..::Los que fuimos nosotros::.. (Sesshoumaru y Rin - Lemon)

Re: ..::Los que fuimos nosotros::.. (Sesshoumaru y Rin - Lemon)

Muchas gracias a: Jessy, Paine_666, steffany578, inu_kagome*, Bixy_Rikku, lemonitd, =RiNa=, Corsaria, Daguita, Virvalle, Kari_SakuraI, Kayazarami, kagome_15-50, Sabe y Rebe y MelOnA!!
Con el cap...

Los que fuimos nosotros​

Capítulo 18​

Una semana había pasado desde la ida de Jakotsu. Cuando Rin salía al pasillo y se dirigía a la puerta del departamento de su ex vecino una nostalgia invadía su corazón. Pero ella tenía que estar feliz porque sabía que fue lo mejor para él. Jakotsu se fue a París para convertirse en un gran diseñador, el sueño de su vida. Ella tenía que estar feliz porque su amigo lo debería estar en algún lugar de la famosa ciudad luz.

Como todos los días para ir al colegio, ella pasó por la puerta sin oler el típico aroma a vainilla que llegaba hasta su nariz. Miró la puerta unos segundos y se dirigió al Shikon Gakuen.

En el camino pasó por la florería Midoriko y vio que su novio estaba regando las plantas, pero estaba tan concentrado en aquella acción que ni se percató de la presencia de Rin, entonces ella decidió hacer algo.

Repentinamente, la vista de Sesshoumaru se volvió oscura porque unas suaves manos taparon sus ojos. Una diminuta sonrisa apareció en sus labios. Llevó una de sus manos a las que estaban sobre sus ojos y las apartó lentamente dándose vuelta para ver a su hermosa Rin.

- ¡Hola! – dijo ella con una gran sonrisa.

- Hola – respondió él sin emoción, pero lentamente fue acercando sus labios a los de ella y la besó.

Comenzó como un beso suave, pero continuo siendo uno apasionado. Una pena que tuvo que ser interrumpido.

- Sesshoumaru, cómo vas con las… eeto, perdón, no sabía – se disculpó Totosai mirándolos con sus dos grandes ojos.

- ¿Querés dejar de mirar? – pidió el plateado subiendo su tono de voz y alejándose de Rin

- Bueno, perdón, pero volvé a trabajar rápido – dijo el anciano volviendo al interior del local.

- Nos vemos – y con eso dicho Sesshoumaru desapareció dentro de la tienda.

Rin soltó un suspiro. Cada vez que alguien que él conocía aparecía cuando ellos dos se estaban besando, o abrazando Sesshoumaru, que ya era difícil sacarle alguna emoción, se volvía mucho más frío con ella. Rin odiaba que hiciera eso. Volvió a suspirar y se dirigió al colegio.

_________
En medio de la clase de literatura, cuando Bankotsu estaba leyendo un fragmento de un libro en voz alta, Inuyasha se volteó para darle un papelito a Kagome. De repente, el muchacho sintió que algo fuerte golpeó su cabeza. El borrador, lo que quería decir que se tenía que retirar de la clase.

- Sensei, esta vez no hablé. Le di un papelito a mi chica. ¿Qué usted nunca tuvo una novia? – preguntó Inuyasha con un rostro burlón.

- No le importa, Taisho. Y con respecto al papel, eso delata que usted no estaba prestando atención. Afuera – ordenó el profesor apuntando a la puerta.

- ¿Qué? ¿Su novia lo dejó?¿Por eso está de tan mal humor? – seguía preguntando Inuyasha mientras se ponía de pie.

- ¡Inuyasha! –exclamó Kagome para que parara de decirle esas cosas a Bankotsu.

- Hoy se quedará después de hora, Taisho.

- Keh – el plateado dio un fuerte golpe a la puerta.

Rin se quedó observando todo, sin duda el profesor Bankotsu estaba dolido y por eso estaba más irritable, pero Inuyasha había pasado el límite. Ella suspiró. Típico de ese chico, pero por lo menos él no escondía sus sentimientos hacia su novia cuando alguien que los conocía los miraba. Eso Inuyasha no lo hacia y lamentablemente, Sesshoumaru sí.

