Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Stefy Mustang, 8 Septiembre 2008.

  1.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    uhhh que linda conti >w<
    pero que romantico es Miroku xD traduciendo poemas para Sango owo
    y bien merecido se lo tenia esa Kikyo <O<
    espero conti anciosa :D ya se que tardara, pero la esperare :)
    suerte en tus examenes!! cuidate!!
     
  2.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Waaa, yo quiero a un chico así. .TT.
    Algo serio... hummm Yo creo que Miroku no es nada serio, pero si mono, romantico, especial... y es Miroku. Y me recuerda a alguien .///.
     
  3.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    4824
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Chicas! Aquí está la conti, pero antes, tengo que recomendar fics. (Ya que sanguitolove recomndó el mío). Espero que los lean y comenten. eh? Sí ya lo hicieron, entonces sigan fieles a esas hermosas historias a las cuales les sigo el rastro..!

    ALMA GITANA (MAGA OSCURA)

    http://foro.cemzoo.com/f85-fanfics-sobre-rumiko-takahashi/181526-alma-gitana.html

    POBRE CORAZÓN (SANGUITOLOVE)

    http://foro.cemzoo.com/f85-fanfics-sobre-rumiko-takahashi/174682-pobre-corazon-song-fic-saxmir.html

    LA JOVEN ABOGADA (DARK HIME)

    http://foro.cemzoo.com/f85-fanfics-sobre-rumiko-takahashi/181819-la-joven-abogada.html

    THE ISLAND OF YOUR DREMAS (DANIELITAAXI & INU-KAGOME15)

    Ejem.. la pueden encontrar en mi firma, ahor sí... capítulo!!

    DÉCIMO CAPÍTULO
    ** EL ENSAYO **
    Después de un delicioso almuerzo preparado por su madre, Aome Higurashi se encerró en su cuarto. Se cambió rápidamente el uniforme del colegio. Había escogido cuidadosamente la ropa el día anterior: un top negro, una minifalda de jean y unas sandalias que hacían juego con el top. Buscó en su bolsillo una hoja de papel en la que había escrito una canción. Estaba bastante arrugada y la tinta estaba algo corrida, pues esa misma mañana se le había caído encima el refresco que se estaba tomando en el descanso. Leyó la canción por decimosexta vez., comprobando que estuviera bien.

    - ¡Es hora de inventarme un ritmo! –pensó en voz alta. No sabía mucho de música, pues nunca le había llamado mucho la atención. Por suerte recordó algunas lecciones de canto y música de cuando tenía siete años. Empezó a tararear y a cambiar algunas palabras. Luego gritó emocionada: - ¡¡¡CREO QUE ESTO SERVIRÁ!!!

    Se despidió de su hermano, aunque éste no le prestó atención puesto que estaba muy ocupado jugando un videojuego. Llegó a la casa de enfrente y como siempre le dio un ataque de nervios cuando se detuvo ante la puerta. Por suerte abrió Sango, aunque esto la sorprendió mucho.

    - ¿Sango? ¿Qué haces aquí tan temprano? – le preguntó. – Nunca llegué a pensar que estuvieras tan enamorada de Miroku...

    - ¡No estoy aquí por eso! Miroku me pidió el favor que viniera antes porque... eh... bueno, pues porque... así tendría más tiempo para estudiar. – dijo Sango no muy convencida de que su mentira hubiera funcionado.

    - ¡Oh sí! Ya lo creo... – se rió Aome. - ¿Qué has sabido de Inuyasha?

    - ¿Por qué siempre preguntas lo mismo? “Inuyasha, Inuyasha” – contraatacó Sango. Imitaba a Aome a la perfección. La chica de pelo negro puso los ojos en blanco. – Pues Miroku me dijo que está buscando a sus amigos para empezar el ensayo...

    - ¿Y sabes en dónde va a ser ese ensayo?

    - ¡Claro que sí! Va a ser en el garaje. – le confirmó su amiga. - ¿Qué piensas hacer, Aome?

    - ¿Yo? Nada, no pienso hacer nada... – dijo ocultando el papel que llevaba en la mano.

    - ¡Muéstrame ese papel que tienes ahí! Aome, soy tu mejor amiga... – pataleó Sango. A ella no le quedó de otra.

    - ¡Te quedó genial!... ¿ya le pusiste nombre? – preguntó Sango al tiempo que señalaba el espacio vacío en el que se suponía que debía estar el título de la canción.

    - Bueno, es que...no se me ocurre un buen nombre... – al oír esto, Sango releyó el contenido de la hoja y le propuso a Aome:

    - Podría llamarse... no sé... ¿Beso travieso?

    - ¿Sabes? ¡¡¡ME GUSTA!!! Gracias, amiga. – pero entonces apareció Miroku. Todavía no se había percatado de la presencia de Aome.

    - ¿Qué estás haciendo? Te estás demorando mucho... – dijo mientras hacía girar a Sango para que lo mirara a los ojos. Plantó un beso en la mejilla de la chica, haciendo que ésta se sonrojara.

    - ¡Se ve que están estudiando bastante! – dijo Aome divertida por lo que acababa de ver. Miroku quedó petrificado y Sango se puso más roja de lo que ya estaba. – Hey, Miroku... ¿podrías abrirme la puerta del garaje? ¡Por favor!

    - Eh... sí, claro. Pero primero déjame quitar la camioneta de ahí. – dijo mientras buscaba las llaves en su bolsillo.

    - No he visto a Kikyo, ¿en dónde está?

    - ¿Kikyo? ¡Ah! Ella se fue con Inuyasha. – le respondió el chico. “¡¿Cuándo no?! ¡Qué pregunta tan absurda hice! Es demasiado obvio.”, pensó Aome. Después de que Miroku hubiera sacado la camioneta, él y Sango entraron a la casa a continuar “estudiando”.

    En el garaje estaban arrinconados unos cuantos amplificadores de sonido, una guitarra eléctrica, un bajo y un micrófono. Aome no pudo evitar admirarlos, estaban casi como nuevos. También estaba allí el sintetizador que había arreglado Inuyasha una semana antes. Con curiosidad tomó el micrófono, lo conectó y lo encendió. Verificó que sí funcionara bien y se puso a practicar, pero lo hizo en voz baja para no hacer mucho ruido, parecía casi como un susurro.

    Al mismo tiempo, Inuyasha y Kikyo iban caminando por la calle para llegar a casa, acompañados por dos jóvenes más. El chico era algo alto, piel trigueña, ojos azul claro y pelo negro recogido en una cola de caballo. La ropa que llevaba le hacía parecer un chico muy rudo. En cambio, la chica ofrecía un aspecto mucho más dulce. El color de su pelo era de un bonito tono anaranjado y sus ojos eran de un verde muy intenso, casi como el de las esmeraldas. Eran Koga y Ayame, respectivamente.

    - ¿Cuánto falta para llegar? ¡Estoy harto de caminar! – se quejó Koga.

    - Koga, por favor, no te alteres. – trató de calmarlo Ayame. Estaba perdidamente enamorada de él, pero le disgustaba muchísimo su arrogancia y su mal carácter.

    - No te preocupes, ya llegamos. – dijo Inuyasha deteniéndose ante la puerta de su casa. Aome sintió unas voces cerca. “¡Ya están aquí!”, pensó emocionada y a la vez muerta de los nervios. Sintió cómo se deslizaba lentamente la puerta del garaje, dejando que los rayos del sol iluminaran más el oscuro lugar. En medio de toda esa oscuridad que estaba empezando a desaparecer, Inuyasha y sus acompañantes pudieron distinguir la figura de la chica, quien micrófono en mano, empezó a entonar la siguiente canción:

    Voy a darte un beso,
    Y como hiciste una cara de sorpresa,
    Penarás que soy traviesa y me gusta coquetear.
    Más la vida me ha enseñado
    No ignores si llega lo que has buscado.
    Y sólo así se decir... que te amo, esa es mi sensación ♪

    Las reacciones fueron diferentes en cada uno de los que presenciaron la escena: Inuyasha estaba feliz, pues por fin volvía ver a su chica; Kikyo sintió rabia, pues Aome le había logrado arruinar su día; Koga estaba atontado contemplando a Aome, no había conocido a una muchacha más hermosa que aquella; y Ayame se quedó mirando a Koga, preocupada por lo que él estuviera empezando a sentir por aquella chica de pelo negro y ojos castaños, quien seguía sosteniendo el micrófono.

    - ¡Eres tú! – exclamó Inuyasha demasiado contento. Pero luego fue con más calma, quizás ella aún no se decidía a hablarle. - ¿Qué haces por aquí?

    - Pues decidí venir a hablar algo contigo y me encontré con estos instrumentos. Me dieron muchísimas ganas de cantar, ¿sabes? – le dijo esbozando una hermosa sonrisa, sólo para él. Al parecer la estrategia estaba funcionando.

    - ¿Eso quiere decir que estás con nosotros? – preguntó él.

    - ¡Así es! Necesito empezar ya a aprender más de música, porque la verdad es que no tengo ni idea...

    - Chicos, les presento a Aome Higurashi, nueva vocalista de nuestra banda. – interrumpió Inuyasha.

    - Encantado de conocerte, Aome. – dijo Koga agachando la cabeza, como si le estuviera haciendo reverencia a una princesa.

    - Él es el fastidioso de Koga, el que toca la batería. – indicó Inuyasha. – Y esa de allí es Ayame, la chica del bajo...

