Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Dark RS, 15 Mayo 2012.

  1.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Título:
    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    34
     
    Palabras:
    2245
    Saludos a todos; este es mi segundo fic, aunque está fuertemente relacionado con el primero. Les doy la bienvenida a un mundo de guerras, seres mitológicos, amor, y misterio. Espero que lo disfruten.

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    Capítulo 1. El Joven Alquimista.


    En una galaxia distinta a la nuestra, hay un planeta muy parecido a la tierra. Este se encuentra habitado por criaturas tan fantásticas que parecen salidas de los cuentos o historias de caballeros.
    Este mundo esta conformado por tres grandes continentes: el primero, al que llaman el continente de la magia; donde sus habitantes conviven con la naturaleza y usan el poder que proviene de la magia natural que produce este mundo. El segundo y el más pequeño al que llaman el continente de la tecnología; los seres que lo habitan usan sus conocimientos para crear lo inimaginable, casi el ochenta porciento de este esta cubierto por edificaciones, fábricas o campos de prueba. El último, al que llaman el continente de los salvajes, debido a que sus habitantes luchan en constantes guerras sin sentido.

    El continente de Garja, al cual se le conoce también como el continente de los salvajes, está dividido en pequeños países, cada uno alberga a una raza. Y las guerras por el control del territorio son muy comunes; elfos contra centauros, los ogros y gigantes luchan contra los lacertas y lamias, los trolls atacan a los duendes y alquimistas, y el resto sufre los estragos de estas guerras. De entre todas las razas sobresalía una: los dragones; seres con apariencia humanoide, piel con escamas de diferentes colores que van desde azules, rojos, verdes, rosas, blancos, negros y plateados, ojos de un solo color, con cuernos en sus frentes. Ellos construyeron una enorme ciudad rodeada por barreras naturales que impedían el paso a cualquier ejército invasor, los pocos caminos que llegan a esta ciudad son muy angostos y difíciles de recorrer. Los dragones daban refugio a cualquier individuo o grupo que buscaba huir de los horrores de la guerra. En medio de la ciudad se levanta un gigantesco castillo blanco en el que tienen su hogar. La ciudad principal está rodeada de valles y lagos hasta donde alcanza la vista, pequeñas aldeas dedicadas a la agricultura o la cría de animales se erigen alrededor de esta.

    En el interior del castillo, decorado con alfombras y cortinas rojas, las paredes son de un color blanco, que hacen que los objetos que descansan en las mismas resalten. Como todos los días el rey de los dragones mira por la ventana de la torre más alta para cerciorarse que todo esté en orden.

    Otro pacífico día. –Dice asomándose por la ventana el rey de los dragones; un dragón noble y paciente, que ama la paz y evita los conflictos a toda costa.
    Demasiado. –Le contesta un chico con apariencia humana; usa una larga gabardina negra, a su alrededor se siente un aterrador frío.
    ¿Por qué no disfrutas de un día tan tranquilo y bello como este?
    El chico lo mira por un instante, y luego ve hacia el cielo despejado. –Pronto lo sabrás.
    Siempre tan serio. –Dice el dragón mirándolo directamente con sus amables ojos azules.
    Tal vez. –Mira hacia las lejanas montañas nevadas que sirven de protección a la ciudad. –Esos tontos se matan por pequeñeces. —Estira la mano fuera de la ventana, como si intentara aplastar las montañas con su mano.
    Lo sé. –El dragón también ve las montañas como esperando que estas le hablen.
    Sus guerras son ilógicas, mueren por nada, no creo que ahí afuera haya alguien con una razón lo suficientemente buena como para mandar a alguien a morir.

    Una fuerte ráfaga de viento entra por la ventana y mueve las cortinas de la habitación violentamente.
    Un par de niños llegan corriendo y se corretean alrededor del chico. Un niño y una niña, ambos tenían pequeñas alas; lucen casi como un ángel y un demonio.

    Diabolik me quiere pegar. –Dice la niña y luego saca la lengua.
    Ella comenzó. –Responde el niño tratando de golpearla.
    Quietos los dos. –Les grita el chico, ambos niños se detienen. –Cálmense y váyanse a jugar a otra parte.
    Si. –Dicen ambos y salen corriendo.
    Cuando se perdieron de vista.
    ¿No fuiste muy duro con esos pequeños? –Le reclama el dragón.
    No. Ellos son parte de mi ejército, tienen que aprender a obedecer.
    Para alguien que odia la guerra, es extraño que tengas un ejército.
    No confundas una cosa con la otra. —Desde la torre se pueden ver a los pequeños corretear un enorme lobo blanco en el jardín. —En lugar de preocuparte como trato a mis soldados deberías preocuparte por eso, Nobilis. –Señala hacia el cielo que repentinamente se oscurece, y algo parece bajar en el centro del continente.
    ¿Qué es eso? –Pregunta confuso el rey, pero el chico de cabello negro solo mira a la distancia y sonríe.

    Cerca de una pequeña aldea de alquimistas a cientos de kilómetros de la ciudad de los dragones, se encuentra un joven alquimista en entrenamiento recolectando materiales para sus proyectos, su nombre es Merlín, un joven soñador y con gran talento; en su hombro tiene un pequeño y redondo búho blanco, con enormes ojos rojos, el cual parece estarse quedando dormido. Cuando repentinamente el cielo se oscurece y algo comienza a bajar cerca de él se encuentra.
    Una figura sin forma, como un ser humanoide de energía baja de entre las nubes, brilla de un color verde intenso. Se queda inmóvil, otros dos aparecieron al mismo tiempo en los otros continentes.

    El alquimista se acerca a este ser. –Oye. –Le dice intentando hacer que reaccione, pero este no se mueve. – ¿Estás bien? –El joven estaba aterrado, pero por algún motivo que ni él mismo conocía era incapaz de alejarse.
    –No te va a contestar. —Dice un chico de gabardina negra, quién aparece de pronto junto a él.
    El joven alquimista pegó un brinco del susto cuando lo escuchó, y el pequeño búho se esconde dentro de la armadura que este usa.
    ¿Quién eres?
    No recuerdo mi nombre, dime como quieras, todos lo hacen. —Mira al extraño ser de energía como si fuera algo normal.
    El alquimista seguía tratando de descifrar la raza a la que pertenecía ese extraño ser, pero nunca había visto a alguien con sus características.
    ¿Sabes que es eso?
    Un dios. —Contesta inmediatamente.
    ¿Un dios?, bromeas cierto.
    Claro que no. Es de bajo rango, pero es un dios. –El alquimista se le queda mirando como si estuviera loco. – ¿No me crees, Merlín?, dale tiempo y lo verás.
    Como sabes mí…

    Pero el chico desaparece en un parpadeo. El búho sale de su escondite y se posa sobre el hombro de Merlín.
    — ¿Quién crees que era ese, Arquímedes?
    El pequeño búho ulula confundido.

    Horas después de que los seres llegaron, cientos de criaturas de distantes partes del continente se habían congregado a investigar el suceso, la llanura se había llenado de curiosos que iban desde pequeñas hadas, hasta enormes atlas. Entre los presentes resaltan un elfo de alto rango llamado Aldinger; usa una pesada armadura plateada y un arco de acero, es un experimentado general del ejército de los elfos. Y un general centauro llamado Cromwell; tiene una enorme cicatriz en su pecho, usa un casco hecho de huesos, una espada en su cintura y un escudo en su espalda. Ambos se habían encontrado en incontables ocasiones en el campo de batalla.

    — ¿Qué hacen los de tu especie aquí? —Le grita asqueado el elfo al centauro.
    —Nada que a un tramposo elfo le interese. —Contesta pateando el piso con sus cascos.
    — ¿Qué dijiste?
    —Lo que oíste.

    Ambos se lanzan el uno contra el otro, pero se detienen al ver a dos pequeños niños alados en medio de ellos. Un niño y una niña de apariencia extraña, correteaban alrededor de una roca.

    — ¿Qué son ustedes y por que osan interponerse en mi camino? —Escupe indignado el elfo.
    Ambos niños hacen una reverencia y corren lejos riendo. —Eso fue extraño. —Dice el general centauro viendo a los pequeños perderse entre la multitud.
    Al verlo distraído el elfo aprovecha para intentar disparar una flecha, pero la cuerda del arco había sido cortada. — ¿Pero que…?

    Justo en ese momento el extraño ser que había estado inmóvil hasta ese momento se eleva muy alto en los cielos y mira a los presentes. El cielo se despeja y el sol ilumina el rostro de todos los presentes.


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    Personajes:
    Nombre: Merlin Asmodeo
    Edad: 16 años
    Cabello: Castaño
    Ojos: Café
    Piel: Moreno
    Vestimenta: Armadura azul, pantalones de piel, guantes y botas de cuero
    Raza: Alquimista
    Descripción: Es un marionetista en entrenamiento con gran talento, soñador. Siempre tiene a su fiel buho acompañante en su hombro, guardián del florete conocido como "La Mente"
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    Nombre: Nobilis Aqua Potestatem
    Edad: 2000 años, aparenta 20
    Cabello: Plateado
    Ojos: Azul marino
    Piel: Escamas blancas
    Vestimenta:Túnica blanca, con una cinta dorada alrededor de la cintura
    Raza: Dragón
    Descripción: Es el rey de los dragones y el más poderoso entre ellos, noble e idealista
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    Nombre: ?????, conocido como "el chico"
    Edad: ?????, aparenta 15
    Cabello: Negro
    Ojos: Cambian de color sin un patrón definido
    Piel: Blanco brillante
    Vestimenta: Gabardina negra, con pantalón negro, camiseta blanca, botas negras
    Raza: ?????, tiene apriencia humana
    Descripción: Suele aparecer junto a el rey de los dragones, entre otros, sus motivos son desconocidos

    ------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Nombre: General de brigada Aldinger
    Edad: 47 años
    Cabello: Entre rubio y blanco
    Ojos: Verdes
    Piel: Blanca
    Vestimenta: Pesada armadura plateada y un pesado arco de acero
    Raza: Elfo
    Descripción: General del ejercito elfo, un experimentado veterano y algo sadico, tiene enemistad contra el general Cromwell de los centauros

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    Nombre: General Cromwell
    Edad: 42 años
    Cabello: Negro, pelaje café
    Ojos: Cafes
    Piel: Moreno, con una enorme cicatriz en su pecho
    Vestimenta: Chaleco de piel, usa un casco de craneo, una espada y un escudo maltratados
    Raza: Centauro
    Descripción: General de los centauro, amable y piadoso, tiene enemistad con el general Aldinger
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    Nombre: Arquímedes
    Edad: 2 años
    Ojos: Rojos
    Plumaje: Blanco
    Raza: Búho
    Descripción: Fiel acompañante de el alquimista Merlín, algo cobarde y perezoso.
     
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  2.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    ¿Quien sera el ser ese?¿Será malo o bueno?¿Que le deparará al alquimista?
    Te digo que siempre pongo preguntas, en fin.
    Me encanto, no lo puedo evitar, invitame por favor a el siguiete capitulo.
     
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  3.  
    Tubbiefox

    Tubbiefox Entusiasta

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    Pero qué agravado está eso de los prólogos ahora. Un prólogo no tiene nada que ver con la historia en sí, no va dentro de ella, no es sinónimo del primer capítulo. Un prólogo es una introducción hecha por el autor para el lector, donde justifica la obra, hace algún sumario, o tiene una pequeña "charla" con el lector, antes de que se pase a la historia. Lo que tenés aquí es un primer capítulo, no un prólogo.

