió e indicó a varios soldados que escoltaran a Ender hasta el interior del complejo edificado del Sector 0.

    Mientras los soldados cogían al Anixis que apareció en la entrada, la ex comandante y líder de la Resistencia, Ashley Ripley, se encontraba en la sala médica junto al subcomandante Tanner. El hombre tenía varios cortes por el rostro, varias quemaduras en el traje además de pequeños hematomas en distintas zonas del cuerpo, no obstante, por lo demás estaba bien. Tuvieron que inyectarle un poco de adrenalina para que despertara un poco, pues cuando Yak y Reeda le encontraron, estaba realmente aturdido.

    La mujer esperó a que se fuera el doctor de guardia para limpiarle ella misma los cortes con una toalla suave, cosa que Eron agradeció con una mirada tierna. Ashley, en ese instante, no pudo evitar acordarse de una vez en la que le limpiaba una herida a Axlor tras una pelea que provocaron algunos de sus compañeros mientras Sun daba un discurso en plena avenida de Promesa, durante el régimen militar que se instauró tras Colapso y la disolución de La Unión.

    — ¿Por qué me miras tanto? — La soldado Ripley comenzó a sonrojarse mientras limpiaba las heridas del hombre.

    — ¿Qué? ¿No puede un hombre apreciar la belleza de una mujer que lo está cuidando? — Eron se encontraba cómodo con la chica allí — Gracias por venir a ver cómo estaba.

    — No tienes que dármelas — Musitó Ashley, recordando lo dura que fue con él cuando se fue a la misión — Quería disculparme por lo que te dije antes de que te fueras, no debí responderte así.

    — Cierto, no debiste — Le reprochó Eron — Pero yo tampoco soy quién para pedirte que te quedes atrás, lo entiendo. Perdóname a mi por eso.

    — Estás perdonado, Eron Tanner — Murmuró la mujer con una sonrisa de complicidad.

    — Y tú también, Ashley Ripley — Dijo él seguido de un guiño.

    La situación de calma y cierta felicidad contrastaba con lo que se estaba viviendo fuera. Humanos y neonianos abucheaban y lanzaban cosas al Anixis que los soldados llevaban en dirección al complejo, con el fin de encerrarlo en alguna habitación —pues no había celdas en el Sector 0—. Lio, Sun, Yak, Reeda y Erie avanzaban detrás, decididos a pedirle explicaciones a aquel ser una vez estuviera a resguardo de la gente y asegurado en un cuarto.

    — ¡¿Qué hace esa cosa aquí?! — Exclamo una neoniana, visiblemente furiosa.

    — ¡Matadlo de una vez! — Gritó un hombre joven, escupiendo al suelo por el que el Anixis pisaba.

    El Anixis tuvo que aguantar todo lo que le echaban encima hasta llegar al interior del complejo del Sector 0, dónde la ciudadanía no podía acceder sin motivo. Westley se encontraba terminando el dispositivo que reactivaría al ejército de cuatrocientos Super Rhajik para el combate, ayudado por Zyon, cuando vio que algunos de sus compañeros entraban con soldados custodiando a uno de los enemigos.

    — ¿Habéis capturado a uno de ellos? — Preguntó el ingeniero tras salir de la habitación.

    — No, sorprendentemente se ha entregado él — Respondió Lio a su compañero.

    — Le interrogaremos en breve — Musitó Yak.

    — Reeda, me alegra verte — Dijo Westley al verla — ¿Dónde está Etyah?

    Lio permaneció cabizbajo mientras que los tres neonianos asentían de forma dubitativa, pues no se conocía su estado.

    — Luego te lo explicaré — Indicó Erie — Por cierto, ¿cómo vas con el dispositivo?

    — Avanzando, creo que muy pronto podré reactivar a esas máquinas — El ingeniero se mostraba entusiasmado con lograrlo — Serán de gran ayuda contra esos seres despreciables.

    — Muy bien, mantén informados a todos del progreso — Añadió la neoniana Tovam, indicando a los soldados que prosiguieran el camino para encerrar al Anixis.

    Mientras West y Zyon regresaban al trabajo, los soldados que empujaban a aquel ser lo metieron en una pequeña habitación sin ventanas que anteriormente se usaba para almecenar suministros, pero que ahora estaba vacía debido a que estos se habían repartido entre toda la población.

    — Tengo algunos asuntos de los que ocuparme — La neoniana Erie Tovam no iba a estar en el interrogatorio — Sacadle toda la información que podáis hasta que llegue la Arcadia.

    — Entendido — Musitó Lio, quién iba a entrar al cuarto — Sun, esto no te conviene.

    — Quiero hablar con esa cosa — Dijo la asiática, decidida — Quiero saber que información tiene para dar.

    — ¿Para compartirla con tus amigos de la Resistencia? — El hombre de Ceres se encaró con su ex líder — Lárgate, ya.

    Sun respondió con una mirada despreciativa para acto seguido marcharse del lugar. Mientras, Yak intentaba convencer a su pareja Reeda de que fuese a descansar.

    — Lio y yo nos encargaremos — Murmuró Quetaryan, dando un beso a su pareja — Ve a comer algo, enseguida te busco.

    — Está bien — Asintió la neoniana Klamp, marchándose detrás de la humana.

    El hombre de Ceres y el joven neoniano se miraron durante unos instantes, decididos. Entraron en la habitación claustrofóbica que era y cerraron la puerta tras ellos mientras el Anixis se escontraba de pie enfrente, sin saber cuál era su expresión debido a que portaba el casco e impedía que se viera su cara.

    — No todos los días aparece el enemigo en tu puerta — Murmuró Santos con seriedad — Antes que nada, quítate ese maldito casco.

    — ¿Vais a matarme después? — Preguntó aquel ser, preocupado por su vida.

    — Solo si no obedeces — Respondió Yak — Quítate el casco, Ender Xom.

    — Solo hablaré con quién está al mando, ya lo he dicho — Dijo el alienigena con decisión — Es información muy sensible.

    — Eso ya lo veremos — Lio sonaba cada vez más serio — Ahora, quítate ese casco o te lo quitaré yo de otra forma.

    — Está bien, lo haré — Replicó Ender con resignación — Pero aviso de que esta acción tan simple va a cambiar vuestra perspectiva respecto a los Anixis.

    Ender colocó sus manos sobre el casco que le cubría la cabeza y apretó algo que hizo que el casco soltara vapor por los lados durante unos segundos, cómo cuando abres un congelador a muchos grados bajo cero. Tras esto, aquel ser lo levantó y lo lanzó a un lado, mostrando su rostro tal y cómo era. Los ojos del hombre de Ceres y del joven neoniano se fijaron en los de aquel ser, mientras sus mentes intentaban procesar aquello que estaban viendo justo enfrente de ellos.
     
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    Agus estresado

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    Hola amigo, paso a comentar el capítulo. Ha estado bastante bien. Pese a ser breve, es un buen prólogo para la guerra que se avecina entre la Alianza (los llamaré así para abreviar XD) contra los Anixis.

    Me ha gustado mucho la escena inicial. La he visto muy lógica. El emperador Gar seguro no se habrá creído lo que ocurrió en Neonia cuando se lo contaron. Su forma de reaccionar es muy apropiada. Se suponía que en ese planeta, todo debía estar bajo control. Y no ha sido así. Los humanos se les infiltraron 2 veces en las naves y se las hicieron volar en miles de pedazos (la primera fue usando su propia tecnología). Tengo que decir que, si yo fuera él, me daría vergüenza saber que la gente que trabaja para mí es tan inútil. Tropezaron con la misma piedra dos veces. No cabe duda de que estará enfadado, más cuando Deon le contó sobre la muerte de su hermano (me pregunto como podría reaccionar Gar al enterarse que fue Deon quien lo "asesinó").

    Me llamó mucho la atención cuando Gar dijo "servirán como esclavos para la causa". Quiero decir ¿y el código de paz que predicaba Deon en el comienzo? Es obvio que eso es mentira, pero ¿de dónde obtuvieron la idea de instaurar esa mentira como código? Tengo tantas preguntas ahora mismo.

    • ¿De dónde vinieron?
    • ¿Cómo saben de la guerra Rhajik?
    • Si tanto les interesan los humanos y neonianos, ¿por qué se esperaron a que se desatara una guerra civil siendo que podían haberlos tomado por sorpresa luego de Colapso?
    • ¿Cómo es que Deon puede estar a cargo de un grupo siendo tan violento, y más teniendo en cuenta que su padre los quiere vivos como ya demostró varias veces?
    • ¿Por qué tenían una foto de la Tierra?

    Creo que esas son todas. Me llama la atención cuando Gar menciona "sufrirán de primera mano por las muertes que causaron". Sé que se refiere a todos los anixis que los humanos mataron con las bombas, pero en una charla, vemos que Deon le recrimina a Ender porque él cree que los humanos "no tienen la culpa de algo". Eso me causa muchas dudas.

    Supe que Bar tendría historia con alguno de los dos hermanos, de lo contrario, no se nos habría presentado su nombre. Aparentemente, ella y Deon fueron pareja, pero cortaron por la actitud de Deon. Me hace pensar que tan a favor del plan de Gar se encuentra ella. Pero en fin, supongo que ya se sabrá.

    Me agradó ver un momento de Lill y Snow como marido y mujer XD. Es bueno que hayas mostrado eso. Ambos estuvieron separados por mucho tiempo, y seguro que, tener la esperanza de que Neonia va a repeler a los invasores (como no tenerla si los Anixis son tan fáciles de diezmar XD) los ha alentado a tener su momento íntimo. Ojalá que Gina no sea la única hija que vayan a tener, y lo digo en serio XD. El futuro para la humanidad necesitará descendencia, y si viene de ellos, pues mejor XD.

    Cinthia ha tenido una buena idea, pero se esperó demasiado. Quiero decir, no hizo eso apenas emprendieron el viaje de regreso a Syleria, que creo que habría sido lo más lógico, y no esperarse hasta que estén a poco de llegar. Aunque al menos no fue como en la parte I, donde todos empezaron a planear qué hacer con la fuerza de gravedad de Xhander cuando solo faltaba un día para llegar XD. Estoy empezando a pensar que Cinthia, entre su amistad con Arva, su separación con West, y el hecho de que haya adquirido conocimiento médico para tratar a los sylerianos, está a salvo de morir, por lo menos en esta parte.

    Om ha sido bastante "frío" con Hylda. Literalmente, la dejó con las ganas XD. Debe ser feo que la persona que conoces desde la infancia, por la que sientes una gran atracción, te deje con las ganas, y más cuando estás a punto de entrar en una guerra contra una especie de dictadores espaciales. Imagino que es por la influencia de Om por los recuerdos de su padre. Creo que esa relación (si la podemos llamar así, porque no son nada) no terminará bien, y que Hylda va a terminar muerta en esta parte.

    La escena de Arva y Vanth me ha gustado. Siento que fue una charla que la historia necesitaba, dado a que Axlor fue cercano a ambos. Creo que Axlor fue el último humano al que Vanth pudo llamar amigo. Y seguro se habrá sentido mal cuando escuchó sobre su muerte.