    - Mucho gusto. Si quieres yo te puedo empezar a enseñar desde ahora. – ofreció Ayame con una sonrisa.

    - También es un placer para mí el conocerlos a todos ustedes. – dijo Aome, también sonriendo.

    - ¿Qué canción era esa que estabas cantando? ¡Nunca la había escuchado! – dijo Inuyasha emocionado.

    - Pues, en realidad... yo la escribí. Fue algo complicado. Espero que les haya gustado.

    - ¡¿Una canción inédita?! ¿Cómo se llama? – preguntó Ayame movida por la curiosidad. El entusiasmo de Inuyasha era muy contagioso.

    - Beso Travieso – dijo Aome convencida.

    - ¡Pues entonces Beso Travieso va a ser el primer éxito de Hanyou’s! – exclamó Inuyasha.

    - ¡¿HANYOU’S?! ¡¿QUÉ CLASE DE NOMBRE ES ESE?! – gritó Koga horrorizado.

    - No te quejes, Koga. Ese nombre es mucho mejor que el que Inuyasha había pensado antes... – intervino Kikyo.

    - ¿Ah, sí? ¿Y cuál iba a ser el nombre del grupo?

    - Los Guerreros del Sushi. – dijo Kikyo haciendo una mueca.

    - Hanyou’s está bien. – coincidieron las otras dos chicas.

    - ¿Y qué esperamos? ¡Tenemos que empezar esta canción ahora mismo! – dijo Inuyasha. La mirada de Kikyo se endureció. Le molestaba mucho la letra de esa canción, porque sabía que era dedicada a Inuyasha. “Niñita estúpida. ¡Tú nunca podrás besar a mi Inuyasha!”, pensaba con amargura.

    - Aome, tú canta de nuevo. Kikyo, tú encárgate de arreglar la melodía... – ordenó Inuyasha. Pero Kikyo se había ido, sin decir ni una palabra. Se encogió de hombros. – Bueno, creo que tendré que hacerlo yo. ¡Ay, esta chica me va a volver loco...!

    Inuyasha, Aome, Koga y Ayame se divirtieron bastante arreglando la canción. Después de tenerla lista en guitarra, empezaron a arreglarla en los demás instrumentos. Ensayaron más de cuatro veces, sin el teclado, claro está. Al final pudieron encontrar lo que estaban buscando: una canción perfecta. Invitaron a Sango y a Miroku para que la escucharan y ambos quedaron fascinados con el resultado.

    - ¡Hicieron un buen trabajo, muchachos! – dijeron los dos al mismo tiempo. Se quedaron ahí, hablando. Ayame se excusó, pues había recibido una llamada de su abuelo. Se llevó a Koga consigo, aunque el chico no tenía muchas ganas de irse del lugar. Inuyasha y Aome se miraban constantemente, pero se sentían incómodos pues sus mejores amigos seguían presentes. Sango, quién se había dado cuenta, se lo hizo saber a Miroku.

    - Creo que es mejor irnos, ya sabes, para que estos dos se reconcilien. – le susurró.

    - ¡Y pensar que ellos hicieron esto por nosotros hace algún tiempo! – dijo Miroku, refiriéndose a la pequeña reunión que organizaron Inuyasha y Aome el día de su cumpleaños.

    - ¡El tiempo pasa volando! Le prometí a Kohaku ayudarlo en su tarea de Historia... – se despidió Sango. Le dio un codazo a Miroku, pero lo hizo de manera que sólo él se diera cuenta. Tres segundos después, el chico reaccionó.

    - ¡Ah, sí! Yo también tengo que irme... este... mañana tengo mi primer examen parcial. – dijo mientras se dibuja en su rostro una sonrisa indescifrable. Dirigió su mirada a Inuyasha y murmuró: - Que les rinda.

    Una vez los jóvenes se fueron, Inuyasha siguió rasgando las cuerdas de su Les Paul negra. No era el sucesor de Santana, pero definitivamente tocaba muy bien. Aome jugaba con un mechón de su pelo, poniéndoselo una y otra vez detrás de su oreja. Por fin estaban solos... y estaban desperdiciando esa oportunidad.

    - Y... ¿cómo estuvo tu día? – dijo Inuyasha rompiendo el hielo.

    - Pues... no estuvo tan mal, supongo.

    - ¿Supones? – preguntó él.

    - Sí, supongo. – contestó Aome con un toque de frialdad en su voz. Quería hacerle creer a Inuyasha que todavía estaba molesta con él, solo para ver que hacía.

    - Pues porque para mí ha sido un día maravilloso. Ya tengo mi grupo, tal como quería. Ya tengo mi vocalista, justo la que quería. Pero... – eran palabras desesperadas, dichas a toda velocidad.

    - ¿Pero? – preguntó Aome fingiendo fastidio.

    - Pero aunque tenga la vocalista más genial y hermosa de todo Japón, aunque tenga el grupo más prometedor de toda la ciudad... aunque tenga eso y mucho más... no tengo el amor de la chica que me gusta.

    Aome, que estaba dándole la espalda al muchacho, decidió voltearse, para verle el rostro. Sus ojos chocolate se perdieron en los del chico. Notó que éstos emitían un brillo especial, parecían oro líquido.

    - Sea lo que sea que haya hecho, perdóname. – continuó Inuyasha.

    - No. No es necesario que lo digas... tú no hiciste nada.

    - Si yo no hice nada, entonces... ¿Por qué dejaste de hablarme? – preguntó Inuyasha, más confundido aún.

    - Pues... – Aome estaba dispuesta a contarle lo de Kikyo. Pero entonces recordó que le había prometido a la chica que no lo haría. – Es algo que no puedo decirte, por lo menos no ahora.

    - ¿No beso bien, verdad? ¡TE DECEPCIONÉ! – dijo Inuyasha jalándose el cabello.

    - ¡NO ES ESO! ¡¿PODRÍAS ESPERAR A QUE TERMINE DE HABLAR?! – le gritó Aome. A veces Inuyasha era exasperante.

    - Por supuesto. – se limitó a decir él. “¡Cuánta fuerza en esos pulmones! ¡Creí que iba a romper las ventanas!”, pensó.

    - Inuyasha, yo vine aquí a decirte que sí...

    - Ya lo hiciste. ¿No te dije que tengo a la mejor voz de todo el país dentro de Hanyou’s? – al escuchar esto, Aome se sonrojó.

    - No, tonto. Vine a decirte que sí a tu segunda propuesta. – aclaró Aome mientras seguía jugando con su cabello. Se ponía cada vez más nerviosa.

    - ¡¿QUÉ?! – gritó Inuyasha, boquiabierto. – Eso significa que ahora tú y yo...

    - Así es, somos novios. – le confirmó Aome. Los dos sonrieron. – Oficialmente.

    - Bien, creo que este es el comienzo de un hermoso noviazgo, Aome. – dijo Inuyasha mientras pasaba su brazo por el hombro de ella.

    - ¿Qué más le puedo pedir a la vida? – exclamó Aome, contenta.

    - ¿Qué tal esto? – le dijo Inuyasha mientras sostenía el rostro de la chica con ambas manos y la besaba tiernamente.

    Cuando entraron a la casa, aún seguían sonriendo. Sango y Miroku se miraron divertidos.

    - ¿Y cómo les fue? - preguntaron.

    - Miroku, te presento a Aome Higurashi... mi novia.

    - ¡¡¡Por fin!!! – exclamó Miroku.

    - Sí, pero ¿qué hay de ustedes? – preguntó Inuyasha.

    - ¿Nosotros? – dijeron Miroku y Sango al tiempo, mientras se tomaban de las manos, inconscientemente. Aome volvió a soltar una risita.

    Kikyo, que estaba sentada en la parte alta de las escaleras, escuchó todo. Hubiera querido hacer cualquier cosa antes de seguir en ese lugar. Pensaba que se le estaba viniendo el mundo encima. El hombre del cual estaba enamorada desde que era una niña, tenía novia. Se veía que se querían mucho, y eso era algo imposible de combatir: el amor verdadero. Estuvo a punto de empacar maletas y regresar a Kobe, pero una voz interna le dijo: “¡No seas tan tonta, Kikyo Matsumoto! ¡Estás haciendo una escena! ¿Quieres que Inuyasha crea que estás loca? ¡Ah, ah! ¡Dignidad ante todo!”. Le hizo caso y decidió irse a dormir. Fue un día muy estresante para ella, realmente necesitaba descansar.

     
  4.  
    ....

    ....

    Escorpión
    Miembro desde:
    9 Agosto 2007
    Mensajes:
    0
    Pluma de
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola!
    hace tiempo k no paso, pero ya estoy aki jeje
    ya se yo k echabas de menos mis comentarios juju :P
    pos nada, k te puedo decir.... pos k esta muy bn la conti (esk me gusta muxo la historia en general)
    una cosa si ehhh k kikiperra no arruine la relacion de kagome e inyasha puf!
    bueno me despido
    adios bss, cuidate
    addenda: me pasare mas seguido ok?
     
  5.  
    danielitaaxi

    danielitaaxi Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Julio 2008
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Que bueno, conty.
    creo que te dije todo pero lo repito.
    me encanto, facino, tod.
    en especial esta parte.
    pobre kikyo (nom me siento bien).
    me da pena, por que no se va a kaobe pronto asi deja de sufrir (y molestar)
    espero que la continues animo, fuersas todo.
     