    ~

    Otra cosa que es regular que hagan en los primeros episodios es esa descripción de cuestionario para cada personaje que entra:

    Edad:
    Pelo:
    Ojos:
    Piel:
    Vestimenta:
    Y en tu caso, raza:

    Es aburrido leer la misma estructura en tus descripciones una y otra vez. También, es una forma bastante pobre de hacerlo. Una buena forma de describir a un personaje es hablarnos de él y su vida, no de cómo está vestido, y de qué color son sus ojos.

    ¿Seguirá esto en los demás capítulos? ¿Cada vez que aparezca un personaje lo harás? Ahí tendrías un problema, porque te generarías un mal hábito.

    Las acotaciones entre diálogos se sintieron repetitivas también (ej. Varias veces dijiste dónde miraban). No es tan malo como lo de arriba, pero sí te hacés otro mal hábito ahí.

    ~

    El argumento tiene lo suyo. Me interesa saber qué con esos "dioses"; el problema más notable es la poca originalidad.

    Finalmente no me gustó mucho el papel del rey ingenuo y su acompañante malvado/misterioso, que de alguna forma se ha ganado su confianza. Muy visto, también.

    ~

    No tengo mucho para seguir por el momento, ni tan siquiera se ha develado de qué trata la historia. Lidiar con todo un mundo puede ocupar toda la creatividad que tengás, siempre intentá enseñar cosas nuevas desde el primer capítulo, y a través de toda la historia para marcar una diferencia, porque de fantasía, y magia, y así, ya hay muchísimas.
     
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  4.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    De hecho siempre me gustaron las preguntas que haces. : )

    Y agradezco tus consejos Tubbiefox, más o menos corregí el capítulo, y voy a seguir tus consejos en lo posible.
    Solo la parte de las descripciones de los personajes, que quería poner en un spoiler, pero no encuentro la opción.
    Si gustas ver algunos capítulos más y me dirás que camino lleva la historia.
     
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  5.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Escritor
    Título:
    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    34
     
    Palabras:
    2159
    Capítulo 2. Los Dioses.

    En la noche de ese día, Merlín regresó a su casa, una pequeña edificación de piedra, notoriamente más pequeña que las demás, las paredes están algo destruidas por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, por dentro tiene un color blanco decolorado, una pequeña ventana redonda y carece de puerta. Su casa es tan pequeña que apenas cabe su cama y una vieja mesa de trabajo de madera desgastada. Coloca sobre la mesa una canasta que traía llena de los materiales que había recolectado durante la tarde. El pequeño búho vuela a un nido construido colgando del centro del techo que parecía como si fuera a caer en cualquier momento, se picotea las plumas de las alas y se acomoda tratando de dormir. El joven alquimista se sienta en su cama, tenía trabajo que hacer, pero no podía sacar de su mente lo que presenció esa tarde.

    Comienza a recordar lo sucedido.
    Unas horas antes ese mismo día:
    El ser verde brillante se eleva sobre los cielos y escanea con sus ojos a todos los que habían asistido a verlo. Casi al mismo tiempo una criatura parecida a un enorme reptil blanco alado de casi seis metros de largo, aterriza entre la multitud, comienza a transformarse, se encoje y transmuta su cuerpo hasta quedar en su verdadera forma. Era el rey de los dragones, en su forma de dragón guerrero. Mira hacia el cielo y espera a que el ser con forma humanoide hable.

    —Mortales.
    Habla el supuesto dios, todos lo miran estupefactos.
    —Somos los dioses del conflicto, el conocimiento y la naturaleza. Hemos venido a ofrecerles un obsequio.
    Los presentes comienzan a murmurar.
    —A los habitantes de esta zona les concedemos la espada del conflicto.
    Frente al ser aparece una espada de un solo filo, de color dorado, con tres gemas en la empuñadura.
    —Pero solo quién demuestre ser digno podrá blandirla.
    La espada se divide en tres espadas; una katana, un florete y un sable. Las tres armas giran lentamente en su lugar.
    —Quién logre reunir las tres partes obtendrá el poder de los dioses.
    Merlín termina de repasar sus pensamientos, mira la luna por la ventana de su pequeña casa.

    —Por algún motivo suena demasiado bueno. —Se dice en voz baja.

    Una luz aparece de la nada frente a él, el pequeño búho se despierta y se esconde detrás del alquimista, este se levanta y se aleja de la luz. La cual se convierte en un florete, con una gema verde en medio de la empuñadura.

    —Aquel que ha sido elegido como guardián, pronuncia tu nombre. —Se escucha desde la espada.
    Merlín retrocede varios pasos hasta chocar contra la pared, el florete continúa flotando frente a él.
    —Aquel que ha sido elegido como guardián, pronuncia tu nombre. —Repite con el mismo tono.
    Merlín se arma de valor. —Mi nombre es Merlín Asmodeo.
    —Mortal esta espada es tuya, su nombre es “La Mente”. —Se queda en silencio un largo rato, Merlín admira el arma. —Eres el guardián de esta pieza, solo quién es digno será capaz de despertar su verdadero poder. —Se desvanece la luz y Merlín cae al suelo confundido.
    El búho se asoma y al no ver nada vuela a su nido y ulula asustado.

    En el castillo de los dragones; estaba el rey Nobilis junto con el chico en la sala del trono, el color de las paredes es cambiante según la posición del sol, sin luz es de un color blanco hueso, cortinas rojo sangre decoran el salón, una alfombra negra con líneas blancas va desde la puerta hasta el trono, el cual es de un color dorado con cojines blancos.

    —Me parece realmente extraño todo este asunto. —Dice el rey caminando de un lado a otro preocupado.
    —Deja de pensar en eso. —Le dice el chico sentado en el trono.
    — ¿Me dirás que lo ocurrido hoy no te causa desconfianza?
    —No, ya se como terminará. —Responde como si no le importara.
    — ¿Y? —Pregunta intrigado.
    —No es mi trabajo decírtelo.

    En ese momento entra un dragón con armadura, se hinca frente a su rey.

    —Mil disculpas, milord. —Dice de manera respetuosa.
    — ¿Qué sucede, mi leal Custos?
    —Un duende pide audiencia con su excelencia.
    —No es un buen momento.
    El chico aparece junto al rey. —Vas a querer hablar con él.
    El rey lo mira un momento, el dragón con armadura ve como su rey mira el vacío. —Hazlo pasar, le concederé la audiencia. —El rey se dirige a su trono y se sienta.

    Unos segundos después el dragón en armadura regresa escoltando a un pequeño y regordete duende, con cabello rojizo y ropa verde.

    El duende se dirige respetuosamente al rey. —Mi nombre es Nicolás Bari Claus; y su excelencia pido de forma humilde que me brinde resguardo en esta ciudad. —Se nota algo nervioso.
    —Todo el que huya de la guerra es bienvenido a mis tierras. —Contesta el rey algo confundido de que eso sea lo único que deseaba el duende.
    —Y si su excelencia me permite, tengo algo más que contar. —El duende saca un sable de su cinturón y lo coloca frente al rey. —Este es “El Ojo”, y me fue confiado por los dioses.
    El rey se sobresalta al ver el arma, se levanta y se dirige hacia esta. — ¿Puedo tomarlo por un momento?
    El duende lucía inseguro, recuerda las palabras del dios, pero acepta a que el rey la tome por un momento.
    —Sería un honor.
    Nobilis toma el sable y lo blande. —Parece un sable normal.
    —Te aseguro que esa es la más peligrosa de las tres espadas. —Le advierte el chico.
    —Sir Nicolás, que puede decirme de esta arma.
    —No mucho, su excelencia. Me fue confiada hace unas horas y me dirigí hasta acá desde el valle de Ruh, pensé que lo más seguro para mi ciudad era que este sable no estuviera ahí.

    El rey intenta cortar una de las cortinas de la habitación, pero no le hace ni un rasguño, se le regresa.
    —Eres bienvenido, con la condición que no reveles la identidad de este sable.
    —Gracias, su excelencia. —El duende se levanta y hace una reverencia antes de salir de la habitación.
    —Te lo dije. —Dice acercándose al rey.
    —Una espada que puede dañar a un dragón es un arma muy peligrosa. —El rey se mira la mano con la que tomó la espada y nota una profunda quemadura en ella.
    —Cierra la mano. —Le aconseja, el rey obedece. —Ya puedes abrirla. —Y la herida desaparece.

    Solo unas horas después de que el supuesto dios mostrara las espadas, los elfos comenzaron a destruir aldeas y saquear castillos, para poder encontrar las espadas. Otras razas hicieron lo mismo y la más cruenta guerra que se jamás se haya visto se desata arrasando con todo a su paso.

    A la mañana siguiente, Merlín duerme cómodamente en su cama.

    —Despierta perezoso. —Le dice una voz.
    Merlín abre los ojos. — ¿Ya es de día?
    —Si. —Contesta una hermosa joven como de su misma edad; con largo cabello negro atado con una cola de caballo, tiene una hermosa sonrisa.
    — ¡Oh no!, me quedé dormido. —Se incorpora rápidamente. — ¿Cuánto falta, Nimue?
    —Aún falta un rato, pero ya sabía que no te habías levantado. —Le contesta sonriendo. — ¿Lo terminaste?
    —No todo, solo pude hacer la cabeza y el torso. —Se acerca a la mesa y le muestra un par de piezas de madera bien tallados.
    —Te quedaron bastante bien. A mí siempre me cuesta dejar los materiales así de lisos.
    — ¿Y tú lo terminaste?
    —Claro. —Sale de la pequeña casa de Merlín. —Te presento a… —Y llega lo que parece ser una quimera, con cuerpo, cabeza y cola de león, y patas y alas de águila. —Camelot.
    — ¿Eso es una quimera? —Pregunta extrañado.
    —No, es mi marioneta, la forré con corteza de araucaria y otros materiales para que luciera como pelaje, ¿te gusta? —Pregunta orgullosa.
    —Claro, te quedó tan bien que la confundí con una quimera de verdad. —Mira maravillado lo que le parece ser la marioneta más realista que haya visto.


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    Personajes:
    Nombre: Conflicto, Conocimiento y Naturaleza
    Edad: ?????
    Apariencia: Seres de energía con apariencia humanoide de color verde, azul y rojo respectivamente
    Raza: Dioses
    Descripción: Tres dioses que les dieron tres obsequios a los mortales
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    Nombre: Ange
    Edad: 6 años
    Cabello: Dorado
    Ojos: Azules
    Piel: Blanca como la nieve, tiene pequeñas alas blancas
    Vestimenta: Usa una túnica blanca con sandalias negras.
    Raza: ?????
    Descripción: Niña parecida a un pequeño angel, siempre está con su hermano Diabolik, es parte del ejercito de "el chico", vegetariana.
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    Nombre: Diabolik
    Edad: 6 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Rojos
    Piel: Gris, como cenizas, tiene pequeñas alas negras
    Vestimenta: Usa una túnica negra con sandalias negras.
    Raza: ?????
    Descripción: NIño parecido a un pequeño demonio, siempre está con su hermana Ange, es parte del ejercito de "el chico", carnívoro

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    Nombre: Nimue
    Edad: 16 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Grises
    Piel: Morena, con pecas
    Vestimenta: Un vestido largo color azul, con una armadura blanca, con el cabello recogido con cola de caballo
    Raza: Alquimista
    Descripción: Joven alquimista especialista en la apariencia externa de los titeres, amiga de la infancia de Merlín, amable, dulce y paciente

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    Nombre: Camelot
    Ojos: Negros
    Pelaje: Amarillo con melena café
    Raza: Marioneta, parece una químera, mitad león y mitad águila
    Descripción: Marioneta de Nimue, pelaje hecho con araucaria y otras hierbas, el interior es algo frágil
     
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    Eienforever

    Eienforever Entusiasta

    Piscis
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    ¡Saludos!