    Sinceramente, me parece muy hipócrita lo de Sun. Está enojada con los neonianos porque dejaron atrás a Etyah y no desean ir a buscarlo, pero ella ocasionó una guerra civil que acabó con la muerte de varias personas. Incluso su egoísmo provocó que Dyrian, quien era cercana a ella, terminara asesinada por las bestias del planeta. Etyah incluso estaba en el bando del gobierno, si su guerra civil se hubiera prolongado más tiempo, ella y él serían enemigos. Y ahora viene a hacerse la dolida, no jodas :v A otro perro con ese hueso.

    Me alegró mucho ver que Ender sigue vivo, ya que le veía un potencial gigantesco, y su muerte lo habría cortado. Tal y como pensé, él y su hermano se enfrentarán. Desde la primera charla de Ender con su padre se vio que él y Deon difieren mucho. Ahora seguro lo va a ir a buscar. Honestamente, salvo que las armas de los Anixis sean invencibles, les veo muy complicado que puedan ganar. Digo... humanos, neonianos, sylerianos, rhajik, y también perderán la ventaja cuando Ender les revele sus secretos. Comprendo que él quiera esperar a Lill, ya que habló con él en un capítulo y le pareció razonable, pero no estaba en posiciones de hacerse el difícil con los demás, sobre todo sabiendo lo que hizo.

    El mayor shock vino cuando se quitó el casco. Yo quería ver eso y no me lo dejaste ver XD. Pero bueno, sé que en el siguiente capítulo lo sabré. La teoría más apropiada sería "los anixis son humanos", pero yo voy a invertirla esta vez y declarar "los humanos son anixis". Muero por ver el resultado, y porque Ender conteste las dudas que tengo pendientes XD.

    Eso será todo por ahora. Hasta la siguiente semana.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Penúltimo capítulo de ésta cuarta parte. Reydelaperdicion y los que leéis, deciros que aquí hay varias respuestas a algunas de las preguntas que os hacéis. Evidentemente, más adelante se irán respondiendo las demás. No os entretendré mucho más, espero que disfrutéis del capítulo previo al intenso final.




    Un ser revelador







    Habían pasado cuatro días desde la llegada de Ender Xom al Sector 0 y desde aquel momento nadie paró, preparándose para un inminente ataque de los Anixis que nunca llegaba. Sin embargo, la incertidumbre y el temor no frenaban el progreso de la población, sino más bien lo contrario pues les daba más tiempo para mejorar y protegerse. Habían pasado cuatro días también sin noticias de la Arcadia, quiénes salieron diez días atrás y no tardarían en llegar a Neonia con el apoyo de los sylerianos. Habían pasado cuatro días muy largos y fríos especialmente por la incesante lluvia que caía desde el instante en el que llegó Ender, inicio del diluvio, hasta la mañana del cuarto día que aquel ser se encontraba preso en la antigua despensa del complejo, ahora habitación que servía para mantener encerrado al Anixis.

    Durante dicho periodo de tiempo e incluso más previo, se organizó una especie de reclutamiento por entre los ciudadanos para así ser más hombres, mujeres y neonianos en el combate que se avecinaba. Gran parte de la ciudadanía se unió y comenzó a prepararse tanto física cómo mentalmente por el subcomandante Eron Tanner, la ex líder de la Resistencia y ex comandante Ashley Ripley y finalmente la líder ingeniera y piloto neoniana Erie Tovam. Muchos sabían que para proteger a sus familias deberían empuñar un arma por lo que la demanda para participar iba creciendo conforme pasaban los días, convirtiéndose en un auténtico ejército de más de trescientas mil personas que los Anixis apenas considerarían soldados.

    Muchos se preguntaban que con tal cantidad de gente dispuesta a pelear y entrenándose para ellos, la llegada de unos pocos miles de sylerianos no era necesaria considerando que los Anixis que habían llegado a Neonia, por el tamaño y las pocas naves que aterrizaron, no superaban los más de tres mil aproximadamente. No obstante, la llegada de los sylerianos no implicaba solo su contribución a la batalla sino que también serían los primeros colonos de su especie en el planeta, quiénes se instalarían una vez expulsaran a los Anixis que permanecían en la zona, además de que los líderes de cada especie eran conscientes de que la lucha que se libraría en breve no sería el final, sino el comienzo de una guerra mucho más dura que la Rhajik, la civil contra la Resistencia o incluso la antigua entre sylerianos y neonianos.

    Además de contar con trescientos mil humanos en combate, unos ochenta mil neonianos —de cien mil que son, divididos entre varias bases secretas alrededor del mundo— y unos cien mil sylerianos aptos para el combate en Syleria, también había que contar a los cuatrocientos Super Rhajik que quedaban en Neonia, que pese a ser un número muy reducido, su potencia de fuego en combate y el hecho de que eran máquinas los convertían en un gran peligro para el enemigo. El ingeniero Westley Finn y la neoniana e ingeniera también Erie Tovam se encontraban ultimando los preparativos junto a Zyon, quién lideraría a los de su especie en aquel combate y en los futuros que hubiese.

    Yak Quetaryan y Reeda Klamp se encontraban en la galería de tiro del Sector 0, enseñando a los suyos e incluso a humanos a manejar su ya clásica arma estándar, el Rypper. Cómo dicha arma usaba la energía de aquel que la portaba, ambos neonianos indicaron desde el principio que debía controlarse su uso para evitar debilitarse en medio del combate. Ender prestó también su armadura para que la estudiaran y conocieran la principal barrera del enemigo: su traje de combate. Los humanos y los neonianos coincidían en que estaba hecha de un material idéntico al acero pero con una resistencia superior del trescientos por ciento, lo que dificultaba seriamente el daño de las armas sobre los Anixis.

    Aunque aquello no significaba que era imposible matarles, pues pudieron comprobar que las armas que disparaban energía o láser —las Rypper y Rhajead— recalentaban la armadura a medida que ésta recibía los disparos, hasta formarse abolladuras o incluso agujeros en ésta, perforando finalmente el torso de los alienigenas. Quedaba demostrado también que el Buster, la escopeta humana, era muy eficaz a corta distancia pero que el Striker, clásico fusil de asalto, se convertía en el arma más inútil de todo el arsenal con el que se contaba, pues las ráfagas de balas solo provocaban raguños en la armadura y solo eran útiles para acabar con aquellos Anixis que fuesen expuestos sin su traje de combate.

    También se supo que las granadas de energía originales de los neonianos no mataban al enemigo pero sí lo aturdían o lo dejaban inconsciente, medida que podía servir para misiones de infiltración o para grupos de Anixis que fuesen juntos en combate. La granada de fragmentación humana era algo similar al problema entre Buster y Striker, la explosión de ésta a corta distancia podía dañar seriamente las armaduras de los enemigos, pero más allá de un radio de tres metros con la explosión en el epicentro, no hacía casi nada.

    Quedaba por ver cómo se comportaban las armas de los sylerianos, que era una cuestión que se puso muy en entredicho al conocerse que se trataban de arcos y flechas, arma que los propios sylerianos llamaban Rhage y que tenían cómo función el perforar al enemigo y acto seguido abrirse en su interior cómo un paraguas, causando una herida y hemorragia interna mucho más severas que con cualquier otra arma de filo limpio, además de dificultar su extracción. Sin embargo, quedaba por ver si al igual que Om, que tenía una Rhajaal —antigua arma estándar de los neonianos— también había otros sylerianos que conservaban armas de su última guerra, fuesen de los neonianos o suyas propias.

    Lio iba contrarreloj en su lucha personal por recuperarse de la herida en su brazo derecho para así tenerlo al cien por cien. Día y noche, el hombre de Ceres se machacaba a flexiones y estiramientos del brazo para impedir que se ralentizara la recuperación y entre descansos seguía recordando el rostro de Ender, aún impactado por lo que vio. Probaba a empuñar armas para sentirse cómodo con ellas pero aún le hacía un poco de daño al levantar el hombro, sin embargo, estaba dispuesto a forzar para el combate si era necesario. Sun había hablado con los miembros de la Resistencia que sobrevivieron a su guerra civil personal contra el gobierno humano y que ahora apenas tenían voz entre la humanidad para pedirles que lucharan unidos y codo con codo con neonianos y sylerianos, aunque no les agradara ni a ella ni a ellos. La asiática les hizo ver a sus súbditos que lo primero era defender a la humanidad, aunque fuese uniendo fuerzas con otras especies en aquel momento, pues los Anixis mostraban ser verdaderos seres superiores.

    [...]

    En las dos naves restantes que a los Anixis les quedaban en la superficie de Neonia apenas eran más de dos mil quinientos de estos seres, siendo un ínfimo número respecto a sus enemigos. Aunque la intención inicial no era matarlos sino usar las cápsulas somníferas del mismo material que sus trajes para así reducirles el número, estos alienigenas eran conscientes de que tendrían que matar a unos pocos para llevarse a la gran mayoría. Sabían en cierta medida a lo que se enfrentaban, una resistencia extrema y feroz para evitar que los captores volvieran a capturar a la población tal y cómo hicieron en medio del conflicto entre el gobierno humano, los neonianos y la Resistencia.

    Pese a la inferioridad numérica, los Anixis contaban con dichas cápsulas somníferas y dos docenas de naves de combate o cazas que podrían complicarles la vida a sus enemigos. Tenían la mínima esperanza de que si mostraban su poderío, estos se rindiesen, aunque esa posibilidad era muy remota. El Emperador Gar Xom contactó por última vez el día anterior a que las tropas de soldados Anixis se prepararan para marchar a la batalla. En esa comunicación volvió a recalcar el plan de dormir a toda la población y trasladarla de vuelta a Paraíso, su planeta natal, con fines esclavistas. Además, puso a la general Bar al mando de esos más de dos mil quinientos seres, cosa que no gustó en absoluto a su hijo Deon Xom, quién esperaba ser el que los liderara en la lucha.

    Tanto la propia Bar cómo Haal agradecieron internamente esa decisión, pues el hermano mayor de los Xom llevaba una semana comportándose de forma agresiva y dura tras ver que sus enemigos le daban vuelta de tuerca a la situación de desventaja y control en la que se encontraban. Tras la destrucción de la base en órbita, el Anixis no volvió a ser el mismo, creyendo haber matado a su hermano —dándolo a entender a los suyos, mintiéndoles acerca de cómo murió— y mostrando su predisposición a acabar con todos y cada uno de los humanos y neonianos.

    Repórtense todos en el exterior de ambas naves, armados y preparados; pilotos diríjanse a los cazas de combate y puentes de mando — Se escuchó por megafonía la orden de la general Bar, quién sería la encargada de lanzar las cápsulas somníferas desde un principio — Muy pronto nos vamos a la batalla.

    En el exterior de ambas naves comenzaron a congregarse todos los Anixis mientras Haal y Deon, que quedaron relegados a segundos al mando para ayudar a dar las órdenes a la general Bar, comenzaban a moverse por entre los soldados para comprobar que estaban listos para partir a la batalla.

    — ¡Recordad quiénes somos ahora! — Exclamaba Deon mientras avanzaba por entre los soldados — ¡Nos enfrentamos a nuestro pasado! ¡Nosotros somos el futuro!

    Una vez lanzadas las cápsulas somníferas, los Anixis entrarían en acción con la intención de que la población humana y neoniana se rindiera. Esa era la opción más pacífica y la que más deseaban estos seres, conscientes de que era muy difícil que se cumpliera. Antes de salir en dirección al Sector 0, dónde tardarían en llegar relativamente poco las dos naves y cazas pero varias horas los pelotones de soldados en tierra, la general Bar convocó a sus dos apoyos, Haal y Deon.

