Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Bueno y como no podía dejar a Bunta sin una historia de amor aquí dejo un capítulo sólo para él...Ojalá les guste​

[[Episodio 12]]​

La verdadera verdad​

La mayoría de los allí presentes en aquella fiesta de alumnos del Rikkaidai, disfrutaban de ésta maravillosa fiesta que para algunos sí lo era, para otros no. Hanna si que estaba disfrutando la noche, o eso parecía y ni que decir de Sanada, estaban juntos deleitando aquella exquisita noche afuera en el las canchas de tenis. Masaharu pertenecía a la parte de la estadística que como dijo [[Yanagi Renji]] en el 47,54% de los que no estaban disfrutando del baile. Al igual que [[May]] que buscaba con ojos fieros a esos dos que se habían desaparecido de allí y perteneciente a esa misma estadística se encontraba Akaya Kirihara que no entendía el por qué May se encontraba enamorada de Yukimura-buchou si él era mejor. Una cosa que aseguró Yanagi Renji y que era muy cierta era que [[Marui Bunta]] y [[Megumi]] Tomoya no estaban disfrutando la fiesta en un 99.99%.
Megumi Tomoya se hartó de estar allí en esa fiesta a la cual nunca debió haber acudido y ver como esa Nanami se le insinuaba a su Maru-chan. Caminó distraída hacia la salida sin despedirse de nadie, no quería ser el hazme reír de la fiesta mientras veían a Bunta bailar con esa Nanami.
— ¡[[Megu]]-chan! — llamó alcanzándola decidido — Tenemos que hablar — ella lo miró enojada.
— No creo que deberías dejar así a Nanami o como se llame — comentó ella sin interés en él.
— No me importa, vamos a hablar ahora — dijo él tomándola de la mano y obligándola a marcharse con él a regañadientes. Después de todo sí tenía que hacerlo, hablar claro con él. Se sentaron bajo el gran árbol de cerezos del Rikkaidai, sí, en ese enorme árbol donde muchas veces Gris había escrito en ese cuaderno varias cosas.
— Está bien.
— ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué te has alejado de mí así, de esa manera? No logro entenderlo — preguntó él intrigado, la tomó de las manos para que le hable claro. Ella lo miró un buen tiempo recordando el por qué se encontraba así.