_________
Debido a que el negocio de flores se había quedado sin luz, habían cerrado el local dejando a un montón de chicas tristes porque no podrían ver al bello empleado. Cuando Rin pasó por ahí, golpeó la puerta para ver si su novio le abría.

Sesshoumaru estaba muy ocupado prendiendo velas en su cuarto, las que las ponía en su escritorio, cuando escuchó golpes en la puerta del negocio. Cuando salió de su habitación rezó que no fuera una de sus pesadas clientas. Para su suerte era Rin.

- Hola Sesshoumaru, pasé a saludarte – dijo Rin entrando y dirigiéndose al cuarto del joven.

Al llegar allí vio varias velas encendidas. Ella quería imaginarse que las prendió para crear un ambiente romántico y amarse toda la tarde, pero sabía que no tenía luz. De repente sintió las manos de su chico en sus hombros., luego sintió besos en su cuello.

- Sesshoumaru – gimió Rin mientras su cuello era prácticamente devorado por el plateado. Trató de separarse de él y le dio un beso en la boca - ¿Cómo fue tu día? – preguntó sonriendo.

- Común – habló y besó a la pelinegra.

Su beso comenzó a ser más y más profundo y lentamente la fue dirigiendo a la cama. Ella se acostó sobre ésta con el peso de Sesshoumaru encima del de ella y pasó sus brazos por la espalda de éste y lo siguió besando.

- Te amo – murmuró Rin en un momento.

Sesshoumaru paró de besarla y la miró. Rin pudo ver que en los ojos dorados frente a ella sentían lo mismo, pero quería escucharlo, quería escucharlo una vez más ya que la primera y única vez que lo escuchó fue en una horrible situación.

Flash back

- Sesshoumaru, ¿Qué te pasa? – Preguntó la pelinegra muy asustada y con lágrimas en los ojos.

- ¿Qué me pasa? ¡A vos qué te pasa, puta! – Gritó y le pegó una cachetada - ¡Ahora estás con tu profesor! – Le seguía gritando mientras sostenía las muñecas que estaban pegadas a la cama, al igual que la indefensa chica – Yo te amo y vos me engañás… ¡Sos una puta! ¡Me mentiste al igual que ella! – Gruño volviéndole a pegar una cachetada.

Fin del flash back

Cuando Rin volvió en sí ya no tenía más su remera y su pollera estaba por desaparecer.

- Sesshoumaru, te amo – volvió a decir y nuevamente recibió un beso por parte de su hombre.

Rin vio que ese día no era el indicado para sacarle un “te amo” a Sesshoumaru y se dejó llevar por el deseo que sentía de unirse nuevamente a él.

_________
El sol brillaba y un nuevo día comenzaba. Afortunadamente, era sábado y Rin salía con Kagome. La negriazulina la pasó a buscar por su casa y juntas fueron a tomar algo por algún lugar de la gran ciudad de Tokio.

- ¿Y? ¿Cómo van las cosas con Sesshoumaru? – preguntó Kagome mientras tomaba un té helado sentada en el banco de una plaza.

- Bien – respondió Rin también tomando un té.

- ¿Bien? Lo decís de una manera que no se nota que estén bien las cosas.

- Sí. Lo que pasa es que creo que en realidad las cosas están bien, pero yo quiero algo más – dijo Rin y miró a su amiga.

- ¿Cómo? No te entiendo. ¿Están bien o no?

- Sesshoumaru no es muy demostrativo verbalmente. Yo sé que en realidad vale más una acción que el simple hecho de decir que una va a hacer algo, pero de vez en cuando escuchar que te aman no está mal.

- Ah, ya entiendo. Sesshoumaru no te dice la famosa palabra de dos letras, ¿no? – preguntó Kagome acercándose más a la pelinegra.

- Exacto – contestó Rin y tomó un sorbo de su bebida -. Hay cosas que yo puedo pasar por alto por más que no me agraden de él, porque lo amo mucho, pero me gustaría que me diga esas palabras.

- Hablalo – sugirió Kagome con simpleza.