  6.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Jajaja Yo quiero ver como siguen!! T-T
    Nee nee pero estaba vez solo MirSan ¿Ok?
    Lo hecho de menos...
    Waa.. cancion mas bonita...
     
  7.  
    sanguitolove

    sanguitolove Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2007
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Si, si si... ¿Cuando van a pasar a algo mas serio? ¡¡ANIMO MIROKU!! Ademas si Sango te rechaza, cosa que creo imposible... ¡¡YO SI ESTOY DISPONIBLE!!
    Continualo pronto...
     
  8.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    ALELUIA!!! *-*
    perdona la tardanza o.o pero es que como comence la uni, llegaba muy cansada y no me daba tiempo de leer n.nU
    pero ya lo lei owo y esta conti te quedo muy buena! >w< me encanta como se reconciliaron Kagome e Inu
    espero que Miroku se apresure a hacerle la misma propuesta a Sango o.o
    ahora voy por tu otro fic xD
    cuidate! *-* bye!
     
  9.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    4399
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Hola! Menos mal que les gustó la conti porque la verdad me bloqueo bastante cuando intento hablar de Inu y Aome, me gustán más los otros dos.. Buenoel capítulo que van a leer va a ser algo rebuscado... inesperado, pienso yo... Pero es que no podía dejar pendiente lo del sobre msiterioso ... y tampoco que Kikyo se fuera de Tokio así como así... A las que quieren mas de Sango y Miroku no se preocupen el próximo capítulo es de ellos... ¡Ah! Y el decimotercer capítulo es de otras parejas... no se sorpendan si en un capítulo se lo dedico a Shippo o a Kohaku xD

    UNDÉCIMO CAPÍTULO
    ** UN VIERNES EN EL PARQUE **
    Los chicos organizaron un picnic en el parque para el viernes de la semana siguiente. Era el mismo parque de los patos y el lago, en donde Sango y Miroku habían tenido un encuentro con Kuranosuke Takeda. Todos se reunieron en la entrada de la casa de Inuyasha, Miroku y Kikyo, para luego irse al parque, a disfrutar el día. Ayame y Koga llegaron algo tarde, pero eso no pudo arruinar el plan.

    Estaba haciendo un tiempo espléndido, el cielo estaba totalmente azul, con algunas nubes surcándolo y un resplandeciente sol que iluminaba toda la ciudad. A pesar de esto, Kikyo no se estaba divirtiendo. Le disgustaba muchísimo el tener que soportar esa atmósfera de amor que había en el lugar: Inuyasha había llevado consigo su guitarra clásica y le estaba dedicando una canción a Aome. Incluso Ayame estaba coqueteando con Koga. Silenciosamente, se escabulló hacia el otro extremo del parque. Mientras tanto, Sango y Miroku estaban alimentando a los patos del lago, mientras conversaban.

    - De niño me gustaba alimentar a los patos. – dijo él mientras echaba unas migajas de pan al agua. Una pata y sus cinco patitos nadaron hacia el lugar en donde habían caído para comerlas.

    - Hum, puedo darme cuenta de eso. – se limitó a contestar ella.

    - Sango, tenemos que hablar. – dijo Miroku, decidido. Se miraron a los ojos, pero ninguno dijo nada. Unos minutos después, Miroku continuó: - Creo que es tiempo de avanzar en... nuestra relación.

    - ¿A qué te refieres? Nosotros no tenemos ninguna relación. Simplemente nos besamos. – le recordó Sango, con algo de tristeza en su voz.

    - Desde ahora tenemos una, claro, si tú estás de acuerdo...

    - ¡Ya era hora de que lo dijeras! Nada me haría más feliz que ser tu novia, Miroku. – exclamó Sango, lanzándose a los brazos del chico. Éste, para demostrarle su alegría, la besó. Fueron interrumpidos por unos chiflidos. Eran Inuyasha y Koga, molestando como siempre.

    MIENTRAS TANTO CON KIKYO...

    - No debí haber venido. Nunca pensé que ver a Inuyasha y a Aome juntos me afectaría tanto. ¡¿POR QUÉ TIENE QUE PASARME ESTO A MÍ?! ¡QUIERO ESTAR EN KOBE! – gritaba con amargura.

    - ¿Hablando sola? – la interrumpió la voz de un muchacho. Asustada, Kikyo alzó su mirada. Se encontró con un par de ojos azules. Decidió contemplarlo un poco más y le gustó lo que vio: su piel tenía un tono bronceado y su pelo negro y largo estaba recogido en una trenza. – Oh, perdona. Mi nombre es Bankotsu. ¿Y el tuyo es...?

    - Mi nombre es... Kikyo. – vaciló la chica.

    - ¿Viniste sola? – Kikyo negó con la cabeza, todavía dudando. – Sé que eso no se le debe decir a alguien que acabas de conocer, pero es que... parece como si estuvieras triste.

    - Pues, adivinaste ¡Estoy triste y qué! – contestó Kikyo de mala gana.

    - Cálmate, yo solo quería saber porqué una chica tan linda como tú estaba en este parque, con esa cara de aburrimiento. ¿Acaso tu novio te dejó?

    - Más o menos. – respondió cortante.

    - Déjame adivinar... estás enamorada de tu amigo, ¿no es así?

    - ¿Cómo es que...?

    - Te he estado vigilando desde que llegaste y me di cuenta de la forma en que mirabas a esos dos. – le dijo Bankotsu señalando a Inuyasha y a Aome. – Necesitas conocer más gente, ya sabes, para que lo olvides.

    - ¡Ja! ¿Y ese alguien eres tú? – dijo ella con fastidio.

    - Bueno, por lo menos podríamos ser amigos ¿no te parece? – contestó él, sonriendo.

    - Como quieras... mis amigos y yo estamos de picnic, si quieres puedes venir conmigo. – ofreció Kikyo.

    - ¡Por mí no hay ningún problema! Soy nuevo aquí.

    - ¿Ah, sí? ¡Qué coincidencia! Yo también...

    - ¿Kikyo? – dijo él. Ella asintió, confirmándole que ese era su nombre. – Las cosas pasan por algo, y me parece que este encuentro es más que una coincidencia. Creo que tú lo llamarías... ¿destino?

    Kikyo quedó muda ante estas palabras. ¿Quién era ese tal Bankotsu? ¿De dónde había salido? Pero lo que más la intrigaba era: ¿Realmente le estaba empezando a gustar ese chico? ¿Por qué?

    Los demás estaban reunidos en torno a un gran mantel y una cesta llena de emparedados y otros bocadillos. Kikyo los había preparado la noche anterior, pues no podía dejar olvidados sus deberes en la escuela.

    - ¡Qué bien cocina Kikyo! – reconoció Aome después de terminar su emparedado.

    - Así es esta chica, una excelente cocinera. – dijo Inuyasha. - ¿En dónde está? No la veo por ningún lado...

    - Creo que se fue hace como unos diez minutos. – dijo Ayame.

    - ¿Quién la entiende? Últimamente ha estado muy extraña conmigo ¿por qué? – murmuró Inuyasha.

    - Inuyasha... ella está pasando por un momento difícil, deberías entenderla...

    - Aome tiene razón, Inuyasha. – dijo Miroku.

    - ¿Y de qué momento difícil me están hablando, eh? – luego cayó en la cuenta - ¡Un momento! ¿Qué me ocultan?

    Afortunadamente para Aome y Miroku llegó Kikyo. Todos se fijaron en el muchacho que iba detrás de ella.

    - ¡Estábamos preocupados por ti, Kikyo! ¿Dónde estuviste? – preguntó Inuyasha.

    - La señorita Kikyo estaba conmigo. – dijo de repente Bankotsu.

    - ¿Quién diablos eres tú? Si se puede saber... – volvió a preguntar Inuyasha.

    - ¡Ay, Inuyasha, no seas tan grosero! – le susurró Aome. Luego, se dirigió a Bankotsu. – Discúlpalo, es un tonto.

    - Oh, no te preocupes. – dijo Bankotsu ofreciendo una sonrisa. – Soy Bankotsu Tomonaga.

    - ¡¿TOMONAGA?! – exclamaron todos al unísono. Seis pares de ojos miraban a Bankotsu y a Miroku, tratando de encontrarles algún parecido, como para afirmar que sí eran hermanos. Los ojos azules y el pelo negro eran una muy buena evidencia.

    - ¿Por qué nos miran así? – le dijo Bankotsu a Miroku en voz baja.

    - Así que te apellidas Tomonaga... – dijo Miroku sin contestar a la pregunta. Estaba perplejo al igual que lo demás. ¿Sería posible que después de tantos años apareciera un hermano del cual no tenía la menor idea que existía? - ¿Cómo dices que se llamaba tu padre?

    - El viejo aún sigue con vida... se llama Mushin... Mushin Tomonaga. ¿Para qué quieres saberlo?

    - ¿Mushin? ¿Eres hijo del tío Mushin? – preguntó Miroku desconcertado.

    - ¿Tío Mushin? ¿Acaso tú...? – dijo Bankotsu, tratando de asimilar esa información. - ¿Miroku?

    - ¿Se conocen? – interrumpió Kikyo.

    - ¡Te estuve buscando por todos lados, primo! – se quejó Bankotsu. – No puedo creer que al fin te conozco.