««««««««Flash Back««««««««​

Megumi Tomoya y Marui Bunta eran la pareja más adorable de Rikkai Dai y siempre Hanna, Gris y hasta algunos de sus compañeros de equipo como el capitán Yukimura y Jackal se los habían dicho. Y es que sencillamente estaban todo el tiempo juntos. Megumi iba a los entrenamientos de Marui y luego se iban caminando juntos y Bunta iba a la casa de ella para que ella le prepare uno de esos pastelillos que tanto le encantaba y sobre todo si ella los preparaba. ¡Ah! Y lo más importante ella cocinaba muy bien. Eso conquistó Especialmente el estómago de Bunta.
— Megu-chan — llamó una rubia que traía una amplia sonrisa mientras se sentaba sobre la carpeta de Megumi. Megumi levantó la vista.
— ¿Sí? — preguntó con la ceja levantada.
— Eres la novia de Bunta-kun ¿No? — preguntó ella sin perder su desagradable sonrisa.
— Sí — aseguró ella, no le gustaba aquella muchacha le daba mala espina.
— ¿Y como vas con él? — Megumi se sorprendió ante la pregunta — Creo que deberías cuidarlo más y no confiar en él — empezaba a botar su veneno aquella muchacha rubia.
— ¿Por? — cuestionó Megumi intrigada levantando las cejas. Pero jamás perdió sus monosílabos.
— Pues se me ha estado insinuando durante la práctica de tenis — dijo ella susurrándole en el oído — Y ¿Sabes cuál fue la mejor parte?... Cuando nos besamos, creo que él sabe besar y muy bien, tu novio besa bastante bien — terminó y se levantó de allí — Y me olvidaba, aún tengo el chicle que me regaló. — la rubia se retiró feliz luego de haber inyectado todo su veneno en la pelirrosa.
— ¿Qué?
— Hola Megucha — era la voz de Hanna Mei, su mejor amiga — ¿Sucedió algo? — preguntó curiosa al ver a su amiga en cualquier otra parte menos en tierra.
— “¿Qué? ¿Maru-chan la ha besado y encima le regaló un chicle?” — pensó — Nada — respondió. Pero justo llegó Masaharu para molestar a Hanna, así que eso no le dio tiempo a Hanna para indagar más.
…¿Sabes cuál fue la mejor parte? Cuando nos besamos, creo que él sabe besar y muy bien, tu novio besa bastante bien… Esas palabras retumbaban en su cabeza, y la estaban perturbando. Amaba a Bunta, tenían una relación de unos seis meses y todo iba genial, ¿Qué había cambiado para que él la dejara de amar? ¿Qué?... “Deja de pensar en eso, no me lo creo” sacudió su cabeza intentando olvidar lo que había dicho esa tal Nanami.
— Megu-chan, vámonos, tengo algo para ti — llegó Bunta con una ligera sonrisa acercándose para darle un beso en la frente.
— Sí — dijo ella. Caminaron en silencio. Bunta la miraba extrañado. “¿Le habrá pasado algo?” pensó. Decidió abrazarla.
— Megu-chan, ¿Quieres un chicle? — preguntó él.
— No — dijo ella secamente. Ella jamás le había rechazado un chicle, ¡jamás! Algo le pasaba, estaba seguro de eso.
— ¿Pasó algo? — quiso saber él deteniéndose de golpe.
— No — volvía a contestar en monosílabos sin detenerse.
— Bien, entonces deja de tratarme así tan fría — se quejó él alcanzándola.
— Sólo quiero estar en mi casa. ¡Adiós! — dijo ella marchándose y dejándolo allí plantado.
Caminó hasta llegar a su casa y se tiró en su cama. Tenía mucho en qué pensar. Bunta no le pudo haber hecho eso, y con esa que tenía pinta de zorra. Tenía que recurrir mejor a su gran amiga Hanna, pero eso sería excelente al día siguiente.
— Megucha, si estás tan preocupada, ¿Por qué no vas y le preguntas?... ¿quieres que yo le pregunte?
— ¡No! — gritó llamando la atención de varias personas que estaban cerca del árbol en donde ellas se encontraban — Gracias. “Estúpido tenis, estúpido Bunta, estúpida zorra, estúpido libro, estúpido ordenador…”
— Megucha — la llamó Hanna zarandeándola suavemente — Megucha… “Esto si se ve muy mal, muy mal” ¡Megumi! — gritó para que su amiga al fin le prestara atención. — Te buscan — y allí estaba el pelirrojo demasiado adorable, vestido con su uniforme de titular del Rikkaidai.
— Hola Megu-chan — se acercó a ella para besarla, ella lo esquivó fingiendo abrir su mochila.
— …— no pudo decir nada al ver como ella, su novia, le daba la espalda para hablar con Hanna. — ¿Qué es lo que pasa? — se acercó pero ella se levantó para evadirlo.
— Nada — respondió sin mirarlo. Tomó su mochila. — Hoy me quedaré en biblioteca, así que no me…
— Hola Bunta-kun, ¿Ya estás listo para el entrenamiento de hoy? — se acercó la rubia con una radiante sonrisa.
— Sí Nanami, nos vemos Megu-chan — dijo él saliendo de allí junto a Nanami. Megumi se quedó allí pasmada mientras secaba unas lágrimas que caían. No iba a llorar por él, no, nada de eso.
— Megucha, no deberías ignorarlo, habla con él — le aconsejó Hanna. Sabía que ella tenía razón, total era la sabelotodo del Rikkaidai. — Todos sabemos que él te quiere mucho, además él te escogió a ti e ignoró a todas esas tipas que andan tras él babeando — empezó Hanna a recordarle — Incluso a [[Akutagawa Jirou]].
— Hablaré con él — dijo ella recordando esos seis meses donde él le había demostrado que en verdad la quería. Su amiga tenía toda la razón.