- Como si fuera fácil entablar una conversación – suspiró Rin – Pero supongo que voy a tener que hacerlo.

- ¡Ay! ¡Cambiando de tema Rin! El viernes es mi aniversario con Inuyasha, cumplimos cinco meses – comentaba Kagome entusiasmada – y Vamos a ir a un restaurante y después iremos a un hotel del amor – hablaba cada vez agudizando su voz de la emoción.

- ¡Qué bueno! – exclamó Rin.

- ¡Ya lo creo!

Las jóvenes siguieron hablando de los defectos y virtudes que tenían sus novios y luego hablaron del colegio, de lo que harían al terminarlo y de esos rumores de alumnos que recorren el colegio entero y cada vez que son pasados entre más y más gente se deforma lo que ocurrió en realidad.

Cuando ya estaba anocheciendo, las dos jóvenes se separaron. Una para ir a la enorme mansión donde vivía su novio y la otra para ir al pequeño cuarto donde vivía su novio.

En el camino hacia la floreria, Rin pensó que ella jamás festejo su primer mes, o su segundo, o tercero con Sesshoumaru. Ella no lo ofrecería porque sabía que él no era de ese tipo, pero estaba bien ya que le agradaba más la idea de sus aniversarios pasarlos junto a él sin decirse feliz nada, pero por lo menos con la compañía de él. Es decir pasarlo como otro día más.

Al llegar, tocó la puerta y rápidamente se abrió, Rin sonrió porque sabía que eso significaba que Sesshoumaru la estaba esperando.

- Te tardaste – dijo él acercándose a darle un beso.

El beso fue uno corto, pero él continuo dándole pequeños besos en su mejilla mientras con sus brazos la apretaba contra él, luego se separó y comenzó a caminar hacia su habitación.

- Me quedé hablando mucho tiempo con Kagome, perdón – dijo ella rascándose la nuca.

Él no respondió siguió de largo hasta su cuarto. Ella le dijo que iba en unos minutos, que antes quería ver las flores. Sesshoumaru asintió con la cabeza ante lo dicho por ella.

A Rin le encantaba recorrer los pasillos de la gran floreria vacía, cuando no había el barullo de la clientela. De repente, se prendieron todas las luces. Rin sonrió, ese había sido Sesshoumaru. Él sabía que con una o dos luces débiles que quedaban a al noche en el local no se podía admirar nada.

Era un mundo todo lleno de colores distintos, rojos, violetas, amarillos, hasta tornasolados. Por eso Rin amaba las flores, porque estaban tan llenas de vida y sus colores le irradiaban energía. Rin comenzó a caminar para atrás viendo cada una de las flores de los estantes hasta que se chocó con algo, ese algo era Sesshoumaru que estaba viendo atentamente una flor.

- ¿Por qué mirás tanto a un lirio? – preguntó Rin curiosamente.

- Porque me gusta todo lo contrario a mí.

- Ah, porque el lirio significa pureza. Claro, nada que vos seas – habló Rin burlonamente.

- Ya sé que no lo soy – suspiró Sesshoumaru – Pero… siento algo muy fuerte por alguien que si lo es.

- ¿Cómo? ¡Qué me querés decir! – preguntó como demandante Rin.

- ¿Por qué ponés esa cara? – preguntó él levantando una ceja.

- ¡¿Qué por qué la pongo?! ¡Por qué me estás diciendo que sentías algo muy fuerte por alguien que sí lo es! ¡Te gusta otra… - un dedo de Sesshoumaru se acercó a la boca de Rin como para que hiciera silencio.

El plateado estaba de perfil y con los ojos cerrados, los abrió y giro su rostro para Rin. Su mirada parecía fría, pero había una pequeña llama de calor que iba hacia Rin.

- Qué tonta que sos.

- ¿Eh?

- Cuando veo el lirio me acuerdo de vos. ¿Vos creés que estoy enamorado de otra mujer? – sonrió engreídamente Sesshoumaru - ¿Qué te pasa? – preguntó al ver que la boca de Rin estaba abierta en forma de “O”

- ¡Jamás sostuviste tanto una sonrisa! – junto sus manos la pelinegra de la alegría.

