Los sueños se hacen realidad...

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por Hiroki, 24 Octubre 2012.

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  1.  
    Hiroki

    Hiroki Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    26 Noviembre 2011
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    139
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Los sueños se hacen realidad...
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    919
    Después de mucho tiempo, por fin volvió mi inspiración. ¿Y qué mejor manera de retomar la escritura que con un primer capítulo de un escrito/fic? Aquí les traigo un nuevo fic, de Vocaloid como lo podrán ver. Y bien, comencemos :3.

    Capítulo 1. Sueño Nº1: Pelea en el bosque.

    Una pequeña niña se encontraba aquella y tormentosa noche, en un castillo, esperando a que su hermano, le llevara la comida a la cama. Ella, era la hermana mayor, pero se comportaba como si fuese la menor. Tenía el cabello rubio, ojos azules, tez color carne, y era muy amigable y tierna. Aquella niña se llamaba Rin, y aquél día se encontraba enferma.

    Su hermano, era igual a ella: Cabello rubio, ojos azules y tez color carne. Mismo corte de cabello, y mismas facciones en el rostro… su nombre era Len… Eran casi parecidos, sólo que el género y las actitudes los diferenciaban. Su hermano se encontraba en la cocina, preparando una sopa para ayudar a curar la fiebre de su hermana mayor.

    Mientras tanto, la mayor estaba en su recamara, mirando por la ventana. Estaba lloviendo, y era de noche; una noche muy tormentosa. Caían relámpagos, el viento azotaba los árboles… Y la miquita estaba asustada. Se encontraba recostada en su cama, cuando el menor llegó con el plato de sopa y un poco de jugo servido en un vaso. Len, se sentó a un lado de Rin y comenzó a darle la sopa. Al finalizar su plato de sopa, Len le dio el vaso para tomar el jugo, y ella lo hizo. Dio gracias por la comida, y el miquito se retiró de la habitación, mientras la pequeña se acomodaba en su cama para dormirse, y sumergirse en un profundo sueño.

    Mientras cerraba los ojos, oía una voz decir su nombre… ella no le dio mucha importancia y terminó durmiéndose; pensaba que sólo era su mente. Se sumió en un sueño, dónde se encontraba en un mundo extraño; ajeno al suyo. Llevaba unas prendas de color plateado y rojo, junto con un báculo, con un centro azul, que parecía una bola luminosa. No entendía el por qué de aquél sueño… Pero, quería averiguarlo.

    En ése sueño se encontraba en mundo ajeno, y apareció en un bosque, lleno de árboles, flores y animales. Pero… era extraño lo que veía; estaba destrozado, como si hubiese una pelea en aquél lugar. Corrió durante un tiempo viendo los alrededores de aquél extraño mundo, ¿qué había pasado allí?

    Paró un segundo y oyó una explosión. Luego corrió hacia el lugar de dónde provino la explosión, aquél ruido y vio a su hermano, Len, chocar contra un árbol de espalda. Llevaba una espada consigo, y tenía heridas en su rostro. Lo miró y cayó al suelo muy débil; se asustó. Corrió a revisar cómo estaba su hermano y éste sólo le hizo seña de que se fuera.

    –¡Rin, vete! –gritó y le arrastró de un pie un extraño tentáculo.

    –¡Len, no! –Lo tomó de la mano, y como pudo, hizo que se quedara.

    Un extraño y horrendo monstruo se posó delante de Rin y Len, dispuesto a atacarlos a ambos. Len ya estaba débil, y no tenía fuerzas para defenderse, y Rin no sabía el cómo pelear. Se podía decir que estaban perdidos…

    Mientras tanto, un extraño sujeto de cabello azul, saltaba por de árbol en árbol, para llegar al dichoso lugar dónde ocurría aquella batalla. Llevaba un traje azul oscuro, con un sombrero que le hacía juego; muy elegante. Y en la mano tenía una espada.

    –¡Rin, vete de aquí! –gritó y ordenó Len a Rin para que se fuera.

    –¡No, somos hermanos! –Le respondió y Len la miró sorprendido.

    El monstruo ya los iba a atacar, y lo hizo, pero Rin extrañamente, con el miedo, se cubrió a ella y a Len con un campo mágico, de color amarillo. Pero éste no iba a durar mucho, ya que luego de dos golpes, Rin estaba un poco débil.

    –¡Rin, para, te estás haciendo daño! –ordenó el miquito a su hermana mayor, pero ésta no hizo caso a la orden y siguió protegiéndose a ella y a su hermano a toda costa.

    El golpe que destruiría el campo llegó, y Rin se desmayó. El monstruo iba a acabar con sus rivales, con un golpe final. Pero el sujeto de traje azul que, saltaba por los árboles llegó a tiempo y clavó su espada en el corazón de aquél extraño y horrendo monstruo.

    –Rápido, debemos llevarla al hospital–ordenó el peli azul que había llegado a Len. Éste asintió y cargaron a Rin hacia el mismo…

    Rin despertó asustada e impresionada, de aquél sueño. ¿Cómo podía haber soñado aquello?... Lo más importante… ¡Su hermano!... Se levantó rápidamente de la cama, y corrió en busca de Len. Fue a su habitación y no estaba, también se dirigió a la cocina y tampoco…

    Salió corriendo hasta la entrada del castillo y gritó desesperada el nombre de su hermano. Cayó de rodillas llorando por él, y sollozando su nombre… ¡¿Dónde estaba Len?!...

    Continuará...

    Espero les haya agradado el primer capítulo, nos vemos luego :3
     
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    Hiroki

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    Capítulo 2: Len in the Wonderland.

    La pequeña Rin se encontraba en la entrada de aquél castillo, rogando entre sollozos porque su hermano estuviera bien, y no le hubiese ocurrido nada. La pobre se limitó a entrar de nuevo al castillo y a dirigirse a su habitación.

    Mientras tanto, el joven Kagamine, caminaba por un sendero, que alrededor de él, habían: Flores, árboles y otras plantas; hermosas todas.

    Pero, ¿saben que hay un dicho que dice, que todo no es como parece? Lo mismo iba a pasar en ése sendero. Len siguió caminando, mientras en el bosque, ocurrían pequeños cambios; algunos notables, otros no. Miró varias veces a los lados, ahora veía las rosas y flores, marchitas. Las hojas de los árboles caían rápidamente, y en la cara de Len, se dibujaba una mueca de horror.

    –Falta poco, falta poco. Pronto podrás salvarla –Se repetía a sí mismo, aún asustado.

    El viento amenazaba con soplar fuertemente, y el rubio cada vez tenía más ganas de echar a correr hacia atrás e irse, pero no podía. Tenía que hacer aquello por su hermana. A lo lejos –no tanto de dónde Len se encontraba–, se podía notar una puerta con dos candados. Len, acercándose cada vez más a ella, sacó una llave dorada, y otra roja.

    –El dorado de la luz–murmuró–, y el rojo de la sangre–Con esto último dicho, insertó ambas llaves en los candados y estos, se giraron, abriendo la tétrica puerta.

    –Len–Se mencionó a sí mismo–, bienvenido al País de las Maravillas… –tragó saliva.

    Dio varios pasos, adelantándose. Y la puerta se cerró con su bienvenida. Luego de ello, el miquito comenzó a caminar por un sendero, de color carmesí, dirigiéndose hacia una jaula, dónde se encontraba una dama con un vestido rojo con blanco, y una espada en mano; intentaba salir de la jaula.

    –Puedo preguntar, Meiko, ¿qué haces aquí? –preguntó el rubio a la joven de cabello castaño.

    –Len… –La castaña miró al joven y tiró la espada a un lado– ¡Sácame de aquí! Me tienen encerrada desde hace meses…

    –¿Por eso es que no has estado estos últimos meses, no? –reflexionó y la castaña asintió–… Por otra parte, ¿quién te encerró ahí?

    –Un… sueño, al parecer. –respondió.

    –Sueño, ¿eh? –Preguntó, burlándose–, ¿cómo te ayudo a salir?

    –Hay una llave… en éste bosque hay una llave, que aquél sueño escondió. Pero, ésta está escondida, o mejor dicho, protegida por alguien, y por algo. Sólo si se la quitas a ése algo o alguien, y la traes, podré salir y ser libre–respondió a la pregunta del rubio.

    –Bien… ¿Podrás esperar unos días a que vuelva? –preguntó nuevamente.

    –Sí, esperaré. Pero, por favor, date prisa, ¡no aguanto ya ni un día acá! –gritó desesperada. A lo que el Kagamine se giró, y partió a buscar aquella llave.

    Mientras tanto, Rin se encontraba en el castillo, a punto de dormir una siesta. Se recostó en la cama, y cerró sus ojos para poder soñar. Una vez más, volvió a soñar extrañamente, ¿qué sueño tuvo ésta vez?...

    Len caminaba por el bosque, buscando un artefacto el cual podía abrir algo. Pero algo le detiene, y lo hace pensar, y dudar.

    –¿En serio la liberarás? ¿Para que te mate luego de eso? –preguntó un extraño niño de blanco.

    –Es mi amiga, y estoy seguro de que no cometerá tal acto –respondió simple y eficientemente.

    –Ya yo te he advertido, estoy presente de ello. Alicia no perdonará nunca –rió el niño y desapareció instantáneamente.

    Len se extrañó… ¿Alicia? ¿Quién era ella?, ¿se refería a Meiko Sakine?... No le importaba; debía salvar a Meiko. Luego de un rato, llegó a una parte, dónde se encontró con un extraño ser de azul. Un elfo, y éste le hiso unas preguntas.

    –Si respondes correctamente a todo lo que te pregunte, podrás llevarte la llave –retó el elfo al Kagamine, y éste aceptó.

    Luego de un rato de preguntas y respuestas, el elfo le otorgó la llave al Kagamine. –Te la mereces.

    El miquito sonrió, y se marchó corriendo. Llegó a un lugar dónde había una jaula, al parecer, y abrió ésta con la llave. De ella, una mujer de vestido rojo con blanco, salió y atravesó con su espada al joven rubio…

    Rin se despertó rápidamente, llorando y gritando. Desesperada, se levantó y miró por la ventana. Luego se dirigió a su armario, y comenzó a sacar ropa. Tomó unas prendas y se cambió.

    Luego, salió del castillo, y comenzó a correr por dónde posiblemente había ido a parar su hermano…

    Continuará...
     
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