««««««««Flash Back««««««««​

— ¿Es verdad que te besaste con Nanami? — preguntó ella agachando la cabeza y hablando cabizbaja. Bunta por fin comprendió todo aquello.
— ¿Ella te dijo eso? — preguntó él levantando su mentón para que la mirara a los ojos — Megu-chan, no debes creerle, deberías saber que yo nunca te dejaría por ella, jamás me he besado con ella, además yo te a…
— No te creo
— ¿Dime qué hago para que me creas?... ¿Quieres que me arrodille y te diga que no es verdad?, entonces lo hago — él se arrodilló frente a ella. Megumi lo miró extrañada — ¿Quieres que le grite a todo el mundo que te amo? Bien, lo hago.
— No.
— Entonces ¿Qué quieres? Dime… ¿Quieres que deje el tenis? Juro que por ti lo hago. — dijo él acercándose más a ella. Megumi dejaba correr unas lágrimas sintiéndose estúpida por desconfiar de él —… Ella es sólo una conocida, si quieres la ignoro, no le hablo más, yo sé que ella siente algo por mí, por eso te ha estado diciendo esas cosas para que no confíes en mi, te ha estado mintiendo. ¿Crees que yo la besaría sabiendo que con eso te perdería? Te amo demasiado como para dejarte por ella, Te amo Megumi.
— Lo-lo siento — susurró ella. Era la primera vez que él le decía que la amaba y no hubiera querido que fuera de esa manera ella agachó la cabeza llevándose las manos a la cara. Él esbozó una sonrisa y la abrazó. Ella le correspondió el abrazo.
— No te disculpes. Dime, ¿Por qué le creíste?
— Creo que tuve miedo de que no me quieras y que la prefieras a ella porque es más bonita, además tú puedes andar con cualquier chica…
— Pero ¿Qué dices? La chica más hermosa es la que tengo y es a la que quiero, porque no es cualquier chica y ¿sabes una cosa? No fue nada fácil encontrarla — se acercó más a ella — Te amo Megu-chan — dijo finalmente él cortando toda aquella estúpida distancia que la alejaba de él para besarla como ella se lo merecía, con mucho amor, intensificando el beso, besándola como a ella le gustaba porque simplemente la amaba más que a cualquier cosa y sobre todo si le preparaba esos pastelillos que tanto le encantaban.
— Yo también Te amo — dijo ella cuando tuvieron que cortar ese beso, pero aún sintiéndose cerca, respirando el aliento de cada uno.
— Ahora quiero que me prepares un pastelillo de cerezas.

†KaTh GrIs†​

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Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Ya sabes Nyumi hoy me vino lo romántico
jajaxD solo por ustedes y para ustedes
que les gusta lo romántico jijiji
y en fin,...........
Mañana algo romántico o bueno no tanto
pero tiene que ver con Sanada
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Bueno aquí el otro capítulo jijixD, espero que les guste así como a mi....​

[[Episodio 14]]​

Una triste realidad…​

¿Quién ganará la apuesta?​

La noche se veía muy hermosa para Sanada y mucho más cuando se encontraba junto a Hanna. Ella no sabía por qué sentía frío en una noche tan calurosa; sus manos temblaban, sus labios se secaban. Observó la soledad del lugar que normalmente estaba habitado por tenistas del Rikkaidai que reían y charlaban mientras ella, como siempre, se encerraba en un libro para huir de la triste realidad de su vacío existencial y después de todo a observar a aquellos practicar su tenis, sí, desde lejos lo observaba cuando aún no conocía la profundidad de los pensamientos humanos y lo destructivos que podían llegar a ser. Hubiera querido escuchar uno en aquellos momentos. Así se sentía al estar cerca de Sanada porque sentía que lo destruía al estar cerca. ¿Por qué se empeñaba en darle esperanzas cuando ella sabía muy bien que su corazón le pertenecía a otro? Se odiaba por ser así, no quería hacerlo sufrir, se sentía de lo peor, por ser una maldita egoísta, todo por darle celos a un completo imbécil que tenía un perfecto abdomen y un porte que ponía a babear a cualquier muchacha común del Rikkaidai. Pero ella no era común ¿Por qué tenía que enamorarse del chico equivocado?