Sesshoumaru volvió a levantar su ceja y luego soltó un suspiro y se dirigió a u cuarto. Cuando vio que Rin estaba yendo también, se quedó en la puerta y cerró cuando ella entró.

- ¿Y? ¿Tu fin de semana?

- Con mucha clientela, lamentablemente. Pero afortunadamente no sólo de mujeres.

- ¿Qué? ¿Ahora vienen gays? – preguntó Rin asombrada.

- No – Sesshoumaru la miró de reojo – Significa que nos está yendo bien más allá de mí. Eso es bueno.

- ¡Me alegro! ¡Hoy yo la pasé muy bien con Kagome! ¡No sabés lo que me enteré! ¡Yura estuvo con el profesor de biología! ¡Jamás me lo hubiera imaginado!

- ¿Jamás? Esa chica es una zorra – comentó el plateado acostándose en la cama.

- Sí, tenés razón… eeto… ¿Sesshoumaru?

- ¿Qué?

- Vos me amás, ¿verdad?

Sesshoumaru apoyó su peso en los codos y levantó su rostro para poder ver a Rin tirado en la cama.

- ¿Y esa pregunta? – preguntó él con una ceja levantada.

- Yo te amo.

- Yo también - y se volvió a tirar e la cama.

Rin fue arriba suyo, se sentó sobre él y lo miró directamente a los ojos.

- Yo sé que me amás, pero por lo menos… ¿podrías decirme eso?

- ¿Eso?

- “Te amo”

Sesshoumaru le sostuvo la mirada y luego la corrió. Comenzó a parpadear y quiso decir algo, pero era como si tuviese la garganta seca.

- Yo sé que me lo podés decir. Una vez me lo dijiste, no muy linda por cierto – comentó Rin recostándose en el pecho de Sesshoumaru.

- Esa vez estaba sacado y no pensaba lo que decía – habló él mientras acariciaba su pelo.

- ¿Entonces vos no me amás? – preguntó ella levantando su rostro del pecho de él y acomodándose de tal manera para quedar cerca de la cara de Sesshoumaru.

- No, no es eso lo que quise decir. Yo sí, sí…

- ¿Y por qué no me lo podés decir ahora? – preguntó Ron con lágrimas en los ojos.

- Por favor, no llores – Sesshoumaru acercó una mano hasta la húmeda mejilla de Rin y la secó - A mí me cuesta mucho decir eso. Esa vez lo dije de puro milagro.

- Pero a mí me gustaría escucharlo una vez más. Hace un esfuerzo.

- Rin, por favor, entende, yo, yo… - un beso de la muchacha le impidió hablar.

- Esta bien, creo que no te tengo que presionar – habló Rin separándose de los labios de él.

- ¿Tenés tu muñequita acá? – preguntó Sesshoumaru mientras acariciaba las mejillas de su novia.

- Siempre la tengo conmigo – dijo ella separándose de él y yendo a buscar su mochila - ¡Charán!

Sesshoumaru agarró al suyo del escritorio y se sentó.

- Había un muñequito que se enamoró perdidamente de una muñequita muy linda e inocente… - comenzó a relatar Sesshoumaru hasta que escuchó la risa de Rin - ¿De que te reís?

- Perdón, perdón, seguí por favor – trató de contenerse Rin tapando su boca con una mano.

- Ese muñequito un día se le confesó silenciosamente dándole un tulipán rosa al que ella aceptó y desde ese entonces se volvieron novios. Una noche, cuando los dos estaban en un pequeño cuarto, el muñequito le dijo: “te amo” y espero ver que le decía la muñequita.

- La muñequita le respondió: “yo también te amo” – y Rin acercó su muñeca al de Sesshoumaru y beso el muñeco de él.

- La historia era medio mala, pero bueno, nunca me gustó inventar historias – comentó Sesshoumaru mientras su muñequito le devolvía el beso a la muñequita de Rin.

- Gracias. Sos lo mejor que me pudo pasar – dijo Rin tirándose con los brazos extendidos a Sesshoumaru.

Nuevamente ella quedó arriba de él. Los dos refregaron sus narices dándose un beso esquimal. Luego, ella besó una mejilla de él y el plateado le devolvió el beso en una de ella. Lentamente sus labios se rozaron y terminaron en un beso.

Ellos se apretaban mutuamente los labios y en un instante la lengua de Sesshoumaru pidió entrada en la boca de Rin y ella se lo brindó. Sus lenguas comenzaron a masajearse entre sí y Sesshoumaru aprovechó este momento para dejar a Rin debajo de él.

Sus labios se separaron y se miraron mutuamente a los ojos. Rin estaba completamente sonrojada y esto hizo que Sesshoumaru la viera muy hermosa y enseguida estrelló su boca contra la de ella.

Se volvieron a separar cuando quedaron sin aire y Rin sonrió, pero lo que le sorprendió fue ver cuando Sesshoumaru sonrió sinceramente. Estaba tan hermoso.

- ¡Sesshoumaru! – y pasó sus brazos por la nuca de él.

- No me gusta verte llorar, Rin – dijo él hundiendo su rostro en el cuello de ella.

- Pero es que soy tan feliz - habló emocionada.

- Rin

- ¿Qué?

- …

- ¿Qué pasa?

- … Te amo.

Ese fue el cap 18, espero que les haya gustado...Pido perdón por haber tardado tanto!! Lo que pasa es que empecé la universidad (mi primer año!!) y bueno, quiero que me vaya medianamente bien, para lo cual tengo que leer y estudiar mucho!!
Espero no tardar mucho para el próximo cap.. haré un intento!!

Besos, Haru-hime

 

Re: ..::Los que fuimos nosotros::.. (Sesshoumaru y Rin - Lemon)

Gracias: virvalle, steffany578, Jessy, MelOnA, inu_*kagome*, Bixy_Rikku, Kagome_15-50 (gracias por abrirme mi pag 10), Paine_666, lemonitd, DRAKRKER, Daguita!!
Sí!! el cap 19!! y el final se acerca

Los que fuimos nosotros​

Capítulo 19​

Las hojas caían de los árboles. Éstas eran de un color amarillo y anaranjado y caían sobre unos adolescentes que hablaban en el patio del Shikon Gakuen en el lugar habitual donde charlaban. Uno de ellos suspiró profundamente.

- Ahh, chicas quiero que se termine ya el colegio. Estoy exhausto – dijo Inuyasha lánguidamente acostándose en las piernas de Kagome.

- Sí, eso decís ahora, pero vas a extrañarla cuando la terminemos – respondió la negriazulina acariciando el flequillo de su novio.

- Yo la verdad ya quiero terminar – comentó Rin que abrazaba sus piernas y miraba el cielo azul -. Tengo unas ganas de empezar la universidad.

- Claro, la alumna 10 – habló el plateado burlonamente.

- Inuyasha, no la molestes. No es su culpa que vos seas un bruto – dijo Kagome pellizcándole una mejilla y enseguida recibió un grito de respuesta.

Rin se río bastante ante la escena frente a ella. Sin duda Kagome e Inuyasha eran una hermosa pareja. Luego, desvió la vista de ellos, miró el cielo azul y pensó en su amado Sesshoumaru, qué feliz que era con él. Ya quería que terminase el día escolar para poder ir a verlo a él.

_________

Sesshoumaru estaba irritado. Unas muchachas fueron a comprar un par de ramos de flores y antes de irse del local le pidieron sacarse una foto con él. Qué horror que fue hacer aquello. Obviamente que salió, en la foto que tomó el celular, con su típica cara inexpresiva aunque en su interior tenía ganas de romper ese celular.

De repente, una risita lo interrumpió de sus pensamientos. Se dio vuelta y allí estaba Rin con su típica sonrisa dibujada en el rostro, sin embargo, también estaba algo colorada debido a que no paraba de reírse.

- ¿De qué te reís? – preguntó Sesshoumaru seriamente dejando de hacer lo que estaba haciendo.

- Totosai-san me comentó lo de la foto – se reía tapándose la boca - ¡Perdón, es que me pareció muy gracioso!

Sesshoumaru no respondió, tan sólo se limitó a seguir lo que estaba haciendo antes de que su novia llegase. Pero de repente, sintió una mano sobre la suya, giró y los labios de Rin se juntaron con los de él.

Sesshoumaru respondió al beso inmediatamente y lo profundizó, acercando a Rin a él con sus manos. Sin embargo, en cierto momento sintió una luz que apareció tan sólo en segundos. Es así que abrió los ojos y miró para la dirección de donde provenía aquel destello. Sus ojos se tornaron más fríos y se encontraron para su desgracia con su medio hermano con una celular en la mano y riéndose picadamente.
- ¡Qué hermosa foto que saqué! – se reía mostrando los dientes y burlonamente.

- ¡Inuyasha! – exclamó Kagome algo enojada - ¿Cómo pudiste hacer eso? – cuando le sacó el celular de su mano lo miró y sus ojos azul grisáceos se abrieron-. Pero en verdad salieron lindos.

- Se puede saber que hacés en el negocio – preguntó Sesshoumaru con un tono para nada amigable.

- Quería molestarte y decirte que papá quiere que reconsideres volver a su empresa y a la universidad – dijo Inuyasha mientras bostezaba.

- ¿Sos el mensajero? – preguntó el mayor de los hermanos con una ceja levantada.

- ¡Vas a ver! ¿A quién llamás mensajero? – exclamó el menor arremangándose su camisa de cuello alto y dispuesto a pegarle a Sesshoumaru.

- Ese tipo ya sabe perfectamente que yo no quiero volver a esos lugares – habló Sesshoumaru fríamente y decidió retirarse a su cuarto.

- ¡Idiota! ¡Es imposible que puedas vivir toda tu vida con lo mínimo indispensable! – gritó Inuyasha tratando de hacer a su medio hermano entrar en razón.

Rin tan sólo se quedó mirando la discusión y decidió dirigirse a donde se encontraba en se momento su novio despidiéndose de Kagome mientras ella trataba de controlar a Inuyasha.

Sesshoumaru estaba acostado en su cama mirando el techo blanco que mostraba cierta suciedad. Sin duda no se comparaba al techo perfectamente pintado y mantenido de su ex casa. Pero a él no le importaba o quería creer que eso no le importaba. Él había tomado una decisión de vivir la vida contrariamente a lo que hacía el común de la sociedad.

El ruido de la puerta lo distrajo de su pensamiento.

- ¿Qué querés? – preguntó desganado.

- Estar con vos – habló Rin dulcemente y se sentó en la cama.

Sesshoumaru le hizo un lugar y ella se acostó junto a él. Los dos estaban de perfil admirándose sus rostros. Rin acercó una mano al de su novio.

- Parece que estás decido a mantenerte así toda tu vida – comentó ella acariciando una mejilla.

- ¿Tiene algo de malo?

- No, creo. Mientras estés cómodo – dijo ella sonriéndole. Sin embargo en esa sonrisa había algo de tristeza ya que esa no era la vida que ella quería. Ella quería una hermosa familia, un exitoso trabajo. ¿Por qué tenía que amarlo a él?

Sesshoumaru tomó la mano de Rin que estaba sobre su cachete y la besó tiernamente y luego miró a sus ojos dulces con sus ojos fríos. ¿Cómo podía una chica como ella haberse fijado en él? Bueno, eso ya no importaba, lo único que importaba es que se tenían el uno para el otro.

- Espero que en ese futuro humilde vos estés conmigo – habló él y volvió a besar su mano.

Rin no respondió. Tan sólo se acurrucó en su pecho y cerró los ojos. Cuando estaba con Sesshoumaru ya no quería pensar en el mañana, ya no quería pensar en terminar la secundaria. Deseaba que el tiempo se parase allí. Sus miradas para el futuro eran muy diferentes.

________

El fin de semana llegó y Rin miraba impacientemente su reloj.

- ¿Dónde estará? – pensaba mientras miraba para todos lados -. Él siempre llega antes que yo…

En eso, alguien le toca el hombro gentilmente. Ella se dio vuelta y se encontró con un bello ramo de rosas. ¡Era la primera vez que él le compraba rosas!

- ¡Muchas gracias! – sonrió ella al recibir las flores.

- Vamos que sino la película va a empezar – habló Sesshoumaru mirándola con su típica expresión fría.

Rin se limitó a sonreír, tomó la mano de Sesshoumaru y juntos se dirigieron al cine a disfrutar de una buena película.

- Qué película tan mala – comentó Sesshoumaru cuando salió del cine.

- La verdad… - concordó Rin -. Sin embargo me gustó la parte del beso.

- ¿El beso? ¿Cuándo ella lo besa a él y le arranca la lengua? – preguntó Sesshoumaru alzando una ceja.

- ¡No! – río Rin volviéndolo a tomar de la mano –. La parte en que vos me besaste.

Al decir aquello, la adolescente recibió otro tierno beso por parte del joven hombre.

Luego del cine, la pareja se dirigió a la casa de Rin ya que cenarían allí.

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Un hombre de largo cabello negro, atado a una trenza estaba sentado en el sofá de su casa mientras hablaba por teléfono.

- ¿Qué hiciste qué? – exclamó Bankotsu sorprendido.

- Tranquilo, Ban-chan. No tiene nada malo. Sólo lo hice porque me pareció que ella tendría un futuro – explicó una voz un tanto afeminada a través del teléfono.

- Pero, ella quería a ir a la Universidad de Tokio.

- ¡Ya lo sé! Pero Rin-chan me dijo que su sueño era convertirse en una exitosa antropóloga. Ella siempre buscó lo mejor de lo mejor. Por esa razón entró por lo menos en el último año al Shikon Gakuen, la mejor academia de todo Japón.

- ¿Y entonces?

- Entonces, si ella busca lo mejor, es obvio que aceptará ir a una de las universidades más prestigiosas de Inglaterra, a Cambridge – explicó Jakotsu mientras miraba la planilla de notas que había fotocopiado de la de Rin.

_________

Cuando Rin y Sesshoumaru llegaron a la casa de la muchacha, él la tomó en sus brazos al estilo nupcial y enseguida la tiró al sillón alargado que había en el comedor-cocina.

- ¿Lo vamos a hacer acá? – preguntó Rin mirándolo extrañada.

Él no respondió, tan sólo la besó apasionadamente. En cierto momento, cuando sus labios se separaron, Rin bajó su vista y vio que cerca de la puerta había una carta. Es así que interrumpió el momento romántico que estaban teniendo él y ella y se dirigió a buscarla emocionadamente, pensando que era una carta de su madre. Pero no lo era.

Rin rápidamente abrió el sobre y comenzó a leer la carta con ojos llenos de asombro. Sesshoumaru se dio cuenta que a su novia le ocurría algo y es por eso que se acercó, pero al acercarse Rin bajó la carta y lo miró fijamente a los ojos.

- ¿Qué pasa? – preguntó Sesshoumaru.

- Es una carta desde Cambridge… quieren que asista a su universidad – habló Rin que no sabia si saltar de la alegría o ponerse a llorar.

- Cambridge… Inglaterra – murmuró Sesshoumaru mirándola con ojos sombríos.

- Cambridge es una universidad muy prestigiosa y supera a la de Tokio en el nivel académico - explicaba Rin con la voz temblorosa.

- Pero tu sueño era ir a la de Tokio – dijo el plateado con firmeza.
- Lo sé… lo que pasa es que jamás creí alguna vez estar a nivel de lo que quieren en Cambridge, pero ahora veo que lo estoy… - hablo la pelinegra mirando la carta nuevamente -. Mi sueño es tener la mejor educación, la mejor preparación para ser una exitosa antropóloga, hacer investigaciones.

Sesshoumaru captó enseguida todo.

- Vos querés irte a estudiar a Cambridge, ¿verdad?

Continuara...​

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Bueno.... perdón por terminar el cap ahí!! es obvio que me quieren matar, no??
Espero no tardar mucho para el próximo.. pero presiento que mis profes me van a dar mucho para leer.. así que veré que puedo hacer.

Besos, Haru-hime