    Nuevamente pasando por aqui xD

    :3
    Mira, en lo personal pienso que falta algo, tal vez un poco de emoción, nuevamente características y algo de respecto a las acentuación, puntos, comas, etc...

    Por ejemplo:


    Solo es un ejemplo :p

    "En esa noche, Merlín regreso a casa, la cual se trataba de una pequeña edificación de piedra; una edificación extraña e inusual, al menos para los mortales, en el interior, se encontraba teñida de un color blanco descolorado, algo grisáceo, corroído por la naturaleza del lugar, en aquella edificación apenas cabía su cama y una pequeña mesa de trabajo; en verdad una edificación realmente estrecha e incomoda.
    Merlín coloco sobre la mesa una canasta, en su interior se encontraba repleta de materiales naturales que había recogido durante la tarde. El pequeño búho y fiel compañero, voló hacia su nido, que se encontraba construido bajo el techo, allí colgando, en una pequeña esquina, fue y se poso en su cálido nido, tratando de dormir.
    Merlín al no poder dormir simplemente fue y tomo asiento, sobre la cama, para pensar un poco sobre lo acontecido."


    No careces de originalidad, solo falta que trabajes un poco mas en ello,ten cuidado como escribes y te expresas :3

    No soy una experta, ni nada por el estilo , pero hay que hacerlo sentir :3
     
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  7.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    Que mala onda eso de una guerra por avaricia de tres espadas,
    espero que no le hagan daño a Merlin ni a Nimue, ya me cayó bien esa chica.
    Esperare el proximo capitulo, saludos y besos :)
     
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  8.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    34
     
    Palabras:
    1747
    Capítulo 3. Flores.


    La noche anterior, en el lejano país Krieg der Herrlichkeit. En medio del reino de los elfos se levanta un castillo gris con gigantescas murallas, enormes jardines sin árboles, los soldados entrenan en grandes grupos en la parte posterior de los mismos, al lado derecho están las caballerizas llenas de pegasos color negro. Una joven elfina se pasea de un lado a otro de su habitación, las paredes y el suelo son de ionsdaleita de un color rosa pálido, cortinas doradas cubren una ventana cuadrada de casi un metro de alto, una enorme cama con colchas y almohadas color rosa con el dibujo de un pegaso negro, una pequeña biblioteca llena de libros sobre guerra, estrategias, anatomía de las diferentes razas y un peculiar libro de cubierta negra que parece haber sido leído muchas veces. La elfina parece impaciente; su nombre es Galiana Von Feuer; una chica decidida y fuerte de casi dieciocho años, tiene una larga cabellera dorada y unos sensuales ojos azules; es la estratega en jefe y general del ejército elfo, además es la hija mayor del Káiser del país; Irre Von Feur.

    Se cansa de dar vueltas en círculos y se sienta en su cama, está cada vez más ansiosa.

    — ¿Por qué tan impaciente mi pequeña flor? —Pregunta alguien desde su ventana.
    Galiana se voltea y sonríe dulcemente, luego cambia su expresión por enojo. —Tardaste mucho, sabes que no me gusta que me dejen esperando.
    El dueño de la voz aparece frente a ella, es el chico de gabardina negra. —Exageras, Gali. —Se acuesta en la cama y coloca su cabeza sobre su regazo y cierra sus ojos.
    Ella se sonroja y levanta la mano para abofetearlo, pero se detiene. —Eres demasiado atrevido.
    —Lo sé. —Le contesta sonriendo.

    Ella baja su mano y la coloca sobre su cabeza, se ve tentada en darle un beso, pero se ve interrumpida cuando tocan a la puerta y la abren repentinamente; es una de las doncellas del castillo, Galiana se sonroja aún más y no sabe como explicar la situación.

    —Mil perdones por entrar sin permiso miladi, pero… —La doncella ve a la princesa sentada sola en su cama, con un tono rojizo en su rostro. — ¿Se siente enferma, miladi? —Pregunta preocupada al verla tan roja.
    —Estoy bien. —Mira hacia su regazo y el chico ríe burlón. — ¿Qué sucede?
    —Su padre convocó una reunión de emergencia y solicita su presencia. —La doncella luce aún más preocupada. — ¿Esta segura que no le pasa nada?
    —Si, puedes retirarte. —La doncella, sale y cierra la puerta tras ella. —Esto te divierte, ¿no?
    —Claro.
    Lo mira enfadada. — ¿Qué quiere mi padre?
    —El general Aldinger acaba de regresar. —Abre los ojos y la mira directamente.
    —El idiota que mandaron a investigar el objeto que aterrizó en el centro del continente. —Lo mira a los ojos y aparta la mirada nerviosa. — ¿Qué era?
    —Un dios.
    — ¿Un dios? —Lo mira interesada. —Dime más.
    —Por que arruinar la sorpresa, la reunión es para escuchar el reporte de los hechos.
    — ¿Nunca das respuestas directas? —Él se encuentra repentinamente sentado en una silla junto a la puerta. —Ya no importa, ya lo sabré en unos minutos.

    Toma una espada de hoja blanca que se encuentra colgada junto a su cama, y se la cuelga a la cintura, busca al chico pero ya se había ido, suspira decepcionada.
    Se dirige a la habitación que utilizan para la planeación de estrategias. Un enorme cuarto color gris con únicamente una mesa de seis metros de largo, en la cual se encuentra un mapa de relieve del continente, donde aparece cada castillo, aldea, lago, y montaña. Otros seis elfos se encuentran sentados alrededor de la mesa, ella se sienta y escucha el reporte de Aldinger.

    Casi al mismo tiempo en una aldea de duendes, en el valle de Ruh, uno de sus habitantes recibe una visita inesperada.
    En el interior de una pequeña casa se encuentra el joven duende de nombre Nicolás Bari, valeroso y aventurero, trabaja como el herrero del pueblo; su casa está equipada con todo lo necesario para su trabajo, un horno al rojo vivo, un pozo de agua sucia por el hollín, un yunque y varias herramientas tiradas sobre una mesa de trabajo. Mientras trabaja en una pala que le encargaron, una misteriosa luz aparece frente a él, la cual se convierte en un sable con una gema roja en la empuñadura.

    —Aquel que ha sido elegido como guardián, pronuncia tu nombre. —Se escucha una voz desde el sable.
    Bari se sorprende pero no retrocede, admira el sable que a su parecer es una pieza de gran calidad y hermosamente forjado. —Me llamo Nicolás Bari Claus.
    —Mortal esta espada es tuya, su nombre es “El Ojo”. —Se queda en silencio durante unos segundos. —Eres el guardián de esta pieza, solo quién es digno será capaz de despertar su verdadero poder. —La luz se desvanece lentamente.

    El duende piensa mientras mira el filo del sable, decidió irse de la aldea para evitar que ataquen a sus amigos por culpa de ese sable, termina los trabajos que tenía pendientes y los deja frente a las puertas de sus clientes, y así partió sin decirle nada a nadie; viajó sobre su fiel águila de nombre Cometa, en pocas horas la veloz ave recorrió medio continente y llegó a la ciudad de los dragones donde pidió asilo.
    Y en otro país, a un tercer guardián se le confió la tercera espada.

    En el país de los elfos; la reunión había finalizado, se decidió dejar al estratega en jefe pensar en un plan para conseguir las tres espadas. Galiana se dirige a la torre central del castillo, en lo más alto de esta hay un jardín repleto de las más maravillosas y a la vez extrañas plantas, en su mayoría con flores, las hay desde un centímetro hasta casi seis metros de altura.
    Busca por todo el jardín hasta que al fondo del mismo encuentra a su hermana; su nombre es Cherry Von Fauer, una amable y enfermiza elfina de catorce años, quien había cultivado y cuidado cada planta de este jardín desde hace casi cinco años.

    —Deberías ir a dormir, ya es muy tarde. —Le recomienda a su hermana menor.
    — ¿Oh?, Gali, no te oí llegar. —Le contesta con algo de sueño.
    — ¿Qué haces tan tarde?
    —Me trajo nuevas semillas. —Y le muestra cinco pequeñas semillas, todas redondas de un color purpura con líneas naranjas.
    — ¿Cinco? —Pregunta extrañada.
    —Si, normalmente me trae solo una, pero esta vez me trajo cinco. —Sonríe observando las semillas que tiene en sus manos.
    — ¿De qué son?
    —No se, pero eso es lo divertido, sembrarlas y verlas crecer hasta que se convierten en bellas plantas. —Se nota por el tono de Cherry que realmente ama sus plantas.
    Galiana mira las semillas. — ¿Crees que pueda… ya sabes…? —Pide avergonzada.
    —Claro, toma una. —Le ofrece una de las semillas.
    La mayor toma la semilla y sonríe feliz.

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    Personajes:
    Nombre: Galiana Von Feuer
    Edad: 18 años
    Cabello: Rubia
    Ojos: Azules
    Piel: Blanca
    Vestimenta: Camisa sin mangas blanca, falda de piel café, botas de cuero negras, varias pulsera y un collar con una gema negra (casual); Armadura negra de piel, botas y guantes negros, un arco color rosa oscuro.
    Raza: Elfina
    Descripción: Fuerte y decidida, estratega en jefe y general del ejército de los elfos, hija mayor del Kaiser de los elfos, está enamorada del chico que la salvo cuando era niña.
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    Nombre: Nicolás Bari Claus
    Edad: 17 años
    Cabello: Rojizo
    Ojos: Negros
    Piel: Entre amarillo y rosa
    Vestimenta: Un conjunto verde y un gorro del mismo color, siempre lleva un enorme martillo para trabajar.
    Raza: Duende
    Descripción: Era el herrero de su aldea, aventurero y justo, algo gordo, es el guardían del sable conocido como "El Ojo"

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    Nombre: Cherry Von Feuer
    Edad: 14 años
    Cabello: Rubia
    Ojos: Verdes
    Piel: Pálida
    Vestimenta: Camisa azul y un pantalón largo, botas y guantes para jardinería (Casual), Vestido largo azul
    Raza: Elfina
    Descripción: Hermana menor de Galiana, amable y de condición enfermiza desde pequeña, cuida un enorme jardín desde que tiene 9 años
     
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    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

    Cáncer
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    Escritor
    Mister Dark, tiene un punto extra de mi parte por ser una aventura epica lo que manesjas, sin restar en lo mas minimo su credito es bastante original e interesante, la busqueda de las espadas es una idea genial, la concepcion de este mundo me parece facinante tres naciones, espero a ver que aventuras le aguardan al alquimista y al segundo guardian de la espada, espero continuacion.
     
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    Neko Nyan

    Neko Nyan Hola, soy nueva♥~ (?)

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    Wau, parece interesante querido, pero se involucra dioses, ¿no crees que híria tu historia en la sección que dice "
    Foro de mitología/cuentos populares" ?

    claro, solo si los dioses ya son existentes, si es así, pidele a un líder que te lo mueva a dicha sección, pero si no quieres pues no.
    Bueno, en este capítulo puedo notar la palabra "ionsdaleita" ¿no querrás decir "lonsdaleíta"? bueno, quien sabe tal vez te refieres a otra cosa =$. También veo que cuidas la ortografía y mucho nwn!!
    Bueno, espero la continuación y que no te allán molestado mis observaciones

    NOS VEMOS!!
     
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  11.  
    Tubbiefox

    Tubbiefox Entusiasta

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    Hay mucho que comentar. Quiero comenzar con la trama, porque luego al final, por haber escrito tanto, me da hueva hablar de la trama. Y es importante hablar de ella, comencemos por ahí.