— Lo siento Sanada, no puedo estar aquí contigo — Hanna hizo lo que creyó correcto hacer, lo miró un buen rato a los ojos antes de salir de allí a toda prisa. Sanada al fin comprendió todo. Hanna no estaba enamorada de él y todo por su estúpida culpa, ella le había interesado en verdad pero por culpa de su estúpido orgullo y seriedad, la fue alejando de él y comprendió por fin que el corazón de Hanna le pertenecía a Masaharu Nioh. Su tristeza no se expresó en su rostro frío más su alma se partió en mil pedazos, ahora tendría que vivir con ello. Su idiotez la pagó caro. Tenía intensiones de salir corriendo y detenerla, decirle que la amaba, que le diera una oportunidad, pero sus esperanzas se vieron arruinadas por el recuerdo de la mirada de Hanna. Una lágrima perdida rodó por su rostro impaciente.

*+​

Hanna se levantó con un nuevo dolor en su cuerpo y continuó corriendo en dirección a su aula de segundo año rogando a Kami-sama que por alguna coincidencia retrasara a su profesor de matemáticas...
— Llega tarde, señorita Ootori o más bien dicho, mejor alumna— el profesor carraspeó las dos últimas palabras con premeditada acentuación, indicándole a la peliazabache la grave falta habiente en que una chica con su reputación se apareciese justo cuando él estaba cerrando la puerta del aula y que además era la última en llegar ya que todos sus compañeros se encontraban ya sentados en sus correspondientes lugares.
— Disculpe, profesor. Tuve un pequeño percance…eh…verá… —Intentó ingeniar la aludida, para eso era una sabelotodo ¿No?
— No trate de darme excusas tontas, señorita Ootori, o le quitaré diez puntos a su promedio.
— ¡¡¡ ¿Qué?!!! — Una exclamación ahogada recorrió todo el lugar, pues no era frecuente ver a Hanna Ootori contradecir, mucho menos gritar a un profesor. Sólo un peliplateado encontró a la situación entretenida y reavivante o, más bien, excitante. Masaharu sonrió con malicia. El profesor también se sorprendió por el bufido de la alumna-chupa-medias-número-uno y arqueó una ceja, demostrando una vez más su poca expresividad—. Pero ni siquiera había cerrado la puerta —Trató de hablar más calmada habiendo notado la reacción de los demás.
— No alce la voz cuando se dirija a mí señorita Ootori — Advirtió el profesor frunciendo el ceño —Ahora vaya a sentarse si no quiere que la vote de mi clase.
Refunfuñando, maldiciendo por lo bajo y siendo observada con escepticismo por sus compañeros, la peliazabache tomó asiento en donde siempre: A la derecha de [[Megumi]] en el tercer banco de la fila del centro.
— ¿Estás bien? — Preguntó Megumi preocupada por la cara de muerta viva de su amiga.
— No, tengo un dolor de cabeza espantoso.

Todo intento de conversión se vio frustrado por un gruñido amenazador del profesor, quién aprovechó el perdurable silencio para ilustrar a sus alumnos de segundo sobre el duro semestre que les esperaba si pretendían reprobar los exámenes para que al graduarse no viviesen miserablemente por los siglos de los siglos, amén.
Hanna no escuchó ni media palabra de aquel sermón, sino que se esforzaba por soportar el peso de su entonces intolerable cabeza con las manos al tiempo que trataba de enfocar a su fastidioso profesor, totalmente ignorante de que un par de ojos verdes esmeralda la contemplaban intensamente desde el cuarto banco de la fila de la derecha y que por casualidad estaba muy cerca de ella.
Un papel que se posó mágicamente sobre su pupitre la hizo olvidarse de su dolor momentáneamente. Intrigada, desenrolló el trozo de papel y leyó la letra minuciosa y pequeña que escribía:

Buen día, sabelotodo fea:
¿Ya estás preparada para perder la apuesta?

La nota no estaba firmada, no hacía falta. La peliazabache giró para fulminar con la mirada al Anfibio. Él esbozó su irritante sonrisa. Volteó, tomó su bolígrafo y escribió debajo de la grafía de Nioh.

Eso imaginas en tu pequeño y gusano cerebro, Anfibio.
Y por cierto, ve preparándote porque tendrás que hacer mi tarea durante todo el año.

Lo envió y al rato obtuvo la contestación.