    — Nuestro ejército conoce el plan, pero quiero que vosotros lo repaséis — Ordenó la Anixis con seriedad absoluta, mirando a Haal — Tú llevarás a la mitad por el flanco derecho de ese lugar en el que viven humanos y neonianos, permaneciendo en el bosque hasta mi señal — Bar se volteó hacia Deon — Tú lo harás con la otra mitad de nuestros soldados por el flanco izquierdo, también en el bosque hasta que dé la orden, ¿entendido?

    Deon y Haal asintieron, comprendiendo el plan, que continuaría con las dos naves de considerable tamaño soltando desde el cielo una cantidad aproximada de veinte cápsulas, que eran las que les quedaban, mientras la docena de cazas merodearían el territorio aéreo del Sector 0 para infundir temor y si era necesario, atacar. Tras esto, los Anixis esperarían a que gran parte de la población se durmiera con la niebla densa que las cápsulas expulsan para aparecer por ambos lados pidiendo la rendición total de los que no cayeran.

    — Podéis marcharos cada uno con vuestro grupo — Indicó Bar, dando permiso para que sus dos ayudantes salieran de la sala — Dirigíos a las posiciones asignadas.

    Ambos salieron de la sala en la que se quedó la general Bar y avanzaron por un largo pasillo hasta bajar unas escaleras que les llevaban a la primera planta de la nave donde se encontraban, hasta finalmente salir por una de las compuertas que tenía.

    — ¿Crees que se rendirán? — Preguntó de forma repentina el general Haal, visiblemente preocupado.

    — Ojalá no lo hagan — Respondió el hermano mayor de los Xom, con sed de sangre.

    — Ojalá tu hermano estuviese aquí con nosotros — Murmuró Haal, apenado, mientras se disponía a reunirse con su mitad del ejército — Pase lo que pase, hagámoslo por Ender.

    — Claro que sí — Musitó Deon, disimulando la molestia que tenía al hablar de su hermano — Por Ender.

    Ambos líderes se colocaron al frente de sus respectivos grupos de soldados y mientras las dos naves junto a sus cazas salían al vuelo alzándose al nublado y lluvioso cielo de Neonia, el ejército Anixis avanzaba a pie por su superficie con la convicción de enmendar sus errores.

    [...]

    La Arcadia entró en la atmósfera de Neonia seguida de dos naves sylerianas con quinientos soldados en cada una, formando un total de mil de estos seres que lucharían junto a aliados que apenas conocían. Cuando desde el Sector 0 vislumbraron su llegada, todas las actividades y tareas cesaron debido a la curiosidad y expectativas que generaba el ver a más sylerianos, pues el único hasta el momento que se paseó por delante de la humanidad y los neonianos fue Om Paokt.

    La nave de origen humano aterrizó detrás del complejo mientras sus dos naves acompañantes con mayor envergadura lo hicieron a su lado cada una. La primera tripulación en salir fue la de la Arcadia, con el comandante Crane a la cabeza. Tras él salía la gobernadora Carver con su hija en brazos, la piloto Tidder, la doctora Marlow, el líder neoniano Dheer, el syleriano Paokt y la Elegida Admir, quién dio la orden a sus dos capitanes para que salieran los mil sylerianos también. La líder neoniana Tovam y el subcomandante Tanner, quiénes estaban a cargo de la gente del Sector 0, fueron los primeros en recibirles.

    — No nos conocemos personalmente — Dijo Erie al encontrarse con el líder neoniano y los líderes humanos — Soy Erie Tovam, ingeniera y piloto además de líder de algunos neonianos.

    — Un placer, Erie — Musitó Vanth, haciendo el saludo neoniano con ella — Vanth Dheer.

    — Comandante Lill Crane — Dijo el hombre, también haciendo el saludo neoniano con ella.

    — Gobernadora Snow Carver — Murmuró la mujer, sin quedarse atrás respecto al saludo neoniano — Me gustaría presentarle a la Elegida, la líder syleriana.

    — Hylda Admir — Se presentó ella misma, sin realizar ningún tipo de saludo con Erie — Jamás pensé que pisaría la superficie de éste planeta...

    — Es un honor que esté aquí, Elegida — Dijo Erie con cordialidad.

    — Soy el subcomandante Eron Tanner, es un placer, Elegida.

    Lill vio el rostro de su amigo y subcomandante con varios cortes y magulladuras, preocupado por lo que le hubiese ocurrido. Ambos se fundieron en un abrazo mientras los demás líderes se dirigían al interior del complejo para discutir el plan de acción contra los Anixis y el pequeño ejército syleriano se entremezclaba con los humanos y neonianos, mostrando ser una raza amigable y social.

    — ¿Qué coño te ha pasado? — Le preguntó el comandante Crane tras el abrazo.

    — Nos infiltramos en una de sus naves cuando llegaron aquí, fuimos yo, Lio, Sun y Yak, con la intención de colocar unos explosivos en una de las naves y reducir su número — Explicó Eron — Tenían a Reeda y Etyah retenidos, Yak los liberó y yo escapé con una de sus naves de combate, pero ese trasto era difícil de pilotar y me estrellé. Aunque el plan funcionó, tienen una nave menos.

    — ¿Habéis logrado traerles a salvo? — Por un momento, Lill se alegró, pero el rostro de su amigo le hizo preocuparse — ¿Qué ocurrió?

    — Según Yak y Reeda, cuando ellos y Etyah escapaban de la nave, se encontraron con uno de esos Anixis — El subcomandante se enteró de lo ocurrido por la propia Reeda, pues fue a verle cuando estaba en la consulta médica — Etyah decidió pelear contra ese ser para darles tiempo a ellos de que me buscaran... Han pasado varios días desde aquello y Etyah... él no ha vuelto. Yo, no sé si...

    Eron estaba realmente afectado por la más que probable pérdida de Etyah, pues lo consideraba un joven discípulo y un amigo al que enseñar, además de ser la única persona viva que más lo conocía. Lill abrazó a su compañero con fuerza para darle ánimos mientras éste soltaba varias lágrimas de lástima y frustración, pero dicho acto de cariño se vio interrumpido cuando apareció el hombre de Ceres.

    — Lill, me alegra ver que has conseguido traer algunos sylerianos — Dijo Lio con seriedad mientras le tendía la mano — Y me alegra que estés de vuelta.

    — Todo tiene un precio, amigo — Murmuró Lill, dándole la mano a un compañero que conocía desde hacía años — ¿Y a ti qué te ha pasado en el brazo?

    — Solo fue un maldito rasguño de plasma — Santos quiso restarle importancia pues estaba casi recuperado.

    — Vino a la misión de la que te acabo de hablar, pero le hice regresar junto a Sun cuando un francotirador nos vio y nos disparó — Explicó el subcomandante.

    — Ya no tiene importancia — Lio volvió a retomar la palabra — Sé que ahora tenéis una reunión los líderes, pero antes Lill, tienes que ver algo.

    Eron ya sabía a qué y quién se refería pero se limitó a indicarle a su amigo con un gesto que siguiera a Lio. El comandante Crane lo hizo, entrando junto a él al complejo edificado del Sector 0 y encontrándose con los líderes allí presentes, quiénes habían sido notificados de que antes de comenzar esa reunión planificatoria, debían ver a alguien. Vanth, Erie, Hylda, Om y Snow se encontraban allí, concretamente en la puerta que daba acceso a la habitación dónde tenían a Ender encerrado. Yak salió de ésta, viendo llegar a Lio acompañado de Lill y Eron.

    — ¿Qué es todo esto? — Hylda no comprendía nada pero no le gustaba tanto secretismo.

    — ¿Es cierto que tenéis a un Anixis ahí dentro? — Vanth estaba sorprendido con ello.

    — Así es, él vino a nosotros y nos dijo que tiene información sensible que contar, aunque solo quiere ver al comandante Crane — Las palabras de Quetaryan frustraron al resto de líderes, molestos por tener que quedarse fuera — Lill, lo que estás a punto de ver, puede que cambie el curso de la guerra.

    — Os contaré todo lo que me diga cuando nos reunamos en la sala de operaciones — Avisó Lill al resto de líderes, entrando a solas al interior de la habitación ante la mirada nerviosa de su mujer Snow.

    Aquel pequeño cuarto se encontraba iluminado por una única luz en el centro, dejando en la penumbra las esquinas. Las paredes tenían el color grisáceo del cemento y le daban una sensación claustrofóbica al lugar, además una similitud notable con una cárcel. En una de esas esquinas, se encontraba sentado en el suelo el Anixis retenido, ya sin el traje característico de los suyos y con un uniforme cómodo de neopreno. A su lado, una bandeja con varias rodajas de tomates crecidos en Neonia, pan y un vaso de agua por la mitad. El comandante Crane levantó la vista, buscando verle los ojos y el rostro a aquel ser, que se escondía en la penumbra que crecía de las esquinas.

    — Me alegra verle aquí, comandante Crane.

    Ender se levantó y se colocó a la misma altura que Lill para luego dar dos pasos al frente, revelando su rostro. La expresión facial del comandante humano era indescriptible, con una mezcla de asombro y terror que era difícil de identificar con más adjetivos. El Anixis que tenía enfrente, era sin su traje y armadura, nada más y nada menos que un humano común cómo lo eran todos los demás que vivían en el Sector 0. Aquella escena tan reveladora provocó en Crane una extraña sensación de haber regresado al principio de todo, cuando apenas tenía noción de lo que estaba por venir. Por primera vez en muchísimo tiempo desde Colapso, Lill sentía que todo había dado un vuelco total y absoluto.

    — Es algo que cuesta procesar para nuestros cerebros, lo sé — Murmuró Ender, mostrando su pelo corto, sus ojos grises y sus demás facciones totalmente humanas — Tómese su tiempo, comandante.

    La voz de Ender era completamente idéntica a la del Anixis que habló con el comandante Crane en Vulkano, cuando varias de sus naves perseguían a la Arcadia en su huida del planeta. Antes de que el preso pudiera reaccionar, Lill lo tomó del cuello y lo empujó contra la pared rápidamente, visiblemente furioso.

    — Sé quién eres, te conozco — Musitó Lill, a escasos centímetros del tipo — Tú eras ese Anixis que me pidió que regresara a Neonia con mi gente, que huir sería en vano y un peligro... Eres ese mismo pedazo de mierda aunque la pregunta es, ¿por qué eres humano?

    — Esa pregunta tiene una respuesta fácil — Dijo el hermano menor de los Xom con tranquilidad y mirando fijamente a los ojos del comandante — Nací en el mismo lugar que tú, la Tierra.

    — ¡Deja de mentir, maldito alienigena! — Exclamó Lill, lanzándolo contra la pared al otro lado del cuarto — ¿Cómo lo has hecho? ¿Tenéis tal avanzada tecnología que podéis transformar vuestra apariencia en otra?