    - Yo tampoco... ni siquiera sabía que tenía un primo. – dijo Miroku. Pero entonces surgió en su mente una nueva duda. – Un momento... se supone que tengo los ojos de mi madre. ¿Por qué entonces los tuyos son del mismo color? ¡Eres pariente mío por el lado de papá!

    - Ah, eso es fácil de explicar. Mi madre era una rubia estadounidense y fue ella la que me los dio.

    - ¿Estadounidense, dices? – preguntó Kikyo. Estaba desesperada porque él no le estaba prestando atención.

    - Sí, estadounidense. Nací en California y hasta hace unos días me vine a vivir aquí.

    - ¡¿CALIFORNIA?! – exclamaron todos a la vez. “Ahora entiendo por qué mi tío pasaba tanto tiempo en ese lugar”, pensó Miroku.

    - ¿Soy un completo misterio, verdad? – rió Bankotsu. – Miroku, mi padre me envió a Tokio con el propósito de averiguar cómo progresaban los trámites de tu herencia.

    - ¿Herencia? – preguntó Sango. Miró a Miroku severamente y le reclamó. – Nunca mencionaste algo sobre una herencia... ¿cuál es tu excusa por ocultarme algo tan importante a mí? ¡Pensé que nos teníamos confianza!

    - Mi amor... yo... ni siquiera sabía que iba a heredar. – dijo él. – Eso debió ser lo que mi tío escribió en esa carta...

    - ¿Y cómo es que no lo sabías? – preguntó Inuyasha.

    - Bueno es que... me distraje demasiado. – respondió Miroku clavando la mirada en su novia. Ella suavizó su expresión para demostrarle que lo había perdonado.

    - Estoy aburrido de sus sentimentalismos, ¡ya basta! – exclamó Koga, que no había hablado en todo ese tiempo.

    - ¡BASTA TÚ, KOGA! ¿NO ENTIENDES QUE AOME ESTÁ ENAMORADA DE INUYASHA? – le gritó Ayame con lágrimas en los ojos. Todos se la quedaron viendo, sin comprender.

    - ¿Qué tienen que ver los sentimentalismos con Aome, niña loca? – preguntó Koga confundido.

    - Que le tienes envidia a Inuyasha... ¿crees que no me he dado cuenta? – siguió llorando. – Estoy harta de tener que soportar tus rechazos, Koga. – dicho esto, se marchó del lugar.

    - ¡Ayame! ¡Espera! – gritó Koga. Decidió correr tras ella.

    - Creo que llegué en mal momento. – dijo Bankotsu al observar la escena.

    - Descuida, primo. Siempre pasa. – Luego cambió el tema - ¿En dónde te estás quedando?

    - Pues ahora que lo dices... estoy quedándome en un hotel.

    - En ese caso, podrías... quedarte en nuestra casa. Precisamente nos queda un cuarto. – ofreció Miroku.

    - ¡Genial, gracias primo! Pero primero deberías presentarme al resto de tus amigos, ¿no crees?

    - ¡Cómo no! Esos de allá son Inuyasha, mi mejor amigo, y su novia Aome. Los que se acaban de ir son Ayame y Koga. Creo que ya te conocías con Kikyo, la hija de la señora que... nos cuidó. – decía Miroku al tiempo que iba señalando a cada uno. Hizo una pausa y divertido agregó: - Esta chica de aquí es Sango, mi novia. Prohibido acercársele, ¿está bien?

    - ¡Entendido! La chica de pelo castaño es de Miroku. – bromeó Bankotsu, siguiéndole la corriente a su primo. - ¡Qué bueno es estar en familia!

    Después de pasar un rato agradable, decidieron regresar al barrio. Bankotsu se fue a recoger sus cosas para luego instalarse en casa de su primo. Kikyo fue quien le abrió.

    - Ah, eres tú. Sigue. – saludó Kikyo. Luego grito: - ¡MIROKU, YA LLEGÓ BANKOTSU!

    Inmediatamente, Miroku acudió al llamado de la chica y ayudó a Bankotsu a trasladar sus cosas hasta el segundo piso.

    - ¿Y entonces cuál es mi habitación? – preguntó Bankotsu entusiasmado.

    - Justo aquí. – dijo Miroku, señalando la habitación contigua a la de Kikyo. Ésta, que estaba cerca, profirió un gritito. “Kikyo, el destino se empeña en juntarnos...” pensó Bankotsu al tiempo que esbozaba una enorme sonrisa.

    Mientras tanto, Miroku escuchaba su CD de Kawakami Mine por octava vez. Generalmente lo hacía cuando se sentía triste, confundido o inseguro. Esa noche lo hacía porque estaba feliz, aunque la noticia de su herencia lo tenía un poco alterado. Se dirigió a su escritorio, para terminar de leer la carta que le había enviado su tío.

    Ahora tienes dieciocho años y ya eres todo un hombre. Es por eso que tienes derecho a saber algo que siempre se te ocultó y que supongo aún ignoras. Junto con esta carta te envío un documento muy importante, ya que se trata del testamento que dejó tu padre. En él te nombra como su único heredero. Serás dueño de todas las propiedades que alguna vez le pertenecieron a tu familia y del dinero que te dejaron. Confío en que sabrás administrar todos estos bienes. Si tienes algún problema, puedes contactarme, o también puedes hacerlo por medio de Bankotsu, mi hijo.

    Atentamente,

    Tu tío Mushin.

    Echó un vistazo al otro documento que había en el sobre. Le llamó la atención la cifra que iba a heredar: veinte millones de yenes. “¿Qué se supone qué voy a hacer con todo ese dinero?”, pensó. “En este momento no quiero saber nada de herencias... sólo quiero estar con Sango. Espero que esto no afecte nuestro noviazgo”. Desechó todos estos pensamientos y se concentró en la música. Justo estaba sonando la melodía que lo calmaba. Se perdió en cada una de las notas, mientras sus ojos empezaban a cerrarse. Una llamada en su celular hizo que se despertara. Era Sango.

    - ¿Sango? – Preguntó adormilado - ¿Qué sucede?

    - / Quería saber si estabas bien, sólo eso. /

    - Sé que hay algo más, cuéntame. – dijo Miroku, desconfiado. No sabía porqué, pero pensó que se había despertado la codicia en Sango. Era un pensamiento estúpido, pero así lo sentía.

    - / Asómate a la ventana, quiero decirte algo / - un segundo después de decir eso, colgó. Miroku obedeció inmediatamente. Allí estaba. Se veía más hermosa envuelta en la luz del atardecer, por lo que no pudo evitar sonrojarse. Sango sonrió.

    - ¿Qué ibas a...?

    - Te amo, Miroku. No me importa que ahora tengas más dinero. Para mí sigues siendo el mismo Miroku del que me enamoré. – interrumpió ella, como si supiera todo lo que estaba pasando por la cabeza del chico. Él agachó su cabeza, se sentía muy avergonzado. Pronto, el cielo se oscureció y Sango tuvo que irse a cenar, dejando a un pensativo Miroku contemplando las estrellas que poco a poco se iban tomando el firmamento.
     
  10.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    bakotsu primo de miroku?? nunca note el parecido! xD
    que buena conti! no quisite dejar a nadie por fuera o.o
    solo espero que kikyo si quiera a bankotsu y no lo use nada mas <.<
    espero proxima conti xD aunque se que andas ocupada...
    cuidate!! besos nwn
     
  11.  
    Dark Hime

    Dark Hime Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Octubre 2008
    Mensajes:
    65
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Hola!!
    Weno, ya me leí todos los capítulos anteriores. Gracias por invitarme a leerlos y gracias por hacer propaganda de mi fic jejejeje. Te dedicaré el primer capítulo de Sango y Miroku, es una promesa.

    La verdad es que la trama está muy bien, ya tengo ganas de leer la conti pues me estaba aficionando a leer todo de seguido :D. Bueno, lo de qeu Miroku se primo de Bankotsu si que es algo qeu o me habría pasado por la mente mientras leía ejejeje. Que atrevida Sango y por fin son pareja los dos jejejeje. Que bueno por Inuyasha y Kagome, los únicos que faltan son Kouga y Ayame junto con Bankotsu y Kikyo.
    Suerte y ánimos!!
    Cuentas con todo mi apoyo en este fic, al igual que en el otro

    Atte: [*\_DaRk HiMe_/*]
     
  12.  
    RoSsee

    RoSsee Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    30 Noviembre 2008
    Mensajes:
    11
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Hola... eeeemmm, pues aunque aún voy en el capítulo siete, me ha gustado la trama de la historia, aunque ya sabes que quedan muuuuuchas cosas por aprender... en fin, espero su próximo fic.
     
  13.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    4604
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Hola !!!
    La verdad es que extrañé los comentarios de danielitaxi, de Esther Vamp, de yasashisa, abana y demás. Doy la bienvenida a Dark Hime, RoSsee y a miki mitsuki... Disfrutenlo..! ^^ En este capítulo utilizaré canciones, si quieren ver los vídeos entonces hagan clic en el título!

    DUODÉCIMO CAPÍTULO
    ** AMOR ES ALGO QUE NO PODEMOS EVITAR SENTIR **

    Luego de semanas y semanas de ensayos, los chicos de Hanyou’s iban mejorando, hasta lograr un sonido perfecto. También la relación de Sango y Miroku iba viento en popa. No había día en que el uno dejara de pensar en el otro. Inuyasha frecuentemente los molestaba diciéndoles que tarde o temprano terminarían casándose. Cuando sucedía esto, los dos desviaban la mirada. “Somos muy jóvenes como estar pensando en matrimonio”, decían al mismo tiempo, lo cual dejaba ver una conexión muy especial. Luego Inuyasha decía “Era una broma. ¿Por qué siempre se lo toman tan enserio? A no ser de que de verdad se les haya ocurrido...”. Generalmente después de estas palabras, venía un silencio.