No me hagas reír fea nada sexy, verás que yo ganaré la apuesta y la cita o la seudo cita, será para hacerte mi esclava…

Hanna no consideró digno responder, sino que se limitó a girarse otra vez hacia al anfibio y hacerle un gesto de mano no muy educado. El aludido volvió a sonreír de tal forma que la mosqueó lo suficiente para bufar.
— ¿Se puede saber que le pasa hoy, Ootori? — Llamó la atención el gruñón del profesor.
— Nada, profesor.
— ¡¡Cierre la boca!! Una vez que la señorita deje de hacer sus perturbadores sonidos guturales… — Un conjunto de risas se oyó del lado de Hanna, la de Nioh fue la más audible —…paso a contarles la tarea de hoy. He decidido examinarlos para verificar lo poco que recuerdan del semestre pasado — Una exclamación general indicó que la idea no era bienvenida — ¡Silencio! No he terminado. Por desgracia, éste examen lo promediaré con su promedio semestral. Aún así es un examen y más les vale que pongan todo el esfuerzo y la voluntad que posean en él, ¿Me escucharon? — Un sí general retumbó el salón —. Bien. Consistirá en una práctica de doce problemas de División de Polinomios y que tendrá una duración de media hora…— siguió explicando — Será un examen grupal y trabajarán en grupos de tres, yo asignaré los grupos — El profesor anunció a los grupos. Por supuesto que esta última disposición hizo que los ánimos de Hanna cayeran al piso y más abajo. Es que Megumi y Gris no eran las personas más adecuadas para tener como integrantes de un examen y sobre todo de matemáticas. Escuchó una risa detrás de sí y supo que el peliplateado había llegado a la misma conclusión que ella. Lo que más odió Hanna fue que a Nioh le había tocado con [[Yanagi Renji]] y con [[Yagyuu Hiroshi]].
— Prepárate, sabelotodo fea — Susurró él, de modo que sólo ella podría escucharlo. Claro que las mejillas de la chica enrojecieron sobremanera.
— ¡Empiecen! — Anunció el profesor.
Los quince minutos siguientes fueron un infierno para la desventurada peliazabache puesto que tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos para explicarle el método de Ruffini a Megumi para que lo aplicara a los problemas correctamente. Por otra parte, mantenía la vista fija en Gris quien aún no terminaba el problema que le había asignado hace como unos diez minutos y mientras que ella había conseguido terminar unos cinco ejercicios y el sexto en proceso.
Nioh, en cambio, se contentaba con su situación. Estaba sentado a la izquierda de Yagyuu, bastante experto en la materia y, al otro lado de Yanagi, quien estaba revisando por segunda vez que los doce problemas planteados estuvieran correctos. Aunque, con solamente él hubiera bastado. Como sea, a medida que su compañero se encargaba de casi todo, el chico pensaba en su sabelotodo nada sexy y en lo que le diría en caso de tener una cita, cosa que ya era un hecho. Casi sonríe al recordar la patética forma en que habían terminado por realizar aquella apuesta. Nadie sabía de ello, ni siquiera Gris, que era su mejor amiga.
— ¡¡Noooo!! ¡¡¡¡Te dije que no lo hicieras así!!!! ¡¡ ¿Cuántas veces te tengo que explicar el método, Megucha?!! —El grito de una extremada Hanna le quitó de sus cavilaciones para concentrarse en ella, de pie frente a una Megumi escarlata hasta las orejas, quién la miraba de soslayo desde su asiento. Nioh tuvo que controlarse para no revolcarse en el piso debido a la risa.
— ¡Por Kami-sama! ¡Que no valdrá la calificación! —Intercedió Gris a favor de la pelirrosa novia de Bunta.
— ¡¡Suficiente!! ¡¡Reprobaron el examen!! —Vociferó el profesor.
Obviamente, los puntos robados les dolió a las dos amigas pero Hanna Ootori creyó desfallecer cuando escuchó el castigo.
— No, profesor, disculpe…
— ¡¡Cierre la boca, Ootori!!
Hanna se sentó abatida en su lugar, completamente inmune a las miradas de reproche que recibía por parte de todos sus compañeros de clase. Sólo podía preguntarse una cosa: “¿Eso quiere decir que perdí la apuesta?”
Un nuevo trozo de papel en su pupitre trajo la respuesta. Lo desenrolló con manos temblorosas, conocedora de su significado.

¿Qué tal, sabelotodo fea? ¿Qué se siente perder la apuesta? Pues yo espero que te sientas bien, no porque me importe en realidad, sino porque necesitarás de toda tu amabilidad para esta tarde, porque tú y yo tendremos una cita…

Tragó saliva antes de escribir su réplica.

Eres un insufrible imbécil las veinticuatro horas del día, Masaharu

†KaTh GrIs†​

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Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

No había pensado en eso, si quieres
puedes consalarlo tú?¿?
si quieres me avisas jajaja
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!
P.D: Nenas ayúdenme porfa, necesito
que voten en esta encuesta es que no sé
quien puede ser el capitán...Y por favor,
voten con criterio...Es todo.
http://foro.cemzoo.com/f214-prince-tennis/172675-quien-es-el-capitan.html

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Okis ahora dejaré una nueva conti
que me gusta mucho jejje y Sanada
ya encontró consuelo, luego de ésta
escena lo subo después jejeje
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

[[Episodio 15]]​

¿La peor cita?​

— ¿Vamos? — Masaharu extendió su mano. Hanna con su cara de pocos amigos, la tomó. ¡¡Kami-sama!! ¿¡Podría haber sido más estúpida!? ¿Por qué apostar algo tan estúpido? ¡¡Una cita con Masaharu-potencial-Anticristo-Nioh por el resto del año!! Estaba muerta, dead, morte, morta, extinta.
— Como quieras.
— Pero no sirve si vas a estar así todo el tiempo. Puri — negó Nioh zarandeando su cabeza suavemente —. Sonríe.
— Anfibio vete a la… — la mirada de Masaharu le recordó a la peliazabache que había perdido la apuesta. Cambió su actitud de inmediato. Hanna se vio forzada a dar una de sus mejores sonrisas — Sí, como quieras.
— Lo ves — Nioh sonrió satisfecho — ni aún así te vez bonita.
— Eres insufrible — Hanna regresó a su rostro serio — Quiero aclararte que después de ésta salida no volveré a dirigirte la palabra.
— No me interesa — el peliplateado reafirmó su apretón sobre la mano de Hanna —. Sólo quiero burlarme de ti un rato, no lo arruines. Puri — Hanna sintió que le esperaba toda una tarde de impulsos homicidas o más bien suicidas, así que era mejor calmarse y seguirle la corriente.
Hanna sabía que no se podía negar la belleza del Embustero del Rikkaidai, por más que le doliera admitirlo, pero no podía dejar de pensar en el anfibio asqueroso que era y en lo mucho que le gustaría sacarle todos los dientes, uno a uno. Sentía curiosidad de por qué con tantas apuestas, el apostaría… ¿¡Una cita!?
En fin, se sentía completamente pérdida, se consideraba historia, pasado, finita, etc. Tan acabada se juzgaba que incluso podía ver los recuerdos más bonitos de su vida como imágenes relampagueando en su cabeza. “¿Por qué la tierra simplemente no se abre para tragarme cuando una lo necesita?” Se preguntó ella.
— ¿A dónde quieres ir? — cuestionó Hanna viéndose derrotada. Pero tenía que agregar algo más, todo para defender su orgullo —. Ya me figuraba que ibas a obligarme a hacer algo aburrido, así que hagamos lo que tú quieras y entonces ¿A dónde vamos?— expresó Hanna con una expresión de aburrimiento total en su rostro.
— A ningún lugar en especial — admitió el embustero.
— ¡Qué vergüenza! ¿No tienes nada preparado?
— ¿Tenía que tenerlo?
— Te recuerdo que esto es sólo una cita y punto — avanzó la peliazabache seriamente.
— Una cita y un beso, que no se te olvide, Ootori— Hanna hizo una mueca, aún no había podido escaparse de esa.
— ¿Por qué esa cara? Eres tan tímida tras tu máscara de superioridad y orgullo…
— Claro que no es verdad — habló cortante la peliazabache —. No hables de lo que no sabes.
— ¿Esto te incomoda? — Los ojos café se encontraron con los verdes de Nioh.
— Quizá sí, tal vez, uhmmm…
— ¿Por qué?
— Porque no quiero darle mi primer beso a un anfibio asqueroso como tú… — Nioh levantó sus cejas.
— ¿Y ese es el problema?
— No hables como si fuera un problema estúpido. No me gusta que traten mis problemas con nimiedad o como si no valieran nada — replicó la muchacha con el ceño fruncido.
— Claro que te comprendo, a nadie le gusta eso — Hanna levantó la ceja escéptica.
— Vas a besarme sabiendo esto… Claro, al Anfibio no le importa.
— Lo que quiero que entiendas, Hanna es que un beso no es el fin del mundo — Hanna ni si quiera se había dado cuenta que su apellido fue cambiado por su nombre—. Además, serás la envidia de todas las chicas, sabes que soy popular. Puri.
— Pfft — una carcajada burlona salió de la peliazabache —. Uy si claro, me muero por ser la envidia de todas, si que sí — Masaharu arrugó la frente ante el sarcasmo de la peliazabache.
— Pues yo no tengo problemas en besar a una sabelotodo nada sexy e incluso fea — añadió él, con su mirada divertida—. Y de hecho creo que te mueres por darme un beso. Te conozco bien.
— Te equivocas Anfibio de porquería.
— ¿Acaso no sabes que soy un experto en leer a la gente? No me equivocaría en algo como esto. Es más te aseguro que en estos momentos te mueres porque ya lo haga.
— ¿Ah sí?
— ¿Algo insegura? — a Hanna esto no le gustó ni un poquito.
— ¡Basta! ¡No te pases y déjame en paz! — expresó en un grito audible por lo menos a unas cuantas cuadras.

*+​

— Yukimura-buchou ¿Crees que es correcto seguirlos? — la voz preocupada de Gris le robó una sonrisita al capitán de Rikkaidai.
— Sí, Ootori, bueno, fuiste tú la que insistió que los siguiéramos — contestó Yukimura en una sonrisa, siguiendo el juego de capitán a miembro del equipo.
— ¡Eso no es cierto! — bufó con indignación —. Ellos me obligaron a convencerte.
— Shh. Plan ciento tres coma cinco o cómo hacer que Masaharu Nioh no se de cuenta que los estamos siguiendo. — La voz de Bunta cayó a la peliazabache.
— Yukimura-buchou, juro que golpearé a esos dos después — replicó Gris. Yukimura le sonrió tomándola de la mano para alejarlos de los otros dos. Gris tembló ante el contacto.
— No entiendo Bunta-kun, ¿Cómo es eso de plan ciento tres como cinco? — inquirió Yanagi volviendo a revisar sus cálculos, sabía que algo no estaba bien.
— Tú cree nomás Yanagi-kun, además sonaba más original — Bunta infló su chicle—. Bueno, todos tomen sus posiciones.
— Esto es estúpido — renegó Gris — ¡Genial! Ocúltense porque se han detenido —. Gris se estremeció al sentir a Yukimura tan cerca de ella, sentir su aliento por su cuello.

*+​

— ¡Vamos! Hanna, si no quieres, no lo hago— Hanna intentó por todos los medios evitar que su rostro se volviera escarlata. Estaba a unos cuantos metros de su casa.
— Masaharu…
— Estás nerviosa…
— ¿Cómo puedes asegurar eso? — levantó una ceja.
— Siempre que muerdes tu labio inferior es porque estás nerviosa… Siempre que parpadeas de esa manera es porque sabes que me estoy acercando a ti y siempre que tomas ese tono escarlata en tu rostro es cuando me miras a los ojos…
— ¡Cállate! — intentó ser lo más grosera posible volteándose alejándose de allí lo más pronto posible. Alejándose de él para no tener que verse descubierta, para no enfrentarse a él, pero antes de girarse hacia su resguardo dos brazos desnudos y fornidos la habían rodeado por la cintura y atraído a una delantera que adivinaba también musculosa. Un shock eléctrico se esparció por su cuerpo, mareándola por unos momentos pero pronto se obligó a volver a la realidad. Lo próximo que supo fue que los labios del embustero estaban sobre los suyos, y ella ya no podía hacer absolutamente nada al respecto. Nioh, la besó dulce y suavemente, considerando que era el primer beso de la muchacha y no es que no fuera tan malo y a la peliazabache le gustó. Él cayó en cuenta que después de todo, ser una sabelotodo no era tan malo, aprendía rápido la muchachita.
— Buenas noches, señorita — Nioh la dejó en la puerta de su casa con una sonrisa en sus labios. Hanna se limitó a sonrojarse y a fruncir el ceño.

†KaTh GrIs†​

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