    — No sea ridículo, comandante Crane — Respondió Ender, doliéndose del cuello y la cabeza mientras se levantaba del suelo — Formé parte de la arca número cuatro que La Unión dirigió hasta aquí, junto a doscientas mil personas más. Pero justo cuando estábamos saliendo del Sistema Solar, una onda expansiva de energía nos rompió los propulsores además de radar, sensor y sistema de navegación, dejándonos a la deriva unos largos ocho meses hasta ser atraídos por la gravedad de un planeta al que llamamos Paraíso, un lugar increíblemente precioso y similar a Neonia, cayendo allí. En aquel entonces, ya se solucionó el motín que hubo a bordo por los suministros y mi padre, que era el capitán del arca, organizó una expedición por el planeta. Y encontramos tecnología increíblemente asombrosa, una ciudad vacía, armamento y naves... logramos descifrar un poco el idioma y descubrimos que la especie a la que le pertenecía todo eso, eran los Anixis. Nosotros nos hicimos llamar cómo ellos, pues no estaban, habían desaparecido sin dejar rastro. Yo y varios siempre tuvimos la buena fe de venir aquí a Neonia para reunirnos con vosotros, con los humanos, pero mi padre echó la culpa de lo ocurrido a La Unión y convenció a la mayoría de que el universo nos había dado una segunda oportunidad. Jamás volveríamos a ser ni a comportarnos cómo humanos aunque tuviésemos el aspecto... comandante, todo cambió para bien y para mal. El egoísmo se disipó, todo se compartía y vivíamos en armonía... pero mi padre estaba empeñado en venir a Neonia y manteneros a vosotros y a los neonianos bajo control, pues os considera una amenaza para la supervivencia del universo. Supuso que lo que ocurrió en el Sistema Solar tenía algo que ver con La Unión o con Neonia, por lo que creció el odio que tenía hacia vosotros. No mentimos, cuando dijimos que no queríamos haceros daño. Nuestro código es mantener el orden y la estabilidad en la galaxia, la paz y el equilibrio... pero las revueltas en Promesa y la destrucción de la base en órbita, lo han precipitado todo a una batalla innecesaria para ambos bandos.

    — Me cuesta creer que la historia que acabas de contarme es verdad, pero tampoco puedo negarla — Dijo Lill con seriedad — Tu padre es un maldito sádico y se precipitó al creer que la culpa era de la humanidad o los neonianos. Fue el Supremo, quién lanzó una bomba de energía escondida en la Bataller, caída aquí, destruyendo el Sistema Solar y toda vida en él. Me encaja que aquella onda expansiva de energía de la que me hablas, fuese causada por esa bomba.

    — ¿Fue... fue el Supremo? — Ender estaba intentando que todo le encajara a él también — ¿Ese ser no estaba en Xhander, el agujero negro? ¡Tu grupo acabó con él!

    — Logró salir bajo la apariencia de uno de los nuestros a quién creíamos muerto, el comandante Naylon Karless — Explicó el comandante Crane, rememorando ciertos recuerdos difíciles — Tras detonar la bomba, se suicidó con la intención de destruir el chip que le controlaba. Nunca volvió a ser humano, y parece que vosotros sois iguales.

    — ¡Lill, por favor, yo y muchos más no pensamos cómo mi padre, solo siguen sus órdenes porque creen que es mejor que nada! — Ender estaba desesperado porque el comandante Crane le creyera — ¡Vine aquí para daros toda la información que tengo, pero creo que lo mejor sería que hablaras con mi padre! ¡Puedo arreglar una comunicación entre ambos!

    — Tu padre y tu gente nos van a atacar, esa ya es una forma de hablar — Indicó Lill, desconfiado pero con dudas mientras se dirigía a la salida de la habitación — Por cierto, no me has dicho tú nombre. ¿Cuál es?

    — Ender Xom — El hombre retenido pareció darse por vencido tras intentar convencer al comandante — Mi padre era el capitán Gar Xom, ahora se hace llamar Emperador.

    — ¿Es tu nombre humano o Anixis? — Lill se volteó con desprecio — He conocido a mucha gente cómo tu padre durante estos últimos años y créeme, si se hace llamar Emperador, hablar con él será en vano.

    Lill veía en Gar Xom una persona similar a la que era Jim Baker, quién siempre trató de conseguir más poder y más control a costa de los demás, hasta su muerte en manos del Supremo durante su huida precipitada que lo llevó hasta Xhander. El comandante Crane abrió la puerta con intención de salir, pero lo frenaron las últimas palabras del que había sido hasta ese momento un ser revelador.

    — Por esto no quisimos ser humanos — Murmuró Ender con cierta lástima en su voz — Solo sabemos empezar guerras.

    — Díselo a tu Emperador, Ender — Respondió Lill, cerrando la habitación con un portazo lleno de rabia.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos amigo. Paso a comentar el capítulo.

    Tengo que decir que ha sido el capítulo que menos me ha gustado hasta ahora. No es que sea malo, de hecho, el capítulo está bastante bien narrado, es solo que la gran mayoría del mismo capítulo se compone de narración, y es hasta pasando la mitad que empezamos a ver algunos diálogos. A mí el equilibrio diálogo-narración me gusta y lo tomo como algo muy importante. Eso no vuelve malo al capítulo, de hecho, la narración es impecable como lo ha sido a lo largo de toda la parte. Es solo que leer y no ver diálogos es algo chocante, teniendo en cuenta que hay una gran cantidad de personajes para que puedas usar para los diálogos.

    Volveré a hablar de esto al final del capítulo, por ahora, me centraré en la trama. Vemos que todo se está preparando bien para el capítulo que será la batalla final. Este ha sido un buen preludio, dado a que nos has mostrado como se están preparando ambos bandos. Los Anixis ya tienen decidida que estrategia usar, mientras que la Alianza, por llamarlos así, no están todavía bien preparados. Por lo que parece, están esperando a que lleguen sus enemigos, y cuando inicie el ataque, defenderse con todo lo que tengan. Entiendo que no quisieran hacer planes, porque el comandante estaba fuera y además tenían que esperar a la llegada de los sylerianos, pero al menos deberían tener planes de contingencia ante un ataque. Me da a que si los Anixis los atacaban, no iban a estar listos para otra cosa que no fuera defenderse.

    Dado a que este capítulo tuvo poco diálogo, no tengo mucho que rescatar que no se haya visto ya expuesto en la narración. Tal y como creí, Sun sigue reuniéndose con la Resistencia. La verdad es que no tiene cara para eso. Su guerra civil fue una masacre que dejó varios muertos, y fueron los neonianos y la alianza formada por el gobierno los que les darán la oportunidad de repeler a los Anixis. Después de esto, dudo que quiera un enfrentamiento con los neonianos, salvo que la batalla final ocasione revuelo entre ambos bandos.

    La revelación de Ender fue bastante sorprendente, aunque ya me la esperaba. Debo decir que me asusté un poco al no verla en el principio, pero por el título supe que tendría que llegar. Al final, mi teoría tenía razón. Los humanos son Anixis. Aunque también funciona al revés. Tenía mis dudas de que esto fuera así, ya que los Anixis, pese a que son humanos, se refieren a estos usando de esta misma forma. Es difícil creer que ellos son humanos cuando dicen cosas como "los humanos siempre actúan así". Es decir, creo que esto de su nuevo nombre es lógico, porque tienen vergüenza de formar parte de una especie hostil como la humana; pero la biología es biología. Si su ADN tiene similitudes con el adn de los humanos, entonces, ellos mismos son humanos. Pueden habitar en cualquier planeta, cubrir su rostro y su cuerpo con lo que sea y llamarse como quieran, pero el adn dice la verdad.

    Sorprende que sean ellos los tripulantes del arca número IV que iba de camino a Neonia. La verdad es que me habías contado sobre eso, y la historia mencionó en su parte III que un arca estaba cerca del límite del sistema solar, pero que perdieron el contacto con la misma. Pero no imaginé que ellos mismos fueran los Anixis. La verdad es que será una historia muy interesante de ver, porque sé que pronto lo harás XD. Debo admitir que me sorprende que encontraran dicho planeta "Paraíso" deshabitado por los Anixis originales. Eso me lleva a preguntar a dónde diablos se fueron estos, ya que dejaron toda su tecnología a mano de cualquiera que pudiera llegar hasta allí, y no creo que fuera intencional. Esta revelación ya aclara como es que los Anixis tenían tanta información sobre la guerra Rhajik, si ellos mismos fueron quienes las vivieron. Pero lo que Ender dijo me intriga. Ellos no sabían que fue el Supremo quien eliminó el Sistema Solar. Culpaban a los humanos por algo que no fue culpa suya, y ahora que saben la verdad, me gustaría saber qué opinaría el resto de su especie si lo descubriera.

    Para cerrar, creo que el motivo por el cual esta parte no ha podido superar a la primera (queda un capítulo, pero para mí ya tiene su segundo puesto digno) es por la falta de conversaciones e interacciones entre los personajes. Hubo muchas oportunidades donde podrías haber puesto conversaciones más interesantes entre los personajes, y eso habría elevado tanto a los mismos como a la trama a un nivel mayor del cual estuvieron.

    No malinterpretes, no digo que las conversaciones que mostraste en esta parte estuvieron mal. Todo lo contrario, las conversaciones entre Lill y Ender (tanto aquí como en el capítulo 5), la de Lio con Yak y Sun en el capítulo donde despiertan a Erie, la conversación de Vanth con Om, la conversación de Om con la tripulación de la Arcadia, la conversación de Om con Reeda, Zyon, Etyah al momento de pelear, la conversación entre Deon y Ender antes de su pelea, la conversación entre Vanth y Arva, la de Arva y Cinthia, y por lo general, la mayoría de conversaciones que se mostraron fueron muy bien llevadas.

    Pero creo que pudiste haber incluido más conversaciones que habrían causado un mayor efecto. Tales como:

    • Una charla entre Snow y Ashley, teniendo en cuenta que Snow aceptó a Ashley para que fuera su ayudante cuando ella lideró la Resistencia por un tiempo.
    • Una charla entre West y Cinthia antes de que West tomara la decisión de separarse de ella, descubriendo que Cinthia no lo quiere, y no asumiéndolo simplemente.
    • Una charla entre Om y Hylda antes de que Om se vaya a Neonia. Teniendo en cuenta que Hylda sentía algo por él y que Om es bastante importante, sorprende que no tuvieran una charla antes de acceder a eso.
    • Una charla entre Deon con Ashley, Snow y Eron; ya que estos tres estaban intentando escapar y el Anixis los detuvo.
    • Una charla entre Ashley, Snow y Eron con los prisioneros de las celdas, quienes les reprocharan por no poder hacer nada para ayudar. Incluso habría aceptado una charla de Snow, Ashley y Eron entre ellos mismos en la celda.
    • Una charla entre Lill con Ashley y Lio, ya que a causa de ellos él perdió su mano, y de no ser por la ayuda de West, estaría incapacitado para pelear.
    • Una charla entre Lill y Snow con Sun, ya que Lill descubrió por Axlor que ella era la líder de la Resistencia, además de que ella intentó matar a Snow, y la última vez que estuvieron juntas, Sun la dejó tirada.
    • Una charla entre Lill y Snow a solas, porque pese a que se reencontraron y han estado juntos, no han compartido una charla a solas. Después de semanas lejos uno del otro, yo estaba esperando poder verlos conversar en privado alguna vez.
    • Una charla entre West y Zyon, dado a que Cinthia le pidió al Rhajik que se quedara para ayudarlo, y sería interesante ver cómo interactuaban.
    • Una charla entre Sun y la Resistencia, para poder ver cómo es que ellos reaccionan ante lo que les dice su líder, y también ver cómo fue que Sun integró las palabras que dijo Lio.
    Y quizá me esté dejando alguna otra. De haber estado estas charlas, estoy seguro de que habrían sido bastante bien logradas, y eso habría causado que la parte IV hubiera podido superar, o al menos alcanzar, a la parte I. En esa parte, creo que tuvimos interacciones cruzadas de todos los personajes entre sí a causa de todo lo que estaba ocurriendo en la guerra contra los Rhajik y los conflictos de un grupo que estaba conociéndose; y más allá del misterio y la buena acción (cosas que en esta parte también hay), esas charlas subían bastante el nivel. Es mi opinión de por qué esta parte quedó por detrás de la primera. Ya luego tú decides como la tomarás en cuenta.