    Había pasado casi un mes después de la aparición de Bankotsu. Sango estaba en su habitación, mirando hacia el techo. Aburrida, intentó hacer algo para distraerse. Se dirigió a su armario, y de uno de los cajones sacó su diario. Empezó a escribir lentamente.

    Querido diario:

    ¡No puedo creerlo! ¡Mañana cumpliré un mes con Miroku! Después de lo que pasó con Kuranosuke pensé que nunca iba a volver a enamorarme. Y mucho menos del ser que más aborrecía en esos momentos... Él siempre estuvo ahí, y yo no le presté ni una pizca de atención. A veces pienso que siempre estuvo espiándome por la ventana, así como lo debe estar haciendo ahora. El día de su cumpleaños tuve la oportunidad de conocerlo mejor, y dejé de considerarlo como un pervertido, aunque claro, tiene sus “recaídas”, como dice él. No sé en qué momento empecé a amarlo... supongo que fue ese mismo día. No soy del tipo de chicas que caen fácilmente con unas simples – y falsas – palabras de amor, pero esa tarde me rendí porque me di cuenta que estaba siendo sincero. En ese instante me detesté por haberlo hecho, pero ahora no me arrepiento – y jamás lo haría-. El castigo que me impuso papá fue una completa tortura, pero no se compara con esa incertidumbre que tenía acerca de lo que estaba empezando a sentir por él. Al final, descubrí que mis sentimientos eran correspondidos y fuimos empezando a formar una relación... bueno, admito que demoramos mucho en consolidarnos como pareja, pero es que así somos: llenos de inseguridades. En fin... Miroku es lo mejor que me ha pasado en la vida. Y no es por nada, pero creo que yo también soy muy importante para él. Por algo soy su novia, ¿no?

    Una vez terminó de escribir la última palabra, volvió a guardar el cuaderno en su lugar. Se dirigió a la ventana, y tal como había pensado, Miroku estaba asomado, mirándola embobado.

    - ¿Hace cuánto estás ahí? – le preguntó.

    - No lo sé, tal vez media hora o más. – se limitó a decir el chico.

    - ¿Desde que llegué del colegio? Miroku, no me digas que viste cuando me cambié el uniforme... – dijo Sango cruzando sus brazos. El chico empezó a silbar, haciéndose el inocente. – Creo que tengo la culpa. Debería tener más cuidado.

    - Vamos, Sango. Una miradita es buena de vez en cuando... – se quejó Miroku. La chica soltó un largo suspiro.

    - ¿Puedo ir a tu casa? – “Por favor di que sí”, pensaba Sango con desesperación.

    - ¡Cuánto me gustaría! – exclamó Miroku. – Pero hoy no puedo. Tengo que hacer un trabajo de la universidad.

    - De todos modos yo también voy a estar algo ocupada. – dijo ella con desilusión.

    - No te preocupes, mi niña. Hoy voy a dedicarme a este trabajo para mañana estar todo el día contigo. – prometió Miroku.

    - Más te vale... – amenazó Sango.

    Se quedaron hablando unos minutos más, pero entonces Miroku tuvo que irse. Sango volvió a la actividad de antes: mirar el techo. Al mismo tiempo se preguntaba qué haría Miroku el día siguiente, a dónde la llevaría, que le regalaría, y muchas otras cosas más.

    EN LA CASA DE AL LADO...

    Una chica de tez blanca y de pelo negro y corto llegó a casa de Miroku. Llevaba puesto un vestido negro muy atrevido, parecía que iba a una discoteca, más no a estudiar. Sus vivaces ojos color magenta brillaron en cuanto vieron a su compañero de estudios. Desde hacía algunos días le había echado el ojo. “Esta es una buena excusa para acercármele”, pensó mientras entraba en la casa. Su nombre era Yura Sakasagami.

    - ¡Casi no llegas! – se quejó Miroku. La chica soltó una risa nerviosa.

    - Es que me estaba arreglando. – dijo con una voz muy sensual e insinuante. Miroku se encogió de hombros, al parecer no se había dado cuenta de lo que pasaba. Los dos fueron al cuarto del chico. Les esperaba toda una tarde de investigación.

    VOLVIENDO CON SANGO...

    Sango probó hacer de todo: limpió hasta el último rincón de la casa, bañó a Kirara y hasta jugó en la consola de su hermano. Sin embargo, no podía quitarse a Miroku de la cabeza. “¡No puedo más! Tengo que verlo YA” resonó un grito en su interior. Sin pensárselo dos veces, salió a su encuentro y tocó la puerta desesperadamente. Bankotsu abrió para averiguar quién hacía tanto escándalo.

    - Ah, eres tú Sango. – dijo a manera de saludo. – Miroku está arriba haciendo el trabajo con una compañera.

    - Sí, sí. Él me lo dijo, pero no pude resistir las ganas de... ¡¿UNA COMPAÑERA?!

    - ¡No, Sango! No es lo que estás pensando, los chicos se han portado bien... – se apresuró a decir Bankotsu.

    - ¡Eso lo veremos! – gruñó Sango. Bankotsu cambió su expresión relajada por una horrorizada mientras observaba a Sango subir por las escaleras.

    Por cada paso que daba, Sango se iba convenciendo más de que Miroku no le sería infiel. Se llevó una amarga sorpresa cuando abrió la puerta de la habitación de su novio: una chica lo tenía acorralado contra la pared y además lo estaba besando. De sus ojos castaños no tardaron en salir lágrimas.

    - ¡MIROKU! ¡¿CÓMO PUEDES HACERME ESTO?! – gritó. Sintió como si le hubieran agujereado todo el pecho. Se fue corriendo de ese lugar. Miroku apartó a Yura bruscamente de él y fue tras su chica.

    - ¡SANGO! YO NO ESTABA... – pero ella lo ignoró y siguió su camino a casa. Resignado, volvió a la suya. La rabia lo estaba dominando. Regresó junto a Yura, quien lucía una macabra sonrisa de diversión.

    - ¡VETE YA DE MI CASA, YURA SAKASAGAMI! – ordenó Miroku. De repente, la sonrisa de Yura desapareció.

    - Pero... ¿y el trabajo? ¡Estamos juntos en esto, Miroku!

    - ¿Juntos tú y yo en un trabajo? ¡JAMÁS! – soltó el chico con desprecio. - Contaré hasta tres y cuando termine más vale que no estés aquí.

    - Miroku, es que...

    - UNO... DOS... – decía Miroku. - ¿Crees que estoy bromeando?

    - ¡TE ODIO MIROKU TOMONAGA! – exclamó Yura. – Espero que nunca te reconcilies con esa mosquita muerta...

    - ¡TRES! - concluyó él. Temerosa de lo que llegara a pasarle, Yura huyó de allí. Apenas se esfumó, Miroku suspiró. Era un suspiro de rabia, de tristeza, de resignación. Él no había hecho nada. “¿Cómo se lo explico a Sango? Aunque le esté diciendo la verdad, ella no me creerá.”, pensó mientras trataba de contener las lágrimas. “Y justo cuando todo iba tan bien”. [Es muy difícil que un hombre llore. Imagínense lo que debía estar sintiendo Miroku].

    Sango llegó a su casa, dio un portazo tan fuerte que se oyó hasta en la casa de Aome. Se encerró en su cuarto. No podía creer que le estaba sucediendo exactamente lo mismo que con Kuranosuke. “Por lo menos Kuranosuke sí supo ocultarlo”, pensó con resentimiento. De un momento a otro una fuerte lluvia comenzó a caer. Era como si la hubiera invocado. Estaba intentando calmarse cuando escuchó su celular sonando insistentemente. Oprimió el botón de apagar al tiempo que una sonrisa de satisfacción se asomaba en su rostro. Pero entonces recordó que su habitación quedaba enfrente de la de él. Cerró la cortina, hizo todo lo posible para no poder escucharlo. Fue entonces cuando una piedrecilla impactó contra su ventana.

    - ¡MI AMOR! – reconoció la voz de aquel que tanto estaba evitando. - ¡ESCÚCHAME AUNQUE SEA UNA VEZ!

    - ¡LÁRGATE, MIROKU! – contestó ella por fin. Se puso la almohada encima.

    La lluvia era insoportable. Aún así, Miroku no se resignaba. Se quedaría así estuviera cayendo la tormenta del Apocalipsis. Los minutos pasaban, Sango seguía encerrada. Abrió la puerta de su habitación porque alguien había llamado a ella. Era Kohaku.

    - ¡Kohaku! – exclamó sorprendida.

    - Hermana... Miroku sigue ahí afuera.

    - Ay, no puedo creerlo... – refunfuñó.

    - No sé que haya pasado entre ustedes, pero creo que deberías perdonarlo... después de todo estás enamorada de él.

    Sango se sonrojó ante el comentario. ¿Su hermano lo sabía?

    - Yo no perdonaré a nadie, ¿entendiste?