    Estructuraste un mundo en tres regiones, y hasta el momento sólo conocemos la de los salvajes. Tres dioses bajaron, uno en cada región y dejó tres espadas, que a su vez, una de ellas, se divide en otras tres espadas. Eso no me gustó, es como si no se te hubiera ocurrido nada mejor. ¿Dividís una espada en espadas? Para dividir algo debe tener cierta forma cuando está unido, y sus fragmentos deben tener relación lógica entre sí (no podés dividir un árbol en un perro y una nube), juntá un florete, un sable y una katana, ¿te parece que tomen buena forma juntos? No se pueden juntar en una misma hoja, si juntas forman una sola espada, debería ser una con un mismo mango y de ella sobresalen tres hojas, una de katana, una de sable y una de florete, feo, feo, feo ._. Y si la división no involucra ningún aspecto físico, y en su lugar cada una de las espadas tenía un significado oculto, y la espada madre también, pues bueno. Me da hueva investigar de katanas, floretes y sables, y buscar una espada que las involucre a las tres, así que te dejo.

    ¿Por qué espadas? Supongo que eso lo dirás después, o espero. ¿Cuál fue la intención de los dioses? También lo dirás después, pero en ésta quiero divagar un poco. Dieron la propuesta de que el que tuviera las espadas tendría mucho poder, y las dejaron en un lugar donde son pura pelea. Eso me pareció muy desconsiderado. En un ratito se pusieron a pelear todos, y asumo que muertes saldrían de eso. ¿Les parece divertido a los dioses eso? ¿Les parece correcto divertirse así con las “personas”? Espero que tengás una muy buena explicación, la verdad.

    Las espadas escogieron automáticamente a sus portadores, ¿eso significa que sólo ellos pueden usarlas? No dijiste nada acerca de ello cuando el rey dragón la tomó, así que asumo que cualquiera puede tenerla. Entonces, ¿a qué te referías con que ellos eran los escogidos? ¿Qué tratabas de insinuar? Yo entiendo que ellos son más “aptos” para dominar las espadas, y la espada madre, pero en cierta forma, me pareció un tanto aleatoria la elección de los personajes. Que los dioses sólo los escogieron a ellos para que alguien las tuviera en un inicio, y no porque fueran especiales. ¿Qué tuvo de especial el enano ése, que lo primero que hizo fue ir y regalarla?

    ~

    Ahora sí, lo técnico.

    “Comienza el flashback”… Se me quemaron los ojos cuando leí eso. Las historias que los tienen son frecuentemente de la peor calidad, porque se espera que no sepan narrar. Poner flashback es ahorrarte todo el problema de introducir un recuerdo en medio de la historia. Claro está que no podés comenzar a narrar un recuerdo o escena pasada sin una introducción antes, o algún indicio de que es algo que ya pasó, para que el lector se ubique. Usar un “aquí comienza el recuerdo y aquí termina”... uff.

    En tu historia hay mucho diálogo y muy poca narración independiente de los diálogos (que no esté a su lado, como acotaciones). La narración de cosas que no son lo que un personaje dijo, si no te has fijado, es en grandísima parte puras acciones y pobrísimas descripciones. No te estanqués en eso. Luego de un diálogo y poner qué hizo, podés hablar de las emociones del personajes —¿qué siente en determinado momento? ¿Cuál es su estado de ánimo? Su opinión sobre algo, de los demás personajes, o sobre lo que ocurre en la historia—.

    La descripción enorme del inicio del tercer capítulo me pareció terrible. Fue demasiado. Hubiera preferido muchísimo más que me hablaras de la chica, y te extendieras en por qué estaba esperando, y sus opiniones respecto a ello, que cuántas sillas habían.

    Las descripciones que has puesto en los spoilers me pareció terrible también. Es como te dije antes, esa descripción de ojos, pelo, etc., es pésima forma de describir. Hablá más de su vida, quiénes son, qué les gusta, y ponelo dentro de la historia, no fuera de ella. Está bien si lo quisiste poner ahí para que el lector las lea cuando se les olvide ciertos aspectos, pero no pongás nada ahí que no esté en la historia.

    De último, los diálogos son para lenguaje humano, los sonidos de animales se narran. Que lo hicieras una vez estuvo bien, dos ya no.

    ~

    Espero el próximo capítulo :B
     
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  12.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Lo más importante, gracias a todos por sus comentarios y perdón por no responder antes.

    De hecho, por eso no les puse el nombre de un dios, y solo conflicto, etc

    Eso fue un error, si era lonsdaleita. Se me pasó.

    Es este caso tienes razón con las regiones, cree un mundo con tres continentes, pero quería concentrarme en uno solo y de lo que llevo escrito apenas si uso otro de ellos, tal vez fue un error especificar cuantos continentes eran.
    Pasando a los obsequios de los dioses, solo en un continente dejaron espadas, pero ya eso es spoiler y ahi lo dejo.

    Voy a corregir lo del flashback, y tratar de escribir mas lo que piensan los personajes.
    Y también que otras cosas cambiar.

    ¿Por que siempre me dicen eso con los dialogos de los animales?, los veo como personajes y no como mascotas, pero veré que hago.
     
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  13.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Título:
    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    34
     
    Palabras:
    2610
    Capítulo 4. Amigos y Lágrimas.

    Al siguiente día el pequeño Arquímedes se despierta y vuela hacia Merlín, se posa en su hombro y observa a Nimue, quién estaba conversando con su amigo.

    —Hola pequeño Arqui, ¿dormiste a gusto? —Le pregunta la chica acariciando la cabeza del búho, este levanta un ala y ulula feliz.

    Cuando el ave nota a la marioneta Camelot se asusta; abre los ojos completamente, casi se desmaya de la impresión.

    —No te preocupes, solo es una marioneta.

    Arquímedes se recupera y se posa sobre la cabeza de la quimera, se asoma desde la frondosa melena para verle la cara a la marioneta, cuando se convenció que no había peligro se acomodó formando un nido con los cabellos de la falsa criatura.

    —Me esperas un momento mientras me preparo. —Le pide Merlín a su amiga.
    —Claro, llevaré a Arqui a dar una vuelta en Camelot.

    Ella se aleja sonriendo junto con su marioneta y el regordete búho, le habla a la pequeña ave y ambos parecen divertirse.
    Merlín se viste con la ropa que suele usar para asistir a sus clases; una túnica purpura que heredó de sus padres y botas negras, preparó las únicas piezas que había podido terminar de su marioneta y las envolvió en una manta de ceda, se puso su bolsa de piel en la cual empacó algunas herramientas, se volteó hacia su cama y sacó el florete que había escondido debajo. Se preguntaba por que razón lo habían elegido para proteger esa arma, que poderes tenía, se pierde en el resplandor de la hoja, recuerda que se le hace tarde y la vuelve a esconder debajo de su cama, donde cree que estará a salvo hasta que regrese.
    Sale a buscar a Nimue, conforme camina desde su casa hacia el centro de la ciudad el suelo de tierra es remplazado por adoquines, encontró a la chica junto al pozo de agua que usan los habitantes de la aldea.

    — ¿Te hice esperar mucho? —Pregunta Merlín, a lo cual la chica que estaba mirando al búho tomar agua reaccionó.
    —Para nada, Arqui es muy divertido. —El búho se posa en el hombro de Merlín y se acomoda lo más que puede. — ¿Por qué traes tu marioneta envuelta?
    —Bueno… no está terminada y… no pude hacer que se moviera… —Le responde avergonzado.

    A pesar de llevar una semana trabajando en ella no había podido hacer más que solo la cabeza y el tórax, se pasaba demasiado tiempo en cada pieza, hasta estar satisfecho de haberlo hecho bien, pero esto no le permitió ni empezar el resto de las partes.

    — ¿Qué?, pero si tenemos que llevarlas terminadas hoy y con el hechizo de movimiento aplicado.
    —Lo que pasa es que… por más que lo intenté no logré hacer que se moviera… — Le responde bajando la mirada.
    —Es porque eres muy holgazán. —Le reprocha la chica.
    —Tal vez hay un poco de eso. —Dice riendo nervioso y apartando la mirada.
    —Lo sabía. —Suspira decepcionada. — Si no hay más remedio déjame echarle un vistazo a los símbolos.
    — ¿En serio?, te lo agradezco.

    Se dirigen a unas enormes mesas de madera que utilizan los comerciantes durante las tardes, Merlín desenvuelve las dos piezas de su títere y las coloca sobre la mesa, Nimue las observa detenidamente por unos momentos, repasa en su mente las lecciones que recibió, se dio cuenta de cual es el error.

    —Tallaste mal los símbolos, este no se escribe así. —Señala la frente del muñeco. —Y este otro es el que se talla en los brazos. —Mostrándole el que él había escrito.
    —Tienes razón, los arreglaré inmediatamente. —Saca algunas herramientas que traía en su bolso de piel y comienza a trabajar.
    —Claro que tengo razón. —Responde orgullosa. —Me debes una. —Lo observa trabajar y lo corrige cuando se equivoca.

    En ese momento llega otro joven alquimista, Arturo Riothamus; el mejor amigo de Merlín desde que eran niños, al igual que Merlín había perdido a sus padres en un ataque de trolls siete años atrás, es algo presumido, y le gusta molestar a Merlín por el hecho de que está enamorado de Nimue.

    — ¿Interrumpo? —Les dice poniéndose entre los dos.
    —Arturo, pensé que ya estarías en camino. —Merlín se sorprende de verle ahí.
    —No, te fui a buscar a tu casa, pero como no te encontré ahí supuse que estarías con Nimue. —Se acerca a Merlín y le susurra. — ¿Ya te le declaraste? —Le dice con tono burlón.
    Este se sonroja, y arrastra a su amigo lejos de la mesa. —Solo lo haces para molestarme, ¿no es cierto? —Le reprocha susurrándole.
    —Por supuesto. —Se acerca a la mesa. —Venía a enseñarles mi estupenda marioneta. —Dijo con orgullo.
    Hubo un largo silencio, y finalmente Merlín decidió hablar. — ¿Y donde está?
    —Justo aquí. —Señala un grupo de rocas que estaban apiladas cerca del pozo. —Levántate poderoso Excalibur. —Dice de un modo dramático, la pila de rocas comienza a moverse y toma la forma de un golem, la mayoría de las rocas están llenas de musgo y en la espalda del gigante hay una espada incrustada. — ¿Qué les parece?
    —Muy grande. —Le contesta Merlín, viendo lo simple que era la marioneta de Arturo. — ¿Solo juntaste rocas y les tallaste los símbolos? —Pregunta pensando que Arturo se esforzó aún menos que él.
    Nimue le da una vuelta al coloso de roca, lo mira de arriba a bajo. —No es eso, forjaste una espada con los símbolos, ¿cierto? —Le pregunta señalando la espada en una roca de la espalda del golem.
    —Siempre en todo, es por eso que a Merlín le gus… —Merlín le patea la rodilla.
    — ¿Qué pasa? —Pregunta la chica confundida.
    —Nada. —Responden ambos al unísono riendo de forma extraña.

    Esa misma mañana en el castillo de los elfos; Galiana se dirige a la sala de reuniones, va algo tarde ya que se había desvelado sembrando su semilla en una maceta y se durmió tarde, no tenía idea que plantar una semilla se le iba hacer tan complicado y además no había tenido tiempo de pensar en una estrategia para conseguir las espadas, así que iba en blanco hacia la reunión.
    Llega hasta la puerta del salón respira profundo y entra; dentro estaban esperando los generales y el Káiser que no parecía contento con la tardanza de la chica, le dio una mirada de desaprobación e indiferencia; se coloca a un lado de la gran mesa con el mapa de relieve.

    Todos los presentes la observan atentos; se sentía nerviosa, sacó su espada blanca de la funda, esta siempre la tranquiliza, no por el raro material del que estaba forjada, sino por que fue un regalo de la persona que más ama, esta es su posesión más valiosa.
    —Si me lo preguntan todo esto de las espadas me parece demasiado extraño. —Les dice a los presentes a modo de introducción.
    —Nadie te lo preguntó. —Le contesta cortantemente el Káiser, quién se nota que sigue descontento por la tardanza.
    —De acuerdo. —Se queda mirando el mapa y tratando que la mirada de odio de su padre no le afecte.
    —Si el dios apareció en esta área. —Coloca la punta de la espada en el mapa. —Y se supone que les dio tres piezas a tres elegidos, entonces…
    Se da golpecitos en el cuello con la espada mientras piensa.
    —Si fuera yo, le daría una de las espadas a los dragones.
    — ¿Entonces solo tenemos que atacar a los dragones? —Pregunta uno de los generales, el más viejo de los cinco generales, con voz cansada.
    —Eso sería suicida, la última vez que “alguien”… —Refiriéndose al general Aldinger. —…intentó atrapar a un dragón, nos costó más de dos mil soldados y casi trecientas catapultas, sin mencionar que no estuvieron ni cerca de capturarlo. —Esto siempre le pareció el peor error táctico que jamás se haya cometido.
    —Continua. —Le dice el Káiser impaciente.
    —Suponiendo esta posibilidad, necesitaríamos las otras dos espadas antes de siquiera pensar en obtenerla. —Hace una pausa. —Recomiendo atacar las poblaciones de seres con cierta afinidad con la magia; no creo posible que algún troll, gnomo, enano o elfo haya sido elegido como guardián. —Otra pausa aún más larga que la anterior. —Recomiendo atacar las aldeas de los duendes, alquimistas y tritones; en especial estas dos. —Señala en el mapa dos puntos.
    — ¿Y porque esas dos? —Pregunta otro de los generales, de barba y apariencia ruda.
    —La primera está muy cerca de donde fue visto el dios, una aldea de alquimistas al borde de la extinción. —Sabía que esta sería una apuesta segura, esa aldea es famosa por sus poderosos alquimistas. —Y el segundo es un poblado de duendes guerreros custodiado por un atlas en el valle de Ruh. —Este no la convencía pero le parecía una opción razonable. —Me parecen buenos lugares para comenzar.
    — ¿Y que piensa que debemos hacer con los centauros? —Pregunta el general anciano.
    —Nada, la última vez que nos enfrentaron tuvieron grandes pérdidas. —Sin mencionar que está segura que ellos también estarían buscando las espadas, aunque sabía algo que no iba a revelar.
    —Me parece bien. —Se levanta el Káiser. —General Aldinger usted se encargará de la aldea de alquimistas, tome diez mil hombres y consiga resultados.

    Miró a su hija, con esa mirada de decepción que suele darle, él siempre se había arrepentido de no haber tenido un hijo varón.
    —Y Galiana tú tomarás mil hombres, y te encargarás de los duendes. —Menciona el nombre de su hija como si no le interesara.
    —Si milord. —Contesta Aldinger haciendo una reverencia.
    —Seguro. —La chica sale del cuarto de reuniones, ya estaba acostumbrada a la indiferencia de su padre hacia ella, a él no le importaban sus hijas y lo había aprendido por las malas un lluvioso y oscuro día hace diez años. Cuando pensaba en esto nota a una de las doncellas que corría hacia ella.
    —Su hermana esta muy grave. —Dice casi sin aliento.

    Corre con todas sus fuerzas hacia la habitación de su hermana, desde la muerte de su madre Galiana la había criado prácticamente sin ayuda.
    Abre la puerta abruptamente y en la habitación habían tres doncellas alrededor de su hermana, todas parecían estar pensando lo mismo; que la joven elfina moriría en cualquier momento; la habitación tenía masetas con flores por todas partes, tierra esparcida por todo el suelo, paredes cubiertas por enredaderas, la fragancia de las flores y el olor a tierra mojada se podía percibir aún con la puerta cerrada, este aroma solía tranquilizarla pero en este momento nada logra calmar su preocupación.
    Su hermana lucía muy enferma, ardía por la fiebre, le costaba respirar, no podía abrir los ojos y no respondía a ningún tipo de estímulo.

    ¡Cherry!, ¡háblame hermana! –Se arrodilla frente a la cama de su hermana, le toma la mano y siente el calor extremo de su piel, comienza a llorar, sabe que esta vez puede ser fatal.
    Es inútil, miladi, ya intentamos de todo y no responde. –Le dice una de las doncellas. –Me temo que para esta tarde descansará junto con su madre. —Le dice bajando la mirada y dando a la pobre niña por muerta.
    ¡Salgan! –Les grita furiosa, no soporta los comentarios de las doncellas.
    Pero miladi…
    ¡Ahora! —La ira de sus palabras obligaron a las doncellas a obedecer.

    Abandonan la habitación haciendo una reverencia y mirando con lástima a la chica enferma, la última cierra la puerta tras ella.

    ¿Dónde estás? –Grita desesperada mirando por toda la habitación. –Por favor, te lo ruego. —Su vista se pone borrosa por las lágrimas.
    Detrás de Galiana aparece el chico apoyado contra la puerta. –Dime mi pequeña flor. —Le habla sin inmutarse por el estado de Cherry.
    ¡Sálvala! –Se voltea y cae a sus pies. —Te lo suplico. —Se aferra con fuerza de su gabardina, la desesperación se apoderó de la orgullosa elfina, quién no lo pensó dos veces para suplicar, aún sabiendo que tendría que pagar un precio.


    ------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Personajes:
    Nombre: Arturo Riothamus
    Edad: 17 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Grises
    Piel: Moreno
    Vestimenta: Armadura azul oscuro, con pantalones blancos.
    Raza: Alquimista
    Descripción: Mejor amigo de Merlín, alegre y presumido.
    ------------------------------------------------------------------------------------------------------
    Nombre: Excalibur
    Apariencia: Espada de doble filo.
    Raza: Marioneta
    Descripción: Espada forjada por Arturo, sirve como tietere.
     
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    Eienforever

    Eienforever Entusiasta

    Piscis
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    O.o parece que leo un guion...u.uU nose muy bien el enfoque que deseas tomar,en cuanto al resto ha mejorando,las comas ,puntos ;bueno es mi caso XP...pero hay que mojorarlo y empezar a usarlo mas .Bueno ,y la historia se ba tornando un poco mas interesante u.u...sorry si no puedo extenderme,ando corta de tiempo.

    ¡Saludos y suerte!
     
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    Tubbiefox

    Tubbiefox Entusiasta

    Virgo
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    Yo también vi un cambio en este capítulo, sobretodo en los primeros párrafos. Fue más que todo en la redacción, dejaste de usar ese estilo cortante que tenés para acotar entre diálogos y comenzaste a extenderte más. Luego recaíste y volviste a lo mismo, pero una mejora es una mejora.

    De los 4 éste me parece el mejor. No tuvo tantos cambios de escenas, te diste tu tiempo en ambas y consiguieron funcionar bien. Me agradó el tamaño también. Mientras leía me puse a pensar que algo que le faltaba a tu historia por lo lento que iba avanzando era un buen final de capítulo, y resulta que éste lo tiene. Algo breve que decir sobre los 3 alquimistas es que... sus personalidades me parecen un tanto trilladas :/ ; me gustan más las partes de la elfa que las de ellos <3

    Por lo que veo será muy larga, espero que la podás acabar toda :3
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
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    Capítulo 5. Gran Maestre.


    Esa mañana en el castillo de los dragones; el rey Nobilis recorre los jardines; verdes parajes con enormes árboles y un gran lago de agua cristalina. Una gran variedad de animales recorren estos jardines; lobos de nieve, quimeras, grifos, enormes serpientes, una manada de enormes felinos con largos colmillos, un fénix tiene su nido sobre la torre más alta del castillo y una infinidad de criaturas marinas habitan en el lago.

    Los dos niños alados salen del castillo y juegan cerca del lago. La niña se queda mirando al fondo del agua, está tan concentrada en una sola criatura que no ve a su hermano quién la empuja al agua.

    — ¡Oye!, ¿Por qué hiciste eso? —Le grita enojada.
    —Deberías ver tu cara. —Le contesta el niño a carcajadas.
    —Ayúdame a salir.

    El niño le extiende la mano, ella la toma y lo jala hacia el agua, este se hunde por completo unos momentos, sale a la superficie enojado, pero al momento ambos se ríen.
    Nobilis que los observaba no había notado venir a su amada; su nombre es Sidera Ventus Amare, amable y algo inocente, han estado juntos desde hace más de quinientos años y esperan a su primer hijo.

    —No me despertaste, mi querido Nobilis. —Le reprocha con un tono suave.
    —Mi querida Sidera, no deberías estar fuera en tus condiciones.

    Él se preocupa por el estado de su amada, la sobreprotege, en especial ahora que está próximo el nacimiento, se siente nervioso por convertirse en padre, pero a la vez está emocionado.

    —Mi rey, estaba cansada de estar en cama, quería recorrer los jardines junto a ti. Hace un hermoso día como para pasarlo encerrada.
    El rey se acerca a ella, la besa y pone su mano sobre su vientre. — ¿Cómo está nuestro futuro hijo?
    —Ha estado muy activo últimamente, y presiento que será niña. —Coloca su mano sobre la de Nobilis y le sonríe.
    —No importa si es niño o niña, quisiera que naciera hoy mismo. —Le dice sonriéndole.
    —Será pronto mi rey, pero estoy nerviosa, es nuestro primer hijo y quiero hacer todo bien.
    —No te preocupes, estaré junto a ti todo el tiempo. —La abraza.

    Los niños estaban correteando a un cachorro de lobo. Sidera disfruta verlos jugar, puede mirarlos durante horas sin cansarse; pero hasta ahora nunca se había atrevido a hablarles, por alguna razón que ni ella misma comprende les tiene miedo.

    —Pequeños. —Les dice tomando valor al estar junto a su amado.
    —Hola. —Le contesta la niña, que corre hacia ella, su hermano la sigue; ambos siguen empapados.
    Se pone nerviosa al tenerlos cerca, le parecen lindos de cerca pero no puede evitar sentirse incómoda. —De… son…
    Al verla nerviosa el rey dragón interviene. —La reina quiere saber cuales son sus nombres.
    —Me llamo Ange. —Contesta la niña, con una hermosa sonrisa.
    —Soy Diabolik. —Contesta el niño, frunciendo el ceño.
    — ¿De donde vienen? —Pregunta el rey.
    —De otro lugar, es todo lo que podemos decir. —Les contesta el niño agitando sus pequeñas alas negras.
    —De acuerdo. —Contesta el rey riendo. —Hay algo que me he estado preguntando desde hace tiempo, ¿a que raza pertenecen?, porque en mi vida he visto a alguien como ustedes.
    —No molesten a los reyes, vayan a jugar con aquella quimera. —Les dice el chico llegando por detrás, justo a tiempo para interrumpir el interrogatorio.

    Ambos niños corren hacia la quimera, la cual al verlos venir sale corriendo; ya los conocía, suelen corretearlo durante horas y esto no le gustaba, los tres se perdieron de vista en un momento.

    —Saludos Sidera. —Le dice el chico a la reina con cierto tono de confianza.
    —Bienvenido milord. —Hace una reverencia, y el bebé en su seno comienza a moverse, ella se abraza su vientre sintiendo un profundo dolor.
    — ¿Qué te pasa mi querida reina? —Pregunta preocupado Nobilis, que la toma entre sus brazos para asegurarse que nada le suceda.
    —Está pronto el parto, le recomiendo descansar. —Sugiere seriamente.

    Nobilis lleva a su amada a la alcoba real para que descanse, un par de guardias lo ayudan. Los niños llegan montando a la quimera; de cerca es un impresionante animal con poderosas patas que le permiten correr muy veloz; se detienen frente a él.

    —Prepárense. —Les dice mirando hacia el castillo.
    — ¿A dónde vamos? —Pregunta la niña.
    —Vamos a divertirnos un poco. —Voltea a mirarlos y acaricia a la quimera.

    Cerca de ahí se encuentra Nicolás entrenado con su sable, golpea con todas sus fuerzas un árbol, pero por más que lo intenta no logra hacerle un corte. No logra entender que tiene de especial esa arma, la guarda en una funda que le facilitaron los guardas del castillo.

    Camina para pensar, se sentía estúpido por haber abandonado su hogar. Pero al menos había conocido el legendario castillo de los dragones; sin saberlo se adentra en el bosque conocido como Nidum Aranearum, en esta época del año está prohibida la entrada.
    Cuando se da cuenta está perdido y no sabe como regresar, sigue caminando, todo el bosque luce igual, oscuro y frío, enormes árboles frondosos que no permiten ver el cielo, no parecen haber animales por ninguna parte, nota una enorme telaraña entre dos árboles. Intenta rodearla, pero de la nada lo ataca una gigantesca araña de tres metros de largo con solo cuatro ojos, lo mira y piensa que tiene una presa fácil.
    Lo que el arácnido no sabía es que se metía con el duende equivocado, a pesar de su baja estatura Nicolás es extremadamente poderoso; golpea a la araña en la cabeza y con un solo golpe la manda a unos metros de ahí, toma su sable e intenta clavárselo en medio de los ojos, pero el arma rebota.
    Decide que no podrá acabarla con su sable, lo vuelve a guardar en su funda. Toma una roca, pero antes de poder acabarla aparece un enano, con largas barbas y un maso color blanco; quién aparta al duende de la enorme araña.

    —Detente. —Le ordena el enano.
    — ¿Quién eres? —Pregunta enfadado.
    —No le debo mi nombre a un asesino. —Se acerca al arácnido y revisa si aún sigue con vida, al comprobar su estado lo mira enojado.
    —Esa cosa me atacó primero.
    —Eso fue por que entraste en el bosque en la época de eclosión.
    Pequeñas arañas llegan junto a su inconsciente madre y se colocan en posición defensiva.
    El enano golpea al desprevenido duende y lo saca del bosque. Lo arrastra hasta el castillo, habla con un guardia para que lo encierre en el calabozo, e ingresa al castillo.

    En la villa de los alquimistas, Merlín y compañía se dirigen al lado este de la aldea, corren ya que se les había hecho tarde por estar tonteando en el pueblo, otros jóvenes alquimistas están esperando en el lugar al que se dirigen; hay varias mesas talladas en roca, con sillas hechas con troncos, en medio de un verde campo.

    —Llegamos a tiempo. —Dice Nimue casi sin aliento.

    En ese momento un alquimista anciano llega al lugar, el Gran Maestre; el más sabio y habilidoso de toda la aldea, protector de la misma, maestro de los jóvenes marionetistas y el tutor de los huérfanos, usa un bastón dorado con varios símbolos grabados casi imperceptibles al ojo y una esfera roja en la parte superior. Junto a él venía una pequeña figura con capucha, mantiene la vista en el suelo para evitar que le vean el rostro.

    —Buenos días jóvenes, me imagino que trajeron sus marionetas listas. —Dice con voz suave y casi paternal.

    Comienza a examinar a cada marioneta de forma individual, les dice las fortalezas y debilidades de cada una; la de Nimue tiene un exterior impecable y realista, pero el trabajo del interior es de baja calidad y las articulaciones están mal alineadas; Arturo, su espada/títere solo funciona con un huésped; y Merlín, sus dos piezas se controlan de forma individual, pero solo talló la cabeza y el tórax.

    —Les recuerdo que lo importante no es el exterior, o una técnica avanzada, estas marionetas son sus guardianes. —El anciano mira el rostro de los jóvenes, los cuales lo miran con mucha atención. —Sus vidas y las de sus seres amados dependen de ellas. —El viejo maestre miró hacia las montañas, un mal presentimiento se apoderó de él.

    Todos pasaron el día entero trabajando en los errores de sus títeres, con esmero y mucho trabajo hasta que el Maestre estuvo complacido.
    Al caer la noche un terrible viento frío recorrió toda la aldea, como si anunciara la tragedia que estaba por suceder, y a esto se le sumaba el hecho de que no había luna.
    Merlín se despide de Nimue y Arturo, antes de dirigirse a casa decide ir a visitar la tumba de sus padres. Al pie de una colina cercana a la aldea están cientos de lápidas, en estas están en su mayoría las victimas del ataque de los trolls de hace ocho años, cientos de esas malvadas criaturas atacaron para saquear la aldea y hacer el mayor daño posible, casi la mitad de los alquimistas murieron ese día.
    No puede recordar mucho de ese día, pero la imagen de sus padres muertos lo ha atormentado desde entonces. Y el rostro del troll que dirigía el ataque se quedó grabado en su memoria; un inusualmente grande troll con un garrote.

    —Hola, hoy tuve un gran día.

    Se sienta frente a la lápida con el nombre de sus padres, les cuenta como le fue con su marioneta, lo que había dicho el viejo maestre, como lo ayudó Nimue, lo mucho que ha crecido Arquímedes.
    Cerca de él está una pequeña figura llorando sobre una de las lápidas, la misma que acompañaba al Gran Maestre. Nota a Merlín y corre hacia la aldea, él se acerca a ver los nombres grabados en la lápida, eran el hijo y la nuera del Maestre.

    —Supongo que ella ha sufrido más que yo. —Hace una reverencia frente a la lápida y se dirige a casa.

    El general Aldinger sale del castillo inmediatamente después de terminada la reunión, alinea a sus diez mil soldados, toma los pegasos más veloces disponibles y las mejores armas y armaduras.
    Ordena que le faciliten a la general Galiana las armas y armaduras de peor calidad, el general quiere asegurarse que la chica no regrese de su misión, tal como se lo ordenó el Káiser.

    ------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Personajes:
    Nombre: Sidera Ventus Amare
    Edad: 2000 años
    Cabello: Azul Marino
    Ojos: Verdes
    Piel: Celeste
    Vestimenta: Vestido amplio color blanco.
    Raza: Dragón
    Descripción: Compañera de Nobilis, por lo cual es la reina de los dragones. Inocente, amable y con gran instinto maternal. Está embarazada.
    ------------------------------------------------------------------------------------------------------
    Nombre: ??????, Conocido como Gran Maestre.
    Edad: 86 años
    Cabello: Gris.
    Ojos: Negros
    Piel: Blanco
    Vestimenta: Tunica negra, con un bastón dorado.
    Raza: Alquimista
    Descripción: Protector de la aldea, maestro en el antiguo arte de la manipulación de titeres y se dedicó a criar a los huerfanos que dejó el ataque de los troll.
     
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    Perdona por no haverme el tiempo de leerlo en su momento, e estado algo ocupada XP...
    En cuanto a la historia. Me a empezado a gustar,se lee un poco lenta la trama pero conforme an pasado los capitulos ha ido mejorando,razonablemente.

    Has ido mejorando las "escenas" o mas bien el ambiente de la historia,te has ido tomado el tiempo para congruir tus ideas.cosa que tambein me pasa :/...pero es algo que debemos mejorar,en cuanto a la gramatica y el resto va mejorando...te rrecomendaria empezar a leer mas..leer no solo anime,manga,peliculas tambien muchos libros de diversas indoles,eso nos hara mejorar.

    Pero me agrada...:3

    ¡saludos!
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Capítulo 6. Destrucción.


    Al anochecer; Galiana está en su habitación, se cambia de ropa para poder salir en camino hacia el valle de Ruh; la oscuridad de la noche se asoma por la ventana, y solo una débil luz que irradia una casi totalmente gastada vela ilumina la habitación. Piensa en su hermana, en lo cerca que estuvo de perderla, se preguntaba si estaría bien sola durante tanto tiempo.
    Se sacude ese pensamiento de su cabeza, trata de pensar en otra cosa. Se pregunta como va a solucionar todas las dificultades que tendrá que pasar para llegar a esa ciudad de duendes.

    —En que piensa mi pequeña flor. —Dice el chico quién de repente está sentado en la cama de la chica.
    Ella lo escucha y se asusta al principio, se cubre con la blusa que se acaba de quitar, cuando lo reconoce se enfada. — ¡Ya te había dicho que no seas tan atrevido! —Y le tira la blusa, la cual queda sobre su cabeza.

    Él no se quita la prenda de encima de su cabeza, y ella sonríe, le parece gracioso como luce cubriéndole la cabeza.
    Cuando termina de cambiarse, se le quita y la tira sobre la cama, ahora usa una ligera armadura negra de cuero, con ropa negra que le cubre todo el cuerpo. Se sienta a su lado, y recuesta su cabeza sobre él.
    Él es el único con quien ella se abría, podía contarle lo que fuera.

    —Sabes, mi padre le dio al general Aldinger diez mil soldados y provisiones para veinte días. Todo eso solo para atacar esa miserable aldea de alquimistas. —Se le humedecen los ojos. —Y está a sólo un día de camino y apenas si hay ciento cincuenta alquimistas ahí.
    —Hay ciento veintitrés alquimistas y doscientas marionetas. —Corrige él.
    — ¿Sabes que me dio a mí? —Él sabía la respuesta pero prefirió no decir nada. —Mil soldados y provisiones para dos días.

    Acomodó su cabeza para sentirse más cómoda, puede sentir el calor del chico. Le gusta estar junto a él, a su lado no tenía que pretender ser la fría estratega o la general Galiana; ella es su pequeña flor y eso la hace sentir muy feliz.

    —Ruh está a más de cinco días de camino. En esa aldea hay setecientos duendes y un enorme atlas. —Sabe que se dirige a una misión suicida.

    Se quedan en silencio por un rato, en realidad en esa aldea hay casi ochocientos duendes sin contar al gigantesco atlas de quince metros de alto que resguarda dicha aldea.
    La pobre elfina sufría, se decía que estaba acostumbrada a la indiferencia de su padre, pero la verdad es que aún le duele saber que su propio progenitor la odia. Una lágrima recorrió su mejilla.

    —Tengo miedo, miedo de no regresar, miedo de lo que le suceda a Cherry si no regreso, miedo de no volver a verte. —Intenta no llorar, lo abraza fuertemente para sentirse más segura.
    —Regresarás, lo sé.

    Sonríe por un momento, pero había algo que le remordía la conciencia, algo que dejó fuera de su estrategia desde el principio, un dato relevante que le ocultó a los generales y al Káiser. En ese momento no le importaba, pero ahora se arrepentía.

    —Yo… —Quiere confesarle lo que hizo.
    Él pone su dedo sobre los labios de la chica. —No lo digas.
    Toma su mano suavemente y la aparta de su boca. —Pero…
    —No te preocupes nadie se enterará. —Él sabía que es lo que ella ocultaba, contaba con eso.

    Minutos después ella tomó su pegaso y se dirigió junto con su ejército hacia Ruh. Desde lo más alto de la torre central Cherry ve a su hermana marchar fuera de los muros del castillo, abraza la maceta donde su hermana había sembrado su semilla y se prometió cuidarla hasta que regresara.

    Esa noche Aldinger y sus hombres llegaron al territorio de los alquimistas, los guió por un frondoso bosque cercano a la aldea para realizar un ataque sorpresa; perdió casi doscientos hombres a manos de las bestias que rondan en el bosque y aprovechaban la oscuridad para atacar a los elfos, pero eso no le importó, aún tenía muchos más e iba a acabar con cada ser vivo de esa pequeña aldea.

    Merlín se encuentra en su cama mirando a su fiel Arquímedes dormir, no puede dejar de pensar en el florete bajo su cama. Sobre la mesa yace su marioneta casi terminada; había podido agregarle los dos brazos, uno con un largo látigo y el otro termina en dos largas cuchillas sin filo que tenía guardadas. Nimue y sus padres duermen; Arturo entrena con una espada corta que hace juego con su excalibur.
    El Gran Maestre mira por la ventana hacia el bosque, algo le ha preocupado todo el día; los animales han estado inusualmente silenciosos.
    Con el maestre vive su nieta Morgana; es bastante joven, sus padres murieron hace ocho años y ese fatídico día también fue maldecida por un troll hechicero; ahora tiene cuernos como los de un carnero y colmillos, estos entre otros atributos la hacen lucir como un monstruo o demonio, lo cual ha hecho de la vida de la pobre niña un infierno, los aldeanos la maltratan porque es un constante recordatorio de ese día.

    Desde el bosque, los soldados lanzan miles de flechas hacia la aldea, en un segundo el Maestre saca a doce de sus marionetas, parecidas a manta rayas que se posaron sobre las casas y recibieron las flechas, estas quedaron completamente desechas pero habían cumplido con su misión, el ruido de las flechas despertaron a todos los habitantes y se prepararon para defenderse, en pocos segundos la aldea estaba rodeada por miles de elfos en armadura.
    Merlín se levanta de golpe y mira por la ventana, el pequeño búho se despierta y comienza a temblar, el joven alquimista se dirige a su pequeña ave.

    —Escúchame, esto es serio, has entrenado para esto durante todo un año. —Arquímedes se llena de valor y sale volando rápidamente. —Espero llegues a tiempo.

    Toma el florete, activa su títere y corre hacia la casa de Nimue. La casa de la chica está a varios metros de la suya, nota a Camelot peleando contra varios soldados, los padres de Nimue luchan con rastrillos, al llegar Merlín saca el florete y se prepara para luchar, su títere lucha graciosamente distrayendo a los soldados.

    — ¡Merlín llévate a Nimue y corran lo más lejos que puedan! —Grita el padre de la joven alquimista desesperado.
    — ¡No los voy a dejar! —Grita ella. —Me quedaré a luchar con ustedes.
    —Vete, estaremos bien. —Le dice su madre abrazándola.
    — ¡Vámonos! —Él la toma de la mano y la saca de ahí, ella corre llorando y no se atreve a mirar atrás.

    Siguieron corriendo hasta que quedan rodeados por cientos de elfos, no tienen oportunidad de escapar, mandan sus títeres para tratar de hacer un espacio por el cual huir, pero son demasiados enemigos. Cuando la esperanza parece perdida alguien logra hacer un camino atacando a los elfos desde atrás, era Arturo con su excalibur en una mano y una espada más pequeña en la otra.

    — ¡Arturo! —Grita Merlín al ver a su amigo llegar al rescate.
    — ¡Rápido corran!
    — ¿Pero y que hay de ti? —Le dice desesperado al saber que su amigo quiere distraer a los elfos para que ellos puedan huir.
    — ¡Salva a NImue, vive!
    — ¡Arturo! —Dice ella con lágrimas en sus ojos.
    —Yo estaré bien. —Ni él mismo creyó sus palabras, pero quería salvar a sus amigos.

    Merlín lo pensó, quería quedarse a luchar, pero no quería arriesgar la vida de Nimue.
    Debía decidir entre huir con la chica que ama o quedarse a luchar junto a su mejor amigo y probablemente no lograrían sobrevivir. Tomó su decisión. La toma del brazo y corre por la abertura que había creado Arturo.

    —Lo siento. —Le dice cuando pasa junto al valiente alquimista, se sintió como un cobarde.

    Cuando ve que sus amigos escapan a salvo se siente aliviado, por lo menos ellos vivirán y serán felices, pensó.

    —Ahora… —Clava a excalibur en el suelo y se forma un golem de tierra y roca. — ¿Quién quiere un pedazo de mi? —Y docenas de soldados se abalanzan sobre él.
     
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    Dark RS

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    Capítulo 7. La Noche más Oscura.


    El chico y los niños observan la aldea desde una colina cercana. La niña come con ganas una extraña fruta roja y jugosa. Las casas en llamas es lo único que se aprecia desde su posición; el sonido de los gritos y suplicas es lo único que se escucha; el olor de la sangre es insoportable.

    —Quiero. —Dice el niño hipnotizado por el aroma a sangre.
    —Me das asco. —Le reclama su hermana.
    — ¿Tu comes esa basura, y te atreves a decirme eso? —Le reprocha tratando de no mirar la fruta en las manos de Ange.

    Empezaron a discutir, el chico los ignora, pero cada vez hacen más ruido, se tiran al suelo a pelearse, la niña trata de hacer que su hermano se coma la fruta, y él la empuja alejándola.

    — ¡Diabolik! —Grita él. Ambos niños se detienen.
    —Si. —Le contesta intentando tirar la fruta que tiene su hermana sin tocarla.
    —Ve y come. —Al niño se le iluminan los ojos y corre hacia la aldea.
    — ¿Y yo? —Y termina de comerse la fruta.
    —Tengo una misión diferente para ti. —El chico le explica a la niña lo que tiene que hacer.

    Ella baja la colina corriendo feliz, y se adentra en la aldea en medio de la encarnizada lucha.
    El Gran Maestre sale de su casa dejando a Morgana escondida debajo de la cama, y una marioneta en la puerta. Decenas de marionetas controladas por el Maestre se levantan por toda la aldea, luchan contra los invasores y son imparables; las destrozan y se vuelven a levantar, cientos de elfos caen gracias a la habilidad del anciano.
    Aldinger pasa entre las marionetas usando a sus soldados como distracciones, sabe que puede vencerlas a todas de un golpe si mata a la persona correcta.
    Varios elfos atacan al maestre, pero este los domina fácilmente con su bastón, no va a permitir que la aldea caiga, no dejaría que maten a más pobladores, no permitiría que los huérfanos vuelvan a pasar por ese infierno; mientras luchaba podía ver el rostro de cada joven alquimista que había cuidado desde el ataque de los trolls. Ganaría por el bien de todos, y en especial de su querida nieta.

    Merlín y Nimue llegan al lugar en que se encuentra el Maestre, observan como derrota fácilmente a varios soldados, cuando este los ve se alegra que estén a salvo, cuando les iba a hablar sintió un intenso dolor en su espalda, se voltea y mira a un elfo con una pesada armadura plateada sonriendo sádicamente.
    Aldinger sonreía feliz por su brutal acto, su espada atraviesa al maestre completamente, la sube salvajemente y luego la saca, el anciano cae al suelo.

    Los jóvenes alquimistas miran como su maestro cae al suelo herido de muerte, se quedan inmóviles por el miedo. Todas las marionetas que eran controladas por el Gran Maestre caen al no tener un amo que las controle.
    El brutal general se acerca a ellos, la chica no se puede mover por la impresión de la brutal escena que acaba de presenciar. Merlín saca su florete; La Mente, se prepara a luchar hasta el final. El general golpea a la chica quien cae, levanta su espada amenazante, esta aún gotea la sangre del anciano, el alquimista se hace hacia atrás y tropieza.
    Aldinger baja su espada con todas sus fuerzas, Merlín bloquea el ataque del general con su arma. La fuerza del ataque es absorbida por el florete; el mismo elfo no podía creer que su ataque no haya tenido efecto alguno, es como si la espada del débil alquimista hubiera cancelado toda la fuerza de su ataque; esbozó una horrible sonrisa.

    —Así que la mocosa tenía razón. —Dice Aldinger al ver una de las tres espadas frente a él.

    Se inclina para quitarle la espada al asustado alquimista, pero escucha un sonido que le hela la sangre; un cuerno resuena en la distancia, él sabe lo que ese sonido significa, es el grito de guerra que avisa que los centauros se unen al combate.

    —Maldición, debo apresurarme. —Prepara su espada para darle una estocada al alquimista.

    Cuando iba a bajarla de golpe, el pequeño Arquímedes ataca al general picoteándolo con todas sus fuerzas, este lo golpea y la pequeña ave cae al suelo. Nimue se arrastra y abraza al búho para protegerlo.
    Merlín reacciona y ataca con todas sus fuerzas al general intentando clavarle su florete, pero no le hace ni un rasguño. Aldinger se voltea y lo ataca con todo su poder, el alquimista logra bloquear cada ataque como si la espada lo guiara. Siguen así unos minutos más; el general sabe que está perdiendo tiempo que no tiene, le da un golpe con su mano abierta, y lo envía a unos metros de ahí. Saca su arco y lo prepara con tres flechas, la hoja de La Mente es muy delgada, como una aguja gigante, nunca podría bloquear tres flechas. Tensa su arco y apunta hacia el cuerpo del alquimista que aún tose por el fuerte golpe que recibió en su pecho.

    —Enfréntame elfo cobarde. —El general se voltea y ve a su más fiero rival mirarlo con el ceño fruncido.

    Detrás del general Cromwell había más de cincuenta mil soldados centauros. El general elfo no comprendía porque los centauros llegaron a ayudar a los alquimistas.
    Había un hecho que cinco de los seis generales elfos ignoraban; los centauros tienen una alianza con los alquimistas. Mientras los alquimistas forjen las armas y armaduras de los centauros, estos protegerían la aldea.

    A un lado de la acción el maestre agoniza, perdía mucha sangre y le costaba cada vez más respirar. Sentado junto a él está un chico joven que usa una larga gabardina negra, la sangre del anciano parecía evitar a este extraño chico.

    — ¿Quién eres? —Pregunta mirándolo a los ojos que cambiaban de color.
    —Solo soy un observador en este bizarro juego llamado vida. —Contesta sin dejar de mirarlo como si esperara que dijera algo específico.
    — ¿Un observador?

    El anciano comienza a desvariar, esa frase la había escuchado antes pero estaba tan cansado que no podía pensar con claridad. Comenzó a recordar los momentos felices; su hijo cuando era niño, cuando su hijo le presentó a su novia, el día que nació su nieta, su hijo y su nuera con su nieta en brazos, los veía divertirse en un día de campo. Pero luego esa imagen fue remplazada por la imagen de su hijo siendo asesinado por un enorme troll rey, el recuerdo de su nieta siendo maldecida, el de su aldea en llamas… Luego se vio a él mismo leyéndole una historia a su nieta, ella le hizo una pregunta…
    Repentinamente abrió los ojos completamente, había recordado donde había escuchado esa frase.

    — ¿El destructor?, pero es imposible.

    Por su cabeza pasó la imagen de su nieta aterrada escondida bajo la cama, el fuego consumía su casa, y Morgana iba a morir en cualquier momento. Intentó levantarse pero no podía ni moverse.