    En fin, eso será todo por ahora. Esperaré con ansias el capítulo final. Sé que la guerra no terminará, ya que está el planeta Paraíso, y son muchos personajes como para que mueran todos en una guerra así. Está claro que esta es una batalla por Neonia, a ver cómo termina la misma.

    Me despido hasta la semana siguiente, si todo sale bien. Bye.
     
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  7. Threadmarks: Tras su estela
     
    Manuvalk

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    Éste es el desenlace de la cuarta parte de Los Viajeros. La batalla por el control de Neonia, ¿será el fin o el inicio de un conflicto? Lo descubriréis pronto. No voy a explayarme más, espero que disfrutéis de la lectura. Pero antes, quiero avisar de que en Agosto será publicada una pequeña historia secundaria que dará más respuestas sobre los humanos que se hacen llamar Anixis. Hasta pronto.




    Tras su estela







    El comandante Crane entraba en la sala de operaciones del Sector 0 con el rostro serio tras haber hablado con Ender, el Anixis retenido. Allí le esperaban la Elegida Admir, el protector Paokt, Vanth, Erie y la gobernadora Carver, contando cada líder de cada especie con su persona de máxima confianza o en el caso de los neonianos con otro de sus líderes. Conscientes de disponían de poco tiempo para organizarse ante la inminencia de un ataque por parte de sus enemigos, los seis líderes allí presentes debatieron el plan.

    — ¿Te ha dado información relevante que pueda servirnos para el combate que se avecina? — Vanth fue el primero en preguntarle al comandante humano.

    — Lo único relevante es que los Anixis son seres humanos — Respondió Lill, dejando en silencio a la sala por unos segundos eternos — Me ha pedido que hable con el Emperador Gar Xom, al parecer es el líder.

    — ¿Cómo qué son humanos? — Om no comprendía nada — ¿Entonces no son otra especie? ¿Son... vosotros?

    — Algo así, Om — Musitó el comandante con resignación — A ver, escuchad, podríamos discutir acerca de esto durante todo el día pero sabemos que se nos viene un ataque encima y más después de haberles destruido una nave.

    — Lill tiene razón, ahora no es momento de hablar acerca de si nuestros enemigos son humanos o no — Snow salió en apoyo de su pareja — Lo principal es defendernos y hacerles ver que no van a conseguir nada insistiendo con nosotros.

    — Exacto, si logramos que se marchen, será una victoria — Indicó Vanth, decidido.

    — Sois muy conformistas — Intervino Hylda — Todos los presentes aquí y ahí fuera sabemos que esto no terminará aquí. Una victoria aquí no implica el fin de una posible guerra.

    — Cierto, pero es el primer paso para ganarla — Dijo el comandante Crane, dispuesto a contar el plan — No sabemos por dónde nos van a venir, pero sabemos que lo harán. Mí idea es colocar a los sylerianos sobre árboles y en el tejado de éste pequeño edificio, para mayor precisión con los Rhage.

    — Iré a notificarlo — Asintió Paokt, marchándose de la reunión para advertir a los suyos de donde debían posicionarse desde ya.

    — Según me han contado, aún tienen dos naves de considerable tamaño y no tengo lugar a dudas de que serán naves de ataque, además de los cazas que Eron vio durante su huida de la misión de infiltración que tuvo — Explicaba Lill mientras señalaba con su dedo varias zonas en el mapa del Sector 0 y alrededores — Necesitaremos fuego aéreo pero no quiero arriesgar en lo absoluto a la Arcadia ni a la Valkshire, son nuestras mejores naves, por lo que usaremos las seis que hemos logrado arreglar y que ya estaban aquí más el apoyo de los neonianos de las otras bases. ¿Erie, te encargas de pedirles el apoyo aéreo? También quiero que te lleves la Valkshire con tantos humanos y neonianos puedas llevar, a esa gente que no puede pelear.

    — Voy ahora mismo — Respondió la neoniana, yendo a contactar con otros neonianos de otras partes del mundo y después evacuar a los máximos posibles con la Valkshire.

    — El resto de soldados, humanos y neonianos, serán la primera línea de fuego que trate de frenar la embestida de los Anixis — Indicó el comandante humano — Snow, dile a Arva que cargue la Arcadia de las máximas personas posibles y que se una a la Valkshire en la huida. Ve con ella y llévate a Gina.

    — Está bien, mantente a salvo — Murmuró la gobernadora Carver, dándole un beso a su marido y yéndose de la sala.

    El comandante Crane, la Elegida Admir y el líder neoniano Vanth permanecieron a solas en la sala de operaciones del complejo. Una vez el plan especificado, los tres líderes de las diversas especies que pelearían se marcharon a prepararse, momento que aprovechó Lill para dirigirse a la habitación dónde Ender estaba retenido, pidiéndole a dos soldados que custodiaran la entrada y no dejaran ni entrar ni salir a nadie. Acto seguido avanzó por un amplio pasillo hasta meterse en la sala médica, donde la doctora Marlow preparaba el instrumental médico para posibles heridos que le llegaran.

    — ¿Todo bien, Cinthia?

    La mujer se sobresaltó al oír a Lill pues apenas lo escuchó entrar. La médico asintió visiblemente agitada y nerviosa, cosa que el comandante notó y le hizo acercarse a ella para calmarla. Algunos médicos también se encontraban allí para ayudarla, desde humanos hasta dos neonianos y cinco sylerianos doctores.

    — No les dejaremos entrar aquí dentro — Murmuró Lill, decidido y seguro — Aunque debes prepararte para atender malheridos, porque seguro que los habrá.

    — Estoy preparada — Musitó Cinthia, logrando controlar sus nervios — Cuídate ahí fuera, Lill, no querría tener que atenderte en una de estas camillas.

    — Y si es así, estoy tranquilo — El comandante se dirigió a la salida de la consulta médica — Estaré en buenas manos.

    Tras comprobar que su compañera se encontraba bien, el comandante humano puso rumbo a la sala de ingeniería, dónde West ya tenía el dispositivo listo para usarse e implementado en Zyon para que éste liderara al ejército de cuatrocientos de su especie robótica.

    — ¿Funcionará? — Preguntó Lill con seriedad.

    — Lo hará — Respondió Westley igual de serio.

    — ¿Voy reactivando a los Super Rhajik, comandante? — Preguntó Zyon.

    — Hazlo y colocaos en primera línea — Le ordenó el comandante — En la entrada del Sector 0.

    Zyon salió de la sala de ingeniería seguido de Lill, quedándose el ingeniero Finn a solas. Mientras todos se posicionaban y la Arcadia y la Valkshire salían de la zona para llevar a los más vulnerables lejos de la zona de conflicto, las dos naves Anixis se aproximaban por el cielo a gran velocidad. En apenas unos instantes, varias cápsulas somníferas fueron eyectadas y caían hasta clavarse en la tierra para después desprender la neblina.

    Mientras la niebla provocaba ya los primeros desmayos y los soldados humanos, neonianos y sylerianos disparaban contra estos aparatos para destruirlos, los cazas Anixis comenzaban a sobrevolar el área sin disparar sus misiles. Aún con el problema en el hombro, el hombre de Ceres cogió una de las seis naves que quedaron inoperativas en el Sector 0 hasta hacía poco y salió a atacar a los cazas. Su experiencia pilotando lanzaderas le daba cierta seguridad pero la nave que manejaba era algo más grande y contaba con armamento, por lo que comenzó a usarlo mientras las torretas de las dos grandes naves iniciaban sus tiroteos contra las naves enemigas.

    Algunas cápsulas comenzaban a ser destruidas tras un derroche importante de munición cuando entraron ambos escuadrones Anixis en acción, cada uno liderado por Haal y Deon respectivamente. La general Bar se encontraba en una de las naves, observando el combate desde el puente de mando y debatiendo si lanzar un potente misil que convirtiera el Sector 0 en cenizas para acabar con todo. Sin embargo, al ver alienigenas distintos a los humanos y neonianos, su rostro se ensombreció.

    — Piloto, dispare un misil al centro de ese lugar — Ordenó la Anixis, realmente una humana, al ver que sus enemigos contaban con apoyo de otra especie desconocida para los suyos.

    Uno de los pilotos de esa nave comenzó a realizar la maniobra de ataque cuando la explosión de uno de sus cazas justo delante provocó que la gran nave se zarandeara levemente y nublara la visión del personal para disparar el misil en tierra. Mientras tanto, el combate en la superficie era encarnizado. Deon desoyó la orden de su padre y Emperador de que trataran de pedir la rendición y comenzó a disparar con su Flasher a los humanos, neonianos y sylerianos, quiénes le respondían también con sus armas. Ender escuchaba desde el interior de su habitación la pronta, repentina e intensa batalla que se estaba librando fuera cuando un estruendo en el edifico en el que se encontraba provocó un derrumbe que abrió un boquete en la pared, habiéndosele formado una salida al Anixis retenido.

    El menor de los Xom salió sin pensárselo dos veces, recogiendo el Rhajead de una soldado humana que había caído en combate. El tipo tenía decidido no disparar a nadie cuando varios Anixis que no le reconocieron comenzaron a dispararle, provocando que el hombre tuviera que cubrirse tras el muro derruido. Los soldados enemigos comenzaron a aproximarse a su posición, siendo un total de cinco y reduciendo sus posibilidades de salir con vida cuando de pronto apareció Yak, empuñando su Rypper y disparando a esos cinco Anixis para despistarles mientras el subcomandante Tanner lanzaba una granada de fragmentación y ésta detonaba delante de uno de ellos, matándolo al instante y lanzando al resto por los aires, sin apenas sufrir daños.

    — ¿Ibas a alguna parte, capullo? — Eron tomó del brazo a Ender con ira — Tú vienes con nosotros, amigo.

    El subcomandante humano y el joven discípulo neoniano se llevaron al preso por la parte de atrás del complejo para sacarlo de la zona de conflicto cuando repentinamente uno de los Anixis les interceptó el paso, apuntando con su Flasher al humano y al neoniano.

    — ¿Ender? — El soldado Anixis se quitó el casco, resultando ser Haal y revelando su apariencia humana.

    Eron y Yak apuntaron rápidamente con sus armas al enemigo. La confirmación de que los Anixis eran humanos se había corrido cómo el agua en un río entre la población, por lo que apenas se mostraban sorprendidos.

    — ¡Haal, baja el arma! — Le pidió su amigo, temiendo por su vida — ¡Ríndete amigo, hay otra salida!

    — Deon dijo que tú... que estabas muerto...