    Pero Kohaku no estaba. Había bajado a abrirle a Miroku. Sango apenas escuchó el sonido de la puerta al cerrarse. “Kohaku... ¡DATE POR MUERTO!” gritó internamente. Se arregló un poco y bajó. Se llevó una mano a su boca cuando vio a Miroku: estaba empapado de la cabeza a los pies y además temblando.

    - ¡Miroku...! – dijo con preocupación.

    - Sango... escúchame...

    - Kohaku, déjanos a solas. – el chico obedeció. Miroku estaba dispuesto a hablar, pero Sango se fue a la cocina a prepararle algo que lo calentara un poco. Quedó boquiabierto cuando vio que ella estaba a punto de echar veneno, pero se tranquilizó cuando en vez de eso se decidió por un sobre de té instantáneo. Lo vertió en agua caliente.

    - Gracias, mi amor. – dijo después de terminar la bebida.

    - ¿Qué diablos estás haciendo aquí? – preguntó Sango con recelo.

    - Sango... yo no te engañé con Yura. – probó Miroku. – ¿Acaso crees que soy como el idiota que tenías por novio?

    Repitió estas palabras hasta el cansancio, pero ella seguía ignorándolo. De un momento a otro la besó. Sango se dejó llevar un poco, pero al cabo de un minuto reaccionó y lo apartó de una bofetada.

    - ¡¿PIENSAS QUE CON TU MALDITOS BESOS VOY A VOLVER CONTIGO?!

    Cabizbajo y resignado, Miroku regresó a casa. En el salón principal se encontró con una escena muy curiosa: Kikyo y Bankotsu conversaban e Inuyasha estaba leyendo periódico. Sintió que algo no encajaba.

    - ¿Inuyasha leyendo periódico? – murmuró para sí. El muchacho de ojos dorados estaba sumergido en la lectura y soltó unas cuantas carcajadas.

    - ¡Ay, ese Shin-chan si que es gracioso! – Miroku se acercó para ver aquello que hacía reír a su amigo.

    - ¡Tiras cómicas! – exclamaron todos los presentes al unísono. Se quedaron viendo a Inuyasha con una cara de decepción.

    - Miroku, ¿qué te pasó? ¿Por qué estás así? – preguntó Kikyo al verlo en un estado tan lamentable.

    - Se peleó con Sango. – dedujo Bankotsu.

    - ¿Cómo es que sabes eso? – dijo Miroku con los ojos bien abiertos.

    - Vi cuando ella salió hecha un mar de lágrimas, cuando tú saliste detrás gritando desesperado, cuando esa tal Yura se largó furiosa... y por como luces ahora... ¡Es obvio!

    - ¿Estabas con otra chica? – exclamó Kikyo sorprendida y a la vez ofendida.

    - ¡Claro que no! Esa niñita fue quien se me insinuó... ¡no podía hacer nada! Además, no sabía que Sango estaba ahí. – dijo Miroku apesadumbrado.

    - Estás en problemas, Miroku. Ella no va escucharte jamás... lo digo por experiencia. – dijo Inuyasha, quien hasta el momento no había participado en la plática.

    - ¡No me voy a dar por vencido! – vociferó el joven. Se encerró en su habitación y pasó el resto de la tarde en el computador. Se le había ocurrido una excelente idea.

    *************************************************************************
    AL DÍA SIGUIENTE...

    La incandescente luz del sol pegaba directamente en sus ojos, pero ni Sango ni Miroku querían despertar. Preferían seguir aferrándose a ese sueño que esa misma mañana se había proyectado en sus mentes dormidas. Y aunque no querían, tuvieron que hacerlo. Probablemente ese sería el día más largo de sus vidas. Sango estaba decepcionada de Miroku, aún así los efectos de ese beso que le había dado no habían desaparecido. Miroku no podía seguir soportando la ausencia de Sango, cuanto más tiempo pasaba, más la extrañaba.

    Sango regresó del colegio y entró en su casa acompañada de Aome. Ya estaba acostumbrada a ir a casa de Miroku después de almorzar. Hoy no sería así. Aome, como la buena amiga que era, se quedó con ella, consolándola.

    - ¿No crees que de pronto él te esté diciendo la verdad? – se aventuró a preguntar.

    - ¡Lo vi con mis propios ojos, Aome! – se quejó Sango mientras abrazaba a un oso de felpa. Recordó entonces que se lo había regalado Miroku, por lo que lo arrojó al suelo.

    - ¿Qué harás cuando tengas que verlo? No se te olvide que él te está dictando clases...

    - ¡Al diablo con las clases! Si tengo que verle la cara a ese imbécil, entonces prefiero no seguir yendo y sacar malas calificaciones.

    - ¡Sango! ¡¿Cómo puedes decir eso?! – Fueron interrumpidas por Kohaku, quien traía consigo un montón de cosas.

    - Hermana, esto es para ti... – dijo descargando todo en la cama de Sango. Se fue corriendo, tratando de salvar su vida.

    - ¡Mira todo esto! – exclamó Aome emocionada. - ¡Qué lindo es Miroku! ¡Se ve que está muy enamorado!

    - ¡Bah! Es lo mismo de siempre... peluches, chocolates, flores...

    - Pues fíjate que no... – dijo Aome mostrándole una cajita negra. - ¡Qué esperas! ¡Ábrela!

    Movida por la curiosidad, Sango abrió con cuidado la cajita y ahogó un grito cuando vio el contenido de ésta. Allí dentro había un hermoso collar de diamantes. La luz que se filtraba por la ventana le hacía despedir miles de destellos.

    - No me dejé comprar con sus besos... ¡Y AHORA PIENSA QUE LO HARÁ CON ESTE COLLAR!

    - No, espera. Hay más... – dijo Aome mostrándole una nota. - ¿No quieres saber qué dice?

    - Haz lo que quieras... – contestó Sango con indiferencia. Aome empezó a leer:

    - Sango, mi amor, mi vida, mi todo. Sé que para ti es difícil perdonarme. Supongo que despreciarás este collar que te compré... por eso te escribo. ¿Sabes? Yo habría reaccionado de una manera similar... No tengo nada más para decir acerca de lo que pasó, yo ya te di mi versión. Me tomé el trabajo de traducirte las estrofas de algunas canciones que expresan todo lo que estoy sintiendo en estos momentos... ¡Vaya! Se supone que hoy deberíamos estar celebrando... si cambias de opinión, búscame en el parque, allí te estaré esperando. Miroku.

    - Dame eso. – dijo Sango arrebatándole la nota a Aome. Examinó detenidamente cada una de las estrofas que él había escogido.

    MIL DEMONIOS - MODERATTO

    Van como mil veces que he tratado de decírtelo
    Mírame a los ojos y verás que no te miento yo,
    Dame dos minutos, no apures el tiempo de este amor
    Y el tiempo pasó y nos dejó uno, dos, tres,
    Mil demonios he contado yo


    ESCÚCHAME UNA VEZ - AMANGO

    Sé que cuando tú te vas
    Todo pierde sentido y la vida no sé a dónde va
    Y al final siempre vuelves a mí (por algo debe ser)
    Como yo vuelvo a ti (contigo encontré la calma)
    &shy;&shy;
    NADA ES IGUAL – KUDAI

    Nada es igual, la lluvia cae entre mis pensamientos
    Nada es igual, tú ya no estás dentro de mi silencio
    Nada es igual, nada es igual
    La lluvia cae, si tú no estás nada es igual

    - El idiota manipulador... – dijo aparentando ira, aunque se le escaparon unas lágrimas.

    - Ve a buscarlo. – la animó Aome. Al principio Sango se opuso, pero luego la obedeció. En el fondo eso era lo que quería hacer.

    Corrió desesperada hacia el parque. Al no encontrarlo por ningún lado creyó que él ya se había ido y esto la entristeció. Se recostó contra un árbol y empezó a sollozar.

    - ¿Cómo pude dejar que una estupidez nos alejara? ¡Debí confiar en él desde un principio! – pensaba en voz alta. - ¡Él si me ama de verdad!

    - Más vale tarde que nunca... – le habló una voz. Era la voz de Miroku, inconfundible para ella.

    - Pensé que te había perdido... – continuó diciendo el chico. Olvidaron todo lo sucedido y sonrieron. Quizás el destino los había puesto a prueba.

    - ¿No es lindo el amor que se tienen estos dos? – preguntó Aome, que estaba escondida detrás de un arbusto junto con Inuyasha, Kikyo y Bankotsu.

    - Sí, sí... como digas... – dijo Inuyasha. - ¿Se puede saber por qué estamos espiándolos?

    - El lazo que los une es demasiado fuerte. – coincidió Kikyo, ignorando por completo a Inuyasha.

    - Guau, sin comentarios... – dijo Bankotsu sorprendido.

    - ¡Oigan! ¡Les hice una pregunta! – dijo Inuyasha, reclamando un poco de atención. Sin embargo, no la obtuvo. Esto hizo que se irritara aún más.

    El sol seguía resplandeciendo, algo que contrastaba con el clima del día anterior. Sango y Miroku se contagiaron de este calor y fundieron todo el amor que se tenían en un largo y profundo beso.
     