    El anciano se aferra a la gabardina del chico. —Sálvala, salva a Morgana.
    El Gran Maestre quién no lloraba desde hacía ocho años, comenzó a derramar lágrimas de desesperación.
    —Salva a mi querida nieta…

    Dicho esto soltó al chico y murió. Sopló una ligera ráfaga; el chico y el bastón del anciano desaparecieron.
    Morgana lloraba aterrada bajo su cama, el fuego consumía rápidamente la casa, la marioneta que dejó su abuelo, había dejado de moverse desde hace unos minutos. Grita el nombre de su abuelo, pero sus súplicas son en vano. Puede sentir el fuego quemando su piel. Finalmente se da por vencida y acepta que va a morir, sale de debajo de la cama y se acuesta en el centro de la casa, el calor y las llamas son insoportables. Se queda mirando el techo que era consumido por las llamas, las lágrimas recorren su rostro. De pronto comienza a sentir frío, se le cierran los ojos, y lo último que ve antes de desmayarse es una sombra que se dirigía hacia ella.

    El general elfo miraba impotente al enorme ejército de centauros que lo amenaza, sabe que no tiene oportunidad contra tantos enemigos. Corre lo más rápido que sus piernas le permiten, se fue sin dar la orden de retirada, o sin decir nada a alguno de sus soldados. Los centauros se unen al combate, luchan ferozmente en contra de los elfos.
    Merlín se dirige hacia Nimue con dificultad, la revisa y esta parece seguir conmocionada. El pequeño búho respira lentamente, tiene un ala rota y le faltaba un pedazo del pico. El alquimista se sentía inútil, nuevamente se había comportado como un cobarde y le costó muy caro a Arquímedes. Mira el cadáver del maestre y se pregunta si hay alguna esperanza.
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    20 Marzo 2012
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    Escritor
    Título:
    Los Tres Sabios y Las Tres Espadas.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
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    Palabras:
    2514
    Capítulo 8. Pérdidas y Humillación.


    En el centro de la ciudad, la pequeña Ange parecía estar perdida. Mira en todas las direcciones y solo ve elfos, alquimistas o centauros. Se acerca a un soldado elfo que acababa de matar a una mujer alquimista, le jala la armadura, y este voltea a mirarla.

    —Perdone señor, ¿sabe de que lado está el suroeste? —Le dice sonriendo tiernamente.
    — ¿Qué demonios hace una niña aquí?
    — ¿No sabe?
    El elfo levanta su espada para matarla, ella lo mira a los ojos y este baja la espada, parece estar en algún tipo de trance, sus ojos pierden el brillo y tiene una expresión seria.
    —En esa dirección. —Levanta su mano y señala hacia el suroeste.
    —Gracias.
    El elfo cae muerto. La niña se aleja dando pequeños saltos.
    —Era muy amable, je.

    Merlín y Nimue huyen aprovechando la distracción que crearon los centauros que llegaron a su rescate, corren lo más rápido que pueden, la chica lleva al pequeño Arquímedes que debido al fuerte golpe, aún no recuperaba la conciencia.
    Cuando llevan un buen tramo recorrido notan a alguien inconsciente en el suelo, lo revisan y se dan cuenta que es Morgana, que de alguna forma había llegado hasta ahí. Se la llevaron y se escondieron en el bosque.

    La niña alada llega al lugar al que debía ir, junto a un frondoso árbol en cuya base hay una enorme roca circular, se queda junto a la roca, y comienza a contar mirándose la mano para ayudarse.
    —Uno, dos, tres… ¿que era?… cuatro, sigue um, ah si cinco.
    —Cuales son mis órdenes.
    Una sombra se aparece frete a la niña, totalmente vestido de negro, solo se le ven sus ojos amarillos brillando en medio de una mascara negra.
    —Hola Redslash. —Le dice la niña feliz de verlo.
    El enmascarado espera a que la niña le de sus ordenes, sabe que va a tardar un buen rato antes de que le diga lo que necesita, hubiera preferido que le enviaran a cualquier otro.
    La niña se le queda mirando, el enmascarado se aclara la garganta.
    — ¿Qué pasa? —Pregunta Ange viendo que él no decía nada.
    —Espero mis órdenes. —Contesta impaciente.
    —Es cierto, espera un momento.
    La niña se queda pensando en que tenía que decirle, y comienza a recapitular.
    —Divertirme hasta que escuche una casa en llamas derrumbarse, listo. Ir al suroeste hasta llegar a una piedra redonda, listo. Contar hasta cinco y llega Redslash, listo. ¿Pero que tenía que hacer ahora?

    Diabolik llega tambaleándose, tiene el rostro y manos llenos de sangre, se deja caer junto a Ange.
    —No puedo comer más.
    —Asco. —Le causa repulsión la sangre que trae su hermano encima.
    —Tú me dices… Estoy muy lleno, tú ganas esta vez.
    —Lamento interrumpir su interesante conversación, pero sigo esperando mis órdenes. —Los interrumpe impacientándose aún más el enmascarado.
    —Cierto, tenia algo que ver con diez… No recuerdo. Se va a enojar conmigo. —Se le humedecen los ojos.
    — ¿Sus ordenes, mi señor? —El enmascarado se voltea hacia el árbol.

    El chico se baja del árbol, el niño se incorpora, y Ange se oculta detrás de él.
    —Deja solo diez soldados, no me interesa a quienes.
    —Como ordene.

    Y dicho esto el enmascarado desaparece en la oscuridad de la noche. Se acerca a los niños, Ange está notablemente nerviosa y Diabolik se lame la sangre de los dedos.
    —Lo siento. —La niña está apunto de llorar.
    —No importa. —Pone su mano sobre su cabeza y se calma.
    — ¿Ya nos vamos? —Pregunta el niño que está muy lleno para moverse.
    —Seguro.
    Los tres desaparecen en un parpadeo.

    En la mañana; Nimue se quedó en las afueras de la destruida aldea cuidando a Morgana y al pequeño búho, que aún no recobran la conciencia. Merlín regresa a la aldea, entre más se acerca más puede apreciar los daños, todas las casas están en ruinas, algunas seguían ardiendo, el hedor a carne quemada se percibía a kilómetros; en medio de la aldea, cerca del pozo hay una enorme fogata que se apreciaba desde las afueras, cuando ve lo que están quemando se siente enfermo. El general Cromwell que supervisaba la fogata, se aproxima a él.

    —Lo siento. —Se queda mirando el fuego.
    — ¿Alguien mas sobrevivió?
    —Buscamos pero no encontramos a ningún sobreviviente.
    — ¿Por que los…? —No pudo terminar la oración por la incomodidad de la grotesca escena frente a él.
    —Es más fácil que enterrarlos.

    Merlín nota que en ninguna parte hay marionetas, sabe que no las pueden haber quemado tan rápido, ni pudieron llevárselas todas sin que lo notara.
    — ¿Qué pasó con todas las marionetas?
    —No lo sé, cuando ahuyentamos a los elfos ya no había ninguna.

    Decidió no darle más vueltas al asunto, fue donde estaba Nimue y le dio las noticias, la chica lloró con todas sus fuerzas hasta casi desfallecer.
    Casi a media mañana comenzaron a tallar una lápida colectiva con el nombre de cada uno de sus amigos, vecinos, conocidos y familiares. Terminaron casi al anochecer pero les pareció una eternidad, erigieron la lápida como monumento a todas las victimas en medio del cementerio.
    Pasaron la primera noche en los restos de la aldea. Se sientan frente a una pequeña fogata, no pueden dormir, solo se dedican a observar las llamas en silencio. Morgana despierta, al principio parece confundida, pero al recordar lo ocurrido se altera. Merlín intenta calmarla, pero tanto él como Nimue le temen a la apariencia de la joven. Al final termina calmándose sola.

    El general Aldinger había logrado huir junto con un poco menos de dos mil elfos, se siente humillado. Se dirigen al castillo lo más rápido que sus exhaustos pegasos les permiten.
    En el horizonte se podía apreciar el castillo de los elfos, aceleraron el paso, hasta que frente a ellos aparece una misteriosa figura negra, bastante alto, totalmente vestido de negro, con una larga katana y una mascara negra.
    — ¿Quién eres?
    Al ver que no contesta, el general se enfada, se baja de su pegaso y saca su espada.
    —Veo que quieres morir.

    El enmascarado coloca su mano sobre su katana, y en un segundo desapareció. Los soldados comenzaron a caer de los pegasos, hasta que en menos de un minuto solo quedaron diez elfos con vida. El enmascarado aparece frente a Aldinger, quién de la impresión cae al suelo aterrado.
    —El destructor le envía sus saludos.

    Sopló un fuerte viento y desapareció frente a los ojos del incrédulo general. Los pocos soldados que quedan están aterrados, nadie se atreve a mover ni un músculo, era tan irreal que pensaron que estaban en una pesadilla.
    Cuando finalmente Aldinger llegó al castillo, se dirigió directamente hacia el salón de reuniones; el Káiser y cuatro generales aguardaban ansiosos su reporte. Les contó sobre la espada que estaba en manos de uno de los alquimistas, pero que no tuvo oportunidad de reclamarla debido a la intromisión del ejército centauro y aprovecharon su distracción para atacar.
    Y por último del extraño sujeto que lo atacó en su retirada, y las aterradoras palabras que había pronunciado.
    Los generales comienzan a murmurar entre ellos, no le creen la historia del enmascarado o el cuento del destructor.

    En la torre central, Cherry le daba mantenimiento a su jardín, la luz del sol iluminaba a las plantas. Regaba una enorme flor de casi un metro de diámetro, cuando sintió un frio familiar. Se voltea y ve al chico hablando con una maceta, la misma maceta en la que Galiana había sembrado la semilla que le había dado.

    —Buenos días, sol.
    —Hola pequeño capullo.

    A Cherry le gustaba el juego de los apodos. Ella misma le puso “sol” al chico. Le hacía sentir que tenía una relación especial con él.

    —Hay algo raro en estas plantas. —Señala hacia las macetas en las que había sembrado las cinco semillas.
    —No veo nada inusual, las estás cuidando bien.
    —No, crecieron muy rápido y…
    Hace una pausa, no sabe como explicar lo que presenció la noche anterior.
    —Creo que esas plantas se comieron un insecto.
    —Si, son raras plantas carnívoras del continente de la magia.
    — ¿Son peligrosas?
    —Claro. Crecerán a más de tres metros de altura y comerán carne.
    Pone su mano sobre la planta de Galiana; tiene la forma de una esfera roja con un largo tallo amarillo y espinas. Se abre y muestra unos filosos colmillos. Las otras plantas están un poco más pequeñas y de diferentes colores.
    —No te preocupes, no se atreverían a lastimarte.
    Cherry las observa de cerca, y ninguna se mueve. Acerca su mano a la más pequeña que tiene un color verde claro. Y la acaricia.
    — ¿Lo ves?
    — ¿Por qué me diste plantas carnívoras?
    —Para que te protejan.
    Ella lo mira, sabe a que se refiere, su padre ya había intentado matarla en un par de ocasiones, de no ser por su hermana habría muerto hace mucho.
    Se acerca a él y se sonroja, a pesar de la atmosfera fría que lo acompaña, de cerca irradia un agradable calor.
    — ¿Que…?
    Decide callar lo que iba a decir, no quería complicar su relación con su hermana.
    — ¿Eres feliz con Gali?
    —Mi pequeña flor me hace feliz.
    —Me alegra oír eso.
    Cierra los ojos para contener las lágrimas, cuando los abre, él ya no estaba.
    —Me alegra que seas feliz… con ella. —Cae una lágrima sobre una de las plantas.

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    Personajes:
    Nombre: Redslash
    Edad: ????
    Cabello: ????
    Ojos: Púrpura brillante
    Piel: Roja
    Vestimenta: Traje estilo ninja color negro, con una máscara negra.
    Raza: ????
    Descripción: Es uno de los soldados de "El Chico". Se mueve tan rápido como el viento, poderoso, letal. Usa una katana como arma.
     
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