    — ¡¿Has oído a tu amigo?! ¡Baja la puta arma! — Exclamo Eron, decidido a apretar el gatillo.

    Haal no obedecía pero tampoco parecía dispuesto a disparar su Flasher. La cruda batalla seguía ocurriendo alrededor y un segundo misil lanzado desde una de las grandes naves Anixis cayó muy cerca del edificio del Sector 0, lanzando a Haal, Ender, Yak y Eron varios metros atrás mientras permanecían aturdidos. El menor de los Xom fue el primero en incorporarse, comprobando aterrado que su amigo y compañero estaba sepultado bajo un derrumbe provocado por la explosión tan cercana del misil al edificio. El que fuera Anixis se arrodilló ante la pila de rocas que enterraban a Haal con las lágrimas recorriendo su rostro mientras Eron y Yak se levantaban un poco aturdidos, viendo cómo finalmente Ender tomaba de nuevo su Rhajead y se dirigía de vuelta a la zona de combate.

    — Eh, ¿dónde mierda vas? — Dijo Eron, tomándole del brazo con fuerza.

    — Voy a matar Anixis — Respondió Ender con ira, mientras se quitaba el agarrón del subcomandante al apartarlo.

    Yak se quedó mirando a Eron durante unos instantes para después observar la montaña de piedras donde se encontraba el cuerpo del Anixis llamado Haal.

    — Deberíamos ir con él — Musitó Quetaryan, convencido — Sino morirá.

    El subcomandante miró al joven neoniano y asintió, mostrando ambos su bondad de no querer dejar morir ni siquiera a alguien que apenas conocían. Mientras ambos iban detrás de Ender, la doctora Marlow salía de la consulta médica para evitar que ésta le cayera encima. Sus ojos vieron cómo el exterior estaba plagado de soldados amigos y enemigos matándose entre sí, con cientos de cuerpos sin vida en el suelo mientras una lluvia incesante desde hacía cuatro días golpeaba esa zona del planeta con una fuerza pasmosa. Vio cómo a lo lejos se encontraba Zyon junto a varios Super Rhajik, disparando su potente láser, provocando una especie de deja vú respecto a lo vivido en la guerra Rhajik. La médico se sumió en sus recuerdos en medio del caos y la ansiedad que la invadía sin darse cuenta de que un Anixis la apuntó, dispuesto a matarla cuando de pronto apareció West para derribar a su ex pareja y evitar que el disparo del enemigo fuera certero.

    — Tenemos que buscar refugio, nosotros no somos soldados — Murmuró West mientras ambos se miraban fijamente desde el suelo.

    El soldado Anixis se aproximó a ambos para asestarles el golpe definitivo cuando una ráfaga de disparos de Striker y Rypper terminaron con su vida al perforarle la armadura metálica de su torso. Sun y Reeda llegaron al rescate, ayudando a ambos a levantarse y poniéndose a resguardo tras una pared partida por la mitad.

    — Estamos ganando terreno porque ellos son menos, pero aún así han matado a muchos — Decía la asiática mientras salía de la cobertura para disparar y regresar — La tecnología que poseen les hace ser superiores en combate, aunque es evidente que piensan cómo humanos.

    — ¿Por qué dices eso? — Le preguntó la neoniana, intrigada.

    — Disparan mucho antes a un neoniano o syleriano que a un humano — Explicó Brume con seriedad — Vamos, debemos movernos de aquí, somos un blanco fácil.

    El combate aéreo estaba siendo espectacular, pues la llegada de naves de combate neonianas de otras partes de Neonia, contactados por Erie desde la Valkshire, inclinaron la balanza de la ventaja en favor de la alianza de especies. Una de las naves enormes Anixis estaba sin propulsores, flotando en el aire a la deriva cuando los disparos certeros de una nave neoniana en las células de combustible provocaron que dicha nave enemiga explosionara al instante en pleno aire, acabando con varios cazas que se disponían a salir de nuevo de su hangar para huir de la destrucción inminente. Sus restos comenzaron a caer de forma precipitada sobre el Sector 0, matando a algunas personas e hiriendo a otras.

    La onda expansiva zarandeó a su nave gemela, dónde se encontraba la general Bar, que veía aterrorizada cómo la desventaja numérica les lastraba y el intento de dormir a la población no funcionó mucho. Los pilotos se dedicaban a mover la nave para que no fuera un objetivo sencillo de acertar mientras disparaban toda la artillería pesada contra las naves enemigas, más pequeñas y escurridizas, que la rodeaban constantemente para destruir partes sensibles de ésta. En una de esas naves se encontraba Lio, quién aprovechó y se metió en el hangar de la gran nave, saliendo de la suya para escabullirse en el interior de la enemiga.

    — Envíe las coordenadas a todos los soldados que queden en pie — Ordenó la general, consciente de que estaban perdiendo la batalla y corrían el riesgo de no poder volver a casa — Ordena la retirada en mi nombre.

    — General, ¿está segura? — Uno de los pilotos no lo veía claro — El Emperador podría molestarse si regresamos sin esclavos.

    — ¡Me importa una mierda, piloto! — Exclamo Bar, furiosa — ¡Quiero estar viva mañana! ¡Ordena la evacuación y retirada de la zona de combate! ¡Nos volvemos a casa!

    Los pilotos comenzaron a enviar ese mensaje a las radios de todos sus soldados de campo, que no tardaron en recibir la orden de retirada. Deon se encontraba disparando contra el comandante Crane cuando la orden de la general Bar le hizo ver que estaban perdiendo la batalla. El mayor de los Xom retrocedía mientras disparaba al comandante, que salió rápidamente de su cobertura y le disparó con su mano Rhajik, rozándole el muslo izquierdo y provocando que Deon cayera adolorido para luego incorporarse y correr conforme podía con ayuda de más soldados que se retiraban.

    Lill se volteó para ver que el Sector 0 había quedado en completa ruina y que había cadáveres mezclados con gente que cayó desmayada por las cápsulas, pero sin rastro de más Anixis vivos allí, sino solo soldados humanos, neonianos y sylerianos. El comandante alzó la vista al cielo y vio que la única nave Anixis restante se retiraba de la zona mientras los cazas neonianos y naves humanas rodaban en círculos celebrando la victoria, al igual que los soldados de campo, quiénes se abrazaron y gritaron de felicidad, fuesen de la raza que fuesen, por haber repelido el fugaz ataque.

    Aquella escena resultó gratamente emotiva para el comandante humano, quién vio cómo Hylda se dirigía a él asintiendo y con un Rhage en sus manos además de un evidente desgaste físico en el combate. Lill fue buscando con la mirada a más de sus compañeros, encontrando a Eron, Yak y Ender juntos con éste último de rodillas y abatido de cansancio físico y emocional. Por radio todo eran felicitaciones y contactos con la Arcadia y la Valkshire, diciéndoles que podían regresar, que habían ganado a los Anixis en su primer enfrentamiento.

    Sin embargo, el rostro repleto de alegría de Lill cambió a temor al ver unas piernas neonianas tras un muro derruido que apenas se movían y que le resultaban familiares. Al aproximarse, se encontró con Vanth Dheer, gravemente herido mientras un pedazo de chatarra de la nave Anixis que había explotado en el aire le traspasaba el torso de delante hacia atrás. Lill se arrodilló rápidamente buscando la forma de poder ayudar a su compañero y amigo gravemente herido.

    — ¡Qué alguien llame a Cinthia! ¡Necesito un médico! — Exclamaba el comandante humano de forma repetida — ¡Por favor, necesito ayuda! ¡Vanth está herido!

    — Lill, para... déjalo — Musitó el líder neoniano con la voz desgastada y la sangre del torso cayendo sobre la tierra mojada — He llegado hasta aquí...

    — No. ¡No! ¡Podemos curarte! ¡Qué alguien llame a un maldito médico, joder!

    — ¡Lill, detente! — Gritó Vanth conforme pudo — Hemos enfrentado varios peligros desde que nos conocemos y sabíamos que en cualquiera de ellos podíamos morir... Estoy feliz por haberle dado a mí pueblo libertad y por haber conocido a la humanidad... Es un orgullo ver que tú te quedas para liderarles a todos, comandante Crane, al igual que es un orgullo saber que mis entrenamientos en la sede de La Unión te han convertido en un grandísimo soldado para la causa... Aún queda mucha guerra que librar, Lill Crane, jamás la des por perdida cómo los neonianos hicimos con la guerra Rhajik.

    El neoniano comenzó a mirar el cielo ante el llanto estrepitoso del humano, mientras varios soldados y personas de las distintas especies se aproximaban al ver lo que ocurría. En cuestión de segundos, el líder neoniano exhaló su último aliento frente a cientos de presentes que días después e incluso para siempre, lo venerarían.

    [...]

    Una semana después

    Lill contemplaba el tronco quemado de aquel famoso árbol que se encontraba justo en el centro de Isharay, la colonia neoniana que fue destruida por la Resistencia. Pese a que ardió de forma considerable durante el asalto del grupo renegado humano en el que murió la representante Narisha Taaliv, la estructura del árbol aún seguía en pie. Los neonianos decidieron no quitarlo, argumentando que dicho árbol volvería a recobrar la vida.

    El comandante Crane se percató de que ya sobresalían intentos de florecer por sus frágiles ramas, lo que demostraba que los neonianos tuvieron razón en su momento. Considerado un árbol milenario del planeta y muy idolatrado por su gente, al igual que Narisha, Vanth fue incinerado y sus cenizas enterradas alrededor del árbol junto a muchas otras cenizas de neonianos que cayeron en el combate contra los Anixis.

    El humano había ido allí durante largos minutos cada día desde la muerte del líder neoniano. Con el Sector 0 totalmente destruido, la población emigró de regreso a Promesa, que tampoco estaba en su mejor momento. La idea era reconstruir la colonia humana, la neoniana y construir una para los sylerianos, quiénes se marcharon en su mayoría de regreso a Syleria con el fin de regresar con material para la construcción de su futura colonia.

    Algunos sylerianos permanecieron en Neonia cómo fue el caso de Hylda y Om, pues había mucho que discutir tras vencer a los Anixis en la primera batalla. Lill se despidió del monumento a los muertos neonianos y se dirigió tranquilamente de regreso a Promesa, pasando por delante del mural de piedra que contaba las bajas humanas tras Colapso y más adelante. Pese a que había otro mural en la colonia, aquel en medio de ambas colonias rendía homenaje a Naylon Karless entre otros cómo Axlor Vaalot y los soldados humanos caídos ante los Anixis.

    Prosiguió su andadura tras observar dicho mural hasta llegar a Promesa, su hogar durante los últimos cinco años. Algunas personas y Super Rhajik, entre ellos Zyon, se encontraban arreglando desperfectos por el exterior mientras en la entrada vigilaban hasta cuatro soldados, dos humanos y dos neonianos, que asintieron al ver entrar al comandante Crane. El ingeniero Finn se encontraba sentado en un banco, fumando y con la mirada perdida en la pared de enfrente, momento en el que Lill lo vio y optó por sentarse a su lado.

    — ¿En qué piensas?