  14.  
    miki mitsuki

    miki mitsuki Iniciado

    Leo
    Miembro desde:
    18 Noviembre 2008
    Mensajes:
    36
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    wow que profundo
    me ecanto continualo pronto
    me encanto lo romantico que puede ser miroku cuando quiere
    me divierte que ignoren a inu
    y lo que dijo kikyo me gusto
    me enacata tu ff siguelo que tiene un buen futuro
    no lo dejes por que me deprimo
    chau y besos tu amiga miki
     
  15.  
    Hate

    Hate Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    19 Febrero 2006
    Mensajes:
    154
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Nah, no es lindo; es simplemente perfecto :).
    No me animo a solo decir eso, ya hay varias cosas que queria decir a mientras leia el capitulo, pero este final anuló por completo todo lo que iba a criticar de Miroku. xD

    Me gusta muchisimo el capitulo, sigué así, pero me confundio algo... Y es la letra en cursiva, pensé que seria un recuerdo, como es en casi todos los ff...

    Detrás de eso, no hay nada más. :)
    Sigue con tu FF que esta bueno, has progresado desde mi punto de vista ;)
     
  16.  
    yasashisa

    yasashisa Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Junio 2008
    Mensajes:
    62
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola, lamento no pasarme muy seguido ultimamente... ._.
    pero a lo que vien! X)

    me gustaron los ultimos capitulos, pero el ultimo me fascinó *-*
    la verdad, me causó gracia, cuando inu pregunto porque estaba espiando y nadie le contestó jaja, pobre nunca lo toman en cuenta x/.
    si yo fuera sango caería rendida a los pies de miroku, con tantos regalos *-* y los poemas traducidos *-* xD. si que es dura sango.
    pero al final lo perdonó. muy original el capitulo, suele pasar en la vida real, se pelean por un malentendido y despues tienen una linda reconciliación. fascinante *-*.
    las cosas que hace el amor, jeje.
    bueno, voy, sino te voy a dejar escrito "el nuevo testamento" jaja xD

    SIGUE LA HISTORIA.!!!

    T.K.M!
     
  17.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Kawaii
    Siento haberme perdido, es que se me estropeó el ordenador.
     
  18.  
    Dark Hime

    Dark Hime Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Octubre 2008
    Mensajes:
    65
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    ¡¡¡Hola amiga!!!
    Siento no haberme pasado antes, pero me fue imposible, de verdad ToT.
    Que bien que la pareja de Miroku y Sango ya este bien y hayan arreglado sus cosas, me pone muy contenta.
    Por cierto, tengo un capítulo de La joven abogada dedicado a ti jejejejejejeje, ya sabras cual es no??

    Síguelo prontito amiga, que está super chulo. Un biko muy grande.
     
  19.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    5222
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Holas chicas!
    Perdón la tardanza :complice: pero es que taba muy ocupada con lo de la fiestas decembrinas y todo eso... Por cierto... el cap. 14 demora por falta de ins`piración.. saludos!

    DECIMOTERCER CAPÍTULO
    ** AMORES NO CORRESPONDIDOS **
    [KOGA Y AYAME]
    Luego de un emocionante partido de fútbol en el que su equipo había ganado dos goles por cero, Shippo Takemura estaba tomando un descanso. Junto a él estaban sus mejores amigos Sota Higurashi, de su misma edad, y Kohaku Ohira, dos años mayor. Conversaban sobre temas diversos mientras bebían soda en lata. En esas apareció Koga Nishimori, el mejor amigo de su hermana mayor Ayame.

    - ¡Hola amiguito! Te estuve buscando por todos lados... nunca llegué a pensar que estuvieras aquí en el parque de Akiba. – dijo él abriendo la palma de su mano, esperando que el niño le siguiera la corriente y chocara esos cinco. Como Shippo no respondió, la bajó. Sintió que había hecho el ridículo. - ¿No te gustaría ganarte una paleta?

    - ¿Qué quieres ahora Koga? – preguntó el niño con evidente fastidio.

    - Sólo necesito que me digas en dónde está tu hermana...

    - Bueno, pues... creo que está en la casa, ¿no? – le contestó con sarcasmo.

    - Oh, sí claro. ¡Gracias! – dijo Koga llevándose una mano a la frente. - ¡Adiós!

    Una vez que el muchacho se fue de allí, Shippo se empezó a reír fuertemente. Sus dos amigos se lo quedaron viendo. Le preguntaron qué le causaba tanta gracia.

    - ¡En los diez años de vida que llevo no había visto a un tipo tan idiota! – se burlaba despiadadamente.

    - Debe estar enamorado... – dedujo el siempre callado Kohaku.

    - Te equivocas, Kohaku. Koga no está enamorado de Ayame. – dijo Shippo cruzando sus brazos.

    - Si no está enamorado de Ayame... ¿entonces para qué la busca? – preguntó Sota, confundido.

    - Tuvieron una pelea. Y todo porque a nuestro querido Koga le gusta tu hermana.

    - ¡Oye! ¡No te metas con mi hermana...! – se quejó Sota, crispando su mano izquierda en un puño.

    - En fin... Koga está buscando a Ayame para que lo perdone. – concluyó Shippo. Luego, empezó a imitar a Koga. - “No quiero perder a mi mejor amiga”. El muy tonto ni se ha dado cuenta de lo que mi hermana siente por él.

    - ¡Qué molesto es tener una hermana adolescente! ¡Tienes que aguantarte a sus enamorados! – continuó diciendo Shippo. - ¡Y cuando esos cabezas de chorlito le hacen algo a Ayame...! ¡No hay quien la soporte!

    - Estoy de acuerdo contigo. – comentó Kohaku al recordar el comportamiento de su hermana hacía unos días. – Aunque no puedo quejarme mucho del novio de Sango, parece que es buen muchacho.

    - Y yo tampoco... Aome luce mejor que antes y todo gracias a Inuyasha. – coincidió Sota. Inuyasha era para él casi como un héroe. Retomó el tema del que estaban hablando en un principio. – Tal vez el problema es que Ayame y Koga no son novios.

    - Bueno, pasemos al siguiente punto en nuestra agenda... – dijo Shippo desviándose del tema de nuevo. No le gustaba la idea de tener a Koga como cuñado. Los chicos se inclinaron para escuchar mejor. – Kanna Matsudaira.

    - ¡¡¡TE GUSTA KANNA MATSUDAIRA!!! – gritó Sota horrorizado. Shippo hizo un gesto diciéndole que se callara. “¡Hey! No todos en el parque tienen que enterarse” lo reprendió.

    EN CASA DE LOS TAKEMURA...

    Ayame estaba afuera en el jardín de su casa, descansando. Se entretuvo durante un tiempo regando los rosales que crecían junto a la cerca. A la vez pensaba en Koga y en cómo iba seguir hablando con él después de lo del viernes. “Prácticamente le dije lo que sentía. Por más que intente, no va a tratarme de la misma manera que antes. Y lo peor es que tampoco podrá quitarse a Aome de la cabeza, de eso estoy muy segura”. Recordó con una sonrisa el día en que lo conoció. Las imágenes aún seguían nítidas en su cabeza.

    * FLASHBACK *
    Hace diez años.

    Ayame Takemura, una niña de ocho años de edad, se había escabullido de su casa llevándose su bicicleta nueva consigo. Ésta era una bicicleta diferente a las que había montado pues no tenía ruedas de aprendizaje. Se suponía que no lo sabía, ya que ésa era la sorpresa que le tenían sus padres. Aunque últimamente, ellos estaban muy distraídos con la llegada del nuevo bebé a la familia y por eso no notaron que su astuta hija ya se había dado cuenta del regalo. Tampoco notaron la ausencia de ella esa tarde.

    La niña se alejó por lo menos tres o cuatro cuadras de su casa. A pesar de que no conocía el lugar, Ayame prefería estar ahí mil veces que en su casa. En el fondo sentía celos del bebé, aunque no lo culpaba pues la pobre criaturita necesitaba todos los cuidados posibles. Lo único que quería era que no la descuidaran a ella. “Tal vez dejen de quererme”, pensó con tristeza. Subió a la bicicleta y empezó a pedalear fuertemente. Sentía el viento golpearla en el rostro y un enorme flujo de adrenalina en todo su cuerpo. Pero cuando sólo había avanzado un metro, se cayó estrepitosamente al suelo.

    - ¡Ay, no puede ser! ¡Buaaaaaa! – de sus ojos esmeralda salían gruesas lágrimas. Gotas de sangre manaban de su rodilla en donde se había hecho un horrible raspón.

    - ¿Necesitas ayuda? – le preguntó un niño de ojos azules más claros que el mismísimo cielo.

    - Me caí de mi bicicleta... – chilló Ayame.

    - ¡Ya vengo! – le dijo él. Pasados unos minutos, el niño regresó con un botiquín de primeros auxilios. Desinfectó la herida y le puso una bandita. – No te había visto antes por aquí. ¿Acabas de mudarte?

    - ¡Oh, no! Yo vivo unas cuadras más allá. – le contó ella. – Muchas gracias por curarme... ¿cómo te llamas?

    - No hay de qué... mi nombre es Koga Nishimori. ¿Y el tuyo?

    - Ayame Takemura – contestó ella automáticamente y con una sonrisa.

    - Mucho gusto, Ayame. – le devolvió la sonrisa. – Me parece que tienes problemas con esa bici.

    Koga le enseñó unos trucos para que no volviera a caerse. Después de mucho practicar, Ayame se había vuelto una experta. Se fue pedaleando hasta su casa justo cuando estaba empezando a anochecer.

    - ¡Ayame! ¡¿Dónde estabas?! – le dijo su abuelo con preocupación. – Tus padres y yo estábamos muy preocupados.

    - Estaba con un amigo... – respondió ella.