    — En todos los que hemos perdido desde la llegada de los Anixis hasta ahora como son Dyrian, Etyah, Vanth y mucha gente más, en el hecho de que sean humanos que se dirigían con la cuarta arca hacia aquí y nunca pudieron llegar a causa del Supremo, en si he hecho bien en dejar a Cinthia... — Westley le dio una larga calada al cigarro para luego soltar el humo durante unos largos segundos — ¿Y si la humanidad está hecha para esto? Quiero decir, ¿y si solo sabemos iniciar guerras? ¿Y si esos humanos que se hacen llamar Anixis, tienen razón respecto a que estamos condenados a la extinción?

    — ¿Tú lo crees? — Respondió Lill con otra pregunta — ¿Crees que la humanidad solo hace guerras y que estamos abocados a la extinción?

    — No, claro que no — Musitó el ingeniero, notablemente deprimido — Somos más que eso.

    — Exactamente — El comandante Crane le dio una palmada en la espalda a su compañero — Las cosas no han sido nada fáciles desde que conocimos a los neonianos y peleamos contra los Rhajik, pero estoy seguro, de que cuando acabemos con esto, la paz volverá a nuestras vidas.

    West asintió algo emocionado y mientras apagaba el cigarro en el banco con una mano, le tendía la otra.

    — Gracias, Lill — Musitó el ingeniero, tratando de animarse un poco — Tenemos que trabajar por ese futuro.

    — Lo lograremos, West.

    — No me cabe la menor duda, comandante Crane — Westley vio cómo Lill se levantaba para seguir con su camino cuando de pronto recordó algo — Por cierto, ¿sabes algo de Lio?

    — Llevamos sin saber de él desde la batalla en el Sector 0 — Indicó el comandante humano, algo preocupado — Nadie me ha dicho que estuviese entre los cadáveres contabilizados, así que tiene que estar ahí fuera.

    — Puede ser pero no lo entiendo, ¿por qué querría desaparecer? — West, que era su amigo, no comprendía que el hombre de Ceres pudiese tener algún motivo.

    — Ni idea — Musitó Lill — Pero estamos hablando de Leonardo Santos, estará bien y le encontraremos.

    El comandante se despidió del ingeniero y continuó su andadura en dirección al despacho de la gobernadora Carver, dónde estaba prevista una reunión de los líderes humanos, neonianos y sylerianos para decidir el siguiente paso en la lucha contra los Anixis. No obstante, durante el trayecto, la ex líder de la Resistencia de manera oficial llamó la atención del hombre, pues se encontraba apoyada sobre la esquina de un callejón.

    — Sun Brume — Dijo Lill, aproximándose a ella — ¿Qué quieres?

    — Que se me tengas en cuenta — Respondió la asiática rápidamente — Sé que debo ganarme la confianza de todos y he estado trabajando para ello, pero quiero participar.

    — ¿Participar? ¿En qué?

    — En lo que sea que vaya a pasar después — Indicó Sun, decidida — La Resistencia no volverá a ser un problema para el gobierno humano, te lo aseguro, de hecho, queremos ayudar y contribuir, aunque evidentemente por un módico precio.

    — No vamos a comprar a tus matones, Sun — Dijo el comandante, marchándose.

    — ¡Eventualmente nos necesitarás, Lill Crane! — Gritó Brume para que el hombre la oyera mientras se iba.

    Antes de que pudiera avanzar diez pasos más, el comandante se encontró con la joven neoniana Klamp, sentada y rodeada por multitud de niños neonianos que parecían escuchar un cuento narrado por ella.

    ...y el cielo se abrió para que nuestro líder, héroe y amigo, viajara a las estrellas junto a muchos otros neonianos que...

    El humano sonrió al ver la escena y recibió la gratitud de Reeda, quién asintió en señal de absoluto respeto hacia el comandante Crane. Éste continuó caminando, observando la muchedumbre ir de un lugar a otro, en los puestos ambulantes de comida u objetos, tratando de volver a una normalidad que sería difícil de mantener.

    — ¡Lill! — Una voz femenina captó la atención del comandante, que se volteó para comprobar que se trataba de la piloto Tidder — Apenas he podido hablar contigo esta semana.

    — Lo sé, ha habido mucho trabajo que hacer — Murmuró el hombre, que le dio un abrazo a su amiga — ¿Cómo te encuentras, Arva?

    — Dentro de todo lo ocurrido, bien — Respondió la mujer nacida en la Luna — Muy pronto necesitarás otro piloto en la Arcadia.

    — ¿En serio? — El comandante se sorprendió y preocupó a partes iguales — ¿Ha ocurrido algo?

    — Lill, estoy embarazada — Arva sonrió mientras se señalaba la barriga — Debo cuidarme, no correr riesgos... y en el puente de mando se sufre mucho estrés.

    — Lo entiendo perfectamente — Musitó Lill, contento de que su amiga priorizara su estado — Todo lo que sea con tal de que esos pequeños Vaalot Tidder salgan sin problema.

    Arva y Lill soltaron varias carcajadas que precedieron a otro largo abrazo, este de despedida. Tras la breve charla, el comandante humano prosiguió su camino hasta encontrarse a dos personas conocidas en una pequeña terracita de un local que hacía de cafetería. El subcomandante Tanner y la ex comandante Ripley se encontraban conversando de forma alegre e intensa sin apenas haberse percatado de la presencia de Lill a escasos metros, por lo que éste los dejó con su momento íntimo, feliz de ver a dos grandes amigos sonreír. Avanzó hasta encontrarse cerca del despacho de la gobernadora cuando fue intervenido en el camino por un soldado.

    — Comandante, su mujer me ha pedido que lleve al preso Anixis a su despacho — Indicó el hombre con seriedad — Si me acompaña...

    — Adelante.

    Lill siguió a aquel soldado humano hasta la zona de presos, lo que era básicamente la cárcel de Promesa, un pasillo alargado con celdas a cada lado. El soldado se marchó dejando al comandante en la entrada, que estaba protegida por otros dos soldados que automáticamente al verle se echaron a un lado para dejarle pasar. Lill entró y se dirigió a la celda específica dónde Ender se encontraba, viendo al llegar que no estaba solo.

    — Le agradezco los cuidados, doctora Marlow — Murmuró Ender, sonriente mientras la médico le limpiaba una herida profunda en el antebrazo izquierdo.

    — Es mi trabajo — Cinthia le devolvió la sonrisa al sentirse ruborizada por el atractivo del preso, pero al ver al comandante se apresuró en terminar — Volveré mañana.

    — Adiós, Cinthia — Musitó el comandante, despidiéndose de su compañera.

    La doctora Marlow se despidió de Lill y se marchó de la prisión, dejando a solas al preso y al comandante, quién permaneció detrás de la cristalera que le mantenía separado del soldado y traidor Anixis.

    — Usted dirá, comandante Crane.

    — Tienes que venir conmigo — Murmuró Lill, sorprendiendo al preso y abriendo la celda — Vamos.

    Ender salió de la celda, sorprendido de que le dejaran hacerlo pues desde que terminó el combate contra los Anixis, fue encerrado sin libertad alguna. Lill lo tomó por el hombro y lo llevó consigo hasta el despacho de la gobernadora Carver, dónde se encontraba ésta junto a su hija Regina, los sylerianos Hylda y Om y los neonianos Erie y Yak. El comandante forzó al Anixis a que se sentara en una de las sillas y acto seguido se cruzó de brazos.

    — Perdón por la tardanza — Murmuró Lill, centrándose rápidamente en el fondo del asunto — ¿Por qué queríais que le trajera?

    — Porque el siguiente paso que debemos dar es el ataque definitivo — Dijo el joven discípulo del fallecido Vanth con una seriedad y rotundidad absoluta.

    — Los neonianos queremos atacarles antes de que se lo esperen — Erie, quién había tomado el mando de su gente con Yak cómo segundo, entró en la conversación para expresar el pensar de los neonianos.

    — Queremos venganza — Musitó Quetaryan en un tono intimidante y refiriéndose a la muerte de Vanth Dheer.

    — Queréis que os cuente todo lo que sé, ¿verdad? — Intervino Ender en la conversación.

    — ¡Tú cierra la boca! — Le ordenó Lill para luego centrarse en los neonianos — Entiendo lo que pretendéis y sentís, pero no conocemos el hogar de los Anixis en absoluto y lanzarnos al ataque sin tener ciertos conocimientos nos lo complicaría todo.

    — Eso hemos dicho nosotros — Dijo Om, tomando la palabra en nombre de Hylda y él mismo mientras recordaba la imprudencia con la que actuaba anteriormente el comandante Crane hasta el cambio que mostraba en ese momento — Antes debemos ser precavidos y estudiar más a fondo al enemigo.

    — ¡Por eso él está aquí, maldición! — Exclamo Yak, visiblemente alterado mientras se aproximaba al Anixis preso y le tomaba del cuello — ¡Danos la ubicación del que será vuestro cementerio en vez de hogar!

    — Yak, contrólate — Erie apartó a su segundo al mando del hombre retenido mientras levantaba la vista para mirar a Lill — Queremos que nos dé la información que tiene, tal y cómo prometió cuando vino a nosotros.

    — Ya he dicho que no tengo problema en daros la información que tengo — Intervino Ender, decidido a jugar su postura — Pero quiero unas condiciones a cambio.

    — No negociamos con traidores ni enemigos — Dijo Snow de forma tajante, haciendo que sylerianos y neonianos se mirasen entre sí al recordar las rencillas del pasado y el significado de la frase — O nos dices todo lo que sabes, o mueres en esa celda.

    — Creo que estamos olvidando aquí el hecho de que estos Anixis son realmente humanos — Dijo Hylda, llamando la atención del resto — Creo que antes de pensar en atacar, la humanidad debería preguntarse si quiere atacar a su propia gente o si por el contrario quiere intentar convencerlos de unirse.

    Todos se miraron entre sí, especialmente Lill y Snow. Ender estaba realmente agradecido de que los sylerianos fueran seres tan pacíficos y justos, pues pensaba exactamente lo mismo que acababa de decir Hylda Admir.

    — Si les convencemos podríamos evitar la guerra — La gobernadora Carver sopesaba seriamente esa opción — Nuestras especies han sufrido muchísimo cómo para ahora embarcarse en otra cruzada.

    — Yo podría organizar un encuentro con el Emperad...

    — ¡Cállate, maldita sea! — Exclamo el comandante Crane al hombre retenido, golpeando la mesa con rabia para acto seguido mirar a su pareja — ¿De verdad lo piensas, Snow?

    — Así es, son nuestra gente al fin y al cabo — Murmuró Snow, decidida — Deberíamos intentar que se unieran a nosotros y sino, negociar un pacto para no atacarnos.

    — ¡Eso es ridículo! — Dijo Yak, tenso — ¡Serán humanos pero su nivel de locura supera de lejos a la Resistencia!

    — No sé si me convence la idea de hablar con ellos — Erie estaba siendo sincera — Sé que cuando llegaron no atacaron, solo os controlaron, pero eso es propio de una especie conquistadora.

    — Vosotros también erais una especie conquistadora y ahora supuestamente habéis cambiado — Intervino Paokt, mirando a ambos neonianos — ¿Por qué los Anixis no merecen una segunda oportunidad?

    — No estoy de acuerdo, son un peligro — Dijo Lill, sorprendiendo a algunos presentes mientras observaba a su hija jugar con el aparato de hologramas — Es como si la Resistencia hubiese tenido acceso a una tecnología superior a la nuestra, ¿qué creéis que habría pasado?

    — Eso no implica que no se pueda hablar con ellos — Murmuró Snow, señalando a Ender — Él te dijo que no todos los Anixis piensan cómo el Emperador que está al mando, ¿verdad? Entonces, ¿a esos también debemos matarles?

    — Están con ellos, no con nosotros — Musitó Lill, firme en su decisión.

    — ¿Y nosotros? — Snow le plantó cara a su propio marido — ¿Con quién estamos? ¿Acaso somos distintos?

    El comandante Crane miró fijamente a su chica durante unos instantes y decidió marcharse, no sin antes cargar con su hija en brazos.

    — Aunque sean humanos y menos que nosotros, su tecnología lo compensa — Lill tenía todas las miradas fijadas en él — Son unos doscientos mil Anixis, si jugamos bien nuestras cartas, saldremos ganando esta guerra. El siguiente paso es ir tras su estela, Ender nos dará la ubicación del planeta que llaman Paraíso y haremos lo que ellos hicieron con nosotros desde el principio, investigarles y estudiarles hasta saber sus puntos débiles y fuertes para neutralizar estos últimos. La reunión ha terminado.

    [...]

    En algún lugar de la Vía Láctea

    — Emperador Xom, nos aproximamos a Paraíso — Indicó la general Bar por el canal de comunicaciones, junto a Deon — Tenemos múltiples averías que requieren ser reparadas, así que atracaremos en el muelle de la base Caronte antes de aterrizar en Ciudad Anixis.

    Entendido, general Bar — Respondió Gar Xom con seriedad — Cuando lleguéis, tendremos una conversación sobre las malas noticias de Neonia.

    — Entendido, Emperador Xom — Musitó la mujer, cerrando la comunicación con su líder y volteándose hacia Deon — Es probable que tu padre nos relegue de nuestros cargos.

    — No lo hará — Dijo el mayor de los Xom con aires de superioridad — Soy su hijo, sabe que puedo solucionar esto.

    — Quizá, pero estoy segura de que a mí si puede quitarme el puesto de general.

    — No le dejaré, Bárbara — Deon se aproximó a la mujer, agarrándola de la cintura y aproximándose a sus labios — A mí padre le queda poco tiempo al mando de los Anixis.

    Ambos se fundieron en un largo y tenso beso para la mujer mientras desde la distancia, concretamente en la puerta que daba acceso al puente de mando, un soldado Anixis observaba la escena sin moverse. A su lado había otro, que tampoco se inmutó hasta que repentinamente se dispuso a salir de la sala, siendo frenado por su compañero.

    — ¿Dónde se supone que vas, Smith?

    — Al baño, ¿quieres venir a sujetármela, capullo?

    — Maldito idiota... anda, ve.

    El soldado Anixis que se apellidaba Smith salió del puente de mando y se dirigió a los baños, encerrándose en el de hombres tras comprobar que no había nadie. Una vez completamente solo y en silencio, el hombre se quitó el casco que le protegía la cabeza y se miró al espejo.

    — Siento tener que usar tu nombre pero llevas tiempo fuera del radar y necesito ser otra persona — Murmuró Lio Santos, sonriendo al espejo mientras hacía referencia a Logan Smith, criminal de Ceres a quién conocía y que murió durante el asalto de los Rhajik a las colonias del Sistema Solar, siendo encontrado muerto por Arva durante su infiltración en una nave junto a Axlor — Deséame suerte, amigo.


    CONTINUARÁ
     
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    Hola, amigo, paso a comentar el capítulo final. Tengo que decir que me gustó, estuvo bastante bien, pero siento que fue algo débil comparado con los capítulos anteriores de la parte. En el capítulo anterior se sintió el exceso de narración por sobre los diálogos, y en este capítulo, pese a que no fue así, pasó otra cosa. Aquí aconteció una batalla que estaba claro que no iba a tratarse de la batalla final, porque había muchos personajes importantes que claramente no se iban a morir, además de que, llegado el caso de que ocurriera, estaba Paraíso como el planeta de los Anixis.

    Pese a eso, no me ha gustado como sí me han gustado otros capítulos. La batalla empezó muy rápido y de forma repentina. Estaban organizándose y ya mismo fueron atacados. No es que me agrade, incluso si se tratara de un ataque sorpresa, algo de narración debería haber antes de que de inicio. Porque pasamos de una escena de organización a la batalla.

    Luego, la misma, comparada con la batalla final de la parte I, no fue tan espectacular. En la pelea de la parte I, teníamos a los personajes moviéndose de un lado al otro, luchando y se nos mostraba como combatían a los Rhajik. En este capítulo, la batalla fue en su mayoría contada en lugar de mostrada. Casi no hemos visto a los personajes. Ashley, Om, Hylda, y Vanth estuvieron desaparecidos en la pelea, ya que no hemos visto (o al menos no recuerdo haberlo hecho) a ellos disparando. Los personajes se movían y peleaban, y no se contaba nada más, a diferencia del capítulo final de la parte I, donde sí nos cuentas como se sienten, qué hacen y que planea cada personaje. Aquí es como si todos se movieran y nada más. De hecho, una parte importante es cuando Lío se infiltra, y no hemos visto a Lio reflexionando sobre qué era conveniente hacer, ni tampoco como se infiltró. Llegó el momento, y ya se nos dice que él pudo entrar. En la parte I, vimos como Kyllian sentía miedo cuando tuvo en frente al Supremo, y cuando vio a sus compañeros marcharse sin él, y como tras ver morir a su padre, decidió que lo mejor era tirar la plataforma a Xhander. Eso fue un momento bien hecho. El de la infiltración de Lío no fue un momento en sí, porque no hemos visto nada de él.

    La muerte de Vanth fue la única importante, y tratándose de un personaje que era de mis preferidos (pues estuvo desde los primeros capítulos de la parte I) no me ha dolido en absoluto. Esto fue causado por su ausencia. Desde que él se va desde la parte donde eligen la estrategia a usar, no se lo ve pelear, ni tampoco lo volvemos a ver hasta su muerte, la cual fue muy poco emotiva porque, al no estar, no interactuó con los demás de su raza, ni tampoco tuvo una despedida con Reeda o Yak. Sé que no siempre puede despedirse de todos, menos en una guerra, pero si el personaje no se lo ve en el conflicto hasta su muerte, es muy difícil que su muerte impacte. Además, no hemos visto a Yak o Reeda muy afligidos. Reeda es mostrada contando su leyenda, y Yak está furioso con Ender (pero él ya estaba furioso desde antes, así que no sería algo nuevo). Creo que su muerte podría haber sido llevada mucho mejor que lo que fue. Además, la veo con poco sentido. Siento que esta muerte fue hecha para poder quitarlo de en medio, más que para causar un impacto real en la historia. Lo aceptaría con otros personajes, pero con alguien de su calibre, cuesta algo de aceptar. Hasta la muerte de Etyah siento que aportó más en la historia que la suya, y eso que Etyah ni de lejos era importante a su nivel, y estuvo en la parte III. No creo que su muerte sea un error, pero tampoco lo veo como un acierto. Está en un limbo.

    La pelea terminó y debo decir que los Anixis, pese a su tecnología superior, no han sido una gran amenaza en esta lucha. La alianza no fue mostrada perdiendo, y cuando parecía que iban a pasar a estarlo, llegaron las naves neonianas para ayudar. Volviendo a la pelea final de la parte I, allí la humanidad ganó, pero casi nunca se mostró que estuvieran ganando, y su victoria fue gracias a Jefferson, Kyllian y a los soldados que se quedaron a pelear. Aquí, la humanidad siento que ganó muy fácil, y eso es debido a la falta de cosas que se han mostrado en la pelea. Sé que los Anixis tiraron un misil y el Sector 0 quedó reducido a cenizas, pero eso apenas impactó o causó miedo a los personajes, lo cual contribuyó al punto que expliqué en este párrafo.

    Haal ha muerto, y pese a que no tenía mucha importancia, yo creía que iba a durar más tiempo. Creí que él se uniría al bando de los buenos tras enterarse de que Ender sufrió un intento de asesinato a parte de Deon. Pero bueno, es un personaje que ha tenido un rol de acompañante y poco más. Después de que los humanos inclinan la balanza a su favor gracias a los nuevos neonianos, los Anixis se retiran y Deon regresa con ellos. Al final, estaba tan confiado de que iba a hacerlos mierda y a duras penas destruyeron un edificio. Si yo lo tuviera enfrente le diría "¿Qué pasó máster?" XD

    Al final, con esta victoria temporal, el nuevo objetivo de la alianza será el viaje a Paraíso, dado a que saben que es solo el comienzo de un conflicto mucho mayor. Pero ilusiona que construyan una colonia para los sylerianos en neonia. Así, la especie que ha sido de gran ayuda, podrá vivir en un planeta mucho más estable. Lo bueno es que, independientemente de que algo salga mal, ya no será culpa de Lill XD.

    Me sorprende bastante lo pasivo que es el gobierno humano, más que nada Lill y Snow con criminales. Snow puso a Ashley como ayudante después de que ella condujo a la Resistencia, y Lill no le hizo un reclamo por el brazo que perdió. No digo que quiero que traten a Ashley como la mierda, porque ella, pese a lo que ha hecho, me agrada, pero no he visto un reproche si quiera. La sorpresa menos agradable es que Sun está ahí, y la Resistencia también, y ella va y habla de que trabajarán juntos por un precio. Yo pregunto, ¿y qué mierda pasa con ella? Ocasionó la guerra civil que de no ser por los Anixis iba a dejar varias muertes, condujo a la Resistencia y quiso asesinar a la gobernadora. ¿Cómo demonios ella está libre y poniendo precio a sus servicios? XD. Ella debería estar encerrada (junto a toda la Resistencia) o en el peor de los casos, obligada a trabajar gratis. Ni siquiera los neonianos le dicen algo. Debo decir que es sorprendente que sean bastante tibios al respecto. Jim era un criminal y tenía su propia colonia. Sun no tiene su propia colonia porque simplemente no hay, pero creo que de poder tenerla, lo tendría. Se ve que no han aprendido nada XD.

    Arva se ha retirado, y eso me alegra, porque prioriza la salud de sus mellizos. Ella más que nadie, merece una vida tranquila y llena de felicidad. West, aparentemente se ha recuperado por la victoria de lo mal que se sentía. Parece que Cinthia también está mejor, y por Eron y Ashley también.

    Ender será un buen personaje si lo haces durar, ya que parece que los líderes tienen posturas divididas en lo que van a hacer con los anixis. Hablando de eso, espero que esa diferencia ideológica no lleve a que Lill y Snow se separen. Sé que tienen diferencias, pero espero que no vaya más allá de eso. Si me haces eso, no te lo perdono jamás XD.

    Quedo a la espera de ver como será el conflicto contra los Anixis en la parte V. Como se integran los sylerianos a neonia, cómo interactúan los personajes, y ver qué propósito tiene Lio al estar allí.

    En general, esta parte me ha encantado. Los últimos dos capítulos los sentí más débiles al respecto, pero fuera de eso, la narración e interacciones mostradas (faltaron más, pero las que estuvieron fueron muy reales) estuvieron bien. Esta parte tiene un más que merecido segundo puesto por detrás de la parte I, que conservará la corona. Luego veremos si la parte siguiente se la quita.

    Te marcaré un par de errores pequeños:

    Eso será todo por ahora. Hasta la siguiente ocasión.
     
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