    Al otro día se fue al mismo lugar en donde se había encontrado con Koga. Él estaba allí, esperándola. Siguieron hablando y conociéndose. Ayame descubrió que tenían la misma edad, que compartían el mismo gusto por la música y que él también pensaba que sus padres no lo querían.

    - ¿Y por qué no te quieren? – le preguntó.

    - ¡Pues porque siempre están trabajando...! – dijo él con rabia.

    - Ellos lo hacen por tu bien. – le explicó ella. Luego se dio cuenta que sus padres sí la querían. Sin embargo, siguió visitando a Koga y a partir de ese momento se volvieron inseparables.

    * FIN DEL FLASHBACK *

    “Siempre estuvo cuando lo necesité. Íbamos a todos lados juntos. Recuerdo que fue él quien me llevó a tomar lecciones de música. Somos tan unidos que decidimos estudiar lo mismo”, pensaba mientras cortaba uno de los capullos de aquellas hermosas rosas blancas con sus delicadas manos. Sus cavilaciones fueron interrumpidas por la llegada de alguien.

    - ¿Ayame? – preguntó Koga.

    - ¡Koga! – saludó. - ¿Qué haces aquí?

    - Buscándote, niña loca.

    - ¡Te he dicho un millón de veces que no me llames niña loca! – se quejó Ayame. – Además eso no responde mi pregunta...

    - Vine para hablar contigo. – le comunicó. Ayame tragó saliva. – Eso que dijiste... ¿es verdad? Es decir... ¿siempre te rechazo?

    - Koga, yo no quisiera hablar de esto... – dijo desviando su mirada.

    - No te preocupes, Ayame. Tú me gustas... – la chica lo miró con un nuevo brillo en los ojos. Él se apresuró a corregir. – No tanto como Aome, pero me gustas.

    - Ah, comprendo... – dijo ella con desilusión. Por un instante llegó a pensar que tendría alguna oportunidad con Koga, pero no era así.

    - Mira, quiero que todo vuelva a ser como antes. ¿Amigos? – le pidió el chico.

    - Amigos. – repitió ella. Aunque sería difícil para ella tratar de volver a verlo como uno. Hacía mucho que había dejado de hacerlo...

    [BANKOTSU Y KIKYO]
    Kikyo Matsumoto estaba muy concentrada en interpretar de manera correcta la intrincada melodía para piano que tanto le fascinaba. Se trataba de un nocturno, una obra musical que se distingue por la serena melancolía, textura ligera y melodía muy adornada en la mano derecha con la mano izquierda como acompañamiento. La había escuchado cuando era niña y le pareció tan hermosa, que ese mismo día decidió que iba a tomar lecciones de piano. Tardó años en lograrlo, pero ahora podía tocar esa y otras obras más con toda facilidad las veces que quisiera.

    - No sabía que te gustara tanto la obra de Frédéric Chopin. – la interrumpió Bankotsu. – ¿Nocturno nº 19 en mi menor?

    Kikyo dejó de tocar para voltearse a verlo y asentir con la cabeza. Bankotsu siempre le hablaba en el momento menos esperado. La sorprendía todo el tiempo.

    - Pienso que ese nocturno es genial, pero déjame decirte que Chopin tiene muchas más melodías iguales de perfectas a esta. – continuó diciéndole.

    - ¿Cómo es que sabes tanto de Chopin y estas cosas? – preguntó Kikyo por fin.

    - No eres la única que sabe tocar el piano... – se acercó más a ella y con amabilidad preguntó: – ¿Me permites?

    De inmediato, Kikyo se levantó y dejó que el muchacho se sentara y empezara a tocar el piano. Lo estaba haciendo muy bien, con gracia y agilidad. La pieza mostraba unos giros armónicos inesperados, como él.

    - Mazurca en fa menor... – reconoció Kikyo sonriendo. – También de Chopin... ¡Vaya, eres un excelente pianista!

    - Oh, no has escuchado nada. Creo que esta te va a gustar. – dijo Bankotsu. Empezó a tocar de nuevo.

    - Me dejaste sin palabras, Bankotsu. Conoces más de música clásica que yo... ¿de quién era esa pieza? – preguntó Kikyo luego de haberlo aplaudido.

    - Robert Schumann. Carnaval, opus 9. – luego cambió el tema de la conversación. - ¿Cómo está lo de Inuyasha? ¿Ya pudiste superarlo?

    - Hum, estoy en el proceso. No es nada fácil...

    - Te entiendo. Yo sé muy bien qué es amar a alguien que tiene a otra persona en su corazón. – dijo él con un tono entre pícaro y nostálgico. Kikyo quiso saber por qué. – ¿Qué crees tú?

    - No te conozco casi, así que no sabría qué responderte. Sin embargo me gustaría escuchar la historia.

    - Si tú insistes... – se encogió de hombros para luego empezar a narrar en tono épico. – Cuando le digo a la gente que soy californiano la mayoría piensa que me crié en San Francisco o en Falsángeles, perdón, Los Ángeles. – Kikyo rió ante el comentario. – Pero no es así... Nací y crecí en San Luis Obispo, una hermosa y tranquila ciudad que está a kilómetros de ese horrendo Hollywood, más exactamente en la Cadena Costera de Santa Bárbara...

    - ¿Vas a contarme la historia de tu vida? – bromeó la chica. Bankotsu continuó. No mucha gente conocía la historia y la verdad es que, inexplicablemente, quería compartirla con ella.

    - No te preocupes, ahora sí se pone interesante la cuestión... – dijo frotándose las manos. – Conocía una playa que quedaba a tan sólo veintisiete kilómetros de casa. Se llama Morro Strand State Beach, o Morro Beach, como yo le decía. Un día estaba echado en la arena, sintiendo los rayos del sol quemarme mientras escuchaba algo de grunge en mi i-Pod. Fue entonces cuando la vi...

    Kikyo estaba prestando toda la atención del mundo. Incluso en su cabeza se formó la imagen de Bankotsu en la playa, con el pecho al descubierto, y... “¡Concéntrate en la historia!” se dijo a sí misma.

    - ... me dijo que se llamaba Jane Lowell y que acababa de llegar a la ciudad. La habían aceptado en la sede de la Universidad Politécnica de California de San Luis Obispo, la misma en lo que yo estudiaba. Nos hicimos muy amigos y durante un tiempo pensé que yo le gustaba tanto como ella a mí. Te la describo: era una chica unos centímetros más bajita que tú, pelo ondulado de un color casi parecido al de las avellanas, ojos grises... y su cuerpo... ¡uff! Llegaron las vacaciones de verano y ella dijo que se iba a visitar unas primas en L.A, nada del otro mundo... Yo ya me estaba preparando mentalmente para confesarle mis sentimientos cuando regresara, ahora que lo recuerdo fueron unas vacaciones muy largas. Pero Falsángeles me devolvió a una Jane completamente diferente. Una Jane superficial, al mejor estilo de Paris Hilton.

    - Pero no se parece en nada a lo mío... – protestó Kikyo.

    - ¡Si no me has dejado terminar! – respondió Bankotsu. Kikyo profirió un “lo siento” y lo animó para que continuara. – Ella se había vuelto así de superficial porque se conoció con un chico allá en Falsángeles, un tal Kyle. Era el típico patán rubio, musculoso y mujeriego. Se creía un guardián de la bahía, el imbécil ese. ¡Hasta se vino a vivir a San Luis Obispo! Tuve que aguantarme el que Jane hablara todo el tiempo de él, además de tener que presenciar cuando se besaban. Ya casi ni nos veíamos. Cuando mi padre me dijo lo de Miroku, vi en ello una oportunidad para escapar de California y tratar de olvidarla. Me pienso quedar aquí.

    Kikyo se quedó perpleja ante esta historia. Sintió compasión por Bankotsu. Definitivamente él sí sabía lo que estaba sintiendo ella en ese momento. Pero se sintió ridícula al recordar lo que hizo para separar a Inuyasha y Aome. Había sido una completa niñería.

    - ¿Y bien? ¿Ya la olvidaste? – le preguntó. Quería saber cuánto tiempo le había costado en sanar sus heridas.

    - ¡Claro que sí! – respondió con una gran sonrisa. – Encontré una chica más bonita y más interesante... aunque es una lástima que ella no me ponga mucha atención.

    - ¿Cómo se llama? – repitió las palabras que le había dicho a Inuyasha la vez que él le contó que le gustaba una chica. ¿Acaso Bankotsu se habría enamorado de Sango? “¡Pero si Miroku le advirtió que era su novia!”, pensó Kikyo.

    - Kikyo Matsumoto... – dijo él en un leve susurro. Clavó su mirada en la joven, como queriendo hacer que la expresión fría de ella cambiara. Rió cuando vio que Kikyo se había sonrojado. – En fin... así es el amor ¿no?

    Siguió tocando en el piano más nocturnos de Chopin. Una vez terminó, se levantó y se fue a su cuarto. “Ahora que lo sabes... ¿qué harás, Kikyo?”, pensó. Ella, por su parte se quedó pasmada. No podía salir de su asombro. Durante unos segundos pasó por su mente una imagen de ellos dos besándose. “Bueno, tengo que admitir que la tal Aome tenía razón... encontré a alguien que me quiere tanto como yo amo a Inuyasha.”. Sonrío para sí misma.
     
  20.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Waa ºOº
    Pero... no hay nada de Mir y San T-T
    Da igual, por hoy, te lo paso xD
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso